1 2 Revista Peruana de Derecho Internacional 3 REVISTA PERUANA DE DERECHO INTERNACIONAL ÓRGANO DE DIFUSIÓN DE LA SOCIEDAD PERUANA DE DERECHO INTERNACIONAL TOMO LVIII MAYO - AGOSTO 2008 N° 138 LIMA - PERÚ 4 Revista Peruana de Derecho Internacional REVISTA PERUANA DE DERECHO INTERNACIONAL TOMO LVIII MAYO - AGOSTO 2008 N° 138 Hecho el Depósito Legal N° 99-1510 La responsabilidad de las ideas y opiniones sustentadas en los artículos y notas corresponde exclusivamente a sus autores Sociedad Peruana de Derecho Internacional Jr. Miro Quesada N° 247, Oficina N° 508, Edificio "Rimac International", Lima 1 - Perú Teléfono: 719-4413; 719-4414; 719-4415 E. mail: spdi@rree.gob.pe Apartado 686 - Lima 1 Impresión EDICIONES MISKY «edicionesmisky@hotmail.com» Impreso en el Perú Printed Peru Tiraje 500 ejemplares 5 Totus Orbis Qui Aliquo Modo Est Una Res Publica El Mundo Todo Que Al Fin Y Al Cabo Es Una República Francisco de Vitoria 6 Revista Peruana de Derecho Internacional 7 SOCIEDAD PERUANA DE DERECHO INTERNACIONAL CONSEJO DIRECTIVO Presidente Gonzalo Fernández Puyó Vice Presidente Juan Miguel Bákula Patiño Secretario Manuel Augusto Roca Zela Tesorero Claudio E. Sosa Voysest Vocales Roberto Mac Lean Ugarteche Elizabeth Salmón Gárate Oscar Schiappa-Pietra Cubas Hubert Wieland Alzamora MIEMBRO EMÉRITO Javier Pérez de Cuéllar MIEMBROS TITULARES Alzamora Traverso, Carlos Bákula Patiño, Juan Miguel Belaunde Moreyra, Antonio Couturier Mariátegui, Hernán Chávez Soto, Jorge Deustua Caravedo, Alejandro De la Puente Radbill, José De la Puente Raygada, Oscar Fernández Puyó, Gonzalo Ferrero Costa, Eduardo Ferrero Costa, Raúl García Montúfar, Guillermo García Belaúnde, José Antonio García-Sayán, Diego Guillén Salas, Fernando Luna Mendoza, Ricardo Llosa Larrabure, Eduardo Llosa Pautrat, Jorge Guillermo Mac Lean Ugarteche, Roberto Maúrtua de Romaña, Oscar Marchand Stens, Luis Mariátegui Arellano, José Carlos Mercado Jarrín, Edgardo Morelli Pando, Augusto Nieto Vélez, Armando Osterling Parodi, Felipe Palma Valderrama, Hugo Revoredo de Mur, Delia Roca Zela, Manuel Augusto Rodríguez Cuadros, Manuel Solari Tudela, Luis Sosa Voysest, Claudio E. Soto Polar, Alvaro de Trazegníes Granda, Fernando de Tudela van Breugel-Douglas, Francisco Ugarte del Pino, Juan Vicente Valdez Carrillo, Jorge Villarán Koechlin, Roberto Wagner Tizón, Allan Wieland Alzamora, Hubert Revista Peruana de Derecho Internacional 8 MIEMBROS ASOCIADOS Agüero Colunga, Marisol (*) Alcalde Cardoza, Javier Althaus Guarderas, Miguel de Alvarez Brun, Félix Alvarez Vita, Juan Arzubiaga Rospigliosi, Augusto Basombrío Zender, Ignacio (*) Belaunde Moreyra, Martín Beleván-McBride, Harry Brousset Barrios, Jorge Dañino Zapata, Roberto Delgado Aparicio, Luis Echeverría Herrera de De Pury, María E. (*) Espinosa Saldaña, José Fernández de Paredes C., Enrique García Belaunde, Domingo García Calderón Moreyra, Gonzalo García-Corrochano Moyano, Luis (*) Gutiérrez Reinel, Gonzalo (*) Kisic Wagner, Drago Lázaro Geldres, Jorge Lévano Torres, Oscar (*) Lozada Tamayo, Samuel Novak Talavera, Fabián Pardo Segovia, Fernando (*) Pérez Sánchez-Cerro, José Luis Pinto-Bazurco Rittler, Ernesto Rodríguez Mackay, Miguel Angel (*) Roncagliolo Higueras, Nicolás Salmón Gárate, Elizabeth Sandoval Aguirre, Oswaldo (*) Schiappa-Pietra Cubas, Oscar Tudela Barreda, Felipe Velásquez Rivas-Plata, Elvira (*) Vera Esquivel, Germán Yrigoyen Yrigoyen, Martín (*) PARA CEREMONIA DE INCORPORACION FORMAL MIEMBROS CORRESPONDIENTES Buergenthal, Thomas (Estados Unidos) Cho, Key Sung (Corea) De Guzmán Polanco, Manuel (Ecuador) Furnish, Dale Beck (Estados Unidos) Galer, Julio (Argentina) Zanotti, Isidoro Gros Espiel, Héctor (Uruguay) Jiménez Veiga, Danilo (Costa Rica) Llanos Mansilla, Hugo (Chile) Maekelt, Tatiana B. de (Venezuela) Wolff, Francis (Francia) (Brasil) COORDINADOR GENERAL Miguel Ángel Rodríguez Mackay 9 SUMARIO Pág. ACTO ACADÉMICO DE INCORPORACIÓN Reflexiones acerca de la equidad infra legem como principio fundamental del derecho internacional de la delimitación marítima (Lima, 22 de julio de 2008) - Exposición del Doctor Miguel Ángel Rodríguez Mackay, en el acto académico de su incorporación como Miembro Asociado de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional 13 - Discurso de Recepción por el Embajador Manuel Rodríguez Cuadros, Miembro Titular de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional 35 - Palabras e imposición de la Medalla Institucional por el Embajador Gonzalo Fernández Puyó, Presidente de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional 59 - Reseña biográfica del Doctor Miguel Ángel Rodríguez Mackay 62 Revista Peruana de Derecho Internacional 10 ARTÍCULOS - Cincuenta años dando la vuelta al mundo: la visión de Carlos Alzamora Juan Miguel Bákula 67 - ¿Cómo recuperar el patrimonio documental llevado a Chile durante la Guerra del Pacífico? Teodoro Hampe Martínez 77 - El sistema internacional luego de la caída del Muro de Berlín: el manejo del poder en el contexto de la globalización Germán Vera Esquivel 93 - El tratamiento del Estoppel en la jurisdicción reciente de la Corte Internacional de Justicia Roland Denegri Aguirre 122 - Los Tratados de Derechos Humanos encausan con rigidez la labor del Poder Legislativo Augusto Medina Otazú 145 - El derecho a permanecer Pedro Delgado Hinostroza 180 *** 11 ACTO ACADÉMICO DE INCORPORACIÓN DEL DOCTOR MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ MACKAY COMO MIEMBRO ASOCIADO DE LA SOCIEDAD PERUANA DE DERECHO INTERNACIONAL LIMA, 22 DE JULIO DE 2008 REFLEXIONES ACERCA DE LA EQUIDAD INFRA LEGEM COMO PRINCIPIO FUNDAMENTAL DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LA DELIMITACIÓN MARÍTIMA 12 Revista Peruana de Derecho Internacional 13 REFLEXIONES ACERCA DE LA EQUIDAD INFRA LEGEM COMO PRINCIPIO FUNDAMENTAL DEL DERECHO INTERNACIONAL DE LA DELIMITACIÓN MARÍTIMA (Exposición del Doctor Miguel Ángel Rodríguez Mackay en el Acto Académico de su incorporación como Miembro Asociado de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, realizado en el Aula Magna “Alberto Ulloa Sotomayor” de la Academia Diplomática del Perú, el martes 22 de julio de 2008) Señor Embajador Gonzalo Fernández Puyó, Presidente de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, Señor Embajador Gonzalo Gutiérrez Reinel, Viceministro Secretario General de Relaciones Exteriores, Señor Embajador Manuel Rodríguez Cuadros, Ex Canciller de la República y Miembro Titular de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional Señor Embajador Jorge Lázaro Geldres, Rector de la Academia Diplomática del Perú, Señores Congresistas de la República Excelentísimos señores Embajadores, miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en el Perú Señores Ex Cancilleres de la República Señores Ex Secretarios Generales de Relaciones Exteriores Señores Ex Comandantes Generales del Ejército, Marina, Fuerza Aérea y Policía Nacional del Perú Señores Embajadores, miembros del Servicio Diplomático de la República en actividad y en retiro Madre, Liliana, Señoras y Señores, Revista Peruana de Derecho Internacional 14 Permítame, señor Presidente de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, Embajador Gonzalo Fernández Puyó, maestro y amigo, la licencia para decir en esta hermosa noche, tan especial para quien habla, con profunda emoción que me siento sumamente honrado que la Sociedad de su presidencia haya decidido mi ingreso a tan histórico y centenario gremio del derecho internacional en nuestro país. Es un privilegio, ciertamente inmerecido, que recibo con regocijo. Por esta antigua Sociedad ha pasado una pléyade de juristas, diplomáticos, miembros de las fuerzas armadas, académicos, etc., que le han dado vida y brillo a esta institución, cuyo peso y gravitación en la historia de la política exterior del país es por todos reconocida. Y yo digo, entonces, qué méritos tengo, si acaso lejos estoy de los ilustres miembros que integran la Sociedad. Gracias, señor Presidente, por considerar el Consejo de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional que usted preside, mi incorporación. Haré todo lo que esté en mí para estar a la altura de ustedes. He querido, señor Presidente, presentar como tema de mi ponencia de ingreso a la Sociedad, el principio de equidad infra legem como regla fundamental en los procesos de delimitación marítima de conformidad con el derecho internacional. Es mi convicción que este principio imperante en el derecho internacional contemporáneo es la vía más adecuada para hacer justicia en los casos concretos, por eso intentaré un desarrollo a la luz de unas reflexiones que me permito compartir con todos ustedes en esta noche tan concurrida por lo que agradezco vuestra presencia que me honra en todos sus extremos. Señoras y señores, El estudio de la equidad se encuentra especialmente justificado desde la perspectiva filosófico-jurídica. Pero no solo desde ella, la equidad es una cuestión a investigar tanto en el ámbito de la ciencia jurídica como en el de la teoría de la justicia –no olvidemos que se trata de un tipo de justicia–, o en el de la historia del derecho cuando tiene relación con el tema de la equidad en el tiempo y el estudio dinámico de los distintos tipos históricos de equidad; o quizás, en el del derecho comparado, que es el 15 tratamiento de la equidad en el espacio, esto es, en los principales sistemas jurídicos de los diversos países. La perspectiva de esta exposición, es por tanto, una conjunción de enfoques: de filosofía del derecho, teoría general del derecho que involucra a toda la teoría de la argumentación jurídica; teoría de la justicia; historia del derecho; derecho comparado; dogmática jurídica. Por tanto, este ambicioso pero a mi juicio, necesario acercamiento –que intenta coordinar perspectivas en un todo ordenado, superando una mera yuxtaposición multidisciplinaria de enfoques– nos parece especialmente indicado en materia de equidad, que es el tema objeto de esta ponencia. Permítanme, en consecuencia, efectuar el desarrollo de mis reflexiones sobre la equidad y de ella sobre la denominada equidad infra legem, desde un esquema deductivo. LA EQUIDAD EN EL DERECHO Partiendo de bases propias de la filosofía del derecho surge la siguiente pregunta: ¿Por qué se hace preciso el estudio de la equidad?. Yo les quiero decir que la equidad es imprescindible en el mundo del derecho porque los hombres y las leyes son falibles. Si los hombres fueran perfectos, no serían necesarias las leyes. Y si las leyes fueran perfectas, no tendríamos necesidad de acudir a la equidad. Sin duda, las leyes corrigen los errores de los hombres, la equidad los de las leyes. Ahora, bien, la equidad, al igual que la justicia, es una noción que forma parte de la teoría de los valores del derecho, pero cuyos contornos no están nítidamente definidos. Algunos de sus estudiosos la oponen esencialmente al derecho positivo, a la norma jurídica aplicable. No obstante, algunos consideran que la equidad a lo más que llega es a tener un papel supletorio de la norma legal, en relación con la cual debe observarse una prudencia infinita. 16 Revista Peruana de Derecho Internacional Esto es cierto en relación a la aplicación del derecho en general. No en vano surte el dicho de que el juez debe “juzgar según la ley”, pero no “juzgar la ley”. Sin embargo, como lo veremos, en el derecho internacional de la delimitación marítima existe una notable excepción respecto del papel de la equidad en la realización del derecho. La equidad como inspiración de una justicia distributiva ha sido objeto de diversas clasificaciones. La doctrina diferencia diversas acepciones de la equidad: equidad “individualizadora”, equidad “moderadora”, equidad “correctora”; sin embargo, no son esos los tipos de equidad a los que nos vamos a referir, sino, más bien, a las clasificaciones convencionales o típicas de la equidad, que suelen manejarse por la doctrina. La clasificación quizás más importante, sería aquella que diferencia una serie de supuestos, según la relación que se guarda con la ley, es decir, la equidad “según la ley”, la equidad “al margen de la ley” y la equidad “contra la ley”. La que nos mueve esta noche en reflexión es la equidad infra, secundum o propter legem, o sencillamente infra legem, es la equidad interpretativa, aquella autorizada por delegación legislativa. Con la remisión a la equidad, la ley quiere evitar precisamente el doble procedimiento lógico de lo concreto, de la variedad de los casos a lo abstracto y delega en el juez la facultad de aplicar su valoración jurídica al caso concreto. Esto es lo extraordinariamente importante en nuestra tesis, la que avala al derecho internacional de la delimitación marítima, como veremos más adelante. La equidad infra legem es la equidad que se deriva de la norma, que está contenida en la norma. Es la equidad que sigue a la ley, interpretándola, si bien realizando de ella una interpretación fuerte –que no se limita a la mera declaración o ejecución de la letra de la ley, sino que, hasta cierto punto, y como haría un artista, el juez pone algo de su personal visión de las cosas en el proceso, realizando una cierta tarea creativa dentro del derecho. 17 Ahora bien, la equidad infra legem no es una derogación de la ley, sino en realidad una aplicación de sus disposiciones. Una manera de ejecutar la norma dentro de los alcances de la recreación de la justicia que la propia norma supone o contiene. Según el bello símil aristotélico, es “como la regla de plomo que usan los lesbios en sus construcciones, que se ajusta a las sinuosidades de la piedra, y es así como el decreto se acomoda a los hechos”. De allí que, como lo dijo el Instituto De Derecho Internacional en una célebre resolución del 3 de septiembre de 1937 “la equidad es normalmente inherente a una sana aplicación del derecho, y tanto el juez internacional como el interno deben tenerla en cuenta, en la medida compatible con el respeto al derecho”. Muchas veces la equidad infra legem se suele presentar en la práctica no como propia aplicación de la equidad, sino más bien embebida en la interpretación racional, lógica o teleológica. ¿Esto que significa?. Pues que en la llamada equidad interpretativa el juez, en presencia de un texto jurídico cuyo sentido no es claro e inequívoco, debe adoptar la interpretación lógica y teleológica que corresponda a la justicia porque el derecho debe ser legítimo, y aplicarse legítimamente, esto es, conforme a la equidad. Cuando la letra de la ley parece que podría inducir a injusticia, se debe realizar una interpretación conforme a la “ratio” del precepto, a la mens legislatoris, en lo que sería una interpretación subjetivista, o a la mens legis, en una de corte objetivo. El tema de la equidad interpretativa se encuentra en relación con el de la equidad autorizada por delegación legislativa, es decir, con el de aquellos supuestos en los que el legislador somete la solución de una determinada cuestión a la equidad. Al respecto, es conocida la clasificación que se hace de las normas jurídicas en normas rígidas o de derecho estricto y normas elásticas o de derecho equitativo. En las primeras el precepto es taxativo y no deja el menor margen de arbitrio para apreciar las circunstancias del caso concreto ni graduar sus consecuencias. En las segundas, los requisitos o los efectos del caso regulado resultan más o 18 Revista Peruana de Derecho Internacional menos indeterminados, quedándole al juez un cierto margen para apreciar las circunstancias de facto, conforme a la justicia y a la equidad. Conviene precisar los otros dos tipos de equidad por su relación con la ley. Debo decirles que existe, además, una segunda modalidad de equidad, es la equidad que más que seguir a la ley, está al margen de ella. Se la denomina praeter o extra legem. Esta tiene una función supletoria o integradora de la norma jurídica. En este segundo caso, no se trata de que haya una ley cuyo texto haya que interpretar conforme a la equidad, sino de que existe un vacio o laguna de norma aplicable a un caso concreto, sea porque efectivamente falte la norma, o en todo caso, porque ésta adolece de algún defecto que la haga inaplicable al caso en cuestión, laguna que por cierto puede colmarse desde dentro del propio sistema, o sea una autointegración conforme a la equidad. Aquí, pues, cuando no hay norma jurídica que regule directamente una determinada relación y ésta no puede extraerse del sistema jurídico positivo por la vía de la analogía o de sus principios informadores, a falta de otras fuentes –como la costumbre–, la equidad, realizando una adaptación de la justicia abstracta a las circunstancias del caso concreto, está llamada a jugar un papel supletorio e integrador del vacío o laguna jurídica. Y en tercer lugar, se encuentra la equidad contra legem. Al respecto, podría parecer, a primera vista, de que el juez carece de potestad para examinar y criticar la ley, y especialmente, para corregirla, pues se trata de un funcionario público, vinculado al imperio de la ley y sometido al derecho, con un deber cualificado de obediencia al ordenamiento jurídico, en cuanto aplicador del mismo. Debemos tener claro que los jueces no pueden juzgar las leyes, sino según ellas, a lo más que podría llegar el juez sería, en su caso, a juzgar un dato ineludible, que las leyes por muy sabias y justas que queramos imaginarlas, adolecen de imperfecciones, debiendo el juez al aplicar el 19 derecho, verificar la existencia, validez, adecuación, alcance y aplicabilidad del precepto en cuestión, no pudiendo en consecuencia, desentenderse del análisis de la norma jurídica y del ejercicio de una cierta y limitada acción correctora y perfeccionadora de la ley. Históricamente, el problema de si el juez puede dictar una resolución contraria no solo a la letra de la ley, sino incluso a su espíritu, ha ocupado un lugar destacado. De hecho a él se refirieron los pensadores griegos y las escuelas medievales, a través de la utilización de la equidad. Lo cierto es que desde el positivismo jurídico del que son manifestaciones la codificación y la dogmática jurídica del siglo XIX, se experimentó una decadencia de la escuela del derecho natural y se sentó el principio de que el juez no podía nunca, bajo ningún concepto, separarse de la ley. De ahí la situación problemática en nuestros días, de cual es el status de la equidad contra legem, con dificultades gravísimas para su aplicación práctica. Por eso es que frente a la situación de esplendor de la equidad en el derecho romano o en los sistemas jurídicos anglosajones, la aceptación de la equidad contra legem en los ordenamientos jurídicos continentales modernos es más que cuestionable. Esto se explica cuando verificamos la aplicación de la equidad en el derecho internacional que es lo que sigue a este tramo de filosofía del derecho y con ello sumergirnos en el escenario del derecho internacional. El apartado 2º del artículo 38º del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, tras la enumeración en el párrafo anterior de las fuentes del derecho internacional, y reproduciendo lo contenido en el artículo 38º del Estatuto de la Corte Permanente Internacional de Justicia –el precursor del mayor tribunal actual de alcance planetario– que existió entre 1922 y 1946, señala que “la presente disposición no restringe la facultad del tribunal para decidir un litigio ex aequo et bono si las partes así lo consideran”. 20 Revista Peruana de Derecho Internacional Max Soerensen, que ha estudiado esta fórmula en el comité de los diez, que redactó el Estatuto, considera la expresión ex aequo et bono un sustituto de la de “principios de justicia”, los cuales se identificarían, a su vez, con la equidad. No faltan sin embargo, quienes, como el juez Sir Robert Jennings, considera distintos los procedimientos de aplicación de los principios de equidad y los de solución de conflictos ex aequo et bono. Los primeros exigirían una preparación jurídica. La solución ex aequo et bono, no. En el primer supuesto estamos ante una decisión dentro del derecho within the law, en el segundo, fuera del derecho, aunque en ambos casos el elemento discrecional y subjetivo es importante, pues no se trata de aplicar el derecho; hay que crearlo para las partes. En la resolución adoptada por el Instituto de Derecho Internacional en su sesión de Luxemburgo de 1937, se afirma: En primer lugar, “que la equidad es normalmente inherente a una sana aplicación del derecho y que el juez internacional, lo mismo que el interno, está llamado por su propia misión a tener en cuenta de ella en la medida compatible con el derecho”; Y, segundo, “que el juez internacional no puede inspirarse en la equidad para dictar sentencia, sin estar ligado por el derecho en vigor, más que si todas las partes le otorgan una autorización expresa y clara a este fin”. El primer supuesto al que se refiere la resolución es el de la equidad infra legem. De carácter interpretativo. Efectivamente, el juez, entre varias interpretaciones o aplicaciones posibles de una regla positiva, debe escoger aquella que mejor tenga en cuenta la situación individual de las partes en litigio, dentro de los límites que le marca el derecho positivo. En este primer sentido, la equidad no constituye una base independiente de la decisión y los jueces pueden servirse de ella aunque no estén expresamente autorizados. 21 El segundo supuesto de la resolución del instituto es menos claro, especialmente en lo que concierne al inciso “sin estar ligado por el derecho en vigor”. Este es el caso de la equidad contra legem. La resolución del instituto no alude a la tercera forma de manifestación de la equidad: la extra legem. LA EQUIDAD EN EL DERECHO INTERNACIONAL DE LA DELIMITACIÓN MARÍTIMA En el derecho internacional de la delimitación marítima se da el caso sui generis de que la equidad no se deriva de la interpretación de la norma, sino que constituye la norma misma. La regla sustantiva de derecho positivo y derecho consuetudinario que se aplica a la solución de los diferendos de delimitación marítima determina que las partes en la negociación o los jueces en una sentencia arbitral o jurisdiccional, deben solucionar el caso obteniendo equidad en los resultados. Y según las sentencias de la Corte esto se aplica tanto al mar territorial como a la plataforma continental y la zona económica exclusiva. Este es la especificidad del derecho internacional de la delimitación marítima, a diferencia del derecho general, la equidad infra legem no hay que buscarla en los vericuetos de la norma. La jurisprudencia del Tribunal de Justicia de La Haya es consistente y unívoca en ese sentido. La Corte no aplica el ex aqueo buono en el derecho internacional de la delimitación marítima. Quisiera ser enfático. Esto significa que hasta ahora no se ha sometido ninguna controversia marítima al Tribunal de La Haya para que se resuelva en los términos del párrafo 2º del articulo 38º, que habla de principios reconocidos por las naciones civilizadas, –al llamarlas de esta manera se quiere hacer un alcance acerca de la madurez del sistema jurídico y no una valoración referida a la equidad ex aequo et bono. Por esta se otorga al juez la facultad de decidir de acuerdo a la equidad al margen del derecho cuando las partes así se lo solicitan. 22 Revista Peruana de Derecho Internacional La equidad como norma está consagrada también en las reglas del derecho de la delimitación marítima. De hecho, en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982. En ese sentido, la regla generalmente aplicable entre Estados de costas adyacentes, es la línea media o equidistante para la delimitación del mar territorial; para el caso de la zona económica exclusiva (art. 74° de la CONVEMAR) y de la plataforma continental (art. 83° de la CONVEMAR) la delimitación debe efectuarse mediante un acuerdo entre las partes, considerando en todo momento los principios que rigen en el derecho internacional con el objeto de alcanzar una solución equitativa, tal como expresamente lo dispone el artículo 38° del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia. Esto es, pues, pura equidad. El instrumento de Montego Bay, emanado de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, la más larga negociación multilateral habida en el seno de la ONU desde su creación y que por abrumadora mayoría aprobó el referido tratado en 1982, considerado el mayor instrumento internacional que regula la inmensidad del espacio oceánico. La CONVEMAR es el derecho internacional del mar vigente e imperante, y la equidad está consagrada en este tratado universal. En adición, los desarrollos más recientes de la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, aclaran que la aplicación concreta de la regla de la “solución equitativa” de la CONVEMAR corresponde en lo esencial, además, a lo dictado por las convenciones de 1958 y al derecho consuetudinario, contenido éste en la CONVEMAR. Es suficiente citar el fallo del 10 de octubre de 2002, en el asunto de la frontera terrestre y marítima entre Camerún y Nigeria. En dicho fallo, el 288, la Corte, confirmando sentencias anteriores, dicta los criterios, los principios y las reglas delimitación siempre en base a la equidad. Ya entonces, en el escenario del derecho del mar, lo que debemos formular, ahora, es que la nominación delimitación marítima se puede desarrollar desde una perspectiva amplia o general, en cuyo caso denota tanto el trazado del límite exterior de los espacios marítimos de un Estado, 23 considerado en su calidad unitaria y aislada, como la delimitación de las fronteras marítimas entre dos o más Estados; sin embargo, en las líneas que siguen efectuaré un desarrollo del principio de equidad en la delimitación marítima entre Estados. Lo primero que quisiera decirles en esta parte es que una delimitación de carácter marítimo se realiza normalmente por vía de un acuerdo negociado entre las partes, en virtud de la constatación de la superposición de las proyecciones soberanas en el mar de dos Estados con costas adyacentes. Dichas proyecciones tienen su partidor en las denominadas líneas de base, que son puntos establecidos a lo largo de las costas de los Estados. Desde estos puntos es que se miden las referidas proyecciones marítimas estatales de conformidad con las reglas del derecho internacional del mar vigente e imperante. Contrario sensu, si no existe tal superposición en las referidas proyecciones desde las costas de los Estados, déjenme decirles que los estados no necesitan establecer acuerdos pues dicha delimitación, que parte del principio jurídico “tierra domina el mar” o principio de adyacencia y que tiene su base y justificación en el hecho real, concreto y natural de que el Estado tiene un título sobre el mar que baña su litoral por el simple hecho de ser Estado costero, se efectúa en forma unilateral pues –repito– al no superponerse las proyecciones no hay una afectación de los linderos del mar de otro Estado. Dicho de otra manera, si las proyecciones de los mares territoriales de dos Estados cruzan, y ambos poseen iguales títulos jurídicos sobre la zona de superposición, no pueden extender sus respectivos espacios más allá de una línea media. Hacerlo es arbitrario y se está más cerca de la negación absoluta del derecho internacional que condena las decisiones unilaterales de los Estados cuando afectan los intereses del otro que se haya en posición de adyacencia. Así señalado, si los Estados no pueden lograr un acuerdo, la delimitación, entonces, será decidida por una instancia jurisdiccional de conformidad con los medios de solución pacífica de controversias –que 24 Revista Peruana de Derecho Internacional son ius cogens–, poseyendo dichas instancias, competencia para este efecto y cuya decisión deberá hacerse en virtud de los principios y reglas aplicables a la materia de conformidad con el derecho internacional. La jurisprudencia internacional que aparece consagrada como fuente del derecho internacional en el ya citado artículo 38º del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, instancia supranacional cuya razón de ser es la de solucionar las controversias que los Estados voluntariamente o por compromisos vinculantes sellados en tratados así lo han consentido, y que quedan sometidos a su consideración, aparece como una institución extraordinariamente necesaria y de mucha creatividad, a la que hoy más que nunca los Estados acuden para solucionar sus diferencias, dada la eficacia que viene demostrando –he ahí su valioso aporte– en el desarrollo del derecho internacional. Se trata de una aplicación de conformidad con las reglas del derecho internacional, siempre con el objetivo de concluir en una solución equitativa. Conviene tomar en cuenta que esta temática ya es un asunto de vital importancia para el campo de la seguridad internacional. En efecto, hasta hace unos pocos años en el mundo existían unos 270 casos de fronteras marítimas pendientes de delimitar y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos de América había identificado que las controversias por recursos marítimos se hayan entre las cinco amenazas para el orden y la paz internacional en la era de la Post-Guerra Fría. Desde esta perspectiva, el aporte de la jurisprudencia internacional para dirimir las controversias que los Estados voluntariamente le someten a su consideración, ha cobrado un gran valor y se ha expresado con gran vigor. La Corte Internacional de Justicia posee la facultad de modificar o desechar las reglas que han sido desprendidas y aplicadas por sus propias decisiones; sin embargo, también es indiscutible que, en la práctica, la Corte otorga un valor bastante considerable a la autoridad de los precedentes. 25 Por otro lado, antes los problemas sobre delimitación marítima eran técnicamente sencillos de resolver en la mayor parte de los casos; en cambio, hoy, dado que las áreas para delimitar comportan grandes distancias y extensiones, el asunto se ha vuelto más complejo, pero en todo caso el denominador común aplicable a toda delimitación marítima y sobre el cual no hay discusión en la jurisprudencia internacional es que la delimitación debe ser realizada por la aplicación de criterios equitativos y por la utilización de métodos prácticos aptos a asegurar, habida cuenta de la configuración geográfica de los Estados y de otras circunstancias pertinentes al caso concreto, un resultado equitativo. Por lo anterior, la Corte de La Haya considera que el criterio principal para delimitar las fronteras marítimas es el principio de la línea equidistante. Posterior y complementario a este criterio es el principio de equidad, el cual postula la repartición equitativa de zonas en las que hay intereses económicos de los países litigantes, como es el caso de la existencia de zonas de riqueza pesquera en el área de disputa. Por ello, es necesario que la Corte sea capaz de justificar la línea de delimitación a la luz de principios equitativos de contenido normativo, es decir, siempre por criterios infra legem. Ahora bien, conviene precisar que la equidad es un principio más no un método. A diferencia de la equidistancia, que es un método práctico. La equidad no es método, es principio o criterio que debe asegurar la equidad de resultados. La forma práctica de trazar la línea para asegurar esta equidad de resultados, es el método, el mismo que puede ser la equidistancia u otros métodos o la utilización de varios métodos, según las circunstancias especiales de cada caso. Esto ha sido confirmado por la Corte en el caso relativo a la frontera terrestre y marítima entre Camerún y Nigeria en el 2002 cuando dijo que “la equidad no es un método de delimitación, sino un objetivo que ha de tener en cuenta al ejecutar el método”. Si uno analiza la jurisprudencia internacional en la materia, no es difícil descubrir cómo la infinita variedad de situaciones concretas ha producido el que desde un principio se encuentre una cierta flexibilidad en 26 Revista Peruana de Derecho Internacional la regla jurídica, y éste es el papel que precisamente desempeña la función de la equidad –a la par de lo que sucede con las denominadas circunstancias especiales–, posibilitando así la individualización de la norma general a fin de evitar resultados no equitativos. Según Prosper Wel la equidad en la delimitación marítima sería conocida como un correctivo destinado a remediar la inequidad producida en ciertas circunstancias particulares por la aplicación de un método determinado. En tal sentido, la equidad tendría como misión asegurar un resultado equitativo o evitar una solución inequitativa, pudiéndose apreciar claramente la función infra legem de la equidad como correctiva del resultado que en una primera instancia tiene la aplicación de la equidistancia como método. La equidad infra legem tiene una función correctiva de la aplicación en tanto que su aplicación puede dar un resultado inequitativo. La equidad en la delimitación marítima es esencialmente un desarrollo del derecho consuetudinario, que se inicia con la decisión de la Corte en el caso del Mar del Norte de 1969, que incluye las propias normas del derecho convencional, como se puede apreciar en los ya citados artículos 74º y 83º de la CONVEMAR, cuando menciona que la delimitación marítima debe hacerse buscando una solución equitativa. Ahora bien, en la medida en que no existe un método de delimitación marítima de validez universal que permita obtener una solución equitativa a priori, no podemos obviar, entonces, que la equidad juega un papel importantísimo en la delimitación con el fin de llegar a un resultado equitativo conforme a las circunstancias que tendría cada caso en particular. De allí que el nuevo Derecho del Mar ha consagrado el principio de equidad como elemento fundamental, sustantivo y preponderante en materia de delimitación marítima, lo cual se puede percibir en la interpretación que ha hecho la Corte y demás tribunales y que ha contribuido notablemente al desarrollo del principio de equidad y su aplicación práctica. De otro lado, es verosímil que la teoría de la solución equitativa represente un “expediente feliz” como señala Tulio Scovazzi, elaborado 27 por los tribunales internacionales, y especialmente por la Corte Internacional de Justicia de La Haya, a los que se les pidió que decidieran controversias relativas a un problema nuevo. No existían precedentes adecuados, a los que referir, y por tanto, no se habían formado normas generales. Tampoco era posible deducir normas generales de una práctica constituida por tratados bilaterales de fronteras marítimas, que estuvieron bastante influenciados por las situaciones geográficas y políticas del caso concreto, y hasta por la capacidad de alguna de las partes de dirigir unas negociaciones que a su término le sean más favorables. El mismo articulo 6º del Convenio de 1958 sobre plataforma continental aún enunciando la regla de la equidistancia, admitía la excepción de las circunstancias especiales, lo que permitía valoraciones diversas. Una aplicación sistemática de la equidistancia habría llevado, en algunos casos, a soluciones tan ventajosas para una de las partes y obviamente tan desventajosas para la otra parte, que resultarían inaceptables también sobre la base de consideraciones de justicia elemental. Resultó que a partir de la primera decisión, dictada por la Corte Internacional de Justicia de La Haya el 20 de febrero de 1969 en las controversias entre Dinamarca y los Países Bajos, de un lado, y la Republica Federal de Alemania, del otro, sobre la plataforma continental del Mar del Norte, el juez enfrentando a un problema nuevo, vino de esta forma a enunciar de cuando en cuando las normas más apropiadas para aplicarse a casos concretos. No pudiendo abiertamente admitir su función creativa de la norma, el juez ha elaborado una compleja construcción lógica, por la cual aplicarían una norma fundamental ya existente, en concreto, la norma que prescribe una solución equitativa: aunque en efecto esta norma que resulta investida con un contenido demasiado vago, permite en concreto al juez alcanzar el resultado más apropiado al caso concreto. Otra vez, se trata de la equidad infra legem. Especialmente significativo a este caso es un extracto de una sentencia dictada por la Corte Internacional de Justicia de 1984 en que se 28 Revista Peruana de Derecho Internacional dice: “no se debe buscar un conjunto de normas concretas en el derecho consuetudinario internacional. Este derecho comprende en realidad un conjunto limitado de normas para asegurar la coexistencia y la cooperación vital de los miembros de la comunidad internacional, junto con un conjunto de normas consuetudinarias cuya presencia en la opinio iuris de los Estados se puede probar por vía inductiva basada en el análisis de una práctica suficientemente extensa y convincente, y no por vía deductiva desde ideas preconcebidas”. Es decir, nada de subjetividades. A la luz de la construcción lógica que se está examinando, el recurso a los principios equitativos, o mejor el logro de una solución equitativa, no se confunde con una solución ex aequo et bono. No se trata de aplicar la equidad simplemente como una manifestación de la justicia abstracta, sino de aplicar una regla jurídica que exige recurrir a principios equitativos, de conformidad con las ideas que siempre han inspirado el desarrollo del régimen jurídico del mar. Más concretamente, la aplicación de principios equitativos debe llevar a un resultado equitativo. Este modo de expresarse, además de ser corriente, no es del todo satisfactorio, dado que el adjetivo equitativo califica tanto el resultado a alcanzar como los medios a emplear para conseguirlo. Es, sin embargo, el resultado lo que importa: los principios están subordinados al objetivo a alcanzar. La equidad de un principio debe ser apreciada según la utilidad que el mismo representa para alcanzar un resultado equitativo. Ningún principio es per se equitativo, es la equidad de la solución la que les confiere esta cualidad. Alcanzar una solución equitativa no significa reconstruir la naturaleza. La equidad no implica necesariamente igualdad. No se trata –repito–, de reconstruir completamente la naturaleza y la equidad no impone que a un Estado privado de acceso al mar se le atribuya una zona de plataforma continental, ni igualar la situación de un Estado cuyas costas sean extensas, a las de otro Estado, cuyas costas sean reducidas. No se trata, por tanto, de rehacer totalmente la geografía, cualesquiera que sean las circunstancias de hecho, sino de, en presencia de una situación geográfica de casi igualdad entre dos o más Estados, reparar una particular 29 no esencial, de la que podría derivarse una diferencia de tratamiento injustificable. No obstante, es probable que, con la formación de una serie cada vez más nutrida de precedentes, también la referencia a la norma o a su presunción que impone una solución equitativa sea en un futuro próximo progresivamente sustituida por el enunciado de normas dotadas de un contenido más preciso que sea extraído del examen de los casos concretos. Y en este contexto, ya casi al final de esta reflexión, volvemos a la pregunta inicial ¿Qué es la equidad? ¿Cuál es su valor, ahora en el derecho de la delimitación marítima?. Siempre tendremos que decir, que está asociada al concepto o ideal de justicia. Repito, la equidad atenúa el rigor de la ley cuando está concebida como contraria a los principios de justicia. Por tanto, la equidad es lo fundamentalmente justo. Al fin y al cabo la palabra equidad expresa una de las dimensiones de la idea de la justicia, me refiero al criterio de proporcionalidad. Sin duda, por la equidad se busca una solución justa a las singulares características del caso particular. Mal se hace en pensar, desde mi perspectiva, que el problema de la equidad es propiamente el de efectuar una corrección de la ley o de la norma jurídica al aplicarla a determinados casos particulares. No. No se trata de corregir la ley, sino en cambio, de algo muy distinto, es decir, de interpretarla en forma razonable al caso concreto. Nadie puede considerar que la equidad aparece en el cosmos del ordenamiento jurídico internacional para adjetivar con vocación de corrección a las leyes tildadas de imperfectas. Yo diría que la equidad, es la manera adecuada de hacer exégesis de la norma jurídica entendiéndola correctamente, o sea justamente, porque una interpretación injusta es desequilibrada y basta que ello configure para que ya no sea equidad porque en ésta el equilibrio está dado por la naturaleza del caso concreto, de la realidad particular a la cual el derecho debe adecuar todo su aparato funcional como instrumento rector de la relación interestatal; y esto es equidad infra legem. Pero no se crea que la equidad es lo mismo que la justicia, eso sería muy pretencioso pero no podemos dudar que aspira a ella, ese es su 30 Revista Peruana de Derecho Internacional objeto. La equidad es una forma determinada de justicia. Si la justicia es el ideal supremo del ser y del cosmos y el derecho el instrumento de regulación con carácter garantista de la convivencia, entonces el derecho mismo no puede ser injusto, ello implicaría una contradicción. Distinto es que la ley o norma jurídica puede encerrar injusticias, dado que la ley emana y es formulada por un acto de autoridad pero la autoridad se puede equivocar porque le falta ciencia, saber o buena fe, y en esos casos esa autoridad puede establecer e imponer leyes completamente malas. De manera que lo justo se asocia al saber y a la bondad que es una carga de buena fe y de moral, y precisamente la equidad busca y exige la realización del pleno bien cuando las circunstancias del caso concreto así lo exige. Allí está aquel precepto romano suum cuique tributere que manda dar a cada uno lo que le pertenece. Esta es la regla de la razón, este es el propósito de la equidad. De allí que la equidad jurídica o infra legem se encuentra en el respeto proporcionado de aquello que partiendo de una interpretación de la norma jurídica posee un especial interés social. ¿quién dice que las reglas de la interpretación son ajenas a la sensibilidad humana?. Al contrario, velan por ellas, por tanto, se trata del respeto de aquello especialmente importante para el bien común del grupo o de la comunidad. Ahora bien, la teoría tridimensional de Miguel Reale nos informa que el derecho hace siempre referencia al orden axiológico. El derecho no es un valor pero es una realidad valiosa. El derecho tiene sentido por su vocación a realizar un auténtico orden de valores en las relaciones de la vida social. Para que el derecho sea derecho debe mantener un nexo de dependencia con el mundo axiológico, de lo contrario no es derecho. Por esa razón no cabe hablar de derecho si se excluyen de su esencia los valores de justicia y equidad. Precisamente son estos valores de justicia y equidad los que derivan de la aplicación de la línea media o de equidistancia. Para muchos autores ambos términos son sinónimos en el sentido de que ambos son producto o resultado de la utilización de un mismo método geométrico. Como principio 31 geométrico, la línea de la equidistancia entre dos puntos cualesquiera dentro del mismo plano, llega a ser la bisectriz de la perpendicular de una línea que une a todos ellos. O sea, una exactitud que solo las matemáticas la puede explicar. Ahora bien, este principio está inmerso dentro del concepto de la línea media. Este método, asimismo, puede ser utilizado en una gran variedad de situaciones geográficas y de hecho cobra muchísima vigencia su aplicación en situaciones de delimitación pendiente entre Estados situados uno al lado del otro, o sea con costas adyacentes. El método de la equidistancia se ha universalizado para delimitar las fronteras marítimas entre Estados –claro está que desde sus comienzos, la delimitación marítima evolucionaría a través de la dialéctica entre los distintos principios o criterios existentes– pues es el único que asegura que se realice una repartición general que tienda a la equidad y ya hemos hablado de la connotación que tiene este último principio en el derecho internacional de la delimitación marítima. O sea, la equidistancia nos conduce a la equidad en los resultados; claro está que ello no es una garantía de que siempre la línea de la equidistancia puede conducir a resultados equitativos, también podría suceder que esas consecuencias sean inequitativas como es el caso de la aplicación de la línea de la equidistancia cuando las costas de los Estados advierten una configuración cóncava. De otro lado, no existe ningún imperativo en el derecho internacional que obligue la aplicación de algún método único de delimitación, tratándose del método de la equidistancia o de cualquier otro criterio. Lo único que el derecho internacional general prescribe es el que toda delimitación se realice conforme a criterios que conduzcan a resultados equitativos. De ello dan cuenta tanto la Corte de La Haya como otros tribunales arbitrales. A todo esto, el concepto de justicia no puede separarse de la noción de equidad, ni mucho menos oponérsele a ésta. Ello sería absurdo y el derecho que aspira a la justicia, no es ilógico, es real, es concreto, es racional. La Corte de La Haya que tiene facultad de aplicar principios 32 Revista Peruana de Derecho Internacional equitativos no significa que vaya a dictar sentencias caídas en la indeterminación o el azar, no, de ninguna manera, la Corte está precisamente para dictar una decisión que, respetando la naturaleza del caso específico exprese en el fallo internacional que su decisión se ha hecho en el ser de lo justo de acuerdo con las circunstancias del caso sometido a su jurisdicción. Este es el propósito de la equidad, ser coherente en el caso concreto siempre con base en los principios y reglas del derecho. La mejor prueba de que esta reflexión tiene asidero en el derecho internacional se encuentra en las decisiones de casos resueltos por la Corte Internacional de Justicia de La Haya. La jurisprudencia de la Corte es uniforme en todas sus sentencias al aplicar la norma fundamental de la equidad como resultado de la delimitación, independientemente del método o los métodos de trazo de la línea limítrofe que haya utilizado y que son los siguientes desde 1969: caso RFA - Dinamarca y Holanda (1969): La República Federal de Alemania había delimitado sólo las zonas cercanas a la costa y no las lejanas, lo cual originó una disputa con dos países vecinos. La CIJ resolvió no trazar límites, pero sí recomendó llegar a acuerdos “de conformidad con los principios equitativos”; caso Túnez – Libia (1982): mientras que el primero apelaba a la frontera natural de la superficie (continuidad geográfica), el segundo pedía tomar en cuenta formaciones rocosas debajo del mar. La Corte desvirtuó ambos fundamentos y finalmente se decidió por el principio de equidad; caso Canadá - EE.UU. (1984): se aplicó el criterio de equidad, desestimando los argumentos de ambos países, que se basaban en considerar formaciones rocosas de la costa y de los fondos marinos; caso Libia - Malta (1985): se delimitó la frontera marítima, siguiendo la línea de frontera terrestre. Estos argumentos estuvieron basados en accidentes geográficos; caso Dinamarca - Noruega (1993): la CIJ propone en principio la línea equidistante, pero luego modifica su decisión al tomar en cuenta los intereses pesqueros de ambos países. Así, se opta por una línea que divide en partes iguales la zona de mayor interés económico; caso Qatar - Bahrein (2001): un caso más donde se puede ver que la frontera marítima surge de la frontera terrestre. Es “… la situación territorial terrestre la que ha de ser retenida como punto de partida a fin de determinar los derechos 33 de un Estado costero al mar”, señala la sentencia; el caso Camerún Nigeria (2002): basándose en los fallos anteriores, los magistrados de la Corte de La Haya no toman en cuenta fronteras naturales, y deciden trazar una línea equidistante que toma en cuenta los intereses de ambos países. Los últimos y más recientes, el caso entre Nicaragua y Honduras con aplicación del método de la bisectriz y el de Nicaragua con Colombia. En todos ellos se puede constatar la fuerza y la vigencia que para el derecho y la justicia, tienen la equidad y sus resultados. Finalmente, la equidad no es incompatible con la justicia, sino que al contrario, aquilata el valor de ésta, lo afianza, le da vida. La equidad atenúa el efecto de la norma de derecho positivo, disminuye el rigor de la ley cuando ésta es concebida como contraria a los principios de justicia. La relación entre justicia y derecho es intrínseca e inseparable, y de dependencia mutua, no pudiendo concebirse una justicia pura sin derecho ni un derecho puro sin justicia. Si se diera esto último, no se trataría de derecho propiamente. Por eso tanto hemos dicho que el derecho positivo sin contenido justo es arbitrario. La equidad aleja el derecho de la obsecuencia. Con todo esto el derecho se adapta al hecho para evitar lo injusto. Por eso es que ante una realidad en la que deba interpretarse la norma jurídica, el derecho, por el caso concreto, bien vale decir que a ley confusa se acude a la equidad, porque ésta es lo justo que se parece a la equidad solo que como decía Aristóteles en su “Ética a Nicómaco”, Libro V, Capítulo X, citado por Eduardo García Maynes en su obra de introducción al derecho, sobre lo equitativo y lo justo que ponía en un mismo plano al decir que “son una misma cosa, y que siendo ambos buenos, la única diferencia que hay entre ellos es que lo equitativo es mejor aún”. En el fondo de este concepto se lee que la equidad atempera la ley al considerar las circunstancias particulares de cada caso frente al rigorismo de la ley, porque de lo contrario se tendrían iguales soluciones a los conflictos jurídicos, pero injustas. Revista Peruana de Derecho Internacional 34 Por ello en la aplicación de la ley se debe buscar la justicia, pero no solamente la justicia legal, sino la justicia ubicada en el contexto general de las relaciones sociales y el bien común. Armonizando la justicia legal con otros criterios y deberes individuales y sociales se da lugar a lo equitativo, que es el objeto de la equidad. Señoras y señores, Por todo lo anterior, ésta es mi convicción en torno de la equidad infra legem como principio que gobierna en el derecho internacional de la delimitación marítima, regla dominante en la juridicidad internacional a la luz del propio derecho internacional que acabo de compartirles esta noche. Al concluir mi exposición, señor Presidente, quisiera expresar mi agradecimiento al Embajador Manuel Rodríguez Cuadros, Miembro Titular de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional por haber aceptado el encargo de la Sociedad de su presidencia, para pronunciar el discurso de recibimiento de mi persona. Usted, Embajador Rodríguez Cuadros, que es quien con profundidad en el conocimiento de la temática abordada y a la luz de su importantísima obra sobre la equidad en la delimitación marítima, recientemente publicada y de lectura obligatoria , tiene la autoridad para hablar sobre este tema en el país. Decirle que es para mi un honor tenerlo en esta noche especial. Gracias muy de verás. Muchas gracias señor Presidente. Muchas gracias a todos ustedes. *** 35 DISCURSO DE RECEPCIÓN POR EL EMBAJADOR MANUEL RODRÍGUEZ CUADROS, MIEMBRO TITULAR DE LA SOCIEDAD PERUANA DE DERECHO INTERNACIONAL EN EL ACTO ACADÉMICO DE INCORPORACIÓN FORMAL DEL DOCTOR MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ MACKAY COMO MIEMBRO ASOCIADO DE LA INSTITUCIÓN Sr. Embajador Gonzalo Gutiérrez Reynel, Viceministro Secretario General de Relaciones Exteriores Sr. Embajador Gonzalo Fernández Puyó, Presidente de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional Sr. Embajador Jorge Lázaro Geldres, Rector de la Academia Diplomática del Perú Señoras y señores: Quiero expresar mi gratitud al Consejo de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional por haberme conferido el honor y la responsabilidad de recepcionar la ponencia presentada por el Dr. Miguel Ángel Rodríguez Mackay, en este acto de su incorporación como miembro asociado de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional. Permítanme la licencia de hacer referencia a circunstancias vitales que añaden a este acto un simbolismo especial. Entre quien presenta su ponencia como parte del expediente de su ingreso a la Sociedad, el Dr. Rodríguez Mackay, y quien la recepciona, mi persona, existen algunas coincidencias de itinerarios personales y profesionales: Haber estudiado en el mismo colegio, la Gran Unidad Escolar Ricardo Palma, la misma universidad, la Universidad Mayor de San Marcos, la misma facultad, Derecho, haber desarrollado ambos su carrera profesional, mayoritariamente, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, compartir preocupaciones teóricas y prácticas en el mundo cambiante de las relaciones internacionales y el derecho internacional, y, obviamente, llevar por coincidencia el mismo apellido. 