__ _ REBECA FERNÁNDEZ OSUNA Administración de Justicia JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA N° 37 DE MADRID (^28005 MADRID PROCEDIMIENTO: Juicio ordinario n° 1124 / 2 OTgTTILTJSTRE coLÉfci SENTENCIA: 00056/2014 En Madrid, a 21 de abril de 2014. Artículo 151,2 LJS^ Vistas las presentes actuaciones porL-icrf"íffi3": sTa"!Da ANA MARÍA ÁLVAREZ DE YRAOLA, Magistrada del Juzgado de Primera Instancia n° 37 de Madrid, ha pronunciado EN NOMBRE DE S.M. EL REY la siguiente SENTENCIA En los autos de juicio ordinario número 1124/2013 seguidos por este Juzgado a instancia de D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG, representada por la Procuradora D a Rebeca Fernández Osuna y defendida por el Abogado D. Francisco Javier Rubio Gil, contra BANKIA, SA, representada por el Procurador D. Francisco José Abajo Abril y' sin abogado identificado, en ejercicio de acciones acumuladas de naturaleza contractual de nulidad, anulabilidad y subsidiaria de resolución por incumplimiento y reclamación de cantidad. ANTECEDENTES DE HECHO: '. PRIMERO.- En fecha 23-9-2013 tuvo entrada en el Decanato de los Juzgados de Madrid escrito de demanda, repartido a este •Juzgado el 25-9-2013, en el que D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG, representada por la Procuradora D a Rebeca Fernández Osuna y defendida por el Abogado D. Francisco Javier Rubio Gil, ambos designados de oficio con reconocimiento a la demandante del derecho a la asistencia juridica gratuita por acuerdo de 7-6­ 2013, promovia juicio ordinario en ejercicio de acciones acumuladas de naturaleza contractual de nulidad, anulabilidad y subsidiaria de resolución por incumplimiento y reclamación de cantidad, contra BANKIA, SA, en la que, expuestos los hechos y fundamentos de derecho que se consideró de aplicación al caso, en particular sobre la nulidad por error y dolo y ley 24/88, RD 217/2008 y legislación de protección de consumidores, finalizaba con la súplica dirigida al juzgado de que, una vez seguidos los trámites previstos en la ley se dictara sentencia por la que estimando la demanda se declare: VA* Madrid ÍDR1 1° la nulidad del contrato de suscripción de participaciones preferentes celebrado entre las partes el 27- 5-2009 y se condene a la demandada BANKIA, SA, a indemnizar a D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG en la suma de 37.591,23 euros, más el interés legal desde tal fecha, con imposición de costas. Subsidiariamente acción de anulabilidad por error y vicio en el consentimiento en virtud del art. 1300 CC. Subsidiariamente, acción de responsabilidad y resolución del contrato por incumplimiento en virtud de los arts. 1089, 1091, 1101, 1124 y 1290 CC. Y Subsidiariamente acción de nulidad del contrato por infracción de normas imperativas en virtud del art. 6,3 CC. 2° Petición subsidiaria: Resolución del contrato depósito o administración de valores asociado a la cuenta valores n° 2038-1016-39-0000313503 por incumplimiento indemnización de 37.591,23 euros, más el interés legal mora. de de con de En resumen, los hechos alegados en la demanda son que D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG, nacida en 1955, de profesión poeta y sin conocimientos financieros, dienta de la demandada desde 1996 y que con ocasión de un ingreso extraordinario de 42.000 euros lo ingresó en una cuenta de depósito a plazo fijo. Posteriormente, la empleada D a M a de los Ángeles García Cruz le persuadió y aconsejó para que adquiriese participaciones preferentes de la entidad, sin darle información detallada sobre el producto ni información de riesgos, informándole que siempre estaría disponible y sin mencionar qué carecía de vencimiento. El 27-5-2009 D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG firmó una orden de suscripción de Participaciones Preferentes de 520 títulos, por valor de 52.000 euros. En agosto de 2010 BANKIA, SA, devolvió 5.000 euros vendiendo 100 de los títulos suscritos, sin que D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG fuese informada de la operación, que hoy desconoce. Como rendimientos de tales ROSEMBERG STEIMBERG ha obtenido: • En 2009, 752,33 euros. • En 2010, 2.876,94 euros. • • • participaciones D; SARA En 2011, 2.664,90 euros. En 2012, 1.302,61 euros. Total: 9.408,77 euros. SEGUNDO.- Por decreto de 26-9-2013 se admitió a trámite la demanda, acordándose su sustanciación por los trámites del juicio ordinario, y, en su consecuencia, se acordó dar traslado a la demandada, lo que se hizo en legal forma el 10- 10-2013 a través de su apoderada. No compareciendo la demandada en el plazo fijado, por diligencia de ordenación de 5-12-2013 se declaró su rebeldía procesal. El 19-12-2013 compareció BANKIA, SA, representada por el Procurador D. Francisco José Abajo Abril y sin abogado identificado. TERCERO.- Citadas las partes a audiencia previa, la misma tuvo lugar el día señalado de 17-3-2014 en la sala de audiencias de este Juzgado en presencia de la representación y defensa de la actora y compareciendo por la demandada su procuradora sin abogado. Subsistiendo el litigio por falta de acuerdo, no son planteadas cuestiones procesales, ratificándose la actora en su pretensión. Respecto a los hechos objeto del pleito, la situación de rebeldía del demando impide que pueda hablarse de conformidad, conforme el art. 496.2 LEC, fijándose como hechos controvertidos todos los expuestos en la demanda. Se propuso por la parte actora la prueba de documental, que se admitió denegándose la de reconocimiento de su defendida y conforme el art. 429,8a LEC se dio por reproducida la documental, siendo declaradas las actuaciones vistas para sentencia, habiendo quedado documentado el acto mediante acta levantada al efecto y en soporte apto para la reproducción del sonido e imagen bajo la fe de la Sra. Secretaria del Juzgado. CUARTO.- En la tramitación de este procedimiento se han observado las formalidades legales pertinentes, excepto el cumplimiento de los plazos judiciales, a causa de la acumulación de asuntos ante este juzgado. FUNDAMENTOS DE DERECHO: PRIMERO.- Acción deber de información. ejercitada. Legislación aplicable: el Se ejercitan las acciones acumuladas de naturaleza contractual de nulidad, anulabilidad y subsidiaria de resolución por incumplimiento y reclamación de cantidad respecto al siguiente contrato: • De 27-5-2009 orden de suscripción de Participaciones Preferentes n° 852080910019 de 520 títulos, por valor de 52.000 euros. -> Nada opone al respecto la demandada BANKIA, SA, que no contestado a la demanda ni acudido en legal forma a audiencia previa, por lo que procede la aceptación tácita art. 405 LEC, y la realidad de tal contrato se acredita documento 1 de la demanda, no impugnado de contrario y debe desplegar toda su eficacia conforme los arts. 326 y LKC. ha la del del que 319 Se argumenta la normativa de nulidad contractual por dolo omisivo y error y los arts. 79 ley 24/88, RD 629/1993 y legislación de protección de consumidores, alegándose, en sintesis, que la información precontractual fue insuficiente y distinta de las • características de los productos, incumpliéndose la normativa sobre tal información; frente a ello, nada opone la demandada BANKIA, SA, siendo ella a quien correspondería alegar y probar que facilitó toda la información necesaria para conocer el producto contratado. Dado que en base a los mismos hechos se ejercitan las acciones de nulidad, anulabilidad o resolución por defecto de información, es conveniente fijar primero el contenido de las normas que regulan la naturaleza y alcance de la información de la que ha de disponer un cliente antes de realizar una inversión de naturaleza financiera, es decir, fijar cuál era la obligación de información de la entidad financiera ahora demandada, para analizar después si existe error en la misma y imputable al actor o a la demandada, para lo que es preciso también analizar la figura del asesoramiento y su concurrencia en este caso. No resulta discutible que al contrato objeto de este procedimiento le resulta plenamente aplicable la normativa de la ley del Mercado de Valores 24/1988 en su versión tras su reforma por la ley 47/2007 para la introducción de la Directiva MIFID. En cuanto a la normativa aplicable en 2009, lo relevante al caso de autos es: Artículo 79. Obligación de diligencia y transparencia. Las entidades que presten servicios de inversión deberán comportarse con diligencia y transparencia en interés de sus clientes, cuidando de tales intereses como si fueran propios, y, en particular, observando las normas establecidas en este capítulo y en sus disposiciones reglamentarias de desarrollo.../... Artículo 79 bis. Obligaciones de información. 1. Las entidades que presten servicios de inversión deberán mantener, en todo momento, adecuadamente informados a sus clientes. 2. Toda información dirigida a los clientes, incluida la de carácter publicitario, deberá ser imparcial, clara y no engañosa. Las comunicaciones publicitarias deberán ser identificables con claridad como tales. 3. A los clientes, incluidos los clientes potenciales, se les proporcionará, de manera comprensible, información adecuada sobre la entidad y los servicios que presta; sobre los instrumentos financieros y las estrategias de inversión; sobre los centros de ejecución de órdenes y sobre los gastos y costes asociados de modo que les permita comprender la naturaleza y los riesgos del servicio de inversión y del tipo especifico de instrumento financiero que se ofrece pudiendo, por tanto, tomar decisiones sobre las inversiones con conocimiento de causa. A tales efectos se considerará cliente potencial a aquella persona que haya tenido un contacto directo con la entidad para la prestación de un servicio de inversión, a iniciativa de cualquiera de las partes. La información a la que se refiere el párrafo anterior podrá facilitarse en un formato normalizado. La información referente a los instrumentos financieros y a las estrategias de inversión deberá incluir orientaciones y advertencias apropiadas sobre los riesgos asociados a tales instrumentos o estrategias. Además, conviene hacer hincapié desde el primer momento en que esta extensión del deber de información existe por el mero hecho de asumir la profesional la comercialización de la inversión, siendo indiferente si además existe un contrato de asesoramiento, como así ha puesto de manifiesto la sentencia de la Audiencia Provincial de Baleares, Civil, sección 3, del 13 de Noviembre del 2012 ( ROJ: SAP IB 2185/2012, recurso: 512/2012| Ponente: CARLOS GÓMEZ MARTÍNEZ) que expresa en su fundamento tercero: "Sin embargo, lo que determina la conducta informativa legalmente impuesta a la entidad bancaria no solo depende del tipo de relación jurídica que se establezca entre ésta y el inversor comercialización o asesoramiento- sino también, y de modo esencial, del perfil del cliente. Éste puede ser minorista, profesional o contraparte elegible. Al ser el Sr. Abelardo , indubitadamente, un inversor minorista, la protección es máxima cuando, además, los productos que se le vendían eran complejos como los de autos ( artículo 79 bis. 8. a u en relación con el artículo 2 apartados 2 al 8 de la Ley del Mercado de Valores }. El propio agente comercial del Banco de Madrid Sr. Alejandro declaró en juicio que los productos eran "oficialmente complejos". De todo ello se infiere que, incluso hallándonos ante una operación de comercialización de producto y no de asesoramiento, la entidad queda obligada a prestar información con arreglo a lo establecido en el artículo 79.7 de la Ley del Mercado de Valores." Asimismo, tal ley ha sido desarrollada por el Real Decreto 217/2.008, de 15 de febrero, sobre el régimen jurídico de las empresas de servicios de inversión y de las demás entidades que prestan servicios de inversión desarrolla de forma exhaustiva los deberes de información sobre los productos o instrumentos financieros y sobre las características inversoras de los propios clientes, desarrollando cómo ha de ser la información para ser clara e imparcial, y expresa (el subrayado es propio): Artículo 60. Condiciones que debe cumplir la información para ser imparcial, clara y no engañosa. 1. A los efectos de lo dispuesto en el artículo 79 bis.2 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, toda información, incluidas las comunicaciones publicitarias, dirigida a clientes minoristas, incluidos los clientes potenciales, o difundida de tal manera que probablemente sea recibida por los mismos, deberá cumplir las condiciones establecidas en este artículo. En particular: a) La información deberá incluir el nombre de la entidad que presta los servicios de inversión. b) La información deberá ser exacta y no destacará los beneficios potenciales de un servicio de inversión o de un instrumento financiero sin indicar también los riesgos pertinentes, de manera imparcial y visible. c) La información será suficiente y se presentará de forma que resulte comprensible para cualquier integrante medio del grupo al que se dirige o para sus probables destinatarios. d) La información no ocultará, encubrirá o minimizará ningún aspecto, declaración o advertencia importantes. e) Cuando la información haga referencia a un régimen fiscal particular, deberá aclarar de forma visible que ese régimen dependerá de las circunstancias individuales de cada cliente y que puede variar en el futuro. f) En ningún caso se podrá incluir en la información el nombre de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, o de otra autoridad competente de manera tal que indique o pueda inducir a pensar que la autoridad aprueba o respalda los productos o los servicios de la empresa. .../... Artículo 62. Requisitos generales de información a clientes. 1. Las entidades que prestan servicios de inversión deberán proporcionar a sus clientes minoristas, incluidos los potenciales, la siguiente información, con antelación suficiente a la celebración del contrato de prestación de servicios de inversión o auxiliares, o a la propia prestación del servicio, cuando éste sea anterior a aquel: a) Las condiciones del contrato; b) La información exigida en el artículo 63 en relación con el contrato o con los servicios de inversión o auxiliares. 