EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Catedrático de Historia Económica Departamento de Historia e Instituciones Económicas JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS Catedrático de Economía Aplicada Departamento de Economía de las Instituciones, Estadística Económica y Econometría Universidad de La Laguna SUMARIO I. Introducción. II. Innovación, innovación… o muerte. III. ¿Dónde está el oro? Redescubrimiento y crisis. IV. Indígenas y europeos: el drama primigenio. V. El nuevo sistema productivo. VI. Un largo período crítico. VII, La gran crisis estructural. VIII. Vino viejo en odres nuevos. IX. El calvario autárquico en versión isleña. X. Del pleno empleo al paro: la crisis de los años setenta. XI. Recuperación y crisis, recuperación y crisis… XII. Algunas conclusiones. hacienda canaria 85 ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ I. INTRODUCCIÓN Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS turales e institucionales que determina la estructura y dinámica del sistema produc- Durante los dos últimos años, el térmi- tivo. Y en una historia como la isleña, de no crisis ocupa un lugar preeminente en más de dos milenios, este complejo con- nuestro lenguaje cotidiano, y Canarias ofre- junto de valores no permaneció inmutable; ce ejemplos de gran relevancia analítica experimentó, por el contrario, profundas acerca de su complejo significado epistemo- crisis y transformaciones estructurales, lógico. Porque, de entrada, la crisis no es derivadas, en síntesis, del brusco y dramá- únicamente un simple e inesperado desajus- tico paso de una sociedad neolítica, proto- te económico, como por lo general tiende a histórica, a otra en gran medida feudal y, creerse. En realidad, la crisis anida dentro finalmente, a otra de naturaleza capitalista. del sistema social e integra elementos de muy diverso y contradictorio signo (sociales, económicos, políticos y culturales) y, por II. INNOVACIÓN, INNOVACIÓN… O MUERTE ello, en constante pugna. Por consiguiente, cuando hablamos de crisis nos referimos al Toda historia comienza con un mito pri- momento concreto en que esta persistente migenio de ilustre cuna. Sin embargo, el dialéctica provoca una brusca perturbación nuestro no pudo ser más crítico. La Atlántida en el sistema social. Asistimos entonces a feliz desapareció por la estulticia de los un período de transición, de corta o amplia hombres, que se vieron luego condenados a duración temporal, que acabará cuando el vivir una existencia miserable en sus siete triunfo de unos elementos silencie por un peñascos. Y, en efecto, ésta y no otra fue la tiempo la acción de sus detractores y se historia de nuestra primera gente, una alcance un nuevo equilibrio; la crisis queda, población protohistórica de origen norteafri- pues, adormecida hasta que se produzca cano que colonizó la tierra a finales del una nueva perturbación. segundo milenio anterior a nuestra era. Los arqueólogos se afanan en demostrar que Por supuesto, este breve apunte epis- recibió la visita de púnicos y romanos, pero temológico sobre el término crisis no pre- lo indudable es que fue abandonada a su tende en modo alguno ser exhaustivo. suerte, pues no contó con aportes tecnoló- Únicamente le hemos mencionado aquí por gicos foráneos que mejorasen la productivi- dos modestas y sencillas razones. La pri- dad de su precaria economía. mera, porque es preciso tenerlo bien presente a la hora de abordar una lectura de La consecuencia principal de este ais- dicho concepto desde una amplia perspec- lamiento fue la ausencia de progreso tiva histórica y, la segunda, porque nuestro social. Llegó el momento en que el sistema texto hace mayor hincapié en las crisis de productivo indígena no pudo atender la naturaleza económica. Asumimos entonces demanda de la población por la carencia de la tesis que define la economía como el medios innovadores. La crisis de carestía conjunto de valores sociales, políticos, cul- provocó una crisis de sobrecarga y una cri- 86 hacienda canaria EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS sis política por el control de los recursos. los indígenas dónde estaba y de inmediato Pero como vencedores y vencidos tenían comprendieron que el Archipiélago no per- que sobrevivir en un espacio limitado, lo tenecía a la geografía minera del Eldorado poco que sabemos sobre nuestra comuni- africano. Entonces, ¿por qué los reinos dad indígena demuestra que la máxima ibéricos mostraron un desaforado empeño hobbiana tuvo inmediata aplicación. Las por la posesión de un territorio cuya única crisis forjaron la creación de nuevos valo- riqueza eran unas gentes de extraño ori- res y de nuevas estrategias políticas y gen y credo? La respuesta no admite sociales, pues la paz convertida en norma duda: el establecimiento de una economía suprema de convivencia era la única vía de servicios marítimos en las islas facilita- para lograr al menos la supervivencia del ría el acceso a las futuras riquezas aurífe- grupo humano. ras africanas. III. ¿DÓNDE ESTÁ EL ORO? REDESCUBRIMIENTO Y CRISIS Estamos en la década de 1340 y toda Europa se sentía segura de sus logros y, como vemos, aspiraba a más allende sus Los reinos y ciudades de la Europa fronteras. Pero los elementos críticos ya se cristiana acuñaban monedas de oro, y el anunciaban por doquier y en la forma de metal aurífero procedía en su mayor parte intensas y cada vez más frecuentes ham- del África subsahariana. Los mercaderes brunas. Entonces llegó la muerte. Una terri- árabes controlaban este negocio, y los ble epidemia de peste negra de origen asiá- comerciantes de la Cristiandad adquirían el tico se presentó en Venecia en enero de preciado metal mediante su intercambio 1348 y llegó a todos los rincones de Europa. por bienes europeos en las plazas nortea- La quimera el oro debió, pues, posponerse, fricanas. Por consiguiente, si la Europa así como el proyecto de incorporar el cristiana quería un acopio más barato y Archipiélago a la economía europea. abundante de metal aurífero debía conquistar estas plazas —empresa harto difícil— o bien encontrar una ruta marítima a IV. INDÍGENAS Y EUROPEOS: EL DRAMA PRIMIGENIO las fuentes del oro africano. A principios del siglo XV, la Europa Resumimos así la principal causa del cristiana recuperó su actividad productiva y redescubrimiento de las Islas de la Fortuna retomó de nuevo su proyecto africanista, a mediados del siglo cuando Europa protagonizado esta vez por la Corona por- tuvo el primer encuentro —en Canarias y tuguesa. Y aunque su homónima castellana no en América—con su pasado gentil más carecía de las fuerzas necesarias para aco- remoto. Sin embargo, la obra civilizadora meter esta empresa, inició la ocupación del no era aún el objetivo. Lo era, en realidad, Archipiélago en los primeros años de la el oro. Los nautas europeos preguntaron a centuria. XIV, hacienda canaria 87 ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS Fue, sin embargo, una acción de muy primer capitalismo y del primer estado corto vuelo. Su