Cerró su carrera con 32 victorias

Anuncio
2
THE O
LD
3
RANGERS
FIRM
: CATÓ
LICOS
CONT
RA PR
OTES
TANT
ES
CELTIC
El fútbol
escocés
tiene su
Clásico: el
Celtic-Rangers, con
dos aficiones del todo
irreconciliables. Ambos
equipos han
monopolizado durante
años todos
los títulos
posibles.
4
5
El enfrentamiento entre Celtic
y Rangers se conoce como
‘The Old Firm’ y se extiende
más allá del ámbito deportivo.
Se enfrentan católicos contra
protestantes, proirlandeses
contra partidarios
del imperio británico.
MARÍA JESÚS LUENGO /
S
ir Alex Ferguson dijo en una
ocasión: “Hay gente que insiste en que otras rivalidades futbolísticas pueden generar tanta intensidad como los choques entre
Rangers y Celtic… Creédme, no
hay nada comparable”. Palabra
de un hombre de fútbol nacido en
Govan, Glasgow.
La rivalidad entre los escoceses del Celtic de Glasgow y del
Glasgow Rangers va más allá de
lo depor tivo. Se enfrentan católicos contra protestantes, irlandeses contra unionistas, republicanos contra nacionalistas,
trabajadores contra burgueses.
Ambos equipos son los más laureados de Escocia, entre los dos
suman 93 títulos de liga (54 para
el Rangers y 39 del Celtic) y 63 de
Copa. Se enfrentan cuatro veces
al año en la liga, además de las
que coincidan en las otras competiciones escocesas. Este enfrentamiento se denomina ‘The Old
Firm’, pero desde el 14 de junio
de 2012, fecha en la que desapareció el Glasgow Rangers por una
deuda de 25 millones de euros
(en la actualidad refundado como
Rangers FC y juega en la Third Division), no se volverá a repetir.
El Celtic nació en 1887 y jugó
su primer par tido en 1888. Fue
fundado en St. Mar y’s Church
Hall, en Calton, Glasgow, por el
Alex Ferguson: “Hay gente que
insiste en que otras rivalidades
futbolísticas pueden generar
tanta intensidad, pero no”
hermano Walfrid, un marista irlandés, con la intención y el objetivo
de recolectar recursos para un comedor comunitario para los irlandeses llegados como inmigrantes
católicos a Escocia. De modo que
se convirtió en el equipo tradicional de los irlandeses, católicos y
de izquierdas y tiene como escudo el Trébol de 4 hojas, al igual
que Irlanda.
Enfrente estaba el Rangers,
que en un principio no tenía con-
notaciones religiosas y políticas,
pero que rápidamente las tomó
para demostrar al resto de escoceses que era el club que representaba al protestantismo. El
club fue fundado en 1872 por los
hermanos Peter y Moisés McNeil,
William McBeath y Peter Campbell. Los fundadores decidieron llamarlo Rangers por el nombre de
un club de rugby inglés, aunque
ellos eran aficionados al remo. Sin
embargo, algunos consideran que
la fecha real de la fundación del
Rangers fue 1873, año en que se
produjo la primera reunión anual
del club y los primeros miembros
fueron elegidos.
La rivalidad entre estos dos
equipos dividió la ciudad. Los seguidores del Celtic representaban
a los inmigrantes irlandeses y sus
descendientes, a los católicos, republicanos y sectores más pobres,
mientras que los del Rangers estaban formados por protestantes,
unionistas partidarios del imperio
británico y de la élite de la ciudad.
Una rivalidad que llegó a su punto
álgido cuando el astillero ‘Harland
and Wolff’ se negó a contratar católicos en 1912 (gran parte de los
simpatizantes del Rangers eran
trabajadores portuarios).
El duelo directo entre Celtic y
Rangers se denomina ‘The Old
Firm’ (la vieja empresa). En 1909,
en una final de la Copa de Escocia, el partido entre ambos termi-
nó en empate y, como no había
ni penaltis ni prórroga, se pasó
a un segundo par tido, que también transcurría por el camino
de la igualada, así que la afición
de ambos equipos que estaba en
Hampden Park invadió el campo
indignada por el olor a amaño, se
suspendió el par tido y la Copa
quedó desierta. El periódico ‘The
scottish Referee’ denominó el derbi escocés como ‘The old firm of
Rangers-Celtic Ltd’ (Antigua empresa del Rangers-Celtic S.L.) por
la sospecha de que los partidos
estaban arreglados para generar
una nueva taquilla. Desde entonces se bautizó como ‘Old Firm’.
Es decir, ambos clubes se beneficiaban económicamente de la rivalidad que se profesaban. Hasta
el punto de que fuera del campo
negocian todo de forma conjunta:
los patrocinios, los derechos de
televisión e, incluso, la petición
de ingresar en la Premier inglesa. Han compartido patrocinador
en sus camisetas por el miedo de
las empresas a identificarse con
una hinchada y ganarse el sabotaje de la otra.
En las gradas de Celtic Park ondean banderas irlandesas, insignias del IRA y están hermanados
con aficiones de izquierdas como
la del St. Pauli alemán, el Livorno
italiano y el Liverpool inglés, hasta el punto de tomar como propio
el famoso himno ‘You’ll never walk
‘THE UNION
YACK’. Los
aficionados
del Rangers
son
unionistas,
partidarios
del imperio
británico y se
identifican
con ‘The
Union Yack’.
El Celtic fue fundado por un
marista irlandés para poder
subvencionar un comedor
para los emigrantes irlandeses
6
EL TRÉBOL
IRLANDÉS. La
afición del
Celtic tiene
como escudo
el Trébol de 4
hojas, como
Irlanda.
Cuando se
juega ‘The
Old Firm’
sucede que no
se ve ninguna
bandera
escocesa en el
estadio.
alone’. Mientras que los hinchas
del Rangers portan símbolos del
Reino Unido, ‘The Union Yack’
está hermanada con el Chelsea
de Londres. De este modo, cuando se juega ‘The Old Firm’, no se
ve ninguna bandera escocesa en
el estadio. El duelo escocés ha
generado tantos incidentes a lo
largo de su historia que obligó a
tomar severas medidas: se determinó que se jugaría en horario de
mediodía (para evitar que los hinchas dispusieran de mucho tiempo para emborracharse) y se prohibió la venta de alcohol en todos
los bares de Glasgow y en el estadio antes y durante el partido.
El Rangers tiene más títulos en
liga escocesa, sin embargo el Celtic tiene el honor de ser el primer
club británico y único escocés en
ganar una Copa de Europa. Fue
en 1967, ante el Inter de Milán,
en Lisboa (2-1). Y los jugadores
que ganaron aquel título, liderados
por el capitán Billy McNeill y dirigidos por Jock Stein, son recordados como ‘Los leones de Lisboa’.
Todos ellos habían nacido en un
radio de 30 millas alrededor del
estadio. Aquella temporada, el
Celtic ganó todas las competiciones en las que participó: la Copa
de Europa, la liga, la Copa escocesa, la Copa de la liga y la Copa
de Glasgow.
Esta rivalidad escocesa entre católicos y protestantes ha
‘The Old Firm’ se juega en
horario de mediodía para que
a los seguidores no les de
tiempo a emborracharse
7
provocado también numerosas
historias, anécdotas y adeptos
famosos. Del Celtic son incondicionales Rod Stewart, los hermanos Gallagher de Oasis, Bono o
Liz Taylor. Del Rangers: Sean Connery, Robby Fowler, Frank Lampard
y el golfista Colin Montgomery.
Una de las polémicas más famosas de la rivalidad entre ambos equipos surge en torno a la
figura del jugador Mo Johnston.
El Rangers tenía como política no
escrita no contratar jugadores católicos para su equipo, pero con
la llegada en la década de los 80
del entrenador Graeme Souness,
éste hizo saber a los dirigentes
que aquella filosofía de fichar sólo
jugadores protestantes mermaba
el potencial del equipo, además
de ser vista como discriminatoria
y sectaria. Así que en 1989 fichó a
Maurice Mo Johnston, exfigura del
Celtic, que cambió de equipo con
una parada intermedia en el Nan-
tes francés. Así Mo se convir tió
en el primer católico en el Rangers
desde la Segunda Guerra Mundial.
Aquello generó un odio irreparable
en la afición de su exequipo, que
le consideraba un traidor, y tampoco fue bien visto entre la afición
de Ibrox, por su pasado Celtic. Johnston, odiado en toda Escocia,
sólo aguantó dos temporadas y
huyó a Liverpool para jugar en el
Everton.
Otro exponente de la rivalidad
de los equipos de Glasgow fue el
por tero polaco del Celtic, Ar tur
Boruc. En una ocasión fue sancionado por santiguarse al entrar al
campo, puesto que lo consideraron como una incitación a la violencia. Como respuesta, tras la
disputa de un derbi, el portero lució una camiseta con la foto de su
compatriota el Papa Juan Pablo II
que decía: ‘Dios bendiga al Papa’,
mientras celebraba el triunfo.
Pero la par te más trágica de
estos duelos tiene entre otros
el nombre de un jugador: John
Thompson, portero del Celtic. El
5 de septiembre de 1931, durante un encuentro entre Celtic
y Rangers en el Ibrox Stadium,
Thomson y un jugador del Rangers, Sam English, fueron por la
pelota al mismo tiempo y la cabeza de Thomson chocó con la rodilla de English, fracturándose el
cráneo. Thomson fue sacado del
campo en camilla. El par tido siguió y terminó con un 0-0. Thomson, que tenía 22 años, murió en
el Hospital Victoria.
La otra gran tragedia que rodea un ‘Old Firm’ sucedió el 2 de
enero de 1971. En el minuto 89,
el Celtic marcó el 0-1, y algunos
aficionados locales comenzaron a
abandonar el campo, sin embargo, Colin Stein anotó ‘in extremis’
el empate para los Rangers, lo
que provocó una avalancha en la
escalera 13 que dejó 66 víctimas
mortales, todos ellos muertos por
asfixia, entre ellos, muchos niños.
Para recordar la tragedia de 1971
se construyó en 2001 una estatua de John Greig, capitán de los
Rangers en aquel partido, con una
placa con los nombres de todos
los fallecidos.
La última muestra de una rivalidad mal entendida tiene como protagonista al técnico del Celtic, Neil
Lennon, norirlandés, católico, republicano y antes capitán, quien al
NEIL LENNON.
El entrenador
del Celtic,
que fue antes
capitán y
se declara
norirlandés y
republicano,
es el centro de
las iras de la
hinchada del
Rangers.
Mo Johnston fue jugador del
Celtic y cuando fichó por el
Rangers acabó odiado por toda
Escocia. Emigró al Everton
8
RECUERDO
A UNA
TRAGEDIA.
Esta estatua
del capitán
del Rangers,
John Greig,
recuerda a las
66 víctimas
que murieron
en un ‘Old
Firm’ el 2
de enero de
1971.
acabar un partido de Copa ante el
Rangers (3 de marzo 2011) se enzarzó en una pelea con McCoist,
entonces segundo entrenador. En
el partido, tres jugadores del Rangers habían sido expulsados, lo
que provocó incidentes en las gradas, con 34 detenidos. El primer
ministro escocés, Alex Salmond,
tuvo que inter venir: “Las imágenes vergonzosas que vimos en televisión no pueden ser ignoradas.
La hinchada del Rangers
ha mostrado su fidelidad. Al
primer partido en Ibrox en la
Third Division fueron 49.118
9
El gobierno discutirá con la policía
todas las medidas necesarias, y
entrenadores y jugadores no tienen que olvidar que sus acciones
representan a toda Escocia”. “El
nivel de violencia no se puede
aceptar más. Tal vez podría pensarse en jugar dos o tres veces a
puerta cerrada a ver qué sucede”,
dijo Stephen House, director de la
Policía. “Sencillamente, no tenemos dinero para afrontar esto. Todos los que están en esto tienen
que sentarse y reflexionar. Esta
locura no puede seguir”, dijo Les
Gray, director de la federación de
la policía escocesa. “Lo que sucede en la cancha se reproduce en
toda Escocia, en las calles, en los
pubs, en las casas. No se puede
seguir así”, añadió Gray.
