“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” (S-2900/16) PORYECTO DE DECLARACION El Senado de la Nación DECLARA 1.- Su repudio y preocupación por las 20 trabajadoras despedidas, en forma arbitraria y discriminatoria, por la Comisión Municipal de Puesto Viejo, Provincia de Jujuy. 2.- Su deseo de que las autoridades de la Comisión Municipal reconsideren tal decisión y reincorporen a la mayor brevedad posible a las trabajadoras despedidas; y que las autoridades del gobierno provincial tomen intervención en el tema a efectos de resguardar las fuentes de trabajo y garantizar la no discriminación de la mujer. Liliana B. Fellner.- María E. Labado. –Singrid E. Kunath. – Daniel A. Lovera. – Ana C. Almirón. –Juan M. Irrazabal. – María de los Ángeles Sacnun. –Ada R. del Valle Iturrez de Cappellini. -. –María I. Pilatti Vergara. –Nancy S. González. – María G. de la Rosa. –Inés I. Blas. – Juan M. Abal Medina. –Marina R. Riofrio. –Silvina M. García Larraburu. –Anabel Fernández Sagasti. –Ruperto Godoy. – Pedro G.A. Guastavino. –Virginia M. García. –Beatriz G. Mirkin. –José A. Ojeda. – Juan M. Pais. –Norma H. Durango. FUNDAMENTOS Señora Presidente El pasado martes 2 de agosto del corriente año, hemos tomado conocimiento de un hecho acaecido en la localidad de Puesto Viejo, provincia de Jujuy, que configura un retroceso en la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, al tiempo que es un claro ejemplo de violencia institucional y de género. En efectos veinte mujeres trabajadoras fueron despedidas por el Comisionado Municipal de Puesto Viejo, Marcelo López, de forma arbitraria y discriminatoria. Según relatan las trabajadoras la justificación invocada por el propio Comisionado fue que en virtud de que la zona es de tipo rural necesitaba hombres para desarrollar las tareas que hasta el momento venían llevando a cabo ellas. Vale destacar que entre las mujeres despedidas existen trabajadoras de planta permanente, delegadas gremiales, con carpeta médica, y lo que es peor aún, una de ellas con licencia por maternidad y otra “2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” cursando un embarazo avanzado. La mayoría de ellas son a su vez el sostén económico del hogar. La situación descripta representa un franco retroceso en materia de políticas de género; no resulta ocioso recordar que la consagración de la igualdad entre hombres y mujeres, tanto en Convenciones Internacionales como en la legislación interna de los países ha sido producto de un largo y difícil camino de conquistas históricas, las que tenían como base la lucha por la visibilización de las problemáticas de que resultaban protagonistas las mujeres, y la consagración de acciones positivas para su remediación. En el campo del derecho internacional, podemos mencionar a título de ejemplo las siguientes convenciones y declaraciones con rango constitucional, que abordan la temática de la discriminación hacia las mujeres. La carta de las Naciones Unidas reafirma la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de los derechos del hombre y la mujer. La Declaración Universal de Derechos Humanos reafirma el principio de la no discriminación y proclama que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y que toda persona puede invocar todos los derechos y libertades proclamados en esa declaración, sin distinción alguna y, por ende, sin distinción de sexo. Los Estados partes en los pactos internacionales de derechos humanos tienen la obligación de garantizar al hombre y la mujer la igualdad en el goce de todos los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos. La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer señala que la discriminación contra la mujer viola los principios de la igualdad de derechos y del respeto de la dignidad humana, que dificulta la participación de la mujer, en las mismas condiciones que el hombre, en la vida política, social, económica y cultural de su país, que constituye un obstáculo para el alimento del bienestar de la sociedad y de la familia y que entorpece el pleno desarrollo de las posibilidades de la mujer para prestar servicio a su país y a la humanidad. En su artículo 1º establece que a los efectos de la presente convención, la expresión "discriminación contra la mujer" denotará toda distinción, exclusión o restricción, basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos “2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera. El artículo 11 entra de lleno en la temática laboral, y establece una serie de obligaciones para los estados parte, por ejemplo, el derecho a las mismas oportunidades de empleo, inclusive a la aplicación de los mismos criterios de selección en cuestiones de empleo. En sintonía con esta normativa, el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos en su artículo 26 expresa: "Todas las personas son iguales ante la ley, y tienen derecho sin discriminación a igual protección de la ley. A este respecto la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a todas las personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social". Por su parte la Argentina ha ratificado los Convenios 100 y 111 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), relativos a la igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor y el segundo a la discriminación en materia de empleo y ocupación. La ratificación se ha llevado a cabo mediante el decreto-ley 11595/56 y la ley 17677 y ambos convenios han adquirido especial relevancia después de la reforma constitucional de 1994, en atención a lo incorporado en el artículo 75, inciso 22 de la Constitución Nacional. Todas estas normas ponen en cabeza de los Estados la adopción de medidas de acción positiva, cuyo incumplimiento acarrea responsabilidades en el plano internacional. Máxime