Informe sobre la participación y exposición del MAGISTRADO Vocal II, Dr. César Ricardo Crisóstomo Barrientos Pellecer en la reunión de expertos de Europa, Canadá, Estados Unidos, África y Asia sobre justicia transicional y Estado de Derecho, realizada en Nueva York, Estados Unidos, del 7 al 8 de diciembre 2011 La Justicia transicional: un ejemplo la evolución del sistema de justicia guatemalteco: Avances y retos 1 . César Ricardo Crisóstomo Barrientos Pellecer. 2 Agradecimiento y contexto. Agradezco a los organizadores de este evento la posibilidad de compartir experiencias globales sobre la justicia transicional y el Estatuto de Roma, sobre todo porque comparezco como único expositor latinoamericano, y en efecto, Guatemala, con el acompañamiento de la comunidad internacional y especialmente de la Organización de Naciones Unidas y el Programa de Naciones para el Desarrollo (PNUD) vive un proceso importante de cambios positivos. Los avances de la justicia en Guatemala permiten establecer esperanzadores logros que han conducido a una encrucijada de cambios estructurales o de involución. Justicia: clave del desarrollo. Según la experiencia de numerosos pueblos y así lo ratifican los Tratados y Acuerdos Internacionales, el sistema de justicia y su funcionamiento eficaz e independiente constituyen la clave del funcionamiento eficiente del Estado de Derecho, por cuanto la garantía del 1 Exposición en reunión de expertos “Supporting Complementarity at the National Level: An integrated approach to rule of Law” 2 Magistrado Vocal Segundo de la Corte Suprema de Justicia y presidente de la Cámara Penal. 1 imperio de la ley, es condición comprobada de estabilidad política, armonía social y desarrollo . La justicia transicional. Se conoce como tal el necesario proceso de fortalecimiento y modernización de la justicia en los Estados que no han construido una división republicana, especialmente en aquellos gobiernos surgidos luego de conflictos internacionales o nacionales ocurridos en las dos décadas finales del Siglo XX (caso de Guatemala) y en la primera, del Siglo XXI. Este proceso pasa obligadamente por la formación de una voluntad política real en cada Estado para someter conforme a las leyes a quienes amenacen o lesionen los propósitos fundamentales de la organización política territorial de las sociedades humanas, a saber, la protección de la persona humana y la realización del bien común. De allí que el principal obligado al sometimiento de las leyes sea el Estado y los servidores públicos. Si la fortaleza del poder judicial sustenta la vida en democracia, la debilidad judicial deliberada es concausa del atraso y la violencia en aquellos pueblos que carecen de voluntad o capacidad para garantizar la investigación, persecución, juzgamiento y sanción de los actos que trasgreden los valores y bienes tutelados por el ordenamiento jurídico, cuya impunidad deja sin protección, por ende, los derechos de las personas reconocidos por la humanidad en Tratados y Acuerdos Internacionales y en las constituciones de cada Estado, lo cual es, además, fuente de conflictos internos permanentes, o motivo de la reanudación incesante de guerras civiles o de guerras interestatales que amenazan la armonía mundial. Parece exagerada la afirmación anterior, pero cuando el derecho creado por los procedimientos democráticos establecidos no se cumple, los ciudadanos pierden credibilidad en el proyecto nacional, se distienden los vínculos de pertenencia y compromiso que propician la identidad nacional y el sentido de que somos parte de la sociedad internacional. Situación que nos encierra 2 en los círculos viciosos de democracias frustradas, anarquía, regímenes de fuerza, represión, ingobernabilidad. El Estatuto de Roma. Es indiscutible la importancia para la paz mundial que cada Estado miembro de la ONU sea capaz de garantizar a su población el respeto de los derechos humanos, el eficiente funcionamiento de la justicia y la existencia del orden ceñido por el derecho, lo cual explica la relevancia del Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional. Revela este Tratado la apuesta de la Comunidad de Naciones al Estado de Derecho vía la construcción de un verdadero poder judicial. El presupuesto principal del Estatuto de Roma: la intervención supletoria del tribunal penal internacional para asegurar el juzgamiento de delitos de lesa humanidad, propicia la oportunidad, en primer término, de formar la voluntad política en cada Estado para el ejercicio responsable de la jurisdicción, es decir que deja primero la posibilidad soberana de organizar un sistema de justicia interno capaz de dar imperio a las leyes y de enjuiciar a los responsables de la comisión de los crímenes más graves con el fin de asegurar, en lo interno, la protección de los derechos humanos de las presentes y futuras generaciones; y, en lo externo, la paz y la seguridad mundial. El Tratado de Roma crea la Corte Penal Internacional, normas sustantivas y procedimientos ceñidos a las reglas de juzgamiento creadas por la civilización y a los principios del sistema acusatorio; oralidad, publicidad, concentración, contradicción e inmediación, en los que las partes, imputado y víctimas actúan en igualdad de derechos y además, obliga la reparación integral de los daños efectuados por el delito 3 . Modelo y guía de justicia. Por lo anterior, el Estatuto de Roma además de un Tratado Internacional es un modelo de justicia a seguir por los principios y las normas sustantivas y procedimentales acogidas, debido a que introducidos 3 Gómez Colomer, Juan‐Luis. El Tribunal Penal Internacional: investigación y acusación. Tirant Monografías. España, 2003.203 páginas. 