..^Таак, Í i. 'V ' ' ' LECCIONES v DE AGRICULTURA E X P L I C A D A S EN LA CÁTEDRA DEL REAL DE MADRID POR EL PROFESOR DE Individuo JARDÍN EL AÑO DON ARIAS l8l5, ANTONIO Y d e Mérito de la Real BOTÁNICO SAN DA LIO COSTA, Sociedad Económica Matritense , Secretario de su clase de Agricultura y Socio correspondiente de la de Valladolid. TOMO CON EN LA IMPRENTA SEGUNDO. LICENCIA : QUE FUE I8l6. MADRID DE F U E N T E NE-B BO. 3 PARTE PRÁCTICA. LECCIÓN Del mejoramiento PRIMERA. y abono de las tierras. E n t e r a d o s y a de lo contenido en la lección anterior. r e l a t i vamente al modo de conocer las diversas calidades de t i e r r a s , y hechos cargo de los principios allí e s t a b l e c i d o s , tenemos a d e l a n t a d o mucho p a r a saber el modo de mejorarlas, beneficiarlas ó a b o n a r l a s , y a sea por medio de la mezcla de unas con o t r a s , y a con los estiércoles y demás abonos conocidos. Esto no o b s t a n t e , como sea un punto de la mayor importancia en l a A g r i c u l t u r a el de mejorar la c a l i d a d de los terrenos c u l t i v a d o s , nos proponemos tratar separadamente de este objeto, á fin de q u e , bien enterados en los principios sobre q u e versan los abonos , p u e d a el agricultor sacar el partido posible de los inmensos recursos que se le presentan en todas partes. T o d o s los cuerpos de la n a t u r a l e z a sirven mutuamente p a r a beneficiarse unos á otros por su unión y sus m e z c l a s , q u a n d o están en una proporción conveniente y como estos cuerpos ó se reúnen por sí mismos, ó los mezcla el l a b r a d o r , deben distinguirse dos especies de abonos ó beneficios; unos naturales y otros artificiales. Abonos naturales son los que producen el s o l , el aire, l a l l u v i a , las heladas , y finalmente todos los meteoros. Los abonos artificiales ó mecánicos consisten en la mezcla de las d i v e r sas especies de tierras entre sí y con todos los estiércoles. Hablaremos de c a d a uno de e l l o s , y del modo de aplicarlos para mejorar la c a l i d a d de los terrenos. De los beneficios naturales. E l calor de los rayos solares, aumentando la temperatura de l a tierra y por consiguiente la de todos los cuerpos, produce a y u dado de la humedad necesaria una descomposición, ó sea fermentación de los cuerpos orgánicos que los pone en estado de servir A2 4 d e abono ; por esto los labradores suelen decir q u e el sol cuece la tierra en v e r a n o . L a fermentación de aquellas substancias acelera su descomposición, y de la mezcla y unión de los element o s , así s e g r e g a d o s , resultan n u e v a s combinaciones y productos nuevos. Por dicha mezcla ó combinación de principios se han. incorporado los productos con la tierra , y consiguientemente se incorporan también con las plantas q u e se le confian , una v e z mezclados en proporciones convenientes. E l sol, calentando la masa de la t i e r r a , c a u s a en las raices y despojos de las plantas u n a f e r m e n t a c i ó n , así como en los i n n u merables despojos de los animales que cubren la tierra , ó q u e v i v e n en su seno. E s t a fermentación los hace pasar poco á poco al estado de putrefacción j pero como dicha fermentación, que se llama p ú t r i d a , reduce todos ios cuerpos orgánicos á sus últimos elementos ó principios, q u e son en los vegetales el carbono , oxig e n o é h i d r ó g e n o , y en ios animales el ázoe ; ó por mejor decir como todos los cuerpos o r g á n i c o s , tanto vegetales como a n i m a les , constan de los q u a t r o principios expresados que absorvieron de la tierra , descompuesto el organismo , v u e l v e n estos principios á l a misma tierra , para que esta los c o m u n i q u e á los nuevos seres q u e c r i a ; de forma que la t i e r r a , semejante á una e s p o n j a , se los a p r o p i a , y ellos se introducen en c a d a c a v i d a d de s u s , m o l é c u l a s : el calor hace que se mezclen y p e n e tren mas íntimamente aun con las materias salinas que l a t i e r r a y a contenia: por manera que todas estas substancias combinadas se incorporan y mezclan con el a g u a y humedad q u e la tierr a encerraba dentro de sí. He a q u í la tierra dispuesta á recibir l a semilla , después de abierto su seno con buenas labores y q u e el s o l , el v e r d a d e r o vivificador de la n a t u r a l e z a , ha p r e - . p a r a d o con su calor e s t a m e t a m o r f o s i s ^ e s t e ser n u e v o , de q u i e n pende la buena vegetación. Si por el contrario la tierra h u b i e - : se permanecido constantemente helada , no hubiera h a b i d o fermentación , ni de consiguiente putrefacción de animales ni v e getales , ni combinación de principios , ni mezcla xabonosa , y desde entonces la tierra hubiera q u e d a d o p r i v a d a de la v i d a v e g e t a t i v a . Entierrese un m e l ó n , una g u i n d a , u n capón , una g a llina & c . entre n i e v e , y mientras ésta subsista , se v e r á q u e se conservan los cuerpos sin f e r m e n t a r , y de consiguiente sin d e s componerse. E l sol es pues el primer agente q u e beneficia l a tierra , que perfecciona sus x u g o s , y prepara sus substancias a l i menticias. E l primer efecto del s o l , como acabamos de v e r , es el c a lentar la tierra ; pero q u a n d o se b a x a acia el h o r i z o n t e , y d e x a de alumbra r nuestra a t m ó s f e r a , el suelo calentado principia á 5 atraer la h u m e d a d del aire que la frescura lia condensado en r o cío , y por consiguiente absorve los principios fertilizantes q u e ocupan constantemente un l u g a r tan g r a n d e ^en la n a t u r a l e z a q u a n d o las circunstancias no se oponen á ello ; a u n q u e su modo ordinario de obrar sea por decirlo así insensible á los ojos del vulgo. E l aire ocupa el segundo l u g a r , y es bien notorio que las plantas y animales suministran una prodigiosa c a n t i d a d de aire fixo y otros gases , á los quales los químicos llaman g a s ácido carbónico, hidrógeno c a r b o n i z a d o , s u l f u r a d o , azoeficado, y g a s a m o n i a c a l , los quales se desprenden de los cuerpos en putrefacción , y son los que manifiestan característicamente este efecto 5 no porque existan formados en los cuerpos que fermentan, sino que se forman en el acto mismo de la descomposición p a r a servir después al sustento de los v e g e t a l e s . E l ácido carbónico en p a r t i c u l a r , y los otros en g e n e r a l , se unen intimamente con la tierra por m e d i o del calor q u e dá m o vimiento á la fermentación. Pero no es baxo de este punto de vista como debemos actualmente considerarlo, sino como unido con el aire atmosféric o , dotado de las propiedades de e l a s t i c i d a d , pesadez y fluidez; y teniendo en suspensión muchos cuerpos que le son extraños. Dexemos á los físicos examinar si el aire obra ó no sobre el a s censo del x u g o en las p l a n t a s , por su p e s a d e z , ó por su e l a s t i c i d a d , ó por uno y otro : á nosotros nos basta s a b e r , q u e sin el auxilio del fluido elástico del aire no habría v e g e t a c i ó n ni v i d a en la naturaleza. E l aire atmosférico es el receptáculo g e n e r a l de todas las e v a p o r a c i o n e s , que se hacen sobre la superficie del globo. L a s substancias que encierra se v u e l v e n mas ligeras que el aire , y e l calor las volatiliza y las pone en su mayor g r a d o de a t e nuación ó d e l g a d e z , en c u y o estado permanecen hasta que se amontonan m u c h o , ó el frió las fuerza á reunirse ; entonces v u e l v e n á caer sobre la tierra en moléculas mas ó menos g r u e sas , porque han a d q u i r i d o por su aglomeración una pesadez específicamente mayor que la del aire ; he a q u í la causa del roc i ó , la l l u v i a , el granizo & c . D e estas evaporaciones resulta q u e en el aire atmosférico se encuentran mezcladas varias partes aquosas y materias gaseosas muy propias y a d e q u a d a s para la vegetación. E n este receptáculo g e n e r a l los vapores experimentan m e z c l á n d o s e , diferentes combinaciones; y estas mezclas constituyen los cuerpos que estimulados por la electricidad a t mosférica son la causa de los relámpagos y t r u e n o s , y l a de todas las modificaciones del aire. Estas modificaciones son l a s que influyen mas ó menos en el beneficio de las t i e r r a s , y d e consiguiente en la v e g e t a c i ó n , Q u a n d o r e y n a u n aire constantemente h ú m e d o , ó constantemente seco, la vegetación es l á n g u i d a , y nunca tiene tanta a c t i v i d a d como en tiempos n u b l a dos c a r g a d o s de e l e c t r i c i d a d , y que están a m e n a z a n d o t e m p e s tades. No o b s t a n t e , si el aire es m u y caliente y muy c a r g a d o de e x h a l a c i o n e s , los granos g e r m i n a n m a l , y t a r d a n mucho en desarrollarse sus tallos. L a ley de los Huidos es ponerse en e q u i l i b r i o : si por e x e m plo l i atmósfera está muy c a r g a d a de e l e c t r i c i d a d , la tierra atrae y se apropia una parte ; si por el contrario la atmósfera está despojada de e l l a , y la tierra muy c a r g a d a , el aire se i m p r e g na á costa de e s t a : lo mismo sucede con las otras substancias. D e esta circulación ó correspondencia recíproca resulta el beneficio de las t i e r r a s , siendo el a i r e , como hemos v i s t o , el segundo medio empleado por la n a t u r a l e z a p a r a dar v i d a á los v e g e t a les y . c o n s e r v a r su existencia. Seria un error g r a n d e el concluir de estas g e n e r a l i d a d e s , q u e iodos los terrenos experimentan los mismos efectos del aire a t mosférico, U a pais muy cálido por sus abrigos ó por su posición m e r i d i o n a l , y otro muy frió por su elevación ó por su posición septentrional, no reciben igualmente los mismos benefic i o s , porque es necesario que h a y a una especie de a t r a c c i ó n , de asimilación y opropiacion entre las partes constitutivas del terreno y las materias mantenidas en disolución por el aire. L o s diversos l u g a r e s concurren á m u d a r el estado del aire atmosférico : las nubes q u e pasan por encima de las montañas del G u a d a r r a m a , F o n f r i a ó Somosierra, experimentan una combinación diferente en las substancias que e n c i e r r a n , de la que e x p e r i m e n t a r í a n p a s a n d o por• e-1-ter-r.it-or-io de S e v i l l a . Si de estas generalidades descendemos á objetos particulares, p a r a j u z g a r de la influencia del aire en g e n e r a l , y de sus efectos diferentes y relativos á las substancias que contiene en el estado de v a p o r , nos manifestará la experiencia que las plantas puestas en vasijas de i g u a l t a m a ñ o , llenas de una misma tierra, sembradas en el mismo dia , y finalmente en iguales c i r c u n s t a n cias , aprovecharán mucho mas en un l u g a r donde el terreno v e c i n o nava sido l a b r a d o , que en otro que h a y a p e r m a n e c i d o inculto. ¿ Q u e influencia pues tiene la labor en u n a maceta en donde las raices de la planta no p u e d e n aprovecharse de ella ? L a diferencia será mas sensible aun si se coloca la vasija c e r c a de un sitio donde el aire atmosférico sea craso ; por exemplo, c e r c a de una c a b a l l e r i z a , de una majada de ovejas & c . L a p l a n t a de la vasija colocada en un terreno inculto ó e s t é r i l , ve- g e t a r á con l a n g u i d e z en comparación de í a s otras ,, a u n q u e l a s cuiden con i g u a l atención y les den los mismos riegos. Si al contrario el aire es m u y puro ^ como sucede en las cimas de las altas m o n t a ñ a s , todas las plantas y los arbustos serán p e q u e ños. A pesar de los brillantes experimentos de los físicos modernos , no se ha decidido aún completamente sí es la g r a v e d a d ó la e x c e s i v a elasticidad del aire quien les i m p i d e su elev a c i ó n , ó acaso la privación del aire fixo (ácido c a r b ó n i c o ) q u e en las poblaciones grandes y en las capas inferiores de l a tierra a b u n d a mas que no en los c a m p o s , en donde hay pocos cuerpos orgánicos en descomposición. Sea de ello lo que se q u i e r a , no p u e d e negarse que este ácido disuelto en el a i r e , y mas particularmente en el a g u a , a y u d a mucho á la v e g e t a c i ó n $ de modo q u e , sin temor de e q u i v o c a r n o s , podemos a s e g u r a r que uno y otro concurren á beneficiar las t i e r r a s , y á l a vegetación. D e donde resulta , que en la n a t u r a l e z a todas las cosas se unen y n i n g u n a obra separadamente y con independencia de las demás. E l tercer medio que emplea la n a t u r a l e z a para beneficiar l a tierra es el a g u a , considerada baxo todas sus modificaciones. Este agente es tan p o d e r o s o , tan activó y tan necesario, q u e no p u e d e haber v e g e t a c i ó n sin e l l a , y ella sola basta en cierto modo para la v e g e t a c i ó n completa de a l g u n a s plantas. E s t a v e r d a d ha hecho pensar á muchos autores así antiguos como modernos , que las plantas deben su entera perfección al a g u a y no á la tierra ; porque sin a g u a ó h u m e d a d no p u e d e haber f e r m e n t a c i ó n , y los cuerpos entonces se desecan ,• y no se pudren para contribuir á la vegetación. Es pues e v i d e n t e , que sin el a g u a no p u e d e haber beneficio alguno. N o consideraremos a q u í el a g u a libre de todas las m a t e r i a s e x t r a ñ a s , sino como un ser compuesto : es decir , en forma de l l u v i a , de rocío y de nieve. Estas tres modificaciones del . a g u a hacen q u e los rayos del sol penetren mas bien la t i e r r a , y d i v i d a n y separen sus moléculas 5 ellas a c e l e r a n , a u x i l i a d a s por el calor , la fermentación pútrida de los cuerpos orgánicos, l a disolución de las sales la atenuación de las susbiancias crasas y untuosas j y en fin- la combinación y recomposición de n u e v a s s u b s t a n c i a s , sin las quales ó no habría v e g e t a c i ó n , ó sería muy lenta. L a l l u v i a de las tempestades de' v e r a n o , beneficia mejor la tierra que la de invierno , porque la primera está mas impregn a d a de exhalaciones terrestres que la segunda : las primeras gotas q u e caen son gruesas y muy calientes , y las que le suceden muy frias y pequeñas. L a s primeras vienen de una región m u y e l e v a d a , y las segundas por el contrario de otra mucho i i 8 mas baxa. La análisis q u í m i c a ha demostrado q u e la primera a g u a está mas c a r g a d a de los cuerpos que hay en la atmósfera, y que se disuelven en e l l a ; notándose que se corrompe mucho antes que la s e g u n d a , y que el a g u a de las l l u v i a s de invierno. H e a q u í porque beneficia mejor l a t i e r r a , á no ser que sea tan fuerte y abundante que arrastre y se l l e v e tras sí la tierra mas pura y los abonos que cubren los campos. Últimamente está bien comprobado que las primeras l l u v i a s d e l v e r a n o p r o ducen g r a n d e s efectos sobre l a tierra , pues la disponen á r e c i bir las s e m i l l a s , y acaban l a putrefacción de las substancias, sean animales ó v e g e t a l e s , que mantiene en su seno. E l a g u a r e d u c i d a al estado de hielo en el interior de la tierra , obra mecánicamente p a r a beneficiarla ; puesta en este estado se introduce por entre las m o l é c u l a s , y las e x t i e n d e condensándose porque o c u p a u n espacio m a y o r , y como si fuera u n a multitud de cuñas subleva c a d a parte , é insensiblemente toda la superficie : tendamos la vista sobre un campo l a b r a d o antes del invierno , lleno de terrones levantados por el arado: estos terrones ó estas porciones de tierra a p e l m a z a d a se d i v i d i r á n y r e d u c i r á n á partículas finísimas, q u a n d o el hielo obre sob r e e l l a s , y pase el tiempo que las deshace. L o que el frió e x e c u t a sobre los terrones , lo e x e c u t a igualmente sobre toda l a s u p e r f i c i e , y los pies se hundirán q u a n d o se ande por ella. Q u a n t o mas h a y a penetrado el hielo en la tierra , tanto mas considerable será el número de moléculas sublevadas : desde entonces el aire , la l l u v i a & c . las penetrarán mas í n t i m a mente y comenzarán á disponer los materiales para la g r a n ferm e n t a c i ó n , que debe hacerse l u e g o que sobrevengan los calores. A s í una helada un poco fuerte e q u i v a l e casi á u n a l a b o r , aun h a b l a n d o de las tierras, y a s e m b r a d a s , porque suministra á las plantas los medios de que sus raices penetren mas profundamente l a tierra. A u n q u e algunos autores pretenden sostener que l a nieve no contiene en sí el principio del a b o n o , y por lo mismo a s e g u r a n q u e no puede abonar ni beneficiar la tierra , está contra ellos la observación c o n s t a n t e ; pues sabemos que la nieve es u n abono excelente por el principio v i t a l , ó sea oxigeno', que contiene en abundancia j el q u a l , como se dixo en otro l u g a r , es el principio estimulante de toda v e g e t a c i ó n y asimilación. E l a g u a , cristalizándose b a x o la forma de nieve , se pone mas pura q u e la de l l u v i a , y en este estado obra también sobre la superficie de la tierra de un modo puramente mecánico como el frió , a u n q u e no por el mismo m e d i o ; sin e m b a r g o , impide la evaporación de los principios constitutivos y alimenticios de las plantas que se 9 hubieran perdido en la inmensidad de la atmósfera. A medida que estos se l e v a n t a n del seno de la tierra , la nieve que forma, corteza , los retiene y los obliga á recombinarse con el suelo y con las plantas : puede ser también q u e la nieve misma se los apropie y los v u e l v a á la tierra al tiempo de derretirse. E n este sentido debe entenderse el proverbio que d i c e : año de nieves, aña de bienes. Mientras la nieve cubre la tierra , no v e g e t a n las hoj a s á causa del frió q u e las c e r c a ; pero las raices no d e x a n de extenderse por su s e n o , y el cuello de la raiz se fortifica. A n t e s de que pasemos á tratar de los abonos artificiales, convendrá que recapitulemos lo que q u e d a dicho acerca de los a b o nos n a t u r a l e s , presentando esta misma doctrina analíticamente y baxo aquel punto de vista científico que la química enseña. Este fué el camino que siguió el difunto C a t e d r á t i c o de A g r i c u l t u r a al explicarla en este sitio por los años de 1 8 1 0 y 1 1 ; y a u n q u e no sea el mas apropósito para, la c a p a c i d a d del rudo l a brador , ni aun para la de otros muchos de los que se destinan, al cultivo , conviene sin embargo generalizar su l e n g u a g e y d i fundir poco á poco entre los unos y los o t r o s , tan útiles como hermosas nociones. Por lo expuesto en el cuerpo de esta lección , se echa de v e r que los abonos pueden dividirse en nutritivos, estimulantes, fundentes y disolventes. E l aire atmosférico, el gas o x í g e n o , hidrógeno, á z o e , y á c i do carbónico ; el a g u a , los abonos del reyno o r g a n i z a d o , y las substancias terreas d i s o l u b l e s , están comprehendidos en la p r i mera división. Todos ellos alimentan á los vegetales por su propia calidad ; se combinan y concretan en los laboratorios interiores de las p l a n t a s , y forman las partes sólidas del vegetal. Sin embargo , no son absorvidos por el v e g e t a l mismo , sino q u a n d o se hallan en el estado propio para poder servir á la nutrición. L a luz , el calórico , la electricidad j el fósforo, azufre y substancias salinas corresponden á los abonos estimulantes , los q u a l e s , obrando sobre los órganos v e g e t a l e s , abrevian la marcha y las operaciones de la n u t r i c i ó n , acelerando de un modo positivo la vegetación de las plantas ; esto no obstante , quando estos agentes obran con demasiado exceso , vienen á ser nocivos , porque irritan mucho los vasos y fibras, y destruyen el vegetal. Por abonos fundentes reconocemos la l u z , el calórico y la electricidad ; pues es bien notorio que descomponen , funden y reducen los demás abonos hasta dexarlos en el úhimb término de atenuación y división ; de modo q u e los preparan , por decirlo a s í , para q u e las plantas los absorvan. TOMO ir. B 10 E n fin, el a g u a y los diversos ácidos son los disolventes de los abonos s ó l i d o s , y el vehículo que los introduce en los órganos vegetales. R e s u l t a p u e s , que los abonos fluidos son el aire , los gases y los vapores. Estos fluidos aeriformes , tan elásticos como imperceptibles muchas veces á la simple v i s t a , aparecen otras en forma de vapor ; pero siempre residen en la atmósfera y se desprenden de los cuerpos organizados que se descomponen. Los abonos fluidos líquidos , á saber , el a g u a y los diversos ácidos q u e a b u n d a n en la atmósfera , se encuentran también en la tierra y en los cuerpos que se desorganizan. Y aunque su p r i n cipal oiicio es disolver las substancias nutritivas , obran no obstante como alimento en muchas ocasiones. N o hablaré ahora de los abonos sólidos , es d e c i r , de los abonos animales, v e g e t a l e s , m i n e r a l e s , salinos, t é r r e o s , y mixt o s , porque trataremos de ellos mas adelante ; pero sí diré que el a g u a , varios fluidos atmosféricos , y la mayor parte de'-los abonos mecánicos , no nutren por su naturaleza , pero facilitan l a división , atenuación y desprendimiento del alimento ; además absorven y retienen las substancias nutritivas , impiden su d e saprovechamiento y las suministran á medida que las necesitan las plantas. Del agua* Si consideramos el a g u a en sus diferentes estados la hallaremos l í q u i d a , sólida y en vapor , y en q u a l q u i e r a de ellos exerciendo el ministerio—mas g r a n d e q u e ' p u e d e darse p a r a los progresos de la vegetación ; pero omitiendo ahora el tratar de los depósitos naturales de Jas aguas , ampliaremos algo mas los principios generales poco ha s e n t a d o s , y consideraremos la a c ción del a g u a como disolvente , como v e h í c u l o , y como alimento. E l a g u a como disolvente desembaraza las substancias a l i menticias , las disuelve y presenta á las raices en él estado l í quido , que es indispensable para que penetren en los órganos interiores de las plantas. Si la consideramos como v e h í c u l o , h a llaremos que solo el a g u a es la que introduce el alimento en los órganos vegetales por medio de las raices chupadoras , pues solo en el estado líquido es como le pueden absorver : y por último , si la miramos como alimento, no podremos n e g a r que descomponiéndose el a g u a en los laboratorios de las plantas , los gases de que consta se combinan , fixan y concretan con otras r 11 substancias : de aquí nace la opinion de algunos que piensan que el a g u a adquiere la forma sólida en muchos v e g e t a l e s . T a m b i é n es notorio que los g a s e s , que provienen de la descomposición del a g u a y son perjudiciales ó no necesarios para la nutrición , los d e v u e l v e n las plantas á l a atmósfera y los v i e r ten por medio de los vasos excretorios , según dexamos dicho. D e la descomposición del a g u a r e s u l t a n d o s gases oxígeno, 6 hidrógeno : el primero forma los ácidos v e g e t a l e s , y acaso t a m bién el a z ú c a r y las féculas ; el segundo , combinándose con el ázoe forma el amoniaco, influye en el color de las plantas y produce los aceites ; mas el calor es el agente que descompone el a g u a en los órganos interiores de los v e g e t a l e s . Es pues visto con la. mayor evidencia la u t i l i d a d del a g u a , y a la consideremos como alimento disolvente , ó y a como v e h í culo del alimento : en todos casos promueve el movimiento de la s a v i a , causa la flexibilidad de los tallos , la correa y resistencia de los troncos , y por último ablanda l a tierra y facilita l a prolongación de las raices. A pesar de tan bellas q u a l i d a d e s , es preciso confesar q u e p a r a que rinda todas las ventajas que el agricultor desea , d e be ser proporcionada al t e m p e r a m e n t o , al terreno , al asiento de l a h e r e d a d , al calor de l a estación, á los diferentes periodos de l a vegetación & c . ; porque así como no cabe d u d a que en los países cálidos es mas activa la absorción del a g u a y mas copiosa l a t r a n s p i r a c i ó n , también es cierto que c a d a planta necesita mayor porción de a g u a á medida que son mas rápidos sus progresos; y de a q u í resulta por c o n s e q i i e n c i a , que muchas especies gastan d i a r i a m e n t e , en tiempo de c a l o r , mas a g u a q u e el peso total de sus texidos y x u g o s . Del calor. E l calor ó es positivo ó n e g a t i v o . C a l o r positivo será aquel que e x c e d a del punto de la c o n g e l a c i ó n , y negativo el frió que a l c a n z a , ó baxa del punto d é l a congelación misma. E l calor positivo estimula el .movimiento de la savia , y por lo mismo es el agente mas importante que hay en la naturaleza p a r a dar movimiento y a c t i v i d a d á los fluidos vegetales. Este mismo calor funde los abonos f l u i d o s , descompone y liquida los q u e son s ó l i d o s , desembaraza las substancias .alimenticias, y las reduce al g r a d o posible de divisibilidad y atenuación ; es en fin el agente mecánico que combina y a m a l g a m a las substancias B 2 12 alimenticias y las c o n c r e t a , siendo él la causa de que sigan los órganos v e g e t a l e s tan rápidamente los trámites de la n u t r i ­ ción. Y como c a d a especie de v e g e t a l e x i g e diverso g r a d o de c a l o r , p a r a exercer debidamente las funciones de su v e g e t a c i ó n , d e a q u í e s , q u e el agricultor necesita poseer estos conocimien­ tos p a r a dirigir con.acierto la aclimatación de las plantas. Y a *e ha d i c h o , tratando de la diferencia de c l i m a s , que los á r b o ­ l e s a g i g a n t a d o s , los aromas & c . son hijos del calor : estos Ve­ g e t a l e s , tan robustos como d u r a d e r o s , pocas ó acaso n i n g u n a т е г extienden sus r a i c e s , mas allá de l o ' q u e alcanza á p e n e ­ trar el calor solar. M a s en quanto á los efectos del calor n e g a t i v o , se sabe que p r o d u c e el letargo v e g e t a l , ó sea la suspensión de la v i t a l i d a d d e las p l a n t a s , y por lo mismo el agricultor debe también cono­ •cer y determinar el g r a d o de frió, que necesita c a d a especie p a ­ ra­despojarse de sus hojas é invernar. D e aquí se infiere c l a r a ­ mente la necesidad que tenemos en A g r i c u l t u r a de los conoci­ mientos que suministra el estudio de la física , de manejar los instrumemos relativos á esta c i e n c i a , y de formar el k a l e n d a r i o d e F l o r a , tantas veces recomendado en mis e x p l i c a c i o n e s , p a r a d i r i g i r s e con acierto en todos ios territorios y países. Hemos d i ­ cho que los árboles mas robustos son hijos del calor ó de la zo­ n a tórrida , mas las especies enanas son propias de las regiones frjas j por lo mismo es preciso conocer el g r a d o de frió que pue^ de sufrir c a d a u n a , antes de emprehender su aclimatación. Be la luz. E n quanto á la lu% y á la obscuri dad, se sabe q u e l a primera es un v e r d a d e r o f u n d e n t e , pues descomponiendo como descom­ pone el ácido carbónico y otras substancias a l i m e n t i c i a s , p r e c i ­ pita y concreta también varios abonos, con los demás materiales q u e p u e d e n organizarse. A s í es que las plantas la buscan cons­ tantemente como su principal a l i m e n t o : ella aumenta la c a l i d a d combustible de los texidos leñosos 3 influye en l a intensidad del s a b o r , olor y c o l o r ; y contribuye infinito á la solidez y consis­ tencia de los vegetales. N o sucede así con la o b s c u r i d a d : e s t a , al contrario de la primera , produce el ahilamiento de las p l a n t a s , l a floxedad, b l a n d u r a , y poca consistencia de los t e x i d o s , y la insipidez y falta de c o l o r , inseparables resultados de la falta de luz. Del aire. Si consideramos el aire como el depósito del alimento fluido de las plantas., podemos aun d i v i d i r l e en aire n a t u r a l atmosférico , y en artificial de las estufas ó reservatorios. E l aire a t m o s f é r i c o , según se e n c u e n t r a , consta de o x i g e n o , ázoe y gas ácido c a r b ó n i c o , y contiene ademas infinitos despojos pulverulentos del re.yno organizado. Su densidad influye e n la v e g e t a c i ó n y aclimatación de muchas especies j y descompuesto en los órganos de las plantas , o b r a también como alimento. E n v u e l t o con las labores , c o n t r i b u y e á la preparación de muchos abonos q u e chupan las raices. E l oxigeno que procede de la descomposición del a g u a y del aire atmosférico, lo absorven las plantas de d i a ; pero el que no necesitan para su vegetación , lo vierten y transpiran. Este gas obra como primer alimento, combinándose con los líquidos de las p l a n t a s , con el n i t r o , carbono y fósforo, y forma los ácidos v e g e t a l e s , n í t r i c o , carbónico & c . T a m b i é n obra m e c á n i c a m e n t e porque lo absorven los mantillos y las tierras 3 y no falta q u i e n c r e a que la fertilidad de estas g u a r d a n cierta proporción con el o x i g e n o , que absorven y retienen. E l calor y la l u z funden el o x í g e n o , como q u e d a d i c h o , el q u a l es algo mas pesado que el aire atmosférico, y puede considerarse como el conservador interior del calor de las plantas ; de este modo viene á ser el a g e n t e de la fermentación y descomposición de los abonos orgánicos. E l ázoe q u e se encuentra en l a atmósfera obra como a l i mento , para cuyo fin le absorven las plantas : es l a base del nitro combinado con el o x i g e n o , y forma el amoniaco ó a l k a l i v o l á t i l si se combina con el hidrógeno del a g u a . DE LOS GASES- P R I M E R O . Del ácido carbónico. D e la combustión y fermentación de los c u e r p o s , de la respiración de los a n i m a l e s , de la transpiración de las hojas durante la noche & c . & c . procede el gas ácido carbónico, y según ; las mejores observaciones es u n a combinación del carbono con el o x i g e n o , q u e se halla en l a atmósfera en razón de uno ó dos por ciento. T a m b i é n está a v e r i g u a d o que el carbono es diez veces mas pesado q u e el aire atmosférico: q u e los mantillos y las tierras lo atraen y retienen fuertemente p a r a suministrarlo después á las p l a n t a s , en las q u a l e s se descompone, se fixa y concreta, desprendiéndose el oxigeno p a r a combinarse con otras substancias : así es como se verifica el devolverlo puro las plantas á l a atmósfera. K i r w a n , Hassenfratzs y otros químicos tienen al carbono por u n a de las substancias alimenticias mas importantes para la v e getación , y se observa que las plantas admiten el ácido c a r b ó nico líquido ó en forma de g a s . Si este gas l l e g a á formar u n d o z a v o del a i r e , crecen las plantas con r a p i d e z ; pero si e x c e d e de esta p r o p o r c i ó n , cesa enteramente l a vegetación. S E G U N D O . Del hidrógeno. E l a g u a , según las mejores observaciones, contiene un quín« ce por ciento de h i d r ó g e n o , el q u a l combinado con el ázoe forma el amoniaco , como y a sé ha dicho ; y á este gas es al que sin d u d a se debe el color de muchas resinas y los aceites esenciales. . T a l es en suma la teoría de los abonos fluidos ó naturales de que hemos tratado al p r i n c i p i o ; desuno y otro modo se conocerá q u e la atmósfera y los cuerpos o r g a n i z a d o s , que se descomp o n e n , proporcionan á las plantas los abonos fluidos, que son sin disputa los principales elementos de la fertilidad. Pasemos pues á t r a t a r en s e g u i d a de los abonos artificiales, para completar un punto tan importante de la ciencia a g r a r i a : y considerando q u e el abonar l a tierra es una de aquellas operaciones de mayor ent i d a d en la A g r i c u l t u r a , no omitiremos la explicación de todas aquellas prácticas y doctrinas, q u e nos han d e x a d o los g e o p ó n i cos mas recomendables de la a n t i g ü e d a d , y q u e rectificadas por las observaciones de los sabios modernos, han perfeccionado esta parte del cultivo. De los abonos ó beneficios artificiales. E l uso de los abonos es t a n antiguo como la misma A g r i c u l t u r a ; p e r o ha s u f r i d o , c o m o todas las c o s a s , d i v e r s a s alteraciones y n o v e d a d e s . Los a n t i g u o s , á quienes la c a s u a l i d a d presentó el método de beneficiar á poca costa los terrenos q u e l a b r a b a n , h u bieron de seguir por n e c e s i d a d el sistema de abonos artificiales, p a r a aumentar á toda costa la fertilidad de la t i e r r a , y vemos e n sus obras q u e usaron de todas aquellas substancias, de que se aprovechan en el dia los modernos. E s cierto q u e la ignorancia , el capricho ó la moda , y otras mil c a u s a s , v a r i a r o n por a l g ú n t i e m p o , y en épocas diferentes los métodos de c u l t i v o ; y olvidándose del uso de muchas m a t e rias del reyno inorgánico , que antes habían servido del mejor abono , echaron mano los labradores de los estiércoles v e g e t a l e s y a n i m a l e s , reducidos al estado de descomposición conveniente, y con ellos abonaron las tierras. E n el dia se han vuelto á resuc i t a r , por decirlo a s í , las prácticas a n t i g u a s sobre este importantísimo punto , y los c u l t i v a d o r e s I n g l e s e s , S u i z o s , F l a m e n c o s , Franceses , y en g e n e r a l todos los agrónomos sabios de los p a í ses del N o r t e de E u r o p a , han dado el mayor realce á su A g r i c u l t u r a , con solo poner en e x e c u c i o n los consejos hallados en los A u t o r e s geopónicos mas antiguos. N o obstante esto es preciso confesar, que á los descubrimientos de la química deben en g r a n parte los rápidos progresos, que ha tenido el arte de c u l t i v a r l a tierra. Por medio de los conocimientos químicos se sabe las substancias de que se componen los diferentes abonos, vemos desembarazados sus elementos, y demostrados sus principios : en u n a p a l a b r a , la química ha patentizado la importancia de los d i v e r sos a b o n o s , y ha decidido sobre sus ventajas en la v e g e t a c i ó n : ella nos demuestra con toda c l a r i d a d , que la tierra y la atmósfera son los dos g r a n d e s receptáculos de los abonos: la primera porq u e a t r a e , a l m a c e n a , retiene y distribuye las substancias nutrit i v a s que son indispensables para el acrecentamiento de las p l a n tas , y a absorviendo los abonos fluidos ó n a t u r a l e s , ó y a a y u dándola con la mezcla de los mecánicos ó artificiales , que son los medios que emplean y pueden emplear la n a t u r a l e z a y el art e , para conseguir la reparación de los principios alimenticios de los vegetales , y fertilizar los campos. D e a q u í se infiere que todo es abono en la naturaleza. T o d o es abono en la n a t u r a l e z a , q u a n d o sus principios meca- 16 nicos no se oponen á ello, y q u a n d o los cuerpos se mezclan ó hallan mezclados en una c a n t i d a d proporcionada. E l mejor abono p a r a las tierras arenosas, es la arcilla ó a l u m i n a , y para las t i e r ras a r c i l l o s a s , la arena , las piedras y los guijarros ; sobre todo, si son susceptibles de atenuarse , formando un apoyo al v e g e t a l q u e , no comprimiendo las raices por su coherencia y prestando paso al a g u a por su porosidad, proporcione á las plantas el alimento y la facilidad de exercer las funciones de la vegetación sin v i o l e n c i a , pues aunque no contribuyen á la formación de la sav i a , concurren siempre á su b u e n a elaboración y generación. L a arena d e x a filtrar el a g u a que la penetra con mucha f a c i l i d a d , y entre c a d a uno de sus granos se forma un pequeño a b r i g o ó c a b i d a d en que se concentra' el calor de los rayos del s o l , y acelera la evaporación de la humedad. A l contrario, en l a a r c i l l a ó alumina las m o l é c u l a s , infinitamente pequeñas y d i v i d i d a s e x c e s i v a m e n t e , se reúnen unas con otras , y forman u n cuerpo duro y c o m p a c t o , que el a g u a y el calor penetran difícilmente ; y asi la arena es un excelente abono para la arcilla, separando sus moléculas , destruyendo su adherencia , permit i e n d o al a g u a y al calor del sol que se insinué por las grietas p e q u e ñ a s que presentan , convirtiendo así en productiva esta t i e r r a , que antes se l l a m a b a , fría, fuerte ó compacta. E l mecanismo de la arcilla mezclada con la arena , es c a balmente el m i s m o , pero en u n sentido contrario : sirve de vínculo de adhesión á las moléculas a r e n o s a s , las une unas con otras,. y les dá t r a v a z o n y consistencia : en fin esta tierra a r e n o s a , que antes se desprendía tan prontamente del a g u a y era tan deboradora por su c a l o r , se convierte en una tierra apta p a r a la v e g e t a c i ó n , por medio de una mezcla proporcionada; porque además de otras bellísimas q u a l i d a d e s . , la arcilla contiene ordinariamente en sí m i s m a , una cantidad bastante g r a n d e de cal, y á veces también v a acompañada de tierra v e g e t a l ó humus. A s í pues , como la arcilla es capaz de comunicar