si tomamos en cuenta que en el caso que estamos describiendo, el Estado no es responsable por su omisión o inacción, sino que es lisa y llanamente quien vulnera tales derechos. Todas las personas tiene derecho a la libertad, de esta garantía constitucional se desprende el derecho de Igualdad. Esta garantía constitucional se encuentra en nuestra Constitución Nacional en el artículo 16, y es el derecho que nos protege frente a todo tipo de discriminaciones arbitrarias que pueda existir entre los hombres, cuando reza que “Todos sus habitantes son iguales ante la ley y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad”. Asimismo el artículo 14 del mismo ordenamiento establece la igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral al establecer que “Se garantiza igual remuneración por igual tarea” La normativa argentina se movió en igual sentido. La Ley 23.592 Ley antidiscriminatoria refiere que quien arbitrariamente impida, obstruya, “2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” restrinja o, de algún modo, menoscabe el pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional será obligado, a pedido del damnificado, a dejar sin efecto el acto discriminatorio o cesar en su realización, y a reparar el daño moral y material ocasionados; y considera a esos efectos, como actos u omisiones discriminatorios, los determinados por razones de raza, religión, nacionalidad, opinión política o gremial, sexo, posición económica, condición social o caracteres físicos. Por su parte, el Decreto 1426/92 creó en dependencia directa del Presidente de la Nación, el Consejo Nacional de la Mujer cuyo objetivo primordial sería la concreción del compromiso asumido por el Estado Argentino al ratificar la adhesión a la Convención anteriormente citada. Específicamente en el ámbito del trabajo, la Ley 25.013 de Reforma Laboral del año 1998 contempló en el Capítulo II, Artículo 11 la figura del despido discriminatorio. Reza el articulado que “será considerado despido discriminatorio el originado en motivos de raza, nacionalidad, sexo, orientación sexual, religión, ideología, u opinión política o gremial…”. Durante la presidencia de Néstor Kirchner, en el año 2006, la Ley 26.171 aprueba el Protocolo Facultativo de la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, adoptado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 6 de octubre de 1999. Unos años después, se sanciona la Ley 26.485 de Protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, cuyo artículo 6 establece las modalidades de violencia contra la mujer, y refiere específicamente en su inciso c) a la violencia laboral contra las mujeres. c) Violencia laboral contra las mujeres: aquella que discrimina a las mujeres en los ámbitos de trabajo públicos o privados y que obstaculiza su acceso al empleo, contratación, ascenso, estabilidad o permanencia en el mismo, exigiendo requisitos sobre estado civil, maternidad, edad, apariencia física o la realización de test de embarazo. Constituye también violencia contra las mujeres en el ámbito laboral quebrantar el derecho de igual remuneración por igual tarea o función. Asimismo, incluye el hostigamiento psicológico en forma sistemática sobre una determinada trabajadora con el fin de lograr su exclusión laboral; La Ley de Contrato de Trabajo establece en su artículo 17 que se prohíbe cualquier discriminación entre trabajadores por motivos de sexo, raza, nacionalidad, religiosos, políticos, gremiales o de edad, en “2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” una enumeración que es meramente enunciativa, motivo por el cual cualquier otro tipo de trato que encierre discriminación arbitraria está alcanzado por la norma, cuya proyección no termina en la celebración del contrato, sino que abarca la totalidad de su vida y la extinción del mismo. El artículo 81 de la misma norma, obliga al empleador a dispensar a todos los trabajadores igual trato en identidad de situaciones y agrega que se considerará que existe trato desigual cuando se produzcan discriminaciones arbitrarias fundadas en razones de sexo, religión o raza. Esta norma establece el principio de igualdad de trato a lo largo de todo su texto advirtiendo la importancia de la protección. Por último, a nivel jurisprudencial existen numerosos fallos que abordan la temática de la discriminación en el ámbito laboral. A modo de ejemplo vale citar lo que ha dicho la Corte Suprema de Justicia en la causa "Álvarez, Maximiliano y otros c/Cencosud S.A. s/acción de amparo "(…) que corresponde la reinstalación de los actores, sobre la base del principio de igualdad y no discriminación, con fundamento en las disposiciones de la ley 23.592 y de normas internacionales y en el entendimiento que de la libertad de contratar del empleador así como sus poderes y facultades en el marco del contrato de trabajo, deben ceder frente a la dignidad del ser humano y el respecto de los derechos del trabajador, como sujeto de preferente tutela constitucional. El caso exige efectuar una lectura de los hechos más allá de su expresión literal, en concordancia con el principio de la primacía de la realidad, comprendido dentro del derecho protectorio respecto del cual juega como un complemento a fin de que éste no pueda ser marginado en los hechos mediante la adopción de algunas figuras jurídicas que disimulan la realidad, guiada por los principios de derecho internacional, los propios del derecho laboral y valorando la vigencia del principio de progresividad en la plena efectividad de los derechos humanos que se reconocen en diferentes instrumentos (…)”. Sra. Presidente, por todos estos argumentos solicito a mis pares que me acompañen con su voto afirmativo para la aprobación del presente proyecto de declaración. Liliana B. Fellner.-