PERIÓDICO DE LA TARDE. Año'primero. ilíAM/D.—LUNES 24 DE AGOSTO DE 1846. Húm. 6 1 . •JUMiijwi'ii—Illa En el interior. sus principes hasta el mismo Montemolin cuya defensa se le achacara, no sabemos si Si pues ni el duque de Montpensicr, Como las apariencias sean fieles, no hay por despique de allá, como unos supu(luda que esta importante cuestión ha sieron, ó pordespique de los que por acá ni el conde de Trápani, ni el de Monteadelantado bastante, y que sino recibe dieron á esta voz circulación y acogida. molin , ni el infante D. Enrique, son yauiii resolución muy pronto, á lo menos Esta láctica de la Inglaterra llegó en con- candidatos que la Francia apoye decidi\a, precisi'uulose notablemente. Con efecto, cepto de muchas personas hasta compro- damente; y la Inglaterra renuncia, (si es las dos naciones que por el no interrum- meter al infante D. Enrique en los térmi- que alguna vez pensó otra cosa) á esto, pido espacio de tres años ejercitaran su nos que todos sabemos, para realizar una mismo infíintc y al heredero presunto de Inhilidad política y pusieran á contribu- esclusion mas. La Francia á trueque de Portugal; si de estos, al parecer inhabilición sus rccuríos para dar á la cuestión impedir la prepotencia inglesa y de obte- tados en la influencia eslerior, han sido de! m;iti'imotiio de nuestra Reina un giro ner para un Borbon la señalada honra de escluidos por impopularidad algunos en favorable á sus designios, envueltos siem- la mano de Isabel II, no desmayaba con el interior; si ha de creerse en la fé de la pre en el misterio; sea porque han Visto las periódicas vicisitudes de sutí candi- palabra de los gabinetes de París y Londres que prometen respetar la indepenfr¿icasar sucesivamente sus combinaciones datos. . dencia de España ; y si por último es re« si:) ventaja para ninguna de ellas,, ó porque en realidad no quiera ni la una ni la ' Pero-lawesüon había llegado por esla conocidamente importante aprovechar la oíra motivar un serio rompiuiiento en su causa á una'crisiti que debia inanifestarse oportunidad mejor á fin de que termine buena inteligencia, por un asunto posible por sintonías graves , ó para incremcn- pronto y de la manera mas atnigablc y al fin do r(!aiizarse en razón; resulta haber- larla ó para desvanecerla en gran par- popular la gran cuestión de regia boda; se dado mntuamenle seguridades oficiales te. El conducto fue la prensa política, nada mas natural que creer llegado el camtiyi'tnpDi-fktitesq'ue al hac^r píiblicásaque •Vf loy' dtartwTna!f«Boteble«tle- Londres y so de una decisión y de deber colocarse llá p^er>sa periódióa han, cojh0iÜídb.'£aTa íiaris, se envolvieron prontamente en una cada.partido en sus últimos alrincheran^ientps jjara dar su definitivo fallo. '''^llwj^y^^^pytf ftí^lífaftipasugc,^^^ bblcmica vjotenla, -culpando .qjida cual I IPer»'¿podrán «ntenderse? veánfioslo. rtr^anos; m ^ aulorlzajios y ti^ry^os justí^-, '',^1 gobierda»"" def oU;» de planas escl«sivipp mente pordesas gbbiornos respecUvQs^ Es- ¿'irtdignos; ú bien ciertos pcriódjcos de ' Nada,diremos de los Carlistas, cuya tai tuisraas causa.s; las esclusiones mas pro- lá primera de aquellas capitales tóraaíon ciega adhesión á su príncipe les coloca, nunciadas cada vez; la llegada á esta corte una eseesiva delantera hasta én injuria de mientras lo sean, fuera de todo combate. de-uno de los principes á quienes por mu- un monarca venerable, lo' cual nO' solo Sin duda que ni la Francia ni la Inglaterchos títulos se profesa predilección marca- reprobó unánime la Francia , si también ra piensan en la persona del conde de da", y el general deseo de que se terminé el mismortiinisterioinglés por medio de Montemolin para marido de la Reina de España, ni los verdaderos carlistas tíbnen • e.