2. Las entidades deberán proporcionar a los clientes minoristas, incluidos los potenciales, la información exigida por los artículos 63 a 66 con antelación suficiente a., la prestación del servicio en cuestión. En el caso de clientes profesionales, la información a suministrar será la exigida en los apartados 5 y 6 del artículo 65. Asimismo, deberán notificar con suficiente antelación cualquier cambio importante en dicha información que resulte pertinente para un servicio que se esté prestando al cliente en cuestión.../... Articulo 64. Información sobre los instrumentos financieros. 1. Las entidades que prestan servicios de inversión deberán proporcionar a sus clientes, incluidos los potenciales, una descripción general de la naturaleza y riesgos de los instrumentos financieros, teniendo en cuenta, en particular, la clasificación del cliente como minorista o profesional. En la descripción se deberá incluir una explicación de las características del tipo de instrumento financiero en cuestión y de los riesgos inherentes a ese instrumento, de una manera suficientemente detallada para permitir que el cliente pueda tomar decisiones de inversión fundadas. 2. En la explicación de los riesgos deberá incluirse, cuando sea justificado en función del tipo de instrumento financiero en cuestión y de los conocimientos y perfil del cliente, la siguiente información: a) Los riesgos conexos a ese tipo de instrumento financiero, incluida una explicación del apalancamiento y de sus efectos, y el riesgo de pérdida total de la inversión. b) La volatilidad del precio de ese tipo de instrumento financiero y cualquier limitación del mercado, o mercados, en que pueda negociarse. c) La posibilidad de que el inversor asuma, además del coste de adquisición del instrumento financiero en cuestión, compromisos financieros y otras obligaciones adicionales, incluidas posibles responsabilidades legales, como consecuencia de la realización de transacciones sobre ese instrumento financiero. d) Cualquier margen obligatorio que se hubiera establecido u otra obligación similar aplicable a ese tipo de instrumentos.../... En resumen, el deber de información ha de cumplir dos características esenciales: ser suficiente en la descripción del producto y de todos los riesgos eventuales y darse con la antelación suficiente para que el cliente pueda tomar una decisión de inversión fundada. Es decir, el legislador específicamente recoge el deber de información de los centros de ejecución de órdenes de modo que al cliente se le permita comprender la naturaleza y los riesgos del servicio de inversión y del tipo especifico de instrumento financiero que se ofrece, pudiendo, por tanto, tomar decisiones sobre las inversiones con conocimiento de causa, añadiéndose que la información referente a los instrumentos financieros y a las estrategias de inversión deberá incluir orientaciones y advertencias apropiadas sobre los riesgos asociados a tales instrumentos o estrategias, lo que necesariamente implica la necesidad de informar sobre todos y cualesquiera riesgos de inversión, es decir, también el riesgo de pérdida de capital por causa de las condiciones y cualidades del emisor o el garante o por la pérdida de liquidez en el mercado en que ha de ser negociado, sin que baste dar por hecho lo que ahora en el pleito la demandada denomina "riesgo inherente a una inversión". Es decir, entre sus funciones como comercializador de la inversión la entidad financiera debió asegurarse de que el cliente conocía y comprendía todas las circunstancias fácticas concurrentes y todos los riesgos, tanto los cié la rentabilidad como los inherentes a las condiciones del emisor y garante de los fondos, pues todos ellos son parte del mercado financiero. Y en relación a los productos en sí, la importante sentencia del Tribunal Supremo de 18/04/2013, reunido en Pleno (Roj : STS 2589/2013, N° de Recurso: 1979/2011, Ponente: RAFAEL SARA2A JIMENA) resume cuáles serían los elementos esenciales de los productos, es decir, aquellos que debían haber conocido los compradores con carácter previo a su consentimiento contractual, y expresa en su fundamento séptimo: "Los valores negociables son activos financieros que, por su configuración jurídica propia y régimen de transmisión, son susceptibles de tráfico generalizado e impersonal en un mercado de índole financiera (cfr. art. 3 del Real Decreto 1310/2005, de 4 de noviembre). Son bienes potencialmente fructíferos cuyo valor reside en los derechos económicos y de otra naturaleza que incorporan. Dada su complejidad, solo son evaluables en aspectos tales como la rentabilidad, la liquidez y el riesgo por medio de un proceso informativo claro, preciso y completo. La información es muy importante en este ámbito de la contratación. De ahí el estándar elevado impuesto al profesional en la normativa que ha sido examinada. El suministro de una deficiente información por parte de la empresa que presta servicios de inversión al cliente puede suponer una negligencia determinante de la indemnización de los daños y perjuicios causados.../... Sin conocimientos expertos en el mercado de valores, el cliente no puede saber qué información concreta ha de demandar al profesional". Por último, no debe olvidarse los especiales deberes de información también contenidos en la legislación de protección de los consumidores, también aplicable a la contratación financiera excepto en lo expresamente excluido, siendo la norma vigente a la fecha de los contratos la contenida en el Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, pues no se diccute que los demandantes son personas físicas que han actuado en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o profesional y se hallan en la inclusión del concepto de consumidor del art. 3, especialmente los rigurosos requisitos del articulo 60, sobre la información previa al contrato, que establece que "antes de contratar, el empresario deberá poner a disposición del consumidor y usuario de forma clara, comprensible y adaptada a las circunstancias la información relevante, veraz y suficiente sobre las características esenciales del contrato, en particular sobre sus condiciones jurídicas y económicas, y de los bienes o servicios objeto del mismo". SEGUNDO.facilitada. Carga de la prueba sobre la información También para delimitar los términos del debate resulta básico determinar a qué parte le corresponde acreditar en este proceso cuál fue la información real facilitada, debiendo concluirse que corresponde a la entidad financiera comercializadora demandada la carga de probar que facilitó la información precisa, tanto en aplicación del art. 217,3 LEC como por tratarse tal deber de información de un deber legal y reglamentariamente definido, que le corresponde con carácter imperativo como profesional comerciante del área en que se produce la contratación,- deber de información que además deberá cumplir las exigencias, no solo de un buen padre de familia, sino las más estrictas de un buen y ordenado empresario, al celebrarse el contrato en el curso de su actividad profesional desarrollada en el mercado con ánimo de lucro, como dispone la legislación del mercado de valores antes analizada y se reitera en la doctrina general del Tribunal Supremo al analizar el deber de información del empresario frente al cliente en relación con la diligencia debida y exigible de los arts. 1101 y 1104 del código civil, y que sirve para fundamentar tanto las acciones de responsabilidad contractual como la de resolución por vía del art. 1124 CC que ahora se acciona alternativamente. Esta carga de la prueba de la comercializadora de los productos se recoge con claridad en la sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra, Sección: 6, de 25/04/2012 (Roj : SAP PO 1155/2012, Ponente: EUGENIO FRANCISCO MIGUEZ TABARES) cuyo fundamento segundo refiere: "En relación con la carga de la prueba del correcto asesoramiento e información en el mercado de productos financieros, y sobre todo en el caso de productos de inversión complejos, ha de citarse la STS Sala 1 a , de 14 de noviembre de 2005 en la que se afirma que la diligencia en el asesoramiento no es la genérica de un buen padre de familia, sino la específica del ordenado empresario y representante leal en defensa de los intereses de sus clientes, y, en segundo lugar, la carga probatoria acerca de tal extremo debe pesar sobre el profesional financiero, lo cual por otra parte es lógico por cuanto desde la perspectiva de los clientes se trataría de un hecho negativo como es la ausencia de dicha información. Por tanto, el eje básico de los contratos, cualesquiera que sean sus partes, es el consentimiento de las mismas sobre su esencia, que no debe ser prestado, para surtir eficacia, de forma errónea, con violencia, intimidación o dolo, y esta voluntad de consentimiento para ser válida y eficaz exige por su propia naturaleza que los contratantes tengan plena conciencia y conocimiento claro y exacto de aquello sobre lo que prestan su aceptación y de las consecuencias que ello supone. Esta igualdad esencial que respecto de las' partes debe presidir la formación del contrato, ha de desplegar su eficacia en las diferentes fases del mismo. En la fase precontractual debe procurarse al contratante por la propia entidad una información lo suficientemente clara y precisa para que aquel entienda el producto o servicio que pudiera llegar a contratar y si se encuentra dentro de sus necesidades y de las ventajas que espera obtener al reclamar un servicio o al aceptar un producto que se le ofrece. En la fase contractual basta como ejemplo la existencia de la Ley 7/1998 de Condiciones Generales de Contratación, en cuyo articulo 8se mencionan expresamente las exigencias de claridad, sencillez, buena fe y justo equilibrio de las prestaciones en el contrato suscrito entre las partes, que por la propia naturaleza del contrato van a ser fijadas por el Banco en este caso. Posteriormente, ya firmado el contrato, se exige igualmente arbitrar unos mecanismos de protección y reclamación que sean claros y eficaces en su utilización y que vayan destinados a la parte que pudiera verse perjudicada por la firma del contrato, en defensa de los posibles daños a sus intereses. Pero en algunas ocasiones la Ley concede un plus de protección a la parte que es tenida como débil en el contrato, y asi ocurre en la Ley de Defensa de los Consumidores y Usuarios, cuyo articulo 3 y bajo la rúbrica "Concepto general de consumidor y de usuario", contiene la definición de "consumidor" a los efectos de la Ley diciendo que "A los efectos de esta norma y sin perjuicio de lo dispuesto expresamente en sus libros tercero y cuarto, son consumidores o usuarios las personas físicas o jurídicas que actúan en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o profesional", concepto éste que inequívocamente corresponde aplicar a la actora. Debemos recordar que son derechos básicos de los consumidores y usuarios, entre otros, "La información correcta sobre los diferentes bienes o servicios...". La propia demandada al alegar el cumplimiento de su deber de 'información asume implícitamente que su labor de asesoramiento va más allá de lo que podría entenderse como un simple contrato de administración y depósito de valores.". O la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, sec. 10a, de 13-2-2014, (n° 40/2014, rec. 495/2013. Pte: Fernández del Prado, M a Isabel EL DERECHOEDJ 2014/14284) y otras de la misma sección de 15 y 22/1/2014, que insisten en que "En la entidad financiera recae la carga probatoria de que la información proporcionada a sus clientes sea completa, precisa y comprensible". TERCERO.- La naturaleza y objeto de inversión. características del producto Resulta claro que la intensidad y extensión del propio deber de información y la apreciación de la existencia o no de asesoramiento son cuestiones intimamente relacionadas con la naturaleza y complejidad del producto sobre el que recayó la inversión, es decir, las Participaciones Preferentes CajaMadrid 2009. De los varios estudios que ahora han proliferado sobre la naturaleza jurídica y características de las Participaciones Preferentes el más completo y a la vez conciso que esta juzgadora ha encontrado es el recogido en las sentencias del juzgado de primera instancia n° 84 de Madrid dictadas por D a Raquel Blázquez Martín (por ejemplo la de 24-5-2013 procedimiento ordinario 1417/2012 o la de 17-7-2013 del procedimiento ordinario 1634/2012) por lo que resulta preferible copiar parcialmente su fundamento de derecho tercero, que expresa: "La regulación de las participaciones preferentes se encuentra básicamente en la Disposición Adicional segunda de la Ley 13/1985, de 25 de mayo, de Coeficientes de Inversión , Recursos Propios y Obligaciones de Información de los Intermediarios Financieros, que fue introducida por la Ley 19/2003, de 4 de julio. La SAP de Pontevedra, Sección 1a, de 4 de abril de 2013, define la participación preferente como un valor negociable de imprecisa naturaleza. Superficialmente parece responder a un valor de deuda por lo que, de partida, encajaría en la naturaleza propia de las obligaciones ex arts. 401 y siguientes de la Ley de Sociedades de Capital, ya que éstas se caracterizan porque «reconocen o crean una deuda» contra su emisor; además, su regulación legal las califica como «instrumentos de deuda». Sin embargo, atendido su régimen legal y su tratamiento contable, resulta que la participación preferente se halla mucho más próxima a las acciones y demás valores participativos que a las obligaciones y demás valores de deuda. Su condición de híbrido resulta del efecto de inyección de capital que produce en la sociedad emisora o al grupo al que pertenece, puesto que el importe invertido pasa a formar parte de sus recursos propios, pero sin otorgar a su titular la condición de accionista o partícipe; como además guardan un notable parecido con los instrumentos de deuda pero no atribuyen derecho de crédito que permita a su titular exigir su pago a la entidad emisora, se concluye que no eneaj an en ninguno de esos dos conceptos: no son capital, pero tampoco son deuda. La regulación legal de las participaciones resumirse en los siguientes términos: preferentes puede 1.