36 Revista Peruana de Derecho Internacional Estas circunstancias hacen de este acto una ocasión de reafirmación de los valores de la amistad. Hemos escuchado la lectura de la hoja de vida del Dr. Rodríguez Mackay. Una vida joven dedicada al derecho y a la docencia, en más de una hoja ciertamente, cuyos méritos y excelencias no voy a repetir. Solo quisiera resaltar su condición de profesor en diversas universidades del país, su labor en la Comisión Permanente del Pacífico Sur, que lo introdujo en las rutas del derecho marítimo y la devoción con que desempeña desde 1998 el cargo de Coordinador General de la Sociedad Peruana de Derecho internacional. Su inteligencia jurídica, obviamente. El Dr. Rodríguez Mackay reúne todos los méritos académicos y las dignidades personales para esta incorporación que enriquece la membresía de la Sociedad. Su trayectoria académica y profesional es indicativa de su compromiso con el derecho y de su sólida formación académica, así como del permanente ejercicio intelectual que va al encuentro de las mejores tradiciones que en ese derrotero ha aportado la Sociedad al estudio y desarrollo del Derecho Internacional y a las reflexiones de la política internacional desde la perspectiva del derecho. Estoy persuadido que el Dr. Rodríguez Mackay con su permanente actitud de búsqueda intelectual en las nuevas tendencias y ámbitos regulatorios del Derecho Internacional, y su vocación académica de raigambre universitaria, valora plenamente este acto de incorporación. Como lo hacemos todos nosotros. Y utilizó la palabra valorar en su significado etimológico de “reconocer, estimar o apreciar el valor o mérito de alguien o algo”. Tanto en lo que concierne al nuevo asociado que hoy recibe de la Sociedad su membresía, como en relación a la propia institución, cuya vitalidad se ve continuamente enriquecida con el ingreso de nuevos académicos. Esta doble dinámica del reconocer, estimar y apreciar el valor y mérito de quien ingresa a la Sociedad y del aliento vital que las nuevas 37 membresías significan para ella, está en la explicación del por qué esta institución está próxima a cumplir dentro de siete años, el 2015, el centenario de su existencia. En un país en el que como decía Basadre los desarrollos institucionales tienden a ser efímeros, el hecho que una institución académica, creada para promover el estudio del Derecho Internacional, posea una biografía próxima al centenario es ciertamente excepcional. Un aporte de la mayor trascendencia al desarrollo institucional de la sociedad en el Perú y una expresión de la importancia y trascendencia que en la historia nacional y en la diplomacia peruana han tenido y tienen las relaciones jurídicas internacionales. La presentación del Dr. Rodríguez Mackay está en esa tradición. Ha escogido para este acto presentar una ponencia de difícil desarrollo y complejidad teórica, por el nivel de abstracción de los conocimientos que demanda y por corresponder a una de las ramas más recientes, aún no totalmente perfeccionadas y sutiles del Derecho Internacional Público: La equidad Infra legem en el derecho internacional de la delimitación marítima. Esta escogencia tiene un doble valor, pues como bien señala Laurent Lucchini, en su obra Droit de la Mer, la delimitación de los espacios marítimos se inscribe entre los problemas más sensibles de nuestra época, porque hace referencia a uno de los últimos bastiones de la “territorialidad”, y porque en su tratamiento se estimula la producción normativa en su mayor jerarquía: el papel excepcional que cumple en su caso el juez o los tribunales de justicia1. Y, luego, porque la materia está vinculada directamente a los principios, normas, criterios y métodos que aplica la Corte Internacional de Justicia para resolver las controversias de delimitación marítima. Hay pues en la selección de la materia que nos ha presentado con probidad y lucidez el profesor Rodríguez Mackay, por un lado el desafío estrictamente académico de trabajar un tema complejo, difícil, de escasa bibliografía, en cualquier idioma, de naturaleza abstracta y de una complejidad normativa evidente. Y por otro , la pertinencia de esta reflexión 38 Revista Peruana de Derecho Internacional en el tiempo y el espacio, si se tiene en cuenta que la Corte Internacional de Justicia, recientemente, ha dictado sentencia en el caso del diferendo territorial y marítimo entre Honduras y Nicaragua y se encuentran pendientes de resolución los casos del diferendo territorial y marítimo entre Nicaragua y Colombia y el diferendo marítimo entre el Perú y Chile. Al comentar la ponencia del Dr. Rodríguez Mackay, desarrollaré algunas ideas propias sobre el tema, en el contexto ejerciendo una rígida disciplina conceptual, en el sentido de sujetar comentario e ideas propias a las normas convencionales y consuetudinarias que rigen la materia y a la jurisprudencia de la Corte que, caso singular, ha contribuido desde 1969 y contribuye en la actualidad, de manera creativa, al surgimiento y perfeccionamiento de los principios, normas y métodos del Derecho de la Delimitación Marítima. Pero mi intento mayor será tratar de simplificar sin distorsionar y manteniendo la disciplina conceptual a la que me he referido, las instituciones básicas de una materia muy compleja, sutil en su desarrollo, cuya comprensión, insisto, requiere amplios niveles de abstracción. Deseo en primer lugar referirme a algunos supuestos de la ponencia presentada, que son las instituciones básicas del Derecho Internacional de la Delimitación Marítima. Específicamente a dos cuestiones básicas: El título de la soberanía marítima y la naturaleza de la delimitación. EL TÍTULO JURÍDICO DEL ESTADO SOBRE EL MAR ADYACENTE A SUS COSTAS A diferencia del derecho de la delimitación territorial, en la delimitación marítima el titulo no se adquiere en función de determinadas y plurales fuentes de atribución. El titulo de soberanía de los estados sobre el mar adyacente a sus costas se obtiene ipso iure. Se deriva del sólo hecho que un estado posea mar adyacente a sus costas. Ese título no hay que probarlo ni exhibirlo. Su sustento es la soberanía estatal sobre 39 el territorio terrestre que se prolonga sobre el mar adyacente a las costas. No es el territorio como realidad física y geográfica el que otorga el título, sino la soberanía territorial como hecho jurídico. Ello se deriva de la aplicación del principio “tierra domina al mar” o en una formulación de mayor rigor técnico jurídico “principio de adyacencia”(1). La Corte lo reconoció así en su sentencia del 18 de diciembre de 1951, en el asunto referido a las pesquerías anglo -noruegas: “es la tierra que confiere al Estado ribereño el derecho sobre las aguas que bañan sus costas”(2) Esta jurisprudencia fue confirmada y elaborada con mayor rigor en la sentencia del 20 de febrero de 1969, en el asunto del Mar del Norte: “el derecho del estado ribereño sobre su plataforma continental tiene por fundamento la soberanía que él ejerce sobre su territorio..”(3). Todos los estados con costas marítimas tienen de esta manera un título perfeccionado sobre el mar adyacente a sus costas. Asunto distinto es la extensión de ese mar, es decir sus limites, hacia la alta mar y en relación a los estados vecinos que se encuentren al frente o en adyacencia a sus costas. Los límites hacia la alta mar han sido finalmente consagrados por la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, de 1982, que en términos generales reconoce tres espacios básicos: el mar territorial hasta 12 millas, la zona económica exclusiva hasta 200 millas y la plataforma continental mínimo hasta 200 millas. Los límites respecto de los estados vecinos en la media que no exista superposición de las aguas de una y otra soberanía no presentan problemas de delimitación. Sólo cuando las proyecciones marítimas de países vecinos situados frente a frente o en adyacencia se superponen, es necesario proceder a una negociación o a una decisión jurisdiccional para delimitar. La determinación de los principios o criterios, normas y métodos jurídicos para proceder a dicha delimitación es el objeto del Derecho Internacional de la delimitación marítima. Estas es una primera cuestión que estimo importante retener. (1) (2) (3) Cf. RODRÍGUEZ CUADROS, Manuel. Delimitación Marítima con Equidad: El Caso de Perú y Chile, Edit. Peisa, Lima, 2007, pp. 55-58. CIJ, Recueil, 1951, p. 133. CIJ, Recueil,1969, p. 29. 40 Revista Peruana de Derecho Internacional LA DELIMITACIÓN DE LAS FRONTERAS MARÍTIMAS EN EL DERECHO INTERNACIONAL El segundo supuesto de la exposición del Dr. Rodríguez Mackay, es aquella que se refiere a la delimitación marítima como el acto a través del cual la superposición de las proyecciones marítimas de dos estados en una zona determinada se resuelve dividiendo la zona de superposición. La determinación de los criterios, principios y métodos aplicables para dividir la zona de superposición a través de una solución jurídica que excluye el ex aqueo buono es la materia del Derecho Internacional de la Delimitación Marítima y la fuente material y jurídica del papel que en esta rama del derecho tiene la equidad, específicamente la equidad infra legem. Al tratarse de la división de espacios marinos respecto de los cuales los estados en litigio tienen el mismo título jurídico, la delimitación excluye la posibilidad de otorgar todo los espacios en cuestión a un u otro de los estados que están en controversia. El o los espacios deben ser divididos con equidad. Por eso, la delimitación marítima puede definirse como “el proceso de partición equitativa del solapamiento entre las áreas marítimas de dos estados que se encuentran frente a frente o que tienen limites laterales”(4). Como recuerda Eloy Ruiloba García, “Desde la aparición de las primeras delimitaciones marítimas los Estados siempre han intentado dividir o repartir los recursos en liza de la forma más justa y equitativa posible. De igual modo la doctrina siempre ha tenido presente la idea de la delimitación equitativa”(5). Esta aproximación indica una segunda cuestión trascendente a retener: en todo proceso de delimitación marítima se anteponen o confrontan dos títulos legítimos y de igual valor. Por esa razón la delimitación ab initio supone dividir la zona de superposición. El asunto (4) (5) Cf. RODRÍGUEZ CUADROS, op. ct. p. 58. RUILOBA GARCÍA, Eloy. “Circunstancias especiales y equidad en la delimitación de los Espacios Marítimos”, en: Real Instituto de Estudios Europeos, Zaragoza, 2001, p. 64. 41 clave está en cómo dividir esa zona, en función de que criterios y en razón de que resultados a esperar. En torno a estas cuestiones gira toda la complejidad del derecho d el delimitación marítima, el desarrollo de sus normas convencionales y de sus reglas consuetudinarias, tributarias esencialmente –antes que de la conducta directa de los estados– de las sentencias de tribunales arbitrales y de la Corte, es decir de la jurisprudencia, y la aceptación de ésta por parte de los estados. De esta realidad surge otra característica del derecho de la delimitación marítima que el Dr. Rodríguez Mackay ha referido con precisión, su naturaleza esencialmente consuetudinaria, de base jurisprudencial. LA EQUIDAD EN LA DELIMITACIÓN MARÍTIMA ¿MEDIO CORRECTIVO AUXILIAR O CONTENIDO ESENCIAL DE LA NORMA JURÍDICA? En 1969, cuando la Corte sentenció el caso del Mar del Norte(6), debía resolver sobre la norma aplicable para solucionar la controversia que oponía a la República Federal de Alemania a Los Países Bajos y Dinamarca. En ese entonces existía una norma convencional, específica, para la delimitación de la plataforma continental (que era concebida en su realidad geográfica y geomorfológicas) : El Art. 6 de la Convención de Ginebra de 1958, cuyo texto establece: “Cuando una misma plataforma continental sea adyacente al territorio de dos Estados limítrofes la delimitación se efectuará por acuerdo entre ellos. A falta de acuerdo, y salvo que circunstancias especiales justifiquen otra delimitación, esta se efectuará aplicando el principio de la equidistancia de los puntos más próximos de las líneas de base desde (6) ICJ, Reports, 1969, p. 53. 42 Revista Peruana de Derecho Internacional donde se mide la extensión del mar territorial de cada Estado”(7). En la época la norma de derecho internacional aplicable a la delimitación marítima para los países obligados por la Convención de 1958, era una línea equidistante. La Corte conforme a la hermenéutica jurídica de elaboración de sus fallos, tenía entre sus primeras tareas decidir sobre la norma de derecho aplicable al caso. Dinamarca y los países Bajos habían suscrito y ratificado la Convención de 1958. Alemania Federal no lo había hecho y, consiguientemente, señaló que no estaba obligada por las disposiciones del Art. 6.2. Dinamarca y Países Bajos argumentaron, que la norma de la equidistancia, como método obligatorio, contenida en el Art. 6.2 debía aplicarse de todas maneras a la solución del caso, pues consideraban que el trazo de la delimitación por una línea equidistante era parte del derecho consuetudinario y que en esa condición obligaba a la República Federal. La Corte resolvió que dicha norma, es decir la utilización obligatoria de la línea de la equidistancia, no había adquirido la calidad de regla consuetudinaria y descartó su aplicación para resolver el caso. Esta decisión creo un vacío jurídico, pues la única regla existente no era susceptible de aplicarse por la vía convencional ni como derecho consuetudinario. Así la Corte se encontró ante el desafió de resolver el caso sin aplicar la norma de la equidistancia sea como derecho positivo o regla consuetudinaria. Este vacío normativo, la Corte lo lleno ella misma, elaborando una norma a la que atribuyó un carácter de norma consuetudinaria general. Como señalan , Lucchini y Vcelckel, la Corte se vio impelida a introducir, bajo el amparo del recurso al derecho consuetudinario, su propia construcción normativa, que se puede sintetizar en la fórmula “resultado equitativo-principios equitativos-circunstancias (7) Convención de Ginebra sobre la Plataforma Continental,1958, Art. 6.2. 43 pertinentes”, en sustitución de la norma equidistancia-circunstancias especiales contenida en el Art. 6.2 de la Convención de 1958. De esta manera la Corte sustituyó el criterio técnico de una línea determinada, la equidistante, por una norma cuyo elemento central es la equidad, regla a la que el método –la equidistancia o cualquier otro– debe supeditarse en función de circunstancias pertinentes, con el objetivo de obtener una equidad de resultados. A partir de este caso, la Corte ha venido desarrollando de manera incesante su función normativa o creadora de derecho en el ámbito de la delimitación marítima. Por cierto, en principio, en el derecho internacional general al juez le está vedado crear derecho. Debe aplicarlo o interpretarlo. Pero la acción creadora de la Corte encuentra coherencia y sustento normativo, primero en la atribución que ella misma hace de sus decisiones en delimitación marítima al derecho consuetudinario, derivado de la aceptación de los estados de su propia jurisprudencia; y de otro, en los intercisos normativos del propio artículo 38 del Estatuto de la Corte. El Art. 38, inciso 1, obliga a la Corte a resolver los diferendos que le sean sometidos “conforme al Derecho Internacional” Y este mandato es taxativo. Sin embargo, el mismo artículo 38 , en su primer párrafo, asigna a la jurisprudencia un papel y una calidad de “medio auxiliar para la determinación de las normas de derecho”(8). Como apuntan bien Lucchini y Vcelckel, la norma, el derecho internacional, le reconoce a la jurisprudencia “algún espacio, aunque sea reducido, en la producción de la norma de derecho”(9). Es a partir de este ejercicio creador de normas por parte de la Corte –que ha continuado en todas sus sentencias sobre delimitación marítima desde 1969 hasta la actualidad y de la interrelación de su jurisprudencia con la conducta de los estados que han aceptado de manera absoluta y continua estos desarrollos normativos, que el derecho (8) (9) CIJ, La Cour Internationale de Justice, La Haye, 1996. LUCCHINI, p. 200. 44 Revista Peruana de Derecho Internacional internacional de la delimitación marítima es esencialmente un derecho consuetudinario y jurisprudencial. No obstante haber culminado un esfuerzo normativo de excepcional importancia, las disposiciones de la Convención del Mar de 1982, por su generalidad y carácter ambiguo, como señala tiene un impacto relativamente modesto en el desarrollo y aplicación del derecho internacional de la delimitación marítima. La Convención del Mar de 1962 tiene dos disposiciones esenciales en materia de delimitación marítima. Aquella que establece la regla “equidistancia-circunstancias especiales “para la delimitación del mar territorial(10) y la que manda establecer el límite marítimo para la zona económica exclusiva y la plataforma continental través de un acuerdo entre las partes que conduzca a una solución equitativa”(11). La regla “equidad-circunstancias especiales” para el mar territorial, contiene una indicación precisa para el trazo de una línea divisoria de la zona de superposición. En principio, indica la delimitación debe hacerse utilizando el método de la equidistancia, con la salvedad que en caso de existir circunstancias especiales esa regla no se aplica. No indica en esa (10) (11) El Art. 15 de la Convención sobre el Derecho del Mar establece: “Cuando las costas de dos Estados sean adyacentes o se encuentren frente a frente, ninguno de dichos Estados tendrá derecho, salvo acuerdo en contrario, a extender su mar territorial más allá de una línea media, cuyos puntos sean equidistantes de los puntos más próximos de las líneas de base a partir de las cuales se mide la anchura del mar territorial de cada uno de esos estados. No obstante, esta disposición no será aplicable cuando por la existencia de derechos históricos o por otras circunstancias especiales, sea necesario delimitar el mar territorial de ambos estados de otra forma”. Los artículos 74 y 83 de la Convención sobre el Derecho del Mar de 1982, tienen una redacción común para la delimitación de la plataforma continental y la zona económica exclusiva: “La delimitación de la zona económica exclusiva (plataforma continental) entre Estados con costas adyacentes o situadas frente a frente se efectuará por acuerdo entre ellos sobre la base del derecho internacional, a que se hace referencia en el Art. 38 del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, a fin de llegar a una solución equitativa” (Convención del Mar, 1982, Arts. 74.1 y 83.1). 45 hipótesis que regla o reglas deben aplicarse. Hay un vacío de la normatividad en este punto. Tampoco se señalan cuales son las circunstancias especiales cuya presencia obliga a aplicar un método distinto a la equidistancia. Se trata de una norma imperfecta. En el caso de la delimitación de la zona económica exclusiva y la plataforma continental, el vació normativo es mucho más claro. La norma convencional sólo se limita a señalar que la delimitación debe ser el resultado de un acuerdo entre las partes y conducir a una solución equitativa. No indica que es una “solución equitativa” ni cómo se obtiene. No da ninguna indicación sobre los métodos que se deben utilizar para obtener un línea de frontera marítima que divida la zona de superposición de manera equitativa. No es una norma que contenga criterios que posibiliten su aplicación práctica. Como ha señalado Weil, “… las imprecisiones de las disposiciones de 1982 sobre la delimitación de la plataforma continental y la zona económica exclusiva han reducido a estas normas al rol menor de una directiva vaga de inspiración muy general, imposible de desembocar en un contenido normativo preciso(12). Esta realidad explica en parte la naturaleza consuetudinaria y jurisprudencial del derecho internacional de la delimitación marítima, ya que éste se desarrollo antes que se apruebe y entre en vigor la convención. Cómo se ha visto ya en 1969, la Corte Internacional de Justicia al resolver el caso del Mar del Norte se encontró con el vacío normativo en relación a la Convención de 1958, a cuya norma delimitadora por la línea equidistante el tribunal de La Haya le negó el carácter de derecho consuetudinario. Posteriormente en el lapso que media entre la sentencia del caso del Mar del Norte y la entrada en vigencia de la convención del mar de 1982, la Corte tuvo que resolver seis casos de (12) PROSPER Weil, Perspectives du droit de la delimitation maritime, Editios, A. Pedone, Paris , 1988, p. 12. 46 Revista Peruana de Derecho Internacional controversias sobre delimitación marítima(13). En esas circunstancias, al no contar necesariamente con normas convencionales aplicables a todos los casos, recurrió a una forma inédita de creación de derecho a través de su propia jurisprudencia en consonancia con el derecho consuetudinario. El punto de partida de la labor creativa de la Corte –que se recoge posteriormente en las disposiciones ambiguas y generales de la Convención de 1982– fue su comprensión de que el límite marítimo entre dos estados que divide la zona de superposición de sus respectivas proyecciones marítimas, debe tener imperativamente un resultado equitativo. La equidad como principio y como regla de derecho aparece de esta manera, a la vez, como un objetivo y un criterio normativo para proceder a la delimitación marítima. La división de la zona de yuxtaposición no debe obedecer a un criterio pre establecido ajeno a la realidad geográfica y geomorfológicas de las costas de los estados que delimitan su frontera marítima, sino al principio teleológico del resultado equitativo. El primer paso en ese sentido lo dio la Corte en su sentencia sobre la plataforma continental en el Mar del Norte, al resolver que la línea de la equidistancia propuesta por Dinamarca y Noruega no conducía a un resultado equitativo y que en consecuencia el límite marítimo de ambos países con Alemania Federal debía trazarse “…por acuerdo entre las partes en concordancia con los principios equitativos y teniendo en cuenta todas las circunstancias especiales…”(14). En esta sentencia, por primera vez la Corte consideró que la equidad era la norma fundamental para la delimitación marítima y que la (13) (14) Los casos que la Corte resolvió en ese periodo fueron: Plataforma Continental del Mar del Norte(1969), Plataforma Continental Túnez-Libia (1982), Delimitación de la Frontera Marítima en la región del Golfo del Maine (1984), Plataforma Continental Libia-Malta (1985), Diferendo fronterizo terrestre, insular y marítimo, El Salvador c. Honduras (1992) y Delimitación Marítima en la región situada entre Groenlandia y Jan Mayen, Dinamarca c. Noruega(1988). CIJ, Reports 1969, p. 53, pár. 101. (C),(1), traducción del autor. 47 equidistancia, como cualquier otro método de delimitación, no aseguraba a priori el resultado equitativo que pasaba así a constituirse en el objeto y fin de toda delimitación marítima. No se trata de la equidad como un valor propio de la justicia distributiva que se utilice para corregir el derecho y menos del ex aqueo buono. La sentencia de la Corte incorporaba la equidad a la norma, en realidad hacia de la equidad la norma o regla de derecho aplicable. La Corte descartó la aplicación de la línea equidistante pues en el caso concreto de la controversia a su juicio una delimitación que utilizase este método iba a conducir a un resultado inequitativo. Ello porque dada la configuración cóncava de las costas de Alemania, la aplicación del método de la equidistancia la privaría de un espacio marítimo igual al que se adjudicaría a Dinamarca y Noruega lo que dejos de realizar la equidad de resultados hubiese resultado en una solución inequitativa. La Corte con esta decisión se alejó del derecho convencional consagrado en la Convención de 1958 y afincó su decisión en el derecho consuetudinario, afirmando que la equidad constituía una regla de derecho internacional general. “El hecho de que ningún método de delimitación pueda garantizar que su aplicación conduzca a un resultado equitativo en todos los supuestos de hecho posibles, vino a reforzar la opinión de la Corte según la cual debía buscarse no ya un método de delimitación único, sino un fin único”(15). Ese fin único es la equidad de resultados. De esta manera la Corte incorpora a la regla de derecho el concepto de equidad y resuelve el caso del Mar del Norte, dejando de lado la equidistancia y prescribiendo una línea básica en los principios equitativos que conduzca a la equidad de resultados. La equidad en este caso –como lo ha anotado el Dr. Rodríguez Mackay– es la equidad infra legem. Así concebido el derecho internacional de la delimitación marítima, ha sido desarrollado y perfeccionado en las distintas sentencias de la Corte posteriores a 1969. Esta evolución tiene una serie de matices y algunos (15) RUILOBA GARCÍA, ob. ct. p. 228. 48 Revista Peruana de Derecho Internacional cambios y mutaciones de primer orden, como el giro que da la Corte en su concepción de la plataforma continental como un hecho geográfico y morfológico en 1969 a la revolucionaria concepción que sustituyó este criterio por una nueva concepción jurídica de la plataforma continental basada en el criterio de la distancia (200 millas), independiente de las realidades geográficas. En esta evolución la Corte nunca se ha apartado de la finalidad teleológica de la delimitación marítima, es decir asegurar que toda delimitación o división del área yuxtapuesta se realice de tal manera que asegure obtener la equidad de resultados. Por el contrario, ha ratificado de manera coherente y permanente, al igual que los tribunales arbitrales, el papel central prescriptivo y teleológico de la equidad como norma o criterio jurídico que debe expresarse en la realidad concreta de todo proceso de delimitación. Más allá de las especificidades variables con que la Corte ha aplicado el principio o la regla de la equidad infra legem en distintos y plurales casos, su jurisprudencia homogénea en este sentido, unida a la aceptación generalizada que de ella han hecho los estados ha consagrado la norma jurídica, de naturaleza consuetudinaria, que se aplica en todo proceso de delimitación marítima. Esa norma es, la siguiente: “La delimitación debe ser realizada a través de la aplicación de criterios equitativos y por la utilización de métodos prácticos aptos para asegurar, teniendo en cuenta la configuración geográfica de la región y de otras circunstancias pertinentes, un resultado equitativo”. Esta es la regla de derecho indiscutida, aceptada unánimemente por toda la doctrina, para proceder a la delimitación marítima entre países con costas sucesivas o situadas frente a frente. Se trata de la norma de derecho –en singular– aplicable a todos los casos de delimitación marítimo en los diferentes espacios reconocidos por el derecho internacional, mar territorial, plataforma continental y zona económica exclusiva. La 49 redacción señalada es la correspondiente a la sentencia de la Corte en el asunto del Golfo del Maine(16). En esta regla está inserta toda la dimensión compleja que la equidad infra legem juega en el derecho internacional de la delimitación marítima. La exégesis de la norma conduce a cuatro apreciaciones sustantivas. En primer lugar, la norma tiene como eje central el considerar que delimitación marítima debe conducir necesariamente a una equidad de resultados. Aquí la equidad esta concebida en términos teleológicos como un fin, como un resultado. No se trata de la equidad como un principio abstracto ni una petición de principio, más bien la equidad es concebida en este nivel como un resultado práctico, como una expresión de la realidad, susceptible de ser reconocida y comprobada. a prori que debe conducir el proceso a obtener es decir que la aplicación del método para dividir la zona de superposición al final, en la práctica, debe expresarse en un resultado de equidad. En segundo término, la norma establece que la equidad de resultados (concepción teleológica de la equidad) debe obtenerse aplicando “criterios equitativos” (en otras sentencias la Corte los refiere como principios). Aquí la concepción de la equidad es prescriptiva y es en sí misma la norma o regla de derecho aplicable. La Corte no ha hecho una definición o una enumeración taxativa de los principios equitativos. Los principios o criterios equitativos a que se refiere la Corte son en esencia una regla de derecho, que debe ser tomada en cuenta imperativamente en toda delimitación justamente para que ésta culmine en un resultado equitativo. La Corte no ha definido los principios o criterios equitativos ni ha efectuado una relación taxativa de los mismos. Pero si ha comentado in extenso sobre su función en el proceso de la delimitación. los criterios o principios equitativos más relevantes han sido explicitados (16) CIJ, Recueil, 1984, p. 299. 50 Revista Peruana de Derecho Internacional por la Corte de una manera no taxativa(17): la tierra domina al mar o principio de adyacencia; la división de las zonas de superposición en partes iguales; la no invasión de la proyección de la costa de un estado sobre una extensión demasiado cercana a la del otro; evitar el efecto de amputación de la proyección marítima de uno de los estados; la conveniencia de deducir en ciertas circunstancias las consecuencias apropiadas que se deriven de la evaluación de las eventuales desigualdades en la extensión de las costas de dos estados en la misma área de delimitación; el respeto o consideración de las circunstancias pertinentes existentes en cada caso; la no asimilación de la equidad a la igualdad, necesariamente; el no rehacer la geografía ni rectificar necesariamente las desigualdades de naturaleza; y finalmente, la no invasión de la proyección marítima de un estado sobre la correspondiente al otro. En tercer lugar, la Corte al enunciar la norma fundamental de la delimitación, ubica la cuestión de los métodos susceptibles de ser utilizados para el trazo de la línea destinada a dividir la superficie yuxtapuesta entre dos estados que se encuentra frente a frente o en vecindad de adyacencia, a un nivel estrictamente técnico (“… por la utilización de métodos prácticos aptos para asegurar, teniendo en cuenta la configuración geográfica de la región y de otras circunstancias pertinentes, un resultado equitativo”). La Corte en este caso al desvincular la equidad de los métodos de delimitación no reconoce –a ninguno de éstos– ni a la equidistancia la calidad de asegurar por si mismos una equidad de resultados. Los métodos, la propia equidistancia, aparecen así como medios instrumentales cuya posibilidad de ser utilizados en la delimitación depende de su capacidad, en función de las circunstancias especiales de cada caso concreto, poder conducir a la equidad de resultados. Como vemos la norma establece que la delimitación debe culminar en equidad de resultados y para ello provee de los instrumentos necesarios: (17) Cf. Sentencia sobre el Golfo del Maine, Recueil, 1984, p. 313, pár. 158 y sentencia en el caso de la plataforma continental entre Malta y Libia, Recueil, 1982. 51 los principios o criterios equitativos. En su jurisprudencia y en la interpretación de la norma fundamental de la delimitación marítima, la Corte ha sido enfática en señalar que la equidistancia ni ningún otro método asegura a priori la equidad de resultados. Sí la práctica jurisprudencial asigna a la equidistancia la calidad de constituir el método más próximo a la equidad, mostrando incluso la Corte su inclinación a trazar en primera instancia una línea equidistancia y luego comprobar si produce equidad en ,los resultados. De no hacerlo, por supuesto se utiliza otro método, se combina la equidad con otros métodos o se utilizan otra combinación de métodos. Pero lo importante es que la selección del método o los métodos a utilizar conduzcan a una comprobable equidad de resultados. Finalmente, en cuarto lugar, la regla indica que el trazo de la línea delimitadora obtenido aplicando los principios o criterios equitativos y utilizando el método más apropiado para ese fin, debe contrastarse con la existencia de circunstancias pertinentes cuya necesaria consideración pudieran tornar en inequitativo el resultado. En esa hipótesis como la norma manda un resultado de equidad, se debe cambiar de método o utilizar una combinación de métodos que aseguren que el trazo de la línea de la frontera marítima se exprese en una equidad de resultados. Las circunstancias pertinentes, que constituyen un avance conceptual y normativo de las iniciales circunstancias especiales, éstas últimas circunscritas a ajustar o modificar la línea de la equidistancia, comprenden un abanico amplio de situaciones que van desde los factores geográficos y geomorfológicos, que son los más relevantes y gravitantes, los factores socio-económicos, circunstancias inherentes a la defensa y la seguridad de la navegación, hasta la conducta de las partes. La Corte ha definido las circunstancias pertinentes como hechos o realidades que necesariamente deben tenerse en cuenta en el proceso de delimitación en la medida que incidan en la obtención de un resultado equitativo(18). En ese sentido las circunstancias pertinentes siempre están (18) Cf. ICJ Reports 1999, p. 62, pár. 55. 52 Revista Peruana de Derecho Internacional subordinadas a los principios equitativos. pues inciden en la co ponderación de las circunstancias pertinentes siempre está subordinada a los principios equitativos. Como bien ha señalado el Dr. Rodríguez Mackay no se trata en ninguna hipótesis del ex aqueo bono, que supone una competencia delegada por las parte al juez para que resuelva buscando un justo medio al margen del derecho. Como lo sostenido con riqueza argumental el ponente, se trata de la equidad en el derecho. De la equidad que está contenida en la norma jurídica y que resuelve su contenido y alcance. La equidad Infra legem. El desarrollo que ha realizado la Corte en torno al papel que juega la equidad, tanto en el enunciado y función de los principios o criterios equitativos; la finalidad de toda delimitación marítima de arribar a una solución que implique equidad en los resultados; la utilización de los métodos prácticos, como la línea equidistante o la bisectriz, entre otros, en función de su capacidad y aptitud de concurrir a un resultado equitativo; y, la consideración de las circunstancias pertinentes de manera subordinada a los principios equitativos, ha permitido una evolución normativa en la línea de una unificación progresiva de las normas consuetudinarias y convencionales en materia de delimitación marítima. En el ámbito de la delimitación de la plataforma continental y la zona económica exclusiva la unificación de la norma convencional y la consuetudinaria es clara y se expresa en la norma delimitadora “principios equitativos-circunstancias pertinentes”. En relación al mar territorial la jurisprudencia de la Corte ha transitado por el camino de la asimilación de la norma “equidistancia-circunstancias pertinentes” en la formulación más general de la regla “principios equitativos-circunstancias pertinentes”. Primero, al negar a la equidistancia la calidad de método obligatorio y ubicarla como un método más entre muchos, aunque de eventual utilización preferente. Y en segundo, lugar al interpretar que el propio Art. 15 de la Convención al afirmar que ante la presencia de circunstancias pertinentes deja de aplicarse el método de la equidistancia, está supeditando la utilización de éste o de cualquier otro método a su capacidad de reflejar o 53 realizar los principios equitativos o de conducir a la equidad de resultados. De esta manera aún en el caso del mar territorial la utilización del método de la equidistancia está subordinado a los principios equitativos y a la finalidad de obtener la equidad de resultados. Este razonamiento permite en gran medida la unificación del derecho internacional de la delimitación marítima convencional y consuetudinario alrededor de la norma “principios equitativos-circunstancias pertinentes”. El análisis de la norma delimitadora consuetudinaria, muestra de esta manera un hecho relevante y nuevo en el derecho internacional de la delimitación marítima: la equidad como el núcleo normativo esencial en la delimitación, es decir en la división de la zona de superposición que opone la proyección de dos títulos legítimos de soberanía marítima. En la doctrina hay una discusión abierta sobre la clasificación de las diversas maneras en que la equidad puede influir en el derecho o ser tomada en cuenta en fallos arbitrales. Ya el Dr. Rodríguez Mackay se ha referido in extenso a ello. En este nivel, convine retener una diferenciación básica, entre el concepto de equidad indisolublemente vinculada a la idea de justicia, a su calidad de valor que como dice Lalande, nos comunica con un “sentimiento seguro y espontáneo de lo justo y lo injusto”(19), que debe estar inmanente en la administración de justicia; y la equidad como principio o criterio que se encentra inserto en la norma jurídica. En el primer caso se trata de la equidad como elemento auxiliar del derecho. En el segundo se trata de la equidad “en el derecho”, que no es una vivencia subjetiva del juez, sino un imperativo de la norma jurídica. Esta última, la equidad en el derecho, equidad infra legem, es la que informa el contenido y alcance de la norma fundamental aplicable a la delimitación marítima. No se trata que la equidad compense o corrija la norma. Menos aún del ex aqueo buono. Lo específico y creativo en el derecho internacional de la delimitación marítima, es que la equidad bajo determinados componentes e interrelaciones es la norma delimitadora. (19) LALANDE, A. Vocabulaire technique et critique de la philosophie, Paris, 1962, p. 295. Revista Peruana de Derecho Internacional 54 La Corte ha sido reiterativa al respecto: “No se trata de aplicar la equidad simplemente como una representación de la justicia abstracta, sino de aplicar una regla de derecho...(20); “La noción jurídica de la equidad es un principio general directamente aplicable en tanto que derecho”(21). Este principio y regla de derecho que constituye la equidad en la delimitación marítima actúa en distintos planos en el ejercicio jurisdiccional de la administración de justicia. Dilucidar este asunto es una cuestión compleja y difícil, pues a este nivel la propia jurisprudencia de la Corte presenta matices y movimientos doctrinarios. Lucchini piensa que en la jurisprudencia de la Corte se pueden encontrar dos acepciones o concepciones de la equidad dentro del derecho. La que denomina la equidad autónoma, que tendría un papel dominante y exclusivo, constituyéndose en el único factor de la delimitación, aún en el proceso práctico de trazar la línea limítrofe a través de la selección de los métodos apropiados. En este caso la equidad dominaría todo el proceso de delimitación, aún en sus componentes prácticos(22). Frente a la equidad autónoma tendríamos a la equidad como complemento, circunscrita específicamente a rectificar las eventuales consecuencias inequitativas que se pueden derivar de la utilización de la equidistancia como método delimitador preferente aunque no obligatorio(23). Las sentencias de los casos Libia c. Túnez(24) y Golfo del Maine(25), serían representativas de la primera acepción. Y de la segunda, los fallos en los casos de Libia c. Malta(26) y Dinamarca c. Noruega(27). (20) (21) (22) (23) (24) (25) (26) (27) Cf. CIJ, Reports,1969, CIJ. Recueil, 1982, p. 60. LUCCHINE, op. Ct. p. 230. Ibid., p. 231. Cf. Recueil, 1982. Cf. Recueil, 1984. Cf. Recueil, 1985. Cf. Recueil, 1994. 55 En la sentencia sobre el Golfo del Maine, la Corte señaló con énfasis que: “La Sala quisiera concluir este replanteamiento de las reglas de derecho internacional que regulan la materia en la que se sitúa la diferencia americano-canadiense, con un ensayo de reformulación más complejo y a su juicio más preciso de la norma fundamental en cuestión. Con este fin querría inspirarse entre otras, en la definición de “verdaderas reglas de derecho en materia de delimitación de plataformas continentales limítrofes, es decir, de reglas obligatorias para los Estados en cualquier delimitación” dada por el tribunal en su sentencia de 1969 sobre la Plataforma Continental del mar del Norte (C.I.J: Recueil 1969, pg. 46-47, párrafo 85). Se podría pues definir del siguiente modo lo que el derecho internacional general prescribe en cualquier delimitación marítima entre Estados vecinos: 1.) Ninguna delimitación marítima entre Estados cuyas costas son adyacentes o están situados frente a frente puede ser efectuada unilateralmente por uno de esos Estados. Esta delimitación deberá ser buscada y lograda por medio de un acuerdo, tras una negociación llevada a cabo de buena fe y con la intención real de que conduzca a un resultado positivo. En el caso en que, sin embargo, no se pudiese lograr tal acuerdo la delimitación debe ser efectuada recurriendo a una tercera instancia dotada de la competencia necesaria para hacerlo. 