únto antes un asunto cuya ¿ilación pudiera acarrear disgustos y contratiempos, sus órganos en da pfcnsa, Por.lo visto medios de hacer valederos de algún moha,a concurrido áque se despeje un tanto la estas dos naciones cuyos ^fuerzos para do sus deseos; y debemos decir que sincuestión tíiltre nosotros y sC'formulen ma^ conservarse amigas, de rivales que son peramente sentimos hayan puesto en este claros y esplícilos los pareceres. Digamos naturalmente, rayan en lo admirable; no caso errores suyos y de su partido al hijo piiiuero á que putito ha llíígado la cues lian creído deber romper lanzásal presente del antiguo pretendiente. por la cuestión de que habíanlos, y de ahí ti(Mi de matrimonio. e) liabérse cámbiíido cs'tos últimos diás Los progresistas que desde ciertos suambos gábi'nbles notas en regla declarando cesos hicieron solo suya la candidatura E/id exlerior. que no prelentVefi.' interVénlír en el casa- del infante D. Enrique, antes coniun y 'Nalie de.-!cót)oce ya que la Francia rQjftntoile.. la Rqjaa,IsáJ)cr yVfl'^e miran íJ^eptable para el partido , monárquico-' y lí'!,, liiéiaterpa sé han afanado 'p!J,i-a' éete asüfit(í.potu(i gp5,piw;slijt)u, pm;amcnte constitucional', y que tío sabrían por nada mljujr por tojoá medios en la cuestión española:; con niutuijade cuyas notas la (tel mundo desprenderse de ella, teniéndola úüi rcaUa^amicnto, aunque, con díferen- prensa. ha enmudcoido y su polémica como el mejor asidero para sus proyectc.-i vici»ilt(»ifts sesünt^as. oicouttslatteiap, terminado i ,nt) sin prote.star cada citól tas, e.osa, dichQ seadé pa|o, en que lo taa: Vanaiilesfen * ^ a » i , • yftwgai ikis -re- •4flrffr"'éíl(» y^fSU'-naoi&n Testitlaín'-'Veftce^ AiSMio pudieran ádfertJlif'fliJÍe equivocarse; sultados í*3Í«;iáoU«a «toi^;ajvesaria. El djartis' por lió haijier sido ((tfienpS ha/aín ¡!»|í<rtfá se ptesenlari'sosteniendo un doble paT)el de \h \'\%hlém ha sid» •mjtft'Jbieri qkilácéqíiélla(hanv y en efecto, purámen. pasivo : n'o qu;!ribfii^o á nftít^téHífó'héal-' it fespí^Ii tógUh'eí 'ciial so casartaii la niónlc tantoó candulát,()(5cídrijjo'la jarató ^einay ** I"**"*^ eOn< sus primos carnatoda su tarea dé^ia jédi^irsp |[ ínjy^ljili. no S!(i qiic Qoso^ros quedepaos por eHo les D. Enfjque y D. Francisco; dobfc entiiiios que esta fuere'pne^la,ad4,, p6ii:el d0íengtt«ado8T<te quf el infl.«jo de atisbos Ucé qutí. pot fio poderse combatir por doble objeto de aparécete-.la i^íenos.exi.-. piaises BOttiimácá todaviaj »1 raen«is eo rfiriguiV'éábineté estrangero ni menos por gcnle . y do hacer aeeplAble .siifionstaaie, favóp do íin^bhrgo. portjl uno ,íy'déup' i^rfgtrt^ partido españiol•nó^ dar garantías cin.lidatae! prÍ!ieJ[>c GoburgOv. Da,l«ste Rorbóniflfif' el'ótvo, '(^luíí pfifM'sep bien dje'.qüé t i poder y haáta lá tüthria del rey m.rjo se cs.iHsa oóm > los •ca.!KlidQtO!}.:qtte:e | ' jnPaVilcí D. 'F^aticistjo'" cohio. Vg»ipos r^éúrit tío pudiese;llegar i tnano de un á e'li úiiim.\,nnci()n se han atribuido, fue^^. P|-éi;cméii)V'^ •iW'tlo^cn í<!)gna''c(>"ristaK-' jestfongero, y-por deber cumplir 'los déronv'quclauto jíostergadó?', dcsje'üHó'tíc \t entre,?!.. , . . ; . . , •'' ' ;• sbos de Doña María Cristina, es'én sentir ESTADO DE LA CUESTIÓN DE CASAMIENTO.