DIALÉCTICAS DEL DOLOR. EN TORNO AHEGEL Y EL ROMANTICISMO* Gonzalo Portales "F,undamentos de la filosofía del espíritu". La expresión repite parte de la convocatoria del presente coloquio que nos congrega a reflexionar sobre el pensamiento de Hegel. A ella se añade, además, un llamado a referirse específicamente a los ámbitos de la "autoconciencia", la "libertad" y la "comunidad". Aceptar tal invitación no se identifica en ningún caso con una respuesta evidente, ni con el asentimiento inmediato producto de la cortesía; pues preguntar hoy en día por la "filosofía del espíritu" comprometiendo en ello el hie et nune de la cuestión misma y de quien interroga, es decir, escapando a esa mirada antiquaria que persigue meticulosamente la reconstrucción formal e inmanente de una de las tres partes componentes del "sistema" hegeliano, parece ser una tarea, si no imposible, al menos muy difícil de realizar. ¿Qué puede significar aproximarse filosóficamente al espíritu, al Geist, más aún, intentar determinar sus fundamentos? ¿Acaso la analítica existencial y su consecuente operatividad destructiva ya no han dado cuenta de los supuestos de tal conceptualidad? Todavía más radical, ¿no muestra esa misma analítica claramente por qué la filosofía debiera "evitar" (vermeiden) el uso de dicha terminología? ¿No ha sido ya suficientemente desmontada aquella escenografía del protagonismo del sujeto que permitió el aparecimiento del eogito, del Geist, del ¡eh? Gonzalo Portales Guzmán, Instituto de Filosofía y Estudios Educacionales , Universidad Austral de Chile. Este trabajo es resultado parcial del proyecto FONDECYT N" 1000425 . 232 SEMINARIOS DE FILOSOFIA. N°S 12-13. 1999-2000 Tal vez sea conveniente recordar brevemente algunos aspectos de esta Destruktion enunciada en Sein und Zeit, con el fin de intentar desde allí -o al menos desde un allí que proceda teniendo en cuenta dicho enunciado- formular nuestra propia cuestión. El pasaje aludido señala: Toda idea de "sujeto" -si no está depurada por una previa determinación ontológica fundamental- comporta ontológicamente la posición del subiectum (Ú1tOKtÍ.¡lEVOV), por más que uno se defienda ónticamente en la forma más enfática contra la "sustancialización del alma" o la "cosificación de la conciencia" . La coseidad misma tiene que ser previamente aclarada en su procedencia ontológica, para que se pueda preguntar qué es lo que debe entenderse positivamente por el ser no cosificado del sujeto, del alma, de la conciencia, del espíritu y de la persona. Todos estos términos nombran determinados dominios fenoménicos "susceptibles de desarrollo", pero su empleo va siempre unido a una curiosa no necesidad de preguntar por el ser del ente así designado. No es, pues, un capricho metodológico el que nos lleva a evitar (vermeiden) estos términos, como también las expresiones "vida" y "hombre", para designar al ente que somos nosotros mismos'. No puedo detenerme aquí en las diversas implicaciones derivadas de este imperativo por "evitar el nombre del espíritu" en el lenguaje filosófico, otros lo han hecho ya de manera clara y sutiF. Me limito, pues, solo a constatar que suponiendo que se deba seguir en esto a Heidegger, efectivamente ya no parecería posible emprender una fenomenología del espíritu, pero sí permanecería aún abierta la posibilidad de realizar parcialmente su genealogía desde los marcos de la historia de la subjetividad moderna. En los tiempos en que se practica un autoentendimiento epocal entre cuyas señas más prominentes se encuentra -junto a la del abandono de la modernidad- la de la retirada del sujeto, parece comprensible la repetición de una tendencia a simplificar esa misma historia de la subjetividad expuesta a la destrucción y a la deconstrucción de sus cimientos metafísico-políticos, institucionales, etc. Dicha simplificación consiste quizás principalmente en la identificación, demasiado a prisa, de un resultado fijado "para siempre" en la univocidad del concepto como no m- Martin Heidegger: Sein und Zeit 16. Ed. (1986), p. 46. Trad . castellana de Jorge Eduardo Rivera, Santiago de Chile (1997), p. 71. efr. Jacques Derrida; Heidegger el la queslioll. De l' esprit. París 1987. 1990, p. 26 Y ss. GONZALO PORTALES: DIALtCTICAS DEL DOLOR bre propio y el proceso mismo de esa conceptualidad en que la mera posibilidad de identificarse con un resultado tal -a la manera de un télos perseguido- no hubiese podido ser siquiera advertido. Creo que esto sucede, por ejemplo, con lo que hoy dice el "espíritu" de Hegel y aquello que con el nombre de espíritu se abre paso hacia la conceptualidad en su filosofía puesta en el contexto de la discusión contemporánea a su desarrollo . Paradigmático es el hecho de que hoy prácticamente nadie osaría pensar el espíritu hegeliano como "algo" aconteciente, es decir, afirmar que el presente se encuentra inmerso en el devenir de ese espíritu, participando en su historia, en su desarrollo en tanto conciencia creciente, en su movimiento mediatizado por la negatividad, en su télos de plenitud alcanzada, etc. Por el contrario, el presente parece ver más bien en ese espíritu ya no al absoluto, sino, por decirlo así, al espíritu que alguna vez fue "absolutizado". Su historia pertenece, pues, al pasado como una historia que en ese mismo pasado ya tuvo su fin. Sin embargo, simultáneamente, el celo de la crítica parece considerarlo operativamente vigente, lo enfrenta al modo de un enemigo vivo . Especialmente en una cierta tradición francesa -motivada seguramente por los contenidos de la interpretación historicista de las lecciones introductorias a Hegel de Alexandre Kojeve, dictadas en París poco antes de la Segunda Guerra 3- se ha producido en el siglo que finaliza un fuerte "ajuste de cuentas" con su filosofía, el que puede ir desde la denuncia de su corresponsabilidad en los totalitarismos genocidas (Hegel, el "maestro pensador")4 hasta la advertencia de las posibles consecuencias