3 en los procedimientos internos de cada país fortalecen la justicia nacional, además de impulsar la similitud de procedimientos penales, lo que favorece la colaboración penal internacional. A la vez, el Estatuto puede ser calificado como uno de los logros más trascedentes de la justicia penal, pues marca una nueva era y avances sólidos en el objetivo de alcanzar uno de los ideales y fuerzas espirituales más grandes de la humanidad: el fin de la impunidad en materia de Derechos Humanos y por lo tanto, es también el instrumento principal y marco legal guía de la justicia transicional. Con la guía del Estatuto de Roma, los Estados nacionales: a) Deberán garantizar el cumplimiento del Derecho Penal y la eficiencia del proceso judicial. No pueden dejarse impunes los delitos de lesa humanidad. Pero el Estado soberano que adquiere esa capacidad, la adquiere también para asegurar la persecución y juzgamiento de los delitos más graves contra los intereses sociales y los bienes y valores tutelados penalmente. b) No podrán, los Estados soberanos, actuar fuera del derecho para reprimir delitos. Es tarea prioritaria signada en el Estatuto de Roma el que cada Estado soberano, abra el acceso a la justicia, garantice la independencia e imparcialidad de jueces y la autonomía del Ministerio Público, así como, destinar recursos y realizar esfuerzos para la eficiencia del servicio justicia. El fin de la impunidad. El objetivo principal del Estatuto de Roma es imponer el fin de la impunidad de delitos de lesa humanidad, esto explica su naturaleza supletoria: la Corte Penal Internacional solo puede intervenir cuando un Estado renuncia, no es capaz, no quiere juzgar esos delitos o usa el sistema para asegurar impunidad. La supletoriedad en teoría deriva en 4 que la jurisdicción de los Estados que lo han ratificado se hace “más fuerte, independiente y jurídicamente eficaz” 4 . De allí que su configuración y competencia exclusiva referida a delitos cometidos a partir de su ratificación, el Tratado propicia, obliga y conduce a los Estados, en bien de su soberanía, a construir un sólido y eficiente sistema de justicia penal. La experiencia universal, decía Montesquieu, demuestra que quien tiene poder tiende a abusar de él hasta que encuentra un límite que lo contenga. Pues bien, el primer límite institucional es el sistema de justicia. La inclinación a abusar del derecho es tanta que ocurre en todas partes y en todos los tiempos, lo que diferencia a las naciones es que unas persiguen y sancionan y previenen las arbitrariedades e ilegalidades y, otras, no. Estas últimas, son hoy, las naciones con rezagos en su desarrollo, más aún Estados cuyos constantes fracasos empiezan a ser calificados, por sus constantes fracasos, como fallidos, porque no ofrecen a sus habitantes protección judicial, seguridad, orden, libertad y progreso económico. Para asegurar el orden mundial, la Comunidad de Naciones ha avanzado a un segundo y supremo límite: la justicia universal. El primero fue la consagración de los derechos humanos en la posguerra a mediados del Siglo XX. El propósito humanista mundial se encamina a la consagración de estos derechos. No se permite no querer o no poder juzgar delitos de lesa humanidad, si el Estado no lo hace, será juzgado por un tribunal penal internacional. Una nueva clasificación de delitos. Aparece en consecuencia lo que puede ser un nuevo elemento en la clasificación tradicional de la acción penal: 1) delitos de acción penal pública, 2) delitos de acción pública dependientes de instancia particular y 3) delitos de acción privada. El nuevo elemento clasificatorio es: 4) delitos de acción penal pública internacional, que implica 4 Gernandes, Jean Marcel. La Corte Penal Internacional. Editoriales Temis, Ubijos y Zavalía. Bogotán, México D.F. Madrid, Buenos Airres, 2008. Página 16. 5 la persecución obligada por el Estado que los sufre, o por el Tribunal Penal internacional, en forma subsidiaria, de delitos de lesa humanidad que comprende conductas cometidas desde o por el Estado, tipificadas de acuerdo al Estatuto de Roma como: crimen de genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y crimen de agresión. Está claro que la Comunidad Internacional ha dado un paso trascendental en el obligado respeto de los derechos humanos como base de la convivencia interna e internacional. Como resultado: El Estado de Derecho queda sometido a su observancia. Las normas que integran el Tratado establecen procedimientos expeditos con disposiciones que evitan los juicios ad infinitum, establecen medidas para: asegurar la investigación y la prueba lícita para establecer la verdad, proteger a los testigos y a las víctimas, mecanismos que permiten la intervención de las víctimas en el procesamiento y que aseguran la reparación integral. Ventajas de la inevitable ratificación. Muchos Estados han fortalecido su ordenamiento jurídico penal a partir de la normativa del Estatuto de Roma y más, aún, en el caso de los que como Guatemala no lo han suscrito han dado recepción obligada a importantes disposiciones del Estatuto a través de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y en su legislación interna. El Estatuto de Roma es de inevitable adhesión futura para Guatemala y para todos los Estados que no lo han ratificado para poder ser reconocidos como pares y ser tratados como iguales en la sociedad de Naciones, así como tener acceso igual a la asistencia de todas las organizaciones internacionales y reducir la distancia que separa los países en vías de desarrollo de los desarrollados. Es necesaria la ratificación de todos los países que integran la Comunidad de Naciones, porque la conciencia universal se inclina a la consagración de los 6 derechos humanos como requisito de coexistencia de la humanidad y de su progreso, por lo