Meses después se supo que
Neil Lennon era el destinatario de
varios paquetes bomba que fueron
interceptados por la Policía.
Un jugador español, Nacho
Novo (Ferrol, 1979), ha sufrido en
carne propia la animadversión de
la hinchada rival, la del Celtic. El
español llegó a Escocia en 2001,
cuando fichó por el Raith Rovers,
de la First Division, un año después le contrató el Dundee United
y en 2004 firmó con el Rangers
donde permaneció hasta 2010.
Se convir tió así en héroe para
el equipo protestante y en villano para los católicos. Nacho ha
llegado a contar en varias ocasiones que todos los días una gran
cantidad de seguidores del Celtic
le desean la muerte a él y a sus
hijos por Twitter. El gallego es un
héroe para el Rangers, porque un
gol suyo, el 22 de mayo de 2005,
le dio el título a su equipo. Cinco minutos antes de que Novo
marcara al Hibernian, el Rangers
daba por perdido el campeonato y
el Celtic, que había empezado la
jornada con dos puntos de ventaja, era virtual campeón. Los católicos iban ganando 0-1 en casa del
Motherwell, pero terminaron perdiendo por 2-1, de manera que el
solitario gol de Novo le dio al Glasgow Rangers su título número 51
de liga y pasó a formar parte de
su santuario.
Por el momento, no habrá más
‘Old Firm’ en la liga escocesa,
salvo que se crucen en la Copa,
pero ni la sanción administrativa
más severa ha podido con la fidelidad de los hinchas del Rangers,
que en su partido de debut en la
Third Division (correspondiente
a la Cuarta división), congregó a
49.118 personas en Ibrox Park.
UN HÉROE
ESPAÑOL.
Nacho Novo
jugó en el
Rangers desde
2004 hasta
2010 y marcó
el gol que dio
al Rangers su
título 51 de
liga.
LA MISMA
PUBLICIDAD.
Los dos clubes
negocian
de forma
conjunta los
patrocinios.
Las empresas
no se
arriesgan a
apostar por
un equipo
y ganarse el
sabotaje
del otro.
10
TONY GRANDE
UN PRODUCTO DE LA CIUDAD DEPORTIVA DEL
MADRID QUE DEBIÓ EMIGRAR PARA TRIUNFAR
Llegó en el post
Madrid Ye-yé y
quemó todas las
etapas en el club:
desde el Juvenil
hasta el primer
equipo, donde
coincidió con Del
Bosque y militó
cinco años.
JOAQUÍN MAROTO /
J
osé Antonio Grande Cereijo,
Toni Grande, (Valencia, España, 17 de septiembre de 1947),
es el seleccionador ayudante y el
que más influencia tiene en las
decisiones de Vicente del Bosque,
con quien coincidió en el Real Madrid. Grande recuerda la antigua
Ciudad Deportiva “como un lugar
donde convivíamos los jugadores
profesionales, los aficionados y
los socios del Club de Tenis, que
en aquellos tiempos eran la clase alta de la sociedad madrileña.
Allí se juntaban desde artistas de
cine hasta ministros de Franco, y
los futbolistas no éramos los más
importantes, ni tampoco los más
populares”.
Allí fue donde él creció como jugador, y dice que le resulta “casi
increíble como podían salir jugadores de esos campos de tierra,
11
AS Color, en su número de 40 de
febrero de 1972, entrevistaba a los
dos jugadores del Real Madrid salidos
de la cantera: Grande y Grosso.
“En el Madrid se cuidaba la
cantera, pero jugar en los
campos de tierra de la Ciudad
Deportiva era un suplicio”
que eran casi impracticables. Se
cuidaba mucho la cantera, pero jugar allí era un suplicio. En invierno, con las heladas, ya era un mérito mantenerse de pie. Hoy en día
no tiene nada que ver como están
los campos”.
Grande llegó al Madrid en
1968 y estuvo en el club durante
cinco temporadas, hasta la 197273. Eran tiempos en los que no
había jugadores extranjeros, y
cuenta Grande que era un asunto
que se prestaba a la picaresca.
“Llegaban algunos, los oriundos,
que decían ser de padres españoles, pero alguno no sabía ni situar
a Madrid en el mapa”. Justo cuando se abren las puertas a los extranjeros es cuando Grande sale
del Real Madrid. “Llegaron Netzer
y Pinino Más y me enviaron cedido”. En esas cinco temporadas
en el club, Grande, además de
la dureza de los campos de tierra, también aprendió a lidiar con
los jugadores veteranos, una institución dentro de la institución.
“Me tocó hacer algunos viajes
con el primer equipo, y recuerdo
los que hice en coche-cama con
Paco Gento. Yo no era capaz ni de
toser para no despertar a Gento,
y conste que Gento era y es un
fenómeno, un gran compañero y
un ídolo para mí: el único jugador
que ha ganado seis Copas de Europa, incluso una más que Di Stéfano”. Pero dice que, pese a este
respeto por los veteranos, “había
mucha unión dentro del equipo. A
diferencia de lo que sucede hoy,
en nuestra época casi todos los
días, tras los entrenamientos,
nos íbamos a tomar una caña todos juntos. Teníamos ya nuestros
bares de cabecera, los sitios donde nos encontrábamos. Íbamos al
Camino Real, al Chiquifrú, al Pasteles, a José Luis, a Gloria Bendita... muchos, casi todos, en la
zona del Bernabéu. Allí hacíamos
equipo de verdad, más que en el
vestuario...”.
Otros rasgos que Grande recuerda de su Madrid “era el gran
poder que tenían los empleados
del club, cada uno en su parcela.
Yo, como la mayoría, sólo tenía un
par de botas. Y para que me dieran otro tenía que justificarlo debidamente ante el encargado del
material. Y no era fácil: había que
llorarle e insistir. El señor Baena,
o Lorenzo, que eran un poco sordo, no daban ninguna facilidad al
respecto. Pero su misión era mirar por los intereses del Madrid, y
así cada empleado de la casa”.
Sobre Ramón Moreno Grosso, ya fallecido, que aparece en
la foto del viejo AS Color junto a
Toni Grande, recuerda el hoy seleccionador ayudante que le sustituyó “como entrenador del Juvenil
A cuando él fue reclamado para
ser auxiliar del primer equipo. Tuvimos mucha relación, éramos vecinos en Las Rozas y mi hija fue
novia de un hijo suyo. Guardo un
gran recuerdo de Grosso, un hombre de club, un canterano de los
campos de tierra, como yo”.
En aquel reportaje de AS Color,
Grande ofrece un títular que hoy
sería casi imposible de conseguir
de un profesional: “Veo muy difícil
ser titular”, decía. A la vuelta de
los años, aunque reconoce que
sería complicado que un jugador
lo asumiera así, insiste en que
ese día fue, sobre todo, sincero.
Y lo explica: “Yo llegué al Madrid
al relevo de los Ye-yés, de los héroes de la sexta Copa de Europa.
Tenía por delante a Velázquez,
Amancio, Pirri, Grosso... buff, imposible. Además, en esos años,
no se jugaban sesenta partidos,
como ahora. Como mucho se jugaban la mitad, y, claro, Muñoz
ponía sota, caballo y rey. Yo me
tenía que conformar con esperar
una oportunidad y jugar los miércoles, que se disputaban muchos
partidos los miércoles. Pero, vamos, aún así tuve mis par tidos.
Yo marqué al hombre, que era lo
que se llevaba entonces, a jugadores como Gianni Rivera”.
Después del Madrid, Grande
se marchó cedido al Racing de
Santander “y pasé de jugar como
centrocampista marcador al hombre a volante ofensivo, que era mi
sitio de verdad. Pero, claro, en el
Madrid o jugaba de perro de presa o no jugaba, y en el Racing tenía más opciones. El caso es que
ése fue mi mejor año en Primera División. Acabé la temporada
como máximo goleador del Racing y como tercer goleador de
la Liga, por detrás de Gárate y
Amancio. Marqué catorce goles,
y ellos, uno 17 y otro 18. Después
llegó mi traspaso al Granada. Ya
fue mi salida definitiva del Madrid,
club al que llegué de chaval, tras
marcarle tres goles en un par tido con mi colegio, Los Salesianos, en un amistoso de canteras.
Pero quemé todas las etapas de
la cantera, desde el Juvenil hasta
el primer equipo, y mi escuela es
el Madrid. Lo que aprendí fue en
la vieja Ciudad Deportiva”. Como
Grosso.
“A diferencia de lo que pasa
hoy, en nuestra época, tras el
entrenamiento, quedábamos
los compañeros a tomar algo”
16
¡PENALTI!
17
En la sección ‘En
el mundo’,
AS Color
recogía que
en Italia un
jugador del
Cagliari paró
con las manos un tiro
de un compañero hacia
su portería.
Penalti y gol
del Catanzaro.
EL ARTE DE ENTRAR A MATAR
18
19
El penalti es tan antiguo como el fútbol: es la regla número 14,
ideada por el portero norirlandés William McCrum, en 1890,
y estrenada por John Heath, del Wolves, un año después. Su
colocación actual desde los 11 metros fue en 1902. Es la mayor
suerte de un partido de fútbol y ha creado infinidad de literatura.
EL MÁS
FAMOSO.
El checo
Panenka y su
lanzamiento
desde los 11
metros en la
final de la
Eurocopa de
1976 ante
Alemania RF
le llevaron a
entrar en la
historia.
ZIDANE, ANTE
ITALIA. En su adiós
con Francia, en la
final del Mundial,
‘Zizou’ marcó con
estilo... y suspense.
ENTRE PIRES Y
HENRY. Los dos
franceses, en el
Arsenal, intentaron
un penalti indirecto,
pero fue desastroso.
JORGE F. MALDONADO /
N
o me falles”. Sobre su espalda Cesc Fàbregas tenía
la ilusión de todo un país y la latente amenaza de la desdichada
trayectoria del fútbol español en
los momentos trascendentales.
De su lanzamiento dependía dar
continuidad al gafe histórico o
romper una dinámica eterna. Nadie le podía ayudar ya, sólo ella.
Por eso la mimó y se dirigió a la
pelota: “No me falles”. Y no le falló. Buffon cayó a su lado derecho
y la amiga para siembre de Cesc
El origen de la tanda de
penaltis se le atribuye al
gaditano Rafael Ballester y la
FIFA lo aceptó en 1970
tomó el camino opuesto. España
eliminaba a Italia en cuar tos de
final de la Eurocopa de 2008. El
mal no duraba cien años. Se iniciaba un reinado: la hegemonía
del preciosista y fructífero juego
de España en el fútbol mundial.
Esa historia la empezó a escribir
ese penalti.
La pena máxima, término con
el que se conoce al penalti y que
ya habla de su impor tancia, ha
tenido protagonismo en prácticamente todos las grandes competiciones futbolísticas, desde que se
empezara a utilizar como fórmula
de desempate a mitad de centuria. Pese a que hay quien apunta
que ya se utilizó en una Copa yugoslava de 1952, su origen se le
atribuye al periodista español Rafael Ballester. Este gaditano ideó
la tanda de penaltis como fórmu-
la para evitar las eternas semifinales que a veces deparaba el
Trofeo Carranza. La FIFA lo aceptó en 1970. Su invención como
elemento de un partido es mucho
más antigua. De hecho hay que
remontarse hasta el siglo XIX, por
lo que el penalti es casi tan viejo
como el fútbol.
En 1891, Notts County y Stoke
se medían en un campo de juego. Cuando los segundos estaban
casi celebrando el gol, un defensor del Notts lo evitó con la mano.
¿Qué se hacía entonces? Esa jugada fue el origen para que la actual International Board aprobara
el castigo del penalti, que había
sido inventado un año antes por
William McCrum. Este guardameta
norirlandés creó la conocida regla
14 del fútbol, que fue estrenada
por John Heath, del Wolves, el 14
PIRLO ANTE HART.
Fue en la última
Eurocopa: tras el
0-0, en los penaltis,
el de la Juve lanzó
como Panenka.
de septiembre de 1891. En 1902
se instauró su colocación actual a
once metros de la portería.
