Sr. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas

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Santa Fe, 21 de enero de 2016.Sr. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas:
En particular me dirijo a usted para transmitirle esta reflexión compartida vinculada al
Mensaje dado a conocer por la Santa Sede pero que fuera remitido en fecha 30 de
diciembre de 2015 por el Papa Francisco al Profesor Klaus Schwab como Presidente
Ejecutivo del Fórum Económico Mundial frente a la realización de la convención anual
del Fórum Económico Mundial, que ya está teniendo lugar en Davos-Klosters.
Entre muchas, destaco estas afirmaciones que son todo un plan de trabajo que el
sector privado debe asumir efectivamente para el desarrollo de una economía
inclusiva que evite ser causa de oportunismos mesiánicos a partir de la exclusión social
y la miseria.
Señala el Pontífice: “A todos ustedes me dirijo una vez más: ¡No se olviden de los
pobres! Este es el principal desafío que tienen ustedes, como líderes en el mundo de
los negocios…Nunca debemos permitir que «la cultura del bienestar nos anestesie»,
volviéndonos incapaces de «compadecernos ante los clamores de los otros, de no
llorar ante el drama de los demás ni de interesarnos de cuidarlos, como si todo fuera
una responsabilidad ajena que no nos incumbe…”.
Esta advertencia nos lleva al terreno del objeto mismo de la economía y del hombre
como autor, centro y protagonista del acontecimiento económico como
acontecimiento social.
Se trata de recordar claramente la inexistencia de antinomias entre el capital y el
trabajo en tanto –tal como lo señala el Papa en este documento-: “la actividad
empresarial es «una noble vocación orientada a producir riqueza y a mejorar el mundo
para todos», especialmente «si entiende que la creación de puestos de trabajo es
parte ineludible de su servicio al bien común»…”
En el inicio del Jubileo Institucional hacia los 60° años de nuestra creación, la
oportunidad de la Universidad Católica de Santa Fe de contar con propuestas
formativas que integran la dimensión de la economía y el desarrollo que la reclama,
nos permiten aceptar con mayor visibilidad el desafío de contar con un ambiente de
contacto directo entre alumnos, profesores e investigadores para formar las
conciencias de los actores, intervenir en el espacio público para hacer definiciones que
mantengan vivos los valores que nos justifican, y de contribuir con ideas e
instrumentos que mejoren nuestros ambientes más próximos en lo local y regional.
La inclusión de nuestras carreras en los procesos de acreditación, nos dan también una
oportunidad para hacer visible la diferencia que debemos marcar dentro del mapa
educativo superior tanto en los contenidos, en las estrategias de enseñanza, y en los
recorridos de formación integral de nuestros egresados.
Hoy más que nunca, después de las pruebas que los sistemas económicos
radicalmente ideologizados han dado a la humanidad sobre su incapacidad de alcanzar
el desarrollo con justicia si no se acepta la dimensión integral de la dignidad humana,
seguimos teniendo una oportunidad de cambiar lo próximo y de suscitar deseos de
alcanzar lo más remoto.
Esta conciencia de la dignidad humana, nos llama a establecer un sistema económico
con personas ocupadas en lograr un tránsito de metodologías de participación en el
mercado que se despojen del concepto de “mérito” para llegar a dar la igualdad de
oportunidades sin sustituciones que desconozcan el auténtico principio de
subsidiariedad, que ajenicen al hombre de su derecho-deber de trabajar.
Para eso, el camino nos llama a recorrer acciones que permitan –entre otras-:
•
El diseño de estructuras productivas que diversifiquen sus procesos y otorguen
un valor agregado a la intervención directa del hombre;
•
La promoción de incentivos en el mismo sector privado como en el sector
público que favorezcan la innovación que otorgue mayores puestos de trabajo para
lograrlo;
•
Alcanzar con una agenda concreta la contribución efectiva del sector privado con
el sector público para establecer un efectivo espacio donde la educación sea
habilitante en el mundo del trabajo pero no uniformadora y direccionada evitando que
se desconozca con ello la vocación del hombre por sustitución de aquella por las
“necesidades” del mercado.
Lo animo a trabajar con la confianza en esta tarea y en su valor en función de la misión
que estamos llamados a cumplir como signo fiel del mensaje que atraviesa nuestro
ideario educativo.
Cordialmente.Abog.Esp.José Ignacio Mendoza
Secretario Académico del Rectorado
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