- Requisitos de emisión: 1.1. Las participaciones preferentes deben ser emitidas por una entidad de crédito española o por una sociedad anónima residente en España o en un territorio de la Unión Europea que no tenga la condición de paraíso fiscal, y cuyos derechos de voto correspondan en su totalidad directa o indirectamente a una entidad de crédito española y cuya actividad u objeto exclusivos sea la emisión de participaciones preferentes. 1.2. Si la emisión la realiza una sociedad filial, los recursos obtenidos deberán estar invertidos en su totalidad y de forma permanente en la entidad de crédito dominante de la filial emisora, de manera que queden directamente afectos a los riesgos y situación financiera de dicha entidad de crédito dominante y de la de su grupo o subgrupo consolidable al que pertenece. 1.3. La regulación de los requisitos de emisión, junto con el resto de los requisitos exigidos en la Disposición Adicional que se analiza, implica que la función jurídica y contable de este tipo de instrumentos en el balance de la sociedad emisora es, por mandato de la ley y sin alternativa posible, esencialmente financiera, porque computan como recursos propios de la entidad de crédito sujetos por disposición legal y de forma permanente a la cobertura de las pérdidas del emisor. En este punto, existe una radical diferencia entre el tratamiento jurídico y contable de los productos clásicos de ahorro (depósitos, imposiciones a plazo fijo, cuentas de ahorro...) y el de las participaciones preferentes, porque mientras los primeros suponen una deuda jurídicamente real de la entidad y tienen el tratamiento contable de recursos ajenos sujetos a restitución o pasivo, las participaciones preferentes no implican tal deuda, sino un recurso propio equivalente en términos funcionales al capital social. 2.- Requisitos de la remuneración: La remuneración tendrá la consideración de gasto deducible para la entidad emisora. Las condiciones de la emisión fijarán la remuneración que tendrán derecho a percibir los tenedores de las participaciones preferentes, pero el régimen fijado puede ser suprimido o modificado por cuatro vías diferentes: a) El consejo de administración, u órgano equivalente, de la entidad de crédito emisora o matriz podrá cancelar, discrecionalmente, cuando lo considere necesario, el pago de la remuneración durante un período ilimitado, sin efecto acumulativo. b) Se deberá cancelar dicho pago si la entidad de crédito emisora o matriz, o su grupo o subgrupo consolidable, no cumplen con los requerimientos articulo 6.1 . de recursos propios establecidos en el c} En todo caso/ el pago de esta remuneración estará condicionado a la existencia de beneficios o reservas distribuibles en la entidad de crédito emisora o dominante . d) El Banco de España podrá exigir la cancelación del pago de la remuneración basándose en la situación financiera y de solvencia de la entidad de crédito emisora o matriz, o en la de su grupo o sutagrupo consolidable. Además, si asi lo prevén las condiciones de la emisión, el pago de la remuneración puede ser sustituido por la entrega de acciones ordinarias, cuotas participativas o aportaciones al capital de las cooperativas de crédito, de la entidad de crédito emisora o matriz. La regulación de la remuneración de las participaciones preferentes es determinante de la rentabilidad que puede ofrecer como producto financiero, porque siempre estará condicionada legalmente a los resultados económicos de la entidad emisora, de forma que el derecho a la retribución sólo se activa si hay beneficios e, incluso en ese caso, puede ser dejado sin efecto si el órgano de administración de la entidad emisora asi lo decide, con carácter puramente discrecional y sin sujeción a ningún requisito. El sustrato en el que se basa el pago de la retribución puede calificarse como muít¿condicional: deben concurrir diversas exigencias para que realmente llegue a percibirse, aunque su abono periódico esté expresamente establecido en las condiciones de emisión. Es necesario, en primer lugar, que la' entidad emisora cumpla los requerimientos de recursos propios legalmente exigidos; en segundo lugar, que existan beneficios distribuibles; y por último, que el consejo de administración u órgano equivalente no decida lo contrario. El análisis de la rentabilidad de las participaciones preferentes admite, además un segundo punto de vista, que es el la eventual revalorización patrimonial del producto, esto es, la posibilidad de participar por otra via en las ganancias de la entidad o de venderlo por un valor nominal superior al de adquisición. Pero, desde este segundo punto de vista, no hay rentabilidad posible, ya que, por un lado, la titularidad de las participaciones preferentes no da derecho a participar en las ganancias repartibles (a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, con el reparto de dividendos o con el derecho de suscripción preferente entre los accionistas) ni a obtener rendimientos por la venta de esos inexistentes derechos de suscripción; y, por otro, tienen carácter perpetuo, sólo pueden venderse en mercados secundarios organizados y, en caso de liquidación o de disolución de la entidad de crédito, darán derecho a obtener exclusivamente el reembolso de su valor nominal. Este es uno de los aspectos en los que los titulares de participaciones preferentes tienen peor condición que los accionistas de la entidad. En este punto, el análisis de la rentabilidad teórica de este tipo de productos se entremezcla con el su liquidez, concepto éste que, siendo distinto, no es ajeno a las posibilidades de rentabilidad. La única forma de recuperar el nominal de la participación preferente es su venta en un mercado secundario de valores. En el caso español, las participaciones preferentes son admitidas a negociación en el mercado español de Deuda Corporativa (AIAF) integrado en Bolsas y Mercados Españoles (BME), cuya sociedad rectora es ñlAF Mercado de Renta Fija S.ñ. Es decir, tras la colocación primaria, por emisión de títulos, se pasa a la colocación secundaria, por negociación de esos títulos dentro de este mercado secundario, de modo que la liquidez del producto necesita de forma ineludible la existencia en dicho mercado de una contrapartida compradora, esto es, de alguien que esté interesado en adquirirlo. Los titulares de las participaciones preferentes no pueden operar en este mercado secundario, limitado a las entidades que forman parte del mismo, por lo que siempre necesitarían de la intervención de un operador admitido. Dicho lo anterior, se entenderá la extraordinaria concentración de riesgo que se produce si la evolución económica de la entidad emisora o de su matriz es desfavorable: si concurre ese supuesto, se anula el sistema de rentabilidad (porque no hay 'beneficios distribuibles o porque la entidad no cumple los requisitos legales sobre recursos propios o porque así lo decida el órgano de administración } y desaparece de facto la limitada posibilidad de "salirse" del producto, porque en el mercado secundario no habrá demanda de adquisición de este tipo de valores. En la perspectiva de cualquier persona que pretenda obtener una lícita rentabilidad de sus ahorros, no sería nada atractivo un producto que a la vez que deja de producir rendimiento, pierde su ya de por sí limitada liquidez, porque patentiza el riesgo real de pérdida patrimonial inherente a dicho producto. En definitiva, si la entidad emisora presenta pérdidas, se activan una serie de mecanismos que pueden privar a las participaciones preferentes de todo su valor. En primer lugar, porque cesa el derecho a la remuneración. En segundo lugar, porque desaparece de hecho la posibilidad de venderlas. Y en tercer lugar, porque si la entidad emisora o matriz, o su grupo o subgrupo consolidable, presentan pérdidas contables significativas o una caída relevante en las ratíos indicadoras del cumplimiento de los requerimientos de recursos propios, se activa el mecanismo, necesariamente previsto en las condiciones de emisión, que asegura "la participación de sus tenedores en la absorción de las pérdidas corrientes o futuras, y que no menoscabe eventuales procesos de recapitalización , ya sea mediante la conversión de las participaciones en acciones ordinarias, cuotas participativas o aportaciones al capital de las cooperativas de crédito, de la entidad de crédito emisora o matriz, ya mediante la reducción de su valor nominal". 3.- Derechos políticos Las participaciones preferentes se caracterizan por no otorgar a sus titulares derechos políticos, salvo en los supuestos excepcionales que se establezcan en las respectivas condiciones de emisión. Se ha dicho, con razón, que desde la perspectiva de la seguridad, las posibilidades de recuperar el importe por el que se adquirieron las participaciones preferentes es similar al de las acciones, aunque las condiciones de liquidez son, como se ha apuntado, muchísimo más limitadas. En uno y otro caso, el derecho al pago del valor nominal de la participación sólo surge a la liquidación de la entidad emisora. Pero la Disposición Adicional que se analiza establece que el orden de prelación del crédito que en tal caso la participación preferente llegase a atribuir se sitúa legalmente detrás de todos los acreedores, subordinados o no, de la entidad de crédito emisora o de la entidad dominante del grupo o subgrupo consolidable de entidades de crédito en la que ésta se integre. Es importante llamar la atención sobre la importancia que en tal situación tienen los derechos políticos asociados a las acciones y excluidos expresamente en el caso de las participaciones preferentes, porque a igualdad de riesgo, los accionistas son titulares de derechos de control sobre el riesgo que soportan, mientras que los titulares de participaciones preferentes no tienen ningún poder de decisión. 4.- Exigencias temporales La regulación legal de las participaciones preferentes incide en su carácter perpetuo, aunque el emisor podrá acordar la amortización anticipada a partir del quinto año desde su fecha de desembolso, previa autorización del Banco de España, que sólo la concederá si no se ve afectada la situación financiera ni la solvencia de la entidad de crédito, o de su grupo o subgrupo consolidable. A estos efectos, el Banco de España puede condicionar su autorización a que la entidad sustituya las participaciones preferentes amortizadas por elementos de capital computables de igual o superior calidad. Es, por tanto, evidente que las participaciones preferentes no atribuyen derecho frente a la entidad emisora a la devolución de su valor nominal, porque quedan directa y permanentemente afectas a los riesgos y situación financiera de la entidad emisora o de la matriz y de la de su grupo o subgrupo consolidable. Esta es una diferencia esencial con los productos de ahorro clásico, ya que el titular de las participaciones preferentes no puede exigir a la entidad de crédito emisora la devolución del valor nominal, pase el tiempo que pase. 5.- Su caracterización como producto complejo El artículo 79 bis 8.a) de Ley 24/1988, de 28 de Julio, del Mercado de Valores considera valores no complejos a dos categorías de valores. En primer lugar, a los valores típicamente desprovistos de riesgo y, en segundo lugar, a las acciones cotizadas como valores ordinarios cuyo riesgo es de «general conocimiento». Así, la norma considera no complejos de forma explícita a las {i} acciones admitidas a negociación en un mercado regulado o en un mercado equivalente de un tercer país; (ii) a los instrumentos del mercado monetario; (iii) a las obligaciones u otras formas de deuda titulizada, salvo que incorporen un derivado implícito; y (iv) a las participaciones en instituciones de inversión colectiva armonizadas a nivel europeo. En segundo lugar, como categoría genérica, el referido precepto considera valores no complejos a aquellos en los $$p- I •Hi&íí^v t: Administración de Justicia que concurran las siguientes tres condiciones: (i) Que existan posibilidades frecuentes de venta, reembolso u otro tipo de liquidación de dicho instrumento financiero a precios públicamente disponibles para los miembros en el mercado y que sean precios de mercado o precios ofrecidos, o validados, por sistemas de evaluación independientes del emisor; (ii) que no impliquen pérdidas reales o potenciales para el cliente que excedan del coste de adquisición del instrumento; (iii) que exista a disposición del público información suficiente sobre sus características. Esta información deberá ser comprensible, de modo que permita a un cliente minorista medio emitir un juicio fundado para decidir si realiza una operación en ese instrumento. Como ha señalado reiterada jurisprudencia (vid SAP Pontevedra, Sección 1 a , de 4 de abril de 2013) , la participación preferente es calificable como valor complejo porque no aparece en la lista legal explícita de valores no complejos y porque no cumple ninguno de los tres referidos requisitos. La consecuencia jurídica de ello es la prevista por el propio art. 79 bis LMV, especialmente en sus apartados 6 y 1, aplicable ante actos de asesoramiento o de prestación de otros servicios sobre ellas a favor de clientes minoristas." CUARTO.