que una "filosofía del sí mismo (Selbst)" pudiese acarrear en el comportamiento político-institucional de occidente con respecto a la alteridad s . En la filosofía alemana, por su parte, la confrontación (Auseinandersetzung) con Hegel no solo dio origen al concepto de "ontoteología", determinando así de manera más precisa la tarea destructiva del pensamiento, sino que además otorgó las bases de lo que en las últimas décadas se ha llegado a denominar en toda Europa "filosofía de la diferencia"6. A . Kojeve: Introdu ction á la lecture de Hegel. Ler;o ns sur la phénoménologie de l' esprit. Edición y publicación de Raymond Quen au, París 1947 . Cfr. André Glucksmann : Les maftres penseurs . París 1977. El propio concepto de " infinito" de la filosofía de Emmanuel Levinas se ha edificado , sin duda , en directa oposición al "absoluto" hege liano en tanto "'totalidad" (das Gan ze); como así tambi é n su noción de "a lteridad" enfrenta a la " mismidad" (für sich selbst sein) de la filosofía de Hegel. Cf/: E. Levinas : Totalilé el infini. Essa y sur l ' exteriorité, La Hay a 1961 , y el volumen de entrevi sta s realizadas por Philippe Nema: Élhique el infini, París 1982. En 1957, Martin Heidegger publica su Conferencia "Die onto-theo-Iogische Verfassung der Metaphysik" , dictada en Todtnauberg el 24 de febrero de ese mismo año , 233 234 SEMINARIOS DE FILOSOFfA, N°S 12-13, 1999-2000 No obstante la apariencia de radicalidad de la actual crítica a Hegel, no es, por cierto, ningún descubrimiento contemporáneo el hecho de advertir la inmensidad de dificultades implícitas en todo intento por desarrollar una filosofía del absoluto. Por el contrario, la identificación de tales problemas ya se hallaba presente en los momentos mismos de la gestación de dicho pensamiento. El sistema de Hegel llega a ser, por decirlo así, en constante antagonismo con una serie de corrientes coetáneas que intentaban desmentir a cada paso la mera posibilidad de su constitución, pero que compartían con él, al mismo tiempo, un suelo común de aspiraciones filosóficas encaminadas a superar la escisión heredada del criticismo, es decir, a restablecer la unidad del absoluto. Una de las corrientes comprometidas en dicha tarea recuperativa (y no, simplemente, restauradora) es la así llamada "escuela romántica", fundada en Jena por Friedrich Schlegel en la última década del siglo XVIII7. Tan decisiva aparece a la mirada actual el tipo de confrontación del romanticismo, especialmente del "romanticismo temprano" o Frühromantik, con la filosofía hegeliana, que no se ha dudado en extender hacia el pasado el neologismo "deconstrucción" con el fin de caracterizar idóneamente el modo propio de ese discurso antisistémico 8 . Observemos esta conflictiva relación más de cerca. Ya se ha vuelto un tópico afirmar que el último parágrafo del capítulo sobre la moralidad en el contexto de un seminario sobre la Wissenschaft der Logik de Hegel. La publicación reunió dicho texto con otra conferencia del mismo año, "Der Satz der IdentiUil", otorgándole al pequeño libro el título principal de ldentitiit und Differenz. Acerca de la influencia de Heidegger en la filosofía de la "différance" hablan muchísimos pasajes de la obra del mismo J. Derrida . Tal vez el más directo de ellos sea el que se encuentra en una entrevista otorgada en 1971 a Jean-Louis Houdebine y Guy Scarpetta y publicada ese mismo año en París con el título de "Positions". El apelativo romantische Schule no corresponde, por cierto, a un nombre que se haya otorgado el propio grupo, compuesto, además de Friedrich, por su hermano August Wilhelm Schlegel, Novalis, Ludwig Tieck y Schleiermacher. La denominación usada en ese entonces era la de neue Schule . Solo después del escrito satírico de Heinrich Heine ("Die romantische Schule" de 1833) y de la publicación de las Memorias de L. Tieck por Rudolf Kopfe ("Ludwig Tieck: Erinnerungen aus dem Leben des Dichters nach dessen mündlichen und schriftlichen Mitteilungen"), aparecidas en Leipzig el año 1855, se comenzó a usar, siguiendo en ello al propio Tieck, la expresión romamische Schule, la cual llegó a ser definitivamente célebre como título del libro de Rudolf Haym, publicado en Berlín en 1870 Cfr., por ejemplo, Hans Georg Gadamer. "Frühromantik, Hermeneutik, Dekonstruktivismus ; Ernst Behler: "Friedrich Schlegels Theorie des Verstehens: Hermeneutik oder Dekonstruction?" y David E. Wellbery: "Rhetorik und Literatur. Anmerkungen zur poetologischen Begriffsbildung bei Friedrich Schlegel". Todos estos trabajos se encuentran en : Ernst Behler/Jochen Horisch (Hrsg.): Die Aktualitlit der Frühromantik, Paderborn 1987 . En este mismo sentido se entiende gran parte de la obra de Paul de Man, especialmente su The RhelOric of Romanticism, New York 1984. G ONZA LO PORTA LES : DIAL ÉCTI CA S DEL DOLOR de la Fenomenología de 1807 ("La buena conciencia, el alma bella, el mal y su perdón")9 contendría una de las primeras interpretaciones integrales del romanticismo , en donde incluso cada descripción tendría un destin atario claramente determinado: la expresion "posición de la genialidad moral" se referiría directamente a Jacobi , así como "la pura intuición Yo = Yo" a Fichte, la problemática del "alma bella" indic aría a la figura de Novalis , la "superación de la hipocresía medi ante el mal declarado" a Schlegel y, por último la manifestación del "corazón endurecido" correspondería a Htilderlin lO . Ahora bien, si se comparte esta elucidación textual, se acepta, sin embargo , simultáneamente el hecho de que dentro del orden de la obra, el romantici smo aparecería mencionado por Hegel en los mom entos inmediatamente anteriores a la formulación del espíritu como saber absoluto ll . Esto no es, por cierto, una casualidad , sin o que tal ubicación expositiva representa el carácter eminentemente negativo que Hegel le asi gnará al romantici smo en la histori a del espíritu. El expresaría un momento que