principal agente, el señorío moderno ibérico para crear en el nuevo bethencouriano, convirtió las islas bajo su territorio un sistema social con valores simi- dominio factoría. lares al europeo. Y estimo, además, muy Frecuentaba la tierra aún en poder de la necesario aclarar este punto, pues expreso comunidad indígena para esclavizar a su aquí mi más enérgico rechazo a toda tesis gente o bien para venderle baratijas por que considere el Archipiélago como la pri- unos pocos productos de elevado precio en mera colonia del Imperio hispano. en una auténtica los mercados europeos. Y es que se desconocía aún el móvil preciso para la definitiva Nuestra principal y única fuente de conquista y colonización del territorio, y el riqueza era la tierra, y su preferente asig- encuentro directo con las minas de oro afri- nación productiva fue la agroindustria azu- cano era aún una quimera. carera, destinándose su oferta a los mercados europeos. Ahora bien, esta prioritaria La situación experimentó un brusco y asignación productiva no debe entenderse acelerado cambio en el último cuarto de la en modo alguno como una exigencia o centuria, cuando se produjo la definitiva imposición foránea, esto es, de los agentes ocupación del Archipiélago. Y la razón de neurálgicos de la economía-mundo capita- esta premura está muy clara. Los europeos lista en formación. ya vislumbraban la proximidad de las minas de oro africanas y las islas aún en La conquista y colonización del territo- poder de los gentiles poseían un potencial rio supuso la inversión de cuantiosos dine- de riqueza que amortizaría con creces los ros, y no sólo por los banqueros genove- costes de su conquista y colonización. ses, como habitualmente se dice, sino Asistimos ahora al acto final del drama que también por la miríada de colonos que lle- sintetiza toda la historia de la comunidad garon para poblar la tierra. Se deduce, por indígena. Porque debemos recordar a pro- tanto, que nuestra primera economía con- pios y foráneos que Canarias fue el primer trajo una elevada deuda externa con aque- escenario de la crisis catastrófica que ocu- llas que financiaron su construcción, y que rriría luego en América a raíz de su con- ésta no hubiera ocurrido sin la garantía de quista y que revistió el carácter de genoci- un producto agroexportador capaz de dio y etnocidio. El 90 por ciento de la financiar aquella deuda. población sucumbió por la acción de los agentes patógenos introducidos por los europeos. El azúcar es hoy un producto proletario, mientras que, en aquel tiempo (siglos XIV-XV), V. EL NUEVO SISTEMA PRODUCTIVO era la oferta del sector agroindus- trial de mayor valor añadido y estaba por ello reservada a los poderosos. Por consi- Interesa ahora precisar la estrategia guiente, la agroindustria azucarera debe que diseñaron las fuerzas combinadas del entenderse como la estrategia productiva 88 hacienda canaria EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS que maximizaba la dotación de recursos entonces en almacén de toda clase de bie- disponibles con vistas a obtener un produc- nes y servicios con destino a la navegación to exportador con un elevado valor de cam- y el comercio atlánticos. Surgió así el bio; un producto capaz de sufragar la segundo pilar de nuestra actividad produc- deuda externa generada por la conquista y tiva y cuya magnitud no suele atenderse: colonización y de formar el ahorro-inver- una economía de servicios marítimos. sión preciso para la continuidad de la nueva economía. Todo sistema productivo se rige por un conjunto de valores que le es propio, y Había nacido, pues, nuestra economía de éste emerge un marco institucional, es agroexportadora; una economía que per- decir, un conjunto de reglas formales e siste aún en nuestro escenario agrario, informales que guían la actuación de los aunque, como veremos, con un significado agentes económicos. Por consiguiente, y alcance bien diferentes desde mediados debemos aclarar el conjunto de valores que Ahora bien, nuestra economía fundamentó la génesis del marco institu- agroexportadora no debe confundirse con cional propio del nuevo sistema producti- la tesis del monocultivo, esto es, con aque- vo; un marco, además, que considero lla que sintetiza la historia económica isle- como su tercer pilar, pues permitió el desa- ña en sucesivos y alternativos ciclos de rrollo de sus economías agroexportadora y expansión y crisis de los cultivos exporta- de servicios bajo el dominio político del pri- dores. Cierto es que ejercieron el papel de mer Imperio moderno. del siglo XIX. fuerza motriz, pero también crearon un mercado interior de bienes y servicios que Comencemos por la tierra y el agua. ejercía la importantísima función de garan- Finalizada la conquista, ambos recursos tizar su competitividad; la producción fueron agropecuaria la Fuerteventura, La Gomera y El Hierro) o demanda de las unidades dedicadas al cul- realengo (Gran Canaria, Tenerife y La tivo exportador, y la fuerza de trabajo cum- Palma). Y como sin vasallos no había eco- plimentaba su calendario laboral faenando nomía, los señores y, sobre todo, la Corona en ambos subsectores agrarios. En resu- cedieron lotes de tierras y aguas al colona- men, ambos constituyen lo que venimos to sin exigirle renta alguna. Pero los dere- llamando economía agroexportadora. chos de propiedad propios del feudalismo doméstica abastecía dominio señorial (Lanzarote, no se habían aún superado. Extensos Primero fue África y luego América y, muros de piedra seca —las rayas de las algo más tarde, un continuo fluir de bajeles vegas, todavía bien visibles en los campos de múltiples banderas surcaron el Atlántico herreños y majoreros— cabalgaban por a medida que Europa colonizaba el escena- predios y laderas para impedir los daños rio indiano y reclamaba esclavos africanos del ganado, y una vez recogidas las mie- para explotar minas, haciendas y plantacio- ses, todas las rastrojeras quedaban para nes. Los puertos insulares se convirtieron pasto común de la comunidad aldeana, que hacienda canaria 89 ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS tuvo también libre acceso a las tierras y Cierto que, luego de 1540, se hizo sentir la aguas no repartidas por su naturaleza de ruina azucarera debida a la competencia propiedad comunal. antillana y brasileña, pero desde tiempo atrás la vinicultura había ganado mercados ¿Quiénes fueron los colonos? La cons- en Europa, África y América. Y como aquí trucción de ingenios y plantaciones exigió la y, sobre todo, en la tierra caribeña, fue arribada de capital humano y, al contrario decisivo el papel del capital canario en la que en la América hispana, la tierra insular creación de las primeras economías de estuvo siempre abierta a toda clase de gen- plantación, el nuevo sistema productivo tes. Se formó así una sociedad de frontera adquirió el rango de insular y atlántico. que adquirió mayor rango a medida que los puertos insulares se convirtieron en posada VI. UN LARGO PERÍODO CRÍTICO atlántica. Ahora bien, en esta