ORGANIACION DE LA SOCIEDAD Y DESEMPEÑO FUNCIONAL Rubén S. Muñoz Ribeyro Ex Decano Nacional del Colegio de Matemáticos El Estado Peruano está organizado, en términos generales, bajo la forma de una república independiente, con el poder que radica en el pueblo el cual acepta estar debidamente representado por personas seleccionadas mediante elecciones. A ellos se les encarga ejercer determinadas actividades denominadas funciones. Mediante una NORMA FUNDAMENTAL, llamada Constitución se señalan la organización y las características de esos actos. Actualmente, admitimos la forma denominada división de poderes en Ejecutivo, Legislativo y Judicial en los cuales hay personas que desempeñan funciones bien definidas. El Poder Ejecutivo Peruano, en su más alto nivel, está integrado por 3 representantes elegidos por el pueblo (el Presidente y 2 Vicepresidentes), cada uno con sus respetivas funciones. Los Vicepresidentes sólo actúan cuando son llamados a reemplazar al Presidente, en casos muy puntuales. Mientras el Presidente ejerce el Poder, los Vicepresidentes son como piezas de sustitución que esperan ser empleadas cuando la necesidad lo justifique y no los dos al mismo tiempo. La Constitución permite que un Vicepresidente pueda ser elegido, también. como miembro del Congreso o Poder Legislativo en cuyo caso desempeña otras funciones que no deben interferir con las de tipo expectativo que le concede la Vicepresidencia. En otras ´palabras, si un Vicepresidente no es encargado del Despacho Presidencial, no puede ni debe desempeñar ninguna función dentro del Poder Ejecutivo. Si lo hace, como ha ocurrido con el señor Omar Chehade, segundo Vicepresidente del Perú, está, simplemente, usurpando funciones de otra autoridad y por este hecho debe ser sancionado teniendo en cuenta los actos realizados y sus consecuencias en la estructura organizativa del Estado Peruano. El Sr. Chehade, como segundo Vicepresidente, jamás debió convocar a 3 generales activos de la Policía Nacional, bajo ningún pretexto. Si pensó que estos Jefes policiales podrían ejecutar algo, sea lo que fuere, estuvo obligado a solicitárselos a través del Ministro del Interior, responsable de este sector y no darse el lujo de reunirlos en un restaurante para tratar asuntos de la política estatal. Uno de estos, de sospechosa connotación delictiva, fue negado rotundamente por el señor Vicepresidente, en un acto que lo descalifica moralmente porque se ha probado que mintió. Sin entrar en otros detalles me detengo con una conclusión final: el señor Omar Chehade usurpó funciones y luego realizó un acto que sólo puede ser calificado de incapacidad moral, AL MENTIR DESCARADAMENTE. Es penoso tener que precisar que sólo hay un camino para acabar con la terquedad del Vicepresidente Chehade quien desatiende la sugerencia del Presidente de la República, alegando se respete su inocencia. El Congreso, Primer Poder del Estado, ante la grave crisis que este funcionario ha originado, debe destituirlo. Esto equivale a que el pueblo le retira la confianza que el mismo le otorgó electoralmente. Además, es imperioso tomar esta medida porque su conducta debilita al Gobierno y alienta los afanes golpistas de cualquier personaje que se cree tener el derecho a hacer lo que le da la gana. Con todo respeto le pido al congresista Chehade que acepte esta severa sanción. El y sólo él se ha puesto la soga al cuello para realizar su suicidio político. Basta ya de tanto tiempo perdido y que en adelante actuemos cautamente.