que cada Estado por su propio bien y la seguridad de sus habitantes debe respetarlos y garantizarlos. Con lo que podemos confirmar que el Estatuto es además de una guía obligada, una oportunidad de modernización, de apoyo a la eficiencia y a la independencia judicial, de preparación para recibir y hacer uso efectivo de la ayuda internacional. Soberanía nacional. En el Siglo XXI la soberanía nacional solo puede ser entendida como un ejercicio compartido con los otros Estados, las democracias han unido sus destinos en el Derecho Internacional Humanitario y la globalización económica. Quiérase o no, los conceptos y fundamentos tradicionales de Estados aislados, que hacían de su supuesta soberanía justificación de atrocidades y abusos contra sus ciudadanos y pueblos son cada vez menos aceptados en la Comunidad de Naciones. Los Estados han perdido la capacidad de hacer lo que quieran en materia de derechos humanos. Las relaciones interestatales, trasgubernamentales y trasnacionales del siglo XXI hacen que la soberanía implique “la pertenencia en igualdad de condiciones a la sociedad internacional de Estados con derechos y obligaciones análogos a los demás” 5 Un poder judicial históricamente débil. Numerosos Estados no han podido construir el sistema de justicia que evidencie y demuestre la capacidad de querer y poder enfrentar la impunidad y la criminalidad. Fenómeno que se observa en las sociedades con mayores desigualdades, que por cierto son aquellas en las que prevalece también la corrupción, la violencia y la inseguridad. Los Estados que han sufrido guerras internas, internacionales o severas crisis con gobiernos por regla autoritarios, dictatoriales, militares o débiles 5 Sorensen, Georg. La Trasformación del Estado. Tirant ol Blanch, España, 2011. Página 126 7 “democracias formales”, no han construido o concluido de hacer funcional un verdadero sistema de justicia. Impulsar la evolución política, social, cultural y jurídica para formar y mantener la estructura, las condiciones y mecanismos que permiten la división de poderes que caracteriza el Estado republicano, es lo que persigue la justicia transicional. La justicia transicional y el caso de Guatemala. El caso de Guatemala permite analizar los avances y las exigencias que plantea la justicia transicional. Como se sabe, no se ha ratificado el Estatuto de Roma, pero el pasado de violencia no debe comprometer el presente y el futuro de los derechos humanos ni el compromiso gubernamental de respetarlos. Las sombras de la impunidad del pasado deben dejar de amenazar nuestra convivencia futura, afectada hoy por altos índices de criminalidad. Supeditación de la soberanía al derecho humanitario. Es imprescindible aceptar la realidad jurídica mundial y nacional: La comunidad internacional ha dado, como se ha dicho, la supremacía a la justicia humanitaria sobre la soberanía nacional, puesto que está construida sobre la suposición de que un Estado puede cuidarse a sí mismo y proteger a sus habitantes; es decir, para dar imperio a sus leyes y cumplir los fines de su organización y por eso tiene el derecho a su autodeterminación e independencia. Si el Estado es débil se mantiene en una perspectiva constante de violencia y no puede representar la voluntad del pueblo o pueblos que lo conforman ni cumplir los fines de su unidad. Pero esta cesión de soberanía que vincula al país a las resoluciones de los órganos de justicia supranacionales, ergo la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para quienes ratificaron el Pacto de San José, no es en detrimento de los intereses nacionales, porque persigue la permanencia legítima del Estado y las condiciones de existencia e identidad nacional. Es el único camino de éxito en la construcción del Estado de Derecho, no solo porque aleja la posibilidad de que el mismo Estado sea una amenaza directa 8 a los derechos humanos de los personas que habitan su territorio, sino también porque aleja o extingue la posibilidad de nuevas guerras internas. Lo que han cedido los Estados a los tribunales internaciones de derechos humanos, sirve a lo interno para mantener la autodeterminación y la libertad de los pueblos y condiciones para decidir con libertad sobre sus asuntos internos y externos. El derecho se ha internacionalizado por la vía de los Tratados Internacionales que vinculan a los Estados y a sus instituciones, incluyendo a los tribunales de justicia nacionales que, además, por mandato constitucional, en virtud del principio pacta sunt servanda están obligados a aplicarlos en materia de derechos humanos. “La coexistencia de los tribunales nacionales e internacionales encargados de velar por la efectiva tutela de las personas, no debe ser fuente de conflicto entre instituciones por la primacía de la interpretación de los derechos fundamentales, sino un incentivo para entrar en un diálogo jurisprudencial sobre la mejor forma de proteger a los ciudadanos” 6 No queda otro recurso que juzgar y sancionar los crímenes de lesa humanidad, si no lo hace el Estado, lo harán supletoriamente los tribunales internacionales de Derechos Humanos. La sanción no es por venganza sino para prevenir que ningún servidor público actuará en contra de su principal obligación: proteger a la persona humana y su familia como base de la convivencia concertada al logro del bien común. El proceso de transición. Si analizamos los importantes cambios, aunque aún no del todo suficientes, en la justicia guatemalteca, se puede apreciar que ha seguido paulatinamente la guía y el modelo judicial, planteado por el Estatuto de Roma. Pero no se ha sumado al fin trascendental: ratificar la 6 Jurisprudencia del Traibunal Constitucional Federal Alemán. Extracto de las sentencias más relevantes compilados por Jürgen Schawabe. Konrad Adenauer Stiftung. México2009. Página 19. 