Pese a su aparente simpleza
(disparo a balón parado a once
metros con la única oposición
del portero), han existido algunos
que tuvieron la imaginación y la
valentía para demostrar que otros
lanzamientos de penas máximas
eran posibles. Que se lo digan a
Antonin Panenka, autor del penalti
más famoso de la historia.
Checoslovaquia y Alemania Federal no fueron capaces de superarse en el campo. Los penaltis
eran la única manera de decidir
el campeón de la Eurocopa de
1976. Llegó el momento decisivo, el penalti del todo o nada. A
un lado, uno de los mejores portero del mundo: Sepp Maier. Frente a él, un futbolista a punto de
hacerse inmor tal. Tomó carrera,
el infranqueable Maier se venció
a un lado. Panenka lo vio y optó
por golpear suave, picadito, manso, sutil. El esférico tomó altura y
con toda la delicadeza del mundo
entró por el centro de la portería.
La Eurocopa también se podía ganar desde el punto de penalti con
arte y sin renunciar a la belleza.
Panenka lo hizo.
El jugador checoslovaco creó
escuela y una corriente de imitadores. Son varios los futbolistas
que, en momentos de mayor o
menor tensión, se han decidido
por esta arriesgada fórmula de
lanzar desde los once metros.
Entre aquellos que rozaron lo temerario están Zidane y Sergio Ramos. El francés lo hizo en su partido de despedida, en toda una
final del Mundial y, por momentos,
coqueteando con el drama del gol
fantasma. Apuró demasiado el
disparo, el cuero besó el larguero
y botó sólo unos centímetros más
allá de la línea.
El futbolista de Camas, por su
20
21
CIELO E INFIERNO.
Ramos marcó a
lo ‘panenka’ ante
Portugal, mientras
que el balón se fue a
las nubes ante Neuer.
parte, ha tenido una estrecha relación con los penaltis en los últimos tiempos. De conocer las
miserias de su lado más cruel, a
convertirle en héroe de toda una
nación. En las semifinales de la
Champions de la temporada pasada ante el Bayern, que se decidió
por penaltis, Ramos optó por lanzarlo fuerte. Tan potente le pegó
al balón, que la pelota salió escupida varios metros por encima del
travesaño. El sevillano tuvo que
aguantar el escarnio, las chanzas
y las chuflas ofensivas de todo el
mundo. Pero no se arrugó y en la
Eurocopa, unos meses más tarde,
se cobró su esperada revancha.
Mostró mucho carácter y personalidad para decir a Del Bosque que él quería ser uno de los
cinco lanzadores de los penaltis
que iban a decidir las semifinales
ante Portugal. Ya lo había planeado todo en su cabeza. Quizá motivado por todas esas bromas que
tuvo que aguantar, tuvo arrestos
para jugarse un órdago con un
‘Panenka’ de vuelo bajo que inició el camino a un final que, de
nuevo, Fàbregas remataría en la
última pena máxima.
Otros que también se han
atrevido a imitar a Panenka han
sido Totti ante Holanda, en cuartos de la Eurocopa de 2000; Pirlo
ante Inglaterra, el pasado verano;
Abreu en cuartos de final del Mundial del 2010 ante Ghana, Hélder
Postiga ante Inglaterra, en cuartos de la Eurocopa de 2004; Milevski en el Ucrania-Suiza del Mundial del 2006; o Riquelme en la
Meses después de fallarlo ante
el Bayern, en la Champions,
Ramos marcó un penalti como
Panenka ante Portugal
ABREU ANTE GHANA. Fue en el Mundial
de 2010, cuando el delantero uruguayo
lo tiró como Panenka al meta Kingson.
CASQUERO Y CASILLAS. Previamente a
que le agrediese Pepe, Casquero tiró un
penalti como Panenka, pero no le salió.
DJALMINHA ANTE EL VALLADOLID. El
brasileño del Deportivo se convirtió en
un especialista de este tipo de penaltis.
Copa América de 2007, nada menos que ante Brasil. En España
tampoco se olvida el que Casquero falló ante Casillas, en la jugada en la que previamente Pepe le
agredió. Panenka calificó ese penalti como “el peor que ha visto
en su vida”.
Hay jugadores que, incluso, se
llegaron a convertir en especialistas en el lanzamiento de Panenka.
En la Liga española, cada vez que
Djalminha ejecutaba una pena
máxima, todos los espectadores
(y los porteros) se preguntaban si
lo haría otra vez más. Guardametas como Casillas o templos como
San Siro pueden dar fe de ello.
Otro especialista fue el ya mencionado ‘Loco’ Abreu, capaz incluso
de hacerlo dos veces en un mismo par tido, con Fluminense, en
sólo cinco minutos. Falló el primero y marcó el segundo.
La única creativa idea que se
puede colocar a la altura de la locura y las agallas de Panenka la
tuvo Johan Cruyff, aunque el invento del genial jugador holandés
ha tenido mucho menos recorrido.
En 1982, cuando aún era futbolista del Ajax, se puso de acuerdo
con su compañero Jesper Olsen
para, en vez de lanzar a portería
desde el punto de penalti, asistir a un compañero ante la incredulidad del portero y los rivales.
Amagó con que iba a recolocar el
balón y, al agacharse, pasó a su
izquierda de manera suave, avanzó Olsen con el balón y a la salida del portero se la devolvió al
‘Flaco’, quien marcó a placer. En
cuanto a la tensión del momento, está muy alejado del de Panenka, pues Cruyff lo hizo ante el
Helmond Sport, en un partido de
liga holandesa y cuando ya iban
ganando por 4-0.
Sin embargo, el exentrenador
del Barcelona no fue el pionero del penalti indirecto. El belga
Henri Coppens lo hizo en el Mundial de 1958 ante Islandia, aunque con mucho menos estilo que
Cruyff y Jesper Olsen.
Esta ocurrente idea sólo ha
sido imitada por Robert Pires durante su estancia en el Arsenal.
La ejecución fue tan nefasta que
EL PENALTI INDIRECTO.
Fue en 1982 y el autor
fue Cruyff: amagó para
lanzar, se la pasó a
Jesper Olsen y éste se la
devolvió para marcar.
se le quitaron las ganas de repetirlo. En 2005 y ante el Manchester City, el francés buscó a Henry,
pero, a la hora de golpear al balón, apenas conectó con él y ésta
casi no se movió, Henry se pasó
de largo y así se puso fin a un ridículo penalti.
Si hay alguien en el mundo del
fútbol que puede contar haber padecido una pesadilla con los penaltis es, sin duda, Martín Palermo. El ariete argentino falló hasta
tres penas máximas en su partido de la Copa América ante Colombia: en el minuto 5 (al larguero), en el 76 (a las nubes) y en el
90 (lo paró el arquero). Además,
en ese partido de la fase de grupos, Zanetti también falló uno y el
Mono Burgos atajó otro. En total,
cinco penaltis errados de seis lan-
22
MARTÍN PALERMO. Falló tres penaltis en
un mismo partido, ante Colombia, en la
Copa América de 1999.
EL ERROR DE DJUKIC. El entrenador del
Valladolid falló el penalti decisivo, con el
Depor, que le dio la Liga al Barça.
FINAL COPA DE EUROPA DE 1986 . En
la tanda de penaltis, el Barça no acertó
ningún lanzamiento y la ganó el Steaua.
23
zados en un mismo partido. Córdoba fue el único que acertó.
Existe una cierta leyenda en el
fútbol de que los mejores futbolistas, aquellos que marcan las
diferencias y llenan los estadios,
tienen cierta tendencia a errar en
momentos decisivos. Messi falló
el penalti ante el Chelsea la temporada pasada y dejó a su equipo sin la final de la Champions.
Idéntica desdicha que Cristiano (y
Kaká), que se topó con Neuer en
la tanda de penaltis ante el Bayern. Roberto Baggio y Baresi fallaron en la tanda decisiva de la
final del Mundial del 94, la primera que decidía un campeonato del
mundo. Italia lo sería en 2006 por
el penalti que Trezeguet mandó al
travesaño. A Maradona le ocurrió
en el Mundial de 1990, cuando su
penalti al centro fue parado por el
guardameta de Yugoslavia.
En el Mundial de 1986, en el
partido de cuartos de final, estrellas de la talla de Zico (durante el
partido), Sócrates y Platini (en la
tanda) tampoco encontraron el camino del gol. Francia sería el clasificado. En la Eurocopa de 2004,
consumados especialistas como
Gerrard y Lampard perdieron su
infalibilidad ante el por tero luso
Ricardo. Tampoco olvidará Terr y
su resbalón en la final de la Champions ante el Manchester, al igual
que Pellegrino o Shevchenko sus
trascendentales errores en las finales de 2000 y 2005, respectivamente. En Coruña tampoco le
han perdonado todavía a Djukic su
penalti marrado ante el Valencia
Grandes jugadores han fallado
penaltis, en algunos casos
decisivos: Messi, Cristiano,
Baggio, Baresi, Maradona...
que le hubiera dado la liga al Superdepor y se la dio al Barça.
Capítulo apar te merece la final entre Barcelona y Steaua de
Copa de Europa. El cartel de favorito con el que el conjunto culé llegó a ese día fue contradicho en la
tanda. Ningún jugador blaugrana
marcó y el trofeo voló hasta Bucarest, ya que su equipo sí estuvo
acertado en dos lanzamientos.
Hasta ese día de Fàbregas
ante Italia, la Selección española también tenía su particular historia negra con los penaltis: el de
Eloy en el Mundial de México, los
de Hierro y Nadal en la Eurocopa
del 96, el de Raúl a Francia en
la Eurocopa de 2000, el de Joaquín ante Corea, en el Mundial de
2002… Una pesada losa que la
Roja se supo quitar en ese señalado día de cuartos de final ante
Italia, en la Eurocopa de 2008.
Tan interesante resulta el mundo particular de los penaltis que
la ciencia también se ha acercado
a ellos. Un estudio de la universidad de Amsterdam (estudiaron las
tandas de los últimos ocho mundiales), que recoge la revista ‘Psychological Science’, revela que los
porteros suelen elegir tirarse hacia su lado derecho cuando su
equipo va perdiendo en el marcador; en caso de empate o victoria
momentánea, escogen uno u otro
lado indistintamente.
Investigadores de la Universidad de Exeter, en un estudio del
que se hizo eco la revista ‘Journal
of Sport and Exercise Psychology’,
indagaron en las causas que lle-
Según un estudio de la
Universidad de Amsterdam, los
porteros se tiran a la derecha
cuando su equipo va perdiendo
ELOY, EN
1986. El
delantero
del Sporting
falló ante
Bélgica y la
Selección cayó
en cuartos, en
México.
JOAQUÍN,
EN 2002.
Entonces del
Betis, falló
su penalti
y España
no pasó a
semifinales en
Corea.
RAÚL, EN
2000. El
delantero
falló el penalti
ante Francia,
en cuartos,
que hubiera
forzado la
prórroga.
van al jugador a fallar un penalti.
Concluyeron que se debe a la ansiedad que el futbolista exterioriza en el movimiento de los ojos.
Cuanto más nervioso está el jugador, más tiempo miran al portero
antes de golpear el esférico. Esto
hace que los disparos salgan más
centrados y menos angulados. Por
suerte para La Roja, Cesc no debió mirar durante mucho tiempo a
Buffon en aquel inolvidable 22 de
junio de 2008. La pelota le obedeció. No le falló.
30
31
En la sección
semanal ‘Hoy
nos recibe’,
Julián de Reoyo
entrevistaba a
José Samitier.
El mítico futbolista hablaba de
su pasado y del
presente.
De ‘Pepitu’ a ‘El Mago’, fue el primer gran
jugador que cambió el Barcelona por
el Real Madrid. También lo hizo como
secretario técnico. Su gran amistad con
Santiago Bernabéu fue determinante.
MITO BLAUGRANA
SAMITIER
MITO MADRIDISTA
AGUSTÍN MARTÍN /
T
ranscurrían las primeras
horas del año 1933. Año
nuevo, vida nueva. Ese primer
día de año, el Barcelona se enfrentaba al Real Madrid. Al borde
del terreno de juego hablan dos
hombres. Uno es José Samitier.
