BIBLIOTECA BASCONGADA DE FERMÍN HERRÁN Tomo LOS FUEROS y SUS DEFENSAS TOMO 1.9 r~m~nnmmm~ V CORTES DE 1876 VOLUMEN TDRCHRO Garmendja-Gorostidi - Zavala Barandica - Martínez de Aragó . Pida[ y Mon BILBAO-1898 Imp, y Ene . de Andrés P.-Cardenal Ca11e del Banco de España, 3, iat. LOS FUEROS Y SUS DEFENSAS TOMO V CORTES DE 1876 VOLUMEN TERCERO DISCURSO PRONUNCIADO EN EL CONGRESO DE LOS DIPU'T`ADOS EL DIA 18 DE JULIO DE 1876 POR DON MARTIN GARMENDIA DISCURSO "E DON MARTIN GARMENDIA 18 JULIO 1878 SEÑOREs DIPUTADOS : Voy á hacer uso de la palabra, señores Diputados, cuando está ya muy avanzada la discusión, agotada por decirlo así, la materia objeto de estos debates, y después que han hecho uso de la palabra en uno y otro sentido, de uno y otro lado, en pro y en contra del proyecto, elocuentes y distinguidos oradores . Esta circunstancia hace que sea todavía más difícil y penosa mi situación, aunque lo sería de todas suertes muy embarazosa, dada la gravedad y la naturaleza del asunto de que se trata, y siendo como soy nuevo en este sitio y nuevo también en las luchas de la pa. labra, que no he tenido nunca ocasión de 8 1876-LOS FUEROS ejercitar . Necesito por lo tanto, señores Diputados, de toda vuestra indulgencia, de toda vuestra benevolencia ; no las reclamo para la causa que voy á tener la honra de defender ; para ella sólo exijo que la deliberéis con imparcialidad y que la resolvais con justicia ; las impetro de vuestra bondad para mí, pues habré menester de ellas, si he de acertar á explicarme en medio de esta emoción que experimento, y si he de poder llenar, siquiera sea medianamente, el deber honroso y penoso á la vez, á que han satisfecho ya con gran gloria algunos de mis dignos compañeros, y que tenemos todos los que nos honramos con la representación de- las nobilísimas Provincias Vascongadas, de defender sus legítimos derechos, totalmente desconocidos en el proyecto sometido á las deliberaciones de de esta Asamblea . En la confianza, pues, señores Diputados, de que no me ha de faltar vuestra indulgencia y de que me habeis de escuchar benévolos, entro al debate sin temor, rogándoos antes, que si alguna palabra saliese de mis labios, no digo inconveniente, pero aun impropia de este lugar y del respeto profundo que soy el primero en tributar á esta Cámara, la tengais por no dicha y la consideréis como un efecto de mi inexperiencia y de mi falta de Y SUS DEFENSAS 9 costumbre en dirigirme al público, pues nada se halla tan lejos de mi ánimo como la idea de faltar en lo más mínimo, directa ni indirectamente á los respetos y á la consideración que debemos todos á este alto é ilustrado Cuerpo . Me apresuro asimismo á hacer presente al Congreso, que hablo por mi sola cuenta, sin misión de nadie ni instrucciones algunas para emitir estas ó aquellas doctrinas, para obrar de esta ó de la otra manera ; que por lo tanto debe ser mía, exclusivamente mía la responsabilidad que contraiga por mis palabras, sin que afecte en lo más minirr,>¡£ mi país, cuanto yo diga con ocasión de la defensa de sus derechos . Hechas estas advertencias, y antes de ocuparme del artículo 2 .0 puesto á discusión, tengo que empezar por anticipar algunas ideas . Procuraré explanarlas con toda brevedad, á fin de molestar á la Cámara todo lo menos que me sea posible . Los fueros vascongados, señores Diputados, reconocidos y confirmados por todos los Monarcas de España, absolutamente por todos, existían desde el venturoso acontecimiento que puso término á la guerra civil de los siete años, garantidos por la ley de 25 de Octubre de 1839 . D esde entonces, desde el 39, el fundamen- 10 1876-LOS FUEROS to de nuestras venerandas instituciones fué dicha ley ; hasta su promulgación, los reconocimientos y confirmaciones de los Monarcas que arrancaban á su vez de las agregaciones del país á la Corona de Castilla . Yo no me ocuparé de las de Alava y Vizcaya; lo han hecho mucho mejor de lo que yo pudiera hacerlo distinguidos representantes de aquellas provincias ; y en cuanto á Guipuzcoa haré tan sólo ligeras indicaciones, pues no creo que otra cosa fuera conducente ni pertinente, habiendo de servir de punto de partida para la resolución del problema foral, según se ha reconocido en el curso de de esta discusión, la ley de 25 de Octubre de 1839 . Me limitaré á decir que Guipuzcoa se unió espontánea y voluntariamente á Castilla bajo don Alfonso VIII, en ocasión en que este rey, en guerra con don Sancho de Navarra, tenía cercada á la ciudad de Vitoria . El punto relativo á si dicha unión fué voluntaria, ó si, por el contrario, fué la provincia conquistada después de Vitoria, no ofrece ya gran interés ; pero le tuvo, por más que asegure Llorente en una de sus obras que nunca había ocurrido á Guipuzcoa hasta el siglo pasado afirmar, que su unión se hubiese hecho por propia espontaneidad y no por conquista . Llorente ig- Y SUS DEFENSAS 11 noraba sin duda que las juntas de Cestona del año 1655 se hubiesen ocupado ya de este asunto, acordando ofrecer un premio de 4 .000 escudos al que presentara la escritura de unión de la provincia de Guipuzcoa . Consecuencia de este ofrecimiento fué el que en las juntas de 1664 se presentara por el escritor Alejo Nobis, conocido también con el nombre de Lupián Zapata, un documento que afirmaba ser el original de la escritura de la voluntaria entrega de Guipuzcoa, documento que aquellas juntas rechazaron por apócrifo, como lo rechazan también el Padre Henao y otros escritores . Ya ve el Congreso que ya en 1655 se consagraba la provincia de Guipuzcoa con interés á dilucidar el problema de su voluntaria unión . Un siglo antes, con motivo de una obra que D . Pedro de Alcocer escribió con el título de Historia y descripción de la imperial ciudad de Toledo, en la que afirmaba que Guipuzcoa había sido conquistada después de Vitoria, las juntas de Tolosa comisionaron á D . Esteban Garibay y Zamalloa para que avistándose con Alcocer, le convenciera de su error y obtuviera su rectificación en la reimpresión que hiciera de su obra . D . Esteban Garibay aceptó la comisión y la cumplió también, obteniendo de Alcocer la promesa de 12 1876-LOS FUEROS rectificar su error en la primera reimpresión que hiciera de su Historia de Toledo . Pero esta reimpresión' no tuvo lugar hasta cincuenta años después, cuando ya no existía Alcocer, y el error quedó por lo tanto en pie ; y estas noticias, que hubieran sido totalmente desconocidas, se consignan en el tomo undécimo de las Grandezas de España, que dejó inéditas Garabay, y que publicó la Academia de la Historia en 1854 . Para mi es indudable que la unión de Guipuzcoa á Castilla fué voluntaria ; lo creo así porque lo afirman autores tan respetables como el Padre Mariana, Garibay, Núñez de Castro, Mondéjar y otros, y porque lo consigna también terminantemente el fuero de Guipuzcoa . Y como este Código, con cuantas disposiciones y afirmaciones contiene, fué confirmado por los monarcas todos, es indudable que al, aprobarle éstos prestaron su asentimiento, y confirmaron también con su autoridad, la verdad hoy incontrovertible, de la voluntaria entrega ó unión . Una real cédula de don Fernando VI, de 8 de Octubre de 1752, dictada de acuerdo con lo consultado por el Consejo pleno de Hacienda, viene á dar todavía mayor fuerza á la opinión que sostengo ; dice así dicha real cédula ; ,«Examinado y considerado este grave Y SUS DEFENSAS 13 negocio por el Consejo pleno de Hacienda con la madurez y detenida reflexión que re quería, me hizo presente en consulta de 6 de junio de este año, las circunstancias que concurren en la citada provincia, que tanto han mirado siempre los señores reyes, mis gloriosos progenitores, para no permitir novedad alguna turbativa del pacífico estado y buen gobierno que ha tenido con sus fueros, privilegios, usos y costumbres, pues los hechos ó intentados en varios tiempos, los reformaron luego que reclamó de ellos la provincia, dejándola en su entera libertad ; con que siendo de libre dominio se entregó voluntariamente al rey don Alonso VIII, llamado el de las Navas, el año de 1200, bajo los antiguos fueros, usos y costumbres con que vivió, desde su población, y en que continuó hasta que ella misma pidió al señor rey don Enrique II, se redujeren á leyes escritas de que se formó el volumen que tiene de sus fueros, impreso con pública autoridad y reales aprobaciones .» Y prescindo, Sres . Diputados, en obsequio á la brevedad, de citar informes de corporaciones importantes del Estado, sellados con la aprobación de los Monarcas, cuyos dictámenes son una nueva prueba de que Guipuzcoa no fué tomada por la fuerza de las armas . Acreditan igualmente este hecho las amis- 14 1876-LOS FUEROS tosas relaciones en que se mantuvo con Guipuzcua D . Alfonso desde 1200, cemprobando esto mismo en sentido contrario la actitud que desde entonces observó por su parte D . San cho de Navarra . Este Monarca, cuyos desafueros habían sido la causa de que Guipuzcoa se separara de su dominio, no cesó desde 1201, en que volvió de Africa, de hostilizar á dicha provincia ; hizo lo posible para llevar á Bayona el comercio marítimo de San Sebastián, y aún invadió el territorio en 1205, sien do rechazado . D . Alfonso, por su parte, estuvo por dos veces en Guipuzcoa inmediatamente después de la entrega, en 1201 y 1204, preparando allí en esta ultima época la conquista del Ducado de Guiena, que llevó á cabo al año siguiente . Estos hechos no tendrían explicación de haber sido conquistada Guípuzcoa y no anexionada por su voluntad á la Corona de Castilla ; como no se explicaría tampoco, dado el primer caso, la posesión quieta de aquella provincia por D . Alfonso, teniendo como tenía en las plazas fuertes de San Sebastián y Fuenterrabía, en el vigor de su raza y en su situación topográfica, sobrados medios para resistir la dominación del Monarca castellano . Pero aún hay más : el Código de las Partidas, escrito por D. Alfonso el Sabio, no rigió Y SUS DEFENSAS 15 en España hasta que las Cortes de Alcalá lo declararon obligatorio en 1348 . Pues bien ; en 1375, cuando ya estaba mandado que el Código de las Partidas rigiera en todas las provincias del reino de Castilla, formó Guipuzcoa su primer cuaderno legal escrito, confirmado por D . Enrique II el 20 de Diciembre del mismo año . ¿Se concibe que si no se hubiera hallado en una situación independiente respeto de todas las demás del Reino, rigiendo un Código tan importante como el de las Partidas, se permitiera á Guipuzcoa establecer su legislación y formar sus colecciones de leyes, como hizo también más tarde en 1377, en 1397, en 1457, en 1463, en 1583 y en 1695? Esta última colección con otra llamada «Suplemento del Fuero», y las demás disposiciones posteriores, forman el Código de las leyes forales de Guipuzcoa . Todas esas colecciones se formaron por la misma provincia en junta general, y las sancionaron y confirmaron los Monarcas . Por último, las guerras con Inglaterra, las treguas y tratados de paz y comercio que celebró con dicho Reino, con la villa de Bayona y con la provincia de Labort, Francia, prueban una vez más que Guipuzcoa se mantuvo 16 1876-LOS FUEROS autónoma, bajo el dominio eminente de los Monarcas de España . El Sr . PRESIDENTE : Sr . Diputado, van á pasar las horas de reglamento ; cuando á V. S . le parezca puede cortar su discurso . El Sr . GARMENDIA : Terminaré esta parte relativa á la agregación voluntaria de Guipúzcoa, y terminada que sea, suspenderé mi discurso, puesto que así lo desea S . S ., para terminarlo en la sesión de esta tarde . La provincia de que me ocupo, sin ser autónoma, no pudo celebrar con Inglaterra en 1482 una tregua de diez años y una liga co, mercial ; estableciéndose por ella que si el Rey de Inglaterra declaraba represalias contra el de España ó vice-versa, no se ejecutarían contra los guipuzcoanos, ni éstos las harían á los ingleses . Los Diputados guipuzcoanos que asistieron á la celebración de este tratado, recibieron sus credenciales y poderes de la junta del país congregada en Usarraga . Señor Presidente : si S . S. lo desea, podré suspender aquí mi discurso para proseguirlo á la tarde . Eran las doce . El Sr . GARMIENDIA : Me ocupaba, señores Diputados, de los tratados que había ce- Y SUS DEFENSAS 17 lebrado Guipuzcoa con Reinos extraños, cuando el Sr . Presidente me anunció que habían pasado las horas de Reglamento, y tuve que suspender mi discurso para reanudarlo ahora . Estaba diciendo cuando se levantó la sesión, que en el siglo XVII, y también en el XVIII, Guipuzcoa y Vizcaya habían celebrado tratados de paz y amistad con la provincia de Labort de Francia y con el Ducado de Bretaña ; estos tratados eran confirmados por el Rey, en reconocimiento de su alta soberanía, del dominio eminente que tenía sobre las provincias, y se estipulaban á veces sin tenerse en cuenta la generalidad de relaciones de la Nación, como sucedió con varios tratados de Guipu7coa con Labort, que se celebraron cuando estaban en guerra España y Francia . La excepcionalidad de Guipuzcoa quedó reconocida también, Sres . Diputados, en el célebre tratado de Utrech de 1713, de que se hizo aquí mención días pasados, y en cuyo tratado se establecieron algunas excepciones en favor de Guipuzcoa y Vizcaya, declarán dose que los puertos de ambas provincias no estaban sujetos á las leyes de Castilla . Al hablar de este tratado, decía el dignísimo individuo de la comisión, Sr . Roda, que el Rey de España se comprometía en él, á no aumentar con nuevos aranceles los derechos que se 2 18 1876-LOS FUEROS cobraban en los puertos de Guipuzcoa y Vizcaya y otros que no estaban sujetos á las leyes de Castilla . De esto deducía el Sr . Roda que ya satisfacían derechos á la Corona los puertos de Guipuzcoa y Vizcaya, puesto que el Rey se comprometía á no aumentarlos, y que por lo tanto, los Monarcas de España ejercían plena soberanía en aquellas provincias . Indudablemente que ejercían soberanía en las provincias los Monarcas, en la época en que se hizo el tratado de Utrech . Nunca hemos sostenido lo contrario ; pero lo que sí puedo asegurar al Sr . Roda es, que en aquella época estaba el país vascongado en plena posesión del pase foral, que estaban también en vigor las leyes forales relativas á la libertad de comercio y las de exención de tributos, y que no es creible que D . Felipe V, que tantas declaraciones hizo en favor de las libertades y fueros de los vascongados, cobrase en los puertos de aquellas provincias derechos que se opusieran á la libertad foral . En los puertos de Vizcaya podían cobrarse algunos derechos con arreglo á fuero, y á ellos indudablemente se refería el Rey, aunque hablase con generalidad de Vizcaya y Guipuzcoa . De todas maneras, reconocía que los puertos de dichas provincias no estaban sujetos á las leyes de Castilla . Y SUS DEFENSAS 19 Nada prueba tampoco más que la alta soberanía del Monarca, la circunstancia sobre la que llamaba la atención el Sr . Roda, de que los ingleses que quisieron alquilar almacenes en tierras de Vizcaya y Guipuzcoa, hubieran sido autorizados para ello por el Rey . Citaré, para terminar, la Real cédula de 12 de julio de 1479, por la que se dispuso que los Reyes de Castilla, después del título de Reyes de Gibraltar, llevaran también el de Reyes de Guipuzcoa . No puede darse prueba más fehaciente de la excepcionalidad de Guipuzcoa, y de que ella tenía dentro de la Monarquía el carácter y la consideración de aquellos antiguos Reinos que se unieron á la Corona por anexión, herencia ó pacto, pero bajo el juramento y á condición de que continuaran rigiéndose por sus leyes y costumbres propias . Creo haber demostrado que la unión de Guipuzcoa á Castilla fué voluntaria, y que tuvo lugar bajo el pacto ó á condición de que siguiera la primera rigiéndose y gobernándose por sus usos y costumbres . (El Sr . Roda : ¿Hay contrato escrito de eso?) No ; he dicho ya que no hay contrato de unión ; existe sí un documento que como tal contrato se presentó á las juntas de Cestona en 1664 ; pero aquellas juntas lo rechazaron como apócrifo ; pero 20 1876-LOS FUEROS no hacen falla documentos ; los hechos que he tenido el honor de exponer á la Cámara prueban con evidencia la situación independiente de Guipuzcoa desde 1200 y su agregación voluntaria en dicho año, reconocida también de una manera oficial y legal, como he dicho esta mañana, en la Real cédula de D . Fernando VI, inserta en el fuero . Nuestra unión voluntaria (hablo de Guipuzcoa), los reconocimientos y confirmaciones de los fueros por todos los Monarcas, y la prescripción que, por más que otra cosa se haya pretendido afirmar aquí sin probarlo es un titulo muy legítimo ; tales fueron los funda . mentos en que descansó el estado legal de las Provincias Vascongadas, hasta la publicación de la ley de 25 de Octubre de 1839 . Esta ley, encarnación del convenio de Vergara, garantizó el ejercicio de los fueros y libertades del país vascongado ; fijó el estado legal del mismo, viniendo á establecer nuevas relaciones entre aquellas provincias y la Nación ; fué reconocida, fué aceptada por el país vascongado ; ella es, pues, la que debe servirnos de punto de partida para nuestros raciocinios, y ella la que debe resolver el problema, cuya solución legal, justa y conveniente , tanto afecta é importa á los verdaderos intereses de la Patria . Y SUS DEFENSAS 21 Voy, pues, á ocuparme de esa ley ; dice así : A RTICULO 1 .0 Se confirman los fueros de las Provincias Vascongadas y de Navarra, sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía . Art . 2 .° El Gobierno, tan pronto como la oportunidad lo permita, y oyendo antes á las Provincias Vascongadas y á Navarra, propondrá á las Cortes la modificación indispensable que en los mencionados fueros reclame el interés de las mismas, conciliado con el general de la Nación y de la Constitución de la Monarquía, resolviendo entre tanto provisionalmente, y en la forma y sentido expresados, las dudas y dificultades que puedan ofrecerse, dando de ello cuenta á las Cortes .» Esta ley, Sres. Diputados, no es una ley comun, una ley ordinaria, una ley como las demás ; es algo más que eso ; es una ley paccionada ; es una ley que autoridades muy respetables y nada sospechosas para esta Cámara han considerado de carácter internacional ; es una ley que ha sido calificada de constituyente, de fundamental y de complementaria de la fundamental . El distinguido orador y jurisconsulto Sr . Laserna la designó con este último nombre en los debates á que dió lugar su discusión en 1839,yel que la llamaba constituyente, era nada menos que el distinguido po- 22 1876-LOS FUEROS lítico y orador demócrata D . Cristino Martos . La ley de que me ocupo no es paccionada en el sentido de que hubiesen intervenido las Provincias Vascongadas en su confección, porque la hubiesen hecho, como se hacen los tratados internacionales, las provincias y la Nación ; las Cortes solas hicieron la ley, sin intervención alguna de las Provincias Vascongadas ; pero es una ley paccionada, en cuanto debe su origen, en cuanto debe su existencia á un pacto, á una transacción, á un compro miso, que un insigne orador de 1839 comprendía entre aquellos contratos que el derecho llama innominados y designa con la frase gráfica de do ut des do ut facias al contrato innominado de ut facias, facio ut des, según uno de sus autores . En ese sentido es, pues, como la considero yo como una ley paccionada, como una ley especial . El pacto, la transacción, el convenio, puso término á la guerra de los siete años . Sin la formal promesa de la conservación de los fueros, los rebeldes vascongados no se hubieran sometido . Transigieron con la libertad constitucional, con el Trono de Isabel II, á cambio de los fueros, con los que á su vez hubo de transigir la Nación . ¿Me niega el señor Roda que existió tal transacción, que hubo tal pacto? Pues yo le Y SUS DEFENSAS 23 contestaré con una autoridad que S . S. no recusará, con la del señor Olózaga . Dice el señor Olózaga en uno de sus discursos : «El año 1839, á la raíz de sus sucesos, fresco el entusiasmo que producía, á una sola palabra del general Espartero se desarmó el ejército contrario y se abrazaron como hermanos, y terminó una guerra que de otro modo, conocido el país topográficamente y el temple de los hijos de las Provincias Vascongadas, bien puede creerse que aun duraría hasta ahora la guerra .» ¿Qué palabra era esa que pudo hacer que los vascongados depusieran las armas, poniéndose término á una guerra que según Olózaga, no era fácil acabar con la fuerza? Vea S . S . lo que dice en otro lugar : «Reconozcamos, pues, á esas provincias sus fueros . A ello nos liga una palabra que respetamos, palabra que dimos, y'palabra que hemos declarado deuda nacional ; ningún hombre pudo aspirar jamás á mayor gloria que el que la pronunció ; los representantes de la Nación la cumpliremos ; á ello nos liga, no sólo el empeño contraído, sino un principio de política del que nunca podríamos desentendernos .Conservemos, pues, á esas provincias todo lo que ha hecho su felicidad y grandeza, sin destruir por eso la unión de ellas con el resto de España .» 24 1876-LOS FUEROS Nadie puede poner en duda la realidad de ese pacto entre los rebeldes y la Nación, verdadero pacto con mutuas obligaciones y derechos . Lo que sí es fuerza reconocer, es que el pacto no se hizo con las formalidades con que pudo hacerse á no dudarlo . El único poder que con arreglo á la Constitución podía conceder ó confirmar los fueros eran las Cortes, y mientras estas no hicieran la concesión, la Nación no quedaba obligada en realidad . Pudo el ejército carlista aguardar á que se reunieran las Cortes ; pudo buscar en garantías extranjeras la seguridad del fiel cumplimiento del convenio, cosa que no les hubiese sido quizá difícil obtener, atendidos los trabajos oficiosos de los agentes ingleses y franceses para llegar al resultado de la pacificación . Pero se fiaron en la palabra de Espartero y en la promesa del Gobierno y se sometieron contando con que la Nación haría suyos los compromisos contraídos por sus representantes y delegados . El Gobierno, dentro de sus facultades, había ofrecido cuanto podía ofrecer ; había dicho, si hemos de con esperanza de resultado, á proponer á las Cortes la concesión ó la modificación de los fueros ; creer á Arrazola, que se comprometía, la concesión ó la modificación ; esto es, que los fueros quedaran como estaban, ó se modi- Y SUS DEFENSAS ficaran simplemente . Los ofrecimientos del general Espartero fueron más explícitos todavía ; ya les había dicho dos años antes del convenio en una célebre proclama, que los fueros les serían conservados y que jamás se había pensado en despojarles de ellos . He*, aquí esa proclama . !Vascongados : como general en jefe del ejército de la Reina, y en nombre de su Gobierno, os aseguro que estos fueros que habeis temido perder os serán conservados y que jamás se ha pensado en despojaros de ellos .» Esto decía el general Espartero el año 1837, dos años antes del convenio de Vergara, y cuando momentos antes del abrazo, y cerca ya del campo del convenio, agitó la duda á los batallones vizcaínos y guipuzcoanos, que temerosos de que no se les conservaran sus fueros, vacilaban y repugnaban someterse, el general Espartero les dirigió la siguiente arenga : «No tengais cuidado : vuestros fueros os serán conservados ; y si alguna persona intentase moverse contra ellos, mi espada será la primera que se desenvaine para defenderlos .» Pues bien ; los rebeldes vascongados, que fueron al convenio, asegurándoles Espartero y sus propios jefes que les serían conservados sus fueros ; los rebeldes vascongados, á 26 1876-LOS FUEROS quienes Muñagorri y sus agentes habían predicado un día y otro día la paz, ofreciéndoles en cambio los fueros en nombre del Gobierno ; los rebeldes vascongados . á quienes el Gobierno había prometido solemnemente recabar de las Cortes, con esperanza de resultado, la concesión de los fueros ; los rebeldes vascongados, digo, se sometieron, en la creencia firmísima de que se les cumpliría la palabra que se les dió, y de que les serían respe . tadas sus libertades . Hubo, por lo tanto, un pacto perfecto y verdadero entre los rebeldes y la nación ; ellos se obligaron á someterse y á aceptar la libertad constitucional, y la nación, ó su legítima representación, se obligó por su parte, y á cambio de una paz tan deseada, á otorgar á los vascongados el goce de sus franquicias . Y no fueron los rebeldes solos los que adquirieron el derecho á la posesión de su libertad, no, lo fué el país todo. Sucedió algo parecido á lo que ocurre cuando una plaza cualquiera cae en poder del enemigo por capitulación ; los sitiados, los defensores de la plaza, estipulan condiciones para el vecindario pacífico . Los que pactan en semejantes casos son los armados, los defensores de la plaza ; el que adquiere el derecho, el vecindario . Lo propio aconteció en Vergara ; los Y SUS DEFENSAS 27 que pactaron fueron los rebeldes ; el que adquirió el derecho á la conservación de los fueros, el país, la colectividad, la generación de aquella época y las que la sucedieran, toda vez que no se fijaron límites á la concesión que se otorgaba . Cumplido por parte de los carlistas vascongados el compromiso de someterse, á que se obligaron, quedaba al Gobierno por cumplir el que contrajo ; así es, que verificada la su . misión, se apresuró á pasar á las Cortes una comunicación y un proyecto de ley, que no leo, porque conozco que la Cámara está fatigada y ansiosa de ver el término de esta discusión, pero que daré á los señores taquígra= fos para que los inserten en el Diario . Comunicación de 11 de Septiembre de 1839 y proyecto que la acompaña . «Su Majestad la Reina Gobernadora, conforme con el parecer de su Consejo de ministros, se ha servido autorizarme para presentar á las Cortes el proyecto de ley que acompaña, relativo á los fueros de las Provincias Vascongadas y Navarra, conforme al articulo °= l convenio celebrado en Vergara por el general en jefe del ejército del Norte, Duque de la Victoria y el teniente general don Rafael Maroto . 28 1876-LOS FUEROS A LAS CORTES .-Entre los medios empleados por el Gobierno para conseguir los grandiosos resultados que tanto han de influir en la pacificación general, fué uno el de comprometerse formalmente á proponer á las Cortes, bien la concesión, bien la modificación de los fueros de las Provincias Vascongadas y Navarra, según se creyese más útil y oportuno, siempre que las fuerzas de las mismas acce diesen á lo propuesto por el general en jefe del ejército del Norte, Duque de la Victoria . Sobre este compromiso se funda el artículo 1 . 0 del Convenio de Vergara : las fuerzas antes enemigas han dejado de serlo, y el Gobierno, que contrajo espontaneamente aquella obligación por el inmenso interés que de ella podría reportar la nación entera, se apresura hoy á cumplirla, así como lo hará muy en breve de otras no menos sagradas, comprendidas unas en el convenio, y aconsejadas otras por el reconocimiento público, según el Gobierno tuvo el honor de manifestarlo á las Cortes en su comunicación de 8 del corriente . En su consecuencia, tengo el honor de proponer á la aprobación de las mismas el siguiente proyecto de ley : Artículo 1 . 0 Se confirman los fueros de las Provincias Vascongadas y Navarra . Art . 2 .0 El Gobierno, tan pronto como la Y SUS DEFENSAS 29 oportunidad lo permita, presentará á las Cortes, oyendo antes á las Provincias, aquella modificación de los fueros que crea indispensable, y en la que quede conciliado el interés de las mismas con el general de la nación y con la Constitución política de la Monarquía .> Decia el Gobierno en su comunicación que el proyecto estaba conforme con el convenio ; debía expresar, pues, y expresaba á no dudarlo el proyecto, aquello que el Gobierno creía, que era en su extensión y verdadero alcance, la obligación á que se había comprometido, y como lo que se pioponia en el artículo 1 .0 era la confirmación lisa y llana de los fueros, sin la frase que después se añadió, es claro que eso debió ofrecerse y prometerse á los carlistas, para obtener su sumisión Pero sea de esto lo que quiera, es el caso que el provecto no fué aceptado por la comisión que debía informar sobre el mismo ; esto no obstante, ni la mayoría ni la minoría de la comisión, que formuló cada una su proyecto, ni ninguno de los oradores que tomaron parte en la discusión se propuso, como habrá visto cualquiera que haya leído íntegros los debates que en el Congreso y el Senado tuvieron lugar ; ninguno, digo, se propuso desconocer el convenio, ni los sagrados derechos de los vascongados, asegurados y salvados 30 1876-Los FUEROS con el mismo . No leeré, por no fatigar á la Cámara, los dictámenes de la comisión, ni algunos trozos de los discursos que se pronunciaron, y que hacen ver las ideas que prevalecieron y el objeto de que se proponía el Congreso al desecharse el proyecto del Gobierno y al pedir su modificación en los términos propuestos en los dictámenes de la comisión. No molestaré al Congreso con lecturas que no inspiran interés en el estado de esta discusión, que se ansía ver terminada ; y lo único que me permitiré será entregará los señores taquígrafos los trozos de esos dictámenes y discursos, cuyo conocimiento creo yo de interés, á fin de que aparezcan en el Diario, ya que por el estado de cansancio de la Cámara no me es dado darlos á conocer aquí . 