el movimiento, los movimientos, la mujer, las mujeres, el conflicto

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LAS MUJERES EN COLOMBIA, EN MOVIMIENTO, SOCIAL Y RESISTENCIA,
EL MOVIMIENTO SOCIAL DE MUJERES EN COLOMBIA TEJE Y HACE
MOVIMIENTOS Y RESISTENCIAS CONTRA LA GUERRA, POR UNA
VIDA DIGNA Y UNA PAZ DURADERA
LUZ STELLA OSPINA MURILLO
CORPORACIÓN VAMOS MUJER
PRESENTADO A:
SEMINARIO: INVESTIGACIÓN Y MOVIMIENTOS SOCIALES
PANEL , 9 DE 2005
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL
COORDINACIÓN ACADÉMICA:
GLORIA ESTELLA HERNÁNDEZ TORRES
ALFREDO GHISO C.
“No renunciaremos a la memoria de los muertos,
no renunciaremos a la solidaridad, no renunciaremos a nombrar la injusticia
y la iniquidad a nuestra historia, no renunciaremos
a mirar la vida de frente.
Porque no habrá futuro posible sin memoria y no habrá
Paz sin memoria. Sin memoria los crímenes olvidados amenazan
siempre con ser reeditados. Porque la memoria de los sufrimientos
es algo que pertenece al patrimonio cultural de todo pueblo,
porque la memoria, nuestro deseo y ganas de persistir
en la defensa de la vida habrá de permitirnos
construir y recuperar lazos colectivos que afiancen la paz
que anhelamos”
RUTA PACIFICA DE LAS MUJERES POR EL TRATAMIENTO NEGOCIADO
DE LOS CONFLICTOS Y LA SALIDA POLÍTICA DEL CONFLICTO ARMADO.
TRIBUNAL DE LAS MUJERES: DENUNCIANDO LA IMPUNIDAD
Y RECOBRANDO LA MEMORIA.
Cartagena, 1999
El movimiento, los movimientos, la mujer, las mujeres, el conflicto, los conflictos,
la violencia, las violencias, la guerra, las guerras
Son demasiadas las combinaciones que se entrecruzan para poner algunas
palabras en este panel. Haré un intento de narrar, de hacer mi propia lectura y
crónica desde mi lugar, mi nombre, mi experiencia, mi pertenencia a un proyecto
institucional que hace, vibra, sueña con, para, desde las mujeres campesinas,
pobladoras de barrios, afrodescendientes, jóvenes, amas de casa, académicas.
Mujeres que por 8 años han compartido un sueño con otras tres mil mujeres en el
país por una salida negociada y política del conflicto armado y el tratamiento
pacífico noviolento de los conflictos en las diferentes expresiones de la vida
cotidiana.
MOVIMIENTO con múltiples expresiones a su interior, lo que pone de manifiesto
esa diferencia que enriquece y florece en las acciones propias y particulares de
cada expresión. No somos la mujer, somos las mujeres de todas las condiciones,
edades, atravesadas por factores culturales evidenciados en las relaciones de
poder y valoración de lo femenino en una cultura donde la vida como valor
sagrado, propio del ritual y el cuidado está en crisis, es funcional, es mercancía,
es algo con lo que se trafica, y se desaparece. Algo desechable. “ …los
progresos técnicos de nuestras democracias avanzadas, que no tienen otra
ambición que la de
“manejar” la vida inocentemente, están cargados de la
misma amenaza totalitaria (ver totalitarismo nazi, y estalinista y los campos de
concentración). La amenaza de destruir la vida tras haber devaluado el problema
de su sentido…” (CLEMENT Catherine y KRISTEVA, Julia. Lo Femenino y lo
Sagrado. Madrid: Cátedra, Universidad de Valencia. Instituto de la Mujer, 2000,
p. 22)
Es un movimiento, una fuerza vital y política, que transita como un caleidoscopio
por acciones, algunas que dan cuenta de la “política de madre” en la que se
enfatiza el rol nutricio y cuidador de las mujeres madres, hermanas, parientes que
buscan y exigen la libertad de sus hijas e hijos desaparecidos/as, secuestrados/as,
retenidos/as, como las Madres de la Candelaria, Madres y Esposas de soldados
secuestrados.
