Departamento de Filosofía IES Séneca – Córdoba- Filosofía Filosofía y Ciudadanía 1º Bachillerato Departamento de Filosofía IES Séneca – CórdobaFilosofía Tema 1:y Ciudadanía La Filosofía, origen y características 1º Bachillerato de la Filosofía como doctrina. Departamento de Filosofía IES Séneca – CórdobaFilosofía y Ciudadanía 1º Bachillerato Departamento de Filosofía 1 IES Séneca – CórdobaFilosofía y Ciudadanía 1º Bachillerato Departamento de Filosofía IES Séneca – CórdobaFilosofía y Ciudadanía 1º Bachillerato 1.- La pregunta por el sentido de las cosas. Decía Fiedrich Nietzsche, un filósofo alemán del siglo XIX que "El ser humano es un animal enfermo" porque no le basta con procurarse la solución a sus necesidades vitales inmediatas sino que además se pregunta por las cosas intentando buscar sentido a su vida como a las cosas mismas. Ese deseo de saber, la necesidad de atribuir un sentido a las cosas y a la propia vida que en un principio aparecen indefinidas, posee tres rasgos característicos: I. Parece carecer de todo valor vital. Es en cierto sentido un "lujo de la naturaleza". No sabemos que ningún otro animal lo haga como nosotros. II. Es algo problemático. A menudo nos encontramos en una situación de angustia al no hallar respuestas que nos satisfagan o descubrir que las respuestas tenemos son erróneas. No sabemos siquiera si existe una única y verdadera respuesta. III. Es algo inevitable. Lo comporta la propia naturaleza humana tal como ahora está constituida. El ser humano no puede dejar de pensar volviendo a una pura animalidad. Es una ficción, una quimera creer que algo así pueda suceder. Para Jean Paul Sartre, filósofo francés del siglo XX, "estamos condenados a ser libres", a elegir una propuesta de sentido para nuestra vida y las cosas. Nuestra elección puede consistir en delegar en una propuesta ajena, la que nos ha trasmitido nuestros padres, la escuela, la sociedad, etc. pero deberíamos intentar construir por nosotros mismos observando todas esas propuestas la nuestra propia: el sentido que nosotros le vamos a dar a nuestra vida y a las cosas. La filosofía es un tipo de saber que pretende responder esta pregunta aunque no es el único, también lo es el mito, la religión o la ciencia. Pero será más adelante donde diferenciaremos estos distintos tipos de saber y sus respectivas maneras de responder esta pregunta. El hombre como todos los seres del universo, se encuentra en un mundo ya “dado”, anterior a él y en el que hay cosas, seres, y en el que ocurren hechos, acontecimientos... a todo eso lo llamamos naturaleza. Se trata de un mundo complejo, variable, cambiante, lleno de sorpresas y casualidades, donde es difícil prever que es lo que va a ocurrir; los hombres, especialmente en las culturas primitivas, expuestos a una naturaleza que no controlaban, se sentían a merced de las tormentas o el viento, sin poder predecir su comportamiento. 2 Pero el hombre no es un ser más de los que habitan la naturaleza, con una vida prácticamente programada, sino que es un ser capaz de ser consciente de todo eso que ocurre a su alrededor, y que siente una necesidad de comprenderlo. Los hombres necesitan entender el mundo a su alrededor y su papel en él, el porqué de las cosas que pasan y que le pasan. Así tenemos ya planteado el problema: necesitamos comprender la realidad, el mundo que nos rodea. Puede que yo, personalmente, no lo necesite; o no sienta esa necesidad ahora mismo, pero hay muchas personas que se hacen ese tipo de preguntas -¿quiénes somos? ¿por qué hay desgracias? ¿hay más cosas que lo que vemos?- o hay momentos de la vida en que nos las hacemos. Los seres humanos se hacen estas preguntas movidos por la admiración y reconociendo su propia ignorancia. Lo hacen para huir de ésta y no por utilidad alguna. Veámoslo a través de las citas de dos de los filósofos más importantes de la antigüedad: "Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración: al principio, admirados por los fenómenos sorprendentes más comunes: luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la Luna y los relativos al Sol y a las estrellas, y la generación del Universo. Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia. (Por eso también el que ama los mitos es en cierto modo filósofo; pues el mito se compone de elementos maravillosos.) De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por utilidad alguna. Y así lo atestigua lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las cosas necesarias y relativas al descanso y al ornato de la vida" Aristóteles: Metafísica, 982 G 10-25 Estas preguntas se formularon por primera vez cuando ya existía casi todo lo necesario para la vida. De la contemplación y admiración que producen las cosas inmediatas se pasó a cosas cada vez más alejadas: de las aguas de la Tierra a las lluvias y tormentas, de la Tierra al cielo, a las estrellas y al Sol y, de aquí, a las preguntas sobre la composición de las cosas o sobre el origen del Universo. Las preguntas nacidas de la admiración son cada vez más complejas y alcanzan ámbitos más alejados de lo inmediato y más amplios. Las preguntas no están ya dirigidas a resolver las necesidades sino a explicar y calmar la admiración, la perplejidad que nos produce lo que nos rodea. De modo que es el reconocimiento de la propia ignorancia el motor de nuestro pensamiento, lo que le lleva a tratar de conocer, a intentar encontrar la sabiduría. "Pues he aquí lo que sucede: ninguno de los dioses filosofa ni desea hacerse sabio, porque ya lo es, ni filosofa todo aquel que sea sabio. Pero a su vez los ignorantes ni filosofan ni desean hacerse sabios, pues en esto estriba el mal de la ignorancia: en no ser ni noble, ni bueno, ni sabio y tener la ilusión de serlo en grado suficiente. Así, el que no cree estar falto de nada no siente deseo de lo que no cree necesitar" Platón: Banquete, 203 D-204 B Así el reconocimiento de la propia ignorancia está unido al deseo de saber. Es una ignorancia que se pretende superar, abandonar y, en este sentido, se presenta como una posibilidad de conocimiento para toda persona que sea capaz de sorprenderse por lo que le rodea. 2.- La respuesta, los discursos acerca de la realidad Para responder estas preguntas el ser humano ha elaborado distintos tipos de discursos interpretativos de la realidad que tienen en común intentar explicar lo que existe, lo que ha existido o existirá con la intención de hallarle un sentido. De esta manera buscan ser una descripción y dar una explicación de la realidad con finalidades varias como poder hacer predicciones sobre ella o bien indicar cuál es el comportamiento correcto. Los principales discursos interpretativos de la realidad que se han dado a lo largo de la historia son los discursos míticos, que incluyen el mito y la religión, y los discursos racionales, que incluyen la filosofía y la ciencia. El hombre ha usado estos instrumentos para comprenderse y comprender la naturaleza. Los Mitos Tradicionalmente el hombre ha confiado en lo que llamamos “los mitos”, relatos que tratan de explicar el origen de todas las cosas que el hombre encuentra en la naturaleza, pero sobre todo que tratan del origen del hombre mismo. En cualquier cultura de cualquier época encontramos estos relatos, que transmitidos habitualmente de forma oral, configuran las creencias más básicas de los hombres y mujeres que forman esa cultura. Se trata de una forma de pensamiento antigua, arcaica, que se basa fundamentalmente en la fe, la superstición, la imaginación y el valor de la tradición como prueba, y que tiene como objetivo principal explicar los sucesos que ocurren alrededor de la vida de los hombres. Los fenómenos regulares -como las estaciones del año o la sucesión de las fases de la luna-, las edades de la vida de los hombres -la juventud, el matrimonio y especialmente la muerte- y los fenómenos poderosos de la naturaleza -como las tormentas o las catástrofes-, son los temas más habituales de los mitos. Con ellos el hombre busca entender lo que ocurre a su alrededor y transmitir ese conocimiento a los suyos. ¿Cuales son pues las características de los Mitos? Si nos centramos en los Mitos Griegos, éstos nos presentan un mundo caótico, desordenado, donde las cosas ocurren sin más causa que la voluntad del dios de turno -caen rayos cuando Zeus está enfurecido-; y se trata de una naturaleza sagrada, impregnada, preñada de dioses, todo tiene su dios, las musas de las aguas que inspiraban a los artistas, Cronos para el tiempo y Atenea para la sabiduría y la caza, y así un larguísimo etcétera. Los mitos siempre contenían las explicaciones de los rituales y las celebraciones más importantes como forma de organizar las relaciones entre los hombres y los dioses, en este sentido podemos decir que tenían un carácter normativo. En los mitos se encuentra la legitimación para el orden social y las estructuras de la sociedad, de manera que en ellos se justificaba la superioridad de la Aristocracia -las familias ricas y poderosas que gobernaban las Polis- sobre el pueblo, dado que generalmente eran estirpes mestizas - entre sus antepasados siempre había un dios o un héroe, que había tenido un hijo con algún mortal-. Por otro lado los mitos tienen la forma de un relato, generalmente un relato falsamente histórico, que se refiere a un tiempo antiguo falso, que no ha existido y no se puede precisar con hechos concretos. Este relato era transmitido de generación en generación de forma oral, de manera que forman parte de la cultura de la comunidad, hablan sobre una comunidad y la comunidad comparte unos mitos -y se define a si misma a través de ellos-; de esta forma podemos decir que los mitos son etnocéntricos. Los mitos dan una explicación de cómo es la realidad y el papel del hombre en ella, por lo que una de sus principales características es que proporcionan una respuesta a la pregunta por el sentido último de nuestra existencia -¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos? o ¿qué nos va a pasar tras la muerte?