9 voluntad universal de que desde el Estado no podrán violarse a partir de la firma de los derechos humanos y que si así fuere, no quedarán impunes. El camino iniciado habrá de guiarnos como Nación, junto con los demás miembros de la comunidad internacional a un mundo de respeto y vigencia de los derechos humanos, una justicia universal y Estados con verdaderos poderes judiciales, en los que se asegura la persecución y sanción de los delitos de lesa humanidad, pero igualmente a la persecución y sanción de los delitos graves que amenazan la organización y funcionamiento interno estatal y el orden jurídico. El acceso a la justicia, la tutela judicial y la solución oportuna de los conflictos planteados son la base del funcionamiento republicano. La Corte Interamericana de Derechos Humanos y el Estatuto de Roma. Los derechos humanos, por los Tratados y Acuerdos Internacionales, han sido priorizados sobe el ordenamiento jurídico interno y la voluntad política nacional. Al Estatuto de Roma que constituye el Tratado más avanzado en lo que se refiere al fin de la impunidad se han adherido cada vez más países, pero, por la vía jurisprudencial, los tribunales internacionales, en nuestro caso la Corte Interamericana de Derechos Humanos, han introducido en numerosas sentencias las normas del referido tratado y obligado, incluso ir más lejos al ordenar el procesamiento de casos cerrados en el pasado inmediato. Vía jurisprudencia, en consecuencia, ni las amnistías, prescripciones, cosas Juzgadas, el principio de no procesar de nuevo a una persona por los mismos hechos, han ordenado reabrir los sobreseimientos o procesos con sentencias absolutorias dictadas en los años de las guerras internas o dictaduras de las épocas de los ochenta. Según la Corte Interamericana, los procedimientos judiciales internos, cuando los hubo, buscaron evitar la investigación objetiva de los hechos delictivos y la sanción de los responsables. 10 Los poderes judiciales de los países firmantes del Pacto de San José, han debido, en cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana, abrir por su carácter vinculante, nuevos procesos penales por los crímenes cometidos desde el Estado en materia de derechos humanos. Con lo que han debido avanzar como se ha citado, más allá de lo establecido en el artículo 5º. del Estatuto de Roma. Por ejemplo, la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Chile, de fecha 13 de marzo de 2007, declara la imprescriptibilidad y prohibición de otorgamiento de amnistías por delitos cometidos por militares durante el estado de sitio entre 1973 y 1978 en aplicación de principios y reglas del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los derechos humanos. La Suprema Corte de Justicia de Argentina, en sentencia de 25 de abril del 2007 decretó que no puede aplicarse indulto por violaciones graves a los derechos humanos. La Corte Suprema de Justicia de Paraguay, en sentencia del 5 de mayo de 2008, declaró la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad, igual se resolvió en la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal Federal No. 1, Córdoba (Argentina), 24 de julio de 2008. Asimismo, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, el 10 de agosto de 2007 declaró la excepción al principio de irretroactividad de la ley penal del delito de desaparición forzada, y obligaciones de los Estados bajo Tratados Internacionales, aunque no exista legislación interna. La Corte de Constitucionalidad de Guatemala estableció el 7 de julio del 2009 que el carácter permanente con la que se tipificó en el Código Penal el Delito de desaparición forzada de personas es acorde con la Convención Interamericana de Derechos Humanos. El Consejo de Estado de Colombia, el 26 de marzo del 2009, se pronunció en sentencia sobre la responsabilidad estatal por una omisión de la fuerza 11 pública que posibilitó la desaparición forzada, cometida por particulares y la reparación integral. 7 Entre los años 2009 y 2011 la Corte Suprema de Justicia de Guatemala, Cámara Penal, declaró la auto‐ejecutabilidad de las once sentencias dictadas contra el Estado de Guatemala por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Listado de Auto‐Ejecutividades declaradas por la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia, de sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos No. Nombre del caso en la CIDH Fecha de auto‐ejecutividad en Cámara Penal 1 Niños de la Calle, Villagrán Morales y otros 11 de diciembre de 2009 2 3 4 5 6 7 Vs. Guatemala. Panel Blanca, Paniagua Morales y otros Vs. Guatemala. Carpio Nicolle y otros Vs. Guatemala Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala Molina Theissen Vs. Guatemala Chitay Nech y otros Vs. Guatemala Bámaca Velásquez Vs. Guatemala 11 de diciembre de 2009 11 de diciembre de 2009 8 de febrero de 2010 8 de febrero de 2010 25 de agosto de 2010 18 de diciembre de 2011 Con lo que puede advertirse que la normativa del Estatuto de Roma se encuentra vigente en Guatemala vía jurisprudencia internacional. Lo que varía de ratificarse el Estatuto es la declaración de la política de crear voluntad, eficiencia y firmeza de la justicia nacional, y de esa manera evitar que sea un tribunal internacional el que obligue la objetiva y eficiente función jurisdiccional interna, o los supla por incompetencia. 