El otro es Santiago Bernabéu. El
público asistente no le da la mínima importancia. Al fin y al cabo
son dos hombres de fútbol. Amigos, conocidos. Nadie les presta
atención. Días después, se producirá una noticia impactante en
el deporte nacional. José Samitier
se convertía en nuevo jugador madridista. Se producía así el primer
gran cambio de acera en la historia del fútbol español. Se producía
así un fenomenal golpe de efecto
llevado a cabo con sigilo y rapidez.
Mucha rapidez. El Real Madrid ponía la guinda a un pastel en el que
ya figuraban jugadores de la talla
de Zamora, Lazcano, los hermanos Regueiro, Olivares, Ciriaco,
Quinoces… a la par que el Barcelona notaría su ausencia en las
temporadas siguientes.
José Samitier Vilalta había nacido el 1 de febrero de 1902 en
Barcelona, en la casa número
196 de la calle Urgell. Por aquel
entonces, toda aquella zona estaba prácticamente por edificar y
los numerosos solares existentes
32
servían de espacios de evasión.
Para los niños eran grandes espacios donde divertirse, mientras
que para los adultos significaban
dar largos paseos a la vez que comentaban las realidades cotidianas. Uno de esos niños era José
Samitier, que solía correr detrás
de una pelota de trapo, frente a
las protestas y quejas de su madre, doña Carolina Vilalta Cubí,
más preocupada por la débil
constitución física de su vástago.
Mientras, su padre, don José Samitier Terán, hacía oídos sordos
a las quejas cuasi diarias de su
esposa, y dejaba que ‘Pepitu’,
así le llamaban en casa, siguiese
corriendo detrás de las pelotas.
“Así, a los cuatro años empecé a
jugar al fútbol en el Campo Hondo. Si jugar se entiende a correr
El posterior carácter como
futbolista de ‘Pepitu’ (así le
llamaban) fue jugar con chicos
más mayores y fuertes que él
33
detrás de la pelota que nos hacíamos con trapos gastados. Cuando eres niño, no aprendes de nadie. Te gusta jugar horas y horas y
cada vez lo haces mejor. Es como
el chaval que sabe dibujar sin haber ido a la escuela”, explicaba
años después.
Sin embargo, quien le metió
el gusanillo en el cuerpo fue su
abuelo José, que, los días que jugaba el Barcelona, cogía al nieto
y se marchaba con él al campo
de la calle Industria. Allí, y mientras charlaba con el encargado del
campo, el señor Torres, ‘Pepitu’
se fijaba en los movimientos de
los jugadores azulgrana. Con siete
años, y después de acudir ‘al colegio del señor Josep’, se quedaba jugando con sus compañeros
en los descampados adyacentes
a su casa. Un factor que determinaría su posterior carácter fue jugar al fútbol con chicos más mayores y más fuer tes que él. De
esa manera aprendió a superar
las adversidades con una voluntad de hierro y una habilidad fuera
de lo común.
Pese a fallecer su abuelo, pro-
UN TRAJE Y
UN RELOJ.
Esto costó
el fichaje de
Samitier,
‘Pepitu’, al
Barcelona.
Fue avalado
por el
exdirectivo
Oliver y jugó
su primer
encuentro
en 1919.
siguió sus escarceos en el campo de la calle Industria. Allí, Torres le encomendaba, junto con
otros chavales, repasar el estado
del terreno de juego y retirar las
posibles piedras u objetos que
podrían causar molestias a los
‘footballers’. A cambio, les dejaba
ver los encuentros de ‘football’.
Cuando los encuentros eran ante
equipos de tronío, el joven Samitier se quedaba en la calle, justo
detrás de una portería. Si salía algún balón fuera, él iba a por el esférico y, de esa manera, podía colarse y ver las evoluciones de sus
ídolos. “Recuerdo que me jugaba
cinco céntimos con mis compañeros en carreras de cien metros y
siempre les chupaba el premio”,
sonreía comentándolo.
Pasaban los años y ‘Pepitu’
se iba haciendo mayor. Junto
con el resto de sus amigos del
barrio creó equipo de fútbol, que
competía con otros conjuntos de
chavales de la Ciudad Condal. Un
día, un señor les vio jugar y les
comentó la posibilidad de jugar
en un club federado. Los chavales pidieron tiempo y decidieron
estudiar la propuesta. Samitier
prefería ir todos juntos al Barcelona, pero la mayoría eligió jugar
en el Internacional. Dicho y hecho.
Todos integraron el equipo infantil del Internacional. Allí Samitier
se encontraría con otro jugador
llamado a ser par te de la historia del fútbol español: Ricardo Zamora. Sin embargo, esta decisión
enfadó notablemente a su padre,
que quería que jugase en el club
de sus amores, el Barcelona, pero
más todavía al señor Torres, que
trató por activa y por pasiva de
convencer al chaval de lo erróneo
de su decisión: “No puedo volverme atrás, pues ya he dado mi palabra”. Torres le respondió: “Pero
si tienes 12 años. Tu palabra no
tiene validez, ‘Pepitu”, a lo que
Samitier zanjó el asunto: “Palabra es palabra. Así me lo enseñó
mi abuelo. Jugaré en el Barcelona,
pero cuando sea mayor”.
En las filas del Internacional
permanecería cinco años. Empezó jugando de delantero centro, y pronto se ganó el apodo de
‘El Peras’. Peras era el nombre
de un jugador inglés que estuvo
FUERTE
CARÁCTER.
Lo demostró,
entre otros
partidos, en
un derbi ante
el Espanyol,
en el
Campeonato
Regional,
cuando
agredió a un
rival y fue
expulsado.
de gira con su equipo en la Ciudad Condal y que brilló notablemente por su habilidad y facilidad
en el regate y sus movimientos
en el terreno de juego. Tal fue
la fama que generó, que Samitier fue a verle un par de partidos
y comenzó a intentar acoplar los
movimientos del punta inglés a
los suyos propios. Así formó su
propio estilo de juego: habilidoso,
técnico, con casta y empuje en el
terreno de juego.
Con 14 años dejó muestras de
su fuerte personalidad. Un día, y
tras marcar un gran gol en un encuentro que enfrentaba al Sans
y al Internacional, un periodista
valoró sus grandes condiciones,
pero se equivocó al escribir su
nombre. Puso Semitier en vez de
Samitier. Cuando lo vio en el periódico, decidió solucionarlo. Se
presentó en las oficinas del diario, preguntó por el redactor y se
dirigió hacia su sitio. Tras agradecerle su buena valoración, le explicó: “Mire, mi apellido es Samitier,
no Semitier. Y apréndaselo bien,
porque voy a dar qué hablar. No
se olvide de esto”.
Sus buenas actuaciones provocaron que pasase del equipo
infantil al cuar to equipo, donde
coincidiría con Zamora. No le molestó ser de los más jóvenes en el
equipo. Jugó de extremo derecha,
de interior e incluso de mediocentro. “¡Jugué en todas las posiciones habidas y por haber! Incluso
jugué un día de portero, mientras
Zamora lo hacía de mediocentro.
Pero no me gustó. Estar bajo palos no era lo mío”, explicaba. Pero
fue por una inoportuna lesión de
un compañero suyo, Trías, donde
encontraría finalmente su lugar en
el equipo: medio izquierda. Desde ese puesto se consagraría.
Sus actuaciones no pasaron desapercibidas para los amantes del
‘football’. Pero él tenía un sueño,
jugar algún día en el Barcelona. Y
Tras confundir un periodista
su apellido, le dijo: “Es Samitier
no Semitier, y apréndaselo
bien, porque daré qué hablar”
34
ese día llegaría. El primero en saberlo fue el señor Torres. Llegó al
campo y se dirigió a él: “Te lo dije.
Ya soy jugador del Barcelona. Te lo
avisé”. Su fichaje, avalado por el
exdirectivo Antonio Oliver, le costó
al club azulgrana un traje y un reloj de esfera luminosa. La última
tecnología suiza. Como no se lo
creía, le metieron en una habitación oscura y se lo mostraron.
En 1919 jugaría su primer partido con la camiseta blaugrana.
Y de ahí ya no se bajaría hasta
1932. En esa larga década jugará 454 encuentros con el Barcelona, marcando 326 goles y
dejando momentos destacados,
curiosos, y hasta simpáticos.
Marcaba goles con ambos pies
y con la cabeza. Trasladaba su
inteligencia al terreno de juego y
Jugó su primer encuentro con
el Barcelona a los 17 años, en
1919, y hasta 1932 disputó 454
partidos y marcó 326 goles
35
allí deleitaba a los espectadores
asistentes. En 1920 se proclamó
campeón de Cataluña y campeón
de la Copa. Ese título le llamó la
atención porque, cuando llegaron
a la estación del Norte, había más
de 6.000 personas esperando su
llegada. A lo largo de la semana
siguiente, todo fueron banquetes
y fiestas privadas. Pero el que
más le impactó fue un banquete en el Restaurante del Parque,
donde acudieron 500 personas
de lo más granado de la sociedad
catalana, y allí, Hans Gamper entregó a los jugadores los tradicionales casquetes de campeones.
Samitier siempre lo recordó: “Fue
el mejor regalo que tuve a lo largo
de mi carrera futbolística”.
En 1920, España se había inscrito para par ticipar en los Juegos Olímpicos de Amberes. Era
la primera vez que una selección
de fútbol iba a representar los colores de la nación. En junio, la
Federación Española realizó una
preselección, pero en ella no se
encontraba el nombre de José
Samitier. Un mes después, en julio, la Federación Española man-
AL MADRID
EN 1933. A
principios de
ese año, en
un Clásico
entre el Real
y el Barça,
en el campo
hablaban
Bernabéu
y Samitier.
Poco después,
éste vestía de
blanco.
dó un telegrama a la Federación
Catalana. En ella se solicitaba la
presencia de Samitier, que junto
con Sancho, Sesúmaga y Zamora
debían presentarse en Vigo para
llevar a cabo una primera fase en
entrenamientos. A sus 18 años,
Samitier tocaba el cielo. Era el jugador más joven de los convocados. Lo más importante es que el
28 de agosto de 1920, Samitier
era titular ante Dinamarca. Era el
primer par tido de la Selección y
en el once titular aparecía él.
Volvería a jugar ante Suecia, y
ahí resurgió de nuevo su fuer te
carácter: tras sufrir Zamora una
dura entrada por parte de un atacante sueco, Samitier se acercó
a su amigo y compañero y le soltó: “Déjalo de mi cuenta, Ricardo,
que éste va a pagar lo que acaba de hacerte”. Samitier estuvo
todo el par tido machacando al
nórdico. La victoria se acercaba,
España ganaba 2-1; y cuando faltaban menos de cinco minutos
para el final, el colegiado italiano
Muro señaló penalti en contra de
los españoles, tras una caída de
un jugador sueco en el área de-
fendida por Zamora. Ante las protestas de los jugadores, Samitier
se hizo con el balón y seriamente
se acercó al colegiado: “Este balón no sir ve. No es redondo. Es
cuadrado”. El colegiado italiano
no sabía cómo actuar. Le quitó el
esférico y lo puso en el suelo. Samitier lo volvió a coger y volvió a
insistir: “¡Es cuadrado! ¡Este balón no sirve!”. Finalmente, el delantero Olsson lanzó el penalti…
fuera de la portería española. A la
vez que protestaba, Samitier colocó una piedra, no muy grande,
pero sí lo suficientemente gruesa
como para que el balón no fuese
a la meta de Zamora. A la conclusión del partido, Samitier se despidió de todos y cada uno de sus
rivales, árbitro incluido, antes de
comenzar una verdadera batalla
campal entre los dos conjuntos.
Una vez acabada la experiencia de los Juegos Olímpicos, con
la primera medalla en fútbol en la
historia del deporte española, Samitier defendería la camiseta de
la Selección en 21 ocasiones,
siendo el capitán en ocho de las
mismas, marcando tres goles. El
DOS
CAMPAÑAS .
En la primera
temporada
de Samitier
con el Real
Madrid, el
equipo blanco
ganaría la
Liga, tras
derrotar al
Barça (2-1), y
en la segunda,
la Copa.