2.) Tanto en el primero como en el segundo caso, la delimitación debe ser realizada en aplicación de criterios equitativos y utilizando métodos prácticos adecuados para asegurar, teniendo en cuenta la configuración 56 Revista Peruana de Derecho Internacional geográfica de la región y otras circunstancias pertinentes, un resultado equitativo”(28). La concepción de la equidad autónoma como norma delimitadora aparece con claridad en esta sentencia. A su vez, en el fallo en el caso Libia c. Malta, la Corte expresó que sin otorgar a la línea media o equidistante una condición de uso obligatorio en los procesos de delimitación, en la materia específica del caso, resolvía trazando provisionalmente una línea media para en seguida –en función de las circunstancias pertinentes presentes en el caso (la disparidad considerable de la longitud de las costas y la distancia existente entre ellas), proceder a modificarla y corregirla aplicando los principios equitativos con el objeto de arribar a una solución con equidad en los resultados(29). En este caso se estaría frente a la concepción de la equidad como complemento. Weil, por su parte, en un esfuerzo más analítico diferencia tres niveles de densidad normativa en los que se aplica la equidad. (28) (29) Cf. CIJ. “Asunto de la delimitación de la frontera marítima en la región del Golfo de Maine. Sentencia de 12 de octubre de 1988, versión es español”, en: FERNÁNDEZ TOMÁS Antonio, Derecho Internacional Público, Casos y Materiales, tirant lo blanch, Valencia,1990, pp. 383-384. “…la Cour ait estimé dans les circonstances de la présente espèce qu’il convenait de commencer par établir une ligne médiane pour procéder a la délimitation ne signifie pas qu’une ligne d’équidistance soit le point de départ dans tous les cas, ni même dans tous les cas de délimitation entre Etats se faisant face. Ayant tracé la ligne médiane initiale, la Cour a conclu que cette lignedoit être ajustée pour tenir compte des circonstances pertinentes de larégion, à savoir la disparité considérable des longueurs des côtes des Parties actuellement à l’examen et la distance entre ces côtes, la position des points de base déterminant la ligne d’équidistance, et le cadre géographique d’ensemble. En tenant compte de ces circonstances, et en assignant comme limite extrême à tout déplacement de la ligne vers le nord la médiane théorique qui, dans l’hypothèse d’une délimitation entre l’Italie et la Libye fondée sur l’équidistance dans la zone sur laquelle porte l’arrêt, n’accorderait aucun effet à Malte, la Cour a été en mesure d’indiquer une méthode permettant aux Parties de déterminer la position d’une ligne qui soit de nature à assurer entre elles un résultat équitable.” CIJ, Recueil, 1982, p. 56, pár. 77-78. 57 En el primero, el derecho de la delimitación marítima no comprendería ninguna otra norma distinta a la regla fundamental de obtener una solución equitativa en los resultados. De acuerdo a esta concepción ni los principios equitativos ni los métodos de delimitación estarían integrados en la norma. Consecuentemente el juez en cada caso tendría una amplia potestad para decidir con una flexibilidad casi absoluta. Es la tesis que sostiene que cada caso es único y que la Corte debe actuar con libertad, sujeta sólo a la norma fundamental. “En este caso, la normatividad se sitúa en el nivel más bajo. El derecho prescribe la finalidad equitativa, pero no va más allá(30)”. El segundo nivel de densidad normativa, supone que los principios equitativos tienen un componente coercitivo como parte integrante de la norma delimitadora. Consecuentemente el derecho no se limitaría a prescribir que la delimitación debe llevar a un resultado de equidad, sino que distingue entre lo equitativo y lo no equitativo y utiliza los principios equitativos como norma para resolver las situaciones específicas y concretas de cada caso de delimitación. La libertad del juez se encontraría más acotada. En el último nivel de densidad normativa, el contenido de la norma delimitadora se amplía para abarcar, además del objetivo teleológico de la equidad de resultados y los criterios o medios para obtenerlo (principios equitativos) las circunstancias pertinentes y los propios métodos de delimitación. Más allá de los distintos esquemas analíticos de exégesis de la norma delimitadora constituida por la obtención de la equidad de resultados, una aproximación equilibrada a la jurisprudencia de la Corte parecería indicar que la norma delimitadora, resumida en la formula “equidad de resultados-principios equitativos-circunstancias especiales”, comprende ciertamente en su estructura normativa distintas niveles de aplicación de (30) WEIL, op. Ct. 175. 58 Revista Peruana de Derecho Internacional la equidad. Esencialmente a la equidad como finalidad primera y última de la delimitación marítima, en un sentido teleológico (equidad de resultados), pero también a la equidad como medio o instrumento para lograr ese fin( principios equitativos). Esta es la doble función que tiene la equidad infra legem como regla de derecho en la delimitación marítima. El Dr. Rodríguez Mackey lo ha sabido fundamentar y explicar con inteligencia jurídica y fuerza explicativa, al señalar en su ponencia que “dado que el adjetivo equitativo en la norma fundamental, califica tanto el resultado a alcanzar como los medios a emplear para conseguirlo, es sin embargo el resultado lo que importa: los principios equitativos están subordinados al objetivo de alcanzar un resultado equitativo. Ningún principio es per se equitativo, es su aptitud para alcanzar la equidad de resultados lo que le confiere esa calidad”. Estoy persuadido, Dr. Rodríguez Mackay que sus futuras investigaciones en este difícil y sensible campo del derecho internacional, continuarán aportando a la reflexión y tratamiento en el Perú de una materia que ocupa la mayoría de los casos que son objeto de las decisiones jurisdiccionales de la Corte Internacional de Justicia. Contribuir a desbrozar el camino de los estudios peruanos en la materia es otro de los méritos de su ponencia. A nombre de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional me es grato, luego de recepcionar su ponencia, darle la bienvenida, cálida bienvenida, como miembro asociado de la Sociedad. *** 59 PALABRAS E IMPOSICIÓN DE LA MEDALLA INSTITUCIONAL POR EL EMBAJADOR GONZALO FERNÁNDEZ PUYÓ, PRESIDENTE DE LA SOCIEDAD PERUANA DE DERECHO INTERNACIONAL EN EL ACTO ACADÉMICO DE INCORPORACIÓN FORMAL DEL DOCTOR MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ MACKAY COMO MIEMBRO ASOCIADO DE LA INSTITUCIÓN Mis primeras palabras en esta noche son para agradecer a la Academia Diplomática del Perú la acogida que ha brindado, una vez más, a la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, para que este acto académico pueda tener tan digno marco en esta casa de formación de nuestro Servicio Diplomático. Acabamos de ser testigos de una jornada académica, yo diría, para el recuerdo en la historia de esta vieja Sociedad que me honro en presidir y también para todos los que estamos aquí presentes. Hemos escuchado dos clases de derecho internacional realmente brillantes no solo por la enorme complejidad del tema que ha sido abordado con pulcritud y rigor jurídico, sino además, porque se trata de un tema de especial atención en el conocimiento imperante del derecho internacional contemporáneo. No voy a agregar una sola palabra más sobre las dos exposiciones que han sido, a mi juicio, magistrales y que con tanta atención he ido tomando debida nota de sus contenidos. La claridad con que nos dan cuenta sobre la relevancia de la equidad infra legem en la delimitación marítima me exime de mayores desarrollos. Digo esto porque hemos escuchado al maestro y al discípulo, ambos con verdadera versación y conocimiento del tema. Por eso digo, además, que ésta es una jornada para el recuerdo en esta histórica sede de la formación de los diplomáticos del Perú, de la que me cupo el honor de estar junto a su primer Director, el maestro Alberto Ulloa, en su gestación, en 1955. 60 Revista Peruana de Derecho Internacional Quisiera sí decir unas cuantas palabras sobre el Doctor Rodríguez Mackay. De este joven abogado puedo decirles que he visto muy de cerca su proceso desde el comienzo, de cómo se ha labrado con dedicación y vocación académica un lugar en el ámbito del derecho internacional en nuestro país y que hoy todos reconocemos y valoramos con su ingreso a la Sociedad que presido. Puedo decirles que Miguel Ángel es un auténtico investigador, es un profesional muy estudioso, siempre preocupado por el derecho internacional y las relaciones internacionales y sus trabajos publicados y sus conferencias dictadas nos dan cuenta de cómo ha asumido con seriedad y pasión jurídica su compromiso, el mismo que a cabalidad cumple en la Sociedad Peruana de Derecho Internacional en el cargo de Coordinador General y en el Ministerio de Relaciones Exteriores al que con dedicación y profesionalismo le sirve desde hace más de diez años. Esta noche puedo decir con alegría y satisfacción que no me equivoqué cuando desde el comienzo de su carrera sabía que Miguel Ángel con el tiempo tendría un importante crecimiento académico que hoy todos aquí aplaudimos. Mis felicitaciones al Embajador Manuel Rodríguez Cuadros por su brillante exposición de recibimiento al Doctor Miguel Ángel Rodríguez pues usted ha hecho gala, una vez más, de su gran capacidad para decir cosas difíciles y complejas como la temática de filosofía del derecho sobre la equidad infra legem tan bien abordada por nuestro incorporado, con una facilidad que sinceramente todos hemos entendido y nos iremos a casa esta noche sumamente satisfechos, repito, porque hemos presenciado dos conferencias para el recuerdo. Usted, Embajador Rodríguez Cuadros, ha cumplido cabalmente y con brillantez este encargo de la Sociedad, por lo que le expreso mi agradecimiento. Doctor Miguel Ángel Rodríguez Mackay es usted muy joven y ya viene desarrollando su quehacer en la docencia universitaria que lo ha llevado, además, por los hondos escenarios de la investigación jurídica que los que integramos esta Sociedad nos regocijamos porque lo conocemos desde adentro. Su virtud por escribir permanentemente se ve reflejada en su importante producción de artículos y ensayos publicados, 61 muchos de ellos en la Revista Peruana de Derecho Internacional, órgano de difusión de esta Sociedad. Con su ingreso a la institución tengo la plena convicción que estamos fortaleciendo nuestra vieja Sociedad con nuevos y talentosos profesionales de nuevas generaciones que en su momento tendrán que asumir la responsabilidad de continuar en la conducción de los destinos de nuestra institución. Al escuchar al Embajador Rodríguez Cuadros y a usted, estoy persuadido que ya podemos dejar la posta de esta histórica Sociedad en nuevas generaciones. En ese sentido, es para mi en lo personal por la estrechez de nuestra relación que adhiere una cuota, sin duda particular a este acto, sumamente grato imponerle la medalla correspondiente que lo acredita como Miembro Asociado de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional y desearle muchos éxitos en su prometedora carrera al servicio de esta institución y del país. *** 62 Revista Peruana de Derecho Internacional RESEÑA BIOGRÁFICA DEL DOCTOR MIGUEL ÁNGEL RODRÍGUEZ MACKAY Nació en Lima, en 1967. Estudió en la Gran Unidad Escolar “Ricardo Palma” de Surquillo. Egresó de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde obtuvo el título de abogado por unanimidad con mención sobresaliente con la tesis “La Necesaria adhesión del Perú a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el fortalecimiento de sus intereses marítimos en el Sistema del Pacífico Sur”. Tiene estudios de Maestría en Relaciones Internacionales y Comercio en el Instituto de Gobierno de la Universidad de San Martín de Porres; becado por el Gobierno de Israel realizó estudios de postgrado en Áreas de Conflictos en el Instituto Internacional Histadrut de Tel Aviv. Asimismo, fue becado por la Comisión Andina de Juristas y la Fundación Konrad Adenauer Stiftung en el Programa Estado de Derecho para Sudamérica - Curso de Especialización para Profesores de Derecho. Ha obtenido el Diploma de Relaciones Internacionales por la Academia Diplomática del Perú; de Especialista en Derecho del Mar por la Academia Diplomática del Perú y la Comisión Permanente del Pacífico Sur-CPPS; de Especialista en Derecho del Mar por la Academia Diplomática del Perú y la Academia Diplomática de Chile; de Especialista en Derecho Internacional por el Ilustre Colegio de Abogados de Lima donde obtuvo el primer puesto con la máxima calificación; y, en Defensa y Administración de Crisis por la Marina de Guerra del Perú y el Center for Hemispheric Defense Studies - National Defense University de los Estados Unidos de América, entre otros. Se inició en la docencia a la edad de 21 años en el Colegio Parroquial San Vicente de Paúl de Surquillo. Es Profesor de Derecho Internacional Público y Derecho del Mar en la Academia Diplomática del Perú; de Derecho Internacional Público e Historia del Derecho Peruano en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega; de Derecho Internacional Público en la Universidad Alas Peruanas; Teoría del Estado y Derecho Constitucional, Política Exterior y Relaciones Internacionales en la Escuela Militar de Chorrillos; Derecho Internacional Humanitario y Derecho 63 Internacional de los Refugiados en el Centro del Derecho Internacional Humanitario del Ministerio de Defensa; Derecho Internacional, Política Exterior y Relaciones Internacionales en el Centro de Altos Estudios Nacionales-CAEN; Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos en la Escuela Superior de Guerra del Ejército y Profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en los Talleres de Verano en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Actualmente, ejerce el cargo de Coordinador General de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional, el mismo que viene desempeñando en forma ininterrumpida desde hace más de diez años. Asimismo, es Director Ejecutivo del Instituto Latinoamericano de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales. Ha sido Asistente del Secretario General de la Comisión Permanente del Pacífico Sur-CPPS y Miembro de la Delegación Oficial a la V Cumbre de Cancilleres de la CPPS en Colombia, 1997. Fue Jefe de la Delegación de la Academia Diplomática del Perú en el viaje de estudios de sus alumnos y ha integrado la Delegación peruana a la Reunión de Expertos Jurídicos y Científicos sobre Recursos Genéticos Marinos de la Comisión Permanente del Pacífico Sur, en el 2008. Pertenece a las siguientes instituciones: Miembro del Ilustre Colegio de Abogados de Lima; Miembro de Número de la Academia Interamericana de Derecho Internacional y Comparado; Miembro del Foro Peruano de Relaciones Internacionales; Miembro de la Asociación Nacional Pro Marina del Perú; Miembro del Centro de Estudios HistóricoMilitares del Perú; Miembro del Instituto Sanmartiniano del Perú; Miembro de la Orden de la Legión Mariscal Cáceres; Miembro de la Legión de Caballería del Perú; Miembro de la Legión de Artillería del Perú; Miembro del Grupo Patriótico Peruano; Miembro Honorario de la Sociedad Civil “Sembrando Valores”, entre otras instituciones. Le ha sido conferida la máxima distinción universitaria por la Universidad Nacional de Tumbes, la Universidad Nacional "Hermilio Valdizán" de Huánuco y la Universidad Nacional "Daniel Alcides Carrión" de Cerro de Pasco; asimismo, le fue otorgada la “Medalla al Mérito” de la Universidad Nacional Jorge Basadre Groshman de Tacna; “Medalla al 64 Revista Peruana de Derecho Internacional Mérito” de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Piura; “Medalla al Mérito” de la Universidad de Chiclayo, entre otras. Ostenta la Medalla “Mérito a la Cultura” del Instituto Nacional de Cultura-Ica; Medalla “Madre Teresa de Calcuta” y la Medalla “Embajador de la Paz Universal” de la Federation for World Pace, con sede en la República de Corea. El Gobierno Regional de Lambayeque le impuso la “Medalla Señor de Sipán”, máxima distinción que concede esa importante Región del norte del Perú en mérito a sus aportes en derecho internacional y derecho del mar. Entre sus últimos artículos cabe mencionar: “El principio de equidad en el derecho internacional de la delimitación marítima” y “Planteamiento jurídico sobre la controversia de delimitación marítima entre Perú y Chile”, publicados en la Revista Peruana de Derecho Internacional, órgano de difusión de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional. *** 65 ARTÍCULOS 66 Revista Peruana de Derecho Internacional 67 CINCUENTA AÑOS DANDO LA VUELTA AL MUNDO: LA VISIÓN DE CARLOS ALZAMORA Juan Miguel Bákula* Lejos de ser la paráfrasis del título de una novela de Julio Verne, el libro del embajador Carlos Alzamora, Medio siglo por el Mundo (Lima, Ediciones El Virrey, 2008. 277 pp), se refiere a algo muy diferente, ya que, en lugar de ser una construcción imaginaria, es la reconstrucción de un largo esfuerzo vital. Se presentó ante nutrida audiencia el 29 de abril. Su contenido trasunta un poco de autobiografía y sintetiza mucho más de una aguda interpretación de hechos que han cambiado la historia de nuestro tiempo. Su importancia acrece por ser la visión directa de un testigo contemporáneo de los sucesos; y, más aún, un protagonista privilegiado. En cuanto a la trama y a título de palabras previas, cabe recordar que no ha sido frecuente entre nuestros diplomáticos, ser también memorialistas. Tampoco, guardar nutridos archivos personales y bien ordenada su correspondencia, para que, en su día, una nieta laboriosa tome a su cargo reconstruir el escenario en el que se desplazó su abuelo. La excepción la representa, sin duda, Víctor Andrés Belaúnde con sus Memorias. Fueron éstas un proyecto que se inicia con los remanentes de un bucólico romanticismo, en el primer tomo, Arequipa de mi infancia, * Embajador en el Servicio Diplomático de la República. Vice Presidente de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional. 68 Revista Peruana de Derecho Internacional para culminar con un mensaje trascendente, explícito en el título de su capítulo final, “Trayectoria y destino”. En el extremo opuesto, nos encontramos con Raúl Porras Barrenechea, quien escribe la biografía de su abuelo, José Antonio Barrenechea, quizá para no tener que referirse a la tragedia inicial que marcó la soledad de su propia historia. Una clasificación diferente corresponde a los escritos que tienen como razón dejar constancia de los hechos; y que al no haber sido redactados para su publicidad inmediata, han terminado siendo trozos de historia cien años más tarde. El menor ejemplo lo representan las memorias de José Antonio de Lavalle, escrupulosamente anotadas por Félix Denegri Luna. En este caso, ese pequeño volumen –que siempre deja sorprendido al lector– bien podría ser un ejercicio de catarsis para expiar culpas ajenas. El título del original manuscrito es Mi misión en Chile en 1879. En la otra vereda, Javier Pérez de Cuellar, en su Peregrinaje por la Paz, refleja el imperativo de informar, pero ya no para descargar responsabilidades, sino para cumplir el deber de registrar los hitos de su mandato como Secretario General de la Organización de Naciones Unidas. Su testimonio señala el tránsito entre la “Edad Contemporánea” –como la bautizaron los textos escolares– y una nueva era cuyo nombre aún no le ha sido asignado por los historiadores. Quizá, si se le preguntase a Javier, piense que la que ya estamos viviendo, sea la “Era de las multitudes”, que nuestro compatriota vio nacer en las calles de París en los floridos días de mayo, hace exactamente cuarenta años. En su propio estilo, han dejado sus escritos algunos más, que cito al azar. Con íntima nostalgia, menciono en primer término a mi amigo y contemporáneo, Alberto Wagner de Reyna, en su relato Bajo el jazmín (de su casa en Miraflores, en la pequeña calle de Nueva Bellavista), transido de remembranzas y de perfume. Antes y después, se encuentran los Recuerdos de un diplomático peruano, de Jorge Bailey Lembcke; y los Cuaderno de trabajo de un embajador, en dos series, de José de la Puente Radbill. 69 También a José Antonio Encinas del Pando, que sujetó su vida a la Agenda de un peruano exigente. Hay algunos más, sin contar a quienes han guardado sus confesiones, que quizá algún día puedan aparecer. No es el caso de Eduardo Valdez Pérez del Castillo, con sus Experiencias Diplomáticas. Por su parte, Edgardo de Habich tiene dos títulos muy sugestivos, Embajada en Cuba y La Agenda Nostálgica, según un decir; Gustavo Silva Aranda si mantiene su proyecto que se inició con Pensamiento de un embajador. Augusto Freyre Layzequilla conserva mecanografiado el texto de Nocturno Diplomático que incluye una extensa versión de su demanda ante el Poder Judicial, en un caso que tiene relación con el cese de 117 funcionarios del Servicio Diplomático, ordenado por Resolución Suprema Nº 453/1992/RI, de 29 de diciembre de dicho año, agresión perpetrada por el Gobierno de Alberto Fujimori(1). Este rincón de las investigaciones bicliográficas está por intentarse). Como referencia final, recordar que Alfredo Ramos Suero dejó escritas su Diplomacia y protagonistas, que la devoción de Isabel Margarita, su viuda, cumplió con editar. No son los únicos. Guillermo Lohmann Villena no tuvo tiempo de escribir acerca de si mismo, por investigar sobre la vida de los demás, después de ser concienzudo, paciente, el más notable y prolífico historiador del Perú virreinal. Volviendo al autor que tenemos delante, es evidente que su esforzado empeño se sitúa entre esas calificaciones, sin calzar en alguna de ellas, ya que a todas las desborda, no por el tiempo que abarca –apenas medio siglo– sino por su contenido, ya que el escenario en el que se desplaza va más allá de todo confín. En primer término, quiero dejar subrayado que el relato atrae y absorbe al lector por el extraordinario acierto para que la importancia del suceso no impida tratarlo con una mínima extensión, sin perjuicio de (1) No se incluyen los relatos de un viaje, como el de Francisco de Paula Moreyra y Avellafuerte, Encargado de Negocios en el Ecuador, “Viaje de Guayaquil a Quito, en marzo de 1851”, publicado en Mercurio Peruano Nº 305, de 1952. 70 Revista Peruana de Derecho Internacional informar sobre la sustancia del hecho, con lo cual queda en suspenso la curiosidad del lector sobre detalles menos trascendentes. Así en cerca de cincuenta capítulos quedan distribuidos otros tantos años de intensa actividad. Aquí, me es imposible guardar silencio acerca del manejo de la descripción, ya sea de la personalidad de los interlocutores, de la trama de difíciles circunstancias, o de lo complejo de los intereses en juego, presentada –sin mengua de la verdad ni veladura de la angustia ante la gravedad de la circunstancia– en términos de levedad y transparencia que se me hacen inigualables. Todo ello, amenizado –humanizado– con notas de sentido del humor que el autor deja caer, allí donde conviene, como constancia de autenticidad. Lo dicho va sin desmedro de que, aún cuando el hilo conductor lo constituye un personaje central, que es el autor, con frecuencia cede el protagonismo de un primer plano a muchos otras personalidades, de las cuales no menos de una treintena han sido jefes de Estado. Es tan sólo en las primeras páginas, cuando figura en “yo” sostenido mayor, discurriendo de las aulas escolares hasta las luchas universitarias. Sin embargo, a partir de 1943, que –aún antes de ser ciudadano– con su ingreso a Torre Tagle, será este nombre, el que aparezca como una enseña, como un fin en si mismo. Para él, como para muchos de nosotros, Torre Tagle es la concreción del Perú. Y, como tarea, una misión. Conforme pasan las páginas, ya desaparecidos los entronques familiares, comienzan a vislumbrarse otras siluetas. En círculos concéntricos, cada vez más amplios, irán asomando nombres exóticos y difíciles de retener. A la par de Benazir Bhuto, la heroica “Primer ministro” de Pakistán, otros son imposibles de pronunciar, como el embajador de Madagascar, profesor Ramangasoavina, tan pródigo en fonemas que encierra siete veces el monosilábico nombre del honorable señor Li, plenipotenciario chino; para no contar con la inminencia de viajar a un lugar inubicable como Ouagadougou, capital de la República Centroafricana, con el riesgo de que en la agencia de viajes, le corten la comunicación, por no estar para perder tiempo con bromas. 71 Como en un kaleidoscopio, los escenarios, las oposiciones, los ministros de Relaciones Exteriores, se suceden; mientras hay que reaprender la geografía, al tiempo que los Estados cambian de nombre, cuando no desaparecen. Con el correr de los años, también el protagonista irá emergiendo a la periferia, dejando los pasillos para integrarse en cenáculos muy cerrados, núcleos de la discusión final, donde se intenta resolver problemas cada vez más complejos. Con un agravante, pues allí son más nítidos los intereses en juego y mayor el número de conspicuos participantes, al punto que, al final, ya no hay conflictos ante los cuales alguien se sienta ajeno ni inmune a sus consecuencias. Había llegado la globalización. Para no insistir en las generalidades, voy a citar un par de hechos reveladores. En 1979, el Sistema Económico Latinoamericano (SELA) alzó vuelo para asumir el rol, antes nunca intentado de reunir a los Estados de América Latina y del Caribe, que prescindiendo de la tutela de alguna de las grandes potencias, se hicieran presentes como un bloque en el escenario internacional, en el momento en que las graves tensiones de la Guerra Fría se vieron superadas por la inminencia de un peligro mayor, que América Latina no podría afrontar y los otros gobiernos y los organismos financieros se negaban a reconocer. Omito seguir contando la historia, para recordar que en los años siguientes el SELA se hizo lo indecible para unir la acción latinoamericana en busca de una solución. A Alzamora le pertenece la advertencia de que “la idea de treinta países latinoamericanos negociando separada y bilateralmente con las potencias políticas y económicas es, a la vez, presuntuosa y suicida”. Cuando llegó el momento de enfrentar la deuda externa que arrasó con la economía, el bienestar y la estabilidad del continente, de la inercia culpable quedó un único consuelo, muy parco, ya que sólo se pudo hablar de la “década perdida” (1980-1990). Por entonces, se dio una coincidencia que me complace extraer del texto, sin asomo de falsa modestia. Coincidiendo en el tiempo, en cinco organizaciones internacionales, de innegable importancia para nuestros países dentro del concierto universal, ocuparon las funciones 72 Revista Peruana de Derecho Internacional dirigentes otros tantos embajadores peruanos: Javier Pérez de Cuéllar, como Secretario General de Naciones Unidas; Carlos Alzamora, como Secretario General del SELA; José de la Puente Radbill, en idéntica posición en el Pacto Andino; Guillermo Lohmann Villena, lo era en la Organización Ibero Americana de Educación; y, por mi parte, me correspondió ese ejercicio en la Comisión Permanente del Pacífico Sur, que ya incluía a Colombia. Entre el mayor y el menor de los mencionados no había más de doce años de diferencia en la edad, sin alcanzar a los quince que se atribuye a la misma generación. Será muy difícil que se presente un caso semejante en el futuro. El otro hecho es no menos relevante. Poco después, el embajador Alzamora, con poderes especiales del Secretario General de Naciones Unidas, fue llamado a dirigir la “Comisión de Naciones Unidas para el pago de las indemnizaciones por los daños y perjuicios causados por Irak al invadir Kuwait”. Durante cinco años, dispuso de más dinero que ninguno otro funcionario internacional, ya que el monto de las reclamaciones por parte de un centenar de países superó la suma sideral de 220.000.000.000 de dólares, que Carlos manejó con la pulcritud de un cirujano, dejando satisfechos todos los intereses concurrentes. Llovieron entonces los testimonios de reconocimiento, pero no sé si serán suficientes para que ese desempeño pudiera ser invocado como precedente. Cuando llegó el momento de la jubilación –palabra que parece derivar de “júbilo”– el embajador Alzamora aprovechó para satisfacer un antiguo anhelo. Y así fue, porque en 1998, publicó un ensayo que aparte de la importancia de su contenido, tuvo el mérito de tratar un tema controvertido –sigue siendo utilizado veinte años después– en busca de la claridad y de la verdad que él ya había denunciado. Su título es suficientemente expresivo: La capitulación de América Latina –El drama de la deuda latinoamericana: sus orígenes, sus costos, sus consecuencias– (LimaMexico, Fondo de Cultura Económica. 253 pp. Prólogo de Manuel Moreyra Loredo). Hoy no debería ser posible que alguien se atreva a mencionar con acento crítico las dificultades sufridas cuando América Latina, en la “década perdida”, vio desaparecer de sus arcas algo así como doscientos 73 mil millones de dólares; y sus consecuencias, con la devaluación de sus monedas y una inflación incontenible. Sin duda, el libro es un análisis certero de la agresión sufrida por nuestro continente. Peor en el caso del Perú, ya que fue a tres de sus más renombrados jefes de Estado, Simón Bolívar, Manuel Pardo y Fernando Belaúnde Terry, a quienes correspondió decretar la cesación de pagos de sus obligaciones, en un ciclo que cubrió de 1826 a 1984. Esta trágica situación, cuyas causas externas son tan evidentes, que aún sin contar los cuantiosos intereses pagados antes y después, ni la enorme suma que quedó sin satisfacer, “es el equivalente en dólares de 1985 a tres Planes Marshall”, que reclamó, con insistencia en canciller Enrique García Sayán, al tiempo de suscribir el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (1947), cuyo compromiso político debió asumirse sin contrapartida alguna de obligación económica por parte de Estados Unidos. Al coincidir con el “fin de siglo” y como quien debe emprender una nueva etapa aprovechando las lecciones del pasado, publicó otro libro, de menor extensión pero difícil de olvidar en su entrañable contenido. Recordándole al estudio de las penalidades –quise decir personalidades– describió el penumbroso resplandor de una vida en trance de apagarse, en una frustración final. Y también acertó con el título, La agonía de un visionario –La lección final de Raúl Porras– (Lima, Ediciones el Virrey, 2000; 198 pp.), al reflejar el último destello de una vida luminosa (2). Ahora, tenemos en nuestras manos una obra mayor. Si se quiere, singular. Bien lo indica el epígrafe que le sirve de pórtico. Medio siglo (2) . Por mi cuenta y riesgo, agrego aquí lo que ha sido un secreto, que, al parecer, permanecerá sin revelarse en su integridad. Simultáneamente con su discurso, Raúl Porras redactó una carta -probablemente manuscrita- dirigida al entonces Presidente de Cuba, Osvaldo Dorticós, que la noche anterior el segundo secretario de la misión diplomática peruana en San José, Raúl Gutiérrez Vargas, recibió el encargo personal de entregar directamente a su destinatario, en La Habana, aprovechando que en ese día viajaría a Cuba el embajador cubano en Costa Rica, Juan José Fuxó, en un vuelo particular. Cumplido el encargo, el portador regresó inmediatamente a su puesto. Nadie tuvo conocimiento de este hecho. 74 Revista Peruana de Derecho Internacional por el Mundo, en el que recoge sus convicciones, sus dudas y sus realizaciones. En otras palabras, sus reflexiones para ofrecer una visión diferente de la realidad internacional, con el recuento de los desvelos de quien tuvo la capacidad y la buena fortuna de recibir desde muy temprano encargos trascendentes, y de haberlos cumplido con eficacia. Por eso, aquí es oportuno recordar que si bien el diplomático de un pequeño país no tiene a la mano los dos instrumentos que recomiendan los adeptos al cinismo, que se conocen como el garrote y la zanahoria, en su caso. Alzamora desplegó la imaginación creadora, la devoción a la tarea y una calidad humana de la que ha hecho gala con su característica simpatía en el gesto y la alegría en el desempeño. Por ello bien se puede afirmar que la persuasión ha sido el tercer instrumento y el mejor del que ha sabido hacer uso. Como lo enseña la teoría de las relaciones internacionales, dentro del concepto que la Carta de Naciones Unidas reconoce como la «igualdad soberana», cada Estado tiene la potestad de adoptar múltiples decisiones. Sin embargo, la realidad no cesa de ofrecer variantes, ya que dentro del conjunto de las relaciones internacionales –entendido como un todo, cada vez más complicado, y más nutrido, en el que las Naciones Unidas es sólo una organización política, por cierto la más importante– ese complejo se conforma de una constelación de otras entidades que, como las galaxias del universo, aparecen día a día dentro de un proceso en expansión permanente. En efecto, hoy, al lado de los Estados, están las empresas multinacionales, con mayor potencialidad económica que muchos países y que son dueñas de las tecnologías de punta. También, las organizaciones no-gubernamentales –mejor conocidas por su sigla, ONG– que suelen causar molestias, es cierto, pero que, no por eso, dejan de expresar la opinión pública mundial en sus diversos matices; y que, para decirlo de una vez, han reemplazado a la opinio juris de otrora, lo que no significa que tengan el monopolio de la verdad. Ni de la razón. Menos las que se creen heraldos de un tiempo nuevo, al que no será ajena la violencia, en una arcaica versión del apotegma de que el fin justifica los medios. 75 El hecho es que la omnipotencia del Estado ya no le permite vanagloriarse de exhibir un “espléndido aislamiento” en ninguno de los aspectos de la dinámica general. La organización internacional –la interrelación– con su creciente dimensión; la empresa multinacional convertida en “holdings”; y las ONG, que están y son más cada día, constituyen realidades que los propios Estados han contribuido a crear. Y es su existencia la que he mermado la anterior autosuficiencia nacional. El desarrollo científico y tecnológico al estimular la capacidad económica, ha centuplicado el poder de cuyos factores los países no son dueños sino, a lo sumo, accionistas minoritarios. Más aún, el desarrollo de las comunicaciones en sus múltiples formas, está contribuyendo a moldear la voluntad humana en todas las latitudes; y ha transformado los dos conceptos, antes de ahora pilares de la conducta humana: El tiempo, que ha sido trastornado por el “tiempo real” y el espacio, que se ha reducido con la visión de la Tierra, como el “planeta azul” que nos muestran las fotos tomadas desde el espacio sideral. Para concluir, recordaré el juicio de Marc Bloch, cuya expresión en “Les Annales” abrió un curso diferente a los estudios históricos: “El pasado es por definición un dato que nada habrá de modificar. Pero el conocimiento del pasado es algo que está en constante progreso, que se transforma y se perfecciona sin cesar…Han surgido nuevos procedimientos de investigación antes ignorados. Sabemos mejor que nuestros antepasados, interrogar a las lenguas sobre las costumbres, y a las herramientas sobre los obreros. Hemos aprendido, sobre todo, a descender a más profundos niveles de análisis de la realidad social”. Y si la historia está en trance de enriquecimiento, que podríamos decir del futuro? En este sentido, el libro que se comenta tiene, además, una propuesta. De allí, su importancia y su oportunidad, que se agrega al interés intrínseco de su lectura, ya que constituye –reitero– el testimonio de quien ha sido algo más que un perspicaz espectador de los cambios, el intérprete 76 Revista Peruana de Derecho Internacional de nuevos intereses, inesperados, necesarios; pero, muchas veces, incomprendidos. Sus capítulos son un complicado tejido que sigue el impulso del autor, lo que es cierto, pero su urdimbre la constituyen las circunstancias de su tiempo. No es historia, tampoco ciencia política, ni economía ni estrategia. Lo que tiene de autobiográfico sirve para poner en evidencia la importancia de otros personajes. Y si bien es un ensayo sobre cómo un diplomático cumple las instrucciones de su cancillería, el texto es un manual de cómo se deben interpretar los mandatos de quienes deciden pero no tienen el poder de orientar las circunstancias. Es una lección de cómo, para tener éxito, es indispensable saber persuadir que su razón es mejor que la del otro (3). Aquí termino mi comentario. Creo que por todo lo dicho, este libro merece ser leído. No es un elogio de la “carrera”, pero nos enorgullece a quienes a ella pertenecemos. Para los otros, además de un “divertimento”, es una visión inteligente del mundo en que vivimos. Es un llamado a la acción y una guía para el pensamiento. Y si demuestra que hay que saber persuadir, es para seguir persuadiendo. *** (3) Fuera de texto, agrego un alcance a los datos anotados. El embajador Alzamora fue, también presidente de la delegación del Perú, en el 7º periodo de sesiones de la III Conferencia de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Para entonces, ya estaba configurada la estructura del texto de la Convención sobre el Derecho del Mar, con el reconocimiento de la “tesis de las 200 millas”, que se concretaría con la creación de la Zona Económica Exclusiva hasta esa distancia. Fue la consagración de un nuevo régimen jurídico para el espacio oceánico, obtenida sobre la base de la persuasión. Este logro de los países en desarrollo, se explica mejor si se agrega que fue posible por cuanto su demanda expresaba un legítimo interés; fue debidamente fundamental; era factible; y se apoyaba en una fórmula equitativa, argumentos desarrollados mediante una labor diplomática de persuasión, en la que el Perú cumplió un “papel protagónico”. 77 ¿CÓMO RECUPERAR EL PATRIMONIO DOCUMENTAL LLEVADO A CHILE DURANTE LA GUERRA DEL PACÍFICO? Teodoro Hampe Martínez* El 6 de noviembre de 2007, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile (DIBAM) procedió a devolver, en Lima, un lote de 3.788 libros que originalmente habían pertenecido a la Biblioteca Nacional del Perú. Esta medida se adoptó luego de una investigación en los fondos de la Biblioteca Nacional de Chile (Santiago) y de la Biblioteca Pública Santiago Severín de Valparaíso, donde se encontraron tales volúmenes, que llevaban un timbre con el escudo del Perú y la leyenda “Biblioteca de Lima”. La ceremonia de entrega contó con la presencia de doña Nivia Palma Manríquez, titular de la referida Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, y de doña Ximena Cruzat Amunátegui, directora de la Biblioteca Nacional de Chile. “La decisión de devolver estos bienes culturales a la actual Biblioteca Nacional del Perú reitera nuestro profundo compromiso con el respeto y valoración de la cultura de todos los pueblos, y en particular la de los países vecinos”, expresa un comunicado emitido por las autoridades del Gobierno chileno (Declaración oficial, DIBAM, 5 de noviembre de 2007). En la mencionada ceremonia del año pasado expresaron unas palabras * Licenciado en Educación y Doctor en Historia. Miembro del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano. 78 Revista Peruana de Derecho Internacional de agradecimiento el ministro de Relaciones Exteriores, embajador José Antonio García Belaunde, y el director de la Biblioteca Nacional del Perú, doctor Hugo Neira Samanez. El Canciller de la República manifestó que las relaciones bilaterales con Chile se ven fortalecidas con actos de buena voluntad como la devolución de los bienes culturales que se encontraban en poder de ese país a consecuencia de la Guerra del Pacifico (1879-1883), y añadió que la entrega de piezas de patrimonio cultural a las naciones a las cuales originalmente pertenecen es una tendencia mundial, que se lleva a cabo cada vez más frecuentemente. En su intervención, el doctor Neira agradeció a las autoridades de la diplomacia peruana por las gestiones realizadas y también a su antecesor en el cargo de director de la BNP, doctor Sinesio López Jiménez, en cuya gestión se iniciaron las negociaciones con Chile para lograr la devolución de los libros que fueron transferidos allí(1). Entre los libros devueltos, contenidos en 238 cajas, se encuentran obras de gran valor por su antigüedad y rareza, con las cuales se acrecentará notablemente el patrimonio bibliográfico de la BNP. En este lote hay varios libros considerados incunables, por haber sido editados en los inicios de la imprenta en América del Sur, así como crónicas, disertaciones, diccionarios, obras de jurisprudencia, sumas de teología y manifiestos políticos, escritos en diferentes idiomas. Todos estos materiales servirán para investigar la ciencia y el conocimiento de épocas antiguas, cuando hayan sido debidamente catalogados y puestos a la disposición de los estudiosos. Debemos advertir, sin embargo, que el tema de la restitución de nuestro patrimonio bibliográfico y documental no está cerrado. Hace falta (1) El acto de la entrega fue acompañado por la exhibición de un conjunto selecto de los libros provenientes de Chile y la publicación de un volumen titulado Joyas bibliográficas de valor universal. Después de 126 años volvieron a casa (catálogo de los libros devueltos por Chile a la Biblioteca Nacional del Perú). Lima: Biblioteca Nacional del Perú, Fondo Editorial, 2007. xiii, 257 p. 79 proseguir las gestiones oficiales, a fin de recuperar la parte restante de los libros, manuscritos y demás objetos que fueron sustraídos del Perú, por las tropas invasoras, durante la Guerra del Pacífico. LOS PAPELES DE LA INQUISICIÓN DE LIMA En los años más recientes, previamente a la devolución realizada por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, se habló y se escribió mucho acerca de los libros de procedencia peruana, especialmente de la Biblioteca Nacional de Lima, que fueron trasladados a Chile con ocasión de la Guerra del Pacífico. Las voces de reclamación más extremas demandaban la restitución pronta e incondicional de ese patrimonio cultural, que reposaba como “trofeo de guerra” en las principales bibliotecas públicas de Chile. Por las condiciones propias del desordenado expolio, nunca se sabrá con certidumbre la cantidad de libros que fueron sustraídos: se manejan cifras desde 10.000 hasta 35.000 ejemplares. A propósito, una de las manifestaciones más frecuente citadas se contiene en el primer informe que elevó Ricardo Palma al Ministerio de Justicia e Instrucción, tras haber asumido el cargo de director de la Biblioteca Nacional. En este escrito, fechado el 14 de noviembre de 1883, apuntaba descarnadamente: “Biblioteca no existe; pues, de los cincuenta y seis mil volúmenes que ella contuvo, sólo he encontrado setecientos treinta y ocho, en su mayor parte de obras en latín, y aun estas truncas”(2). En nuestra opinión particular, tan importante como esa gran masa de libros sustraídos es el conjunto de los documentos manuscritos de la época colonial, cuyo valor puede ser inclusive mayor, por tratarse generalmente de piezas únicas. Hay que tener en cuenta, por cierto, que la Biblioteca y el Archivo Nacional del Perú funcionaron juntos, en un mismo establecimiento, hasta el lamentable incendio de su edificio en 1943. (2) DURAND FLÓREZ, Guillermo. “Palma y la Biblioteca Nacional”. Revista del Archivo General de la Nación, núm. 1 (Lima, 1972), p. 40, doc. 6. 80 Revista Peruana de Derecho Internacional Ahora quisiera referirme con detalle a los papeles del Santo Oficio de la Inquisición de Lima existentes en la capital chilena, que representan un voluminoso y poco explorado fondo de 513 legajos. Según la versión que se puede leer en el Archivo Nacional de Chile (sección Ministerio de Educación, vol. 593), dichos materiales ingresaron en virtud de un decreto del Gobierno santiaguino, emitido el 9 de enero de 1890, que aceptó la oferta de un particular, don Pedro A. Castro, para tomar en propiedad esa colección por la suma de 1.500 pesos. En primera instancia la documentación fue asignada a la sección de manuscritos de la Biblioteca Nacional, y después pasó a su actual emplazamiento en el Archivo Nacional, creado como institución independiente en 1925. La gran mayoría de los documentos procedentes del tribunal del Santo Oficio de Lima se refiere a asuntos económicos, y son principalmente causas ejecutivas por deudas y concursos de acreedores sobre la herencia de determinadas personas que habían tenido pleito con la Inquisición. Estos pleitos no se originaban por fuerza en delitos contra la fe o la moralidad, sino provenían con frecuencia de préstamos o negocios impagos. Al dar a publicidad el catálogo de este fondo documental, hemos dividido su contenido en doce rubros o materias: 1. Cartas y disposiciones oficiales; 2. Papeles y asuntos administrativos; 3. Causas ejecutivas por deudas; 4. Concursos de acreedores; 5. Secuestros de bienes; 6. Remates de bienes; 7. Cuentas y pagos de receptoría; 8. Depósitos y movimientos de caja; 9. Canonjías supresas; 10. Censos y rentas del tribunal; 11. Conflictos de competencia; 12. Diversos(3). Hay que añadir que la operación de compra de 1890 fue precedida por un juicioso informe del erudito santiaguino José Toribio Medina, quien en los años previos había realizado trabajos de investigación en España y había publicado en dos volúmenes la Historia del tribunal del Santo (3) HAMPE MARTÍNEZ, Teodoro. Santo Oficio e historia colonial: aproximaciones al tribunal de la Inquisición de Lima (1570-1820). Lima: Ediciones del Congreso del Perú, 1998, cap. 10, “La Inquisición peruana en Chile: catálogo de los documentos”, p. 152 y ss. 81 Oficio de la Inquisición de Lima(4). En su informe decisivo, firmado el 21 de diciembre de 1889, Medina clasificaba aquella documentación en dos series. Sobre la primera dice que tiene «poca importancia» por ser expedientes de compra y venta y que no revisten mayor trascendencia para la historia de Chile. Pero su opinión es distinta sobre la segunda serie, que contiene cartas, cédulas y expedientes de visitas originales al tribunal inquisitorial de Lima. “Todos reunidos —afirma— contribuyen a formar un cuerpo de autos capaz de ilustrar sobremanera la historia americana [...] por sí solos, valen bien 1.500 pesos”(5). En tal virtud, el rico fondo documental del Santo Oficio peruano pasó a engrosar los fondos de la Biblioteca y Archivo Nacionales de Chile, donde pertenece hoy a la división de Archivo Nacional Histórico, que contiene documentación desde la época colonial hasta el siglo XIX. El fondo de Inquisición de Lima (1570-1829) comprende una estantería de 31,08 metros lineales. Su importancia para el estudio historiográfico ha sido examinada, con minucia y moderno criterio, por el profesor René Millar Carvacho, de la Pontificia Universidad Católica de Chile(6). LA RESTITUCIÓN DE OTROS FONDOS DOCUMENTALES En el caso de los papeles de la Inquisición de Lima, pareciera que las autoridades chilenas desean manifestar que no fueron éstas ni sus (4) (5) (6) MEDINA, José Toribio. Historia del tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Lima (1569-1820). Santiago de Chile: Impr. Gutenberg, 1887. 