77 Cita de sentencias publicadas en Diálogo Jurisprudencial. Derecho Internacional de los Derechos Humanos, tribunales nacionales, Corte Interamericana de Derechos Humanos. publicación del Instituto Interamericano de Derechos Humanos y la Fundación Konrad Adenauer Stiftung, tomos 2 al 6. Editado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México 2007‐2009 12 Los tribunales de justicia latinoamericanos, y los de Guatemala no están excluidos, deben tomar en cuenta en sus decisiones por vinculación legal inobjetable “las resoluciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, órgano encargado de la aplicación e interpretación de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y de otros tratados concernientes…”8 Medidas adoptadas por el Estado de Guatemala. Entre las diferentes medidas adoptadas por el Estado de Guatemala a partir de 1996, bajo la influencia de los Acuerdos de Paz y luego en 1998, bajo la del Estatuto de Roma, destacamos: 1. La ley contra la Delincuencia Organizada, Decreto Legislativo 21‐2006, para prevenir, combatir y erradicar el crimen organizado entre las que encontramos la autorización de operaciones encubiertas, la protección de testigos, la figura del colaborar eficaz y escuchas telefónicas. 2. Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala (CICIG), Las Naciones Unidas y el gobierno de Guatemala suscribieron el 12 de diciembre del 2006 el Acuerdo relativo a la creación de una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), con tres compromisos esenciales: a) investigar la existencia de cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos de seguridad que cometen delitos contra los derechos humanos e identificar las estructuras; b) colaborar con el Estado para desarticular los referidos cuerpos ilegales y promover la investigación, persecución penal y sanción de los delitos cometidos por los integrantes de dichos cuerpos clandestinos y; c) hacer recomendaciones al Estado de Guatemala para la adopción de políticas públicas para enfrentar. 8 Ibíd. Jurisprudencia del Tribunal Constitucional Alemán. 13 3. 4. 5. 6. La CICIG es una respuesta nueva y adecuada de la Comunidad Internacional para enfrentar y superar, con el potenciamiento de las condiciones internas y el decidido apoyo internacional, el Estado de Derecho. La intervención humanitaria de fuerzas armadas de la ONU, la secesión o el fideicomiso han mostrado ser insuficientes, a muy largo plazo y costosas, además de los riesgos de politización por las fuerzas políticas internas en juego. Merece la pena evaluar la experiencia guatemalteca y la viabilidad de su extensión a otros países. Ley del Femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, Decreto legislativo 22‐2008, la implementación por la Corte Suprema de Justicia de tribunales de competencia especializada en el año 20l0. Ley de Competencia penal en procesos de mayor riesgo, decreto legislativo No. 21‐2009; Ley de Fortalecimiento de la Persecución Penal, Decreto Legislativo No. 17‐2009, Ley de Armas y Municiones, Decreto Legislativo No. 15‐2009 e implementación por la Corte Suprema de Justicia de juzgados y tribunales competentes para conocer de casos en que existen amenazas o peligros para la realización de la justicia y la seguridad de los sujetos procesales, funcionarios judiciales, fiscales, partes, testigos, víctimas. Elección más trasparente de magistrados de Corte Suprema de Justicia y de Salas de Apelaciones periodo judicial 2009‐2014 y de Fiscal General de la República, periodo 2010‐2014. La promulgación de los decretos legislativos 18‐2010 y 7‐2011, con apoyo e iniciativa de ley de la Corte Suprema de Justicia, que consolidan la oralidad, el contradictorio y el sistema acusatorio y adversarial, que igualan los derechos de las víctimas a los de los imputados en el proceso penal y que establecen la reparación integral a las víctimas de delitos. Asimismo, abren el acceso a la justicia, dan competencia penal a los juzgados de paz en todas las poblaciones del país y establecen procedimientos abreviados, a la vez 14 7. a) b) c) que simplifican las etapas procesales, que han elevado en gran porcentaje las sentencias dictadas por los tribunales de justicia penal. Estos decretos fortalecen al Ministerio Público y permiten optimizar la división del trabajo en el sistema de justicia. Las reformas al Código Procesal Penal Guatemalteco de referencia aseguran a las víctimas: el poder de que sus declaraciones, pretensiones y derechos sean atendidos por el sistema de justicia. Tiene derecho a la solución del conflicto penal y a la reparación integral, en fin, actuar en el proceso penal en igualdad de derechos y oportunidades que la defensa. La Corte Suprema de Justicia de Guatemala, integrada por trece magistrados, organiza su competencia en tres Cámaras: la de Amparos y Antejuicios, la Civil y la Penal. La Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala en relación a la sujeción del Estado de Guatemala, como miembro de las Naciones Unidas y en observancia de los tratados y Convenios internacionales ha actuado proactivamente en el cumplimiento de las obligaciones jurisdiccionales, en seis áreas: Ha ordenado la auto‐ejecutividad de las sentencias dictadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en contra el Estado de Guatemala Autorizado la investigación y procesamiento de delitos, a solicitud de parte, a través del procedimiento Especial de Averiguación, para esclarecer casos de detenidos‐desaparecidos. Conmutado la pena de muerte por privación de libertad a condenados en procesos penales en los que se han violado los principios de legalidad y del debido proceso, extendiendo a todos los casos similares, los presupuestos ordenados en las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictada en el caso Fermín 15 d) e) f) 8. 