-. De esta forma los mitos cumplen la función de satisfacer la necesidad de trascendencia que tiene el hombre, y sobre todo, cubrir la necesidad de comprender y comprendernos; comprender el mundo que nos rodea y comprender nuestro papel dentro de ese mundo. Pero los mitos no son ciencia, no requieren de pruebas ni hechos para ser creídos, su aceptación se basa sólo en la fe y en la identificación emocional con la comunidad a la que pertenecemos, es decir, son irracionales y se basan en los sentimientos y no en los hechos y las pruebas. Resumiendo, los mitos son: I. relatos falsamente históricos que hablan del papel del hombre en el mundo, y su relación con la realidad y con lo sagrado, II. nos presentan un mundo caótico gobernado por la voluntad y el capricho de los dioses, en una explicación simplista e imprecisa, III. su saber es irracional, está basado en la fe y en los sentimientos, y sólo respaldado por la fuerza de la tradición, IV. son fuente de legitimidad de las estructuras sociales de la comunidad. Los tipos de discurso racional, la Filosofía y la Ciencia Frente a los mitos surge una nueva forma de ver la realidad que los griegos antiguos llamaron “logos” (que en griego significa “palabra”, pero que podemos traducir también por “ciencia”, “explicación”, dado que es la raíz de donde sacan su nombre todas las ciencias -psicología es la ciencia de la mente o la biología la ciencia de la vida-). La idea originaria es de unos pocos pensadores griegos del siglo VII y VI a.C. que vivían en las colonias que los griegos estaban instalando en las islas más alejadas del Egeo y la costa de lo que hoy es Turquía. Y esta ha sido una idea bastante rara, porque en la historia de la humanidad muy pocas veces se ha dado este paso; lo más habitual es que las distintas culturas usen el pensamiento mítico para comprender el mundo y el papel del hombre en él. Los primeros en elaborar discursos racionales sobre la realidad fueron los primeros filósofos. La filosofía en sus inicios aparece como una nueva visión global del mundo contrapuesta al discurso mítico. El discurso filosófico y el científico tienen muchas cosas en común y, de hecho, filosofía y ciencia nacen juntas e indiferenciadas y se mantienen así hasta la revolución científica de los siglos XVI-XVII. En el discurso racional a diferencia del discurso mítico: I. Abandona el intento de explicar las cosas y los hechos por la acción de seres divinos o sobrenaturales. Busca explicaciones naturales a los fenómenos de la naturaleza y lo hace mediante teorías que interrelacionan conceptos. Por lo tanto, II. no es resultado de la revelación o la inspiración divina sino de la indagación racional, III. busca justificar sus afirmaciones a través de argumentaciones o razonamientos (frente a la fe o la creencia), y IV. no es un discurso dogmático sino crítico, que se caracteriza por revisar y contrastar constantemente sus teorías. A partir del siglo VII a.C. en Grecia se va a dar una profunda transformación, el uso de la moneda y el comercio, el desarrollo de la navegación y por ello el contacto con otras culturas -como los Fenicios, los Egipcios o los Persas-, el desarrollo de las colonias en lo que hoy es Turquía o Italia, etcétera, van a ir, progresivamente, limando el prestigio de la religión y los mitos Olímpicos. La clase social de la aristocracia rural va a ver cómo, progresivamente, su influencia se diluye frente a la burguesía de comerciantes y artesanos; y los mitos Homéricos empiezan a ser vistos como una forma insuficiente de entender la realidad, como una educación que no prepara para las nuevas formas de vida -y de negocios- que están surgiendo, y se produce un fenómeno de crítica a la sabiduría popular que representan estos mitos. El fenómeno va a consistir, entre otras cosas, en la desacralización de las explicaciones tradicionales, -ya no van a ser los dioses y lo sagrado la explicación dominante- adoptando una postura crítica centrada en la constancia y permanencia de los fenómenos naturales. El mundo ya no va a ser visto como un caos (en griego “desorden”) algo desordenado imposible de abarcar, donde la única explicación posible es la arbitrariedad de la voluntad de los dioses; sino más bien como un cosmos (en griego “orden”) donde los fenómenos, y especialmente la vida, es fuente de regularidades y ciclos, y por tanto predecible. Cada noche vemos una Luna distinta, pero cada 28 días se repite el ciclo completo; cada día hace un tiempo distintos, pero cada año se repiten las estaciones con sus flores y sus frutos; y así en todo la naturaleza. 3. El origen histórico de la Filosofía. En el siglo VIII a. c., en la Hélade (lo que hoy llamamos Grecia), las continuas guerras reclaman la existencia de líderes, aumentando el prestigio y número de nobles. La institución monárquica decae (los reyes de los que habla homero: los “basileis”), los nobles reclaman el poder. Así, en las primeras ciudades helénicas, una clase aristocrática de terratenientes (los upátridas) se apoderan del poder político y económico de la ciudad. Agrupados en gens o familias, se consideraban descendientes de los dioses, lo que les servía para justificar sus privilegios. Eran dueños de los terrenos cultivables y arrendaban los campos a otros ciudadanos más pobres, que pagaban por ello. Solamente los aristócratas podrían costearse el armamento necesario para estar presentes en las continuas guerras, por lo cual sólo ellos luchaban en defensa de su ciudad, ganándose de paso un gran prestigio. La Grecia arcaica (VIII-VI a.C.) es pues una sociedad ARISTOCRÁTICA. Las leyes defienden este statu quo (“estado de cosas”), y las formas de conciencia, las formas de pensar, justifican la organización social imperante. La moral en el seno de una tal organización social es una “moral de señores”. La “areté” (virtud) se refiere a las cualidades guerreras de la aristocracia. .. es bueno o virtuoso el valiente, el orgulloso; la hombría, la piedad, la templanza, el sentido del deber, el sentido de la justicia; son las virtudes por excelencia. Los nobles son eminentemente ACTIVOS, son luchadores, competitivos. Estas virtudes sólo adquieren valor si se realizan públicamente: entonces se alcanza la gloria, prestigio, privilegios. El vulgo, por el contrario es PASIVO, su felicidad ―a juicio de los nobles― consiste en una especie de "narcolepsia", son feos, malos y cobardes, soberbios, rebeldes... La virtud, la areté (entendida como las cualidades propias de un guerrero) no es algo que pueda enseñarse o aprenderse, como señala PÍNDARO, la areté es algo exclusivo de la aristocracia: es don de la divinidad, tiene carácter innato. La religión o mitología de esta época es igualmente expresión y justificación de la estructura social y su particular reparto de privilegios. Los dioses son reflejo del poder imperante: no son mejores que los hombres, sólo más poderosos e inmortales, se reparten con sus luchas un mundo ya creado... La relación despótica y caprichosa de los dioses respecto a los seres humanos justifica la relación de los aristócratas con el vulgo. Fiel reflejo de la estructura mítico religiosa, podemos decir que las leyes son impartidas por la aristocracia sobre el pueblo con la misma arbitrariedad con que los dioses imponen sus deseos sobre los hombres en general: el poder es en última instancia el sustento de las leyes. El concepto de dike (justicia) está poco desarrollado, y se aplica con desigual rasero a nobles y vulgo. Los primeros filósofos, Tales y los Milesios. La ausencia de una clase sacerdotal y de libros sagrados ―que permiten la crítica a la tradición homérica―, el desarrollo económico ―que da lugar a una nueva clase social ociosa, con tiempo para pensar― paralelo al desarrollo del comercio ―que propicia el contacto con otras culturas―, van a permitir el surgimiento de la filosofía. En el s. VI a.C. en Mileto, una próspera ciudad dedicada al comercio, Tales, Anaximandro y Anaxímenes ―considerados los primeros filósofos― formulan una sencilla pregunta que supone el comienzo de la filosofía y de la ciencia: ¿Cuál es el ‘arjé’ de la ‘physis’? Lo esencial no es la respuesta, que nos puede, en la distancia de los siglos, parecer inocente y trivial (para Tales el principio es el agua, para Anaximandro el apeiron ―lo indeterminado―, para Anaxímenes el aire), lo esencial es la pregunta, porque supone un giro radical en el intento de explicar el mundo. La explicación racional (“logos”) surge en oposición a la tradición mítica. Si el mito se acepta por tradición, la filosofía es siempre crítica. Si el mito ofrece explicaciones sobrenaturales de los fenómenos, la filosofía busca explicar dichos fenómenos recurriendo a elementos y proceso de la naturaleza (agua, aire, rarefacción y condensación, etc.). Si el mito recurre relatos simbólicos, la filosofía utiliza razonamientos conceptuales. Si el mito, y esto será fundamental, nos presenta los fenómenos de la naturaleza (la lluvia, el trueno...) como producto del capricho de los dioses y por tanto “impredecibles”, la filosofía se sustenta en la creencia de que todo lo que ocurre en la naturaleza lo hace según un orden (logos) inmutable, necesario según unas leyes. Y es este supuesto lo que permite la aparición de la ciencia en tanto investigación y descubrimiento de dichas leyes. La pregunta por el arjé (=principio) es la pregunta por la causa de las cosas (su origen), es la pregunta por la unidad de lo múltiple de la naturaleza (todo debe estar hecho de uno o unos pocos elementos básicos: agua o apeiron o aire...), es la pregunta por la permanencia en el cambio (las cosas cambian pero el arjé permanece como sustrato de esos cambios: al igual que el agua puede ser hielo o vapor pero sigue siendo agua), es la pregunta por lo que son las cosas verdaderamente, más allá de las apariencias. Los filósofos griegos oponen la razón a los sentidos; mientras los sentidos nos muestran la apariencia de las cosas, la pluralidad y el cambio, es la razón la que permite “ver” (descubrir) la causa, la unidad, la sustancia (el “sustrato”, lo que permanece en un cambio) y la esencia (lo que algo es verdaderamente) de la realidad. Pitágoras de Samos Pitágoras funda en CROTONA (Magna Grecia, es decir, el sur de Italia) una