último, precisamente el día de su
último partido con la Selección, el
13 de diciembre de 1931 en Dublín, ante Irlanda. ‘Pepitu’ marcó
el cuarto tanto español, a centro
de Vantolrá. Siempre le gustó jugar con la Selección. Para él, era
lo más importante: “Por jugar con
la Selección nos daban un cariñoso golpe en el cogote y nos decían
‘Muy bien, muy bien’. Con eso ya
estábamos más que pagados”,
explicaba.
A la vuelta de los Juegos Olímpicos, comenzó una nueva etapa.
Son los Felices Años 20. “Entonces, los jugadores nos entrenábamos un par de días por semana.
Éramos algo mujeriegos y la vida
que llevábamos no era tan controlada. La vida es mala y muchas
veces lo que gana uno en el entrenamiento se lo gasta por la
tarde”, reconocía posteriormente. Al Barcelona le iban las cosas
tan bien, que tuvo que construir
un nuevo estadio: Les Corts. A él
también le marchaban las cosas
bien. Le apodaban ‘El Mago’ y ‘El
Hombre Langosta’ (así lo dibujaba
el caricaturista Valentí Castanys) y
el Barcelona, con él en sus filas,
era prácticamente imbatible: ganó
cinco Copas y la primera Liga en
1929. Pero él también fue noticia
por lo que sucedía en el terreno
de juego. En 1924, en un partido
del Campeonato Regional ante el
Español, el colegiado vizcaíno Pelayo Serrano le expulsó al responder con una agresión un empujón
de Caicedo, lo que se transformó
en una lluvia de monedas hacia
el árbitro. El partido tuvo que ser
suspendido y reanudado el 15 de
enero de 1925… Ese derbi pasó
a la historia con el nombre de ‘El
derbi de la calderilla’.
Ese mismo año hundió al Real
Madrid en la Copa. El conjunto
madridista había planeado jugar
con la trampa del fuera de juego.
Este sistema lo habían aprendido
“Entonces, los jugadores nos
entrenábamos un par de días,
éramos mujeriegos y con una
vida no muy controlada”, decía
36
a jugar en una gira por Inglaterra
ese mismo año y lo quisieron imponer los dos zagueros madridistas, Escobal y Quesada. Consistía
en que se daba una señal y los
dos defensas se adelantaban, dejando en posición antirreglamentaria al delantero rival. Las primeras intentonas salieron bien, pero
Samitier se dio cuenta de la táctica y antes del descanso ya había
marcado tres goles. Ese partido
acabó con triunfo azulgrana (1-5).
Por aquel entonces, cobraba casi
cuatro euros mensuales y otros
cuatro, de manera individual y
privada por la directiva, aunque
reconocía que la mayor cantidad que le pagaron por jugar fueron “50.000 pesetas (unos 300
euros al cambio)”.
Pronto llegaron los años 30. En
El 7 de enero, Samitier firmaba
por el Real Madrid, debutaba
en San Sebastián y marcaba
su primer gol ante el Alavés
37
1932, al Barcelona no le marchaban bien las cosas. La directiva,
presidida por José Comas, decidió
hacer frente a los mismos. Comas
tenía mano firme para solventarlos y se propuso resolverlos. El
club tenía un déficit de más de
125.000 pesetas y un grupo de
jugadores ya veteranos que cobraban demasiado. Así que en
diciembre de 1932 decidió poner
en el mercado a unos cuantos jugadores con dos fines: el primero,
aligerar el número de jugadores, y
segundo, aligerar el gasto en sueldos y nóminas. La noticia saltó a
la prensa el 30 de diciembre de
1932, justo un día antes de que el
Barcelona recibiera al Real Madrid
en partido de Liga: el Barcelona
dejaba en libertad para fichar con
quien quisiera a Samitier, Piera y
otros ocho jugadores. Año nuevo,
vida nueva. Ahí apareció la charla
entre Bernabéu, gran amigo suyo,
y Samitier. Bernabéu, que ejercía
de delegado del Real Madrid, le
preguntó si estaba dispuesto a fichar por el Madrid. No esperaba
la respuesta tan rápida y tan afirmativa. Dicho y hecho. ‘El Mago’
FACETA
PARALELA.
José Samitier
era un
hombre
inteligente,
vivo, abierto,
con gran
verborrea,
y su trato
cautivaba a
políticos y a
personajes de
la farándula.
se desvinculaba del Barcelona el
5 de enero. El 7 viajaba a Madrid
en avioneta. Llegaba al velódromo
de Cuatro Vientos y firmaba por el
club madridista. Cobraba 7.000
pesetas (42 euros al cambio) por
prima de fichaje, y empezó a jugar. Debutó en San Sebastián, y
a la semana siguiente marcó su
primer gol ante el Alavés.
Mientras, en Barcelona, la
afición azulgrana no salía de su
asombro. Su gran desquite vendría dos meses después de abandonar Can Barça: el 5 de marzo
de 1933, el Real Madrid recibía
al Barcelona en partido de Liga.
El conjunto madridista ganó (2-1),
siendo Samitier el autor de los
dos goles madridistas. El Madrid
ganaría la Liga. El Barcelona finalizaría en cuarta posición.
Con el Madrid cumpliría, ya
que la edad y varias lesiones lastraron su rendimiento. En su segundo año, ganaría la Copa. Posteriormente, acabaría jugando en
el Constancia de Inca, donde cobraba por encuentro jugado; en el
Nacional de Madrid, donde fue
jugador-entrenador; y en el Niza,
donde acabaría su etapa como
futbolista. Para él, el futbolista
perfecto “debe reunir una buena
técnica junto a una buena y clara
visión de la jugada. A eso hay que
sumar unas buenas facultades físicas”. Todo eso lo englobaba él
en su figura.
Pero aparte de su vida de jugador, hay otra faceta íntima, más
personal. Samitier era un hombre
inteligente, vivo, abier to, cuyo
trato cautivaba desde políticos a
todo tipo de gente de la farándula. Gran amigo de Carlos Gardel,
éste le dedicó un tango, pasando
por Maurice Chevalier, hasta Cossío y demás estrellas del toreo.
Su gran verborrea, dinámica y diver tida le llevó a mezclar términos futbolísticos con quehaceres
cotidianos. Frases y expresiones
como “Me han metido un gol” y
“Me han pillado en fuera de juego”, tan comunes hoy día, tuvieron en Samitier a su forjador. Se
comenta que Franco no era seguidor de ningún equipo, sino de jugadores: de Samitier y de Zamora,
principalmente.
Tras la Guerra Civil, se conver-
COMO
ENTRENADOR.
Tras la Guerra
Civil, se
convertiría en
entrenador:
volvería al
Barcelona
en 1944 y
esa misma
temporada
conseguiría
conquistar la
Liga.
tirá en entrenador. Volvería al Barcelona en 1944, con el que conseguirá ganar la Liga ese mismo
año (1944-45). Revolucionó el
concepto de equipo: irá profesionalizando a los jugadores, regularizará entrenamientos, hábitos
alimenticios… Pero una mala racha de resultados acabará con él
convertido en secretario técnico.
Ahí negociará la incorporación de
Kubala al conjunto azulgrana junto
con su cuñado Daucik. Además,
un par de años después, cerrará
la llegada de Di Stéfano al Barcelona, ya que Kubala, el gran símbolo blaugrana, estaba aquejado
de tuberculosis y necesitaban una
gran estrella que le supliese. Finalmente, y debido a que Samitier no es renovado en su cargo,
el 9 de agosto de 1953 cerraba
su vinculación con la entidad barcelonista. El presidente azulgrana,
Enrique Martí Carreto, no imaginaba lo que sucedería después: apenas un mes de su marcha, Alfredo
Di Stéfano se convertía en jugador
del Real Madrid. Samitier se convertiría en secretario técnico madridista. Bernabéu siempre tiró de
su figura cuando tuvo problemas
con los que mandaban en Can
Barça, aunque volvió rápidamente cuando Enrique Llaudet alcanzó
la presidencia culé. Bernabéu no
puso reparos a su marcha: “Samitier quiere demasiado a Barcelona
y al Barcelona para obligarle a que
se quede en Madrid. La nostalgia
terminaría con él, y yo quiero mucho a Samitier, hombre leal, honrado y sincero. Unas cualidades
por las cuales ha hecho despertar
muchísimas envidias”.
Falleció por un paro cardíaco
el 6 de mayo de 1972 y Santiago
Bernabéu viajó con toda la cúpula
del Madrid a su capilla ardiente.
Su fallecimiento congregó a miles
de personas que le brindaron un
cálido y sincero homenaje a un
símbolo del fútbol español.
Bernabéu: “Yo quiero mucho a
Samitier, hombre leal, honrado
y sincero, cualidades que han
hecho despertar envidias”
42
SMOKIN’
JOE FRAZIER:
EL APOGEO DE ‘LA MÁQUINA DE GUERRA’
43
Cerró su carrera
con 32 victorias:
el 73% se produjo
antes del límite.
Tuvo un nulo
y sólo cuatro
derrotas (una
nunca la aceptó),
repartidas entre
Muhammad Ali y
George Foreman.
AS Color, en febrero
de 1972, se hacía
eco de la paliza que
le propinó Joe Frazier
a Terry Daniels, por
el título mundial.
44
45
Le llamaron ‘Smokin’ Joe
porque sus puños candentes
humeaban en cada tremendo
gancho de izquierdas
ALEJANDRO DELMÁS /
E
ntre 1970 y 1973, Joe Frazier, Joseph William Frazier
(nacido en Beaufort, Carolina del
Sur, EE UU, en 1944, 1,80 de altura, hijo de granjeros y con una
docena de hermanos) fue el campeón mundial y monarca indiscutible de los pesos pesados. Pero
Frazier, fallecido en Filadelfia el
7-11-2011, fue algo más que un
gran campeón de los grandes pesos: y eso, según Norman Mailer
era ya ‘algo así como sentirse el
dedo gordo de Dios’. Pues Frazier
fue más, bastante más. Le llamaron ‘Smokin’ Joe porque sus
puños candentes humeaban en
cada tremendo gancho de izquierda. Fue el ‘Gorila’ y el ‘Tío Tom’
(‘trabaja para el enemigo’), tan increpado por Muhammad Ali… que
estaba resentido por una sencilla
razón: porque el 8 de marzo de
1971, en el llamado ‘Combate
de Siglo’, en el Madison Square
Garden, Frazier mandó a la lona
a Ali por primera vez en la gloriosa carrera del gran Muhammad:
fue al comienzo del asalto número 15, con uno de esos ganchos
de izquierda que estallaban en el
guante izquierdo de ‘Smokin’ Joe
como un tren de mercancías cuando sale de un túnel. Frazier ganó
el gran combate, retuvo su título
mundial, Ali acabó en un hospital,
con la cara reventada… y Muhammad prometió “tener los fusiles
listos para la siguiente emboscada al gorila”.
Pero, más allá de todo esto,
Mailer sintetizó admirablemente y
en muy pocas palabras lo que fue
Joe Frazier: ‘Una máquina de guerra’, escribió ‘Normin’ en el insólito reportaje que ‘Life Magazine’
dedicó a aquel combate de marzo
de 1971, con titulares imborrables en portada: ‘El Combate del
Siglo… según Norman Mailer, fotografías de portada por Frank Sinatra’. Tenía que ser el combate,
al menos, del Siglo XX: hasta ahí
nunca se habían enfrentado dos
campeones imbatidos. En 1967,
Ali, ya un ‘Musulmán Negro’, había sido despojado del título por
su negativa a ser reclutado para
la Guerra de Vietnam: “No tengo
ningún motivo de pelea con esos
‘vietcong’… ninguno de ellos me
ha llamado ‘negro”, se explicó el
‘Loco de Lousiville’: donde Muhammad había nacido como Cassius
Marcellus Clay…
‘Uno de esos boxeadores (Ali)
había inventado la psicología del
cuerpo… el otro (Frazier) era una
máquina de guerra’, tecleó Mailer, justo cuando los ganchos
de izquierda de Frazier silbaban
como balas de cañón en el Garden, como si fuera el rastro nuclear de Rocky Marciano. Y cuando atacaba, basculando cabeza y
torso en oleadas bamboleantes
(‘Boob and Weave’, lo que Eddie
Futch le enseñó), Joe Frazier rugía como un lobo. Joe había sido
campeón olímpico en 1964, en
Tokio, luchando contra el mecánico alemán Hans Huber y contra
el dolor salvaje que le producía el
dedo pulgar de la mano izquierda,
fracturado en el combate de semifinales con el ruso Yemelyanov.
