CAMBIO DE JEFATURA SERVICIO DE PROTECCIÓN PRESIDENCIAL Quito, 14 de febrero de 2011 1 Queridas compañeras, queridos compañeros: El Mariscal Antonio José de Sucre, el militar más apreciado por el Libertador Simón Bolívar, hace ciento ochenta y dos años, en la llanura de Tarqui, escribió una de las páginas más gloriosas de nuestra historia; luego de haber abandonado el servicio de las armas para no interferir en la construcción de una república civil, tuvo que volver a tomarlas para defender este suelo por cuya independencia había empleado sus mejores talentos y su más ardiente patriotismo, es más, tuvo que tomarla para enfrentar con mucho dolor a sus antiguos compañeros de armas que osaron invadir el suelo patrio. La historia ecuatoriana recoge en sus páginas más brillantes el testimonio de lealtad y sacrificio de nuestras Fuerzas Armadas, surgidas al calor de las luchas independentistas lideradas por el Libertador Simón Bolívar, de la gloriosa revolución liberal comandada por el general Eloy Alfaro y refrendadas con extraordinario heroísmo en Platanillo, Jambelí, 2 Paquisha, Machinaza, Cóndor Mirador, Tiwintza, el Alto Cenepa, etcétera. Ahora, con la fuerza libertaria de la espada bolivariana y al amparo del ejemplo tutelar alfarista, celebramos la memoria, pero nos preparamos al mismo tiempo para el porvenir, sabiendo que ésta ya no es la patria encerrada de otros tiempos, prisionera de sus propias fronteras, sino la inmensa Patria americana que levanta la voz para que el mundo escuche: proclamamos la paz, pero también la guerra contra la pobreza y la exclusión, el combate a la corrupción que se muchas veces se disfraza de negocio para explotar nuestras riquezas. La Constitución vigente, recoge y expresa, define con claridad meridiana la institucionalidad, las competencias, los fines y el carácter de las instituciones fundamentales, entre ellas las Fuerzas Armadas, a cargo de la defensa de la integridad territorial y del ejercicio de la soberanía, la presencia y majestad del Estado ecuatoriano en cada palmo de nuestro territorio. 3 La esencia misma de la institución militar determina que, tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra, la disciplina, la disposición de servicio a la Patria -aún a costa de la vida misma-, estén a la orden del día. No podemos darnos el lujo de distraernos ni un instante, en ningún frente, en este combate diario para construir un país de dignidad, la Patria altiva y soberana, por la que dieron sus vidas nuestros próceres. Con la nueva Constitución, elaborada y aprobada por amplia mayoría del pueblo ecuatoriano, nos hemos decidido a construir una nueva forma de convivencia humana, en diversidad y en armonía con la naturaleza; objetivo en el que, las Fuerzas Armadas, juegan un papel preponderante, cumpliendo su rol con estricta sujeción al poder civil y a la Constitución. Estamos cambiando, edificando el Ecuador del futuro. Este gobierno no está administrando un sistema; está cambiando el sistema y por eso los peligros son mayores, se afectan privilegios, se afectan poderes, se afectan relaciones económicas sociales que han dominado durante 4 mucho tiempo nuestro país. Queremos ser valientes, no temerarios; pero también queremos que ser prudentes sin llegar a la cobardía. Un agradecimiento especial a los oficiales, al personal de seguridad y voluntarios –hombres y mujeres-, soldados que prestan su contingente como pilotos, aerotécnicos, azafatas y personal de seguridad, todos y todas son parte de un equipo de primera, de un grupo humano eficiente y eficaz, que nos ha hecho sentir en todo momento el reconfortante respaldo y la presencia institucional, profesional y humana de nuestras queridas Fuerzas Armadas. Al ser hombres públicos, requerimos seguridad; algunos nos quieren presentar muchas veces, más que por decir la verdad por satisfacer sus odios, justificar sus odios, que somos como ogros sedientos de poder y mientras más demostración de ese poder tengamos mejor nos sentimos. ¡Cuán poco nos conocen! ¡Cómo quisiéramos ser el ciudadano de a pie que puede comerse un chaulafán con toda calma en un patio de comidas de un centro comercial!, 5 algo que está vedado para nosotros, para el Presidente y Vicepresidente, etcétera. Una de las cosas más duras de este oficio, perder la privacidad, perder la cotidianidad, perder la vida normal de familia; pero es un peso muy duro que se lleva encima, ese peso tan duro se aligera cuando se está entre amigos, y eso es lo que hemos sentido con la seguridad de nuestras Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional: sentirse entre amigos. Soldados de mi patria, tal vez habrá parte de la sociedad que no los comprende. En estos cuarenta y nueve meses de gobierno, tengan la seguridad que el compañero Presidente no sólo ha llegado a comprender profundamente a nuestras Fuerzas Armadas sino a admirarlas, estimarlas, quererlas y a sentirse totalmente orgulloso de ellas. Por eso, es