- La existencia de contrato adicionales deberes precontractuales. de asesoramiento Se alega en la demanda que BANKIA asumió funciones de asesoramiento y una recomendación personalizada, contra lo que nada opone ni prueba BANKIA, SA, y hubiera sido bien sencillo para la demandada simplemente interesar la testifical de su empleada, conforme el art. 217, 3, 1 y 7a LEC, aceptándolo de conformidad con el art. 405 LEC por lo que cabe concluir que BANKIA, SA ofreció a la demandante exclusivamente como producto financiero las Participaciones Preferentes CajaMadrid 2009 y, en consecuencia, dio concretas orientaciones e instrucciones particulares a D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG en lo relacionado con la inversión, con recomendaciones personales y específicas, sin que conste que ni tan siquiera se le hubieran ofertado otros posibles productos de inversión distintos y sin ofrecerle tampoco una oferta de dispersión de la inversión diversificando esta y diluyendo el riesgo. +*** *** Madrid Y aunque no haya existido un específico documento escrito de "contrato de asesoramiento" o similar, su existencia ha de considerarse probada de tales hechos concluyentes que evidencian un asesoramiento concreto y específico para las características del inversor, generándose así las obligaciones inherentes tal contrato, al no precisar nuestro sistema legal de forma especial para este tipo de contrato, rigiendo el principio general de libertad formal, y por tanto ser plenamente válido el contrato verbal (arts. 1278 y 1261 CC) . En consecuencia, ha de concluirse que existió entre las partes un contrato de asesoramiento por parte de BANKIA, SA para la inversión de los fondos de D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG, por lo concurren los deberes de información, diligencia y transparencia inherentes al asesoramiento o recomendación particular de la establecidos en general por la jurisprudencia y en particular en la ley del mercando de valores. **** -*** Madrid Y tal asesoramiento implicaba la añadida obligación de BANKIA, SA de facilitar al cliente inversor, antes de que este emitiese su declaración contractual de voluntad, toda la información relacionada con la inversión y sus riesgos, que concreta la ley del Mercado de Valores tras su reforma por la ley 47/2007, en particular (el subrayado es propio): Articulo 63.1.g): la prestación de recomendaciones personalizadas a un cliente, sea a petición de este o por iniciativa de la empresa de servicios de inversión, con respecto a una o más operaciones relativas a instrumentos financieros. Artículo 70 quáter. Conflictos de interés. 1. De conformidad con lo dispuesto en la letra d), apartado 1, del artículo 70 ter, las empresas que presten servicios de inversión deberán organizarse y adoptar medidas para detectar posibles conflictos de interés entre sus clientes y la propia empresa o su grupo, incluidos sus directivos, empleados, agentes o personas vinculadas con ella, directa o indirectamente, por una relación de control; o entre los diferentes intereses de dos o más de sus clientes, frente a cada uno de los cuales la empresa mantenga obligaciones. A tales efectos no se considerará suficiente que la empresa pueda obtener un beneficio, sí no existe también un posible perjuicio para un cliente; o que un cliente pueda obtener una ganancia o evitar una pérdida, si no existe la posibilidad de pérdida concomitante de un cliente. Igualmente deberán aprobar, aplicar y mantener una política de gestión de los conflictos de interés que sea eficaz y apropiada a su organización, destinada a impedir que los conflictos de interés perjudiquen los intereses de sus clientes. 2. Cuando las medidas organizativas o administrativas adoptadas para gestionar el conflicto de interés no sean suficientes para garantizar, con razonable certeza, que se prevendrán los riesgos de perjuicio para los intereses del cliente, la empresa de servicios de inversión deberá revelar previamente la naturaleza y origen del conflicto al cliente antes de actuar por cuenta del mismo Artículo 79 bis, 6: Cuando se preste el servicio de asesoramiento en materia de inversiones o de gestión de carteras, la entidad obtendrá la información necesaria sobre los conocimientos y experiencia del cliente, incluidos en su caso los clientes potenciales, en el ámbito de inversión correspondiente al tipo de producto o de servicio concreto de que se trate; y sobre la situación financiera y los objetivos de inversión de aquel, con la finalidad de que la entidad pueda recomendarle los servicios de inversión e instrumentos financieros que más le convengan. Cuando la entidad no obtenga esta información, no recomendará servicios de inversión o instrumentos financieros al cliente o posible cliente. En el caso de clientes profesionales la entidad no tendrá que obtener información sobre los conocimientos y experiencia del cliente. La entidad proporcionará al cliente por escrito o mediante otro soporte duradero una descripción de cómo se ajusta la recomendación realizada a las características y objetivos del inversor. Que también se desarrolla -en el artículo 72 del Real Decreto 217/2008, de 15 de febrero, que establece: "A los efectos de lo dispuesto en el art. 79 bis. 6 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, las entidades que presten el servicio de asesoramiento en materia de inversiones o de gestión de carteras deberán obtener de sus clientes, incluidos los potenciales, la información necesaria para que puedan comprender los datos esenciales de sus clientes y para que puedan disponer de una base razonable para pensar, teniendo en cuenta debidamente la naturaleza y el alcance del servicio prestado, que la transacción específica que debe recomendarse, o que debe realizarse al prestar el servicio de gestión de cartera, cumple las siguientes condiciones: a) Responde a los objetivos de inversión del cliente en cuestión. En este sentido, se incluirá, cuando proceda, información sobre el horizonte temporal deseado para la inversión, sus preferencias en relación a la asunción de riesgos, su perfil de riesgos, y las finalidades de la inversión. b) Es de tal naturaleza que el cliente puede, desde el punto de vista financiero, asumir cualquier riesgo de inversión que sea coherente con sus objetivos de inversión. Cuando se preste el servicio de asesoramiento en materia de inversiones a un cliente profesional de los enumerados en las letras a) a d) del art. 78 bis.3 de la Ley 24/1988, de 28 de julio, la entidad podrá asumir que el cliente puede soportar financieramente cualquier riesgo de inversión a los efectos de lo dispuesto en esta letra. Asimismo, la información relativa a la situación financiera del cliente incluirá, cuando proceda, información sobre el origen y el nivel de sus ingresos periódicos, sus activos, incluyendo sus activos líquidos, inversiones y bienes inmuebles, asi como sus compromisos financieros periódicos. c) Es de tal naturaleza que el cliente cuenta con la experiencia y los conocimientos necesarios para comprender los riesgos que implica la transacción o la gestión de su cartera. En el caso de clientes profesionales, la entidad tendrá derecho a asumir que el cliente tiene los conocimientos y experiencia necesarios a efectos de lo dispuesto en esta letra en* cuanto a los productos, servicios y transacciones para los que esté clasificado corno cliente profesional. Cuando la entidad no obtenga la información señalada en las letras anteriores, no podrá recomendar servicios de inversión o instrumentos financieros al cliente o posible cliente ni gestionar su cartera." Es decir, al deber general de información inicialmente analizado sobre el producto y todos los riesgos eventuales de modo que al cliente se le permita comprender la naturaleza y los riesgos del servicio de inversión y del tipo específico de instrumento financiero que se ofrece, que además debe ser facilitada con la antelación suficiente para que el cliente pueda tomar una decisión de inversión reflexionada y tomar decisiones sobre las inversiones con conocimiento de causa, se añade el deber de la entidad financiera de detectar posibles conflictos de interés entre sus clientes y la propia empresa o su grupo evitando los riesgos de perjuicio para los intereses del cliente que tal conflicto de intereses conlleva y analizar la situación financiera del cliente y sus objetivos de inversión, con la finalidad de que la entidad pueda recomendarle los servicios de inversión e instrumentos financieros que más le convengan al cliente. QUINTO.- Perfil de la cliente demandante. La antes citada sentencia del Tribunal Supremo de 18/04/2013, reunido en Pleno (Roj: STS 2589/2013, N° de Recurso: 1979/2011, Ponente: RAFAEL SARAZA JIMEMA), aplicando incluso la normativa anterior a la reforma de 2007, ha destacado la importancia de que la entidad se asegure del perfil financiero y sobre la concreta inversión de los clientes, que ha de integrar el contenido del contrato de mandato que les une, y expone en su fundamento sexto: "Como resumen de lo expuesto, el régimen jurídico resultante de la Ley del Mercado de Valores y de la normativa reglamentaria que la desarrolla, interpretadas a la luz de la letra y de la finalidad de la Directiva 1993/22/CEE de la que son desarrollo, impone a las empresas que actúan en el mercado de valores, y en concreto a las que prestan servicios de gestión discrecional de carteras de inversión, la obligación de recabar información a sus clientes sobre su situación financiera, experiencia inversora y objetivos de inversión, y la de suministrar con la debida diligencia a los clientes cuyas carteras de inversión gestionan una información clara y transparente, completa, concreta y de fácil comprensión para los mismos, que evite su incorrecta interpretación y haciendo hincapié en los riesgos que cada operación conlleva, ' muy especialmente en los productos financieros de alto riesgo, de forma que el cliente conozca con precisión los efectos de la operación que contrata. Deben observar criterios de conducta basados en la imparcialidad/ la buena fe, la diligencia/ el orden, la prudencia y, en definitiva, cuidar de los intereses de los clientes como si fuesen propios, dedicando a cada cliente el tiempo y la atención adecuados para encontrar los productos y servicios más apropiados a sus objetivos, respondiendo de este modo a la confianza que el inversor deposita en el profesional en un campo tan complejo como es el de la inversión en valores mobiliarios.../.,. Las indicaciones del cliente sobre su perfil de riesgo y sus preferencias de inversión desempeñan una función integradora del contenido del contrato, fundamental en el caso del mandato (arts. 1719 del Código Civil y 254y 255 del Código de Comercio) , haciendo la función de instrucciones al gestor para el desarrollo de su obligación básica. Por eso es fundamental que al concertar el contrato las preguntas formuladas al cliente para que defina su perfil de riesgo y los valores de inversión que pueden ser adquiridos sean claras, y que el profesional informe al cliente sobre la exacta significación de los términos de las condiciones generales referidas a dicho extremo y le advierta sobre la existencia de posibles contradicciones que pongan de manifiesto que la información facilitada al cliente no ha sido debidamente comprendida". Alega la actora que es de profesión poeta y sin conocimientos financieros, y nada opone a ello la demandada, aceptando tácitamente tal hecho, conforme el art. 405 LEC, al ser de su carga el cerciorarse de si la cliente inversora no es minorista y si tiene conocimientos financieros previos, como antes se señaló. Además, la documental 7, 8 y 9 de la demanda acredita que efectivamente D a SARA ROSEMBKRG STEIMBERG tenia sus ahorros en un depósito ahorro a 90 días, es decir, máxima disponibilidad y ahorro absolutamente conservador/ desde antes del 30-9-2006 (doc. 7), lo que mantuvo en los años siguientes. SEXTO.- La información facilitada en la contratación del producto. Sentado asi el marco normativo aplicable, el perfil y la carga de la prueba, ha de analizarse ahora la conducta de la demandada BANKIA, SA en relación a la información por ella facilitada a cada a uno de los inversores. A los efectos de describir qué ha de entenderse por información comprensible, clara y transparente/ resultan ilustrativas las sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia, sec. 9a, de 26-4-2006 (n° 168/2006 , rec. 88/2006 . Pte: Martorell Zulueta, Purificación (El Derecho EDJ 2006/305502)) , y la sentencia del Tribunal Supremo de 17-6- 2010, confirmando la anterior (N° de Recurso: 1506/2006, N° de Resolución: 375/2010, Id. Cendoj: 28079110012010100487) que recogen que: "»Es por ello que el análisis debe efectuarse con los parámetros legales apuntados y su interpretación jurisprudencial. El Tribunal Supremo, Sala Primera, en sentencia de 13 de marzo de 1999 -Ponente: O 1 Callaghan Muñoz, La Ley Juris: 3543/1999 - dice en relación con las condiciones generales de la contratación y el articulo 5.4 de la L 7/1998, de 13 de abril , que: "...deben ajustarse a los criterios de transparencia, claridad, concreción y sencillez, lo que significa que deben reunir el doble requisito de legible, físicamente, y comprensible, intelectualmente". »Siendo asi, es de ver que a la cláusula controvertida llegamos por el reenvió que se hace en la primera página del contrato de "Depósito de alta rentabilidad" cuando se advertía que el capital no estaba garantizado según las condiciones del anexo, lo que impide una primera percepción de su contenido de forma clara por parte del consumidor. Situada en el anexo al documento se aprecia - como indicara el Juzgador de Instancia en la declaración de hechos probados - que aún siendo la letra utilizada para su redacción superior en tamaño a la utilizada para las condiciones generales de la primera página del documento, sigue siendo pequeña - especialmente para personas de determinada edad ~, siendo asimismo su extensión considerable, con uso de lenguaje financiero específico ("caída de cotización", "precio de cierre", "valor de cierre", expresión de "la diferencia con dos decimales y redondeándose al tercero al alza", "determinación de la comisión mediante cálculos de depreciación"...), y comprensión compleja para quien no se encuentra