insiste en no abandon ar una negativid ad que impide el paso hacia el ab soluto. En algún sentido -ya volveré sobre esto- la actitud rom ántica puede ser considerada en su esencia como un constante impedimento de la plenitud espiritual (del Geist en tanto vollendet). Los fundamento s de esta caracterización, como así también sus consecuencias, quedan manifiestos s i se procura an ali zar más detall adamente la relación entre Hegel y SchlegeJl 2. En casi todos los aspectos se puede establecer una comparación antagónica entre ambos. Di screpancia que va desde las posturas políticas: la abierta opción por Au stri a y su aglomerac ión de nacionalid ades, mantenid a por Schlegel , y la unidad en 10 11 12 " Das G ewi ssen, di e schon e See le , das Bose un seine Verze ihung" . Cji: G .W.F. Hegel: Ph anomenologie des Geistes. E n: Gesammelte Werke, Band 9, 340-362, hrsg. v. Wolfga ng Bonsiepen und Reinh ard Heede (Hamburg) 1980. CjI: Ern st Behler: " Hege l und Friedrich Schl egel". En: Hegel-Studien 2 (1963), p. 203-250 . Allí se rem o nta la tradici ón de es ta interpretac ió n al trabaj o de Emanu e l Hirsc h: " Die Bei se tzun g der Ro mantiker in Hegels Ph ano meno logie". En: DeuIsche Vi ert elja hrssehl'ift f Lite l'aturwissensehaft u. Geistesgesehiehte 2 ( 1924 ), p. 510532 ; véase también al res pec to la " Di ssert ati o n" de Otto Poggeler: Hegels Kritik del' Romantik. Bo nn (1 956), es peci alment e p. 6 1 Y ss. La es tructura de la Fenomenología permit e pasar directamente desde e l fin al de l ca pítulo de l "espíritu " (V I) al de l "saber absolu to" (VIII ), todo el acá pite de la "Re li g ió n" (VII) vue lve a reali zar, desde o tra pers pec ti va, el ca min o qu e co nduce has ta e l "espíritu " . Cf¡: Mari ano de la Maza : Knoten und Bun d, Bonn 1998 . Para lo qu e si g ue, cfr. Ernst Behl er: " Hege l und Fried ri c h Schl ege l" . En: loe. cit .; y Otto Pogge ler: " 1st Hege l Schle ge l? Fri edri ch Schl ege l und Holderlin s Frank furter Fre und es kre is". En : .. Frankf urt aber ist del' Nabel diese r Erde ". Das Sehieksal ein er Generation del' Goe thezeit. Hrsg. V . Chr. Jamm e U . O . Ptigge ler, Stuttga rt 1983, p . 325-48. 235 236 SEMINARIOS DE FILOSOFfA . N°S 12-13. 1999-2000 torno al estado y su paradigma prusiano, avalado por Hegel; pasando por la enorme brecha que separa el modo de concebir familia, matrimonio, el amor y el papel de la mujer; hasta llegar al concepto de filosofía, y, sobre todo, a la manera de expresar discursivamente el pensamiento, es decir, el antagonismo entre la fragmentariedad escritural y sus licencias retóricas y la rigurosidad conceptual del tratado que expone el sistema de la filosofía. Aun cuando parece muy difícil establecer exactamente la cantidad y la calidad de las lecturas que cada uno hizo de la obra del otro, como para discernir, por ejemplo, las posibles influencias mutuas l3 , es claro que ambos se enfrentaron descalificativamente, coincidiendo incluso en la caracterización de "diabólico" y "satánico" para referirse al pensamiento del contendor. Si bien los versos humorísticos con que August Wilhelm Schlegel reproduce los pormenores de esta disputa manifiestan una divertida relativización de la gravedad de aquellos calificativos que buscan ubicar al adversario en el sitio del mal (das Bose)l4, permanece, no obstante, problemático el sentido último que tal polémica pudiese encerrar. Así, en el contexto de nuestra cuestión en torno a la genealogía del espíritu, esta confrontación adquiere un significado especial, pues permite descubrir lo que -a mi juicio- en la génesis misma del idealismo separó definitivamente los caminos de Hegel y el romanticismo: me refiero al concepto de ironía. La escrupulosa perseverancia con que Hegel procura defender no solo a la filosofía o ciencia, sino también a la religión, al arte y a la 13 14 Curiosamente Hegel tuvo que defenderse públicamente en los últimos años de su vida frente a una descripción anónima que caracterizaba a F. Schlegel como su "maestro" (LehrerJ, cfr. la recensión del libro Über die Hegelsche Lehre oder absolutes Wissen und moderner Pantheismus , publicado en forma anónima en Leipzig el año 1829 (G.W.F. Hegel : " Berliner Schriften 1818-1831 " . En : Werke 11 , Frankfurt a. Main (1970), p. 434). El hecho de que Hegel haya asistido a las lecciones sobre "Transzendentalphilosophie" (180011) de Schlegel no supone, ciertamente, una "dependencia doctrinal", sobre todo en lo que se refiere a la comprensión de la "dialéctica". O. Poggeler (Hegels Kritik der Romantik, p. 190) prefiere hablar de una "presencia en el aire" de la cuestión dialéctica y del problema del infinito en los años del cambio de siglo. Precisamente esta comunidad conceptual con distintos énfasis e intenciones, la cual agruparía de alguna forma a los hermanos Schlegel, Schleiermacher, Alexander von Humboldt, Hegel, Novalis, Holderlin, Wackenroder, Tieck, Fries y Schelling, es uno de los aspectos ejemplares que le permitió a Dilthey acuñar su concepto de "generación" (cfr. el capítulo dedicado a Novalis en su Das Erlebnis und die Dichtung). efr. August Wilhelm Schlegel: Stimtliche Werke . Hrsg. V. Eduard Bocking. Leipzig (1846), Band 11, p. 232 : "Schlegel predigt gegen Hegel,/Für den Teufel schrieb er Kegel./Hegel spottet über Schlegel,/Sagt, er schwarzt' ohn' alle Regel./Schlegel spannt der Mystik Segel;/Hegel raBt der Logik Flegel./Kommt. ihr Deutschen , Kind und Kegel,/Von der Saar bis un den Pregel !/Schaut, wie Schlegel kiimpft mit Hegel!