“Con dolor o sin él, Joe Frazier,
BATALLAS
ÉPICAS. Los
combates que
disputaron
por el título
de los pesados
Joe Frazier
y Ali son
imborrables,
como así
recogió la
revista ‘Sports
Illustrated’ en
sus portadas.
46
47
En 1970, Joe Frazier demolió
a Jimmy Ellis, unificó el título
mundial de los pesados y se
ciñó todos los cinturones
de Beaufort, South Carolina, iba
a pelear por el oro”, fue la contestación de Joe cuando le preguntaron por aquella fractura, tras
aquella final de los pesos pesados en Tokio. Paradoja de la Fortuna: Frazier había sido escogido
para el equipo de EE UU por la lesión del titular, Buster Mathis… a
quien Joe iba a noquear en 1968,
en su primer combate con el título
mundial en juego: era el que aún
sólo reconocía la Comisión Atlética del Estado de Nueva York.
El 16 de febrero de 1970, también en el Madison Square Garden,
Joe Frazier demolió a Jimmy Ellis
(que abandonó tras ser derribado
por primera vez en su carrera) y unificó el título mundial de los grandes
pesos al ceñirse en su temible torso
todos los cinturones habidos y por
haber. Después, Frazier pulverizó
en dos asaltos a Bob Foster, campeón mundial de los semipesados
y, con un récord de 26-0, pasó a
prepararse para la batalla con Ali
(31-0), quien había dado alas a la
lengua, según vieja costumbre: “Nadie entiende nada… Frazier será
más fácil que Quarry o Bonavena
(…), yo me iré moviendo, él no me
alcanzará con todos sus ganchos
cortos, yo le aguantaré la cabeza
y le diré: ‘Vamos, campeón, puedes hacerlo mejor’… una y yo seguiré moviéndome”. Efectivamente, Ali, con calzón rojo y cordones
con flecos, empezó dominando ‘El
Combate del Siglo’. Y en el séptimo
asalto de la noche de aquel 8 de
marzo de 1971 lanzó a Frazier desde las cuerdas del Garden un desafiante “No puedes pegar”. Pero
a esas alturas, los puños, el corazón y la voluntad de Frazier (masivo calzón verde oliva fluorescente)
ya se habían instalado en el puente de mando… Ali acusaba más y
más la inactividad competitiva de
tres años y medio (entre 1967-70)
‘EL COMBATE
DEL SIGLO’.
Fue en 1971
y Joe Frazier,
en el séptimo
asalto, se
apuntó la
victoria ante
Ali, que notó
la inactividad
de más de
tres años,
por decisión
indiscutible
y Frazier se apuntó la victoria, por
decisión indiscutible. En alguno de
los asaltos finales, Joe llegó a conectar entre 54 y 58 golpes sobre
el cuerpo y la cara del extenuado
Ali: golpes que, según Mailer, venían ‘como desde el rítmico vientre
de un bazooka’. “Ése del Garden
fue el mejor combate de todos los
tiempos, por todo lo que le rodeó,
por las expectativas, porque Ali no
me daba crédito, por la división de
la opinión pública... y porque se
lo dediqué a mi padre”, contó Joe
Frazier a AS en noviembre de 2006,
en su suburbial gimnasio de North
Broad Street 2913, en Filadelfia.
Los del Partido Demócrata y los intelectuales iban con Ali. El resto, el
‘establishment’, se reunía junto a
Frazier. Allí, en el gimnasio de Filadelfia, aquella portada de ‘Life’ so-
bre ‘El Combate del Siglo’, con los
nombres de Mailer y Sinatra, presidía la habitación de Frazier, que se
desgañitaba con sus jóvenes pupilos: “Sigo pensando que yo nunca
perdí con Ali”, proclamó al mundo
en aquella ancestral entrevista con
AS, en aquel cubil de North Broad
Street…
Porque… hasta 1975 aún habría dos peleas más entre Frazier
y Ali: como también presagió Mailer en ‘Life’. Antes, entre 1972 y
1973, Frazier había retenido el título tras aplicar sendas palizas a
Terry Daniels y Ron Stander. “Hubiera preferido pelear con un gorila”, resumió el pobre Daniels,
hijo de un acaudalado hombre
de negocios de Ohio. Daniels había hecho nulo con Jerry Quarry,
pero eso no le ahorró un brutal
castigo en el primer duelo por el
título mundial de los grandes pesos que se celebraba en Nueva
Orleáns (Rivergate Arena), desde
el Corbett-Sullivan de 1892. Las
andanadas de Frazier mandaron
a Daniels, literalmente, a las filas
de la Prensa. En el cuarto asalto,
el árbitro, Herman Dutreix, paró el
combate. “Dutreix hubiera necesitado una graduación en matemáticas para hacer más cuentas”,
filosofó el mismo Daniels, riéndo-
‘BOOB AND
WEAVE’. O
lo que es
lo mismo,
cuando
Frazier
atacaba,
basculaba
cabeza y torso
en oleadas
bamboleantes,
y rugía.
Entre 1972 y 1973, ‘Smokin’
Joe retuvo el título tras
aplicar sendas palizas a
Terry Daniels y Ron Stander
48
ALI, EL
LENGUARAZ.
Sostenía
Frazier,
en tono
sarcástico,
que Ali se
jactaba en
decir que
era mejor
que él; “debe
dedicarse a
elevarse la
autoestima”.
se de sí mismo. Durante las instrucciones previas, Frazier lanzaba miradas ominosas a Daniels,
que bajaba los ojos hacia sus zapatillas blancas. ¿Por qué miraba
así a Daniels, con tanto respeto?,
preguntaron a Frazier, cuya respuesta fue una lección de psicoanálisis: “Él tiene dos manos. Yo
no desprecio a ningún boxeador.
Se requieren en un hombre mucho
corazón y mucho espíritu para desafiarme por el título mundial. Yo
respeto eso”. Esos mismos días
de Nueva Orleáns, a comienzos
de 1972, Frazier hizo observaciones llenas de sarcasmo sobre Ali:
“Con él, todo es puramente imaginario, como esa cosa de decir que
es mejor que yo. Debe tener una
habitación en alguna parte donde
se dedica a elevarse mentalmen-
49
te la autoestima”. Yancey
Durham, ‘padre espiritual’, mentor y ‘manager’
de Joe hasta que murió en
1973, agregó en primera
persona: “Le ‘daré’ (Durham no dijo ‘daremos’)
una pelea a Ali… si sigue
ganando, dejará de hablar
tanto y bajará un poco a la
Tierra”.
Frazier y Ali volvieron a
combatir, y de nuevo en el
Garden de Nueva York, el
28-1-1974, ya con Eddie Futch a
cargo de Joe después del fallecimiento de Durham. Fue el segundo choque directo, y el único sin
el título en juego, título que Frazier
se había dejado el 22-1-1973, en
Kingston, bajo los puñetazos sobrehumanos de George Foreman.
OTROS DOS
COMBATES.
Después del
de 1971, Ali
y Frazier se
enfrentaron
en otros dos
combates.
Con ventaja de diez centímetros en altura, ‘Big
George’ Foreman desarboló y redujo a cenizas el
ataque humeante de Frazier, que cayó seis veces
en dos asaltos ante golpes descomunales, hasta
que el árbitro, Arthur Mercante Jr, detuvo el castigo.
Ese mismo año, Joe Frazier detuvo en Londres a
Joe Bugner, de quien tuvo
piedad cuando iba a la
lona entre brumas: los puñetazos
de Frazier habían levantado del
suelo los pies de Bugner, que acabó sentado sobre el ‘ring’, prácticamente con la ayuda de Frazier.
Ese segundo Ali-Frazier, en enero
de 1974, fue una pelea bastante
decepcionante, que llegó al límite
de sus 12 asaltos entre
continuos ‘clinchs’ y opacas maniobras de precaución. Por nada del mundo
quería Ali visitar de nuevo
el tapiz del Garden. Al fin,
Muhammad fue proclamado vencedor a los puntos,
decisión que Frazier contestó hasta el final de sus
días, como también hicieron Red Smith y Dave Anderson en ‘The New York
Times’. “Sigo pensando
que yo nunca perdí con Ali”; era
el catecismo de Smokin’ Joe.
Combate mítico.
En octubre de ese mismo 1974,
en Kinshasa, Ali arrebató el cetro
a Foreman, en la grandiosa noche del ‘Rumble in the Jungle’, el
SIN EL TÍTULO
EN JUEGO.
En 1974, en
el Madison
Square
Garden, Ali
ganó a los
puntos a Joe.
‘Rope a Dope’, la trampa
de las cuerdas que aflojó
Angelo Dundee y donde se
recostó Ali… hasta emerger en el octavo asalto
con la célebre combinación explosiva que tumbó a Foreman. Joe Frazier
estuvo presente en Kinshasa, como comentarista
televisivo… y falló en sus
pronósticos favorables a
Foreman. Victorias ante
Jerry Quarry y Jimmy Ellis
le ganaron a Joe el derecho a enfrentarse de nuevo a Ali, con la
corona mundial sobre el tapete.
Se preparaba el escenario para el
apasionante ‘Thrilla en Manila’: 1
de octubre de 1975. De nuevo, el
mar tillo pilón de Joe atacaba al
‘jab’ sedoso de Muhammad.
Ése, en el calor tórrido de Quezon City, Manila, Filipinas, fue el
último de los tres combates entre
Ali y Frazier. Fue un duelo a muerte, qué sólo iba a coronar al último
hombre que quedase en pie. Ganó
Ali… pero justo cuando estaba dispuesto a abandonar, no quería levantarse del taburete para el último
asalto… y pedía que le cortaran los
guantes. En 2006, en North Broad
Street, Joe Frazier lo contó así a AS:
“Allí pasaron muchas cosas extrañas. Es cierto que yo, a esas alturas, apenas veía, estaba ciego
del ojo izquierdo. Y casi tampoco
oía. Pero quería seguir adelante a
toda costa, porque, aún como estaba, sabía con seguridad que en
el último asalto el combate podía
ser mío a los ojos de los árbitros.
Sabía que Muhammad ya no tenía
SIEMPRE LO
TUVO CLARO.
Tras la
derrota
ante Ali en
1974, Frazier
no dejó de
recordar
(también lo
hizo para
AS en 2006),
que no
perdió aquel
combate.
50
EN LA
MÚSICA.
En los años 70
y 80, Frazier
se adentró en
el universo
musical y
tuvo cierto
éxito con el
grupo ‘Joe
Frazier&The
Knockouts’,
de estilo soulfunk.
más reservas ni trucos, no hubiera podido dar más en el asalto número 15, pero… Eddie Futch tiró
la toalla cuando yo no me enteraba siquiera de lo que Eddie estaba diciendo (exactamente, esto dijo
Futch: “Siéntate, Joe, es suficiente,
nadie olvidará jamás lo que habéis
hecho aquí hoy”)… yo nunca hubiera dejado de combatir. Durante un
corto tiempo, ni siquiera supe lo
que estaba pasando, hasta que
vi cómo daban ganador a Muhammad. Después nos enteramos
de que, en el mismo momento en
que Futch lanzó la toalla, Muhammad estaba diciendo que regresaba al ‘ring’. Entonces no lo supimos, era imposible enterarse”.
(En el delirio húmedo de Quezon, el rincón de Frazier no escuchó las voces de Tommy, uno de
los hermanos de Joe que, apostado junto al rincón de Ali, aullaba:
“Ali está pidiendo que le cor ten
51
los guantes, no va a seguir”. “Es
la cosa más cercana a la muerte
que he vivido”, sentenció Ali. Y esa
batalla espectral de Manila fue la
última pelea en que Eddie Futch dirigió a Joe Frazier. Ali se desmayó
justo cuando fue proclamado vencedor. En el décimo asalto, cuando empezó a retumbar el cañón de
Frazier, Ali le dijo: “Me habían dicho
que estabas acabado, Joe”. Y Frazier replicó: “Te han mentido, niño
guapo”. Cuando todo terminó en el
Quezon Coliseum, Ali reconoció:
“Es la cosa más cercana a morirte que he vivido… No conozco a
ningún otro boxeador que pudiera
haber ganado hoy a Joe Frazier.