habituado al manejo de los términos lingüísticos referenciados. Por otra parte, y como se ha destacado con anterioridad, incluso se utilizan indebidamente alguno de ellos como es el caso de la palabra "comisión" con la que en realidad se describe la traslación al cliente de parte de las pérdidas generadas por la compraventa de los valores. Así lo entiende la Comisión Nacional del Mercado de Valores al resolver sobre las reclamaciones efectuadas, indicando expresamente que se hace en el documento "una utilización incorrecta de las palabras" que definen el contrato, y, además, la existencia de contradicciones en el examen conjunto de las condiciones analizadas pues en la cláusula O del mismo anexo se establece que "el importe de la imposición será abonado..." en su totalidad al cliente, pese a que en el apartado correspondiente a las "comisiones" a favor de la caja depositaría, se prevé que la recuperación del capital sea inferior al inicialmente invertido. »Es cierto que el texto del Anexo es legible, pero su presentación invita - como ha acontecido en la mayor parte de los casos - a su firma sin lectura, por tratarse de un documento íntegramente impreso, en letra pequeña, distribuido en dos columnas y en el que únicamente se recoge como excepción al contenido impreso un número - identificativo del contrato al que se une - en el encabezamiento, y un espacio para la recogida de las firmas a los suscribientes. Por otra parte, lo único que se resalta en mayúsculas es el nombre de las acciones de sociedades extranjeras a cuya evolución se vincula, la expresión "Depósitos de Alta Rentabilidad E-. . ." y el nombre de Caja Rural Valencia, que es lo que se percibe a primera vista por el lector. » A tenor de lo expuesto, y teniendo presente que la propia Comisión Nacional del Mercado de Valores expresa, en relación con el contrato litigioso que su opinión es la de estar "ante una operación en la que no se ha ofrecido al cliente información clara, precisa y congruente para que éste pudiera hacer un juicio fundado de la inversión que se le proponía", calificando de mala práctica bancaria la seguida en este caso por Caja Rural Valencia, resulta imposible acoger los argumentos de la recurrente en orden a que la estipulación M integrada en ese contexto, reúne los requisitos legales de claridad y transparencia que predica la entidad, pues aun cuando sea físicamente legible no es fácilmente comprensible. No podemos acoger el argumento expresado en el recurso en orden a que el Registrador de Condiciones Generales de la Contratación y el Juzgador de Instancia desconozcan la realidad social por el mero hecho de que en el teletexto o en cualquier periódico cualquier consumidor español pueda acceder a la información bursátil, pues que esa información pueda obtenerse a través de tales medios o de internet no implica que todos los ciudadanos con cierta capacidad económica para poder invertir - disposición de ahorros - estén capacitados para comprender el alcance y -contenido de esa información." Las mismas sentencias antes citadas de sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia, sec. 9 a , S 26-4-2006, n° 168/2006, rec. 88/2006 . Pte: Martorell Zulueta, Purificación (El Derecho KDJ 2006/305502), y la sentencia del Tribunal supremo de 17-6-2010, confirmando la anterior (N° de Recurso: 1506/2006, N° de Resolución: 375/2010, Id. Cendoj: 28079110012010100487} describen el contenido del deber de información en el área de la contratación financiera, que en aplicación de las resoluciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores debe ser clara, precisa y congruente, especificando que: "de la lectura de las resoluciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores se extrae la conclusión de estar "ante una operación en la que no se ha ofrecido al cliente información clara, precisa y congruente para que éste pudiera hacer un juicio fundado de la inversión de que se proponía. . .". »Por otra parte, y como tuvimos ocasión de 2^ "declarar en la sentencia de 14 de noviembre de 2005 , en relación con la carga de la prueba del correcto asesoramiento e información en el mercado de productos financieros como los que constituyen el objeto de la presente litis: »"... Algunos autores señalan/ incluso, que en el caso de productos de inversión complejos la carga de la prueba sobre la existencia de un adecuado asesoramiento debe pesar sobre el profesional financiero respecto del cual la diligencia exigible no es la genérica de un buen padre de familia sino la especifica del ordenado empresario y representante leal en defensa de los intereses de sus clientes, conforme al contenido del articulo 2 de la Orden Ministerial de 7 de octubre de 1999 del Ministerio de Economía y Hacienda que desarrolla el Código de Buena Conducta y Normas de Actuación en la Gestión de Carteras de Inversión estableciendo que las entidades deben solicitar a sus clientes información sobre su experiencia inversora, objetivos, capacidad financiera y preferencia de riesgo-, sin que quepa la elusión de responsabilidad por parte de las entidades de inversión por razón del concepto genérico de "preferencia de riesgo" cuando las inversiones aconsejadas son incompatibles con el perfil inversor de un cliente y producen el resultado negativo de dañar su patrimonio...". A su vez la sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra, Sección: 6, de 25/04/2012 (Roj: SAP PO 1155/2012, Ponente: EUGENIO FRANCISCO MIGUEZ TABARES) refleja: "En este sentido cabe tener en cuenta que las participaciones preferentes constituyen un producto complejo de difícil seguimiento de su rentabilidad y que cotiza en el mercado secundario, lo que implica para el cliente mayores dificultades para conocer el resultado de su inversión y para proceder a su venta, y, correlativamente, incrementa la obligación exigible al banco sobre las vicisitudes que puedan rodear la inversión, entre ellos, los rumores sobre la solvencia del emisor. La Comisión Nacional del Mercado de Valores ha indicado sobre este producto que "son valores emitidos por una sociedad que no confieren participación en su capital ni derecho a voto. Tienen carácter perpetuo y su rentabilidad, generalmente de carácter variable, no está garantizada. Se trata de un instrumento complej o y de riesgo elevado que puede generar rentabilidad, pero también pérdidas en el capital invertido. . . . Las PPR no cotizan en Bolsa. Se negocian en un mercado organizado...No obstante, su liquidez es limitada, por lo que no siempre es fácil deshacer la inversión..." "En el documento que en principio puede resultar más relevante para dilucidar si efectivamente se prestó a la demandante una información adecuada, cual es el documento n° 2 de la contestación a la demanda, se indica que la firmante comprende el contenido del producto y documentación pese a que requiere la utilización de términos y expresiones técnicas y complejas, comprendiendo en particular que el producto implica un riesgo relevante sobre amortización anticipada por parte del emisor, posible pérdida de parte del capital invertido y liquidez. Se señala asimismo en el documento que la actora considera el mismo adecuado para su "experiencia y objetivos de inversión"; sin embargo dicha expresión no se corresponde con el perfil inversor anterior de la actora y contraviene de forma expresa la intención, que expresamente se habia manifestado al Director de la oficina bancaria, acerca de la necesidad de disponer del dinero en dos años. En el documento se hace referencia a la entrega a la entrega de la orden de suscripción de valores y del documento resumen de la Nota de Valores. En el primero de ellos, que es propiamente el contrato concertado entre ambas partes litigantes, no constan elementos esenciales como son el plazo de vigencia, tipo de intereses remuneratorios, posibilidad de rescate o si el principal se encuentra garantizado, por lo que del contenido del mismo no se puede deducir en modo alguno las condiciones de lo contratado". SÉPTIMO . decisión . La declaración de ciencia de comprensión y Si bien es cierto que el contrato firmado refiere la manifestación del cliente de "haber recibido información sobre el instrumento financiero" y que "ha realizado el test de conveniencia, facilitando la información necesaria para evaluar, según sus conocimientos y experiencia inversora en relación con el producto, la adecuación o no de la inversión, resultando conveniente para realizar la misma" que refleja la orden de compra (doc. 1 demanda), o la firma del folleto informativo con el resumen de la emisión y del test de conveniencia recoge que se ha facilitado a la cliente la correcta información sobre el producto (docs. 3 y 4 demanda), puede apreciarse que se trata de una profusa, extensa y compleja información, que aparentemente se habría facilitado a la cliente en unidad de acto el 27-5-2009 (docs. 1, 2, 3 y 4) y con posterioridad a la perfección del contrato (doc. sin numerar entre 4 y 5). Sin embargo, tales declaraciones, que aparecen todas ellas en el contrato preimpresas, son declarables nulas de pleno derecho y además, de ser válidas son susceptibles de prueba en contrario. Establece el art. 89,1 del texto refundido de la ley general para la defensa de los consumidores y usuarios (RDL 1/2007, en adelante TRLGDCU) que en todo caso tienen la consideración de cláusulas abusivas las declaraciones de '^recepción o conformidad sobre hechos ficticios, y las declaraciones de adhesión del consumidor y usuario a cláusulas de las cuales no ha tenido la oportunidad de tomar conocimiento real antes de la celebración del contrato. Y tal abusividad ha sido también contemplada en la reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de 16-1-2014 asunto C-226/12, que recogió: "Es preciso añadir que la mención en la estipulación decimotercera del contrato de que la asunción por el comprador del impuesto de plusvalía se ha tenido en cuenta al determinar el precio de venta no puede por si sola constituir la prueba de una contrapartida de la que se haya beneficiado el comprador. En efecto, para garantizar la eficacia del control de las cláusulas abusivas, la prueba de una reducción del precio como contrapartida de la aceptación por el consumidor de obligaciones adicionales no puede aportarse mediante la inclusión por el profesional de una mera afirmación a ese efecto en una cláusula contractual que no haya sido negociada individualmente". Y de la prueba analizada y expuesta en el anterior fundamento solo cabe concluir que es imposible que D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG hubiera leído el Tríptico y comprendido las características de los instrumentos financieros, dado su escaso nivel de conocimientos financieros y por falta material de tiempo, puesto que todos los documentos aparecen firmados con fecha 22-5-2009 o sin fecha (doc. 3), es decir, facilitados y firmados en una única sesión, lo que hubiera precisado unas prolongadas, detalladas y reiteradas explicaciones del comercializador a lo largo de muchas horas. Y no existe prueba ninguna de que tal información exhaustiva se hubiera facilitado por la comercializadora, la empleada D a M a de los Ángeles García Cruz, por lo que tales cláusulas generales preimpresas deben considerarse ficticias y, de conformidad con el citado art. 89,1 TRLGDCU procede declarar las mismas como cláusulas abusivas y no pueden producir efecto ni vinculación alguna contra la cliente, siendo nulas, conforme el art. 83 TRLGDCU. Además, en orden a la información facilitada en folios extensos, la propia sentencia del Tribunal Supremo, Civil sección 991 del 09 de Mayo del 2013 (ROJ: STS 1916/2013 Recurso: 485/2012 I Ponente: RAFAEL GIMENO-BAYON COBOS, Subsanada por ROJ: AATS 5165/2013) especifica que el doble filtro de transparencia en los contratos con consumidores exige no solo la inclusión de la información en el contrato, sino también la comprensibilidad real de su importancia, de forma que: 25- "211. ...la información suministrada permita al consumidor percibir que se trata de una cláusula que define el objeto principal del contrato, que incide o puede incidir en el contenido de su obligación de pago y tener un conocimiento real y razonablemente completo de cómo juega o puede jugar en la economía del contrato. 212. No pueden estar enmascaradas entre informaciones abrumadoramente exhaustivas que, en definitiva, dificultan su identificación y proyectan sombras sobre lo que considerado aisladamente sería claro. Máxime en aquellos casos en los que los matices que introducen en el objeto percibido por el consumidor como principal puede verse alterado de forma relevante. 