comunidad de carácter místico-filosófico-político que conlleva una particular forma de vida: celibato, obediencia, secreto..., cuyo propósito [influencia órfica] es la purificación del alma, para librarla de la "rueda de las reencarnaciones ". La doctrina del alma Podemos atribuirla a PITÁGORAS, (o, al menos, a su época)... la influencia órfica es patente: el alma es del "linaje de los dioses" (inmortal), y de la sustancia de los astros (ígnea). La forma de vida determina su pureza y ésta la posterior elección de un cuerpo (así una vida impropia nos hará elegir en la próxima reencarnación el cuerpo de un animal, por ejemplo).Cuando el alma, ha sido totalmente purificada, se libera de la metempsícosis, se libera de la cárcel del cuerpo, para volver a su origen. La doctrina del número Más propia de los pitagóricos ―aunque ya difícilmente atribuible a Pitágoras― es la doctrina del número: según la tradición, los pitagóricos habrían observado la relación armónica existente entre las longitudes de las cuerdas y la altura de los sonidos en la lira. Y entienden que esta armonía está presente en el cosmos entero... La música es la mejor expresión sensible de la armonía del cosmos. Esta catarsis purifica el alma, en tanto ésta es también armonía, y además causa de la armonía del cuerpo, por lo que se considera una auténtica medicina para éste (la enfermedad no es más que la pérdida de la armonía corporal). La armonía es musical y también numérica (sonidos-longitudes de cuerda). Los pitagóricos se sorprendieron de las relaciones armónicas que encierran los números, llegando a decir, según ARISTÓTELES, que "las cosas eran números". El número (o, la armonía numérica) será pues el arjé para los pitagóricos. A los números aritméticos se les asocian números geométricos: el 1 es el punto, el 2 la recta, el 3 el plano, el 4 el tetraedro (volumen). 4. Sentido y necesidad de la Filosofía. La necesidad de la Filosofía. Aristóteles filósofo griego del siglo IV a. C. afirmaba que "Todos los seres humanos desean saber por naturaleza". Evidentemente necesitamos saber muchas cosas, se trata de conocimientos prácticos y útiles que nos hacen más fácil y cómoda nuestra existencia. Actualmente, una gran parte de este saber proviene de la ciencia. La investigación científica hace que aumente el conocimiento general sobre el mundo y sobre nosotros mismos y, también, da lugar a la tecnología, que crea una gran diversidad de artefactos que nos sirven para vivir mejor. Ahora bien, ¿Se acaba aquí todo?, ¿Esto es todo lo que necesitamos saber? El saber práctico y de utilidad inmediata no basta. Si reflexionamos sobre lo que nos preocupa nos daremos cuenta que además hay otro tipo de preguntas más generales que también nos inquietan profundamente y para las que no hay respuesta científica, preguntas como ¿Quiénes somos?, ¿Qué hacemos en esta vida?, ¿Hay otra vida más allá de ésta?, En mi relación con los demás ¿Todo vale?, etc. Por lo tanto, el discurso filosófico responde a la necesidad humana de preguntarse sobre una serie de cuestiones básicas y buscar una respuesta racional e ellas. “Se trata, en primer lugar, de la cuestión de la apreciación justa de todo afán filosófico en el transcurso de la historia. Con demasiada frecuencia se suele menospreciar su alcance: la filosofía, se afirma, no es más que un conglomerado de especulaciones abstractas sin significación alguna para la vida; lo que hace falta es estudiar las ciencias prácticas que nos suministran la base de la técnica en todos los campos (no sólo la técnica del ingeniero, sino la del pedagogo y la del psicólogo), también en la ciencia social, la economía y la política. Porque “Primum vivere, deinde philosophari” y el “philosophari” no tiene importancia mayor para la vida. Otros consideran en cambio que esta idea, hoy tan extendida, es fundamentalmente falsa y que, además, representa un error espiritual peligroso. Y defienden que si se pretende limitar el saber y el conocimiento a su aspecto técnicopráctico, entonces bastará con saber cada vez cómo hay que hacer esto o aque"o. Pero con anterioridad a la cuestión del “cómo”, se plantea la cuestión del “Porqué”. Ahora bien, la respuesta al último porqué sólo la religión y la filosofía nos la pueden o(ecer. Como ya sabemos ambos son saberes muy distintos, el primero nos da una respuesta irracional mientras que el segundo nos da una respuesta racional. El hombre siempre utilizará su razón y, cuando no lo hace de forma consciente y filosófica, lo hace, sin duda, en forma inconsciente y con diletantismo. Esto se aplica también, sin excepción, a todos los que se creen emancipados de cualquier filosofía. La filosofía es un saber inevitable y necesario; las cuestiones filosóficas están muy ligadas a la existencia y a la vida del hombre.” L. Kolakovski: El hombre sin alternativa ¿Somos todos filósofos? Las preguntas filosóficas aparecen de forma más o menos natural cuando nuestra inteligencia se ha desarrollado adecuadamente y ha alcanzado un cierto grado de madurez. "Alrededor de los catorce años mucha gente comienza a pensar por su cuenta en problemas filosóficos: sobre aque"o que realmente existe, si podemos saber algo, si una cosa es realmente buena o mala, si la vida tiene algún significado, si la muerte es el final. Se ha escrito mucho sobre estos temas durante miles de años, pero la materia prima filosófica proviene directamente del mundo y de la relación que tenemos con él, no de los escritos del pasado. Esta es la razón de que estos problemas se los planteen aque"os que nunca han leído nada" Thomas Ángel: ¿Qué significa todo esto? Así pues, en cierto sentido de la palabra todos los seres humanos somos filósofos, porque todos nos quedamos perplejos ante el gran interrogante que es nuestra vida. El filósofo inglés contemporáneo Stephen Toulmin afirma: "De mal o buen grado, todos hemos nacidos filósofos, igual que hemos nacido críticos, morales, pensadores políticos e incluso científicos" Podemos filosofar porque la llama de la filosofía está viva en nosotros, como seres capaces de pensar libre y racionalmente. Claro está, además existen los filósofos en el sentido académico del término, personas que han estudiado la filosofía que se enseña en la universidad. Ello implica el aprendizaje de una serie de conceptos y de métodos, así como el estudio de las ideas más importantes de la historia de la filosofía. Pasar del saber común a la Filosofía. "Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos; o, permitirnos decir, si e"os no son conscientes de tener problemas filosóficos, tienen, en cualquier caso, prejuicios filosóficos. La mayor parte de estos prejuicios son teorías que inconscientemente dan por sentadas, o que han absorbido de su ambiente intelectual o de la tradición. Puesto que pocas de estas teorías son conscientemente sostenidas, constituyen prejuicios en el sentido de que son sostenidas sin examen crítico, incluso a pesar de que puedan ser de gran importancia para las acciones prácticas de la gente y para su vida entera. Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que los hombres necesitan que haya quien examine críticamente estas extendidas e influyentes teorías. Este es el inseguro punto de partida de toda ciencia y toda filosofía. Toda filosofía debe partir de las dudosas y a menudo perniciosas concepciones del sentido común acrítico. Su objetivo es el sentido crítico e ilustrado: una concepción más próxima a la verdad y con una influencia menos perniciosa sobre la vida humana. […] Todos los seres humanos son filósofos porque, de una manera u otra, todos adoptan una actitud ante la vida y la muerte" Karl R. Popper: Como veo la filosofía, Pág. 64 Todo el mundo participa, como punto de partida, de las interpretaciones existentes en su sociedad que toma acríticamente como verdaderas es lo que se denomina prejuicios o saber común. En la medida en que somos conscientes de nuestra propia ignorancia las ponemos en tela de juicio sometiéndolos a la crítica desde la razón. Cuestionar lo que tenemos delante, nosotros mismos, nuestra propia vida parece remover los cimientos sobre los que ésta se asienta y pone de manifiesto la necesidad de construir un nuevo fundamento, una nueva comprensión que permita llevar un nuevo modo de existencia justificado y crítico. Las nuevas ideas a las que lleguemos no se pueden sustraer a la crítica, convertirse en dogma o ideología, perder su espíritu filosófico. Se ha de aceptar su provisionalidad y su constante revisión según vayamos avanzando en nuestra experiencia y nuestros conocimientos. Este es el reto que la filosofía nos propone: una forma diferente de mirar el mundo y nuestra propia vida. Así, el discurso filosófico nos puede ayudar a vivir intelectual y moralmente sin una concepción cerrada y dogmática del mundo. Esto se debe a que aquello que es característico de la filosofía es la forma de hacer las preguntas y la manera de contestarlas. Siempre que nos encontramos ante un discurso filosófico hallaremos una argumentación lógica, la defensa razonada de determinados puntos de vista y no la simple afirmación de una creencia, sin ningún tipo de fundamento. Cuando alguien filosofa da razones, más o menos plausibles, a favor o en contra de una cierta opinión. Y en cualquier caso, esta persona está dispuesta a escuchar las razones del contrario y rectificar, si es necesario, su opinión inicial. Se trata de reflexionar con profundidad sobre algunas cuestiones atendiendo y sopesando las razones de unos y otros. El sentido de la Filosofía. La etimología de la palabra filosofía nos da una pista sobre su sentido y función. Esta palabra proviene del griego “philosophía”, que significa aproximadamente, "amor a la sabiduría", "tendencia al conocimiento". Ante aquel que dice de sí mismo que es sabio o experto o dominador de una materia, el filósofo es tan sólo aquel que anhela el saber, el que, aceptando que no sabe nada con seguridad, se esfuerza por adquirir más sabiduría o conocimiento teórico y práctico a la vez. "La palabra griega filósofo (philosophos) se formó en oposición a sophos. Es decir, amante del