'Dictamen de la mayoría . «Del mismo modo, la mayoría de la comisión quisiera que el Congreso atendiese á que si ésta le propone en su proyecto alguna modificación de los fueros, no es ciertamente para que aquellas beneméritas provincias queden en lo demás entregadas á la dureza y tiranía de un Gobierno despótico y arbitrario, sino para que conservándose en la comunión Y SUS DEFENSAS 31 política, en la unión y coherencia nacional de todo el Reino, disfruten sin la menor restricción las ventajas constitucionales con el resto de los españoles sus hermanos .» Otro párrafo de dicho dictamen . «La modificación de su art . 2 .°, además de confirmar la parte de los fueros que son de mayor y más inmediato interés para aquellas provincias, conserva viva en todas ellas la acción del Gobierno constitucional, que de otro modo se debilitaría extraordinariamente en unas, y desaparecería del todo en otras . El menor interregno en el ejercicio de la autoridad suprema del Estado por una equivocada inteligencia que aquellas provincias pudieran dar al art . 1 . 0 del proyecto del Gobierno sería funesto á la paz misma que tanto deseamos todos ver consolidada en ellas y en el resto de la Monarquía.» Otro párrafo del propio dictamen . «Los que en las provincias adquirieron por la Constitución de 1837 derechos políticos ; los que entraron ya en la participación de cargos públicos de que sus mismos fueros les privaban ; los que han defendido con las armas y otros sacrificios el Trono de Isabel II y esa misma Constitución, que ahora en mucha 32 1876-LOS FUEROS parte cede su lugar á privilegios especiales ; los individuos de la Milicia Nacional que llenos de heridas honrosas, que tal vez antes de poco se verían desarmados á pretesto de ser contra fuero su actual organización, todos estos, todos, necesitan de la protección del Gobierno constitucional .' .Articulado del dictamen . «Artículo 1 . 0 Se aprueba el convenio celebrado en Vergara el 31 de Agosto entre el Duque de la Victoria y el teniente general don Rafael Maroto . Art . 2 .° Se confirman los fueros de las Provincias Vascongadas y Navarra en su parte municipal y económica, y en lo demás se conserva para todas ellas el régimen constitucional que se hallaba vigente en sus respectivas capitales al celebrarse el expresado convenio de Vergara .» .Articulado del voto particular de la minoría . «Artículo 1 .0 Se confirman los fueros de los Provincias Vascongadas y de Navarra, en cuanto no se opongan á los derechos políticos que sus habitantes tienen en común con el resto de los españoles, conforme á la Constitución de la Monarquía de 1837 .' Y SUS DEFENSAS 33 Discurso del Sr. Sancho de 4 de Octubre de 1839 . «¿Qué es lo que estoy haciendo en el discurso que pronuncio, sino probar que queremos dar los fueros á las Provincias Vascongadas, los fueros y más que los fueros, los fueros mejorados inmensamente por la Constitución?» Discurso del Sr. & adoZ de 5 de Octubre del propio año . «Es claro, señores, que unos y otros deseamos que por medio de la modificación en que todos convenimos y conviene también el Conde de Luchana y los que adoptaron el convenio de Vergara, se ponga aquel país en estado de poder gozar de los derechos que les conceden sus fueros, más los derechos que les concede la Constitución de la Monarquía .» Discurso del Sr . Olózaga del mismo año 39 . «Podrá haber, como ayer se dijo con mucha verdad, podrá haber algunos particulares que vean con ciertas libertades, humillado el orgullo de sus familias : podrá haber quien crea que con la libertad de imprenta no hay los medios de dominar, de dirigir y gobernar 3 34 1876-LOS FUEROS á su antojo ciertas provincias; pero no tendrán que pagar contribución ninguna que no hayan pa- pero no se tendrán de ningún modo esos motivos de espanto, ese orígen de terror ni ese escollo que han creído encontrar algunos cuando se les ha dicho : los fueros sí, pero los fueros que no se opongan á la Constitución .» Esos dictámenes y esos discursos hacen ver que la idea predominante en todos fué la de asegurar en las Provincias el régimen liberal, la acción del Poder constitucional : introducir todas aquellas reformas que sin perjudicará los vascongados contribuyeran á hacer mas íntima la coherencia y la unión política con los demás españoles; se quiso, ya que la libertad constitucional había triunfado del absolutismo en la larga lucha felizmente terminada, que la reintegración total de los fueros no fuera obstáculo para que la Constitución rigiese en lo político en el país vascongado ; no se transigía, con que ciertas conquistas que habían sido el resultado del triunfo de la idea liberal no tuvieran aplicación allí por incompatibilidades forales, y se atendió, por último, á que los vascongados leales que habían obtenido, por la Constitución política que regía, algunos derechos políticos, continuaran disfrutándolos, sin que pudiera privarlos de ellos el rigorismo del fuero . gado; Y SUS DEFENSAS 35 Por lo demás, el Congreso sabe que los le gisladores del año 39 se inspiraron y quisieron inspirarse en el propio espíritu de reconciliación, que había llevado á los dos ejércitos al campo del abrazo . Todos quisieron ser magnánimos, todos quisieron ser generosos : y apreciando en su importancia y en sus consecuencias el acto de Vergara, quisieron cumplir con hidalguía la oferta, á que atendieron los rebeldes al prestar sumisión ; consideraron deuda nacional, obligación sagrada el compromiso del Gobierno, y se propusieron cumplirle, realizando á la vez, una medida de gobierno, una medida de pacificación . Todo esto aparece muy claro de la lectura del debate, y es muy congruente en mi opinión, tratándose de la interpretación de la ley del 39. Nadie habló de introducir las quintas y las contribuciones, ni otros preceptos de la Constitución que infiriesen agravio á los derechos de los vascongados . Eso no cabía en los que querían ser magnánimos y generosos y deseaban á toda costa la reconciliación . Estos sentimientos de que se hallaban poseídos todos, sin excepción alguna, se fueron acentuando más y más conforme se iba avanvanzando en la discusión, dando al fin lugar á aquella explosión de estusiasmo, en medio de la cual se abrazaron el señor Oló- 36 1876-LOS FUEROS zaga y el Ministro de la Guerra, señor Alaix . El deseo común era encontrar una fórmula, que salvando las distancias que separaban á unos y otros, aunase las opiniones ; á fin de que la importantísima ley que se discutía fuese votada por unanimidad . Se encontró la fórmula en la frase «de sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía ;» y el proyecto del gobierno fué votado con esa adición que se hizo á su artículo 1 .0 Pasada la ley al Senado, la comisión que debía informar sobre la misma, se dividió en dos opiniones ; hubo voto particular . El Congreso habrá de dispensarme descienda á estos detalles ; yo los creo pertinentes, tratándose de examinar la cuestión que se debate, bajo su aspecto jurídico ó legal . La mayoría de la comisión proponia la aprobación de la ley, para el caso de que por unidad constitucional se entendiera, como ella entendía, la unidad del poder del Monarca constitucional, pues en este caso no había oposición en las dos partes del artículo 1 .0 El Marqués de Viluma, por el contrarío, fundaba su voto en la consideración, de que no cabían juntas las dos partes del art . 1 .0, puesto que consistiendo, según él, la unidad constitucional, en que todos los pueblos é individuos estuviesen sujetos al régimen que la Y SUS DEFENSAS 37 Constitución establecía, con perfecta igualdad en los derechos y proporción en las obligaciones, cualquier fuero ó excepción rompía esa unidad . Pidió explicaciones al Gobierno acerca . d e la inteligencia de la cláusula «sin perjuicio» ; las pidió también la comisión, y el ministro de Gracia y Justicia la explicó diciendo que siendo libres las instituciones vascongadas, libre la Constitución del Estado, no había incompatibilidad entre los dos conceptos del artículo, añadiendo que la unidad de una cosa se salvaba en los grandes vínculos y en los grandes principios, sin que fuera un obstáculo para esa unidad la diferencia en lo accidental y en los detalles ; que la unidad constitucional no debía ser un obstáculo á la conservación de los fueros, toda vez que se salvaba habiendo un sólo Monarca para todos los españoles, un Parlamento y una representación nacional común . Entregaré á los taquígrafos, para que las inserten en el Diario, las manifestaciones que aceptando la declaración del Ministro, hicieron la comisión y algunos senadores . Y haré insertar igualmente lo que, en idéntico sentido que el Ministro de Gracia y justicia, dijo el de la Gobernación explicando la propia cláusula . 38 1876-LOS FUEROS Discurso del Sr . Conde de EZpeleta . «Reasumiendo, pues, diré que la comisión por su parte está acorde si se entiende el art . 1 . 0 tal como el ministro de Gracia y justicia ha manifestado : si la unidad constitucional no se entiende como régimen constitucional, porque yo encuentro gran diferencia ; la diferencia de tomar las cosas en grande ó venir á detenerse en las más pequeñas . Si se toma en aquel sentido, estamos todos acordes ; pero si en este segundo, diré que es una decepción, un engaño, porque sería decir que damos una cosa no dándola ; entonces no habría nada, y las provincias quedarían reducidas á un estado peor que el de los últimos pueblos de Castilla .» 'Discurso del Ministro de la Gobernación . «Si la Constitución son los Códigos políticos en que se consignan las relaciones de los gobernantes con los gobernados, la forma de los gobiernos y la división de los Poderes, claro es que estando consagrada en nuestra Constitución la unidad de la Monarquía, porque uno es el Monarca, una la Representación nacional, porque uno es el origen de la justicia que nace del Rey, porque unos son los derechos políticos cardinales, digá- Y SUS DEFENSAS 39 moslo así, de los ciudadanos, unidad constitucional será la conservación de todos los grandes vínculos bajo los cuales se gobiernan y viven todos los españoles . Y la concesión de fueros que propone esta ley, ¿ofende la unidad constitucional? Claro es que no .» `Discurso del Sr . Marqués de Falces . «Prudente restricción, que acatando el principio de que la Monarquía española es una, no obliga á que el régimen de todas sus provincias sea idéntico en todos sus pormenores .» Y continuaba : «sin hacer alarde de ingenio se puede demostrar que la Constitución puede mantener los fueros de las Provincias con tal que no haya una Nación dentro de otra, dos Coronas reunidas al caso en una sola cabeza ; con tal, en fin, que no haya más que un Rey y un Parlamento . La unidad constitucional es, como han indicado varios Senadores, la sujeción á un mismo Monarca y á un mismo Parlamento .' La ley se votó entendida tal cual la explicó el Gobierno ; y la definición que éste dió á la cláusula, definición que, aceptada por la Cámara, sirvió para fijar el sentido del artículo, forma en realidad parte integrante de la misma ley . No cabe, pues, entenderla de otra suerte 40 1876-LOS FUEROS que la entendieron sus autores, y menos sería posible explicarla, admitida la definición, que de la frase «sin perjuicio» dió el Sr . Presidente del Consejo de Ministros á los comisionados . La frase «sin perjuicio» no puede entenderse en el sentido que la entendía esta mañana, y la entendió ante los comisionados el Sr . Presidente del Consejo de Ministros . Esa cláusula no puede referirse á la parte onerosa tan sólo . puesto que de la favorable no había necesidad de hacer reserva alguna, y significar que haya de quedar á salvo la unidad constitucional, interpretada según y en los términos del art. 6 .0 de la Constitución de 1837, que dispone que todos los españoles sirvan á la Patria con las armas cuando sean llamados por la ley y contribuyan á las cargas del Estado en proporción de sus haberes . Los artículos 1 .0 y 2 .° de la ley no tendrían sentido ni explicación ; el art . 1 . 0 confirmaría los fueros y derogaría los más importantes, los relativos á la exención de quintas y contribuciones . Esta exención de quintas y de contribuciones está establecida con toda claridad por expresos capítulos del Código foral, los que quedarían abolidos de aceptarse esa interpretación . Y ya que hablo de quintas y contribuciones, ha de serme permitida una digresión . Es un error por desgracia harto Y SUS DEFENSAS 41 generalizado, el que consiste en creer que las Provincias Vascongadas no contribuyen en absoluto ni han contribuído nunca á sobrellevar las cargas del Estado . Las Provincias Vascongadas cuando lo han exigido urgentes necesidades del Estado, no han solido escatimar á la madre Patria, ni sus recursos, ni sus hombres, ni sacrificios y servicios de otras clases . No acabaría hasta mañana si fuera á citar uno á uno los acuerdos de las juntas de mi provincia, en que constan esos servicios de todas clases prestados al Estado . Y muchas serían también las que tendría que leer si hubiese de dar cuenta de las Reales cédulas que dictaron los Monarcas, para demostrar su gratitud y aprecio á las Provincias por alguno de esos servicios . Pero es menester tener muy en cuenta que las Provincias han prestado siempre esos servicios en su forma especial, de acuerdo con las leyes del fuero . No leo, á fin de no retardar el término de esta discusión, una nota ó relación que tengo en mi poder, de la que apare . ce lo que importaron á la provincia los servicios prestados al Estado en este siglo y durante la guerra de la República francesa . Es una suma de consideración, procedente la mayor parte de capitales tomados á préstamo, cuyos intereses sigue pagando todavía la 42 1876-LOS FUEROS provincia . Entregaré la nota á los taquígrafos, con otras que contienen los gastos de la guerra de Africa, los de la de Cuba, los de la civil última y los correspondientes á servicios que cubre la provincia con sus recursos propios, á pesar de ser en otras partes carga del Estado . Pere según he indicado ya, tanto el servicio militar como los pecuniarios, el país los presta siempre con arreglo á fuero en su forma especial y privativa . La provincia de Guipuzcoa, y hablo sólo de ella, pues de las otras se han ocupado ya y se han de ocupar aún sus dignísímos representantes, tiene el deber, cuando se trata de la defensa de la frontera ó del territorio, de acudir en armamento en masa, padre por hijo, al servicio de la Patria . En Semejantes casos tienen que servir todos los hombres útiles, sin excepción alguna, dentro de las banderas de las Municipalidades y bajo el mando superior de un coronel jefe nombrado por la misma provincia . Tales son las condiciones á que debe ajustarse la obligación militar de los guipuzcoanos dentro del país ; y para salir de él, es menester, según el fuero, que concurran tres circunstancias : que haya petición del Monarca, acuerdo de la provincia disponiendo el servicio, y que se les pague el sueldo por el Y SUS DEFENSAS 43 tiempo que voluntariamente sirvan fuera de la provincia . Estas circunstancias concurrieron cuando se prestó el servicio en Africa y también en los tercios que se dieron para Cuba . Ahora bien ; esos fueros y los análogos de Alava y Vizcaya, que eximen á los vascongados del servicio militar ordinario, del servicio militar de plaza ó permanente, y los que declaran que no serán obligados á pagar, por lo que hace á Guipuzcoa, más tributo que la alcabala, por encabezamiento de una cantidad que no podría alterarse nunca ; lo que da á ese tributo más que el carácter de tal, el de una prestación en señal de la Soberanía del Monarca, esos fueros, digo, quedarían sin efecto, de interpretarse la cláusula «sin perjuicio», con arreglo al articulo 6 .° de la Constitución de 1837 . No tendría sentido el artículo 1 .° de la ley, y la confirmación vendría á convertirse en realidad, en la abolición radical y completa de los fueros más importantes . Tampoco tendrá explicación posible el artículo 2 .° Dice así : «Art . 2 .° El Gobierno, tan pronto como la oportunidad lo permita, y oyendo antes á las Provincias Vascongadas y á Navarra, propondrá á las Cortes la modificación indispensable que en los mencionados fueros reclame 44 1876-LOS FUEROS el interés de las mismas, conciliado con el general de la Nación y de la Constitución de la Monarquía, resolviendo entre tanto provisionalmente, y en la forma y sentido expresados, las dudas y dificultades que puedan ofrecerse, dando de ello cuenta á las Cortes .» Yo no creo, señores diputados, que ni una sola de las circunstancias á que se refiere dicho articulo 2 .° se haya tenido en cuenta en la ocasión presente, al tratarse de variar esencial y radicalmente el modo de ser de las Provincias Vascongadas . Lo primero que el artículo exige para la reforma que haya de hacerse con arreglo al mismo, es oportunidad ; y yo pregunto si la hay en los momentos presentes para resolver una cuestión de tanta trascendencia, cuando los ánimos se hallan irritados y prevenidos injustamente contra todo lo que á aquellas Provincias se refiere, cuando el espíritu público está extraviado por preocupaciones de todas clases, y cuando el Gobierno y las mismas Cortes se hallan hasta cierto punto cohibidos bajo el peso de la presión de esa atmósfera, llena de pasión y de odios artificiosamente creada contra los fueros . No ; el momento no es el más oportuno seguramente, ni el más propio, si se ha de buscar al menos el acierto en lo que se haga . Otra de las circunstancias que exige el ar- Y SUS DEFENSAS 45 es que las Provincias hayan de ser oídas cuando se trate de alterar su régimen . Pero esa audiencia que á las Provincias se concede tiene otro alcance, otra significación distinta de la que ha dado á las conferencias últimas el Gobierno, que ha creído que oía á las Provincias y cumplía, con hacer venir á sus comisionados para anunciarles que había sonado en el reloj de los tiempos la última hora de las libertades Vascongadas . Como el objeto de esa disposición segunda era hermanar los fueros con el sistema general del Estado ; como lo que se proponía era reformar la organización privativa de las Provincias, por medip de modificaciones indispensables que se adoptarán consultando los intereses del Estado y de los de aquel país, la audiencia responde á esa necesidad de buscar el común acuerdo, la conformidad en las reformas indispensables que hayan de llevarse á cabo . Por eso á las provincias se las ha llamado siempre á tratar, á conferenciar con el Gobierno, cuando se ha querido que vinieran los comisionados en cumplimiento del artículo de que me ocupo . (El señor Marques de Acapulco : A tratar, no) . A tratar y á conferenciar . Oiga S . S . lo que dice el articulo 7 .0 del decreto de 16 de Noviembre de 1839 «Las Provincias Vascongadas en sus tículo 2 .°, 46 1876-LOS FUE ROS Juntas generales, y Navarra por la nueva Diputación, nombrarán dos ó más comisionados que unos á otros se sustituyan, y con los cuales pueda conferenciar el Gobierno para la mejor ejecución de lo dispuesto en el art . 2 .° de la ley de 25 de Octubre» . (El señor Marqués de Acapulco . No dice á tratar) . Creo haber visto empleada esa palabra en alguna de las muchas Reales órdenes que hay llamando á los comisionados; pero sobre todo, ahí está el tratado de Navarra . (El señor Marqués de Acapulco : No es tratado tampoco .) Lo que puedo decir á S . S . es que se hizo después de haber estado los comisionados navarros conferenciando (El señor a(arqués de Acapulco: Eso, si), conferenciando seis meses con una Junta nombrada para el efecto por el gobier no . El Gobierno oyó en aquella ocasión á los comisionados ; los oyó en el verdadero sentido que debe tener esta palabra, entrando á concertar con ellos las reformas que sin incon . veniente pudieran realizarse en Navarra. El Gobierno se inspiró en la idea que predomina en el artículo 2 .0 de la ley, que se propuso reformar conciliando, y por eso, y sin embargo de que los comisionados tenían plenos poderes para Terminar cualquier arreglo, quiso obtener la aprobación de la Diputación, y una vez obtenida fu' cuando presentó á las Y SUS DEFENSAS 47 Cortes el arreglo, dándole los nombres de concierto y de convenio, sin que se hubiera hecho por nadie contra esa manera de calificar el arreglo, la menor observación . Me he desviado sin querer, de digresión en digresión, del examen de la cláusula «sin perjuicio», que ya he tenido el honor de demostrar al Congreso lo que significa según'su definición auténtica, y cómo debe entenderse para que no resulten absurdos y contradictorios los artículos 1 . 0 y 2 .° de la ley . Ahora sólo me resta invocar en' mi apoyo y en el de la verdadera inteligencia de la ley el testimonio de los Gobiernos y de las Cortes de la Nación . Yo debería leer esas declaraciones que en decretos y leyes importantes han hecho los Poderes de la Nación ; pero haré gracia de ellas al Congreso y las entregaré á los señores taquígrafos, á fin de que aparezcan en el Diario y sean en su día apre . ciadas por los que lean esta discusión . Decreto de 16 de `TLovieinbre de 1839 . «Como Reina Regente y Gobernadora del Reino durante la menor edad de mi excelsa hija la Reina Doña Isabel II y en su Real nombre, conformándome con el parecer de mi Consejo de Ministros, hasta que pueda tener efecto lo dispuesto en el art . 2 .0 de la ley 48 1876-LOS FUEROS de 25 de Octubre último, he venido en decretar lo siguiente : Artículo 1 .0 Las Provincias de Vizcaya, Alava y Guipuzcoa procederán desde luego á la reunión de sus juntas generales y nombramiento de sus respectivas Diputaciones para disponer lo conveniente al régimen y administración interior de las mismas y á la más pronta y cabal ejecución de la ley de 25 de Octubre último, procediendo en todo sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía, como en la misma se previene . La reunión de las juntas se verificará en los puntos donde sea de fuero ó costumbre . Art . 2 .0 Los jefes políticos que actualmente lo son de Vizcaya y Guipuzcoa quedan como corregidores políticos, con las atribuciones no judiciales que por el fuero, leyes y costumbres competían á los que lo eran en dichas provincias . Art. 3 -0 Las elecciones de Senadores y Diputados á Cortes se harán en las tres provincias en la forma establecida por las leyes para el resto de la Monarquía . Las Diputaciones provinciales elegidas por el método directo continuarán limitándose por ahora á entender solamente en lo relativo á este asunto, y se procederá á su renovación total á fin de que puedan tener parte en ella los Y SUS DEFENSAS 49 pueblos que hasta aquí no habían pádido verificarlo por circunstancias , de la guerra . Art. 4 .0 La provincia de Navarra nombrará desde luego, y por el métádo establecido para las Diputaciones provinciales, una Diputación compuesta de siete' individuos, como antes constaba la Diputación del Reino, nombrando un diputado cada meríndad, y los dos restantes las de mayor población . Las atribuciones de esta Diputación serán las que por fuero competían á la Diputación del Reino ; las que siendo compatibles con ellas señala la ley general á las Diputaciones provinciales, y las de administración y gobierno interior que competían al-Consejo de Navarra : todo sin perjuicio de la unidad constitucional, según se previene en la ley citada de 25 de Octubre . Art . 5 . 0 Las elecciones de Senadores y Diputados á Cortes se verificarán también en Navarra en la forma establecida por las leyes generales para el resto de la Peninsula . Art . 6 .° La renovación de Ayuntamientos se verificará en las cuatro provincias según tengan de fuero y costumbre, debiendo tomar posesión de sus destinos los nuevamente nombrados para el 1 . 0 de Enero del año próximo de 1840 . Los nombramientos de 50 1876-LOS FEROS alcaldes se expedirán gratis en Navarra por el virrey . Art . 7 .0 Las Provincias Vascongadas en sus juntas generales, y Navarra por la nue va Diputación, nombrarán dos ó más individuos que unos á otros se sustituyan y con los cuales pueda conferenciar el Gobierno para la mejor ejecución de lo dispuesto en el artículo 2 .0 de la ley de 25 de Octubre . Art . 8 .0 Como en la misma se previene, cuantas dudas ocurran en su ejecución se consultarán con el Gobierno por medio de la autoridad superior del ramo de que se trate .Tendréislo entendido, etc . En Palacio á 16 de Noviembre de 1829 .» Decreto de 29 de Octubre de 1841 . «Siendo indispensable reorganizar la administración de las Provincias Vascongadas por razones que me habeis expuesto, del modo que exige el interés público y el principio de la unidad constitucional sancionado en la ley de 25 de Octubre de 1839 : como Regente del Reino en nombre y durante la men,)r edad de S. M . la Reina Doña Isabel II, vengo en decretar lo siguiente : Artículo 1 . 0 Los corregidores políticos de Vizcaya y Guipuzcoa tomarán la denominación de jefes superiores políticos . Y SUS DEFENSAS 51 Art . 2 .0 El ramo de protección y seguridad pública en las tres Provincias Vascongadas estará cometido exclusivamente á los jefes políticos y á los alcaldes y fieles bajo su inspección y vigilancia . Art . 3 .0 Los Ayuntamientos se organizarán con arreglo á las leyes y disposiciones generales de la Monarquía, verificándose las elecciones en el mes de Diciembre de este año y tomando posesión los elegidos en 1 .0 de Enero de 1842 . Art . 4 .0 Habrá Diputaciones provinciales nombradas con arreglo al art . 69 de la Constitución y á las leyes y disposiciones dictadas para todas las provincias, que sustituirán á las Diputaciones generales, juntas generales y particulares de las Vascongadas . La primera elección se verificará tan luego como el Gobierno determine . Art . 5 .0 Para la recaudación, distribución é inversión de los fondos públicos hasta que se verifique la instalación de l;,s Diputaciones provinciales, habrá en cada provincia una comisión económica compuesta de cuatro individuos nombrados por el jefe político, que la presidirá con voto . Esta comisión será también consultiva para los negocios en que el jefe político lo estime conveniente . Art . 6 .0 Las Diputaciones provinciales 52 1876-LOS FUEROS ejercerán las funciones que hasta aquí han desempeñado en las Provincias Vascongadas las Diputaciones y juntas forales, y las que para las elecciones de Senadores, Diputados á Cortes y de provincia y Ayuntamiento les confían las leyes generales de la Nación . Hasta que estén instaladas, los jefes políticos desempeñarán todas sus funciones, á excepción de la intervención en las elecciones de Senadores, Diputados á Cortes y provinciales . Art . 7 .0 La organización judicial se nivelará en las tres provincias al resto de la Monarquía . En la de Alava se llevará á efecto la división de partidos prevenida en orden de 7 de Setiembre de este año; y para la de Vizcaya se hará inmediatamente la demarcación de partidos judiciales . Art . 8 .° Las leyes, las disposiciones del Gobierno y las providencias de los Tribunales se ejecutarán en las Provincias Vascongadas sin ninguna restricción, así como se verifica en las demás provincias del Reino . Art . 9 .0 Las aduanas desde 1 .0 de Diciembre de este año, ó antes si fuese posible, se colocarán en las costas y fronteras, á cuyo efecto se establecerán, además de la de San Sebastián yPasajes dondeya existen, en Irún,Fuenterrabía,Guetária,Deva, Bermeo, Plencia y Bilbao . . Art . lo. Los ministros de Gracia y Justi- Y SUS DEFENSAS 53 cia, Gobernación y Hacienda adoptarán las medidas convenientes á la entera ejecución de este decreto .-Tendréislo entendido, etc . Vitoria 29 de Octubre de 1841 .» Ley sancionada por las Cortes Constituyentes en 24 de Marzo de 1870. «Artículo 1 . ° El servicio militar es obligatorio para todos los españoles al cumplir 20 años de edad . Artículos adicionales : 1 .0 La presente ley de reemplazo y organización del ejército en nada prejuzga ni altera las atribuciones que en la realización del servicio militar competen á Navarra, ni las excepciones que por sus fueros disfrutan las Provincias Vascongadas .» Ley de 23 de Abril de 1870 llamando á las armas 40 .000 hombres . «Art . 2 .0 Todas las provincias de España, á excepción de las Vascongadas, contribuirán á llenar este contingente en la forma y modo que establece la ley de organización y reemplazo del ejército, votada y sancionada por las Cortes Constituyentes en 24 de Marzo último .» Ley de 13 de Noviembre de 1872 llamando á las armas 40 .000 hombres . «Art . Todas las provincias, menos las la de Canarias, á tenor de lo prevenido en la ley de 29 de Marzo de 1870, 2 .