2 vols. Estas citas, tomadas en el Archivo Nacional de Chile (ANCh) por mí, se hallan recogidas en la nota de ESCRIBANO, Pedro. “La biblioteca cautiva”. La República, Lima, 19 de abril de 1998, p. 29. El informe de Medina daba en realidad un mínimo valor a los expedientes sobre el manejo financiero de la Inquisición y remataba diciendo: “Conviene también tener presente que son tan numerosos y abultados, que forzosamente deberán ocupar en una oficina o establecimiento público un lugar considerable, que en realidad no merecen” (ANCh, Ministerio de Educación, vol. 593, sin foliar). MILLAR C ARVACHO , René. “El archivo del Santo Oficio de Lima y la documentación inquisitorial existente en Chile”. Revista de la Inquisición, núm. 6 (Madrid, 1997), p. 101-116. 82 Revista Peruana de Derecho Internacional tropas invasoras las que sustrajeron aquellos documentos de Lima, los cuales de pronto aparecieron en Santiago y fueron comprados por el Ministerio de Educación, a fines del siglo XIX, de buena fe. Esto resulta de veras inverosímil. A lo largo de muchos decenios se ha ocultado en la historiografía del vecino país del sur, deliberadamente, que la mayoría de libros y manuscritos de procedencia peruana llegaron allí por obra del saqueo practicado durante la Guerra del Pacífico. ¿Qué hacer ante una situación tan compleja y de tan hondas repercusiones? En respuesta a esta inquietud, manifestada en diversos foros periodísticos y académicos, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú dispuso a comienzos del año 2007 la conformación de una Comisión especial, adscrita a la Subsecretaría de Política Cultural Exterior, con el fin de promover la realización de un inventario certero de aquellos bienes extraídos de nuestro patrimonio cultural. La referida Comisión ha sostenido, bajo la dirección del embajador Martín Yrigoyen Yrigoyen, una serie de reuniones, con la presencia de historiadores, diplomáticos y funcionarios del Archivo General de la Nación, de la Biblioteca Nacional del Perú y del Instituto Nacional de Cultura. Eventualmente, se solicitó la colaboración de la BNP en las labores de compilación de la información. En tal virtud, se instaló una oficina en el local central de la BNP, en el distrito de San Borja, donde algunos especialistas han trabajado en la constitución de una ambiciosa base de datos referente a libros y otros objetos patrimoniales de origen peruano que pasaron al poder de Chile. Se estima conveniente que luego de culminada la mencionada base de datos, se manifieste al país vecino el interés del Perú en que investigadores nacionales accedan a sus bibliotecas y archivos, para realizar una labor conjunta de identificación de los bienes pertenecientes a nuestro patrimonio que fueron sustraídos en la confrontación bélica de 1879-1883(7). (7) Cf. HAMPE MARTÍNEZ, Teodoro. “¿Cómo recuperar los documentos peruanos de Chile?”. Collectaneus: revista bibliográfica anticuaria, núm. 3 (Lima, marzoabril 2008), p. 29-30. [Una versión previa se publicó en el suplemento de Cultura de La Tercera, Santiago de Chile, 17 de noviembre de 2007, p. 2]. 83 Por otra parte, el Decreto Exento de Educación Nº 2.490, publicado en el Diario Oficial de la República de Chile el 5 de enero de 2008, señala que es política de Chile en relación con sus países vecinos promover la convivencia pacífica, el intercambio social, económico y cultural, el respeto por los valores democráticos y la soberanía de los Estados. Por consiguiente, dicha norma resuelve desafectar de la categoría de monumento histórico una serie de fondos documentales existentes en el Archivo Nacional de Chile y que son de legítima procedencia peruana, a fin de que se devuelvan a su nación de origen. Se trata de 41 volúmenes del Ministerio de Relaciones Exteriores, 12 volúmenes del Ministerio de Hacienda, 24 volúmenes del Ejército del Sur Peruano y 32 libros manuscritos del fondo Varios. El propósito expreso de esta norma es completar la trascendente iniciativa que se ejecutó al devolver los libros existentes en la Biblioteca Nacional de Chile y la Biblioteca Pública Santiago Severín de Valparaíso que eran de similar procedencia. En recientes declaraciones a la agencia oficial de noticias Andina, brindadas en Lima con ocasión de la XIII Feria Internacional del Libro (julio de 2008), la ministra de Cultura de Chile, Paulina Urrutia Fernández, ha confirmado que su país sumará al gesto de devolución de libros del año pasado el retorno de los archivos peruanos sustraídos durante la Guerra del Pacífico. La funcionaria chilena indicó que su Gobierno espera que aquel gesto de buena voluntad “se complete con los archivos que ya son de dominio público” (y que ya han sido digitalizados)(8). Indicó que esta experiencia de retorno del patrimonio cultural a su lugar de origen es muy coincidente con lo que se ha experimentado en el país vecino con la repatriación del legado de la laureada poeta Gabriela Mistral, que llegó en diciembre de 2007 desde los Estados Unidos(9). (8) (9) Noticia del 24 de julio de 2007 (AND186261), disponible en http:// andina.com.pe El 10 de diciembre de 2007, exactamente 62 años después que obtuviera el Premio Nobel de Literatura, se recibieron en Santiago de Chile 168 cajas integradas por fotografías, cartas, películas, cintas de audio, materiales inéditos de poesía y prosa y cientos de objetos personales de Gabriela Mistral. La ministra de Educación, Yasna Provoste Campillay, y la directora de Bibliotecas, 84 Revista Peruana de Derecho Internacional Si bien no poseemos aún datos concretos del momento en que ejecutará la norma sobre repatriación de dichos fondos documentales, esperamos que esta medida pueda darse en breve plazo. Obrando de esta manera, el Gobierno de la Republica de Chile honrará una declaración principista que merece la pena destacar. El Ministerio de Educación ha sentado por escrito: “Que los bienes culturales, sean materiales o inmateriales, expresan de manera profunda la cosmovisión de los pueblos, la creatividad, imaginación y capacidad de transformación de sus habitantes y comunidades, como también son testimonio de su memoria, de sus sentidos de identidad y pertenencia, por lo cual es indispensable reconocer el derecho de los pueblos a su patrimonio cultural, como herencia privilegiada de los que les antecedieron y de los acervos para crear nuevas obras y contenidos culturales” (Decreto Exento de Educación Nº 2.490, transcrito como Anexo). LABORES DEL GRUPO DE TRABAJO PARLAMENTARIO El Grupo de Trabajo parlamentario encargado de documentar y apoyar la recuperación del patrimonio cultural y bibliográfico sustraído durante la Guerra del Pacífico fue instalado el 6 de noviembre de 2007, la misma fecha en que se producía la devolución oficial de libros del Gobierno chileno a la Biblioteca Nacional del Perú, por acuerdo de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República. Con fecha 21 de julio de 2008 se ha presentado el informe final, que contiene una síntesis de las exposiciones de autoridades y expertos, de las gestiones realizadas y de las actividades complementarias, así como las conclusiones y recomendaciones formuladas por este Grupo de Trabajo(10). viene de la pág. 83. Archivos y Museos, Nivia Palma Manríquez, recibieron oficialmente este legado, donado por Doris Atkinson, una sobrina de la amiga y heredera universal de Mistral, Doris Dana. (10) Informe de gestión, de 20 páginas, presentado a la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso de la República por el Grupo de Trabajo encargado de documentar y apoyar la recuperación del patrimonio cultural y bibliográfico peruano sustraído durante la Guerra del Pacífico. Firmado por el congresista Rafael Vásquez Rodríguez (21/07/2008). 85 Los orígenes de esta importante labor parlamentaria se remontan a una sesión ordinaria de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, durante la legislatura de 2007, en la cual el ingeniero Rafael Vásquez Rodríguez (Partido Nacionalista Peruano) expuso un documento sobre el patrimonio cultural llevado a Chile durante la contienda del siglo XIX, proponiendo la conformación de un grupo de trabajo en el seno de dicha Comisión. De inmediato se aprobó por unanimidad el establecimiento de un grupo multipartidario que tendría por objetivos: (a) documentar el patrimonio cultural del Perú sustraído por las fuerzas de ocupación durante la Guerra del Pacífico y (b) hacer el seguimiento y tomar iniciativas en las gestiones para la devolución de dicho patrimonio, en coordinación con los órganos pertinentes. Con los objetivos establecidos y las características expuestas, el pleno de la Comisión de Relaciones Exteriores designó a los integrantes del Grupo de Trabajo, el cual quedó formado por los siguientes congresistas: Rafael Vásquez Rodríguez, como coordinador, Humberto Falla Lamadrid, Yohny Lescano Ancieta y Guido Lombardi Elías, como miembros. En las sesiones de trabajo que celebró este grupo, en los meses de febrero y marzo de 2008, se oyeron las opiniones y recomendaciones del Director de la Biblioteca Nacional, del Jefe del Archivo General de la Nación, del Subsecretario de Política Cultura Exterior y de tres importantes especialistas en la materia: el sociólogo Sinesio López Jiménez (ex director de la Biblioteca Nacional), el historiador Teodoro Hampe Martínez (miembro nacional principal del Instituto Panamericano de Geografía e Historia) y el jurista Miguel de Althaus Guarderas (profesor emérito de la Pontificia Universidad Católica del Perú). Al cabo de sus tareas, el Grupo de Trabajo llegó a la conclusión de que el patrimonio cultural sustraído durante la Guerra del Pacífico es muy amplio y está constituido por diversos elementos: los libros que pertenecían a la antigua Biblioteca Nacional, documentación de archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Hacienda, objetos del gabinete de medicina y del gabinete de ciencias de la Universidad Mayor de San Marcos, materiales de la antigua Escuela de Ingenieros, así como la mayor 86 Revista Peruana de Derecho Internacional parte del archivo del tribunal de la Inquisición de Lima. También se mencionan monumentos y esculturas del Paseo Colón y del Parque de la Exposición, el reloj del Parque Universitario, diseñado por Pedro Ruiz Gallo, piezas arqueológicas prehispánicas, etc. La devolución integral de este conjunto de materiales es, desde luego, una aspiración legítima de la nacionalidad peruana. Por cierto que las circunstancias del oprobioso saqueo practicado en 1881, luego de la ocupación chilena de Lima, han sido descritas minuciosamente en un artículo de Pedro Guibovich Pérez(11). Señala este historiador que, ocupado el edificio de la Biblioteca Nacional por soldados y oficiales, varios capellanes del Ejército chileno acudieron al director de la institución, coronel Manuel de Odriozola, para manifestarle su intención de conocerla. Odriozola creyó en sus buenas intenciones y les enseñó las obras de mayor valor que había en los estantes. Los visitantes tomaron nota de ellas y se despidieron, ofreciendo volver al día siguiente. El anciano bibliotecario cerró las puertas y se retiró a su vivienda, ubicada en el mismo edificio. Mas al día siguiente, Odriozola notó que habían desaparecido de los estantes las mismas obras tan admiradas y codiciadas por los visitantes de la víspera. Confundido, el director dio parte de lo sucedido a las autoridades chilenas. Estas le dijeron que habían visto sacar muchos libros de la Biblioteca y conducirlos en carretas, pero tan públicamente que no les llamó la atención. Días después del primer saqueo, se presentó en el mismo local el coronel Pedro Lagos, acompañado de sus edecanes y otros ciudadanos chilenos. Recorrieron los estantes y separaron las obras que les interesaron; terminada la selección, Lagos ordenó que le llevaran todos los libros escogidos. Odriozola denunció así el saqueo: “El 26 de febrero [de 1881] se me exigió la entrega de las llaves de la Biblioteca, dándose principio al más escandaloso y arbitrario despojo. Los libros son llevados (11) GUIBOVICH PÉREZ, Pedro. “Para que no se olvide: la Biblioteca Nacional y la guerra de 1879”. Punto de Equilibrio, núm. 94 (Lima, mayo-julio de 2007), p. 52-53. 87 en carretas, y entiendo que se les embarca con destino a Santiago. La Biblioteca, para decirlo todo, ha sido entrada a saco, como si los libros representaran material de guerra…”(12). Ha quedado constancia de todo ello en las ediciones del Diario Oficial de la República de Chile del 22, 23 y 24 de agosto de 1881, que contienen un riguroso inventario elaborado por el entonces rector de la Universidad de Chile, Ignacio Domeyko, en colaboración con el bibliófilo Diego Barros Arana, donde se registran los «instrumentos y aparatos de física y química, preparaciones y objetos anatómicos, objetos de historia natural y libros» que obraban en poder de la Intendencia General del Ejército, procedentes de Lima. Domeyko señala que recibió un total de 103 cajones grandes y otros 80 bultos. Separó en cuatro grupos los objetos recibidos: el primero, de instrumentos y aparatos para la enseñanza de la física y la química y una colección de muestras para química orgánica y farmacia; el segundo, de “preparaciones anatómicas”; el tercero, de objetos de historia natural (incluyendo una colección de rocas); y el cuarto, de libros. Lo más valioso, según Domeyko, eran los “más de diez mil volúmenes”, muchos de ellos impresos en los siglos XVI y XVII(13). Se ha advertido con acierto que el documento elaborado por el rector de la Universidad –un sabio polaco contratado por el Gobierno chileno para (12) (13) PALMA, Ricardo. Cartas a Piérola sobre la ocupación chilena de Lima. Introd. y notas de Rubén Vargas Ugarte. 2da. ed. Lima: Editorial Milla Batres, 1979, p. 31 (cit. por GUIBOVICH PÉREZ, “Para que no se olvide”, p. 53). Ya después de terminada la guerra, en su último informe como director de la Biblioteca Nacional, apuntaba Odriozola amargamente: “La Biblioteca de Lima, que fue hace tres años no sólo la mejor de Sud-América, sino que se encontraba a la altura de muchas de las principales de Europa por la importancia de las obras que la formaban [...] ha desaparecido casi por completo, pues de los cincuenta mil volúmenes impresos que existían en ella no llegan a un mil los que aún quedan esparcidos por los cinco salones que ocupaban. De los manuscritos, entre los que había no pocos de los siglos XV y XVI, no se encuentra hoy uno solo...” (cf. DURAND FLOREZ, “Palma y la Biblioteca Nacional”, p. 36, doc. 1). Véase MENDOZA, Marcelo. “La verdad del saqueo de la biblioteca de Lima”. Diario Siete, Santiago de Chile, 23 de abril de 2006. El asunto ha sido tocado asimismo en “Biblioteca de Lima: botín de guerra chileno”, comunicación presentada por Marjorie Mardones Leiva y Alejandro Oyarce Gatica al IV 88 Revista Peruana de Derecho Internacional desempeñarse como profesor de química y mineralogía– debe constituir el punto de partida para el correspondiente proceso de restitución. La devolución de 3.788 volúmenes que se ha hecho a la Biblioteca Nacional del Perú es un gesto sin duda loable, pero representa tan solo una parte del patrimonio bibliográfico y documental sustraído durante la Guerra del Pacífico. Es evidente que existe un número indeterminado de libros, folletos y manuscritos en poder de instituciones públicas o privadas y de particulares chilenos. Se sabe inclusive de algunos libros que están en poder de personas en otros lugares del mundo. Por lo tanto, es imperativo continuar con las gestiones oficiales para la recuperación más completa posible de ese patrimonio cultural. * * * * Es digno recoger, por último, las recomendaciones principales del Grupo de Trabajo parlamentario que hemos citado(14): a) Conformar una comisión binacional entre los gobiernos del Perú y Chile para gestionar la devolución del patrimonio cultural sustraído durante la Guerra del Pacífico. b) Apoyar la labor del equipo técnico convocado por el Ministerio de Relaciones Exteriores que trabaja en la recomposición del catálogo de la antigua Biblioteca de Lima. c) Solicitar a la Cancillería de la República que, una vez concluida la elaboración del catálogo encargado a la comisión técnica especialmente constituida al efecto, remita a la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso una copia del mencionado catálogo. viene de la pág. 87. Congreso Internacional de Peruanistas en el Extranjero (Santiago de Chile, 25 a 27 de abril de 2007). (14) Informe de gestión presentado por el Grupo de Trabajo encargado de documentar y apoyar la recuperación del patrimonio cultural y bibliográfico peruano sustraído durante la Guerra del Pacífico (21/07/2008), p. 17-18. 89 d) Revisar el archivo fotográfico Courret y otros archivos de la Biblioteca Nacional para confirmar el origen de las piezas y otros objetos que se encuentran en las plazas públicas de Chile y que podrían pertenecer al Perú. e) Gestionar el viaje de un grupo de congresistas peruanos a Chile para fomentar una corriente de opinión favorable a la devolución de nuestro patrimonio cultural, con legisladores, autoridades e intelectuales de ese país. f) Apoyar las gestiones ante el Gobierno de Chile para la ejecución del Decreto Exento de Educación Nº 2.490, que desafecta de su patrimonio histórico una serie de documentos originales del Ministerio de Relaciones Exteriores, del Ministerio de Hacienda, del Ejército del Sur Peruano y otros, propiciando su restitución oficial a nuestro país. g) Promover la creación de un fondo para recuperar los libros y piezas que se encuentran en poder de ciudadanos o instituciones privadas, sea en Chile u otros países, y que forman parte del patrimonio cultural peruano sustraído durante la Guerra del Pacífico. h) Apoyar las gestiones de la Biblioteca Nacional del Perú para el financiamiento de la catalogación y difusión de los libros devueltos en noviembre de 2007 por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile. En definitiva, hoy las perspectivas se muestran bastante favorables para la recuperación de nuestro patrimonio cultural. Ambos países, Chile y el Perú, están trabajando en el asunto de manera coordinada para establecer un consenso de cuáles son los impresos y documentos que forman el conjunto que fue sustraído durante el enfrentamiento bélico del siglo XIX. Una reciente comunicación oficial, firmada por el Secretario General de Relaciones Exteriores, embajador Gonzalo Gutiérrez Reinel, que hemos recibido en la Sección Nacional Peruana del Instituto Panamericano de Geografía e Historia, menciona «las declaraciones de algunas autoridades chilenas, que muestran una aparente buena disposición Revista Peruana de Derecho Internacional 90 para tratar el tema de la devolución de nuestro patrimonio cultural”(15). Ojalá sea realmente así. ANEXO DECRETO EXENTO DE EDUCACIÓN Nº 2.490 Desafecta de categoría de monumento histórico fondos documentales que indica, del Archivo Nacional Santiago, 13 de diciembre de 2007. Considerando: Que, es política de Chile en relación con sus países vecinos promover la convivencia pacífica, el intercambio social, económico y cultural, el respeto por los valores democráticos y la soberanía de los Estados. Que, los bienes culturales, sean materiales o inmateriales, expresan de manera profunda la cosmovisión de los pueblos, la creatividad, imaginación y capacidad de transformación de sus habitantes y comunidades, como también son testimonio de su memoria, de sus sentidos de identidad y pertenencia, por lo cual es indispensable reconocer el derecho de los pueblos a su patrimonio cultural, como herencia privilegiada de los que les antecedieron y de los acervos para crear nuevas obras y contenidos culturales. Que, por decreto exento de Educación N° 719, de 2 de junio de 2006, se declaró Monumento Nacional en la categoría de Monumento Histórico determinados documentos conservados en el Archivo Nacional y contenidos en el Archivo Nacional Histórico, en el Archivo Nacional de la Administración y en el Archivo de la Araucanía. (15) Carta RE (SPC) Nº 0-8-B/10, de 18 de julio de 2007, dirigida por el embajador Gonzalo Gutiérrez Reinel, Secretario General de Relaciones Exteriores, al autor de estas líneas. 91 Que, algunos de estos documentos pertenecen al patrimonio histórico del Perú, como los Fondos Documentales titulados Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (41 volúmenes), Ministerio de Hacienda del Perú (12 volúmenes), Ejército del Sur Peruano (24 volúmenes) y Fondo Varios (32 libros manuscritos), que suman 109 volúmenes en total. Que, para los efectos que los mencionados Fondos Documentales retornen al Perú es necesario proceder a desafectarlos de la calidad de Monumento Histórico que poseen, modificando el decreto exento de Educación N° 719, de 2006, ya mencionado, completando así esta trascendente iniciativa que fue precedida de la devolución de los libros existentes en la Biblioteca Nacional, de similar origen, y que no estaban bajo protección de la ley N° 17.288 de Monumentos Nacionales. Que, existen precedentes cercanos de este gesto que han beneficiado a Chile, incrementando nuestro patrimonio cultural con la recepción de piezas y valores, como aconteció con la repatriación de los restos humanos antes en poder del Museo Nacional del Indígena Americano de la Smithsonian Institution (Estados Unidos de Norteamérica) y de la donación a nuestro país del legado de Gabriela Mistral por parte de la ciudadana norteamericana que los heredó, y Visto: Lo dispuesto en la ley N° 17.288 de 1970; decreto supremo N° 19, de 2001, del Ministerio Secretaría General de la Presidencia; decreto exento de Educación N° 719, de 02 de junio de 2006, del Ministerio de Educación; acuerdo de sesión de 14 de noviembre de 2007, del Consejo de Monumentos Nacionales; Ord. N° 6251, de 3 de diciembre de 2007, del Secretario del Consejo de Monumentos Nacionales; solicitud de señora Nivia Palma M., Directora de Bibliotecas, Archivos y Museos, de 12 de noviembre de 2007; resolución N° 520, de 1996, de la Contraloría General de la República; y en los artículos 32 N° 6 y 35 de la Constitución Política de la República de Chile. Revista Peruana de Derecho Internacional 92 Decreto: Artículo único: Modifícase el decreto exento de Educación N° 719, de 2006, del Ministerio de Educación, en el sentido de desafectar de la categoría de Monumento Histórico los siguientes Fondos Documentales del Archivo Nacional titulados: Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú: 41 volúmenes Ministerio de Hacienda del Perú: 12 volúmenes Ejército del Sur Peruano: 24 volúmenes Fondo Varios: 32 libros manuscritos Anótese y publíquese.- Por orden de la Presidenta de la República, Yasna Provoste Campillay, Ministra de Educación. Lo que transcribo a usted para su conocimiento.- Saluda atentamente a usted, Pilar Romaguera Gracia, Subsecretaria de Educación. (Diario Oficial de la República de Chile, Santiago, 5 de enero de 2008, núm. 38.953, p. 6) *** 93 EL SISTEMA INTERNACIONAL LUEGO DE LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN: EL MANEJO DEL PODER EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN Germán Vera Esquivel* “El fin de la Guerra Fría originó una tentación aún mayor de remodelar el medio internacional a la imagen norteamericana”(1). “El siglo XX fue muy corto, empieza con la Revolución Rusa y termina con la caída del Muro de Berlín, debe haber sido uno de los siglos más cortos de la historia”(2). INTRODUCCIÓN El presente trabajo tiene un doble objetivo. El primero es dar algunas ideas sobre cual es el Sistema Internacional resultante luego de la disolución de la Unión Soviética y de la caída del Muro de Berlín, sucesos históricos * (1) (2) Consejero en el Servicio Diplomático de la República. Miembro Asociado de la Sociedad Peruana de Derecho Internacional. Autor del libro: Derecho Internacional y Cambio Climático. Una visión desde la política ambiental peruana. Lima: Instituto de Estudios Social Cristianos, 2008, 112 pp. KISSINGER, Henry. La Diplomacia. México: Fondo de Cultura Económica, 1996 (Tercera reimpresión en español), p. 802. Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores, Embajador José A. García Belaúnde en el Acto Central por el 187 Aniversario del Ministerio de Relaciones Exteriores. Lima, jueves 7 de agosto de 2008. 94 Revista Peruana de Derecho Internacional que muestran el fin de la guerra fría y del sistema bipolar. Por otro lado, el segundo objetivo, es brindar al lector algunas tendencias sobre cual es el Sistema Internacional que tenemos en la actualidad, a fines del año 2008. Para ello, en el primer acápite de este trabajo desarrollaremos el tema de la crisis y el fin del sistema bipolar. Así, en esta parte señalaremos cuales son las razones por la cuales llegó a su fin el sistema bipolar, que tuvo una de sus mayores manifestaciones en la guerra fría. En la segunda parte de este documento abordaremos cual es el nuevo Sistema Internacional luego de la bipolaridad. Luego de definir al sistema internacional resultante luego de la guerra fría, revisaremos también las más importantes teorías para explicar las consecuencias del fin del sistema bipolar, de dos autores muy destacados en los Estados Unidos: Francis Fukuyama y Samuel Huntington. Igualmente, en esta parte, revisaremos algunos de los temas que se han cristalizado, a nivel internacional, luego del fin del sistema bipolar. Entre otros, estudiaremos los conceptos de la Pax Americana, que esta configurada por el triunfo, en lo político, de la democracia representativa como modelo de gobierno. En lo económico, por la adopción del modelo de economía de mercado y finalmente en lo social por la creación del sistema internacional de protección de los derechos humanos. Igualmente, en esta parte estudiaremos el tema de la globalización, fenómeno de la máxima importancia en el mundo contemporáneo. En la tercera parte, abordaremos el tema del actual sistema internacional, es decir el que corresponde al año 2008. En esta parte postularemos que el sistema internacional actual configura un mundo unipolar imperfecto(3), puesto que es unipolar en lo estratégico (políticomilitar) y multipolar en lo económico. (3) Los profesores Enrique Bernales Ballesteros y Carlos Blancas Bustamante han coincidido en aceptar que esta podría ser una adecuada caracterización del sistema internacional en la actualidad. Estas opiniones fueron expresadas durante la clase del doctorado en derecho de la Pontificia Universidad Católica, el día miércoles 31 de octubre de 2007. 95 En la cuarta parte, trataremos de ver cuales de los elementos estudiados son aplicables a nuestro país y a la región latinoamericana en el marco del nuevo sistema internacional, en el 2008. Del mismo modo, mencionaremos los temas de el “mito del desarrollo”(4) y la teoría de los “Estados fallídos”(5), que intentan explicar porque los países desarrollan o no. Igualmente, en este acápite haremos una brevísima referencia al fenómeno del 11 de setiembre. Por último, recogeremos muy brevemente en esta parte, algunos conceptos vertidos por Carlos García Bedoya, sobre todo cuando remarca el tema de los intereses de nuestro país con los diversos países industrializados(6). Finalmente, en las conclusiones, haremos una reflexión final sobre todos estos temas enmarcados en el cambiante sistema internacional. 1. CRISIS Y FIN DEL SISTEMA BIPOLAR ¿Cual fue la razón del colapso del sistema bipolar?. Nosotros en el presente trabajo hemos querido contestar esta pregunta recogiendo la perspectiva de un destacado teórico de las Relaciones Internacionales, el profesor inglés Paul Kennedy. El mencionado autor, Profesor de Historia en la Universidad de Yale, en su libro “Auge y caída de las grandes potencias”(7), ensaya una explicación a este proceso. Sostiene este académico que una evaluación comparativa de las potencias mundiales desde el año 1500 nos muestra que su declive irreversible surge en el momento en que su dinámica y fortaleza económica es incapaz de solventar su expansión militar, política y territorial. (4) (5) (6) (7) RIVERO, Oswaldo de. El Mito del Desarrollo Los países inviables en el siglo XXI. Lima: Fondo de Cultura Económica, Segunda Edición, 2001. 268 pp. Vid.: “The Failed States Index”. En: Foreign Policy, Carnegie Endowment for International Peace. Mayo/Junio 2006, pp. 50-58. www.foreignpolicy.com GARCÍA BEDOYA, Carlos. Política Exterior. Teoría y Práctica. Lima: Mosca Azul Editores, 1981. 144 pp. KENNEDY, Paul. Auge y caída de las grandes potencias. Barcelona: Plaza y Janés Editores, 1997 (Tercera edición). 1008 pp. 96 Revista Peruana de Derecho Internacional Kennedy amplia el concepto con las siguientes palabras: “No obstante, si se dejan a un lado las teorías a priori y se considera simplemente el registro histórico de “el ascenso y caída de las grandes potencias” en los últimos quinientos años, es evidente que pueden extraerse algunas conclusiones generalmente válidas, siempre y cuando se admita que puede haber excepciones particulares. Por ejemplo, hay una relación causal detectable entre los cambios que se han producido en el tiempo en los equilibrios económicos y productivos generales y la posición ocupada por las potencias individuales en el sistema internacional”(8). Igualmente, a fin de reafirmar sus planteamientos, el autor inglés sostiene que: “ser una gran potencia –por definición un Estado capaz de mantenerse firme contra cualquier otra nación– requiere una base económica floreciente”(9). En tal sentido, la pregunta a ser respondida sería: ¿Porqué colapsó la Unión Soviética?. La respuesta sería: porque su desarrollo económico no podía solventar su expansión política, militar y territorial. De este modo: “la perestroika y el glasnost fueron intentos desesperados del régimen soviético por cerrar la enorme brecha entre su incuestionable poderío político-militar y los endebles cimientos económicos sobre los que el “socialismo realmente existente” se erigía”(10). Del mismo modo, algunos autores han señalado que la disolución del Estado soviético también se debió en gran parte a las fuerzas centrífugas secesionistas, particularmente en las Repúblicas del Sur (Georgia, Armenia, Moldavia) e igualmente las del Asia Central Kazajastán, Usbekistán, entre otras)(11). (8) (9) (10) (11) KENNEDY, Paul. Op., cit. p. 20. Ibid., p. 837. CHUQUIHUARA, Luís. Perú en la Aldea Global. Lima: Foro Peruano de Relaciones Internacionales, 1994, p. 26. Chuquihuara sobre el tema amplía lo siguiente: “Pero la extinción de la URSS ocasionó en paralelo un “vacio de poder” en el espacio regional vecino: Europa del Este. La absorción integral de la RDA por la RFA, la llegada al poder de L. 97 Así, la caída del muro de Berlín es una consecuencia directa del colapso de la Unión Soviética. El muro de Berlín fue: “símbolo durante casi medio siglo del orden internacional que instauraron las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial”(12) Asimismo, sobre este tema se ha señalado que la caída del muro (junto con la perestroika y el glasnost) significaron hechos visibles de la desestructuración del subsistema socialista y crearon de alguna manera, las condiciones para un nuevo “orden” o más bien dicho un nuevo “desorden” internacional que ha tenido como una de sus consecuencias la idea de globalización(13), tema que abordaremos más adelante. Sobre las características del ciclo bipolar Chuquihuara ha señalado: «El orden internacional vigente entre 1945 y 1990 fue esencialmente heterogéneo y confrontativo pues se sustentaba en la existencia de dos sistemas disímiles que competían entre sí por la supremacía mundial. La confrontación se traslucía en diversos ámbitos, desde el ideológico propiamente dicho (liberalismo/socialismo) hasta los modelos propuestos en lo político (democracia representativa/democracia popular), lo económico (economía de mercado/economía centralmente planificada) y lo cultural (civilización occidental/tradiciones orientales)”(14). De todos modos, como ya hemos mencionado, la opinión de Kennedy es, en nuestra opinión, la que mejor explica el porqué del fin del sistema viene de la pág. 96. (12) (13) (14) Walessa y “Solidarnosk” en Polonia, la partición de Checoslovaquia en dos estados, la transformación de las élites dirigenciales ortodoxas para mantener presencia política en Rumania y Bulgaria, son la demostración palpable de las diversas opciones que se abrieron para los países europeo-orientales.”, op. cit., p. 26. Ibid, p. 24. Esta idea ya la habíamos mencionado con anterioridad. Véase: VERA ESQUIVEL, Germán. Negociando nuestro futuro común. El derecho internacional y el medio ambiente en el umbral del nuevo milenio. Lima: Fondo de Cultura Económica, Instituto de Estudios Ambientales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1998, p. 16. CHUQUIHUARA, Luís. Op., cit., p. 30. 98 Revista Peruana de Derecho Internacional bipolar. Sin embargo, hay otras opiniones. Una de las más interesantes es la de Henry Kissinger, académico y político estadounidense de la época de la guerra fría. Kissinger es un observador acucioso de la realidad internacional y su pensamiento está vigente, ya que regularmente contribuye con una columna sobre temas internacionales en el Washington Post. La opinión de Kissinger es relevante sobre todo porque participó en gran medida en estos acontecimientos históricos. Este autor, como ex Secretario de Estado de los Estados Unidos de América durante la Administración de Nixon, tiene una visión victoriosa de este fenómeno: “La victoria en la Guerra Fría no fue, desde luego, obra de un solo gobierno. Se logró como resultado de la confluencia de 40 años de esfuerzo bipartidista de los Estados Unidos y de 70 años de osificación comunista. El fenómeno de Reagan brotó de una fortuita convergencia de personalidad y oportunidad: un decenio antes hubiera parecido demasiado militante; un decenio después, demasiado monocorde. La combinación de militancia ideológica, para unir al pueblo norteamericano, y de flexibilidad diplomática que los conservadores nunca hubieran perdonado a otro presidente, fue exactamente lo que se necesitó en el período de debilidad y nacientes dudas de los soviéticos”(15). Esta explicación de Kissinger sobre el fin del sistema bipolar, es un interesante planteamiento pero, en nuestra opinión, tiene un cierto contenido de voluntarismo. Kissinger es lo que se denomina un «halcón» en la política exterior estadounidense, razón por la cual siempre ha defendido posturas más bien “realistas”(16) relacionadas con el poder militar de su país. Sin embargo, también es cierto que durante los casi 45 años que duró la guerra fría, los Estados Unidos aplicaron una “política de (15) (16) KISSINGER, Henry. Op., cit., p. 799. Concordantes con las ideas de Hans Morgenthau, padre de las Relaciones Internacionales, quien señala que los Estados actúan en función de sus intereses definidos en términos de poder. 99 contención”(17), con la Unión Soviética lo que les permitió fortalecerse económica y militarmente para luego en base a su poderío propiciar la disolución de la Unión Soviética. 2. EL NUEVO SISTEMA INTERNACIONAL DESPUÉS DEL FIN DE LA BIPOLARIDAD Luego de estudiadas las razones por las cuales ocurrió la crisis y fin del sistema bipolar, habría que revisar cual fue el nuevo sistema internacional que emergió luego de estos procesos históricos. Un gran número de los autores consultados(18) coincide en señalar que después del ciclo bipolar se pasa a un sistema internacional unipolar, que tiene a los Estados Unidos de América como la única superpotencia existente. Efectivamente, ciertos autores sostienen, con alguna razón, que luego de la guerra fría se instaura lo que se ha denominado la Pax Americana. Este nuevo sistema –que significa el triunfo de los ideales defendidos por los Estados Unidos durante la guerra fría–, implica que se imponen los planteamientos occidentales. Triunfan así los ideales de la democracia representativa como sistema de gobierno. Igualmente, se impone el concepto del libre mercado, en el plano económico y finalmente, en el aspecto social se consolida el sistema de protección de los derechos humanos. Estos ideales modelan lo que va ser el mundo contemporáneo. Asimismo, habría que señalar que el nuevo sistema internacional que se crea luego de la disolución de la Unión Soviética muestra una multiplicación de actores distintos al Estado, destacando entre otros, las (17) (18) El creador de la teoría de la “contención” fue George Kennan, quien sostenía que los Estados Unidos debían “contener” el avance de la Unión Soviética y del comunismo a fin que su país pueda esperar tener una mejor posición financiera y militar para derrotar al bloque oriental, lo que al final ocurrió. En esta opinión coinciden Kissinger, Fukuyama (en sus escritos iniciales como “El fin de la historia”) y Huntington con matices. 100 Revista Peruana de Derecho Internacional organizaciones internacionales, las organizaciones no gubernamentales (ONG´s) y las empresas multinacionales. 2.1. Nuevas teorías para explicar el sistema internacional En este punto, quisiéramos discutir, desde un plano teórico, como se estudió el fenómeno histórico del fin del sistema bipolar y la caída del muro de Berlín desde la perspectiva de dos académicos de los Estados Unidos. El primer teórico que vamos a estudiar es Francis Fukuyama. El mencionado autor, profesor en la actualidad en la Universidad Johns Hopkins en Washington DC, publicó en el año 1989 un artículo titulado El fin de la Historia(19). En el mencionado artículo Fukuyama sostuvo que el fin de subsistema socialista graficado en la disolución de la Unión Soviética y en la caída del muro de Berlín, significaba el éxito del modelo occidental, liberal y capitalista y que con ello se iniciaba una nueva época de paz en el mundo, que sólo sería interrumpida momentáneamente por conflictos de baja intensidad. Para Fukuyama esto significaba el “fin de la historia”, que quería decir, en pocas palabras, que el modelo liberal era el triunfador y que se había impuesto a nivel mundial luego de la caída del socialismo realmente existente. Para explicar este tema, Fukuyama con sus propias palabras argumentaba que: “un notable consenso respecto a la legitimidad de la democracia liberal como sistema de gobierno había surgido en el mundo, durante los años anteriores, al ir venciendo a ideologías rivales, como la monarquía hereditaria, el fascismo y, más recientemente, el comunismo”(20). (19) (20) “The End of History?” The National Interest, 16 (verano de 1989), pp. 3-18. Tomado de: FUKUYAMA, Francis, El fin de la historia y el último hombre. Buenos Aires: Planeta, 1992, p. 11. Loc. cit. 101 A mayor abundamiento, el mencionado autor también indicaba: “que la democracia liberal podía constituir “el punto final de la evolución ideológica de la humanidad”, la “forma final de gobierno”, y que como tal «marcaría el fin de la historia”. Es decir, que mientras que las anteriores formas de gobierno se caracterizaron por graves defectos e irracionalidades que condujeron a su posible colapso, la democracia liberal estaba libre de estas contradicciones internas fundamentales. Esto no quería decir que las democracias estables de hoy, como las de Estados Unidos, Francia o Suiza, no contuvieran injusticias o serios problemas sociales. Pero esos problemas se debían a una aplicación incompleta de los principios gemelos de libertad e igualdad, en los que se funda la democracia moderna”(21). Este pensamiento, evidentemente fue criticado desde diversos frentes por esos años. Numerosos autores cuestionaron duramente los planteamientos de Fukuyama. Asimismo, el mencionado autor, reconoció, con posterioridad, que su intención al escribir su artículo The end of history? no tuvo por objetivo afirmar que con la disolución de la Unión Soviética finalizaba la historia reconociendo como vencedor al modelo liberal. Fukuyama señaló que muy pocos habían advertido que cuando él hablaba de “fin de la historia” lo hacía en tono de pregunta, señalando que el mismo tenía dudas sobre estos conceptos. El segundo teórico que ha intentado explicar el devenir mundial luego del fin de la guerra fría es Samuel Huntington. Este académico es profesor y Director del Instituto de Estudios Estratégicos de la Universidad de Harvard. Huntington es autor del libro “El choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial”(22). En este libro, el mencionado autor señala que el sistema internacional posterior al sistema bipolar incluye el posible enfrentamiento entre diferentes “civilizaciones”, en particular la occidental contra la árabe. (21) (22) Loc. cit. HUNTINGTON, Samuel. El Choque de civilizaciones y la reconfiguración del orden mundial. Barcelona: Paidos, 1997. 432 pp. Revista Peruana de Derecho Internacional 102 En sus propias palabras Huntington explica el mundo bipolar de esta manera: “Durante la guerra fría, la política global se convirtió en bipolar, y el mundo quedó dividido en tres partes. Un grupo de sociedades, en su mayor parte opulentas y democráticas, encabezado por los Estados Unidos, se enzarzó en una rivalidad ideológica, política, económica y, a veces, militar generalizada con un grupo de sociedades comunistas más pobres, asociadas a la Unión Soviética y encabezadas por ella. Gran parte de este conflicto tuvo lugar fuera de estos dos campos, en el Tercer Mundo, formado por lo general por países pobres, carentes de estabilidad política, recién independizados y que se declaraban no alineados(23). Del mismo modo, Huntington explica la crisis, fin y devenir del sistema bipolar de la siguiente manera: “A finales de los años ochenta, el mundo comunista se desplomó y el sistema internacional de la guerra fría pasó a ser historia. En el mundo de la posguerra fría, las distinciones más importantes entre los pueblos no son ideológicas, políticas ni económicas; son culturales”(24). Así, Huntington defiende su tesis principal indicando que lo que existe luego del fin de la guerra fría, es un mundo en el que existen civilizaciones que interactuan entre sí. Este autor incluso señala que en el mundo, después de 1990, existen ocho civilizaciones, que son las siguientes: la occidental, la latinoamericana, la africana, la islámica, la sínica, la hindú, la ortodoxa, la budista y la japonesa(25). Sin embargo, Huntington no deja de reconocer que “los Estadosnación siguen siendo los actores principales en los asuntos mundiales (y que) su conducta esta determinada como en el pasado, por la búsqueda de poder y riqueza, pero también por preferencias, coincidencias y diferencias culturales. Los agrupamientos más importantes de Estados (23) (24) (25) Ibidem, p. 21. Loc. cit. Ibidem, p. 28. 103 ya no son los tres bloques de la guerra fría, sino más bien las siete u ocho civilizaciones principales del mundo”(26) que ya hemos mencionado. Este autor concluye en el último capítulo de su libro denominado “el futuro de las civilizaciones” que: “en la época que esta surgiendo, los choques de civilizaciones son la mayor amenaza para la paz mundial, y un orden internacional basado en las civilizaciones es la protección más segura contra la guerra mundial”(27). La teoría del “choque de civilizaciones” de Huntington, goza de gran prestigio, especialmente en el sector llamado “neoconservador”(28) del Gobierno de los Estados Unidos. Lo bueno de su teoría, es que utilizándola se podría explicar, por ejemplo, el episodio de los ataques a las torres gemelas en Nueva York el 11 de setiembre de 2001. La explicación sería que hay una gran contradicción entre la “civilización occidental” con la “civilización islámica”. Esa sería la razón por la que ocurrió este condenable ataque terrorista. Del mismo modo, la teoría del “choque de civilizaciones” podría explicar la actual guerra de los Estados Unidos en Irak. Sin embargo, no todos los autores están de acuerdo con estas explicaciones. Por ejemplo, para Kahhat(29), Huntington no es un académico imparcial. Sobre este tema el mencionado autor señala que: «cabría recordar que las ideas de este autor (Huntington) no son las de un académico desapasionado e imparcial, dedicado a avizorar el futuro desde su torre de marfil. Intenta más bien influir en los debates sobre estrategia de política exterior en los Estados Unidos(30). (26) (27) (28) (29) (30) Ibidem, p. 22. Ibidem, p. 386. Sobre la historia del pensamiento “neoconservador” o “neocon” en los Estados Unidos puede verse el reciente libro de Francis Fukuyama. Véase: FUKUYAMA, Francis. América en la Encrucijada. Democracia, poder y herencia neoconservadora. Barcelona: Ediciones B, 2007. 240 pp. K AHHAT , Farid. “Oriente y el Orientalismo”. En: Revista Actualidad Internacional, Lima, Instituto de Estudios Social Cristianos, Año 1, Número 1, Enero - Junio 2007, p. 93. Loc. cit. 104 Revista Peruana de Derecho Internacional A su turno, Lubbers, desde una visión bastante jusnaturalista, ha señalado también que por definición, las “civilizaciones” no pueden colisionar o enfrentarse: “la civilización sólo podría sobrevivir cuando hay verdad y dignidad en la conducta de la gente y en la forma en que ella se preocupa (por los problemas mundiales). En este mundo cada vez más interdependiente la historia de la humanidad recién está empezando. Ahora (el enfoque estaría basado) en el reconocimiento de nuestra humanidad común. Así, la historia se escribiría acerca de la civilización y no acerca del choque de civilizaciones”(31). Sin embargo, dentro de su planteamiento marcadamente idealista, Lubbers no deja de reconocer la realpolitik mundial cuando señala que: “(Algunos intereses son ciertamente globales y nosotros diríamos fundamentales): el más importante es la no-proliferación de armas nucleares, químicas y bacteriológicas, la llamada “defensa preventiva”, la resolución pacífica de conflictos entre Estados, y (…) finalmente el desarrollo sostenible ecológico”. En nuestra opinión, el planteamiento de Huntington es muy interesante y valioso. Y si bien es cierto simplifica la realidad, tiene la virtud que su teoría explica grosso modo casi todos los acontecimientos que ocurren en el mundo, en la actualidad. De todos modos, creemos que es de interés indicar que Huntington es un teórico que se podría denominar también “realista” político(32), así que además de ser el “gurú” de las Relaciones Internacionales actuales(33) podría considerársele también (31) (32) (33) LUBBERS, R.F.M. A response to Samuel Huntington. Publicado en la Globalization Studies Web Site, (Ultima visita, Noviembre de 1997). En: Vera Esquivel, Germán, Negociando nuestro futuro común, op. cit., 22. Lubbers fue Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados hasta su renuncia en el año 2005. Igualmente, fue electo tres veces Primer Ministro de los Países Bajos. Asimismo, fue Profesor en la Universidad de Tilburgo en Holanda y Profesor visitante de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard. Entendiendo al realismo como la teoría que proviene de los planteamientos de Hans Morgenthau que ya hemos señalado. Véase supra nota 16. Como ya lo habíamos mencionado en el año 1997. Veáse: VERA ESQUIVEL, Germán, Negociando nuestro futuro común, op. cit., p. 22. 