Estim - DA PSIQ. CLÁSSICA a clínica contemporânea

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Estimados participantes:
Retomo y prolongo algunos aspectos de lo comentado en el Foro para la Actividad 1:
-La obra de Griesinger tiene el mérito de presentar la materialidad cerebral de la locura al tiempo que
brillantes desarrollos psicológicos que explican el proceso individual en el que un sujeto sucumbe al
proceso mórbido. De la misma manera, respecto de las causas, contempla también las puramente
psÃquicas, y entre éstas, no sólo las ejercidas por la familia desde la infancia sino también las que se
deben a la “historia interior de la individualidad psÃquica―. Si juzgamos por esta sÃntesis, no nos
extrañará que su obra “Die Pathologie und Therapie der psychischen Krankenheiten― fuera uno de los
tratados más estudiados por Freud.
-La “teorÃa de la degeneración― y el sistema nosológico pergeñado por Morel parten de su propia
práctica: era médico de asilos, en los que estudió a un gran número de idiotas y deficientes mentales y
desde ellos elaboró su teorÃa. Ésta proporcionaba a la medicina mental una clasificación etiológica a
partir de factores causales hereditarios. Su sistema nosológico también era acorde a las
enfermedades que trataba, como la endemia de bocio y las nocivas influencias del alcoholismo y la
pobreza.
La teorÃa degeracionista desplazaba las invisibles lesiones cerebrales a la herencia, beneficiando a
quienes la enarbolaban para combatir cualquier forma de diferencia. No obstante, Morel era un
cristiano de izquierdas, practicó una medicina social e inspiró a reformadores del urbanismo y de la
calidad de vida de los obreros. En la época en que la elaboró, su teorÃa contribuyó a dar a los
criminales y perversos un trato más favorable, pero la interpretación que hicieron de ella ciertos
movimientos de corte autoritario la tornaron especialmente reprobable.
Como es la primera teorÃa psicopatológica que argumenta abiertamente la causalidad hereditaria y
dado el auge de las teorÃas hereditarias en las últimas décadas, no está de más señalar el sesgo que
vertebra tales concepciones. Se trata de la cuestión de la responsabilidad subjetiva en la adquisición y
el desarrollo de ciertas patologÃas llamadas mentales, ya que las teorÃas basadas en la herencia
suponen una exclusión de la subjetividad y una reducción de ésta a la dotación biológica transmitida
genéticamente. Asà es como se nos anuncia cada dÃa que el alcoholismo, la depresión, la angustia,
están predeterminadas por genes que actúan más allá del sujeto, es decir, más allá de toda
responsabilidad personal...
En su momento, Freud se opuso tenazmente a las teorÃas que propugnaban la herencia biológica y la
degeneración como causa primera de los trastornos mentales, y su apuesta por la psicogénesis lo
orientó hacia la infancia y la sexualidad. Toma a la herencia desde un punto de vista completamente
innovador y opuesto al de las tesis degeneracionistas: también es “herencia― lo que los padres, los
abuelos, los hermanos, los familiares, cuentan sobre su vida o la de sus antepasados, sobre
los “héroes y antihéroes― familiares, las sagas, los decires que se repiten en familia, incluso lo que
sólo se transmite con medias palabras o los secretos o lo que no se puede contar, o aquello de lo que
no se debe hablar... Tenemos en juego el lenguaje y la palabra.
En relación a este aspecto y sobre las “elecciones― de las que habla Freud: ante todo recordemos que
a diferencia de sus coetáneos, su trabajo no se limitó a describir las manifestaciones clÃnicas de las
distintas formas mórbidas sino que intentó despejar un proceso, bastante complejo, por el cual el
sujeto elige e induce la formación de determinado tipo de neurosis y no de otras -en aquellos primeros
tiempos Freud hablaba de tipos de “psiconeurosis―, término que sin duda retomaremos en otra
ocasión. Se trata de destacar, como mÃnimo, la decisión inconsciente – subrayo inconsciente- de un
sujeto, frente al determinismo atribuido por las orientaciones de la psiquiatrÃa al organismo
potencialmente patológico.
Esta investigación de la “elección de la neurosis― (Neurosenwahl) está planteada ya en “La etiologÃa
de la histeria― (1896) y acompaña gran parte de su obra con diversas respuestas conceptuales:
trauma, fijación, libido... y, fundamentalmente, el mecanismo psÃquico que configura e instituye cada
una de las organizaciones psÃquicas patológicas. Este mecanismo no se entiende como resorte puesto
en marcha por el sistema nervioso para reorganizar un funcionamiento enfermizo o en déficit –como
en las concepciones organodinámicas- sino como un mecanismo defensivo genérico -es decir,
generalizable a todos los casos comprometidos en una misma estructura- que el sujeto pone en
marcha frente a lo que resulta más “irreconciliable― con su “yo―. Y que determinará de manera
definitiva tanto su organización psÃquica como su psicopatologÃa. De nuevo, el acento está situado en
una decisión subjetiva inconsciente.
Lacan, el otro gran psicoanalista que junto con Freud está en la base de nuestros temas y desarrollos
a lo largo del curso (en el eje de Psicoanálisis), nos dejó una frase bastante impactante: “De nuestra
condición de sujetos, somos siempre responsables―. Sin embargo, no hay que entender “responsable―
como equivalente a “causa―. El sujeto -sujeto del inconsciente- no es causa sino, como veremos en el
siguiente módulo, efecto. Puede suceder que al iniciar sus encuentros con el analista el sujeto
neurótico se queje de todos los demás, encuentre a los otros como responsables, incluso culpables,
de lo que a él le pasa, y que en cierto momento de sus sesiones rectifique, perciba su responsabilidad
en aquello de lo que se queja, en aquello que le pasa. Lacan le llamó “rectificación subjetiva―. Sujeto
responsable es aquel que se hace cargo, que puede responder, que responde de su propia posición
subjetiva. Lo iremos viendo poco a poco.
-Subyugado por la histeria y decepcionado por los escasos conocimientos que ofrecÃa la medicina
para explicarla y para tratar a los pacientes, Freud inicia su investigación sobre las parálisis y las
anestesias histéricas a partir de la hipótesis de que éstas, más que guardar una correspondencia con
las leyes de la anatomÃa, están determinadas por las “representaciones― que estos sujetos tienen de
dichas leyes. Aunque de una forma rudimentaria, ya encontramos ahà la vinculación consustancial que
une al sujeto con el lenguaje, que se convertirá en uno de los elementos centrales de su elaboración.
Y es que para el ser humano, el cuerpo no es meramente el cuerpo-organismo con el que nacemos
sino el cuerpo simbólico que nos da el lenguaje.
Tenemos lo que resta del dÃa de hoy para concluir la participación en la Actividad 1 o incorporarse a la
conversación general sobre la primera parte del módulo en estudio.
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