Dios le bendiga”. Y Frazier, cuyo
espíritu jamás asumía una derrota,
zanjó: “Donde quiera que se nos
vea juntos, siempre habrá un combate”: ‘’Fight’, ‘The Fight’).
En 1976, Frazier (con el cráneo rapado) aún volvió a inten-
tarlo ante Foreman, que volvió a
ametrallarle como había ocurrido
tres años antes, en Kingston: los
mandobles disparatados de ‘Big
George’ levantaban en peso a Joe.
La masacre se detuvo en el quinto
asalto, tras dos caídas de Frazier,
que anunció su retirada. Aunque,
como casi siempre sucede con los
grandes boxeadores, ‘Smokin’ sólo
volvería a boxear en 1981, en Chicago, donde alcanzó un nulo caritativo ante el muscular Floyd ‘Jumbo’
Cummings.
Joe Frazier cerró su carrera con
32 triunfos (el 73% se produjo antes del límite), el nulo ante Cummings y sólo cuatro derrotas, repartidas entre dos grandísimos rivales:
Muhammad Ali y George Foreman.
En los años 70 y 80, Joe hizo apariciones musicales y tuvo cierto éxito
con el grupo ‘Joe Frazier&The Knockouts’, de estilo soul-funk.
Como sus padres, tuvo una do-
ENFERMO Y
TRISTE.
En la imagen,
un ya
Muhammad
Ali atacado
por el terrible
‘Parkinson’,
llora la
muerte de
Joe Frazier en
Filadelfia, el 7
de noviembre
de 2011.
cena de hijos y ayudó con toda su
alma a los que quisieron boxear seriamente: Marvis (aspirante contra
Larry Holmes) y Jackie, quien combatió… con Laila, la hija de Ali. Pasó
sus últimos años en Filadelfia, con
estrecheces financieras, después
de que ciertos socios en un proyecto inmobiliario en Bucks County dilapidaran sospechosamente la
mayor parte de sus ganancias. Contrató a un director comercial, Leslie
Wolff, que intentó gestionar el estupendo (y desaprovechado) patrimonio sentimental de Frazier.
El 7-11-2011, Joe Frazier murió en Filadelfia, a resultas del violento cáncer de hígado que se le
diagnosticó sólo dos meses antes,
pero que se le hizo tan imparable y
brutal como los masivos disparos
de Foreman o Ali. En esos últimos
tiempos, Joe jamás se separaba de
su sombrero (‘ya es parte de mí...),
ni para entrenar a los chicos en
North Broad Street. El edificio del
gimnasio se intenta preservar ahora con carácter monumental por razones del legado del campeón, cuyos guantes autografiados aún se
venden a 400 dólares.
En el funeral, el 14 de noviembre, en el Enon Tabernacle (de credo baptista), el Reverendo Jesse
Jackson pidió a la concurrencia que
se levantara y permaneciera en pie
para demostrar su ‘amor’ por Joe
Frazier. Eso hicieron Don King, Larry Holmes, Magic Johnson, Dennis
Rodman, Leslie Wolff, el propio Jackson… y Muhammad Ali, que, pese
al terrible Parkinson, aplaudió el recuerdo de ‘Smokin’ Joe, (aquel ‘Tío
Tom’...) con el vigor de los viejos
días. Y, casi como terminó Mailer
aquel célebre número de la revista
‘Life’, el mundo y América no pueden esperar para el próximo duelo
Ali-Frazier. Fue un placer, Joe. Uno
de los más grandes.
A MODO DE
MUSEO. El
edificio del
gimnasio de
Joe se intenta
preservar por
razones de su
legado.
58
59
AÍTO
CUATRO DÉCADAS MANDANDO
EN LOS BANQUILLOS
El pasado 20 de diciembre cumplió 66 años y Aíto García Reneses
(Madrid, 1946) sigue a pie de banquillo. Han pasado 40 años desde
que, aún siendo jugador del Barcelona, dirigiese por primera vez en
competición, en la temporada 1972-73, al primer equipo de un modesto
club del baloncesto catalán: el Club Bàsquet Esparraguera. De su
impresionante trayectoria, sólo superada por el croata Ranko Zeravika
con 45 años como entrenador (1958-2003), habla para AS en exclusiva.
Sólo el
mítico Pedro
Ferrándiz,
otro de los
‘grandes’ del
baloncesto
mundial,
puede compararse a la
trayectoria
de Aíto.
60
EN LOS
INICIOS.
Como jugador
del FC
Barcelona, ya
compaginaba
con la labor
de entrenador,
que era
realmente
la labor que
le atraía y
que sería su
profesión.
JOSEP MARGALEF /
—¿Recuerda sus comienzos?
—Yo era jugador del Barcelona y
entrenaba al juvenil del Barça. Un
día a la semana entrenaba también al Esparraguera y lo dirigí uno
o dos partidos.
—A final de la temporada 197273 decidió retirarse como jugador, con sólo 26 años. ¿Porqué?
—Había llegado a mi techo y no
veía futuro, así que decidí cambiar
a mi otra pasión: ser entrenador.
Tenía muchas ganas de entrenar,
ya lo hacía en Estudiantes y en la
categoría de mini basket en las
selecciones de Castilla y después
de Cataluña.
—Empezó en un equipo modesto,
como el Circol Católic de Badalona (después Cotonificio), y en
diez años lo convirtió en uno de
los cinco mejores de la Liga espa-
61
ñola, llevándolo hasta la Korac.
¿Cómo llegó a ese equipo?
—Por un directivo del Barcelona
llamado Josep Giró, que tenía relación con el Circol, donde Guifré
Gol era entrenador y jugador. Estaba desbordado y necesitaba alguien como entrenador, y fui yo.
—Diez años allí dieron para mucho ¿Cómo lo recuerda?
—Como una etapa de mi carrera
muy bonita. Si se perdía, nadie decía nada y si ganabas, era como
una gesta; un notición. La verdad
es que éramos un grupo de gente
loca por el baloncesto.
—En la temporada 1983-84 llegó al Joventut. ¿Fue un paso adelante?
—El Cotonifico desapareció por
problemas económicos, se fue a
Santa Coloma de Gramanet con
otro nombre: Licor 43. El Joventut
me fichó y Andrés Jiménez, forma-
do en el Circol, llegó conmigo a la
Penya. Estuve allí dos años y fuimos terceros en la primera temporada y segundos, en la siguiente.
—El Barcelona le fichó en la temporada 1985-86 y estuvo allí 17
temporadas, en las que lo ganó
todo, o casi todo. A pesar de ello,
no fue fácil ¿Porqué?
—La verdad es que fue duro, porque la gente, y no sé la causa,
después de que el Real Madrid
dominase durante treinta años,
con mi llegada, el Barcelona pasó
a ser dominador, pero quería ya
que el equipo fuese también campeón de Europa. Un determinado
sector tuvo una cierta importancia en esa hostilidad y estaba disconforme con mi trabajo. La realidad fue que en 30 años el Barça
sólo había ganado dos Ligas y en
mis primeros cinco años ganamos
cuatro.
PLATA EN
LOS JJ.OO.
DE PEKÍN.
Fue el mayor
éxito de su
carrera como
Seleccionador
de España,
pero
prefirió no
continuar y
dedicarse a la
competición
de clubes.
—¿Es por esto que pasó dos temporadas (1990-91 y 1991-92)
como manager general?
—Eso fue una recomendación de
Salvador Alemany, directivo responsable de la sección. Yo acepté
porque pensaba que eso ayudaría
a tener mejor ambiente en el entorno y propuse a Boza Maljkovic
como entrenador.
—¿Fue su gran enemigo?
—Simplemente no nos entendimos, porque él iba a la suya y
punto. Además, contó con el apoyo de la Prensa.
—¿Usted no?
—No mucho y la opinión de la
Prensa, que siempre he respetado, acabó influenciando a la afición contra mí cuando volví de entrenador, en la temporada 199293: la situación era tensa. En la
temporada 1995-96 logramos el
título de Liga ganando el playoff
fuera de casa y quedamos subcampeones de Europa, pero el
ambiente seguía en contra y eso
no ayudaba al equipo.
—En la temporada 1993-94,
para no asistir a las ruedas de
prensa, decidió poner a su segundo Quimet Costa como primer entrenador, y al final de la 1996-97
usted dijo adiós, harto de tener
un sector de la afición en contra.
¿Fue un decisión meditada?
—Todas mis decisiones siempre
lo han sido. La situación, a pesar
de ganar mi sexto título de Liga y
volver a ser subcampeón de Europa, era insostenible. Ganamos el
quinto partido del playoff en cancha del Madrid. Teníamos que ganar fuera porque la afición del Palau estaba en contra mía. El presidente José Luis Núñez no quería
que lo dejara, pero mi decisión estaba tomada.
—Tras una temporada en blanco, volvió y la sorpresa saltó en
la temporada 2001-02 cuando el
Barcelona decidió no renovarle.
¿Fue un golpe bajo?
—La presión de algunos sectores para que yo no siguiera era
muy fuerte. No fue precisamente
el mejor momento de mi carrera,
pero no pude pedir más en cuanto al apoyo de Salvador Alemany
y otros directivos, aunque cuando
estos ataques afectan también al
equipo, es difícil mantener al entrenador.
—Otro año sabático (2002-03)
y empezó una nueva etapa en el
Joventut que duraría cinco años,
realmente espectaculares. ¿Fue
una de las mejores etapas de su
carrera?
—Entre todos devolvimos al Joventut al sitio donde debía estar. Superamos un mal inicio y
empezaron a despuntar los jóvenes Rudy, Ricky, Ribas y veteranos como Paco Vázquez, que
ayudó mucho. Fue un retorno a la
esencia del baloncesto, porque el
equipo comunicaba buenas vibraciones de gente que jugaba un baloncesto bonito; fue algo parecido
a mi época en el Cotonificio.
—Pero usted les dio la oportunidad, ¿no?
—Yo no les di nada; ellos se lo
ganaron a pulso, como antes lo
hicieron Andrés Jiménez, Quimet
Costa, José Montero, Jordi Villacampa o Rafa Jofresa. Quien se
merecía esa oportunidad siempre
tuvo mi apoyo.
—Dejó el Joventut tercero en la
Liga ACB, ganó la ULEB Cup y la
Copa del Rey, pero se fue a Unicaja. ¿Sabía dónde se metía?
—En Badalona acabé un ciclo y
el proyecto de Unicaja era muy
atractivo. Llegué al club fichado
por una Junta, pero hubo cambio
de directiva y las cosas se enrarecieron. En la primera temporada
quedamos terceros y en la segunda, cuartos, pero no entramos en
la Copa del Rey. Tampoco lo logramos en la tercera y, por lo visto,
dependía de eso, y en enero de
2011 me destituyeron.
—¿Qué se siente al ser destituido por primera vez en casi 40
años de carrera?
—Me gusta ganar siempre y no es
algo agradable, pero ser la primera vez demostró que hasta entonces siempre había tenido una buena compenetración con la directiva del club en el que estaba.
62
63
“Los deportistas deben
formarse estudiando, porque
serán mejores y tendrán
mejor actitud ante la vida”
SIEMPRE
ATENTO. Otra
de las facetas
de Aíto es su
capacidad
de asimilar
fundamentos,
técnicas
innovadoras
y estudiar
a todos sus
rivales; una
de las claves
de sus éxitos.
—¿Su fichaje por el Cajasol significó volver a los orígenes?
—Significó que me gusta entrenar,
pero lo que está claro es que no
teníamos el equipo tan bueno que
podíamos tener. Me da igual estar
en un equipo de menor o mayor
nivel; se trata de empezar un proyecto nuevo y así lo afronto.
—Volviendo la vista atrás, ¿se
perdió un físico o un ingeniero de
telecomunicaciones y se ganó un
entrenador?
—Hice tres años de ambas carreras y no acabé. Y quiero hacer una reflexión al respecto: que
cualquier jugador o deportista se
forme en todos los ámbitos y que
se formen estudiando, porque
serán mejores deportistas y ello
les comportará una mejor actitud
ante la vida.