“Los años 70 fueron años de dictadura en A.L. y en general tiempo de aplicación
de la ideología de la seguridad nacional, aparece en al escena política la
organización por la defensa de los DDHH. Muchas mujeres son golpeadas por la
represión y ellas y muchos otros se organizan en comités de familiares de
desaparecidos. Las Madres de la Plaza de Mayo, son tal vez la expresión más
conocida de este tipo de organización. Cómo desde roles que han sido objeto de
opresión para la mujer: madre, esposa, hija, hermana, se levanta una
impresionante energía de defensa de la vida. Se revaloriza la maternidad como
fuerza para defender la vida. La organización de mujeres entorno a la defensa de
los DDHH ha sido una experiencia de encuentro, nucleación, organización de
mujeres de diferentes sectores sociales e ideologías que se unen para defender la
dignidad del ser humano” ( En: RAMIREZ, Olga Lucìa. Las Mujeres en América
Latina afirmando la Vida. Ponencia en el Evento Re-pensando nuestra crisis.
Proyectándonos al futuro. Oct. 23-26 de 1991. Caja 15, Legajo No. 6)
2
“Las políticas que inspiran el activismo de las mujeres por la “paz con justicia” o
“contra la guerra y el militarismo” son específicas de género, pero no son
uniformes…La identificación como madres puede convocar sentimientos
generosos de cuidado y amor que contradicen poderosamente la violencia. Pero
bordea peligrosamente cerca de las definiciones patriarcales del rol de las
mujeres, y puede ser cooptada por la propaganda nacionalista de esa misma
ideología. Algunas de las madres croatas en el caso de la exyugoeslavia que
habían clamado en un principio por una reunión masiva para “rodear a los
generales con un Baluarte de Amor, poco después distorsionaron su pacifismo
original en una plataforma diseñada para asegurarse únicamente de que sus hijos
no lucharan contra sus camaradas croatas” (Cyntia Cockburn. Género, Conflicto
armado y violencia política, 1999. En: INER, u. De A. Serie Traducciones. No. 1,
p. 12.)
Otras en cambio en exclamación, postura insurrecta y desobedientes ante las
múltiples exclusiones y enajenaciones de su cuerpo, palabras, acciones y
decisiones hemos salido al mundo a nombrarnos, darnos un lugar y hacer los
vínculos y las comprensiones desde lo que las mujeres somos, sentimos,
soñamos, en el barrio, la ciudad, los trabajos, las relaciones amorosas, el partido,
el estado, el grupo, y todos los escenarios posibles.
Todas y cada una conectada por un sueño de país con las versiones que cada
expresión tenga de lo que considera es su lugar y motivo de actuación en este
concierto que tiene movimientos lentos, excesivos, marginales, inoportunos,
asertivos, pero de los que siempre habrá algo que decir.
“…En los años 80, las mujeres reclaman en el Cono Sur “democracia en la cama,
la casa y el país”, en Colombia el movimiento feminista y el movimiento de
mujeres, teje alianzas y fortalece sus incipientes articulaciones nacionales y
regionales alrededor de la “Convención sobre la Eliminación de Todas las formas
de discriminación contra la Mujer”, CEDAW, promulgada por Naciones Unidas en
1979 y ratificada por el gobierno colombiano en 1981, ley conocida como “Ley
051”. La consigna es entonces: “SIN LOS DERECHOS DE LAS MUJERES LA
DEMOCRACIA NO VA”. (CORPORACION VAMOS MUJER. LAS MUJERES
VAMOS POR EL MUNDO COMO HORTELANAS, TEJEDORAS, ALQUIMISTAS.
Medellín, julio de 2004). En este país, la Red Nacional de Mujeres nace como un
expresión directa de ciudadanía plena de las mujeres luego de haber instalado las
mesas de discusión para la Constituyente y tener logros específicos en la
Constitución del 91, de manera que la Red le hiciera seguimiento al cumplimiento
de los compromisos del gobierno colombiano con la Ley 051.
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Un movimiento en el que soy YO con mi nombre y somos todas, ellas, las otras,
NOSOTRAS, en un acto no reconocido y validado de democracia radical, como
un simbólico que convoca y desdeña, que altera y confronta, porque las mujeres,
somos LAS, y son esas identidades en plural cruzadas por las historias, relatos y
avatares en cada región, lugar, momento.