9. Ramírez versus el Estado de Guatemala y en el caso Raxcacó Reyes versus Guatemala. Impulsado en casación y en los diferentes procedimientos de su competencia, el estricto ceñimiento del proceso penal a los principios del debido proceso penal, conforme los criterios contenidos en las sentencias de la CIDH., el derecho internacional, la Constitución Política de la República de Guatemala y la legislación procesal penal guatemalteca. Presentó iniciativa de ley al Congreso de la República para abrir el acceso a la justicia a las víctimas y establecer la reparación integral, iniciativa que fue promulgada en julio de dos mil once, identificada como Decreto Legislativo 7‐2011. Trabaja en la elaboración de una Iniciativa de ley que contiene el libro primero del Código Penal a efecto de introducir en la legislación Guatemalteca los avances de la Teoría del Delito y la Pena y la jurisprudencia penal de los tribunales internacionales. Acuerdos de Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia que eliminan prácticas propias de la escritura y del sistema inquisitivo, que facilitan la gestión oral del proceso judicial y que expeditan el proceso penal e implementan los decretos legislativos 18‐2010 y 7‐2011. Ley de Extinción De Dominio. Decreto legislativo 55‐2010 que persigue la recuperación a favor del Estado de los bienes, ganancias, derechos, frutos y productos provenientes de las actividades ilícitas o delictivas. Sin embargo, el Poder Judicial sigue siendo débil. Se mantienen abiertos los espacios que permiten la cooptación del poder judicial y el tráfico de influencias. Los jueces no tienen estabilidad en el cargo, los nombramientos, ascensos o remociones en la jurisdicción dependen de voluntades, no de leyes. Los recursos económicos del sistema de justicia asignados por el Estado son insuficientes para responder judicialmente al aumento de la conflictividad 16 social provocada por diversas razones, entre ellas el aumento de los problemas del subdesarrollo, de la criminalidad, de población y de incidencia del crimen organizado, especialmente del narcotráfico. Se necesitan cambios estructurales para que la justicia de transición en Guatemala alcance los objetivos exigidos por los tratados y acuerdos internacionales y por el sistema republicano de gobierno, y se asegure con ella la democracia y el desarrollo sostenido en el marco garante del respeto y observancia de los derechos humanos consagrados por la civilización. Los avances alcanzados descritos han sido posibles debido a la participación de la sociedad civil apoyada por la Comunidad internacional y especialmente por el impulso y liderazgo de la CICIG y organismos externos de cooperación, lo que ha despertado desde simpatías hasta conciencias y desde luego fortalecido oposiciones. Modernización o involución. Estamos a un paso de vencer las resistencias y dinámicas de una organización del poder tradicional caracterizada por el ejercicio del mismo en forma arbitraria, lo que explica en cierta medida la histórica debilidad de las instituciones públicas. Sin lo alcanzado por el proceso transicional de la justicia no fuera posible presumir la posibilidad de los cambios definitivos, por ello ahora más que nunca es importante mantener la asistencia internacional y el apoyo a la sociedad civil, así como a las instituciones que integran el sector justicia: el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Defensa Pública, el Instituto de Investigación Criminal y la Policía Nacional. La importancia de la CICIG para tales fines es inobjetable. ¿Cuáles son los retos inmediatos para lograr la meta de la justicia transicional: El Estado de Derecho en Guatemala?, a continuación describimos los rubros en los que consideramos importante el apoyo internacional para fortalecer el sistema de Justicia en Guatemala: 17 1. Reforma Constitucional del Organismo Judicial. Por cuanto se han mantenido históricamente las tres limitaciones esenciales para asegurar la independencia judicial, a saber: a) Las nominaciones de jueces y magistrados por razones ajenas a la honorabilidad, la ética, la capacidad, y los méritos; b) la falta de estabilidad en el cargo de los jueces y c) La mezcla de las funciones administrativas y judiciales a cargo de la Corte Suprema de Justicia. Causas que constituyen limitaciones externas e internas a la independencia y el buen funcionamiento judicial. La reforma de referencia es inevitable. 2. La obligada naturalización del amparo. La valía del amparo en general y en Guatemala, en particular, como acción constitucional para proteger a las personas de las amenazas o violaciones de sus derechos fundamentales o para restaurar su imperio es indiscutible, con la peculiar excepción del que procede en contra de las decisiones adoptadas por los jueces competentes en un proceso judicial, porque colisiona con la función de la judicatura, por el carácter mismo de la jurisdicción y con naturaleza del proceso judicial. El juez es el protector legítimo de las garantías individuales y de los derechos humanos y el proceso judicial el medio de su consideración y protección. Por tales razones, de hecho, el amparo judicial viene a transformarse en una tercera instancia, con la desventaja que las decisiones del juez constitucional en el amparo se asumen fuera del contexto del proceso y sin conocimiento de las causas y circunstancias que el juez o tribunal tuvieron en consideración. Aunque el amparo sea una herramienta para dar vida y vigor a los derechos constitucionales no es el adecuado para hacerlas efectivas en el proceso judicial, porque éste tiene o debe tener a través de los medios de impugnación los mecanismos de corrección, reparación y garantía suficientes de observancia. 