105 como un gran teórico del sector neoconservador de la política exterior estadounidense(34). Luego de estudiadas las teorías de Fukuyama y Huntington que nos parecen muy pertinentes, para efectos de este ensayo, habría que señalar cual ha sido el devenir del mundo en los años posteriores al fin de la guerra fría y del sistema bipolar. Es decir, que ha venido ocurriendo en el mundo desde la década de los noventas hasta el 2008, vale decir en los últimos diecinueve años. Para un grupo de autores lo que ha ocurrido es que los Estados Unidos ha quedado como la única superpotencia mundial y en consecuencia ha aprovechado esa posición hegemónica para difundir cada vez más los ideales occidentales(35). Así, los Estados Unidos, durante estos años, se estarían dedicando a difundir a nivel global, estos ideales occidentales que están constituidos por los conceptos de democracia representativa, libertad de mercado y por la protección de los derechos humanos. Esto es lo que nosotros hemos denominado la exportación de los ideales occidentales a los demás países del mundo(36). Sobre el tema, algunos autores como el inglés Hobsbawm(37), al reconocer que un sector mayoritario de la Administración de los Estados Unidos se haya enfrascado en una cruzada por difundir la democracia y los derechos humanos, igualmente se muestra crítico con este planteamiento por que lo considera una de las “ideas más peligrosas del mundo”(38), sugiriendo (34) (35) (36) (37) (38) Vease supra cita 29. Esto ya lo adelantaba Kissinger, véase la cita con que se inicia este ensayo. VERA ESQUIVEL, Germán. “Una visión heterodoxa de la OEA”. En: Revista Actualidad Internacional, Lima, Instituto de Estudios Social Cristianos, Año 1, Número 1, Enero - Junio 2007 p. 79. Véase sobre todo el acápite denominado “La OEA: exportando democracia y derechos humanos”. Las opiniones de E.J.Hobsbawm, Profesor emérito de Economía e Historia Social en Birkbeck de la Universidad de Londres se encuentran en la revista Foreign Policy. Vid. Foreign Policy, Carnegie Endowment for International Peace, Setiembre-octubre 2004, pp. 40-41. Loc. cit. 106 Revista Peruana de Derecho Internacional probablemente que existen diversas concepciones de gobierno y valores en las diversas sociedades del mundo y señalando que el modelo liberal no es el único y que este no debería ser impuesto a nivel global. En ese sentido, siguiendo la línea de pensamiento del mencionado autor podríamos preguntarnos: ¿sí la democracia –de la manera como la entendemos– podría ser válidamente aplicada a las sociedades árabesmusulmanas ?. O sí se ¿podría aplicar la concepción de los derechos humanos, –como la conocemos–, a realidades tan diferentes como las de la República Popular China?. A nosotros, nos parece difícil conciliar estas teorías en esas sociedades. Incluso, nos podríamos atrever a preguntar si la democracia es viable para sociedades como las latinoamericanas, que tienen una gran tradición de gobiernos autoritarios? ¿No sería mejor gobernar a las sociedades latinoamericanas en base al autoritarismo?, sobre todo porque nuestro continente siempre ha tenido una tradición autoritaria. Sobre este tema, nosotros creemos que, en el caso de Latinoamérica, nuestro hemisferio ha recibido una influencia benéfica con la difusión de las ideas de la democracia y los derechos humanos. Bajo el criterio que es mejor tener la peor de las democracias que la mejor de las dictaduras, la región se ha alineado con los postulados de la democracia y de la protección de los derechos humanos. Al menos para nuestra región, debemos reconocer, que aceptar y adoptar estas ideas ha sido lo más conveniente(39). (39) Algunos autores han señalado que adoptar la democracia y los derechos humanos en la región ha significado aceptar la imposición ideológica y cultural de una visión wilsoniana de la política exterior de los Estados Unidos. La visión wilsoniana viene de los postulados del Presidente Woodrow Wilson, quien fue un ardiente defensor de la idea que los Estados Unidos, en tanto que el país más poderoso del mundo, debía tener una agenda de valores que difundir a los demás países del mundo. Sin embargo, Hobsbawm cree que no será tan fácil difundir la democracia en el mundo: “We are at present engaged in what purports to be a planned reordering of the world by the powerful states. The wars in Iraq and Afghanistan are but one part of a supposedly universal effort to create world order by «spreading democracy». This idea is not merely quixotic –it is 107 En efecto, desde 1990 en la región, gracias lo que se ha denominado también la política carteriana(40) –en gran parte promovidas a través de las iniciativas de la Organización de Estados Americanos y apoyada, en gran medida, por la labor de foros no gubernamentales como el “Diálogo Interamericano” ó el Washington Office on Latin America (WOLA)– se ha impulsado un serio proceso de democratización de todos los países del hemisferio. Y en la actualidad con la excepción de Cuba y Venezuela(41), en todos los países de América Latina se imponen los gobiernos democráticamente elegidos. Ello es un logro fundamental y sobre el que no puede discutirse. En cuanto al tema de los derechos humanos, también desde las últimas tres décadas la mayor parte de las Constituciones de la región han incorporado los derechos humanos fundamentales. Ello, sin duda alguna ha sido un gran avance en lograr mayores niveles de igualdad y ciudadanía ante la ley en la región. Además, el lograr todo un mecanismo de protección de los derechos humanos mediante el trabajo de la Comisión Interamericana y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha permitido, algunas veces, detener y reparar violaciones de derechos humanos en la región, como las que ocurrieron en Chile durante la época de Pinochet y en Argentina durante la época de las dictaduras militares y la “guerra sucia”(42). viene de la pág. 106. (40) (41) (42) dangerous. The retoric surrounding this crusade implies that the system is applicable in a standarized (Western) form, that can succeed everywhere, that it can remedy today´s transnational dilemmas, that it can bring peace, rather than sow disorder. It cannot”. Vid. Foreign Policy, op. cit., p. 40. En honor al Presidente de los Estados Unidos, Jimmy (James) Carter, quien es y ha sido un destacado propulsor de las políticas para el fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos a nivel mundial. Se sostiene que Venezuela tiene un gobierno democrático, aunque su democracia es de “baja intensidad”. Aún cuando la protección de los derechos humanos han permitido lograr una mayor igualdad jurídica entre las personas de Latinoamerica, lo cierto es que en términos económicos nuestra región tiene el criticable privilegio de ser la de mayor desigualdad del mundo. Esto incluso ha sido reconocido por el ex 108 Revista Peruana de Derecho Internacional 2.2. La globalización Para un gran número de autores, el fin del sistema bipolar da inicio a lo que se ha denominado el fenómeno de la globalización, que nosotros creemos influencia definitivamente sobre el sistema internacional. Sobre este tema se han escrito cientos de miles de trabajos y existe una abundancia bibliográfica sobre esta materia. Sin embargo, para los efectos de este trabajo puede ser pertinente recordar una definición que ya habíamos adelantado en un trabajo anterior. Así, en una de sus acepciones más interesantes, la globalización: «es una tendencia por medio de la cual las relaciones sociales están menos unidas a marcos territoriales”(43). Otra definición muy valiosa de este fenómeno es la que ofrece Lubbers. Según este autor la globalización, palabra que proviene de un anglicismo globalization(44): “es aquello como una fuerza de aceleración para hacer las cosas mundiales, lo cual origina un nuevo fenómeno”(45). viene de la pág. 107. Presidente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y actual Decano de la Facultad de Derecho de la American University, Claudio Grossman, en un esclarecedor ensayo que sugerimos leer: Véase: Grossman, Claudio. “El fortalecimiento de la Democracia: El Sistema Interamericano de Derechos Humanos”, en Foreign Affairs en español, Otoño-Invierno 2001. Entre otros temas, sostiene Grossman, —opinión con la que concordamos—, que: «No han alcanzado aún igualdad plena, y en algunos casos ni siquiera igualdad ante la ley, grupos vulnerables como las mujeres, los niños y las poblaciones indígenas. Estas violaciones se ven agravadas por la persistente pobreza en la región más inequitativa del mundo, lo que crea grandes presiones sociales para resolver problemas de “pan, techo y abrigo”, que afronta con riguroso apremio la población”. (43) AART SCHOLTE, Jan. “Global Capitalism and the State”. International Affairs 73, 3 (1997) p. 431. Tomado de: Vera Esquivel, Negociando nuestro futuro común, op. cit., p. 16. (44) En francés la globalización se conoce como “mondialisation”, en castellano sería “globalización” ó “mundialización”, aunque el primer término es el más difundido. (45) LUBBERS, R.F.M. “Globalization: An Exploration”. En: www.globalize.org (Ultima visita: noviembre de 1997). Tomado de: Vera ESQUIVEL, Germán, Negociando nuestro futuro comun, op. cit., p. 17. 109 Siguiendo las ideas de este autor la globalización es un concepto triangular pues: “habría una globalización política, una globalización económica y una globalización tecnológica. La globalización política podría definirse sencillamente como gobierno más democracia. La globalización económica estaría caracterizada por la flexibilización del comercio internacional, la interdependencia económica, la creación de los mercados de capital mundiales y la consideración de que el “mundo es el mercado”, o dicho de otra manera se hablaría de un “mercado mundializado”. Finalmente, la globalización tecnológica que esta relacionada con la revolución de la tecnología –el internet, los teléfonos móviles (y) la televisión por cable– (46). A mayor abundamiento, refiriéndose a la globalización tecnológica, ya en el año 1995, únicamente seis años después de la caída del muro de Berlín, el fundador de Microsoft , Bill Gates, en su libro The Road Ahead prometía en el futuro un: “paraíso para los compradores en el ciberespacio donde todos los bienes en venta en el mundo estarían disponibles en casa a través del internet”(47). Esto, en el año 2008, ya se ha cumplido. Es evidente que una vez que el sistema bipolar llegó a su terminó, el fenómeno de la globalización se expresó de una manera más definitiva. En los últimos 18 años la globalización ha generado modificaciones sustantivas en todo el mundo, modificaciones sobre los que, además, creemos aun no hemos visto todas sus facetas. Lo cierto es que la globalización es un hecho de la realidad. Numerosos autores han señalado que tiene características excluyentes y otros académicos han señalado que originará un “darwinismo global”, enfatizando que habrían países que lideren la globalización y otros que quedarán en la marginalidad(48). (46) (47) (48) Loc. cit. GATES, Bill. The Road Ahead. (London, Viking, 1995), p. 158 citado por Aart Scholte, Jan, op. cit., p. 434. En: VERA ESQUIVEL, Germán, Negociando nuestro futuro común, Loc. cit. Veáse: VERA ESQUIVEL, Germán. Negociando nuestro futuro común, op. cit., p. 18. 110 3. Revista Peruana de Derecho Internacional EL SISTEMA INTERNACIONAL EN EL 2008 Luego de debatidos los temas anteriores, habría que caracterizar cuales son los rasgos del actual sistema internacional. En nuestra opinión y recogiendo lo opinado por otros autores el actual escenario internacional configuraría un sistema unipolar imperfecto. Dado que el sistema es unipolar en lo estratégico(49) (área que incluye los aspectos políticos y militares); y, multipolar en lo económico, puesto que son varios países del mundo los que comparten la hegemonía financiera (además de los Estados Unidos, Japón, Alemania, China, entre otros). Evidentemente, esta es una interpretación actual, perteneciente al año 2008. Lo que ocurrió en cambio a la caída del muro de Berlín y a la disolución de la Unión Soviética, fue diferente. En ese momento, en 1989, los Estados Unidos quedaron como la única superpotencia mundial, incluso por esos años publicaciones francesas denominaban a los Estados Unidos como “un imprevisible Gulliver”(50) reconociendo su fortaleza como la única superpotencia sobreviviente después de la caída del sistema bipolar. Sin embargo, interpretaciones más recientes, sobre todo de autores franceses, han señalado que en el año 2008, los Estados Unidos parecerían haber iniciado su declive. Señalan estos académicos que la persistencia de los Estados Unidos en continuar la guerra en Irak podría generarle graves problemas económicos que, a la postre, podrían poner en peligro su hegemonía. El gasto militar en Irak sería clave para entender esta aparente pérdida de poder en el contexto global. Así, se explica en el RAMSES cuando se indica que: “Los Estados Unidos están en camino de perder la supremacía que aparentemente habían adquirido sosteniblemente después de la caída de la Unión Soviética (49) (50) Teniendo como país hegemónico a los Estados Unidos de América. JACQUET, Pierre (éd.) / Moïsi, Dominique (éd.). - “Les états-Unis, imprévisible Gulliver”. RAMSES (1997), pp. 257-336. 111 (…) el fracaso americano, particularmente en Irak, ha hecho visible la realidad de un mundo multipolar y heterogéneo”(51). Con estas ideas concuerda, en principio, Paul Kennedy en un lúcido ensayo escrito en junio del año 2007(52). Sin embargo, advierte que el «declive» de los Estados Unidos podría demorar mucho tiempo en términos históricos. Sin embargo, el autor inglés si concuerda en señalar que los problemas económicos de ese país y la persistencia de continuar la guerra en Irak serían las causas del probable «declive» estadounidense. En sus palabras Kennedy señala los dos problemas a los que se enfrenta la actual Administración de los Estados Unidos: “(El primero) es no tener en cuenta el creciente déficit fiscal federal y el déficit comercial que sufre Estados Unidos, estrechamente unidos y que se nutren entre sí como no se veía, quizá, desde la época de Felipe II en España o los últimos Borbones en Francia. Y no es un mero problema de mala administración interna, porque tiene repercusiones en el reparto de poder internacional”(53). Del mismo modo, refiriéndose a la guerra en Irak, el autor inglés señala: “A esta dificultad (la económica) se añade la excesiva implicación del Gobierno estadounidense actual en Irak y todo Oriente Próximo. Como (se sabe), yo consideré que la guerra de Irak era un error desde el primer momento, pero no es eso lo que quiero destacar aquí. Lo que quiero destacar es que la campaña en Mesopotamia está debilitando a Estados Unidos, por lo menos, en tres dimensiones: está agravando aún más los déficits presupuestarios, porque la guerra está financiándose a base de (51) (52) (53) RAMSES 2008 (Rapport annuel mondial sur le systeme economique et les strategies), Paris: Institut francais des relations internationales (IFRI), 2007. En:http://www.ifri.org/files/ART_RAMSES_LE_MONDE_ECO_11_09_ 2007.pdf (Ultima visita: 12 de diciembre de 2007). El RAMSES se publica anualmente con un año adelantado. Es una de las publicaciones más serias de Francia en el tema de política exterior. KENNEDY, Paul. Vuelve el debate sobre el “declive” de EEUU. Traducción de M. L. Rodríguez Tapia, El País, Madrid, 20/06/07. Loc. Cit. 112 Revista Peruana de Derecho Internacional préstamos, no de impuestos; está provocando un desgaste alarmante de las fuerzas de tierra, sobre todo el ejército regular y sus reservas; y ha socavado gravemente su poder blando, es decir, la capacidad de convencer a otros países para que acepten cosas que desea Washington”(54). Kennedy también sostiene que la diferencia entre los ingresos y egresos de la economía estadounidense se está financiando con la emisión de bonos del tesoro que son mayoritariamente comprados por economías del Asia (Bancos y entidades del Estado). Asimismo, reconoce que la mayor parte de los flujos comerciales ya pasan mayoritariamente por los países asiáticos. Sostiene finalmente que en los próximos 50 años, los Estados Unidos estarán bien, pero que para ese entonces perderán parte de su poder e influencia en el mundo. Para nosotros sería importante señalar que el sistema internacional ha cambiado vertiginosamente desde la caída del muro de Berlín. Desde el año 1989 hasta el presente año 2008 han pasado únicamente 19 años y en ellos la única constante ha sido la constatación que el sistema internacional se encuentra en mutación y formación. Sin embargo, como ya hemos mencionado al principio de este acápite, nosotros creemos que el actual sistema internacional es unipolar imperfecto. Cuanto tiempo más tendrá estas características es una pregunta sobre la que ningún analista tiene una respuesta unívoca. En este caso preferimos adoptar una aproximación denominada “es-muypronto-para-definir-el-fenómeno” ó en inglés: “It´s-to-early-to-tell approach”(55) dado que aún las tendencias mundiales no son precisas. (54) (55) Loc. Cit. VERA ESQUIVEL, Germán, Negociando nuestro futuro común, op. cit., p. 113 4. LATINOAMERICA Y EL PERÚ EN EL ACTUAL SISTEMA INTERNACIONAL En este acápite trataremos de explicar cual es la situación de Latinoamérica y del Perú en el actual sistema internacional. Hay varias aproximaciones para estudiar cual es la ubicación de los países en desarrollo, como el Perú, en el sistema internacional de hoy en día 2008. Una primera explicación es la que nos da Oswaldo de Rivero, en su libro “El mito del desarrollo. Los países inviables del siglo XX”(56). En su texto, el mencionado autor muestra una visión muy crítica de la situación resultante de la post-guerra fría y de la globalización. El mencionado autor señala que hay países que no han desarrollado en el siglo XX y que no tienen condiciones para desarrollarse en el presente siglo. Sostiene De Rivero que la globalización que, en su opinión, es excluyente, no beneficia a todos los países por igual. Asimismo, señala que quienes controlan, en la práctica, el mundo son las empresas transnacionales y no los Estados-Nación que se han vuelto instrumentos de esas multinacionales. Asimismo, señala que los países en desarrollo, como el Perú, no tienen viabilidad sino controlan ciertas variables necesarias para el desarrollo, como son el control de la natalidad, la educación (sobre todo basada en la ciencia y tecnología), la salud, los recursos naturales, entre otros. Refiriéndose a la globalización De Rivero sostiene: “este capitalismo (…), que disemina la actual globalización neoliberal, pretende presentarse como un nuevo liberalismo, pero no tiene nada de liberal. Es un falso liberalismo, no sólo porque da prioridad al mercado sobre las libertades políticas y civiles individuales, sino porque el libre mercado que pregona tampoco es libre, puesto que no permite la circulación de todos los factores de producción. El único factor de producción con permiso de circular (56) Véase supra nota 4. 114 Revista Peruana de Derecho Internacional globalmente es el capital. En contraste, el trabajo y la tecnología no tienen libertad global para circular por estar protegidos con severos regímenes de inmigración y de propiedad intelectual”(57). Sobre el fin de la guerra fría, el autor señala: “hoy la Guerra Fría cesó; sin embargo, las luchas armadas y el terrorismo en el mundo subdesarrollado no sólo no han cesado sino que se han multiplicado. Después de la destrucción del muro de Berlín, en noviembre de 1989, más de 25 conflictos internos han aparecido, se han reactivado(58). Asimismo, sobre lo que De Rivero considera las verdaderas causas de los conflictos post-guerra fría indica que ellos se deben a que estos países se encuentran en desacuerdo con la orientación del sistema actual. Sobre todo, porque el progreso material no llega esas sociedades debido a la explosión demográfica, desempleo y otros males que hacen inviables a esas economías. De Rivero compara: “mientras que en los Estados-Naciones como Suiza, Bélgica, Canadá, España, Reino Unido o los Estados Unidos, las diferencias, culturales, étnicas y religiosas no fragmentan la sociedad porque la gratificación material ayuda a mantener su cohesión, en los cuasi Estados-Naciones, la exclusión social hace brotar resentimientos sociales, étnicos, religiosos o culturales hasta el punto de hacer estallar luchas de autodepredación nacional que terminan por destruir lo poco que había de Estado y de Nación”(59). Las opiniones de De Rivero en el Mito del desarrollo ha sido tildadas, en algún momento de críticas. Sin embargo, en nuestra opinión, no podemos negar que tiene parte de razón. Así, podemos colegir de lo señalado por el Embajador De Rivero que hay ciertas condiciones que facilitan el desarrollo en los países. Por ejemplo, el tener una población poseedora de una ética protestante (como los Estados Unidos), cierta (57) (58) (59) RIVERO, Oswaldo de, op. cit., p. 17. RIVERO, Oswaldo de, op. cit., p. 190. Loc. cit. 115 similitud en el fenotipo racial (como el Japón o Corea), el manejo de la natalidad (como Holanda), poseer un territorio fértil (como Francia) o incluso, la inversión en educación, pero predominantemente en investigación en ciencia y tecnología. De todos modos, aunque discrepemos en algunos de sus conceptos, debemos reconocer que este autor tiene un planteamiento atendible que se debería tener presente. Una segunda teoría que explica la posición de los países en desarrollo, como el Perú, en el sistema internacional actual, es la teoría de los Estados fallidos (failed states). La teoría de los Estados fallidos se ha popularizado con los “Indices de Estados fallidos” que publica anualmente la revista estadounidense Foreign Policy. Al respecto, los editores de la revista Foreign Policy (en adelante FP), en el número del año 2007(60), presentan una nueva versión del “Indice de Estados Fallidos”. Este índice, que es elaborado por la Fundación Carnegie y por el Fondo para la Paz (Fund for Peace), es el tercer listado de países fallidos que presenta esta publicación(61). Para los propósitos del índice un Estado Fallido es: “aquel en el cual el Gobierno no tiene efectivo control de su territorio, (el Gobierno) no es percibido como legítimo por una significativa parte de su población, no provee seguridad interna o servicios públicos (60) (61) “The Failed States Index”. En: Foreign Policy, Carnegie Endowment for International Peace, 2007. En: http://www.foreignpolicy.com/story/ cms.php?story_id=3865 . (Ultima visita: 12 de diciembre de 2007). El primer índice fue presentado en la edición de mayo/junio del año 2005 y causó gran conmoción en los círculos académicos y de defensa de nuestro país. Luego de la publicación del primer índice la Revista FP recibió cartas de las Embajadas, -en Washington-, de países como Colombia, de Costa de Marfil, del Perú, de la República Dominicana, entre otras, señalando que el índice no era preciso y que esos países no deberían estar incluidos en el referido listado. Igualmente, por aquel entonces, un destacado sociólogo peruano señaló que el Perú no podía ser un Estado Fallido porque aún no era un Estado, ni siquiera una nación. 116 Revista Peruana de Derecho Internacional básicos a sus ciudadanos y carece del monopolio del uso de la fuerza en el país”(62). A diferencia del índice del año 2005, el año 2006 y el 2007 nuestro país no se encuentra en el listado de los 60 primeros Estados Fallidos para la revista FP. Sin embargo, los editores, en los gráficos respectivos, muestran que nuestro país todavía se encuentra en una situación límite (borderline), en un área donde también destacan, entre los países de la región, principalmente: la República Dominicana, Guatemala, Bolivia y Nicaragua. Aunque el índice de Estados Fallidos ha sido cuestionado desde diversos sectores (especialmente por los países aludidos considerados “fallidos”), la revista FP y destacados académicos como Louis W. Goodman, Decano de la Escuela de Servicio Internacional de la American University(63) han remarcado que: “este es un índice del riesgo del país (de convertirse en fallido) y no de países que ya son fallidos”(64). En nuestro país quien ha trabajado con interés el tema de los Estados fallidos es el politólogo Javier Alcalde Cardoza, sobre todo en su publicación: Los Estados Fallidos: La Influencia del Desarrollo.(65). Según Alcalde, para la visión norteamericana, que un Estado este en falencia no significa otra cosa que el estar siendo atacado por las consecuencias de la guerra, la crisis económica y la corrupción. De esta forma, según Alcalde, los países andinos caen dentro de esta categorización, lo que motiva preocupación en países desarollados, ya que los Estados fallidos podrían convertirse en Estados bribones o villanos (rogue states), que podrían albergar dentro de sus fronteras a grupos guerrilleros, terroristas y/o mafias organizadas. (62) (63) (64) (65) Ibid., p. 52. Foreign Policy, Septiembre/Octubre de 2005, p. 10. Foreign Policy, Mayo/Junio de 2006, p. 52. ALCALDE CARDOZA, Javier. Los Estados Fallidos: La influencia del Desarrollo. Lima: Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación, CEDEP, 2004. 258 pp. 117 Antes de los sucesos del 11 de septiembre de 2001(66)la respuesta de Occidente al fenómeno de los Estados fallidos fue de carácter humanitario. Pero luego de esa fecha, se han impuesto las consideraciones de seguridad. Ambas no han rendido frutos y dichos Estados, los nuestros, los latinoamericanos, siguen en una profunda crisis. Para Alcalde esto se debería al hecho preocupante de que se está descuidando el estudio de las causas y la dinámica de este problema. Y más bien, con el propósito de contribuir al “desarrollo” de dichos Estados, se les está empujando a la descomposición(67). Por ello, afirma este autor, que la debilidad mostrada por las naciones del Sur como las latinoamericanas durante estos últimos 30 años se debe al fin de la era del desarrollo y del Estado desarrollista que ahora – incluso para el mismo Banco Mundial– se descubren como formulas contraproducentes que generan decadencia y conflicto social. Es decir, regresión. Lo curioso del caso es que, para Alcalde, esta desintegración corre en paralelo con el desarrollo económico. Como si el progreso generara (66) (67) Se ha convertido casi en un consenso universal la afirmación de que el escenario internacional ha cambiado de manera sustancial después de los sucesos del 11 de septiembre en Estados Unidos. Sin embargo, actualmente queda demostrado que la manera más eficaz de acabar con el terrorismo no viene por el lado de las acciones militares principalmente. Luego de los ataques terroristas al centro financiero y político del mundo en Nueva York se pudo ver con claridad la vinculación entre estos componentes, siendo el actuar de los grupos fundamentalistas el que ha motivado que la comunidad internacional, particularmente las grandes potencias, disminuyan la atención a cuestiones como el desarrollo, la eliminación de la pobreza y la gobernanza ambiental, y se enfoquen más en los temas de seguridad y contraterrorismo. Así, pues, una vez más el sistema internacional se encuentra seriamente cuestionado dada la precariedad que le es característica. Lo que explica que aquellos execrables actos terroristas motiven no tan sólo el replantear prioridades en una nueva agenda mundial, sino el impulso que algunos países desarrollados sienten de encabezar los actos para el cumplimiento de la nuevas tareas que se consideran prioritarias en la arena internacional. Véase el capítulo 8 del libro denominado: El Caso del Perú: Desarrollo, Desintegración y Conflicto Social, ALCALDE, Javier. Op. cit., p. 223 y ss. 118 Revista Peruana de Derecho Internacional sus propios males y la decadencia ahora tomará la importancia que las ciencias sociales le habían negado dentro de los procesos históricos. En 1998, un Grupo de Trabajo estadounidense creado para el estudio de las naciones latinoamericanas colocó al Perú con uno de los coeficientes más altos de falencia a nivel mundial. Para entonces, habían pasado alrededor de 18 años en que la población peruana empezó a mostrar la frustración de las expectativas de progreso económico y social. Esto, que parece ser cíclico en países como el nuestro, se alimenta con el hecho de que dichas esperanzas son engrandecidas por las promesas políticas y al no tener sustento en la realidad crean un estado de desilusión hacia los gobernantes y líderes tradicionales, preparando así el terreno para el ingreso al gobierno de formulas y personajes improvisados, las llamadas propuestas “antisistema”. Sobre este tema, es importante reconocer que la teoría de los Estados fallidos tiene gran relevancia a nivel internacional. En nuestra opinión luego del fin de la guerra fría y del sistema bipolar, los países desarrollados, en particular los Estados Unidos, han requerido un nuevo instrumental teórico para entenderse con los países en desarrollo, los cuales ya no se pueden beneficiar del sistema bipolar que ya ha terminado(68). En este sentido, la teoría de los Estados fallidos les permite tener herramientas teóricas, que les hacen más fácil entender a cada país en el (68) Carlos García Bedoya refiriéndose al sistema bipolar y a la relación del Perú con los Estados Unidos, desde una perspectiva realista, escribía en la década de los setentas que: «El riesgo que crea esta estructura bipolar, es que por tratar de escapar a la influencia de una de las potencias mundiales podamos caer en la influencia o en la dependencia con la otra. De ahí que la sabiduría de una política exterior consiste en preservar la independencia en relación con aquella potencia que tenemos más cerca y aproximarnos a la otra sin que caigamos en su órbita, que nos es ajena». En el 2007, firmado ya el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, se requiere repensar desde los planteamientos de García Bedoya el tema del desarrollo, que en el sistema bipolar y en el sistema unipolar imperfecto sigue siendo una preocupación para nuestro país. GARCÍA BEDOYA, Carlos, op. cit., p. 75. 119 mundo. No olvidemos, como ya hemos mencionado, que su principal preocupación después de los ataques del 11 de setiembre, es la seguridad. Para finalizar, este acápite nos gustaría dedicar ahora algunas líneas a a región latinoamericana. Creemos que el siglo XXI se presenta para América Latina como una era de grandes desafíos e interesantes oportunidades dentro del reformulado sistema internacional luego de la post-guerra fría. Su crecimiento económico por encima de los promedios históricos contrasta con altos niveles de pobreza y desigualdad, lo que le imprime mayor importancia a los cambios políticos que han habido y habrán en la mayoría de países que la conforman. Estados latinoamericanos tan importantes como Argentina y Brasil han tenido, al igual que el Perú, procesos electorales que afirmarán la tendencia de una parte de nuestra región por la izquierda moderada, proclive a la globalización y preocupada por las cuestiones sociales, a contra pelo de otro grupo de una clara tendencia de izquierda más radical, como es el caso de Venezuela. Por otro lado, poco a poco América Latina va consiguiendo hacerse menos vulnerable a los desequilibrios del mercado financiero global (lo que también puede ser signo de que no se adapta formalmente a este), ha disminuido su inflación así como su deuda pública, y hace fuerte tanto su posición fiscal como sus instituciones financieras. Si continua con ese ritmo, es probable que su capacidad de captar inversiones extranjeras aumente de manera sostenible. El gran desafío aun pendiente de América Latina está en lograr el fortalecimiento de su democracia y la redistribución económica. Las premisas a de este objetivo son el respeto al Estado de Derecho y la negación a cualquier forma de dictadura por más difícil que se presente la situación en el plano social, político y/o económico. No hay que olvidar que las dictaduras militares que asolaron nuestra región en el pasado se presentaron como “apolíticas”, culpando a los que ejercían la política de haber sido incompetentes, deshonestos y traidores. Revista Peruana de Derecho Internacional 120 Además, desdeñaron las negociaciones políticas catalogando a todos los problemas como técnicos. Salvo algunas notables excepciones, existe en la experiencia mundial la constante de que aquellos países que se han desarrollado han tenido en sus inicios un mínimo de democracia. Y aunque no es esta una condición vital para el crecimiento, es una vía para que los pobres –en especial los más débiles en la sociedad, niños, mujeres, poblaciones indígenas– tengan igualdad de oportunidades y acceso a servicios esenciales. En definitiva, el factor político tendrá para América Latina un peso importante en su desarrollo. En ese sentido, el respeto al orden jurídico y la transparencia en el actuar de nuestros gobernantes marcará la diferencia entre el inicio de nuestro despegue o el estancamiento en formulas económicas ya superadas. En ese sentido, la globalización y la difusión de los valores occidentales, como ya hemos mencionado, pueden tener aspectos benéficos en nuestras sociedades. 5. CONCLUSIONES Aunque actualmente el sistema internacional no se ha terminado de reestructurar del todo, desde la caída del muro de Berlín, este se perfila a ser un sistema unipolar imperfecto bajo un orden mundial nacido del establecimiento de la paz americana con la globalización como instrumento para la expansión de su influencia en el globo. La imperfección de este sistema la encontramos en el orden económico donde no existe una sola potencia que domine el orbe. Es más en el futuro el poder de otras naciones como la China, India y Japón cobrará mayor fuerza inclinando la balanza del comercio hacia la región asiática. Es más, de acuerdo a últimos estudios los mayores flujos comerciales ahora se encuentran en la región Asía-Pacífico. 121 Aunque en lo militar, la hegemonía es unilateral a favor de los Estados Unidos al parecer no sólo existen teatros de operaciones donde este no ha podido demostrar su eficacia (Irak y Afganistán) sino también hay conflictos de baja intensidad que laceran los sistemas de seguridad norteamericanos y entorpecen el proceso de globalización. Los analistas en este tema han estado tentados a recurrir a la teoría del “Choque de las Civilizaciones”, de gran arraigo dentro del grupo conservador estadounidense, para explicar este cuestionamiento a la cultura y valores occidentales que ha primado luego del fin de la guerra fría y que en buena cuenta han alimentado este sistema internacional unipolar imperfecto. Sin embargo, hay duros cuestionamientos a esta teoría del profesor Huntington, que van desde la evidencia fáctica que existen conflictos dentro de las propias civilizaciones, lo que descartaría la idea de bloque cultural opuesto a otro casi homogéneo, hasta la marcada inclinación política que tienen los argumentos de este autor en apoyo del actuar de la administración norteamericana. Entender el sistema internacional es una tarea que debe hacerse, entonces, recurriendo a varias y plurales posiciones. De esta forma, resulta de gran utilidad estudiar la teoría de los Estados Fallidos, las teorías de Paul Kennedy expuestas en su libro Auge y Caída de las Grandes Civilizaciones y la del Fin de la Historia de Francis Fukuyama. *** Revista Peruana de Derecho Internacional 122 EL TRATAMIENTO DEL ESTOPPEL EN LA JURISDICCIÓN RECIENTE DE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA Roland Denegri Aguirre* 1. INTRODUCCIÓN El Estoppel constituye una institución importante del derecho internacional público sustentada en el principio de no contradicción, es decir, en la imposibilidad jurídica de contravenir un acto propio, compromiso formal, acuerdo o manifestación oficial de un Estado. El Estoppel fue incorporado por el derecho internacional desde las canteras jurídicas del derecho interno anglosajón en forma de Principio General del Derecho, deviniendo posteriormente en una Costumbre General. De esta manera, tras su origen y amplio desarrollo jurisprudencial en el derecho interno anglosajón, el Estoppel pasó a ser invocado por los tribunales internacionales en las decisiones judiciales sobre relaciones entre Estados en forma de Principio General del Derecho; mientras que, a partir de su aceptación generalizada en la práctica de las relaciones internacionales y de su reiterada aplicación en los procesos jurisdiccionales, pasó a convertirse en una norma consuetudinaria del ordenamiento jurídico internacional. * Primer Secretario en el Servicio Diplomático de la República. 123 La invocación del Estoppel como argumento procesal o fundamento de prueba ante un tribunal internacional implica necesariamente una rigurosa valoración por parte de los jueces o árbitros, los cuales privilegian su calificación como medio de prueba complementario, y proceden a analizarlo junto al resto de medios probatorios y normas sustantivas del derecho internacional. 2. ALGUNOS ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y OPERATIVOS DEL ESTOPPEL COMO INSTITUCIÓN JURÍDICA DEL DERECHO INTERNO A pesar del consenso existente entre los autores en señalar que el Estoppel es una institución de origen anglosajón, en realidad sus raíces se remontan al Derecho Romano, al constituir una derivación de las viejas y tradicionales máximas “nemo auditur turpitudinem suam allegans” y “nemo potest mutare consilium in alterius iniuran” (no es oído el que alega su propia torpeza y, nadie puede cambiar su propio consentimiento en perjuicio de otros)(1). Dicha institución en el derecho anglosajón es conocido bajo las denominaciones de “Estoppel” o “Preclusión”. En la doctrina francesa es llamado “Forclusion” y en la hispanoamericana se le conoce como la doctrina de los actos propios, aunque en cada una de ellas existen diferencias de matiz(2). Así por ejemplo, Waldock señala que el término Preclusión tiene un significado más general, el cual incluye a la noción de “Estoppel”(3). El Estoppel como institución jurídica sólo ha recibido un tratamiento sistemático, específico e individualizado en el sistema jurídico del commonlaw (derecho anglosajón), estrictamente hablando dentro de la doctrina de la Equity. Precisamente, desde dicho ámbito fue recogido por el derecho (1) (2) (3) RIZZO ROMANO, Alfredo. Manual de Derecho Internacional Público. Buenos Aires; Editorial Plus Ultra, 1989, p. 771. MONROY CABRA, Marco. Derecho de los Tratados. Bogotá; Temis, 1978, pág. 124. Anuario de la Comisión de Derecho Internacional, 1963, Vol. I, pág. 198. 124 Revista Peruana de Derecho Internacional internacional, gracias al importante rol que el sistema del common-law desempeñó en el desarrollo de la jurisprudencia internacional. Si bien la figura del Estoppel también estuvo presente en los ordenamientos jurídicos civilistas derivados del sistema romano-germánico a través de la doctrina de los “Actos propios”, su empleo fue poco riguroso y asistemático, contrastando con la manera institucionalizada y sistemática con que fue utilizado en el derecho interno anglosajón. La doctrina y la jurisprudencia británica no han sentado una definición uniforme y unívoca sobre el Estoppel. Etimológicamente la voz “Estoppel” significa estorbo, impedimento, obstáculo, detención. En términos jurídicos, con el vocablo “Estoppel” se hace referencia al principio doctrinal según el cual, dentro de un proceso, una persona está impedida de realizar una alegación –aún sea cierta– que contradiga el alcance y sentido de una manifestación-declaración- o conducta anterior. El jurista anglosajón Black define al Principio del Estoppel como “la inadmisibilidad o imposibilidad legal de alegar o negar cierto estado de hecho por causa de una negación o de una alegación anterior o de una actitud precedente. Quedándole prohibido a la persona estopped protestar contra un hecho o un estado de hecho o alegar pruebas en contrario... Entonces, dicha persona queda obligada por el estado de hecho en base al cual ha inducido a otra a actuar”(4). Por su parte, otro tratadista anglosajón, Bouvier, sostiene que “el Estoppel procede de actos y declaraciones de cualquier persona que ha llevado a otra a cambiar, de un modo perjudicial, la actitud que anteriormente había adoptado”(5). A mayor abundamiento, la doctrina inglesa suele referirse a la expresión de Lord Coke en torno al Estoppel, que reza: “because a man’s own act or acceptance stoppeth or closeth up his mouth to allege or pleade the truth”(6). De esta manera, el Estoppel constituye un principio jurídico (4) (5) (6) BLACK’S. Law Dictionary. Londres; 2a edición., 1910, pág. 442. BOUVIER’S. Law Dictionary. Londres; T. I, 1897, pág. 694. STEPHEN. Commentaries on the Laws of England. Londres; 1950, pág. 154. 125 que impide a una persona, en el curso de un proceso, negar una obligación o una situación de hecho que ella misma ha consentido o determinado como verdadero y legítimo por medio de una declaración propia o conducta anterior. La institución jurídica anglosajona del Estoppel ha sido creada por la práctica jurisprudencial –como la mayor parte del resto de sus instituciones– y su evolución doctrinal ha dependido y depende principalmente del sentido y alcances que le otorgan las decisiones de los tribunales. Como consecuencia, el derecho anglosajón brinda a la regla del Estoppel un tratamiento institucionalizado y sistemático, con una jurisprudencia innovadora e imaginativa respecto a las diversas modalidades anglosajonas de Estoppel (by record, by deed, by fact in pais, by representation, by acquiescence, by laches); y todo esto explica las razones por las cuales el Estoppel fue incorporado al derecho internacional público desde el derecho interno anglosajón. De esta manera, las principales características que muestra el Estoppel en el derecho anglosajón han sido reconducidas al ámbito del derecho internacional público, como son la protección de la apariencia jurídica (imposibilidad de que una parte alegue y pruebe hechos que están en contraste con la apariencia que ella misma ha creado o suscitado)(7), la eficacia procesal (en tanto excepción procesal de improcedencia), como medio de prueba (en tanto argumento jurídico sustantivo en cuanto al fondo del asunto), y su reciprocidad (al poder ser eventualmente empleado por ambas partes de la relación jurídica). 3. LA INCORPORACIÓN DEL ESTOPPEL AL DERECHO INTERNACIONAL Y SU DESARROLLO A PARTIR DE LA JURISPRUDENCIA INTERNACIONAL La Corte Internacional de Justicia (CIJ), en tanto tribunal judicial principal del Sistema de Naciones Unidas, junto a su antecesora, la Corte (7) DIEZ-PICAZO, Luis. La Doctrina de los Actos Propios: Un estudio crítico sobre la jurisprudencia del Tribunal Supermo. Barcelona; Editorial Bosch, 1963, pág. 66. 126 Revista Peruana de Derecho Internacional Permanente de Justicia Internacional (CPJI), y los tribunales arbitrales ad hoc, constituyen los espacios jurisdiccionales de aplicación práctica del Estoppel en los procesos de solución pacífica de controversias internacionales. Al respecto, la CIJ ha desarrollado una vasta jurisprudencia internacional en relación a la aplicación del Estoppel, definiendo sus alcances jurídicos y requisistos para su invocación. Dicha jurisprudencia de la CIJ revela y confirma la naturaleza dual del Estoppel, recogiendo su invocación y desarrollo como “excepción procesal de improcedencia» y como «medio de prueba de carácter sustantivo”. De esta manera, se percibe cómo la incorporación y aplicación del Estoppel al ámbito del derecho internacional no sólo ha mantenido, sino que ha aumentado, el polimorfismo conceptual del Estoppel(8), y su delimitación conceptual y alcances jurídicos se irán estableciendo a partir de su aplicación en la práctica jurisprudencial internacional. Es en base a este contenido conceptual que el juez Alfaro define al Estoppel en el caso del Templo de Préah Vihéar como “el Principio según el cual un Estado que es parte en un litigio internacional, está ligado por sus actos o actitudes anteriores, si ellos están en contradicción con sus pretensiones en el litigio”(9). 4. EL CONCEPTO DE “ESTOPPEL” EN EL DERECHO INTERNACIONAL Y SUS DOS CONCEPCIONES En el ámbito del derecho internacional el Estoppel se encuentra incardinado e íntimamente conectado a los principios de Buena Fe y de Consistencia. En sus orígenes, el Estoppel fue incorporado al ordenamiento jurídico internacional en forma de principio general del derecho, pero su (8) (9) P ECOURT G ARCIA, Enrique. “El Principio del Estoppel en el Derecho Internacional Público”. En:Revista Española de Derecho Internacional. Madrid; Consejo Superior de Investigaciones Cinetíficas-Instituto Francisco de Vittoria, Vol. XV, Nº 1-2, 1962, pág. 118. CIJ, Reports 1961, pág. 22. 127 continua aplicación y sistemático desarrollo jurisprudencial lo configuraron en una norma internacional general de carácter consuetudinario. De esta manera, a partir de su carácter de norma internacional consuetudinaria y de su aceptación general como costumbre internacional general, el Estoppel es recogido –vía un “efecto declarativo”– en la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados (1969). La doctrina publicista internacional ha determinado la existencia de una confrontación conceptual respecto al Estoppel, la cual enfrenta a una “concepción amplia” del Estoppel frente a una “concepción restrictiva” del mismo. La concepción amplia –el sentido lato del Estoppel– se encuentra fundamentado en el concepto de Buena Fe y corresponde a la máxima romana del venire contra factum proprium non potest, reduciéndose a la “mera contradicción” y no exigiendo la “ocurrencia de un perjuicio”. Mientras que la concepción restrictiva recoge con rigurosidad los requisitos y los matices que presenta dicho principio en el derecho interno anglosajón, exigiendo el requisito de un “perjuicio ocasionado”. La concepción restrictiva del Estoppel parece ser la que finalmente se ha impuesto en el derecho internacional. La CIJ viene haciendo prevalecer hoy en día dicha noción restrictiva de Estoppel, dado que es ésta la única que garantiza la previsión del derecho y la emisión de sentencias en un mismo sentido. Así, actualmente cualquier manifestación y/o reconocimiento de hechos o de posiciones legales no producen el efecto de un Estoppel en un diferendo internacional, debiendo la CIJ corroborar la efectiva ocurrencia de un perjuicio a la parte contraria para declarar su procedencia o su admisión como prueba. A lo largo de los siglos XX y XXI el derecho internacional ha desarrollado y consolidado la noción conceptual restrictiva del Estoppel. Incluso desde tiempos anteriores a la Segunda Guerra Mundial se emitieron decisiones jurisprudenciales en este sentido, como en el caso Tinoco o en el caso de los Empréstitos serbios(10). Luego de la Segunda Guerra (10) CPJI, op. Cit., 1929, pp. 38-39. 