conocimiento, a diferencia de quien, en posesión del conocimiento, se denominaba sabio. Este sentido de la palabra perdura hasta hoy: la búsqueda de la verdad -no la posesión de la verdad- es la esencia de la filosofía […] Filosofía quiere decir hacer camino. Sus preguntas son más esenciales que sus respuestas, y cada respuesta se convierte en una nueva pregunta" Karl Jaspers: Introducción a la filosofía Esta idea de la importancia de la capacidad de formular preguntas que tiene la filosofía también aparece destacada en el siguiente texto del filósofo y matemático inglés Bertrand Russell: “De hecho, el valor de la filosofía debe ser buscado en una larga medida en su real incertidumbre. El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía, va p or la vida prisionero de los prejuicios que derivan del sentido común, de las cree ncias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han desarro"ado en su espíritu sin la cooperación ni el consentimiento deliberado de su razón. Para este hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio, los objetos habituales no suscitan problema alguno, y las posibilidades no familiares son desdeñosamente rechazadas. Desde el momento en que empezamos a filosofar, ha"amos, por el contrario, como hemos visto en nuestros primeros capítulos, que aun los objetos más ordinarios conducen a problemas a los cuales sólo podemos dar respuestas muy incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cuál es la verdadera respuesta a las dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos liberan de la tiranía de la costumbre. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las cosas son, aumenta en alto grado nuestro conocimiento de lo que pueden ser; rechaza el dogmatismo algo arrogante de los que no se han introducido jamás en la región de la duda liberadora y guarda vivaz nuestro sentido de la admiración, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar” B. Russell": Los problemas de la filosofía 5. Las disciplinas filosóficas. A pesar de que es difícil separa los temas dentro del discurso de los filósofos, debido fundamentalmente a su “tensión hacia la globalidad”, si que es cierto que tradicionalmente y académicamente se distinguen diferentes doctrinas filosóficas. Sobre todo a nivel académico, como distintas “asignaturas” dentro de los estudios de Filosofía, o como forma de organizar los tratados de Filosofía, se suele utilizar la metodología de identificar cuál es el problema o la pregunta que se trata de responder. El núcleo duro: la Metafísica y la Lógica. El eje central o núcleo duro del discurso y el quehacer de los Filósofos está compuesto de dos problemas: ¿Qué hay? por un lado, y ¿Cómo lo sé? por otro, y a cada una de ellas le corresponde una de las doctrinas: la Ontología, o ciencia acerca de la realidad, “lo que hay”, el Ser, y la Epistemología, o Teoría del Conocimiento, la ciencia acerca de la verdad. La Ontología se ocupa de intentar responder a las preguntas sobre lo real: ¿qué hay?, ¿cuáles son los principios que rigen la realidad?, ¿hay un destino o todo lo que ocurre es por azar?, ¿cómo funciona el mundo, por magia o por leyes mecánicas? La Epistemología, sin embargo se centra no en el problema de lo que hay sino de como podemos llegar a saberlo, haciendo preguntas como: ¿que método es el mejor para llegar saber las cosas?, ¿cómo se que lo que se es verdadero?, ¿puedo llegar a saberlo todo o hay límites que no puedo traspasar? Por otra parte, la Filosofía tiene una herramienta fundamental, el razonamiento, y por tanto la Lógica, que es la ciencia que se ocupa de los razonamientos válidos, lingüísticamente expresados. La Lógica estudia las condiciones para que un razonamiento sea válido, la estructura que tiene, las consecuencias que podemos extraer de ellos. La Lógica es algo así como las Matemáticas, pero que no se limita a los números, a las cantidades, y como las Matemáticas, es usada como herramienta por otros científicos y filósofos. Las preguntas sobre el ser humano. Otro gran grupo de las doctrinas filosóficas son las que giran en torno al problema de quiénes somos, si somos alma o sólo cuerpo, o la unión de ambas, también podemos preguntarnos por nuestra naturaleza, por si somos buenos o malos, para que nos entendamos, etcétera. Así, hablaríamos en general de Antropología Filosófica en general cuando nos preguntamos en general sobre el hombre, pero esta se concreta en otras doctrinas como la Ética, la Política o la Estética. La Ética es la reflexión filosófica acerca de si el hombre es bueno, acerca de las condiciones para que lo sea o la pregunta sobre, si acaso, debiéramos serlo. La Ética discute sobre conceptos como el bien, el deber, la justicia, los derechos humanos, etcétera. Mientras que la Política, en sentido filosófico, se centra en la pregunta acerca de la convivencia humana; ¿por qué vivimos en sociedad?, ¿cómo nos organizamos?, ¿que formas de gobierno son justas y cuáles no? Por último, la Estética es la reflexión filosófica acerca de la Belleza, sobre las obras de arte, sobre si el arte debe ser bello o cuando hablamos de arte hablamos de otra cosa, y temas así. Las Filosofías “especiales” Cuando la Filosofía se convierte en “metadiscurso”, cuando la Filosofía centra sus preguntas sobre otras formas de conocimiento, entonces surgen otras disciplinas filosóficas como la Filosofía de la Historia, la Filosofía del Lenguaje, la Filosofía de la Ciencia, la Filosofía del Derecho, etcétera. Cada una de ellas se centra en analizar los presupuestos teóricos, conceptos y métodos que emplean, así como los resultados y teorías a los que llegan los especialistas de estas ramas del saber. Además es muy importante el estudio de la Historia de la Filosofía, como reflejo de la Historia de la propia humanidad y como otra forma de entender los hombres de épocas pasadas. Para que nos entendamos, aunque la Filosofía puede considerarse como una única disciplina racional, dentro de ella podemos encontrar distintos enfoques que se refieren a problemas o preguntas distintas; y estos enfoques se relacionan entre si de esta forma: En un lugar central encontramos a la Metafísica y a la Lógica, y adyacentes todas las reflexiones acerca del ser humano, por un lado, y las reflexiones sobre los distintos saberes por otro. Filosofía del Derecho Metafísica = Antropología Filosófica Filosofía de la Ciencia Ontología + Etica Filosofía del Lenguaje Epistemología Estética Filosofía de la Historia ... Lógica Política «Dos cosas "enan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes cuanto más reiterada y persistentemente se ocupa de e"as la reflexión: el cielo estre"ado que está sobre mí y la ley moral que hay en mí.» Immanuel Kant 6. La Filosofía y su Historia. Hacemos aquí un breve repaso de la historia de la filosofía en Occidente que se ve con más detalle a lo largo del segundo curso de bachillerato. 6.1. Filosofía Antigua. El paso del mito al logos: el nacimiento de la filosofía. El nacimiento de la filosofía en Occidente se produce en el siglo VI a. C. en la Antigua Grecia, en concreto, en la ciudad de Mileto situada en la costa jonia (actualmente en Turquía) Los primeros filósofos critican el discurso mítico como forma de explicación de la realidad y lo sustituyen por el discurso racional. Es lo que tradicionalmente se denomina el paso del mito al logos. En realidad se trataba de trasladar el impulso racionalizador que había surgido del intento de ordenar el nuevo espacio político y social creado entorno a la polis (ciudad-estado) a la investigación de la naturaleza (physis) La polis democrática de Mileto había sustituido la fuerza y el linaje como herramienta en la toma de decisiones de los asuntos públicos por la argumentación y la palabra (logos). Destacan en este período Thales, Anaximandro y Anaxímenes de Mileto, Pitágoras de Samos, Empédocles de Agrigento, Leucipo y Demócrito de Abdera, etcétera. Pero sobre todo hay que destacar la polémica entorno a si la realidad es cambiante como decía Heráclito de Éfeso o si por el contrario es pura inmovilidad, como sostenía Parménides de Elea, que marcará toda la reflexión cosmológica del siglo siguiente. Estos filósofos, denominados presocráticos, hubieron de enfrentarse al reto de buscar las primeras explicaciones sobre el origen del universo (cosmogonía) y su actual estructura y funcionamiento (cosmología) con la sola arma de la razón y la observación de los hechos que sucedían a su alrededor. Así, como un mismo saber indistinto, surgieron la filosofía y la ciencia. La ilustración griega: Del siglo de Pericles al imperio de Alejandro. En el siglo V a. C. la ciudad de Atenas se convierte en la polis que reúne mayor poder político y económico. Pericles amplía la democracia a todos los que poseen el estatus ciudadanos y la convierte en la forma de gobierno donde el poder de la palabra cobra la mayor importancia. Reunidos en asamblea en la plaza pública (ágora) los ciudadanos debaten los asuntos de la ciudad sintiéndose plenamente implicados en su gestión e identificados con ella. De esta manera la filosofía da un giro antropológico pasando de la investigación natural a centrar su reflexión sobre el ser humano y su vida en sociedad (ética y política) En todos los ámbitos del saber y de las artes Atenas alcanza su máximo esplendor cultural y se convierte en centro de atracción para los intelectuales de todas las poleis de Grecia. Estos recién llegados, a los que se les denominará sofistas, se convertirán en los primeros profesionales de la enseñanza de la filosofía. Poseedores de un saber enciclopédico ofrecen aquellos conocimientos de carácter humanístico y práctico que necesitaban los ciudadanos para poder intervenir en la asamblea con garantías de éxito. Opuesto a su pensamiento aparece un ateniense carismático Sócrates (470-399 a. C.) que frente a las ideas relativistas y convencionalistas que defendían los sofistas en ética y política busca encontrar las definiciones de conceptos universalmente válidas sobre las que fundar la moralidad y la vida propia. Su intención no es convencer mediante discursos grandilocuentes como