sociedad criolla, donde conviven indígenas, europeos de La recesión comenzó en el último y tuvo, además, un variado origen y africanos libres y esclavos, cuarto del siglo existió una elite que controlaba los resortes carácter estructural, pues afectó a los del poder político; una elite agraria y mer- valores que hasta entonces regían las cantil que negoció con la Corona las dispo- reglas formales e informales del sistema siciones que convenían al desarrollo de las social y productivo. Interesa, por tanto, economías de producción y de servicios, detenernos en el examen de esta nueva aunque, obviamente, según sus criterios de crisis de larga duración, ya que en su eficiencia económica y de clase. transcurrir se gestó el sistema productivo XVII que eclosionaría a mediados del siglo La fiscalidad indirecta no afectó a los insulares; únicamente cabe aludir a unos XIX, es decir, nuestro sistema socioeconómico contemporáneo. aranceles cuya cuota ad valoren era la mitad La recesión comenzó con la contrac- de la exigida en el territorio peninsular. Y frente a cualquier medida restrictiva de ción de las exportaciones vinícolas. carácter colonial o proteccionista, los insula- Perdimos el mercado inglés en beneficio de res tuvieron libre acceso a los mercados los vinos lusitanos, mientras en el colonial europeos y coloniales, de modo que podían retrocedíamos ante la competencia de la colocar su oferta agroexportadora allí donde oferta peninsular. Había, por supuesto, un maximizaban su ventaja comparada. Y no problema de costes; nuestros vinos eran hubo límite alguno a la importación de toda más caros. Pero si esto era cierto en el caso clase de bienes, ni tampoco a la entrada de de las exportaciones a las colonias, no lo todo bajel que reclamase los servicios marí- era en el caso del Canary Wine, que era timos de los puertos insulares. incluso más barato en términos de costes que la malvasía maderense y el oporto. Dos siglos de progreso marcaron las bondades del nuevo sistema productivo. 90 hacienda canaria Entonces, ¿por qué perdimos el mercado inglés? EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS La respuesta debe buscarse en el plano un lado, en los argumentos de la nueva institucional. Inglaterra impuso elevados economía, esto es, en la acción individual aranceles a la malvasía isleña y redujo los como vía de progreso frente a toda idea exigidos a los vinos lusitanos. Y aunque los colectiva, y, de otro, en su control de los insulares protestaron por la vía de los hechos mecanismos del poder político, la elite y de la diplomacia, exigiendo la libertad agraria y mercantil se apropió de tierras y comercial con una nación que tenía en los aguas comunales para garantizar sus puertos insulares su base de contrabando ingresos por la vía de la renta. Entonces con el comercio colonial hispano, todo fue estalló el conflicto social, dirigido obvia- inútil. La Corona hispana se negó a aceptar mente por la elite de la comunidad aldeana la propuesta inglesa, que exigía igual trato a que veía ultrajado su derecho a participar la entrada de sus manufacturas en las colo- en esta privatización. La crisis agrandó, nias hispanas. Y como, por un lado, menos pues, el proceso de proletarización campe- bajeles cargaban nuestros vinos a cambio de sina, esto es, la ruina de los bienes comu- las manufacturas que alimentaban luego el nales, que tendrá su epílogo en la des- contrabando con las colonias hispanas, y, por amortización civil (1855). otro, el incremento del comercio directo aminoró la intermediación isleña, la recesión Finalmente, hubo también una crisis afectó también a la economía de servicios institucional. La reorganización política- marítimos. En resumen, el monopolio y el administrativa del absolutismo borbónico, privilegio arruinaban la tierra. dirigida a incrementar los ingresos fiscales, obstaculizó el funcionamiento de las reglas Había que arbitrar soluciones a la cri- informales (contrabando) que hasta enton- sis. Y la primera fue la salida a América; si ces sustentaban el comercio en ambos en la fase anterior emigraban capitales, lados de nuestro sistema insular y atlánti- ahora eran hombres, que se asentaron co. Y como los Comandantes generales se sobre todo en el otro lado de nuestro siste- convirtieron en auténticos virreyes, pues ma económico insular y atlántico, es decir, podían presidir incluso las deliberaciones en la tierra caribeña, donde ampliaron la de la Real Audiencia, la oligarquía perdió frontera del tabaco (Cuba) y del cacao parte de su capacidad de gestión de los (Venezuela), mientras sus remesas contri- mecanismos del poder político. buían a aliviar la miseria de los hogares de este lado. Y como la regresión redujo nues- VII. LA GRAN CRISIS ESTRUCTURAL tra capacidad adquisitiva, hubo que desempolvar el telar doméstico y agregar más Entre 1789 y 1814, los campos euro- tierra y agua al proceso productivo para peos se tiñeron de sangre. Hubo vencedo- incrementar la oferta alimentaria. res y vencidos, y otros obtuvieron pingües beneficios durante el período bélico. Pues Las soluciones no fueron, sin embar- bien, este fue el caso de los canarios. Las go, del agrado de todos. Amparándose, de continuadas contiendas arruinaron a sus hacienda canaria 91 ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS competidores y pudieron entonces vender mercado interior para la economía nacio- de nuevo sus caldos y un nuevo cultivo nal, y en una política fiscal, dirigida en este exportador, la barrilla, especialmente a un caso a mejorar los ingresos de una hacien- nuevo y prometedor mercado, los Estados da en total bancarrota. La homogeneidad Unidos. Y como las trabas institucionales al de todo territorio y ciudadano ante el fisco contrabando impuestas por el reformismo implicó que los insulares perdieron el régi- borbónico quedaron en suspenso, los puer- men excepcional tributario de que habían tos insulares recuperaron su ventajoso gozado durante más de tres siglos. Y si papel de posada atlántica. este mal fue contestado con pasquines y asonadas populares de mayor o menor vio- Ahora bien, como era de prever, una lencia, pues era la masa campesina la que vez acabado el conflicto, las cosas volvie- soportaba principalmente la nueva carga ron a su ruinoso estado anterior, y lo no tributaria, lo que afectó a todos fue la polí- previsto fue que al poco adquirieron el tica proteccionista. carácter de tragedia, pues entre 1820 y 1850 Canarias conoció la mayor crisis de Los nuevos aranceles redujeron aún toda su historia. La oferta agroexportadora más la ya mermada capacidad adquisitiva (vinos y barrilla) se hundió; los puertos se de nuestra economía de producción agroex- despoblaron de bajeles; creció el hambre, portadora. Claro que cabía la posibilidad de la miseria y la muerte; la emigración se que las islas adyacentes —pomposo nombre convirtió en una verdadera diáspora; los dado a nuestras islas— adquirieran bienes conflictos de toda clase se sucedieron, y se nacionales. Pero, ¿a cambio de qué? Ni habló incluso