128 Revista Peruana de Derecho Internacional Mundial se dieron decisiones que recogían dicha concepción restrictiva del Estoppel en los casos Nottebohm(11), en el Reclamo Flegenheimer(12), en el caso entre Honduras y Nicaragua de la Sentencia Arbitral del Rey de España de 1906(13). A partir del caso de la Plataforma Continental del Mar del Norte(14) se puede señalar que dicha concepción restrictiva exige para la configuración del Estoppel los siguientes requisitos esenciales: a) Que el Estado al que se le pretende aplicar el Estoppel haya realizado una conducta manifestando reconocimiento o aquiescencia que evidencie una declaración o aceptación.- Una manifestación de la voluntad de un Estado se evidencia en forma clara y convincente a través de la ratificación y canje de un tratado, vía una Declaración unilateral expresa realizada por un Estado, o mediante la aceptación o aquiescencia (consentimiento) practicada por un Estado frente a los actos de soberanía y jurisdicción ejercidos por otro Estado. Al respecto, son numerosos los casos de la jurisprudencia internacional que recogen este requisito esencial del Estoppel(15). (11) (12) (13) (14) (15) CIJ, Reports 1955, pág. 4. Recueil des Cours, 1973, pp. 112-119. Recueil des Cours, 1960, pp. 208-220. CIJ, Recueil des Cours, 1969, pp. 26 y ss. * Caso del Templo de Préah Vihéar, (CIJ, Reports, 1962, pág.27). * La CIJ en el caso de la Sentencia Arbitral del Rey de España entre Nicaragua y Honduras, consideró que Nicaragua no podía alegar vicios de un procedimiento arbitral en el que había libremente participado sin haber planteado objeciones, ni tampoco discutir la validez del Laudo de 1906 que había reconocido como tal por declaración expresa y por conducta subsiguiente. * En el caso de la Frontera de Alaska entre Gran Bretaña y los EEUU, el Tribunal Arbitral hizo referencia a que Gran Bretaña no objetó la posesión ni los actos de gobierno ejercidos por el Imperio Ruso primero y por EEUU después sobre el territorio situado alrededor de las cabeceras de los estuarios (cabeceras del Canal Lynn). Configurándose una prolongada y contínua aquiescencia de Gran Bretaña respecto a lo estipulado en el Tratado de 1825 y respecto a la legítima soberanía de EEUU sobre los territorios mencionados. (Ver HARRIS, D.J. Cases and Materials on International Law. London, fourth edition, 1991). 129 b) Que dicha conducta sea percibida como un hecho cierto por el Estado que alega el Estoppel.- Esto implica que dicha conducta deberá poder ser efectivamente probada, pues de su valor probatorio dependen las demás circunstancias. Al respecto cabe mencionar el caso del Asilo de Haya de la Torre (CIJ, 1950)(16) y el caso de la Plataforma Continental del Mar del Norte (CIJ, 1969)(17). c) Que dicha conducta haya inducido al Estado que pretende aplicar el Estoppel a adoptar una actitud de confianza y de óptimas expectativas y/o a vincularse jurídicamente con la otra parte, cuya contradicción de dicha conducta primigenia conduzca al otro Estado hacia una “posición desventajosa” o le haga sufrir algún “perjuicio”.Es precisamente el requisito del perjuicio ocasionado el que va a constituir y distinguir a la concepción restrictiva o versión anglosajona del Estoppel. El criterio de “perjuicio” es sumamente amplio, implicando tanto las figuras del daño material como del daño moral. La jurisprudencia de la CIJ no ha señalado en forma explícita y clara cuáles han de ser los alcances concretos del daño sufrido para la configuración del requisito del perjuicio (16) (17) En el caso del Asilo de Haya de la Torre, Colombia citó comunicados oficiales peruanos de 1948 en los que el Perú declaraba el derecho del Estado que ejerce el asilo de calificar unilateralmente la naturaleza del delito para los fines del asilo, la cual era la posición colombiana. Por su lado, el Perú se refirió a un reporte preparado por el Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano, el cual resultaba inconsistente con los procedimientos invocados y efectuados por Colombia en dicho caso. Finalmente, la CIJ declaró a dichos instrumentos presentados por Colombia y Perú como irrelevantes y sin ningún valor probatorio relativo. En el caso de la Plataforma Continental del Mar del Norte (Alemania vs HolandaDinamarca), Alemania evidenciaba un reconocimiento sobre la «regla de equidistancia» de la Covención de Ginebra de 1958 sobre la plataforma continental. Sin embargo, Alemania no era parte de dicha Convención, y además no existía evidencia que el Principio de la Equidistancia se hubiera constituído en norma consuetudinaria del Derecho Internacional. En virtud de ello, el juez Lachs se pregunta si Alemania debía estar obligada por aquiescencia o Estoppel por una regla que no tiene el carácter de norma consuetudinaria? (BOWETT. “Estoppel before international Tribunals and its relation to acquiescence”. En: British Year Book of International Law, Vol. XXXIII, 1957, p. 176, pág. 42). 130 Revista Peruana de Derecho Internacional ocasionado(18). Por lo que su efectiva configuración quedará a interpretación de la CIJ a partir de los fundamentos de hecho y de derecho presentados por la parte afectada. De esta manera, en virtud de sus alcances jurídicos, el Estoppel se manifiesta como un principio restrictivo a la amplia esfera de autonomía de los Estados, y, eventualmente, podría relativizar la legitimidad de invocación y/o adecuación de los Estados a los nuevos marcos evolutivos del derecho internacional y de sus innovadoras técnicas de aplicación, como resulta en el caso del nuevo derecho del mar. Estas consideraciones generan ciertas dificultades para la aplicación del Estoppel a nivel de las (18) * El juez Fitzmaurice en su opinión separada en el caso del Templo de Préah Vihéar determina al perjuicio como producto de un cambio en las posiciones relativas de las partes a partir de la confianza en la conducta de la otra. Por su parte, el juez Spencer en el mismo caso del Templo consideró que ni Francia ni luego Camboya jamás reaccionaron como si hubiesen sufrido algún perjuicio, por lo que faltaba dicho elemento para el Estoppel. (CIJ, Reports, 1962, pág. 145). * En el caso del Golfo de Maine, la CIJ diferenció los conceptos de Estoppel y de Aquiescencia. Afirmando que si bien ambos se sostienen bajo los principios de Buena Fe y Equidad, la Aquiescencia es equivalente a un reconocimiento tácito manifestado por una conducta unilateral; mientras que el Estoppel se asocia a la idea de preclusión (en referencia a perjuicio). La base legal de esta idea fue señalada en dicho caso por el juez Wellington Koo, para quien el fundamento del Estoppel está en que una parte ha dependido de la conducta de otra parte, obteniendo una ventaja o en detrimento propio. (CIJ, Reports 1984, pág. 304). * En el caso de la Plataforma Continental del Mar del Norte, la CIJ estableció los requisitos para la configuración del Estoppel conforme a la versión anglosajona de dicho principio, es decir exigiendo un perjuicio ocasionado. En dicho caso, un Estoppel fue invocado por Holanda y Dinamarca en contra de Alemania. Pero aunque la CIJ se mostró escéptica respecto a su aplicabilidad a los hechos concretos del caso, no lo cuestionó en abstracto. La CIJ determinó que -aunque podía inferirse que Alemania evidenció aceptación de la regla de “Equidistancia” consagrado por la Convención de Ginebra de 1958- no existían evidencias que la no adhesión de Alemania a dicha Convención hubiesen producido un perjuicio o un cambio de posición en detrimento de Dinamarca y Holanda. Dejando la CIJ claramente sentada la exigencia del efectivo perjuicio ocasionado para proceder a la aplicación del Estoppel. 131 relaciones interestatales, cuyas implicancias tienen un peso gravitante y son detenidamente consideradas por la CIJ al momento de emitir sus sentencias. Asimismo, se puede señalar que la CIJ evalua con prudencia el factor “tiempo” y las especificidades de los tratados o compromisos formalizados, pues los Estados durante su permanencia en el tiempo, podrían resultar legitimados a variar sus posturas y adecuar sus posiciones a los modernos desarrollos de la legislación internacional y métodos técnicos de aplicación. La “multiplicidad de representación” y la “sucesión de Estados” serán también factores detenidamente evaluados por la CIJ al momento de decidir sobre la procedencia o legitimidad de un Estoppel(19). Cabe destacar también que el Estoppel puede presentarse como una regla de prueba, en tanto método o técnica de interpretación de tratados; pudiendo incluso llegar a esclarecer los títulos jurídidcos que confiere el principio del utti possidetis iuris. Esto se apreciará más adelante al analizar los alcances de las sentencias de la CIJ en el caso de las disputas territoriales y marítimas entre Nicaragua y Colombia, Nicaragua y Honduras, Libia y Chad, y en la opinión separada del Juez Ajibola sobre la sentencia final de este último caso. 5. EL TRATAMIENTO DEL ESTOPPEL JURISPRUDENCIA RECIENTE DE LA CIJ EN LA La CIJ discutió específicamente el tema del Estoppel por primera vez en el caso Barcelona Traction (Objeciones Preliminares)(20), posteriormente lo examinó en extenso en el caso del Templo de Préah (19) (20) Ver PECOURT GARCIA, Enrique. Op. Cit., p.138 y MUNKAM. Adjudication & Adjustment International Judicial Decision and the Settlement of Territorial and Boundary Disputes (1972-1993). Citado por WESTON, Burns. En: International Law and World Order (1980), pp. 99-104. CIJ, Reports 1970, p.3. Ver también RAMACCIOTTI Beatriz. Op. Cit., pp. 386394. 132 Revista Peruana de Derecho Internacional Vihéar(21), en el cual la diversidad de opiniones disidentes y contrarias evidenciaron la existencia de varias concepciones del Estoppel y lo inexacto de su equiparación al concepto de Aquiescencia. Así, con motivo de la resolución de dicho caso se va tomando conciencia de la necesidad de arribar a un concepto único de Estoppel, y de la exigencia de consolidar una noción restrictiva del mismo que lo distinga en su sentido y alcances del resto de sus principios afines: como el de Reconocimiento y el de Aquiescencia. De esta manera, y tal como se señaló anteriormente, en la resolución del caso sobre la Plataforma Continental del Mar del Norte(22), la CIJ consolidó los fundamentos para la adopción de una noción restrictiva del Estoppel, estableciendo los elementos necesarios para su configuración, asumiendo dicha versión anglosajona-restrictiva del Estoppel(23). A fin de profundizar el tratamiento del presente tema en base a casos jurisprudenciales concretos y recientes, se han escogido tres sentencias de la CIJ que resultan emblemáticas e ilustrativas para analizar los alcances del Estoppel y su aplicación jurídica a nivel de la solución de las controversias internacionales en el ámbito de la delimitación de fronteras. a) Disputa entre Nicaragua y Colombia por delimitación territorial y marítima.- El 6 de diciembre de 2001 Nicaragua presentó una demanda contra Colombia ante la CIJ por una serie de asuntos de delimitación territorial y marítima subsistentes entre los dos Estados en la zona del Caribe occidental. Ambos países mantienen una disputa por las (21) (22) (23) Ver CARRILLO SALCEDO, Juan Antonio. Curso de Derecho Internacional Público. Introducción a su estructura, dinámica y funciones. Madrid; Tecnos, 1992, pp. 189-206. Ver RAMACCIOTTI, Beatriz. Materiales de Enseñanza de Derecho Internacional Público. Lima; Oficina de Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1993, pp. 348-350. Encyclopedia of Public International Law. Amsterdam; North-Holland, Vol. 7, 1984, pág. 79. 133 islas San Andrés y Providencia, enclaves turísticos actualmente bajo jurisdicción de Colombia. Este país incorporó dichas islas a su territorio desde su independencia, en 1811. El 24 de marzo de 1928, Colombia suscribió con Nicaragua el Tratado Barcenas-Meneses-Esguerra, al cual este último país no le reconoce alcances de tratado específico de delimitación; arguyendo que Colombia pretende erigir a dicho instrumento internacional en título sobre un archipiélago que antes de la Segunda Guerra Mundial era considerado como alta mar. Por su parte, Nicaragua reclama la soberanía sobre los cayos de Roncador, Quitasueño, Serrana y Serranilla, situados al norte del archipiélago de San Andrés en el Caribe occidental. El 21 de julio de 2003, Colombia planteó dos excepciones preliminares contra la demanda de Nicaragua, las cuales fueron resueltas por la CIJ mediante una sentencia del 13 de diciembre de 2007. En su primera excepción preliminar Colombia objetó la jurisdicción de la CIJ en virtud de los artículos 6º y 34º del Pacto de Bogotá, argumentando que las cuestiones planteadas por Nicaragua fueron resuletas por el tratado Bárcenas-Meneses-Esguerra de 1928 y su Protocolo de 1930, vigentes al momento de concluirse el Pacto de Bogotá. Nicaragua alegó la nulidad de dicho Tratado por haberse suscrito y aprobado mientras su territorio se encontraba ocupado por tropas de los Estados Unidos de América. Al respecto, en el recuento de hechos y análisis de los argumentos jurídicos de cada parte, la CIJ entra a sopesar el Estoppel amplio planteado por Colombia junto a la aquiescencia mostrada por Nicaragua por más de 30 años respecto a su aceptación del tratado Bárcenas-Meneses-Esguerra. La CIJ rechazó el “Estoppel amplio” y de alcance general planteado por Colombia, sustentado en la aprobación y acciones de Nicaragua en base al Tratado de 1928 y su Protocolo de 1930. En su lugar, la CIJ analizó los alcances jurídicos específicos de dichos tratados y las conductas posteriores (24) ICJ, Territorial and Maritime dispute between Nicaragua and Colombia. Preliminary Objections, Summaries of Judgments, official site, 13 December 2007, pág. 9 pr. 2. 134 Revista Peruana de Derecho Internacional de Nicaragua, y aceptó un “Estoppel restrictivo” a favor de Colombia, ratificando la soberanía de dicho país sobre las islas San Andrés, Providencia y Santa Catalina(24). En esta etapa preliminar del proceso, a la CIJ le resultó claro y suficiente el texto del tratado de 1930 en cuanto a la soberanía colombiana sobre dichas islas, y al considerar que Nicaragua ya había dado claras muestras de aceptación de esta situación y que variarla luego de más de 30 años resultaría en un perjuicio indiscutido para Colombia, amparó el Estoppel restrictivo de este país y declaró fundada su excepción preliminar en dicho extremo. Hay que tener presente que el silencio, la inacción, la aquiescencia, la pasividad sostenida, se consideran como el abandono tácito del Estado de algún derecho, o al menos, el reconocimiento de una situación(25). El elemento tiempo es muy relevante a este respecto, sobre todo en los casos de ausencia de protesta (aquiescencia) y no tanto para los casos de Estoppel. Sin embargo, no es fácil establecer un tiempo mínimo luego del cual pueda fehacientemente determinarse que se ha configurado el consentimiento o aquiescencia. Al margen de ello, más importante que (25) (26) BENADAVA, Santiago. Derecho Internacional Público. Santiago de Chile, Editorial Jurídica de Chile, 1989, p.139. Ver también AKEHURST, Michael. Introducción al Derecho Internacional. Madrid; Alianza Universidad, 1982, pág. 193. * En el caso del Golfo de Maine se determinó que las acciones de exploración marina realizadas por Canadá no eran de común conocimiento de ambas partes, siendo catalogadas como actividades administrativas internas incapaces de formar una base de Aquiescencia o Estoppel a un nivel internacional. (The British Year Book of International Law, 1989, pág. 37). * En el caso de Groenlandia Oriental, la CIJ rechazó el Estoppel alegado por Noruega respecto a sus posesiones en dicha isla entre 1915 y 1921, en virtud de que no podía inferirse en forma clara que Dinamarca había demostrado una actitud de reconocimiento o aquiescencia hacia la pretensión noruega sobre dichos territorios. * La CIJ en el caso de las Pesquerías anglo-noruegas sostuvo que el Reino Unido -dada su condición de potencia marítima y teniendo en cuenta su interés en las zonas de pesca en cuestión- ha reconocido implícitamente la validez de los decretos noruegos, al abstenerse de emitir una protesta y al no oponerse a la legitimidad de dichos decretos. 135 determinar si hay o no un deber de protestar, es verificar si el “silencio” o la no reacción sugirió o representó un hecho cierto. Al respecto, son numerosos los casos en los que el silencio” ha sido invocado con el propósito de probar el Estoppel(26). Sin embargo, y en virtud del carácter recíproco del Estoppel, y ante la ausencia de especificación por parte del Tratado de 1928 y su protocolo de 1930 sobre qué formaciones marinas, islotes y cayos adyacentes forman parte del archipiélago de las tres islas mencionadas, la CIJ rechazó en dicho extremo la excepción preliminar colombiana, y determinó que Nicaragua no podía a priori quedar impedida (estopped) para sustentar eventuales derechos sobre dichas áreas territoriales, dado que su pertenencia no fue establecida detalladamente como corresponde en Tratado alguno. De esta manera, la CIJ determinará dicha cuestión cuando resuelva el fondo del asunto, etapa en la cual el Estoppel podrá nuevamente ser invocado por Colombia como medio de prueba, resultando previsible viene de la pág. 134. * El árbitro en el caso de la Isla de Palmas también subrayó la falta de protesta por parte de las autoridades españolas contra los actos de soberanía ejercidos por Holanda sobre la isla, como prueba de la soberanía de este último país por prescripción. (Ver HARRIS D.J. Op. Cit., 1991). * En el caso de las Islas Malvinas el silencio como prueba del Estoppel fue alegado por Argentina, la cual sostuvo que Inglaterra había mostrado un silencio total frente a los actos de soberanía realizados por las entonces llamadas Provincias Unidas del Río de la Plata cuando éstas ocuparon las islas en 1820 hasta 1833 (fecha en que Inglaterra las ocupa por la fuerza). (Ver HARRIS, D.J. Op. Cit., 1991). * En el caso relativo a la Soberanía de ciertas parcelas fronterizas entre Bélgica y Holanda resuelto por la CIJ en 1959, tanto el juez Armand-Ugon como Moreno Quintana en sus votos disidentes señalan que a su criterio Holanda ejercitó funciones de gobierno sobre las parcelas en litigio sin que Bélgica protestara o realizara algún acto de oposición. Dicha tolerancia prolongada del Gobierno belga benefició al Gobierno holandés pues le otorgó un derecho soberano inalienable. Según ambos jueces no existía ninguna prueba de que Bélgica hubiera reclamado la restitución de las parcelas hasta 1921 ni de sus actividades sobre éstas, lo cual creaba un derecho en favor de Holanda. (Ver HARRIS, D.J. Op. Cit., 1991). Revista Peruana de Derecho Internacional 136 que Nicaragua lo objete argumentando la ausencia de actitud primaria y de perjuicio (dos de los elementos del Estoppel), pues dicho tema no fue establecido de manera indubitable por el Tratado de 1928 y su Protocolo de 1930(27). En cuanto al carácter de reciprocidad del Estoppel, vale la pena referirse a la situación producida en el caso del Templo de Préah Vihéar, en la cual la CIJ concluyó que “Tailandia dejó de protestar acerca de los mapas, mientras las autoridades francesas en Camboya dejaron de cuestionar los actos de administración realizados por Tailandia en el área en disputa”(28). En un supuesto de hecho análogo al arriba descrito, la CIJ podría optar por las siguientes alternativas: - Atribuir mayor peso a un tipo de actividad que a otra. Por ejemplo, a los mapas en el caso del Templo de Préah Vihéar; o a la no suscripción de la Convención de Ginebra de 1958 por Alemania en el caso de la Plataforma Continental del Mar del Norte. - Establecer que ninguna parte había formulado un Estoppel contra la otra y considerar las actividades simplemente como parte del cuadro general de prueba, que fue básicamente el razonamiento adoptado por el viene de la pág. 135. (27) (28) * Finalmente, EEUU en su réplica ante la Comisión Internacional de Límites que resolvía el caso El Chamizal, alegó un Estoppel contra México, señalando que el territorio o región conocida como “El Chamizal” situada al sur de la línea fronteriza entre México y Estados Unidos en la ribera mexicana del Río Grande (es decir, bajo dominio mexicano conforme a los Tratados de 1848 y 1853), fue colocado del lado estadounidense del río (margen izquierda) debido a un cambio en el curso de dicho río. Cambio que se fue produciendo en forma lenta y gradual desde 1864. La renuncia mexicana a ejercer soberanía y jurisdicción sobre dicha zona desde 1864, y de tolerar la jurisdicción ejercida por EEUU configuraría el Estoppel. (Ver HARRIS, D.J. Ibidem, 1991). ICJ, Territorial and Maritime dispute between Nicaragua and Colombia. Preliminary Objections, Summaries of Judgments, official site, 13 December 2007, pág.9, pr. 6. Ver CARRILLO SALCEDO, Juan Antonio. Op. Cit. pág. 206. 137 tribunal arbitral que resolvió el caso entre Argentina y Chile sobre el hito 62 y el monte Fitz Roy(29). De esta manera se desprende que, si la invocación de un Estoppel en un proceso judicial internacional resulta siendo desestimado por la CIJ, los fundamentos de dicho Estoppel desestimado necesariamente serían tomados en cuenta en calidad de elementos probatorios. Seguidamente, y en base a los mismos argumentos, la CIJ declaró improcedente la excepción preliminar colombiana sobre la soberanía de las islas Roncador, Quitasueño y Serrana, no amparando un pretendido Estoppel contra Nicargua en este extremo. La CIJ determinó que el Tratado de 1928 y su Protocolo de 1930 no se aplica a estas tres islas, y por ende la cuestión de su soberanía territorial debe ser establecida en la sentencia final. Finalmente, la CIJ tampoco acogió el Estoppel amplio planteado por Colombia contra Nicaragua sobre la delimitación marítima que supuestamente habría establecido el Tratado Bárcenas-Meneses-Esguerra, desestimando esta excepción preliminar en dicho extremo. En dicho punto, la CIJ determinó que ese Tratado no tuvo como objeto ni efecto general el establecimiento de la delimitación marítima entre ambos países(30). Es decir, la CIJ acogió el argumento de Nicaragua para desvirtuar el Estoppel de Colombia, centrado en que no se configuró su actitud primaria pues el Tratado de 1928 no abordó de manera específica la delimitación marítima entre ambos países. Por ello, a criterio de la CIJ, mal podía quedar Nicaragua impedida de argumentar en la etapa de méritos del proceso la ausencia de delimitación marítima con Colombia, no regulada en Tratado especial alguno. (29) (30) Caso sobre el recorrido de la Traza del Límite entre el Hito 62 y el Monte Fitz Roy, Tribunal Arbitral, 1994. ICJ, Territorial and Maritime dispute between Nicaragua and Colombia. Preliminary Objections, Summaries of Judgments, official site, 13 December 2007, pág. 10, pr. 2. 138 Revista Peruana de Derecho Internacional b) Disputa entre Nicaragua y Honduras por delimitación territorial y marítima en el mar Caribe.- El 8 de diciembre de 1999 Nicaragura planteó ante la CIJ una demanda contra Honduras para que mediante una sentencia de dicha Corte se determine la delimitación marítima entre ambos países. Nicaragua alegó que su límite marítimo con Honduras, que se proyecta desde la frontera común en el Caribe, nunca fue establecido. El 8 de octubre de 2007 la CIJ emitió su sentencia final sobre esta disputa territorial y marítima. La frontera terrestre entre ambos países fue delimitada a través del Laudo Arbitral del Rey de España del 23 de diciembre de 1906, sustentado en el principio del uti possidetis juris, estableciéndose que el punto de inicio de la frontera común es el thalweg en el punto de la desembocadura del río Coco (llamado también Segovia o Wanks). Honduras, por su parte, alegó ante la CIJ un Estoppel amplio contra Nicaragua, argumentando que por el principio del uti possidetis juris se acreditó el título y se estableció entre ambos países una frontera marítima tradicionalmente reconocida en base al paralelo 15 (Estoppel amplio como excepción procesal); añadiendo que, en todo caso, dicha frontera debía ser ratificada en el paralelo 15 mediante la sentencia final de la Corte (Estoppel restrictivo como argumento de prueba). Por su parte, y siempre en base al uti possidetis juris, Nicaragua reclamó en la fase oral que la CIJ determine a su favor la soberanía de cuatro islotes al norte del paralelo 15 (Bobel, Savanna, Puerto Real y Cayo Sur). En su sentencia final, la CIJ estableció que el principio del uti possidetis juris definió la delimitación territorial entre Nicaragua y Honduras, y que dicho principio también resultaría aplicable para determinar sus posesiones insulares y espacios marítimos. Sin embargo, luego de la evaluación de los antecedentes, la CIJ determinó que España, como potencia colonial, no había asignado a ninguna de estas antiguas provincias (jurisdicciones en base a las que se se erigieron Nicaragua y Honduras) mandato sobre los cuatro islotes antes mencionados, por lo que no operaría 139 el uti possidetis juris para este caso, ante la ausencia de derechos históricos. De ahí que, la CIJ pasó a analizar los actos de jurisdicción y posesión que habrían ejercido Nicaragua o Honduras, en tanto países independientes, sobre dichos islotes. Al respecto, la CIJ determinó que Honduras desplegó actos de jurisdicción efectivos y prácticas de Estado sobre dichos cuatro islotes, en materia penal, civil, migraciones, pesca, construcción y administración pública. Por consiguiente, la CIJ falló en este aspecto otorgándole a Honduras la soberanía sobre los cuatro islotes mencionados al norte del paralelo 15. En este extremo, lo que hizo la CIJ fue aplicar un Estoppel restrictivo por Aquiescencia a Nicaragua, interpretando que la tolerancia y complacencia de este país frente a los actos de jurisdicción practicados por Honduras sobre los cuatro islotes, avalan la soberanía en favor de este último Estado y la improcedencia de este reclamo nicaragüense(31). En este asunto específico la CIJ falló por la aquiescencia contra Nicaragua, en virtud de las reiteradas prácticas de Estado por parte de Honduras sobre unos islotes carentes de título jurídico y que nunca antes fueron objeto de ningún tratado entre ambos países(32). Al respecto, cabe destacar que para que opere la aquiescencia, el “silencio” debe ser cualificado(33), debiendo concurrir las siguientes condiciones para que se configure un Estoppel por omisión: conocimiento del hecho acerca del cual gurda silencio el Estado, interés jurídico válido en ese hecho, y expiración de un plazo razonable. Con respecto a la delimitación marítima entre Nicaragua y Honduras, la CIJ determinó la inexistencia de una línea de demarcación de la frontera marítima a lo largo del paralelo 15, ante la inaplicabilidad (31) (32) (33) ICJ, Territorial and Maritime Dispute between Nicaragua and Honduras in the Caribbean Sea. Judgemets, official site, 8 October 2007, pags. 237-258. Ver D.W. BOWETT. Estoppel before International Tribunals and its Relations to Acquiescence. British Yearbook of International Law, 1957, 179-200. Anuario de la Comisión de Derecho Internacional, 1963, Vol. II, pág. 45. 140 Revista Peruana de Derecho Internacional del principio del uti possidetis juris y la ausencia de un acuerdo bilateral sobre este aspecto. En consecuencia, la CIJ desestimó el Estoppel planteado por Honduras (tanto en su concepción amplia como en su vertiente restrictiva), y procedió a establecer la línea de demarción de la frontera marítima entre ambos países a partir de una línea bisectriz, ajustada a línea media en el área de solapamiento de espacios marítimos entre los cuatro islotes mencionados adjudicados a Honduras y el cayo de Edimburgo (perteneciente a Nicaragua)(34). Dicho diferendo limítrofe generó reiterados incidentes y sistemáticas capturas de embarcaciones pesqueras por ambas partes sobre esta área de aproximadamente 60 mil kilómetros cuadrados, con el consecuente perjuicio para dichos países y sus connacionales en el mejor aprovechamiento de los recursos pesqueros e hidrocarburíferos en dicha zona marítima y plataforma continental respectivamente. c) Disputa territorial entre Libia y Chad.- En esta disputa territorial la CIJ determinó que la frontera terrestre entre ambos Estados fue establecida por el Tratado de Amistad y Buena Vecindad suscrito el 10 de agosto de 1955 entre Francia y Libia. Mientras que Libia partió de la posición que no existía una frontera establecida y que la CIJ debía definir una, Chad alegó ante la CIJ la existencia de la misma sobre la base del Tratado de 1955, y que en todo caso, la sentencia judicial debía definir su trazo. La CIJ recurrió básicamente al principio de pacta sunt servanda y al artículo 31º de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados y determinó que el Tratado de 1955 debía interpretarse de buena fe, en el sentido ordinario de sus términos, dentro de su contexto, y según su objeto y fin, lo cual incluía también la valoración de los anexos que integraban dicho tratado bilateral. En base a esto, la CIJ ratificó en su sentencia final el compromiso entre ambos Estados de establecer su delimitación territorial (34) ICJ, Territorial and Maritime Dispute between Nicaragua and Honduras in the Caribbean Sea. Judgemets, official site, 8 October 2007, pp. 259-261. 141 con la suscripción del Tratado de 1955 y sus anexos, y procedió a definir su trazo. De esta manera, la CIJ aplicó un Estoppel restrictivo a Libia, declarándola legalmente obligada a aceptar y reconocer la frontera que había acordado mediante el Tratado de 1955, con el cual renunció a la posibilidad de revisar dicha frontera en el futuro(35). En este punto, se percibe que la CIJ consideró al Estoppel también como un método o técnica complementaria de interpretación de tratados. Al respecto, cabe remitirse a Monroy Cabra, quien afirma que se debe recurrir a la práctica y al comportamiento subsiguiente de las partes en relación al tratado, por cuanto ello ofrece la mejor y más segura prueba acerca de cuál es su interpretación exacta(36). Ahora bien, cabe aún preguntarse si esto último constituye una manifestación propia del Estoppel?. De conformidad con lo sostenido por Enrique Pecourt, tales observaciones precisan el sentido exacto de la consideración del Estoppel como una regla de prueba. Dado que no se trata de que tal principio se presente como una modalidad de prueba, sino que tal enunciación está referida al valor probatorio que la conducta estopped tiene en el proceso interpretativo(37). Sin embargo, a efectos del tema específico del presente artículo, es la opinión separada del Juez Ajibola sobre el caso entre Libia y Chad, esgrimida para fundamentar mejor y complementar el fallo de la CIJ, la que aporta contenidos y explicaciones sumamente esclarecedoras sobre la naturaleza y alcances jurídicos del Estoppel. Precisamente, entre los principios suplementarios analizados y aportados por el Juez Ajibola para (35) (36) (37) ICJ, Case concerning the territorial dispute between Libyan Arab Jamahiriya and Chad. Summaries of Judgementes, official site, 3 February 1994, pág. 66. MONROY CABRA, Marco. Derecho de los Tratados. Bogotá; Temis, 1978, pág. 126. PECOURT GARCIA, Enrique. Ibidem, pág. 122. 142 Revista Peruana de Derecho Internacional complementar los alcances jurídicos del fallo de la CIJ están el estoppel, la aquiescencia, la preclusión, el reconocimiento y el uti possidetis(38). Sobre el particular, el Juez Ajibola determinó que Libia guardó silencio y manifestó aquiescencia respecto al Tratado de 1955 que estableció la frontera entre ambos países, aplicándosele el Estoppel como principio y costumbre internacional orientado a salvaguardar la confiabilidad, buena fe, estabilidad, consistencia y preservación de la finalidad de los tratados de fronteras(39). Sobre el particular, la opinión del Juez Ajibola coincide con las consideraciones de Ian Brownlie, quien destaca que una gran parte de la doctrina internacional más autorizada (dentro de la cual destacan los jueces Alfaro y Fitzmaurice en el caso del Templo de Préah Vihéar, Bowett, Mac Gibbon, Lauterpacht, Waldock) consideran al Estoppel como un Principio General del Derecho Internacional que se apoya en los principios de Buena Fe y de Consistencia(40). Finalmente, esta opinión del Juez Ajibola resulta esclarecedora para los alcances jurídicos del Estoppel, al cual califica como un medio de verificación y medio de prueba complementario y extrínseco para la interpretación de tratados, vinculado al reconocimiento, aquiescencia y preclusión(41). En buena cuenta, la opinión del Juez Ajibola sustentó y sintetizó los alcances jurídicos del Estoppel en su concepción restrictiva, trascendiendo el mero principio de no contradicción, adentrándose en su naturaleza jurídica de principio y costumbre internacional, con eficacia como medio de prueba complementario para la interpretación de tratados o para ratificar reconocimientos o aquiescencias previas. En todo caso, esta opinión del Juez Ajibola resulta esclarecedora para la definición del carácter complementario del estoppel como principio jurídico o medio de (38) (39) (40) (41) ICJ, Case concerning the territorial dispute between Libyan Arab Jamahiriya and Chad. Summaries of Judgements, official site, 3 February 1994, pág. 68. Ibidem, Separate Opinion Judge Ajibola, point 99, pág. 76. BROWNLIE, Ian. Principles of International Public Law. Oxford, 1992, pág. 642. Op. Cit., 41, Separate Opinion Judge Ajibola, point 95, pág. 75. 143 prueba, orientado a brindar apoyo y decantar los alcances probatorios de los argumentos jurídicos y fuentes del derecho principales. CONCLUSIONES El Estoppel constituye un importante principio del derecho internacional que despliega sus alcances en los procesos jurisdiccionales tanto como excepción procesal de improcedencia y como medio de prueba sustantivo. Sin embargo, a partir del desarrollo jurisprudencial reciente desarrollado por la CIJ y por los tribunales arbitrales ad hoc su invocación y amparo exigen la fehaciente acreditación de un perjuicio ocasionado (versión restrictiva del Estoppel) y una rigurosa cualificación junto al resto de los otros medios probatorios y argumentos jurídicos sustantivos. De esta manera, el Estoppel se configura fundamentalmente como un medio de prueba complementario, que es valorado en sus alcances y eficacia jurídica junto a otros principios y normas sustantivas del derecho internacional. Por ello, en el ámbito del proceso valorativo de la prueba, el Estoppel se constituye en un método o técnica complementaria de interpretación de tratados o de otros principios como el utti possidetis iuris, contribuyendo a esclarecer el comportamiento de las partes frente a estos, y con ello ofrece una importante prueba sobre su interpretación exacta. Asimismo, en virtud de su carácter recíproco, la neutralización mutua que pueden ejercer las partes al amparo del Estoppel predispone a la CIJ a privilegiarlo como medio de prueba, a ser valorado con el resto de argumentos sustantivos durante la etapa de méritos de los procesos judiciales. Finalmente, en virtud a sus alcances, el Estoppel podría erigirse como un principio restrictivo a la amplia esfera de autonomía de los Estados, y, eventualmente, podría relativizar la legitimidad de invocación y/o adecuación de los Estados a los nuevos marcos evolutivos del derecho internacional y de sus innovadoras técnicas de aplicación, como resulta en el caso del nuevo derecho del mar. Sin embargo, la CIJ ha demostrado 144 Revista Peruana de Derecho Internacional ser consciente de estas implicancias, por lo que la valoración y calificación que realiza del Estoppel es rigurosamente sopesada junto al resto de las pruebas de fondo al momento de emitir sus sentencias, procurando de este modo la mayor “equidad” posible, la cual inspiró el origen e incorporación del Estoppel al derecho internacional. *** 145 LOS TRATADOS DE DERECHOS HUMANOS ENCAUSAN CON RIGIDEZ LA LABOR DEL PODER LEGISLATIVO Augusto Medina Otazú* I. INTRODUCCIÓN El presente artículo pretende darle consistencia a las facultades, atribuciones y limitaciones del Congreso de la República, cuando legisla(1) asuntos vinculados a derechos humanos. Si nos remontamos a los orígenes históricos del Parlamento, ubicamos como una institución que limita el poder de la monarquía; y, en esta orientación se ha convertido en garante de la libertad de la persona humana, pero a su vez es importante establecer limites a su poder, lo que en doctrina se denomina Balance de poderes: * (1) Abogado. Representante del Colegio de Abogados Penal Internacional en el Perú. Profesor de Maestría de Derecho Constitucional en la PUCP y Maestría de Derecho Laboral y Seguridad Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Tradicionalmente se ha entendido que la función esencial de los Parlamentos es la función legislativa. Sin embargo, la importancia del control parlamentario de los actos del Poder Ejecutivo ha trastocado el rol de los parlamentos modernos, y eso implica que bno es más la función legislativa, sino que esta ha sido deslazada por la función de control. Cesar Landa. El Control Parlamentario en la Constitución Política de 1993. Balances y Perspectivas. Pensamiento Constitucional. PUCP. Fondo Editorial 2004. Año X N°. 10 Tomo 1. pág. 92. 146 Revista Peruana de Derecho Internacional “(...) no impide en todos los casos que una ley aprobada por el Parlamento llegue a ser violatoria de los derechos humanos, posibilidad que reclama la necesidad de algún régimen de control posterior (...)”(2). Para realizar ésta evaluación de las facultades y funciones del Parlamento peruano se tomará en cuenta, principalmente las Opiniones Consultivas absueltas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte): - Opinión Consultiva del 08.09.83 sobre la Restricción a la Pena de Muerte (Art. 4.2 y 4.4 de la Convención) (Opinión Consultiva del 08.09.83). - Opinión Consultiva OC-5/85 del 13.11.85, sobre la colegiación obligatoria de periodistas (arts. 13 y 29 convención) solicitada por el gobierno de Costa Rica. (Opinión Consultiva del 13.11.85.) - Opinión Consultiva OC-6/86del 9.05.86, sobre la expresión “leyes” en el artículo 30 de la Convención solicitada por el gobierno de la república oriental del Uruguay. (Opinión Consultiva del 09.05.86). - Opinión Consultiva OC-9/87 del 6.10.87 garantías judiciales en estados de emergencia (arts. 27.2, 25 y 8 Convención), solicitada por el gobierno de la República Oriental del Uruguay. (Opinión Consultiva del 06.10.87). - Opinión Consultiva OC-11/90 del 10.08.90 excepciones al agotamiento de los recursos internos (art. 46.1, 46.2.a y 46.2.b convención) solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. (Opinión Consultiva de 1990). - Opinión Consultiva OC-12/91 del 6.12.91 sobre compatibilidad de un Proyecto de Ley con el Artículo 8.2.h de la Convención Americana sobre Derechos Humanos solicitada por Costa Rica. (Opinión Consultiva del 06.12.91). (2) Opinión Consultiva del 09.05.86., párrafo 22. 147 - Opinión Consultiva OC-13/93 del 16.07.93 sobre Ciertas atribuciones de la Comisión (arts. 41, 42, 44, 46, 47, 50 y 51 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos). (Opinión Consultiva del 16.07.93). - Opinión Consultiva OC-14/94 del 9.12.94, emitida por la Corte sobre Responsabilidad Internacional de la Convención (art. 1 y 2 Convención), solicitada por la Comisión Interamericana. (Opinión Consultiva del 09.12.94). - Opinión Consultiva OC-19/05 del 28.11.05 sobre Control de legalidad en el ejercicio de las atribuciones de la Comisión Interamericana. (art. 41 y 44 a 51 de la Convención). (Opinión Consultiva del 28.11.05). Todas estas Consultas absueltas se han realizado a petición de los estados y de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (Comisión Interamericana) y nos servirán para darnos luces en el proceso legislativo. II. OBJETO DE LAS CONSULTAS ABSUELTAS POR LA CORTE INTERAMERICANA Las opiniones consultivas tienen el propósito de analizar en abstracto la interpretación de los Tratados de Derechos Humanos. En tal sentido, debe distinguirse la opinión consultiva emitida por Corte Interamericana, de aquella otra pronunciada en asuntos contenciosos que resuelve la misma Corte y que culmina en una sentencia: - En el primero (Consulta) no existe una violación de los derechos humanos, en el segundo (Contencioso) la Corte se debe pronunciar sobre un caso concreto de violación de derechos humanos. - De acuerdo al artículo 62.1 de la Convención Americana, el contencioso se refiere a los casos relativos a la interpretación o aplicación de la Convención Americana y el artículo 64 de la misma Convención dispone que las opiniones consultivas podrán versar sobre la interpretación 148 Revista Peruana de Derecho Internacional no sólo de la Convención, sino de otros tratados concernientes a la protección de los derechos humanos en los Estados americanos, como puede ser el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre el Derechos del Niño, entre otros(3). - La Consulta es solicitada sólo por los Estados partes o por la Comisión Interamericana; los contenciosos son llevados a la Corte únicamente por la Comisión Interamericana. La relación que tienen los estados suscriptores de la Convención Americana con las Consultas que resuelve la Corte “(...) no puede ser vista sino como lo que ella es en realidad: un instrumento o marco jurídico multilateral que capacita a los Estados para comprometerse, unilateralmente, a no violar los derechos humanos de los individuos bajo su jurisdicción.”(4). III. UBICACIÓN DEL ARTÍCULO Para el desarrollo del artículo no nos centraremos en el análisis, desde la constitución peruana, sino más bien abordaremos las facultades legislativas desde la normatividad internacional: “(...) se refiere únicamente a los efectos jurídicos de la ley desde el punto de vista del derecho internacional, ya que no le corresponde a la Corte pronunciarse sobre los mismos en el orden interno del Estado interesado.”(5). (3) (4) (5) Puede revisarse la Opinión Consultiva de la Corte Interamericana del 08.09.83. Opinión consultiva del 24.09.82., párrafo 22. Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 34. 149 IV. JERARQUIA DE LOS CONVENIOS INTERNACIONALES DE DERECHOS HUMANOS EN EL PERÚ La Convención de Viena, sobre derechos de los Tratados, en su artículo 27 proscribe, que los estados planteen excusas sobre limitaciones de su normatividad interna para dejar de cumplir con los tratados. “(... ) no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de un tratado.” La Corte en ese sentido ha fijado posición, llegando a señalar que ni siquiera la normatividad de la Constitución del Estado debe ser motivo para no cumplir con las obligaciones de los Tratados de Derechos Humanos: “(...) Según el derecho internacional las obligaciones que éste impone deben ser cumplidas de buena fe(6) y no puede invocarse para su incumplimiento el derecho interno (...) aún tratándose de disposiciones de carácter constitucional”(7). Si se le permitiera a los Estados invocar sus normas internas para excusarse de dar satisfacción a obligaciones internacionales, el Derecho Internacional resultaría desmembrado y sus normas se tomarían completamente ineficaces(9). Los Tratados de Derechos Humanos difieren en su aplicación a los tratados ordinarios, por cuanto un Tratado de Derechos Humanos tiene determinadas particularidades: “(...) Los tratados concernientes a la protección de los derechos humanos están orientados a garantizar el goce de derechos y libertades (6) (7) (8) (9) El artículo 26. señala: Pacta sunt servanda. Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe. Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 35. LANDA, César. Tribunal Constitucional y Estado Democrático. Palestra Segunda Edición. Pag. Nov. 2003, pag. 785. El Efecto de las Reservas sobre la Entrada en Vigencia de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (arts. 74 y 75). Opinión Consultiva OC-2/82 de 24 de septiembre de 1982. Serie A No. 2, párr. 27. 150 Revista Peruana de Derecho Internacional del ser humano, más que a fijar las normas de relación entre los Estados. (...) sirven al fin de proteger los derechos fundamentales de los seres humanos frente a su propio Estado y ante los otros Estados contratantes10. Se inspiran en valores comunes superiores, centrados en la protección del ser humano (...). Los tratados, convenciones y declaraciones del sistema interamericano en materia de derechos humanos son la fuente principal de obligaciones de los Estados en esta materia (…)”(10). Al decir por el Profesor Miaja de la Muela no se concibe un Derecho Internacional merecedor de este nombre, si no se afirma superior al Derecho dictado por los Estado, destinatarios de las normas de aquel(11). En igual sentido se pronuncia Bidar Campos para quién la Constitución debe reconocer la prevalencia de los tratados, en todos los casos(12). Para el Dr. Cesar Landa queda establecido que los tratados en materia de derechos humanos, tienen una jerarquía no solo constitucional, sino que también gozan de una fuerza material constitucional. Ello, ciertamente se condice con la tendencia histórica de la supremacía del Derecho internacional sobre el Derecho Interno(13). Para Carolina Loayza la jerarquía constitucional de los tratados de derechos humanos se deriva no sólo de la intención de los legisladores sino del espíritu de la Constitución y de una adecuada interpretación de sus normas, que debe efectuarse de buena fe, teniendo en cuenta su objeto y fin(14). (10) (11) (12) (13) (14) Opinión Consultiva del 28.11.05. Tomado de Gaceta Jurídica. “La Constitución Comentada. De los Tratados. Fabian Novak Talavera”. Primera Edición diciembre 2005, pág. 766. CAMPOS, Bidart. “El Derecho Internacional de los Derechos Humanos”. En: Anuario del Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana N°. 20, 1990 – 1991. Pág. 107 – 108. LANDA, César. Tribunal Constitucional y Estado Democrático. Palestra Segunda Edición. Pag. Nov. 2003, pág. 787. LOAYZA, Carolina. “Recepción de los Tratados de Derechos Humanos en la Constitución Peruana de 1993 y su aplicación por el Poder Judicial”. Gaceta Jurídica. Año 3, Julio 96, pág. 47 y 48. 