° Vascongadas y i 54 1876-Los FUEROS contribuirán á llenar este contingente de 40.000 hombres .» Decreto del Ministerio Regencia de lo de Febrero de 1875 llamando á las anuas 70 .000 hombres . «Artículo 1 .0 Se llaman al servicio de las armas para el reemplazo activo y de la reserva 70 .000 hombres . Art. 9 .0 El Ministerio de la Gobernación repartirá entre las provincias, con exclusión de la ; Vascongadas, el contingente de los 70 .000 hombres llamados por este decreto .» T\,eal decreto de 11 de Agosto de 1875 llamando al servicio militar 100 .000 soldados . Tiene seis artículos y en ninguno de ellos se incluye á las Vascongadas . Yo diré tan sólo respecto de esas declaraciones oficiales que el decreto de 16 de No viembre de 1839 se dió por el propio Gobier . no que estaba al frente de los destinos públi cos cuando se hizo la ley de 25 de Octubre que tuvo por objeto dicho decreto explicar, aplicar y poner en ejecución la ley ; que por esta razón puede considerarse como parte de la misma ; y que este decreto no entendió la cláusula 'sin perjuicio» tal como aquí se entiende . Y SUS DEFENSAS 55 Yo diré tan sólo que el decreto del Regente del Reino de 29 de Octubre de 1841, que fué un decreto de castigo, á pesar de reconocerse solemnemente en la exposición de motivos la inocencia del país ; un decreto nivelador, un decreto que . se propuso plantear la unidad constitucional, no la entendió tampoco en el sentido en que hoy se trata de explicar esa frase, y que habiendo introducido una porción de novedades y contrafueros, nada estableció respecto de deberes constitucionales, que siguieron siendo para los vascongados los que hasta allí les habían obligado . Yo diré, por último y finalmente, que tal cual la entienden esos decretos la entendieron también las Cortes del 70 y posteriores, y respetabilísimas autoridades, como lo demuestran los textos que entregaré á los taquígrafos para que los inserten en el 'Diario y aparezca claro, lo que entendían esas autoridades por unidad constitucional . Discurso del Sr . Calatrava de 1o de Abril de 1840 . «Creo, señores, que debe tenerse también muy en cuenta que lo que en este asunto se resuelva (Ayuntamientos) debe extenderse igualmente á todas las provincias del Reino, á todas sin excepción alguna ; porque si se 1 t t 1 56 1876-LOS FUEROS pretendiese que no debe alcanzar á Navarra y á las Provincias Vascongadas lo que se resuelva respecto á los Ayuntamientos de las demás provincias, sobre ser la más intolerante injusticia y una grande inconsecuencia en el Gobierno si a .sí lo pensara, sería violar abiertamente la unidad constitucional que la ley de 25 de Octubre último prescribió que quedase á salvo .» 'Discurso del Sr. Laserna de .de 1842 . lo de Marzo «El Gobierno, al dictar el decreto de Octubre del 41, no ha hecho más que interpretar la ley del 39 y establecer la unidad constitucional, á la que no se oponen las novedades introducidas por aquel decreto .» Discurso del señor Cortina de 23 de úKarzo de 1840 . «La unidad constitucional no está salvada en las Provincias Vascongadas, porque á la Reina Doña Isabel se la ha jurado allí como Señora, no como Reina y Señora, y también porque no hay en el Congreso representantes de Vizcaya . . Ha habido, pues, perfecta unanimidad respecto de la manera de entenderse la ley : así lo acreditan las disposiciones y textos Y SUS DEFENSAS 57 que he citado y otros que aún pudiera invocar . Ahora bien ; la ley de 1839, que ya he demostrado cómo debe interpretarse y aplicarse, sin que pueda nadie entenderla de otro modo, no puede darse al olvido, no puede prescindirse de ella, no puede considerarse derogada; está en vigor, no puede menos de estarlo y así lo ha declarado el Gobierno en cierto modo, á causa de su especialidad, especialidad que consiste en que debe su existencia á un pacto ó contrato ; especialidad que consiste en que consagra el derecho que por el hecho de la sumisión de los rebeldes adquirió el país vascongado, la colectividad de sus naturales; á la conservación de los fueros ; especialidad que consiste en que garantiza el ejercicio de dichas instituciones, especialidad que consiste por último, y muy principalmen . te, en que crea derechos en favor de tercero en favor de los particulares y de los pueblos de aquellas provincias . Los particulares adquirieron por esa ley el derecho á la exención de quintas y de contribuciones, exactamente lo mismo que los convenidos en Vergara adquirieron por el mismo hecho del convenio, por una ley semejante, otros derechos que religiosamente se respetan . ¿Pueden las Cortes con el Rey, en buenos 58 1876-LOS FUEROS principios de moral y de derecho, y por más grande que sea su autoridad, y yo la reconozco, desconocerá los convenidos en particular las ventajas que fueron el precio de su sumisión? ¿Y no es el mismo el origen del derecho del país, de la colectividad, y de cada uno de los miembros de esa colectividad? Y no se diga que caducó el derecho con la rebelión : le habrán perdido los rebeldes : pero los leales ¿habría justicia, habría derecho para privarles de legítimos, muy legítimos derechos por delitos que no hubiesen ellos cometido? Lo sensible en todo esto, Sres . Diputados, es que se haga una cosa abiertamente opuesta á la ley del 39, cuando taxi fácil hubiera sido, sin salirse de sus procedimientos, llegar á una inteligencia con el país vascongado, más que nunca dispuesto á transigir, á ceder, y á sacrificarse por la madre Patria en aras de la conciliación y de la paz . Apenas se publicó la Real orden de 6 de Abril llamando á los co misionados, se reunieron las juntas del país ; yo asistí á las de Guipuzcoa, y asistió tam . bién á ellas mi respetable y querido compañero el Sr . Lasala. Los Ayuntamientos que acudían á las juntas debían la mayor parte su existencia al nombramiento del Gobierno, del Gobernador, y algunos á las autoridades Y SUS DEFENSAS 59 militares : se trataba nada menos que del nombramiento de los comisionados que habían de entender en un asunto el más vital para aque . lías provincias, y no obstante no ser ajustados al fuero ni á la ley aquellos nombramientos, se hicieron, á fin de evitar el que se acu sara al país de querer aplazar indefinidamente la modificación foral . Los comisionados vinieron animados de las mejores disposiciones ; pero ante los propósitos del Gobierno y sus declaraciones, opuestas á la recta inteligencia de la ley del 39, no fué posible el acuerdo que tan de veras anhelaba el país . Debo llamar, Sres . Diputados, vuestra atención hacia otra circunstancia, Los Diputados que tenemos la honra de representará las Provincias Vascongadas fuimos elegidos, cuando todavía sufría el país el yugo de la bárbara dominación del Pretendiente . No era posible que se aplicaran á nuestra elección los procedimientos de la ley electoral, y el Go bierno dispuso que se ajustara la elección en los distritos totalmente ocupados ó en parte libres á las disposiciones de las Cortes de 1812 y 1813 : se estableció en su consecuencia por el art . 5 .0 del decreto de convocatoria, que la parte libre nombrara en las Provincías Vascongadas los Diputados y SenadorEs que correspondieran á las mismas, con arre . 6o 1876-LOS FUEROS glo á lo estatuido por el art . 6 .0 de la instrucción de 13 de Mayo de 1812 . Voy á permitirme leer al Congreso dicho art . 6 .0 Dice así : «En la provincia que se halle en parte libre y en parte ocupada, la parte libre nom brará el Diputado ó Diputados propietarios que correspondan á su población ; y por la parte ocupada, siempre que ésta no pudiera enviar los electores que le pertenezcan en el día convenido, nombrará tambien como suplentes el Diputado ó Diputados que le correspondan por su población, entendiéndose sin perjuicio de que la parte ocupada haya de verificar su elección en cuanto se halle libre, durante el tiempo de la Diputación general de Cortes .» Según esta disposición, los Diputados de la parte ocupada nombrados por la libre deben ser suplentes, y tan pronto como se halle libre la parte ocupada debe proceder al nombramiento de los propietarios . Es, por tanto, indudable que los Diputados de los distritos total ó parcialmente ocupados en la época de la elección, no podemos invocar para formar parte de esta Cámara, ni la ley electoral vigente, ni la instrucción de 1812, por haber debido caducar con arreglo á ella nuestra representación . De todas maneras, no expresamos, no . representamos los sufragios de nues- Y SUS-DEFENSAS 61 tros distritos, y el país no asiste, no está debidamente representado en esta solemne ocasión, en el momento más importante de su historia. Este gravísimo inconveniente hubiera podido evitarse, aplazando la discusión hasta que, verificadas nuevas elecciones, hubieran venido aquí representantes debidamente nombrados . Conozco el cansancio de la Cámara y la fatiga que os he debido causar en las dos horas y media que hace que estoy molestando vuestra atención ; esta consideración me impide ocuparme, con harto pesar mío, de examinar el asunto objeto de estos debates bajo otros aspectos . Termino, pues ; pero antes de sentarme, ha de serme permitido que después de agradeceros la deferente benevolencia que me habeis dispensado, envíe desde este elevado sitio, ya que no una frase de consuelo, la expresión ardiente de mi cariño y de mi acendrado amor á las instituciones vascongadas, cuya causa tres veces santa, hemos venido á sostener aquí ; al noble pueblo eúskaro . que después de haber reñido en la duración de los siglos tantas batallas, gloriosas todas para la libertad, va á hundirse en la desgracia, en nombre de lo que llamais unidad constitucionil ; permitidme también que me dirija á mis hermanos desgraciados de allende del f 62 1876-LOS FUEROS Ebr,i, siquiera para acompañarlos en su jus tísimo dolor, y no quiero decir en su amargo desengaño, con cuyo infortunio deseo se resignen con dignidad, manteniendo vivo el fuego del patriotismo, la memoria de sus libertades perdidas, y la más profunda y más viva esperanza, á fin de que puedan ver pronto lucir mejores días . He dicho . Y SUS DEFENSAS 63 RECTIFICACIN Ha manifestado el digno individuo de la comisión que no es la ley del 39 una ley paccionada ; lea S . S . el decreto de 25 de Enero de 1871 y lo que el Sr . Ministro de la Guerra decía en la sesión de 28 de Octubre del 72 al Sr . Payela, y comprenderá que no soy el úni co que sostiene que esa ley fué pactada . Su señoría, para impugnar los datos que he aducido con objeto de manifestar que la incorporación de Guipuzcoa fué voluntaria, ha citado al Padre Moret y al Arzobispo D . Rodrigo : debe tener en cuenta el señor Marqués de Acapulco que esos autores y Elizondo no son imparciales ni los ha considerado nadie como tales para juzgar con desapasionamiento los asuntos referentes á la provincia de Guipuzcoa . DISCURSO PRO\DNCIADO EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS EL DIA 18 DE JULIO DE 1876 POR DON FRANCISCO DE GOROSTIDI DISCURSO DE DON FRANCISCO DE GOROSTIDI 18 JULIO 1876 SEÑORES DIPUTADOS : Nuevo en las lides parlamentarias, y siendo la primera vez que tengo el honor de dirigiros la palabra y de hablar en público, os ruego, Sres . Diputados, que me otorguéis toda vuestra benevolencia . Si un deber ineludible de conciencia no me obligara á molestaros, yo me hubiera limitado á votar en contra de este proyecto de ley, siguiendo el prudente consejo que no ha muchos días nos daba des . de estos bancos nuestro digno compañero y mi amigo el Sr . Martón, si mal no recuerdo, cuando decía que á los diputados humildes y modestos sólo nos incumbe el deber de oir y callar para aprender . 68 1876-LOS FUEROS Contando, pues, con vuestra indulgencia y esperando me la otorguéis cumplida, voy á entrar de lleno en la cuestión, procurando ser lo más breve posible, toda vez que la materia está completamente agotada . Siento que la vez primera que me levanto á hablar desde este sitio sea para hacer la oposición al Gobierno de S . M ., á quien hasta ahora he apoyado con mi humilde voto, y creo que continuaré apoyándole, pues estoy persuadido de que es preciso sostener á todo Gobierno que legítimamente ocupe ese banco, porque una de las principales causas de la pertui bación de nuestro país es el frecuente cambio de los Ministerios . Si á mí, el más humilde de todos vosotros y el más joven é inexperto de mis compañeros, me hubiera cabido la alta honra de iniciar estos debates, no lo hubiera hecho después de ciertas frases, que hace pocos días pronunció el Sr Presidente del Consejo de Ministros contestando al elocuente discurso del Diputado navarro Sr . Morales, frases que ha repetido de nuevo en el curso de estos debates y que son en mi concepto el vire victii de Breno . Habría, pues callado, limitándome á señalar el motivo de mi silencio y á votar en contra del proyecto ; pero como quiera que mis dignos compañeros, á pesar de aquellas Y SUS DEFENSAS 63 frases, están sosteniendo este debate, yo debo imitar su patriótica conducta y deciros lo que se me alcanza respecto de la cuestión, haciendo ante todo, sin embargo, la salvedad de que hablo por mi sola y exclusiva cuenta . Sin detenerme en el origen de los fueros ni en hacer su historia, os diré que el régimen foral de las Provincias Vascongadas, está hoy, no diré fundado, que su fundamento es más, sino confirmado en la ley de 25 de Octubre de 1839, confirmación á su vez del célebre convenio de Vergara . Dudas que hasta ahora no habían existido, se hnn presentado sobre la inteligencia de esta ley, y dudas cuya razón no alcanzo . La primera de las interpretaciones de una ley, la que se confunde con la ley misma, es la auténtica . Nosotros la tenemos respecto de la de 25 de Octubre de 1839, dada por sus mismos autores y en los momentos de su discusión solemne en las Cámaras . Apoyados en esta interpretación, sostenemos que el proyecto de ley que se discute no ha podido presentarse á las Cortes tal como se ha traído . Lo mismo el Gobierno de S . M ., como la comisión, no aceptan aquella interpretación : es más, la rechazan; ¿y por qué? ¿No habéis acudido á despachos diplomáticos para probar que en c 1 c 1 70 1576-LOS FUEROS el art. 1 . 0 del Concordato no se pactó la uni . dad religiosa? ¿No habéis exigido declaraciones explícitas, ó sea una interpretación auténtica sobre el alcance de la base 1La de la Constitución? Pues si procedéis así en otros asuntos, respetando la opinión de los autores de las leyes ó tratados, ¿por qué no hacéis lo mismo respecto de la ley de 1839? Si mañana ocupan otros hombres el banco azul y tratan de dar á la base 11 .a una interpretación distinta de la que ahora se le ha dado, ¿con qué derecho podréis rechazarla? ¿No comprendéis que os podrán decir que ellos se creen tan autorizados para interpretar la base 1, . a á su gusto, prescindiendo de la opinión de los autores de la ley, como vosotros os creéis autorizados para interpretar según se os antoja la fangosa cláusula sin perjuicio de la Lenidad constitucional, desentendiéndoos de la interpretación auténtica que sobre ella recayó en 1839? Fijad, Sres . Diputados, vuestra aten . ción en las consecuencias funestas á que puede conducirnos la absoluta libertad que establecéis ahora para interpretar las leyes como mejor os parezca . He dicho que la ley de 1839 con su interpretación auténtica es hoy la base fundamental legal del sistema foral . Esa ley, de la cual se ha ocupado extensa y elocuentemente mi Y SUS DEFENSAS 71 querido amigo y compañero el Sr . Garmendia, es indudable que tiene un carácter de pacto que es imposible desconocer, y sabidos son los trámites que han debido seguirse para su cumplimiento ; pero el Gobierno ha querido en la ocasión presente seguir otro camino . No hay que examinar la cuestión por algu-, nos promovida, de si estaba ó no vigente la ley de 39. En mi concepto . está vigente, y aunque otros opinan que no lo está, desde el momento en que el Gobierno ha declarado que esa ley está vigente, se hallaba en el caso de seguir para derogarla los mismos trámites que en la misma se establecen . Con arreglo á esta ley, no tenéis derecho más que á hacer una modificación de los fueros, pero en manera alguna abolirlos como lo vais á hacer con el proyecto que se discute . Y aun para la modificación, preciso era que hubiese habido con las Provincias Vascongadas conferencias y conciertos previos . Así se hizo con Navarra en 1841 . El Gobierno llamó á los comisionados de aquella provincia, y después de haber conferenciado con ellos presentó á las Cortes el proyecto de ley de arreglo de fueros, pero sometiéndolo antes á la aprobación de la Diputación foral . ¿Por qué no habéis seguido el mismo método con las Provincias Vascongadas? (El Sr . Marqués de Aca- 72 1876-LOS FUEROS Porque no han querido) . Yo probaré lo contrario, Sr . Marqués de Acapulco . Los comisionados de las Provincias Vascongadas vinieron á conferenciar con el gobierno siempre que éste los llamó, y sabido es que muy poco faltó para ultimar en una ocasión el arreglo de fueros ; las circunstancias políticas exigían frecuentes cambios de Ministerios, que en vez de continuar las conferencias, las suspendían . ¿Son acaso las Provincias Vascongadas responsables de la poca estabilidad de los Gobiernos en España? Es indudable, señores, que la ley de 1839 entraña el convenio de Vergara . Ya lo dijo don Alejandro Mon siendo Presidente del Consejo de Ministros . Ese convenio, según un manifiesto carlista de que aquí se ha hecho mérito, se rompió con el primer cañonazo de Alcolea, y aquí se ha dicho también que los vascongados son los que lo han roto ; pero esto no es exacto . Quien ha roto el convenio de Vergara respecto á las Provincias Vascongadas, han sido la mayor parte de los Gobiernos que se han sucedido desde 1839 . Cincuenta y tantos son los contrafueros cometidos . Por no molestaros no los citaré, aunque bien podría hacerlo, y mejor que yo podría aun hacerlo mi querido amigo y respetado compañero señor Moraza ; pero sí debo repulco: Y SUS DEFENSAS 73 cordar el decreto de 29 de Octubre de 1841, que derogó casi totalmente el sistema formal . No me digáis que ese decreto fué luego derogado por otro de 1844 ; porque si esto es verdad, no lo es menos que mucho de lo que fué destruido en 1841 no volvió al ser y estado que tenía en aquella fecha; entre otras cosas quedaron las aduanas, que han llevado á aquel país, según muchos, gran riqueza y prosperidad . No negaré yo este aserto, siquiera sea discutible que tal riqueza y prosperidad son compensación bastante de la libertad comercial perdida con la instalación de las aduanas en la frontera ; pero en cambio, en aquel país se verificó un fenómeno moral que es preciso tener en cuenta, pues las aduanas crearon el oficio de contrabandista, desconocido completamente hasta entonces . ¿Sabéis cuáles han sido las consecuencias de esto? Las consecuencias han sido que esos contrabandistas han introducido fraudulentamente armas y municiones por la frontera para los carlistas ; las consecuencias han sido que aquellos contrabandistas fueron los que formaron la partida del feroz y tristemente célebre cura Santa Cruz . Mucho se ha hablado de las causas de la guerra civil . Unos la atribuyen á la revolución de Setiembre, otros al elemento clerical, 74 1876-LOS FUEROS y en mi opinión unos y otros tienen razón, y la víctima expiatoria son las pobres Provincias Vascongadas . ¿Quién puede dudar, señores Diputados, que las saturnales de Barcelona y otros hechos que no enumero y vinieron en pos de la revolución de Septiembre, alarmaron el sentimiento religioso de aquellos sencillos habitantes? Pero ¿quién duda tampoco que un clero que tiene grande influencia contribuyó poderosamente á la rebelión car . lista, soliviantando los ánimos de sus feligreses con predicaciones en el púlpito y consejos en otra parte? Tened entendido que aque líos campesinos no son carlistas, sino amantes de la religión de sus mayores y el temor de perderla, hébilmenle explotado, les hizo comprometerse en la lucha . Pero no fueron á ella voluntariamente en su inmensa mayoría, como se ha supuesto, sino á la fuerza ; porque si son fanáticos en religión, son también ciudadanos honrados, pacíficos y tranquilos que sólo desean que se les deje trabajar para ganar su sustento . Primero el cura Santa Cruz, y después los demás cabecillas carlistas, sacaron los muchachos valiéndose de los medios más violentos y salvajes, maltratando de tal modo á sus padres, que muchos que por huir del servicio de las armas se habían refugiado en los puntos fortificados, tu- Y SUS DEFENSAS 75 vieron que volver al campo rebelde por libertar á sus padres de tan crueles sufrimientos . Y á pesar de estas violencias, si cuando aún los carlistas en armas eran pocos no se hubieran abandonado los muchos pueblos del interior que ocupaban fuerzas leales, la facción no habría tomado el incremento que luego tomó . ¿Queréis una prueba palmaria é irrecusable de que estaban por fuerza aquellos muchachos en las filas carlistas? Nosotros, los que conocíamos el país, sosteníamos que los vascongados, como forzados, se retirarían á sus casas tan pronto como las tropas se acercaran á sus hogares ; y todos habeis visto que cuando el heróico ejército mandado por nuestro augusto Rey D . Alfonso XII penetró en el corazón del país vasco-navarro, todos los hijos de aquellas montañas entregaron gozosos sus armas, mientras que los que no eran de aquel país, y que componían muchos batallones y escuadrones, penetraron en Francia con su pretendido Rey . ¿Y por qué esta diferencia? Porque los vasco-navarros eran forzados en su casi totalidad, y los otros voluntarios, hijos precisamente de provincias que más gritan contra los fueros . Pero si en aquel país ha habido muchos carlistas forzados en armas, también ha habi- 76 1876-LOS FUEROS do un partido liberal respetable y hasta numeroso, que representa la inteligencia y la riqueza (10 .124 voluntarios de la libertad ha habido en aquellas provincias), y ese partido liberal ha prestado los eminentes servicios que todos conocéis y que yo no he de relatar porque no se diga que vengo á defender la causa del partido liberal, cuando vengo á defender al país vascongado, sin atenderá opiniones, sin mirar si son carlistas ó liberales ; pero sí diré : ahí tenéis á San Sebastián, á Hernani, á la heróica Bilbao, y no digo nada de Guetaria, patria de Juan Sebastián de Elcano y del ilustre defensor de los fueros, el Senador Sr . Aldamar, cuya sensible pérdida deploramos hoy todos más que nunca . Guetaria, que en la anterior guerra civil fué quemada por los carlistas y en la actual ha sufrido un sitio tan largo y horrible, que sus habitantes para no ser víctimas de los proyectiles carlistas tenían que esperar hasta las doce de la noche para recibir una ración de agua que se les llevaba de San Sebastián ; Guetaria, donde no han quedado ni puertas, ni ventanas, ni nada que haya podido servir para preparar el rancho del soldado y del voluntario : con decir que la invicta Hernani parece un lujoso salón al lado de Guetaria, comprenderéis en qué estado ha- Y SUS DEFENSAS 77 brá quedado aquella pobre villa de pescadores . Y ya que hablo de los servicios de los pueblas y sus voluntarios, no me prohibiréis que os cite á los miñones de Alava, á la Guardia foral de Vizcaya y á los miqueletes de Gui . .,puzcoa, que iban, como decía el señor Presidente del Consejo, á la vanguardia de las tropas, conforme los visteis entrar en Madrid . Pues bien ; esos tres batallones han perdido más de la mitad de su fuerza . Siento no tener los datos de las pérdidas de los forales y de los miñones ; pero leeré los de los miqueletes de Guipuzcoa . Este heróico batallón cuenta muertos dos capitanes, dos tenientes, dos alféreces, cinco sargentos, cuatro cabos y 100 míqueletes ; total, 115 muertos, heridos, dos coroneles, uno de ellos el bravo veterano Urdampilleta, que ha muerto de resultas de sus heridas, y cuya pérdida lloramos los vascongados ; un teniente coronel, cuatro comandantes, cuatro capitanes, tres tenientes, tres alféreces, 17 sargentos . 15 cabos, siete cornetas, 218 miqueletes, algunos heridos dos ó tres veces ; total, 274 heridos, que hacen un total de bajas de 389 ; y esto en un batallón que tenía 720 plazas ; y aquí me advierte un compañero que no hay oficial de miqueletes que no os- Y SUS DEFENSAS 78 tente alguna honrosa cicatriz sacada en esta guerra . Antes de concluir el punto de que me he ocupado os debo decir, y decir muy alto, que todo ha podido ser la causa de la guerra civil, absolutamente todo, pero en manera alguna los fueros de las Provincias Vascongadas ; y buena prueba de ello es que desde 1839 hasta 1872 ó 1873, que ha regido el sistema foral con pequeñas interrupciones, nunca el partido carlista ha podido encender la guerra civil en aquellas montañas . Senos ha acusado á los vascongados, y cuenta, señores diputados, que yo por vascongado me tengo, aun cuando accidentalmente soy nacido en Madrid por ser mi padre funcionario público, porque vascongados fueron todos mis anta pasados, y es de pechos nobles no renegar de su raza, y menos en estos m ,)mentos en que todo el mundo grita contra ella . (1'L», rta). Tanto equivale gritar contra la raza eú ;ltara, como pedir la abolición de los fueros vascongados . (?Q-), no) . Se tia acusado, repito, á los vascon,,a los de que no han contribuido al servicio militar ; pero la opinión pública ha empezado á hacer justicia en este asunto, porque la verdad es que siempre que ha habido un peligro para la Patria, siempre que ha estado comprometida su ban- Y SUS DEFENSAS 79 dera, allí se ha visto á los vascongados defendiendo la una y la otra : los vascongados se encontraron en la batalla de las Navas de Tolosa y del Salado, los vascongados asistieron al sitio de Algeciras y á la toma de Sevilla, los vascongados estuvieron en las guerras que precedieron á la conquista de Granada, los vascongados se hallaron en la batalla de Pavía, donde el bravo Juan de Urbieta, guipuzcoano . hizo prisionero al Rey de Francia Francisco I : y aquí me es necesario rectificar un hecho Una historia manuscrita titulada : Orígenes, antigüedades y hechos de los cántabros vascongados y muy particularmente de escrita por el bachiller Zaldivia en 1564 he visto hoy mismo y habla extensamente de este memorable acontecimiento . Con este motivo he recordado que un señor Senador manifestó con cierta ironía, como quien dudara de su lealtad, que Urbieta fué á Francia y recibió muchas mercedes. Pues bien ; este bachiller Zaldivia, que escribió esta historia pocos años después de la batalla, dice, sí, que Juan de Urbieta fué á Francia, pero también que el Rey de Francia le rogó quedase en su tierra ; mas él no quiso y se fué á Italia á servir á su Rey . Los vascongados se hallaron también en San Quintin y en Gravelinas ; los vascongados se los guipuzcoanos, 80 1876-Los FUEROS hallaron en la batalla de Lepanto ; se hallaron en todas las batallas y hechos de armas que han tenido lugar posteriormente, incluso en la célebre batalla de San Marcial, donde tres batallones guipuzcoanos dieron la última carga, según dice el historiador Conde de Toreno : batallas y hechos como el célebre sitio de Fuenterrabía en 1638, de que hago gracia al Congreso en obsequio de la brevedad . Si, pues, los vascongados en todos tiempos han prestado tan relevantes servicios á la patria según su sistema peculiar, ¿por qué pretendéis ahora variarlo? Muy peligroso puede ser, señores diptados, el introducir en las Provincias Vascongadas el sistema de quintas que rige en el resto de España . Recordad lo que en la alta Cámara dijo el señor Presidente del Consejo de Ministros contestando al señor Sánchez Silva, que el núcleo de las facciones navarras lo habian formado los soldados licenciados de nuestro ejército, y que sin la ayuda de Navarra, muy débil hubiera sido la resistencia en las Provincias Vascongadas . Si por desgracia llegara el caso de nuevo conflicto, lo que Dios no quiera que suceda, ¿no comprendéis los peligros que entrañaría el que en aquellas Provincias encontraran los promovedores otro núcleo igual al que los carlistas han encontrado en Y SUS DEFENSAS 81 Navarra? Pues esto podéis evitarlo dejando vigente el sistema de cubrir el servicio militar que rige allí, y que consiste, según lo han explicado mis compañeros con grande elocuencia, por aviso y advertimiento del Rey y orden de las Provincias en casos ordinarios, y en los extraordinarios de invasión extranjera en el levantamiento general de padres é hijos según fuero . El sistema de quintas está ya tan desacredita lo en todas partes, que en esta misma Cám ira voces muy autorizadas han abogado por la necesidad de sustituirlo por el servicio personal y obligatorio, que se va estableciendo en toda Europa y que tiene cierta relación con lo que en casos de invasión extranjera se hace en las Provincias . ¿Por qué, pues, queréis destruir el sistema de servicio militar con arreglo á fuero y queréis llevar allí el sistema de quintas? ¿Qué vais á adelantar con eso? ¿Acaso las madres castellanas, andaluzas, aragonesas ó valencianas derramarán ni una lágrima menos cuando su, hijos vayan al ejército, porque ingresen en él unos cuantos mozos vascongados? Las madres vascongadas nunca podrán acostumbrarse á desprenderse de sus hijos . Y cuenta que esto os lo dice quien por sustituto está sirviendo en el ejército, pues como nacido en Madrid corrí la suerte y caí soldado . 