de posible desafección al vinos ni barrillas compraba la economía dominio hispano. peninsular y, por tanto, la adquisición de aquellos bienes se saldaba con la extracción ¿Por qué? Muchas veces el discurso de de un numerario del país que únicamente la ambigüedad se impone, cuando, en rea- podía llegarle del exterior, es decir, del saldo lidad, lo que debemos reconocer es nuestra favorable de su balanza de comercio. incapacidad para dar una respuesta conclu- qué decir de los bienes nacionales? Eran yente. Pero en este caso hay pocas dudas: más baratos y de mejor calidad los que se el principal causante de la crisis fue un fac- presentaban de contrabando en nuestras tor institucional que, de pronto, dejó de caletas y ensenadas, es decir, las manufac- ejercer la función que hasta entonces había turas de la primera potencia industrial, las desempeñado en aras de favorecer el desa- inglesas, que, además, habían vestido a los rrollo de las economías agroexportadora y insulares durante casi tres siglos. ¿Y de servicios marítimos. La protección de la marina nacional La construcción del nuevo estado bur- fue otro de los graves males. Se impusie- gués hispano se fundamentó en una políti- ron diversas gabelas para impedir la arri- ca proteccionista con el fin de reservar el bada de la flota extranjera y favorecer con 92 hacienda canaria EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS ello la contratación de la marina nacional. artificiales, se vio sustituido por la trilogía La consecuencia fue casi inmediata. La plátanos, tomates y papas. La libre entra- flota extranjera dejó de frecuentar los da de la flota internacional a los puertos puertos insulares, castigando con ello la insulares revitalizó la economía de servi- negociación de fletes de la economía agro- cios marítimos, con la importante particu- exportadora y reduciendo al mínimo las laridad que ahora ganó una mayor dimen- ganancias de intermediación de nuestra sión por la creciente intensidad del tráfico economía de servicios marítimos. Y esto marítimo atlántico. ocurrió precisamente cuando nuestro tradicional país de intercambio, Inglaterra, Así pues, las franquicias facilitaron la necesitaba la apertura de los puertos insu- recuperación de la producción agroexpor- lares con el fin de abastecer de víveres y tadora y de la economía de servicios, que agua a los bajeles involucrados en la cons- conocieron una fuerte expansión entre trucción de su Imperio. 1850 y 1936, aunque con algún paréntesis, como luego veremos. Porque, ahora, es Era preciso actuar ante las principales instancias del poder político. Y para la elite preciso aludir a la aparición de dos sectores realmente nuevos. agraria y mercantil tradicionalmente vinculada al escenario atlántico, la solución no Los puertos francos facilitaron la libre admitía duda alguna. Se trataba, en sínte- importación de energía y materias primas a sis, de recuperar nuestra herencia libre- precios internacionales. Surgió entonces un cambista, esto es, de reclamar al nuevo sector industrial (tabaco, pesquerías, azú- Estado una política en materia fiscal y mer- cares, harineras, cerveceras, industrias cantil diametralmente diferente de la apli- mecánicas) vinculado a la demanda inte- cada al territorio peninsular. Como sostenía rior, a la de los buques en tránsito y a los uno de sus principales valedores, Alonso de mercados africanos, produciéndose incluso Nava Grimón, nuestro primer economista, envíos a la Península. Y cuando, en 1900, debíamos ser tratados como país tercero la industria peninsular protestó por la com- en lo económico con el fin de seguir siendo petencia desleal isleña, exigiendo la aplica- españoles en lo político. ción a los insulares de la política arancelaria, estos últimos prefirieron seguir siendo VIII. VINO VIEJO EN ODRES NUEVOS españoles en lo político y país tercero en lo económico. El decreto de puertos francos (1852) sintetizó las aspiraciones de esta elite. Un El segundo sector nuevo fue el turismo. nuevo producto agroexportador, la grana o Las consignatarias extranjeras, especialmen- cochinilla, ganó competitividad en los mer- te las inglesas, que hacían escala obligada en cados exteriores; y cuando este producto los puertos insulares, pronto se percataron decayó en la década de 1870 como conse- de las ventajas de nuestro suelo para esta cuencia del generalizado uso de las anilinas nueva opción productiva, que por entonces hacienda canaria 93 ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS comenzaba su andadura en la Europa indus- Otros elementos críticos del librecam- trial. Se construyeron los primeros hoteles bio puertofranquista son de naturaleza con capital extranjero y a esta iniciativa se interna. La arribada de la oferta agrope- sumó luego el capital indígena. cuaria internacional significó la ruina del sector agrario que hasta entonces ejercía Finalmente, los avances en la econo- la importante función de cubrir la demanda mía propiciaron la mejora de los niveles de interna. El proceso de proletarización cam- sanidad y educación públicas, sobre todo a pesina, que alcanzó su punto álgido con la partir de 1900. La mayor parte de la definitiva privatización de los bienes comu- población, ajena hasta entonces al debate nales como consecuencia de la desamorti- social y político, comenzó a participar en la zación civil, se vio ahora ampliado por el esfera pública a medida que avanzaban los librecambio. La masa de pequeños propie- niveles educativos y el asociacionismo tarios debieron entonces buscar empleo en obrero, especialmente en las zonas urba- las plantaciones dedicadas al cultivo expor- nas y en las áreas agrícolas vinculadas a tador o bien en la emigración, siendo de los cultivos exportadores. nuevo Cuba el destino preferente. Ahora bien, el librecambio puertofran- El librecambio provocó la ruptura de la quista tenía varios elementos críticos. Los unidad económica regional. A partir de primeros se deben a su estrecha vincula- ahora, cada ámbito insular tendió a asignar ción al mercado internacional. La sustitu- sus recursos productivos a la obtención de ción de la grana por las anilinas artificiales un producto exportador, de modo que la provocó una brusca contracción, aunque isla que nada tenía que ofrecer al mercado breve por la inmediata generalización de internacional quedó en la más completa los nuevos cultivos exportadores y por la miseria, pues su única oferta, la agrope- contratación de activos por parte de un cuaria, poca o nula cabida tenía en el mer- sector urbano en fuerte expansión. La cado interior. Por su parte, las islas que Primera Guerra Mundial generó la siguien- centralizaban los recursos en los cultivos te crisis, al caer la demanda internacional exportadores y en la economía de servi- frutera y paralizarse el tráfico marítimo por cios, libraron una continua batalla por cap- los puertos insulares. Finalmente, la terce- tar para sí toda inversión o incentivo públi- ra crisis llegó con la gran depresión de co o privada que mejorara su vinculación 1929; y en este punto la discusión no ha con el exterior o potenciara su actividad terminado, pues si bien la depresión afectó productiva. Nació así el pleito insular, esto a las exportaciones de plátanos y al tráfico es, uno de los elementos críticos de nues- internacional, lo más destacado fue quizás tro modelo económico contemporáneo. el conflicto social protagonizado por una clase trabajadora que reclamó una mayor y En síntesis, Canarias conoció un ace- más justa participación en la distribución lerado proceso de modernización social, del producto social. política y económica entre 1850 y 1936. 