á un terreno débil la correspondiente m i g a , y tiene además las singulares propiedades de atraer y conservar los x u g o s fértiles, debe a p r e ciarla el labrador como uno de los mas importantes abonos, p a r a mejorar la c a l i d a d de las tierras l i g e r a s , sueltas y arenosas que "abundan en España. Esto no obstante es preciso usarla con tino, y no proceder á ciegas en la cantidad , tiempo y modo de a p l i carla. Por decontado hay necesidad de analizar la tierra antes de e c h a r l a , y ver en que proporción está la arena ó sílice con las demás tierras que entran en la composición de aquel suelo, p a r a deducir la c a n t i d a d de arcilla que le falta : de este modo no se arriesgarán los buenos resultados por el exceso ó defecto del abono que n e c e s i t a , y la operación será e x e c u í a d a con c a b a l conocimiento de causa. E n quanto al tiempo es fácil conocer que como el terreno q u e d e b e abonarse , carece de migajon ó de la competente firmeza y unión entre sus partes , el mas oportuno de usar este a b o n o , es e l otoño y el invierno en que las l l u v i a s , los yelos y demás meteoros pueden ir deshaciendo é incorporando l a arcilla , d e r r a m a d a sobre la superficie del terreno en la c a n t i d a d ó proporción suficiente, según la exigencia de é l ; y en la p r i m a v e r a sig u i e n t e , se a c a b a r á de perfeccionar esta mezcla con el a r a d o , dándole las rejas que basten para su perfecta mixtión. N o obstante que este a b o n o , mezclado y dispuesto como acab a de decirse , sea en g e n e r a l proporcionado p a r a toda clase de frutos , es preciso hacer a l g u n a distinción que p u e d a servir de g u i a en los casos prácticos. Se sabe q u e todos los t r i g o s , generalmente hablando , r e q u i e r e n una tierra fuerte ó de bastante miga. Y a u n q u e el c a n d e a l y blanquillo se cria y prospera en terrenos endebles , es siempre con la pérdida de dos ó tres frutos , pues siguiendo la p r á c t i c a del d i a , se les d e x a descansar dos ó tres a ñ o s , sin prod u c i r cosa a l g u n a , y además se los prepara anticipadamente coa b u e n a s labores. Seria sin duda mas a b u n d a n t e la cosecha de est e g r a n o , si también para él se eligiese terreno mas firme y de mas m i g a , ó se hiciese tal esparciendo en él y mezclando con repetidas iabores la competente porción de a r c i l l a , de modo que q u e d a n d o con la soltura necesaria p a r a poderle arar y c u l t i v a r , tuviese al mismo tiempo la constitución de u n a tierra f u e r t e : de l a s q u a t r o partes del t e r r e n o , hasta l a p r o f u n d i d a d de m e d i a v a r a , que es lo que basta para las raices del t r i g o , las tres d e b e r i a n ser de a r c i l l a , como vimos en l a l e c c i ó n , q u e t r a t a del conocimiento y clasificación de las tierras. P a r a la c e b a d a , centeno y e s c a ñ a , no es necesario q u e el terreno sea tan firme ni de tanta m i g a como para el t r i g o , aunque no les d a ñ a r í a el q u e fuese de i g u a l constitución, y así si por razón de ser demasiadamente suelto y ligero el que se destina á la producción d e estos g r a n o s , hay la precisión de abonarlo con a r c i l l a , se esparcirá esta tierra á su debido t i e m p o , y se mezclará bien u n tercio menos'que para el t r i g o , esto e s , de q u á t r o partes de a r e n a y demás , se pondrán dos de arcilla. E s fácil concebir , m e d i a n t e la mezcla de estas dos c a l i d a d e s de tierra tan opuestas , la f a c i l i d a d con que el grano g e r m i n a r á , introducirá en la tierra su r a d í c u l a , y e x t e n d e r á sus raices p o r las pequeñas grietas ó intersticios q u e se forman : también p u e de conocerse q u a n t o se d e b e r á n m u l t i p l i c a r los vínculos d e a d 1 IOMO I I . c i8 hesion q u e tendrán sujeta la planta á esta t i e r r a , y le darán l a f a c i l i d a d dé brotar tallos vigorosos , que l l e g a r á n á serlo t o d a v í a mas por la absorción de su aumento en la atmósfera. Y a d i ximos que toda planta recibe tanto alimento del aire como de l a tierra. H a y una perpetua acción y reacción del uno sobre la otra. D u r a n t e el d i a , el sol obra sobre la tierra y sube entonces la sav i a ; y durante la n o c h e , la tierra obra sobre la atmósfera y l a savia baxa. En el primer caso la planta se alimenta á expensas del h u m u s , y en el segundo á expensas del aire , y de los p r i n cipios q u e este contiene : sin la acción mecánica de estas dos tierras , una y otra hubieran permanecido inútiles para la v e g e tación i p u e s , como se ha dicho poco ha , no solo posee la a r c i lla la facultad de comunicar al terreno débil la correspondiente m i g a , valiéndome de esta voz t é c n i c a , sino que además tiene l a s i n g u l a r p r o p i e d a d de atraer y conservar los x u g o s fértiles ó n u t r i t i v o s q u e n a d a n en la atmósfera. Sin e m b a r g o debe usarse siempre con p r e c a u c i ó n , no echar de una v e z al terreno toda l a c a n t i d a d de arcilla que necesite, y tenerla anticipadamente e x puesta á la acción de los meteoros por a l g ú n tiempo ; y sobre todo m e z c l a r l a con los estiércoles en pudrideros determinados p a r a que de este modo surta los mas ventajosos efectos. L o q u e se dice respecto de l a arcilla p a r a abonar los t e r r e nos a r e n o s o s , debe entenderse también respecto de la mezcla de a r e n a para beneficiar los arcillosos, y en g e n e r a l debe e n t e n d e r se lo mismo respecto de la c a l , del yeso y demás tierras que hay a n de combinarse unas con o t r a s , p a r a mejorar sus calidades y p r e p a r a r l a s para el cultivo. La m a r g a , como hicimos ver q u a n d o se trató del conocimiento d é l a s t i e r r a s , puede ser c a l i z a , arcillosa ó a r e n i s c a , y se halla también p u l v e r u l e n t a , c o m p a c t a , b l a n d a y dura , c u y a s d i v e r s a s circunstancias la hacen aplicable á terrenos de diversas c a l i d a d e s , según que en ellas mismas predomina la c a l , l a arcilla ó la siiice. Sus efectos son siempre relativos á la p u l v e r i z a c i ó n é incorporación de la m a r g a con el terreno á que se a p l i c a :• ella absorve la h u m e d a d , el o x i g e n o , y el ácido carbónico, recoge estas s u b s t a n c i a s , y las dispensa á las plantas á m e d i d a . q u e las,necesitan. . E l origen de la m a r g a , . , s e g ú n R o z i e r , .no. es difícil de a c e r t a r , puesto q u e sus principios constitutivos i n d i c a n m u y b i e n cjuanto ha concurrido á su formación. Este a u t o r , c r e e q u e es el Tesultado de las descomposiciones de las tierras calizas , q u a r aosas y a r c i l l o s a s , arrastradas por las a g u a s y , depositadas en las,hondonadas.'Pero otros;piensan q u e es una c a l - p r o d u c i d a por d detritus.ó quebrantamiento,de las c o n c h a s , r e d u c i d as á.molccu- 19 las finísimas en fuerza del frotamiento y r o t a c i ó n , y depositadas ó en masa ó por capas entre bancos de a r c i l l a ó de arena : y otros en fin pretenden q u e la m a r g a proviene de los simples despojos, de los a n i m a l e s , de los v e g e t a l e s y . d e las piedras calizas. S e a de esto lo que se q u i e r a , pues á nosotros no nos incumbe examinarlo , podemos convenir en que sea r e u n i d a ó formada por filtración ó por d e p ó s i t o s , la mejor m a r g a es siempre a q u e l l a q u e contiene mas partes c a l i z a s , mas a t e n u a d a s y que se reduce mas pronto á p o l v o ; sin atender al color q u e es a c c i d e n t a l , y en n a d a contribuye á la fertilidad. L a m a r g a obra mecánicamente en las tierras fuertes y t e n a .ces por la t e n u i d a d de sus p a r t e s , como la arena en l a arcilla. C a d a molécula hace el oficio de una cuña, ó de u n a p a l a n c a p e q u e ñ a que se coloca entre-las moléculas de la tierra-, y las mantiene s e p a r a d a s , de c u y a desunión resulta mas soltura á la tierr a del c a m p o , la penetran mas profundamente l a s l l u v i a s , se pone menos c o m p a c t a , y por consiguiente se a g r i e t a ó hiende menos con la sequedad. A s í esta t i e r r a , al paso q u e es útil por las consideraciones referidas y debe por lo mismo aplicarse c o mo abono , usándola sin conocimiento p u e d e l l e g a r á ser perjudicial. Pruébase esto observando q u e e n los terrenos areniscos y de poca m i g a es siempre n o c i v a y n u n c a benéfica. D e a q u í se infiere que el uso de la m a r g a p a r a fertilizar con ella los terrenos e x i g e ciertas r e s t r i c c i o n e s , de las quales deberá enterarse el cultivador. L a m a r g a c a l i z a es útil p a r a las tierras n a t u r a l mente buenas y algo c o m p a c t a s ; pero debe echarse en poca c a n tidad. Si la m a r g a fuese mas arcillosa q u e caliza y a r e n i s c a , p r o ducirá buenos efectos en las tierras sin v i g o r , ligeras y q u e d e x a n filtrar el a g u a f á c i l m e n t e ; y por- fin, si es c a l i z a y m u y arenisca se deberá aplicar á las tierras c o m p a c t a s , p a r a q u e consig a n con ella todo el beneficio posible. E s pues visto que sin tener presentes estas distinciones lejos d e recibir beneficio, fácilmente se echarán á perder los campos. Ú l t i m a m e n t e , para que la m a r g a produzca, todo el. efecto q u e se d e s e a , es preciso sacarla y conduciría á los campos , d e x á n dola allí por algunos meses r e p a r t i d a en pequeños montones p a r a q u e , recibiendo los influxos de la a t m ó s f e r a , se d e s h a g a , p u l v e r i c e y prepare antes de esparramarla y e n v o l v e r l a con la tier-. r a por medio de las labores. E l uso de la cal p a r a abonar las tierras es y a m u y a n t i g u o , s e g ú n p u e d e verse en las obras de Plinio y otros escritores r e c o mendables. E l primero manifiesta que con este objeto la emplearon los I n g l e s e s , F r a n c e s e s y otras muchas naciones , con c u y o a b o no sacaban g r a n d e s ventajas aquellos c u l t i v a d o r e s . En el dia esC 2 20 tá fuera de duda que la c a l obra como un disolvente del texido fibroso de las materias animales y v e g e t a l e s , siendo por lo mismo el agente q u e promueve mas eficazmente su descomposición y r e d u c c i ó n á mantillo. T a m b i é n nos consta q u e posee la p r o p i e d a d de atraer el gas ácido c a r b ó n i c o , reteniéndole en sí p a r a beneficio de la v e g e t a c i ó n ; y de aquí se concibe que obra t a m b i é n m e c á n i c a m e n t e , como dice G u i l l e m b o r g . E l l a se d i s u e l v e en el a g u a , se combina con el carbono y en este estado penet r a y se iixa en los órganos de las p l a n t a s : destruye y absorb e el ácido dentro del t e r r e n o , le comunica mayor c a l o r , y p u e de matar los insectos, q u e se crian abundantemente en las tierras acidas, R e s u l t a p u e s , q u e la c a l es útil en los paises húmedos y terrenos frescos : que puede ser provechosa en las tierras f u e r tes , en las e m p r a d i z a d a s , y en las que a b u n d a n de v e g e t a l e s duros y correosos : y q u e si bien es cierto q u e en los terrenos abonados con c a l se coge un g r a n o mas p e s a d o , nutrido y h a r i n o s o , c u y a maduración es asimismo mas t e m p r a n a , también lo e s que todas estas ventajas son y deben entenderse con respecto á los expresados paises y terrenos húmedos y frios. A u n en ellos es necesario usar de la c a l con p r e c a u c i ó n , puesto q u e se e x p e r i m e n t a que no solo g a s t a , esquilma y debilita la tierra á q u e se a p l i c a , sino que excitando muchas veces demasiado el calor , abrasa las semillas y raices de los vegetales. Sin e m b a r g o el uso de la c a l , mezclada juiciosamente y con el conocimiento debido en los abonos fértiles ó en forma l í q u i d a , puede serv i r de g r a n d e beneficio en todas partes. E l yeso es también . un abono provechoso p a r a los terrenos fuertes y tenaces , y para los de arena g o r d a : la experiencia lia demostrado q u e es útil para los t r é v o l é s , a l f a l f a , mielga y d e más plantas así leguminosas como gramíneas , siempre que en. los terrenos arcillosos se eche mezclado con arena seca y r e d u cido á p o l v o , y en los arenosos puede mezclarse con una p e q u e ñ a parte de arcilla igualmente bien p u l v e r i z a d o ; en todo caso *e aplicará este abono en tiempo seco ; -mas convendria q u e l a tierra tuviese a l g ú n tempero. L a utilidad del y e s o , como abono p a r a beneficiar las tierras fuertes y h ú m e d a s , es y a conocida^ pero restan aún muchos experimentos sobre si convendrá t a m b i é n usar de las tierras yesosas sin c a l c i n a r , ó bien después de calcin a d a s , para otras de diversa constitución: hay quien apoya l a primera i.dea ; pero también hay quien sostiene la s e g u n d a c o a poderosas razones. L a cal está en el mismo caso q u e el y e s o ; aunq u e esta debe usarse aiín con mas p r e c a u c i ó n , como se dixo. Últimamente ? p a r a las tierras en q u e domina l a arcilla , y 21 en g e n e r a l p a r a todas las flacas, débiles y c a n s a d a s , es de la m a y o r u t i l i d a d el. abono compuesto de las b a r r e d u r a s de las c a lles , del polvo de los caminos , y turba ó cieno de los p a i a g e s pantanosos , todo bien mezclado y deshecho para poder usarlo. L o s abonos conocidos b a x o el nombre de estiércol, q u e son p u r a m e n t e v e g e t a l e s ó compuestos de materias animales y v e g e t a l e s , contienen todos los principios v e g e t a l e s , distintamente unidos^que q u a n d o componían parte del todo de los cuerpos orgánicos , pero en el estado de poder servir de a b o n o ; y son ázoe, c a r b o n o , a m o n i a c o , acido c a r b ó n i c o , h i d r ó g e n o , c a l y a u n hierro todos en estado s ó l i d o , pero teniendo mas t e m p e r a t u r a , •y por lo mismo convienen á todas las especies de tierras menos á las arenosas. Esto no obstante , en algunos pueblos del m e d i o día lo usan con buen éxito en las tierras de riego. L a costumbre de todos los tiempos h a . hecho que nuestros labradores usen exclusivamente de este a b o n o , y que apenas conozcan otros : q u a n d o aun no está medio podrido , le esparcen indistintamente sobre todos los terrenos , y de aquí p r o v i e ne que ó es enteramente inútil para lo que se d e s e a , ó causa u n efecto trímero porque se aplica sin un exacto conocimiento de los terrenos ; pues q u a n d o las tierras primitivas no están m e z c l a d a s en aquella proporción que es necesaria para la buena v e getación , no halla en ellas el estiércol la disposición c o n v e n i e n te para descomponerse y suministrar alimento á las plantas , y q u e d a por consecuencia inútil. Por esto antes de e c h a r l o , es m e nester mezclar con el suelo a q u e l l a s tierras que le hacen falta, para que juntamente con el estiércol común p u e d a c o a d y u v a r á la vegetación. V e d a q u í la razón porque se dixo antes , q u e las tierras se deben tener por el primero de los abonos. T o d o s saben que las materias f e c a l e s , ó basura h u m a n a , es u n excelente abono ; sin embargo se desperdicia en la m a y o r parte de las grandes capitales. En España solo los C a t a l a n e s y V a l e n c i a n o s y en a l g u n a s otras provincias , la saben aprovechar p a r a abono de sus campos. D i c h a b a s u r a . s e debería sacar a l campo y , en parages donde no pudiese causar incomodidad alg u n a , d e x a r l a fermentar : en dos dias pierde el mal olor , si se le polvorea con u n poco de cal v i v a , ó rocía con a g u a de la mism a cal ; en tales sitios se d e x a por a l g ú n tiempo y se aplica después de que esté bien pasado y repodrido ; siendo su efecto d o blemente ventajoso siempre q u e se le mezcle con tierra apropósito ó de la c a l i d a d que c o n v e n g a al terreno en que se va á e m plear , ó con otros.desperdicios , basuras , pajas , hojas , p l a n tas & c . : su mejor uso es en las huertas , linos , cáñamos y d e trás p a r a g e s de r e g a d í o . 22 L a basura de aves quema q u a n d o está reciente ; y conteniendo tierra caliza y quarzosa se deberá aplicar p a r t i c u l a r m e n te á las tierras arcillosas ; la mejor es la palomina , g a l l i n a z a y excremento de las demás aves domésticas , y es falso que la de ganso esterilice la tierra. L a s crisálidas de los gusanos de seda , que se suelen d e x a r podrir sin n i n g u n a p r e c a u c i ó n , se-deben g u a r d a r entre capas alternativas de tierra , y á los dos meses resultará de todo un excelente mantillo -negro y útil p a r a q u a l q u i e r a t e r r e n o , p r i n cipalmente para los prados. E l estiércol de establo ó caballeriza contiene principios animales y materias vegetales , por lo q u a l se llama vegeto-animal: este produce distintos efectos en las tierras según la proporción de las materias de que se compone , y de la fuerza d i g e s t i v a del estómago de los animales de que procede. Se divide en las dos clases de caliente y f r i ó : llámase caliente el de c a b a l l o , asno y mulo por l a propiedad que tiene de fermentar hasta el e x t r e - m o , mientras no está r e d u c i d o á m a n t i l l o , y por lo mismo si se u s a algo enterizo se ha de aplicar á las tierras fuertes, a l a s c a n s i d a s y á las que están en un continuo c u l t i v o , y n u n c a á las l i g e r a s y calientes. Si el estiércol se esparciese sobre Jas tierras "aun estando fresco se secaría m u y pronto, y desapareciendo con l a humedad la poca materia e x t r a c t i v a q u e c o n t i e n e , q u e d a r í a aislada la parte v e g e t a l , y solo t e n d r í a acción l a corta p a r t e e x t r a c t i v a que hubiesen disuelto las a g u a s . E l estiércol de g a n a d o de asta se llama f r i ó , no porque lo sea realmente , sino porque saliendo y a bien desnaturalizado y p o d r i d o , no fermenta t a n t o : el del b u e y principalmente es el r e s u l t a d o de u n a total descomposición de sus a l i m e n t o s , y q u a n t o menos fermentable es por sí m i s m o , tanto es menos c a p a z de promover la descomposición de los vegetales , y por eso es el mejor para los terrenos arenosos ó calientes. L a freza de o v e j a s , que también se llama jirle , tiene el l u g a r medio entre la boñiga y el estiércol de caballo : no se r e c a lierita en la fermentación tanto como e s t e , pero mucho mas q u e e l p r i m e r o , y se a t r i b u y e su buena c a l i d a d á los orines. L o mismo se puede decir del de cabras que del de ovejas. M u c h o s agrónomos han creido que él estiércol de puerco era e l peor : pero los buenos c u l t i v a d o r e s Ingleses y F r a n c e s e s p i e n san q u e es el mejor. P a r a tierras de g r a n o s , y p a r a prados e« e x c e l e n t e : u n carro de este estiércol e q u i v a l e á dos del de c a ballo y b u r r o : es v e r d a d q u e no se há de aplicar solo, sino m e z c l a d o y después de haberle d e x a d o fermentar. N o es difícil persuadirnos de que los v e g e t a l e s l l e v a n v e n t a - 23 j a á todas las materias para fertilizar un terreno , puesto q u e el mantillo que se forma en los montes es el mejor para la v e g e tación , y no se compone sino de r a m a s , hojas y leña , que se a c e r c a n al último g r a d o de descomposición. Es excelente el abono de la hoja de los árboles, que se desperdicia en muchas p a r t e s , en otras la r e c o g e n , la echan en las q u a d r a s y establos p a r a cama del g a n a d o que l a satura de la orina , o bien la j u n t a n en montones que se pudren en breve con las lluvias. E n los terrenos de g r e d a arcillosa será prudente echar el orujo de la u v a después de haberlo tenido en montones a l g ú n tiempo. T a m b i é n pueden abonarse las tierras por medio de p l a n tas sembradas en ellas al intento : p a r a esto se usa constantemente de los altramuces (Lupinus Mus de L . ) que se derrocan y entierran con el arado , como á las d e m á s , q u a n d o están p a r a florecer , y q u e d a maravillosamente abonado el terreno. N o faltan agricultores que piensen que por medio de este último abono no es necesario dexar descansar el terreno ; sino que á penas se haga la siega se labrará el campo , y se sembrar á una planta de las que v e g e t e n con mas prontitud y q u e r e q u i e r a n menos humedad , y á mediados de setiembre la misma labor que se de para sembrar entierre dicha planta. A l p r i n c i pio no necesita nutrimento el grano q u e germina , porque en él mismo encuentra de que nutrirse la tierna planta , l u e g o v i e nen los frios y se detiene la v e g e t a c i ó n : entre tanto la p l a n t a q u e se ha enterrado en v e r d e se •comienza á descomponer, y con el calor de la primavera se completa la descomposición y se desprenden aquellos principios q u e suministran á la n u e v a p l a n t a , que va creciendo , el alimento necesario para una buena v e g e tación ; de esta manera no h a y un labrador que p u e d a decir con v e r d a d que le falta el estiércol. H a y abonos en que se reúnen los principios que se a c a b a n d e e x p r e s a r , y el primero que se presenta es el m a n t i l l o , q u e es el último residuo de los seres o r g á n i c o s , y que suele contener mucha tierra caliza y c a l ó r i c o , y de consiguiente es admirable p a r a todos los terrenos, pero con, p a r t i c u l a r i d a d los arcillosos. E s buen abono el carbón y el polvo de los parages en que se fab r i c a ó conserva ; pero, ha . ue ir. mezclado con a l g u n a materia, que f e r m e n t e , sin lo q u a l seria muy lento s u , efecto. L o s a n t i g u o s abonaban sus campos c o n , c e n i z a s v e g e t a l e s , y dicen q u e aprovechan contra los i n s e c t o s : son muy buenas para los t e r r e nos arcillosos por la c a l q u e c o n t i e n e n , y para los que a b u n d a n de arena gorda. E n el dia se usan bascante las c e n i z a s ; pero van. siempre mezcladas con estiércol de caballeriza. T a m b i é n se suelen abonar las tierras con cenizas por tnedig 24 de las quemas de los rastrojos ó por medio de h o r m i g u e r o s , h a ciendo como hornillas de terrones ó céspedes, dentro de las q u a les se ponen a l g u n a s materias combustibles para prenderles f u e g o : el primer método es muy común', y si se labrasen las tierras prontamente tendría mejores r e s u l t a d o s ; pero el s e g u n d o solo es útil para los terrenos muy húmedos y llenos de r a i c e s ; mas de n i n g ú n modo conviene á los terrenos fértiles por su n a t u r a leza , y es impracticable en las tierras arenosas. -• .ai lodo ó turba es m u y buen a b o n o : en él se hallan diferentes t i e r r a s , y entre ellas bastante de la caliza y c a n t i d a d d e substancias vegeto-animales. L a s l a g u n a s , e s t a n q u e s , a b r e v a deros & c . suelen tener excelente cieno ó l i m o , en q u e se encuent r a aire inflamable, ó sea gas hidrógeno. Si con este cieno se h a de aumentar el e s t i é r c o l , mézclese con otras materias y d é xese al aire por a l g ú n tiempo. Y a se conoce la virtud del hollín como a b o n o , y aunque conv i e n e á todos los terrenos, se debe aplicar en e s p e c í a l a ios frios. D i c e n q u e destruye el musgo y los insectos. Modo de preparar y esparcir ¿os abonos. E l estiércol se aumentará en cierto modo siempre que se use d e él con economía, y se atienda para gastarle á l a n a t u r a l e z a del terreno en que Se ha de esparcir. E n la h a c i e n d a que h a y a dos clases de terrenos, v. gr. uno arcilloso, y otro calizo ó a r e noso se ha de usar de dos especies de estiércol: el que se destine p a r a el arcilloso y tenaz se aumentará con la tierra arenisca y c a l i z a , ó con la arenisca sola si la caliza f a l t a r e ; y el que sea p a r a el terreno c a l i z o , ó para el arenoso y muy suelto se a u mentará con tierra arcillosa y otras materias que le den unión. A n t e s de incorporar dichas tierras con el estiércol, se tendrá a l gunos dias por cama del g a n a d o v a c u n o , l a n a r , cabrio ó d e cerda , á fin de que se empape de orines. S i se m u d a con f r e c u e n c i a esta cama en los corrales del g a n a d o , estará este mas sano y a s e a d a , y se aumentará la c a n t i d a d de estiércol. E n esto de renovar á menudo la cama al g a n a d o es menester que se pong a el mayor e s m e r o , á fin de qué siempre la tenga f r e s c a , s a n a y abundante. E l estercolero ha de estar de manera que lo p e n e tre el a i r e , y a y u d e á la descomposición de las materias q u e e n él se j u n t e n : no le ha de calentar demasiado el s o l , ni ha d e tener mucha h u m e d a d . A l g u n o s acostumbran colocarlos en p a r a g e s baxos ó z a n j a s , y m u y pocos son los que los r o d e a n de ár-. boles $ pero esto será siempre lo mejor L o s que los ponen en montones aislados y sin resguardo a l g u n o , que impida la acción directa de los rayos del sol sobre el estiércol, no lo e n t i e n d e n , y siempre pierde a q u e l abono sus mejores qualidadp*;. U n o de los cuidados mas importantes debe se..' el recoger las a g u a s q u e salen ó escurren del estercolero, y con ellas rociar de n u e v o las materias q u e en él h a y a , especialmente en tiempos calurosos. Los recortes ó vueltas se le darán en i n v i e r n o , pues sin esto no fermentará ni se pudrirá con i g u a l d a d . T o d o s saben q u e el estiércol no se ha de esparcir sin estar bien podrido 5 pero en la práctica no se sigue generalmente tan excelente máxima ; así vemos q u e muchos lo esparcen sin q u e h a y a f e r m e n t a d o , resultando de ahí que sea en g r a n parte i n útil y a u n á veces perjudicial. Si sobreviene u n sol fuerte ó u n a l l u v i a , no se descompone bien y se inutiliza por lo mismo m u cha parte de él. E n las substancias vegeto-animales q u e no se descomponen bien , como contienen por lo r e g u l a r muchos h u e vos de insectos d e v o r a d o r e s , suele facilitárseles con ellas el m e dio de que se a v i v e n y m u l t i p l i q u e n , en l u g a r de que si se r e pudriesen bien se perderían muchos huevos sin poderse a v i v a r : lo mismo sucede con las semillas de las males y e r v a s . F i n a l m e n te piensan m u c h o s , y no sin f u n d a m e n t o , q u e el tizón p r o p a g a su c o n t a g i o , y hace los mayores estragos en las mieses a b o n a das con estiércol enterizo en q u e se hallan residuos de granos atizonados. Por otra parte la acción m e c á n i c a del estiércol no puede verificarse con v e n t a j a , si la tierra no está húmeda, y esponjada. T o d o esto es tan cierto que mejor es d e x a r de estercolar la tierra un año , q u e c u b r i r l a de estiércol enterizo : en todo caso es menos malo esparcirlo en otoño q u e en p r i m a v e r a . A d v e r t i m o s al paso q u e siempre deben apartarse los estercoleros de las q u a d r a s y establos , si se q u i e r e mirar por l a salud de los hombre» y de los g a n a d o s . . Es un error creer que q u a n t o m a s se estercola u n campo es tanto mejor. El campo que no se estercola se enfría j pero si se estercola con exceso se arde : es mucho mejor estercolar de m u chas veces que de u n golpe y en g r a n c a n t i d a d : q u a n t o mas c a liente sea un t e r r e n o ; menos estiércol necesita. Se infiere de a q u í , que el estiercohse ha de esparcir con economía y conocimiento de l a tierra y de la planta q u e se c u l t i v a . N o se conduzca al campo sino á tiempo en que se p u e d a enterrar, al instante, pues si se d e x a en montoncitos como diariamente se p r a c t i c a , se le escapa la parte mas preciosa en estado de g a s .-tampoco conviene enterrarlo en días muy secos ni muy lluviosos $ un buen tempero siempre es útil ; pero téngase presente el diferente fonTOMO II. D 26 do de las t i e r r a s , para enterrarlo mas ó menos. L a s tierras que están en pendiente se han de estercolar con u n a tercera parte mas en lo a l t o , disminuyendo la c a n t i d a d s e g ú n se v a b a x a n d o . L a profundidad de la r a i z de l a planta q u e se c u l t i v e , indicará la q u e se ha de dar al estercuelo, LECCIÓN II. •, . DE LAS LABORES Y PARA DE LOS INSTRUMENTOS HACERLAS, u no de los abonos mas p r i n c i p a l e s , q u e puede emplear el A g r i c u l t o r p a r a beneficiar las tierras , es sin disputa el de darles muchas buenas y muy profundas labores. Si la tierra ha de suministrar oportunamente los xugos, necesarios para alimentar las p l a n t a s , es menester que sus partes mas pequeñas los absorv a n , que contribuya la buena disposición de la a t m ó s f e r a , y q u e las raices p u e d a n extenderse sin hallar o b s t á c u l o , al mismo tiempo que sirvan de firme apoyo á la planta. T o d o esto se cons i g u e mediante las labores con q u e se mulle ó esponja la tierra: operación tan i m p o r t a n t e , q u e no ha faltado quien h a y a dicho, q u e solo con las labores repetidas y v a r i a d a s se puede conseguir u n a rica vegetación sin n i n g ú n otro a b o n o ; y si la práctica ha hecho ver q u e esto no se verifica con t a n feliz s u c e s o , también es cierto que las l a b o r e s , juntas con los demás abonos ó beneficios , son el único medio de fertilizar el terreno. C o n las labores se l e v a n t a la superficie de la t i e r r a , y se r e v u e l v e la q u e está d e b a x o , p a r a que reciba el beneficio de la atmósfera , se corrijen los x u g o s viciosos, se destruyen las y e r v a s , se facilita l a germinación d e , l a s semillas , se persigue á los i n sectos impidiendo q u e < se a v i v e n sus h u e v o s , se promueve l a descomposición del e s t i é r c o l , se proporciona a g u a á las p l a n tas para que penetren hasta lo b a x o , y que con la acción del sol v a y a n levantándose poco á poco en v a p o r , y suministren á los Vegetales la •conveniente humedad ; y en suma-, nadie ignora q u e las labores los preservan de los gr-andes fríos y calores. Se lab r a ia t i e r r a . p a r a s e m b r a r l a , y la profundidad de l a labor ha de ser proporcionada á l a n a t u r a l e z a de l a planta que se c u l t i v a . Examínese con cuidado qué tierra es la que está debaxo de la superficie, y véase si es p i n g ü e , ó de naturaleza contraria, pues en el primer caso resultará un abono de la m e z c l a , y en el 27 segundo se ha de arar superficialmente; p o r q u e d e mezclar la m a l a con la b u e n a , se deteriorará. A l arar no han de q u e d a r t e r rones sino muy desmenuzada la tierra , y m u l l i d a por lo -menos hasta la p r o f u n d i d a d de un pie. • . L a s tierras h ú m e d a s , las pantanosas y las fuertes ó arcillosas-, es-preciso l a b r a d a s ' d e moda q u e , - d i r i g i e n d o l o s surcos por su mayor p e n d i e n t e , den s a l i d a á l a s a g u a s ; en este caso deben ser los surcos profundos, y los caballones ó lomos empinados. E n las tierras e n x u t a s , por el contrario , se h a n de hacer los surcos juntos y no m u y profundos ; y e n todo caso.siempre se e m p e z a rá l a - l a b o r , rompiendo por el medio.con el arado ios fomos ó caballetes d e l -año¡precedente:las •laboces siguientes se d a r á n atravesadas para a s e g u r a r s e de q u e ' l a : tierra q u e d a : b i e n m u l l i d a , - y se repetirán q u a n t o sea n e c e s a r i o , según la c a l i d a d de la tierra misma. L a s labores frecuentes.perjudican a l a s tierras areniscas y c a s c a j o s a s , porque hacen se evapore mas pronto SU h u m e d a d : lo contrario conviene á las arcillosas. D e u n a laborea otra se ha de d e x a r pasar el tiempo necesario p a r a q u é l a t i e r r a . q u e sale á láv superficie, se aproveche: del- intluxo de l a atmósfera^ N o se l a b r e q u a n d o el terreno esté muy. empapado e n i a g u a ^ . n i q u a n d o este excesivamente seca la superficie; y tengase presente q u e los a n tiguos Romanos a r a b a n mucho ^ sembraban poco y cogían abundantes cosechas, ••• s L o q u e se acaba de e x p o n e r , í á - c o n s t a n t e . e x p e r i e n c i a d e todos los tiempos ,. y la razón misma j bastarían p a r a p e r s u a d i r nos de la necesidad y utilidad d e las buenas l a b o r e s pero d e seando dar aun mayor extensión á estas ideas-,- y>patentizar en lo posible la importancia de dicha operación ¿ como abono y b e neficio de l a s tierras-, insertaremos en este l u g a r las observaciones del C o n d e de G u i l l e m b o r g , según las presenta en el capítulo i-J, de sus elementos químicos y físicos de A g r i c u l t u r a . " N o necesitamos., diceij repetir las razones y a expuestas .sobre la u t i l i d a d de r e v o l v e r frecuentemente l a t i e r r a r.pero h a b r e mos de añadir > que en el terreno inculto se crian g r a m a s , y otras muchas yerbas q u e esquilman el alimentp de las.plantas útiles, y enlazando l a tierra con sus numerosas raices fibrosas, l a ponen d u r a y compacta :' asimismo , que d e t e n i d a mucho tiempo -el a g u á c e n l a s grietas del terreno,,- contrAe un'' acido-..que és perjudicial á los granos. Estos inconvenientes .hacen* necesarias l a s labores'^ . . ,, ,.<y •:-. • i \ < v . \ i.° Para exponer todas das partículas de ía.tierra, ai influxo del ambiente. 2.° Para disipar el acido nocivo. 3. Para extirpar las raices de todas las yerbas. 1 : ; 0 D 2 28 4 . ° ' Para que esté suelta la tierra, mezclando perfectamente con ella todas las castas de abono que se le echen.'''' " S e dirá q u e las sangraduras libertarán á la tierra del ácido de q u e nos quejamos ; y esto es v e r d a d siempre q u e d e p e n d a el á c i d o del a g u a estancada ; pero h a y u n ácido mineral c o m b i n a do á veces con la tierra t a n í n t i m a m e n t e , q u e n a d a a l c a n z a á s e p a r a r l e , sino el e x p o n e r l a al a i r e . " " P o r lo q u e se ha e x p l i c a d o en la sección p r i m e r a , es m a nifiesto q u e los terrenos ligeros y sueltos, no necesitan ararse t a n a m e n u d o como los fuertes y correosos." -:. " O b s e r v ó justamente D u h a m e l D u m o n c e a u en el tratado del cultivo, de da:, tierras, tomo i . ° p á g i n a 5 7 , q u e las frecuentes l a b o r e s , a u n d e los terrenos l i g e r o s , ponen la t i e r r a mas i g u a l mente s u e l t a , á c a u s a de que las partículas mas menudas se d e x a n arrastrar del a g u a , y por este medio forman ó por mejor d e c i r d e x a u muchas grietas en: e l l o s . " " N . o siendo nuestro, propósito, entrar a q u í en la explicación d e los, principios mecánicos d.e: la A g r i c u l t u r a , ó en las descripciones de.:los.aperos ó, instrumentos ; haremos únicamente mención dé las principales, razones en q u e se fundan las labores. P u e -den reducirse éstas á las reglas siguientes.:" i- -.; "Quanto mas. abunda de. ácido.el terreno y se halla mas poblada de yerbas, mas necesita de revolverse la. tierra por las razones .que. q u e d a n y a a s i g n a d a s . " : ¿.a "Debe ponerse especial cuidado en nO:dexar tierra por mover entre los surcos, Ib q u a l puede fácilmente descubrirse ,, pasando u n a - e s t a c a por la tierra y v i e n d o si entra por todas partes á i g u a l profundidad. T a m b i é n puede conocerse d i r i g i e n d o c o n s tantemente el arado por u n a línea recta ; pues en. q u a l q u i e r p a r t e q u e se. aparte de e l l a , e s necesario q u e h a y a q u e d a d o tierr a por mover. .'3. Debe .dársela primera reja siguiendo la acostumbrada dirección del campa , p o r q u e la. tierra se l e v a n t a r á mas fácilmente por a q u e l rumbo en q u e se hicieron los primeros surcos.". "La.segunda, reja se ha de dar en dirección oblicua, respecto de la primera, ó en, ángulo agudo., p a r a que sé rompan mas los t e r r o n e s : " °.-Ú....Ú . , 5-. "ha tercera labor.debe cruzan ¿ atravesar á la primeraypa~ r a q u e b r a n t a r mas y masilós:terrones por esta n u e v a ; d i r e c c i ó n . " " S e emplean rastros, rodillos & c . , p a r a q u e b r a n t a r los ter-: r o ñ e s v a ú á l o s ; m a s : c h i c o s , y para sacar á las lindes las raices de las y e r b a s . " " E n q u a n t o al tiempo de arar. , puede sentarse por r e g l a g e neral j q u e se ha. de arar (¡uando se desmenuce con mas facilidad la y 3 a a 2p tierra, pues de otra forma no se conseguiría el intento. D e a q u í se sigue , q u e i.° "No debe ararse la tierra quando está mojada, porque entonces, se l e v a n t a n g r a n d e s t e r r o n e s , que al secarse se c u e c e n en masas, d u r a s , especialmente si es fuerte el t e r r e n o . " 2.° "El terreno húmedo debe labrarse en estación seca p a r a que el a g u a se exhale mejor." 