En el siglo XIX la mujer como valor simbólico de arrojo, sacrificio y decisión
entrega sus hijos a las causas de la guerra como bien preciado para defender la
llamada patria, convive con quienes buscan maneras de tener una palabra y una
actuación en la vida pública de las élites a través del sufragio y las trabajadoras,
las hacedoras del capital industrial alzando su voz ante el atropello, la violencia
sexual, el confinamiento, esas mismas que en la primera guerra mundial
conforman la Liga de Mujeres por la Paz y la Libertad, con vida hasta el día de
hoy. Unas desde la escuela, otras desde la fábrica, las otras en el sindicato, las
otras en las iglesias, las otras en los hogares, las otras en las calles y la noche nos
van avisando que en el planeta con las mujeres algo pasa, que para muchos y
muchas no siempre es claro, contundente, entendible.
LAS MUJERES, unas hacedoras y presentes en el trabajo de hormiga, constante,
permanente, pequeño, otras desde la actuación pública con requerimientos e
imposiciones de un hegemónico masculino, otras desde el cuerpo, el arte, la
palabra, otras desde la documentación y el trabajo de poner en diferentes lugares
del planeta las situaciones de las mujeres víctimas, actoras, proponentes, quienes
desde la negociación en los pasillos de los centros de poder han puesto puntos
importantes en las agendas internacionales, quienes con el estudio, la
investigación y la producción intelectual han puesto en evidencia entrelazando
explicaciones, y comprensiones, otras que ponen sus estacas en la tierra para
levantar el rancho para sus hijos e hijas, cultivan la tierra, llevan las semillas
enredadas en sus cabellos como forma de resistir y mantener las condiciones
alimentarias en los entornos a los que llegan afectadas por el desplazamiento,
refugiadas, de las que se debaten diariamente en las organizaciones entre los
sueños y las desazones del poder, los recursos, la pobreza, el maltrato, las
depresiones y enfermedades, de las que alegremente se toman las calles y con
sus caras pintadas y sus cuerpos rompen los esquemas del consumo y ponen en
circulación lo que hacemos y vivimos en una sociedad, en general misógina, que
le cuesta oír y entender lo que hacemos y para quienes en general siempre "locas,
brujas".
Las que se sientan en las mesas de negociación, las incansables colocando
tercamente una palabra, una experiencia y se mantienen allí donde aún persiste la
mujer del contrato sexual y no la del contrato social porque su palabra sigue
siendo sospechosa o inaudible, otras que se han dedicado a mantener agendas
para las políticas públicas porque nos hemos hartado de ser sólo contadas; hoy
queremos contar, tener voz y decisión propia, sin que tengan que ser autorizadas
por el poder de los señores y las señoras que actúan a la usanza masculina
depredadora.
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“…no existe una sola identidad compartida por las mujeres; en ese sentido, las
diferencias entre las mujeres se comprenderán mejor si son tenidas en cuenta
como diferencias dentro de las mujeres… es decir, no existe la mujer víctima del
conflicto armado, existen sí las mujeres, las múltiples identidades y diferencias
dentro de las mujeres sobrevivientes y víctimas del conflicto… su yo y sus
identidades, no reclama una sola y única vindicación” (Ruta Pacífica de las
Mujeres. Palabras, representaciones y resistencias de mujeres en el contexto del
conflicto armado colombiano. Historias de vida de mujeres de Chocó, Cauca,
Medellín y Putumayo. Colombia, 2004, 161 p.)
Tal diversidad se ha organizado de diferentes maneras y han puesto en la palestra
pública y en el trabajo del día a día desde hace 30 años, en la historia reciente,
de pensar las múltiples y diversas realidades que nos permita de-velar la cultura
patriarcal, en el que la diferencia no puede, ni tiene que seguir siendo motivo de
opresión, exclusión de las mujeres.
“…Así entre el temblor, la intuición, y el acumulado propio y el de las otras y otros.