/ Schaut, wie Hegel kiimpfl mil Schlegel !". GONZALO PORTALES: DIALÉCTI CAS DEL DOLOR eticidad (Sittlichkeit) de los efectos de la ironía -concepto que había sido puesto en el centro de la discusión mediante la publicación en 1797 de los Fragmentos Críticos de Friedrich Schlegel en la revista berlinesa Lyceum der schonen Künste- me parece un signo inequívoco de los extremos peligros que cree advertir en ella. Treinta y un años más tarde, con ocasión de una recensión de las obras póstumas de Solger, editadas en Leipzig por L. Tieck, Hegel volverá a confirmar los juicios que acerca de la ironía había expresado ya en prácticamente todos sus escritos 15 . Me refiero ahora a algunos hitos de esta polémica. En el último parágrafo introductorio a las lecciones sobre estética, Hegel determina histórico-filosóficamente lo que a su juicio debe ser entendido como dos caminos derivados de la teoría de la subjetividad de Fichte 16 . El primero de ellos está ejemplificado en la obra de Schelling, el cual habría elevado el punto de vista fichteano hasta una filosofía de perspectiva absoluta, en la medida en que habría otorgado a dicha subjetividad un contenido sustancial; el otro camino, en cambio, el de la ironía de Friedrich Schlegel, habría dejado de lado el carácter especulativo de aquella filosofía, continuando de este modo el "Yo" fichteano mediante un concepto de sujeto que expresaría una "subjetividad sin sustancia" (substanzlose Subjektivitiit). Los pasajes correspondientes de las lecciones sobre historia de la filosofía son aún más directos y hablan de una "aplicación no filosófica del punto de vista de la subjetividad de Fichte" para referirse a la también llamada "ironía romántica"l? Con esto se determina que nos encontramos frente a un concepto que en rigor no pertenece a la filo sofía, su lugar propio correspondería -así lo demuestra una larga tradición- más bien a la retórica y al arte. Por otra parte, sin embargo, se reconoce que la ironía "tiene como su fundamento la fuerza negativa de la subjetividad" y que "en la medida en que muestra esa fuerza , lleva al espíritu hacia el autoconocimiento" 18. Pero este impulso dialéctico -que hace de la ironía "un momento en la idea especulativa 19- cesa en ese estado como en la fijación en un "inme15 16 17 18 19 Los dos artículos de que se compone esta recensión de "Solgers nac hgelassene Schriften und Briefwechsel" , hrsg . v. Ludwig Tieck u. Friedrich van Raumer, se encuentran en: G .W.F. Hege l: Be rlin er Sc/¡rifren 18 18- 183 1. We rke 11 , p. 205-274. "Vorl es un ge n über di e Asthetik 1" . G .w.F. Hegel : Werke 13 , p. 93 Y ss . Cf¡: también O . Pogge ler: Hege ls Kririk de r Romal1rik , p. 66 Y ss . "Vorlesungen über di e Geschichte der Philoso phie I1I ". G .w.F. Hegel : We rke 20, p. 415 Y ss. Hegel trata allí muy breve mente de Friedrich Schlegel , Novalis, Fries, Boutewerk y Krug , en un pequeño acápite dentro del capítulo dedicado a la filosofía de Fi ehte . Cf¡: O. Poggeler: Hegels Kririk der Romanrik, p. 78 . .... .ist sie ein Mom ellf in der spekulativen Idee" . La ex presión se refiere a la negatividad configurada por la ironía en la obra de Solger. Cfr. G.W.F. Hegel : Werk e 13,99. 237 238 SEMINARIOS DE FlLOSOFfA, N°S 12-13, 1999-2000 diato", SU participación en la constitución del espíritu llega solo, pues, hasta este punto del conocimiento de sí mismo. O mejor dicho, se obstina de tal manera en permanecer en él, que su punto de vista se transforma en la "negatividad infinita y absoluta"20. La tan extendida reducción tipológica del romántico como un huidizo frente a una realidad que se le contrapone de manera adversa, se expresa en la conceptualidad hegeliana en tanto subjetividad que se niega a salir de sÍ, que se resiste a la enajenación (EntaujJerung) por miedo a perderse, olvidando en este comportamiento autorreferencial el hecho de que "la fuerza del espíritu consiste [precisamente] en permanecer igual a sí mismo en su enajenación"21. El carácter peligroso de esta obstinación puramente negativa de la ironía se expresaría, además, en su actitud de "aniquilación de todo lo objetivo" (Nichtigkeit alles Objektiven), declarando mera vanidad toda entidad no subjetiva, toda eticidad y todo aquello en sí lleno de contenido (alles Sachlichen, Sittlichen, und in sich Gehaltvollen)22. Asimismo, advierte lajilosojía del derecho, la subjetividad romántica que no renuncia a sí misma, que no se olvida de sí, aun cuando conoce la objetividad de la eticidad (das sittlich Objektive), no penetra en la seriedad (Ernst) de esta, con lo cual contribuye a propagar la incertidumbre en lo que dice relación con la verdad, el derecho y la obligación (Wahrheit, Recht und Pflicht)23. No hace falta, pues, extender en demasía este alcance corrosivo de la ironía, para afirmar que Hegel ve en ella también un peligro desestabilizador del Estad0 24 . En definitiva, la skepsis irónica, llamada también "conciencia subjeti va", se relaciona con todas las cosas de manera lúdica (Spiel mil Allem), llegando al extremo de que nada sería tomado en serio (wobei nichts mehr ernst genommen würde). Tal modo de habérselas con las cosas, se insiste, es comprendido falsamente cuando se lo relaciona con la filosofía y con la dpwvcíu socrática. Sus antecedentes no estarían en la retórica dialógica, sino que se remontarían a aquella "profundidad del vacío" (Tieje der Leerheit) manifestada en la antigua comedia. El romanticismo -subraya Hegel- no es heredero de Platón, sino que sus raíces remontan a Aristófanes 25 . 