3. "Los terrenos ligeros pueden admitir las labores en los tiempos lluviosos.'''' "La profundidad de los surcos debe proporcionarse á . la h o n d u r a á q u e se v e a q u e se e x t i e n d e n las raices de las plantas c u l t i v a d a s ; el profundizar mas es i n ú t i l , por no decir nocivo, porque se d i s m i n u y e , introduciéndose mas a d e n t r o , l a fertilidad de la tierra de e n c i m a . " " E s t e punto se ha controvertido mucho últimamente: v a r i o s , e n fuerza de los experimentos de Wollio son de o p i n i ó n , q u e las rejas deben darse tan hondas como sea p o s i b l e , no solo á fin de q u e las raices penetren mas , sino también de que enramen e n busca de mayor copia de alimento. Por la misma razón j u z g a Kretzchmer que debe quebrantarse la tierra ; y a d v i r t i e n d o otros , que los granos que se caen por c a s u a l i d a d en el terreno crecen y se alimentan , infieren de ahí que no son necesarias l a s labores profundas. H a g a m o s pues sobre este punto las s i guientes observaciones." i.a "Na todos los terrenos tienen igual fondo,y así deben ararse á proporción." 2. "Debe proporcionarse la profundidad al largo de las raices, q u e siendo diferentes en c a d a p l a n t a , requieren por consiguient e diversas profundidades de tierra fértil en q u e p u e d a introducirse el aire , la l l u v i a & c . " 3. "La profundidad de las labores puede también proporcionarse, á la hondura en que. se ponga en la tierra la semilla, sobre l o . q u a í conviene añadir quatro p a l a b r a s . " " L o s fines que nos proponemos en cubrir las semillas son.:: ' i.° " P r e s e r v a r l a s de p á x a r o s , insectos y otros a n i m a l e s . " V 2. " R e s g u a r d a r l a s de las inclemencias del a m b i e n t e , pues l a s e q u e d a d las podría endurecer d e m a s i a d o , y la l l u v i a despoj a r l a s de la tierra fértil y necesaria, p a r a adelantar su v e getación." 3. " D i s p o n e r la semilla poniéndola en l u g a r conveniente p a ra que broten las raices y . e l t a l l o ; pues consta por experiencia, que n i n g u n a semilla nace si se sotierra tan h o n d a , que no alcancen las influencias del ambiente. Demostraron T u ü y D u h a m e l , que las g r a n a s cubiertas con n u e v e p u l g a d a s de tierra se 0 A a r 0 0 30 conservaron inalterables por d i e z a ñ o s ; q u e a l g u n a s p r e v a l e cieron á la profundidad de seis p u l g a d a s , y otras nacieron m e jor á sola una ó dos p u l g a d a s . R e p i t i ó c a s i los mismos e x p e r i mentos C. Dahlman Bskülson.'''' D e lo q u a l podernos c o l e g i r , que ninguna semilla debe enterrarse á mas de seis pulgadas , sienda suficientes tres , y aun menos para algunas." c r Instrumentos de que usamos comunmente en para labrar y remover la tierra. España L o s instrumentos mas usuales entre nosotros para labrar l a tierra son l a pala ó l a y a , el arado , el a z a d ó n , el legón y la rastra ó g r a d a . N o hablamos ahora de los escardillos ó a z a d i l l a s p a r a escardar , de los almocafres ni de otros muchos de que usa la jardinería , sino de los que son p u r a m e n t e útiles para las l a bores en grande» L a s l a y a s y palas se usan en las provincias d e V i z c a y a y montañas de la Costa C a n t á b r i c a , y en C a t a l u ñ a . L a s hay redond a s , p u n t i a g u d a s , y con tres dientes : las mas redondas son b u e nas p a r a labrar los terrenos ligeros f. las p u n t i a g u d a s se emplean con utilidad en los terrenos arcillosos y d u r o s , y l a s de tres dientes son muy á propósito para r e m o v e r los terrenos f u e r t e s , en donde abundan, las raices d e otras y e r b a s q u e quieren d e s t r u i r se , ó entre vegetales á quienes no se les quiere lastimar ni ofender. Una buena labor de pala ó l a y a e q u i v a l e á dos dearado. N o por esto pretendemos persuadir' q u e se adopté la p a l a en' competencia del arado para las labores en g r a n d e $ pero es de saber que el que use de e l l a , sacará doble producto- q u e h a ciéndolas con el arado ; a u n q u e es v e r d a d q u e el. trabajo de l a pala ó l a y a es también de mucho m a y o r trabajo y costo.. E l a r a do es un instrumento antiquísimo con el q u e u n hombre hace en un dia la labor,, que no podrían hacer veinte y q u a t r o hombres con la l a y a ,. ni a u n con el azadón. E n I n g l a t e r r a se encuentran cien especies de a r a d o s , , según u n a u t o r agrónomo moderno ( i ) , y con todo eso dicen q u e no hay uno perfecto. Q u a n d o tratemos de demostrar los instrumentos y máquinas de la A g r i c u l t u r a q u e podamos r e c o g e r , hablaremos' extensamente del a r a d o : por a h o r a baste decir que las tierras fuertes requieren arados de m u ; (i) Ré. 3i cha r e s i s t e n c i a , y que p a r a los terrenos ligeros no se necesita de arado tan pesado. L a rastra es igualmente u n instrumento muy útil en la l a b r a n z a , aunque, no está g e n e r a l i z a d o como debiera. L a rastra ó rastrillo dentado al pasarlo sobre las tierras l a b r a d a s a r r e b a ñ a y l l e v a consigo las r a i c e s , que ha l e v a n t a d o el a r a d o , y d e x a l a tierra limpia y d e s m e n u z a d a : si es llana comprime y desterrona el t e r r e n o ; pero no se usa por lo r e g u l a r hasta después de v e r i ficada la siembra. L o s antiguos dieron siempre la preferencia al buey para la l a b r a n z a : las muías y caballos son desiguales en el t i r o , y por l a diferencia de fuerzas entre unos y otros animales, es bien fácil deducir quáles podrán hacer mejores b a r b e c h e r a s , y á q u á les deberá preferirse en el dia. E n fin, el que ara debe procurar q u e la y u n t a se componga de reses de i g u a l fuerza y o b e d i e n tes á su voz ó á l a r a m a l e r a , sin necesidad de apalearlas ni p i carlas , ni tratarlas con a s p e r e z a : no se detenga nunca hasta a c a b a r el s u r c o , y concluida la l a b o r , fróteles el c u e l l o , el lomo y las orejas, limpiándolas y agasajándolas antes de meterlas en el establo. LECCIÓN III. DE LA SIEMBRA EN LES GRANDE Y D E LAS SEMILLAS CEREA- LEGUMINOSAS, . E s bien sabido que el jardinero hace sus siembras de asiento ó en semilleros, y a en e r a s , y a en c a m a s , en cajones ó en macetas. Se hacen también siembras de. l i n o , de cáñamo & c . : se siembran b e l l o t a s , piñones y castañas p a r a formar a r b o l a d o s , y todo esto supone una tierra mas ó menos p r e p a r a d a . L a n a t u r a leza reproduce los árboles de los montes, y todas las plantas donde se hallan espontáneas, por solo el medio sencillo de l a siembra n a t u r a l , porque toda tierra está en disposición de h a cer germinar las semillas q u a n d o contiene bastante humas ó tierr a v e g e t a l , formada por los despojos de otros v e g e t a l e s : la e x posición favorable y la influencia de los meteoros perfeccionan l a obra de la vegetación. L a siembra n a t u r a l considerada en c a d a familia de plantas, en c a d a e s p e c i e , y aun en c a d a i n d i v i d u o , ofrece bastantes r e - 32 flexiones al filósofo, y lecciones que estudiar al agricultor. L a n a t u r a l e z a reproduce plantas sin el socorro del h o m b r e , y este las multiplica uniendo sus cuidados á los de la n a t u r a l e z a . L a s cubiertas de las semillas y de las f r u t a s , que se presentan baxo tantas formas , y sin e m b a r g o siempre determinadas sobre un tipo c o n s t a n t e , solo han sido hechas para la conserv a c i ó n del g e r m e n , y para favorecer su desarrollo q u a n d o se presenten circunstancias convenientes. T a l g r a n a tiene la facult a d de nacer pronto ó en algunos d i a s , según la e s t a c i ó n , y tal otra permanece mas tiempo adormecida ó en i n a c c i ó n ; la humed a d , el calor y el aire juntos y combinados ponen en acción e l principio v e g e t a t i v o j la tierra sirve al principio de matriz á l a g r a n a , y después de nodriza á sus raices. E l agricultor pues d e b e poner singular cuidado en el punto de la sementera como q u e de él pende el logro de las cosechas. Hablemos primero de l a siembra de las semillas c e r e a l e s , y después por su orden i r e mos tratando de las demás. E l año campestre empieza por la s e m e n t e r a , la q u a l se h a ce en el otoño con los granos que se llaman de invierno. Q u i z á h a b r á una semana mas propia que otra para hacer esta o p e r a ción ; pero es difícil d e t e r m i n a r l o , por ser necesario atender a l clima y á la c a l i d a d y exposición del terreno. L a tierra fria r e quiere ser sembrada mas temprano que la cálida ; por otra p a r te toda u n a campiña no puede sembrarse en un dia y en una. s e m a n a , y es necesario además tener en consideración la s i e g a , pues los sembrados tempranos m a d u r a n mas presto. H a y q u i e n fixa la época ó tiempo propio p a f a la sementera al caer de l a hoja, que es q u a n d o finaliza el año v i e j o ; y otros estiman como los mas propios los quince dias al rededor del plenilunio de o c tubre : esta á la v e r d a d puede ser la opinión mas a r r e g l a d a y conforme para una buena parte de nuestras p r o v i n c i a s ; pero no por eso deberá seguirse como regla ó precepto universal. Por l o r e g u l a r la sementera del t r i g o , cebada y c e n t e n o , debe p r i n c i piar en todos los p a í s e s , q u a n d o la tierra empieza á otoñarse ó cubrirse de y e r b a , que según el temperamento, situación y clima será mas ó menos t e m p r a n o , á proporción de lo q u é se adel a n t e n ó retrasen las lluvias del otoño, y para éste pais en q u e nos hallamos conviene empezar la sementera desde últimos de septiembre ; pero la a v e n a se sembrará en noviembre y diciembre. E n general la costumbre de sembrar temprano tiene muchas v e n t a j a s : p r i m e r a , estando la tierra bien trabajada todo el g r a n o germina y b r o t a , y puede ahorrarse mucha s e m i l l a : seg u n d a , el grano así sembrado tiene l u g a r de echar raices y enc e p a r , para sobreponerse á las muchas yerbas que nacen después y. sofocan, sí encuentran pequeña la mata nacida de él: tercer a , le son menos dañosos los h i e l o s : q u a r t a , en la p r i m a v e r a crece y espiga mas p r o n t o , y así se halla mejor defendido de las e s c a r e n a s , del s a r r o , y de otras e n f e r m e d a d e s : q u i n t a , m a d u r a mas presto y está menos expuesto á los daños del granizo y de la piedra. Por el contrario todo amenaza á las sementeras tardías , y no se libran de c o n t r a t i e m p o s , á no ser por a l g u n a c a sualidad feliz con que seria temeridad contar. En quanto á las circunstancias favorables á las s i e m b r a s , no sin razón se dice que para mayor s e g u r i d a d conviene que la tierra esté algo húmeda- , a u n q u e no tanto que se halle hecha barro : en una palabra,, debe tener un buen tempero ; pero esto no obstante , si se hallase muy m o j a d a , convendrá siempre retardar algo la s e m e n t e r a , y a g u a r d a r á que se e n x u g u e la t i e r r a , porque además de que se endurece y petrifica con el pisoteo, los granos q u e d a n demasiado hundidos y se pudren ¡entre los dos estremos de sembrar quando la tierra está muy húmeda ó muy s e c a , v a l e mas elegir esta que a q u e l l a sazón,, aunque por esto tarden algo mas en nacer. Es indudable que el que siembra á principios de septiembre tendrá tal vez que a g u a r d a r mucho tiempo la l l u v i a ; y por e l contrario , el que siembra á principios de octubre por lo r e g u l a r ve presto cumplido su desea j de aquí es que el primero puede en caso de sequía r e t a r dar sus siembras ; pero el segundo hará bien en empezarlas aunque no llueva , conformándose con el proverbio ó refrán de los labradores que d i c e n , que se ha de sembrar el trigo en polvo porque se acerca á la estación de las l l u v i a s , y la cebada en iodo, lo qual quiere decir que se ha de sembrar después del t r i g a Por el contrario , las sementeras de las semillas tremesinas ó de marzo deben executarse en tiempos l l u v i o s o s , porque frecuentemente, sobrevienen bochornos , y aires solanos en a b r i l : á esta siembra t a r d í a , puede aplicarse otro proverbio agronómico que dice : las mejores sementeras tardías ó de primavera, son las c¡ue s>¡ hacen con la cabeza cubierta q u e quiere d e c i r , que estando la tierra bien l a b r a d a , si sobreviene una niebla húmeda , un rocío y aun u n a p e q u e ñ a l l u v i a que bañe la superficie, debe sembrarse entonces , porque el g r a n o germina p r o n t o , brota con b r e v e dad y no da tiempo á que lo coman los paxaros. A p r o p ó s i t o , de l a sementera dice nuestro sabio Español Herrera. E n las tierras h ú m e d a s , flacas , frias y sombrías ha de ser la semsntera mas temprana y en el otoño, porque a n tes que v e n g a n las grandes lluvias y grandes fríos la simiente -prenda, a r r a i g u e , n a z c a y aun crezca a l g o . ; y las tierras q u e son mas secas , mas calientes y gruesas sufren la sementera mas c r TOMO ir. E 34 t a r d í a y mas entrado el invierno , porque estas tales tierras s u fren la d e s t e m p l a n z a del f r i ó . " D e s p u é s de a c a b a d a la sementera son muy buenas las l l u v i a s en octubre y noviembre , como no sean m u y a b u n d a n t e s , en c u y o caso suelen ser dañosas en los terrenos f u e r t e s , porque fixan ó aplastan demasiado los tierras y a n e g a n las mieses e x p o n i é n dolas á perecer con el yelo. T a m b i é n es mala la s e q u e d a d d e s pués de la simienza porque el grano ó no n a c e , ó no a r r a i g a , ó no se fortifica. U n a de las r e g l a s generales que debe observarse en la sementera es la de cambiar la especie de g r a n o , y procurar que. el terreno en q u e h a y a n estado v. gr. plantas gramíneas , se p u e ble con otras de distinta n a t u r a l e z a , como por exemplo l e g u m i nosas ; pero de las grandes ventajas de esta p r á c t i c a , y a hemos h a b l a d o detenidamente q u a n d o se trató de la alternativa ó c a m bio de c o s e c h a s ; por ahora solo añadiremos , que las labores han de disponer la tierra de m o d o , que al crecer las raicillas fibrosas y tiernas de una planta d e l i c a d a , que p a r a v e g e t a r b i e n necesita den.utrimento.substancioso, las c i r c u n d e , abrigándolas por todas partes ; y que á proporción de lo que profundicen dichas raices se h a n de ahondar las labores. L a experiencia manifiesta la necesidad de cambiar de q u a n do en q u a n d o l a s i m i e n t e , trayéndola de tierras mas frias y pobres que aquellas en que se h a de s e m b r a r , y no al c o n t r a r i o , eligiendo siempre el g r a n o mas p e s a d o , limpio y lustroso. Esta renovación d e semilla e s muy útil no solo en el trigo sino en toda clase de v e g e t a l e s , especialmente de aquellos que se siembran y cogen todos los años , y conviene principalmente repetirla siempre que se a d v i e r t a en las cosechas a l g u n a notable d e s m e j o r a , tanto en la c a n t i d a d de sus productos como en su calidad. E l uso mas común de verificar la sementera se r e d u c e á sembrar á puño el t r i g o , la c e b a d a , centeno y demás granos m e n u d o s , facilitando la práctica á los sembradores el que lo derramen con bastante i g u a l d a d . P a r a esto coge el sembrador cierta c a n t i d a d de grano en una espuerta, que l l e v a pendiente del cuello por medio de una c u e r d a , y sacando puñados , al paso que c a m i n a , los va arrojando a l r e d e d o r , de suerte q u e q u e d e i g u a l mente esparcido por todas partes. E s t a operación requiere a l g u n a práctica y m a ñ a , pues al tiempo que el sembrador da á su brazo un movimiento circular para arrojar la simiente con fuerz a , debe abrir poco á poco el puño p a r a q u e no c a i g a todo en un montón, sino que se d e s p a r r a m e , y se esparza como si fuera una lluvia. Cosa es q u e a d m i r a , ver que los buenos sembrado- r e s , l l e v a n d o una perfecta i g u a l d a d en el movimiento del paso con el del b r a z o , han a d q u i r i d o la práctica de coger los p u ñ a dos de g r a n o tan i g u a l e s , que gastan en una h a n e g a de tierra con bastante, puntualidad, aquella medida de simiente designad a , según, lo mas ó menos claro q u e se propone sembrar. A pesar de esto puede demostrarse matemáticamente, que la causa principal de la pérdida de nuestras cosechas, consiste en la excesiva cantidad de g r a n o que se siembra. E n toda esta provincia ( y puede decirse que en casi toda E s p a ñ a ) es p r á c t i ca inconcusa arrojar de catorce á diez y ocho celemines de trigo , y v e i n t e , veinte y q u a t r o , ó treinta de c e b a d a por hanega, de t i e r r a , fundándose los labradores para c a r g a r así de g r a n o en q u e , no haciéndolo, se apodera de los sembrados la yerba y lo destruye todo ; c u y a precaución se ve que es tan inútil como perjudicial, pues en la primavera los campos mas frondosos están Henos de aneguilla , amapola , alverja y otras muchísimas y e r b a s , que haciéndose familiares con las plantas útiles, al principio m e n d i g a n , de ellas el sustento , pero en adelante q u e no hay para todas lo necesario se lo quitan y roban violentamente aniquilándose las buenas mas y mas c a d a v e z , al paso que las malas medran con pujanza dominando los panes , g r a n a n d o después mejor que ellos, y depositando muchísimas semillas que se reproducen al año siguiente. Esto prueba q u e el r e m e d i o , que piensan oponer al daño que e x p e r i m e n t a n , no puede surtir efecto alguno favorable , pues es bien sabido que no h a y otro q u e el de arrancar las malas yerbas antes que g r a n e n sus semillas é infesten el terreno. Con efecto, la multitud de plantas en u n sembrado no perj u d i c a n menos á su v e g e t a c i ó n que las malas yerbas en q u e abundan los terrenos mal c u l t i v a d o s , por ser imposible que la tierra pueda, alimentar tan crecido número de individuos ; de aquí es que aunque en la primavera se notan campos sobresalientes , no corresponde l u e g o la cosecha á las esperanzas q u e p r e s e n t a , pues como al tiempo de espigar y g r a n a r falta á las plantas aquella c a n t i d a d de alimento, que necesitan p a r a su nutrición , y por otra parte se crian ahiladas con la espesura , se destruyen las unas á las o t r a s , y las q u e sobreviven á esta terrible cadena de m a l e s , dan generalmente una sola espiga c o m puesta de pocos y endebles g r a n o s , siendo por lo mismo m u y raro el caso en que se encuentra un pie con dos e s p i g a s : y v é a se aquí en qué consiste , que en un año abundante no pasan de ocho fanegas de g r a n o , - p o r una de t i e r r a , los productos de la cosecha. F u e r t e cosa e s , que habiendo merecido en todos tiempos el E 3 °- 6 mayor c u i d a d o de los sabios el c u l t i v o de una flor, no h a y a m e recido i g u a l e s atenciones un g r a n o de trigo , tan necesario para el sustento y para l a v i d a de los hombres y de los animales todos, ¿ Q u i é n entre nosotros se ha detenido á calcular la distancia q u e debe mediar entre una y otra planta de este precioso género? Pocos á las v e r d a d , y por lo mismo experimentamos conocidas pérdidas en esta parte de nuestro cultivo. L a experiencia tiene acreditado completamente que el trigo y la c e b a d a amacollan sin término, y no es milagro contar -treint a , q u a r e u t a ó mas e s p i g a s , y á veces un número increíble de c a d a g r a n o ; pero si suponemos que uno y otro produzca solo d i e z e s p i g a s , y c a d a espiga q u a r e n t a granos , c a d a h a n e g a de tierra sembrada con catorce celemines de trigo , según la práct i c a general , debe producir quatrocientas fanegas.: mas r e d u ciendo este cómputo á lo m í n i m o , no parece violento esperar u n a espiga por cada grano s e m b r a d o , de que se sigue que c a d a h a n e g a de tierra debia dar q u a r e n t a y seis fanegas de t r i g o ; pero hemos visto y vemos c a d a d i a , q u e en e l año fértil produce ocho, y esto depende de ser nuestras sementeras defectuosas hasta el e x t r e m o , pues habiendo depositado el C r i a d o r en c a d a semilla la fecundidad mas a d m i r a b l e , la inexperta mano del hombre , á cuyo cargo está -la administración, la destruye en perjuicio suyo y del Estado. Es error muy común persuadirse , que en el terreno necesario para criar cinquenta plantas por exemplo , puedan criarse y nutrirse bien ciento ; así como es error que con el pienso tasado de cincuenta caballerías se mantengan además otras cincuenta: ello podrá suceder ; pero sucederá también ser inútiles para el trabajo , transformándose en esqueletos. L a s plantas son comparables á los animales en la p a r t e que estos tienen de vegetables, y - a s í deben nutrirse como-ellos de aquellas substancias que les son propias y en la cantidad necesaria según sus exigencias ; la diferencia entre unos y otros consiste en que la naturaleza dio pies á los animales para que buscasen su a l i m e n t o , mudando de lugar-hasta encontrarlo ; pero, el v e g e t a l siempre quieto en u n s i t i o , no tiene otros pies ni le q u e d a otro arbitrio para v i v i r , q u e m u l t i p l i c a r , a l a r g a r ó extender sus raices por la t i e r r a , y sus ramas por la atmósfera : l u e g o es claro que necesita un e s pacio suficiente , libre de toda otra p l a n t a , que tenga i g u a l n e cesidad de alimento , para no hallarse en l a precisión de perecer por falta de él. Estas observaciones y otras que omito, prueban hasta la evidencia que podrían lograrse abundantísimas cosechas en los feracísimos terrenos de nuestra E s p a ñ a , sembrando menor canti- 37 dad de semilla: por tanto es preciso tener jen consideración estos principios, y con arreglo á e l l o s , á la c a l i d a d del terreno, á la temperatura del c l i m a , y á la situación de la h e r e d a d , esparcir la .cantidad de simiente que le c o n v e n g a . A d v i r t i e n d o que quanto de mejor c a l i d a d sea la t i e r r a , y quanto mas se le beneficie y l a b r e , tanto mas amacollan ó .ahijan las p l a n t a s , y por consiguiente se requiere sembrar con menos c a n t i d a d de semilla. Los que pretenden que q u a n t o mas fértil es una tierra p u e de y debe mantener mas p l a n t a s , y que por lo mismo debe sembrarse con mayor cantidad de s e m i l l a , hacen .un falso .raciocinio por no considerar que un grano puesto en buen terreno ahij a portentosamente ; y al c o n t r a r i o , el que se siembra en tierra flaca no puede l l e v a r mas q u e dos ó tres espigas. Si en este último caso se pusieran los g r a n o s á q u a t r o ó seis p u l g a d a s unos de otros, serian muy raras las espigas que se viesen en semejantes sembrados, y las malas yerbas que siempre p r e v a l e c e n en terrenos ruines , se adelantarían l u e g o y ahogarían .el buen grano. A l contrario si la sierra es b u e n a , c a d a grano l l e v a muchas e s p i g a s , el sembrado se cierra., y no tendrá n a d a de estraño c o g e r en proporción de treinta por uno. M a s á pesar de todo no será fácil introducir de pronto esta máxima de utilidad y economía entre nuestros l a b r a d o r e s , así como no ha.sido posible hacerles admitir otras prácticas igualmente ventajosas é importantes , aunque h a y a m s i d o observadas por muchos.. En prueba de esta v e r d a d , y para presentarla con toda la evidencia que su importancia e x i g e , voy á manifestar el r e s u l tado de los ensayos y .experimentos q u e .en las inmediaciones de este R e a l j a r d í n hizo por disposición de la R e a l S o c i e d a d E c o nómica Matritense su benemérito i n d i v i d u o Don A g u s t í n C o r d e ro en el año de 177.1. E s t e caballero incansable en, procurar ,el bien de la p a t r i a , y animado por el zelo del cuerpo patriótico á que p e r t e n e c í a , ofreció sus propios t e r r e n o s , sus g a n a d o s , sus s e m i l l a s , sus mozos y caudales para hacer algunos ensayos útiles sobre el interesante punto de l a sementera , y especialmente sobre el método de verificarla -según el sistema de T u l ! , en los quales acreditó aquel hábil agrónomo, que dicho sistema l l e v a grandes ventajas al método común de nuestras l a bradores. L a primera prueba la hizo en cinco fanegas:de tierra de q u a trocientos estadales; se -esparcieron en ellas dos fanegas y siete celemines de trigo c a n d e a l , y se cogieron quarenta y dos : al siguiente año extendió el ensayo hasta el espacio de siete fanegas^, y las sembró con dos.fanegas y tres c u a r t i l l a s de la misma 38 c a l i d a d de t r i g o , q u e produxeron sesenta y n u e v e fanegas de grano. Estas dos pruebas se hicieron echando un hombre detras del arado el g r a n o en el s u r c o , y s e m b r a n d o i a tierra en órdenes de tres filas con intervalos vacíos d e quatro pies p o c o m a s ó menos entre orden y orden :. el sitio que ocuparon es en estremo acosado de g o r r i o n e s , como que está dentro de: M a d r i d , y no es mucho el atribuir á esta causa, la pérdida de una sexta, parte del fruto. Compartidas cien fanegas de tierra sembradas" p o r el método c o m ú n , l l e v a n de semilla mas de ciento diez y seis fanegas que pueden producir en el año abundante ochocientas. Sembradas otras ciento según los dos experimentos referidos, l l e v a n quarenta fanegas de s e m i l l a , que pueden dar de f r u to novecientas ochenta y cinco ; de modo que en las cien f a n e g a s de l a siembra común se echan á la tierra setenta y siete fan e g a s de trigo m a s , y se cogen ciento ochenta y cinco menos, siendo la v e n t a j a , que resulta de un modo á o t r o , doscientas sesenta y una fanegas. E s t a ventaja a u n q u e de g r a n consideración e n sí m i s m a , es sin embargo muy despreciable respecto de la que v a á m a n i festarse. E l labrador que ha de tener cíen fanegas de tierra en siemb r a de t r i g o , no puede ocupar en el año mas de cincuenta con este g r a n o , porque las o t r a s , según la costumbre, deben b a r b e charse para e l s i g u i e n t e , pena de no tener c o s e c h a , en lo q u a l se v e que el fruto de las cincuenta fanegas ocupa ciento de tierr a ; por consiguiente no rinden estas mas de quatrocientas f a n e g a s de g r a n o , en l u g a r de las ochocientas en el año f é r t i l ; pero s e g ú n las pruebas explicadas a r r i b a , las cien fanegas de tierra del método nuevo se siembran siempre por los intermedios q u e q u e d a n desocupados y l a b r a d o s ; los cuales pueden dar c a d a año novecientas ochensa y cinco f a n e g a s , q u e son quinientas ochenta y cinco mas de las q u e d á la sementera c o m ú n , sin i n cluir el ahorro de semilla. ¿ Q u é efectos tan prodigiosos no c a u saría tan admirable fertilidad en la población, en la cria de g a n a d o s , en las manufacturas y en el comercio í E l mismo D o n A g u s t í n C o r d e r o en el año de 1 7 7 3 sembró de c e b a d a setenta y quatro fanegas de tierra en medio de los dos paseos de las delicias con setenta y tres fanegas de g r a n o , tres surcos con c e b a d a , y uno sin e l l a , en c u y a sementera ahorr ó setenta y cinco fanegas de semilla, labró los intermedios tres v e c e s , y cogió mil setecientas quarenta y quatro fanegas de f r u t o , que sale la fanega de tierra á veinte y cinco de grano, 39 sin embargo del g r a n daño q u e causaron los rajares al abrigo de los árboles del p a s e o , y otros que padecen les sembrados de las inmediaciones de M a d r i d . A l año siguiente repitió la siembra de c e b a d a sobre el mismo t e r r e n o , y en la extensión de cincuenta y seis fanegas de t i e r r a , distribuyendo la semilla á razen de tres quartillas de g r a n o por c a d a f a n e g a de tierra ; y no obstante la falta de a g u a que se experimentó en esta capital y sus alrededores en toda aquella p r i m a v e r a , cogió novecientas ochenta y nueve f a n e g a s , que sale con la de tierra á mas de diez y siete y m e d i a , y los demás labradores del partido cogieron solo de cinco á ocho fanegas de g r a n o por fanega de tierra, N o debiendo dudarse de la asombrosa multiplicación del trig o y la c e b a d a , q u a n d o se les c u l t i v a con i n t e l i g e n c i a , d e b e m o s creer con el sabio labrador cuyos hechos e x p l i c a m o s , q u e p u d i e r a y debiera reducirse mucho la siembra de estas dos cereal e s , y principalísimamente la del t r i g o , pues.no d u d o que pod r i a ser bastante celemín y medio de trigo por f a n e g a de tierr a . E n p r u e b a de esto reproduciremos el cálculo q u e e l mismo formó para demostrar su proposición. C a b i e n d o en un estadal de tierra de ciento diez y medio pies q u a d r a d o s ( i ) dos órdenes y tercia de á tres líneas , distantes u n a de otra un p i e , y de orden á orden de líneas-quatro pies, poniendo en las líneas también distantes de pie á pie q u a t r o granos de trigo juntos , entran en el estadal ochenta y q u a t r o montoncitos ó posturas , y ciento .treinta y quatro m i l q u a t r o cientos g r a n o s , q u e son catorce.libras .poco mas ó m e n o s : c a da libra , según V a l e a r c e l , tiene n u e v e mil seiscientos g r a n o s , y por este cómputo se comprueba q u e se hace l a siembra de cien f a n e g a s de t i e r r a , con solo c a t o r c e . f a n e g a s . d e g r a n o . Puesto el .trigo en el orden referido., pueden .esperarse tres espigas por c a d a g r a n o , ó doce por c a d a m o n t ó n , d e q u a r e n t a granos c a d a una : en c u y o :supuesto deben .dar los setecientos treinta y q u a t r o mil quatrocientos granos sembrados:, diez y seis cuentos ciento veinte y ocho mil g r a n o s , que hacen libras mil seiscientas ochenta , ó lo que es lo mismo diez y siete f a n e g a s ; de que resulta , que el fruto de cien fanegas de t i e r r a , sembradas del modo referido , debe ser.mil setecientas f a n e g a s . E l principal punto q u e al parecer t u v o sobrecogidos á los expectadores de este método ensayado por C o r d e r o , fué el g a s (i) La. fanega de tierra en el partido de'Madrid., se compone de quatrocientos estadales de diez y medio pies cada estadal, ó de quarenta y quatro mil y cien pies. 4 0 ío imponderable ó enorme, q u e suponían tener sobre sí las labores ; mas para rebatir esta opinión , hizo, ver q u e las citadas l a bores son mucho menos costosas que las del método común , y para ello hizo entre ambas el siguiente paralelo. Supóngase que de cien fanegas de tierra destinadas p a r * cosecha de trigo en l a labranza c o m ú n , en q u a l q u i e r a serie de años , deben sembrarse la mitad , y barbecharse la otra mitad, de modo que las cien fanegas ocupadas no producen mas fruto, q u e el correspondiente á cincuenta. Supóngase asimismo , que cien fanegas de tierra sembradas por el método arriba dicho ,. están enteramente sembradas, porqae ios intermedios que en ellas q u e d a n se tienen por partes precisas de la sementera para no perjudicar la cosecha,, y puede decirse que son los repuestos y almacenes de v í v e r e s d é l a s p l a n tas , los quales se les suministran con el arado quando lo neces i t a n , manteniéndolas robustas y facilitando á sus raices m u l t i t u d de p a n í c u l a s , nutritivas de que puedan a p r o v e c h a r s e , por medio de l a labor que se íes acerca. Corriendo pues el paralelo de las cien fanegas de tierra sembradas por el método indicado , con otras ciento sembradas por el método c o m ú n , los intermedios del primero son el barbecho equivalente á cincuenta f a n e g a s , que deben barbecharse en el segundo. E n la labor ó v u e l t a que precede á la siembra de cincuenta f a n e g a s de las ciento destinadas á t r i g o , que vienen á empanarse értíel sistema común , y' en la s e g u n d a v u e l t a para cubrir el g r a n o , se gastarán sesenta y seis huebras á razón de fanega y m e d i a , que labrará c a d a una por dia. Labrándose los intermedios por el nuevo método una v e z , también antes de la s e mentera , cubriendo con otra el g r a n o en la> tercera parte d/z las cien f a n e g a s de tierra , se invertirán cincuenta y cinco h u e bras. '"En el método c o m ú n , para alzar el rastrojo de cincuenta f a • negas de tierra,- que han de b a r b e c h a r s e , se consumirán treinta y tres huebras , y en el nuevo que se hace dando dos surcos por los i n t e r m e d i o s , se emplean catorce. P a r a vinar (que es la segunda labor) las cincuenta fanegas c u l t i v a d a s por el sistema g e n e r a l , se necesitaban otras treinta y tres huebras ; y para l a misma labor en los i n t e r m e d i o s , correspondientes á los dos tercios de cien f a n e g a s , del indicado método , son necesarias q u a r e n t a y quatro h u e b r a s . L a labor , q u e llaman terciar en el modo común , llevará también treinta y tres h u e b r a s ; y en el de C o r d e r o , q u e solo deben darse dos surcos por los i n t e r m e d i o s , gastará catorce. 4Í A d e m á s de estas labores en el sistema de q u e t r a t a m o s , d e be darse o t r a , que consiste en echar un surco por medio de los e s p a c i o s , para lo que son necesarias siete huebras. Cotejadas unas con otras todas estas labores , resulta q u e se ahorran por el nuevo sistema de siembra treinta y una huebras. L a escarda y la siega r e g u l a d a s por la extensión del terreno que ocupa el fruto de c a d a método r e s p e c t i v o , viene á resultar q u e comparadas las tierras entre s í , como en el método de C o r dero se ocupan solo treinta y tres fanegas , hay por consecuencia que escardar y segar diez, y siete fanegas menos q u e en el método común , en q u e se ocupan cincuenta. Por lo demostrado hasta a q u í , se e v i d e n c i a que la nota con que injustamente se acusaron estas l a b o r e s , ponderando su g a s to como excesivo , debe despreciarse por los hombres de juicio y sólida i n s t r u c c i ó n , y aun q u a n d o los ensayos que los labradores y el público de M a d r i d vieron executar al benemérito D o n A g u s tín Cordero , no les h a y a n decidido á a b r a z a r su s i s t e m a , p r u e ban por lo menos quál y q u i n t a puede ser la economía de g r a nos empleados hoy sin u t i l i d a d , antes con d a ñ o , en la sementera. P a r a mas aclarar este p u n t o , y para dar á conocer en toda su extensión el método de cultivo de que hemos hablado , presentaremos t o d a v í a lo mas interesante de una memoria q u e entregó á la R e a l Sociedad el Señor C o r d e r o , pues las buenas ideas que c o n t i e n e , importa que se generalicen , y aún que se repitan sus ensayos. Extracto de la memoria de Don Agustín Cordero, reducida á verificar la siembra del trigo y demás cereales por un método fácil de practicar, sin hacer uso de otro instrumento que del arado común» Este método se reduce á sembrar las tierras en órdenes de tres filas de p l a n t a s , distantes una tercia poco mas ó menos una fila de o t r a , y entre orden y orden de filas, como quatro pies de tierra sin g r a n o , q u e es lo que se llama i n t e r m e d i o s , espacios f a x a s ó bandas. C a d a hanega de tierra sembrada de trigo por este método, l l e v a tres celemines y medio de grano. Si en las filas se ponen q u a t r o granos j u n t o s , mediando como una tercia de q u a t r o á q u a t r o granos , es necesario p a r a la h a n e g a celemín y medio de trigo. E n uno y otro caso puede esperarse mayor fruto de c a d a ha» TOMO II, p 42 n e g a de t i e r r a , que si estuviera sembrada por el método común. Si en la primavera hay falta de a g u a y las plantas la n e cesitan , labrando bien los intermedios , adquirirán un verdor '• extraordinario y mucha robustez , con lo q u a l resisten á la s e quedad. Siempre que la y e r v a se apodere de los intermedios , es p r e ciso labrarlos para libertar el sembrado de ella. Si fuere necesario escardar entre las líneas de trigo , p a r a quitarle a l g u n a y e r v a , se hace con una azadilla ; y como las plantas están o r d e n a d a s , es operación que se executa con f a c i l i d a d y poca costa , porque un hombre puede escardar mas de una hanega de tierra al dia. L a tierra sembrada de trigo por dicho método,se puede sembrar todos los años del mismo g r a n o , verificándolo en los espacios ó en los intermedios que estuvieron vacíos : el uso del estiércol también es de importancia en este método. A l terreno que haya de sembrarse , se le darán las correspondientes l a b o r e s , como si la siembra hubiera de hacerse por el método común 5 es decir , que el primer año se labrará todo como se hace de o r d i n a r i o , y en adelante quando esté ya establecido el método n u e v o , no hay que labrar mas que los intermed i o s : en este caso se observará el orden que á continuación se -expresa para partir las tierras, el q u a l sin d u d a ' e s el mejor y el •mas.análogo.para mantenerlas en el mismo estado todo el tiempo que se quiera seguir este sistema. i.° Elíjase la dirección que deben llevar los surcos. •2.° A l extremo de la tierra que va á s e m b r a r s e , s e g ú n la d i rección e l e g i d a , abrase el primer surco. \ 3'. Siémbrese este surco á chorrillo por un hombre ó muchacho,'que detras del arado v a y a echando en el fondo de él ei grano. 4. Dése el segundo surco , y la orejera vendrá cuLriendo el ya sembrado , y siémbrese este segundo del mismo me do. 5. A b r a s e el t e r c e r o , y siémbrese como el primero y se•gundo. 