94 hacienda canaria EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS Hubo, por supuesto, elementos críticos, y una inflación sin precedentes y por el mer- no disponemos aún de un análisis contra- cado negro. La consecuencia inmediata no factual que permita ponderar el significado pudo ser otra: una brutal caída de los sala- último de aquel proceso; por lo pronto y rios reales y en un escenario laboral sin visto en conjunto, las ganancias parece mercado debido a la fuerte represión social que fueron superiores a sus costes. Pues y política. bien, todo ello se perdió como por arte de magia en 1936. Y como no faltan los revisionistas de siempre, que, entre otras cosas, señalan IX. EL CALVARIO AUTÁRQUICO EN VERSIÓN ISLEÑA que el paro y la pobreza tuvo un valor relativo o que durante el franquismo mejoraron algunos indicadores de bienestar humano, La Guerra Civil supuso la ruptura de la les recuerdo que esta mejora obedeció experiencia democrática de la Segunda sencillamente a un peculiar comportamien- República, y Canarias sufrió durante los to del denominador; esto es, a que emigra- años 1936-1959 la segunda gran crisis de ron casi un cuarto de los insulares jóvenes, su historia y por el mismo factor que había mejorando con ello la ratio de los que que- causado la primera; en síntesis, por la daron y, además, mandando remesas para acción de un factor institucional que exten- ayudarles a superar la miseria. dió a las Islas la política económica que aplicaba al territorio peninsular; esto es, suprimió el legado librecambista isleño. Finalmente, la crisis económica no lo fue todo. Debemos añadir la pérdida de capital humano y de experiencias adquiri- ¿Qué razones justifican este desgra- das que provocó el período autárquico. La ciado y funesto empeño? En principio, no clase empresarial se acomodó a las nuevas debemos buscarlas en el terreno de la eco- circunstancias, esto es, sustituyó su legado nomía, sino en el campo ideológico, pues librecambista por el proteccionismo, mien- es aquí donde en verdad se localiza el fun- tras que aquellas que se atrevieron a soli- damento de la política económica autárqui- citar al dictador el retorno de la herencia de ca defendida por el franquismo. ¿Y qué sus mayores quedaron en el más absoluto cabe esperar de una economía gobernada de los silencios. ¿Y que decimos, por últi- a golpes de decreto? Preocupado por acu- mo, de la pléyade de intelectuales que mular divisas, el régimen favoreció la ofer- debieron buscar su sustento en el otro lado ta agroexportadora (plátanos, papas y del charco? tomates), cuyas cosechas se obtenían agregando más trabajo, tierra y agua al proceso productivo, y controló con mano X. DEL PLENO EMPLEO AL PARO: LA CRISIS DE LOS AÑOS SETENTA de hierro los salarios, mientras sus esfuerzos por garantizar el abastecimiento del La expansión económica de los años mercado interior se vieron contestados por sesenta fue sorprendente por muchas hacienda canaria 95 ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS razones, pero mucho más lo fue el cambio mentaron un periodo de crecimiento de la que supuso la crisis de los setenta. La economía expansión combinó de forma peculiar (1951-1973). mundial de veintidós años determinados principios de economía de mercado con un ámbito institucional y polí- El Plan Nacional de Estabilización tico no democrático; fueron años de cam- Económica (1959) perseguía la estabilidad bios sectoriales que han sobrevivido duran- de la economía nacional, el equilibro de su te medio siglo y de pleno empleo. Por el balanza de pagos y la fortaleza de la pese- contrario, la crisis de los setenta sorprendió ta, y sus medidas de política exterior seña- a todos; nadie podía haber previsto un laron el paso de la autarquía a la apertura vuelco en las expectativas económicas de internacional. Se produce así la devalua- tal intensidad, de forma que, aún hoy, la ción de la peseta (desde 42 hasta 60 pese- economía isleña no ha podido recuperar un tas/dólar) y el apoyo desde el exterior con balance de oferta y demanda de trabajo altos niveles de crédito de los organismos que garantice el pleno empleo. Parece, internacionales y del gobierno de los pues, oportuno aislar los hechos de orden Estados Unidos de América. Esta nueva internacional, nacional y canario, que se estrategia de la economía española respec- conjugaron para crear un círculo vicioso en to a las relaciones exteriores buscó, ade- el ámbito de la economía. más, la inversión extranjera, mientras que, en el ámbito interno, el objetivo fue contro- El Consenso de Bretton Wood (1944) lar la inflación, de modo que se estabiliza- reorganizó la economía mundial en cuatro ron los salarios, se elevaron los tipos de grandes objetivos: el pleno empleo, el interés, y se limitaron los créditos y el ajuste de la balanza de pagos, la promo- gasto público, al tiempo que la reforma fis- ción del comercio internacional y el desa- cal permitió incrementar la recaudación. Y, rrollo económico. Las políticas de demanda como resultado, la economía española giró garantizarían el pleno empleo, y los tipos hacia una senda de crecimiento basada en de cambio fijos, pero ajustables, y los con- nuevas actividades económicas, principal- troles de capitales ajustarían la balanza de mente el turismo, que a la postre marcarí- pagos. La promoción del comercio interna- an la pauta de los cambios profundos en el cional se confiaba a la reducción de los capitalismo español. aranceles, y el desarrollo económico se impulsaría desde la ayuda oficial. El primer Veamos ahora la economía insular. En objetivo era responsabilidad de los gobier- páginas anteriores hemos observado su nos nacionales, y los tres últimos del Fondo modernidad en el primer tercio del siglo Monetario Internacional, el GATT, y el y en ella aparece el turismo y por causas Banco Mundial, respectivamente. Y aunque ligadas al clima y a factores exógenos. estos acuerdos no llegaron a los límites Pues bien, ahora, tales factores (la apertu- imaginados por Keynes, de «un auténtico ra de la economía española; el aumento de gobierno económico del mundo», funda- las rentas de la población europea; la 96 hacienda canaria XX, EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS generalización de los periodos vacaciona- minada «síntesis neoclásica», procedente les; los cambios tecnológicos y los progre- del intento de volver a reunir a la «familia sos en