151 La anterior Constitución de 1979 en su artículo 105 señalaba que “los preceptos contenidos en los tratados relativos a derechos humanos, tiene jerarquía constitucional”. El proyecto de Reforma Constitucional del 2002(15) en su artículo 82 repite similar normativa. Con estas interpretaciones jurisprudenciales y normativas podemos concluir que el estado peruano tiene una obligación de resguardar y cumplir los Convenios y Tratados sobre derechos humanos en un nivel constitucional, e incluso en algunos casos por encima de su propia Constitución cuando se trata de resguardar derechos tan importantes, como la vida por ejemplo. V. EFECTOS JURÍDICOS DE LA LEY EN EL DERECHO INTERNACIONAL Responsabilidades por una Ley y las responsabilidades del estado en el orden internacional: Lo que interesa en el presente trabajo es precisar cuáles son las limitaciones del Poder Legislativo para dictar normas legislativas y cómo pueden afectar el sistema internacional, cuando se hacen obviando los compromisos con la comunidad internacional: “(...) la promulgación de una ley manifiestamente contraria a las obligaciones asumidas por un Estado al ratificar o adherir a la Convención constituye una violación de ésta y (...) genera responsabilidad internacional para el Estado.”(16). Entonces el Poder Legislativo no solo debe hacer una evaluación de test de constitucionalidad al momento de emitir sus normas sino también complementar con un test de cumplimiento de tratados internacionales de derechos humanos. (15) (16) Proyecto de Ley de Reforma Constitucional. Lima 2002. Edición realizado con el auspicio de USAID. Pág. 48. Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 23. Revista Peruana de Derecho Internacional 152 Dos tipos de responsabilidad: Responsabilidad del Estado y responsabilidad personal La dación y aplicación de una Ley por el Poder Legislativo que violente derechos humanos puede generar, por un lado la responsabilidad internacional del estado por ser titular de esta facultad, ejercida irregularmente; y por otro, la responsabilidad personal de los funcionarios que la aplicaron, como crimen internacional cuando corresponda: “(...) El cumplimiento por parte de agentes o funcionarios del Estado de una ley manifiestamente violatoria de la Convención produce responsabilidad internacional del Estado. En caso de que el acto de cumplimiento constituya un crimen internacional, genera también la responsabilidad internacional de los agentes o funcionarios que lo ejecutaron.”(17). Estos dos tipo de responsabilidades de la comunidad internacional: “(...) representa una evolución de la doctrina clásica de que el derecho internacional concernía exclusivamente a los Estados”(18). Sin embargo en el presente trabajo nos referiremos únicamente a la responsabilidad de los estados por cuanto esa es la misión de la Corte. La responsabilidad personal del crimen internacional puede ser ventilada en la Corte Penal Internacional. VI. LA DEFINICIÓN DE LA LEY PARA LA CORTE INTERAMERICANA a) Sentido Material de la Ley La Ley como ya expresamos resulta una limitación a la monarquía y como tal es una autentica preservación de los derechos por el mismo (17) (18) Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 57. Opinión Consultiva del 09.12.94. 153 pueblo que esta en la representación parlamentaria, es decir por lógica no podría el pueblo agredir al mismo pueblo: “La expresión leyes, en el marco de la protección a los derechos humanos (...) cobra todo su sentido lógico e histórico si se le considera como una exigencia de la necesaria limitación a la interferencia del poder público en la esfera de los derechos y libertades de la persona humana”(19). En el artículo 30 de la Convención Americana se refiere exclusivamente a la Ley dada por el Poder Legislativo o por el Ejecutivo cuando dicta decretos legislativos. De la interpretación de ésta normatividad podemos extraer más específicamente el sentido de la Ley material. “No es posible desvincular el significado de la expresión leyes en el artículo 30 (de la Convención) de (...) un régimen de libertad personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos esenciales del hombre. La democracia representativa es determinante en todo el sistema del que la Convención forma parte.”(20). La democracia representativa es fundamental para la validez de la ley, siendo implícito el mensaje de la Corte, que las normas dadas por gobiernos de facto carecerían de validez. b) Sentido formal de la ley El sentido formal de la Ley esta definido como aquella: “(...) Norma jurídica adoptada por el órgano legislativo y promulgado por el Poder Ejecutivo, según el procedimiento requerido por el derecho interno de cada Estado”(21). En su definición se respeta el procedimiento interno del Estado, siendo básico el debido proceso parlamentario, que actualmente se constituye también como un derecho humano. (19) (20) (21) Opinión Consultiva del 09.05.86., párrafo 27. Opinión Consultiva del 09.05.86., párrafo 33. Opinión Consultiva del 09.05.86. Revista Peruana de Derecho Internacional 154 El artículo 8 de la Convención Americana consagra los lineamientos generales del debido proceso legal. Los artículos 103 al 109 de la Constitución Política establecen la formalidad de la gestación de las Leyes por el Congreso de la República. El procedimiento legislativo se encuentra precisado además en los artículos 72 al 81 del Reglamento del Congreso de la República. El debido proceso es un derecho humano o fundamental que se encuentra protegido por la Constitución del Estado y por la Convención Americana sobre Derechos Humanos, entre otros instrumentos internacionales. Tiene una ámbito de aplicación mucho mayor que el judicial, pues se aplica a todo proceso o procedimiento en el que se vaya a resolver o prevenir un conflicto, imponer una sanción o determinar los derechos y obligaciones de las personas, sin importar que tales procesos o procedimientos sean de naturaleza judicial, administrativa, legislativa o cualquier otro carácter(22). En consecuencia si una ley ventila temas de derechos humanos, como el derecho a la vida, salud, trabajo, libertad individual, debido proceso, etc, puede violentar los Tratados Internacionales, por el fondo o la forma, en cuyo caso será pasible de ser recurrido ante la Corte Interamericana, luego de haber concluido con las instancias internas. VII. LAS DISTINTAS NORMATIVIDADES QUE CONSIDERA LA CONVENCIÓN INTERAMERICANA Y SU INTEPRETACION POR LA CORTE INTERAMERICANA Introducción La Convención Americana en sus artículos 2(23), 30(24) y 64.2(25) hace alusión a diferentes normas legales, sin que en todos los (22) (23) BUSTAMANTE ALARCÓN, Reynaldo. “El debido proceso en los Procedimientos Parlamentarios”, en: Revista Proceso y Justicia. N°. 4, 2003. PUCP. Pág. 95. Artículo 2. Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados en el artículo 1 no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro 155 casos se refieran a Ley expedida por el Poder Legislativo. El artículo 2 se refiere a “medidas legislativas”, en el artículo 30 se refiere a “Leyes” y en el artículo 64.2 a “leyes internas”. En ese sentido la Corte en cada caso (medidas legislativas, leyes y leyes internas y otros) se refiere a distintos tipos de normas legales: “(…) Cuando la Corte interpretó la expresión “leyes” en el artículo 30 de la Convención fue precisa en recalcar que no se trataba de dar una respuesta aplicable a todos los casos en que la Convención utiliza expresiones como “leyes”, “ley”, “disposiciones legislativas”, “disposiciones legales”, “medidas legislativas”, “restricciones legales” o “leyes internas”. En cada ocasión en que tales expresiones son usadas, su sentido ha de ser determinado específicamente”(26). La Ley en el artículo 2 de la Convención Americana En el artículo 2 de la Convención Americana se hace referencia a “medidas legislativas o de otro carácter” y en ese caso la Corte interpreta que son las normas que deben dictar los estados para: “(...) garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona sometida a su jurisdicción y a adoptar, en su caso, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades (...)”(27). viene de la pág. 154. (24) (25) (26) (27) carácter, los Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades. Artículo 30. Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convención, al goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en la misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propósito para el cual han sido establecidas. Artículo 64 2. La Corte, a solicitud de un Estado miembro de la Organización, podrá darle opiniones acerca de la compatibilidad entre cualquiera de sus leyes internas y los mencionados instrumentos internacionales. Opinión Consultiva del 06.12.91. Opinión Consultiva del 09.12.94. Revista Peruana de Derecho Internacional 156 En este caso la Corte se refiere a cualquier norma que dicte el estado peruano, sea una Ley, un Decreto Supremo, una Resolución Ministerial y cualquier norma que puedan emitir los organismos constitucionales autónomos o los gobiernos regionales o municipales, siempre ellas satisfaga la exigencia de la jurisdicción internacional. La Ley en el artículo 30 de la Convención En el artículo 30 de la Convención, sí queda claro que se refiere únicamente a la Ley dictada por el Legislativo o por delegación de facultades. No puede haber otra interpretación: “El artículo 30 de la Convención es una norma de carácter especial que presupone que ciertas restricciones al ejercicio de derechos y libertades sólo pueden ser aplicadas conforme a leyes que han entrado en vigor”(28). La Corte reitera esta precisión hasta el cansancio para que quede bastante claro: “(...) la expresión leyes, utilizada en el artículo 30 (…) no puede tener otro sentido que el de ley formal, es decir, norma jurídica adoptada por el órgano legislativo y promulgado por el Poder Ejecutivo, según el procedimiento requerido por el derecho interno de cada Estado”(29). La Ley en el artículo 64.2 de la Convención Americana El artículo 64.2 de la Convención Americana hace alusión al término de “Leyes Internas” y para el caso la Corte se refiere a cualquier disposición dado por el estado peruano. (Ley, Decreto Supremo, etc). En este caso la Corte puede evaluar la compatibilidad de los efectos de cualquier norma versus los instrumentos internacionales. “(...) en ejercicio de su competencia consultiva y en aplicación del artículo 64.2, la Corte puede referirse a la eventual violación de la (28) (29) Opinión Consultiva del 06.12.91. Opinión Consultiva del 09.05.86. 157 Convención o de otros tratados concernientes a la protección de los derechos humanos por una norma interna o meramente a la compatibilidad entre esos instrumentos”(30). VIII. DISTINTAS MANERAS DE CÓMO EL PODER LEGISLATIVO PERUANO PUEDE VIOLENTAR O AMENAZAR CON VIOLENTAR LA CONVENCIÓN AMERICANA Por tipos de normas Violación por omitir dictar normas o violación por distorsionar el sentido de la convención El Poder Legislativo puede violentar un Tratado de Derechos Humanos por dos razones. Por inacción o por distorsión de sus obligaciones internacionales: 1). La primera vinculada a la voluntad omisiva del legislativo, cuando existe el compromiso de dictar leyes con el objeto de garantizar el ejercicio de los derechos y libertades del instrumento internacional. “(...) Son muchas las maneras como un Estado puede violar un tratado internacional y, específicamente, la Convención. En este último caso, puede hacerlo, por ejemplo, omitiendo dictar las normas a que está obligado por el artículo 2”(31). En consecuencia existe una obligación de hacer o un deber positivo que el Estado, que es un compromiso con la comunidad internacional; y esa inacción puede generarle responsabilidad al estado peruano: “(…) La Corte ya ha expresado que esta disposición contiene un deber positivo para los Estados (…) de tomar todas las medidas (30) (31) Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 40. Opinión Consultiva del 16.07.93., párrafo 37. 158 Revista Peruana de Derecho Internacional necesarias para remover los obstáculos que puedan existir para que los individuos puedan disfrutar de los derechos que la Convención reconoce”(32).. Una forma concreta de deber positivo que exige la Corte, se manifiesta en el tema de los niños y la obligación del estado: “(...) los niños requieren no sólo que el Estado se abstenga de interferir indebidamente en las relaciones privadas o familiares del niño, sino también que, según las circunstancias, adopte providencias positivas para asegurar el ejercicio y disfrute pleno de los derechos (...) mediante la adopción de medidas que promuevan la unidad familiar”(33). Similar obligación normativa se da para proscribir actos discriminatorios “(…) los Estados están obligados a adoptar medidas positivas para revertir o cambiar situaciones discriminatorias existentes en sus sociedades, en perjuicio de determinado grupo de personas”(34). En ese sentido no debemos abordar un control de constitucionalidad de las leyes, sino un sistema de control de la función legislativa. Porque el control no sólo debe recaer por las leyes que se produce, sino por la leyes que debieran producirse y no se producen(35). 2.).- Por otro lado el legislativo puede generar responsabilidad del estado peruano: (32) (33) (34) (35) Opinión Consultiva de 1990, párrafo 34. Opinión Consultiva OC-17/2002 del 28 de agosto del 2002 solicitada por la solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Párrafo 88. Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 104. Puede revisarse. Juan Carlos MORON. “La Omisión Legislativa Inconstitucional y su tratamiento jurídico”. Revista Peruana de Derecho Constitucional. Primera Edición. Lima Octubre 1999. 159 (...) dictando disposiciones que no estén en conformidad con lo que de él exigen sus obligaciones dentro de la Convención(36). Cuando se ha dictado una ley que violenta el Tratado, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos puede recomendar incluso su derogatoria: (...) la Comisión(37) (…) es competente para calificar cualquier norma del derecho interno de un Estado Parte como violatoria de las obligaciones que éste ha asumido al ratificarla o adherir a ella (...) Como consecuencia de esta calificación, podrá la Comisión recomendar al Estado la derogación o reforma de la norma violatoria (...)(38). Normas en calidad de Vacatio Legis Las leyes que han sido dictadas y pospuestas su vigencia, por cualquier razón, tiene ciertas limitaciones para ser llevadas a la Corte básicamente en asuntos contenciosos, donde si es necesario acreditar la violación de derechos humanos: “(...) una ley que entra en vigor no necesariamente afecta la esfera jurídica de personas determinadas. Puede suceder que esté sujeta a actos normativos posteriores, al cumplimiento de ciertas condiciones o, llanamente, a su aplicación por funcionarios del Estado, antes de afectar esa esfera”(39) En ese sentido “(...) La ley que no es de aplicación inmediata es mera facultad dada a las autoridades para tomar medidas de acuerdo con ella. No representa, per se, violación de los derechos humanos”(40). (36) (37) (38) (39) (40) Opinión Consultiva del 16.07.93. Puede revisarse los artículos 41 y 42 de la Convención Americana sobre las facultades de la Comisión Interamericana. Opinión Consultiva del 09.12.94. Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 41. Opinión Consultiva del 09.12.94. 160 Revista Peruana de Derecho Internacional Limitaciones a los Decretos Legislativos La Cortetambién hace referencia a los Decretos Legislativo y fija las pautas para su validez: “(...) la posibilidad de delegaciones legislativas en esta materia, siempre que tales delegaciones estén autorizadas por la propia Constitución, que se ejerzan dentro de los límites impuestos por ella y por la ley delegante, y que el ejercicio de la potestad delegada esté sujeto a controles eficaces, de manera que no desvirtúe, ni pueda utilizarse para desvirtuar, el carácter fundamental de los derechos y libertades protegidos por la Convención.”(41) Opinión Consultiva del 09.05.86 En el Perú la reserva de la titularidad de la función legislativa se encuentra en el Congreso de la República (artículo 102 inciso 1 de la Constitución). El segundo párrafo del inciso 4 del artículo 101 de la Constitución, señala taxativamente como materias indelegables las leyes de reforma constitucional, de aprobación de tratados, las leyes orgánicas, la ley de Presupuesto y la Ley de la Cuenta General de la República. Si bien la delegación de facultades es del Congreso hacía el Ejecutivo, sin embargo también es factible la delegación de facultades hacía la Comisión Permanente del Congreso de la República, acto que a decir de Francisco Eguiguren, no es congruente, porque lo razonable hubiese sido potenciar la actuación de las distintas comisiones parlamentarias, en vez de concentrar dicha tarea en la Comisión Permanente(42). (41) (42) Opinión Consultiva del 09.05.86. Ver EGUIGUEREN, Francisco. “La legislación delegada y los Decretos de Urgencia. La Constitución de 1993”, en: Comisión Andina de Juristas. Lima CAJ 1994, pág. 182. 161 Sobre los Proyectos de Ley, normas en tramite Los Proyectos de Ley también pueden ser objeto de evaluación en una Consulta por la Corte Interamericana, para que este alto Tribunal ilustre si la norma en gestación puede poner en peligro algún Tratado. “(...) en determinadas circunstancias, la Corte, en ejercicio de la facultad contemplada en el artículo 64.2 puede contestar consultas sobre compatibilidad entre “proyectos de ley” y la Convención”(43). El propósito de este trámite es: “(...) ayudar a los Estados y órganos a cumplir y a aplicar tratados en materia de derechos humanos, sin someterlos al formalismo y al sistema de sanciones que caracteriza el proceso contencioso”(44). Este objetivo tiene una razón práctica, por cuanto de negarse a evaluar la compatibilidad del Proyecto de Ley con la Convención Americana: “(....) equivale a forzar a dicho Gobierno a la violación de la Convención, mediante la adopción formal y posiblemente la aplicación de la medida legislativa, para luego acudir a la Corte en busca de la opinión (...)”(45). Esta función es preventiva y ayuda a ilustrar al estado para que incorpore en el derecho público el respeto de los derechos humanos en todos los actos normativos. Por materia Limitaciones a la facultad legislativa cuando se trata de legislar sobre la pena de muerte (43) (44) (45) Opinión Consultiva del 06.12.91., párrafo 22. Opinión Consultiva del 06.12.91., párrafo 20. Opinión Consultiva del 06.12.91. Revista Peruana de Derecho Internacional 162 En el presente caso al tratarse del derecho más importante, la vida, la Corte ha sido más explicito para ingresar en desarrollar ciertas limitaciones pero a su vez ciertas licencias que no se darían en otros casos, aplicando el artículo 4 de la Convención Interamericana. a).- La Pena de Muerte sólo puede esta reservada para los casos mas graves y ésta medida nunca será retroactiva: “(...) En los países que no han abolido la pena de muerte, ésta sólo podrá imponerse por los delitos más graves (...) dictada con anterioridad a la comisión del delito”(46). b).- No podrá extenderse la pena de muerte a otros casos de los que ya se encuentran legislados al momento de la ratificación de la Convención: “(...) Tampoco se extenderá su aplicación a delitos a los cuales no se la aplique actualmente”(47). c).- Queda proscrita la posibilidad que el Poder Legislativo norme la pena de muerte para los delitos políticos o sus conexos: “(...) En ningún caso se puede aplicar la pena de muerte por delitos políticos ni comunes conexos con los políticos”(48). d).- No puede imponerse la pena de muerte a las personas que: “(...) en el momento de la comisión del delito, tuvieren menos de dieciocho años de edad o más de setenta, ni se le aplicará a las mujeres en estado de gravidez”(49). e).- El Poder Legislativo también puede intervenir si se solicita la amnistía del autor de delito: (46) (47) (48) (49) Opinión Opinión Opinión Opinión Consultiva Consultiva Consultiva Consultiva del del del del 08.09.83. 08.09.83. 08.09.83. 08.09.83. 163 “Toda persona condenada a muerte tiene derecho a solicitar la amnistía, el indulto o la conmutación de la pena, los cuales podrán ser concedidos en todos los casos. No se puede aplicar la pena de muerte mientras la solicitud esté pendiente de decisión ante autoridad competente”(50). En este extremo es importante señalar que la amnistía será procedente siempre y cuando la sanción sea la pena capital, no siendo viable cuando sea otra pena y pretenda impunidad sobre todo por delitos de lesa humanidad; en ese ultimo caso la Ley será nula por colisionar con el mandato de que la persona humana y el respeto a su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el estado (art. 1 de la Constitución) y porque el derecho de gracia no puede violar el derecho supremo a la vida. Al respecto puede revisarse los trabajos realizados por Cesar Landa y Carolina Loayza con quienes comparto sus posiciones(51). Pero otros contrarios a esa posición de Sigifredo Orbegozo Venegas(52) para quién la amnistía no puede tener limitaciones en su aplicación. f).- Si el estado decide la abolición de la pena de muerte no podrá reestablecer la medida por ninguna razón: “(...) prohíbe de modo absoluto el restablecimiento de la pena capital para todo tipo de delito, de tal manera que la decisión de un Estado Parte en la Convención, cualquiera sea el tiempo en que la haya adoptado, en el sentido de abolir la pena de muerte se convierte, ipso jure, en una resolución definitiva e irrevocable”(53). (50) (51) (52) (53) Opinión Consultiva del 08.09.83. LANDA, César. “El Control Constitucional difuso y la jerarquía de los Tratados Inernacionales de Derechos Humanos en la Sentencia de la Juez Saquiquray”. Ius Et Veritas. Año 6, N°. 1995 y Carolina Loayza, “Recepción de los Tratados de Derechos Humanos en la Constitución Peruana de 1993 y su aplicación por el Poder Judicial”. Dialogo con la Jurisprudencia. Año 3, Gaceta Jurídica. Julio 96. Amnistía: Luces y sombras de un debate nacional. Año XLV N°. 3, Julio Setiembre de 1995. Opinión Consultiva del 08.09.83. 164 Revista Peruana de Derecho Internacional La Corte adopta este criterio por cuanto: “(...) expresa una clara nota de progresividad, consistente en que, sin llegar a decidir la abolición de la pena de muerte, adopta las disposiciones requeridas para limitar definitivamente su aplicación y su ámbito, de modo que éste se vaya reduciendo hasta su supresión final”(54). Sobre las reservas y las ratificaciones de los estados El derecho que tienen los estados, a través del Poder Legislativo, para hacer las reservas al momento de ratificar los Tratados de Derechos Humanos tiene también ciertas limitaciones: La reserva que incorpore el estado al ratificar el Tratado, deberá ser analizado si la misma “(...) es compatible con el objeto y fin del tratado (...)”(55). La reserva no es discrecional de los estados, por cuanto si es violatoria del Tratado entonces no tiene ningún efecto: “En esa perspectiva, toda reserva destinada a permitir al Estado la suspensión de uno de esos derechos fundamentales, cuya derogación está en toda hipótesis prohibida(56) debe ser considerada como incompatible con el objeto y fin de la Convención y, en consecuencia, no autorizada por ésta”(57). Distinto sería el caso si la reserva pretendería no la suspensión sino la restricción del derecho humano: “Otra sería la situación, en cambio, si la reserva persiguiera simplemente restringir algunos aspectos de un derecho no derogable sin privar al derecho en conjunto de su propósito básico”(58). (54) (55) (56) (57) (58) Opinión Consultiva del 08.09.83. Opinión Consultiva del 08.09.83. Por ejemplo el derecho a la Vida no puede ser suspendido en ningún caso. Opinión Consultiva del 08.09.83. Opinión Consultiva del 08.09.83. 165 Si no existiría estas limitaciones entonces llegaremos a concebir que el “Estado es el único árbitro del cumplimiento de sus obligaciones internacionales en todas las materias vinculadas con la reserva (...)” Pero existe una razón lógica también, no puede un tratado pretender garantizar la intangibilidad de los derechos humamos y a su vez facultarle o dotarle de «patente de corso» a un estado para violentar un derecho, que a su vez se comprometió a proteger. La incoherencia queda a la vista: “(…) Naturalmente, si se ha contraído la obligación de adoptar las medidas aludidas, con mayor razón lo está la de no adoptar aquellas que contradigan el objeto y fin de la Convención”(59). Sobre la prohibición de aprobar leyes discriminatorias El parlamento no puede dictar normas que directa o indirectamente promueva discriminación: “los Estados deben abstenerse de realizar acciones que de cualquier manera vayan dirigidas, directa o indirectamente, a crear situaciones de discriminación de jure o de facto. Esto se traduce, por ejemplo, en la prohibición de emitir leyes, en sentido amplio, de dictar disposiciones civiles, administrativas o de cualquier otro carácter (...) que discriminen a determinado grupo de personas en razón de su raza, género, color, u otras causales”(60). Se hace una diferencia entre discriminación y distinción; estando proscrita la primera, y habilitada la segunda para proteger sectores sociales vulnerables: (...) los Estados sólo podrán establecer distinciones objetivas y razonables, cuando éstas se realicen con el debido respeto a los derechos (59) (60) Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 33. Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 103. 166 Revista Peruana de Derecho Internacional humanos y de conformidad con el principio de la aplicación de la norma que mejor proteja a la persona humana(61). En la doctrina se conoce con el nombre de “discriminación inversa”, esto es un caso en el cual se debe realizar un tratamiento diferenciado precisamente para promover la igualdad. Para ello se incita a que el estado adopte una labor legislativa positiva y diligente, ya sea para corregir las disparidades en el goce de los derechos fundamentales o para alcanzar su integral realización(62). Sobre las normas laborales de la política de los migrantes El derecho laboral en esta parte tiene una protección bastante tuitiva, al margen de la forma como se concibe la relación laboral, priorizando y garantizando derechos humanos laborales de los trabajadores extranjeros que inmigran al Perú pero que a veces pueden caer en algunas irregularidades en su estadía: “El derecho del trabajo, sea regulado a nivel nacional o internacional, es un ordenamiento tutelar de los trabajadores (…) Una persona que ingresa a un Estado y entabla relaciones laborales, adquiere sus derechos humanos laborales en ese Estado de empleo, independientemente de su situación migratoria, puesto que el respeto y garantía del goce y ejercicio de esos derechos deben realizarse sin discriminación alguna”(63). El migrante cuya estadía en el Perú sea irregular, no puede ser desprovisto de sus derechos laborales: “El migrante, al asumir una relación de trabajo, adquiere derechos por ser trabajador, que deben ser reconocidos y garantizados, independientemente de su situación regular o irregular (61) (62) (63) Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 105. Puede revisarse la Sentencia del Tribunal Constitucional del 26.03.2003 exp. 261-2003-AA-TC. Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 133. 167 en el Estado de empleo. Estos derechos son consecuencia de la relación laboral”(64). Un trabajador extranjero que se encuentra indocumentado en el Perú es titular de derechos laborales, al margen de los efectos de la irregularidad: “si los migrantes indocumentados son contratados para trabajar, inmediatamente se convierten en titulares de los derechos laborales que corresponden a los trabajadores, sin que exista posibilidad de discriminación por su situación irregular”(65). El respeto a los derechos laborales de los migrantes indocumentados, queda garantizado, cualquiera sea la relación, estatal o privada: “Las relaciones laborales se establecen tanto en el derecho público como en el derecho privado, y en ambos ámbitos el Estado tiene un rol importante (...) una relación laboral en la cual el Estado se constituye en empleador, éste evidentemente debe garantizar y respetar los derechos humanos laborales de todos sus funcionarios públicos, sean éstos nacionales o migrantes, documentados o indocumentados (...) En una relación laboral regida por el derecho privado, se debe tener en cuenta que existe una obligación de respeto de los derechos humanos entre particulares”(66). En consecuencia los trabajadores nacionales y los trabajadores migrantes irregulares tienen los mismos derechos: “La Corte considera que los trabajadores migrantes indocumentados, que se encuentran en una situación de vulnerabilidad y discriminación con respecto a los trabajadores (64) (65) (66) Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 134. Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 136. Opinión Consultiva del 09.12.94., párrafo 138, 139 y 140. 168 Revista Peruana de Derecho Internacional nacionales, poseen los mismos derechos laborales que corresponden a los demás trabajadores del Estado de empleo”(67). Estas prescripciones aún en el Perú no tiene un correlato porque las normas laborales de los migrantes es muy excesiva por cuanto debe cumplir con tramite ante la Autoridad Migratoria y ante la Autoridad de Trabajo, sin cuyos tramites previos no se goza de derechos laborales. Basta con revisar el Decreto Legislativo 689 y sus reglamentaciones, asi como las normas sancionatorias del D. Leg. 703. IX. LOS TRATATADOS COMO SE INSERTAN EN LA SUPRESIÓN, SUSPENSIÓN Y RESTRICCIÓN DE DERECHOS HUMANOS Supresión de los derechos humanos Ingresamos a un tema bastante conflictivo, relacionado si los derechos estipulados en los Tratados de Derechos Humanos pueden ser suprimidos por la normatividad interna de un país, mediante leyes de la república u otras normas de menor jerarquía. En ese aspecto es muy categórica la Corte, rechaza cualquier acción tendiente a anular un derecho fundamental. “(...) según la Convención (art. 29.a(68) ), es ilícito todo acto orientado hacia la supresión de cualquiera de los derechos proclamados por ella. (...)”(69). (67) (68) (69) Opinión Consultiva OC-18/03 del 17 de septiembre del 2003. Artículo 29 de la Convención Americana. Normas de Interpretación. Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de: a). permitir a alguno de los Estados partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella. Opinión Consultiva del 09.05.86., párrafo 14. 169 La Constitución Peruana no contiene una autorización para la supresión de derecho fundamental alguno, pero si existe una prohibición expresa en el artículo 32 para no someter a referéndum la supresión o la disminución de los derechos fundamentales de la persona, (…) Al respecto el Tribunal Constitucional Peruano, ha señalado que: “el Congreso de la República, en el ejercicio de su función legislativa, no puede “suprimir o disminuir los derechos fundamentales”, pues, en su condición de poder constituido, se encuentra vinculado no sólo por los derechos fundamentales (…) sino por todos los derechos de la persona reconocidos en dicho texto (…)”(70). Incluso existen limitaciones al Poder Constituyente para no disminuir o suprimir derechos: “(...) el hecho que la “supresión y disminución de los derechos fundamentales” no puedan ser sometidas a referéndum (...) constituye verdaderos límites materiales sobre la potestad de reforma parcial de la Constitución.(…)”(71). Entonces existen claras limitaciones (incluso podríamos afirmar prohibiciones) al Congreso de la República Peruano ya sea esta ejercida en su función legiferante (Poder Legislativo) o en su facultad de reformar la constitución (Poder Constituyente) para suprimir y disminuir derechos fundamentales. Restricción y suspensión de los derechos humanos 1). Cosa distinta ocurre con la restricción de un derecho humano que si es permitido en situaciones normales, bajo determinados requisitos que será expuesto más adelante: (70) (71) Exp. Tribunal Constitucional N.° 014-2002-AI/TC interpuesto por el Colegio de Abogados del Cusco del 21.01.2002., párrafo 92. c. 1. Exp. Tribunal Constitucional N.° 014-2002-AI/TC interpuesto por el Colegio de Abogados del Cusco del 21.01.2002. 170 Revista Peruana de Derecho Internacional “(...) En condiciones normales, únicamente caben restricciones al goce y ejercicio de tales derechos”(72). 2). Una situación más complicada se presenta cuando la suspensión de un derecho fundamental, es muy excepcional en el derecho internacional: “En circunstancias excepcionales y bajo condiciones precisas, la Convención permite suspender temporalmente algunas de las obligaciones contraídas por los Estados”(73). 3).- La Constitución Peruana en su artículo 137 regula las suspensiones de derechos en situaciones excepcionales: “El Presidente de la República, con acuerdo del Consejo de Ministros, puede decretar, por plazo determinado (...) y dando cuenta al Congreso o a la Comisión Permanente, los estados de excepción que en este Artículo se contemplan: 1. Estado de emergencia (...) puede restringirse o suspenderse el ejercicio de los derechos constitucionales relativos a la libertad y la seguridad personales, la inviolabilidad del domicilio, y la libertad de reunión y de tránsito en el territorio comprendidos en los incisos 9, 11 y 12 del Artículo 2º y en el inciso 24, apartado f del mismo Artículo. En ninguna circunstancia se puede desterrar a nadie. 2. Estado de sitio (...) con mención de los derechos fundamentales cuyo ejercicio no se restringe o suspende” El Reglamento del Congreso de la República no contiene normas para regular la forma de dar cuenta al Congreso de una decisión política de Estado de Emergencia o el Estado de Sitio(74), sin embargo queda aún (72) (73) (74) Opinión Consultiva del 09.05.86., párrafo 14. Opinión Consultiva del 09.05.86., parrafo 14. En el Reglamento del Congreso no existe un control político de estos decretos de emergencia, solo existe normatividad para el control político respecto de los decretos de urgencia y los decretos legislativos (artículo 90 y 91 del Reglamento del Congreso de la República). 171 vigente la Ley 25397, “Ley de Control de los Actos Normativos del Presidente” a pesar de las intenciones de quitarle vigencia(75). Precisiones sobre el término de SUSPENSIÓN empleado por la Carta Política Primero: Según el Dr. Francisco Eguiguren, refiriéndose al artículo 231 de la Constitución 1979 que contiene similar normativa que el artículo 137 de la Constitución señala: “persiste la confusión, de tipo conceptual y técnico, de seguir denominando garantías a los derechos o de tratar impropiamente como sinónimos a ambos términos. Como acertadamente señala el profesor Domingo García Belaunde las constituciones peruanas de los siglos XIX y XX utilizaron la clásica nomenclatura de “garantías” individuales y sociales (como equivalentes a derechos) y la “suspensión de garantías”, como su correlato para las situaciones de excepción ¿que significa la suspensión de garantías? En el sentido latinoamericano, proveniente de la tradición francesa y filtrada a través de la experiencia española, la suspensión de garantías significa inequivocadamente suspensión de derechos”(76). (75) (76) En el mensaje del autogolpe del 05 de abril de 1992, Alberto Fujimori señalo: “La actitud irresponsable y negativa de los parlamentarios no respeta, tampoco, los mandatos constitucionales, los cuales son violados conscientemente. Tal es el caso de la promulgación de la Ley N° 25397, denominada Ley de Control Parlamentario sobre los actos normativos del Presidente de la República que pretende maniatar a éste, recortándole atribuciones elementales para gobernar”. h t t p : / / w w w. c o n g r e s o . g o b . p e / p a r t i c i p a / c u r s o s / t e x t o s / CURSO_IV_LECCION_4.pdf Igualmente en la Defensoria del Pueblo mediante Resolución Defensorial Nº. 020 – 2003/DP se indica su vigencia: Al respecto, debe recordarse que las normas sobre los estados de excepción, aun vigentes, de la Ley Nº 25397, ley de Control Parlamentario sobre los actos normativos del Presidente de la República, prescriben que el decreto supremo que declara el estado de excepción debe contener, además de lo ya indicado por el propio artículo 137º de la Constitución, “el marco de competencia de las fuerzas armadas, cuando el decreto les asigna la función de control del orden interno”. http:// www.cajpe.org.pe/rij/bases/excep/rdp.htm Francisco Eguiguren Praeli. Las situaciones de emergencia y su tratamiento. Lecturas sobre Temas Constitucionales. CAJ. Nov. 1990, pág. 22. 172 Revista Peruana de Derecho Internacional Sin embargo vale la pena señalar que la Cortesi hace un desarrollo correcto de esa diferenciación: “(…) Las garantías sirven para proteger, asegurar o hacer valer la titularidad o el ejercicio de un derecho. Como los Estados Partes tienen la obligación de reconocer y respetar los derechos y libertades de la persona, también tienen la de proteger y asegurar su ejercicio a través de las respectivas garantías (art. 1.1), vale decir, de los medios idóneos para que los derechos y libertades sean efectivos en toda circunstancia”(77). Segundo en la Constitución de 1993, parece que se mantuvo similar confusión de garantías y derechos. En el acta de sesiones del Plenario del Congreso Constituyente Democrático, el Congresista Carlos Ferrero Costa señalo: “Considero errado en el texto se establezca la suspensión de las garantías constitucionales (...) propuso se sustituyera dicha locución por la frase suspenderse el ejercicio de los derechos constitucionales”(78). Como los términos son similares, suspensión de garantías puede significar suspensión de derechos y viceversa Tercero: Considero que la Cortehace una precisión que será necesario tomar en cuenta al interpretar el artículo 137 de la Constitución. El artículo 27 de la Convención Americana contiene diferentes alocuciones como “suspensión de garantías”, y “suspensión de derechos” y finalmente “derecho de suspensión”, todos los cuales tienen un solo sentido para la Corte: “E1 artículo 27 contiene determinadas locuciones que merecen ser destacadas (...) Del análisis de los términos de la Convención en el contexto de éstos, resulta que no se trata de una “suspensión de garantías” en sentido absoluto, ni de la “suspensión de los derechos” ya que siendo éstos consustanciales con la persona lo único que podría suspenderse (77) (78) Opinión Consultiva del 06.10.87., párrafo 25. Actas de la Sesión del Plenario del CCD Constitución de 1993. Pág. 187. 173 o impedirse sería su pleno y efectivo ejercicio. (…) la Corte utilizará la expresión empleada por la Convención de “suspensión de garantías”(79). Esto nos conduce a establecer una línea divisoria entre suspensión y restricción, sobre la base del goce y ejercicio del derecho, entendiendo que nunca se suspende un derecho, lo que puede suspenderse es su ejercicio: “(...) La distinción entre restricción y supresión del goce y ejercicio de los derechos y libertades resulta de la propia Convención (arts. 16.3(80), 29.a(81) y 30(82)). Se trata de una distinción importante (…) las palabras «al goce y ejercicio», clarificó conceptualmente la cuestión”(83). Finalmente entonces cuando la Constitución se refiere a suspensión de derechos debemos entender que se esta refiriendo a suspensión de garantías. A su vez debe quedar claro que un derecho no se restringe, lo que más bien se restringe es su ejercicio. Pasaremos a abordar a reglón seguido, que el término de SUPENSION, puede ser peligroso para la actividad tuitiva de los derechos humanos y que es mejor adoptar el término de RESTRICCION, incluso en aquellos caso en que expresamente se hace mención a suspensión. (79) (80) (81) (82) (83) Opinión Consultiva del 06.10.87., párrafo 18. Artículo 16 de la Convención Americana. Libertad de Asociación. 3). Lo dispuesto en este artículo no impide la imposición de restricciones legales, y aun la privación del ejercicio del derecho de asociación, a los miembros de las fuerzas armadas y de la policía. Artículo 29 de la Convención Americana.Normas de Interpretación. Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en el sentido de: a). permitir a alguno de los Estados partes, grupo o persona, suprimir el goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitarlos en mayor medida que la prevista en ella. Artículo 30 de la Convención Americana. Alcance de las Restricciones. Las restricciones permitidas, de acuerdo con esta Convención, al goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidas en la misma, no pueden ser aplicadas sino conforme a leyes que se dictaren por razones de interés general y con el propósito para el cual han sido establecidas. Opinión Consultiva del 09.05.86. 174 Revista Peruana de Derecho Internacional Distinción entre supresión y restricción del ejercicio de los derechos humanos La supresión de derechos humanos habíamos considerado que se encuentra prohibida por el ordenamiento internacional y que más bien la restricción de su ejercicio si esta aceptada, pero con determinadas reglas. “Una cosa, en efecto, es limitar o restringir el ejercicio de un derecho constitucional, y otra, muy distinta, disminuirlo o suprimirlo. La limitación de un derecho no comporta su disminución o supresión, sino sólo el establecimiento de las condiciones dentro de las cuales deberá realizarse su ejercicio. (...) no se puede despojar de contenido a un derecho so pretexto de limitarlo o, acaso, suprimirlo”(84). La Corte Interamericana considera que entre la suspensión y la restricción de un derecho humano existe una diferencia sustancial de grado de afectación y cuando se refiere al derecho a la vida señala: “(...) el derecho a la vida, garantizado por el artículo 4. En esa perspectiva, toda reserva destinada a permitir al Estado la suspensión de uno de esos derechos fundamentales, cuya derogación está en toda hipótesis prohibida, debe ser considerada como incompatible con el objeto y fin de la (...)”(85). La experiencia peruana nos ha entregada una gran enseñanza, en los 20 años de violencia política, para exigir que todos ciudadanos no permitamos más la suspensión de derechos y tampoco de las garantías: “(…) Esa realidad ha demostrado una y otra vez que el derecho a la vida y a la integridad personal son amenazados cuando el hábeas corpus es parcial o totalmente suspendido”(86). (84) (85) (86) Expediente del Tribunal Constitucional N.° 014-2002-AI/TC interpuesta por el Colegio de Abogados del Cusco del 21.01.2002. parrafo 93. Opinión Consultiva del 08.09.83., párrafo 34 y 35. Opinión Consultiva del 06.10.87. 175 Opinión Consultiva del 06.10.87 A pesar que la Corte Interamericana hace referencia a la “suspensión de garantías”, cuando se refiere al artículo 27 de la Convención, estamos seguros que de acuerdo a la interpretación esta refiriéndose a una restricción, sino veámoslo: “Esto no significa, sin embargo, que la suspensión de garantías comporte la suspensión temporal del Estado de Derecho o que autorice a los gobernantes a apartar su conducta de la legalidad a la que en todo momento deben ceñirse. Estando suspendidas las garantías, algunos de los límites legales de la actuación del poder público pueden ser distintos de los vigentes en condiciones normales, pero no deben considerarse inexistentes ni cabe, en consecuencia, entender que el gobierno esté investido de poderes absolutos más allá de las condiciones en que tal legalidad excepcional está autorizada”(87). Al respecto el Dr. Cristian Donayre Montesinos señala acertadamente que: “Si asumimos que durante un estado de excepción el ejercicio de los derechos fundamentales (...) es suspendido, querría decir, en consecuencia que no podrán ser ejercidos durante el lapso de tiempo que el dure. En otras palabras, una persona no podría transitar libremente al interior de su domicilio en medio de una reunión, sin el temor de que cualquier personal pueda ingresar en él, pues si el ejercicio de la libertad de transito es suspendido, tendría que permanecer quieto (...) lo que sucede es que aquellos derechos se ven restringidos o limitados en su ejercicio mientras dure el estado de emergencia”(88). (87) (88) Opinión Consultiva del 09.05.86. La Constitución Comentada. Tomo II Gaceta Jurídica. Diciembre del 2005. Pág. 463. 176 Revista Peruana de Derecho Internacional Requisitos para la restricción en el artículo 30 de la Convención Americana La Corte Interamericana ha establecido determinados requisitos para que el Poder Legislativo legisle la restricción de derechos humanos, a efecto que nos se produzca un abuso de poder y se exceda a las facultades concedidas por los órganos constituidos. El artículo 30 de la Convención ha establecido el cumplimiento concurrente de determinados requisitos para restringir una garantía constitucional: a) Que se trate de una restricción expresamente autorizada por la Convención y en las condiciones particulares en que la misma ha sido permitida; b) Que los fines para los cuales se establece la restricción sean legítimos, es decir, que obedezcan a “razones de interés general” y no se aparten del “propósito para el cual han sido establecidas”(...); y c) Que tales restricciones estén dispuestas por las leyes y se apliquen de conformidad con ellas(89). Que tipo de norma legal permite restringir derechos Para restringir derechos, la Corte Interamericana ha establecido que debe hacerlo mediante leyes de la República, a fin de otorgarle la mayor de las garantías a los derechos de libertad de las personas. “(…) la expresión leyes, utilizada en el artículo 30, (…) no puede tener otro sentido que el de ley formal, es decir, norma jurídica adoptada por el órgano legislativo y promulgado por el Poder Ejecutivo, según el procedimiento requerido por el derecho interno de cada Estado”(90). (89) (90) Opinión Consultiva del 09.05.86. Opinión Consultiva del 09.05.86., párrafo 26 y 27. 177 Los derechos fundamentales en cuanto elementos de un ordenamiento como es la Constitución, están sujetos a limites ya sea para armonizar su ejercicio con otros derechos de su misma clase , ya sea con la finalidad de permitir la efectividad de otros bienes, principios o valores constitucionales. En el estado Constitucional de Derecho, la regla general es que los derechos son susceptibles de ser limitados, siendo la excepción que solo alguno de ellos pueda considerarse absolutos (v.gr. el derecho a no ser torturado)(91) y agregaríamos también el derecho a no ser desaparecido, señalado en la el Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas aprobada por Naciones Unidad en diciembre del 2006 y que el estado peruano aún no ratifica(92). Para su comprensión podemos ubicar también el tema dentro de los derechos limitables y no limitables esbozados en los trabajos de Martín Borowski, siendo los posible restringir los primeros mas no los segundo(93). Al respecto puede revisarse el artículo 2 inciso 24, letra b) de la Constitución Política: No se permite forma alguna de restricción de la libertad personal, salvo en los casos previstos por la ley Son tres las restricciones que la ley establece: Detención, condena penal y sanidad, debiendo agregar que el régimen de excepción, en el estado de emergencia también restringe ese derecho, siempre y cuando las autoridades consideren pertinente limitar tal derecho(94). (91) (92) (93) (94) Puede leerse en C ARPIO , Edgar. “La interpretación de los derechos fundamentales”. Revista de la Facultad de Drecho de la PUCP. N°. 