importante reconocer el trabajo, la entrega en el cumplimiento del deber de este gran equipo que constituye el Servicio de Protección Presidencial, que tiene sus raíces profundas en la historia, que nace de los heroicos granaderos de Tarqui que, desde el 27 6 de febrero de 1829, vestían –como hasta hoyel elegante y llamativo traje militar con los colores azul, rojo y blanco. Granaderos que son uno de los símbolos permanentes de nuestro respeto y celebración de aquella victoria estratégica del Ejército Gran Colombiano del Sur, hoy como custodios y defensores del Palacio de Gobierno, como responsables de la seguridad del Presidente de la República. El 25 de enero de 1919 se organiza por primera vez el Grupo de Caballería No. 1, con la misión y las funciones propias de una escolta presidencial, y permanece vigente hasta 1940, año en que se dispone que esta guardia de seguridad sea rotativa, a cargo de todas las unidades militares de la plaza de Quito. En 1952, se crea la Subsección de Edecanes y el Escuadrón de Escolta Presidencial “Granaderos de Tarqui”, cuerpo que estaba destinado a brindar los honores y la seguridad a las Primeras Autoridades; en 1995, se crea la Casa Militar de la Presidencia de la República, en la que se unifica el Grupo Escolta Presidencial y el Grupo de Seguridad Presidencial. 7 Frente a las nuevas realidades, frente a este siglo XXI, frente –les insisto- a la evidencia de que no es que estamos administrando un sistema, sino que estamos cambiándolo y los peligros, los obstáculos son mucho mayores, tenemos que configurar con una óptica diferente nuestra institucionalidad; por ello, en julio de 2010, se creó el Servicio de Protección Presidencial, con la finalidad de planificar, organizar, gestionar y controlar las Operaciones de Seguridad Presidencial, con el concepto de Seguridad Integral, tener bajo el mando y control del Jefe del Servicio de Protección Presidencial, todas las instancias operativas, logísticas, de inteligencia, económicas y administrativas, para conseguir la estructura organizacional idónea que garantice el cumplimiento eficiente de la gestión institucional. Les insisto, ser valientes sin llegar a ser temerarios, ser prudentes sin llegar a ser cobardes. Creo que en estos años conocen un poco al Presidente, saben que estamos dispuestos hasta dar la vida por cumplir la misión que nos ha encomendado nuestro pueblo: esa patria nueva, 8 esa patria libre, esa patria digna; no es que la buscamos, tampoco la tememos. Tal vez tememos dejar solas nuestras familias, dejar esta misión incompleta; por eso es importante la seguridad. Como respuesta a los nuevos requerimientos del Estado, se está redefiniendo la naturaleza jurídica, la estructura organizativa, operativa de la Casa Militar Presidencial y el Escuadrón de Transporte Aéreo Presidencial, para transformarlo en el SERVICIO DE PROTECCIÓN PRESIDENCIAL, adscrito a la Presidencia de la República, con autonomía operativa, administrativa y financiera; se está implementando un sistema de gestión por procesos que permita lograr calidad, seguridad y control sobre los factores humanos. El Sistema deberá incluir las mejores prácticas y estándares de calidad, así como la reglamentación y legislación interna y externa. Este proceso de cambios, que tienden a conseguir mayor eficacia y eficiencia, lo ha liderado el Contralmirante Luis Alfredo Santiago Chávez, a quien, en nombre de la 9 Patria, debo agradecer por sus profesionales y abnegados servicios. Leal amigo, que se ha hecho merecedor del afecto de este Presidente. Es por demás justo y necesario manifestar a su familia nuestro reconocimiento por los sacrificios que han tenido que hacer al prescindir tantas veces de su presencia. Guarde por siempre en el corazón nuestro afecto, nuestra gratitud y amistad, Contralmirante. No voy a despedir a un Jefe militar, insisto, despido cordialmente a un amigo con quien tuvimos que aprender mucho. Para ustedes esto es cotidiano, la vida militar es tan dura, más aún la vida marinera: cambiar de sitio, cambiar de puerto cada cierto tiempo. Ya es suficientemente duro perder la privacidad, y ver partir a los amigos, rotar cada año, cada dos años…, para nosotros se nos hace bastante difícil; pero bien, sabemos que es por el bien de todos y tenemos que aceptar con paciencia estos cambios y los rigores de la vida presidencial. 