213. En definitiva, como afirma el IC 2000, "[e]1 principio de transparencia debe garantizar asimismo que el consumidor está en condiciones de obtener, antes de la conclusión del contrato, la información necesaria para poder tomar su decisión con pleno conocimiento de causa"." Y continúa tal sentencia afirmando que falta transparencia si: "225. En definitiva, las cláusulas analizadas, no son transparentes ya que: a) Falta información suficientemente clara de que se trata de un elemento definitorio del objeto principal del contrato. b) Se insertan de forma conjunta con las cláusulas techo y como aparente contraprestación de las mismas. c) No existen simulaciones de escenarios diversos relacionados con el comportamiento razonablemente previsible del tipo de interés en el momento de contratar. d) No hay información previa clara y comprensible sobre el coste comparativo con otras modalidades de préstamo de la propia entidad -caso de existir- o advertencia de que al concreto perfil de cliente no se le ofertan las mismas. e) En el caso de las utilizadas por el BBVA, se ubican entre una abrumadora cantidad de datos entre los que quedan enmascaradas y que diluyen la atención del consumidor." En conclusión, es evidente que D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG no pudo leer la totalidad de los documentos ni reflexionar sobre la naturaleza de la inversión ni sobre la adecuación de la misma a sus propios objetivos ni mucho menos realizar un análisis propio sobre todo ello, y tales cláusulas deben ser declaradas nulas por abusivas (art. 89,1 TRLGDCU) y concluir que BANKIA, SA, no ha probado en absoluto el correcto cumplimiento de sus deberes de diligencia y transparencia en interés de sus clientes, facilitando a los clientes de manera comprensible, información adecuada sobre los instrumentos financieros y las estrategias de inversión, de modo que les permita comprender la naturaleza y los riesgos del servicio de inversión y del tipo específico de instrumento financiero que sé ofrece pudiendo, por tanto, tomar decisiones sobre las inversiones con conocimiento de causa (como exigen los arts. 79 y 79 bis LMV) ni tampoco ha acreditado que y la información y la documentación fueran facilitadas con tiempo bastante para evitar su incorrecta interpretación (como exige el art. 62 Real Decreto 217/2.008, debiendo ser calificado el incumplimiento como esencial y grave, al ser sobre circunstancias relevante para la orden de compra que impidió que el cliente conociera con exactitud sus efectos y su propia conveniencia. OCTAVO . - Consecuencias del incumplimiento información : nulidad contractual . del deber de Se interesa en la demanda la nulidad plena y absoluta del contrato/ por ser contrario al art. 6,3 CC, pero ha de rechazarse tal pretensión principal porque tal contrato no perfeccionado, en si mismo es contrario a una norma imperativa. La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, sec. 19a, de 23-12-2013 (sentencia n° 468/2013, rec. 687/2013. Pte: Legido López, Epifanio EL DERECHO EDJ 2013/277568) refleja la cuestión en su fundamento de derecho séptimo B y expresa que nos hallamos ante una anulación más que ante una nulidad absoluta por falta total de consentimiento, pues el citado consentimiento se prestó, aún cuando extremadamente viciado por la omisión dolosa generadora del error esencial y excusable y dice: "la reciente sentencia de la AP de Madrid (sección 19) de 7 de noviembre de 2.013 "El incumplimiento de la normativa administrativa relativa al deber de información, como dice la sentencia de la sección 13a de esta Audiencia Provincial de Madrid, de fecha 14 de febrero de 2012 , no puede producir por si mismo y sin más la nulidad del contrato financiero concertado, pero si tiene sustancial trascendencia para determinar si el cliente, en función de su preparación financiera, nivel de formación y experiencia, era plenamente consciente de las obligaciones y riesgos que asumía y, en definitiva, si pudo o no incurrir en un error grave y esencial sobre lo que contrataba y sobre sus condiciones, en otros términos, si el consentimiento prestado estaba o no suficientemente formado. Y añadir, que la carga de la prueba sobre la corrección y suficiencia del asesoramiento o información pesa sobre la entidad bancaria -la diligencia exigible es la especifica del ordenado empresario-, conforme a las normas que la disciplinan en el articulo 217 de la Ley de Enjuiciamiento civil, aunque corresponde' a la parte adversa justificar la "existencia del vicio invalidante del consentimiento, pues éste se • presume válidamente prestado, conforme a la doctrina jurisprudencial consolidada"." NOVENO.- La omisivo. amilabilidad del contrato por error y dolo Se interesa de forma subsidiaria primera la nulidad del contrato, al haberse perfeccionado con error y dolo omisivo. La sentencia del Tribunal Supremo, Civil sección 1, del 21 de Noviembre del 2012 (ROJ: STS 7843/2012, Recurso: 1729/2010 I Ponente: JOSÉ RAMÓN FERRANDIZ GABRIEL) realiza en su fundamento cuarto las consideraciones generales sobre el error vicio del consentimiento y expresa: "Hay error vicio cuando la voluntad del contratante se forma a partir de una creencia inexacta - sentencias 114/1985, de 18 de febrero , 295/1994, de 29 de marzo , 756/1996, de 28 de septiembre , 434/1997, de 21 de mayo , 695/2010, de 12 de noviembre , entre muchas -. Es decir, cuando la representación mental que sirve de presupuesto para la realización del contrato es equivocada o errónea. Es lógico que un elemental respeto a la palabra dada - " pacta sunt servanda " - imponga la concurrencia de ciertos requisitos para que el error invalide el contrato y pueda quien lo sufrió quedar desvinculado. Al fin, el contrato constituye el instrumento jurídico por el que quienes lo celebran, en ejercicio de su libertad - autonomía de la voluntad -, deciden crear una relación jurídica entre ellos y someterla a una " lex privata " (ley privada) cuyo contenido determinan. La seguridad jurídica, asentada en el respeto a lo pactado, impone en esta materia unos criterios razonablemente rigurosos - sentencia de 15 de febrero de 1977 -. I. En primer término, para que quepa hablar de error vicio es necesario que la representación equivocada merezca esa consideración. Lo que exige que se muestre, para quien afirma haber errado, como suficientemente segura y no como una mera posibilidad dependiente de la concurrencia de inciertas circunstancias. II. Dispone el artículo 1266 del Código Civil que, para invalidar el consentimiento, el error ha de recaer - además de sobre la persona, en determinados casos - sobre la sustancia de la cosa que constituye el objeto del contrato o sobre aquellas condiciones de la cosa que principalmente hubieren dado motivo a celebrarlo - sentencias de, 4 de enero de 1982 , 295/1994 , de 29 de marzo, entre otras muchas ~, esto es, sobre el objeto o materia propia del contrato - artículo 1261, ordinal segundo, del Código Civil -. Además el error ha de ser esencial, en el sentido de proyectarse, precisamente, sobre aquellas presuposiciones respecto de la sustancia, cualidades o condiciones del objeto o materia del contrato - que hubieran sido la causa principal de su celebración, en el sentido de causa concreta o de motivos incorporados a la causa. 2Í5 11*1. Es cierto que se contrata por razón de determinadas percepciones o representaciones que cada contratante se hace sobre las circunstancias - pasadas, concurrentes o esperadas - y que es en consideración a ellas que el contrato se le presenta como merecedor de ser celebrado. Sin embargo, si dichos motivos o móviles no pasaron, en la génesis del contrato, de meramente individuales, en el sentido de propios de uno solo de los contratantes, o, dicho con otras palabras, no se objetivaron y elevaron a la categoría de causa concreta de aquel, el error sobre ellos resulta irrelevante como vicio del consentimiento. Se entiende que quien contrata soporta un riesgo de que sean acertadas o no, al consentir, sus representaciones sobre las circunstancias en consideración a las cuales hacerlo le habia parecido adecuado a sus intereses. IV. Como se indicó, las circunstancias erróneamente representadas pueden ser pasadas, presentes o futuras, pero, en todo caso, han de haber sido tomadas en consideración, en los términos dichos, en el momento de la perfección o génesis de los contratos - sentencias de 8 de enero de 1962 , 29 de diciembre de 1978 y 21 de mayo de 1997 , entre otras -. Lo determinante es que los nuevos acontecimientos producidos con la ejecución del contrato resulten contradictorios con la regla contractual. Si no es asi, se tratará de meros eventos posteriores a la generación de aquellas, explicables por el riesgo que afecta a todo lo humano. V. Se expuso antes que el error vicio exige que la representación equivocada se muestre razonablemente segura, de modo que difícilmente cabrá admitirlo cuando el funcionamiento del contrato se proyecta sobre un futuro más o menos próximo con un acusado componente de aleatoriedad, ya que la consiguiente incertidumbre implica la asunción por los contratantes de un riesgo de pérdida, correlativo a la esperanza de una ganancia. VI. Por otro lado, el error ha de ser, además de relevante, excusable. La jurisprudencia - sentencias de 4 de enero de 1982 , 756/1996, de 28 de septiembre , 726/2000, de 17 de julio , 315/2009 , de 13 de mayo - exige tal cualidad, no mencionada en el articulo 1266, porque valora la conducta del ignorante o equivocado, negando protección a quien, con el empleo de la diligencia que era exigible en las circunstancias concurrentes, habría conocido lo que al contratar ignoraba y, en la situación de conflicto, protege a la otra parte contratante, confiada en la apariencia que genera toda declaración negocial seriamente emitida." Lo que se reitera en la sentencia del Tribunal Supremo, Civil sección 1, del 06 de Junio del 2013 (ROJ: STS 3352/2013, Recurso: 2039/2010 Ponente:' SEBASTIAN SASTRE PñPIOL) recoge los requisitos del error para que sea invalidante del consentimiento en su fundamento quinto y expresa: "1. Comenzaremos analizando la primera cuestión que exige el art. 1266 Ce para que pueda apreciarse el error invalidante del consentimiento: que el error recaiga sobre " la sustancia de' la cosa que fuere objeto del contrato o sobre aquellas condiciones de la misma que principalmente hubiesen dado motivo a celebrarlo ". ( SSTS 434/1997, de 21 de mayo , 695/2010, de 12 de noviembre , 683/2012, de 21 de noviembre de 2012 , entre otras).../...2. Por último, conviene examinar si la personalidad, formación, conocimientos y cualidades de la persona que ha contratado con la recurrente, supone una " inexcusable falta de diligencia por parte del comprador, que hace que el error no sea invalidante, como exige la jurisprudencia unánimemente (SSTS 756/1996, de 28 de setiembre , 726/2000, de 17 de julio , 315/2009, de 13 de mayo , entre otras)". Este último aspecto se desarrolla en la sentencia del Tribunal Supremo, Civil sección 1, del 13 de Mayo del 2009 (ROJ: STS 2884/2009, Recurso: 2098/2004 Ponente: JOSÉ RAMÓN FERRANDIZ GABRIEL) que expresa: "Para anular el contrato por error de uno de los contratantes no exige expresamente el articulo 1.266 del Código Civil que aquel sea excusable, pero si lo hace la jurisprudencia sentencias de 7 de abril de 1.976, 21 de junio de 1.978, 7 de julio de 1.981, 4 de enero de 1.982, 12 de junio de 1.982, 15 de marzo de 1.984, 7 de noviembre de 1.986, 27 de enero de 1.988, 14 de febrero de 1.994, 6 de noviembre de 1.996, 30 de septiembre de 1.999, 12 de julio de 2.002, 24 de enero de 2.003, 12 de noviembre de 2.004 , entre otras muchas - al examinar el vicio de que se trata, además de en el plano de la voluntad, en el de la responsabilidad y la buena fe - en su manifestación objetiva y al tomar en consideración la conducta de quien lo sufre. Por ello, niega protección a quien, con el empleo de la diligencia que era exigible en las circunstancias concurrentes, habría conocido lo que al contratar ignoraba. Y, en la situación de conflicto producida, la concede a la otra parte contratante, confiada en la apariencia que genera toda declaración negocial seriamente emitida." Es muy ilustrativa la doctrina jurisprudencial al describir el dolo del art. 1269 CC en relación al deber de información del contratante, recogiendo la sentencia del Tribunal Supremo, sala Civil, de 30-12-2009 (ROJ STS 8186/2009, recurso 1673/2005, ponente Salas Carceller, Antonio), reiterada en la de 5-3-2010 y de 28-9-2011 del mismo ponente, que dice: "...cabe imputar a dicha parte una actuación dolosa que no sólo puede manifestarse mediante una actuación positiva, como parece desprenderse de la expresión «palabras o maquinaciones insidiosas» que emplea el Código Civil en el citado artículo 1269, sino que también puede apreciarse en relación con una 30 actuación omisiva de ocultación o falta de información a la otra parte de determinadas circunstancias que hubieran podido llevarle a no celebrar el contrato en caso de haberlas conocido. La sentencia de esta Sala de 5 mayo 2009 contempla «la concurrencia de dolo negativo o por omisión, referido a la reticencia del que calla u oculta, no advirtiendo debidamente, hechos o circunstancias influyentes y determinantes para la conclusión contractual (SS., entre otras, 29 de marzo y 5 de octubre de 1994 ; 15 de junio de 1995; 19 de julio y 30 de septiembre de 1996; 23 de julio de 1998; 19 de julio y 11 de diciembre de 2006; 11 de julio de 2007; 26 de marzo de 2009), pues resulta incuestionable que la buena fe, lealtad contractual y los usos del tráfico exigían, en el caso, el deber de informar (SS. 11 de mayo de 1993 ; 11 de junio de 2003; 19 de julio y 11 de diciembre de 2006; 3 y 11 de julio de 2007 ; 26 de marzo de 2009)». Doctrina esta que es mantenida y reiterada en la posterior sentencia de 5 marzo de 2010, en que recuerda que jurisprudencia ha establecido como manifestaciones del dolo no sólo la "insidia directa o inductora de la conducta errónea del otro contratante'' sino también "la reticencia dolosa del que calla o no advierte a la otra parte en contra del deber de informar que exige la buena fe, omitiendo hechos o circunstancias influyentes y determinantes para la conclusión del contrato y respecto de los que existe el deber de informar según la buena fe o los usos del tráfico". En similar sentido y en referencia a un supuesto análogo de infracción del deber de información de las entidades financieras sobre este tipo de productos bancarios que se regula, en la actualidad por la ley 47/2007, de 29 de diciembre, por la que se modifica la ley 24/88 de 28 de julio, del Mercado de Valores, la sentencia de la Audiencia Provincial de Baleares, Civil, sección 3, del 13 de Noviembre del 2012 ( ROJ: SAP IB 2185/2012, recurso: 512/2012! Ponente: CARLOS GÓMEZ MARTÍNEZ) expresa: "En consecuencia, deberemos entender que la demandada no cumplió adecuadamente con su obligación de evaluación previa a la de advertencia, por lo que el consentimiento del actor se formó de manera deficiente, lo que conlleva la declaración de la nulidad del contrato postulada en la demanda. En el mismo sentido de declarar la nulidad de la operación cuando se ha omitido el test de conveniencia se han pronunciado las sentencias de 16 de diciembre de 2010, de la