la aeronáutica) alcanzaron tal inten- neoclásica» con las aportaciones rompedo- sidad que determinaron el nuevo perfil de ras de Keynes. El consenso alcanzado se fue la economía isleña: el turismo. deteriorando, de forma que la denominada por Schumpeter «segunda situación clásica» El desarrollo del sector generó cambios en la asignación de los recursos. Trabajo, mostraba ya signos claros de que algo fundamental estaba cambiando. capital y, sobre todo, el territorio, asignados tradicionalmente a las actividades que habí- La pérdida de competitividad de los an constituido la base de crecimiento de la Estados Unidos, debida a la inflación inte- economía insular, conocieron una importan- rior generada por la negativa del presiden- te competencia en la demanda que se hacía te Johnson a subir los impuestos para desde el hospedaje, la restauración, el financiar la Guerra de Vietnam, cuestionó transporte, otras actividades de ocio y de uno de los pilares del consenso de Bretton servicios auxiliares de las actividades turís- Wood. En 1971, el presidente Nixon anun- ticas. La demanda de trabajo tuvo, además, ció la renuncia del país al compromiso de la competencia externa, puesto que desde convertir las monedas extranjeras en dóla- diversas partes del mundo se requería fuer- res y los dólares en oro a tipos fijos. El za de trabajo para apoyar el proceso de cre- dólar se devaluó, y aunque se siguió inter- cimiento económico. viniendo en los mercados, se permitió la fluctuación en el margen de una banda Ocurrió entonces un nuevo proceso de cada vez más ancha. proletarización y movilidad de la fuerza de trabajo. Su localización urbana y las nuevas Los precios internacionales experi- formas de vida atrajo la oferta de trabajo mentaron un brusco ascenso por el aumen- procedente de las Islas más atrasadas en to de los precios de las materias primas. En las actividades relacionadas con el turismo. el caso del petróleo, este aumento obede- Asistimos, pues, a una fase de bonanza ció al embargo de los países árabes como productiva, que si bien se sostuvo durante reacción al apoyo occidental a Israel en la algo más de una década, fue suficiente para guerra árabe-israelí, y, en el caso del trigo, alimentar hasta hoy sucesivas fases de cre- a las sucesivas malas cosechas en la Unión cimiento de los ciclos económicos. Soviética, que obligó a recurrir al mercado internacional. Y cuando las economías occi- A principios de los años setenta ocu- dentales comenzaban a tomar medidas rrieron rupturas en diversos ámbitos de la expansivas, la revolución iraní de 1979 economía. Se discutieron las ideas que habí- quebró las expectativas de recuperación al an orientado la política económica desde la provocar una segunda crisis petrolera y un Segunda Guerra Mundial, esto es, la deno- nuevo incremento de los precios. hacienda canaria 97 ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS La inflación obligó a las economías el cambio institucional de la dictadura a la occidentales a cambiar el signo de sus polí- democracia tuvo repercusiones en las ticas: expectativas de expansivas a restrictivas. empresariales. La nueva Subieron los tipos de interés y la economía regulación de los mercados, entre otros, mundial entró en una larga recesión, que del mercado de trabajo; el diseño de las tuvo efectos muy dramáticos para los paí- nuevas instituciones, como las organizacio- ses en vías de desarrollo. Habían obtenido nes patronales y los sindicatos; el clima de créditos en el mercado internacional a tipos conflicto entre los partidarios de conservar de interés bajos durante los años setenta. las antiguas instituciones no democráticas; La subida de los tipos de interés generó un y todo ello en medio de un clima de creci- incremento de la deuda, al tiempo que el miento del desempleo, altas tasas de infla- estancamiento del comercio internacional ción y altos tipos de interés, generaron un dificultó la posibilidad de conseguir medios proceso complicado de cambio y crisis. de pagos. Afortunadamente, algunos aspectos Finalmente, la organización de la pro- de la incertidumbre fueron despejándose. ducción estaba también cambiando. Las Nos nuevas tecnologías, que adelantaban, ade- Constitución Española y, aunque por un más, la posibilidad de aplicar con éxito otras tiempo relaciones laborales, cuestionaron el hege- sables» continuaron, las variables políti- mónico modelo de producción «fordista», cas jugaron a favor. Y especial mención iniciado en las primeras décadas del siglo. merecen los Pactos de la Moncloa, que referimos los al desarrollo denominados de «ruidos la de incluyeron acuerdos sobre importantes En este contexto, la economía canaria aspectos de política económica con objeto entró en una profunda crisis. Porque, de de estabilizar una economía afectada por pronto, a finales de 1972, la demanda de un alto nivel de paro e inflación. Los incre- servicios turísticos se debilitó como conse- mentos de la masa salarial sugeridos para cuencia de la crisis de los países europeos; 1977 y 1978 incorporaban la ruptura con la construcción reaccionó a la baja; el paro las tasas de inflación anteriores y de esta comenzó a crecer y la sociedad a alejarse forma evitaban que la inflación del pasado del pleno empleo. Así pues, las expectati- se trasladara al futuro. El criterio estable- vas de un progreso sostenido que permitie- cido sobre la masa salarial y no sobre los ra alcanzar los niveles de bienestar relati- salarios, permitía pactar los deslizamien- vos de antes de la Guerra Civil, quedaron tos e incorporar correcciones sobre las seriamente comprometidas. En definitiva, diferencias salariales existentes si fuera el la nueva vía de desarrollo también tenía caso. Por último, los incrementos de la sus problemas. masa salarial sugeridos se situaban por debajo de la inflación prevista, cuestión La crisis económica coincidió con la crisis política, pues la incertidumbre sobre 98 hacienda canaria ésta que fracasó al reducirse la inflación más de lo previsto. EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS La adhesión de las patronales y de los caban de hecho el Régimen Económico y sindicatos más relevantes a los acuerdos Fiscal de 1972. Esta Ley había tenido un pactados por los partidos políticos dio una contenido económico relevante, además de relativa estabilidad al mercado de trabajo y fiscal. Constituyó un intento de regenerar atenuó un clima propicio al conflicto. Y a un mercado único en Canarias, al menos ello contribuyó la aprobación del Estatuto desde el punto de vista fiscal. Además, de los Trabajadores y su desarrollo inme- había introducido incentivos a la inversión diato en los años posteriores. Espe- de orden especial, manteniendo un dife- cialmente significativo en este caso fue la rencial fiscal con respecto a la imposición contratación temporal, que cambió radical- indirecta del territorio continuo de España mente las relaciones laborales en España, y las Islas Baleares. Pero la modificación de además de otras cuestiones que han teni- la