6 82 1876-LOS FUEROS Se ha dicho, señores diputados, que la opinión pública reclama la abolición de los fue ros de las Provincias Vascongadas . La opinión pública que invocáis está en mi concep . to extraviada, y sin embargo, vosotros queréis seguirla sin tener en cuenta los lagos de sangre que ha costado á España el seguir esa llamada opinión pública explotada por algunos ambiciosos . La opinión pública gritó un día «abajo los consumos,» y la ley de presupuestos es una respuesta á la opinión pública; la opinión pública gritó otro día «abajo las quintas,» y los 300 .000 hombres que hemos tenido sobre las armas responden también á la opinión pública ; la opinión pública dió otro día un grito que fué secundado antes que en otros puntos en cierta ciudad comercial, y don Alfonso XII por dicha nuestra y gloria suya ocupa hoy el Trono de sus mayores ; la opinión pública pidió á voz en grito la unidad católica, y en este punto no la hemos seguido ; y digo no la hemos seguido, porque yo he votado la base 1l .a, y si no voté la enmienda del señor Romero Ortiz, fué por su redacción y no por su espíritu, muy conforme con mis principios . Pues si á la opinión pública no la hemos seguido en la cuestión de la unidad católica, cuando en ella se presentaba más unánime y más potente Y SUS DEFENSAS 83 que en la cuestión foral, ¿por qué la seguís en esta? ¿No os ha enseñado nada la historia? Háse dicho por un señor Diputado que ha combatido los fueros que existen grandes disensiones y diferencias entre los hombres políticos del país vascongado, y sin duda por eso queréis implantar en absoluto en aquel país el sistema de libertad existente en el resto de la Nación. No lo niego, señores diputados, existen esas dif rencias que yo de , .loro con todo mi coraz í .; pero esas diferencias son respecto de la politica general de Espacuestión foral, en la ña, y no respecto de que no hay niguna diferencia, absolutamente ninguna . La raza eú k ira está repartida por todo el globo : preguoiad á todos los que á ella pertenecen, uno por uno, bien habiten montañas vascas, bien en las demás provincias de España, ora en Europa, ora en las Antillas ó en las sábanas de la América del Sur ; todos unánime , os harán protestas, y protestas sinceras de su amor entrañable á las libertades vascongadas y á sus sacrosantos fueros . ¿Tenéis vosotros esa unanimidad de pareceres respecto al sistema que allí en absoluto queréis introducir? La historia contemporánea nos dice que no . ¿Y sabéis porqué allí hay esa unanimidad y aquí no? Porque los fueros vascongados, I -t 84 1876-LOS FUEROS que datan de siglos, han labrado la felicidad de aquel país; y el sistema moderno de libertad que aquí tenemos, y de que os declaro franca y lealmente soy acérrimo partidario, está todavía en vías de ensayo y no ha tenido tiempo suficiente para dar sus ópimos frutos . Esperad á que los dé, y entonces podréis comparar una libertad con otra ; pero entre tanto respetad la que sabemos por una larga experiencia que ha labrado la felicidad, el bienestar y la dicha de un pueblo que pertenece á España, y cuyas pruebas de españolismo no necesito recordar, pues son de todos conocidas. Voy, Sres. Diputados, á dirigir, en mi concepto, un gravísimo cargo al Gobierno de S. M . Nadie se ha levantado aquí todavía á pedirle cuenta estrecha de la conducta que ha observado con los prisioneros carlistas (los soldados) : después de terminada la guerra civil se les ha mandado á Cuba . El Sr . PRESIDENTE : Esa cuestión no tiene nada que ver con los fueros de las Provincias Vascongadas ; prisioneros carlistas había que eran vascongados, castellanos y navarros y de todos países ; por consiguiente, no tiene eso conexión ninguna con los fueros de las Provincias, y ruego á S . S ., por tanto, que entre un poco en la cuestión . Y SUS DEFENSAS 85 El Sr . GOROSTIDI : Yo lo creía muy pertinente, porque se les ha mandado á prestar servicio militar á que no estaban obligados, antes de que se publique esta ley . Si S . S. me permitiera dos palabras nada más en tono respetuoso, yo tendría gusto en decirlas, porque nadie ha hablado de este asunto . El señor PRESIDENTE : No es porque S. S . diga ó no diga esas palabras por lo que el Presidente te llama la atención ; es porque eso está fuera de la cuestión, y esta discusión, que de suyo va siendo larga, la extiende su señoría todavía más . El Sr . GOROSTIDI : Obediente siempre á las indicaciones del Sr . Presidente, no toco esa cu(-stión . Se ha hablado de la lealtad de las Provincias Va , congadas, diciendo que no han sido leales . No hablaré, Sres. Diputados, de mi lealtad personal á la dinastía de D . Alfonso XII, bien conocida por circunstancias e,pecíales . Repecto á las Provincias Vascongadas, que han permanecido tranquilas desde el año 1839 hasta después de la revolu . ión, y en donde la guerra se ha hecho sacando á los mozo ; á la fuerza, como ya se ha probado, yo no deseo para D . Alfonso XII más sino que el resto de España le sea tan leal . Voy á concluir, Sres . Diputados, porque no 86 1876-LOS FUEROS quiero molestar más vuestra atención, dándoos las gracias por la benevolencia con que me habéis escuchado y haciendo algunas ligeras consideraciones . Señores, destruir la libertad en nombre del absolutismo, eso se explica por la lógica ; pero destruir las libertades vascongadas en nombre de la libertad, no podéis hacerlo los que de liberales os preciáis, sin incurrir en la más absurda de las inconsecuencias y sin cometer el más grande de los crímenes políticos de los modernos tiempos . El árbol de Guernica, símbolo de las libertades eú'karas ; el árbol de Guernica, saludado hasta con entusiasmo por Rousseau, por Tallien y por otros convencionales franceses y por los insignes legisladores de Cádiz ; el árbol de Guernica idolatrado por todos los vascongados; el árbol de Guernica, que ha sido respetado por todos los Gobiernos absolutos de España, hasta por el mismo Calomarde; el árbol más antiguo que hoy existe en el mundo, de la libertad de un pueblo, ese árbol vais á derribarlo vosotros en nombre de la libertad . Enhorabuena, arrancadlo ; tenéis la fuerza contra nuestro derecho . Podréis arran car el árbol, pero no podréis arrancar jamás, yo os lo aseguro, el amor entrañable que en el corazón de los vascongados existe por sus Y SUS DEFENSAS 87 fueros, y todos, absolutamente todos, haremos de cada uno de los innumerables robles de nuestras montañas un nuevo árbol de Guernica . He dicho . DISCURSO PRONUNOJADO EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS EL DIA 18 DE JULIO DE 1876 POR DON M ARTIN ZABALA DISCURSO DE =>O1N• MARTI2 ZABATrA 18 JULIO 1376 SEÑORES DIPUTADOS : Dejo á vuestra consideración el apreciar la posición excepcional y difícil por demás en que me hallo en este momento . Todos sabéis cuál es la actitud de la Cámara, fatigada después de muchos días de un debate tan prolongado, y esta consideración me obliga á ser tan breve, que en muy pocas palabras he de manifestar mi pensamiento, logrando hacer más bien un acto patriótico y político, del cual por el nombre que llevo y por la representación que aquí tengo no puedo prescindir, que un discurso parlamentario . Bilbao, pueblo valiente, noble y generoso adolece de una falta que, por ser común á todos los héroes, equivale á una loable virtud . 92 1876-LOS FUEROS La invicta villa de Bilbao se ha mostrado esta vez excesivamente modesta . Solo así comprenderéis cómo ha podido confiar su representación al que tiene en este momento la honra de dirigiros la palabra, al último de sus entusiastas defensores, al que menos títulos tiene para hablar en su nombre y sostener la causa del país vascongado, que es también la causa de los biibaínos, cuya más alta y ferviente aspiración es el mantenimiento de las libertades seculares de aquel noble país . Después de esta aclaración no de mera fórmula . sino, por el contrario, muy sincera, espero de vosotros toda la benevolencia que necesito. Se trata, señores, no de vulgares aunque respetables intereses, que puedan sufrir quebranto y mengua, sino del porvenir, de la suerte de un país desgraciado, próximo á perder sus antiguas libertades, y con ellas completamente su modo de ser . Agobiado bajo el peso de una terrible y muy reciente desgracia, que acaba de destrozar mi corazón de padre, anhelo, más bien que empeñar debates parlamentarios, para los cuales, porque me conozco bien, me declaro sin condiciones, cumplir cuanto antes este ineludible deber de patriotismo, para volver presuroso al seno de mi familia en busca Y SUS DEFENSAS 93 de las dulzuras y tranquilidad de mi espíritu, hondamente perturbado . Señores Diputados, cuando España, víctima de dolorosos disturbios, apenas contaba con fuerzas para batir al carlismo que se alzaba pujante en muchas provincias, y principalmente en las que forman la comarca del Norte .. . (Rttutores, . No os impacientéis, señores Diputados, no trato de aglomerar narraciones prolongadas, ni amontonar noticias, datos y fechas que fatiguen vuestra atención ; me he propuesto hacer un extracto, pero extracto muy limitado de lo mucho que pudiera deciros . Cuando los cantonales triunfantes en Cartagena enarbolaban en nuestros mejores barcos el estandarte de la federal : cuando la indisciplina del ejército cundía de una manera alarmante . avergonzándonos ante el extranjero y alentando la insensata esperanza de los enemigos que tras las trincheras de nuestras montañas comenzaban á saborear días de triunfo ; cuando las clases conservadoras comenzaban á desmayar y se hori ipilaban ante la idea de empuñar un fusil para defenderse ; cuando España, en fin, veía cernerse sobre su cabeza el caos más espantoso y abrirse á sus pies un verdadero abismo, en aquellos angustiosos momentos hubo un pueblo, señores 94 1876-Los FUEROS Diputados, que como otros muchos del país vascongado . sin detenerse á ponderar el peligro y sin querer reflexionar en las consecuencias á que se exponía, recordó no más su historia, sintió en su corazón los latidos inspirados por el espíritu de la libertad y se resolvió á ser consecuente con sus tradiciones y con su nombre, abrió las arcas harto agobiadas de su Municipio, acudió á los particulares y al Banco que generosamente aprontó sus caudales, y desafiando con entereza digna de eterno recuerdo el vigor de aquellas críticas circunstancias, armó al vecindario todo de tal manera que el que por sus achaques ó por su edad no entró en las filas de 1us veteranos, aceptó una plaza en el benemérito cuerpo de auxiliares . Yo debo desde este sitio augusto, en este momento sole .nne, tributar un enternecido voto de admiración á mis camaradas en aquella ejemplar Milicia, cuya abnegación y cuyo heroismo son proverbiales en nuestras tristes contiendas civiles, y de gratitud inmensa á las ilustres y magnánimas corpcraciones populares que tan leales pruebas dieron de fortaleza, sabiduría y patriotismo en crisis por demás difíciles y angustiosas . Así respondió á su deber aquel pueblo valeroso, ayudado de los emigrados y de una Y SUS DEFENSAS 95 corta guarnición que con su jefe, el general Castillo, supo portarse como correspondía, cual cumple al ejército español y cual era de esperar de la justa y merecida reputación de aquel entendido general . Así se portó, señores Diputados, el pueblo de Bilbao, soportando á costa de los mayores sacrificios, con indomable energía, con valerosa fiereza y sin decaer un momento la virilidad de su ánimo, el largo y terrible asedio de cuatro meses, con el conjunto de privaciones que llegaron á hacer de aquella opulenta villa un mísero hogar de necesidades y de hambre, con cuya heróica constancia salió invencible y dió tiempo suficiente para que la Nación se repusiera de sus descalabros, salvándola sin ningún género de duda del triunfo del absolutismo . Y cuenta, se . ñores, que esta no es una exageración mía que trate de hacer valer en defensa de la causa vascongada . El general Zavala, ministro entonces de la Guerra, dirigiéndose después del sitio al comandante de voluntarios auxiliares, le decía : «No solamente se han portado Vds . como buenos, sino que con su heróica y prolongada resistencia por espacio de cuatro meses, nos han dado Vds . tiempo para reorganizar el ejército, echando mano de cuantos recursos existían y poder así salvarnos todos .» Ya 96 1876-LOS FUEROS veis, Sres . Diputados, que no es una mera apreciación mía, sino el elevado y fehaciente testimonio de la más alta y respetable autoridad que no pudo menos de hacer justicia y de reconocer como supremos y decisivos los servicios de los liberales_ vascongados . ¿Pero sabéis por qué Bilbao y de idéntica manera San Sebastián, Vitoria, Irún, Hernani y otras poblaciones vascongadas obraron así? .¿Sabéis por qué no escatimaron sacrificio alguno y aceptaron todo linaje de penalidades y de privaciones, fieles siempre al cumplimiento de su deber? ¿Sabéis, finalmente, cuál era el pensamiento íntimo que aquel generoso pueblo abrigaba al mismo tiempo que ofrecía las haciendas y las vidas de sus hijos para luchar sin tregua, para no ceder nunca, para resistir á todo trance y para sacar triunfante su b tndera? Estaban convencidos de que en aquel momento histórico presentaban el baluarte más seguro de la libertad, creían que prestaban el más grande servicio á la Patria, pensaban que de la suerte próspera ó adversa de aquella terrible lucha, cuya terminación era esperada con impaciencia por todos, estaba pendiente la suerte misma de la guerra ; pero al mismo tiempo, Sres . Diputados, creían también, y lo creían con tanta fuerza que nadie hubiera sido capaz de alte- Y SUS DEFENSAS 97 rar su creencia, que en aquellos momentos salvaban á la vez sus queridas instituciones, el rico legado de sus predecesores, todo lo que como vascongados consideraban cuestión de honra en mal hora comprometida por la insensatez de los enemigos, á cuyo mortífero fuego respondían con incansable entereza . Tales son los eminentes servicios prestados p r los liberales vascongados, cuya significación en aquellas provincias es preciso que sepáis también, y yo os prometo manifestar, siquiera sea por breves indicaciones, porque no quiero abusar de vuestra benevolencia . De cinco títulos que contaba Vizcaya al principio de la guerra, tan sólo uno ha militado en las filas del Pretendiente ; de ocho que contaba Guipuzcoa, sólo dos fueron al campo enemigo; y de cinco que se conocían en la provincia de Alava, uno sólo se unió á la causa del Pretendiente . Es decir, que de 18 familias tituladas solamente cuatro llegaron á demostrar su adhesión y sus aficiones más ó menos abiertamente á la causa de D . Carlos . En la riqueza territorial de aquel país, tratándose de la renta de 25 á 30.000 rs. como mínimun, resulta lo siguiente : en Vizcaya, de 120 propietarios en estas condiciones sólo 11 98 1876-LOS FUEROS han sido carlistas en esta guerra, en Alava, de 70 solamente lo han sido seis ó siete ; en Guipuzcoa, de 90 á 100 solamente lo han sido 14 ó 15 . En la grande industria no pasa del 2 por loo el número de carlistas . La alta banca y el comercio llegará próximamente á un 5 por 100 . Las capacidades están en la misma proporci~n; y en cuanto á las ilustraciones científicas literarias, uno ó dos individuos son los que han aparecido en el campo carlista . Si una porción tan inmensa de propiedad pertenece en aquellas provincias á los liberales, si la industria y el comercio es exclusivamente de los liberales, claro está que la aplicación, tanto de este artículo como de cualquiera otro de la ley de abolición de fueros, afecta casi, única y exclusivamente á los que más bien merecían toda clase de consideraciones por su comportamiento. ¿Y en qué momento se trata de aplicar esta reforma, de variar la manera de ser de aquel país? Cuando la propiedad está arruinada, cuando la industria está completamente paralizada, cuando el comercio ha desaparecido casi por completo . Pues bien ; en estos momentos que yo considero bien inoportunos, y no os sorprenda lo que voy á decir, no sólo procede que se tenga á estas provincias toda clase de considera- Y SUS DEFENSAS 99 ciones, sino que habiendo visto que estas provincias han sufrido calamidades de otra especie, debería dárselas algún auxilio ; porque, Sres. Diputados, aquellas provincias han tenido la mayor de las calamidades, que es la guerra civil . Voy á terminar estas brevísimas consideraciones manifestándoos con pena, con dolor, que todo es incomprensible y anormal en cuanto se trata de esta desgraciada cuestión . Señores Diputados . pensadlo bien, porque no se comprende que las primeras Cortes de D . Alfonso X[I sean las encargadas de suprimir las libertades más antiguas que ha conocido el mundo . Yo abrigo la esperanza de que la atmósfera malamente fabricada se desvanecerá, y que la calma renacerá cuando vengan tiempos mejores y brille en el horizonte el resplandeciente y glorioso dia de la justicia, que ha de venir, que llegará para Vizcaya . Pero, señores, para terminar, resulta que los que hemos sido fieles defensores de la causa de la libertad, los que nos hemos sacrificado por nuestra querida Patria y por las instituciones que nos rigen, hemos contribuído también á la muerte de nuestras queridas instituciones . ¡Ah! permidme que exhale una queja que brota del fondo de mi alma, agobiada por tan- 1 00 1876-LOS FUEROS to infortunio. Yo, que amo como el que más las instituciones de mi país, porque son la gloria de aquel pueblo, el testamento de mis antepasados, al verlas hoy próximas á desaparecer, continúo amándolas con más fuerza y espero confiadamente en el día de la reparación ; pero ¡no permita el cielo que para ello vuelvan á desangrarse tan sin piedad los hijos de España, porque si es á costa del desdichado precio de una nueva guerra civil, tan llena de horrores y de desastres como la prolongada que acabamos de experimentar, preferiría morir sin ver realizada esta esperanza que ha de acompañarme toda mi vida! Pero al lado de esta manifestacion que hago caballerosa y noblemente, debo acompañar, como término y remate de mis palabras, un voto sincero, expresión de un alma honrada; vais á acabar con las libertades de mi país : en vuestras manos van á morir las instituciones sabiamente democráticas de aquel pueblo, que no lograron matar las manos de los déspotas en los siglos de su dominación ; vais á arrojar á aquel país á un abismo de infortunios y de desgracias ; pues bien : que Dios os perdone y que nuestros hijos no os maldigan por el tristísimo papel que para este momento histórico nos teníais reservado á los liberales vascongados . DISCURSO PRONUNCIADO EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADO8 EL DIA 18 DE JULIO DE 1878 POR DON MANUEL DE BARANDICA DISCURSO DE DON MANUEL DE BARANDICA 18 JULIO 1876 SEÑORES DIPUTADOS : Comprenderéis fácilmente la turbación con que me levanto á cumplir un deber que no podemos rehuir los diputados vascongados, deber sagrado que nos impone nuestra conciencia, y que á mí me abruma por la pequeñez de mis facultades ante la magnitud de la empresa. Siempre impone hablar en este augusto recinto á los que no tenemos el hábito de la palabra ; pero cuando se levanta la voz en asuntos de tal trascendencia y gravedad como el proyecto de ley que se discute, causa verdadera confusión y aturdimiento. Yo he dudado muchas veces si antes de que llegara este momento solemne y critico para la suerte de mi país, debía renunciará mi cargo de diputado, que me confirió una 104 1876-Los FUEROS elección irregularmente verificada ; pues ocupado por los carlistas, cuando se verificaron las elecciones, el distrito de Guernica, que tengo el honor de representar, debo mi elección á los votos de los electores de Bilbao y de los emigrados, según dispuso por medida general el Gobierno de S . M. que se realizaran las elecciones en todos los distritos á donde no alcanzaba el brazo de su autoridad . Habiendo desaparecido afortunadamente las causas que en su tiempo impidieron hacer las elecciones en esos distritos con arreglo á la ley, si yo hubiera renunciado mi cargo y se hubiera procedido á segundas elecciones, hubiera podido venir á ocupar mi puesto uno de los muchos ilustrados patricios de mi país, superiores á mí en luces y en merecimientos, que hubiera desempeñado mejor que yo su cometido . Pero deberes de patriotismo que los electores de Guernica comprenderán, han decidido mis dudas, me han obligado á permanecer en mi puesto de honor, y hoy me colocan en la obligación que voy á tratar de cumplir hasta donde mis fuerzas me lo permitan . Pero antes de todo he de hacer una declaración que han hecho también mis compañeros . Soy aquí diputado de la nación, y como diputado de la nación hablo ; no represento á mi país en su constitución foral ; por Y SUS DEFENSAS 1 05 consiguiente, cuanto diga es de mi exclusiva cuenta, y nada de cuanto diga puede afectar á la defensa de mi país . Hecha esta declaración, tengo que mirar el estado de la Cámara, cansada, fatigada, ansiosa por concluir estos debates y aun las sesiones de Cortes . Yo siento profundamente prolongar un momento más vuestra ansiedad ; pero si consideráis que la defensa es siempre sagrada, y que la defensa en el caso actual recae en favor de las instituciones á cuya sombra mi país ha vivido dichoso por espacio de tantos siglos, no habréis de negarme, como no habéis negado hasta ahora á los diputados vascongados, vuestra indulgencia, por más que seáis severos al fin de los debates, cuyo resultado por desgracia está previsto . Cuento, pues, con vuestra benevolencia, pero no temáis que abuse de ella ; no voy á hacer un discurso en defensa de los fueros de las Provincias Vascongadas. La defensa de los fueros vascongados está ya hecha por mis dignos é ilustrados compañeros de diputación, con tal copia de datos, con tal abundancia de razones y fundamentos, en el orden histórico, legal, jurídico, económico y político, y de una matera tan concluyente, que me evitan esa tarea ; tarea que con menos erudición ciertamente y con menos elocuencia, 106 1876-LOS FUEROS pero no con menor amor á las instituciones de mi país, hubiera también acometido si hubiera sido necesario . No voy, pues, á entrar en investigaciones históricas ; pero como á pesar de las pruebas que se han presentado por mis dignos compañeros, he oído asegurar nuevamente esta mañana con notable insistencia al Sr . Roda que las Provincias Vascongadas han sido siempre provincias españolas, voy á citar un documento que se refiere á un capitán de buque vizcaíno, documento expedido en 1414 por un cónsul de Vizcaya en Nápoles, y que empieza así :`l\L os, joanes Ruiz Escalante, consul biscainorrun el hispanornm iu civitale CN,eap . . . ¿Era provincia española, ó era país independiente Vizcaya, cuando tenía agentes consulares en Nápoles? También puede registrar el señor Roda la petición 14 .a de las Cortes de Valladolid, celebradas en el año 1351 de la era española, ó 1351 de la cristiana, en cuya petición se establece el cordón aduanero para las fronteras de Vizcaya, que no se hubiera establecido si ese país hubiera sido una parte de la Nación española . Otros documentos tengo aquí, pero en gracia á la brevedad no los citaré . Acabada y perfecta, como he dicho antes, la defensa de los fueros vascongados hecha Y SUS DEFENSAS 1 07 por mis dignos compañeros, yo me limitaré, porque no exige ya más el servicio de mi país, á breves observaciones sobre cuestiones del momento y sobre lo manera como, para mal de mi país, y á mi juicio también para mal de la madre Patria, ha surgido esta cuestión desdichada en España . ¿Qué ha pasado aquí, Sres . Diputados, qué ha pasado en España, para que de pronto se levante este clamor público contra las instituciones de las Provincias Vascongadas? ¿Es acaso la guerra civil? Los primeros ecos de ese clamor, que no se oyen al fragor de los combates, que no se oyen en Somorrostro, en Monte Esquinza ni en Monte Muro, se perciben por primera vez confundidos con los últimos disparos de esa guerra fratricida á que por dicha puso término el esfuerzo del ejército nacional . Ese clamor anti fuerista, que empieza cuando la guerra acaba, crece después y se extiende con un apasionamiento desconocido en España . Antes, si alguna vez se ha suscitado la cuestión de los fueros vascongados,ha sidu en la región serena de la controversia tranquila, y hemos visto caer en el vacío, caer en el hielo de la indiferencia pública las predicaciones de un personaje célebre por su inveterada aversión á los fueros vascongados, y que no por ser enemigo de la conservación de los 10s 1876 -LOS FUEROS fueros vascongados me inspira menos respe . to. Digo, pues, que entonces la cuestión no pasaba de la serena esfera de la controversia pacífica, y no bajaba al terreno candente de las pasiones en la plaza pública, como ahora ha sucedido . Yo no quiero entrar á investigar lo que hay de artificial, de ficticio y de rebuscado en la formación y propagación de ese clamor ; pero notorio y público es en toda España los esfuerzos que se han hecho para mantenerle vivo, aprovechando los momentos en que por errores respecto al origen y á las causas de la guerra, y sin dejar tiempo á que los hechos se esclarezcan, estaban las pasiones exasperadas contra aquel país . Como quiera que ese clamor se haya formado y propalado, la guerra civil es el suceso en que ha querido buscar su razón de ser ; y el proyecto de ley que se discute, respondiendo á ese clamor y confundiéndole equivocadamente con la opinión pública, á que parece que queréis dar satisfacción, reviste un carácter de castigo que en vano os esforzáis en desvanecer . Ley de castigo es, y para convencerse de ello basta fijarse en los antecedentes que le preceden como actos generadores de su confección . Al presentarse por primera vez S . M . el Y SUS DEFENSAS 109 Rey nuestro augusto Monarca al frente del ejército, ofrece los fueros á las Provincias Vascongadas, ofrece el mantenimiento del estado que tuvieron durante el reinado de su augusta madre, si deponen las armas . Los vascongados no deponen las armas, y viene el decreto llamando la quinta de ioo .000 hombres al servicio de las armas, cuyo preámbulo contiene la conminación de la pena en que iban á incurrir . Hecha la paz más tarde por la fuerza de las armas vicio : losas, la proclama de Somorrostro, que en cuanto emana de los augustos labios de S . M . yo me abstengo de calificar, pero que como acto del Gobierno responsable me parece altamente impolítico é inoportuno, anuncia el cumplimiento de aquella conminación, que el proyecto de ley que se discute se propone ejecutar . ¿Es ó no es ley de castigo? Ley de castigo es, ley de castigo justo por vuestro criterio, pero ley de castigo al fin ; ley de castigo injusto por nuestro criterio, porque ¿qué tienen que ver los fueros vascongados con la guerra civil, y qué culpa han tenido de , la guerra civil las Provincias Vascorgadas? Ya han demostrado hasta la saciedad mis dignos compañeros de diputación que ni los fueros vascongados han influido para nada en la guerra civil, ni aquellas provincias han teni 110 1876-LOS FUEROS do más culpa ni mis participación que otras muchas, aún las que no han sido teatro de la lucha . Las causas de la guerra, su origen y desarrollo, y la manera feroz y despiadada con que una escasa fuerza armada, compuesta en gran parte de elementos extraños al país, obligó á tornar las armas á aquel pueblo pacífico y refractario á los procelimientos de fuerza, os los explicó el otro día el Sr . Villavaso con una elocuencia que le ha colocado entre los grandes oradores de la Cámara . Yo no me detendré á pintaros nuevamente, porque tampoco podría hacerlo con los golpes de pincel del Sr . Villavaso, la manera como se formó violentamente y contra la voluntad de aquel pueblo laborioso y morigera lo la fuerza carlista vascongada ; pero si añ •i _airé que el caso que os refirió del caudillo D . Castor de Andéchaga pue le servir come le historia general de todos los que á los comienzos de la insurrección se pusieron al frente de unos pelotones de hombres . En los primeros meses de 1873, de regreso de un viaje que tuve que hacer á un pueblo de la costa, fui detenido en Munguía por una partida de 20 hombres ; al frente de esa partida estaba el cabecilla Gorordo, que más tar . de, en los últimos días de la guerra, murió en Y SUS DEFENSAS 1 11 Elgueta, combatiendo con tal bravura, que el general victorioso, después del combate le hizo el honor de que su cadáver fuese recogido y mandado á su pueblo . Pues ese cabecilla, que tenía influencia en la margen derecha del Nervión, como Andéchaga la tenía en la izquierda, anduvo recorriendo todos aquellos pueblos por mucho tiempo sin poder