Las mujeres nos fuimos instituyendo como sujetos de derechos y responsabilidad,
para actuar con otras/otros sobre las causas de la violencia contra las mujeres y la
violencia en el país. Ha sido la pregunta por los efectos de la violencia en mi vida
íntima, familiar, colectiva, e igualmente, de mi responsabilidad con el maltrato y
permitir ser maltratada”. (CORPORACION VAMOS MUJER. LAS MUJERES
VAMOS POR EL MUNDO COMO HORTELANAS, TEJEDORAS, ALQUIMISTAS.
Medellín, julio de 2004)
Construir condiciones desde ese lugar de la diferencia que no tiene un centro sino
que tiene diversos centros, puntos de alimentación y devolución hacia otras y
otros. En el que la tendencia a homogenizar y hacia un pensamiento único, puja
por instalarse, lo que siempre será una tensión.
En este contexto, en este Movimiento de expresiones, nace la RUTA PACIFICA
DE LAS MUJERES en 1995, brota en el corazón de otra experiencia que este año
cumple 10 años en Medellín, la Mesa de Trabajo Mujer de Medellín y de las
conversaciones de mujeres activistas y feministas en Bogotá, porque sentìamos la
imperiosa necesidad de extender nuestros brazos y solidaridad con las mujeres de
Urabá en ese momento afectadas por el desplazamiento, las violaciones, y la
guerra.
“…y por fin logramos hacer realidad lo que significaba para las mujeres tener
noción de país, pensar globalmente y actuar localmente… lo que amplió nuestras
fronteras, nuestro re-conocimiento de la diversidad de mujeres que somos”…
(CVM. Op. Cit). Lo que nos ha llevado año tras año, cada 25 de noviembre día
del NO A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, a Mutatá, el Suroeste
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Antioqueño, a Cartagena de Indias a instalar el Tribunal simbólico por la verdad y
denunciando la impunidad, a Abejorral a acompañar y hacer eco de nuestro
convencimiento de “Por el Derecho al Derecho Alba Lucía Libre” una movilización
eminentemente feminista con mujeres de los 8 puntos focales de la Ruta, llegamos
a Barrancabermeja en dos ocasiones y allí el primer Encuentro Internacional con
Mujeres de Negro de Italia, España, a Puerto Caicedo – Putumayo, al Carmen de
Atrato de camino a Quibdo preparatoria a la movilización nacional este año al
Chocó.
Ha sido una iniciativa que ha movilizado a mujeres afrodescendientes, indígenas,
estudiantes, amas de casa, liderezas, mujeres de sectores populares, de las
organizaciones de mujeres y algunas organizaciones mixtas y así se fue
configurando una expresión que tiene hoy conexiones en 9 departamentos del
país. Una experiencia que nos ha permitido conocer el país y extender nuestra
comprensión y solidaridad ante un conflicto armado interno que ha llevado al
desplazamiento a más de 4 millones de personas, en el que las mujeres, niños y
niñas representan el 70% de los y las afectadas.
Para el año 2000, en el marco de la conmemoración el 8 de marzo, la
convocatoria a la Marcha Mundial de las Mujeres, la Marcha del pan y rosas,
contra la pobreza y la guerra, se convierte en un momento muy importante, en el
caso del movimiento en Medellín, para concretar un camino planetario de actuar
localmente y soñar y entender globalmente.
Iniciativa que nos juntó, en Medellín y Antioquia a mujeres, organizaciones,
expresiones e iniciativas. Nos acercamos y fortalecimos un tejido de relaciones en
especial con las mujeres del sector sindical, con quienes hasta el día de hoy
participamos y actuamos juntas en los 8 de marzo, y7o con quienes a través de la
Iniciativa de Mujeres por la Paz, IMP, como un proceso de articulación de
voluntades políticas de organizaciones de mujeres… para desarrollar una acción
política que convierta al movimiento social de mujeres en una fuerza colectiva,
para buscar espacios de participación incluyente y representativos, condiciones
indispensables según ellas para conseguir la paz y garantizar su permanencia,
construir una agenda social de las mujeres” (IMP. Constituyente Emancipatoria de
Mujeres, nuestro pacto por la paz, noviembre del 2002) como propuesta de
interlocución lograda en los 12 puntos de la Constituyente Emancipatoria de
Mujeres en el 2002 y que hoy participan del proceso de veeduría a las
negociaciones con los paramilitares en Rialito
Iniciativa con la cual la Ruta Pacífica de las Mujeres Colombianas por el
tratamiento negociado de los conflictos y la salida política del conflicto armado ha
construido propuestas y acciones contra la guerra y con quienes en el año 2002, al
igual que la Organización Femenina Popular de Barrancabermeja con 32 años de
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existencia e integrante del Movimiento Popular de Mujeres, la Mesa de
Concertación, y la Red Nacional de Mujeres nos dimos a la tarea de convocar a
una gran marcha hacia la capital del país a la que nos movilizamos 40.000
mujeres, en contra de la guerra, por la desmilitarización de la vida civil, la
negociación política del conflicto armado y la participación de las mujeres en los
proceso de negociación.