hacían los sofistas, sino que, a través de un diálogo personal, intenta ayudar a sus interlocutores a que descubran las verdades por sí mismos. Es en esta época en la que aparecen los dos filósofos con mayor peso en toda la antigüedad y que más influencia tienen en toda la filosofía posterior: Platón (427-347 a. C.), que fue discípulo de Sócrates, vive desde muy joven la inestabilidad política de las Guerras del Peloponeso que enfrentaban la democrática Atenas y la militarista Esparta. De familia aristocrática critica la democracia convertida en el siglo IV a. C. en demagogia por acción de la segunda generación de sofistas. Buscando unos principios inmutables sobre los que asentar un orden político estable para la polis desarrolla su Teoría de las Ideas que sirve de base para el primer gran sistema filosófico de la antigüedad. Aristóteles (384-322 a. C.), discípulo de Platón y preceptor de Alejandro Magno, parte de la crítica a la teoría de las Ideas de su maestro para construir su propia propuesta filosófica que se constituye en el segundo gran sistema de la antigüedad y proporciona las principales teorías de la ciencia que se mantendrán hasta la revolución científica de los siglos XVI-XVII. El helenismo y la búsqueda de la felicidad. Con el Imperio de Alejandro Magno la cultura griega se difunde por todo el mundo conocido pero las poleis pierden su independencia. La decadencia política de Atenas y la crisis de la democracia hace que los ciudadanos ya no se sientan identificados con una acción de gobierno que ahora es protagonizada por funcionarios y burócratas dependientes de los centros de poder del imperio. Impotente ante la nueva política la filosofía gira hacia preocupaciones más personales e individualistas. Las nuevas escuelas filosóficas tienen como objetivo principal la búsqueda de la felicidad y para ello proponen un ideal de sabio. Ahora ya no se trata de diseñar un proyecto común para la sociedad (política) sino de encontrar un modo de vida que permita el "vivir bien" en pequeños grupos o individualmente. Surgen así las escuelas helenísticas: el estoicismo, el epicureísmo, el cinismo y el escepticismo. Mientras la filosofía continúa desarrollándose en Atenas la ciencia se desplaza hacia Alejandría cuyo museo-biblioteca será el mayor centro científico de la antigüedad. En él trabajarán científicos como Euclides, Arquímedes, Ptolomeo, Galeno e Hipatia.. De Roma al fin del mundo antiguo. Con la helenización de Roma las escuelas filosóficas griegas se instalaron también en la capital del nuevo imperio alcanzando un gran desarrollo y numerosos adeptos, entre ellos el mismo emperador Marco Aurelio. Sin embargo, con el tiempo, los romanos no entendieron bien la pluralidad de escuelas que fue visto como caos y falta de verdad, lo que les llevó progresivamente hacia el escepticismo, el irracionalismo y la religión. Poco a poco se fue produciendo un acercamiento entre las distintas escuelas quedando marginada y perseguida la escuela epicúrea. En la ciencia, exceptuando el núcleo de Alejandría, se limitan a traducir obras o a hacer "summas" en las que se recopila todo lo que los antiguos sabios creyeron ver o anotar. Así se abandona la investigación natural y cada vez es mayor el interés por sucesos de carácter mágico o sobrenatural. En el final del mundo antiguo el desfondamiento del orden social romano lleva a un progresivo acercamiento de la filosofía a la religión. Ya no se entiende la serenidad del sabio y se busca la salvación trascendente, es una época de miedo a la razón. Con el Edicto de Milán (año 313 d. C.) y el reconocimiento de la libertad de culto cristiano la Iglesia se convertirá en el nuevo poder que monopolizará la cultura y la administración estatal. Su férreo control ideológico irá persiguiendo todas aquellas ideas que no concuerden con lo afirmado en la Biblia y de esta manera las escuelas griegas irán desapareciendo o manteniéndose sólo en algunas elites cultas. 6.2. Filosofía Medieval. Los orígenes de la Filosofía Medieval, la Patrística. La Edad Media va desde la caída de Roma el año 476 d. C. hasta el Renacimiento, ya en el siglo XV. Es un milenio que se suele calificar como teocéntrico, es decir, que Dios es el centro de la vida intelectual. Se pasa del predominio de un discurso racional al predominio de un discurso religioso. El pensamiento se ocupa de la relación entre la fe cristiana y la razón, más concretamente, se estudia la adaptación de la filosofía griega a los dogmas cristianos. La tutela religiosa de la cultura queda reforzada por el hecho que la Iglesia es la única institución estable en medio de los constantes conflictos políticos que debilitan el poder civil. Por ello, el saber y la creación cultural se refugian en los monasterios sobretodo durante los primeros siglos. Los primeros pensadores cristianos (la apologética o también llamados “los padres de la Iglesia”, la Patrísitica) rechazan frontalmente todo aquello que no sea cristiano y, en concreto, la filosofía. Esto se explica, por un lado, por la necesidad de defenderse frente a las persecuciones y herejías; de otra, la razón griega es asimilada al paganismo y, por tanto, al error y la falsedad. La única verdad es la revelada por Dios. Pasada esta fase, a la razón se le da el papel de instrumentos válido al servicio de la fe. Agustín de Hipona (354-430), uno de los padres de la Iglesia, hace la primera gran síntesis entre cristianismo y pensamiento griego, en concreto, con el platonismo, ya que era la filosofía que tenía más influencia de ideas religiosas y más posibles puntos de contacto con el cristianismo. La Filosofía del Islam. En el año 529 el emperador Justiniano clausura las escuelas filosóficas de Atenas y los filósofos se marchan a Oriente llevándose las obras clásicas y desplazando así la principal actividad cultural y científica. En los textos que se producen allí la filosofía de Platón y Aristóteles se fusiona cosa que provocará equívocos en su interpretación cuando en el siglo XIII sean recuperados en Occidente. Mientras tanto, en el siglo IX-X, el pensamiento cristiano ha fijado su credo básico y para transmitirlo funda la escolástica formada por las escuelas monacales primero y después las catedralicias que darán lugar a las primeras universidades. En ellas se reinicia poco a poco la reflexión y el debate filosófico aunque siempre dentro de los límites del credo cristiano. En el siglo XIII la recuperación de parte de la obra Aristóteles de manos del filósofo árabe Averroes (1126-1198) causa un gran impacto en la universidad de París. Se genera una gran controversia pues se encuentran con una explicación meramente racional, que no recurre en ningún momento a la revelación, de todas las cuestiones que acucian al ser humano. En un primer momento las ideas de Aristóteles se persiguen por heréticas pero Tomás de Aquino (1225-1274), un monje y filósofo dominico, adapta el pensamiento aristotélico al cristiano proporcionando la segunda gran síntesis entre éste y el pensamiento griego. Tal éxito tendrá que su síntesis, denominada aristotélico-tomista, que se convertirá en el libro de texto oficial durante el renacimiento y en el nuevo dogma de fe cristiano. El declive del pensamiento teocéntrico, el Nominalismo. Sin embargo a lo largo del siglo XIV cada vez surgen más voces reclamando una separación entre razón y fe, filosofía y religión, y reivindicando la autonomía de cada una de ellas. El ejemplo más relevante es la filosofía nominalista de Guillermo de Ockham (1295-1350) Se inicia un proceso de secularización de la cultura y se abandona todo intento de racionalizar la fe, es decir, se reconoce que la razón es una vía diferente de conocimiento que la fe. La experiencia como modo de conocimiento va obteniendo cada vez más importancia en detrimento del valor tradicionalmente atribuido a la deducción y a la autoridad, hecho que contribuirá decisivamente al impulso de nuevo de la ciencia. 6.3. Filosofía de la Edad Moderna. Filosofía renacentista. El pensamiento renacentista se ve enmarcado por la crisis del sistema escolástico y el intento de recuperar el pensamiento antiguo. En él el ser humano ocupa el centro de reflexión e interés lo que hace que se considere al renacimiento un período antropocéntrico. Además ofrecerá nuevos planteamientos en el terreno de la política, la religión y la ciencia. El Renacimiento humanista ve en el medievo una Edad de Tinieblas y su admiración hacia la cultura greco-romana le lleva al intento de volver al universo cultural de la antigüedad clásica. Se trata de recuperar sus obras y traducirlas lo más fielmente posible. No sólo las menos conocidas de Platón o Aristóteles, sino también las de otros autores y corrientes, como las del helenismo o la ciencia alejandrina, que habían estado olvidadas o censuradas. Sin embargo, se acabará rompiendo con toda autoridad, sea Platón, Aristóteles o los pensadores cristianos. En el terreno de la política sobresale Maquiavelo (1469-1527) quién funda el pensamiento político moderno al describir la conducta efectiva de los reyes y príncipes renacentistas, mostrando como hay gobernantes que no tienen escrúpulos y usan cualquier medio para garantizar la finalidad que les conviene. El interés por la organización y el funcionamiento de la sociedad hace resurgir la literatura utópica, es decir, las descripciones de sociedades imaginarias más o menos felices y sin discriminaciones. En el terreno de la religión el hecho fundamental es la Reforma protestante y la aparición de diversas confesiones cristianas enfrentadas. Frente a la jerarquización y unidad eclesiástica de épocas anteriores se plantea la necesidad de retornar a los orígenes del cristianismo. En el terreno de la ciencia se produce la revolución científica de los siglos XVI-XVII que llevará al abandono de la visión del universo basado en las teorías de Aristóteles y a una progresiva separación de ciencia y filosofía. En la astronomía Nicolás de Copérnico (1473-1543) propone el heliocentrismo frente al geocentrismo aristotélico. Galileo Galilei (1564-1642) desarrolla una nueva física caracterizada por el