alistar un sólo voluntario, hasta que empezaron las levas forzosas, los medios inhumanos y brutales á que los habitantes del país, diseminados en caseríos aislados y pueblos pequeños, no pudieron resistir . En confirmación también del caso que refirió elocuentemente mi amigo el Sr. Conde del Llobregat, puedo yo citaros más de una escena que he presenciado en Bilbao entre jóvenes del país residentes en aquella villa, ya mancebos de comercio, ya apeen . dices de oficios, y sus padres que venían á buscarlos para que fueran á tomar las armas . Los hijos se resistían, se negaban á ir, y aún querían retener á su lado á sus padres ; pero éstos les contestaban : «si no vamos hoy, mañana darán de palos á tu madre que tienen presa hasta que nos presentemos .» ¿Qué hab :an de hacer aquellos pobres muchachos? Pero ¿para qué nos esforzamos en demos trar la inculpabilidad de las Provincias Vascongadas en la guerra, si nos basta apelar á 112 1876 -LOS FUEROS vuestro propio testimonio? Vosotros habéis dicho una y cien veces en esta legislatura, de uno y otro lado de la Cámara, que en las Provincias Vascongadas ha librado su última batalla el ultramontanismo europeo . Pues si todos los elementos ultramontanos, no de Espa . ña, sino de toda Europa, se dieron cita para librar su última batalla en las Provincias Vascongadas, y España, aunque cause rubor el decirlo, llegó á tal extremo de debilidad y de impotencia, que no pudo evitar que esa cita se realizara, ¿qué culpa queréis atribuir á las Provincias Vascongadas de que todos los elementos ultramontanos y reaccionarios de Eu ropa hayan escogido aquel territorio para campo de combate por su topografía y por su vecindad á una Nación que les suministraba de todo género de auxilios? Culpad á los que fueron la causa del estado lastimoso de disolución y de anarquía á que llegó la España en cierto período de la revolución, y no culpéis á las Provincias Vascongadas, á las cua les sólo cupo la suerte de ser teatro de ese drama sangriento que tantas ruinas y desolación ha dejado en aquel país ; no culpéis al put blo vascongado, que ha sido la víctima, y no el factor, de los disturbios de España . No, Sres. Diputados, aquellas provincias no merecen el castigo que se trata de impo Y SUS DEFENSAS 113 nerlas ahora, como no merecen tampoco el dictado de desleales que tantas veces hemos oído aplicarlas en esta Cámara, y que yo he devorado en silencio esperando con impaciencia que llegara la ocasión de vindicarlas . Siento que no se halle en su puesto el señor García López, á quien parecía que la defensa que aquí se ha hecho de aquellas provincias y la enumeración de sus grandes servicios hería los oídos, y no le molestaban los dictados de desleales que continuamente hemos estado oyendo aquí . ¡Qué hemos de hacer sino hablar de los servicios de las Provincias Vascongadas, en una época en que estamos oyendo sin cesar tratarlas de desleales? El Gobierno de la restauración reconoció que el delito de la rebelión carlista, por muy grande que fuera, no lo era tanto que no mereciese perdón . El Gobierno reconoció que la insurrección carlista, que brotó cuando apenas había gobierno en España, cuando toda España parecía un campo de batalla, si no era disculpable, podía al menos perdonarse, y lo perdonó S . M . el Rey en la proclama que se dignó expedir al ponerse por primera vez al frente de su valiente ejército, ofreciendo el indulto y el mantenimiento del estado que tuvieron las Provincias Vascongadas, si los que estaban en armas contra el Gobierno 8 114 1876-LOS FUEROS legitimo las deponían : de manera que el proyecto de ley que se discute impone á las Provincias Vascongadas un castigo, no por el delito de insurrección, no por haber tomado las armas, sino por no haberlas dejado, desoyendo los generosos ofrecimientos de la proclama . ¿Por qué, se dice, no depusieron las armas los vascongados cuando S . M . el Rey, apenas sentado en el Trono, se apresuró á ponerse al frente del ejército y á ofrecerles el mantenimiento del estado que tenían durante el reí ado de su augusta madre? Argumento de efecto, señores Diputados ; pero argumento de ninguna fuerza, argunento completamente falso . ¿A quiénes se ofreció el mantenimiento de los fueros? ¿A las Provincias Vascongadas? ¿Al pueblo vascongado? ¿Era el pueblo vascongado entonces dueño de sí mismo? ¿Era, por ventura, dueño de sus acciones? Simples soldados de fila, los vascongados, sujetos á una disciplina militar cien veces más severa que la del ejército, porque por la menor sospecha de inlldelidad se imponían las penas más rigorosas, y el delito de deserción se castigaba, ya que no pudiera castigarse en el desertor, se castigaba en sus padres ó en sus deudos, ¿quién podía dar la primera voz de concierto para deponer las armas? No ; el mantenimiento de los fueros de las Provincias Y SUS DEFENSAS 1 15 Vascongadas se ofreció al estado mayor, á los jefes y directores de la insurrección, entre los cuales apenas había un vascongado ni na . die que tuviera el menor interés en la conservación de los fueros . Así es que en cuanto empezó el desconcierto en los jefes por efecto de los movimientos victoriosos del ejército, en cuanto los vascongados pudieron sacudir su yugo, se presentaron por batallones enteros, se presentaron vencidos, sí, por la fuerza de las armas, pero se presentaron al cabo por batallones enteros . El Sr . Presidente del Consejo de Ministros vió entrar en Pamplona algunos de esos batallones, y podría deciros si aquellos soldados traían retratado en su semblante y manifestaban con su actitud el sentimiento y la tristeza del vencido, ó si, por el contrario, revelaban su contento y alegría por la paz, sin que les mortificara nada el haber sido vencidos por sus hermanos . ¿Habéis visto alguna vez . Sres . Diputados, un pueblo que se alegre de haber sido vencido y que lo celebre con festejos públicos? Pues ese fenómeno lo hemos presenciado en las Provincias Vascongadas . La primera locomotora que sale de B Ibao después de la terminación de la guerra, es recibida por las gentes del campo como signo de que vuelven 1 16 1876-LOS FUEROS las faenas de la paz y del trabajo, con vítores y algazara, con repique de campanas y con bailes públicos por todas las comarcas que atraviesa, dominadas pocos días antes por las armas carlistas . Ese pueblo vascongado, que en el alegre bullicio de su algazara por haber logrado la paz no oía en aquellos momentos los ecos que ya resonaban contra él, se contrista ahora y languidece al ver el peligro que corren sus queridas instituciones . No confundáis, Sres . Diputados, la opinión pública á que parece que queréis dar satisfacción, que para serlo debe descansar en fundamentos racionales, con el clamor público que sólo responde á impresiones pasajeras del momento . Clamor público, y no opinión pública, fueron, como os ha dicho mi amigo el Sr . Gorostidi, los gritos de ¡abajo las quintas! y ¡abajo los consumos! y ya sabéis y sabe el pobre contribuyente las ventajas que reportó con la supresión de las quintas y de los consumos . ¡Que no suceda lo mismo con la supresión de los fueros! Yo no creo, yo no temo que en las Provincias Vascongadas haya perturbación de ningún género después de pro mulgarse la ley que se discute, y no tengo necesidad de decir que tampoco quiero que la haya . Hombre de ley por mi carrera, repugno los procedimientos de fuerza ; y . hom- Y SUS DEFENSAS 117 bre de trabajo, encanecido en el modesto ejercicio de dirigir un Banco en un pueblo de provincia, me concederéis al menos condiciones de moderación y circunspección de carácter. No creo que ha de haber perturbación en mi país ; pero en mis cortos estudios históricos no conozco un pueblo á quien se le imponga la ley del vencedor, á quien se le impongan leyes contrarias á sus hábitos inveterados, que no requiera una ocupación militar . Cuarenta mil hombres, que cuestan 6 millones mensuales, se distraen hoy en ocupar aquellas provincias, en que para mantener el orden en tiempos normales no se requiere un sólo soldado . ¿Creéis que las Provincias Vascongadas han de dar recursos que equivalgan á los gastos de esa ocupación militar? Yo he oído hablar fuera de aquí de cálculos de millones que van á venir de aquellas provincias por la supresión de los fueros, y me temo mucho que esos cálculos no resulten equivocados . De un país en que no madura la uva y en que solo á fuerza de un trabajo penosísimo en el laboreo de las tierras, y á fuerza de costosos abonos se puede hacer que produzcan algún fruto, exiguos han de ser los recursos que de ellas puedan venir al Erario 1 18 18776-LOS FUEROS público ; porque hay que tener en cuenta que aquí se ha hablado mucho de que aquellas provincias no pagan, lo cual no es rigurosamente exacto, y no se habla de que aquellas provincias no cuestan . Porque como nos explicó con mucha elocuencia el Sr . Vicuña, aquellas provincias levantan por sí mismas muchas cargas que en otras provincias pesan sobre el presupuesto general del Estado . Además, hay que tener en cuenta también que sobre ser pobres aquellas provincias, son muy caras en sus necesidades públicas; por razón de la topografía del país y por la diseminación de los caseríos, exigida por las condiciones del terreno para la labranza, allí necesitamos más caminos provinciales y vecinales que en otras regiones de la Nación ; y para la administración municipal, servicio de culto y clero, enseñanza primaria, beneficencia . sanidad y todos los servicios públicos, necesitamos allí proporcionalmente más personal y material que en otras provincias . Si se atiende á todas esas necesidades locales como se atiende ahora, los sobrantes que puedan venir al Erario público cortos han de ser, si son algo, por mucho que se fuercen las facultades contributivas del país . Y si esas atenciones se descuidan por tener que acudir con las contribuciones al Estado como las Y SUS DEFENSAS 1 19 demás provincias, la ruina de mi país, el abandono de sus campos y su retroceso al estado primitivo de productos espontáneos de la tierra, me parecen cosas seguras, así como me parece seguro el aniquilamiento y destrucción de aquella raza viril que dentro del fuero podría estar al servicio de la Patria. Con los fueros y dentro de los fueros, las Provincias Vascongadas no se niegan á las prestaciones que les corresponden ; y pueden ser de alguna utilidad permanente á la Nación y de mucha utilidad en las grandes crisis y en las grandes empresas en que podrán acompañar, como han acompañado siempre, á la madre Patria . Sin los fueros, creo que de poco ó nada podrán servirla . Con los fueros mantendréis . el espíritu español acendrado que siempre se ha respirado en aquel país . Pedidnos, cuando necesitéis para la defensa de la independencia nacional y de la libertad de la Patria, toda nuestra hacienda y toda nuestra sangre, que no escatimaremos ni una sola gota ; pero no nos arranquéis nuestro árbol santo de Guernica, el roble venerando que por tantos siglos ha cobijado con su sombra las Asamblea populares de mi pais ; no nos arrebatéis nuestras libertades vascongadas á nombre de la li- 1 20 1876-LOS FUEROS bertad de la Patria ; no nos arranquéis nuestro modo de ser, con el cual estamos cónnaturalizados, y dentro del cual podemos ser españoles leales, como hemos sido siempre . Y SUS DEFENSAS 121 RECTIFICACI N Respecto de los documentos históricos, insisto en que esos Procuradores no fueron de Vizcaya, sino de las villas realengas . (El Sr . soda: Vea S . S . la obra de Mariana . parte primera, art . 14). DISCURSO PRONUNCIADO EN EL CONGRESO DE LOS DIPU'T`ADOS EL DIA 18 DE JULIO DE 1876 pon DON BRUNO IJARTINEZ DE ARAGON DISCURSO DE DON BRUNO MARTINEZ DE ARAGON 18 JULIO 1876 SEÑORES DIPUTADOS : Yo también voy á ser muy breve en la impugnación del art. 3.", con tanta más razón cuanto que tengo la persuasión y el convencimiento de que pasará lo mismo que en los anteriores . Sin embargo, deseando seguir la senda del deber que me han trazado mis dignos compañeros, y el compromiso de mi puesto y el amor que á mi país profeso, procuraré dejar bien comprobado el derecho de la provincia de Alava, á la exención de tributos, pues que respecto de las de Guipuzcoa y Vizcaya ya lo han ejecutado otros señores diputados . Así quedará también incontrastablemente acreditado que esta ley que nos ocupa no se debe precisamente á exigencias 1 L L 126 1876-LOS FUEROS de la justicia ni del derecho, sino que obedece á móviles de otra índole, como plenamente y hasta por unánime conformidad puede decirse que se ha ejecutoriado ya . Yo siento mucho tener que volver á citar un documento de que se ha hablado aquí estos últimos días, y cuya importancia suma para los efectos de apreciar los títulos perfectos de mi país al mantenimiento de sus libertades, no hay términos hábiles de descono cer . Me refiero al acta de agregación voluntaria de Alava á la Corona de Castilla en 1332 ; pero tengo que citarla como base, como origen, como punto de partida y como regla y pauta de las relaciones de dicha provincia con el Poder central . La cláusula segunda de la voluntaria entrega, decisiva en la materia, declara terminantemente que todos los fijos-dalgo de Alava sean libres y quitos de todo pecho, ellos y los sus bienes que han y hubieren en adelante en Alava . La cláusula, la exención, la libertad no pueden estar más expresamente consignadas ; y como el artículo que se discute viola por completo una de las bases principales de aquella solemnísima estipulación, de aquí el que el artículo no debe merecer, como no la merecerá seguramente, vuestra aprobación ilustrada . Y SUS DEFENSAS 127 Desde 1332, pues, en que se llevó á cabo la agregación de Alava á la Corona en la forma indicada, ha estado Alava en la posesión de exención de tributos . Yo tengo aquí diferentes Reales cédulas y varias provisiosiones y ejecutorias que prueban la posesión constante de mi provincia en la exención de tributos . No temáis que vaya á hacer referencia circunstanciada de todas ellas, insisto en que seré breve . Además, el señor presidente del Consejo de ministros hizo en los días pasados una declaración para mi propósito sumamente importante : dijo S . S . que acerca del origen de los fueros podía disputarse todo lo que se quisiera, pero que era un hecho claro, evidente y de todas maneras averiguado, que desde el siglo XVI todos los monarcas habían reconocido los fueros, y que en los últimos tiempos habían hecho otro tanto todos los Gobiernos . De consiguiente, no había necesidad de que yo hablase de esto ; pero el deseo de dejar completamente aclarado este punto me obliga á ello . He indicado que la cláusula segunda de la voluntaria entrega dice : «otorgamos que sean libres de todo pecho para los bienes que tengan y puedan adquirir en adelante .» (Un se- C 1 J 128 1876-LOS FUEROS ñor diputado : Lo mismo decían todos los fue- ros de Castilla) . Yo no se lo que dirían los fueros á que S . S . se refiere ; yo digo lo que consignan los de mi provincia . Y aquellos fueros ¿qué comparación tenían con los de de las Provincias Vascongadas, como aquí se ha probado? Los fueros vascongados, además de su título originario, tienen la posesión de más de seis siglos, y la prescripción, que es otro título legal indisputable mientras no se alteren los fundamentos del derecho universal . Por otra parte, si las demás provincias han tenido la desgracia de perder sus fueros, ¿puede alegarse esto como razón contra las Vascongadas, que han sabido conservar los suyos? Pero vengamos al caso . La voluntaria entrega declara la exención ; que la entrega fué voluntaria y se hizo por una escritura de contrato recíproco, lo han reconocido los reyes de Castilla ; y que la exención es completamente arreglada á lo establecido en el acta misma de la entrega nos lo dice el mismo don Alonso el XI al declarar en 13 de Enero de 1334 exentas de tercias y primicias á las iglesias de Alava : nos lo dice una provisión de don Pedro de 1353, relativa á que Alava no había pagado ni debía pagar el tributo de moneda ni servi - Y SUS DEFENSAS 129 cio alguno ; nos lo dice una resolución de doña Isabel la Católica, dada en 17 de julio de 1483 . Nos lo dicen los Reyes Católicos en 13 de Agosto de 1498, declarando libre á la provincia del impuesto de : lanzas . Nos lo dice D . Felipe II en 6 de Abril de 1592 . á causa de la pretensión de la villa de Villasendino para que se cobrase en Alava el impuesto de maravedís, declarando la exención . Nos lo dice don Felipe IV en 30 de Septiembre de 1632, declarando la exención del impuesto de 4 rs. en fanega de sal . Nos lo dice el mismo rey en 1632 en virtud de reclamación del señorío de Vizcaya, declarando como se solicitaba que estaban exentas las Provincias de la decretada contribución de millones . Nos lo dice don Felipe IV en 2 de Febrero de 1644, en la que después de reconocer que la provincia de Alava no tenía superior en lo temporal y se regía por sus fueros, se confirman varias exenciones de obras, etc . Nos lo dice el mismo don Felipe IV en 29 de julio de 1642, declarando exentas á las Provincias del u<o de papel sellado . Nos lo dice don Carlos II en 30 de junio de 1696, fijando la exención de que la pro9 1 30 1876 -LOS FUEROS vincia goce del pago del impuesto de sal, ratificando la exención . Idénticas declaraciones hizo don Felipe V en 13 de julio de 1701, 6 de Agosto de 1706, 18 de Diciembre de 1722, y en otras épocas . Nos lo dice Felipe V ea 16 de Diciembre de 1722, mandando que las aduanas se estableciesen en la línea del Ebro . Nos ?o dice el referido rey don Felipe V en 25 de junio de 1738, declarando la exención de derechos de Almirantazgo y de fierro . Nos lo dice don Carlos 111 en 18 de julio de 1765, declarando la exención del impuesto de sal y mandando se devolviese lo recau . dado . Si del terreno de las resoluciones regias pasamos al de la cosa juzgada y ejecutorias de los tribunales, nos encontramos con que en pleito litigado entre la villa de Villasandino y la provincia de Alava y ciudad de Vitoria se declaró la exención del pago de millones á favor de las últimas ; nos encontramos con que en el pleito entre La Guardia p sus lugares y los recaudadores de la moneda forera se' declaró la exención de los primeros por sentencia de 19 de Noviembre de 1599 ; nos encontramos con que en otro pleito entre Haro y Labastida sobre pago de contribución impuesta al vino, se declaró la exención Y SUS DEFENSAS 131 en favor de Labastida por sentencia de 16 de Marzo de 1622 ; y nos encontramos, finalmente, que no tuvo ejecución la real cédula de 12 de Noviembre de 1799 sobre subsidio de 300 millones . Que tampoco la tuvo la orden de 16 de Febrero de 1824 sobre donativo temporal de 3 millones . Que no se exigió la contribución sobre espectáculos de 1830. Que no fué extensiva á las Provincias la Real or,1en de 10 de Mayo de 18 57 sobre impuesto á las licencias de caza, pesca y uso de armas . Que lo mimo aconteció con la Real orden de 31 de Enero de 1867 sobre impuesto hipotecario. Que sucedió lo propio con la ley de presupuestos de 17 de junio de 1864, en que se establecía el impuesto sobre fabricación y experdición de pólvora . Que el impuesto de cédulas se limitó por Real orden de 21 de Noviembre de 1872 á los que tuviesen que comp-irecer en actos oficiales ó salir del país . Que se declaró á las Provincias Vascongadas libres del impuesto de billetes de vigilancia, establecido en 27 de Diciembre de 1872, como así está reconocido . 132 1876-LOS FUEROS Que las leyes de carácter general no rigen allá, y menos las de presupuestos y carácter económico ; y Que fué protestado el impuesto de guerra (sello de guerra), así como cuantas alteraciones se han querido hacer, contrarias á la absoluta libertad y exención paccionada. Pero ¿á qué aducir más demostraciones de esto, cuando el derecho es tan inconcuso y claro? Hay que advertir además que las Provincias desde el siglo XIII hasta la actualidad están demostrando que han disfrutado de esa exención ; y esto no sólo se disponía por el rey, sino que- se declaraba en juicio contradictorio en las Chancillerías, donde se ventilaban los derechos con una imparcialidad y justicia que desearía yo ver aplicadas hoy, como acabo de demostrarlo . Por lo demás, las Provincias Vascongadas han contribuído dentro de sus usos, de sus costumbres, de sus métodos, á sostener las cargas del Estado, sosteniendo cargas y obligaciones del mismo, como es público y puede demostrarse ; y el respetabilísimo y venerable señor don Alejandro Mon, Presidente del Consejo de ministros, lo declaró solemnemente en la discusión parlamentaria sobre fueros habida en el Senado en 1864 : siendo Y SUS DEFENSAS 133 por lo tanto, inútil detenerse ya á demostrar que imponiendo á los vascongados el artículo que se discute la obligación de tributar como á los demás españoles, se infringe el fuero y la ley fundamental de 1839, y separándolos de los métodos y de la costumbre por virtud de la que ocurren á, todos los servicios públicos, así de la provincia como de los que real y verdaderamente pueden considerarse como servicios generales del Estado, se les va á imponer una administración costosa y dispendiosa en lugar de la sencilla á que están habituados . En el terreno de la justicia es inconcuso el derecho de las Provincias : y si para abolirlas sus libertades se apela al principio utilitario de la conveniencia pública tan ambiguo, tan inseguro y tan directamente enlazado al empleo de la arbitrariedad, fácil es demostrar que la conveniencia pública es una idea muy abstracta . Esto de la conveniencia es una cosa poco fija, bastante transitoria, poco subsistente y de sentido equívoco, porque lo que hoy es conveniente, mañana no lo es ; aquí se ha visto hacer leyes que se han presentado como convenientes, y á los seis meses ya no lo eran . Respecto de la unidad nacional, como mis dignos compañeros han hablado tanto de éste punto, no creo que debo insistir en él ; pero 134 18 76-LOS FUEROS debo decir que si se considera el hecho de tener las Provincias Vascongadas una administración especial, como un hecho que rompe la unidad nacional, ahora mismo, en estos mismos días hemos asistido á la discusión de la ley de presupuestos, en donde no existe semejante unidad nacional, pues que la unidad nacional consiste en que todos paguen por igual, y sin embargo, hoy tenemos clase :: en España que no pagan contribución, otras que pagan el 25, otras que pagan el 10, otras que pagan el 20 . otras que pagan el 67, y creo que también podría caber dentro de la unidad el que ciertas provincias tuviesen distinta manera especial de tributar . Aqui concluiría, cumplido mi objeto de patentizar, como he patentizado, la exención de tributos de las Provincias Vascongadas, habiéndome fijado especialmente en la de Alava: pues de las demás observaciones que se han hecho contra nuestras instituciones venerandas, ¿qué queréis que os diga, que no lo hayan expuesto con la lucidez que habéis presenciado, mis dignos y queridos compañeros? Pero debo hacerme cargo de algunas indicaciones que se han emitido en el curso de la discusión, y que yo contemplo destituidas de fundamento, contrarias á la exactitud y perjudiciales á mi país . Y SUS DEFENSAS 135 Se ha dicho que las Provincias no sólo no contribuyen, sino que gastan al Estado 18 millones de reales, y también que, á pesar de su mucha religiosidad, no pagaban al Cabildo catedral . Esto, Sres . Diputados, ro es exacto . Las Provincias Vascongadas no han pagado al Cabildo catedral, no por la razón que puede suponerse, sino por causa de la guerra y por los gastos y sacrificios consiguientes á ella : tampoco han cobrado los empleados del país : además, habiéndose ausentado algunos prebendados, las corporaciones que habían de pagar no se prestaron á dar las cantidades correspondientes á estos prebendados que no cumplen con sus deberes, y el Cabildo no ha querido cobrar sino los sueldos de todos : esto es lo que ha ocurrido en Alava . Esos 18 millones no los da el Estado á las Provincias Vascongadas, porque no les da ni éstas cobran de él un cuarto, sino que se invierten en el pago de las atenciones genera . les y comunes, como la capitanía general, gobiernos civiles, juzgados de primera instancia, Guardia civil y carabineros ; y respecto de los 18 millones que se asegura gasta el Estado allí, y que tanto efecto ha producido en la Cámara ¿qué queréis que os diga? Esos 18 millones los da el Estado para otros servicios . Pero sobre esto tengo que añadir que 136 1876 -'LOS FUEROS todas estas instituciones llevadas allí y que cuestan 18 millones, se han llevado contra la voluntad expresa del . país que las ha protestado como desafueros, y si han tomado carta de naturaleza, es por la resolución y por el deseo del Gobierno, que no sé . por qué motivo, aunque desde luego se concibe, ha querido gastar allí los 18 millones ; pues yo recuerdo (verdad es que soy algo viejo) que en el año 33 y 34 no se gastaba en Vitoria ni un cuarto de esos 18 millones, porque ni había jueces de primera instancia, ni capitanes generales, ni Guardia civil, ni carabineros, de suerte que no costaba un cuarto al Estado la administración de aquellas provincias . Yo no digo que aquel Gobierno fuera mejor que éste ; pero la verdad es que ha existido, y que ha existido haciendo lo que digo ; y cuando un país es pobre y no puede soportar un gasto de 18 millones, no debe gastarlos, aunque sea para gobernar mejor . Yo estoy persuadido que si el día de mañana se quisiesen retirar esos 18 millones, ó las instituciones que con esos 18 millones se pagan, el país quedaría como estaba : y en la época á que me refiero no había más ni menos 'criminales' que ahora, ni más ni menos pleitos ; la seguridad pública andaba como) hoy ; . pero se gastaban 18 millones Y SUS DEFENSAS 137 menos. Conste, . pues, que ese gasto se hace, no porque las Provincias lo hayan exigido, sino , porque así lo desea el Gobierno para ejercer su autoridad y su imperio . Dijo el señor Marqués de la Vega de Armijo que de las Provincias Vascongadas podían sacarse 42 millones de contribución al año, y 55 de Navarra, y me parece que citaba esas cifras con referencia á ,datos suministrados por un distinguido Senador á quien aunque poco amigo de nuestras instituciones, no por eso dejo de profesarle todo el respeto que se merece . Sin embargo, el 4 de Abril de este año, en el discurso que ese señor Senador pronunció en el Senado, decía que las Provincias podían contribuir con 30 ó 35 millones, y aquí, como he dicho, se ha citado la cifra de 42 ; es decir que desde el mes de Abril hasta ahora las Provincias han tenido un recargo de 40 por 100 . Y no digo nada de los atrasos, que en el primer discurso de aquel señor Senador ascendían á 270 millones, y en el segundo á 2 .408. Por lo que respecta á Navarra, solo diré que si esos 55 millones se repartiesen entre los 300 .000 habitantes, vendría á pagar cada individuo 183 reales ; y si aplicáramos esta cuota á todos los españoles, resultaría una cantidad de 2 .933 . 138 1876-LOS FUEROS millones, ó sea 379 más que lo que importa el presupuesto . Además quedarían para el Estado por los servicios que explota y por otros conceptos 873 millones, que unidos á los que antes he indicado, proporcionarían al presupuesto un excedente de 1 .252 millones, con cuya suma bien pudría pagarse, no como decía el señor Marqués de la Vega de Armijo, el medio por 100 de interés, sino todo el interés de la deuda española . Pudiera fácilmente continuar analizando la cuestión económica en sus relaciones y aceptando de buen grado el juicio comparativo que en otra discusión parlamentaria se ha hecho con la provincia de Lugo, y demostraría concluyentemente la falibilidad de los datos y la improcedencia del cálculo que se ha formulado ; pero de esto se ha ocupado ya un entendido compañero mío, el Sr . Vicuña, con la amplitud y los detalles más conducentes al objeto, y ofendería seguramente la ilustración y la benevolencia de la Cámara reproduciendo observaciones hechas ya con todo el detenimiento necesario para llevar el convencimiento al ánimo de los más ardientes adversarios de nuestras libertades . He procurado . señores Diputados, demostraros el derecho de exención que mi país Y SUS DEFENSAS 139 disfruta, derecho incuestionable é inconcuso, como así se ha reconocido por todos los Reyes, por todos los tribunales y por cuantos han tenido que intervenir en el conocimiento y en las decisiones de nuestros asuntos, en todos los cuales la libertad foral ha sido amparada . Esto así, yo no creo que los fueros de mi tierra querida, los fueros vascongados, á cuya defensa he procurado concurrir con la más recta voluntad, estén próximos á un triste y horrible eclipse . Ayer se dijo aquí que asistíamos á sus funerales ; no lo creo ; pero si así no fuese, yo espero que la fe y la perseverancia de los vascongados y el uso constante de sus legítimos derechos cerca de los altos poderes del Estado conseguirán al fin que luzca de nuevo el sol que ha iluminado siempre nuestras instituciones venerandas . Ahora sólo me resta manifestaros mi gratitud por la benevolencia con que me habéis escuchado . 