20 21 22 23 24 25 G.W.F. Hegel: Werke 14, 129. " ... die Kraft des Geistes ist ( ... ] in seiner EntauBerung sich selbst gleich zu bleiben" Cfr. Phiinomel1ologie des Geisres, p. 431. Cf/: G.W.F. Hegel: Werke 13, 96. CjI: G.w.F. Hegel : "Grundlinien der Philosophie des Rechts", en: Werke 7, 278-279. Así lo sostiene, por ejemplo , Ernst Behler en su ya citado "Hegel und Friedrich Schlegel" . "Vorlesungen über die Geschichte der Philosophie l." . G.W.F. Hegel : Werke 18 , p. 461. GONZALO PORTALES: DIALÉCTICAS DEL DOLOR Sin embargo, esta interpretación se halla, obviamente, en extremo alejada de las ambiciones teóricas del propio Schlegel. En primer lugar, la diferencia se manifiesta en relación al status disciplinario otorgado a la ironía, pues se observa que para el fundador de la escuela de Jena su lugar propio no se encuentra en la mera figura retórica, sino más bien en la filosofía (Die Philosophie ist die eigentliche Heimat der Ironie)26. Por otra parte, aun cuando probablemente Schlegel no se esmeraría por desmentir una filiación de su concepto de ironía con la antigua comedia, está claro que él se distancia de ciertos aspectos de la filosofía especulativa de Fichte, precisamente, mediante una reinterpretación de la ironía socrática en tanto indicio de la infinitud de la tarea de la filosofía: "Para el idealismo -señala en su obra póstuma- debe haber una cantidad infinita de analogías [posibles], por eso no se puede hablar de su verdad sin cierta ironía; él es infinitamente verdadero, pero la infinitud de esa verdad nunca será plenamente finalizada (vollendet)"27. Lo que vale para la filosofía, puede ser afirmado también de la poesía o de la "reflexión poética", de la cual Schlegel sostiene que su esencia consiste en "devenir eternamente, no pudiendo finalizar nunca con plenitud"28 . El siguiente paso parece consistir en la radical distinción que debiera hacerse entre la infinitud y absolutez del objeto del saber filosófico y su siempre progresiva constitución epistémica: Toda filosofía es relativa [ ... ]. De la proposición toda filosofía es relativa -puesto que sobre cada combinación se encontrará una [filosofía] más elevada y así hasta el infinito- se deriva inmediatamente la proposición : toda filosofía es infinita. [ ... ] La verdad se genera cuando dos errores contrarios se neutralizan. No se puede admitir la verdad absoluta; este es el certificado de la libertad del pensamiento y del espíritu. Pues, si la verdad absoluta fuese encontrada, allí cesaría completamente la ocupación del espíritu y él dejaría de ser, en la medida en que solo existe en la actividad. Así, porque la verdad es solamente relativa, podemos abandonarnos con coraje y esperanza a la especulación; toda serie de intentos por fundar algo real conduce hacia la verdad. Nada más se puede decir 26 27 28 29 Friedrich Schlegel: "Kritische Fragmente". En : Friedrich Schlegel : Kritisehe Ausgabe (=Kr. A.), hrsg. v. E. Behler u. a., Paderborn 1958 y ss, Il, p . 152 Y ss. Para lo que sigue, cfr. Rüdiger Bubner: "Zur dialektischen Bedeutung romantischer ¡ronie". En: Die Aktualitat der Frühromontik, p. 85-95. F. Schlegel : Nachla/3: "Philosophische Fragmente von 1797" ( Kr. A. XVlll ). Se trata de textos escritos paralelamente a los " Fragmentos críticos". F. Schlegel: Kr. A. I1, 182-83. F. Schlegel: "Vorlesungen über Transzendentalphilosophie (180011)" . Kr. A. XII, p.92-93. 239 240 SEMINARIOS DE FILOSOFfA, N°S 12-13, 1999-2000 en torno a esto; aniquilemos solo el error, de este modo la verdad se engendrará por sí misma 29 . No es pues en el rigor del perfeccionamiento del método especulativo donde. la filosofía y la reflexión poética debieran poner su esfuerzo para alcanzar algo así como un saber en proceso de verdad, sino más bien en la ironía en tanto "clara conciencia de la eterna agilidad, del caos pleno e infinito,,30. Tal afirmación no significa, empero, como sostiene Hegel, que el saber quede abandonado a la mera arbitrariedad (Willkür)31. Por el contrario, Schlegel no desestima la necesidad de la formulación sistemática, pero la relativiza mediante la siguiente indicación anotada en sus Athenaums-Fragmente: "Es igualmente mortal para el espíritu tener un sistema y no tener ninguno. Por eso deberá decidirse por mezclar ambas cosas"32. La ironía poético-filosófica, se nos dice, es la "forma de la paradoja"33 que oscila entre los polos dialécticos de "entusiasmo y skepsis"34, que alterna el "continuo cambio entre autocreación y autoaniquilación"35 y se deja "multiplicar como en una serie sin fin de espejos"36. y en otra parte, se sostiene, dando la impresión de que se quisiera aplicar el principio de la paradoja al discurso propio, que "la ironía plena y absoluta cesa de ser ironía y deviene seriedad"37. Este constante estado cambiante del saber poético-filosófico se deja describir con toda fidelidad, según Schlegel, por medio de la expresión "bd.8Et~K de la infinitud, de la universalidad, del sentido de la realidad"38. Es decir, se trata de un señalar ejemplarmente. De un mos30 31 32 33 34 35 36 37 38 "Ironie ist klares BewuBtsein der ewigen Agilitat, des unendlich vollen Chaos". F. Schlegel: Kr. A. 11,263. Cfr. G.W.F. Hegel: "Grundlinien der Philosophie des Rechts", en : Werke 7, 285. F. Schlegel: Kr. A . 11 , 173, fragmento W 53 (según la numeración de Jacob Minor): "Es ist gleich todlich für den Geist, ein System zu haben , und keins zu haben. Er wird sich also wohl entschlieBen müssen, beides zu verbinden". En otra parte (Kr.A. XVIII, 80) se dice: "Aquel que tiene un sistema está espiritualmente tan perdido como aquel que no tiene ninguno; hay que combinar, pues, ambas cosas" [Wer ein System hat ist so gut geistig verloren , als wer keins har; man muj3 also beides verbinden]. F. Schlegel: Kritische Fragmente, W 48 (Minor). Cfr. también Kr. A. XVIII, 123 : "Toda filosofía no paradójica es sofística" [Jede nicht paradoxe Philosophie ¡st sophistisch]. F. Schlegel : "Philosophische Vorlesungen 1". Kr. A . XII. "S teten Wechsel von Selbstschopfung und Selbstvernichtung". Kr. A. n, 172. ..... wie in einer endIosen Reihe von Spiegel vervielfachen". Kr. A . 