valor de los datos empíricos y la formulación matemática. Al final del siglo XVII la física de Isaac Newton (1642-1714) completa la revolución científica y consolida la ciencia moderna. Filosofía moderna. La filosofía moderna se planteará como cuestión previa a toda reflexión sobre la realidad el análisis del conocimiento humano, sus posibilidades y sus límites, es decir, se constituye en una crítica del conocimiento. Se parte de una idea clave, la idea del mundo como representación. Nuestro conocimiento no es una copia fiel e idéntica de la realidad sino una representación de ella. Se toma conciencia del papel del sujeto y su mediación en el acto de conocer. Cuatro movimientos filosóficos, desde distintos presupuestos, se suceden profundizando y avanzando, en esta reflexión: El racionalismo moderno de René Descartes (15961650) inaugura la modernidad. Ya no es suficiente la fe en la revelación o la autoridad como criterio de verdad, ni silogismo aristotélico como método de conocimiento. Hay que encontrar un nuevo criterio de verdad y nuevo método sobre el que asentar de manera firme la filosofía y la nueva ciencia. Puesto que la información que nos proporcionan los sentidos no es siempre fiable propondrá un criterio de certeza racional ("no aceptar nada que a mi razón no se muestre clara y distintamente") y tomará como modelo de método el del saber matemático. Como contrapunto a esta visión racionalista aparece el empirismo moderno que afirma que la fuente de todo conocimiento es la experiencia. La mente, al nacer, es como una hoja en blanco que, poco a poco, se va rellenando con la información que nos proporcionan los sentidos. Su representante más radical David Hume (1711-1776) afirma que el conocimiento no puede ir más allá de las impresiones de los sentidos y reduce así el conocimiento científico a una mera creencia basada en la costumbre y el hábito. Immanuel Kant (1724-1804) (idealismo trascendental) da un paso más allá y consigue superar ambas tendencias afirmando que el conocimiento es una síntesis entre la información que nos proporcionan los sentidos y las formas innatas que para ordenarla le aplica el ser humano. De esta manera no podemos saber como es el mundo independientemente de estas formas que empleamos para procesar el material que recibimos de los sentidos. Por último, G.W.F. Hegel (1770-1831) (idealismo absoluto) nos proporciona el último gran sistema filosófico. Su mérito consiste en situar una razón, que hasta ahora había sido abstracta, en su devenir histórico. El conocimiento humano se sitúa en la historia y avanza en la medida que intenta superar las contradicciones que se va encontrando, es la razón dialéctica, que avanza negándose y superándose a sí misma. Paralelamente a esta reflexión sobre el conocimiento, el pensamiento ilustrado, finales del siglo XVII y siglo XVIII (el siglo de las Luces), establece la autonomía de la razón, su carácter crítico y tolerante que asociada a la idea de progreso impulsa y hacen avanzar espectacularmente las reflexiones que sobre la religión, la política y la ciencia se iniciaron en el Renacimiento. John Locke (1632-1704) establece los conceptos básicos del futuro liberalismo. En Francia se publica la Enciclopedia siendo el objetivo que los seres humanos salgan de las tinieblas de la ignorancia y empiecen a pensar por ellos mismos. Jean Jacques Rousseau (1712-1778) a través de su idea de la soberanía representativa y Montesquieu (1689-1755) a través de su idea sobre la división de poderes establecen las bases de las democracias modernas. Estas serán las ideas en la que se base la Revolución francesa y la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1789). 6.4. Filosofía contemporánea. Es el fin de los grandes sistemas y la emergencia de pluralidad de movimientos de muy distinto signo que suponen una crítica, una revisión y una reacción frente a la visión especulativa y sistemática de la filosofía de Hegel. En el siglo XIX destacan los denominados filósofos de la sospecha. Se busca la interpretación del sentido de las creaciones culturales (filosofía, religión, arte, etc.), ver la relación entre lo que la conciencia expresa en estos productos y lo que está latente y simulado detrás. Karl Marx (1818-1883) ve detrás de la ideología dominante los intereses de clase de los grupos de poder que buscan perpetuarse. La ideología intenta ocultar que orden social es injusto y presentarlo como un orden natural e inmutable. Friedrich Nietzsche (1844-1900) ataca la moral occidental y cristiana porque falsea la existencia auténtica, vivida y decidida individualmente. Afirma que los valores de la sociedad bienpensante son convenciones vacías y rechaza que haya otro mundo (el cielo de la religión) que dé sentido a este mundo terrenal. Detrás de la moral cristiana se oculta la incapacidad de algunos para vivir la vida en plenitud. Sigmund Freud (1856-1939) descubre la cara oculta de la mente humana el inconsciente. Detrás de la racionalidad y la inteligencia se oculta una mente en continuo conflicto que pretende conciliar los deseos biológicos e irracionales con los imperativos interiorizados de la conducta moral y social. En el siglo XX aparecen nuevas y complejas corrientes filosóficas. Uno de los rasgos que poseen en común y que caracterizan la filosofía contemporánea es su reflexión sobre el lenguaje. Las más importantes son la Filosofía Analítica, el Existencialismo, el Estructuralismo y la Escuela de Frankfurt. . 7. Utilidad y funciones de la Filosofía. Utilidad de la Filosofía. Hegel, en el prólogo a una de sus obras, recuerda que el filósofo siempre fue considerado por el pueblo como un holgazán, pues nada era más inútil que su saber. Pero eso no deja de ser un prejuicio popular. La utilidad de la filosofía no es tan patente como lo puede ser una ciencia de la naturaleza como la física y todas las aplicaciones tecnológicas que lleva consigo. Se puede decir que la utilidad de la filosofía no es utilitaria: “La filosofía no brota por razón de utilidad, pero tampoco por sinrazón del capricho”, decía Ortega y Gasset. La experiencia filosófica es la actitud cognoscitiva por excelencia, porque es esencial a la razón humana la búsqueda de las razones, de los porqués, tal como nos lo muestra la curiosidad inagotable de los niños, o nuestra necesidad de conocer por qué nos suceden ciertas cosas. Buscamos comprender, dar sentido a nuestra vida, saber cómo podríamos ser más felices y cosas por el estilo, sin las cuales estaríamos desorientados. Filosofar no solamente es útil, sino que es inevitable, porque desde que el ser humano existe no ha dejado de hacerse preguntas cuyas respuestas no pueden ser suministradas por las ciencias únicamente, sino por la actitud filosófica. Funciones de la Filosofía. A grosso modo, podemos distinguir tres grandes funciones de la filosofía, a saber: a) Función lógica: la filosofía fomenta el desarrollo de la inteligencia lógica y del pensamiento abstracto. Es una especie de gimnasia mental. Lo que no se ejercita, se atrofia. b) Función orientadora: la filosofía no sólo piensa el mundo que es, sino también en los mundos posibles, es decir: en el que podría ser. Desde muy antiguo los filósofos han imaginado utopías para mejorar la sociedad y la vida individual (aunque a veces es peor el remedio que la enfermedad). Quedamos en que la filosofía propone fines por alcanzar, mundos posibles por realizar. Como ejemplo podría valer la Revolución Francesa, en la que tuvieron mucha importancia filósofos como Montesquieu, Voltaire, Rousseau... Gracias a dicha Revolución se pasó del régimen político absolutista, al resurgimiento de la democracia, y no sólo en Francia, esas ideas han terminado por imponerse en Europa, aunque todavía estamos muy lejos de realizar el ideal revolucionario de: igualdad, libertad y fraternidad. ¿Es eso deseable? c) Función crítica y autocrítica: la filosofía es como una niña respondona que continuamente insiste en encontrar problemas allí donde los demás no ven otra cosa que normalidad. Analiza los diferentes discursos, políticos, artísticos, científicos, culturales, etc.. e indica los prejuicios que están a la base de sus afirmaciones. Por ejemplo, se pregunta por la actitud racista ¿qué hay a la base del racismo? Y responde: un prejuicio ¿cuál? Responde tú. Por otra parte, su función autocrítica consiste en no aceptar como válida ninguna idea que no tenga suficiente justificación racional, e intenta estar siempre alerta frente a prejuicios que se filtran en las diferentes visiones filosóficas. Por ejemplo, Aristóteles justificaba la esclavitud y la inferioridad de la mujer. Hoy en día ningún filósofo admitiría tal cosa, ¿por qué? En definitiva, la filosofía realiza una labor crítica respecto a los prejuicios dogmáticos y las ideologías encubiertas, y en último término cumple una función inapreciable: liberar al pensamiento y al ser humano mismo. Pensar nos hace libres, dejar que otros piensen por nosotros nos hace animales de carga. 