ESFERA CULTURAL Equipo nacional de waterpolo femenino. Las ‘reinas’ españolas del deporte apuntan a Río unque todavía no acaparen el mismo espacio mediático que sus colegas masculinos, las mujeres mandan en cuanto a resultados desde 2012 y firmaron éxitos sin precedentes en el JULIÁN DÍEZ último año. SEPTIEMBRE / OCTUBRE 2015 A La primera medalla olímpica para una española, Blanca Fernández Ochoa, llegó en 1992. Noventa y seis años después del nacimiento del movimiento olímpico contemporáneo en los Juegos de Atenas de 1896. Sin embargo, la desventaja en cuanto a resultados del deporte femenino español se ha dado la vuelta; en Londres 2012, de los diecisiete metales obtenidos por España, once fueron para mujeres. De los tres oros, dos fueron para chicas. De hecho, casi el único deportista español que con todo rigor puede considerarse que pertenece hoy por hoy a la elite mundial es la nadadora Mireia Belmonte. Por mucho que sea mucho menos conocida por el gran público que la estrellas masculinas. Lo cierto es que Belmonte está entre las cinco mejores nadadoras del mundo en la actualidad, mientras que es dudoso que estén hoy por hoy en el 58 Escritura PÚBLICA En Londres 2012, de los diecisiete metales obtenidos por España, once fueron para mujeres podio sus especialidades, por edad o por problemas puntuales, Rafa Nadal, Fernando Alonso, Pau Gasol, Marc Márquez, Andrés Iniesta o Alberto Contador. Un año esclarecedor. 2014 fue especialmente esclarecedor al respecto. Mientras la selección de fútbol caía en primera ronda del Mundial de Brasil, la de baloncesto fracasaba en los cuartos del mismo torneo que se jugaba además en casa, Alonso salía de Ferrari con más pena que gloria y el equipo de Copa Davis descendía a segunda división por primera vez en veinte años, las chicas acumulaban los mayores éxitos de su historia. ¿Cuál es la razón de este cambio de tendencia? Para Mireia Belmonte, “se trata de algo progresivo. Llevábamos años sumando mejores resultados, se ha mantenido el trabajo duro y todo ha terminado por coincidir”. Amaya Valdemoro, la ex capitana de la selección de baloncesto que justo se retiró tras ganar el Europeo de 2013, apunta además un gen competitivo al que ya la sociedad no pone cortapisas: “La financiación es ahora la misma para chicas y chicos, y nosotras podemos dedicarnos al deporte creo que sin tanta presión mediática y con muy buen ambiente en los equipos. Y sacar el carácter que tenemos.” Con luz propia ireia Belmonte es sin duda la gran estrella de las piscinas españolas, y también mundiales. Su ejercicio de 2014 solo puede calificarse como histórico: seis medallas en los Europeos de Berlín, dos de cada metal; cuatro en los Mundiales de piscina corta de Catar, todas de oro, y tres récords del mundo. “Es cierto que he alcanzado la madurez, pero al final queda cierta sensación de que el gran público solo te mide por los resultados en los Juegos Olímpicos. Creo que Río puede ser mi gran cita”, señala. De hecho, también la última a un máximo nivel si nos atenemos al ciclo natural de una nadadora: para Tokio 2020 tendrá 30 años, lo que es una edad elevada para esta disciplina. M Quedó octava en la votación al Balón de Oro del año pasado. Obligadas a emigrar. Al igual que Boquete y buena parte de sus compañeras, las mejores jugadoras españolas de baloncesto y balonmano se ven también obligadas a emigrar, puesto que los patrocinadores no llegan al deporte femenino. Como ejemplo, baste decir que de las doce jugadoras de la selección española de baloncesto en el último campeonato de Europa, solo tres disputarán el año próximo la competición doméstica. El resto (incluyendo las cinco titulares) se reparten por Rusia, República Checa, Polonia, Turquía y las Universidades de Estados Unidos. En el caso del balonmano, siguen en casa nada más que siete de las diecisiete que formaron el último equipo. Otros conjuntos que sumaron éxitos en los últimos doce meses fueron el equipo de gimnasia rítmica, que se proclamó campeón del mundo en mazas –una especialidad que dominan desde hace varios certámenes– o el de golf. El cuarteto compuesto por Belén Mozo, Azahara Muñoz, Carlota Ciganda y Beatriz Recari consiguió el título en el International Crown, mundial extraoficial de la disciplina, aunque es justo admitir que a esa cita no acuden buena parte de las mejores jugadoras del circuito profesional. Un caso singular es, desde hace años, el del equipo de natación sincronizada. A la marcha de la supercampeona Gemma Mengual y sus 31 medallas siguió la convulsión por la salida de la dirección técnica del equipo de Anna Tarrés. Si bien Ona Carbonell ha demostrado ser una sucesora más que capacitada y siguió sumando medallas en los últimos años, el equipo en su conjunto parece haber caído algunos peldaños en las citas mundiales, debilitadas por sucesivas bajas como la de Marga Crespí, que prefirió unirse al espectáculo de El Circo del Sol en Las Vegas antes que seguir en la práctica deportiva. Lo mejor es que Belmonte no está sola. Duane da Rocha, brasileña afincada desde su infancia en Málaga, también se proclamó campeona de Europa, en su caso en 200 espalda. Y Judit Ignacio (gran promesa de 22 años) y Jessica Vall también consiguieron sus primeros metales relevantes en la cita berlinesa. En el atletismo, el protagonismo inesperado corresponde en los últimos tiempos a una veterana. Tras los Juegos de Londres, la saltadora Ruth Beitia anunció su retirada a los 33 años. Dos después, se proclamaba por segunda vez campeona de Europa en un broche fantástico para su competitiva carrera, que SEPTIEMBRE / OCTUBRE 2015 Es llamativo que lo que parece común denominador de las selecciones españolas femeninas, en particular en los deportes