183 . " Die vollendete absolute Ironie hort auf [ronie zu sein und wird ernsthaft". K/: A. XVI,144 . "Ironie ist gleichsam E7tí8El~lc; der Unendlichkeit, der Universalitat, der Sinn der Wiklichkeit". Kr. A. XVIII, 128. GONZALO PORTALES: DIALÉCTICAS DEL DOLOR trar que cuando indica lo por él designado, muestra también simultáneamente la radical distancia, por decirlo así, que lo separa de aquello que indica. Lo infinito queda puesto, de esta manera, como lo anhelado, como el objeto del deseo. Sehnsucht nach der Unendlichkeit ("Nostalgia de infinitud"), así sintetiza Friedrich Schlegel en carta a su hermano August Wilhelm el año 1791, al "instinto" (Trieb) que pone en movimiento al pensar poético-filosófico en forma del despliegue de una tendencia (Streben) a la infinitud 39 . Pero en oposición a Hegel, el espíritu romántico no solo parece negarse a la enajenación (Entauj3erung), sino que con ello prescinde de la apropiación de lo otro implícita en esa vuelta a sí que confirma su identidad. La negatividad se expresa, pues, al modo de una prescindencia de totalidad consumada. El espíritu que anhela permanece en la diferencia, pues el mismo carácter irónico que lo determina le devela la intencionalidad epistémica de la filosofía del absoluto, dejando de manifiesto lafuerza de un deseo que subyace a su proceder. La suspensión conceptual de la skepsis romántica, por su parte, tampoco se agotaría, como prefiere pensar Hegel, en la declaración de la mera vanidad de lo objetivo, sino que parece procurar más bien un alejamiento de la tentación por hacer de ello solo un momento necesario del devenir hacia sí del espíritu. La ironía que deja de ser tal, es decir, la ironía plena, es, filosóficamente hablando, también un "idealismo" marcado fuertemente por el "sentimiento de un antagonismo irreductible de lo incondicionado y lo condicionado"4o. Pero Schlegel precisa: "El idealismo así como yo lo entiendo o la no-plenitud del mundo (Unvollendung der Welt) es la única hipótesis para la aclaración (Erklarung) de antinomias"41 . Esta distinción entre seriedad conceptual e ironía poético-filosófica, aun cuando se manifiesta más compleja que una pura oposición en tensión equivalente, parece ser, no obstante el rasgo que separa en su esencia a la filosofía del espíritu de Hegel de las pretensiones por determinar la subjetividad espiritual en la escuela romántica, especialmente -como se ha visto- de aquellos intentos contenidos en el pensamiento fragmentario de Friedrich Schlegel. 39 40 41 Friedrich Schlegel : "Briefe von und an Friedrich und Dorothea Schlegel". 1. Bis zur Begründung der romantischen Schule. Kr. A. XXIII , p. 24. No puedo detenerme aquí en la cuestión del concepto de infinitud en Hegel y Schlegel. Su explicación pertenece a otro intento. Sin embargo, remito, aunque sea al pasar, al interesante trabajo de Ernst Behler: "Zum Verhaltnis von Hegel und Friedrich Schlegel in der Theorie der Unendlichkeit", en : E. Be hler: Studien zur Romantik und zur idealistischen Philosophie , t.II, p. 119-141. Cfr. F. Schlegel : Kr. A. XVIII , fr. W 76. "Oo. ein Gefühl von dem unaufléislichen Widerstreit des Unbedingten und Bedingten " . Cfr. F. Schlegel: Kr. A. XVIII , fr. W 60. 241 242 SEMINARIOS DE FILOSOFíA, N°S 12-13,1999-2000 Sin embargo, a mi juicio, otro factor, que ha sido muchísimo menos considerado hasta ahora, podría explicar tal vez más radicalmente aún la fuerza de esta diferencia: me refiero a las distintas perspectivas de la constitución fáctica del espíritu que configuran a su vez diversas dialécticas del dolor. Sería exagerado e injusto calificar a Hegel de pensador indolente. Ciertamente que dolor y sufrimiento se encuentran categorialmente presentes en su filosofía . Difícilmente podría haber sido de otro modo, cuando se trata de un pensamiento en el que los conceptos de separación (Trennung), escisión (Entzweiung) y negatividad poseen un protagonismo arquitectónico en la construcción del sistema. La cuestión no radica, entonces, en el reconocimiento de la presencia o no del sufrimiento en la historia, sino en su explicación y, sobre todo, en la asignación del sentido que se le quiere otorgar. Uno de los pasajes claves para este asunto se encuentra, precisamente, en los capítulos de la Enciclopedia que desarrollan el concepto de espíritu. Reproduzco lo sostenido en el §382: Por ello la esencia del espíritu es formalmente la libertad, la negatividad absoluta del concepto como identidad consigo. Con arreglo a esta determinación formal el espíritu puede abstraer de todo lo exterior y de su propia exterioridad, és decir, de su existencia misma; puede soportar la negación de su inmediatez individual, el dolor infinito; o sea, que puede mantenerse afirmativo en esta negatividad y ser idéntico para sí. Esta posibilidad es su universalidad abstracta que-está-siendo-para-sí en é1 42 . El por ello (deswegen) de la primera línea del parágrafo alude al momento inmediatamente anterior (§38l) en que el espíritu se ha puesto -"para nosotros"- como "lo absolutamente primero" con respecto a la naturaleza, haciéndola "desaparecer", superándola como "exteriorización suya", deviniendo así "idéntico a sí mismo". Si evocamos algunas de las anteriormente indicadas características mediante las cuales Hegel describe la negatividad subjetiva del romanticismo, advertiremos que estos pasajes de la Enciclopedia se refieren, justamente, a aquellos pasos que la subjetividad romántica se negaba a realizar, esto es, el paso que conduce a la enajenación o exteriorización y a la vuelta a sí mismo en tanto superación de la naturaleza o alteridad propiamente tal. Por otra parte, los pasajes dedicados a la dialéctica del "espíritu subjetivo" también 42 G.W.F. Hegel: En zyklopadie der philosophischen Wissenschaften (1830). Hrsg. v. Friedhelm Nicolin u. Dtto poggeler. Hamburg (1991), p. 313-314. [Trad. cast de Ramón Vall s-Plana, Madrid (1997), p. 4361 . GONZALO PORTALES: DIALÉCTICAS DEL DOLOR enumeran -con directa menclOn de J akob Bbhme- tanto "negatividad, subjetividad, yo [y] libertad" como causas del dolor en el mund0 43 . ¿Qué significa negarse a abandonar el carácter negativo de la subjetividad? Dicho en otras palabras: ¿cuáles serían, según Hegel, las consecuencias de esta "intransigencia" subjetiva del romanticismo para el proceso total de constitución del espíritu? Estas interrogantes pueden tener, por cierto, distintos niveles de respuesta. Un primer intento por contestar, aunque sea parcialmente, a estas cuestiones, debiera proceder, a mi juicio, atendiendo a lo que el propio Hegel