Sección 7a de la Audiencia Provincial de Asturias , y de 10 de noviembre del mismo año de la Sección 3a de la Audiencia Provincial de Burgos". Y resulta de interés por su detalle la sentencia de la Audiencia Provincial de Soria, Civil sección 1, del 08 de Noviembre del 2012 (ROJ: SAP SO 253/2012 Recurso: 143/2012 | 31 Ponente: JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ GRECIANO) que sobre la contratación de productos financieros de SWAP expresa en su fundamento quinto: "Debemos entender si en el presente caso nos encontramos ante un dolo negocial, al que alude el articulo 1269 del CC, o por otro, error del consentimiento en la forma prevista en el articulo 1266 del CC . Debemos entender que existe dolo si con palabras o maquinaciones insidiosas de parte de uno de los contratantes el otro es compelido a celebrar un contrato que, sin ellas, no hubiera hecho. Señalándose por el Alto Tribunal en sentencia de 5 de marzo del 2010 , que por tales podemos entender "palabras o maquinaciones que pueden ser positivas o ser de tipo negativo, en el sentido que la reticencia o silencio ante una situación que razonablemente pudiera pensarse lo contrario".../... Se argumenta, por el banco, que los clientes pudieron leer el contrato y que pudieron solicitar explicaciones. Debemos partir del dato que nos encontrarnos en el caso de los denominados "contratos de adhesión", máxime cuando todos los clientes fueron calificados de minoristas y sin experiencia en inversiones especulativas. Por lo que tendrían necesariamente la protección reconocida en el artículo 78 y ss de la ley 47/2007. . . /... En conclusión, es evidente la existencia de error en la confección del consentimiento por parte de los contratantes. Sobre su carácter excusable, es evidente, que difícilmente podremos concluir su evitabilidad, con la sola lectura de los contratos, si, como ya hemos afirmado, los mismos no resultan suficientemente claros para una persona no acostumbrada a contratar derivados. Siendo todos los demandantes minoristas y sin experiencia en este tipo de inversiones.../...Precisamente en relación al coste de desistimiento unilateral del contrato de permuta, se estima por la SAP de Cáceres, de 8 de junio del 2010 , la pretensión de un cliente de nulidad contractual, cuando se entienda confusa, oscura y desproporcionada las consecuencias de su voluntad de apartarse del contrato. Y añadiendo la SAP de Burgos de 10 de noviembre del 2010 , que la falta de información supone el desconocimiento del cliente en el sentido que la cancelación tenga un coste elevado, originando con ello un vicio claro en el consentimiento contractual prestado. .../...Por lo tanto, nos encontramos ante un evidente error o vicio de consentimiento en la parte contratante. En relación con la totalidad de los demandantes. Siendo este error esencial, al recaer sobre la naturaleza del producto financiero que se adquiere y al mismo tiempo es excusable, cuanto que se deriva de la falta de información exigible normativamente a la entidad bancaria, sobre los riesgos que podría tener para el cliente su suscripción. Además de otras faltas de informaciones que anteriormente se han relatado. Recayendo, por tanto, sobre lo que constituye el objeto del contrato o las condiciones que hubieran permitido su celebración, no siendo en modo alguno imputable a quien lo padece. Siendo asimismo excusable, cuanto que es inevitable, no habiendo podido ser evitado por quien lo padeció empleando una diligencia media o regular.../...Por todo ello, los contratos suscritos por la entidad demandada con los actores lo fueron con un consentimiento viciado, por parte de éstos, lo- que conlleva la nulidad de la cláusula o del contrato, como se ha determinado en SAP de Madrid, de 13 de septiembre y 20 de octubre del 2011, en Secciones 14 y 25! Y asimismo en SAP de Madrid de 14 de febrero del 2012, en Sección 14. Y a titulo de resumen la SAP de Valladolid de 20 de febrero del 2012 , donde señalaba que las omisiones en la información ofrecida por la Caja sobre aspectos principales del contrato, unido a que la facilitada era en muchos casos equivoca, hubo de producir en el cliente un conocimiento equivocado sobre el verdadero riesgo que asumía, incurriendo asi en error sobre la esencia del contrato, de entidad suficiente como para invalidar el consentimiento de acuerdo con lo establecido en los artículos 1265 y 1266 del CC.../.... Y siendo el producto financiero complejo, la falta de información, facilitada por la entidad bancaria, el incumplimiento de los deberes que a ella le incumben, determina la nulidad del contrato. Y aún para el caso de entenderse que efectivamente tenían experiencia en inversiones los distintos actores, es evidente que su experiencia quedaba limitada a experiencia en inversiones fijas, no variables o de riesgo, por lo que no tenían la condición de expertos financieros. En similar sentido, la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, Civil, sección 14, del 28 de Junio del 2013 (ROJ: SAP M 12772/2013, recurso: 583/20121 Ponente: PALOMA MARTA GARCÍA DE CECA BENITO) declara la nulidad por falta de cumplimiento de los deberes de información de la entidad financiera, declarando: "Como consecuencia de cuanto queda expuesto, el contrato de permuta financiera de tipos de interés es nulo de pleno derecho, pues Banco Popular Español, S.A., con infracción de sus deberes legales y de la buena fe mercantil cualificada en la relación con sus propios clientes, incumplió gravemente su deber de información frente al cliente, de donde resulta que éste, por la complejidad del producto en relación con su propio perfil individual (y el de su esposa), formuló su declaración de voluntad mediante error esencial y excusable sobre la sustancia del objeto del contrato y sobre las condiciones de la misma que principalmente motivaron su celebración, faltando con ello el consentimiento como uno de los elementos esenciales del contrato celebrado. Por todo lo cual procede estimar íntegramente el recurso de apelación, con la consecuencia prevista en el art. 1.303 Ce ., en los términos solicitados en - la súplica de la demanda, restableciendo la situación patrimonial anterior a la celebración del contrato mediante la anulación de los cargos efectuados por razón del contrato litigioso en la cuenta asociada, que a la fecha de presentación de la demanda alcanzaban un saldo negativo de 14.387'74 €, sobre el que habrá de aplicarse el aumento o reducción resultante de las 'liquidaciones qué se hubieren seguido realizando en función del contrato litigioso hasta su finalización en el plazo pactado. Todo ello entendiendo que los "cargos" a anular son la totalidad de los asientos efectuados en virtud del contrato, tanto asientos a cargo el demandante, como asientos a cargo de la entidad bancaria, atendiendo con ello a la pretensión de restablecimiento de la situación patrimonial precedente de los contratantes.". Asimismo, la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, sec. 10a, de 15-1-2014 (n° 9/2014, rec. 443/2013. Pte: Arias Rodríguez, José Manuel EDJ 2014/14292) expresa: "Es a la entidad recurrente sobre quién recae el "onus probandi" de que esa información proporcionada a la parte adversa fue completa, precisa y comprensible, como tantas veces hemos declarado, entre otras, en la sentencia de 12-9- 2012, recaída en el Rollo de Apelación 610/2012: " Es inconcuso que la información en el sistema bancario es básica para el correcto funcionamiento del mercado de servicios bancarios,.../... Corolario de esa falta de información acabada y completa a las personas demandantes es que sí ha de entenderse colmado el primer presupuesto a que se subordina la prosperabilidad de la acción de nulidad relativa o anulabilidad por vicio de consentimiento, esto es, que sea esencial, pero también los demás requisitos que determinan el efecto jurídico declarado en la sentencia. En efecto, como ya señalamos en la sentencia dictada el día 30 de marzo de 2012 en el Rollo de Apelación 82/2012 ", la formación de la voluntad negocial y la prestación de un consentimiento libre, válido y eficaz exige necesariamente haber adquirido plena conciencia de lo que significa el contrato que se concluye y de los derechos y obligaciones que en virtud del mismo se adquieren, lo que confiere especial importancia a la negociación previa y a la fase precontractual, en que cada uno de los contratantes debe poder obtener toda la información necesaria para poder valorar adecuadamente cuál es su interés en el contrato proyectado y actuar en consecuencia, de tal manera que si llega a prestar su consentimiento y el contrato se perfecciona lo haga convencido de que los términos en que éste se concreta responde a su voluntad negocial." O la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, sec. 19a, de 22-1-2014, (n° 18/2014, rec. 10/2014. Pte: Arias Rodríguez, José Manuel EL DERECHO EDJ 2014/14270) que insiste: "No puede redargüirse, consiguientemente, el resultado del test de conveniencia o la ficha del producto o tríptico resumen del proyecto cuando la empleada de la entidad apelante reconoció en el juicio que no leyó la totalidad del mismo, siendo llano que es insuficiente esa lectura por sí misma y se requiere que sea examinada con tiempo y reflexión por la persona inversora, todo ello sin mencionar las observaciones del informe pericial sobre la deficiente información que se "contiene en ese folleto. Tampoco pueden traerse a colación que en el documento num. 4 de la contestación se admita por D a Esther que ha sido informada que el producto participacionespreferentes ha sido identificado como producto complejo debido a los riesgos asociados, ya que carecen de toda eficiencia jurídica las declaraciones de ciencia de esta Índole si se acredita que los hechos a los que se refieren son inexistentes o ficticios, a tenor del articulo 89-1 del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre". En similar sentido, la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, sec. 18a, S 27-1-2014, n° 40/2014, rec. 643/2013. Pte: Pozuelo Pérez, Pedro (EL DERECHO EDJ 2014/14461) concluye: "Pues bien resulta del todo evidente que en el presente caso se produce una formación de la voluntad de manera viciada. En efecto a pesar de las afirmaciones contenidas en el escrito del recurso lo cierto y verdad es que no consta en forma alguna que por parte de los empleados de la entidad financiera se haya producido la necesaria información para la concertación de un producto como el que se ha ofertado que es un producto que puede denominarse como complejo. La parte apelante realmente lo único que pretende es dar preeminencia a los documentos redactados por la propia entidad financiera firmados en la propia entidad financiera, y de la suscripción de dichos documentos llegar a la conclusión de que en realidad la demandante contaba con toda la información del producto. Ello no puede aceptarse pues como se ha dicho, la entidad financiera ha omitido cualquier diligencia de prueba en el acto del juicio, tal como interrogatorio de la parte que pudiera dar noticias sobre la situación financiera de la parte y la amplitud y profundidad de los conocimientos financieros de la misma. De hecho y a la vista de la documental aportada parece que ésta únicamente se limitó a firmar lo que los propios empleados de la entidad financiera le pusieron a la firma sin que conste que se haya ofrecido ninguna información adicional ni sobre las características del producto, ni sobre la complejidad del mismo, ni sobre el riesgo del mismo, ni sobre la supuesta "preferencia" de las participaciones suscritas, información que era del todo relevante habida cuenta de que se trataba de una suscripción de participaciones perpetuas, operación que resulta insólita teniendo en cuenta la edad de la demandante. Por ello resulta inocua la calificación concreta del negocio jurídico concertado entre las partes, contrato, asesoramiento o simple indicación de inversión, pues lo relevante es que el test de conveniencia o de idoneidad, se ha verificado de una forma puramente ritual y formularia, mediante la suscripción en la propia oficina y con los propios medios técnicos de la misma del documento de la supuesta idoneidad en la contratante, documentos, relativos al conocimiento de los riesgos, que no sirve ni tiene victorias suficiente para entender que se había producido una información veraz y objetiva que abarcase todos los riesgos de Üá operación que se contrata. Por ello no cabe sino llegar a conclusión de la existencia de un error que ha determinado una inadecuada formación de la voluntad y por ende la declaración de nulidad de las operaciones concertadas, lo que lleva la confirmación de la sentencia y la desestimación del recurso" Es decir, procede estimar la pretensión subsidiaria primera y declarar la nulidad por error del contrato celebrado el 27-5-2009 entre D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG y BANKIA, SA de orden de suscripción de Participaciones Preferentes de 520 títulos, por valor de 52.000 euros. DÉCIMO.