140 1876-LOS FUEROS RECTIFICACI N Dos palabras, primero para dar gracias á mi amigo el Sr . García López por los elogios que me ha prodigado y que no merezco, y después para decirle que la razón que he querido yo hacer valer es la del derecho, es la de los títulos, es la de documentos públicos auténticos y oficiales ; y después de esos títulos que representan la historia de cerca de siete siglos, después de esos títulos tan robustos y poderosos, la posesión con su irresistible y avasallador imperio viene en auxilio de nuestra santa causa . Ha dicho el Sr . García López que no hemos pagado nada, y yo tengo que observar á S. S . que hemos pagado y estamos pagando gastos y servicios que en otras provincias son de cargo del Estado : hemos pagado y estamos pagando intereses cuantiosísimos de una enorme deuda contraída en su mayor parte para ocurrir á atenciones generales, y que nuestra deuda data y procede de los gastos y servicios de la guerra de la República, de la guerra de la Independencia, de la guerra civil de Y SUS DEFENSAS 141 los seis años, de la ejecución y construcción de las vías, carreteras y comunicaciones públicas ; de forma, Sres . Diputados, que si se fuera á liquidar lo que las Provincias han hecho en aras de la Patria y los gastos y servicios que al noble impulso de su patriotismo han llevado á cabo, con lo que hubieran tenido que satisfacer con abstracción completa de sus libertades y sumisión extricta á la administración general y común, sin temor de equivocarse se puede afirmar y proclamar que se hallaría la ventaja en favor del infortunado país cuya causa legítima estamos sosteniendo los que en este banco nos sentamos . APENDICE DISCURSO PRONUNCIADO NN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS EL DIA 17 DE JUNIO DE 1870 POR DON ALEJANDRO PIDAL Y MON DISCURSO DIO DON ALEJANDRO PIDAL Y MON Tic 17 JUNIO 1876 SEÑORES DIPUTADOS : Cuando estos días oía discutir la futura suerte de las nobilísimas instituciones de las tres provincias hermanas, yo no sé si por la calidad del debate y de las instituciones cuya futura suerte van á determinar nuestros votos, c reía .ne trasportado corno en espíritu á uno de aquellos palenques de la Edad Me dia en donde se verificaba el juicio de Dios, y en que se decidía por la suerte de las armas el triunfo ó el castigo de una inocencia acusada ; miraba aquellos días en torno mío hacia estos bancos, y vela el semblante severo de los jueces; miraba hacia este otro lado, y veía el rostro sañudo de los acusadores ; dilo 146 1876-LOS FUEROS rigíame á los bancos de la comisión, y veía en ellos serenos y firmes á los mantenedores de la pena ; y si desde allí descendía á otro banco, veía con apuesta apostura al verdugo aparejado para la ejecución de la sentencia . No extrañéis, pues, señores diputados, que los que obedecemos aquí á la tradición de cierto espíritu caballeresco acudamos á romper una lanza con los mantenedores de la causa del gobierno ; no extrañéis, pues, que nos presentemos en el palenque é hiramos con el cuento de la lanza en el escudo de los mantenedores, siquier corramos el peligro de que en vez de tenernos por un Cid ó por un Bayardo, nos tengáis por un humilde D . Quijote ; que falta hace, señores diputados, que intervenga en este debate algún Quijote, aquí en donde los que han intervenido' en contra de los fueros parece que no tienen otro ideal que el estrecho egoismo de Sancho Panza . Y como no hay caballero sin empresa, ni empresa sin mote, cúmpleme alzar la visera al entrar en el palenque y declarar que el mote de mi escudo son aquellas palabras consignadas en un manifiesto célebre por un escritor insigne : «Los países más prósperos y más felices son aquellos que respetan más su propia historia .» Y no es, señores diputados, por cierto, que Y SUS DEFENSAS 147 no hayan combatido valientes adalides en defensa de las nobilísimas instituciones vascas ; hemos visto aquí hacer alardes de su saber y de su inteligencia á los elocuentísimos y animosos representantes de las tres provincias hermanas y algunos elocuentísimos y nobilísimos también de la provincia de Navarra ; pero, señores diputados, esos representantes son vascos, esos representantes hablan en pro de su causa, pelean en causa propia, y yo, señores diputados, no soy vasco ; yo, señores, desciendo y tengo el honor de repretar aquí un distrito de la antigua Cantabria, de aquella indomable Cantabria que combatió luengos años con los antecesores de estos vascos hasta que vino á fundirlos la religión en una unidad común, en el crisol de la unidad católica . Y si el ser cántabro alienta á mi pecho para acudir á tan generosa empresa, el ver que la reciente pérdida de la unidad católica ha empezado sin duda á sembrar la división en las filas de las huestes nacionales, de tal modo que muchos cántabros se han olvidado de que eran hermanos para convertirse en fratricidas, me alienta á venir aquí siendo cántabro á defender esas instituciones, no sólo para probaros que no todos los Cántabros las combatimos, sino para al mismo tiempo demostrar de una manera evidente y 148 1876-LOS FUEROS completa, que no es, no ya la santa ley de la emulación, que al fin y al cabo es - la tendencia á la perfección propia, sino la triste ley, la miserable ley calificada con el nombre de tristeza del bien ajeno, lo que extravía por el momento á estos otros hermanos de mi antigua Patria . ¿De qué se trata aquí, después de todo, señores diputados? Hay un pueblo religioso, moral, sobrio, laborioso, libre, y por lo tanto feliz, que al amparo de unas instituciones seculares que todos aman y veneran, goza de unas costumbres patriarcales y de unas libertades cristianas como ninguno otro en el mundo, y al abrigo de estas instituciones ha mantenido la bandera de la nacionalidad enhiesta sobre sus montañas, ¡glorioso baluarte de la independencia Pátria! y á su sombra ha desarrollado todos los prodigios de la agricultura y todas las maravillas de la industria, y á su calor ha dado hijos insignes á la Patria, dando héroes á la religión como San Ignacio de Loyola, descubridores como Elcano, conquistadores como Legaspi, marinos como Oquendo y Churruca, hombres de letras como Ercilla, Jáuregui y Ayala, y hoy mismo entre guerreros é industriales produce cantores como Trueba, y en todas ocasiones ha derramado la savia generosa de su inteligencia y Y SUS DEFENSAS 149 de su sangre por todos los ámbitos de la gloriosa Monarquía española . Testimonio vivo de la libertades sociales de la civilización cristiana, monumento insigne de las instituciones patriarcales, parecía como que la Providencia había conservado este pueblo aislado entre la inmutabilidad de su idioma y entre las asperezas de sus montañas para que fuese ejemplo á España, como Inglaterra lo es á Europa, de la verdadera libertad hija de la Religión cristiana ; y sin duda por eso, señores diputados, sin duda por eso vosotros que os llamáis liberales, que .á todas horas tenéis la palabra libertad en los labios, y en las manos la más espantosa tiranía, vosotros que no podéis tener acuerdo en una ley orgánica . cuanto más en una ley fundamental, queréis destruirlas y empobrecerlas, y como en esto de destruir los revolucionarios sois maestros, habéis conocido que el mejor modo de destruirlas es asimilarlas . No nos ha detenido, señores, en esta obra de destrucción, ni el glorioso recuerdo de la historia, ni siquiera el conservar, á guisa de monumento arqueológico, en un rincón de nuestras heróicas montañas, ese ejemplo de nuestras antiguas patrias libertades, siquiera como se conserva el rito mozárabe en una capilla de la catedral de Toledo . Todo ha 1 50 1876-Los FUEROS caído ante el ideal de la uniformidad, ante ese bello ideal de los entendimientos vulgares ; todo ha caído ante el nivel asolador del continentalismo europeo, tan maldecido por los grandes publicistas contemporáneos, hijo natural del movimiento revolucionario de 1789 . ¿Y cuándo vamos á hacer esto? ¿En qué ocasión? Cuando las corrientes intelectuales de toda Europa están sufriendo una reacción notabilisíma en contra de estas medidas ; cuando los grandes publicistas, como Tocqueville y Perrín, están reconociendo que la obra de destrucción de la revolución, y antes que de la revolución del antiguo régimen, fué sofocar y ahogar todas las libertades locales que han dado como consecuencia este estado de las Naciones modernas, en las que no hay más que polvo, que parecen un vasto desierto en que sólo se encuentran movibles arenas con las cuales es imposible edificar, y sobre las que sólo aparece, sólo se levanta el Estado, que si alguna vez puede ser ocupado su solio por un hombre benéfico, puede ocuparse también, y más frecuentemente se ocupa, por la representación terrible del despotismo y del terror ; lo vais á hacer, señores, cuando los sabios que han pasado toda su vida en el estudio de las reformas sociales, como Le Play, han manifestado su admiración ante Y SUS DEFENSAS 151 esas instituciones patriarcales ; cuando comisiones como la de la exposición universal las encomian ; cuando Gobiernos como el de Francia envían comisionados á estudiarlas para plantearlas en su país; cuando políticos tan amantes de la libertad como el Conde de Montalembert acuden á estudiarlas en sus archivos, y más que en sus archivos, en sus costumbres : cuando la fama de sus libertades vuela á todas partes sobre las alas de oro de la elocuencia de aquel ilustre hijo de Santa Teresa, que se llamó Fr . Jacinto : cuando la Europa parece que vuelve la vista para contemplar estas instituciones : estos momentos supremos son los que el Gobierno que nos rige ha escogido para decretar la ruína de esas instituciones seculares . Para llevar á cabo el propósito de este Gobierno hay que violar el derecho y hay que desoir la voz de la conveniencia . Hay que violar el derecho señores diputados, porque aquí, desde el banco de la comisión, se está dando todos los días el nombre de privilegio á lo que en la historia desde Felipe II hasta Castelar han considerado como un derecho . No necesito entrar en grandes demostraciones después de los elocuentísimos discursos que habéis tenido el gusto de escuchar estos días ; pero cúmpleme decir que la 152 1876-LOS FUEROS unión de las Provincias Vascongadas al resto de la Nación era una mera unión personal, como la que existió en otro tiempo entre España y Alemania, consignada en un pacto bilateral oneroso con la Monarquía de Castilla ; y si la situación legal arranca en la actualidad de la famosa ley de 1839, la ley de 1839, según D . Alejandro Mon, Presidente del Consejo de Ministros cuando también desempeñaba, no recuerdo si la cartera de Gobernación ó la de Ultramar, el señor Cánovas del Castillo, era la encarnación del convenio de Vergara, y todos sabéis y todos recordáis que el convenio de Vergara se hizo con al ofrecimiento de los fueros, y no era justo que se diese otra interpretación á la ley que el Presidente del Consejo de Ministros declaraba encarnación de ese Convenio, pues tanto hubiera valido como haber dicho una cosa al frente de los batallones vascongados en armas para contradecirla una vez que las hubieran depuesto . ¿Qué consignaba, señores, la ley de 1839? La ley de 1839 consignaba la unidad constitucional, completamente compatible con los fueros, hasta tal punto, que habiéndose presentado una enmienda por el señor Marqués de Viluma para aclararlo, la hubo de retirar ante la declaración textual de los Ministros Y SUS DEFENSAS 153 de que sólo entendían por unidad constitucional un sólo Rey y un sólo Parlamento . Negar que ésto sea la unidad, sería como negar las demás unidades de la historia, sería negar la unidad de Suecia y de Noruega, sería negar la unidad de Austria, sería negar la unidad de Escocia, de Irlanda y de Inglaterra, y sería negar la misma u,-,¡dad española, donde no rigen las mismas leyes en las provincias de Ultramar que para la Península ibérica . Un sólo derecho pudiera alegarse para llevar á cabo el proyecto de que se trata : el derecho terrible de conquista . ¿Pero es éste el derecho que se puede invocar con relación á ese proyecto? De manera alguna . ¡Derecho de conquista! ¿Dónde están los conquistadores de las Provincias Vascongadas? Pues qué, señores Diputados, y esto no tengo yo que decirlo, pues nos lo ha dicho con repetición esta mañana misma el señor Presidente del Consejo de Ministros ; sin la sangre que han derramado los miqueletes de Vizcaya . sin la defensa heróica de sus más importantes capi . tales, ¿qué hubiera sido, no digo de nosotros, sino del liberalismo español y de los enemigos de sus fueros? Señores Diputados, cosa terrible ha sido siempre y en todas ocasiones poner mano en las instituciones seculares de los pueblos, y 154 1876-LOS FUEROS no tengo que extenderme en grandes razonamientos para demostrarlo . Sería esto inútil y además os molestaría, cumpliendo más á mi propósito leeros cuatro ó seis lineas de un escritor elocuentísimo : Decía el escritor á . que me refiero : «Las Naciones, fábricas lentas y sucesivas de la historia, nacen de una aglomeración arbitraria ó violenta, la cual poco á poco se va solidificando y hasta fundiendo al calor del orden, de la disciplina, de los hábitos correlativos de obediencia y mando, que el tiempo hace instintivos, espontáneos y como naturales. Cuando tocándolas y retocándolas se llega una vez á poner en descubierto los cimientos de tales fábricas, difícil es que no queden cuarteadas, cuando no ruinosas . Levántanse las Naciones como las rocas y como toda obra de la naturaleza, sin arquitecto ; y al mirarlas por de fuera, no sabe nadie cómo y por qué existen ó están de pie . Por eso mismo, cuando por puro acaso ó necia temeridad se desmonta uno de tales relojes, difícilmente se acierta á concertar y encajar de nuevo sus piezas, y acaso no vuelve á estar en hora jamás .» Estas palabras elocuentisimas del señor Presidente del Consejo de Ministros revelan los peligros que acarrea el tocar á las instituciones seculares en momentos de vértigo, y Y SUS DEFENSAS 155 más cuando se hace por motivos que pudiéramos llamar de verdadera represalia . Hay también, señores, que desoir la voz de conveniencia para este asunto, por más que esta haya sido indudablemente la gran arma, el grande argumento, el argumento que pudiera llamarse Aquiles, á que se ha apelado para combatir los fueros de las Provincias Vascongadas . Señores diputados, excusado es decir que si tomamos la conveniencia en el sentido altísimo en que debe tomarse esta palabra, teniendo en cuenta la identidad con la moral y con el derecho, no hay conveniencia ninguna para el acto de que se trata : y si nos atenemos á esa otra conveniencia rastrera del momento, cúmpleme deciros que tampoco es conveniente para el resto de la nacionalidad española la destrucción de esas instituciones y como quiera que nada hay más elocuente que las cifras, voy á leeros dos lineas de un estadista de la escuela liberal, que vienen á corroborar la opinión que sostengo en este momento . El señor don Pascual Madoz . en la página 632, tomo lo de su Diccionario geográfico, redactado en presencia de datos oficiales, dice lo siguiente : «En el año de 1845, 1846 y 1847 pagaron por culto y clero las Provincias Vascongadas 5 .978 .969 rs . Las Provincias Vascongadas además 2 .7000 .000 156 1876-Los FUEROS reales anuales por intereses de deudas contraídas para atender al servicio público, defender la independencia nacional y construir caminos generales . Todos estos gastos, los rendimientos de alcabalas, que importan 74 .000, y otras que pesan sobra las Provincias Vascongadas, EXCEDEN, A NO DUDARLO, de la suma á que ascienden los cupos de todas las contribuciones directas, que sólo daría al Gobierno 10 .652 .009 reales . De consiguiente, señores diputados, aun mirando la cuestión por el prisma estrechísimo de la conveniencia material y del momento, resulta, según la autoridad de un estadista liberal, que no tiene cuenta á la nacionalidad española la destrucción de las instituciones vascongadas, para sacar unos cuantos maravedises que habrá luego que devolver con exceso por cargas que hay que pagar y que hoy pagan las Provincias vascongadas . Pero aun levantándonos un poco en el terreno mismo de la conveniencia material, ¿no debe entrar en cuenta para nada la consideración del espectáculo que nos han dado por dos veces en un corto espacio de nuestra historia? ¿No son dignas de tenerse en cuenta las perturbaciones á que puede dar lugar en un país el verse despojado de sus más queridas instituciones? ¿No teméis, señores diputados, Y SUS DEFENSAS 15 evocar desde el olvidado polvo de su tumba la voz guerrera del bardo vascongado, la mágica voz de Iparraguirre que resonando cual en otros días en los angostos valles de Vizcaya, entone en medio del religioso silencio de miles de corazones, interrumpido luego por el estentóreo clamoreo de miles de voces enronquecidas en cien combates, aquellas palabras del cántico al árbol de Guernica : tiárbol de Guernica, tú eres para nosotros un árbol bendito . Todo vascongado tiembla de placer al mirarte! Estrecha tu copa y derrama por el mundo tus frutos, oh símbolo santo de nuestras seculares libertades! `K,osotros te adoramos de rodillas y pedirnos al cielo que si la tempestad mota tus ramas frondosas y gentes extrañas vienen á destruir tn tronco, el hierro salvador que contienen los senos de nuestros montes se convierta en armas aceradas para defenderte! (Murmullos .) Esos cánticos, señores diputados, que acaso os parezcan poco digno de tenerse en cuenta, son cánticos como aquellos al calor de los cuales lucharon nuestros heróicos padres por espacio de siete siglos con los atezados hijos del desierto hasta vencerlos y arrollarlos arrojándolos al otro lado del Estrecho . Son cánticos como aquellos que enardecían los ánimos de nuestros padres en aquella lu- 158 1876-LOS FUEROS cha titánica con el coloso del siglo, y á cuyos guerreros ecos los lanzaron de España, arrojándole á morir en lenta y desconsoladora agonía sobre el desnudo peñón de Santa Elena . El recuerdo sólo de esos cánticos en circunstancias como las que atraviesa no ya nuestra Nación, sinó la Europa entera, son capaces de poner miedo y espanto en el corazón más animoso . Estamos en vísperas de grandes complicaciones europeas, no hay institución segura ni nacionalidad inquebrantable . ¿Y quién no ve, no que esas provincias puedan faltar á su lealtad, sino que les ponemos en ocasión próxima para cometer ese pecado á esas provincias que se van á encontrar de pronto privadas de sus antiguas y venerandas instituciones, viendo al otro lado del Pirineo más felices á sus hermanos los vascos, hasta ahora más desgraciados? Señores Diputados, si la perspectiva de una, conmoción internacional no os aterra, que os aterre al menos el temor de una conmoción política . Mirad que muchos de los que aquí os excitan á que destruyáis los fueros os están acusando allá porque los quitáis, y tal vez los ofrecen bajo nuevas instituciones . Acordaos cuántas veces en este mismo recinto se han dirigido acusaciones á nuestros antiguos Y SUS DEFENSAS 159 Reyes por haber atentado á libertades de esta clase ; mirad ahí escritos con letras de oro los nombres de los que murieron por defenderlas; acordaos que los revolucionarios catalanes, en la revolución del 68, una de las cosas que invocaron para expulsar á los Borbones fué que un Borbón los había despojado de sus antiguas libertades . Temed, pues, las consecuencias fatales que de esto puedan resultar ; porque luego que resulten no faltará un Presidente del Consejo de Ministros que las legitime diciendo que «la fuerza, cuando causa estado, es el derecho ante la razón y la historia .» Señores Diputados, uno de los caractéres más odiosos de esta ley es el carácter de ley de represalia . En vano es negarlo, en vano es que haya tratado de negarlo el Sr . Presidente del Consejo de Ministros, porque la verdad puede más que las palabras : aparte de lo que en su discurso hemos oído á D . Carlos Navarro, hemos oído también palabras del señor Presidente del Consejo de Ministros que dan bien claro á entender que es ley de represalias. Pues bien ; prueba más clara de que es una ley de represalias la tenéis en el privilegio que se establece en favor de los que no han tomado parte en la guerra ; porque si fuera una ley de interés general, ¿á qué esas diferencias, á qué esos privilegios? 160 1876-LOS FUEROS ¡Grande contradicción! Atacáis los fueros porque se consideran un privilegio, y para destruirlos hacéis una ley de privilegio también. Hé aquí la contradicción que resulta del afán de no tomar el camino de la razón y de la lógica, sino de irse por el tortuoso sendero de los expedientes y de las habilidades . ¿No es ley de represalias? Entonces, ¿por qué esta ley que trae ahora el Sr . Cánovas del Castillo y su Gobierno no la planteó lo mismo en el Ministerio de que formaba parte el Sr . Ulloa bajo la presidencia del Sr . Mon? Entónces ese infatigable adalid en contra de los fueros, el Sr . Sánchez Silva, adujo las mismas razones que se han aducido en este debate, y entónces el Sr . Ulloa estaba en aquel Ministerio y le hubiera dado un gran apoyo con su elocuencia : ¿por qué el Sr . Cánovas, si la ley no es de represalias, si no está motiva3a por la guerra : por qué entónces no la presentó en medio de la paz octaviana y cuando tenían los Gobiernos más fuerza? ¿Por qué entónces no planteó esa ley? ¡Ah, Sres . Diputados! El Presidente del Consejo de Ministros de aquel Ministerio, el Sr. Mon, dijo en aquella discusión : no pensamos, no digo ya en plantear esta ley, sino siquiera en tratar de esta cuestión, por varias Y SUS DEFENSAS 161 razones, una de las cuales era las vicisitudes de los tiempos . ¡Ah, Sres. Diputados! Vicisitudes de los tiempos, decía el Ministerio Mon-Cánovas, en aquellos períodos relativamente bonancibles en nuestra historia ; y las terribles vicisitudes de otros calamitosos tiempos que alcanzamos no detienen á ese Gobierno en esa obra de destrucción que ha emprendido . Pero, Sres . Diputados, si es ley de represalias, yo os pregunto : ¿cuál es el crimen que han cometido las Provincias Vascongadas? ¿Haber sido teatro de la guerra? Pues en ese caso á mí me parece que quien debía reclamar indemnización de perjuicios son las Provincias Vascongadas . (íCurrnullos) . Oidme antes, y luego vuestros murmullos, siquiera nunca sean justos, serán por lo menos más justificados . Las Provincias Vascongadas . fuertes en sus instituciones, eran á quienes menos debía importar que un Monarca ú otro ocupara el Trode Castilla ; las Provincias Vascongadas se encontraron con una cuestión dinástica, de la cual dependían principalmente las instituciones para los demás pueblos de la Península . Entáblase una lucha, y por la fragosidad del terreno y por la fatalidad geográfica van á es11 162 1876-LOS FUEROS coger á las Provincias Vascongadas para teatro de la guerra . Esto ha sucedido en las dos guerras civiles que registra nuestra historia ; y para que no lo achaquéis á acaloramiento ó pasión mía en estos momentos, voy á leeros un texto que no rechazaréis seguramente : «Don Carlos de Borbón, que fué Rey de hecho y según él de derecho, y según también de un gran número de habitantes de aquella provincia y de otras, porque allí había también andaluces que sosteían el absolutismo . Y si no, lo digo con franqueza, no hubiera tenido tal importancia aquella guerra, por muy valientes, que lo son sin duda los vizcainos, no hubieran podido sostener una guerra tan cruda y tan tenaz . Hablemos con franqueza y demos importancia á las cosas que la tengan. No digamos que las Provincias Vascongadas han sido las únicas que han sostenido aquella guerra ; allí estuvieron hombres de todas las provincias de España ; allí fué una buena parte de los hombres de la Guardia Real, hombres bravos que eran de todas las provincias de España, allí había aragoneses y manchegos, en fin, había hombres de todas las provincias, así como en nuestro ejército había vascongados; así como la invicta Bilbao, Y SUS DEFENSAS 163 sostenida por sus patriotas, dignos de inmortal memoria, que sostenían la causa de la libertad, y las demás Provincias Vascongadas, tuvieron la gloria de las demás provincias de España, de no sucumbir ante los enemigos y de no ser presa de las huestes del carlismo ninguna de las capitales del territorio . Por consiguiente, analicemóslo todo y no formemos un globo aereostático lleno de humo y viento, que abulta mucho y pesa poco . » Esto decía, Sres . Diputados, los que os reíais de mis palabras, el vascófilo Sr . Sánchez Silva . (El señor Ulloa : El vascófago .) Acepto la rectificación, Sr . Ulloa. Señores Diputados ; un escritor ilustre al tratar esta cuestión ha puesto con su acostumbrado tacto el dedo en la llaga ; este escritor de la escuela liberal y que goza de una reputación europea, el Sr . Mañé y Flaquer, en un libro, y rectifico, no pertenece á la escuela liberal ; aunque no es carlista, ha dicho que el fenómeno del carlismo con relación á las Provincias Vascongadas es como cuando se presenta una erupción en el cuerpo humano ; la sangre está toda viciada, el virus circula por toda la masa, se fija en un punto determinado del cuerpo, donde brota, y se localiza la erupción . 