6.° Sembrados estos tres surcos, dexense otros tres sin sem- b r a r , y ' s i g u i e n t e á.ellos, siémbrense otros tres, y así a l t e r n a ü v a • mente, y concluida la labor se tendrá sembrada la tierra en tres filas con intermedios de quatro pies poco mas ó menos ; esto es, • e c u p a r á la siembra la tercera parte del terreno , porque las tres filas vienen á ocupar como dos pies , y los intermedios quatro. Si el labrador sembrase sus tierras de trigo con tres pares de muías j u n t o s , puede ahorrarse la costa de un sembrador, porque con dos puede e x e c u t a r l a , yendo estos sembrando los dos primeólos-surcos detras 4 e los dos primeros pares , y el tercer surco le 0 0 0 s 43 debe venir sembrando uno de los dos sembradores delante del primer par, quando éste viene abriendo el quarto surco; en cuyo caso queda cubierto con la orejera el grano del tercero, y entonces los tres pares completan los tres surcos, que deben quedar sin grano. Labor de los intermedios. N a c i d o el g r a n o , y estando la planta de tres ó quatro naj a s , dense dos surcos por los intermedios de modo que no la c u bran de tierra, y con la precaución de que no sea en tiempo que yele ni llueva, A principios de abril en que y a las plantas están descolladas, dése por los intermedios una vuelta de arado honda y y u n t a , procurando arrimar á las plantas bastante tierra. A mediados de mayo dense dos surcos hondos en los intermedios con orejera l a r g a , para arrimar tierra á la orilla de las plantas. Salido de flor el trigo , dése un surco hondo y ancho en cada intermedio con orejera grande ; mas se previene , que si el tiempo no es húmedo puede ser perjudicial este surco , y así se aconseja á los labradores que para darle se gobiernen por a q u e llos datos, que les inspire su conocimiento. E l riesgo que tiene dicha, v u e l t a , e s el de cortar algunas r a i ces laterales de las plantas, porque siendo el tiempo seco, dexará de asistir á la planta con sus x u g o s , lo que no sucede en tiempo húmedo , en el q u a l , lejos de p e r e c e r , se subdivide y sigue c a da raiz con dos ramiiicaciones. . Obsérvese que con las demás labores se vé rejuvenecer la p l a n t a , engrosar de caña y e s p i g a , y multiplicar raices nuevas especialmente quando llueve á t i e m p o , y de esto nacen las g r a n des ventajas que adquieren las plantas con dichas labores. A u n q u e el trigo esté encañado no se deben escusar ninguna de las tres primeras r e j a s , pues aunque las muías atrepellen y quiebren algunas c a ñ a s , vuelven estas sobre s í , las q u e b r a das a n u d a n , y dan tan buenas espigas como las d e m á s : en s u m a , el tiempo en que deben darse estas l a b o r e s , varía según el en que se hizo la sementera, la c a l i d a d del terreno, y ei c ü m.a ,en que se halla. , ; ( F 2 44 Labores para después de levantado el fruto. L e v a n t a d a el fruto dése una vuelta yunta á los intermedios sin tocar al rastrojo. Siémbrense en estos intermedios las tres filas de t r i g o , y en teniendo la planta dos ó tres h o j a s , levántese el rastrojo de l a siembra anterior con dos s u r c o s , que será la primera vuelta de los nuevos intermedios, y dénseles también las demás labores p r e v e n i d a s anteriormente para ellos. E n el año siguiente vuélvanse á sembrar estos intermedios, y así repítase sucesivamente. Este método de sembrar simplicísimo, y de menor coste q u e el c o m ú n , rendirá un fruto imponderable y hará sin d u d a f e lices los pueblos y l a b r a d o r e s , á quienes se encarga se determinen á darle principio con total confianza, haciendo algunas p r u e bas cortas sin abatirse de ánimo porque el campo así sembra-' do a p a r e z c a á los principios en extremo r a l o , y como si e s t u v i e ra y e r m o , pues luego tendrá particular complacencia en verlo Henarse de cañas coronadas de espigas grandes y c o m p l e t a s , y en encontrarse con mayor esquilmo y de mejor c a l i d a d q u e si hubiera sembrado la tierra teda. . C o n efecto e: preciso convenir en que sembrando el trigo, la cehada y casi todos los granos por' el método c o m ú n , empleando tanta cantidad de semilla como hoy se emplea en nuestras sementeras, le tocan á c a d a grano para vegetar cinco sextas partes menos del terreno que le corresponde y n e c e s i t a , y de consiguiente ni puede extender sus r a i c e s , ni e n c e p a r , ni a m a c o llar como debiera ; y esta práctica tan digna de reforma nos presenta desde l u e g o el gravísimo daño que padecen estas p l a n tas durante su v i d a , pues no pudiendo n u t r i r s e , ensancharse, a h i j a r , y por decirlo a s í , multiplicarse, se a h i l a n , enferman y perecen. Este punto no es una simple t e o r í a , sino una doctrina f u n d a d a sobre los principios físicos de la vegetación mas sólidos y c i e r t o s , demostrados por la razón y confirmados por la mas acreditada experiencia. ¿ N i cómo ha de ser posible qué f a l t a n do á la p l a n t a la extensión de terreno que necesita con relación á su calidad , porte y figura llegue á c r e c e r , vigorizarse y pro^ d u c i r los frutos que le corresponden? Es un hecho constante q u e p a r a mantenerse el v e g e t a l en un perfecto estado de s a l u d , v i v i r ensancharse y multiplicarse lo p o s i b l e , tiene necesidad de ? 4 5 A dilatar sus raices por u n espacio competente p a r a proveerse a e a l i m e n t o , disfrutando además de una extensión proporcionada en la parte, superior, para campear por la atmósfera sin embarazo. ¿ P e r o qué distancia se deberá dexar entré las plantas para q\te puedan criarse p e r f e c t a m e n t e , sin quitarse unas á otras el sustento? Punto es este en la A g r i c u l t u r a q u e merece mas consideración de lo que parece á primera vista. Estas observaciones y otras muchas que se o m i t e n , p r u e b a n hasta la e v i d e n c i a que podrían cogerse abundantes cosechas sembrando mucho menos s e m i l l a , quando la tierra fuese buena, q u a n d o las raices tuviesen suficiente espacio por donde e x t e n derse , y quando se les asistiese con buen cultivo : por tanto es preciso tenerlo todo en consideración, y esparcir la simiente con arreglo á la fertilidad del terreno y á la temperatura del clima. Y a hemos dicho por regla g e n e r a l , y es un hecho acreditado c a da d i a , que quanto de mejor calidad es la t i e r r a , y quanto mas bien beneficiada y labrada se h a l l a , mas amacollan las plantas, y por consiguiente se requiere sembrar con menos semilla. Esto no obstante debemos confesar sin r e b o z o , sea q u a l fuere la e v i dencia de este r a c i o c i n i o , que nuestros labradores resistirán siempre una novedad tan notable en su sistema a n t i g u o , del mismo modo que no se ha podido generalizar ni aun extender el sistema de sembrar por surco ó á chorrillo las semillas menudas, del mismo modo que se siembran las h a b a s , guisantes , g a r b a n z o s y demás. Esta práctica sumamente útil convendrá mucho propag a r l a entre tanto q u e , mejorando todo el sistema de la l a b r a n z a , se empiezan á i n t r o d u c i r , conocer y generalizar los instrumentos rurales de que carecemos, y entre ellos las diversas sembraderas tan aplaudidas y recomendadas por los mas ilustrados escritores. E l célebre D u h a m e l , entre otros muchos, no duda aseg u r a r que el g r a n o que se esparce con la sembradera, es con cuy a cosecha se puede contar con mas. seguridad ,' pues ni q u e d a expuesto á h e l a r s e , á que le dañe el g r a n i z o , ni á que se le c o man los pájaros: por medio de este instrumento q u e d a colocada la semilla en el surco á la profundidad correspondiente, y distribuida en una cantidad proporcionada. Nosotros sin e m b a r go nos contentaremos por ahora con recomen da'r el itnportantísí•mo- principie! de sembrar claró para coger- es-peso: y adoptando, p r o p a g a n d o , y g e n e r a l i z á n d o l a prátjéa-'útilísima de sembrar por surco en donde se p u e d e , seguiremos en lo demás con la anfígUa costumbre de sembrar al v u e l o , hasta que los progresos de Tas l u c e s l a g e n e r a l despreocupación y la experiencia d e c i d a ' a todos á adoptar las buenas prácticas dé los extrángeros en esta parte del cultivo. . 4<? H a s t a a q u í hemos hablado en g e n e r a l de la sementera d e ! t r i g o , cebada , c e n t e n o , y abena , contrayéndouos principalm e n t e á demostrar la estación propia de verificar la siembra d e o t o ñ o , y la necesidad que tenemos d e sembrar mas c l a r o , d i s tribuyendo, toda especie de semillas menudas con la economía y conocimientos , que e x i g e n sus circunstancias y el orden de s u v e g e t a c i ó n ; pero aunque los principios explicados parecen d i rigidos solamente á dichas semillas , pueden y deben aplicarse también al c u l t i v o de todos los frutos de la tierra. Sin e m b a r g o como no d e x a de haber algunas particularidades respectivas í c a d a especie de g r a n o s , que deben tenerse presentes, trataremos de ellas en s e g u i d a , aunque con alguna concisión. L i n u e o cuenta hasta quince entre variedades y especies d e trigos ; las ocho primeras son anuales, y las siete últimas perennes. L a s a n u a l e s , consideradas como el alimento principal deí hombre,.son á la v e r d a d las mas interesantes, y las perennes solo servirán al cultivador como pasto para sus g a n a d o s ; por esto trataremos aquí, de las primeras , dexando las segundas p a r a q u a n d o se hable de los prados y pastos. Esto no obstante , es preciso advertir que además de las ocho castas de t r i g o s , que publicó Linneo y algunas otras q u e han descripto después otros botánicos , son muchísimas mas las que tenemos ya conocidas y cultivadas en las Provincias de E s p . i ñ a , según se verá antes de mucho por el tratado de ellas que tenemos ya muy adelantado los profesores del jardín. Es constante que el clima , el terreno y el cultivo influyen .mucho sobre la calidad de los granos hasta el punto tal v e z , de no poderse establecer caracteres tixos y decisivos entre algunos trigos de .los que llamamos trigos con a r i s t a s , y trigos pelones ó chamorros. Estas especies jardineras ó sean v a r i e d a d e s , .cambian fácilmente el carácter que las distingue mudándolas de un p a r a g e á o t r o , á c u y a , transformación contribuye no p o co el c l i m a , el cultivo y la tierra , pues se observa en algunos parages que después de cierto número de años , los trigos a r i s tados se v u e l v e n chamorros,, y los chamorros echan aristas. E n t r e los trigos con aristas, se distinguen los que tienen las .aristas l a r g a s y ios q u e . l a s tienen c o r t a s , los que las tienen l i sas, y ios,que-las tienen escabrosas., ó como.ligeramente espinosas , los que las,.tienen, aplastadas ó mas q u a d r a d a s , los q u e tienen los granos con la cascara ó película, de color de paja , ó de color a m a r i l l o , d o r a d o , roxo ó blanco ; .y-en; fin-Ios mas.ó.mé,, nps gruesos, y mas.ó menos redondos y largos. L a s mismas difer e n c i a s se o.bseryaa en; e l color ¡y.en la. forma de los trigos c h a morros. " ; 47 Se distinguen también los t r i g o s , en trigos de invierno ó de otoño, y de verano ó tremesinos. Los de otoño se siembran como hemos dicho desde septiembre hasta primeros ó mediados de no-viembre, y pasan el invierno en la tierra ; por lo q u a l se les ha cdado esta denominación general : los otros se llaman tremesinos; •porque se siembran en marzo y no están .mas que tres meses en •la tierra. Como la denominación dada á los trigos hasta el dia , d e p e n d a de mil causas a c c i d e n t a l e s , y acaso n i n g u n a real y f u n dada , nos proponemos con el tiempo establecer una nomenclatura y sinonimia exacta de los trigos , que se cultivan en todo -el rey n o , y para ello mis zelosos compañeros han procurado reu-nir en este Jardin muchas variedades traídas de las diversas provincias de España. Si el tiempo y las muchas atenciones que tenemos todos nosotros nos lo permiten , aun en este año tendrá la A g r i c u l t u r a este precioso dato que deberá principalmente á la laboriosidad é infatigable amor á la ciencia del primer Profesor de Botánica y encargado del establecimiento Don M a r i a n o L a g a s c a y al Profesor y Bibliotecario D o n Simón de R o x a s C l e mente. Hemos insinuado que hay cierto trigo menudo,, que no se siembra hasta la p r i m a v e r a , recogiéndose en la misma estación, q u e el que se sembró por otoño. E s indudable que en años favorables á la vegetación de las cereales, prosperan, sembradoj.en p r i m a v e r a , . l o s trigos de otoño, pues el trigo tremesino en concepto de los agricultores ilustrados no es sino una v a r i e d a d d e g e n e r a d a de los trigos invernizos , consistiendo su principal diferencia en ser el grano constantemente mas menudo. L a sementera del; trigo tremesino suele ser muy útil en algunos casos ; primero , q u a n d o por q u a l quier accidente se pierde la siembra de otoño , con tal que favorezca el clima p a r a ello ; s e g u n d o , quando.los terrenos no han podido prepararse en otoño ,. á causa de ser [demasiado: íh.enes • y empantanarse por retener demasiado la .humedad : tercero, q u a n d o se quiere conseguir el aumento de una;cosecha prontamente criada ; pero siempre convendrá contar .antes con la fresc u r a del clima p a r a g r a d u a r l a , y no hacerla muy extensa, pues de otro modo sería arriesgar el fruto del trabajo y los gas» tos expendidos en su cultivo. E l trigo r a c i m a l , llamado también ramoso de esmirna, y del m i l a g r o , echa además de la espiga principal otras espigas laterales , de suerte que el conjunto es del tamaño de un huevo de gallina. L a magnitud de la espiga promete desde luego una cosecha abundante , y Duhamel asegura haber cogido de siete li- bras de simiente quátrocientas treinta libras de g r a n o m u y bueno : este trigo ama á las tierras substanciosas y bien c u l t i v a d a s , y en las ligeras ó endebles no prospera. Se siembra en otoño y h a y que tener g r a n c u i d a d o en c a r g a r poco g r a n o p o r q u e a m a colla ó ahija mucho. E l grano de este trigo es de la clase de los trigos recios ó m a c h o s , muy d u r o , algo m o r e n o , c o r t o , r e g o r d e t e y difícilmente puede partirse con los dientes. E n las t a h o n a s no es fácil molerle por su d u r e z a , y solamente puede r e d u cirse á harina en los molinos de a g u a , y aun en estos es necesario que se humedezca lo bastante para a b l a n d a r el grano. P o r esta causa .no lo aprecian los tahoneros; y como su pan sale moreno,, tampoco le quieren los p a n a d e r o s , por lo q u a l nunca se d e d i c a r á n muchos á su cultivo. D u h a m e l dice que el trigo racimal e s , á corta diferencia, d e l tamaño del trigo treinesino , y que pesa un dozavo mas q u e el trigo común. Nuestro Boutelou 'asegura que pesa sobre novent a y seis libras c a d a fanega del mismo trigo. Centeno. I g u a l m e n t e que del t r i g o , se conocen dos v a r i e d a d e s de c e n teno , una de otoño y otra de primavera ó tremesino ; pero a m bos se siembran en los mismos tiempos que los trigos de i g u a l e s estaciones respectivamente, y sin mas diferencia que l a de sembrarse un poco mas tarde. Esta cereal acude bien en las tierras l i g e r a s y en las que no pueden l l e v a r trigo : se siembra casi siempre sobre rastrojo, y por lo r e g u l a r no se suele l l e g a r á él basta la cosecha. E l centeno se siembra muchas veces para gastarlo en v e r d e , y sembrándolo temprano es muy socorrido para alimentar á los b u e y e s de la labranza desde mediados ó acaso desde primeros d e marzo. T a m b i é n se siembra el centeno mezclado con t r i g o , en c u y o caso se llama tranquillón ó mixtura ; -quando la tierra es mas propia para trigo q u e para c e n t e n o , s e ' l e echa mas trigo q u e centeno, y ai es muy ligera y propia para este último g r a n o , se pone menos del primero en la mezcla. ; la'espelta t carrañón ó esprilla n o c o c u m Linti). (triticum mo- L a planta l l e v a en c a d a hollejo ó zurroncíto un solo g r a n o , á diferencia de la espelta d o b l e , ó escanda de A s t u r i a s que e n cierra d o s , a l a q u a l denominó L i n n e o triticum suelta, aplicándose promiscuamente dichos nombres á estas dos distintas espe- d e s en nuestras p r o v i n c i a s , de suerte que causan c o n f u s i ó n ; y aun en M a d r i d se vende en las tiendas de géneros e x t r a o g e r o s , á precios muy subidos, la espelta doble ó escanda de A s t u r i a s con el nombré de farro de I t a l i a , o l v i d a n d o ó desentendiéndose d é q u e se cultiva en España. * L a espelta ó carraón se c u l t i v a mucho en los partidos de A I barracin y C a l a t a y u d , y p r e v a l e c e en los terrenos de mas ínfima c a l i d a d , tanto que se pueden destinar á su cultivo aquellas tierras que ni aun el centeno pueden producir. Este g r a n o p a r ticipa de las calidades de la escanda , y puede servir para preparar un farro de mediana c a l i d a d y para cocer pan. Por lo común los labradores de las provincias de España , en donde se cultiva , la aplican para pienso de los ganados y c a b a l l e r í a s - d é labor. E l grano es áspero si no se monda ó d e s c a s c a r a , q u i t á n dole la gluma ó.camisa que le cubre. L a espelta es preciso sembrarla mas temprano y mas clara q u e el t r i g o , y aunque se c u l t i v a en todo como é s t e , m a d u r a siempre después que él. De la cebada ( h o r d e u m Linn. ) L o s Botánicos hablan de muchas v a r i e d a d e s de c e b a d a ; p e ro aquí solo trataremos de las que se c u l t i v a n comunmente y de las que el labrador puede sacar mayor p a r t i d o , á saber : l a c e b a d a c o m ú n " ( i ) , desnuda (2) ladilla ó de dos órdenes ( 3 ) , dé' seis órdenes ó ramosa ( 4 ) , y la l l a m a d a n e g r a ( 5 ) , que sen las que mas pueden convenir al labrador ó cultivador. T o d a s - e l l a s son apreciables y rinden bastante fruto en todos los t e m p e r a n t e s t o s ; sin embargo se advierte que la c e b a d a ladilla prospera tné jor que las demás en los sitios trios , parages e l e v a d o s , y terrenos endebles : las otras todas quieren las tierras fuertes y bien abonadas con las labores y beneficios. E n general es preciso sembrarlas á principios de o t o ñ o , algo mas tarde en las provincias y tierras cálidas que en las f r í a s ; pero siempre después del trigo. : 1 L a c e b a d a ramosa debe propagarse con particular esmero^ por su mucho producir y por lo segura que se presenta su cose- , (1) (1) (3) (4) (5) Hordeum vulgare. Hordeum celeste. Hordeum disticum. Hordeum hexastictím. Nigrum. TOMO II. ' " : e¡. cha aun en años m a l o s , comparada con las.demás v a r i e d a d e s . L a desnuda es muy sobresaliente para el panadeo y para comerla en sopa , en potages y demás , como se come el arroz. La, cebada negra es tan productiva ó más que la ramosa ; la raspa , las glumas y la cascarilla son n e g r a s , pero el g r a n o t i e ne ia'hariua.sumainente blanca y hermosa; toda la planta es muy robusta y presenta en su. vegetación y porte un poder sobresal i e n t e , que indica lo muy productiva que es : en fin, la misma planta nMuiriesta que es útil p a r a poblar los terrenos fuertes, bax o s , y algo húmedos, aunque también se cria en todos los demás q u e convienen, á las otras especies de su género. L a disposición de las dores de las cebadas hace q u e las lluvias de p r i m a v e r a no p u e d a n estorbar su^granazon, y así se observa que solo les perj u d i c a la sequía y los aires solanos ó de l e v a n t e , que suelen sobrevenir al tiempo de sazonarse el fruto ; los quales arrebatan, las tnieses sin sazón. 1 De la avena. L a a v e n a prospera en todos los terrenos y climas : sirve de f o r r a g e , y también se presta su harina para hacer pan , q u e prefieren algunos al de centeno. S e . puede sembrar desde n o viembre hasta febrero, y según las variedades.respectivas n e c e sitan mas ó m e n o s , c u l t i v o ; pori lo regular las tempranas se siembran en barbechos de dos vueltas , y las tardías se suelen pasar con una. sola vuelta y la de cubrir : la sementera debe hacerse mas espesa que la de la cebada en las siembras t a r d í a s , y en las tempranas del mismo modo que en las cebadas. ...Por lo g e n e r a l no se encuentran entre nuestros labradores mas que dos v a r i e d a d e s de a v e n a , que son la a v e n a común, avena sativa Linn. ; y la a v e n a desnuda , avena nuda , id. D e l a primera han provenido a l g u n a s subvariedades que se diferencian solo en el color mas ó menos negro del g r a n o , pero la a v e n a desnuda se mantiene constantemente con el mismo carácter, lo que. al p a r e c e r la constituye una especie distinta.,La a v e n a de Polonia es una v a r i e d a d p r e c i o s a , pero no está todavía b a s t a n te extendida entre nosotros: la diferencia entre esta a v e n a y l a común consiste , en que el grano de la de Polonia es mucho mas blanco que el de la a v e n a común , su caña por lo r e g u l a r mas gruesa y l a r g a ; y en i g u a l d a d de circunstancias es t a m bién mas encepada ó ahijada la planta.: 5 De las algarrobas 1 (vida sativa L i n n . ) Las algarrobas y yeros se siembran q u a n d o el trigo en terrenos ligeros , y sobre rastrojos o sobre barbechos de una v u e l ta : se pueden a l t e r n a r con ios trigos y demás semillas ; y su cosecha es de g r a n d e importancia al labrador , por quanto este fruto se vende siempre á buen p r e c i o , no trae gastos , aprovecha las tierras el año de descanso, y sirve para el mantenimiento de los b u e y e s , aves y g a n a d o de c e r d a , á quien se les dá en harina. L a lenteja, hervum lens Linn., y los y e r o s , hervum tetraspertnum se siembran l u e g o que cesan las rigorosas h e l a d a s ; y l a sementera se debe hacer á chorrillo ó por s u r c o : aman los climas medianamente t e m p l a d o s , y. los terrenos de buena exposición aunque sean l i g e r o s : su cultivo es en todo como el de la a l g a r r o b a ; pero deben sembrarse mas claras y limpiarlas ó escardarlas q u a n d o lo necesiten. t De los garbanzos (cicer arietinum L i n n . ) . . . L o s garbanzos se siembran generalmente en los rastrojos de trigo y de c e b a d a : estos rastrojos se alzan á principios de ener o , se v i n a n á últimos de d i c h o , se tercian á mediados de febrer o , y se siembran desde d i e z hasta lin de marzo. P a r a sembrarlos se hace un Surco g r u e s o , y en el fondo se echan los garbanzos á l a distancia como de medio píe de uno á otro g a r b a n z o ; después se cubre con Un surco delgado q u e se llama h e m b r i l l a , procurando q u e no c a i g a encima mas tierra q u e como unos quatro dedos de cubierta. Los garbanzos aman las tierras ligeras ; pero bien labradas: l o s q u e . $ e . crian eji/tierras.fuertes son d e , m u y mala.cochura y no aprovechan si no para los cerdos. ¡Los parages ventilados y no excesivamente fríos son los mas.propios para l a vegetación, de esta l e g u m b r e , c u y a utilidad es considerable en A g r i c u l t u r a . E n t r e los labradores se acostumbra sembrar los garbanzos mas i n f e r i o r e s , en el concepto de q u e para l a Sementera es i n diferente sean gordos ó c h i c o s , tiernos ó d u r o s ; mas esta práctica es un abuso introducido por l a i g n o r a n c i a , y sostenido por un interés m a l entendido. L a elección de las buenas semillas es : t G 2 ja sumamente necesaria para tener buenas cosechas: sin este requisito no esperemos q u e los frutos de la tierra premien debidamente nuestros sudores. A s í pues es^necesario sembrar buenos g a r b a n zos para cogerlos igualmente buenos á l a cosecha. T a m b i é n conviene renovar la semilla de q u a u d o en q u a n d o , trayéndola d e p a r a g e s y climas diferentes y de los p u e b l o s - ó terrenos "mas acreditados por su cultivo. D e esta manera se conservarán en e l g r a d o de fecundidad y c a l i d a d s o b r e s a l i e n t e , q u e los hace tan apreciables y útiles para el consumo., yi De las habas (vitia faba L i n n . ) L a s habas se siembran desde mediados de noviembre hasta mediados de f e b r e r o , según el temperamento y clima : el método de sementera es el mismo q u e acaba de explicarse p á r a l o s g a r b a n z o s , con la diferencia de que estas se deben sembrar a l go- mas claras y á .golpes ó posturas de tres granos c a d a uno. N o hablamos a q u í de esta planta como fruto de h u e r t a , sino como u n a leguminosa q u e debe cultivarse en grande. A m a la tierra m u y l a b r a d a y a b o n a d a , y puede sembrarse sobre rastrojos y alternar con las demás cosechas de las g r a m í n e a s . T o d a s las plantas leguminosas están en este c a s o , y a d e más son útiles para abonar con ellas las tierras y proveer de alirneíitos; y forrages. útiles p a r a los g a n a d o s . De los guisantes (pisum sativum Linn.)' L o s guisantes considerados como cosecha iinportawte en l a s manos del l a b r a d o r , y a los aproveché en fruto ó legumbre tiern a ó verde , como sucede en los alrededores de esta c a p i t a l , Q y a los conserve y recoja secos para pasto ó alimento de. los g a n a d o s , son- siempre útiles en A g r i c u l t u r a /-y sü - c u l t i v o , •si'em^ b r a y manejo es én un todo como é l ' d é fes 'h'ábá-s y -los- garfean-'' z o s , aunque para sembrarlos t a n t a r d e c o m ó e s t o s ú l t i m o s e s ' p r e ciso q u e s e a en climas' hemedos y no demasiadamente fríos. i ; 53 De las almonas (latirus sativus Linn;) ; ••• A p e t e c e n las almortas las-tierras s u e l t a s , altas-, ventiladas y l i g e r a s ; y en las de lastra ó cantorral medran y adelantan con.el calor de la t i e r r a , se crian mas' achaparradas ; pero es mas seg u r o el cuajamiento de su flor, -y están menos expuestas á a n i e blarse las legumbres ó correrse l a flor.^En los- terrenos -pingües y fuertes crecen comunmente las -plantas á mayor .altura queden los l i g e r o s , y rinden mas crecida.-porción de:.forrage ; pero sé abochornan las flores, y dan generalmente poca simiente. L a s tierras limpias de horrura y malas yerbas deben únicamente destinarse para este cultivo. L a siembra de las almortas se verifica en seguida de la c e b a d a , ó lo que es lo mismo desde primeros de n o v i e m b r e , y en diciembre ó en febrero según el clima es mas ó menos frió:- en todo caso se executaisóbre buenos barbechos y á chorrillero, gastando en c a d a seiscientos estadales de tierra una fanega de semilla : el echar mas simiente produciría p l a n t a s a h i l a d a s . d e mucho follage y poco fruto. Del mijo ( p a n i c u m m i l ü a c e u m L i n n . ) -•- E l cultivo del mijo está bastante descuidado en el día y p o cos son los labradores que lo siembran ; 'áfincfue ciértámerit'é rio debiera olvidarse no solo porque con esté grano, pueden r e p a rarse en algún modo-los daños terribles dé las térhpestadésy Sur¿íiéndonos dé un buen p a n e n casos-apurados., sino porque siérrE pre produce esta planta u n ' e x c e l e n t e ' a l i m e n t o páranla; .cria deaves y animales domésticos. ' ••'' i • ' / L a siembra debe hacerse muy c l a r a , y siempre por abril ó m a y o , según el c l i m a : y aun hay p a r a g e s eiv donde'se podría'sembrar después de cogido él t r i g o n a l e s son aquellos en que abundan los rocíos, ó no escasean-mucho las, l luvia^ ért .verk'tio: aman u n a tierra ligera y abonada,? aunque- también se'crian en las fuert e s , no siendo excesivamente compactas': la< cantidad' de simiente mas proporcionada para c a d a quatrocientos e s t a d a l e s , p u e d e ser un celemín en razón de lo mucho que ahija' y amacolla. T o das l i s especies y v a r i e d a d e s de m i j o s , se p u e d e n dirigir b a x o él mismo sistema. ' ' ' ' . E l panizo de D a i m i e l , liolcas spicátus Linn.,' llamado por C a 1 ; ; ; : 1 ! : ; ; í i 54 vanilles cencro espigado , cenchrus spicatas , es- una de las mas preciosas g r a m í n e a s , q u e se halla aún menos propagada de lo q u e debiera, s e g u á l a s " utilidades que...reporta,ó puede roportar á la A g r i c u l t u r a . E l digno Profesor de Botánica Don M a r i a n o L a g a s c a tiene demostrado hasta la evidencia el singular a p r e ^ ció q u e . m e r e c e el panizo entre das- plantas q u e - p o s e e nuestra A g r i c u l t u r a : y a u n q u e : e s verdad que se c u l t i v a en la M a n c h a , , en J a é n , G r a n a d a , M u r c i a y V a l e n c i a ' ; es sin embargo en- corta cantidad: en la mayor parte de estos d i s t r i t o s , pues solo en Daimie.l y en L o r c a se rec.ojen :grandes cosechas : se c u l t i v a en: terrenos, d e . r e g a d í o - y se. siembra desde mediados.de.mayo h a s t a todo j u n i o , - s e g u h el c l i m a ; . p e r o siempre muy claro y á chorrillero, : Del maíz (zea mais L i n n . ) El: maíz, se c u l t i v a de secano en las provincias septentrionales de España ; pero en las meridionales , y en esta en q u e nos h a l l a m o s , no puede, c r i a r s e ' s i n riego ; por esto se c u l t i v a solo en Jas h u e r t a s , y su cosecha es.por consecuencia .corta. , Esta planta c u l t i v a d a en grande es una de las mas p r o d u c t i v a s , y dexa mucha g a n a n c i a al labrador ; pero para esto se necesita qLíedlu'eVa.alg.^ftás, veces .dudante'';el tigmpoíde su v e g e tación , ó én su l u g a r que c a i g a n abundantes y frecuentes rocíos. L a tierra que le c o n v i e n e , e s l a de mediana c a l i d a d , suelta y ..muy abgnada con estiércol y buenas labores .: se siembra guando, el panizo de que acaba de hablarse, y por el método q u e se dixq tratando de l a .sementera.de,los g a r b a n z o s ; mas la dis-, t a n c i a 4 , q .^Nú.Tlü^dar u n a de otra postura ó p l a n t a , es d e pie,,y' medio, á, dos pjgs.rPpr lo común, suele bastar un celemín d e g r a n p para.sembrar, Aiiia, fanega fie, tierra.' Su cultivo después de n a c i d a la p l a n t a , consiste en darla repetidas labores ; las dos primeras superficiales y ligeras en. quanto se; r e m u e v a la, s u perficie. > y las siguientes p r o f u n d a s , y con el c u i d a d o de a r r i marles la. tierra fresca, al. pie de la planta. ? ! u e ... El. trigo,', negro p. sarraceno .que llaman, alforfón polygonum 'fagotywm. E l polígono de T a r t a r i a , polygonum tartarkum , y el polígono .convólvulo , polygonum convoh.uías Linn. , son p l a n t a s q u e también sé cultivan con aprovechamiento para pasto de los a n i m a l e s , para abono de las tierras , y. a u n . p a r a el sustento de los hombres én años escasos, porque Su harina es muy apropósito para la nutrición, y los Italianos la emplean en toda suerte de pastas. Todas,tres apetecen los terrenos l i g e r o s , y no empobre- cen ó esquilman mucho la tierra : el alforfón ó trigo negro se resiente del f r i ó , y. así ésta como las otras dos especies se d e ben sembrar en fines de primavera. El panicum italicum Linn., se c u l t i v a de secano con. el. nombre de mijo en v a r i a s partes de los R e y n o s de G r a n a d a y V a l e n c i a , L q mismo se hace con dos v a r i e d a d e s de s a i n a , (/ioku$ sorghwn Linn.) en toda la.costa del B-cyiio de Sevilla, y en mucnas partes del de V a l e n c i a . LECCIÓN IV, DEL CULTIYQ P E L O S (GUANOS Y EN TIERRAS DE LEGUMBRES SECANO. D espues de sembrado el t r i g o , la cebada y demás granos y. l e g u m b r e s , que EL labrador esparrama e,n sus c a m p o s , q u e d a n í expuestos á mil vicisitudes y á s e r . A C O M E D D P S ' . de una porción., de males que se oponen á sus progresos, y muchas veces los dest r u y e n , si el cultivador por su parte uo los asiste con los c u i d a dos mas e x q u i s i t o s , y con los socorros del arte. L a j c l e c c i o n de t e r r e n o , las buenas l a b o r e s , , l o s abonos y d e m á s , preparaciones de la tierra áutes de s e m b r a r l a , son de, la mayor importancia p a r a lograr buenas cosechas.; pero no constituyen ellas solas to-, da la g r a n d e obra del c u l t i v o , áutes bien es necesario a u x i l i a c , la vegetación de las plantas con l a s operaciones secundarias,por medio-de las quales se consigue que v i v a n s a n a s , que prosperen y que fructifiquen a b u n d a n t e m e n t e : á esto conducen los riegoSi, l a s escardas , labores, y demás, o p e r a c i o n e s , q u e en d i s tintas épocas se aplican á la t i e r r a , y a para quebrantar su cor-, teza ya para ahuecar el terreno, y recalzar las,, plantas,; y . y a finalmente para- destruir las malas y e r v a s que siempre a b u n d a n e t i l o s sitios mal cultivados. Hablaremos de, cada una, dé-estas o p e r a c i o n e s , según el orden con q u e . d e b e n hacerse. La primera que se debe executar en el cultivo de los granos . después de sembrados y al;tiempo q u e empiezan á . n a c e r ó p p - , co d e s p u é s , consiste en pasar la.rastra por encima para deshacer los. terrones que hayan q u e d a d o de la s e m e n t e r a , , y quebrantar la corteza ó costra qué se forma en la superficie , mayormente si ha llovido mucho después de. sembrado el grano. Esta opera- ' cion se debe hacer quaudo* apunta la-nascencia de la p l a n t a , , pues con ella se allana el terreno, derribando la tierra del } 0 lomo al fondo del surco';.-sé.cubren .y amparan las raices por los lados , y se a u x i l i a la v e g e t a c i ó n . , presentando una nueva- s u perficie á la acción de la atmósfera. P a r a exceutar esta útilísima labor.,, es preciso esperar á.qtte la tierraitenga buen t e m p e r o : es d e c i r , que no esté .demasiado, húmeda , porque en.tal caso seria toas p e r j u d i c i a l , q u e ' b e n é a c a ; ,de; donde se infiere que al pasó que aprovecha; í , todos dos terrenos:«ecos y- á', losi<húmedos ó e x puestos á inundaciones , es muy p e r j u d i c i a l ; y por lo mismo en estos no debe p r a c t i c a r s e , antes bien ei l a b i a d o r procurará que los lomos de los surcos sean'altos ó ' e m p i n a d o s , á fin de que q u e den en seco las raices dé las plantas , dándoles al mismo tiempo u n a dirección vertical para que las aguas corran y no se e s t a n q u e n ' e n el terreno. El^fc/iíífíír'a'añariar l a ' t i e r r a , p ó r medio d e la r a s t r a , ' e s u n a operación tan importante , qtíe jamás debe omitirse sino en el caso que acabamos de exceptuar ; pues además de las ventajas i n d i c a d a s que proporciona á la planta n a c i e n t e , quedan; por tilUi h;.-*- sembrados ádübie-rto de -los-vientos,nieves y h e l a d a s ; de los éxtremá'doS'pá'Sbs 'del'frió al calor , y de la humedad á l a ' s e - ' c-tiraVque suelen Ocurrir en el otoño y en los principios- y medió ddWnvitüHSe.'' • Pasado lo rigoroso de esta estación , y por todo el mes de f e brero "ó"principios de marzo , quando la tierra está suave y bien dispuesta ,, se l e d á la l a b o r que llamamos' rejaca ó arrejaca, l a q u a l consiste efr dar á los panes una vuelta de a r a d o , l l e v a n d o este iiistr¡ímento• por ios entresurcos que presenta el sembrado, de modo q'u'e yendo el arado por las éntrenlas ó espacios vacíos, v a y a b a t i é n d o l a t i e r r a , y echándola con las orejeras sobre los granos mismos : de este m o d o , y caminando por uno y otro l a d o viene á formarse un lomo ó caballón sobre los panes , el q u a l a b r i g a n d o ó cobijando las p l a n t a s , las' defiende de las variacio-nes d e ios temporales , ahueca y . r e m u é v e l a t i e r r a , favorece el brote de los hijos ó renuevos de la c e p a , destruye las- y e r v a s nocivas , y facilitaTa extensión 'de', las' raices ,' y ' p o r consecuencia el mayor n u t r i m e n t o ' del. v e g e t a l . - E s t a importantísima labor se hace también en las tierras que no han sido achatadas ó"allanadas con la r a s t r a : , en cuyo caso se llama• úüdár por. surco, pues l a operación 'consiste en l l e v a r ¿ h a r a d ó poi* e l f o n d o del s u r c o , abriéndole y' p r o f u n d i z á n d o l e i h á s , Vertiendo' á l i h i s m o tiempo la', tierra áci'a los- costados 'y sobre-los p a n e s , pór'•'medio' 'de u n a orejérá'lárgá. ' ' ' '';' , ' '' " '' ~ '' " " • A las cebadas se les suelen dar las mismas labores ; pero a l gunos 'aeostutnbrím' también jarretarlas , esto és , darlas una l a bor al-través de los surcos según está e l ' S e m b r a d o , y esta ope-¡ 1 ! ; : : ; 1 1 : 1 ! r : : ración: l a h a c e n comunmente en l u g a r del achatado , y en el ...mismo tiempo que se ha dicho j pero yo opino q u e , . estando b'ien echa la siembra es preferible la labor de la rastra allanando e l terreno , á la de j a r r e t a r con el arado en labor c r u z a d a los s-urcos d a d o s , para cubrir la semilla ; sin e m b a r g o , si la siemb r a está muy e s p e s a , puede ser muy útil esta l a b o r , por q u a n to aclara las plantas y facilita su v e g e t a c i ó n por este medio. Desde mediados hasta últimos de febrero se a n d a por surco , y se arropan ó l a b r a n como q u e d a dicho. E l centeno , la avena y la algarroba son semillas q u e por lo regular se siembran sobre rastrojos del año anterior , y por lo mismo no se arrastran ni se rejacan ; pero si se advierte q u e echan mucha y e r v a , se andará por surco á principios de marzo. Los g a r b a n z o s , las habas , g u i s a n t e s y almortas se a r r a s tran ó allanan luego que principian á nacer ; en abril se asurcan con él a r a d o , partiendo ó cacháñela el lomo del surco por m e dio de alto a b a x o : al arado se le pone orejera l a r g a p a r a esta labor y con ella cobija la p l a n t a , recalzándola con la tierra, q u e mueve y arranca la y e r v a al mismo tiempo : esto no obstante es mucho mas útil y provechosa á estos frutos la caba á pala de a z a d ó n , con ella se l i m p i a n , se recalzan y se mullen las plantas , y no q u e d a n lobas ó espacios por remover como por necesidad d e x a el a r a d o ; al maíz , panizo y demás plantas de esta especie se les trata lo mismo,, y siempre que h a y a proporción debe preferirse la a z a d a al arado p a r a estas labores entre las plantas. L a s escarias son el objeto de la tercera l a b o r , según el orden que nos hemos propuesto en este sistema de cultivo : todos saben que se dirigen precisamente á destruir las yervas e x t r a ñas ó nocivas , que d e x ó el a r a d o , y que para ello se usa de u n a s pequeñas azadillas ó e s c a r d i l l o s , como llaman en a l g u n a s p a r t e s , c o n las quales v a n a r r a n c a n d o quantas encuentran entre ios panes ó sembrados; E n las tierras en que se descuida el c u l t i v o , y en l a s q u e no se escarda con esmero, abundan siempre las malas y e r v a s , que apropiándose la mayor y mejor parte de los x u g o s , l a s esquilman ó estenuan , sofocan las plantas útiles con su e s p e s u r a , é infestan el terreno p a r a muchos años con la muchas semillas que producen : por esto el labrador debe ser muy diligente y cuidadoso en a n i q u i l a r todas aquellas plantas nocivas que nacen en sus s e m b r a d o s , y no perdonar medio para mantener sus tierras limpias de todo quanto p u e d a perjudicar á los frutos q u e c u l t i v a . L a s y e r v a s pues mas perjudiciales á los sembrados son: i . ° el a x e n u z v u l g a r ó nigella arvensis de Linneo, c u y a semilla 7 TOMO II, II 58 n e g r a y casi del tamaño del t r i g o , dificultosamente se s e p a r a del buen grano. 