fiscalidad indirecta y directa en el con- do trascendencia posterior, como, por junto de España obligó a modificar el régi- ejemplo, la modificación en el despido men fiscal, y este crucial hecho constituyó improcedente de la capacidad de elección la base de un nuevo espacio de incertidum- del trabajador, cuando la sentencia es favo- bre para el empresariado y las familias rable, en relación con la indemnización o la canarias. Finalmente, a la incertidumbre reincorporación al puesto de trabajo, que generada por la crisis económica, la crisis ahora corresponde al empresario. política y la crisis institucional, se sumó la que tenía su origen en la adhesión de La crisis fue especialmente dura en las España a la CEE. Islas. Las tasas de paro e inflación crecieron por encima de la media española desde 1973. Determinadas actividades tuvieron XI. RECUPERACIÓN Y CRISIS, RECUPERACIÓN Y CRISIS… que ajustarse a las condiciones de la crisis; otras, con un alto nivel de endeudamiento, A partir de 1985, la economía de las no pudieron soportar los tipos de interés. Islas inició un breve período de crecimien- Los costes laborales se incrementaron en to. Sus pautas fueron esencialmente las relación con el pasado al actualizarse los mismas que desde los años sesenta. Creció convenios colectivos. La jornada laboral se la demanda de servicios turísticos, mejora- redujo. En conjunto, la ocupación cayó en ron las expectativas de los empresarios y la primera mitad de la década de los reaccionó la construcción, de modo que las ochenta, lo que sumado al crecimiento de explotaciones hoteleras se extendieron a la población activa, hizo crecer aún más la comarcas antes atrasadas. El mercado de tasa de paro. trabajo cambió de signo y todo hacía prever que las dificultades habían sido supera- La incertidumbre afectó también a los das, tras quince años de problemas. aspectos institucionales. Las Leyes estatales de ámbito fiscal, aprobadas en los años Pero en 1990 todo cambió. Una vez setenta y principios de los ochenta, modifi- más, los problemas de desempleo surgie- hacienda canaria 99 ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS ron del encadenamiento de factores inter- (1993). Este hecho y el pesimismo que se nos con shocks de orden externo. La eco- apoderó de la inversión privada colabora- nomía internacional entró en un rápido ron para que la revisión del régimen econó- deterioro y se contrajo la demanda de ser- mico y fiscal integrara poderosos incentivos vicios turísticos en un contexto de exceso a la inversión, así como compromisos del de oferta por el rápido crecimiento de la gobierno de España respecto a la inversión planta hotelera durante la fase de expan- pública, créditos y programas de empleo, sión de los años ochenta. Los precios entre otros. seguían aumentando a ritmos elevados, así como los tipos de interés; el desempleo alcanzaba cotas desconocidas, impulsado de nuevo por la caída de la demanda de trabajo y el crecimiento de la población activa durante los primeros años de la crisis, aunque más tarde el flujo de salida se incrementaría hasta producir un descenso de la oferta de trabajo. Los informes sobre la situación de la empresa en las Islas daban cuenta del alto nivel de endeudamiento, de la baja solvencia, de una mani- En la segunda mitad de los noventa la economía de las Islas entró en una nueva fase de expansión. El crecimiento de la demanda de servicios turísticos tiró una vez más de la construcción y el comercio. Las expectativas de los inversores mejoraron y el empleo creció rápidamente. La tasa de paro cayó con velocidad y si no fue mayor la caída se debió a que la población activa aumento por la inmigración y la inserción masiva de las mujeres en el mercado de trabajo. fiesta debilidad estructural. En realidad, las causas de la nueva Desde el punto de vista institucional, se produjo un replanteamiento de la vía de incorporación de Canarias a la CEE, de tal coyuntura debemos buscarlas en la economía internacional, que entró en la fase que se ha denominado de «exuberancia irracio- forma que el Parlamento de Canarias deci- nal» (Alan Greenspan, 1996). La expansión dió proponer la incorporación de Canarias a de la economía internacional se apoyó en la Unión Aduanera. Determinados sectores, tipos de interés bajos, alta liquidez y mer- como los agrícolas y pesqueros, reclama- cados desregulados. Mientras, el pensa- ron la «adhesión plena» a la CEE con obje- miento económico había cambiado de ten- to de acogerse a las políticas comunitarias, dencia hegemónica. Las crisis de los cuestión ésta que prosperó. setenta y ochenta pusieron en cuestión la «síntesis neoclásica» que había dominado La reacción ante la crisis fue tal que la ciencia económica desde finales de la no sólo se revisó la vía de adhesión a la Segunda Guerra Mundial. La confianza en CEE sino que se instó al gobierno de la los mercados y en su autorregulación, así nación a que modificara mediante Ley el como en la economía de la oferta, ayuda- régimen económico y fiscal, lo que se for- ron a la expansión de mercados con un malizó en 1991 y 1994. Mientras, las tasas marcado acento especulativo. Primero el de paro superaban el veintiocho por ciento mercado de las .com y, más tarde, el cre- 100 hacienda canaria EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS cimiento de los mercados financieros, en censo de la demanda de servicios turísti- algún caso ligados al mercado inmobiliario, cos. Las dificultades de las economías produjeron una euforia mantenida. europeas, incluida la española, han hecho descender la demanda. La crisis del crédito Las burbujas generadas en el sistema afecta a la inversión e incluso a las empre- financiero, tendente siempre a la inestabi- sas que habían dotado reserva para inver- lidad, terminaron por generar una nueva siones. La demanda de bienes de consumo crisis a finales de la década de los noventa. duraderos también se ha visto afectada por Las empresas de la denominada «nueva el crédito y por las altas tasas de paro. Así economía», relacionadas con las innovacio- pues, la demanda agregada ha caído, nes tecnológicas en el campo de las comu- arrastrando una segunda oleada de pérdi- nicaciones y la información, habían sido las das de empleo. referencias de los mercados de valores y generaron una burbuja que terminó explo- El proceso de pérdida de empleo ha tando en 1999. Más tarde, en el verano de sido muy rápido, como corresponde a una 2007, comenzó las crisis de las hipotecas, que se extendió luego al crédito y, por último, a la economía real. economía en la que sus actividades principales son muy intensivas en trabajo. Entre el cuarto trimestre de 2007 y el segundo de 2009 se produjo un descenso de diez mil La crisis de finales de los noventa interrumpió la fuerte expansión de la economía insular, que bajó un escalón en sus tasas de crecimiento. Aún así, siguieron siendo relativamente altas hasta 2008. El empleo aumentó a buen ritmo y las tasas de paro cayeron por fin por debajo del diez por ciento, aunque