Movilización sin precedentes en Colombia de las
Mujeres contra la guerra, de resistencia y por la paz: “Las Mujeres Paz
haremos…movilizándonos contra la guerra” resistiendo en el campo, las ciudades
en lo micro y lo macro, en acciones que nos permitan hacer coherente una
postura con respecto a una paz duradera y con desarrollo sostenible, que
definitivamente no decretan los señores de la guerra en las mesas de negociación,
con impunidad y sin procesos de verdad, justicia y reparación contundentes.
En cada sitio, en cada lugar esa fuerza de las mujeres se ha organizado alrededor
de diferentes intereses y necesidades alternativas, hoy ponen en el escenario
público los efectos del conflicto armado y las violencias en la vida y cuerpo de las
mujeres. Cada expresión acudiendo a estrategias como: los informes, el lobying
con el estado y organismos internacionales de derechos humanos, las
movilizaciones, la denuncia y exigibilidad de los derechos, las campañas contra la
violencia, la desmilitarización de la vida de las mujeres, entre muchos más.
De la mano de la Organización Femenina Popular, la Ruta Pacífica de las Mujeres
en el 2002 hace su ingreso al Movimiento Internacional de Mujeres de Negro
contra la Guerra, que empieza “en Israel/Palestina a finales de los años ochenta.
El activismo de este tipo tuvo rápidamente éxito en Italia, Belgrado, Londres y
otros centros urbanos. En 1999 es una red mundial, que usa demostraciones
locales combinadas con vínculos de Internet para protestar por las agresiones
fundamentalistas, nacionalistas. Los grupos de mujeres de negro (Women in
Black – WIB) en todas partes están presionando a sus gobiernos por una
diplomacia creativa, por una genuina conservación de la paz internacional y
argumentan a favor de una voz para las ONGs democráticas y las organizaciones
de mujeres en las negociaciones de cese de hostilidades. Para esta rama del
movimiento anti bélico, las mujeres no son “hacedoras de paz naturales”.
Conocer lo que es ser excluidas e inferiorizadas como mujeres es quizá lo que
motiva a las Mujeres de Negro a trabajar por una sociedad inclusiva, negándose a
cortar las amistades a través de las fronteras étnicas, incluso durante la guerra
étnica...” (Cyntia Cockburn, Op.cit.)
Sin duda, el más importante efecto que tuvo para la Ruta de Mujeres en el
acercamiento con la OFP fue el impulso que tomaron las mujeres de negro, como
expresión del movimiento internacional de mujeres, antimilitarista, pacifista,
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antiarmamentista. Con ellas hemos tejido relaciones a través de la vía electrónica,
hemos compartido en los Encuentros Internacionales de Mujeres contra la Guerra.
Hoy en Bucaramanga, Cali, Medellín, Pereira, Bogotá, Puerto Caicedo, puntos
focales de la Ruta y las mujeres de Barranca, nos damos cita el último martes de
cada mes para el plantón de mujeres de negro contra la guerra, poniendo en
evidencia las afectaciones en la vida y cuerpo de las mujeres, las niñas y niños,
las jóvenes y las expresiones de la sociedad civil impactada por atropellos y
violación a los derechos humanos, el conflicto armado, la guerra y las violencias.
"Una a una van llegando desde sus barrios y veredas mujeres de todos los
sectores, siempre de negro, como espejo del corazón herido por la muerte. Y con
flores amarillas, pañuelos amarillos, evocando la esperanza, ese símbolo
macondiano que rodeó a Mauricio Babilonia, el hombre noble y digno que no supo
más que amar y que, aún después de muerto, inspiraba el vuelo de las mariposas
amarillas.