2 . E l neguillou (1) q u e cria m u c h o : su semilla es n e g r a y no puede separarse del trigo con harnero. 3 . L a c o la de zorro en el N o r t e de España (2) , c u y a semilla se p a r e ce algo á la del trigo , y comunica u n sabor a m a r g o al pan. 4 . L a s amapolas ó adormideras silvestres (3) c u y a semilla es muy menuda y se multiplica á veces con tanta a b u n d a n c i a , que ahoga al trigo. 5 E l alverjón (4) y otras leguminosas de v a r i a s e s p e c i e s , que se apoderan de las mieses q u a n d o se echan ó r e v u e l c a n sin d e x a r í a s enderezar , y por lo q u a l se p u dren. 6.° L a g r a m a , planta bien conocida , y conocidos t a m bién sus efectos en las tierras de que por desgracia se apodera. 7 . L a u ñ a de c a b a l l o ó tusílago (5) que se multiplica no t a n solo por medio de sus s e m i l l a s , sino también por sus raices, q u e corren m u c h o , y por los trozos de e s t a s , que divide ó cort a el arado. 8.° L a coronilla de rey ó trébol oloroso ( ó ) , y en A n d a l u c í a l a psoralea americana , que además del d a ñ o que c a u san al s e m b r a d o , hay quien asegura que comunican ai p a n cierto tufo. 9 . L o s cardos c u y a multitud de especies es á q u a l mas perjudicial. 10. Los yezgos. (7) 1 1 . E l aciano ó escobilla a z u l ( 8 ) ; y otras muchísimas plantas que desubstancian infinito las tierras. P a r a q u e no se m u l t i p l i q u e n , es indispensable destruirlas antes q u e granen y sazonen la simiente : ni debe esperarse q u e se pierdan por sí mismas , dexando sin cultivo el t e r r e n o , pues se mantienen muchos años en la tierra sin alteración sus semillas ; y además todos los años se reproducen unas ú otras e s pontáneamente. Por esta razón debe ponerse .gran c u i d a d o en ahar los b a r bechos temprano así q u e nace la y e r b a , ó sea q u a n d o empiezan á v e r d e g u e a r las t i e r r a s ; pues dándolas en esta ocasión una r e j a , se destruyen las yerbas nacidas y se colocan en la superficie de la tierra otras -semillas, que á su v e z nacen y se las d e s t r u y e con otra reja ó v u e l t a de arado. Esto no obstante , en l a s tierras mal labradas y extraordinariamente llenas de p e r n i c i o 0 0 Q 0 0 0 (1) (5) (3) (4) (5) (<5) (7) (8, yígrostemma githago. Melampirum críbense. Papaver rhoeas. Ervurn. Tussilago fárfara. Trifolium melilotus Sambucus ebulus. Centaurea cyanus. oficinalis, $9 sas s e m i l l a s , nos vemos precisados á repetir tercera , quarta y aun q u i n t a labor para destruirlas. E s t a doctrina concierne principalmente á la destrucción de las plantas a n u a l e s , pues por lo tocante á las perennes se deben dar las rejas para matarlas en los grandes calores del estío, q u a n d o la tierra está m u y seca ó poco antes de los grandes y e los del invierno. E n tiempo h ú m e d o , lejos de destruirlas se m u l tiplican mas y mas con las labores. L a avena loca (avena fatua L.) es una de las plantas que mas perjudican y suelen abundar en los sembrados. Se cree que de las tres semillas, q u e c o n t i e n e , nace la una el primer año , la otra el segundo, y la última el tercero. P a r a destruirla se deben l a brar las tierras, en que se observe, á principios de invierno para que nazca en la primavera del año de barbecho , y se arranque con las labores sucesivas ; ó bien sembrar las tierras de forrage á fin de q u e , segándola antes de espigar, no grane su semilla. Si se a g u a r d a á alzar el rastrojo en la primavera , no nace y a aquel año por falta de labor oportuna , y nace l u e g o al s e g u n do año entre el trigo ó la c e b a d a q u e se siembra. E n las tierras q u e abundan de yerbas antes q u e lleguen á florecer, anuales , se labran y por este medio se convierte en a b o n o ; también es útilísimo sembrar en ellas g u i s a n t e s , garbanzos ó almortas , cuyas tiempo en la t i e r r a , semillas además habas, de estar d e x a n espacios para labrarlas fácil y poco fre- cuentemente , como se ha dicho. L o mismo Sucederá con la p a t a t a , el m a i z , mijos y panizos siempre q u e puedan cultivarse, pues con las escardas y l a b o r e s , q u e necesariamente se les ha de d a r , se destruyen las yerbas q u e el terreno produce. D u h a m e l asegura que la p a l o m i n a , esparramada con a b u n dancia en los prados, mata la a h u l a g a («/ex européus pedicular gallo-cresta (rhinanthus L.) y la crista gali L. ) ; también dice que con cenizas de turba destruyó el s e r p o l , criándose en su l u g a r las plantas útiles. Ú l t i m a m e n t e , el labrador q u e quiera coger un trigo limpio y purificado de toda semilla e x t r a ñ a , y principalmente del c e n teno , debe recorrer sus campos en mayo , y con una hoz cortar toda la espiga de q u a l q u i e r a clase q u e s e a , que sobresalga e n cima del trigo ; arrancando también al mismo tiempo q u a l q u i e ra otra mala yerba que se encuentre al paso. C o n esto i n d u d a blemente se logrará un grano limpio y siempre superior al q u e recogería ei que , olvidándose de las l a b o r e s , escardas y l i m p i e za , lo abandonase á los cuidados de la naturaleza , dose de los del cultivo. H 2 exonerán- 6o De la siega, trilla , limpia, recolección y de los granos y legumbres. conservación H a b i e n d o tratado y a del cultivo de las plantas cereales y l e g u m i n o s a s , sigúese inmediatamente á cerca granos el explicar lo conveniente de la recolección, s i e g a , trilla y conservación de los y l e g u m b r e s , para llenar en todas sus partes el objeto de la presente lección ; cuyo interesantísimo punto e s , por d e cirlo a s í , el complemento de las faenas rurales en su r a m o , y el momento en que el cultivador toca el premio de sus sudores y fatigas. Por esto el agosto es justami't.te c e l e b r a d o , y una de las épocas mas principales de l a labranza. Determínase constantemente el tiempo de segar los panes, por el color q u e presentan las cañas de las mieses.: y así el l a brador acostumbrado á observarlo, conoce que ha l l e g a d o el m o mento q u a n d o advierte q u e los panes presentan un color p a g i z o ó b l a n c o , cuyo carácter indica la sazón del g r a n o , sin atender mucho á la x u g o s i d a d q u e aun puedan .conservar las macollas. E s t o no obstante es preciso advertir q u e , además de la indicación precedente debe tenerse mucho c u i d a d o con el estado de madu-K Z en q u e se halla la e s p i g a , y si el grano está bastantemente sazonado y endurecido., por haberle faltado el sustento que le comunica la caña q u a n d o empieza á secarse por su extremidad. E n tal estado y sin a g u a r d a r piga á q u e se sequen del todo y la e s - s a l t e , se procederá á l a siega i n m e d i a t a m e n t e ; pero con el cuidado de no cogerlo cer-oíío, porque entonces el granóse a r r u g a , se encoge y se presenta siempre d e s m e d r a d o , de poco p e s o , y por consecuencia mas ó menos d e s p r e c i a b l e , según q u e es mayor ó menor-el deterioro que ha p a d e c i d o por esta causa: c u y a alteración y mal estado se reconoce aun en la panera, fro- ga ., cámara ó silo. Es pues necesario g r a d u a r prudentemente t o das las circunstancias para no arriesgar la o p e r a c i ó n , y perder ó disminuir el fruto d e los sudores vertidos en todo el año y a por exceso si y a por defecto de -sazón y madurez. E s claro q u e por no dexar sazonar los p a n e s lo necesario recogemos u n g r a n o mermado y defectuoso, también lo es q u e si se dexa p a - sar el momento de la buena sazón h a y u n a pérdida -conside- rable de f r u t o , así por la mucha espiga q u e se d e s c a b e z a , como por el mucho grano q u e salta en el acto de la . s i e g a , en el a t a do , carguío , acarreo & c . D e todo lo expuesto es fácil d e d u c i r , q u e así como no todas 61 las castas de t r i g o s , cebadas & c . m a d u r a n á un t i e m p o , pues sabemos q u e los candeales y tremeeinos llegan á sazonarse primero que los blanquillos vellosos, y azulejos, recios y fanfarrones y estos antes q u e los trecheles, en i g u a l d a d de circunstancias ; a t í también h a y necesidad de principiar la siega por a q u e l l o s , q u e estando mas adelantados ó maduros , peligran en su retraso. L o mismo deberá entenderse respecto de los terrenos y exposicio- n e s , pues está observado q u e en los arenosos y ligeros se sazon a n l a s mieses mas pronto q u e en los pingües ó f é r t i l e s ; y esta razón es la q u e induce ga indispensablemente á principiar la sie- por los mas adelantados , d e x a n d o para lo último los q u e vienen mas tarde. Duharncl en este caso aconseja que solo a q u e llos trigos que h a y a n de guardarse para, sembrar después se d e x e n en la tierra hasta q u e estén perfectamente s a z o n a d o s , a u n q u e s e a , dice , con el riesgo de q u e se desgranen ; y se pierda a l g u n a porción. E n las provincias en donde l a temporada de agosto es s u m a mente corta., y las frecuentes lluvias interrumpen l a marcha de las operaciones rurales respecto se acostumbra llevar la mies á la recolección de los granos, á casa y hacinarla en almiaras ,ó montones en que acaban de sazonarse, y las trillan ó desgranan durante el i n v i e r n o , ó e n el otoño m i s m o , majándolos con mallos ó palos, según el estilo de los países respectivos; mas sin embargo la hacina é almiara la disponen ..de m o d o , q u e los granos a c a b a n de perfeccionarse en e l l a , y lejos de padecer detrimento aumenta de v o l u m e n : -sobre lo q u a l p u e d e n verse las obras d e R o z i e r , l a s de D u h a m e l y o t r a s , cuyos principios solo tendrán l u g a r entre nosotros si los consideramos con relación á la V i z - c a y a , G a l i c i a y a l g u n a parte del reyno de L e ó n ; mas en el resto de nuestra península , se goza de la estación y tiempo nece- sario pa-ra veriiiear l a s i e g a , trilla y limpia de los g r a n o s , c o mo todos sabemos ; razón por lo q u e no me d e t e n g o á tratar de este punto, pues no s e r v i d a mas que para dar la noticia de aquel sistema. A c o s t u m b r a n nuestros labradores dexar en el campo por todo el dia las g a v i l l a s . d e la mies s e g a d a , con la i d e a de q u e se seque mas y perezcan algunas .semillas de malas yerbas q u e suelen acompañar al buen g r a n o ; pero á la mañana s i guiente lo l e v a n t a n , c a r g a n y acarrean á la era , aprovechán- dose de la frescura que le mantiene correoso.; pero también se sigue sin cesar el acarreo durante todo el dia , pues n o de otro modo podría verificarse en E s p a ñ a .la recolección y trilla de las mieses en tan poco tiempo. L a siega de los granos se executa constantemente con hoces, y da g u a d a ñ a está proscripta p a r a esta o p e r a c i ó n , ó á lo menos 62 se acostumbra p o q u í s i m o , y solo en C a t a l u ñ a se usa por a l g u nos l a b r a d o r e s , al paso que para segar la yerba de los prados es muy común , y l a prefieren en todas partes en donde se r e coge y g u a r d a en la c a n t i d a d conveniente. Esto aunque p r o v i e ne en mi entender de la a n t i g u a costumbre y uso constante de los pueblos, tiene su apoyo en nuestro sistema ó modo de l a brar dexando los surcos alomados. Válgome de esta ocasión p a r a manifestar una idea que hace mucho tiempo me o c u p a , rel a t i v a á tan interesante p u n t o : y d e x a n d o por ahora pendiente la qüestíon tan a g i t a d a entre los mas célebres geopónicos m o dernos , sobre si es mas útil segar los panes con la g u a d a ñ a q u e con la h o z , paso á manifestar mi pensamiento en la siguiente reflexión, N o puede dudarse que la mayor parte de nuestras cosechas de granos fallan o se nos pierden por defecto ó falta de h u m e d a d , pues escaseando las lluvias en los meses de a b r i l , m a y o y principios de junio , desaparecen las mas f u n d a d a s esperanzas del abundante fruto que prometían los sembrados. E l sistema de l a b r a n z a , contribuye en mi modo de entender á aumentar este m a l , y en muchos años q u i z á será el que nos p r i v a de las c o l madas cosechas qUe , siguiendo el o p u e s t o , pudieran l o g r a r s e ; hablo del modo constante de formar ios surcos dexándolos a l o mados después de la sementera y durante todo el tiempo de lav e g e t a c i ó n del trigo. Este método indudablemente contribuye á q u e se evapore la humedad y á que disipándose' la tierra v e n g a n á perecer las plantas que cria. L a planta nacida se halla reg u l a r m e n t e colocada en la parte superior del lomo ó caballón, q u e forman los surcos , y laS raices solo se extienden por la masa de tierra contenida en el caballón mismo , y muy pocas v e ces alcanzan ni pueden penetrar á mayor hondura , que la q u e les señala la parte i n f e r i o r , ó sea la c a n a l del surco mismo: l u e g o estando las raices expuestas á sufrir todas las Variaciones d e l temporal porque efectivamente la sufren en aquellos cortos y someros espacios, y siendo por otra parte indispensable que el calor y el aire traspasen de uno á otro lado el grueso del surco q u e forma el l o m o , necesariamente deben perecer las plantas lueg o q u e , faltándoles la humedad de las l l u v i a s estacionales en los meses m a y o r e s , arrebata el calor el poco x u g o que les q u e d a repartido entre las moléculas superficiales de a q u e l corto r e c i n to. E n este concepto digo , que así como p a r a los terrenos p a n tanosos ó demasiadamente húmedos y para los climas en que l l u e v e con f r e c u e n c i a , es de la mayor importancia el dexar la sementera alomada ó en surcos elevados como los de que t r a t a rnos , así también en los climas secos y en los terrenos áridos, ¿3 como son la mayor parte de los de nuestras p r o v i n c i a s , convendría según mi modo de ver allanar enteramente los sembrados, deshaciendo del todo los surcos l u e g o que pasa el mes d é febrero : para lo qual era indispensable adoptar también el sistema de sembrar á chorrillo, c u y o método es tan útil como recomendado; ó bien dexar el terreno llano desde l u e g o que se verifica la siemb r a : de qualquier modo que esto se hiciese, entiendo que las cosechas se asegurarían en lo posible porque la h u m e d a d no podría evaporarse tan pronto, y retenida g o z a r í a de ella el v e g e t a l mas largo tiempo , sin que á la par mortificase tanto el calor y el aire que le arrebatan y d e s t r u y e n , traspasando de parte á p a r te el lomo del surco donde tiene y conserva todas Sus raices: entonces seria q u a n d o l a g u a d a ñ a podría manejarse con v e n t a j a s , y y a fuese á brazo ó y a por medio de a l g u n a máquina s e n cilla., como la deseaba D u h a m e i , se verificaría la siega de las mieses con mayor b r e v e d a d , mas economía de f r u t o , y menos g a s tos en su recolección. M a s entre tanto que así s u c e d e , sirva es- ta idea á lo menos para repetir algunos ensayos que nos deseng a ñ e n ; y d e s a n d o la p e q u e ñ a digresión q u e nos Jha s e p a r a d o de nuestro a s u n t o , volvamos á é l , y tratemos del modo de trillar y limpiar los granos , advirtiendo antes q u e así como las cerea- les se siegan ó cortan con qualquiera de los dos instrumentos referidos •, las leguminosas por el contrario se arrancan t o d a s , y por lo mismo no se ha hecho la m a s mínima observación acerca de este p u n t o . ; .no obstante conviene saber que igualmente el trigo , la c e b a d a , a v e n a y demás plantas , que comprehendidas en la clase de las g r a m í n e a s , deben cogerse las leguminosas en un estado conveniente , que ni estén del todo secas , ni tampoco cerollas ó t i e r n a s , pues en ambos casos sucederá con ellas lo e x plicado al principio , tratando de las cereales. De la trilla, A n t e s de empezar á explicar e l método q u e debe seguirse en la trilla y limpia de los granos y .semillas, parece c o n v e n i e n te q u e digamos a l g o sobre el sitio y formación de la era en q u e h a y a de verificarse. N u e s t r o sabio G a b r i e l Alonso de H e r r e r a , en el libro p r i m e r o , capítulo x de su A g r i c u l t u r a g e n e r a l , trata este punto con mucho acierto y , solo omitiendo lo que dice acerca de regar el suelo con alpechín, partes quanto aconseja,, p u e d e adoptarse en todas sus no porque el riego del alpechín n o c i v o , sino porque esta materia casi nunca se tiene en fuese aquel Í4> tiempo para emplearla , según prescribe , en la' formación de feseras para trillar : lo que absolutamente se necesita es elegir p a ra sentar la e r a , un p a r a g e donde corra el v i e n t o , a l t o , despe- jado-, y sobre terreno aiuminoso ó gredoso, á menos q u e no h a y a d e ser enlosada , enladrillada es lo-mejor. Este sitio debe ó empedrada , que en también tener todo caso- algún d e c l i v e , pero n o - m u c h o , y debe estar situado en un punto en donde no ba reci- a g u a s vertientes de otro alguno :• por fin elegido con- las so- bredichas condiciones , se allana la superficie y se apisona fuertemente- ; ó loque es mejor, se pasa., y repasa muchas u n rodillo de piedra , con lo que q u e d a perfectamente veces compri- mida y apisonada ; y si esta operación se execu-ta en un tiempo en que la tierra está algo h ú m e d a , quedará mucho mas a p e l m a z a d a y mejor acondicionada para el objeto, E x e C u t a s e la trilla las por distintos medios : unos usan de soló- muías Ó c a b a l l o s , los quales arreatados unos á otros n a n á la par y girando deshaciendo la cami- encima de la p a r v a la pisan y trituran e s p i g a , y en tal caso q u e d a la paja enteriza; otros echan los carros y c a r r e t a s , que caminando siempre c i r c u l a r m e n t e , desgranan y trituran la parva sobre que a n d a n ; por fin otros usan de los trillos comunes compuestos-de un- tablero d e tres á quatro pies de ancho por seis de largo-, y consta de dos tablones ensamblados de unas quatro p u l g a d a s de g r u e s o , s e m b r a d o de pedernales embutidos en é l : v a tirado de un par de caballerías que le arrastran sobre las mieses y las deshace con su frotamiento. En- todo caso es indispensable revolver amenudo la parva para q u e de este modo se logre su completa trituración, y por consecuencia la separación del g r a n o de la paja. Q u a n d o está t r i l l a d a , se alza y se aparta á un l a d o , formando un m o n tón distante del sitio de la t r i l l a , y aun de las hacinas de las demás mieses , y se principia desde l u e g o á aventar ó limpiar el g r a n o , separándolo de la paja por medio del v i e n t o ; entonces el limpiador coge la paja y g r a n o con el v i e l d o , lo arroja al aire con dirección contraria al punto de donde el aire v i e n e , y c a - y e n d o el grano quasi á plomo y cerca de los q u e lo a v i e n t a n , l a paja camina á m a y o r distancia , p u e s la l l e v a el aire , d e x a n d o separada la semilla ; aunque siempre envuelta con algunas pie- drecillas y horrura,- q u e se separa después traspalándolo; en cuy o caso se arroja el trigo con a l g u n a fuerza contra el viento mismo , el q u a l se l l e v a los cuerpos l i g e r o s , y los granos caen s e p a rados de las p i e d r a s , pajas & c . mas ó menos distantes del a v e n tador , según la altura y fuerza con q u e lo despide de la pala. Por ú l t i m o , limpio y a y habiéndole d e x a d o ventilar ó refrescar íin poco , se pone en costales y se pasa al granero en donde se ¿5 g u a r d a lo trillado cada dia para librarlo de las muchas contin- gencias á q u e está expuesto. T a i es en suma el sistema de siega , trilla y limpia , que s i g u e n nuestros labradores ; sistema ciertamente útil en todas sus partes , para nuestras provincias y ventajoso y para nuestro afortunado clima. M a s sin e m b a r g o , como la operación de se trata sea por sí misma tan interesante , y sus felices dos dependan no tanto de la economía que resulta- de gastos quanto del ahorro del t i e m p o , me ha parecido conveniente dar en este l u gar a l g u n a breve noticia de algunas máquinas de trillar i n v e n tadas por zelosísimos españoles, y probadas con el mas feliz s u c e so en algunas ciudades de nuestra p e n í n s u l a , pero advirtiendo antes que el trillo c o m ú n , ó sea el de pedernales, usado de t i e m po inmemorial en E s p a ñ a , es sumamente ú t i l , y por lo mismo debe ocupar un distinguido l u g a r entre las buenas máquinas agronómicas , á lo menos para nosotros. Sin e m b a r g o , deseando la R e a l Sociedad A r a g o n e s a obtener lina máquina mas perfecta para trillar las m i e s e s , con la q u e al mismo tiempo que se hiciese la buena trilla se ahorrasen algu- nos gastos y sobre todo el t i e m p o , que en aquella estación es tan precioso, ofreció un premio á quien le presentase a l g u n a i n vención ventajosa para t r i l l a r , y entre otras que y se ensayaron e-n el año de 1 7 7 7 mereció concurrieron- el premio la máqui- na que presentó el P a d r e D o n Sebastian de G r a c i a , Monje de la Cartuja de Aala Dei. Esta m á q u i n a ó trillo se componía de cinco cilindros c a d a uno de cinco palmos aragoneses de l a r g o , y por la parte opuesta u n a tercia de r e c i o , con proporcion a d a d i m i n u c i ó n , hasta la otra parte d e l g a d a que es de un p a l mo ó a l g o mas de g r u e s o , pero enteramente macizos y de m a d e ra d e olmo. E l cilindro de d e l a n t e , llamado el b a t i e n t e , es liso y sin herr a g e , está tres dedos mas alto que los otros q u a t r o , y solo sirve, para que estos no se embocen ni plieguen , ni amontonen ó re-, cojan la m i e s , lo que resulta con tan buen efecto, que no la p l i e g a ni se e m b o z a , a u n q u e la p a r v a sea muy r e c i a , y a u n q u e p a se la máquina sobre los fajos sin desatar. L o s q u a t r o cilindros siguientes van herrados con eslabones altos de dos d e d o s , picados de dos en d o s , y colocados con p r o porcionada oposición. L a distancia de cilindro á cilindro es de solo una p u l g a d a de hueco entre los hierros; y sobre los exes de los cilindros , que son gruesos como un cabo de hoz , descansan dos tablones de olmo de tres dedos de recio puestos de canto c o a unas mortajas de semicírculo profundo en los cilindros afianzados TOMO 11. que v a n los exes de al, canto d e l . t a b l o u 1 c o a una aldayilia 66 de hierro para que no se s a l g a n , y estos tablones forman una p o r ción de círculo ó c u r v a t u r a correspondiente á la que debe l l e v a r el trillo, y están armados y asegurados por el otro canto de arriba á la manera que se arma una escalera de carro. E n c i m a se pone una cubierta el trillador sentado , echado ó de y basta un muchacho para trillar c u i d a d o que el de iiacer andar las de tablas d e l g a d a s en que v a pie como mejor le acomoda, sin riesgo a l g u n o y sin otro muías. C o n solo este instrumento , dice un impreso que tengo á l a v i s t a , se trilló á presencia de todos con un mal par de muías (concluyendo á las quatro de la tarde) la parva de diez láscales bien molida y menuda , y en estado de que se p u d i e r a naber p l e g a d o media hora antes," L a s caballerías iban con la misma soltura que en la trilla común y con los propios aparejos , de tal manera que q u a l q u i e ra par de ínulas de trillo c o m ú n , sin mas que desenganchar e l camal ó tira trilla en que v a n las c u e r d a s , y engancharlas en este instrumento cilindrico, pueden trabajar todo el dia. c r E l coste de esta máquina asciende á quatrocientos setenta reales de vellón, y es muy permanente y segura por ser s ó l i d a ; l a paja queda muy menuda y s u a v e : á la primera vuelta deshace el b á l a g o por donde p a s a , destroza y causa el mayor desbarate á l a mies, que es la mayor dificultad en los otros trillos : remata por sí sola la parva , y obrando por revolución, frota, corta y s e p a ra la mies sin apelmazarla ni comprimirla. Sirve también para desterronar un campo en poco rato e v i tando el gasto de muchos p e o n e s , y es particular instrumento p a r a los zumaques. Si por falta de medios no puede el labrador costear la m á quina del trillo cilindrico en su t o t a l i d a d , podrá disminuirla h a s t a un cilindro solo , c u y o coste entonces será de ochenta reales o í lo mas c i e n t o ; y aplicando este á un trillo regular con dos listones de madera clavados al extremo del trillo, vendrá á trillar, s e g ú n resulta de experimentos,doce f a s c a l e s , q u e corresponden á dos yuntas regulares de trilla común ; y si se ponen pedernales en l u g a r de hierros harán el mismo e f e c t o , siendo tan proporcionado este invento para toda suerte de labradores , q u e los p u dientes acomodarán desde Un cilindro hasta s e i s ; y disminuirán los pobres desde seis hasta uno. E l inventor mejoró después este t r i l l o , poniéndole el primer cilindro batiente : el segundo y quinto herrados con eslabones p i c a d o s : el tercero y quarto con hierros de corte , y por ultimo dispuso su máquina con el objeto de q u e las c a b a l l e r í a s , u n c i d a s t f á su t r i l l o , p u d i e s e n c a m b i a r e l tiro sin m u d a r de m a n o : así c o n - . 7 que la que por la mañana l l e v a b a el centro de la p a r v a , б siguió fuese á ia tarde por la circunferencia. E n el tom. 19 pág. 2 7 3 del semanario de A g r i c u l t u r a y tes , se p u b l i c ó la descripción de un trillo de n u e v a Ar­ invención^ ensayado primeramente en G r a n a d a y después en la R e a l Grani­ g i i l a de esta Corte por el c a p a t a z de aquella l a b r a n z a F r a n c i s ­ co Santos. Este trillo, i n v e n t a d o por el­difunto D o n S a l v a d o r P a ­ bon y V a l i a s , consta (según el citado artículo) de tres piezas principales ; á saber , de dos cilindros de madera y de una barra de hierro que las atraviesa , une y sujeta. C a d a cilindro tiene tres pies de largo y diez y m e d i a p u l g a d a s de diámetro h a c í a l a parte exterior, adelgazándose progresivamente g a d a s , que tiene en hasta siete pul­ la extremidad de la parte interior. E n el cilindro delantero hay ocho rodajas de hierro d e l g a d a s , v e r t i c a l l e s , cortantes, muy aseguradas y c l a v a d a s , de tres p u l g a d a s d e ancno c a d a una , y colocadas á la distancia de quatro p u l g a d a s unas de otras. E n el otro cilindro solo h a y siete rodajas de h i e r ­ ro conformes en un todo á las del primero. C a d a uno de estos cilindros tiene en sus extremos dos hierros; el exterior de diez y siete p u l g a d a s de largo y el interior de diez y n u e v e , llan c l a v a d o s en dos barrotes de madera q u a d r a d o s y se h a ­ de qftiatro pies de largo y quatro p u l g a d a s de ancho : estos están por dos travesanos de madera del mismo grueso unidos y figura de catorce p u l g a d a s de l a r g o el de la parte interior, y de diez y s i e ­ te p u l g a d a s el otro. Sobre estos travesanos y parte del barrote posterior está colocado el asiento del trillador. L a barra de h i e r ­ ro q u e atraviesa los dos barrotes de madera por su centro y los a s e g u r a , es q u a d r a d a , de poco mas de una p u l g a d a de ancho y tres y medio pies de l a r g o ; en su e x t r e m i d a d tiene un agujero por medio del que se sujeta el j u e g o del hierro s e m i c i r c u l a r , i m ­ pidiendo q u e se p u e d a salir de uno ú otro lado. Sobre este hier­ ro , y c l a v a d a al borróte d e l a n t e r o , se pone una tabla q u e sirve p a r a sostener el pie del trillador. La barra recta se termina por u n hierro de seis p u l g a d a s de l a r g o , con un g a n c h o en su e x ­ t r e m o , al q u e se engancha el b a l a n c í n , q u e tiene tres pies y ocho p u l g a d a s de l a r g o y á él se Uncen las caballerías. Por estas simples maniobras y cortó número dé p a r t e s , dice el precitado a r t í c u l o , es visto exceder la Sencillez de este trillo ó m á q u i n a á la del a r a d o ; y si éste es el principal instrumento de la. A g r i c u l t u r a , el n u e v o trillo es el último agente. Q u e d a probado por la experiencia no haber otro instrumento mas a c o ­ modado y fácil para deshacer con prontitud las mieses en las e r a s , s e g ú n lo a c r e d i t a n los experimentos practicados en por la R e a l S o c i e d a d de G r a n a d a , y en 1 2 1800 por el 1793 referido (58 F r a n c i s c o S a n t o s : aquella certifica podrá hacer la labor de tres trillos que la expresada de los que máquina mas se usan en el d i a , lo que e x e c u t a r á mejor si á las dos muías q u e tiran de ella se añade otra ó m a s ; y este manifiesta que un par de mu- las con la máquina del n u e v o trillo sacó i g u a l número de f a n e g a s , con el trabajo de dos trillas y m e d i a , que sacan los de perdenales con quatro menos quarto, por l o q u e no es dudable el ahorro del mayor gasto de trillas y j o r n a l e s ; concluyendo con enumerar algunas otras ventajas á favor de este i n v e n t o , como p u e d e verse en el expresado l u g a r , así como la lámina que acompaña á la referida descripción. Últimamente en marzo de este año se presentó á la R e a l Soc i e d a d Económica de A m i g o s del pais de M a d r i d el modelo de u n trillo i n v e n t a d o por su Socio de mérito G u e r r a , c u y a máquina examinada por Don Juan una comisión Alvarez de indi- viduos de la clase de A g r i c u l t u r a , mereció el mayor a p r e c i o , y este cuerpo patriótico la anunció v i r t u d de orden superior: en presión y en los el dia se papeles públicos en espera con ansia la im- publicación de la memoria según está o f r e c i d o , p a r a lo q u a l solo falta la licencia del Gobierno. M a s entre tanto q u e se verifica ( i ) y logra el público de las ventajas que la S o c i e d a d j u z g ó por el examen del modelo expuesto á su censura , presentaré en este l u g a r una ligera puede darse por solo examen. La descripción de la m á q u i n a , q u a l algunas ideas que conservo después de su máquina pues según el cálculo de su autor debe trillar y limpiar en c a d a n u e v e horas de trabajo con un hombre y una sola caballería cien fanegas de grano con la paja corresp o n d i e n t e , y aun mayor c a n t i d a d de otras semillas, reduciéndose por este medio el enorme gasto actual de quatro reales por c a d a f a n e g a , al de quatro ó cinco, maravedís. Toda vueltas la máquina la mueve una caballería que va dando como si estuviese tirando de una noria. El operario v a echando la mies en un cajón sin fondo que está colocado sobre u n árbol ó cilindro horizontal armado de unos garfios cortantes, distribuidos de modo que ocupan la longitud del c a j ó n ; este mismo cajón también tiene dos órdenes de hocecillas , aseguradas en sus bordes interiores, que coinciden con los claros de los g a r fios del c i l i n d r o , que a g a r r a n la mies y consigo: entre estos tan y dividen y al revolverse los de los bordes del cajón menudamente en una artesa ó canal vertical toda la mies que la mismo va traen cor-, cayendo puesta en t é r m i n o s , q u e s i n i a l - (i) Y a se halla publicada esta memoria con su lámina, y se v e n de en la librería de Castillo frente á las gradas de San Felipe. 