persistió el ritmo de aumento de la población activa. Pero interesa señalar que este primer descenso de las tasas de crecimiento, junto al aumento demográfico, terminó con el proceso de convergencia respecto de la economía española, de modo que, desde 1999, la cuatrocientos ocupados, si bien en el tercer trimestre se nota una ligera recuperación. La tasa de paro ha pasado de 9,78% en el segundo trimestre de 2007 al 25,99% del tercer trimestre de 2009. Estos datos dan idea de la dimensión de la crisis en las Islas. La caída de los precios es indicativa de la debilidad de la demanda. La deflación muestra su cara más amarga y comprometida, sin que el gasto público pueda compensar esta fuerte contracción de la demanda como consecuencia del descenso de la recaudación. brecha en el PIB per cápita de la economía de las Islas con respecto a la española vol- XII. ALGUNAS CONCLUSIONES vió a ensancharse año tras año. El término crisis no le resulta nada En el verano de 2007, la crisis interna- extraño a los isleños, pues puede afirmar- cional afectó a la economía de las Islas. Las se que cada generación ha sufrido una e, expectativas de los inversores fueron fre- incluso, dos bruscas recesiones de la eco- nadas por la crisis del crédito y por el des- nomía insular y, por ello, no debe sorpren- hacienda 101 canaria ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS dernos que en todo foro se discuta y se La comunidad primitiva vivió en per- hable de las causas de la reciente crisis o manente crisis. Y en vez de pensar en de aquella otra más lejana o más antigua, paraísos perdidos, lo que debemos apren- pero aún viva en la memoria común. Y der de su aciago destino es que sin innova- como ocurre siempre, sobre todo en este ción y contacto foráneo la sociedad insular último caso, cada tertuliano aporta su par- está condenada a la muerte. La arribada de ticular explicación, basada en ocasiones en los europeos provocó el primer gran drama su propia experiencia, y no faltan «sabios» transculturativo de la historia universal que de verbo subido y pluma ligera que cuen- por ahora conocemos. Pero debemos tan historias bastante alejadas de la entonces tener bien presente algunas Historia que con tanto esfuerzo analítico se cosas; la primera, que la destrucción de la preocupan por esclarecer los historiadores de oficio. Y es que resulta muy fácil elucubrar una «explicación sencilla para mentes incautas»: desde que los europeos ocuparon el territorio insular en el siglo XV, escla- vizando a su primera gente, la economía isleña no ha sido otra cosa que una economía colonial sometida a determinados intereses metropolitanos. Se colige, por tanto, que estas continuas crisis, este destino trágico de los insulares, este constante sin vivir, no acabará hasta que sean los constructores únicos de su propia economía. población indígena se debió a los agentes patógenos introducidos involuntariamente por los europeos; la segunda, que este terrible efecto demográfico lo vivió Europa siglo y medio antes, cuando la peste negra mató a casi dos tercios de su población; y la tercera, que indígenas, europeos y africanos forjaron en Canarias la primera sociedad criolla del Atlántico. Exportar de forma competitiva para poder importar de igual forma lo mucho que nos falta. Esta es la máxima que sintetiza la estrategia que durante cinco siglos dominó la asignación de los factores pro- Nuestro texto si sitúa en las antípodas ductivos. Una estrategia cuya eficiencia de esta «explicación sencilla para mentes económica y de clase dependió del compor- incautas». El término crisis no deviene en tamiento dinámico e interactivo de sus tres modo alguno de un trato de naturaleza colo- elementos constitutivos: una economía de nial, no llega del exterior como ave de mal producción cuya oferta exportadora se agüero que se asienta en nuestro suelo para esforzaba por minimizar sus costes y por esquilmar su fruto hasta el hartazgo; por el tener libre acceso a los mercados interna- contrario, el término crisis es propio de los cionales que maximizaban su intercambio sistemas sociales que han construido los con «lo mucho que nos falta»; una econo- insulares desde hace dos milenios. Esta es la mía de servicios que reducía los costes de tesis que hemos venido desgranando en transacción del comercio exterior y renta- nuestro texto e interesa ahora concretar de bilizaba la situación del enclave insular en forma breve por si en algún momento no ha el derrotero marítimo atlántico; y, por últi- quedado suficientemente clara. mo, un factor político-institucional que 102 hacienda canaria EL CONCEPTO DE CRISIS ECONÓMICA EN LA HISTORIA DE CANARIAS evitó todo obstáculo a la expansión de con mejor fortuna la salida del grave esce- ambas economías. nario provocado por la presente crisis. Y como ocurre en toda economía abierta, la insular sufrió shocks externos que interiorizó con suma rapidez, pues las actividades en las que se ha especializado, REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS vinculadas todas al mercado internacional, han sido muy intensivas en trabajo. El des- AZNAR VALLEJO, Eduardo (1983): La censo de la demanda foránea agrava de integración de las Islas Canarias en la inmediato el nivel de desempleo en las eco- Corona de Castilla (1478-]526), Santa nomías de producción y de servicios. Y si el Cruz paro y la miseria no alcanzaron cotas Laguna. de Tenerife, Universidad de La extremas porque al ciclo negativo en esta BOURGON TINAO, Juan P. (1982): Los vertiente del sistema económico insular y Puertos Francos y el Régimen Especial de atlántico le correspondió otro de signo Canarias, Madrid, Instituto de Estudios de positivo en su otra vertiente, y hacia allá Administración Local. exportábamos de nuevo capital humano, CARNERO LORENZO, Fernando garantizando sus remesas la reproducción (1995): «Crisis económica y banca en de todo el sistema social hasta la próxima Canarias, 1931-1936», en Homenaje al Dr. etapa de bonanza. 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Una acción, Idea. sin duda, innovadora y que parece del todo punto imprescindible si queremos afrontar — (1992): La migración canaria, 1500-1980, Oviedo, Júcar. hacienda 103 canaria ANTONIO M. MACÍAS HERNÁNDEZ Y JOSÉ LUIS RIVERO CEBALLOS — (1995): «La economía moderna», sobre Canarias (1856-1914), Las Palmas en BÉTHENCOURT MASSIEU, Antonio (ed.). de Gran Canaria, Caja Insular de Ahorros Historia de Canarias, Las Palmas de Gran de Canarias, 2 vols. Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, págs. 135-139. Crecimiento — y RODRÍGUEZ MARTÍN, José A. (1995): «La economía canaria contemporánea», en BÉTHENCOURT RIVERO CEBALLOS, José L. (2000): MASSIEU, económico y política de empleo en las Islas Canarias, Santa Cruz de Tenerife, Comisiones Obreras Canarias. RODRÍGUEZ MARTÍN, José A. y otros Antonio (ed.), Historia de Canarias, Las Palmas de Gran Canaria, Cabildo Insular de Gran Canaria, págs. 369-430. OJEDA QUINTANA, José 1. 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