"crear hielo" en tan solo unos segundos. Se necesita: - Vinagre. - Bicarbonato de sodio (se puede conseguir en cualquier supermercado). - Agua. - Una cucharilla. - Un vaso o recipiente, preferentemente de plástico, aunque también puede ser de vidrio. Procedimiento: Para empezar necesitamos acetato sódico. Si no disponemos de ello, podemos conseguir una solución más o menos pura haciendo una mezcla de vinagre y bicarbonato de sodio. Cogemos un recipiente de vidrio y le echamos vinagre y una cucharada de bicarbonato de sodio, produciéndose un burbujeo. Removemos la mezcla hasta que desaparezcan las burbujas; eso es el acetato sódico. Por otra parte, llenamos un recipiente de agua y lo calentamos. Cuando el agua empiece a hervir, echamos el acetato sódico y lo mezclamos bien (la disolución debe quedar saturada y ligeramente espesa). Vertemos la mezcla en un vaso o recipiente de vidrio o plástico y lo metemos en el congelador durante una hora. Por último, sacamos el vaso o recipiente del congelador y tocamos la mezcla con un dedo. Explicación: El resultado de este experimento no es en realidad hielo, sino agua solidificada. Esto se logra gracias a una solución sobresaturada de acetato de sodio en agua, que da lugar a una precipitación en la misma y provoca ese efecto exotérmico. El acetato de sodio o acetato sódico es un producto químico producido normalmente en cantidades industriales para múltiples usos. Cómo hacer una lámpara de lava Como nos habéis pedido, hoy os vamos a mostrar la forma sencilla de hacer una lámpara de lava. Es un experimento muy vistoso y totalmente inofensivo, por lo que es muy recomendado para hacerlo con los niños. Se necesita: - Una botella de 1 litro. - Un embudo. - Agua. - Aceite. - Un poco de colorante alimentario (del color que más os guste), en forma líquida. - Un par de pastillas efervescentes. - Una linterna. Procedimiento: Cogemos la botella y, con ayuda del embudo, vertemos en ella 3/4 partes de un vaso de agua. A continuación, echamos aceite hasta llenar casi por completo la botella. Lo dejamos reposar unos minutos hasta que el aceite quede completamente separado del agua, estando el aceite en la parte superior y el agua en la parte inferior. Añadimos diez gotas de colorante alimentario. Éstas pasarán a través del aceite y se mezclarán con el agua. Por último, partimos por la mitad una pastilla efervescente e introducimos las dos mitades en la botella. Como podréis observar, comenzará el espectáculo de burbujas que durará hasta que acabe la efervescencia de las pastillas. Para alargar el efecto, tan solo hemos de echar otra pastilla efervescente. Para conseguir el efecto de una lámpara de lava, pondremos una luz debajo de la botella (por ejemplo, una linterna). Podéis guardar esta botella (con el tapón puesto, claro) y volver a utilizarla cuando queráis, simplemente añadiendo otra pastilla efervescente. Explicación: Para empezar, el aceite se mantiene encima del agua porque es menos denso que ella. Por otra parte, el agua y el aceite no se mezclan debido a la llamada "polaridad intermolecular", esto es, cada sustancia tiene una polaridad molecular que hace que se atraiga con otras moléculas de su misma "especie", pero el agua y el aceite son "especies" completamente opuestas, por lo que, en vez de atraerse, se repelen. Esto también explica por qué las gotas de colorante alimentario se mezclan con el agua y no con el aceite: son de la misma "especie". Cuando añadimos las pastillas efervescentes, éstas empiezan a disolverse creando un gas. Este gas forma burbujas que, al subir, llevan con ellas un poco de colorante. Cuando estas burbujas llegan al borde de la botella, dejan escapar el gas y el agua vuelve abajo, volviendo a comenzar el proceso. Las flechas que giran solas - Ilusión óptica ¿Sabías que con sólo un poco de agua puedes hacer que dos flechas dibujadas en un papel cambien de sentido? ¡Sin tocarlas! Descubre cómo hacer esta sencilla ilusión óptica que sorprenderá a niños y mayores ;) Materiales: - Un vaso grande transparente. - Agua. - Un trozo de papel con dos flechas en la misma dirección (puedes hacerlas a mano o imprimirlas). Procedimiento: Lo primero que tenemos que hacer es colocar el papel con las flechas en vertical, de forma que las dos señalen hacia uno de los lados. Para ello, lo mejor es recortar las flechas dentro de un rectángulo que podamos poner en pie con ayuda de algún soporte. El siguiente paso es colocar el vaso enfrente de las flechas, a unos 5 ó 6 centímetros. Nosotros tenemos que colocar los ojos a la altura del vaso y ver perfectamente las dos flechas en su interior. Una vez esté todo colocado, tenemos que empezar a echar poco a poco agua en el vaso, sin movernos de nuestro punto de vista (para ello, lo mejor es que sea otra persona la que eche el agua). Cuando el agua cubra la primera flecha por completo, observaremos que ésta ha cambiado de sentido. Si seguimos echando agua, las dos flechas acabarán apuntando hacia el lado contrario. Impresionante, ¿verdad? Explicación: Lo que ha ocurrido no es más que una ilusión óptica: las flechas no han cambiado de dirección realmente, sino que las vemos al revés. ¿Por qué? Pues porque el vaso, al echarle agua, se ha convertido en una especie de lente convergente, como las lupas, que lo que hace es proyectar la imagen dada la vuelta. Este efecto ya lo hemos visto también en el proyector casero para el móvil que hicimos, en el que teníamos que dar la vuelta a la pantalla para poder ver la imagen correctamente. Tres velas y un misterio La mayoría sabréis que cuando dejamos una llama sin oxígeno se acaba apagando pero... ¿qué pasa si lo hacemos con la llama de tres velas a distintas alturas? ¿Cuál se apagará antes? ¿O se apagarán todas a la vez? Este es un experimento de Química que puede ser fácilmente realizado por niños de cualquier edad pero siempre con la supervisión de un adulto (aunque el riesgo es mínimo), ya que utilizamos fuego. Materiales: - 3 velas de diferentes tamaños o que se puedan cortar fácilmente. - Un mechero o encendedor. - Un plato. - Un recipiente transparente en el que quepan las 3 velas (con una distancia de separación). - Unas tijeras (sólo si hay que recortar las velas) Procedimiento: Si nuestras velas son del mismo tamaño, lo primero que tenemos que hacer es cortarlas a diferentes alturas. Una de ellas la dejamos tal y como está, otra la recortamos más o menos por la mitad y la última, por encima de la mitad. El siguiente paso es colocarlas en el plato. Si son finas y no se sostienen en pie por sí solas, lo único que tenemos que hacer es aplicarles calor en la base con el mechero hasta que la cera se derrita ligeramente y pegarlas en el plato, a una distancia prudencial. Por último, colocamos el recipiente transparente boca abajo tapando las tres velas e impidiendo que entre aire y observamos lo que ocurre. ¿Cuál crees que se apagará antes? Como podremos comprobar, las velas se irán apagando de arriba a abajo, es decir, primero las más altas y la más pequeña será la última. ¿Por qué ocurre esto? Explicación: Si tapamos la llama de una vela impidiendo que entre aire, ésta consumirá todo el oxígeno del que dispone y, cuando se agote, se apagará. Esto es así porque el oxígeno es vital para el proceso de combustión. Pero, ¿qué pasa cuando tapamos 3 velas de diferentes tamaños? Lo que ha ocurrido es, simplemente, que el oxígeno se consume de arriba a abajo, por eso las llamas que estén en la parte superior se apagarán antes que las que están en la parte inferior.