18 El amparo judicial se transforma en una causa de violación del derecho humano a una justicia en un plazo razonable, propicia el alargamiento indefinido de los conflictos judiciales, porque irrumpe los plazos procesales, por lo que tiene una incidencia negativa en la tutela judicial y la seguridad jurídica. Además, facilita el litigio de mala fe cuando es manipulado ´por alguna de las partes para obstruir o influir extra proceso judicial la solución del conflicto. Aunque cierto es que los abogados y las partes tienen derecho a utilizar todos los recursos que la ley les confiere. Pero el amparo no es para defender intereses en juego. Investigaciones científicas serias habrán de determinar si es cierto o no que los amparos judiciales se plantean sobre todo en casos de importancia económica, política o intereses de relevancia, delitos graves, como extensión del litigio y afectación del proceso judicial. Es cierto que el amparo ha ayudado a la corrección de errores y deficiencias de los procesos judiciales, pero también lo es, que no es un mecanismo de revisión de valoraciones e interceptaciones de los jueces, porque el proceso judicial se desarrolla bajo la responsabilidad y control constitucional de éstos, a quienes se les otorga constitucionalmente la función de juzgar y ejecutar lo juzgado. El litigio se ha traslado a la acción de amparo, con detrimento del proceso judicial. En materia penal es más grave. Recordemos que el proceso penal es el único instrumento en virtud del cual se aplica el ius puniendi, y que en sí mismo es el medio para averiguar la verdad, asegurar la presencia del inculpado, declarar su culpabilidad o inocencia e imponer penas y medidas de seguridad, lo que implica restricciones legales a derechos constitucionales. El sistema acusatorio guatemalteco que se gestiona en audiencias orales y públicas, contradictorias (en procedimientos cada vez con menos documentación escrita), implica conocimiento de situaciones, incidencias, circunstancias, poderes y facultades que devienen de la 19 obligada inmediación y de las necesidades de aseguramiento de la justicia que desconoce el juez o tribunal de amparo, lo que desmejora o saca del contexto de las actuaciones judiciales la decisión del juez penal. El artículo 265 de la Constitución Política de la República, establece la procedencia del amparo contra actos, resoluciones, disposiciones o leyes de autoridad que lleven implícitos amenazas o restricciones a los derechos que la Constitución y las leyes garantizan. Pero la misma Constitución ha autorizado al juez penal, limitar derechos constitucionales conforme el principio de legalidad procesal, porque le faculta a decretar la detención, la prisión legal, el allanamiento de morada, incautar o intervenir correspondencia, comunicaciones telefónicas, libros, documentos, etc., para lo cual tienen en cuenta la existencia de indicios racionales de criminalidad, pruebas y valoraciones que surgen de las necesidades propias, inmediatas, urgentes, muchas veces del aseguramiento y realización de la justicia penal. En conclusión: a) si el juez penal está autorizado a restringir derechos constitucionales para hacer realidad la justicia penal, si procede acción de amparo opera como apelación porque se revisa una medida legalmente adoptada, o definitivamente no puede proceder tal acción, porque está dictada con las atribuciones que la Constitución otorga al titular de la jurisdicción. Los jueces como depositarios del poder jurisdiccional tienen como función principal defender la Constitución y guiados por sus principios aplicar el ordenamiento jurídico interno. Los correctores de los errores cometidos son los recursos judiciales. b) la acción de amparo ha incidido positivamente en la constitucionalizarían del proceso judicial, pero no es el medio idóneo porque provoca un conflicto entre la jurisdicción ordinaria, como poder del estado encargado de la aplicar el ordenamiento jurídico, y la Corte de Constitucionalidad por la primacía de la interpretación de los 20 derechos fundamentales, con el problema de que su tutela está asignada a los jueces ordinarios y los correctores de errores o equivocadas interpretaciones a los recursos judiciales. 3. La promulgación de Ley de Carrera Judicial en la que se garantice la estabilidad, el honor, el prestigio, la capacidad y la responsabilidad del ejercicio de la judicatura como condición y garantía de las también garantías de independencia responsable e imparcialidad judicial, de manera que pueda ejercerse la judicatura todo el tiempo que lo permita la buena conducta, la calificada dirección del proceso penal, el cumplimiento de los presupuestos procesales, las resoluciones justas y en plazos razonables. Ley que debe asegurar el ingreso y los ascensos por méritos éticos y profesionales y dedicación exclusiva a la judicatura, es la de Carrera Judicial. Entonces se alejarán cada vez más las influencias ajenas, de las redes clientelares y las tentaciones de incidencia y manipulación de la justicia. Los ingresos y ascensos deben realizarse por concursos trasparentes que deriven en la nominación de los más éticos y mejores profesionales. En el proceso de postulación deben eliminarse los procedimientos que permiten el tráfico de influencia y la incidencia de redes clientelares, así como intereses gremiales y políticos. Para conocer de las faltas disciplinarias de los jueces y enfrentar el ejercicio irresponsable de la independencia judicial, es necesario crear un tribunal de instancia y uno de apelaciones con competencia específica para las faltas administrativas de los jueces en el ejercicio del cargo, así como para conocer los casos de injusticia notoria, consistentes en la emisión de resoluciones o sentencias injustas o arbitrarias en las que alguna de las partes en un proceso judicial es privada o favorecida mediante valoraciones inexplicables o ilógicas de la prueba o que las interpretaciones en la aplicación del derechos sean 21 contrarias al sentido común y la justicia elemental, según lo actuado en el proceso