6 9 tarlé resistencia t e n g a bastante vibración y declive para que corra con el golpeo ó movimiento de t r e p i d a c i ó n , y v a y a poco á poco descendiendo hasta caer debaxo de una serie de mazos, q u e se l e v a n t a n y caen sucesivamente sobre la mies por d e l mismo árbol ó cilindro horizontal • de que se ha medio hablado. Estos mazos tienen su asiento d i v i d i d o en quadritos c l a v e t e a d o s ó armados de hierros, que en a l g ú n modo imitan á las h e r r a d u ras de las caballerías y deben hacer el mismo efecto majando la mies, deshaciendo la e s p i g a , separando el grano y d e s m e n u zando perfectamente la p a j a : todo lo q u a l v a -.baxando á i m p u l so de los misinos golpes y á beneficio del declive de la cana!. D e esta pasa la mies ya trillada á una criba g r a n d e que está á su extremo y un poco i n c l i n a d a , con un aspa en el centro. L a c r i b a , movida por el mismo agente que toda la m á q u i n a , cilita q u e los granos s a l g a n por los agugeros de e l l a , y la fapaja, por la extremidad inferior con la separación debida. T o d a la máquina la mueve u n a caballería e n g a n c h a d a por un balancín á la palanca de un peoa ú árbol.perpendicular : e s te lleva una rueda horizontal que e n g a r g a n t a e n l o s piñones'de o t r a , la q u a l hace girar, el árbol horizontal ó cilindro, que arranca la mies del cajón sin f o n d o , la corta y tritura , l e v a n t a n d o también los mazos por medio de puntos q u e , á manera de los d e un órgano de cilindro, los mueve alternativamente. También este mismo árbol horizontal por medio de otras ruedas que en él e n g a r g a n t a n , dá movimiento á la criba que separa el g r a n o , y á un abanico ó aspa que le avienta y le d e x a enteramente libre del tamo y polvillo que pasa por los agugeros. E l autor de esta máquina calcula el coste de lo q u e es puramente máquina en seis, mil reales de vellón. E l trillo inventado por. D o n A n d r é s H e r r a r t e , Sociedad Económica de V a l l a d o l i d animada que que la Real del zelo patriótico la caracteriza acaba de dar á conocer en este año (181Ó), para que todos los labradores se aprovechen de sus ventajas , es una de las mejores invenciones que se han presentado hasta d i a , y en su línea la única que el puede y debe adoptarse en g e - neral para las labranzas grandes y p e q u e ñ a s ; pues al paso que ii máquina es de una construcción sencilla y poco costosa, es sólida y acelera las labores.tres veces y un tercio mas q u e los trillos comunes de E s p a ñ a , proporcionando por este medio una villosa economía de ganados , con notables ventajas en marala l i m - pieza del g r a n o , c a l i d a d de la paja & c . & c . , según resulta del informe que dieron á aquel C u e r p o Patriótico los Caballeros S o cios comisionados después de haber examinado prácticamente eon toda la escrupulosidad p o s i b l e , un objeto de tanta y grave'-» 7'o dad y trascendencia. Y aunque por haber tenido yo el honor de revisar el modelo que la misma R e a l Sociedad de V a l l a d o l i d r e mitió á la censura de la de esta Corte para oir su dictamen tes de dar á la l u z pública el resultado an- de los ensayos hechos, p u d i e r a presentar a q u í l a descripción de dicho t r i l l o , me- v a l dré de las'sabias y b i e n . m e d i t a d a s , expresiones con q u e se e x plican los caballeros informantes; tributándoles con el mayor gusto el elogio que merecen sus luces y su zelo por el bien de nuestra amada patria y por ios adelantamientos de nuestra A g r i cultura , dice a s í : Cl . . . T a r a e v a c u a r el informe q u e se nos ha pedido sobre el n u e - vo, trillo presentado á la R e a l Sociedad por su autor D o n A n drés. H e r r a r t e , con el acierto correspondiente á la confianza que la hemos merecido en una m a t e r i a , cuyo desempeño e x i g e unos conocimientos n a d a comunes y superiores á nuestra corta cidad , hemos procurado por todos los medios posibles capaexami- narle con lá mayor p r o l i x i d a d , presenciando sus operaciones en la estación mas rigorosa del estío hasta poder conseguir el fin de poder verificarlo , si no t a n cumplido como quisiéramos, el bastante para poder formar una justa idea de sus v e n t a j a s , las utilidades que puede proporcionar á la A g r i c u l t u r a , y de dándole á conocer á todas las provincias del r e y n o , y aun á los paises ext r a n g e r o s , cuyo carácter industrioso no se descuidará en adoptarle. Consiste esta máquina en un bastidor de olmo del grueso de tres p u l g a d a s , c u y a l o n g i t u d consta de seis pies , y la latitud; de. quatro pies y medio. E n l a superficie de este c u a d r i l o n g o se hallan colocadas quince ruedas en tres l í n e a s , cada cinco en su exe de hierro montadas q u e descansa en los largueros. T o d a s estas r u e d a s , i g u a l m e n t e de o l m o , tienen de grueso tres p u l g a d a s , en las quales van c l a v a d a s d i a g o n a l m e n t e , y á distancia de p u l g a d a y media., unas cuchillas de hierro de u n a pulg a d a de a l t o , y e n c a d a superficie una cuchilla circular de igual altura que las abraza. L a s primeras cinco ruedas constan de dos pies de d i á m e t r o , las s e g u n d a s de diez y siete p u l g a d a s , y las terceras de catorce p u l g a d a s . T o d a s están colocadas á distancia de n u e v e pulgadas, y en cada hueco de estas distancias una cuchilla cortante clavada en el palo de t r a v i e s a , hay teniendo de largo cada una en lá primera fila doce p u l g a d a s , en la segunda once p u l g a d a s , y en lá tercera diez p u l g a d a s j y en la q u a r t a , q u e es en uno de los Cabeceros del bastidor, nueve pulg a d a s , q u e d a n d o cubierta toda la máquina con un guarda-polvo ó sombrero que la hace formar la figura de un cajón. A la longitud de este bastidor se halla pendiente el j u e g o delantero por una pieza de tres pies de largo y uno de ancho, 7* en la q u a l está unido un exe con dos ruedas de dos pies de d i á m e t r o , g u a r n e c i d a s de cuchillas como las d e l bastidor, y tocias estas ruedas y cuchillas trabajan hcrizpntalmente en sus respectivos puntos de contacto, T o d a s las ruedas del bastidor, é igualmente las del j u e g o delantero hacen el oficio de desgranar la e s p i g a , q u e b r a n t a n d o y suavizando la paja , y las cuchillas cortantes colocadas entre las ruedas y fuera de ellas cortan á la v e z todo t i bálago. Esta máquina está montada con t a n buen a r t e , q u e m o v i d a por un par de muías de poco Y i g o r , y c a r g a d a con un peso de cincuenta a r r o b a s , trabaja el g a n a d o con mas soltura y desembarazo que el q u e tendria arrastrando un trillo de los comunes, • y aun se ha observado q u e un par de pollinos la mueven sin fat i g a alguna por muchas h o r a s ; de s u e r t e , q u e cotí una sola c a - : ballería mayor puede hacerse la misma operación á certa d i f e rencia de tiempo. N o necesita de mas peso q u e la g r a v e d a d de la misma máquina y el hombre q u e gobierna el g a n a d o , pero tampoco la p e r j u d i c a , como se advirtió q u a p d o se la c a r g ó con las cincuenta; arrobas, C o m o carece del movimiento de frotac i ó n , tiene l a ventaja de no lastimar el s u e l o , ni sacar t e r r o nes que se mezclen con el g r a n o , así como la de no lastimar g r a n o a l g u n o , como se ha observado y se dirá mas adelante. Puesta esta máquina en exereicio hace los tres oficios d e desvastar la paja , cortarla y desgranar la e s p i g a , c u y a s operaciones practicadas según el método adoptado en el p a i s , y á corta diferencia en toda Ja p e n í n s u l a , son las mas penosas y costosas al l a b r a d o r , y al mismo tiempo incompletas. E x t e n d i d o el bálago , ocupa el labrador sus carros en rodar sobre é l para desvastarlo medio dia ó uno ; después entra con los trillos q u e deben cortarlos y desgranar la e s p i g a ; y como el trillo es un t a blero cuadrilongo empedrado con pedernales menudos con c u yos cortes debe h a c e r l a s dos operaciones de cortar y desgranar, necesita dé i g u a l ó mas tiempo para concluir la t r i l l a , m a y o r mente quando es de un trigo c a r r i z o , c u y a paja sé resiste al d é bil esfuerzo del pedernal. E l arrastre del trillo desmenuza tanto la paja, q u e la convierte en un puro t a m o , y por buena que sea la e r a , á no ser e m p e d r a d a , la roba una g r a n c a n t i d a d de tierra , que mezclada con $1 g r a n o , T e perjudica notablemente. ' D e ' aquí se colige á primera vista las 'ventajas q u e ofrece dicha m á quina sobre el método común conocido entre los labradores. V e a mos las demás que ofrece e n t e b r e v e d a d del tiempo', limpieza del g r a n o , aumento en c a n t i d a d y - q u a l i d a d de-la paja , e c o n o mía de brazos y g a n a d o , y costo y solidez de su "construcción. ; En los críticos dias del mes de julio se dispuso<que el inven*- , 7 2 cor Herrarte conduxese la máquina á las eras de fuera del p u e n t e , propias de Pedro M a n s o , labrador de los mas acreditados por sus conocimientos, y no menos por su p r o v i d a d y honradez, q u i e n gustosamente se habia ofrecido á contribuir con sus c r i a dos y mieses á todo quanto juzgásemos conveniente e x e c u t a r p a r a el mayor acierto en nuestras observaciones. E n efecto, con. asistencia de los referidos se hicieron varias tentativas parciales p a r a asegurarnos de la solidez y oficio de la m á q u i n a , y t o d a s correspondieron m u y . á satisfacción nuestra y de los espectadores. Se la colocó en una trilla de trigo mocho ó chamorro, c u y a s cañas ofrecían la mayor resistencia por su grosura y d u r e z a , y en menos, d e tres.horas la d e s y a s t ó , cortó y puso en estado de q u e con f a cilidad, la concluyesen los trillos.comunes, habiéndola movido el p a r . d e muías con una soltura y desahogo tan admirable , q u e no pudimos d u d a r de que un par de pollinos podrían suplir su falta. • D i s p u s i m o s , p u e s , trillar con las dos pollinos en u n a trilla i g u a l a la a n t e c e d e n t e ; y á. pesar de la elevación del bálago,, que. debia a t o l l a r l o s , y de la resistencia q u e prometía -su d u r e z a , vencieron todos estos obstáculos en poco mas de tiempo q u e . l o habían executado las m u í a s , sin que en ellos se advirtiese f a tiga ni cansancio. Recelosos de que esta máquina pudiese quebrantar el g r a n o , como ha ocurrido con otras inventadas por un medio s e m e j a n t e , y q u e por esta causa han sido desechadas por los l a b r a d o r e s , hicimos la experiencia en una trilla pequeña de almort a s , cuyo grano,.. tanto por su c o r p u l e n c i a , como por estar a l g o t i e r n o , y por l a . l i g e r e z a y corto número de sus pajas, está mas expuesto á quebrantarse a u n con los trillos c o m u n e s , motivo por q u e el propio dueño se recelaba sufrir g r a v e s perjuicios; ¿ p e ro quál sería la satisfacción de éste y de todos nosotros al v e r q u e en una sola-hora q u e d ó c o n c l u i d a sin q u e un solo g r a n o , padeciese el mas leve quebranto? C o n esta última t e n t a t i v a , y a l observar la mejora de las pajas, y q u e el suelo de la era no h a b i a sido movido por punto a l g u n o , no vacilamos un momento en considerar esta máquina como uno de los hallazgos mas v e n tajosos á la industria humana. Solo nos restaba averiguar, el tiempo, q u e ocupaba en c o n cluir u n a trilla comparativamente con el q u e necesitan los l a bradores usando de sus comunes; .aperos. Y a teníamos observado que e x c e d í a en mas de u n . d u p l o , y e n este supuesto se d i s p u sieron dos trillas de trigo de un mismo b á l a g o , y de á seis c a r ros,cada una. Se. colocó en la,una la,máquina con un par de m u las , y en la otra dos pares de, malas con sus carros y trillos, c o menzando la,operación á-un..mismo t i e m p o , y,haciendo .sus .des- • 73 cansos con i g u a l d a d . E s t o fue á las n u e v e y medía de la m a ñ a - n a , y á las cinco de la tarde del mismo dia y a había concluido la máquina su t r i l l a , d e x a n d o sumamente atrasada á la o t r a ; con c u y o m o t i v o , y habiendo preparada otra trilla de quatró carros, entró la máquina en ella , y al. siguiente dia antes de la una de la mañana concluyó su s e g u n d a trilla al mismo t i e m p o , y aun mas pronto que finalizase la otra la primera con sus dos t r i l l o s , de suerte que un par de muías con un solo hombre trilló diez carros de bálago en el mismo tiempo q u e dos pares con dos hombres trillaron seis carros, por lo q u e resulta á beneficio de la máquina un exceso de tres y un tercio por uno comparada con los trillos c o m u n e s , ó lo q u e es lo m i s m o , que mientras un trillo común trilla un carro de b á l a g o , la máquina trilla tres carros y un tercio de otro. Examinemos ahora sus efectos La paja secundarios. procedente de la máquina quedó tan s u a v e y p r o - porcionada, q u e no se encontraba en toda ella un solo g r a n z ó n , de suerte q u e no permite el mas l e v e d e s p e r d i c i o , al paso q u e la de la otra trilla solo consistía en menudos granzones y Se pasó á beldar una y o t r a , y tercera parte mas de tamo. la de la máquina produxo u n a p a j a , como debia suceder por el mucho tamo que contenia la o t r a , y el g r a n o salió también mas limpio por no haber p a d e c i d o la frotación del arrastre de los trillos. Ya tenemos observado q u e las ventajas del tiempo en las operaciones de este t r i l l o , comparadas con las de los comunes son de tres y un tercio por u n o , de q u e resulta q u e en el d i s curso de un dia hace u n a labor e q u i v a l e n t e á la de tres huebras y un tercio de o t r a , economizando por este medio mas de dos huebras con sus dos mozos y demás aperos, objeto de los mas i n teresantes para la economía del l a b r a d o r , y no menos para l a celeridad en unas labores que le tienen en continuo sobresalto y en un riesgo inminente de perder la c o s e c h a , ó de malrotarla y entorpecer sus labores si sobreviene a l g u n a tempestad de aguas ó u r a c a n e s ; pues a u n q u e todo labrador debe t e n e r l a s huebras correspondientes á su s e n a r a , como éstas deben ocuparse en acarreo de las mieses y en las operaciones de la t r i l l a , no el pue- den destinarlas al acarreo sino las cortas horas que median d e s de que amanece hasta las ocho de la m a ñ a n a , p a r a poder acu- dir el resto del dia á las labores de las e r a s , lo q u e no s u c e d e ría adoptándose el uso de la m á q u i n a ; pues en distraerían este caso no se de la ocupación del a c a r r e o , y aumentando el n u - mero de hoces correspondiente para la s i e g a , v e n d r í a á verifi- carse que en l u g a r de los sesenta días q u e , al poco mas ó m e nos, necesita todo labrador p a r a l e v a n t a r sus eras, lo vendría á executar en solo veinte dias., economizando á este respecto c e r T0/W0 II, K "74ca de dos terceras partes de sus gastos,- y dé la exposición y sobresaltos referidos. ..... .. S i á esto se a g r e g a la s i m p l i c i d a d , ..solidez, y peco costo de la m á q u i n a , parece q u e n a d a mas se puede exigir de ella. En íjuanto á lo primero lo d e m u e s t r a : m u y bien .el pequeño análisis q u e de ella hemos formado :'en q u a n t o . á lo s e g u n d o baste decir que en todas Jas operaciones e x e c u t a d a s incesantemente con el ; por mas de tres semanas , y a ocupándola y a sirviendo al referido M a n s o , no ha compostura a l g u n a ; y en el caso de tiempo'haya necesidad:-de en nuestros ensayos y necesitado de reparo ni que con el transcurso del r e p a r a r l a , puede hacerlo qualquier carretero ú herrero,. sin q u e por esta causa se halle p r i v a d o de su u s o e l labrador en un solo dia. E n quanto á lo tercero., p a r e ce increíble el pequeño costo que tiene si la comparamos con otras de las i n v e n t a d a s en las naciones extrangeras q u e , mas de no tener las ventajas que esta uso por su c o m p l i c i d a d , puesta en y ade- ser impracticable su manos de la gente rústica, •ignorante y m e r c e n a r i a , suelen costar de diez á doce mil reales, y por esta causa solo un g r a n d e propietario puede determinarse á hacer uso de ellas. E s t a , ademas de ser. manejable sin riesgo por qualquier mano grosera, no excede su valor de ochocientos á mil reales, precio mezquino en comparación de sus ventajas. C o m o todos los inventos humanos son susceptibles de infinitas mejoras observados con el transcurso d e l t i e m p o , y en v i r t u d de la e x p e r i e n c i a , bien otros ingenios que sea por le s u c e d e n , su mismo i n v e n t o r , ó por creemos que esta m á q u i n a sea susceptible de mayor perfección, y aun adaptable con algunas modificaciones para otros usos. Ya la vemos en parte mejorada con el modelo que de ella h a formado el mismo a u t o r , aplicándola fuera del bastidor, d e tras de e l i á , otro exe unido á los extremos de él con diez a r a n delas ó ruedas de d e s b a s t e , con cuyo diámetro corresponde chapas de hierro y cortantes, á catorce p u l g a d a s , y no dudamos de que con este n u e v o auxilio se consiga acelerar mucho mas las labores. Este artífice, cuyo fecundo ingenio ha l l a m a d o la atención de la Sociedad justamente y- del Gobierno en diversas épocas con inventos ventajosísimos á las a r t e s , y que por .esta causa h a sido premiado por S. M . y y protegido por este C u e r p o co , le consideramos'acreedor á que se. le. remunere patrióti- el trabajo con una c a n t i d a d correspondiente á los gastos y dispendios q u e - le ha ocasionado- el l a u d a b l e empeño de realizar hasta presentarnos su proyecto la máquina en el estado de perfección q u e acabamos de m a n i f e s t a r , elevándolo á la suprema y-alta pene- '75 trac-ion de S. M . , y de sus sabios y zelosos M i n i s t r o s , p a í a q u e se digne concederle privilegio exclusivo p o , para la construcción y • por-determinado .-ti-ern-.- venta, de dicha máquina, en veinte l e g u a s al derredor de esta C a p i t a l ^¡encargando particularmente á todas' las Sociedades patrióticas d e l ; r e y u o soliciten del autor u n modelo de ella, para que construyéndola .en .gr.a¡ide, m a n i fiesten prácticamente sus v e n t a j a s , y h a g a n general su uso en sus respectivos países. Es quauto nos ocurre i n f o r m a r á la S o c i e d a d , á c u y a s luces y conocimientos sujetamos nuestra o p i n i ó n , para que. delibere lo que tenga por conveniente. V a l l a d o l i d á veinte y uno de n o viembre de mil ochocientos quince. ~ Castor G a r c í a .de Cas- tro. = M a n u e l A n t o n i o G ó m e z . " T a l e s y tan grandes ventajas ofreció desde l u e g o á los espectadores de V a l l a d o l i d la sencilla m á q u i n a que a c a b a de describirse , y las mismas idénticamente concurso en esta C o r t e el dia n ha observado un numeroso de julio último , en la era de D o n Francisco M u r o , situada en las inmediaciones de i a puer- ta de T o l e d o , con el que se hizo traer de aquella, c i u d a d construido por el mismo.autor : con él se trilló.completamente una p a r v a de cebada de seis á ocho carros de mies , desde.las. dos y media de la tarde hasta las siete de la misma , en c u y a hora estaba y a concluida del todo la trilla ; pero como,<el ^mayoral de la labor quisiese que la paja quedase aún mas m e n u d a , no o b s tante que estaba completamente triturada , hizo echar. el trillo un rato muy corto á la mañana siguiente y.laj d e x ó hecha p o l v o r en poco t i e m p o , con notable desagrado de algunos inteligentes que habían observado lo bien antes. A s í es que después de acondicionada que q u e d ó tan el dia ventajosos resultados son ya muchos los q u e se apresuran á encargar estos trillos y sacar modelos , para adoptarlos en sus labranzas, ( i ) La puede sencilla descripción y enumeración de l a s ventajas reportar a l a A g r i c u l t u r a . l a introducción de que qualquiera de estas máquinas , ú de otras que se presenten mejoradas, bastará para que todos y c a d a uno de los propietarios z e l o s o s , los amantes del bien p ú b l i c o , se afanen en branzas y dando el exemplo aplicarlas á sus á los que -.menos pueden y p i e n s a n , despierten en todos ei deseo de mejorar y la- nunca sus prácticas, economizar gastos y ahorrar el tiempo , q u e nada hay mas p r e cioso en las faenas del campo. Por nuestra parte cumplimos con (i) El que guste puede ver también-la descripción y-lámina de • otro trillo , publicado en el tomo primero de las -Meniorias.de la Sociedad Económica de Madrid , pág, 48 , núni. 4 . 0 K 2 V'óanunciar las utilidades y demostrar e x e m p l o s , que puedan citar y mover los ánimos : toca á otros ex- y muy principalmente al g o b i e r n o , proteger y fomentar las útiles empresas y los descu- brimientos importantes. L a s máquinas para trillar i n v e n t a d a s por Herrarte y G u e r r a , ofrecen cada u n a . por diferente estilo las mayores u t i l i d a d e s , a u n q u e en una y en otra h a y a necesidad de reformar algunas de sus partes para acomodarlas á la práctica. E n este concepto no dudamos recomendarlas y excitar á que se h a g a n ensayos , rebatiendo la crítica y el sarcasmo con que la ignorancia y la obstinada rutina con que se oponen los que n a d a quieren admitir de nuevo. ¡Ojala que nuestros beneméritos artistas, los hombres zelosos y amantes de la felicidad pública y sobre todo aquellos que dedicados al estudio de las ciencias exactas c o n s a g r a n sus fatigas al bien general del Estado , den a l g ú n de dia mejorada una completa colección nos máquinas agronómicas q u a l la n e c e s i t a m o s , tanto para a r a r , sembrar y s e g a r , c o m o para las demás operaciones y faenas rurales. E l trillo de G u e r r a , según yo comprehendo,. pudiera aplicarse con mucha utilidad á l a molienda de la' a c e y t u n a sin deshacer el hueso. Pero basta de t r i l l o s , pasemos y a á tratar de la conservación de los g r a n o s , y v e a m o s de quémedios nos podremos valer para conseguirlo. De la conservación de los granos y legumbres. , E n todos tiempos., y por todos los agricultores , se ha do como p u n t o de la mayor importancia la conservación mirade los granos y l e g u m b r e s , pues á la v e r d a d poco aprovecharían al l a brador sus penosas f a t i g a s , si después de recogido el fruto no tratase de conservarle por el mayor tiempo que le fuere posible. C o n esta i d e a , casi todos los autores geopónicos tratan deteni- damente de la construcción de los g r a n e r o s , troges y silos; y no se contentan con recomendar su mejor disposición, sino que p a san aún á describirla m i n u c i o s a m e n t e , deteniéndose en los mas mínimos pormenores. Nosotros no nos fixaremos precisamente en e s t o , pues que así en las obras a n t i g u a s como en las modernas p u e d e n verse los excelentes principios q u e gobiernan en la teria ; bastará decir que los graneros deben estar colocados sitios v e n t i l a d o s , no h ú m e d o s , ni expuestos á sufrir u n maen grado d e calor y sequedad e x c e s i v a en el v e r a n o ; que deben ser espaciosos, frescos y enxutos^.y de ningún modo estrechos ó m e z q u i nos , pues 'en tal caso ni p u e d e n traspalarse los granos , ni d á r seles la' ventilación q u e n e c e s i t a n . L a s paredes deben ser gruesa.s para que. no penetren el calor ni la h u m e d a d de las estaciones, enyesadas por dentro y con. ventanas b i e n colocadas p a r a el desahogo y ventilación de los g r a n e s , las quales se mantienen cerradas q u a n d o reynan vientos calientes acompañados de hu- m e d a d , y se abren quando los aires son trios y secos , pues con estos se han de remover y traspalar los granos. T a m b i é n será de la mayor importancia el que los graneros estén solos ó aislados, así para evitar las contingencias y azares imprevistos, como p a ra que por todas partes t e n g a n ventilación. Tal es la idea q u e puede darse sobre la construcción del buen granero de un particular : la n e c e s i d a d , la falta de dios y otras cien causas hacen variar infinito las reglas genera- les , y por lo m i s m o , d i g a me- lo que quiera el o b s e r v a d o r , q u a l se compone con lo que tiene : por esto y cada porque , como se dixo al p r i n c i p i o , p u e d e n verse las mas exactas descripciones y aun planos de graneros de diversas c o n s t r u c c i o n e s , omitiremos el extender mas nuestras ideas igualmente sobre este p u n t o , que sobre los silos ó depósitos subterráneos. Basta saber que las mas interesantes, q u e deben concurrir en un buen g r a n e r o , son. las arriba i n s i n u a d a s : para lo demás podrán consultarse el tra- tado de los granos y modo de molerlos con economía, escrito por M r . B e g u i l l e t , y traducido al castellano por D o n F e l i p e caichi ; Mares- el tomo quinto de la traducción castellana del D i c c i o - nario de A g r i c u l t u r a de R o z i e r ; los elementos de Agricultura de D u h a m e l ; nuestro Alonso de Herrera en su A g r i c u l t u r a n e r a l , y otras muchas o b r a s , que tratan extensísimamente geel p u n t o ; y así pasamos á explicar lo concerniente á la conservación de los frutos contenidos en ellos. L a primera y mas importante precaución que debe tenerse para conservar los granos y l e g u m b r e s , consiste en encerrarlos bien s e c o s , limpios y libres de toda h u m e d a d : en u n a bien acondicionados. Pero como el trigo n u e v o y las palabra, demás se- millas recien cogidas conservan por a l g ú n tiempo parte de.la h u m e d a d de la v e g e t a c i ó n , de aquí es q u e hay necesidad de p r e c a v e r los efectos de la fermentación; primero, poniéndolas en u n : montón l a r g o y de poca altura en medio de la cámara ó ro , para q u e por todas partes p u e d a e v a p o r a r s e ; y traspalándolo ó removiéndolo con la pala de un grane- segundo, lado á otro de quince en quince, dias ó de veinte en v e i n t e , en los tres p r i m e ros meses. E n los s i g u i e n t e s , durante el primer, a ñ o , podrá ser bastante una vez al m e s , y después bastará con q u e se. t r a s p a - . len de tres e n t r e s meses.;, advirtiendo q u e quanto mas á.me-, nudo se r e v u e l v a n y traspalen,, tanto mas se conservan todas .las semillas sin a l t e r a c i ó n ; pues de este modo no solo aumentan su volumen, sino q u e también se destruyen las causas de .su¡ d e t e r i o r o : por decentado se ...evita el recale.atamiento, que produce,; 7 la 8 fermentación y destrucción del g r a n o , y se arruinan entera- mente ó por la mayor parte los nidos de los devoradores insectos. A u n q u e lo dicho hasta a q u í bastaría acaso para que , deduciendo c o n s e c u e n c i a s , pudiese cada cultivador hallar medios de conservar sus g r a n o s , de ios i n s e c t o s , me ha parecido no obstante hablar algo que m a § principalmente los a t a c a n , y de cjuales con diricultad se Hbran las los semillas y granos , encerra- dos en los graneros. P a r a esto y para presentar algunos de los medios de destruirlos , me valdré de la doctrina del sabio n a t u ralista D u n a m e l , ( á quien tanto debe la ciencia a g r a r i a ) s e g ú n la presenta en sus elementos de A g r i c u l t u r a , y puede verse en l a traducción castellana , tomo primero, p á g i n a "Los 334. enemigos mas comunes que infestan los g r a n e r o s , dice, son el g o r g o j o , cierta espeeie de p o l i l l a , y la oruga de los g r a nos mucno mas destructora y nociva q u e los otros dos insectos. » i i i gorgojo es un pequeño escarabajo , ó mas bien una es- pecie de saltón chico , c u y a c a b e z a es l a r g a y p u n t i a g u d a cornezuelos en la punta de ella. con Su nombre latino y sistemático es curculio. ( t ) «Corno esie insecto es negro , fácilmente se discierne entre los granos. L o s r o e , y metiéndose en el a g u g e r o se come la h a rina del grano. A l g u n o s le llaman en porque pica con Francia p u l g a del trigo, mas fuerza á los animales q u e las pulgas. Por eso pasa por sabandija c a r n i c e r a , y así han pretendido q u e se come los gusanos de las polillas del trigo , algunos é igualmente sus crisálidas : de c u y a opinión no estoy yo tampoco muy age- no , porque en efecto apenas se encuentran polillas en los montones de trigo donde a b u n d a n los gorgojos. Metiendo la mano en el montón , fácilmente se j u z g a por el calor que se siente , si h a y muchas de tales sabandijas." •• Este hombre c é l e b r e , c u y a doctrina y sabios principios t a n tas veces hemos i n c u l c a d o y tomado por g u i a en estas lecciones, presenta á continuación los ensayos q u e ha practicado para ani- q u i l a r ó destruir el gorgojo en los g r a n e r o s , con- y después de fesar quán inútiles-ie han sido las t e n t a t i v a s , probando varias r e c e t a s , viene á d e c i r , que solo la continuación de traspalar trigo (suponiendo ios graneros bien construidos) , y el pasar grano p o r estufas ú hornos.con ochenta ó noventa grados calor , dexándole allí metido por un noche-, dia el el de . entero ó por toda una es lo que ha parecido mejor. E n - l a mayor parte de las provincias de E s p a ñ a , no hay necesidad de otra cosa para l i b e r (1) Del género curculio de Linneo hay muchas especies, los de que habla JChinaatel sort' el' frumentarius -y el granarius. .79 tar el trigo tanto del gorgojo como de los demás insectos , q u e de traspalarlo á menudo y matar prontamente los que se suban por las paredes y techos q u a n d o se está apaleando , ó luego q u e se acaba la operación ; pues desde luego se conoce que el pasar el grano por la estufa ú horno al g r a d o de calor q u e indica , es útil solamente para los países septentrionales y provincias h ú m e das , en las quales naturalmente se aumenta el mal por razón de la temperatura. Pero continuemos con los principios de n u e s tro a u t o r , y veamos como nos instruye sobre el c a r á c t e r , pro- gresos y circunstancias del insecto q u e él llama polilla del trigo, y de c u y a crisálida sale á su tiempo lo que llaman bradores palomilla , la q u a l es generalmente nuestros l a - mas abundante en las cebadas , por lo mismo q u e este grano presta al insecto m a yor disposición para subsistir y v i v i r en él. "Las polillas (prosigue P u h a m e l ) q u e algunos llaman en F r a n c i a gusanos de trigo , porque el estado en q u e se d e x a n d i s cernir mas claramente es en el de u n g u s a n o de tres á q u a - tro líneas de largo con seis patas junto á la c a b e z a , q u e es m u y g r a n d e á proporción del cuerpo , t e x e n u n a seda ó telaraña q u e cubre todo el m.onton de granos, y esta no se vé bien q u a n d o se mira al través de los p a r a g e s sino en q u e d a el sol. E s t a obra la despachan con suma a c t i v i d a d dichos gusanos , cabo de cinco ó seis horas de haber traspalado pues al el montón , se v u e l v e á cubrir de telarañas delgadísimas , y así parece texen entre m u c h o s , reuniendo después en particular q u e lo cada i n - secto con u n a hebra mas fuerte cinco ó seis g r a n o s , en c u y o c e n tro se coloca , manteniéndose de su h a r i n a , y comiendo y a d e uno y y a de otro. E n este estado p u e d e n quitarse de del montón a g r e g a d o s de g r a n o bastante gruesos, á encima causa de l a porción de hebras hiladas por los insectos p a r a unir los granos de q u e se proponen alimentarse. E n l l e g a n d o luego á su.tamaño n a t u r a l , se transforman en crisálidas , y sucesivamente en mariposas ó p a l o m i l l a s , q u e se a y u n t a n y desovan abundantemente encima de los granos. Y como este insecto no pica mas que la superficie de los montones hasta el grueso de tres ó quatro p u l g a d a s , pretenden a l gunos persuadir q u e traspalando los granos cobra el daño m a yor a u m e n t o : lo cierto es q u e semejante maniobra mata pocas de estas s a b a n d i j a s , pues al dia siguiente de haberse t r a s p a l a d o un montón , se v e ya cubierto de u n a telaraña que han v u e l t o á texer. V i e n d o que siempre ocupan la superficie de los montones, crei precaver el notable estrago q u e allí causan con cubrirlos con heno ; pero a d v e r t í , q u e baxo del heno hicieron un d e s trozo formidable. 8o E n ña, v u e l v e D u h a m e l á reproducir eí remedio antes e x - presado de la estufa ú horno c a l d e a d o hasta los quarenta y c i n co ó cincuenta grados , cuyos buenos efectos tiene e x p e r i m e n - tados. E s sin e m b a r g o m u y sensible q u e nuestros labradores mas i n s t r u i d o s , los Párrocos y los M é d i c o s de los p u e b l o s , no se h a y i n detenido á examinar estos y otros muchos insectos, q u e d e s t r u y e n constantemente así las plantas como los frutos y cosechas^ y de sus resultas haber ensayado algunos medios para a n i q u i l a r los. E l insecto de q u e tratamos ahora no es conocido por n u e s tros labradores en otro estado q u e en el de mariposa, y b a x o el nombre de palomilla, sin duda porque su pequenez se les o c u l t a e n estado de l a r v a ; así es q u e solo en el primer caso y nunca en el s e g u n d o han puesto los medios para matarla. Y o he visto usar algunos, a u n q u e sin fruto ; pero últimamente observé q u e la p a r t i d a de cebada q u e contenia una cámara estaba cubierta d e palomilla en términos de no poder entrar en el g r a n e r o ; mas t a m b i é n la v i muerta toda ella antes de las ocho h o r a s , con solo e l sencillo arbitrio de rociar las p a r e d e s , el piso y el montón d e grano con u n a disolución m u y fuerte , y hecha clara de boñiga de b u e y y v i n a g r e la rociada se cerraron perfectamente las v e n t a n a s y puertas, las quales no se abrieron hasta pasado el c i t a d o término en q u e , v o l v i e n d o á reconocerlos efectos del remed i o , se halló muerta toda la palomilla: el q u e adoptare este r e medio , debe saber q u e en s e g u i d a de haberle puesto en p r á c t i c a , se barre la c á m a r a , se limpian las paredes y la superficie d e l m o n t ó n , y se traspala p a r a hacer q u e desaparezca a q u e l l a corta h u m e d a d q u e se le ha echado. E n quanto á mí no puedo present a r mas q u e solo el citado e x e m p l o ; pero sí puedo decir q u e v a « ríos sugetos á quienes se lo he a n u n c i a d o , me contestaron las g r a cias. T a m p o c o soy el autor del d e s c u b r i m i e n t o , pues le debí á las conversaciones de un a m i g o , y á la c a s u a l i d a d de verlo e x e cutar. E s t o d i c h o , pasemos á tratar de la o r u g a , q u e es el t e r cero y último de los insectos enumerados al principio. " L a o r u g a de los granos (continúa aun D u h a m e l ) es el mas nocivo insecto d e quantos se introducen en nuestras paneras. A c a b a d a de n a c e r , y siendo aun de mediano c u e r p o , se mete en u n g r a n o ; consume su h a r i n a , se transforma en crisálida dentro del mismo g r a n o , y convertida sucesivamente en palomilla ( i ) v a á desovar en las espigas del campo. D e estos huevos n a c e n (i) N o lo he experimentado ni v i s t o ; pero para evitar su propagación , acaso podria convenir el aplicar oportunamente sobre este insecto el aspersorio de vinagre. * Si otras orugas , y consecutivamente otras m a r i p o s a s , q u e ponen en los g r a n o s , encerrados y a en las t r o x e s , una inmensidad de h u e v e c i l l o s , de donde salen á su tiempo g u s a n o s , que se comen el grano. E s una desgracia terrible para una provincia ver multiplicarse en ella este nocivo-insecto, siendo casi lo mismo a b a n donar el cultivo de las tierras que ver los frutos- de ellas ser siempre el despojo de tan terrible sabandija." Concluye por fin nuestro citado autor recomendando igual- mente , que en los anteriores casos, el uso de los hornos ó estufas caldeadas á setenta ú ochenta grados para destruir tan voraz y dar ñiño insecto; pero y a hemos dicho acerca de este remedio lo q u e nos parece: ahora a ñ a d i r é , ¿no podría destruir, aniquilar bar , no solo con los tres insectos referidos, sino, con yaca- quantos otros infesten nuestros granos y l e g u m b r e s , un.ligero rocío ó a s persorio de a g u a en q u e se hubiese cocido una determinada c a n tidad de mercurio? Yo creo que sí ; y aunque no tengo prueba a l g u n a hecha en los g r a n o s , porque me ocurre este pensamiento en el momento mismo en q u e lo escribo , con motivo de recor- dar ciertas ideas extendidas en un informe dado por mí á la R e a l Sociedad Económica Matritense de los A m i g o s d e l P a i s , sobre un escrito que trataba de la aniquilación de los insectos de los á r b o l e s , deduzco de los muy posible que surta principios en este allí e x t e n d i d o s , que caso los mas felices es resultados: yo me propongo ensayarlo ; pero deseoso de q u e los amantes de la A g r i c u l t u r a Española , y del bien general del E s t a d o , ha- gan sus pruebas y apliquen sus conatos á examinar este específico , del q u a l ningún daño p u e d e r e s u l t a r , me arrojo á proponerlo , pues para mí t e n g o , q u e bien e x e c u t a d o , y después de repetidos experimentos , acaso lograremos el total exterminio de plagas tan temibles como devoradoras. M a s entre tanto q u e esto se verifica, no debo omitir que habiendo ensayado el medio de matar el gorgojo de las semillas l e guminosas , con solo el uso de las hojas y ramas del sahuco , he logrado c o m p l e t a m e n t e , tanto en la lo algarroba , guisantes y a l m o n a s , como en todas las demás de esta interesante familia, con tal de que la pieza esté siempre c e r r a d a , y no se abra mas 1 que para traspalar las semillas q u a n d o sea necesario. TOMO II, 82 LECCIÓN V. DE I O S PRADOS NATURALES Y ARTIFICIALES. !Los prados son naturales ó artificiales: se llaman prados naturales aquellos en q u e l a naturaleza esparce las semillas, como sucede en las dehesas y montes, ó bien <jue esparcidas u n a v e z por la mano del hombre se reproducen constantemente en el mismo parage , sin q u e las v u e l v a n á sembrar de nuevo. D e los prados naturales , unos hay con r i e g o , y otros sin e l : los primeros dan mucha mas y e r v a ^ p e r o l a de los segundos suele ser mas exquisita. L o s prados artificiales son aquellos q u e se hacen sembrando u n a ó mas especies d e yervas a n u a l e s , bieunales ó perennes q u e permanecen mucho tiempo e n el mismo terreno. M u c h o s conocen ya la necesidad de multiplicar esta especie de prados para a u mentar los ganados y dar mayor fertilidad á las tierras ; pero por desgracia no tenemos t o d a v í a l a complacencia de verlos adoptados y generalizados en todas nuestras provincias, porque las preocupaciones y el sistema mal entendido de g a n a d e r í a , se oponen á ello con notable atraso de l a A g r i c u l t u r a . Y aunque es cierto que la sequedad y e l calor e x c e s i v o q u e se experimenta en la mayor parte d e nuestra E s p a ñ a , unido á las pocas lluvias q a e suelen caer en verano , y aun en la primavera muchas v e ces , son causa de no poderse formar prados artificiales, sino en terrenos de regadío , también lo es que casi siempre se desaprovechan las m a s favorables coyunturas para establecerlos de un modo ó de otro. Solo en C a t a l u ñ a , Valencia , V i z c a y a y G a l i c i a , con alguno q u e otro pueblo p a r t i c u l a r , es en donde se-conoce el útilísimo-sistema- de prados artificiales; en lo demás de la península son absolutamente desconocidos. D e aquí es el creer^Como creen muchos con equivocación , q u e es absolutamente necesario conservar .intactas l a s dilatadas dehesas j los inmensos v a l d í o s , los eriales y los barbechos p a r a mantener los pocos ganados q u e tenemos 5 pero l o cierto es q u e este sistema destructor de la labranza;, destruye también l a ganadería : en los prados artificiales encuentra el g a n a d o u n alimento fresco, abundante , sano y n u t r i t i v o , con ahorro d e una grandísima porción d e granos y terrenos. C o n ellos c a d a labrador p u e d e mantener, un número suficiente d e c a b e z a s , no solo para e x e c u - 8 3 tar sus labores y para el gasto de su casa , sino también para vender algunas después de aprovecharse de sus esquilmos. A s í es como la F r a n c i a logra tanta abundancia de c a r n e s , y solo á los prados artiíiciales, q u e tienen e s t a b l e c i d o s , deben, iguales ventajas la I n g l a t e r r a , la H o l a n d a , la F l a n d e s y otros países de Europa. L a S u i z a , país, montuoso y muy p o b l a d o , no mantiene grandes vacadas en manos de p a r t i c u l a r e s , para lo q u a l eran menester como en E s p a ñ a dilatados términos ; pero con el a u x i lio de sus prados artificiales