señala como efectos que actúan sobre la misma subjetividad comprometida en esta "obstinación". Desde esta perspectiva, lo más característico de la subjetividad romántica parece ser el hecho de su permanencia en el dolor y el de su crónica infelicidad. En este estadio, se indica, la figura de la "conciencia desventurada" aparece como el "dolor del espíritu" que no logra remontarse a la objetividad 44 . Al comienzo de esta exposición aludíamos a la identificación en el texto de la Fenomenología de ciertos términos alegóricos que corresponderían a diversos representantes del romanticismo. Uno de ellos, decíamos, era la noción de "alma bella" (die schone Seele), metáfora que aparece en la caracterización de personajes literarios en varios autores de la época -en el Wilhelm Meisters Lehrjahre de Goethe y en el Woldemar de Jacobi, por ejemplo- y que apunta al carácter del joven romántico que no puede reconciliarse con una realidad que lo hiere de tal manera que llega a hacer del dolor su genuino temperamento. Habitualmente se interpreta esta figura como una directa alusión al poeta Novalis (Friedrich van Hardenberg). En cierto sentido, ella describe también, en su uso hegeliano, la para él, indudablemente, dolorosa fatalidad de la dirección tomada por la vida de su antiguo amigo Hblderlin. En los pasajes finales del capítulo VI de la Fenomenología, se detallan algunos efectos de la ensimismada negatividad sobre el "alma bella": "Ahora bien, en cuanto que el espíritu cierto de sí mismo, como alma bella, no posee la fuerza de la enajenación (Entau.fJerung) de aquel saber de ella misma que mantiene en sí, no puede llegar a la igualdad con la conciencia que ha sido repudiada ni tampoco, por tanto, a la unidad intuida de ella misma en otro, no puede llegar a la existencia (Dasein); la igualdad se produce, por consiguiente, solo de un modo negativo, como un ser carente de espíritu. El alma bella carente de realidad (die wirklichkeitslose schone Seele), en la contradicción de su puro sí mismo y de la necesidad del mismo enajenarse en el ser y de trocarse en realidad, en la inmediatez 43 44 Cf¡: G.W.F. Hegel: En zyklopadie ... , § 472. Cf¡: G.W.F. Hegel: Phtinomenologie des Geistes, p. 363. 243 244 SEMINARIOS DE FILOSOFfA. N°S 12-13. 1999-2000 de esta oposición retenida -una inmediatez que es solamente el medio y la reconciliación de la oposición llevada hasta su abstracción pura y que es el ser puro o la nada vaGÍa-; el alma bella, por tanto, como conciencia de esta contradicción en su inconciliada inmediatez, se ve desgarrada hasta la locura (zur Verrücktheit zerrüttet) y se consume en una nostálgica tuberculosis (zerfliej3t in sehnsüchtiger Schwindsucht). Esa conciencia abandona, por tanto, de hecho, el duro aferrarse a su ser para sí, pero solo produce la unidad carente de espíritu del ser (die geistlose Einheit des Seins)"45. Las consecuencias de la permanencia en esta negatividad que no permite el movimiento condicionante de la plenitud del espíritu incitan, pues, a la autoaniquilación, provocan locura y enfermedad. En las lecciones de estética se habla asimismo de aquella total "falta de satisfacción" que posibilita la génesis de las "enfermizas bella-animidad y nostalgia" (die Befriedigungslosigkeit.... .. liij3t die krankhafte Schonseelischkeit und Sehnsüchtigkeit entstehen)46. Mientras que la Historia de la filosofía pone al descubierto la identidad entre metáfora y nombre propio, sosteniendo que "esta nostalgia característica de un alma bella la encontramos en las obras de Novalis". Y añade: "la extravagancia de la subjetividad se convierte frecuentemente en locura; cuando se mantiene en el plano del pensamiento, se ve captada en el torbellino del entendimiento reflexivo, que es siempre negativo con respecto a sí mismo". Tal carácter debe determinar asimismo, evidentemente, el sentido de su arte, pudiendo así esta misma retórica argumental acuñar el término de "sehnsüchtige Poesie"47. La enorme carga de prejuicio nosológico contenida en estas descripciones sobrepasa, según mi parecer, totalmente el hecho biográfico de la muerte de Novalis a causa de la tuberculosis y a la constatación de cierta coquetería estética del romanticismo con los estados de dolencia. La enfermedad elegida para ejemplificar los efectos de esta negatividad subjeti va contiene una serie de imágenes patológicas aceptadas como verdaderas en el siglo XIX: la tuberculosis se asocia con "rachas de euforia", "aumento del apetito y deseo sexual exacerbado", "afrodiasíaco" y "poderes de seducción". Pero su sintomatología es engañosa, el despliegue de energía que simula estados saludables sería producto más bien de delirios febriles, el anhelo exaltado intentaría esconder el proceso de interna consumición de los cuerpos. Hegel no considera, sin em45 46 47 Cfr. G.W.F. Hegel : Phdnomen ologie des Geistes , p. 360. G.w.F. Hegel : Werk e, 13 , p. 96. G. w.F. Hegel: "Geschichte der Philosophie III. " Werke, 20, p. 218. GONZALO PORTALES: DIALÉCTICAS DEL DOLOR bargo, que el alma bella padezca la tuberculosis como un mal adquirido de manera imperceptible, sino que en su caso la enfermedad es anhelada, es una tuberculosis nostálgica. La referencia biográfica tiene aquí nuevamente al mismo destinatario. En efecto, según se narra en sus Diarios, luego de la temprana y dolorosa muerte de su amada Sophie Wilhelmine von Kühn, Novalis habría decidido voluntariamente enfermar hasta la muerte. No se trata, pues, de suicidio, sino de anhelo de muerte. Es una decisión que pone en obra a la naturaleza para que realice en mí el curso de la descomposición. Esa es también la decisión dolorosa de Otilia en el final de Las afinidades electivas de Goethe: la naturaleza imitando al arte. El poeta busca consuelo en la belleza formal de su oficio, pero sus himnos cantan a la noche oscura y desesperan en el tedio: "¿Tiene que venir siempre nuevamente la mañana?" (Muss immer der Morgen wiederkommen ?), pregunta con agobio el segundo de los Hymnen an die Nacht de Novalis 48 . Su retorno parece vano cuando "mi esperanza (Hoffnung) se desvaneció diseminada en el dolor (Schmerz)" (himno I1I), y termina cantando su desventura con un último himno consagrado totalmente a la "nostalgia de muerte" (Sehnsucht nach dem Tode). Esta misma manía 49 dolorosa sería la que impide al romántico hacerse partícipe del sentido otorgado por un sistema teleológico. El alma bella desespera hasta la locura, encarnando así una derrota del espíritu. Se deja llevar por aquel páthos trágico que la incita a renunciar tanto a la serena plenitud del telos como a la certidumbre del fundamento (Grund). Su demencia es abismal, su suelo es el Abgrund o falta de fundament0 5o . El anhelo romántico, habría que decir siguiendo esta lógica, es él mismo una tragedia, una puesta en escena del dolor (Trauerspiel) que parece rebelarse contra toda superación (Aufhebung), pues no le otorga espacio suficiente a ese movimiento del dejar atrás lo negado, permaneciendo más bien en el simple enfrentamiento aporético que se entrega fatalmente a su destino (Schicksal). Me parece paradigmático, en este 48 49 50 Cfr. Novalis: "Die historisch-kritische Ausgabe". Schriften. Die Werke Friedrich von Handenbergs. Hrsg. v P. Kluckhohn u. R. Samuel. Band 1. Das dichterische Werk", Stuttgart 1960. He traducido siempre Sehnsuchl por nostalgia aun cuando habría que explicar algunos matices . El neologismo "nostalgia" (nostos = egreso. algia= dolor) no expresa el carácter de "manía" o "afán desmedido" que sí está contenido en la palabra alemana Suchl . Se puede establecer una directa relación entre el misticismo de Jakob Bohme y la recepción de la expresión Abgrund en Novalis y Ludwig Tieck. Clr., por ejemplo, Wilhelm Dilthey: "Die Romantischen Dichter. Ludwig Tieck, Novalis" . En : Gesam melte Schriften xv. Gottingen (1970), p. 117 Y ss. Veáse también su ya citado ensayo sobre Novalis en "Das Erlebnis und die Dichtung". 245 246 SEMINARIOS DE FILOSOFfA. N°S 12-13. 1999-2000 sentido, que junto con reconocer el desventurado sufrimiento del destino (Schicksal! unglücksvolle Leiden), H6lderlin pueda repetir, sin embargo, haciéndolas suyas las palabras de Esquilo en el Prometeo encadenado: "I1pOO'KUVOUV"CEC; -rY¡v d,_UXPIlÉVllv, O'o<1>Ot" ("Aquellos que se postran frente al destino son sabios")51. Para Hegel tal páthos es, sin embargo, la triste desventura que sucumbe a la escisión no superada, a la contradicción (Widerspruch). Su crítica al romanticismo contiene, pues, ciertos rasgos precisos de un cometido restaurador de la racionalidad por sobre la resignación. Es la misión del lagos que advierte cómo a la peligrosidad ontológico-política de la ironía, se suma la fuerza autodestructiva de la residencia en el dolor, la enfermedad y la demencia. Evitar la locura es, pues, para Hegel superar la negatividad del dolor que es idéntica a ella. Pero ¿de qué manera el movimiento progresivo del espíritu puede establecer una relación recíproca con el dolor en la que este quede superado definitivamente (aufgehoben)? La respuesta de Hegel es inequívoca: ... expone a aquel hijo de la esfera eterna trasladado a la temporalidad. y en él expone el mal como superado en sí; pero además esta existencia inmediata. y por lo tanto sensible, del absolutamente concreto, sometiéndose a juicio y muriendo al dolor de la negatividad (en la cual él, en tanto subjetividad infinita, es idéntico consigo), ha devenido para sí desde la negatividad como regreso infinito y unidad de la esencia universal y singular: [es) la idea del espíritu como eterno, pero viviente y presente en el mund0 52 . La dialéctica hegeliana del dolor arroja así un resultado no solo ontoteológico, como diría Heidegger, sino que constituye además una verdadera "ontoteodicea": dolor y mal encuentran sentido en el plan infinito que contiene el télos de su superación como sacrificio de la propia divinidad . Su movimiento es, empero, en tanto "regreso infinito", la antinostalgia. La permanencia en el sufrimiento, en cambio, es el precio que el romántico paga por negarse a abandonar su postura negativa con respecto a la plenitud del espíritu. En términos religiosos, el alma bella se 51 52 CjI: Friedrich Hblderlin : Samtliche Werke. hrsg. v. Günter Mieth . Darmstadt (1989) . band l.. 14 Y 167 Y ss. Se trata de los poemas "Der Unzufriedene" [el infeliz] y "Das Schicksal" [el destino] . Otra versión del "Prometeo" reza: "oí. npocrKuvoUV1EC;- 111v AopácrlELav crO<j>OL" . CjI: Aischylos. Tragodiell und Fragm ente. Hrsg. v. Oskar Werner. München (o. D.) CjI: G.W.F. Hegel : En zyklopadie .... §569. GONZA LO PORTALES: DIALÉCTICAS DEL DOLOR encuentra, no obstante lo que el propio Novalis haya podido pensar acerca del contenido de su piedad, muy distante de aquella culminación que el texto recién citado identifica con el cristianismo . Por el contrario, el romántico representaría más bien la religión siria, a la cual Hegel describe, precisamente, como la "religión del dolor" que expresa el "transcurso de la finitud y lo subjetivo"53. De este modo, el dolor parece no solo constituir la constante interrupción fáctica de un proceso cuyo movimiento aspira a su plenitud, a su 'rÉAOC, sino que expresa también una y otra vez la indeleble huella de lo finito, como si se esmerase por evitar el espíritu. Por ello, si tuviésemos la enorme osadía de seguir a la hermenéutica romántica en su pretensión de reconstrucción de intencionalidad epocal y pidiésemos prestados esos ojos enfermizos de la locura, creo que con ellos veríamos la desmesura de la promesa implícita en el espíritu absoluto, la desproporción , la imposibilidad analógica de su télos con la doliente facticidad del animal inconcluso. Incipit Tragoedia 53 "Der Schmerz ist aber überhaupt der Verlauf der Endlichkeit und subjektiv". Cfr. G.W.F. Hegel: " Vorlesungen über die Philosophie der Religion )" . Werke 16, p. 406. 247