164 1876-LOS FUEROS Por todas las razones que acabo de exponer, de topografía, de raza y hasta de clima, la erupción fué en las Provincias Vascongadas . Y entonces, señores, si esto es lo que os mueve á hacer una ley de represalias, no os contentéis con destruir los fueros ; es necesario destruir los montes que se eleven á las alturas, los valles que desciendan hasta el abismo, y la raza indómita que los puebla ; aplicad, pues, la dinamita á las Provincias Vascongadas . (R-isas .) Lo cual, si no se opone la elocuencia del Sr . Presidente del Consejo de Ministros, creo que tiene aquí sus partidarios . (El Sr . Guirao: Pido la palabra por tercera vez) . Pero, Sres . Diputados, sin duda porque á mí me faltan las admirables dotes del señor Presidente del Consejo de Ministros, yo acostumbro á abordar las cuestiones de frente y en el terreno radical . Así, pues, yo supongo que las Provincias Vascongadas son las únicas que han promovido lo guerra carlista contra la revolución, las únicas que la han sostenido, y que no ha habido un sólo liberal vascongado ; y yo os pregunto : ante la restauración de la Monarquía española, ¿es esto un crimen? No diréis que no planteo en toda su crudeza la cuestión . ¿Qué delito es el que vais á castigar? Respondedme con noble franque- Y SUS DEFENSAS 165 za . ¿Vais á castigar el delito de haberse levantado contra la revolución? Pues nosotros hemos hecho lo mismo, no hicimos otra cosa en Sagunto ; y si no lo hicimos antes, fué porque no pudimos . Y yo pregunto también al Sr . Presidente del Consejo de Ministros, y hasta al mismo Sr . Cardenal, yo os pregunto . . . (El Sr . Cardenal: Pido la palabra .) Al decir que pregunto también al Sr. Cardenal, no es porque yo trate de establecer aquí ninguna relación de dignidad, porque para mí es tan digno un Diputado como todos, sinó una relación de animosidad contra las Provincias Vascongadas : el Sr . Cardenal lo debía haber supuesto, sin necesidad de que yo lo dijera . Pues yo pregunto al Sr . Cardenal, y acudo á su noble y acostumbrada franqueza : si en los días aquellos en que todos deseábamos el advenimiento de D . Alfonso XII al Trono de nuestros mayores, hubiera venido una comisión de las Provincias Vascongadas y una comisión del ejército real de D . Carlos á decir al Sr . Cardenal que estaban dispuestos á poner sus armas y fuerzas en aquel momento al servicio de S . M . Don Alfonso XII y el Sr . Cardenal hubiera creído que con esto era el triunfo seguro, ¿se hubiera abstenido de aceptar el ofrecimiento por escrúpulo de no levantarse contra la revolución de Septiem- 166 1876-LOS FUEROS bre? Aguardo tranquilo la respuesta . Señores, ¡levantarse contra la revolución! ¿quis tullerit gratos de sedilione quaerentes? ¿Quién hay aquí que no se haya levantado contra la revolución? Se levantaron los republicanos contra el Gobierno provisional y contra D . Amadeo ; se levantaron contra las Cortes el 23 de Abril, las disolvieron, y vinieron otras Cortes tan legítimas, y fueron también disueltas el 3 de Enero, y yo no sé cuántos otros levantamientos ha habido en esos seis años de tantas conquistas y de tantas glorias . De consiguiente, el que pueda decir que es un crimen el haberse levantado contra la revolución, que arroje la primera piedra á las Provincias Vascongadas . No, Sres . Diputados ; las causas de la guerra civil no han sido, no, los fueros vascongados . De las profundidades de la sociedad española, dijo el Sr . Presidente del Consejo de Ministros que habían surgido las causas de esta guerra civil, y antes lo había consignado ya asegurando que había sido una guerra exclusivamente religiosa . La causa única, señores Diputados, de esta desdicha, como de tantas otras, no ha sido más que la revolución de Septiembre ; el mismo partido carlista lo dijo en frases que consignará la historia : el cañón de Alcolea ha roto el convenio de Vergara ; Y SUS DEFENSAS 167 y la misma revolución lo dió por roto, porque llamó á las primeras Cortes Constituyentes individuos de todos los partidos, de todos los principios y de todas las aberraciones, para que vinieran aquí á formularlas legalmente, y entonces, por aquel llamamiento se levantó como por una fuerza magnética de su sepulcro el fantasma del carlismo, que siempre se asoma á los horizontes de nuestra Patria cuando oye rodar por ella el carro de la revolución . Entonces se dió fuerza al carlismo : se le dió fuerza con vuestras torpezas, se le dió fuerza y elementos para la guerra con vuestros atropellos . El partido carlista tomó fuerza en toda España ; le vimos invadir los comicios, á pesar de los terribles obstáculos que le impedían acercarse á ellos,y pobló estos escaños con un grupo numeroso de Diputados tradicionalistas . Vimos aquí cuánta era su fuerza ydespués que lo hubo visto la revolución, casi á sabiendas los arrojó al campo de la guerra á fuerza de atropellos, reuniendo en su mano todas las banderas, una tras otra ; primero la bandera de la religión, después la bandera de la Monarquía,ypor último la bandera de la Patria ; los arrojó al campo de la guerra insultándolesen aquello que de más santo yde más noble tienen los pueblos, en su sentimiento religioso ; la revolución los arrojó al campo de la 168 1876-LOS FUEROS guerra persiguiéndolos y apaleándolos en los comicios, y en los casinos, y en las redacciones, y asegurándoles con terrible y criminal sarcasmo que en vano arrostraban las iras y los crímenes de los Gobiernos para acudir á las urnas, porque si alcanzasen alguna vez mayoría en contra del Gobierno, «se mandarían cerrar estas puertas y se les mandaría á ellos A PASEO .» Señores Diputados, vuelvo á decir que temo que me creáis demasiado apasionado en este caso, para que no busque en apoyo de mis observaciones autoridades para vosotros sin duda respetables. Un periódico, ministerial por más serias, y que goza de gran autoridad entre vosotros, que se llama La Epoca, escribía no hace mucho tiempo estas palabras . Dirigiéndose á un periódico radical que le acusaba de carlista, contestaba La Epoca : «El Imparcial llama benevolencias nuestras hacia los carlistas, que designemos á los de este partido como «los que contestando á las intransigencias de la revolución se armaron con las armas del absolutismo .» Pero nosotros apelamos á la historia . ¿Había carlistas en España antes de la revolución? Esto es indudable . ¿Estaban en disposición de intentar nada por la fuerza de las armas? El éxito de la tentativa de San Carlos de la Rápita contesta por Y SUS DEFENSAS 169 nosotros . ¿Quién animó sus esperanzas para presentarse como partido capaz de imponerse al sentimiento liberal de la Nación y del siglo? Las conpiraciones revolucionarias por los proscritos de todas las tentativas revolucionarias en el extranjero . ¿Quién empujó á sus filas á grandes masas de gentes que, amantes de la tradición y de la historia, se alarmaron con justo motivo al saber lo que el cañón de Alcolea aclamó en Alcolea? Los temerarios revolucionarios, que quisieron cortar el hilo de la historia en lo más fundamental de las instituciones nacionales . ¿Quién, sublevando los sentimientos religiosos, les llevó otro numeroso contingente de gentes á quienes las soluciones políticas acaso nada hubieran importado, con tal que no se les vulnerase la dignidad de sus creencias? Los que fusilaban las imágenes de la Virgen en la plaza pública ; los que convertían el púlpito de las iglesias en cátedra de bárbara licencia, los que sobre los altares de la Virgen consumaron el grosero escarnio de la prostitución . ¿Quién, en fin, los arrojó del campo de la misma legalidad abierta por la revolución, á la prueba horrible de las armas? Los que con la porra de las partidas aventureras los arrojaron de sus casinos, de sus teatros, de las urnas electorales y de todo lugar . 170 1876-LOS FUEROS Sin la revolución y sus desórdenes, no hubiera habido carlistas en armas ; y si los hubiera habido, no alcanzaran otra suerte que los de la reprobable tentativa de 186o .» Otro texto, señores, y no de menos autoridad por lo excepcional de la ilustre persona á que pertenece, voy á tener el honor de leer al Congreso; es un texto del Sr . Castelar, es un admirable discurso como todos los suyos, si bien en aquel, además de su elocuencia, resplandecía con toda su brillantez la voz del patriotismo ; dijo el Sr. Castelar dirigiéndose á unas amenazadoras y enconadas masas : «creo que hicieron más para traer la república los hombres que levantaron en Cádiz la bandera de la insurrección contra los Borbones, que los marinos cantonales .» Y añadía poco después : «el cantón murciano ha sido el pedestal de D . Carlos .. Y yo, poniendo estas dos proposiciones cerca la una de la otra, deduzco con la autoridad del Sr. Castelar que los hombres de Cádiz son los obreros que más han trabajado en el pedestal de D . Carlos . Señores Diputados, ¿qué tiene esto de extraño? No se avergüence ninguno, si es que acaso sintiera deseos de avergonzarse ante estas consideraciones que os presento . Recordad el estado en que el país se encontraba entonces . El Sr . Castelar Y SUS DEFENSAS 171 ha trazado el otro día un cuadro que no trataré yo de reproducir . Pero ¿qué digo el carlismo? Entre nosotros está sentado quien volvía los ojos, no ya al carlismo, sino á la intervención extranjera, porque decía, y con gran lógica y razón, que la primera necesidad de una sociedad era la de existir, y que no podía existir con el vértigo horrible que se había apoderado de ella en su carrera, precipitándose sobre los abismos de su ruina . Señores Diputados, todos recordáis hoy día, todos decís que ha sido el mayor de los crímenes el crimen de los carlistas, y entonces, señores, ¿cuántos volvíais los ojos hácía aquello que hasta entonces habíais considerado como un mal! ¡Ah! Sres. Diputados : yo recuerdo una noche de las más pavorosas que pasamos en este recinto, cuando hombres armados de puñales y de trabucos invadían estos salones . En una de esas noches azarosas de la república, en uno de los pasillos de este edificio me encontré con un Diputado federal de los más caracterizados por su acción y por su energía, y diciéndole yo : «ahora plantearéis todos vuestros proyectos,» aquel hombre, con una astucia que sin duda debía ser prestada, me dijo : «ahora no ; ahora vamos á unirnos los liberales de todos los matices contra el 172 1876-LOS FUEROS. carlismo, y después que hayamos acabado con los carlistas, se disuelve el ejército y se hace todo lo que hay que hacer en España .» Es decir, señores, que ese Diputado federal conocía bien que aquellos hombres que por una causa cierta ó equivocada se habían levantado en armas en defensa de una idea antirrevolucionaria, iban á ser el muro y el baluarte para defenderá la Patria de las invasiones horribles de la demagogia . Este es, Sres . Diputados, el crimen grande que se achaca á los partidarios del carlismo por los partidarios de la revolución de Septiembre ; y en esto tengo que decir que son soberanamente lógicos, de tal modo lógicos, que cuando á la sombra de la bandera de D . Alfonso XII vienen algunos que pertenecieron á la revolución de Septiembre atentando contra todo lo que huele á carlismo, me parece como que quieren sin darse cuenta de ello, me parece que quieren vengarse de los que frustraron las tentativas de sus propósitos y de sus intentos . Señores Diputados, algunos de esos conozco yo que decían á voz en grito y por medio de la prensa que preferirían grandemente á D . Carlos á la restauración de la Monurquía legítima española ; algunos conozco yo, que hoy están al lado del Ministerio, que decían en la prensa que contaban con el auxi- Y SUS DEFENSAS 173 lio del carlismo para una común resistencia contra la restauración d& la Monarquía legítima . Hé aquí, señores, el secreto, hé aqui uno de los secretos resortes que ponen en juego y en acción esta máquina artificial que aquí se ha levantado de odios, no ya contra el carlismo, que al fin y al cabo es una causa política, sino contra instituciones que no tuvieron otro delito que ejercitarse en las montañas y valles entre cuyas asperezas encuentra mayor defensa todo género de resistencias guerreras . Señores Diputados, yo había entendido, y hasta ahora lo creía, pero hay tantas cosas que voy viendo que tengo necesidad de olvidar, sobre todo en materia de derecho ; yo habia creído que la pena tenía que ser proporcional y justa, aun dado caso que las Provincias Vascongadas fuesen exclusivamente carlistas, aún dado que fuesen las únicas carlistas de España, y aún dado caso de que esto fuera un crimen que mereciera pena, tenía yo entendido que la pena debía ser proporcional y justa, y yo os pregunto, Sres . Diputados : puesto que reconocéis que hay para vosotros justos y que hay para vosotros pecadores, ¿por qué habéis de imponer la misma pena á los pecadores que á los justos? Y no nos vengáis con ese miserable privile- 174 1876-LOS FUEROS gio que no puede endulzar los terribles sinsabores y las inolvidables amarguras que reinan en el corazón de todo buen vascongado al ver que se desgarra en un momento dado el Código fundamental de sus instituciones patriarcales . Además, la pena debe aplicarse al individuo, y no seguramente por el pecado que han cometido los padres se debe castigar á los hijos ; la pena debe aplicarse al culpable y no en una proporción tan terrible . Pues ¿cuántos vascongados hay que no han tomado parte en la guerra ni en uno ni otro bando? Señores Diputados, y casualmente, ¿á qué país se va á aplicar la pena por la causa de la guerra? Se le va á aplicar al país en que la guerra ha revestido un carácter más culto . (Murmnnllos) . No, señores Diputados, no ; la guerra en las Provincias Vascongadas no ha revestido los caractéres de bandolerismo que toda guerra de montañas ha revestido en otras provincias donde no hay rastro de fueros . (Rumores) . ¡Ah, Sres . Diputados! si hubiérais presenciado alguna vez el levantamiento de una facción en las Provincias Vascongadas, vuestros ojos, de sobra acostumbrados á toda acción rebelde y violenta, hubieran presenciado allí un espectáculo singular é inesperado . (Grandes rumores) . No son, no, turbas famélicas, Y SUS DEFENSAS 175 concupiscentemente enamoradas de los bienes ajenos, las que allí se congregan en casos tales, ní allí se escuchan gritos desordenados y salvajes, ni siquiera se oyen conversaciones ociosas . Ningún padre esconde cobardemente á su hijo ; antes bien, le saca de la labor él mismo, trayéndole á recoger las en . mohecidas armas . Ninguna madre, ninguna hermana, ninguna novia llora, cuando el ronco y destemplado tambor bate la marcha : todo el mundo aparece convencido de que está cumpliendo un deber . Por contrarios que seáis á la causa que defiendo, ¿podéis desconocer que hay en esto mucho que merece respeto, y no poco de grande? Espero vuestra respuesta . Contésteme ahora el Ministro de la Gobernación, que tanto se escandalizaba de mis palabras . Contésteme el Sr . Ministro de la Gobernación . (El Sr . Ministro de la Gobernación : Ya le contestaré á su S . S .) ¿Cómo me ha de contestar? . .. (El Sr . .'Ministro de la Gobernación : ¿Y los fusilamientos de Estella? ¿Y Rosa Samaniego? ¿Y el cura Santa Cruz?) ¿Cómo me ha de contestar, si las palabras que acabo de decir son debidas á la bien cortada pluma del Presidente del Consejo de Ministros)? El señor Ministro de la Gobernación : Lo sabíamos, y sabíamos que S . S . buscaba este efecto) . Permitidme que os lo diga, Sres . Di- 176 1876-LOS FUEROS putados ; dando por supuesto todo esto, incluso todo lo que me diga sobre este asunto, y que yo seguramente no he de rectificar, puesto que no era ese el objeto qu- me proponía, el Sr . Ministro de la Gobernación, ¿es de hombres de Estado proceder de esta mañera en tan terribles circunstancias? ¡Ah, señores! Felipe II después de las alteraciones, de los disturbios y de las revueltas de Aragón. no le despojó de sus fueros, sino que los reformó ; cumpliéndolos hasta en la misma reforma, puesto que los reformó como rey de Aragón en las Cortes de Tarazona . Felipe IV, á quién se rebeló Cataluña y aun se dió á la casa de Francia, tampoco la quitó sus fueros, sino que juró respetarlos y cumplió leal su juramento ; sólo Felipe V, el nieto de Luis XIV, de aquel Monarca que había dicho : «El Estado soy yo,» cumpliendo su misión centralizadora acabó con los fueros de Aragón, de Cataluña y de Valencia, dejando sólo en pie los fueros de Navarra y de las Provincias Vascongadas por ley providencial seguramente, para que andando los tiempos viniera la revolución á destruir las ruinas de aquel edificio que el absolutismo había dejado en pie, dejando consignado ante los ojos de la historia que tan despóticas son las revoluciones modernas como los Monarcas más Y SUS DEFENSAS 177 absolutos del antiguo régimen. A Felipe V le siguieron dos personajes ilustres que tendréis que aceptar como vuestros predecesores en la obra de destrucción á que estáis dedicados : le siguieron Godoy y Calomarde . Godoy, seno res Diputados, que después de valerse del impío, del venal y del afrancesado Llorente para que compusiera una obra contra las instituciones vascongadas, como había compuesto otra contra los Pontífices de la Iglesia romana y otra contra un célebre tribunal, después decía á sus agentes : «en llegando una ocasión propicia, y sE espurgará ese rincón que falta .» ¡Quién le habría de decir á Godoy que el continuador de su obra de espurgador de ese rincón había de ser el Sr . Cánovas del Castillo, ayudado por el Sr . Romero Robledo! Señores Diputados, es indudable, esta es la obra de la libertad, por más que parezca la obra de una tiranía, porque se 'hace por hombres que se llaman liberales . Es menester, pues, escribir los nombres de los autores de esta obra en esas lápidas en que están consignados los nombres de los defensores de la libertad ; es necesario escribir el nombre del Sr. Cánovas en esas lápidas ; pero es necesario borrar los nombres de Lanuza, de Bravo, de Padilla y de Maldonado, y colocar en su lugar los de Felipe V, de Godoy y de Calomarde . 12 178 1876-LOS FUEROS ¡Ah, señores! esto lo hace la restauración, y eso es lo que profunda, lo que profundísimamente me duele . La revolución, con más instinto, con más conocimiento que vosotros, co • mo por más elevados entendimientos dirigida, no atentó á los fueros en su principio, en su conjunto, por más que atentase á su ejercicio, á su desarrollo y á su acción . La revolución saludó las libertades, vascas como Tallién que se prosternó ante el árbol de Guernica llamándole el padre de los árboles de la libertad ; y sin embargo, Tallién se equivocaba, no es el árbol de Guernica el padre de los árboles de la libertad revolucionaría, árboles que solo se riegan con lágrimas y con sangre cuando se levantan entre las piedras de las barricadas de la revolución ; árboles que sólo entrañan frutos de maldición y de muerte, y que llevan la desolación á todo lo que bajo su sombra se cobija : árboles que tienen su representación y su abolengo en la historia, en el árbol de la guillotina . El árbol de Guernica, á cuya sombra descansaron felices tantas generaciones, desciende de aquel otro que se levantó en el Calvario para redimir al género humano de todas las servidumbres, y cuyo fruto de bendición y de vida, así como nos dió medios para alcanzar la felicidad eterna, nos dió también reglas que, aplicadas á la Y SUS DEFENSAS 179 vida social por medio de las instituciones , hacen á los pueblos tan prósperos, tan libres y tan felices como los que hoy son objeto de las iras revolucionarias, como los pueblos de las tres provincias hermanas . Señores Diputados, permitidme para acabar, aunque os moleste un momento más, que dirigiéndome á'aquellas tres nobles provincias les diga: ¡Hijos de las Provincias Vascondadas! también yo como vosotros he visto caer bajo el peso de vuestros votos la unidad católica, que no la valió ser unidad para salvarse del terrible naufragio que la acometió en este Congreso tan enamorado de todas las unidades ; yo también la he visto caer : pero permitidme que os lo diga, no alcanzo á ver el lazo invisible, mi entendimiento no lo ve, pero mi corazón lo siente, que une á la unidad católica con los fueros de las Provincias Vascongadas : quizá sean las raíces invisibles del árbol de Guernica; y si esto es así, hacen bien los representantes de la revolución en arrancar á cuajo este árbol ; pero vosotros, representantes de la restauración, tened cuidado al cortar estas raíces, que no sabéis con qué otras instituciones pueden estar relacionadas . Y volviéndome á los habitantes de las Provincias Vascas, yo, representante de los cántabros, les diré por última vez; tened mucho 180 1876-LOS FUEROS cuidado que el gusano roedor de la impiedad no se introduzca en el árbol de Guernica, y estad tranquilos, porque esa ley de que nos ha hablado el Sr. Presidente del Consejo de Ministros, y que llama con irresistible voz á la unidad los pueblos, algo significa en la historia . También en la antigüedad hemos escuchado una voz que asombró á todo el universo, y bajo la mano de hierro del coloso romano perdieron su carácter y su nacionalidad los pueblos ; pero era porque la Divina Providencia se quiso preparar un organismo en el que infiltró después con su soplo un nuevo espíritu y nueva vida, y de aquel soplo brotaron las nuevas nacionalidades, las liberta des cristianas y las instituciones patriarcales que armonizaron la variedad en la gran unidad del cristianismo ; fiad en esa esperanza, hijos de las tres nobles provincias, y si tenéis cuidado de que el viento de la impiedad no azote las ramas del árbol de Guernica, nueva savia aparecerá por la tierra que le dará más fuerza; y por consiguiente, no os importe que aparentemente se marchite, porque volverá á retoñ ~r más grande, y nuevas flores aparecerán entre sus hojas, y la segur revolucionaria se mellará contra el tronco de vuestras sacrosantas libertades . Y SUS DEFENSAS 181 RECTIFICACI N Quisiera que mis palabras tuvieran toda la suavidad posible para que no las aplicase esos nuevos calificativos mi amigo el señor Guirao . Pero realmente no es eso lo que me tiene ofendido; lo que me tiene ofendido es que el señor Guirao desconozca de tal modo los méritos que he contraído esta tarde desempeñando el papel de D . Quijote, cuando cabalmente el primer agravio que yo traté de desfacer fué el de su señoría ; pues ante la acusación lanzada contra algunos individuos de la mayoría de que no se dejaban convencer por las razones, yo cité á S . S . como uno de los más sumisos á la voz de la razón cuando habla por boca del señor Presidente del Consejo de Ministros . (El señor Guirao: O por boca de S . S., si razón tuviera) . Pero como nadie más que yo lamenta que la razón no hable por mi voz, y sólo hablen por mis labios la pasión y el acaloramiento, tengo que suponer que no estando en mí la razón, debe estar en mis contrarios ; y como nadie es más contrario á lo que yo digo que el elo- 182 1876-LOS FUEROS cuentísimo orador que se sienta á la cabeza del banco azul, por eso he dicho que el señor Guirao es tan atento á la voz de la razón cuando la oye por la voz por que acostumbra á sonar, por la voz del señor Presidente del Consejo de Ministros . En cuanto á eso de la dinamita, la mejor justificación de mis palabras es que cuando pronuncié esa no tenía siquiera noticia de que el señor Guirao la hubiera usado ; la pronuncié creyendo que iba á ser tachada de inverosímil; pero entonces sonaron á mi lado diferentes voces diciéndome que S . S . había usado esa palabra, y viendo confirmado el hecho que yo presentaba en un terreno ideal, por una personalidad tan respetable como la de S . S ., procuré encarnar mi razonamiento en S . S . que era una digna encarnación . En el breve . pero elocuentísimo discurso que hemos tenido el gusto de oir al señor Mena y Zorrilla, hay proposiciones tales, que necesitaría una larga y extensa rectificación si hubiese de rectificarlo todo ; pero ni el tiempo, ni la hora, ni el estado de la cámara me lo permiten, y sólo breves consideraciones haré á S . S. Empiezo á declarar que yo he obrado por mi propia cuenta, que no he contado con uno sólo de los señores Diputados de las Provincias Vascongadas, ni aun Y SUS DEFENSAS 183 con ninguno de los íntimos amigos que entre ellos tengo, para uno sólo de mis argumentos, precisamente para librarlos de toda responsabilidad directa ó indirecta en lo que yo dijese: yo he hablado exclusivamente, como suelo, por cuenta mía, y de lo que haya podido resultar, bueno ó malo, la responsabilidad es para mí, pero de ningún modo para los señores Diputados que gloriosamente representan aquí esas provincias . Dicho ésto, sólo tengo que decir al señor Mena y Zorrilla que le agradezco muchísimo la comparación que ha hecho de mi hurnilde persona con la persona de un orador ilustre ; sólo siento que esto lo haya hecho S . S . en son de cargo, pues ni es cargo parecerse á orador tan insigne, ni son los labios de su señoría aquellos que podrían formular como cargo el parecerse á una persona con cuya actitud política ha estado S . S . de acuerdo en un largo período de su historia . Por lo demás, acepto por completo y en toda su plenitud la oportunísima comparación que el señor Mena y Zorrilla ha hecho entre lo que aquí ha pasado y lo que pasó al famoso don Quijote en la aventura de Andresillo y su amo ; tiene S . S . razón : las Provincias Vascongadas son como el muchacho á quien el amo no quería pagar la soldada y le azotaba por 184 1876- LOS FUEROS pedirla ; yo soy el caballero andante que atraído por los gritos del muchacho vengo á defenderle, y la comisión y el Gobierno son el amo : negaron la soldada al muchacho, le azotaron por no pagarle, prometen pagarle cuando ven que á su defensa sale un mantenedor brioso, y pasado este vuelven á no pagar y á seguirle azotando . Preguntaba el señor Mena Zorrilla quién había dicho que la ley de 1839 era la encarnación del convenio de Vergara, y parecíale á S . S ., cuya ilustración en este punto como en otros es notoria, que esta era una verdadera herejía constitucional . Pues esas palabras son del Presidente del Consejo de Ministros del Ministerio Mon-Cánovas, y estas palabras las puede encontrar S . S . como el canto de Iparraguirre al árbol de Guernica, cuyas palabras, que yo me habría aprendido de memoria, pronunciadas en aquel Senado tan conservador, donde estaba lo más florido de la unión liberal y del partido moderado, no causaron escándalo alguno, y que yo he recordado como . una indicación de lo que puede suceder, dadas las corrientes de los tiempos y los sucesos que pueden desenvolverse en los horizontes de la historia . Por lo demás, el discurso del señor Mena y Zorrilla, aparte de sus magníficos rasgos Y SUS DEFENSAS 185 oratorios, aparte de la instrucción de S . S ., puede resumirse, por lo que á mi persona concierne, en el argumento de que yo he defendido los fueros haciendo política carlista ; pero hé aquí que puedo citar en mí abono una autoridad magnífica en sentido contrario, que es la autoridad del señor Presidente del Consejo de Ministros, que en un discurso elocuentísimo, como todos los suyos, decía que el atacar los fueros de las Provincias Vas . congadas era hacer política carlista . En cuanto al señor Ministro de la Gobernación, no sé ciertamente cuál ha sido el motivo que le ha animado á decir que nada emborrachaba tanto como los aplausos, porque no son seguramente los aplausos los que me pueden haber emborrachado á mí en esta Cámara . Represento una tendencia contraria á la casi totalidad de la mayoría y de la minoría, y no he de tener más aplausos que la benevolencia con que me escucháis, que rendidamente os agradezco . Si borrachera podía haber aquí, sería seguramente la que S . S. ha padecido, porque S . S ., cuya habilidad parlamentaria soy el primero en reconocer, se ha quedado tan mareado de los aplausos que justamente ha recibido por la defensa que hizo de la proposición del señor Villarino en la sesión anterior, que en esta no le he visto 186 1876-LOS FUEROS con aquella sangre fría que caracteriza á S. S . para recoger todos los aplausos . Tanto es así, que si hubiera tenido esa sangre fría no me hubiera interrumpido hasta haber oído de labios del señor Mena y Zorrilla, á quien pertenecían las palabras que, mientras S . S . creyó mías, increpó duramente . Si S . S . no hubiera estado desvanecido, hubiera visto que lo que pasó entre el banco azul y la Comisión esbastante ostensible para que nosotros los de enfrente notemos toda esa clase de advertencias, de gestos, de observaciones tan oportunas como las que en días pasados y en la sesión de hoy han mediado entre el Sr .Presidente del Consejo de Ministros y el señor Romero Robledo, y esta tarde entre el señor Romero Robledo y el señor Mena y Zorrilla. Por lo demás, no había entendido S . S . lo que yo decía . Yo había sostenido que la guerra carlista, que no soy el llamado á defender en cuanto á los excesos que haya podido cometer, y eso lo dije al principio y no tengo que rectificar, en ninguna parte de España se había llevado á cabo de una manera tan culta como en las Provincias Vascongadas ; y como el testimonio más autorizado de esta verdad era el del señor Presidente del Consejo de Ministros, sacaba á colación un texto del señor Presidente del Consejo de Y SUS DEFENSAS 187 Ministros, en que increpando á los revolucionarios les decía que es tal la pureza de intención y de costumbres con que se levantan las partidas carlistas en las facciones vascongadas, que no ya malas acciones ni gritos malos, sino ni siquiera conversaciones ociosas, esas que tanto abundan en el Parlamento, según el Sr . Ayala, tenían lugar . De consiguiente, me parece á mí que unas provincias en donde las partidas facciosas ni siquiera pronuncian palabras ociosas, dan una prueba de hacer la guerra del modo más culto posible . El señor Romero Robledo, cuyo discurso, ó por mejor decir su síntesis, ha sido una especie de parodia de aquel ¡Viva Fernando VIIO que en esta ocasión, por lo que á mí hace, tenía que quedar sin efecto, ha venido á reducir todas sus acusaciones á llamarme carlista . Seguramente no quiero rectificar semejante acusación . Bástame recordar á S . S. que también á S . S . se le ha llamado carlista en los momentos en que trabajaba . . . (El señor Ministro de la Gobernación : ¿Guándo?) Voy á decirlo ahora ; en los momentos en que S. S . trabajaba, no porque el derecho saliese de la fuerza, sino porque la fuerza que había de hacer efectivo el derecho saliese de las cuadras de los cuarteles . Los enemigos de esto decían que los que tal cosa hacían eran 188 1876-LOS FUEROS amigos de los carlistas, porque aquel movimiento sólo podía favorecer á los carlistas, y hasta se le llegó á comparar con el movimiento de San Carlos de la Rápita . Lo que más le ha asombrado á S . S . ha sido el que yo dijese que la revolución de Septiembre estaba aquí y en el banco del Ministerio ; y esto lo dice el señor Romero Robledo, que es una de las más legítimas encarnaciones de la revolución de Septiembre . (El señor Ministro de la Gobernación : Pues decía esto para algo) . Pues yo le voy á decir á S. S . que la revolución de Septiembre está ahí para sacar las castañas del fuego con la mano del alfonsismo ; y al ver el resultado de esta discusión, como de otras muchas discusiones, puedo repetir con un periódico célebre, partidario de la revolución de Septiembre, que la revolución de Septiembre es como el Cid, que gana batallas después de muerta . Por lo demás, lo que me ha extrañado que le extrañase á S . S. es que yo hablase contra la centralización revolucionaria y contra la centralización de los Monarcas absolutos ; porque S . S ., dedicado sin duda á los negocios políticos, no ha tenido tiempo de ver en los libros que no hay cosa más parecida á un Ministro absoluto que un Ministro revolucionario ; no difieren más sino en que el liberal Y SUS DEFENSAS 189 se llama liberal cuando comete alguna tiranía, y el absolutista se llama absolutista cuando comete otra tiranía . Por lo demás, el antiguo régimen fué tan parecido á la revolución, que no tengo más que decir sino que siguió sus mismos procedimientos, y yo probaba esto diciendo que los verdaderos antecesores de ese Ministerio en esa cuestión de los fueros no se podían encontrar en ninguna de las Monarquías de San Fernando ó Felipe II, cuando hubo libertad, sino en los tiempos de Felipe V., de Godoy y de Calomarde . 