8. Diferencias entre la Filosofía y otros saberes. La filosofía no es una ciencia, sino un saber holístico (de totalidad) que intenta comprender la realidad desde la perspectiva de la máxima generalidad posible. Esto se expresa en el tipo de preguntas que se hace: ¿Qué es la realidad? ¿Qué es la verdad? ¿Qué es la vida? ¿Qué es la justicia?, etc. Diferencias entre Filosofía y Ciencia. Por ciencia podemos entender una práctica guiada por diversos métodos, cuyo fin es elaborar un discurso que se pretende verdadero sobre parcelas concretas de la realidad. Por ejemplo, la física estudia, entre otras cosas, la velocidad de los cuerpos, la aceleración de partículas, etc.. Mientras que las ciencias tienen cada una de ellas objeto de estudio específico, la filosofía se ocupa, en general, de la totalidad de lo existente intentando encontrar un sentido único. Aunque es cierto que la filosofía ha sufrido también un proceso de especialización similar al de las ciencias de la naturaleza y las formales. Pero aunque la filosofía tenga campos de estudio diverso, siempre los aborda desde un punto de vista holístico. Por ejemplo, la gnoseología se pregunta: ¿Qué es el conocimiento? ¿Cuáles son sus límites? ¿Cuál es su origen? Las ciencias, a la hora de saber qué es el conocimiento, investigan aspectos concretos como los enlaces neuronales, diversas zonas del cerebro, etc. Otra de las diferencias entre filosofía y ciencia, es que la segunda (Ciencia) busca la verdad objetiva y lo más exacta posible, pero esas verdades a las que llega la ciencia terminan siendo sólo probables, porque investigaciones posteriores pueden refutar las teorías anteriores (Ej.: el geocentrismo es refutado por el heliocentrismo). En la actualidad las pretensiones de la filosofía son más modestas, dudando incluso de que pueda existir la verdad objetiva. La filosofía busca más la coherencia de los argumentos y la comprensión de la realidad, que la verdad absoluta. En cuanto a los intereses u objetivos, la ciencia busca explicar los fenómenos naturales y predecirlos. En este sentido Augusto Comte, filósofo positivista del s. XIX, dijo que el lema de la ciencia era: “saber para prever”. Así, las teorías y leyes de las ciencias van encaminadas al dominio e instrumentalización de la naturaleza. En cambio, la filosofía busca, como ya hemos dicho, comprender, por ejemplo, la naturaleza, pero no pretende dominarla, sino dejarla ser tal cual es. La relación entre ciencia y filosofía es de complementariedad: los primeros filósofos griegos (presocráticos) fueron llamados “Físicos” porque se interesaron por la investigación de la Physis = naturaleza. Así que en los orígenes de la filosofía no se hacía la distinción entre ciencia y filosofía. A partir del Renacimiento, con la llamada Revolución Científica iniciada por Galileo Galilei (1564- 1642), las ciencias van separándose de la filosofía y constituyéndose como saberes autónomos basados en la experimentación y la matematización. Sin embargo, a finales del siglo XIX se produjo una crisis profunda en la Física llegando a un límite fronterizo con cuestiones metafísicas. Actualmente, la filosofía no puede ignorar las contribuciones de las diversas ciencias, por el contrario, debe pensar a partir de ellas tomando en consideración los datos científicos. Ahora bien, las ciencias no deben ignorar tampoco la actividad crítica de la filosofía y la importancia de su aportación, como, por ejemplo, las reflexiones de la epistemología (filosofía de la ciencia) o de la ética. Tanto la filosofía como la ciencia se rigen por los principios de la lógica y son críticas frente a las afirmaciones que no se pueden justificar racionalmente. Diferencias entre Filosofía y Religión. La religión, en general, pretende responder a la pregunta por el sentido de la vida, y explicar cómo y cuándo surgió y para qué. En estas preguntas coincide con el interés que diversos filósofos han manifestado al emprender su labor. Sin embargo, la religión, al contrario que la filosofía, no responde a esos interrogantes desde un punto de vista meramente racional, sino que apela a la tradición (a los diversos libros sagrados), a la fe y la creencia, en definitiva, al mito. La filosofía, al contrario, mantiene una constante actitud crítica frente a toda tradición y creencia, no se conforma con lo que otros han dicho, y sigue reflexionando y preguntándose: ¿Existe un ser supremo? ¿Si existiera, podríamos llegar a conocerlo? ¿Cuál es el origen de las religiones?, etc. Por otra parte, la religión, no se conforma con establecer una serie de creencias, sino que trata de organizarlas racionalmente y construir un sistema coherente para justificar racionalmente la fe. A este intento de racionalización del mito se le llama Teología ("natural" o "racional". Existe también una Teología Dogmática que se limita a establecer el conjunto de creencias básicas que el creyente debe compartir) La diferencia entre Teología y Filosofía consiste básicamente en que la Teología parte de indiscutibilidad de una serie de creencias, mientras que la Filosofía, como ya hemos dicho, intenta poner en cuestión cualquier principio indemostrado. Es crítica. Diferencias entre Filosofía y Literatura. Se suele decir que la filosofía y la literatura son diferentes porque tienen objetivos distintos. La literatura tiene por objeto la creación o recreación de diversas situaciones, independientemente de que sean fantásticas o se correspondan con algún tipo de realidad. Pretende generar en el lector una serie de emociones, un goce estético. En cambio, se dice que la filosofía tiene por objeto la verdad. Sin embargo, a partir de la crisis de las ciencias naturales y sociales a primeros del s. XX, y el consiguiente escepticismo respecto a los conceptos de realidad y verdad, parece que la filosofía no se diferencia tanto de la literatura, porque si la verdad es una ilusión, y lo que realmente existe son múltiples puntos de vista e interpretaciones, entonces no se sabe muy bien dónde está la frontera. Es más, muchos sostienen en la actualidad (entre otros Rorty) que la filosofía es un género literario más entre otros géneros, y que por ejemplo la novela, menos sistemática y esencialista, nos abre más a la comprensión de la existencia y evita los peligros del dogmatismo propios de algunos sistemas filosóficos. La diferencia entre ambas, por otra parte, tampoco es una cuestión de estilo, porque hay escritores filosóficos (Camus) y filósofos con un estilo muy literario (Nietzsche). Lo que sí parece cierto, es que la literatura nos presenta hechos, personajes, imágenes, etc. privilegiando la imaginación y el ámbito de lo posible y alternativo, y la filosofía tradicionalmente ha intentado argumentar, ofrecer razones, valiéndose más de la lógica, buscando sistematizar su discurso. 9. ACTIVIDADES. ACTIVIDAD Nº 1. “ Querida Sofía: Muchas personas tienen distintos „hobbies‟. Unas coleccionan monedas antiguas o sellos; a otras les gustan las labores, y otras emplean la mayor parte de su tiempo libre en la práctica de algún deporte. A muchas les gusta también la lectura. Pero lo que leemos es muy variado. Unos leen sólo periódicos o “ cómic”‟, a algunos les gustan las novelas, y otros prefieren libros sobre distintos temas, tales como la astronomía, la fauna o los inventos tecnológicos. Aunque a mí me interesen los caballos o las piedras preciosas, no puedo exigir que todos los demás tengan los mismos intereses que yo. Si sigo con gran interés todas las emisiones deportivas en la televisión, tengo que tolerar que otros opinen que el deporte es aburrido. ¿Hay, no obstante, algo que debería interesar a todo el mundo? ¿Existe algo que concierna a todos los seres humanos, independientemente de quiénes sean o de en qué parte del mundo vivan? Sí, querida Sofía, hay algunas cuestiones que deberían interesar a todo el mundo. Sobre esas cuestiones trata este curso. ¿Qué es lo más importante en la vida? Si preguntamos a una persona que se encuentra al límite del hambre, la respuesta será 'comida'. Si dirigimos la misma pregunta a alguien que tiene frío, la respuesta será 'calor'. y si preguntamos a una persona que se siente sola, la respuesta será 'estar con otras personas'. Pero con todas esas necesidades cubiertas, ¿hay todavía algo que todo el mundo necesita? Los filósofos opinan que sí. Opinan que el ser humano no vive sólo de pan. Es evidente que todo el mundo necesita comer. Todo el mundo necesita también amor y cuidados. Pero aún hay algo más que todo el mundo necesita. Necesitamos encontrar una respuesta a quién somos y por qué vivimos. Interesarse por el porqué vivimos no es, por lo tanto, un interés tan fortuito o tan casual como, por ejemplo, coleccionar sellos. Quien se interesa por cuestiones de ese tipo está preocupado por algo que ha interesado a los seres humanos desde que viven en este planeta. El cómo ha nacido el universo, el planeta y la vida aquí, son preguntas más grandes y más importantes que quién ganó más medallas de oro en los últimos juegos olímpicos de invierno". J. GAARDER: "El mundo de Sofía". Editorial Siruela, pp. 13-14 1. Resume con tus propias palabras las ideas principales del texto. 2. Según lo que acabas de leer, “necesitamos encontrar una respuesta a quiénes somos y por qué vivimos”. ¿Tienen otros animales esa necesidad? ¿Por qué? 3. Teniendo en cuenta las ideas expresadas por el autor del texto, ¿podría aparecer la Filosofía en una civilización con una economía de subsistencia? Justifica tu respuesta. 4. ¿El anhelo por conocer aparece en toda cultura y época o es sólo propio de algunos occidentales? Apoya tu respuesta en datos. 5. ¿Qué formas concretas ha adoptado, a lo largo de la historia, la tendencia humana hacia el conocimiento? ACTIVIDAD Nº 2. 1. Elige dos mitos actuales de la moda, canción, cine, deporte, etc. Analiza cuánto hay en ellos de fundamento auténtico y cuánto de magnificación. 