de equipo, sea ese factor, el carácter. Tanto la de balonmano como la de waterpolo reciben el sobrenombre de las guerreras, y también es esa condición la que define a la renovada selección de baloncesto. Con jugadoras que en la mayoría de los casos no cuentan con un físico tan notable como el de sus rivales, la selección española baloncesto ha perdido solo dos partidos en los últimos tres años. En este periodo ha sumado un oro europeo, una plata mundial –frente a las intocables estadounidenses– y un bronce en el último europeo, donde solo se perdió el choque de semifinales ante Francia. El balance para el waterpolo es igualmente destacado, con plata en Londres 2012 y oro en el Mundial de 2014. Las chicas del balonmano, por su parte, se proclamaron subcampeonas europeas en 2014, además de lograr el bronce en Londres 2012, y aspiran a todo en el Mundial que se celebra en Dinamarca el próximo mes de diciembre. El único deporte de equipo relevante que falta a la cita con las medallas es el fútbol, pero lo cierto es que su balance en los últimos tiempos puede considerarse como francamente esperanzador. 2015 ha vivido la primera presencia de España en un Mundial femenino, y aunque se saldó con una prematura eliminación (y la salida del seleccionador nacional, que llevaba 25 años en el cargo, ante la rebelión de las jugadoras), el camino parece comenzado. Las jóvenes se han proclamado también subcampeonas europeas sub19 y mundiales sub17, así que existe cantera que invita a pensar en mejoras. Una jugadora española, Vero Boquete, fue este año campeona de Europa con su club, el Frankfort alemán, y acaba de firmar con el Bayern de Múnich. Escritura PÚBLICA 59 ESFERA CULTURAL Fundación Telefónica apoya el sueño de Teresa Perales n los Juegos Paralímpicos del próximo año en Río de Janeiro, una deportista española aspira a convertirse en la más laureada de la historia del olimpismo. La aragonesa Teresa Perales lleva 22 medallas paralímpicas; si suma alguna más en las cinco pruebas en que participará, superará al mítico Michael Phelps como el deportista con más preseas en la historia. La nadadora, de 40 años, sufre una parálisis en las piernas desde los 19. Llega a la cita con excelentes perspectivas después de que en el Mundial de Natación de Eindhoven, el pasado año, hiciera podio en todas las pruebas en que participó: cuatro oros y tres platas. Fundación Telefónica ha firmado un acuerdo de colaboración de dos años con Perales, que actuará como su embajadora e imagen en este periodo y recibirá a cambio todo el soporte necesario para garantizar una óptima preparación de cara a ese reto histórico. E SEPTIEMBRE / OCTUBRE 2015 Selección española femenina de baloncesto. espera prolongar hasta Río. Algo que parece a su alcance si se considera que el salto de 2,01 con el que logró el oro en la cita de Zúrich fue la mejor marca mundial del pasado año. Aunque mayor sorpresa fue la que dio el año pasado Carolina Marín cuando se proclamó campeona del mundo de bádminton. Hablamos de un deporte olímpico que en España no llega a tres mil federadas mientras en China o Indonesia suma millones de practicantes. Pero esta onubense de 22 años parece decidida a impulsar este deporte: tras ser la tercera occidental en ganar el Mundial en sus 21 ediciones, este año se convirtió en la primera jugadora del ránking mundial. De todas las proezas logradas por las deportistas españolas en los últimos tiempos, sin duda la suya es la más inespe- 60 Escritura PÚBLICA rada por practicar un deporte sin tradición alguna en España. No tan espectacular, pero también sobresaliente en un deporte que nunca aparece en los medios es el caso de Lidia Valentín, la levantadora de peso que ha conseguido proclamarse los dos últimos años campeona de Europa en la categoría de menos de 75 kilos. Con treinta años, Valentín tendrá su gran oportunidad en Río después de acariciar la medalla en Londres, donde terminó cuarta. Sería injusto no mencionar al menos a Lilian Fernández y Elsa Vaquerizo, que consiguieron el subcampeonato europeo en una disciplina en ascenso como es el voley playa. También surgen figuras en deportes de mayor tradición. Tras años de relativo vacío después de la retirada de Arantxa Sánchez Vicario y Con- La selección española de baloncesto ha perdido solo dos partidos en los últimos tres años. De sus doce jugadoras, nueve militan en equipos extranjeros chita Martínez, el tenis femenino español ha encontrado este año en Garbiñe Mugurutza a su nueva estrella. Hasta convertirse en finalista de Wimbledon este año, había sido sobre todo noticia por la posibilidad de que jugara para Venezuela, país originario de su madre y donde nació. Sin embargo, se inclinó por España, vive en Barcelona y ya es novena jugadora del mundo. El veredicto de los expertos es claro: dadas sus formidables condiciones físicas y su juventud, es una potencial número uno del mundo si mantiene su nivel de progresión. Otro deporte en el que no le han faltado éxitos a España es la vela, que precisamente sumó los dos oros femeninos del medallero en Londres 2012. Uno de ellos fue obtenido por Marina Alabau, la auténtica reina de la categoría RSX en la actualidad. De todos estos nombres debería salir, en justicia, el de la abanderada olímpica española en 2016. Aunque sea grande la tentación de premiar a figuras veteranas que nunca han tenido ese privilegio, caso de Rafa Nadal o Alberto Contador, lo cierto es que el peso del deporte femenino español merecería ese reconocimiento simbólico. En particular dado que, desde 1896, solo dos mujeres han llevado la bandera en el desfile inaugural de unos Juegos Olímpicos de verano: la infanta Cristina en 1988 y la judoka Isabel Fernández en Atenas 2004.