´Algunos piensan que estamos locas´ dicen cuando describen las miradas atónitas
de los transeúntes. Y puede ser cierto. ¿Acaso no es a nombre de la racionalidad
y la cordura que se matan los hombres y (mujeres) de este país?
…. Nosotras somos un grupo de mujeres que de negro y en silencio,
manifestamos nuestro no rotundo a la guerra y las violencias en un acto público,
todos los últimos martes de cada mes, en distintas ciudades y regiones del país.
Nos sumamos solidariamente a las feministas pacifistas israelíes, palestinas,
norteamericanas, yugoeslavas, italianas que, de negro, en silencio y públicamente,
se oponen a las guerras y al armamentismo desde sus respectivos países….
Nosotras somos colombianas que nos vestimos de negro por todas las víctimas
conocidas y desconocidas del conflicto armado, incluido el conflicto urbano;
estamos vestidas de negro para protestar por las políticas y prácticas de todos los
ejércitos, cuyos argumentos son la fuerza y la violencia.
El silencio lo hemos elegido porque los horrores de la guerra son innombrables,
porque rechazamos decir palabras superfluas que nos impiden reflexionar sobre
nosotras y sobre los demás. Escogemos el silencio frente a muchos medios de
comunicación que presentan las noticias del dolor de la guerra, como hechos
sensacionales y de manera amarillista….
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Así, el color negro que vestimos y el silencio que comportamos, hacen visible
nuestro repudio a todas las guerra y nuestra firme intención de promover e
impulsar acciones y valores desde la no violencia, la solidaridad, la sororidad y la
defensa de la vida digna.
…La vida es un derecho indispensable para ejercer los demás derechos, pore so
nosotras reiteramos, vestidas de negro, en silenci, portando flores y mariposas
amarillas: las mujeres no parimos hijos e hijas para la guerra" (Mujeres de Negro
Contra la Guerra. Manifiesto". En: Ruta Pacífica de las Mujeres. No pariremos
hijos, ni hijas para la guerra. Colombia, 2003, p. 51-52).
LA VIOLENCIA, LAS VIOLENCIAS, LA GUERRA, LAS GUERRAS
“En Colombia el impacto de la violencia socio política en las mujeres, se expresa
en el informe internacional de la Relatora Especial sobre la Violencia contra las
Mujeres y el reciente informe de Amnistía Internacional que señala , “[en] el curso
de los 40 años del conflicto colombiano, todos los grupos armados –fuerzas de
seguridad, paramilitares y guerrilla- han abusado o explotado sexualmente a las
mujeres, tanto a las civiles como a sus propias combatientes, han tratado de
controlar las esferas más íntimas de sus vidas sembrando el terror entre la
población, explotando e instrumentalizando a las mujeres para conseguir objetivos
militares, han convertido los cuerpos en terreno de batalla. Los graves abusos
cometidos por todos los bandos del conflicto armado siguen ocultos tras un muro
de silencio alimentado por la discriminación y la impunidad, lo que a su vez atiza la
violencia, característica del conflicto armado interno colombiano. Las mujeres y
niñas son las víctimas ocultas de esa guerra.”1 (Documento borrador de la Red
Nacional de Mujeres, marzo de 2005)
LA RUTA DE LA RUTA
“En este contexto desde la Ruta Pacífica insistimos en la salida política y
negociada del conflicto, exigiendo se garanticen los derechos a la verdad, justicia
y reparación para las víctimas en lo individual y lo colectivo.
La Ruta Pacífica de las Mujeres ha construido y promovido sobre este proceso:
•
Visibilizar las consecuencias de la guerra y las violencias en la vida y
cuerpo de las mujeres, las organizaciones y ponerlas en el escenario
público.
•
Trabajar en una Veeduría Internacional a los crímenes que se cometan
contra las mujeres en conflicto, buscando garantizar verdad, justicia frentes
a esos hechos. Seguimiento al comportamiento de los actores armados,
1 Amnistía Internacional. Colombia: cuerpos marcados, crímenes silenciados: violencia sexual contra las mujeres en el marco del
conflicto armado. Octubre de 2004. Pág. 1.