56. Diciembre 2003, página 494. Convención Internacional contra la Desaparición Forzada en su Artículo 1. Nadie será sometido a una desaparición forzada. Puede leerse al respecto véase BOROWSKI, Martín. La restricción de los derechos fundamentales. “La Constitución Comentada” Tomo I. Gaceta Jurídica. Diciembre 2005. Pág. 245. Revista Peruana de Derecho Internacional 178 Asimismo el artículo 139 inciso 9 de la Carta Política: El principio de inaplicabilidad por analogía de la ley penal y de las normas que restrinjan derechos Comentando el referido artículo Jose Urquizo Olaechea, señala: “obedece (...) a la superlativa importancia que los padres de la Constitución le han dado a los derechos fundamentales, cuando estos son menoscabados en el derecho penal” CONCLUSIÓN Primero: Los Tratados de Derechos Humanos tienen jerarquía constitucional en el Perú y en algunos casos gozan del nivel de supraconstitucionalidad, especialmente cuando se trata de resguardar bienes jurídicos valiosos como la vida. El derecho parlamentario esta limitado en su labor legislativa por los Tratados Internacionales de los Derechos Humanos, por cuanto la soberanía de los derechos humanos no tiene fronteras territoriales. Sengundo: Las Consultas absueltas por la Corte dentro del principio de buena fé, debiera ser observado por el Estado Peruano, por cuanto corresponde a un compromiso de la Convención Americana. El análisis en las Consultas abarca todos los Tratados de Derechos Humanos suscritos por el Perú. Tercero: La función legislativa debe merecer un control, no sólo de aquello que se produce, sino de aquellas normas que debieran aprobarse pero no se hace, lo que en doctrina se denomina: Omisión legislativa. Por cuanto un violación a los derechos humanos, es recurrible ante la Corte, no sólo cuando una norma viola en su aplicación inmediata, sino también por la ausencia de Ley, cuando es obligatorio su legislación. 179 Cuarto: La supresión y suspensión de derechos y garantías fundamentales esta prohibida en la labor legiferante del Congreso de la República. Quinto: Existe derechos que no pueden ser restringidos por cuanto son absolutos, como el derecho a no ser torturado, el derecho a no ser desaparecido. Sexto: Los derechos y la garantías de los derechos fundamentales puede ser restringido pero con las limitaciones que la Corte ha señalado claramente. Por ejemplo un derecho reconocido por la Convención Americana sólo puede ser restringido por Ley, dictado por el Congreso de la República en forma directa o delegada, entre otros requisitos que deben ser cumplidos en forma concurrente. Esta restricción no es arbitraria por cuanto deberá cumplir con el test de adecuación a los Tratados de Derechos Humanos. Séptimo: El Estado Peruano debiera solicitar Consultas a la Corte Interamericana para evitar conflictos que podrían terminar en la Corte en casos contenciosos. Es un valioso mecanismo preventivo. De esta manera puede evitarse la dación de leyes que resultan contrarios al ordenamiento internacional. Octavo: Igualmente se puede recurrir en Consulta sobre determinados Proyectos de Ley, durante su procedimiento parlamentario, y que no requieren atención inmediata. Ese mecanismo podría llevarnos a evitar conflictos mayores incluso en las etapas de gestación. Noveno: El Estado Peruano es uno de los países que mas casos contenciosos tiene en la Corte Interamericana y a su vez es el estado que más sanciones ha recibido de ese organismo. Entonces la Consulta puede ser un buen mecanismo para aminorar este lamentable antecedente. De esa manera los funcionarios del estado pueden mejorar en su tarea legislativa, incorporando teorías modernas de los derechos fundamentales. *** Revista Peruana de Derecho Internacional 180 EL DERECHO A PERMANECER Pedro Delgado Hinostroza* I. INTRODUCCIÓN El derecho a permanecer es un derecho en formación, relativamente nuevo, que no ha sido estudiado en profundidad. Tal vez esa falta de figuración en los estudios de los publicistas se debe a que este derecho no aparece mencionado explícitamente en ninguna de las más importantes convenciones internacionales de derechos humanos y su reconocimiento en la jurisprudencia de los tribunales internacionales no ha sido más que implícito. El derecho a permanecer, sin embargo, sí se encuentra normado por el derecho internacional. En el derecho escrito, el derecho a permanecer es tratado en el Convenio para la Migración y el Empleo de 1939 (revisado en 1949), aprobado en el marco de la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo, conocido como el Convenio OIT No.97 (C97); convención que contempla, bajo ciertas condiciones, el derecho a permanecer de los trabajadores migrantes y que ha sido ratificado por 42 estados(1). Asimismo, tanto el Convenio OIT No. 143 * (1) Primer Secretario en el Servicio Diplomático de la República. Son 14 los países europeos signatarios que han ratificado dicha convención, 11 africanos, 8 latinoamericanos (el Perú no la ha suscrito), 6 caribeños y el resto del Asia, incluida Nueva Zelandia. 181 (C143) sobre las migraciones en condiciones abusivas y la promoción de la igualdad de oportunidades y de trato de los trabajadores migrantes, vigente desde 1975, como la Convención Internacional sobre los derechos de los trabajadores migratorios y sus familiares de 1990 (CTMF) legislan sobre el derecho a permanecer, bajo condiciones muy particulares. No obstante que el derecho a permanecer se empieza a configurar normativamente a partir de 1939, la carencia de bibliografía académica sorprende dado que la C97 se gestó en un contexto histórico en donde se hacía necesario proteger los derechos de los migrantes en el exterior, signados por crisis económicas y dos guerras mundiales. Sin embargo poco se ha hablado de del derecho a permanecer, tal vez porque quienes en su momento promovieron dicho acuerdo internacional, en el contexto actual lejos de favorecer la permanencia, buscan el retorno de los migrantes a sus países de origen. Por lo tanto, en un entorno internacional relativamente hostil hacia las migraciones, especialmente de aquellas de carácter irregular, no debe extrañar que no se hable del derecho del extranjero a permanecer(2) y que, más bien, las agencias internacionales de derechos humanos hayan entendido y extendido este derecho como el derecho de las personas a permanecer en su país, en contra de la concepción originaria que pertenece más bien al derecho de migraciones, en donde es el extranjero el que tiene potencialmente el derecho a permanecer en un país del cual no es nacional. El derecho a permanecer, forma parte de los llamados derechos a la libre circulación. El derecho a la libre circulación es un derecho humano universalmente reconocido, una de cuyas expresiones más conocidas es el derecho a salir de cualquier estado, incluso del propio. Este derecho, sin embargo, colisiona frontalmente con el derecho de los estados de admitir extranjeros a su territorio. Así, mientras que el derecho de salir de cualquier (2) Es preciso reconocer, sin embargo, que la llamada Directiva del Retorno contempla el derecho a permanecer, como medida graciosa del estado, concedida por razones humanitarias u de otro tipo a favor de nacionales de terceros países que se encuentren en situación ilegal. (Art. 6.4). 182 Revista Peruana de Derecho Internacional estado es visto como un derecho humano, la admisión de extranjeros es considerada como un acto soberano de los estados. Lo mismo sucede en materia de asilo, ya que aunque toda persona tiene el derecho a buscar y disfrutar del asilo, su concesión es un acto unilateral, un derecho soberano del estado(3). Estas tensiones entre el derecho universal de salida y el derecho de los estados de controlar la entrada de sus no nacionales, están presentes en todos los derechos a la libre circulación. El derecho a permanecer es uno de los derechos centrales de los derechos a la libre circulación. Existen diversas interpretaciones sobre el derecho a permanecer, y aunque el significado de la palabra permanecer implica el quedarse en un lugar(4), es precisamente esta oposición en relación al movimiento lo que constituye a este derecho como uno de los derechos nucleares de la libertad de circulación. La permanencia en libertad es tan o más importante que el movimiento. Es por esta razón que hablar del derecho a permanecer es tan esencial como hablar del derecho a circular libremente o del derecho a escoger su residencia en el territorio de un estado, puesto que ¿cómo se puede circular libremente y escoger la residencia en el territorio de un estado, si es que finalmente la persona no se establece en un lugar y fija su domicilio? Y es que la quietud sólo es posible a través del movimiento y el movimiento se hace posible a partir de la inamovilidad(5). II. LAS EXPRESIONES DEL DERECHO A PERMANECER El derecho a permanecer, como derecho en formación, no es un derecho que se encuentre específicamente enmarcado en alguna rama (3) (4) (5) KJOERUM. “The right of asylum”. En: The Universal Declaration of Human Rights. A common standard of achievement. Editado por Alfredson, Gudmundur y Asbojrn. Martinus Nijhoff Publishers. Países Bajos. 1999, pág. 283. El Diccionario de la Real Academia Española define el verbo permanecer como “mantenerse sin mutación en un mismo lugar, estado o calidad”. Tomo II. Madrid. 1997, pág. 1578. Ya Aristóteles en el siglo V a.C. había reflexionado sobre la naturaleza del movimiento, definiéndola como el paso de la potencia al acto. 183 del derecho internacional. Por el contrario, su falta de tratamiento sistemático y dispersa literatura lo asocian tanto al derecho de residencia en el territorio de un estado, como al derecho de asilo y al derecho internacional migratorio. 2.1. El derecho a permanecer asociado al derecho de residencia en un Estado y al derecho a no ser desterrado De acuerdo a Goodwin-Gill el derecho a permanecer debe ser entendido como un “concepto, deducido de una variedad de otras premisas no relacionadas las unas con las otras –un término paraguas cuya sombra es lo suficientemente ancha para incluir no solamente la gama de derechos básicos cuya protección es esencial a la dimensión práctica de efectivamente permanecer en un lugar (seguridad personal, medios para ganarse la vida, actividad económica, capacidad de autosostenimiento, por mencionar algunos); sino también el amplio espectro de derechos sociales, culturales y políticos que son parte y parcela de la construcción de una comunidad, estabilidad y desarrollo comunitario, incluyendo derechos políticos (derecho a voto, de participar en elecciones y participar en el gobierno) y también talvez el título de los pueblos, actual, potencial o putativo, de autonomía, reconocimiento y autogobierno. En suma, todo lo que es necesario para dar pleno contenido al vínculo entre las personas y el territorio”(6). El derecho a permanecer, de acuerdo a la cita precedente está relacionado directamente con el derecho a circular libremente y escoger su residencia en el territorio de un estado y en tal condición de convertir al domicilio en el centro de operaciones vitales de la persona, así dichas libertades se restrinjan a la mera permanencia o inamovilidad. (6) GOODWIN-GILL, Guy S. “The Right to Leave and to Return and the Question of a Right to Remain”. En The problem of refugees in the light of contemporary international law issues. Editora: VERA GOWLLAND-DEBBAS. Ponencias presentadas en el Coloquio organizado por el Graduated Institute of International Studies en colaboración con ACNUR. Ginebra 26-27 Mayo 1994. Países Bajos: Martinus Nijhoff Publishers. Kluwer Law International. 1996, pág. 94. 184 Revista Peruana de Derecho Internacional En esta línea de pensamiento, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados durante la Cumbre Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993 se refirió a este derecho como al “derecho de las personas a permanecer en paz y seguridad en sus propios hogares y en sus propios países”, haciendo referencia también a la necesidad de “prevenir el flujo de refugiados protegiendo y asistiendo a las personas antes que se vean forzadas a cruzar una frontera”(7). La cita precedente muestra el espíritu de uno de los más importantes organismos de protección de derechos humanos, afirmando el derecho de las personas a permanecer en paz en sus domicilios y, cuando se vean obligados a dejar sus hogares, a permanecer en sus países. En consecuencia, los estados o cualquier organización o persona deben abstenerse de realizar cualquier acto que amenace a sus pobladores y que los obligue a migrar, lo que es básicamente considerado como el derecho a no ser exiliado. De igual forma, la Comunidad Internacional, a través de los organismos de derechos humanos de las Naciones Unidas, impone actualmente cierta obligación sobre los actores internacionales, incluyendo estados, organizaciones no gubernamentales y organizaciones internacionales, a fin que aquellas personas que se hallen en un entorno de violencia, persecución o desastre no tengan la necesidad de abandonar su hogares(8) o el territorio del cual son nacionales o residentes y cruzar una frontera, dado que permaneciendo en su estado de origen tienen una mayor posibilidad de conservar sus vínculos lingüísticos, culturales e incluso familiares(9), y también mantienen una mayor facilidad para que, pasadas (7) (8) (9) El texto completo del discurso puede ser hallado en http://www.unhcr.org/ admin/ADMIN/3ae68fcc40.html (última visita 28 de marzo 2008) Un reporte sobre derechos humanos en la ex Yugoslavia señalaba que no hubiera sido necesario que cientos de miles de personas se vean desplazadas o salgan de las fronteras de Bosnia-Herzegovina si es que las Naciones Unidas les hubiera brindado seguridad física, alimenticia, de seguridad y de salud, dentro del concepto de “security zones”. Esta idea es, sin embargo, no del todo cierta, ya que en estados multiculturales, es muy posible que el desplazamiento del ciudadano fuera de su domicilio coincida con la aparición de un sentimiento de extrañamiento e incluso alienación. 185 las circunstancias que les obligaron a verse desplazadas, puedan regresar más fácilmente a sus hogares. Esta nueva interpretación del derecho a permanecer, además de ser novedosa y acertada, encarna, sin embargo, el peligro de obstaculizar el ejercicio del derecho de asilo, a través del control de la circulación de las personas. Mediante la justificación que las personas tienen la necesidad o el derecho a permanecer en sus estados de origen, se ha considerado muchas veces como suficiente, en zonas de conflicto o guerra, la implementación de zonas de seguridad (security zones) o lugares salvos (safe havens) al interior del estado, a través del apoyo internacional y acciones humanitarias(10), impidiéndose el derecho de salida de las personas. Esta forma de ver el derecho a permanecer como el derecho de las personas o los pueblos a permanecer en sus países de origen ha contribuido a disminuir la importancia de la institución del asilo(11) y se presenta como una velada violación del derecho internacional, que es terminante en garantizar el derecho a buscar y solicitar asilo. El derecho a permanecer, por lo tanto, no puede ser invocado por los estados o por las agencias u organizaciones internacionales de derechos humanos para obstaculizar el libre movimiento, y, bajo el pretexto del “derecho a permanecer” impedir en la práctica el ejercicio del derecho a buscar y solicitar asilo. Esto es de la más alta importancia, pues, por ejemplo, de haberse mantenido a muchas poblaciones de la antigua Yugoslavia al interior de sus estados de origen, la limpieza étnica ocurrida en ese país hubiera también acontecido bajo los auspicios de las Naciones Unidas(12). (10) (11) (12) Informe del Alto Comisionado de los Derechos de los Refugiados “The State of World Refugees”. 1995. Oxford University Press en: http:// www.unhcr.org/publ/PUBL/3eedd8db4.pdf (última visita 28 de marzo de 2008). PRICE, Matthew. “Persecution Complex: Justifying Asylum Law’s Preference for Persecuted People. Harvard International” en Law Journal 47 (2) pág. 415. Informe del Alto Comisionado de los Derechos de los Refugiados. Op. Cit. 1995. 186 Revista Peruana de Derecho Internacional En conclusión, el derecho a permanecer no debe ser visto exclusivamente desde la óptica del estado o las agencias internacionales de derechos humanos, sino desde una amplia perspectiva de los derechos de las personas, sus necesidades, y bajo el estricto respeto a los derechos a la libre circulación. Como señala Goodwin Will, no se puede hablar de derechos humanos ni pretender protegerlos cuando volvemos obligatorio (enforce) el derecho a permanecer(13). Solamente podría justificarse esta situación, cuando la prevención de los movimientos de refugiados o desplazados tuviese por objeto precisamente poner a salvo a las personas. En todo caso, debe quedar claro que el derecho a permanecer dentro de esta perspectiva está íntimamente asociado al derecho de una persona a escoger su residencia en el territorio de un estado y circular libremente en él y, en tal sentido, en no verse forzado a convertirse en refugiado o desplazado. 2.2. El derecho a permanecer asociado al derecho de asilo El derecho a permanecer asociado al derecho de asilo está íntimamente vinculado al principio de no-devolución (non-refoulment), principio consagrado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados (CR), que impide a los estados devolver a un solicitante de asilo o refugiado a territorios en donde su vida o libertad pueda verse amenazada, o donde dicha persona corra riesgo de persecución. Para entender cabalmente el tema, debe diferenciarse el principio de no devolución del derecho al asilo. La no devolución es una figura (13) GOODWIN-GILL, Guy S. “The Right to Leave and to Return and the Question of a Right to Remain”. En The problem of refugees in the light of contemporary international law issues. Editora: VERA GOWLLAND-DEBBAS. Ponencias presentadas en el Coloquio organizado por el Graduated Institute of International Studies en colaboración con ACNUR. Ginebra 26-27 Mayo 1994. Países Bajos: Martinus Nijhoff Publishers. Kluwer Law International. 1996, pág. 102 187 mediante la cual ninguna persona que legítimamente tenga derecho a solicitar asilo puede ser rechazada en la frontera o expulsada del territorio adonde solicita asilo o devuelta a cualquier estado donde pueda ser objeto de persecución. Este principio no establece el deber del estado de admitir al refugiado. Como se ha señalado, los estados guardan para sí celosamente el derecho de admitir o rechazar a extranjeros dentro de su territorio. En este sentido, los estados parte de la CR pueden denegar el ingreso de refugiados a sus territorios siempre y cuando no exista la posibilidad que su rechazo los coloque en riesgo de ser perseguidos(14). Es decir, a pesar que una persona sea por ejemplo un perseguido a causa de sus convicciones morales o políticas u origen racial, el derecho de entrada y permanencia no se configura por el hecho de ser perseguido, sino por el hecho que su devolución o rechazo pueda poner a la persona en peligro de ser perseguido. En el sentido anteriormente expuesto, bien puede suceder que el estado que evalúe la solicitud de un refugiado considere re-dirigirlo a otro país donde también se pueda encontrar a salvo. Ello sucede en la práctica gracias a nuevos principios y legislación que han sido desarrollados especialmente en el derecho europeo comunitario y en el derecho anglosajón. Los principios “tercer país seguro” (safe third country), «primer país de llegada» (first country of arrival or asylum) y «primer país de asilo» (first country of asylum) son principios todos ellos orientados a disuadir las migraciones irregulares, a dificultar el ejercicio del derecho a buscar y solicitar asilo y a repartir e incluso derivar responsabilidades hacia terceros. En la Unión Europea la Convención de Dublín y los Acuerdos Schengen constituyen las convenciones regionales europeas más importantes sobre la materia. Como se ha mencionado, el derecho a permanecer puede operar efectivamente cuando se da la figura de la persecución, a través del principio de la no-devolución; sin embargo, este derecho de permanencia no es absoluto ni se aplica de forma inmediata por el solo hecho de invocar (14) HATHAWAY, James C. The Right of Refugees under International Law. Cambridge: Cambridge University Press. 2005, pág. 301. Revista Peruana de Derecho Internacional 188 la regla del non-refoulment en el país de llegada o destino final. El derecho de permanencia dependerá de las reglas que aplique el estado al cual llegue el aspirante a asilo, ya que puede suceder que bajo la utilización de los principios del “safe third country”, del “first country of arrival” o del “first country of asylum”, el solicitante de asilo sea devuelto a su país o aceptado en cualquier otro estado en donde pueda gozar de protección, caso este último en cuyo caso el derecho de permanencia adquirirá significado. Más aún, es pertinente señalar que de acuerdo a lo establecido en el Artículo 34 de la CR los estados Contratantes tienen la obligación de facilitar en todo lo posible la asimilación y la naturalización de los refugiados. En otras palabras, el hecho de ser aceptado como refugiado o de haber logrado la condición de asilado, de acuerdo a la CR, otorga al perseguido un beneficio adicional: el derecho a la membresía, por medio de la naturalización. El asilo proporciona más que una protección sustituta, la expectativa de membresía política, en contraste con otras formas de asistencia humanitaria, como la protección temporal, que no ofrecen ni membresía ni derecho de permanencia. El derecho a permanecer del asilado, es, sin embargo, relativo. Si se le llega a conceder refugio al solicitante de asilo, el derecho de permanencia puede estar condicionado al cese de las causas que generaron la persecución y consiguiente huida. En este sentido, a pesar que la regla de la no-devolución más la concesión del asilo o refugio habilita el derecho a permanecer, al menos en forma temporal, y que este derecho de permanencia puede convertirse en absoluto si el refugiado se naturaliza, en algunos países como en los Estados Unidos de América este derecho puede interrumpirse si es que cesan las condiciones que obligaron al refugiado a asilarse. En este país la cláusula de cese o “cessation clause” dispone que la condición de asilado se pierde si las condiciones que obligaron al refugiado a huir de su país de origen han desaparecido(15). (15) PRICE. Op. Cit., pág. 440. 189 2.3. El derecho a permanecer en el derecho internacional de migraciones Es en el derecho internacional de migraciones, a través de los convenios de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), en donde aparece formalmente el derecho a permanecer. Ello se constata en tanto que ya desde 1939 se incorpora al derecho positivo, siendo su aplicación al derecho humanitario posterior en el tiempo. Como se ha señalado, el antecedente normativo de carácter internacional más antiguo referido al derecho a permanecer es el Convenio para la Migración y el Empleo de 1939 (revisado en 1949), que entró en vigor el 22 de enero de 1952, conocido como el C97. Este convenio se refiere a los trabajadores migrantes y fue negociado y aprobado en el marco de la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo. El C97 trata sobre los trabajadores migrantes, léase extranjeros o no-nacionales que acceden al mercado laboral de un tercer país. Este convenio fue revolucionario para su época puesto que por primera vez se describían en detalle algunos derechos de los trabajadores migrantes, comprometiéndose los estados parte a otorgar a todos los inmigrantes que se encuentren legalmente en su territorio un “trato no menos favorable que el que aplique a sus propios nacionales”(16) en relación a aspectos tales como remuneración, afiliación sindical, horas de trabajo, vacaciones, seguridad social, derecho y contribuciones del trabajo, impuestos, etc (Art. 6). Lo destacable, desde el punto de vista del presente artículo, es que por primera vez en un acuerdo internacional se incluye el derecho a permanecer, impidiéndose que un trabajador migrante sea expulsado o (16) El texto completo del convenio puede ser encontrado en la siguiente página de Internet:http://white.oit.org.pe/spanish/260ameri/oitreg/activid/ proyectos/actrav/proyectos/aplicum/convenios/c097.html (última visita el 28 de agosto de 2008). 190 Revista Peruana de Derecho Internacional devuelto a su estado de origen por haber caído en desgracia. El Art. 8 de este acuerdo señala que “El trabajador migratorio que haya sido admitido a título permanente y los miembros de su familia que hayan sido autorizados a acompañarlo o a reunirse con él no podrán ser enviados a su territorio de origen o al territorio del que emigraron cuando, por motivo de enfermedad o accidente sobrevenidos después de la llegada, el trabajador migrante no pueda ejercer su oficio, a menos que la persona interesada lo desee o que así lo establezca un acuerdo internacional en el que sea parte el miembro”. Agrega el párrafo 2 del mismo artículo que “Cuando los trabajadores migrantes sean admitidos de manera permanente desde su llegada al país de inmigración, la autoridad competente de este país podrá decidir que las disposiciones del párrafo 1 del presente artículo no surtirán efecto sino después de un periodo razonable, el cual no será, en ningún caso, mayor de cinco años, contados desde la fecha de la admisión de tales migrantes”. Este convenio fue además innovador puesto que, además de regularse los derechos de los trabajadores migrantes, entendidos como las personas que emigran a un tercer país con el objeto de desarrollar actividad remunerada dependiente (Art. 10 C97), incluye un derecho jamás antes desarrollado en el campo de los derechos de las personas. En el presente caso, a diferencia de lo que suele suceder en el ámbito del derecho de soberanía estatal, que es quien decide sobre los derechos de admisión y permanencia de extranjeros en su territorio, se otorga por consideraciones humanitarias un derecho especial al trabajador migrante, el derecho a permanecer, como consecuencia de la incapacidad para el trabajo sobrevenida, sea por causa de enfermedad o de accidente. Es importante resaltar que ni la enfermedad ni el accidente que impida al trabajador laborar están asociados a la actividad que realizaba. El accidente o enfermedad que sobrevenga puede haber ocurrido, según se desprende del C97, fuera del ambiente laboral y por causas ajenas al trabajo que podría desarrollar el trabajador migratorio. La C97 pone otra importante condición para el otorgamiento de este derecho y ésta es que el trabajador haya sido admitido al territorio 191 del estado a título permanente, lo cual quiere decir que para que goce de este beneficio, a su arribo al estado de empleo, o durante su estancia, el inmigrante debe contar con una visa de residencia o de trabajo permanente o de largo plazo; visas que por cierto no tienen carácter absoluto ni ilimitado, dado que la condición de extranjero de acuerdo al derecho internacional no habilita al derecho a permanecer que sí tienen los nacionales de un estado. En el presente caso, la visa de un extranjero, trabajador migrante, puede caducar (al cesar la razón por la cual el trabajador fue admitido con el carácter de permanente, es decir el trabajo, o por cualquier otro motivo contemplado en las leyes nacionales) o simplemente el extranjero puede ser expulsado en cumplimiento de una decisión adoptada conforme a la ley del territorio del cual no es nacional, tal como lo permite el artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. El derecho a permanecer se encuentra también contemplado en el Convenio (C143) sobre las migraciones en condiciones abusivas y la promoción de la igualdad de oportunidades y de trato de los trabajadores migrantes, que entró en vigencia el 24 de junio de 1975(17). Este convenio, cuyo ámbito de aplicación se extiende tanto a trabajadores migrantes en situación regular como irregular, se refiere también al derecho a permanecer. El artículo 9 párrafo 4 del C143, permite a los estados, reafirmando el principio de soberanía estatal en materia de admisión y permanencia de extranjeros, conceder a las personas que residen irregularmente en un estado extranjero el derecho a permanecer en él. Dicho artículo señala explícitamente que “Nada en el presente Convenio impedirá a los Miembros la concesión, a las personas que residen o trabajan de manera ilegal en el país, del derecho a permanecer en él y ser legalmente empleadas”. Este artículo constituye el reconocimiento a la práctica estatal de amnistía o regularización migratoria, por medio de la cual los estados particularmente (17) La C143 cuenta con 23 ratificaciones, y las partes son básicamente países europeos, africanos y asiáticos. De los países latinoamericanos sólo Venezuela es estado parte. 192 Revista Peruana de Derecho Internacional receptores de migrantes, a fin de adecuar el derecho a la realidad, deciden legislar para regularizar la documentación de los trabajadores que se encuentren en situación irregular. En este caso, debe quedar claro que la regularización migratoria efectivamente permite el ejercicio del derecho a permanecer al que hace referencia el artículo 9.4. de la C143, pero debe tenerse en cuenta que se trata de un derecho a permanecer relativo, puesto que como ya ha sido visto antes, los extranjeros, por más papeles en regla con los que cuenten, no tienen el derecho a permanecer del que sí gozan los nacionales de un estado. Lo especialmente significativo es que se reconoce por segunda vez el derecho a permanecer de los trabajadores migratorios. La Convención Internacional sobre los derechos de los trabajadores migratorios y sus familiares de 1990 (CTMF) también legisla sobre el derecho a permanecer. Este derecho está implícitamente contemplado en el artículo 49 de la CTMF que protege al trabajador migratorio que, teniendo autorización de libre elección del empleo y permiso de trabajo vigente, pierde su trabajo o cesa en su actividad remunerada. En este caso la CTMF impide a los estados parte considerar esta causal (el cese en el empleo remunerado) como condición resolutoria para la pérdida de residencia en el estado de empleo. Es más, la CTMF prevé concretamente que en estos casos los estado parte no pueden despojar a los trabajadores migratorios de sus autorizaciones de residencia por al menos un periodo igual al que tuvieran prestaciones de desempleo. Esta positiva forma de protección otorga al trabajador migrante la posibilidad de encontrar otro trabajo remunerado, aunque la CTMF no se pone en el supuesto en que dichas prestaciones de desempleo no existan en el país de origen. El derecho a permanecer está también expresamente contenido en el artículo 50.2 de la CTMF, que se pone en el supuesto que el trabajador migrante fallezca en el estado de acogida o se divorcie. En este caso los familiares tienen el derecho a permanecer si es que se cumplen algunas condiciones. La CTMF es vaga en su fraseo y simplemente señala que “El estado de empleo considerará favorablemente conceder autorización 193 para permanecer en él a los familiares de ese trabajador migratorio que residan en ese estado en consideración de la unidad de la familia”. En este artículo es claro que el bien protegido es la unidad de la familia, único criterio mencionado para que la autorización de permanencia sea concedida, agregando el artículo que se tendrá en cuenta para el otorgamiento de tal autorización de permanencia el periodo de tiempo de estadía de los familiares en el país. Otras circunstancias a tenerse en cuenta no mencionadas por la CMTF podrían ser la relación con el país de origen, la circunstancia de los niños menores, el grado de vinculación con el país, etc. La CTMF es restrictiva en este derecho de permanencia, ya que siendo el concepto de unidad familiar elemento o la llave esencial para que el derecho sea concedido, los estados partes podrían denegar dicha autorización de considerarse que la no renovación del permiso de residencia no afecta la unidad familiar de los deudos o de la familia del trabajador migrante divorciado. Asimismo, la CMTF se refiere a la «autorización para permanecer», frase ajena a los términos que usualmente se manejan que son los permisos o autorizaciones de residencia. Podría pensarse que se trata de una autorización de residencia permanente, sin embargo, la ambigüedad de lo establecido permite en la práctica que los estados sean más permisivos o restrictivos en cuanto a la concesión de este derecho. III. REFLEXIONES EN TORNO A LA DIRECTIVA DEL RETORNO, LA EXPULSIÓN DE EXTRANJEROS Y EL DERECHO A PERMANECER El derecho a permanecer como se ha visto es un derecho que aún no ha terminado de configurarse jurídicamente y tanto la doctrina como la práctica estatal(18) y de los organismos internacionales le vienen dando forma y llenándolo de contenido. (18) En el derecho europeo también se viene también forjando el derecho a permanecer. El acuerdo bilateral entre Suiza y la Unión Europea prevé la 194 Revista Peruana de Derecho Internacional Este tema es por lo tanto de la más alta importancia para América Latina y muchos otros países en desarrollo, cuyos connacionales viven el exterior; mucho más aún en el marco de la directiva del retorno, aprobada por el Parlamento Europeo, que prevé una serie de reglas tendientes a armonizar las normas comunitaria en materia de retorno, expulsión de inmigrantes, detención e internamiento. Las condenas y críticas a dicha directiva han provenido no sólo de organizaciones intergubernamentales, como la Organización de Estados Americanos o la Comunidad Andina y el Mercosur, sino también por parte de organizaciones civiles, políticas y religiosas como Amnistía Internacional, la Internacional Socialista y la Iglesia Católica. Incluso la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos(19), Louise Arbour, ha criticado la directiva del retorno al señalar que sus reglas presentan “dificultades en el avance de los principios fundamentales de protección de los derechos de las personas que se encuentran en situación vulnerable”(20), además de haber lamentado la posición del mundo occidental de fraccionar el tratamiento de los derechos civiles y políticos de los derechos económicos, sociales y culturales, y haber hecho un llamado al reagrupamiento de estos derechos y a “darles la misma protección a quienes huyen por persecuciones políticas o religiosas de quienes tratan de escapar de una pobreza extrema, del hambre o de las enfermedades”(21). Además de las válidas críticas arriba expresadas, es pertinente señalar, en primer lugar, que la directiva del retorno criminaliza la viene de la pág. 193. igualdad de tratamiento entre suizos y ciudadanos comunitarios e incluso contempla el derecho a permanecer en Suiza de los ciudadanos comunitarios luego del cese de la actividad laboral, productiva, siempre bajo el cumplimiento de ciertos requisitos. (19) Navanethem (Navi) Pillay, ciudadana sudafricana, asume dicho puesto a partir del 01 del septiembre de 2008. (20) Declaraciones de Louis Arbour, durante una conferencia de prensa en Ginebra el día 18 de junio pasado, según un despacho de la agencia noticiosa AFA. Artículo comentado en el diario electrónico: http://euobserver.com/9/26354 (última visita 28 de agosto de 2008). 195 inmigración irregular, al calificarla de ilegal. Es lamentable que se vuelva a la utilización de este término cuando ya la Comunidad Internacional, a través de la negociación y suscripción la Convención internacional sobre los derechos de los trabajadores migrantes y sus familiares, en el marco de las Naciones Unidas, ha preferido la descripción de trabajador “indocumentado” o “irregular” en vez de la “migrante ilegal” porque este último término, como señala Taran “criminaliza y deshumaniza a los seres humanos, convirtiéndolos en artículos, bienes (commodities) antisociales”(22). Asimismo, la directiva prevé que, en caso el migrante irregular se niegue a colaborar, palabra que en buen romance significa que acepte regresar voluntariamente o ser devuelto a su país de origen, empiecen a operar una serie de medidas punitivas que básicamente son tres: la detención (internamiento), la deportación y la prohibición de ingreso a la Unión Europea hasta por cinco años. Es preciso agregar que este tipo de medidas de coerción, en particular la detención hasta por el plazo de 18 meses, pueden dar lugar a abusos y son además desproporcionadas en relación al tipo de falta cometida, además de poder en su aplicación convertirse en disposiciones violatorias de los diversos derechos civiles, económicos y sociales contenidos en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas. Esta directiva del retorno, nos debe hacer recordar las leyes de pobres que se dieron en Europa, particularmente en el siglo XVII, donde la pobreza era perseguida y castigada(23). (21) (22) (23) Ver: http://www.adn.es/mundo/20080619/NWS-0221-ONU-EuropeaUnion-migratoria-normativa.html (última visita 28 de agosto). TARAN TARAN, Patrick. “Status and Prospects for the UN Convention on Migrant´s Rights” en: European Journal of Migration and Law 2: 85-100. 2000, pág. 87. En el siglo XVII se establecieron una serie de órdenes y directivas por medio de las cuales se recomendaba perseguir y procesar a los mendigos y vagabundos, así como a todo aquel que no trabajase a cambio de salarios razonables o que lo gastara en las tabernas. Por mucho tiempo, muchos de los centros de acojo 196 Revista Peruana de Derecho Internacional En tercer lugar, conviene específicamente recordar que a pesar que la expulsión de extranjeros sí está permitida por el derecho internacional, existen diversas limitaciones en cuanto a su ejercicio reguladas en el derecho interno y en las convenciones regionales y universales de protección a los derechos humanos. En términos generales, la deportación de extranjeros es solamente aceptable bajo sólidos fundamentos y derivado de una orden escrita acorde a derecho; dicha orden de deportación debe ser comunicada a la persona que se va a expulsar conjuntamente con las razones y fundamentos sobre las cuales se basa; asimismo, el extranjero debe poseer oportuna y razonablemente la posibilidad de objetar la legalidad o validez de la orden mediante un procedimiento judicial(24). Por su parte, vale la pena recordar que la expulsión de extranjeros en masa está proscrita por el derecho internacional(25). La expulsión de extranjeros o no-nacionales ha sido usualmente una atribución absoluta de los estados, aunque la evolución del derecho internacional ha marcado los límites a esta antigua potestad de los estados, a través del respeto a otros valores o circunstancias como las relaciones familiares, la existencia de vínculos estrechos con el país de residencia, la viene de la pág. 195. de dementes sirvieron para encerrar desempleados, vagos y gente de dudosa procedencia. Ver. Foucalt, Michel. Madness and Civilization. Vintage Books. New York, 1988. (24) BUERGHENTAL, Thomas. “The Movement of Persons across borders”, en: Studies in Transnational Legal Policy No. 23. The American Studies Society of International Law. Washington. 1992, p. 91. (25) Sobre el particular, es emblemática la Resolución adoptada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 18 de agosto de 2000, mediante la cual se solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la aplicación de medidas provisionales para evitar la expulsión de Haitianos y Dominicanos de Origen Haitiano en la República Dominicana. El texto completo de la resolución se encuentra en la página de Internet de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en: http://www.corteidh.or.cr/docs/medidas/ haitianos_se_02.doc Por otro lado, un estudio completo sobre dicha sentencia está desarrollada en la obra: «La Nueva Dimensión de las Necesidades de Protección del Ser Humano en el Siglo XXI». 2003. ACNUR: San José. Costa Rica. 197 situación de los niños menores, la relación con el país de origen, etc. La jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos(26), de la Corte Europea de Derechos Humanos y las decisiones adoptadas por el Comité, ahora Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas(27) apuntan por la inexistencia de un derecho absoluto de los estados a expulsar a los extranjeros; más bien consideran imprescindible evaluar las circunstancias que rodean tanto la acción que llevó al nociudadano a un procedimiento de expulsión, como las circunstancias personales que envuelven su caso. En otras palabras, las decisiones de los tribunales internacionales, bajo circunstancias muy específicas, ya viene, en cierto sentido, configurando jurisprudencialmente la existencia de un derecho del extranjero a permanecer, incluso en el caso que su permanencia haya sido irregular, tal como lo demuestra el caso Winata versus Australia citado a pie de página. En este contexto, el derecho a permanecer adquiere una connotación especialmente significativa, pues frente a la aplicación de medidas coercitivas en contra del derecho a la libertad de circulación tales como detenciones, penalidades, internamientos y expulsiones, no solamente le corresponde a los países en desarrollo unir fuerzas para proteger a sus ciudadanos en contra de tales medidas y recordar a quienes las promueven la historia y posiciones que han asumido en torno a la migración, sino en particular corresponde profundizar sobre los alcances del derecho a permanecer y las diversas connotaciones que presenta y utilizarlo como herramienta jurídica de protección. (26) (27) Es destacable el caso de la solicitud de medidas provisionales de las Hermanas Serrano Cruz en favor del señor Mario Sánchez a fin que se detenga su expulsión de El Salvador. El texto de la sentencia se encuentra en: http:// www.corteidh.or.cr/docs/medidas/serrano_se_01.doc Es emblemático el caso Winata versus Australia en donde no obstante la residencia irregular de Winata y de su esposa, el Comité logró detener un proceso de expulsión, en base al derecho de unidad familiar consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Ver Communication No. 930/2000 (16 Agosto 2001) UN. Doc. CCPR/C/72/D/930/2000. Disponible en http://www.unhchr.ch Revista Peruana de Derecho Internacional 198 IV. CONCLUSIONES El derecho a permanecer nació en el campo del derecho internacional de las migraciones; su asociación al derecho de refugiados es posterior en el tiempo. Este derecho se desarrolla específicamente en la C97, en la C143 y en la CTMF. Las agencias internacionales de derechos humanos, en particular el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y algunas ONGs afines, han interpretado acertadamente que el derecho a permanecer es también un derecho que corresponde ser ejercido al nacional, que comprende tanto el derecho a circular libremente por el territorio de su país como el derecho a escoger su residencia en él y el derecho a no ser exiliado o desterrado; sin embargo, se debe permanecer atento a que este derecho no se utilice como argumento para impedir el ejercicio de otros derechos a la libre circulación, en particular el ejercicio del derecho a solicitar y a obtener asilo. Convendría evaluar la posibilidad de adherirse a las convenciones de la OIT C97 y C143, relativas también a la protección de los trabajadores migrantes, con la finalidad de fortalecer la posición jurídica del Perú y de los países latinoamericanos, concordante con la Convención Internacional sobre los derechos de los trabajadores migrantes y sus familiares de 1990 (CTMF). Por su parte, resulta paradójico que muchos de los estados europeos que promovieron la suscripción de la C97, en vez de proceder sin demora a la adhesión o ratificación de la CTMF, apoyen una directiva que colisiona con el derecho a la libre circulación, con el derecho a la libertad personal, con el derecho al trabajo, así como con otros derechos civiles, sociales y económicos. Asimismo, resultaría conveniente que el Perú aproveche la voluntad de la Comunidad Europea y sus estados miembros por celebrar acuerdos bilaterales o multilaterales, referidos al tema migratorio, lo que podría hacerse en el marco de las negociaciones para suscribir un acuerdo de 199 asociación, diálogo político y libre comercio entre la Comunidad Andina y la Unión Europea. En este contexto, el derecho a permanecer al que hace referencia el Parlamento Europeo en el artículo 6.4 de llamada “Directiva del Retorno”, merece la mayor atención y consideración por parte de nuestras autoridades. Sin embargo, se debe permanecer alerta frente al deseo de dichos países por suscribir acuerdos de readmisión con los países emisores de migrantes, lo que desde la perspectiva aquí planteada no es conveniente a nuestros intereses, menos aún cuando ni siquiera se ha avanzado en las negociaciones del Modo 4(28) del GATS (General Agreement on Trade and Services - Acuerdo General en Comercio y Servicios), al interior de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El derecho a permanecer, a pesar que su expresión en el derecho positivo tiene más de 50 años, aún se encuentra en estado incipiente y, en muchos casos, en tensión con las normas de soberanía estatal y regulación de extranjeros insertadas en el derecho internacional. Sin duda se trata de un derecho que adquirirá mayor contenido e importancia y que podría ayudar a nuestros compatriotas a evitar ser víctimas de legislación injusta y represiva, termómetro tal vez del estado de civilidad del mundo. *** (28) El modo 4 se refiere a la presencia temporal de personas naturales en el territorio de otro estado miembro de la OMC; cubre a las personas que están trabajando temporalmente en un país miembro del cual no son nacionales, aunque no se aplica a las personas que buscan acceso al mercado laboral de un país miembro en forma permanente o con el objeto de residir permanentemente en éste u obtener la ciudadanía. 200 Revista Peruana de Derecho Internacional La Revista Peruana de Derecho Internacional Tomo LVIII, N° 138, se terminó de imprimir el de 6 de enero de 2009, Pascua de Reyes, por EDICIONES MISKY, teléfono 99960-4849, E-mail: edicionesmisky@hotmail.com RUC. N° 10067457876 201 ILUSTRACIONES 202 Revista Peruana de Derecho Internacional 203 204 Revista Peruana de Derecho Internacional