judicial. Asimismo, habrán de conocer aquellos casos en los que se beneficie a procesados en materia penal con medidas sustitutivas existiendo peligro evidente, notorio, comprensible por inferencia, sencilla de fuga o de obstrucción de justicia o se aplique un beneficio procesal sin que medie una razón que de manera indubitable muestre que sea necesaria y proporcional, o se le restrinjan derechos sin motivo procesal alguno. La acción de responsabilidad abarcará a la instancia de apelaciones o del tribunal de casación que haya resuelto un fallo declarado notoriamente injusto por el tribunal de responsabilidad disciplinario. La declaración de la injusticia notoria como falta gravísima debería ser resuelta como punto de derecho, no obstante para su resolución se podrán invocar elementos doctrinales y jurisprudencia, al efecto tendría que establecer un procedimiento expedito. La actual ley de Carrera Judicial ha demostrado falta de pertinencia en los cerca de catorce años de vigencia. 4. Mantener y fortalecer a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala. Si bien existen en el país hombres y mujeres valientes, decididos y capaces para dar vida a un sistema de justicia eficiente e independiente, no se han creado las condiciones y leyes para que ello pueda ser, por lo mismo, el apoyo debe continuar hasta lograr los objetivos estructurales y funcionales. La experiencia nacional derivada de la actuación de la CICIG debe servir para apoyar los esfuerzos de otros países para fortalecer la justicia penal y formar la capacidad interna para investigar y juzgar los casos que bajo la sombra de la ineficacia, la indiferencia, la ausencia de voluntad política o falta de capacitación técnica se han beneficiado generalmente de la impunidad deliberada o consentida con afectación grave del Estado de Derecho. 22 5. La auditoria y fiscalización de la justicia por las organizaciones de la sociedad civil. 6. Al actual Ministerio Público, dirigido por la Fiscal General Claudia Paz y los esfuerzos de verdadera autonomía que realiza en el ejercicio de la acción penal. 7. Promover la creación de una Policía científica de investigación criminal. 8. Impulsar el establecimiento de un presupuesto que permita al sector justicia condiciones humanas de trabajo, seguridad de jueces y fiscales, mejores salarios, tribunales con condiciones adecuadas para la oralidad e implementación de tecnología adecuada, capacitación y calificación constante. 9. Cierre de los espacios que facilitan la existencia de redes clientelares y a la cooptación y el tráfico de influencias del sistema de justicia, mediante la derogación de los procedimientos que lo permiten para desterrar en el sector justicia y otros ámbitos como la Contraloría de Cuentas y el Tribunal Supremo Electoral las fórmulas de toma de decisiones políticas de carácter corporativo, porque debilitan el sistema de partidos políticos y provocan irresponsabilidad en la nominación. 10.Tema trascedente de carácter nacional es impulsar la coordinación entre el Derecho Estatal y el Derecho Indígena, por cuanto como Nación Multicultural y Multilingüe no podemos acceder a futuro alguno de paz y desarrollo sin eliminación de toda forma de discriminación. 11.Hay que promover el acceso a la justicia, especialmente la protección de mujeres y niños e indígenas, y por lo mismo hacer efectiva la competencia de los juzgados de paz, decretada en el decreto legislativo 7‐2011 (no implementada por falta de asignación presupuestaria) en todas las poblaciones, como alternativa al temor, la inseguridad y la violencia. 23 12.La seguridad de jueces y fiscales que enfrentan casos gravísimos sin la protección adecuada y el establecimiento de condiciones adecuadas para el servicio justicia y espacios físicos. 13.Deben continuar los programas de capacitación y modernización del poder encargado de la justicia y del sector justicia en general y es oportuno en este espacio agradecer los numerosos apoyos recibidos por la Comunidad Internacional. 14. El aseguramiento de la paz y del Estado sometido al Derecho requiere que Guatemala ratifique el Estatuto de Roma, cuyo modelo judicial se ha venido siguiendo en tres vías: a) en las once sentencias dictadas contra el Estado de Guatemala por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por lo que vía jurisprudencial; b) legislación ordinaria, y c) jurisprudencia nacional; por lo que es solo el paso último para ser partes del ineludible proceso de hegemonía de los derechos humanos en la convivencia entre los pueblos. De las posibilidades de consolidación de la Corte Penal Internacional y de la justicia universal dependen las posibilidades de fortalecimiento de la Justicia en cada país y Guatemala no es la excepción. Los derechos humanos. Guatemala como hemos visto, hace esfuerzos con apoyo de la comunidad internacional, para proteger la vida, la dignidad, la libertad, la justicia y la seguridad de la persona humana, meta de la civilización que pasa por el funcionamiento debido del sector justicia y la división de poderes. Como Nación hemos aprendido que la impunidad no es alidada ni de la seguridad, ni de la paz, menos del progreso. Podemos asegurar que hay disposición y voluntad, conciencia y responsabilidad creciente en el Estado para actuar en el marco de los Tratados y Acuerdos Internacionales en materia de Derechos Humanos. La adhesión al Estatuto de Roma por parte de Guatemala corresponde al sentimiento, las aspiraciones y las demandas de los guatemaltecos y de quienes los representan con lealtad. ¡Qué mejor señal 24 a la comunidad internacional y al pueblo de Guatemala que indique mejor el camino de legitimidad y legalidad que transita Guatemala hacia el Estado de Derecho y la democracia real! 25