mantiene muchos g a n a d o s , y con sus productos v i v e n cómodamente las familias : a l g u n a hay que con solo lo q u e dan de sí un par de v a c a s , v i v e n con holgura. Es muy doloroso á la v e r d a d , ver quán atrasado está el rar mo de prados artificiales entre nosotros, al paso que la A g r i c u l tura moderna ha hecho de-ellos tan ventajosas aplicaciones en todas p a r t e s , logrando por su medio aumentar los ganados y los productos de la t i e r r a , hasta un grado que admira. A u n q u e no tuviéramos los exemplos de tantos paises de E u r o p a , como se han enriquecido por este sencillo m e d i o ; y aunque no viésemos entre nosotros las ventajas q u e logran los habitantes i n d u s triosos de las provincias de E s p a ñ a , que se han citado antes, deberíamos seguir los impulsos de la sana razón , para formar prados abundantes en todos los parages en donde el riego ó el clima pueden favorecer su establecimiento, y en su defecto destinar un número competente de fanegas de tierra para ios c u l tivos secanos que se dan en nuestro temperamento y puedan a d a p t a r s e , como se ha manifestado en la lección q u e trata de la alternativa de cosechas. Estos recursos serán siempre unos agentes poderosos y activos q u e favorezcan la cria y aumento de ganados : por su medio se verificará Iá expresada alternativa; y en u n a palabra , será el mas eficaz remedio para adelantar la A g r i c u l t u r a , perfeccionar el c u l u v o y enriquecer á sus agentes. E n este concepto, y s i g u i e n d o el plan q u e nos hemos propuesto, pasaremos á tratar del método práctico de formar y c u l t i v a r los p r a d o s , y a sean naturales ó y a artificiales. De los prados naturales, ó artificíales sin riego, : L o s prados naturales q u e no se r i e g a n , ó son por n a t u r a l e za secos ó demasiado h ú m e d o s : los primeros se han de mejorar con.materias q u e retengan la humedad quanto sea posible. Si son húmedos con exceso ó p a n t a n o s o s , se ha de procurar d e s a g u a r el. terreno, por medio de zanjas,y .fosos. A l g u n o s echan también 1 2 arena sobre e l l o s , q u e 8 no d e x a 4 de e n x u g a r el t e r r e n o ; pero q u a n d o se advierte q u e los prados n a t u r a l e s , y particularmente los h ú m e d o s , se cubren de musgo ó dan poco fruto respecto de la de espesura de la yerba, convendrá ararlos y sembrarlos otras plantas acomodadas á su localidad y circunstancias. P a r a formar los prados , así naturales como artificiales, se deben tener presentes las reglas s i g u i e n t e s : p r i m e r a , después de recogido el grano se alza el rastrojo con una buena vuelta a r a d o : á los quince ó veinte dias se le dá al terreno la da r e j a , y de segun- pasado i g u a l intervalo se da la t e r c e r a , todas juntas y atravesándose unas á otras. A s í se dexa. hasta mediados ó ú l timos de septiembre, en que se repite otra reja igualmente j u n t a ; se pasa la rastra ó g r a d a por e n c i m a , y se procura allanar bien la superficie : s e g u n d a , en seguida de todo esto se le echa es- tiércol bien podrido y se le r e v u e l v e con otra reja de arado , se allana de n u e v o por medio de la r a s t r a , b r a desde primeros hasta últimos de y se verifica la siem- octubre ; advirtiendo q u e , como la semilla debe q u e d a r cubierta con m u y poca t i e r r a , usan p a r a ello de las rastras con puntas de hierro dando al terreno dos v u e l t a s por lo regular. De los prados artificiales con riego. A d e m a s de las labores y preparaciones q u e a c a b a n de i n d i carse para la formación de los prados sin r i e g o , en los de r e g a dío hay necesidad de atender á la nivelación exacta del terreno , levantar las caceras ó regueras necesarias para la distribución de las a g u a s , y disponer la tierra en quadros ó quarteles con un desnivel regular y proporcionado para q u e , según la c a l i d a d , d e las mismas tierras, corran las aguas con facilidad y sin t a r d a n z a . Por manera que siempre que- no lo estorbe la mucha d e s i g u a l d a d del t e r r e n o , se tirarán las regueras maestras ó c a c e ras principales l e s ; lo qual paralelas entre s í , y los quadros se harán i g u a - es muy útil para proporcionar a d e q u a d a m e n t e r i e g o s , y saber también con poco trabajo la c a b i d a y los producto de c a d a uno. L o s prados artificiales con riego son de dos c l a s e s : los unos q u e se riegan en o t o ñ o ; en invierno y en veranó ; y los otros so: lamente desde la primavera en adelante. L a yerba de las p r a deras i n u n d a d a s en invierno es mucho mas t e m p r a n a , y en su formación a d e m á s ' d e las caceras de riego se necesitan también desaguaderos p a r a poderlas q u i t a r el a g u a q u a n d o parezca c o n - 8 * v e n i e n t e , ó q u a n d o se a d v i e r t a q u e á los pastos les es cial ; lo q u e se conocerá fácilmente observa llenándose' de espuma por la perjudi- fermentación que se la t i e r r a , en c u y o caso se ha dé desaguar al momento, d e x a n d o en seco la pradera sin repetir otro riego hasta que se h a y a oreado. E n t r e nosotros hay pocas, ó acaso ninguna de esta c l a s e ; pero en I n g l a t e r r a , en H o l a n d a y en la F l a n d e s usan mucho de las praderas de esta especie. L a segunda clase de p r a d e r a s , q u e son las mas comunes en E s p a ñ a , se empiezan á regar desde febrero y marzo , y no n e - cesitan d e s a g u a r s e , pues siendo el riego m o d e r a d o , se sume en la tierra. Estas se g u a d a ñ a n dos veces al a ñ o , echando después el g a n a d o , y dexándolas para pasto de otoño y de invierno. L a siega ó corte de la yerba ha de hacerse antes de g r a n a r , ó q u a n d o empieze á echar la e s p i g a , pues d e x á n d o l a mas t i e m po se endurecen mucho los t a l l o s , y es el heno de c a l i d a d i n f e rior : v a l e mas repetir amenudo los cortes, aunque no h a y a do á toda su altura la y e r b a , quanto á la c a l i d a d y ganándose de esta alza- manera en también á la c a n t i d a d , por poderse dar mas siegas en un año. C o m o c a d a especie de animal apetece res , y además muchas suelen estar en tiempos distintos, se h a ' d e sus yerbas en sazón procurar para particulaguadañarse sembrar c a d a especie s e p a r a d a , y juntas solo aquellas que vienen á un mismo t i e m p o ; escogiendo de todos modos las que son mas apetecidas de la e s pecie de g a n a d o á q u e se han d e destinar. Este método tiene ademas la doble ventaja d e proporcionar al cultivador semillas escogidas, y limpias de plantas extrañas ó verdaderamente nocivas , libertando sus praderas de la mezcla quasi siempre dicial que resulta de sembrar la semilla q u e se perju- recoge en el suelo de los heniles. Esto no o b s t a n t e , sucede muchas veces q u e el c u l t i v a d o r , á pesar de las mas exquisitas d i l i g e n c i a s , no p u e de conservar con separación ciertas plantas de pastos exquisi- tos , porque es sumamente dificultoso ó acaso imposible recoger sus simientes en este punto tan grande. A s í es q u e , para no equivocarse i m p o r t a n t e , convendrá escoger entre naturales del p a í s , las q u e mas apetecidas de producen los g a n a d o s , mo malas , á las q u e mayores en las yerbas m a c o l l a s , y son desechando generalmente co- arrojan muchos tallos y- pocas hojas, pues estas producen un heno áspero y de poca substancia. de la c a l i d a d y finura debe tomarse en Ademas consideración su canti- d a d ó a b u n d a n c i a , procurando reunir ambas propiedades en las yerbas que se e l i j a n : para conseguir estos fines presentaremos l a enumeración de las q u e p u e d e n adoptarse. .85 Plantas gramíneas que se encuentran naturalmente era los prados y pueden cultivarse para formar praderas artificiales.. y i.* V a l l i c o (lolium perenne Linn.) esta; planta t a n e s t i m a d * de los Ingleses para la formación de sus p r a d e r a s e s a b u n d a n tísima en España : su yerba temprana proporciona ai g a n a d o u n pasto abundante y nutritivo. E n su estado n a t u r a l es de poca a l z a d a , pero cultivándola en las praderas d e regadío l l e g a á tres pies de a l t u r a , y forma u n a yerba espesísima. Esto no obstante tiene el inconveniente de no poderse segar mas de u n a v e z al año ; por esta razón conviene sembrarla mezclada con otras plantas , entre las quales las mas á propósito son los diferentes tréboles. D e esta manera después de s e g a d o e l v a l l i c o , q u e d a e l trébol para el pasto de los ganados. 2.a Poa anual ( p o a annua Linn.) esta y e r b a q u e se oria con bastante abundancia en toda clase de terrenos y solo se l e v a n t a á dos ó tres p u l g a d a s en tierras áridas y de mala c a l i d a d , d a n do á l a tierra suficiente abono y humedad ,. forma u n a de las gramíneas mas tiernas y m a s apetecidas de los ganados. A u n q u e esta planta es poco productiva y tiene el inconveniente de no poderse coger sus semillas fácilmente, porque a l momento q u e se, m a d u r a n se c a e n , tiene l a ventaja de reproducirse asombrosamente por este mismo m e d i o : y así es que,, aunque l a p l a n t a es anua las praderas sembradas con ella una v e z , siguen r e p r o duciéndose por muchos años seguidos. ' 3-.a Holco lanudo (liokus lanatas Linn.) ó avena lanata d e C a b a n i l l e s , conocido en Aranjuez con el nombre de heno blanco de S a n Ildefonso. E s yerba q u e crece hasta tres pies de altura, ahija mucho y forma grandes m a c o l l a s , requiere tierras húmedas, y mezclada con otras yerbas es t a n bueno ó mejor q u e el vallico: el g a n a d o la come con mas apetito en heno q u e en verde. 4.a L a A v e n a descollada (avena elatior Linn.) es una p l a n ta perenne, de raiz bulbosa y perjudiciaiísima en los campos c u l t i v a d o s ; pero m u y provechosa para los prados siendo t e m p r a n a : y aunque tiene la q u a l i d a d de ser un poco áspera, forma no obstante u n heno d e excelente calidad : mezclada con otra yerba crece á mas de quatro pies d e a l t u r a , y prevalece mejor en las tierras algo húmedas. • • y 5.a L a Poa trivial (poa trivialis Linn.) e s p i a n t a q u e necesita segarse antes de florecer para q u e no se endurezca y se pon- 8 7 • , g a áspera. C o n esta precaución puede segarse dos veces al año, y es un pasto exquisito para los g a n a d o s . E s planta tierna y d e l i c a d a , es pasto de primavera perenne, q u e crece en p a r a g e s sombríos, y el demasiado calor le perjudica. 6.a L a P o a pratense ipoa pratensis Linn.) empiezaá vegetar temprano en l a p r i m a v e r a , y así rara v e z le perjudica el calor; conserva su v e r d u r a a u n durante los tiempos de m a y o r s e q u e - d a d .; pero para esto es preciso que goze de un terreno fresco ó u n riego Esta moderado. poa es útil solo en las praderas q u e h a y a n d e ser p e r m a n e n t e s , porque sus raices ñan por todas partes y .se apoderan cundidoras reto- de tal modo que u n a v e z e s t a b l e c i d a es difícil desarraigarla. no se fian del terreno, Por esta causa, de .sembrar l a s tierras que d e b e n dedicarse después a l cultivo d e los granos, P r e v a l e c e en tierras de poca h u m e d a d aun .secas, y proporciona un buen y alimento al g a n a d o , q u e le come i g u a l m e n t e bien e n verde y en heno. 7. a F l e o pratense (phleum pratense Linn.) esta planta es n a - turalmente t a r d í a , l a apetecen los ganados en verde y en .seco, p r e v a l e c e e n tierras h ú m e d a s , es m u y p r o d u c t i v a , y se la p u e den dar dos siegas al año , la primera .antes de florecer y la s e g u n d a por el verano. 8.a E l A l o p e c u r o pratense tensis Linn.) nosas ó cola de zorra (alopecurus es planta q u e t r e c e naturalmente y h ú m e d a s , a u n q u e se da también pra- e n tierras a g u a - en terrenos secanos; para prados es muy especial por .ser .temprana y abundante. R e toña con vigor después d e s e g a d a , de modo q u e , r i o faltándole l a h u m e d a d , pueden recogerse dos cosechas de heno al a ñ o , ó acaso tres según .sea el t e r r e n o , q u e d a n d o ademas yerba tante para el pasto del g a n a d o por el otoño bas- y parte del i n v i e r - no. A l a semilla de esta planta la 'ataca siempre y desde su p r i n cipio u n g u s a n i l l o e n c a r n a d o , q u e destruye desde l u e g o su p o der v e g e t a t i v o y l a inhabilita p a r a p r o d u c i r , c u y o insecto es ( s e g ú n Ü o u t e l o u ) la l a r v a del musca frit .de 9.a E l P i p i r i g a l l o ' ó esparceta [hedysarum Linn. onobr'ichisLinn.) es muy productivo y excelente para pasios : las v a c a s , carneros y caballos le apetecen y engordan mucho con él. C r e c e n a t u r a l - m e n t e e n los .terrenos ¿estériles y secos.; pero para cultivarle con provecho requiere tierras de buena .calidad. •io. • A l f a l f a «ó mielga {medicago .sativa Linn.'): esta preciosa p l a n t a es e n t r e todas la que mas se cultiva e n E s p a ñ a , y es t a m bién la mas abundante y ú t i l : su pronta vegetación proporcio- n a en estos terrkorios de quatro á seis siegas al año, once y d o ' ce en el mediodía de España. E s perenne, produciendo por m u -clios años cosechas abundantes d e un alimento s a n o , nutritivo y m u y apetecido de los ganados y caballerías. Es menester s e g a r l a antes de q u e se abran sus flores, para q u e no pierda la hoja antes, de .hacinarla para h e n o : después de s e g a d a no se ha d e extender y revolver sino pocas veces y con c u i d a d o , hasta q u e q u e d e d e l todo seca la yerba. 11. T r é b o l de prados ó p r o d u c t i v o , conocido en Horihuela con el nombre de media luna (trifolium pratense Linn.) se s i e m bra por otoño, y es muy bueno sembrarlo mezclado con el v a llico. E s planta productiva y t e m p r a n a , que puede en a l g u n a s ocasiones segarse hasta tres v e c e s , y q u e en l u g a r de apurar el terreno le sirve de abono, A las vacas se les debe dar este pasto con m u c h a m o d e r a c i ó n , para q u e no les perjudique. 12. T r é b o l blanco ó rastrero (trifolium repens Linn.): aunq u e no crece el trébol blanco á la altura q u e el pratense, es con todo mas gustoso al g a n a d o , mas tierno y d e l i c a d o , y sin excepción l a mejor yerba q u e puede cultivarse para praderas perennes. E s planta productiva y t e m p r a n a , que crece en los terrenos áridos y secos aunque mezquinamente ; pero en los húmedos dá productos asombrosos, y pueden aprovecharse con él los terrenos arenosos: se multiplica mucho por medio de sus r a i ces cundidoras. E l excesivo calor rara v e z le p e r j u d i c a , conservándose v e r d e casi todo el año. 13. T r é b o l campesino (trifolium-agrarium Linn.) es p l a n t a rmtritiva y buena para p r a d o s : se siembra ordinariamente mezc l a d a con los demás t r é b o l e s , y teniendo riego se l e v a n t a á l a altura de un pie. 14. L a V e z a , alverja ó alverjana (vicia sativa Linn.) se cult i v a como cosecha intermedia en las tierras l a b r a n t í a s , y así en v e z de dexar holgar una tierra después de haber l l e v a d o panes, se siembra esta planta ú otras de propiedad semejante, p a r t i c u larmente de las que corresponden á la clase Diadelfia-decandria, y con ellas se consigue la alternativa en los terrenos secanos, c o mo y a diximos en la lección del modo de cambiar las cosechas. S u semilla es excelente alimento para las palomas. 15. E l Cinosura de crestas (Cynosurus cristatus Linn.) prevalece en tierras s e c a s , le apetecen mucho las o v e j a s , y en v e r d e es. u n pasto muy especial. E n las praderas de riego se l e v a n t a hasta quatro pies entre las otras. ' .. • . 16. L a Briza media de Linneo crece en praderas n a t u r a l mente s e c a s : esta yerba es. fina ¿ temprana y requiere tierras algo s e c a s , por c u y a razón debe ser apreciada de aquellos q u e carecen de aguas para regar sus prados. E s p e r e n n e , y no prospera en terrenos cálidos y secos. 17. Grama de olor ó antoxanto oloroso (anthoxantfiwn odo- 89 ratum Linn.) : esta yerba es m u y temprana, comunica al heno un a g r a d a b l e olor , y nace en toda clase de tierras ; pero prevalece mejor en las de mediana humedad. C r e c e poco mas de un pie d e a l t u r a , es vivaz, ó perenne y de las mas excelentes para prados a r t i f i c i a l e s ; especialmente si en ellos han de pastar ovejas. La mayor parte de su olor reside en las r a i c e s , aunque también se nota en sus tallos y hojas: por esta propiedad puede siempre distinguirse de todas las gramíneas. A d v i é r t a s e q u e es poco productiva y muy dificultoso recoger c a n t i d a d de semilla., p o r que la planta la suelta al punto de su maduración. 18. L a A v e n a amarilla (avena flavescens Linn.) es planta pro¿ d u c t i v a , perenne , apetecida del g a n a d o , y crece en tierras s e cas. Sube á la altura de dos pies y medio y no debe introducirse en p r a d e r a s , que hayan de permanecer algún tiempo, por l a dificultad de desarraigarla l u e g o , pues multiplicándose siempre por medio de sus raices cundidoras , no puede descastarse. . 19: L a A v e n a vellosa (avena pubescen; Linn.) es planta p e renne , temprana y p r o d u c t i v a , alta y que crece en terrenos de poca humedad. T e n i e n d o el c u i d a d o de segarla antes de .florecer , da un lieno rico y abundante , y puede además llevar dos cortes ó siegas al año, 2o. L a F e s t u c a ó cañuela de oveja (festuca ovina) crece i g u a l m e n t e en parages secos y áridos que en los húmedos y de buena calidad. Produce mayores y mas espesas macollas de h o jas radicales que qualquiera otra g r a m a , y arroja además m u y pocos t a l l o s , q u e g u a r d a n la simiente hasta mucho después de estar la planta enteramente seca. Por esta causa se recogen las semillas con facilidad : y teniendo propiedades tan especiadl e s , puede ser una de las yerbas mas excelentes para prados* , ¡21. La A y r a aquática de L i n n e o crece en el a g u a , tiene el sabor dulce , y la come toda especie de g a n a d o . Los, pantanos y otros terrenos aguanosos , q u e están perdidos e n E s p a ñ a i, se po^ drian sembrar con esta planta y servirian entonces para :el a l i mento del g a n a d o . : 22. La Poa a q u á t i c a de L i n n e o q u e crece igualmente en tierras e n a g u a r c h a d a s ó m u y h ú m e d a s , y en las orillas de los rios, es u n a dé las gramíneas mas altas que se crian en E s p a ñ a , l e v a n tándosela veces hasta seis y siete pies de altura. E s t a poa; no /¡solo ¿rinde buen pastó' por medio de'sus hojas y tallos , sino q u e produce' a b u n d a n c i a d e s i m i e n t e s nutritivas. H a de s e g a r s e antes, de haber crecido mucho sus t a l l o s , pues de k>;contrario se endurecen y forman un heno áspero y desagrada-ble. ; > : X a calidad del terreno-, .y;la s i t u a c i ó n - y el clima en que se halle el labrador-¿"le determinarán;,á escoger- entre las plantas TOMO U. M que se h a n enumerado en esta l e c c i ó n , y entre las que se a n o taron en la l e c c i ó n , que trata de la alternativa ó cambio de cos e c h a s , las que le parecieren mas propias para poblar con y e r bas útiles q u a l q u i e r a prado natural ó artificial;• y destruyendo l a s , que son nocivas ó menos p r o v e c h o s a s , alcanzará á poca costa pastos especiales para los ganados. M a s como no basta c o nocer las plantas buenas con que se h a y a n de formar los prados, sino que también es necesario saber el medio de proveerse a n u a l mente de semillas escogidas , explicaremos este punto en s e g u i da para concluir u n artículo tan interesante en la economía rural. T E l labrador p u e s , que trate de formar buenos y abundantes irados, debe destinar un terreno capaz para recoger las semilas con separación. P a r a esto le preparará con buena labor y a b o n o , y le distribuirá en eras del grandor que crea c o n v e n i e n te ; pero siempre de modo que al tiempo de escardar, no peligren las yerbas sembradas, C o n este objeto, y para que crezcan con m a s v i g o r , conviene sembrarlas en lineas y á un pie de distanc i a unas de otras ; así tendrán ventilación bastante para criarse robustas y producir mayor porción de simientes. E l tiempo de verificar la siembra varía según los países y climas; pero por lo general deberá executarse luego que h a y a n cesado los calores excesivos del v e r a n o , ó lo que es lo mismo, luego que la a t m ó s fera empieza á refrescar después de las primeras l l u v i a s de o t o fio , de modo que h a y a tiempo para que broten,y,se fortalezcan las p l a n t a s , antes que las puedan dañar las fuertes heladas del invierno. L u e g o que están bien n a c i d a s , se escardan y limpian los intervalos destruyendo todas las yerbas i n ú t i l e s ; y si las plantas hubieren nacido muy espesas, en todas ó en a l g u n a p a r te de las líneas y.se entresacan las mas endebles, y para no p e r derlas se pueden trasplantará otra parte, poniéndolas i g u a l m e n í e ^ e n líneas para el mismo fin, A los primeros días de .Ja .prim a v e r a se pasará:por e n c i m a . u n rollo d e madera; ó un tablón pesado , y de este modo ahijará mucho la y e r b a , comprimirá l a tierra y reforzará las raices que por efecto del yelo estarán c o mo sueltas, en ¡el terreno, y por consiguiente, ¿ r i e s g o de, p e r d e r se. En fin":; g u a n d o sazonen el fruto , se 4rán, recogiendo las s i mientes jcon e l , mayor c u i d a d o y con separación,, para .volver, á, s e m b r a r , de nuevo en el otoño. A s í es como en corto tiempo podrá un labrador aplicado multiplicar sus plantas de p a s t o s , . y procurarse abundancia de, semillas para dedicarlas á los objetos que necesite, Í 1 : Últimamente es.¡preciso advertir , q u e además de las plantas gramíneas y leguminosas d e q u e , hemos hablado.) hay t o d a v í a 9i otras muchas q u e pueden emplearse con utilidad' para el sustento del g a n a d o : tales son l a p a t a t a , l a z a n a h o r i a , c h i r i v i a , r e m o lacha , los n a b o s , las coles , l a a u l a g a (ulex europxus Linn. ) y l a hoja y rama de los árboles ; sin contar quantas otras se e m p l e a n en el alimento del h o m b r e , q u e todas den se aplican ó p u e - aplicarse para el mantenimiento y cebo d e los animales domésticos. L E C C I Ó N VL DE LAS HORTALIZAS. La v o z Agricultura abraza, en g e n e r a l todos los ramos del' c u l t i v o de las plantas , el conocimiento de las diferentes tierras, y el aprovechamiento dé quantos productos puede ofrecer al agricultor el inmenso campo de l a n a t u r a l e z a ; pero ha c o n v e n i do subdividir tan vasto objeto en algunos ramos p a r t i c u l a r e s , á fin de que los hombres dedicados á ella t e n g a n mayor facilidadde poseer los conocimientos indispensables al c u l t i v o de aquellas p l a n t a s , comprehendidas en la sección q u e manejan. Por lo c o m ú n consideramos á la A g r i c u l t u r a d i v i d i d a en quatro secciones principales , q u e son las de L a b r a d o r , Hortelano , Jardinero y A r b o l i s t a ; y aunque no es exacta esta d i v i s i ó n , pues el j a r d i nero debe saber quanto conviene al c u l t i v o de las hortalizas, a l de los árboles y al de las flores y plantas d e a d o r n o , y a d e más el arte de trazar los j a r d i n e s , plantíos & c . , y por consig u i e n t e parece q u e no debe haber en A g r i c u l t u r a mas que dos ramos , q u e son labranza y jardinería ; nos ha parecido sin e m b a r g o conservar la subdivisión i n d i c a d a , así por ser la c o m ú n , y generalmente r e c i b i d a , como por l a mayor facilidad q u e ofrece para la explicación y comprehension de la doctrina á c a d a ramo r e s p e c t i v a : en este Concepto, entramos á hablar en artículos s e p a r a d o s , primero del cultivo de las hortalizas , segundo de las flores , y tercero de los'árboles. ;E1 cultivo de las h o r t a l i z a s , ó sea el arte del hortelano al paso q u e en M a d r i d y sus a l r e d e d o r e s , y en las inmediaciones de algunas ciudades principales d e l R e y n o se halla muy a d e l a n t a d o , se v e generalmente q u e apenas Se conoce en las villas y p u e blos subalternos, y q u e en quasi todas las aldeas está enteramente ignorado ; por esto es de la mayor, necesidad extender y p e r ai a 9 2 feccionar este'importantísimo ramo. N o puede negarse que el c u l t i v o de las hortalizas pide bastante atención y un trabajo, cont i n u o , además de la inversión de algunos fondos ; pero t a m b i é n es cierto que las utilidades que rinde una huerta bien a d m i n i s t r a d a , son incalculables. E l hortelano debe conocer la naturaleza y c u l t i v o p a r t i c u l a r de cada planta q u e quiera tener en su posesión; la tierra y exposición que mas le conviene ; la impresión q u e le hacen las alteraciones de la atmósfera sus enfermedades y el modo de c u r a r las. Si el labrador diestro puede sacar de la tierra dos cosechas en un año, el hortelano q u e posea estos conocimientos', puede s a car tres, q u a t r o , ó acaso c i n c o , según las circunstancias en q u e se halle para darlas salida ; si bien á costa de aumentar un d u plo los abonos y las labores,conforme á la naturaleza de las t i e r ras y de los productos. Para lograr todas estas v e n t a j a s , no basta el conocimiento de la calidad de la t i e r r a , el de los abonos y la pericia en las l a bores y m a n i o b r a s ; es necesario, también conocer la índole de las plantas , pues entre ellas se observa claramente la antipatía y simpatía ; y así. es que. algunas familias prosperan juntas, mientras q u e otras quieren estar enteramente aisladas ó sin confusión , porque de otro modo ó perecen del todo ó por lo meaos p a d e c e n m u c h o : por esta regla se conocerá que pueden juntas criarse por exe.mplo las lechugas y cebollas , y entre estas t o - do género de c o l ; entre los pimientos el a p i o , y así s u c e s i v a - mente , al paso que las fresas, la c a l a b a z a y otras muchas d e ben Criarse solas ó aisladas entre sí. Pero el h o r t e l a n o , n o s o - lo ha de atender á sacar muchos productos , sino que debe t a m bién elegir y disponer los cultivos de manera que no esquilmen el terreno,: sin este conocimiento d i s m i n u i d a la renta en l u g a r de aumentarla , y si le faltan abonos suficientes para resarcir á la tierra los xugos nutritivos que pierde con los frulos s u c e - sivos q u e alimenta ó cria , la pérdida se verificará mas pronto. T a m b i é n ha de saber adelantar ó atrasar la vegetación de l a s plantas para obtener frutos tempranos ó t a r d í o s , valiéndose para lo primero de alvitanas ó camas calientes, y para lo s e g u n d o de siembras tardías y ale sitios á propósito para e l l o : por último debe tener el mayor cuidado en perseguir á los i n s e c t o s , c o n o cerlos y saber su historia natural para poder acabar con ellos mas fácilmente. T a m b i é n le será de mucha importancia tener una justa idea del modo de distribuir el terreno, darle una forma y compartimiento regular para poblarle de plantas análogas al clima y demás circunstancias que quedan indicadas, de cuyo punto .vamos á tratar cu seguida. 93 E l terreno q u e se destine para huerta debe siempre distri- buirse en varíes quadros grandes ó p e q u e ñ o s , según lo permitan las circunstancias y localidades .Ta división de estos quadros debe hacerse por medio de calles ó v e r e d i t a s proporcionadas q u e , cortándose de varios m o d o s , d e x e n separados los Unos de los Otros todos los quarteles. L a mejor figura.que podrá'dárseles así p a r a la comodidad y economía del terreno:, como para la hermosura, es la r e c t a n g u l a r , y en este caso la subdivisión en c a n teros , eras y p l a t a v a n d a s ó arreates será mucho mas fácil. AI rededor de c a d a quadro particular de la h u e r t a , y á quatro pies distantes de la línea de la c a l l e , se deben plantar árboles frutales de toda e s p e c i e , como también al rededor de las paredes si la posesión estuviese cercada de fábrica ; mas en el primer caso se deben poner muy claros ó á grandes d i s t a n c i a s , para que con su sombra no perjudiquen á las plantas menores. Y o opino que por una distancia regular puede adoptarse la de veinte pies de uno á otro árbol , con tal que estén sujetos á una poda discreta, de lo que se hablará en su propio lugar. L a s líneas divisorias entre la calle y el quadro se plantarán de espliego, tomillo, mejoran a , v i o l e t a , acederas á qualquiera otra planta de que pu'elik sacarse p a r t i d o ; y en caso d e querer añadir a l g ú n adorno o c u l t i var también plantas de dores y d e m á s , que son propias de los jardines de recreo, podrán ponerse en las p l a t a v a n d a s ó arriates q u e se formarán contiguos á las mismas calles. E s t a distribución es muy conveniente , no solo para l a herm o s u r a , como q u e d a d i c h o , sino para repartir con orden las plantas que se h a y a n de c r i a r , dando á cada especie el terreno, exposición y cultivo que le conviene. Por lo perteneciente á labores, es de tanta importancia en el c u l t i v o de las hortalizas preparar el terreno bien labrado , m e - n u d o y s u e l t o , antes de sembrar ó plantar ninguna de e l l a s , como que sin este requisito pocas ó acaso: n i n g u n a vez prosperarán: los muchos r i e g o s , y las continuas entradas y s a l i d a s entre las p l a n t a s , causan el apelmazamiento de la tierra', y por conse- cuencia hay doble necesidad de labrarla bien ya sea con el arado , ya con el a z a d ó n ó con la laya. A d e m á s de esta primera, es indispensable repetir algunas otras labores menores, mientras él v e g e t a l sigue su carrera. Estas labores en unos casos se hacen con el objeto de destruir las malas yervas que se crian'entre l a s plantas ú t i l e s , en otros para aclarar las mismas p l a n t a s , y en otros se lleva el intento de remover la tierra, recalzar la p l a n t a , y matar la yerba. Sin e m b a r g o , por ligera q u e sea la labor q u e se dé á una t i e r r a , poblada con qualquiera especie de planta., siempre se deshace la costra y se remueve la superficie, de mo- 94 do q u e , a d e m á s d e . l a destrucción de y e r b a s , resulte el labrarse mas ó menos el terreno. E n el caso de q u e ahora tratamos, y p a r a c u l t i v a r las plantas destruyendo las yerbas y raices q u e las. p e r j u d i c a n , se usa comunmente d e l almocafre y d e la azadilla, como, instrumentos mas apropósito para verificarlas, C o n el a U moc.afce-i.se hacen las,labores mas.superficiales y l i g e r a s , pero e n cambio tiene la ventaja de poderse manejar entre las plantas q u e se crian mas reunidas ó. espesas,y.sirve para verificar las labores q u e llaman acuchillo ó a c u c h i l l a r ; y de aparo ó aparar.La-definición d e estas voces puede verse en mi cartilla de A g r i c u l t u r a . La misma causa q u e hemos expuesto para q u e las labores preparatorias, q u e se h a y a n de dar al terreno destinado al c u l t i v o de las hortalizas sean muchas y b u e n a s , h a y para q u e se l e a ñ a d a el beneficio d e l estiércol, por mas buena c a l i d a d q u e t e n ga ó p u e d a tener. L o s muchos y repetidos frutos q u e p r o d u c e , l a continuada porción de x u g o s q u e diariamente trando á tan crecido número de plantas como está suminis- el q u e a l i m e n t a , e x i g e n por necesidad q u e se reparen á esta tierra pérdidas tan enormes. D e este principio resulta indispensablemente l a u r g e n c i a 4g.embasurar estos terrenos una v e z c a d a dos a ñ o s , y s i e m p r e . a l tiempo de cabarlos ó labrarlos con el a r a d o , y antes d e poblarlos de la planta q u e les corresponda-. A poder s e r , d e b e rían abonarse en el otoño é invierno ; pero q u a n d o n o , se e m basurarán en la primavera ; en este caso se hará con poca c a n t i d a d y,con estiércol m u y repodrido, pasado y limpio. Esto no obst a n t e , quando no.se puede embasurar á su debido t i e m p o , y se observa que las plantas v e g e t a n con l a n g u i d e z , se les amisiona ó se íes dá por agua la basura q u e debió haberse echado á la tierra antes de su plantación: también se hace esto mismo q u a n d o se t r a t a de adelantar el crecimiento y sazón de la planta para obtener frutos tempranos, y entonces se llama propiamente amisionar, c u y a operación consiste en poner al pie de c a d a planta Un p u ñ a d o d e estiércol y cubririe con tierra,. ( E l riego es otro medio principalísimo para lograr muchas y buenas hortalizas ; sin aguas abundantes no podemos lograr el regalo saludable q u e las verduras p r o p o r c i o n a n , y por esta r a zón es preciso u s a r . d e las a g u a s con prudente economía , para q u e no solo alcancen á socorrer al mayor número posible de plan^ tas , sino también para q u e no Salgan los. frutos.insípidos , ó se. cause á aquellas las. enfermedades consiguientes al exceso d e l riego : para uno y otro es preciso tener presente e l c l i m a , lá e s tación d e l año y la c a l i d a d de la tierra ¿ p u e s según las circunstancias q u e concurran , así deberán ser mas ó menos frecuentes los r i e g o s : un terreno l i g e r o , situado; en un clima c á l i d o , n e c e - 95 sitará riegos mas repetidos q u e otro q u e se halle en las circunstancias opuestas. D e todos modos debe saberse que el riego s i g u e inmediatamente á todo.-plantío y á t o d a siembra ; á menos q u e la tierra no t e n g a en sí bastante h u m e d a d para q u e la planta a r r a y g u e , la semilla g e r m i n e , ó se v e a n señales de próxima l l u v i a , en cuyos casos se suspende por e n t o n c e s , y se verifica l u e g o q u e se observa ser y a necesario, De los semilleros. Una de las mas precisas circunstancias á q u e debe el atender h o r t e l a n o , : es á formar ordenados semilleros en los quales verifique las siembras para trasplantar después la planta q u e resulte. Estos semilleros son ó bien de v e r a n o , y en este caso deben estar en parages ventilados auxiliados de a l g u n a sombra y un tanto frescos; ó bien de invierno, y por io mismo colocados en la exposición mas a b r i g a d a , r e s g u a r d a d a de los aires fríos, y expuestos al medio d í a , para que favorecidas las tiernas p l a n tas con aquellos r e s g u a r d o s , adelanten su vegetación y v e n g a n mas tempranas. A esto conducen también las camas calientes, las ahitanas, vidrio las caxoneras. , los portales de jardín, las campanas de- y otros medios de q u e se vale la jardinería para verificar los cultivos forzados, así de las hortalizas como de las flores yfrutas. A d e m á s de e s t o , conviene q u e los semilleros u n a tierra s u e l t a , ligera y algo disfruten de substanciosa ; pero con poco abono de e s t i é r c o l , á fin de q u e las plantas criadas en ellos p a sen á mejor terreno q u a n d o son t r a s p l a n t a d a s , y que encon- t r a n d o mayor copia de x u g o s , ó sea mejor a l i m e n t o , v e g e t a r con vigor y sientan menos la operación puedan del trasplan-t»,' L a s buenas y repetidas labores y la limpieza de cantos y de m a las y e r b a s , son los principales c u i d a d o s . q u e e x i g e n l o s semilleros antes y después de sembrados. L a prevención tantas veces repetida de sembrar claro para q u e las plantas no se. ahilen , salgan d é b i l e s , enfermizas y de poco v a l o r , es ni indispensable tenerla m u y presente <eu este eáso ; olvidándose de la q u e g u a r dan todos los-cultivadores con tanto e s m e r o , á saber la regla de esperar á este ó al otro q u a r t ó d e l u n a para verificarlas. Sépase que,, entre otros adagios españoles y hay uno q u e dice no hinche. t u troge el q u e á la l u n a se acoge, 9<í , ;¡ i Nada De h a y mas fácil trasplantar los trasplantas. en la jardinería que la las plantas ; pero operación de n a d a es mas arriesgado si no se e x e c u t a en tiempo y en sazón: por lo que toca al tiempo, siempre es mas favorable aquel en q u e la atmósfera está c a r g a d a de nubes frescas y próximas á-lliflver;;', perb como no siempre h a y 5 esta favorable disposición, y el trasplanto de hace con la año , por eso mayor frecuencia se y en todas las hortalizas las estaciones atiende mas á la sazón y buen estado planta que á la del temporal que rige : con se del de la el riego se s u p l e la falta de l l u v i a s , se templa el ardor de la tierra, y se sostiene la planta facilitándole el arraigo y vegetación. L a e x p e r i e n c i a y la razón enseñan que los trasplantos deben hacerse q u a n d o l a planta es aun n u e v a ó , como se dice vulgarmente , antes de que se pase en el semillero. E n el acto del plantío se c u i d a r á d e introducir bien las raices en la tierra sin q u e queden dobladas ó encogidas , y sin profundizarlas mas ni menos de lo necesario: una l e c h u g a y una escarola por exemplo , no debe meterse ea la tierra mas que su raiz d e x a n d o descubierto el punto de d o n de parten las primeras h o j a s , es decir el cuello de pues de otro modo la planta va muy expuesta á perecer la raízj sobre- c a r g a d a con la t i e r r a , que muchas veces cubre hasta el cogollo: las c o l e s , el t o m a t e , la v e f e n g e n a y deben profundizarse mas en la y otras como ellas pueden tierra porque estas plantas, q u a n d o se trasplantan , suelen tener bastante a l t u r a . y tienen también la propiedad de echar raices p o r todos los puntos, d e t tallo ó tronco ..principal «que q u e d a soterrado.'El método ó for; mación; del: plantío, es. ó'bien eiülíneas,equidistantes entre sí por frente y costado , formando esquadrai, 'ó- eii tresbolillo q u e es lo mas acomodado y ú t i l , así para lograr mayor número de p l a n tas en un determinado espacio, de t e r r e n o , coiho para la h e r m o sura, d e l p l a n t í o , en. e l q u e i no- aparecen, tantos- espacios vacíos. ¡ ;-;No procederé.por.ahora á señalar-el¡tiempo- en q u e c o n v i e n e sembrar y plantar cada-juria de la numerosa serie q u e se c u l t i v a n en el día en n u e s t r a s . h u e r f a s , desplantas pues.