- Efectos de la nulidad contractual. De los anteriores fundamentos ya se ha concluido en el incumplimiento de sus deberes de información por parte de BANKIA, SA en la contratación del contrato objeto de este procedimiento perfeccionado con D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG, y en que tal incumplimiento implica la nulidad contractual por vicio del consentimiento ocasionado por dolo omisivo generador de vicio en el consentimiento por error. Como se recoge en las sentencias de la Audiencia Provincial de Valencia, sec. 9a, S 26-4-2006, n° 168/2006 , rec. 88/2006 . Pte: Martorell Zulueta, Purificación (El Derecho EDJ 2006/305502) , que a su vez cita a la de la misma sección de 14-11-2005 citada en la fundamentación jurídica de la demanda, y la sentencia del Tribunal supremo de 17-6-2010, confirmando la primera (N° de Recurso: 1506/2006, N° de Resolución: 375/2010, Id. Cendoj: 28079110012010100487} que recogen que: "Consecuencia de la declaración de nulidad del Anexo II y de la compra directa de acciones litigiosas, es la que resulta del artículo 1303 del CC pues "declarada la nulidad de una obligación, los contratantes deben restituirse recíprocamente las cosas que hubiesen sido materia del contrato, con sus frutos, y el precio con los intereses...". En lo que a los intereses se refiere hemos de estar - como parámetro aplicable - a lo que resulta del artículo 1108 del CC pues siendo la consecuencia de la ineficacia la restitución de una cantidad de dinero - que constituye una obligación pecuniaria - las reglas indemnizatorias a falta de pacto consisten en el abono del interés legal, que es el determinado para cada período temporal en la Ley de Presupuestos Generales del Estado." lo que confirma el Tribunal Supremo afirmando que: "El artículo 1303 CC , invocado como infringido, no se opone a ello, pues su propósito es conseguir que las partes afectadas por la nulidad vuelvan a tener la situación personal y patrimonial anterior al efecto de la invalidez y la jurisprudencia ha ^declarado que la obligación que en él se establece para los contratantes de restituirse recíprocamente las cosas que hubiesen sido materia del contrato nulo, con sus frutos/ y el precio con los intereses, puede resultar insuficiente para resolver todos los problemas económicos derivados •de la nulidad contractual, por lo que puede ser preciso acudir a la aplicación de otras normas,, tales como los preceptos generales en materia de incumplimiento de obligaciones contenidos en los artículos 1101 y siguientes CC , que establecen la obligación de resarcir los perjuicios nacidos del incumplimiento, teniendo en cuenta su carácter previsible o su vinculación con el hecho que da lugar a ellos (STS de 26 de julio de 2000)." Asimismo, la antes citada sentencia de la Audiencia Provincial de Soria, Civil sección 1, del 08 de Noviembre del 2012 (ROJ: SAP SO 253/2012 Recurso: 143/2012 | Ponente: JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ GRECIANO) fundamento sexto: El artículo 1303 del CC , dispone que declarada la nulidad de una obligación, los contratantes deberán restituirse recíprocamente las cosas que hubieran sido objeto del contrato, con sus frutos, y el precio con los intereses. De manera que las partes vuelvan a tener la situación personal y patrimonial anterior al efecto invalidante, como bien señaló la Juez a quo. Esta misma postura ha sido mantenida en una sentencia reciente el Alto Tribunal/ y en concreto de 13 de marzo del 2012, recurso 675/2009 , donde venía a señalar que el artículo 1303 vincula la nulidad del contrato o de alguna de sus cláusulas a la restitución íntegra, como consecuencia de haber quedado sin validez el título de la atribución patrimonial a que dieron lugar (lo que es nulo no produce efecto alguno), dado que esta se queda sin causa alguna que la justifique. Tratándose, por tanto, del resultado natural de la propia nulidad, obligando a devolver aquello de lo que una de las partes se enriqueció indebidamente. En definitiva, el último motivo de recurso ha de ser igualmente rechazado, lo que conlleva la necesaria confirmación de la sentencia recurrida. Recordar que resoluciones semejantes a ésta han dado lugar a distintas sentencias dictadas por esta Sala, y así los recursos de Apelación rollos 53 y 54 del año 2012. Todas ellas con un contenido similar al de esta resolución. Habiendo recaído • resolución por el Alto Tribunal en relación con la 54/2012, declarando desierto el recurso planteado por las mismas partes codemandadas, y en fecha de 26 de octubre del 2012. Y en rollo 120/2011 donde recayó auto inadmitiendo el recurso de casación interpuesto por las mismas entidades codemandadas contra la sentencia dictada, en parecidos términos a la actual, por esta misma Sala. Siendo la sentencia dictada en este último procedimiento por esta Sala, la de 10 de octubre del 2011. Y las sentencias de rollos de Apelación 53 y 54 antes descritas, fueron dictadas por esta Sala en fecha de 1 de junio del 2012. " Reiterado también, entre otras muchas, por la citada sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, Civil, sección 14, del 28 de Junio del 2013, que ordena el restablecimiento a la situación patrimonial anterior a la celebración del contrato, mediante la anulación de los cargos efectuados por razón del contrato litigioso en la cuenta asociada, tanto asientos a cargo el demandante, como asientos a cargo de la entidad bancaria, atendiendo con ello a la pretensión de restablecimiento de la situación patrimonial precedente de los contratantes. f Es decir, debe estimarse el suplico subsidiario de la demanda y condenar a la demandada BANKIA, SA, a indemnizar a D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG en la suma de 37.591,23 euros, más el interés legal desde la fecha del contrato. UNDÉCIMO,- Imposición de costas. En lo referente a las costas, procede la aplicación del criterio del vencimiento objetivo del artículo 394.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, sin que ninguna de las partes haya alegado la existencia de serias dudas de hecho o de derecho que permitieran aplicar la excepción a tal principio general. Por otra parte, si bien no se estima la demanda en su integridad sí se estima en lo sustancial, que es la nulidad contractual y la condena a la recíproca restitución de las prestaciones, siendo aplicable la doctrina jurisprudencial sobre el principio del vencimiento sustancial que se recogía en la sentencia del Tribunal Supremo 4292/2007, de 15/06/2007, ponente CLEMENTE AUGER LIÑAN, y que también se reproduce en la Sentencia del Tribunal Supremo, Sala 1a, de 18 de julio de 2013 ( ROJ: STS 4245/2013, Sentencia: 511/2013 | Recurso: 1791/2010 Ponente: RAFAEL SARAZA JIMENA) que expresa: "SÉPTIMO.- Valoración de la Sala. La estimación sustancial de la demanda y la imposición de costas. Como regla las normas sobre costas no pueden ser invocadas el recurso extraordinario por infracción procesal, ya que no todas las infracciones procesales son controlables a través del recurso extraordinario y es imprescindible que la vulneración de la norma procesal tenga encaje en alguno de los motivos tasados en el artículo 469.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil , .lo. que no sucede con las normas relativas a imposición de costas (en este sentido sentencias de la Sala 1a del Tribunal Supremo núm. 798/2010, de 10 diciembre, recurso núm. 680/2007 y núm. 261/2011, de 20 de abril, recurso núm. 2175/2007), sin perjuicio de que, siendo la imposición de costas una de las consecuencias o condiciones que pueden incidir en el derecho de acceso a la jurisdicción o que pueden actuar en desfavor de quien actúa ''jurisdiccionalmente, como sostiene la sentencia del Tribunal Constitucional 51/2009, de 23 de febrero , cabe controlar si la decisión judicial ha podido suponer la lesión del derecho a la tutela judicial efectiva cuando la resolución judicial incurra en error patente, arbitrariedad, manifiesta irrazonabilidad o, en su caso, si resulta inmotivada (en el mismo sentido la referida sentencia 798/2010 de 10 de diciembre en relación con la eventual existencia de dudas de hecho o de derecho). No existe error patente, arbitrariedad, manifiesta irrazonabilidad, ni ausencia de motivación en el pronunciamiento sobre las costas de primera instancia contenido en la sentencia de la Audiencia Provincial. El carácter sustancial de la estimación de la demanda ha sido tomado en consideración por esta Sala cuando, al estimar un recurso extraordinario y anular o casar una sentencia, ha debido asumir la instancia y pronunciarse sobre las costas de primera instancia, para justificar la imposición de costas a aquel contra el que se ha estimado en sus aspectos más importantes, cualitativa o cuantitativamente, la pretensión ejercitada. Como declara la sentencia de la Sala 1a del Tribunal Supremo núm. 606/2008, de 18 de junio, recurso núm. 339/2001 , «esta Sala en anteriores ocasiones ha estimado procedente la imposición de costas en casos de estimación sustancial de la demanda. Asi, entre otras, en las Sentencias de 17 de julio de 2003 , 24 de enero y 26 de abril de 2005 , y 6 de junio de 2006 . Como se reconoce en la Sentencia de 14 de marzo de 2003, esta Sala ha mantenido a los efectos de la imposición de costas , la equiparación de la estimación sustancial a la total»." Respecto a la cuantía, conforme la doctrina jurisprudencial fijada en el auto del Tribunal Supremo, Sala de lo Civil, de 18/01/2011(Roj: ATS 392/2011 N° de Recurso: 366/2010 Ponente: JUAN ANTONIO XIOL RÍOS) que ha resuelto la cuestión de la fijación de la cuantía en los procesos en que se acciona la nulidad de ciertos contratos bancarios por error en el consentimiento, declarando: "2.- Recientemente los particulares y empresas han solicitado la nulidad de los contratos de permuta de tipos de interés dirigiendo demandas contra las entidades financieras, en las que interponen acciones de muy diversa naturaleza pero que persiguen la misma común finalidad de declarar la nulidad de los referidos contratos. Así, mientras en algunos casos -como el que ahora nos ocupa- se reclama de los tribunales la declaración de nulidad del contrato por vicio del consentimiento por error, en otras ocasiones se solicita la nulidad de determinadas cláusulas por considerarlas abusivas y contrarias a la Ley 7/1998, de 13 de abril, de Condiciones Generales de la Contratación. La diferente acción ejercitada determina la prosecución de un procedimiento declarativo seguido, respectivamente, por razón de la cuantía o de la J-'-'l materia. Asi, en los pleitos entablados solicitando la nulidad del contrato por encontrarse viciado de error el consentimiento del cliente/ el procedimiento a seguir seria por razón de la cuantía , la cual será fijada a tenor de lo establecido en el articulo 251 regla 8a LEC. En estos casos, si la cuantía supera los 150.000 euros, la sentencia será recurrible, siempre y cuando el recurso reúna el resto de requisitos exigidos tanto por el legislador como por la jurisprudencia de esta Sala en relación con el recurso de casación interpuesto a través de la vía del ordinal 2° del artículo 477.2 LEC. Ha de tenerse en cuenta en estos casos que la cuantía será la del precio del contrato, no la de las respectivas indemnizaciones solicitadas o la del quebranto económico argüido por el recurrente. Sin embargo, cuando la acción ejercitada consista en la declaración de nulidad de una o varias cláusulas del contrato de permuta de tipos de interés por contravenir las normas contenidas en la Ley de Condiciones Generales de la Contratación, el procedimiento a seguir será un juicio ordinario -independientemente de la cuantía del pleito- por razón de la materia, a tenor de lo establecido en el artículo 249.1.5° LEC. En estos casos el recurso de casación deberá interponerse a través de la vía del ordinal 3° del artículo 477.2 LEC y deberá acreditarse el interés casacional en cualquiera de las modalidades que el legislador establece. En el presente procedimiento, la acción ejercitada fue la de declaración de nulidad de sendos contratos de permuta de tipos de interés por vicio del consentimiento por error y, subsidiariamente, la resolución de los citados contratos. Por tanto, el procedimiento seguido lo fue por cuantía , por lo que, en este aspecto, el Auto de la Audiencia Provincial impugnado es acertado, al considerar que la vía de acceso al recurso de casación en este caso era la del ordinal 2° del artículo 477.2 LEC. No obstante, y, a pesar de que el recurrente pretende el acceso a la casación por la vía del interés casacional, resulta evidente que la cuantía del procedimiento, conforme a lo dispuesto en la regla 8a del art. 251 LEC, la constituye el precio del contrato y tratándose de dos contratos de permuta financiera en torno a los cuales giran las acciones ejercitadas, la cuantía se corresponde con 1.000.000 y 2.000.000 euros fijados como valor nominal de los mismos, superando por tanto, la cuantía legalícente establecida para el acceso a los recursos extraordinarios." En consecuencia a lo anterior, ha dé considerarse la cuantía del procedimiento de 52.000 euros, y procede la imposición a la demandada de las costas de esta instancia, al ser la demanda estimada en lo sustancial de su pretensión principal. *" 1, L. VISTOS los preceptos legales citados, sus concordantes y demás de aplicación, FALLO: Da Que estimando en lo sustancial la demanda interpuesta por SARA ROSEMBERG STEIMBERG contra BANKIA, SA: 1° Declaro la nulidad de la orden de suscripción de Participaciones Preferentes n° 852080910019 de 520 títulos, por valor de 52.000 euros, celebrada entre las partes el 27-5- 2009. 2° Condeno a BANKIA, SA a indemnizar a D a SARA ROSEMBERG STEIMBERG en la suma de treinta y siete mil quinientos noventa y un euros con veintitrés céntimos (37.591,23 euros), más el interés legal desde el 27-5-2009, que se elevará en dos puntos desde la fecha de esta sentencia. 3° Declaro que la titularidad de todos los títulos pase a la demandada BANKIA, ' SA, una vez que se haya restituido el importe anterior. 4° Con imposición a BANKIA, SA de las costas de esta instancia, a cuyo efecto la cuantía del procedimiento es de 52.0000 euros. Notifíquese la presente resolución a las partes en legal forma, advirtiéndoles de que contra la misma podrán INTERPONER ante este juzgado RECURSO DE APELACIÓN dentro de los VEINTE DÍAS siguientes a su notificación. No se admitirá el recurso en el caso de que no se acreditara previamente por la parte que pretendiera interponerlo haber constituido el DEPÓSITO y las TASAS preceptivas. Así por esta mi sentencia, de la que se expedirá certificación literal para su unión a los autos, incorporándose el original de la misma al libro de sentencias que en este juzgado se custodia, lo pronuncio, mando y firmo, PUBLICACIÓN.- Dada, leída y publicada, fue la anterior sentencia celebrando audiencia pública, de lo que doy fe.