190 1876-LOS FUEROS RECTIFICACI N Mi juicio sobre lo que ha sido el carlismo, lo he expuesto suficientemente aquí para que tenga que repetirlo . Pero esto nada probaría, aunque yo fuese enemigo mortal de los carlistas, porque hay cosas que sólo la pasión revolucionaria puede desconocer ; y así, voy á decir á S . S ., sin que yo pretenda establecer comparación entre las personas que voy á citar y yo, que nadie era más opuesto á los vendeanos que Napoleón, y sin embargo decía, admirando las virtudes de aquellos héroes, que de no haber sido Napoleón hubiera querido ser vendeano . Hé aquí cómo se puede no ser partidario de una causa y se pueden estimar las condicionos de sus partidarios : y nadie me puede dar mejor ejemplo que el Gobierno de S . M ., que ha consignado en un documento célebre unos elogios á los servicios hechos á la Nación por los Gobiernos revolucionarios, completamente enemigos de las instituciones que defiende el Sr . Romero Robledo . Yo recuerdo también que ese Gobierno ha Y SUS DEFENSAS 191 dado un decreto revalidando sus títulos al héroe del Maestrazgo, D . Ramón Cabrera, y no alcanzo por qué S . S . ha de tributar honores en la Gaceta revalidando títulos alcanzados contra las instituciones liberales, y no he de poder yo hacer la justicia debida á los hombres que se han levantado con las armas en la mano á protestar contra la revolución . 192 1876-LOS FUEROS RECTIFICACI N Cuando haga S . S . argumentos, debe ver á quién los dirige ; porque es ridículo que yo, que me distingo siempre por mi posición franca, venga á ser objeto de los ataques de Su Señoría en ese punto . Si S . S . sabe que he sostenido aquí en plena república y delante de todos los Diputados y de las turbas que no había habido gobierno legítimo en España desde Septiembre de i868, y que he dicho que cualquiera que se levantase en armas en contra de la revolución hacía un acto justo, digno, admirable, ¿á qué viene el atacarme diciendo que trato de rebajar la proclamación de la legitimidad? Lo que no trato de rebajar, porque está muy por debajo de todo, es la política de ese Gobierno . SUMARIOS DE LOS DISCURSOS PRONUNCIADOS EN 1876 EN EL SENADO Y CONGRESO DE LOS DIPUTADOS POR LOS SENADORES Y DIPUTADOS DE LAS PROVINCIAS VASCONGADAS DISCURSO PRONUNCIADO EN EL SENADO EL DIA 20 DE JUNIO DE 1878 POR D . JOSÉ MANUEL AGUIRRE-MIRAMON Y SUS DEFENSAS 197 SUMARIO Inoportunidad del proyecto de ley de Fueros . El proyecto es la nivelación absoluta de aquellas provincias con las demás del reino, en las dos bases fundamentales del servicio militar y del servicio pecuniario, dejándose á discreción del Gobierno el que se conserve ó no la organización foral como hoy existe . Es ley abolitoria de los Fueros . Infracción flagrante de la ley de 25 de Octubre de 1839 que tuvo su origen en el convenio de Vergara . Palabras de Espartero . Confirmación de los Fueros á la terminación de la primera guerra civil carlista . Antecedentes históricos á favor de la Ley paccionada de 25 de Octubre de 1839 . Opiniones del Gobierno y de los principales políticos . Actos de los Gobiernos que prueban la validez de esta ley . Aprobación de las Cortes . Qué es la ley de 25 de Octubre . Su cláusula de «sin perjuicio de la unidad constitucional de la Monarquía» . Alcance é interpretación de ella . No se opone á la integridad de los Fueros . Error del Gobierno en el preámbulo del proyecto, respecto del servicio militar y pecuniario de los vascongados . Cortes de 1870-Castelar y los Fue- 1 98 1876-LOS FUEROS ros . Proyectos de ley de reemplazos que confirman los derechos de los vascongados . El sufragio electoral vascongado, es más amplio que el general del Reino . Las Provincias Vascongadas contribuyen á los gastos del Estado . Las comisiones vascongadas y el Gobierno . Arreglos y reformas forales . Compatibilidad de los Fueros con la unidad constitucional . Fines del servicio militar ; cómo lo prestan los vascongados sin gastos para la Nación . La. ley de 1841 y las Diputaciones provinciales . Los Fueros no son privilegíos,sino leyes y derechos, libres, progresivos y morales, como lo prueban la instrucción, la beneficencia, los establecimientos de justicia y penitenciarios y las carreteras . Los fueros favorecen á los pobres . Los vascongados en las guerras . Errores de los antifueristas y manifestaciones de los reyes á favor de la lealtad y servicios de los vascongados . Los liberales vascos, sus defensas heróicas y las promesas que se les hace . Las Provincias Vascongadas no son rebeldes, sino leales . Los vascongados en la guerra de Africa y en Cuba . Los voluntarios vascongados y sus sacrificios . Cruzada antifuerista, odiosa y apasionada al terminar la guerra carlista . Súplica y apelación al juicio de España, al de Europa y al de la Historia . Y SUS DEFENSAS 1 99 RECTIFICACION La representación vascongada . Las provincias vascongadas no tienen la culpa de que no haya habido arreglo habiendo acudido á los llamamientos . El proyecto falta á la ley de 1839 . Modificación no es supresión . La administración vascongada es provincial y general . Los extranjeros se inspiran en ella . El propietario y el colono vascos son una especie de condueños . Los vascongados no han sido afrancesados . Los Fueros y el Parlamento . Guipuzcoa es la provincia de menos criminalidad . Cultura vascongada . DISCURSO PRONUNCIADO EN EL SENADO EL DIA 20 DE JUNIO DE 1876 POR EL GENERAL CASTILLO Y SUS DEFENSAS 203 SUMARIO Posición independiente del orador entre los partidos . Deseos del acierto . Testigo presencial . Al Sr. Reinoso . Nobleza de conducta de las provincias con doña Isabel II . Las diputaciones vascongadas . Es enemigo de las revoluciones y de las guerras civiles . Causas del antifuerísmo . Las provincias vascongadas no son gravosas á las demás de España . Imponiéndolas contribuciones y quintas, no se alivia á los otras . El ejemplo de la abolición de los consumos . Lo mismo pasará con la de los Fueros . Inoportunidad de la ley abolitoria . Los vascongados no invocaron los Fueros para encender la guerra civil . La responsabilidad, pues, de la guerra no puede ni debe atribuirse á los vascongados . Historias de las guerras carlistas en España . La última . Las provincias eran opuestas á la guerra . Bilbao en la última guerra. El Batallón Auxiliar . La guarnición de Bilbao . Sacrificios de la Diputación y del Ayuntamiento . Las provincias no eran, pues, rebeldes . Justicia de los derechos de los vascongados . Inconvenientes de la abolición . DISCURSO PR08DNCIADO B8 EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS EL DIA 12 JULIO 1876 POR D. JAVIER BARCAIZTECUI CONDE DE LLOBREGAT Y SUS DEFENSAS 207 SUMARIO Situación de ánimo del orador . Los Fueros en el terreno político . Contra todos . Atmósfera antifuerista . Apelación á la imparcialidad y conciencia de sus adversarios . Vencedores y vencidos . Desconocimiento de la materia de los antifueristas . Movimiento revolucionario . Carlos V y Carlos VII . Ocasión de estrechar los lazos entre la Monarquía y las Provincias Vascongadas . Todos han pecado . Castigo con justicia . San Sebastián en 1873 . Bilbao salvó la libertad y le castigan . La proclama de Alfonso XII . Los revolucionarios del 68 no tienen derecho á denostar á las provincias . Las causas de la guerra . No han sido los Fueros . Lo fué, en gran parte, el sentimiento religioso herido en las Cortes de 1869 . Después el abandono en que estuvo el país en 1873 . La «saca de mozos» . La indisciplina del ejército . Los vascongados sufrieron ellos más que nadie las consecuencias de la guerra . No han sido ingratos ni desleales con la patria . El carlismo es planta exótica en las provincias . Otras provincias españolas han dado más contingente y elementos al carlismo . El castigo debe ser proporcionado . No ha habido tenacidad en la guerra por parte de los vascongados . La tenacidad es cuestión de raza . Los franceses y 208 i876-LOS FUEROS los carlistas .LosFueros no han sido causa de la guerra, porque no son patrimonio de los carlistas ni exclusivo lema de su bandera . Los liberales son fueristas . Los mayores enemigos del pueblo vascongado han sido siempre los absolutistas . Godoy, Calomarde, Llorente . Espíritu exagerado del principio de igualdad . La descentralización es la base de la libertad . Los fueristas se opusieron siempre en las juntas á la rebelión . Paz y Fueros . Las Diputaciones fueron causa de la conclusión de la guerra . Los Fueros no son carlistas . Los carlistas castellanos . Los Fueros son vínculo de unión con la patria y no causa de rebelión . La contribución á la castellana es contraproducente . Es la gallina de los huevos de oro . Las quintas lo mismo . Los vascongados, por su posición, son salvaguardia de la independencia de España . Nada se haría llevando unos cuantos hombres más al ejército . La cruzada contra los Fueros se de be, no al principio de igualdad, pues existen muchas desigualdades . Cataluña, Canarias y Cuba . Los carlistas de aquende y allende el Ebro . Las excepciones de los libe rales . La abolición es, además de una injusticia, una falta política, un gran error. Repugnancia á tratar este punto . No hay que confundir los Fueros y el carlismo . Los vascos Y SUS DEFENSAS 209 franceses y los vascos españoles . Estos, después de haber estado mejor que aquéllos, van á estar peor . Adhesión de los vascongados á las instituciones . Consejos á nuestros hijos . Volved á las Provincias Vascongadas sus fueros y libertades . R ECTIF`ICACION Al Sr . Marqués de Vega de Armijo. El orador no ha faltado á los respetos debidos á las altas instituciones al hablar de la proclama de Somorrostro . Su dinastismo es probado . La proclama era un documento de responsabilidad ministerial . Los ayuntamientos de las provincias vascongadas no son carlistas, sino de Real Orden . Los batallones carlistas no están todavía organizados . No ha habido amenaza en la comparación de los vascos españoles con los vascos franceses . Las provincias vascongadas le ofrecieron sus servicios á doña Isabel II á su salida de España, y hasta levantarse por ella, negándose la reina por no ser causa de una guerra civil y de que se derramase sangre española . 14 DISCURSO PRONUNCIADO EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS EL DIA 14 DE JULIO 1876 POR D . CAMILO VILLAVASO Y SUS DEFENSAS 213 SUMAR10 Estado de ánimo del orador ante lo arduo y trascendental del asunto que va á tratar, por obligación sacratísima . Nobles protestas de deferencia, de moderación, de respeto y acatamiento . Declaraciones previas de aceptar para sí sólo la responsabilidad de lo que diga, sin que puedan dañar al país á quien trata de defender . No es un mandatario foral, es un Diputado de la Nación, y en este concepto habla, sin que entre los representantes vascongados haya habido concierto ni acuerdo para la defensa de los Fueros, obrando cada uno por sí . La Ley de 1839 y la inoportunidad de entonces y de ahora (1876) para tratar la cuestión de Fueros . Si no hubo oportunidad, después de un convenio pacífico, menos la habrá tras el triunfo de las armas, que deja odios, rencores y amarguras . El movi miento de la opinión contra los Fueros ha sido facticio, una opinión fabricada, celos de localidad, en especial por parte de cierto pueblo rival que prospera con la ruina de otro y se empobrece con el bienestar de éste . División del discurso en tres partes . Primera : ojeada histórica sobre la independencia primitiva de las Provincias Vasconga- 214 1876-LOS FUEROS das, y sobre todo, de Vizcaya . Segunda : Bre . ve examen de las causas generales y origen de la guerra . Tercera : Interpretación que los vascongados damos al concepto de la unidad constitucional . Caída de la Monarquía visigoda y dispersión de sus miembros . La Monarquía asturiana, pirenáica y navarra . Esta última tuvo una personalidad propia en la historia . Dominio de Navarra en el Duranguesado. Los Monarcas asturianos no tuvieron ningún dominio ni autoridad sobre Vizcaya . Don Alonso el Magno fué derrotado por Lope Fortún, ó Jaun Zuría, en los campos de Padura, por venir con pretensiones de dominio . Arrigorriaga . Jaun Zuría Señor de Vizcaya . Los Fueros vizcaínos no estaban escritos ; eran usos y costumbres por todos respetados . Vizcaya era una Monarquía constitucional, popular y democrática, gobernada por la Batzarra ó Asamblea de los ancianos, que se trasmitió sucesivamente á 27 Señores . Estos eran independientes y libres . Amor de los vizcaínos á sus Fueros. En Vizcaya todos eran libres, independientes, iguales v todos nobles . Servicios del Señorío de Vizcaya á la Patria contra los moros . Los Señores de Vizcaya eran aliados y feudatarios de los Reyes de Castilla . Siempre ha existido eso en la Historia y existe actualmente en Alemania . Historia Y SUS DEFENSAS 215 constitucional de Vizcaya . Disputas sobre la posesión del Señorío . Diego López de Haro, fundador de Bilbao . Señor de Vizcaya . El Fuero de Logroño es dado á la mayor parte de'las villas vizcaínas . Don Alfonso XI no fué Señor de Vizcaya por conquista, sino por usurpación, siendo desposeído por Juan Núñez . Don Pedro I y don Enrique II. Inglaterra y Vizcaya . El Príncipe Negro . Disputas sobre la sucesión del Señorío . Juan 1 Señor de Vizcaya, antes de ser Rey de Castilla, juró los Fueros y los confirmó solemnemente . Los títulos de los Reyes . Juan II y Enrique III juraron también los Fueros . Con don Juan 1 entró el Señorío de Vizcaya en la unidad nacional, antes que Navarra, Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca . Fué el primero de los antiguos Estados independientes que entró á formar parte de la unidad nacional . Los vizcaínos destituyeron á Enrique IV por contrafuero, dando mercedes á forasteros y abusar de sus derechos . Derrota del ejército castellano por los vizcaínos en la batalla de Munguía . Las Ordenanzas de Chinchilla . Guerra civil en Vizcaya . Los bandos de Oñez y de Gamboa . Chinchilla vino á Vizcaya á cortar las disputas entre los vizcaínos por la fundación de villas . Suspendida la sesión y reanudada, continúa el Sr . Villabaso . Segunda 216 1876-LOS FUEROS parte del discurso . Causas generales y origen de la guerra carlista . No son inherentes aquellas al régimen foral . Tampoco son privativas del país vascongado, ni dependientes de su política, ni relacionadas con condiciones sociales, ni mucho menos con sus condiciones legislativas . Son generales, profundas, europeas, de todo el mundo . Antecedentes . Don Carlos de Borbón y de Este. Su carácter y cualidades. Es incapaz, orgulloso y fanático, representante de la reacción europea . El Duque de Módena y don Carlos . Inulilidad de las diferentes tentativas para sublevar las Provincias Vascongadas en favor de don Carlos . El reconocimiento del reino de Italia, por las Cortes españolas en 1864 . El espiritu ultramontano en las provincias . La extensión del sufragio electoral . La junta de Zumárraga . «¡Perezcan los fueros y sálvese la religión!» Sucesos en Europa . La revolución española de 1868 . Movimiento carlista . Destitución de don Juan de Borbón y proclamación de don Carlos en Londres . Don Amadeo y la República . La insurrección carlista - en Cataluña y en las provincias vascongadas . Simpatías de don Carlos en Europa . Don Carlos en su carta-manifiesto á su hermano don Alfonso no habla nada de fueros . Al entrar en España, en son de guerra en Mayo de 1872, no Y SUS DEFENSAS 217 se acuerda de los Fueros . Tampoco los menta en la proclama de Zugarramurdi, en julio de 1873 . El clero y las mujeres devotas en el país vascongado . La leyenda de la prisión del Papa . Escasez de las fuerzas carlistas en 1873 . Don Castor de Andéchaga . El Estado Mayor de don Carlos . Todos eran en él extranjeros . Aliados extranjeros, todos reaccionarios . La guerra carlista tuvo carácter internacional ; no el vascongado, ni el fuerista, ni aun el nacional . Don Carlos, al venir á España en 1873, no cumple el precepto foral de jurar los fueros, usos y costumbres de Vizcaya. Desoye los ruegos y súplicas de todos . Disputa con las Diputaciones y les coarta sus facultades . Tercera parte del discurso . Compatibilidad del concepto de la unidad constitucional con el estado foral . Interpretación de esta fórmula . La unidad constitucional es los grandes deberes políticos, una patria, un supremo Poder legislativo . Canarias, Cuba y Puerto Rico están dentro de esa unidad, á pesar de su especial organización y de no dar hombres ni dinero . Ejemplos tomados de otras naciones . La Gran Bretaña, Inglaterra, Irlanda y Escocia . Los Países Bajos, el Luxemburgo . Prusia, Lannemburgo . Austria, Hungría . Cómo perdieron sus libertades algunos pueblos . Suiza y los cantones . 218 1876-LOS FUEROS Hungría . Los Estados Unidos . Austria y Dalmacia . Prusia, Alsacia y Lorena . Divisiones entre los bilbaínos . Inconveniencia de abolir los Fueros . La Religión de los Fueros no morirá . RECTIFICACION Al señor García López . Sobre la independencia de Vizcaya . No hay provincia autónoma que no dé hombres y dinero al Rey común, á la Potencia soberana . Una Ley de Fuero que habla de eso . DISCURSO PRONUNCIADO EN E6 CONGRESO DE LOS DIPUTADOS EL DIA 14 DE JULIO DE 1876 1'olt DON GUMERSINDO VICUÑA Y SUS DEFENSAS 221 SUMARIO Resumen de los discursos anteriores . El régimen foral y el Derecho político . El régimen foral es un texto de la Edad Media que es preciso conservar . Protesta de españolismo . La historia de las Provincias vascongadass va constantemente unida á la historia de España. La guerra entre la República francesa y España en 1795 . Auxilios de estas provincias . Donativos de los vascongados . Los vascongados en la guerra de la independencia . Guerrilleros vascos . El general Mendizábal y el ejército euskaro . Los vascongados en la guerra de Africa . Hombres y donativos . Los vascongados en Cuba . Voluntarios vascongados en 1869. La cuestión del servicio militar y las contribuciones en las Provincias Vascongadas . El servicio obligatorio y las milicias provinciales . Los vascongados pagan al Estado como los demás españoles . Quieren su autonomía y su antiguo y venerando régimen, porque tienen derecho á ello . Cargos que se hacen á las Provincias Vascongadas . Su superior cultura y sus estados intelectual y moral las ponen á la cabeza de las prime- 222 1876-LOS FUEROS ras . Ejemplos sacados de los hechos y de la Historia. La lengua vascongada . La cuestión económica . Las Provincias son pobres, pero pueden vivir desahogadamente al amparo de sus leyes privativas . Movimiento comercial, bancario é industrial de las Provincias Vascongadas . Lo que gastan las Provincias . Carreteras, obras públicas, culto y clero, beneficencia é instrucción . Industrias vascongadas. Los Fueros vascongados y la esclavitud en Cuba . La abolición de los Fueros es injusta . Obedece á las iras excitadas de sus enemigos . DISCURSO PRONUNCIADO EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS LOS DIAS 17 Y 18 DE JULIO DE 1876 POR DON FERMIN LASALA Y SUS DEFENSAS 225 SUMARIO El diputado y su distrito . Anticarlista y leal á los poderes constituidos y respetuosos con los Fueros . ¿Conviene á España que se quiten los Fueros? La unidad de las naciones . La unidad formal y la unidad esencial . La unidad nacional en Inglaterra . La unidad que piden los antifueristas es imposible y contraproducente . Castilla y Aragón . Los vascongados tenían el principio monárquico como vínculo de unidad con España . El absolutismo en las Provincias Vascongadas . El catolicismo en las Provincias . Don Carlos personificaba la unidad católica en España . Influencia de la Iglesia francesa . Los carlistas no quisieron pactar los Fueros . Los vascongados y el reconocimiento del Reino de Italia por doña Isabel II, La religión y los Fueros . Los Fueros también son vinculo de unidad . Los Fueros son la bandera de los liberales vascongados . Los vascongados y la Constitución de 1812 . La guerra cruel de 1833 . La Ley de 1839 . Luchas sobre la modificación de los Fueros . La proclama de Somorrostro . Las conferencias de los comisionados del país 15 226 1576-LOS FUEROS vascongado con el Gobierno . La unidad constitucional . El servicio militar . Los Fueros no han dilatado la unidad nacional . Conducta de los Gobiernos . El servicio militar foral . Datos históricos . Organización provincial del país vascongado . El problema de la unidad nacional . Las Provincias y Polonia . Hungría . Final patriótico . RECTIFICACLON Al Presidente del Consejo de Ministros sobre las conferencias de los comisionados vascongados con el Gobierno . Actas de las conferencias . OTRAS RECTIFICACIONES Sobre las conferencias . Sobre el planteamiento del principio constitucional. Soluciones concretas y prácticas . No hay rectificación . DISCURSO pronmciade en el CONGRESO DE LOS DIPUTADOS el dia 18 de Julio de 1876 Pon DON MARTIN GARMENDIA Y SUS DEFENSAS 229 SUMARIO Situación del orador por lo avanzado de la discusión . Invocación á la justicia del Congreso. Ideas preliminares . Los Fueros y la Ley de 25 de Octubre de 1839 . Los Fueros de Guipuzcoa . Unión de Guipuzcoa á Castilla bajo Alfonso VIII . Fué voluntario, según lo prueban diferentes textos y documentos . Hechos históricos que lo prueban . Colecciones de leyes en Guipuzcoa . Suplemento del Fuero . Autonomía de Guipuzcoa, demostrada por los tratados que celebró con reinos extranjeros . El tratado de Utrech . El pase foral y los tributos. Títulos de los Reyes de Castilla. El convenio de Vergara . Texto . de la ley de 25 de Octubre de 1839 . Es una ley paccionada, un contrato innominado . Lo que decía Olózaga . Las promesas de Espartero . Obligaciones del Gobierno de la Nación para con el país vascongado . Comunicación de 11 de Septiembre de 1839 y proyecto que la acompaña . Dictamen de la mayoría del Congreso en 1839 . Párrafos principales del dictamen Articulado del voto particular de la minoría . Discursos de los Sres . Sancho, Madoz y Oló- 230 1876-LOS FUEROS zaga . Juicio` acerca de los mismos . La cláusula «sin perjuicio» . Más discursos . Definición de la cláusula . Exención de quintas y de contribuciones . Reales cédulas de los Monarcas castellanos . Los vascongados prestaron sus servicios á la Nación con arreglo á Fuero . Todos los hombres útiles son soldados en las guerras contra los extranjeros . El artículo 2 .° de la ley abolitoria . Su objeto . El decreto de 16 de Noviembre de 1839 . El de 29 de Octubre de 1841 . Más leyes sancionadas por las Cortes sobre quintas . Discursos de varios Diputados . Sus deducciones . Las elecciones en las Provincias Vascongadas á la conclusión de la última guerra carlista . Final sentido . Rectificación al Sr . Payela, sobre la voluntaria incorporación de Guipuzcoa . DISCURSO pronunciado co el CONGRESO DE LOS DIPUTADOS el dia 18 de Julio de 1876 YUR DON FRANCISCO DE GOROSTIDI Y SUS DEFENSAS 333 SUMARIO El «¡Vae victis!» de Breno y los Fueros vascongados . La ley de 25 de Octubre de 1839. Su interpretación auténtica . Con arreglo á ellos, las cortes no tienen derecho más que á hacer una modificación de los Fueros . El método que debe seguirse . Las comisiones vascongadas . ¿Quién ha roto el convenio de Vergara? Contrafueros cometidos por los gobiernos . Causas de la guerra civil . La irreligiosidad . Carlistas forzosos . Don Alfonso XII en las provincias vascongadas . Los voluntarios liberales vascongados . Servicios y sufrimientos de los liberales vascongados contra los carlistas . Las capitales y los pueblos . Victimas de la guerra. Servicios de los vascongados á Castilla . Hechos históricos . Peligro de implantar las quintas en las provincias vascangadas . El sistema de quintas está ya muy desacreditado en todas partes . Servicio obligatorio . La opinión pública y los fueros . Amor de los vascongados á sus libertades . Los Fueros han hecho felices á los vasconga- 234 1876-LOS FUEROS dos durante muchos siglos . Las prisiones carlistas . Lealtad de los vascongados . Ilógica de destruir las libertades vascas en nombre de la libertad . El árbol de Guernica . Final de sentimiento . DISCURSO pr .nuncisdo te el CONGRESO DE LOS DIPUTADOS el dia 18 de Julio de 1876 POR DON MARTI N ZABALA Y SUS DEFENSAS 237 SUMARIO Actitud de la Cámara . Bilbao antes de la guerra y durante la guerra . La Milicia bilbaína . Bilbao con San Sebastián, Vitoria, Irún, Hernani y otras poblaciones vascongadas, fueron el baluarte de la libertad . Bilbao no era carlista . Quiénes fueron á la facción . Títulos, hacendados y capacidades en minoría . La industria y el comercio de Bilbao están en manos de los liberales . ¿A qué quitarles los Fueros? Más bien merecen recompensa que castigo . Justa queja . Sentido apóstrofe . DISCURSO pcononcindu en o! CONGRESO DE LOS DIPUTADOS el dia 18 de Julio de 1876 Poli DON MANUEL DE BARANDICA Y SUS DEFENSAS 241 SUMARIO Cómo fué elegido Diputado estando en guerra el país . Rasgo de modestia . Cansancio de la Cámara. Las Provincias Vascongadas no han sido siempre provincias españolas . Documentos que prueban la independencia cia de Vizcaya . Clamor extemporáneo contra los Fueros . Don Alfonso XII en las Provincias . La Ley abolitoria ¿es ó no Ley de castigo? Las causas de la guerra carlista . Don Castor de Andéchaga . Inculpabilidad de las Provincias Vascongadas . Testimonio de la Cámara . Cómo nació la insurrección carlista Fué un delito perdonable . Por que no se sometieron los carlistas á Don Alfonso XII . Deseo de la paz en el país vascongado . Cálculos equivocados . Pobreza de las Provincias . Estas pagan realmente más de lo que cuestan . No se niegan á pagar . Sin Fueros no podrían pagar nada, sin arruinarse . Lo darían todo por la independencia de la patria . Rectificación al Sr . Roda sobre los Procuradores de las villas realengas . 16 DICURSO pronunciado in el CONGRESO DE LOS DIPUTADOS el día 18 de Julio de 1876 POR DON BRUNO MARTINEZ DE ARAG N Y SUS DEFENSAS 245 SUMARIO El artículo 3 .0 de la Ley abolitoria . Derecho de Alava á la exención de tributos . Acto de agregación voluntaria á Castilla en 1332 . Reales cédulas . Posesión inmemorial y prescripción . Los Reyes de Castilla y los Fueros . Ejecutorias de los Tribunales . Las Provincias han contribuido dentro de sus usos á sostener las cargas del Estado . La conveniencia política y la nacional . No hay unidad nacional para las contribuciones . Las Provincias no gastan nada al Estado . Cuotas imposibles . Los funerales de los Fueros . Rectificación al señor García López acerca de lo que pagan las Provincias y origen de su deuda . DISCURSO pronunciado eo el CONGRESO DE LOS DIPUTADOS el dia 17 de Julio de 1876 POR DON ALEJANDRO PIDAL Y ION Y SUS DEFENSAS 249 SUMARIO Juicio de Dios . El orador no es vascongado. Lo que es el país vascongado . Para abolir los Fueros hay que violar el derecho y desoir la voz de la conveniencia . La Ley de 1839 era la encarnación del convenio de Vergara . La unidad constitucional compatible con los Fueros . El derecho de conquista no existe . Sin los liberales vascongados, el carlismo hubiera triunfado en las Provincias . A España no le conviene la abolición de los Fueros . Pagan más con Fueros . El árbol de Guernica . Los Fueros convertidos en arma política . Carácter odioso de represalia de la Ley abolitoria . ¿Cuál es el crimen de las Provincias Vascongadas? Haber sido el teatro de la guerra . Allí había hombres de todas las Provincias de España . La opinión autorizada de Mañé y Flaquer . El fenómeno del carlismo . El carlismo y la revolución . Lo de Sagunto fué tan crimen como la insurrección carlista . Las causas de la guerra carlista no han sido los Fueros . Lo fué la revolución de 1868 . Textos autorizados . El cantonalismo auxiliar del carlismo . Proporcionalidad de la pena con el supuesto delito . Los inocentes no 250 1870-LOS FUEROS deben pagar por los culpables, ni los hijos por los padres . Cómo se hace la guerra en las Provincias Vascongadas . La revolución, el absolutismo y los Fueros . Cánovas continuador de Godoy en la obra contra los Fueros . La restauración y los Fueros . Sentido apóstrofe á los vascongados . La unidad católica . Rectificación á Romero Robledo sobre el carlismo . INDICE LOS FUEROS Y SUS (DEFENSAS TOMO V . CORTES DE 1876 VOLMEN TEROERO Páginas . Discurso de D . Martín Garmendia5 Rectificación 63 Discurso de D . Francisco de Gorostidi . . . . 65 Discurso de D . Martín Zabala89 Discurso de D . Manuel de Barandica . . . . 101 Rectificación Discurso de D . Bruno Martínez de Aragón Rectificación Discurso de Don Alejandro Pidal y Mon . . Rectificación Rectificación Rectificación 121 123 140 143 181 190 191 Sumarios de los discursos de los tres tomos 16,17 y 18193 BIBLIOTECA BASCONGADA PRECIOS DE SUSCIPCION 0 VENTA POR TOMO España 2 pesetas. Antillas y Filipinas 3 a Repúblicas Sud-Americanas 8o centavos Extranjero 4 francos . Puntos de suscripción VITORIA SAN SEBASTIÁN Principales librerías . PAMPLONA BILBAO MADRIDLibrerías de V . Suárez y F . Fe. HABANASociedad «Laurac-bata . Sociedad «Laurac-bat» . BUENOS AIRESCentro Vasco-francés. 1 La Vasconia, 781, Avenida de Mayo. MONTEVIDEOSociedad «Laurac-bat . ASUNCI NRamón de Olascoaga . SANTIAGO DE CHILE . . Zulueta Hermanos . ADMINISTRACI N ESPAfiA, Bilbao, callo Maria Muñoz, número 6