2. Explica qué función desempeñan estos mitos en nuestra sociedad.. ACTIVIDAD Nº 3 “La inmortal Perséfone era hija de Zeus y Deméter, diosa de la agricultura y de la fecundidad. Hades, dios del mundo subterráneo, amaba a Perséfone, pero ésta le era esquiva. Con la complicidad de Zeus, Hades raptó a su amada para desposarla y vivir con ella en los infiernos. Cuando Deméter lo descubre, cae en el desconsuelo. Los campos, entristecidos con ella, se niegan a dar fruto. Entonces el hambre y la muerte azotan al género humano. Alarmado, Zeus ordena a Hades devolver a Perséfone al Olimpo. Pero ésta ha comido una granada, fruto de las moradas subterráneas, lo que la obliga a permanecer parte del año con su esposo, aunque la otra parte del año puede volver con su madre. Desde entonces, la primavera anuncia la llegada de Perséfone junto a Deméter. La apoteosis de su estancia en el Olimpo coincide con las cosechas del verano. En cambio, el campo otoñal se cubre de melancolía por el regreso de Perséfone a las cavernas de los difuntos, y la muerte se enseñorea de la vegetación en invierno”. Lee el mito de Perséfone y explica: ¿Qué pretende explicar sobre las estaciones del año? ¿Cómo se lleva a cabo dicha explicación? ACTIVIDAD Nº 4 TEXTO A “En primer lugar existió el Caos. Después Gea (Tierra) la de amplio pecho, sede segura de todos los Inmortales que habitan la nevada cumbre del Olimpo. En el fondo de la tierra de anchos caminos existió el tenebroso Tártaro. Por último, Eros, el más hermoso entre los dioses inmortales, que afloja los miembros y cambia de todos los dioses y todos los hombres el corazón y la sensata voluntad en sus pechos. Del Caos surgieron Erebo y la negra Noche. De la noche a su vez nacieron el Éter y el Día, a los que alumbró preñada en contacto amoroso con Erebo. Gea alumbró primero al estrellado Urano con sus mismas proporciones, para que la contuviera por todas partes y poder ser así sede siempre segura para los felices dioses. También dio a luz a las grandes Montañas, deliciosa morada de los dioses, y a las Ninfas que habitan en los boscosos montes. Ella igualmente parió al estéril piélago (mar) de agitadas olas, el Ponto, sin mediar el grato comercio. Luego, acostada con Urano, alumbró a Océano de profundas corrientes, a Ceo, a Crío, a Hiperión, a Jápeto, a Tea, a Rea, a Temis, a Mnemósine, a Febo de áurea corona y a la amable Tetis. Después de ellos nació el más joven, Cronos, de mente retorcida, el más terrible de los hijos y se llenó de un intenso odio hacia su padre". TEXTO B “La génesis del orden del mundo se inicia a partir de una materia primordial a la que llama lo "Ilimitado". El origen del mundo se debe a la "separación de los contrarios" provenientes de esa masa original. En alguno de sus puntos apareció un núcleo esférico, en el cual la sustancia "caliente" se movió hacia afuera, mientras que lo "frío" se concentró en el centro. Aparecen aquí tres de los elementos de costumbre: el fuego, el aire y la tierra; el cuarto, el agua, aparece ya cuando la tierra húmeda se ha secado parcialmente por los fuegos del cielo y los mares se retiran a sus lechos (...) Finalmente, el sol, la luna y las estrellas se formaron cuando la esfera de las llamas explotó por la presión interna de la evaporación". 1. En estos textos, dos autores griegos intentan explicar el origen del cosmos. ¿Qué diferencias encuentras entre uno y otro? ¿Cuál es mítico y cuál filosófico? 2. El Logos surge en Grecia en el siglo VI a. de C. ¿Por qué en Grecia y no en cualquier otra civilización contemporánea a la misma? Para contestar adecuadamente a esta pregunta deberás buscar información sobre los factores que explican el origen social de la Filosofía. 3. El primer registro fiable de saber racional del que tenemos noticia es la predicción de un eclipse de sol, realizada por Tales de Mileto en el año 585 a. de C. Sin embargo, desde mucho tiempo antes babilonios y egipcios eran capaces de predecir eclipses ¿Por qué, entonces, la predicción de Tales supuso esa revolución intelectual, qué tuvo de novedosa? Habrás de investigar y reflexionar sobre la intención de unos y otros para responder adecuadamente. 4. ¿Por qué diferentes razones la aparición del Logos no supuso la desaparición del mito y de la religión? ACTIVIDAD Nº 5 “Que no se trata de una ciencia productiva, es evidente ya por los primeros que filosofaron. Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración; al principio admirados ante los fenómenos sorprendentes más comunes; luego avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la luna y los relativos a sol y a las estrellas, y la generación del universo. Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia. (Por eso también el que ama los mitos es en cierto modo filósofo; pues el mito se compone de elementos maravillosos). De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por alguna utilidad. Y así lo atestigua lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las cosas necesarias y las relativas al descanso y al ornato de la vida. Es, pues, evidente que no la buscamos por ninguna otra utilidad, sino que, así como llamamos hombre libre al que es para sí mismo y no para otro, así consideramos a ésta como la única ciencia libre, pues ésta sola es para sí misma. ” [Aristóteles: Metafísica I, 2, 982b] 1. ¿Qué es lo que impulsa a los hombres a filosofar? 2. ¿Qué problemas pueden ser esos “mayores”? 3. Para empezar a saber algo necesitamos reconocer ¿qué? 4. ¿Qué crees que es el saber mítico? ¿Y el saber filosófico? 5 . ¿Qué tienen en común el saber mítico y la filosofía? 6. ¿Para qué filosofamos? 7. ¿Qué es necesario para que surja la filosofía? 8. ¿Por qué la filosofía es una “ciencia libre”? 9. ¿Qué piensas de todo esto? ACTIVIDAD Nº 6 “Tras quedar admirado León del talento y elocuencia de Pitágoras, le preguntó en qué arte confiaba más, a lo que éste le replicó que no conocía arte alguna, sino que era filósofo. Asombrado León por la novedad de la denominación, le preguntó quiénes eran los filósofos y en qué se diferenciaban de los demás. Pitágoras le respondió que la vida de los hombres se parece a un festival celebrado con los mejores juegos de toda Grecia, para el cual algunos ejercitaban sus cuerpos para aspirar a la gloria y a la distinción de una corona, y otros eran atraídos por el provecho y lucro en comprar o vender, mientras otros, no buscaban el aplauso ni el lucro, sino que acudían para ver y observar cuidadosamente qué se hacía y de qué modo. Así también nosotros, como si hubiéramos llegado a un festival célebre desde otra ciudad, venimos a esta vida y naturaleza; algunos para servir a la gloria, otros a las riquezas; pocos son los que, teniendo a todas las demás cosas en nada, examinan cuidadosamente la naturaleza de las cosas. Y estos se llamaron amantes de la sabiduría, o sea filósofos, y así como los más nobles van (a los juegos) a mirar sin adquirir nada para sí, así en la vida la contemplación y el conocimiento de las cosas sobrepasa en mucho a todo lo demás” [ Heráclides Póntico. Cicerón : Tusculanias. V.3, 8-10] 1. 2. 3. 4. 5. ¿Con qué compara Pitágoras la vida de los seres humanos? ¿Qué clases de personas distingue? ¿Con quiénes las podríamos asociar? ¿Cómo define a los filósofos? ¿Qué clase de vida es mejor según Pitágoras? ACTIVIDAD Nº 7 "Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos; o, permitirnos decir, si ellos no son conscientes de tener problemas filosóficos, tienen, en cualquier caso, prejuicios filosóficos. La mayor parte de estos prejuicios son teorías que inconscientemente dan por sentadas, o que han absorbido de su ambiente intelectual o de la tradición. Puesto que pocas de estas teorías son conscientemente sostenidas, constituyen prejuicios en el sentido de que son sostenidas sin examen crítico, incluso a pesar de que puedan ser de gran importancia para las acciones prácticas de la gente y para su vida entera. Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que los hombres necesitan que haya quien examine críticamente estas extendidas e influyentes teorías. Este es el inseguro punto de partida de toda ciencia y toda filosofía. Toda filosofía debe partir de las dudosas y a menudo perniciosas concepciones del sentido común acrítico. Su objetivo es el sentido crítico e ilustrado: una concepción más próxima a la verdad y con una influencia menos perniciosa sobre la vida humana. […] Todos los seres humanos son filósofos porque, de una manera u otra, todos adoptan una actitud ante la vida y la muerte" [Karl R. Popper: Como veo la filosofía, Pág. 64] 1. ¿Qué quiere decir Popper al afirmar que todos somos filósofos? 2. ¿Sabrías mencionar algún problema filosófico? 3. ¿Qué podemos entender por "prejuicios”? 4. ¿Qué origen pueden tener los prejuicios? ¿Son necesarios? ¿Son útiles o peligrosos? 5. ¿Cuál es el papel del filósofo profesional según Popper? 6. ¿Qué significa la expresión "sentido común acrítico"? 7. ¿A qué otra expresión la opone Popper y cómo lo caracteriza? ACTIVIDAD Nº 8 “No hay ninguna oposición ni separación tajante entre ciencia y filosofía. La contraposición se da, más bien, entre la frivolidad, la superstición y la ignorancia, por un lado, y la tendencia al saber, el empeño esforzado y racional por comprender la realidad, por otro. Este esfuerzo se plasma en la curiosidad universal, el rigor, la claridad conceptual y la contrastación empírica* de nuestras representaciones. En, la medida en que estos ideales se realizan parcial y localmente, hablamos de ciencia. En la medida en que solo se dan como aspiración todavía no realizada, hablamos de filosofía. Pero solo en su conjunción alcanza la aventura intelectual humana su más jugosa plenitud.” [MOSTERIN, Jesús. Ciencia viva. Reflexiones sobre la aventura intelectual de nuestro tiempo. Madrid: Espasa, 2001. (Pags 38-39) 1. Según Mosterín ¿filosofía y ciencia son dos ámbitos radicalmente separados? 2. ¿Cuál es la verdadera contraposición? 3. ¿En dónde estaría realmente la diferencia entre ambas? 5. ¿Deben, según Mosterín, separarse? ACTIVIDAD Nº 9 “El que quiera ser filósofo debe ejercitarse en el ejercicio libre de su razón y no en un ejercicio imitativo y, por así decirlo mecánico [...] Todo pensador construye, por así decirlo, su propia obra sobre las ruinas de otro; pero nunca sucede que una obra llegue a estar terminada en todas sus partes. Por ello, y fundamentalmente, nadie puede aprender filosofía, porque ésta nunca está dada... Quien desee aprender a filosofar debe considerar todos los sistemas de filosofía únicamente como historia del uso de la razón y como objeto de ejercicio de su propio talento. El verdadero filósofo, como pensador autónomo, debe hacer un uso libre y personal de su razón, no un uso esclavo e imitativo” [Kant: Crítica de la Razón Pura] Analiza el texto. Di cuál es la idea fundamental y detecta y comenta cada idea diferente que aparezca. Para finalizar, da tu propia opinión. NOTA: Estos son unos apuntes realizados con materiales de Javier García Aparicio, Miguel Pineda Ortega y José Vidal González Barredo, compilados por Miguel Pineda para su uso en clase y “colgados” .en su página web www.elprofedetica.es Se ha utilizado también la página web www.bipedosimplumes.es de Ana Rosa Moya Escobar (especialmente, para las actividades). Tienen carácter no comercial y todo el material empleado tiene licencia Creative Commons de “compartir igual” y con reconocimiento. 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