10 La vida del Primer Mandatario se puso bajo la responsabilidad del Contralmirante Santiago y supo responder con creces a esa confianza, como lo demostró el 30 de septiembre, de ingrata recordación, en el que supo asumir sus responsabilidades, más allá del cumplimiento del deber. En los momentos más difíciles es cuando se conoce lo más noble o lo más terrible de los seres humanos; en este caso, en el Contralmirante Luis Santiago encontramos nobleza, profesionalismo y entrega, insisto, más allá del cumplimiento del deber. ¡Cuántas vicisitudes hemos tenido que pasar! ¡Cuánto camino hemos recorrido a lo largo y ancho de la Patria en los Gabinetes Itinerantes, en los Enlaces Radiales, en las visitas a parroquias, cantones, provincias, el inmenso amor de la gente por esta causa, el inmenso respaldo popular, la alegría y la esperanza que existe en el país, y, eso nos ha servido para vencer cualquier problema, para vencer cualquier infamia, cualquier calumnia, cualquier patraña, 11 cualquier mala fe y seguir trabajando por la Patria! Muchísima suerte en sus nuevas labores; el país se enorgullece de tener Oficiales en nuestras Fuerzas Armadas, de la calidad del Contralmirante Luis Alfredo Santiago Chávez. Buen tiempo, buena mar, viento a un largo, al menos un pie de agua bajo la quilla. Un abrazo interminable. Quiero agradecer a los compañeros Jefes de Seguridad que entregaron la posta en las últimas semanas; y, al mismo tiempo, darles una calurosa bienvenida a quienes se integraron al equipo de trabajo. Mi gratitud y afecto al Capitán de Navío de Estado Mayor, Carlos Real, quien nos acompañó durante muchos años, con mucha devoción, con mucha entrega, con muy bajo perfil, cumpliendo estrictamente sus funciones, realizando proyectos muy importantes para la seguridad presidencial. A ese querido amigo, Capitán de Navío César Mario Pérez, que también nos ha acompañado 12 durante varios años de forma abnegada, de forma entregada, de forma fraterna. Al Capitán de Fragata Edgar Andrade, Jefe de Seguridad del Presidente, a quien toda la vida le estaré agradecido por su lealtad, sacrificio. Expuso su vida conmigo el 30 de septiembre, no se apartó un solo segundo del Presidente de la República. Todos ellos son testigos estelares, testigos privilegiados de lo que se ha hecho, de lo que se ha dejado de hacer, de las escasas virtudes, de los errores del Presidente de la República ellos podrán testimoniar ante la historia, ante el futuro si alguna vez utilizamos el poder político que nos otorgara el pueblo ecuatoriano en nuestro beneficio propio; y, particularmente, el Comandante Andrade es testigo privilegiado ante la historia para decir lo que pasó ese 30 de septiembre que ha tratado de ser tan manipulado, tan tergiversado por gente que no busca la verdad, tan solo busca dañar, desestabilizar, impedir este proceso de cambio que vive la república; pero a todos ellos mi más profundo agradecimiento, mi eterno 13 reconocimiento, mi amistad y el mejor de los deseos para que en sus nuevas funciones tengan todo el éxito que ellos merecen. De igual manera un inmenso agradecimiento a sus respectivas familias, sabemos que ninguno de ustedes podría estar aquí si no es por el apoyo de sus familias. A las familias de estos tres altos oficiales que con tanta abnegación sirvieron en Carondelet, mi más profunda gratitud. Y, así como despedimos con cariño a nuestros compañeros y amigos, queremos dar la bienvenida a la Jefatura del Servicio de Protección Presidencial, a un brillante oficial del Ejército ecuatoriano, el General de Brigada Carlos Alberto Vintimilla Pacheco, poseedor de una impecable hoja de servicios en la vida militar, con estudios superiores especializados en instituciones nacionales e internacionales, habiendo tenido, entre otras misiones, la de Observador Militar, integrando la Fuerza Internacional de Paz de las Naciones Unidas, en 1991, en Centro América. Ha recibido importantes condecoraciones como la Gran Cruz de Honor Militar, entre otras. 14 Esperamos que profundice y dé continuidad a los cambios que se están llevando a efecto para darle institucionalidad, coherencia, fuerza y, más que todo, cohesión, al Servicio de Protección Presidencial. Queremos contar con un amigo, con un compañero, aquí está nuestra mano franca y solidaria, todo el apoyo institucional. Somos un pueblo soberano, que reconoce a la Paz, como el bien supremo de nuestras ciudadanas y de nuestros ciudadanos, de la Patria. Entendemos que no puede haber desarrollo sin defensa, pero tampoco defensa sin desarrollo, y hemos dicho en más de una oportunidad, que no hay mejor defensa que el desarrollo, que seguir esforzándonos por alcanzar cuanto antes el ideal del Buen Vivir. La tranquilidad del señor Presidente, de su familia, sentirnos seguros, es tal vez la mejor contribución que pueden dar ustedes para ayudar a cumplir este objetivo, este sueño de todos los ecuatorianos de alcanzar el Buen Vivir, y que por la gentileza de nuestro pueblo tal vez yo lidero, coordino la mayor responsabilidad. 15 Hoy, se combinan aquí, la alternancia y la continuidad al servicio de la Patria. Toda la suerte del mundo al nuevo Jefe del Servicio de Protección Presidencial, el General de Brigada Carlos Alberto Vintimilla Pacheco, quien cuenta con el total respaldo del compañero Presidente y del gobierno de la Revolución Ciudadana. Muchas gracias a todas y a todos, y como siempre, ¡Hasta la victoria siempre compatriotas! Rafael Correa Delgado PRESIDENTE CONSTITUCIONAL REPÚBLICA DEL ECUADOR DE LA 16