9
que de cuenta y juzgue los crímenes de lesa humanidad, incluidas las
violaciones a las mujeres, perpetrado en el marco del conflicto armado
colombiano.
•
Dejar ver, reconstruir la memoria y esclarecer la responsabilidad de tantos
crímenes en el cuerpo y vida de las mujeres.
•
La recuperación de la memoria colectiva, se constituye para nosotras en un
elemento indispensable para frenar el horror y de-velar la impunidad.
•
Con una ética de la noviolencia reconstruir los lazos amorosos, asumir
nuestra responsabilidad como ciudadanas y ciudadanos para lograr una
sociedad que sea capaz de tramitar sus conflictos de forma negociada…
•
Garantizar la verdad, la justicia y la Reparación integrales con rostro de
mujer, que acoja las garantías para las mujeres que han sido afectadas por
la guerra y las violencias, en el contexto de conflicto armado colombiano"
("Nuestras apuestas por la Verdad, la Justicia y la Reparación. Apuestas
políticas. En: Boletín Ruta No. 5, enero 2005, p. 5)
•
Por esto… vamos a seguir trabajando en alianza, porque estas permiten
una mayor eficacia e impacto en las acciones…”se aboca a seguir un
proceso de formación y educación para la paz, continuar los procesos
investigativos, las acciones públicas para la defensa del Estado social de
Derecho, aportando nuestro granito de arena para que se den los procesos
de negociación, que deben estar precedidos por el derecho a la verdad, la
justicia y reparación, condiciones a exigir tanto en las negociaciones con
los paramilitares como con la guerrilla” (Ruta Pacífica. Boletín No. 4.
Noviembre de 2004), que realmente lleve a un proceso de reconciliación
consistente
Así es como, las recomendaciones suscritas en el Plan de Acción de Igualdad,
Desarrollo y Paz para todas las mujeres del Mundo construido en Beijing en 1995
y hoy vigente en Beijing + 10 seguirán siendo nuestras líneas de actuación y
seguimiento al cumplimiento por parte del estado y los gobiernos, en relación a la
mujer y los conflicto armados:
1. Aumentar la participación de la mujer en la solución de los conflictos y proteger
a las mujeres que viven en situaciones de conflictos armados o de otra índole
y bajo ocupación extranjera (para la cual han diseñado la Resolución 1325 de
Naciones Unidas como herramienta para dar cumplimiento con estas
recomendaciones)
2. Promover la reducción de los gastos militares en armas
3. Promover formas no violentas de solución de conflictos y reducir la incidencia
de las violaciones de los derecho humanos en las situaciones de conflicto.
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4. Proporcionar protección, asistencia y capacitación a las mujeres refugiadas y
desplazadas.
5. Promover la contribución de la mujer al logro de una cultura de paz.
NI UN HOMBRE, NI UNA MUJER, NI UN PESO PARA LA GUERRA
NI GUERRA QUE NOS DESTRUYA, NI PAZ QUE NOS OPRIMA.
Es un movimiento diverso, amplio en el que conviven todas las tensiones propias
de lo que ustedes han señalado en el día de ayer con respecto al uso y manejo de
las relaciones del poder a su interior, la autonomía con el Estado y los partidos, la
cooperación internacional y los recursos, la institucionalización del movimiento, la
coptación por parte del estado, el aumento de mujeres que participan de diferentes
instancias y lugares de interacción social, política, económica, sin la redistribución
social del trabajo reproductivo.
Acercar la teoría a la práctica o la práctica a la teoría, permite mirarnos y
reconocer el camino que recorremos y las dinámicas propias de los movimiento y
la convivencia de diferentes formas de expresarnos, de concebir nuestras
apuestas políticas y de concretar el sueño de país que tenemos, ya que no es una
labor de los pequeños grupos sino del concierto de las pequeñas diferencias que
tienen dos posibilidades: regodearse en la pequeña diferencia para mantenerse
ante el otro o la otra como el moralmente correcto, invalidando y descalificando a
los otros, las otras; o reconociendo las posibilidades del trabajo conjunto, con todo
lo difícil que es, porque el sueño político, no borra nuestras pasiones y desazones
humanas, de poder para estar en posición vanguardista o en posición de construir
con, tramitando, conversando, definiendo el límite propio del movimiento.
Muchas gracias.
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