—¿Es cierto que muchos de los
marcadores electrónicos que se
usaron en España los ideó Aíto
García Reneses?
—De eso hace casi 40 años.
Entonces, se importaban de Estados Unidos y costaban unas
90.000 pesetas. A ese precio,
pocos los adquirían. Presenté un
proyecto al impor tador para ensamblar unos de tipo electrónico,
baratos. Se instalaron en más de
30 pabellones.
—Realizó un cameo, en 1965, en
la película ‘La familia y uno más’,
que era una comedia, pero en la
escena que aparece usted había
una connotación política, ya que
en la parte trasera del autocar,
había una pancarta que ponía
‘Visca Catalunya’. ¿Le pagaron?
—Sí que me pagaron, pero no recuerdo cuánto. Yo estaba en el Estudiantes y fue muy divertido. En
cuanto a la pancarta, la verdad es
que nunca me he explicado como
en esa época pasó la censura.
—¿Qué ha aportado Aíto al baloncesto español?
—Toda una vida, pero no de forma individual, porque el baloncesto es un depor te de equipo
donde todos, jugadores, entrenadores, directivos se integran en
un fin. Haya estado donde haya
estado, siempre todos han aportado cosas.
—¿Fue usted un visionario del baloncesto avanzado a su tiempo?
—En absoluto. Apliqué cosas que
ya se hacían fuera de España y
que aquí fueron novedad. No es
cierto que aplicase un baloncesto defensivo a ultranza; sencillamente, mis equipos defendían
más que otros, que casi no lo hacían en ese momento.
—Tres meses como Seleccionador nacional absoluto y medalla
de plata, en los JJ.OO. de Pekín
2008. ¿Porqué no siguió?
—Porqué no me imagino estar
todo el año parado para jugar sólo
uno o dos meses. La verdad es
que Pekín fue algo extraordinario y
la ocasión no se podía desaprovechar. La concentración del equipo
era fenomenal, el ambiente entre
los jugadores fue increíble; la verdad es que hicimos unos Juegos
Olímpicos brillantes.
—¿La espina que aún tiene clavada es no haber ganado la Euroliga
con seis Final Four disputadas?
—Quizás sí, pero no es un tema
que me agobie y muchos menos
habiendo trabajado bien siempre.
Por eso para mí ya fue un éxito el
haber alcanzado tantas.
TRABAJADOR
INCANSABLE.
Aíto no brilló
como jugador,
aunque
fue muy
trabajador
en la pista.
Eso no le
bastó y, tras
cinco años
en el Barça,
decidió ser
entrenador.
64
TRAYECTORIA
COMO ENTRENADOR
 CB Esparreguera: 1972-1973.
 Círcol Catòlic de Badalona:
1973-1983.
 CB Joventut de Badalona:
1983-1985.
 FC Barcelona:
1985-1990: Entrenador.
1990-1992: General Manager.
1992-1993 : Entrenador, y
después de tres jornadas disputadas, decidió intercambiar el
cargo con Joaquim Costa, con lo
que pasó a ser el segundo entrenador del equipo.
1993-1997: Entrenador.
1998-2001: Entrenador.
 Joventut de Badalona:
2003-2008.
 Club Baloncesto Málaga:
2008-2011.
 Club Baloncesto Sevilla: 2012.
65
TRAYECTORIA COMO
SELECCIONADOR
 Seleccionador nacional
Absoluto: junio a agosto
de 2008.
 Seleccionador Nacional
Juvenil de España:
1976 - 1980.
 Seleccionador nacional
Júnior de España.
 Seleccionador Europeo
en diversas ocasiones.
TRAYECTORIA
COMO JUGADOR
 Estudiantes:
1963-1968.
 FC Barcelona:
1968-1973.
 Internacional con la Selección nacional Júnior.
TODOS SUS PARTIDOS HASTA LA FECHA
Competiciones Europeas
Competición Temps.
Equipos
Euroliga
10 FC Barcelona, 3 Unicaja, 1 Joventut)
14
T
G
P
248
155
93
Korac
7
4 Cotonificio 3 FCB
69
49
20
ULEB Cup
3
Joventut
42
30
12
Recopa
1
FC Barcelona
9
8
1
Fiba Cup
1
Joventut
16
13
3
Eurocup
1
Cajasol
12
4
8
396
259
140
TOTAL
Competiciones Nacionales
Club Basquet Esparraguera (1972-73)
2
2
0
0
Liga Nacional (1973-74 a 1982-83)
248
138
5
105
Liga ACB (1983-84 a 2010-2011)
905
652
0
253
1992-93 Barcelona (sólo constan 3 partidos)
40
29
0
11
Cajasol (2012-13)
21
7
0
14
Copa del Rey
93
54
1
38
2
1
0
1
38
22
0
16
1349
905
6
438
Copa Príncipe de Asturias
Liga Catalana
TOTAL
Manager del Barcelona: Temporadas 1990-91 y 1991-92
Sin entrenar: Temporadas 1997-98, 2002-2003 y 2011-2012
PALMARÉS
 Como Seleccionador nacional.
Medalla de plata en los Juegos
Olímpicos de Pekín 2008 como
Seleccionador nacional absoluto.
Medalla de Bronce con la Selección Española Juvenil en el
Campeonato de Europa de Damasco, en 1979.
Competiciones internacionales
de clubes:
1 Recopa de Europa, con el
FC Barcelona: 1985-86.
1 Supercopa de Europa con el
FC Barcelona 1986-87
2 Copa Korac, con el FC Barcelona: 1986-87 y 1998-99.
1 Copa ULEB, con el Joventut
de Badalona: 2007-08.
1 FIBA EuroCup, con el Joventut
de Badalona : 2005-06.
Subcampeón de la Copa de
Europa con el FC Barcelona,
en las temporadas 1989-90,
1995-96 y 1996-97.
UN
INNOVADOR
QUE FUE
CRITICADO
D
 Competiciones nacionales de
clubes:
9 Ligas ACB con el FC Barcelona: 1986-87, 1987-88,
1988-89, 1989-90, 1994-95,
1995-96, 1996-97, 1998-99 y
2000-01.
Cinco Copa del Rey, cuatro
con el FC Barcelona: 1986-87,
1987-88, 1993-94 y 2000-01,
y 1 con el Joventut de Badalona: 2007-08.
1 Copa Príncipe de Asturias,
urante toda su carrera
tuvo que luchar contra
los prejuicios: cuando pasó del
Coto al Joventut, el gran rival de
Badalona; cuando dejó la Penya
para irse al Barcelona y ser recibido con desconfianza por los sectores más catalanistas del club;
cuando regresó al Joventut y tardó
en ganarse de nuevo al público; y,
finalmente, cuando llegó a Málaga
y tuvo que enfrentarse posteriormente a una nueva directiva que
no era la que le fichó.
Definir las posiciones de un
equipo como 1, 2, 3, 4 y 5 es obra
con el FC Barcelona: 1987-88.
8 Ligas Catalanas (1986, 90,
94, 96, 2001, 02, con el Barcelona; 2006 y 08 con el
Joventut)
 Distinciones personales como
entrenador.
Nominado Mejor Entrenador del
Año en las temporadas 197576, 1989-90 y 2005-06 por la
Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto (AEEB).
suya, lo mismo que jugar con bases (Montero) y aleros (Jiménez)
muy altos para lo que se llevaba
hace 30 años. En una ocasión,
en la revista ‘Scholastic Coach’,
descubrió un ar tículo del mítico
entrenador Dean Smith sobre el
run&jump (saltar y cambiar), y le
interesó, hasta el punto de viajar
al año siguiente a un clinic en Suiza para empaparse sobre el tema.
En la pista, se traducía en rotaciones defensivas hoy básicas, “Era
algo que se podía entrenar, pero
como no había vídeo, lo que hacías en los partidos tardaban dos
años en verlo los demás”, recordaba el técnico madrileño.
A él se debe la utilización de
los ala-pívot como aleros, desde
Andrés Jiménez en el Cotonificio
de Badalona hasta Pau Gasol en
sus inicios en el Barcelona. También fue pionero en utilizar a los
escoltas como bases, caso de
José Antonio Montero, o en la
apuesta por las rotaciones de titulares y suplentes. “Fuimos valientes y, por cierto, muy criticados”.
De su mano llegó a la ACB la
defensa ‘dos contra uno’ en el
poste bajo y los jugadores especialistas y las rotaciones, en unos
tiempos en los que se jugaba con
el cinco titular y poco más. Había
que imponer un ritmo alto, de ahí
su famosa defensa presionante
que sus detractores llamaban
‘kárate-press’, y que con el paso
de los años calificó como “más
blanda que cualquiera de las que
se emplean ahora”.
La lista de técnicos discípulos
suyos es larga: Manel Comas, Pedro Mar tínez, Salva Maldonado,
Andreu Casadevall, Joaquín Costa, Quim Costa, Sito Alonso...
De Aíto se destaca su excelente trabajo en las cuestiones técnicas, su atención a los detalles
más mínimos y sus ramalazos de
genialidad. Le acusan de no congeniar con las estrellas, pero, en
realidad, sólo tiene roces con las
que no ponen su talento al servicio del equipo. Y alaban su valentía para sacar jugadores: fue
el entrenador que lanzó a Andrés
Jiménez, Jordi Villacampa, Montero, Rafa Jofresa, Juan Carlos Navarro, Pau Gasol, Rudy Fernández
o Ricky Rubio. No hay duda de que
ha marcado toda una época.
DISFRUTA DEL EJEMPLAR COMPLETO EN KIOSKO Y MÁS
www.as.com/kioskoymas
CONTENIDO COMPLETO
DEL NÚMERO 40
��������������������������������������������
�������
���������
����������
������������
�������
���������
������
�������
������������������������������������
��������
�����������
���������
����������
����������
�����������
����
������������
���������
�������������
����������
��������
������
• CELTIC-RANGERS: ‘THE OLD FIRM’,
CATÓLICOS CONTRA PROTESTANTES
Por María Jesús Luengo
• TONY GRANDE: PRODUCTO DE LA CIUDAD
DEPORTIVA QUE SE FUE PARA TRIUNFAR
Por Joaquín Maroto
• JOAQUÍN PEIRÓ: “ANTES DE TENER COCHE,
IBA AL ESTADIO ANDANDO O CORRIENDO”
Por Juan Casáñez
• ¡PENALTI!: EL ARTE DE ENTRAR A MATAR
Por Jorge F. Maldonado
• ENRIQUE PORTA: “CANDI (EXPRESIDENTE
DEL GRANADA) PIDIÓ 20 MILLONES POR MÍ
AL BARCELONA; NO ME FUI”
Por Enrique Árbol
• PINI: “VOY A COMPRAR EL PAN Y NADIE
ME RECONOCE POR LA CALLE”
Por Marc Bernard
• JOSÉ SAMITIER: MITO BLAUGRANA,
MITO MADRIDISTA
Por Agustín Martín
• PRIMAS: JUGAR CON LA SELECCIÓN YA
NO ES UNA PROFESIÓN DE RIESGO
Por Miguel Ángel Calero
• ‘SMOKIN’ JOE FRAZIER: EL APOGEO DE ‘LA
MÁQUINA DE LA GUERRA’
Por Alejandro Delmás
• MOTOR ‘MADE IN USA’: OFERTA Y
DEMANDA PARA TODOS LOS GUSTOS
Por Víctor Serrano
• AÍTO: CUATRO DÉCADAS MANDANDO EN LOS
BANQUILLOS DEL BALONCESTO ESPAÑOL
Por Josep Margalef
• MIN LULEI: “EN EL FUTURO, CHINA LE
ROBARÁ JUGADORES AL REAL MADRID
Y AL BARCELONA”
CÓMO CONSEGUIR AS COLOR
Consíguelo gratis:
• Si eres suscriptor de AS, El País o Cinco Días lo tendrás gratis en Kiosko y Más.
• Si compras en Kiosko y Más un ejemplar de AS, El País o Cinco Días.
Compra un ejemplar:
• Cada semana a través de la plataforma Kiosko y Más por 0,79.
Por Ricardo González
• ÍNTEGRO, EL NÚMERO 40 DE AS COLOR
DEL 22 DE FEBRERO DE 1972
Descargar