Valoración de la Instrucción 2/2009 relativa al fomento de la Cooperación Jurídica Internacional La Instrucción 2/2009 pone de relieve la importancia creciente de la cooperación jurídica internacional, y el rol esencial que juegan los Secretarios Judiciales en su puesta en práctica. Es de agradecer el importante y notable esfuerzo realizado desde el Ministerio de Justicia para la actualización y transformación en una notable herramienta informática del Prontuario judicial, vademécum ya existente y cuyas referencias y actualizaciones tenían lugar sobre el propio documento -en formato pdf- que desde hace años se encontraba disponible. La articulación y organización de toda la cooperación judicial en materia civil y penal, poniendo a disposición de los Secretarios Judiciales y de todos los operadores jurídicos en un único sitio todos los Convenios y normas comunitarias vigentes, convierte al Prontuario en una herramienta realmente imprescindible. Por otra parte, la incorporación en los sistemas de gestión procesal de los formularios preceptivos relativos a la cooperación judicial (reglamentos comunitarios y demás instrumentos internacionales), que los Secretarios Judiciales tendrán que “garantizar”, constituye a día de hoy aún una desiderata. Es un hecho constatado la inexistencia en todos los juzgados del Estado de sistemas informáticos uniformados ni conectados, sin perjuicio de que en un futuro inmediato la inversión en las tecnologías de la información que se está realizando pueda, por fin, permitir lo que el Ministerio propugna desde su Instrucción. No obstante, la pretensión de la incorporación del elenco de formularios de solicitud de cooperación a los sistemas de gestión procesal, salvo por la vía de la interconexión con otras aplicaciones informáticas que traducen los formularios automáticamente (que es lo que hoy tenemos mediante links), resulta pretencioso. Es preciso recordar que en materia comunitaria civil cada formulario de cada reglamento se encuentra traducido en la actualidad a 23 idiomas (sin perjuicio de futuras ampliaciones y la incorporación de nuevos 1 idiomas), siendo un error bastante asentado el pensar que los formularios se pueden enviar en francés o inglés por ser los idiomas de uso más frecuente y que su mera incorporación en castellano es más que suficiente. Una simple cuenta basta para observar que sería preciso volcar cientos de formularios en idiomas al sistema de gestión procesal, cuando lo más práctico sería simplemente facilitar la incorporación de los existentes en sus aplicaciones de origen a dicho sistema, máxime cuando estos reglamentos están sujetos prácticamente en su totalidad a una revisión quinquenal por parte de la Comisión Europea. En lo que respecta a la cooperación jurídica internacional en materia civil, para la aplicación del Reglamento 1393/2007 sobre notificación de documentos judiciales y extrajudiciales, distingue la Instrucción entre el envío formal de la solicitud y el envío por correo certificado y con acuse de recibo. De la instrucción parece desprenderse que la preceptividad en la utilización de los Formularios alcanza con carácter exclusivo al envío formal. Y, nada más lejos de la realidad. En el propio Reglamento en su Considerando 11 dice expresamente “ Para facilitar la transmisión, notificación y traslado de documentos entre Estados miembros, deben utilizarse los formularios establecidos en los anexos del presente Reglamento.” A mayor abundamiento, el art. 8.4º y 8.5º, señala que las disposiciones previas relativas a la negativa a aceptar los documentos también serán aplicables a la notificación por correo y a los demás medios motivo por el cual resulta necesario la incorporación en el envío por correo certificado al menos del Formulario multilingüe previsto al efecto en el Anexo II del Reglamento, en el que se informa de la posibilidad del destinatario de rechazar la notificación si concurren las circunstancias previstas en el Reglamento. Esta matización que realizamos no es baladí, dado que el mayor número de notificaciones que se realizan desde los juzgados es por correo certificado y con acuse de recibo internacional. Siendo el desconocimiento lingüístico una causa de posible de rechazo –subsanable- de la notificación, la incorporación documental del Formulario multilingüe es imprescindible dado 2 que en la misma se señala el plazo procesal (una semana) del que dispone el destinatario para rechazar la notificación. En lo que se refiere a la verificación de la autoridad competente en el supuesto de una solicitud formal en aplicación del Reglamento 1393/2007 (apartado 4.1.1.), dice la instrucción ministerial que “podrá consultar el denominado Atlas Judicial Europeo, cuando lo adecuado es “deberá “, dado que el Atlas Judicial Europeo en materia civil y mercantil, es el único lugar donde se encuentra la información oficial -las comunicaciones- facilitadas por los gobiernos de cada uno de los Estados miembros, y donde se actualizan de manera permanente todos los datos requeridos para la aplicación no sólo de este Reglamento comunitario, sino de todos los existentes hasta la fecha en materia civil y mercantil. Expresión análoga se encuentra al mencionar el Reglamento 1206/2001 sobre obtención de pruebas (apartado 4.1.2.), remitiéndonos a lo expuesto en el párrafo precedente. Es preciso señalar que a esta información también se puede acceder desde el propio Prontuario, al encontrarse directamente conectado con el propio Atlas Judicial. En el mismo sentido, en el supuesto de la notificación al amparo del Reglamento 1393/2007 entre organismos transmisores y receptores, cuando la notificación es recibida en los Decanatos o servicios comunes, es preciso utilizar los formularios que indica la Instrucción referentes a los Acuses de recibo, y algún otro que no menciona y que también son preceptivos, como la Certificación de Cumplimiento o Incumplimiento de los trámites de notificación, o, en el caso, la Comunicación de Devolución de la Solicitud. Sin embargo, la realidad existente en muchos de estos servicios es que los procedimientos informáticos no admiten la utilización de internet, ni ninguna clase de tramitación. Para paliar esta circunstancia suele ser habitual que estos asuntos se registren y sean objeto de remisión a los órganos judiciales, en detrimento de la agilidad y de los plazos procesales previstos en los propios Reglamentos y que como indica la Instrucción 2/2009 deben observarse. 3 Induce también a confusión la Instrucción 2/2009 cuando al referirse al Reglamento 1393/2007 dice en su punto 5.1.1 que el “F.2. Acuse de recibo se enviará por el medio más rápido posible (fax o correo electrónico)”, generalizando su uso, cuando según las Comunicaciones emitidas por los Estados miembros son escasos los Estados que admiten el fax y el correo electrónico. En consecuencia, sólo podrán utilizarse dichos medios cuando el órgano o autoridad al que haya que remitir el Acuse de recibo lo admita según las Comunicaciones dictadas por su Estado. Así, también resulta peregrino mencionar que en la aplicación del Reglamento 1206/2001,”si el solicitante indicare el correo electrónico podrá utilizarse esta vía como complementaria a la vía postal”. Es preciso indicar que si bien se puede garantizar así una cierta agilidad en el intercambio de información, la utilización de dicho medio de comunicación con validez procesal queda a expensas de su aceptación por cada Estado miembro, para lo cual nos tenemos que remitir nuevamente a las Comunicaciones emitidas por cada Estado miembro para la aplicación de cada uno de los Reglamentos. En suma, sin perjuicio de la finalidad clarificadora que persigue la instrucción 2/2009, en lugar de entrar en el detalle de los Formularios que son complejos y prolijos particularmente en materia civil, hubiera sido deseable leer en la Instrucción 2/2009 del Ministerio, la importancia que tienen para los Secretarios Judiciales analizar caso por caso las Comunicaciones emitidas por los Estados miembros para cada Reglamento, así como para el resto de los instrumentos internacionales tanto en materia civil como penal, insistiendo en la obligatoriedad de su observancia, ya que constituyen elementos claves de la cooperación jurídica internacional, del proceso y de su validez. 4