-esto: y reglas de su cultivo se hallan explicadas en mi pequeña 1 las Carti- lla , y en otros libros q u e t r a t a n t d e la materia;, basta decir q.u& las muchas variedades que poseemos en un mismo g é n e r o , nos* proporcionan la satisfacción de gozarlas casi todo el año con solo repetir las siembras quantas- veces convenga. L a l e c h u g a es 97 u n exemplo de esta v e r d a d ; alternando unas con otras las variedades , y sembrándolas todos los meses , se logra disfrutar de esta ensalada todo el año : la coliflor y el b r o c u l i , Je tenemos en dos distintas temporadas ó bien en u n a s o l a , pero muy l a r ga , con solo el uso de las v a r i e d a d e s t e m p r a n a s y tardías. P o r ú l t i m o , en la mayor parte de las .hortalizas se consigue esto m i s m o , siempre q u e favorablemente concurran l a exposición d e la h u e r t a , la c a l i d a d del terreno , y los auxilios del arte. E n las provincias meridionales es aun mas fácil verificar r e petidas siembras y algunas otras operaciones., como por e x e m - plo la poda de las tomateras y de las plantas de pimientos p a r a q u e brotando temprano con pujanza v e n g a n los frutos con tanta anticipación, como vemos por los q u e se nos traen de Valencia^ de M u r c i a y de A n d a l u c í a ; pero al paso que en estas provine cías p r i v i l e g i a d a s puede trabajo lograrse todo esto sin mucho y sin gasto de consideración, en la parte septentrional del r e y no es preciso r e n u n c i a r , no solo á los placeres q u e acaban, dí; indicarse , sino también hasta el goce de algunas plantas, d e l i c a d a s , q u e v e g e t a n aquí con u n a l o z a n í a , extraordinaria. Por esto jamás será cada de contar fuerza y robustez excesiva la repetición i n d i - en un todo con el c l i m a , y con la situación del terreno. L E C C I Ó N VIL DEL CULTIVO DE LAS PLANTAS LAS DE ADORNO Y DE FLORES. P o r lo que queda dicho al principio de la lección anterior, que trata de las huertas y de las plantas que en ellas se cultiv a n , se echará de ver que al hablar ahora de los jardines, comprehendemos baxo esta voz los que son puramente de recreo con quantos objetos los constituyen, como son los compartimientos, calles, parterres, dibuxos, figuras, estatuas,, escalinatas, perspectivas, fuentes &c. & c , pues aunque la diversa formación de los jardines les dá nombre diverso entre los aficionados á la jardinería, son sin embargo inalterables las reglas, que dirigea las principales operaciones del cultivo de las plantas con que se forman. Lo que entre nosotros llamamos huerta, constituye.la primera especie de jardines : ia segunda-es la que llaman par* TOMO II. N 9« terres ó jardines de puro adorno, los que ademas de las plantas de ñores y olores agradables, se forman y distribuyen de un modo simétrico, y con un compartimiento que admira, adornándolos'con todos los objetos ames referidos; á saber, estatuas, figuras , jarrones &c. que les dá su major realce y hermosura. L a tercera especie de jardines consiste en aquellos que destinados puramente al cultivo de un número de plantas escogidas, no admiten mas adornos que la sencillez, el aseo y la pericia del cultivador , para determinar lo que conviene á la conservación de las plantas puestas á su cuidado, ya lleven estas ñores vistosas, ya sean raras en su porte y figura, ó ya finalmente se mezclen con unas y con otras las de olores agradables: por lo regular se les dispone un compartimiento simétrico y bien distribuido por toda la extensión del terreno; pero de modo que no aparezca la menor confusión. Esto no obstante, los poderosos suelen reunir en estos jardines el gusto y el capricho de los de la sección de puro adorn o ; es decir , colocan llores, estatuas, fuentes, escalinatas, jarrones, macetas y demás obras y adornos extraños á la p u ra jardinería , por lo que presentándose ambos objetos en un punto de vista , y baxo una mano cultivadora, vienen á preparar el goce de los primores del arte y de los encantos de la naturaleza. Finalmente á la quarta división pertenecen los que suelen llamar jardines á la inglesa, en los quales se oculta el arte con el arte mismo, y su mayor decoración es el desorden bien ordenado: en ellos se mezclan los robustos árboles, los arbustos y matas, las plantas volubles, las de flores y olores agradables, las rias, las cascadas, los lagos, las grutas, las cabanas y chozas, y finalmente quanto se encuentra variado en los campos, en ias selvas, y en toda la naturaleza así en el estado de rusticidad como en el de cultura. Habiendo pues tratado de lo que pertenece á los jardines ,de la.'primera-división,.ó.sea de las huertas, y no siendo fácil mostrar exemplos vivos de lo respectivo á los jardines de puro adorno .comprendidos en la segunda., nos contraeremos á tratar :en esta lección de lo perteneciente al jardín de recreo que es la tercera especie, el qual se destina para el cultivo de las flores y plantas raras y apreciables: en una palabra vamos á tra¡tar de lo que. pertenece al jardinero florista, dexando para el artículo siguiente l o q u e debe abrazar el ramo del arbolista, y en él diremos qúanto baste para dar á conocer la quarta especie de jardines llamados ádá inglesa- en la q u e , como se ha dicho, se reúnen quasi todos los ramos de la jardinería, aunque con. una especie de desorden combinado con principios, imi : r 99 íando siempre la naturaleza en los diversos puntos de nuestro globo. Esto advertido j entremos en materia. Terreno. P a r a lograr todos los placeres q u e se propone el q u e p l a n t i fica un jardin de recreo, según aquí le consideramos, es n e c e sario que su terreno sea propiamente de los q u e llamamos p i n g ü e ; á saber suelto, substancioso, de buen asiento y exposición, y con a g u a suficiente p a r a regar las plantas q u a n d o convenga. Si por naturaleza no se reuniesen todas estas circunstancias, es necesario suplirlas por el a r t e ; y en quanto á la tierra será p r e c i s o abonarla con m a n t i l l o s , y beneficiarla apropósito para corregir los defectos con las mezclas mas q u e le son peculiares ó p r o p i o s , de modo q u e el arte debe formar el terreno a c o m o d a do al c u l t i v o d e unas plantas q u e , ó y a por su delicadeza ó y a por el luxo de l a j a r d i n e r í a , e x i g e n los mayores-cuidados y a t e n ciones. Se sabe q u e las a n e m o n e s , los r a n ú n c u l o s , jacintos , t u l i p a n e s , violetas & c . apetecen una tierra ligera y substanciosa, a u n q u e su capa ó lecho no sea m u y grueso: los c l a v e l e s , alelíes y otras plantas q u e le son a n á l o g a s , la necesitan algo mas p r o funda ; pero les es indiferente q u e sea ó no t a n dulce y s u b s - tanciosa : los r o s a l e s , las p e o n í a s , aquilegias y otras sufren l a tierra algo mas c o m p a c t a ; pies de fondo. Por estos pero debe tener á lo menos dos. principios y consultando no solo la c a - l i d a d dé l a p l a n t a , sino también la extructura de las raices, e n contraremos la c a l i d a d y profundidad de buena t i e r r a , que se necesita para c a d a v e g e t a l , y sabremos determinar con e x á c t i - . t u d los a b o n o s , labores y demás q u e benefician y preparan los: t e r r e n o s , según las e x i g e n c i a s ' d e l cultivo. : ..;•.•> L o s repartimientos del t e r r e n o , los dibujos y. demás adornos; son siempre t a n varios como el genio particular de quien los combina , ó de quien está e n c a r g a d o de delinearlos ; por esto, y porque pende del capricho de c a d a q u a l , omitiré el tratar d e este punto , contentándome solo con advertir q u e los compartimientos mas sencillos y despejados son siempre, los mas útiles p a r a las plantas y para el cultivo ; y finalmente son los que d e ordinario presentan mayor e l e g a n c i a : la e s p e s u r a , el desorden artificial, y la mezcla confusa de diversas plantas , es únicamente útil para los jardines llamados á l a inglesa , mas no para los de a d o r n o , ni p a r a los de flores: de a q u í es q u e uno de los N 2 roo m a y o r e s c u i d a d o s q u e debe tener todo jardinero florista ¿ c o n s i s t e en distribuir el terreno de modo que , sin carecer de orden y hermosura el compartimiento , resulten algunos claros en donde p u e d a n criarse las plantas q u e quiere , acomodándolas ya en u n l u g a r y a en otro, según la exposición y situación q u e mas desean por su n a t u r a l e z a ; pues es cierto q u e unas apetecen el s o l , otras l a sombra & c . : y el colocarlas con estos cuidados es siempre de l a mayor importancia.' A s í q u e , es necesario reunir en los j a r d i n e s u n a porción de objetos, sin los quales es imposible llevar al c a b o la importante operación del c u l t i v o y la conservación de m u chos individuos v e g e t a l e s , : c u y a delicadeza e x i g e las mayores atenciones. Los extrangeros q u e han l l e v a d o la jardinería a l mas alto g r a d o de perfección , usan de invernáculos construidos de mil modos ingeniosos, de estufas , casas y campanas de c r i s t a l , caxoneras , camas calientes , alvitanas , otras mil cosas con las quales vencen de portales de jardín , las dificultades opone el clima , el terreno , la e x p o s i c i ó n , y q u e les y en una palabra l a misma naturaleza ; así consiguen á fuerza de industria , j o y gastos inmensos los productos v e g e t a l e s de casi traba- todos los p u n t o s del globo*. Nosotros estudiando el c u l t i v o por un método sencillo, q u a l conviene á los p r i n c i p i a n t e s , y con la favorable disposición q u e ríos presenta la b e n i g n i d a d de la mayor parte del clima de E s paña-, omitiremos en estos elementos la demostración de tantos y t a n ingeniosos métodos de c u l t i v o , estufas, pues con los invernáculos y con las.camas calientes, con los portales de j a r d í n , con a l g u n a cajonera ( d e todo lo q u a l tenemos hablado l e c c i ó n anterior.) podemos disfrutar quantos placeres p u e d a n searse de los productos de la A g r i c u l t u r a , y en l a de- y gozar la posesión d e l a s plantas mas raras , q u e p u e d a n adquirirse de las q u a t r o partes d e l m Conocido u n d o . . . . el climay la situación del j a r d í n , la c a l i d a d terrsnb y l a naturalezai.de las p l a n t a s , es necesario saber del qual es la época mas conveniente para verificar la s i e m b r a , para q u a l h a y diferentes métodos : unos l o Verifican en p r i m a v e r a lo y o t o ñ o : otros no g u a r d a n é p o c a , sino q u e executan las siembras e n q u a l q u i e r a tiempo y estación ; y otros en fin no solo esperan á t a l y tal mes ,. sino q u e ademas consultan rigorosamente los quartos crecientes y menguantes de las lunaciones , y aun h a s t a las horas del dia en q u e han de hacerlo ; pero , en mi entender , unos y otros siguen este sistema sin otros principios que los de pura tradición ó rutina. Por decontado puede asegurarse q u e la época mas natural y mas exacta p a r a sembrar debe ser aque-. l i a en que el v e g e t a l sazona sus semillas, se desprende de ellas espontáneamente, ó las recoge el jardinero para depositarlas en s e g u i d a en la tierra. Sin e m b a r g o , en este caso como en q u a l e s q u i e r a o t r o , habrá necesidad de colocar la n u e v a planta en una exposición y situación que favorezca su nacencia y vegetación. D e este modo la misma naturaleza nos g u i a como por la mano y nos señala la época fixa de sembrar c a d a v e g e t a l ; pero como n o todas las v e c e s , en todos los climas , ni con todas las plan- tas puede executarse , de a q u í es el haberse adoptado por p u n to general la costumbre de hacer las siembras á principios de primavera y otoño. Q u a n d o hay abrigos naturales ó artificiales, q u a n d o no faltan estufas , camas calientes, portales de jar- din & c . & c . es muy fácil adelantar las siembras y conservar las plantas 5 pero q u a n d o se h a y a de verificar al raso , es preciso tener una regla qué i n d i q u e , con a l g u n a s e g u r i d a d , la época de sembrar en la p r i m a v e r a , y esta parece que la determina qualquiera país la frondescencia en de los árboles indígenos : él fresno con especialidad es el que mas debemos observar , pues l u e g o que empieza á brotar la hoja, señala como el mejor termómetro el g r a d o de temperatura que conviene para esta opera- c i ó n , la q u a l se repite en los meses de agosto y septiembre, ade« lantando mas ó menos la siembra según que los fríos del in- vierno se anticipan , ó según son estos mas ó menos intensos. . L a s plantas :que se logran de ambas siembras , en c a j o n e s , en t i e s t o s , ó en semilleros y a se h a g a n preparados to , se deben trasplantar con orden á los p a r a g e s al inten- convenientes, g r a d u a n d o siempre las distancias por el porte total de las p l a n tas, y colocándolas de modo que unas á las otras , necesita sin que se perjudiquen las p u e d a lograr c a d a u n a de la exposición para v i v i r , que pues es claro q u e , r e s p e c t i v a m e n t e , unas p u e d e n resistir el calor, ó el frio mejor que otras : y así.el co- : locar á las primeras en la fachada del norte sería un error i g u a l a l de poner las segundas en la fachada del medio dia. T a m b i é n debe cuidarse de p u e d e , s e r , para plantas muy elegir un dia n u b l a d o , fresco executar los trasplantas ; y d e l i c a d a s , conviene sacarlas y húmedo si respecto de con un las cepelloncito de tierra unido á las r a i c e s , pues de este modo se asegura operación y no hay riesgo de que se la pierdan. Últimamente , se r i e g a n todas luego que se verifica el t r a s p l a n t o , como por r e g l a g e n e r a l tratando de las hortalizas. se dixo 102 Be los aumentos. E n l a lección nona de la parte teórica e x p l i q u é los diversos modos de aumentar ó multiplicar hay las plantas : allí vimos q u e el recurso no solo de la multiplicación o v í p a r a ó de semi- l l a j sino también otra q u e llamamos v i v í p a r a ó de yema. Esta consiste en l a separación de los bulbos y r a i c e s , y en el plantío d e estacas , a c o d o s , inxertos y esquexes : los primeros métodos q u e d a n demostrados en la c i t a d a l e c c i ó n , y solo resta repetir l a p r á c t i c a de los esquexes reservada para este l u g a r , como propia d e los floristas. Tenemos dicho q u e el esquexe no es otra cosa q u e u n c o g o llo desprendido de la planta madre , el q u a l , precauciones necesarias , echa raices rior q u e está metida plantado con l a s por la extremidad infe- en la tierra , c u y a s raices se desarrollan-, ó nacen precisamente e n el punto mismo por donde estuvo a s i d o á l a principal. E l t e r r e n o , cajón , tiesto ó cama caliente se p r e p a r a con el mayor e s m e r o , y resguardándolo del sol se v e r i fica el plantío en l a primavera y otoño al tiempo del ascenso ó d e l a renovación de la savia. L a jardinería saca también partido de l a división y s u b d i visión de las plantas perennes para aumentar su número : el e s tatice ó g a z o n , la peonía, a q u i l e x i a , p r i m a v e r a , v e r ó n i c a , v i o l e t a , m a r g a r i t a , p i r a m i d a l , y otras muchas se aumentan d i v i d i é n d o l a s y separándolas en varias porciones, así como en a l g u n a s otras facilitan su multiplicación los cogollos q u e brotan e n l a extensión de sus tallos sarmentosos y. rastreros. N o solo debe el jardinero florista conocer los métodos p r á c ticos de aumentar las p l a n t a s , sino q u e también debe a v e r i g u a r su índole y modo de v i v i r , para aplicarla un c u l t i v o análago á su naturaleza : plantas h a y q u e no quieren la tierra m u y l a b r a d a , y por consiguiente u n a v e z plantadas es preciso dexarlas, algunos años sin removerlas de aquel sitio. T a l e s , entre otras, el lirio de los valles (convallaria majallis de Linn.) la q u a l no so-; lo apetece u n terreno sombrío, fresco y limpio d e malas yerbas^ sino q u e además necesita del indicado reposo para L a s plantas alpinas necesitan propagarse. de un g r a d o de frescura supe- rior á todas las demás. L a s horquídeas apetecen los sitios ó t e r renos h o n d o s , y por consiguiente húmedos y substanciosos. L a s aquáticas terrenos p a n t a n o s o s , y algunas de ellas necesitan e s tar sumergidas enteramente en el a g u a , como la nifea y otras. 103 Por el contrario las plantas delicadas impresión del f r i ó , ó muy sensibles á la es preciso conservarlas en los invernáculos de mas ó menos grados de c a l o r , según el temperamento de cada una. mente En una p a l a b r a , el jardinero un clima y debe formar artificial- un terreno, si no idéntico á lo menos aproximado á aquel en que_ nacen y se crian muy espontáneamente las plantas que c u l t i v a : de donde se s i g u e , como y a hemos d i c h o , la necesidad de las camas c a l i e n t e s , de las estufas, p o r t a les de j a r d i u , cajoneras , alvitanas y demás abrigos para las plantas que nos vienen de las regiones cálidas ; y de aquí t a m bién la m e z c l a de tierras en diversos g r a d o s , y el colocar, como se dixo al p r i n c i p i o , en sitios sombríos, a l t o s , cascajosos, a r e n ó sos & c . á todas las que v i v e n en p a r a g e s frescos, en sitios e l e v a dos, y en regiones ó terrenos h ú m e d o s ; sin cuyos requisitos y p r e cauciones es imposible reunir en el corto espacio de un solo j a r din , plantas de tan diversos climas , terrenos y naturaleza. N o creo sea del objeto de esta enseñanza añadir el c u l t i v o y las atenciones particulares de c a d a p l a n t a , pues todo ello debe buscarse en las obras completas de A g r i c u l t u r a y j a r d i n e r í a , t e niendo por base y fundamento para la mejor dirección los p r i n - cipios elementales que q u e d a n e x p l i c a d o s ; mas sin embargo d a ré una idea de los diversos c u l t i v o s , d i v i d i e n d o las plantas e n tres grandes secciones por el orden con que naturalmente se reúnen según su afinidad ó a n a l o g í a , siguiendo en parte la i d e a de los hermanos Boutelou en su tratado dé las ñores. C o n este objeto reuniré en la primera todas las p l a n t a s , c u y a s raices b u l bosas y tuberosas son conocidas generalmente con el nombre de cebollas de flor; en la s e g u n d a comprehenderé las rennes q u e mas se conocen entre nuestros sión de los a r b u s t o s ; y finalmente plantas p e - floristas, con en la tercera entrarán inclutodas las anuales de uso mas g e n e r a l y común. PRIMERA DIVISIÓN. De las cebollas dejlor. Generalmente h a b l a n d o , ha sido despreciado por largo tiemp o entre los floristas españoles el aumento por semillas de las plantas comprehendidas e n esta s e c c i ó n , y solo se cuidaban de multiplicarlas por los hijuelos ó bulbitos h u e v o s , que se crian alrededor del p r i n c i p a l , ó bien separando los tubérculos en q u e se multiplican las raices de otras que no son bulbosas, como en l a anemone r el r a n ú n c u l o , la hemerocalis, los lirios & c . ; pero 104 esta práctica constantemente multitud de variedades g r a d o por medio s e g u i d a , nos ha p r i v a d o de u n a apreciables que se pudieran haber l o - de las simientes. Por esto debemos confesar, a u n q u e con d o l o r , que los floristas del norte de E u r o p a nos l l e van grandes ventajas extraordinariamente d e cebollas en esta p a r t e , pues poseen una riqueza mayor q u e nosotros, de todas las especies de flor. D e los tulipanes , l i r i o s , j a c i n t o s , narcisos, a n e m o n e s , r a n ú n c u l o s , fritilarias, horquideas & c . &c."cuentan p o r cientos las especies, y á miles las v a r i e d a d e s ; pero nosotros estamos reducidos á muy pocas y estas acaso d e g e n e r a d a s , por n o haber atendido á la multiplicación de las especies por medio •de semillas. . L a mayor parte de nuestros jardineros dedicados al ramo ¿ e floristas , creen que los l i r i o s , t u l i p a n e s , anemones , francesillas & c . no producen apropósito para semilla , ó que si la propagar la especie ; por producen no es otra parte , como g e n e r a l m e n t e conservan solo las plantas de flor doble y d e s t r u y e n las sencillas y semidobies, no pueden obtener aquel product o , pues es claro que las flores llenas no dan semilla, porque c a r e c e n , de los órganos s e x u a l e s , convertidos en pétalos por el c u l t i v o ; y esta es la causa porque por una parte ignorando los buenos principios, y por otra conservando solo aquellas p l a n t a s , c u y a s flores d o b l e s , l l e n a s , prolíferas, multiplicadas ó monstruosas no dan s e m i l l a , se mantienen en el error p r i m i t i v o , sin d a r un paso que adelante ó mejore su sistema de cultivo. A s í pues el que quiera obtener especies y variedades v a s , no le q u e d a otro arbitrio que usar de las nue- semillas para l a p r o p a g a c i ó n de las plantas. E s t a r e g i a , que es general para dos los ramos del c u l t i v o , es de mayor to- importancia en la j a r - d i n e r í a , y principalmente para el ramo del florista en q u e todo es c a p r i c h o , l u x o y galantería. Sabemos y a por el estudio de la fisiología v e g e t a l , y por lo que muchas veces hemos repetido en estas l e c c i o n e s , que las plantas de un mismo g é n e r o , y mucho mas aun las de una misma especie, son muy propensas á la l u - b r i c i d a d ; esto e s , á q u e fecundándose los ovarios de unas p l a n t a s con el polen de las anteras de otra diferente, produzcan i n dividuos mestizos, que ni bien se parecen al padre ni bien á la m a d r e , y entonces suelen resultar especies n u e v a s , ó quando menos variedades muy r a r a s , y por lo mismo muy apreciadas de los apasionados de Flora. A l j a r d i n e r o , c u y a práctica esté f u n d a d a sobre los conocimientos de la demás q u e hasta aquí hacer por su gusto fecundaciones de u n a planta y fisiología v e g e t a l y sobre los llevamos e x p l i c a d o s , le será muy híbridas, tomando fácil las flores aplicándolas sobre otras a n á l o g a s , antes d e l acto de s u s , b o d a s , y de este modo estará seguro de obtener cíe las nuevas semillas unas plantas q u e se diferencien mas o me- nos de la especie á que corresponden 6 , 1 o que es lo mismo, q u e varien entre sí por caracteres ó notas mas .ó menos marcadas y constantes. Esto explicado ,. pasemos ya á dar una i d e a . general del método de siembra y cultivo,-. que corresponde á las p l a n tas de que. estamos- hablando., .<.•-,-•. Siembra de las plantas de flores de raices , : , y tuberosas i bulbosas Para sembrar las semillas de todas las p l a n t a s , c o m p r e h e n d i das en esta sección ,. se'dispondrán''uñas eras , cajones ó tiestos, según la cantidad q u e haya de simiente y la planta que se d e sea : multiplicar. Estos semilleros deben estar colocados en d o n d e . no jos ataquen los r a t o n e s , las hormigas y demás i n s e c t o s , c o mo también en-uu parage expuesto a l . s o l ; a u n q u e e n las s i e m bras tardías habrá q u e modificar su acción por. medio :de l e n z o nes , cubiertas de paja, ó de arbustos,;ó bien con los ¡portales de' jardín. E l terreno se compondrá de l a mezcla de .una parte de arena - g r u e s a , otra de mantillo m u y consumido, tierra de soto muy l i g e r a , todo ello bien revuelto y y dos de prepara-' do con a l g u n a anticipación para que se a m a l g a m e n y. combinen entre sí todas las tierras. Hecho a s í , se allana la superficie, se dispone con la mayor i g u a l d a d y se verifica la siembra cui- d a n d o de que la semilla quede bien r e p a r t i d a , c u b r i é n d o l a d e s pués con u n a capa de l a misma mezcla bien cribada , pero 1 que no pase del grueso de u n dedo : en s e g u i d a se riega con r e g a d e ras de lluvias finas, y se continúa c u i d a n d o de darlas el riego y : demás q u e fuese necesario hasta que n a z c a , e n c u y o caso es pre-' ciso resguardar las n u e v a s p l a n t a s , así de la fuerte.impresión des» los rayos del s o l , como de toados- los demás meteoros y enemigos que las p u e d a n perjudicar, ,, : '•. ' t ...... En fin, todos los cuidados que e x i g e n estos semilleros , se r e d u c e n á mantenerlos limpios de toda y e r b a , c a n t o s , insectos y demás q u e p u e d a dañarles ; á recebar el cajón , tiesto ó e r a q u a n d o la planta h a y a c r e c i d o , aumentándole un dedo de tierra de la misma mezcla á la cubierta antes p r e v e n i d a ; y por últim o , á preservarlos de los.frios.y heladas del' i n v i e r n o , p u e s aunq u e , q u a n d o son y a c r e c i d a s , resisten estas plantas á su impre-: sion, q u a n d o son aun tiernas suelen perecer con ellos. Si la siembra está bien hecha y se les asiste con los cuidados que q u e d a n referidos, pueden mantenerse las nuevas plantas eij TOMO II. o : i o6 el semillero por d o s , t r e s , y aun quatro años , según su clase y condición. L a s anemones y ranúnculos , se forman mas pronto q u e los tulipanes , jacintos y demás bulbos , y por esto pueden sacarse • aquellos del semillero primero que los s e g u n d o s ; pero así l a s - u n a s c o m o las otras plantas deben permanecer en é l , hasta-que d e n l a primera flor, o quando'menos hasta que observando el jardinero q u e forman espesura , p u e d a temer q u e se per- j u d i q u e n unas á o t r a s , pues entonces no solo no adelantan to- d a s , sino que llegan á perderse la mitad. E n q u a l q u i e r a de e s tos casos las sacará del semillero á su debido tiempo , y las t r a tará como á las que están y a f o r m a d a s , de c u y a plantación y c u l t i v o vamos á tratar. Plantación Así y cultivo. las n u e v a s cebollas y raices l o g r a d a s de los semilleros, como las viejas- q u e se llevan en el c u l t i v o de muchos años , se plantan en este clima desde-últimos de septiembre hasta todo e n e r o ; pero como las q u e son verdaderas cebollas empiezan su v e g e t a c i ó n t a n l u e g o como se hacen sentir las lluvias del otoño, desenvolviendo el tallo a u n q u e no estén plantadas en de a q u í es qué todas estas tierra, es preciso plantarlas en la primera é p o c a , pues de otro modo se inutilizan y pierden. L a s anemones, ranúnculos y francesillas-, p u e d e n plantarse en quasi todos los meses y , tomando las precauciones n e c e s a r i a s , podrán tenerse flores de ellas la mayor parte del año. Estas raices pueden g u a r darse de un año:pará otro sin plantarlas , pero los bulbos de l a s cebollas es indispensable plantarlos todos los a ñ o s , porque a d e lantándose su v e g e t a c i ó n , como se ha d i c h o , l u e g o que la a t - mósfera se c a r g a de h u m e d a d en el o t o ñ o , no p u e d e retrasarse el. acto del plantío. P a r a obtener las flores mas tardías de lo r e g u l a r , no-,queda o t r a arbitrio q u e hacer a l g u n a plantación sitios^frescos. y ...expuestos al norte.f'pues en estos florecen en mas; tarde que en los que gozan de una exposición favorable. - - E l terreno en q u e : h a y a n d e - p l a n t a r s e todas las plantas de esta sección debe ser-ligero , bien labrado , y un tanto abonado con mantillo muy p o d r i d o : por lo regular se ponen en arriates y, platabandas ,.cuyo local proporciona el poder preparar la tierra como conviene : en unos casos se dispone el terreno en un lomo ó albardilla y en otros: en era l l a n a ; l o q u a l se determina por l a a b u ñ d a u é i a ó falta de l l u v i a s e s t a c i o n a l e s : si l l u e v e con frec u e n c i a , y el terreno retiene naturalmente el a g u a , se hace el alomado ó albardillado , y si esto no sucede se ponen llanas , que es siempre mejor para las plantas. en eras io7 E l plantío de los ranúnculos, anemones, j a c i n t o s , narcisos y t u l i p a n e s , se verifica en líneas paralelas y como á medio pie de distancia una de otra,en todo'sentidoílbs'ptímeros se ponen como á quatro dedos de profundidad, y los segundos de quatro á seis. L a s a z u c e n a s , la emerocalis, algunos lirios , con las demás p l a n tas menos delicadas,se ponen en las p l a t a b a n d a s á golpes repartidos á buenas d i s t a n c i a s ; pero las tuberosas (nardo ó v a r a de José) deben ponerse solas y con a l g ú n cuidado. Esta hermosa c e bolla se planta en a b r i l , y se saca de la tierra en n o v i e m b r e : si se c u l t i v a en tiestos pueden retirarse estos á un pa.rage seco Jueg o que h a y a n dado la flor, y d e x á n d o l o s sin r i e g o a l g u n o du?; : rante el i n v i e r n o , se conservan sanos, los bulbos dentro d e , la¿ t i e r r a s e . nutren y perfeccionan mas y mas en aquel t i e m p o , y. á la primavera siguiente están en el mejor estado de v e g e t a c i ó n . E n este caso se v a c i a n los tiestos, se sacan las c e b o l l a s , se s e p a ran los bulbos mas gruesos, se prepara Ja n u e v a t i e r r a , como sed i x o para la s i e m b r a , y se plantan otra v e z á la i n d i c a d a . p r o f u n d i d a d de seis dedos. E s muy frecuente, entre.nuestros jardineros d e x a r en tierra., dos, tres y mas años las cebollas, dé los j a c i n t o s , tulipanes y nar-. cisos , plantando entre estas otras muchas plantas con q u e , o c u p a n también el terreno p a r a adornarle en las estaciones en q u e los primeros no le v i s t e n ; mas esta práctica á todas luces vicio-, sa les pierde una infinidad.de cebollas-, q u e si estuvieran solas: y no se r e g a r a n desde q u e a c a b a n de dar la. flor hasta q u e v u e l v e el otoño ó , lo que es lo m i s m o , hasta o c t u b r e , se conserva* r i a n mejor y serian doblemente preciosas ; por esto en donde adorno del j a r d í n y la necesidad q u e h a y de ocupar el sucesiva- mente el t e r r e n o , e x i g e que se repitan las siembras y plantíos; d e diversas plantas en un mismo l u g a r , es preciso sacar de: la, tierra las c e b o l l a s , l u e g o q u e han dado la flor y se han secado ó consumido sus hojas ,, guardándolas en p a r a g e s ventilados y s e ; cos, hasta volver á plantarlas en el otoño. Así. lo e x e c u t a n todos, los buenos no floristas, y así debe hacerse por todos aquellos doliéndose del t r a b a j o , emplean el tiempo que, gustosísimos e n , conservar sus plantas á costa de repetir operaciones. . ,.¡ Por ú l t i m o , la limpieza de malas y e r v a s , la repetición de l a - i bores q u e a h u e q u e n la t i e r r a , y los riegos moderados quando. lo necesiten, q u e por lo r e g u l a r no es hasta bien entrada la p r i mavera , constituye en gener ai, el c u l t i v o de tan preciosas, p l a n - ; ; t a s , c u y a descripción y enumetacion podrá verse en el ¡ t r a t a d o de las flores de los hermanos Boutelou , en el q u a l se hallan r e - ' unidas las noticias de las mas e x q u i s i t a s especies y v a r i e d a d e s » , o% io8 SECUNDA DIVISION. . De las plantas perennes mas comunes. L a s plantas p e r e n n e s , comprehendidas en esta division , al paso que son en mucho mayor número, son por lo general menos deificadas' para su c u l t i v o : sin embargo hay entre ellas algunas sumamente • aprecia-bles que exigen cuidados y atenciones p a r t i culares para conservarlas : los geranios , la v a y n i l l a , la reseda, l a oreja de oso, el jazmín real ó grandifloro, la flor del canario, los caracolillos ó c a r á c a l l a , y otras muchas no pueden conserv a r s e al raso en este clima durante el i n v i e r n o , y así es n e c e s a rio cultivarlas en tiestos-ó-macetas pata, retirarlas á los invernáculos en aquella estación , ó bien taparlas con preservativos s u ficientes para evitar Jos efectos d e las heladas ; sin embargo es- tas mismas plantas en el medio dia de España viven y vegetan á clima l i b r e , y sin ninguna especie de abrigo ni resguardo. -.. :Ya; dexamos dicho el terreno q u e conviene generalmente Hablando p a r a ' c u l t i v a r plantas .delicadas en los jardines ; y al tratar d e , las mezclas que de.'semiikis.de v i e n e para--.las deben prepararse para la siembra ias cebollas.de flor, hemos indicado la que condemás , pues aquella mezcla es adaptable á q u a s i todas las plantas delicadas , con solo añadirle una parte mas de mantillo bien, p a s a d o , á fin de que la mezcla sea a l g o m a s ligera. L o s cuidados en el acto de la siembra , y los subsig u i e n t e s á ella hasta el t r a s p l a n t o , son los mismos en unas q u e en o t r a s ; m a s las comprehendidas en esta sección,se trasplantan l u e g o q u e tienen de tres á quatro dedos de a l t u r a , pues de lo contrario reciben g r a n daño de l a o p e r a c i ó n , para l a q u a l con- v i e n e , si se hace en g r a n d e , esperar á que el dia. este fresco ó ¡wáblado, r e g a n á o la tierra en s e g u i d a ; y si es en pequeño debe resguardarse .la planta del sol por tres , quatro ó mas dias hasta que prenda , sin olvidarse de las prevenciones indicadas ai'principáo]'Los riegos moderados j medidos por la necesidad y por l a - c a l i d a d d é l a s p l a n t a s , ' la limpieza de toda yerba ña, estra- removiendo « m e n u d o Ta • tierra para laborear los espacios d e s c u b i e r t o s , la separación de todo lo muerto ó dañado de las p l a n t a s , y el distribuirlas cen o r d e n , así en las distancias como e t i l o s parages, q u e d e s c o r r e s p o n d e n t e s en lo que consiste u n a g r a n parte del c u l t i v o de las q u e v e g e t a n en los quadros. L a s Ю9 de los tiestos necesitan además recebar las macetas con n u e v o mantillo en el otoño y p r i m a v e r a , y c a d a dos ó tres años s a c a r ­ las , recortar u n a parte de sus raices por todo el rededor , reno­ v a r la tierra con una mezcla compuesta de una parte de tierra aluminosa y otra de mantillo pasado , y volverlas á colocar sin deshacer el c e p e l l ó n , porque este debe siempre q u e d a r unido á las raices. L a s plantas comprehendidas en esta s e c c i ó n , se a u ­ mentan por medio de sus s e m i l l a s , por los acodos, e s q u e x e s , hi­ juelos ó retoños enraizados, q u e producen á su rededor las p r i n ­ c i p a l e s ; de cuyos medios hemos tratado largamente en la lección nona de la primera parte , y por tanto nos referiremos á ella en este lugar. Sin e m b a r g ó l a mayor ó menor delicadeza de algunas respecto de o t r a s , e x i g e que el jardinero tenga sobre todas una constante o b s e r v a c i ó n , ya. para colocarlas en lugar mas f a v o r a ­ b l e , y a para aumentarles ó diminuirles el r i e g o , y y a en fin para preservarlas de una multitud de insectos que , unas veces por la raiz y otras por las r a m a s , las suelen atacar con frecuen­ c i a y destruirlas. , E n fin, así en muchas de las comprehendidas en esta ción como en otras de las q u e abraza la siguiente , sec­ es preciso no pocas veces arrimarles tutores, q u e las sostengan para q u e no rastreen ó se venzan por el suelo. L a s q u e tienen los tallos volubles y sarmentosos están necesariamente en este c a s o , pero también lo están otras muchas que no son de esta clase ; los g r a n d e s claveles por exemplo , necesitan quasi siempre de a l g u ­ nas varitas que los sostengan, porque sino cabecean ó se doblan con el peso de la ltpr se caen y perecen, ? TERCERA De DIVISIÓN. las plantas anuales. L a s plantas anuales q u é por lo común se c u l t i v a n en estos jardines , aunque en g r a n número de i n d i v i d u o s , no exigen de parte d e l , c u l t i v a d o r otros cuidados q u e ios indicados en la s e c ­ ción anterior, y los conocimientos preliminares de que se habló al principio ; mas sin e m b a r g o , como los vegetales de que a q u í tratamos son los menos duraderos y por consecuencia los que me­ nos atenciones n e c e s i t a n , es necesario poner todo, el c u i d a d o en la preparación de la t i e r r a , en elegir la exposición q u e les con­ viene , en no confundirlos cún la espesura, y finalmente en sem­ brarlos y trasplantarlos en tiempo y en sazón, c u i d a n d o mucho d e la recolección de semillas , y eligiendo para este objeto las plantas mas vigorosas y de mejor e s p e c i e , como se dirá más adelante. L E C C I Ó N VIII. DEL CULTIVO DE LOS ARBOLES CON LOS JARDINES FORMADOS A LA Debiendo UNA IDEA DE INGLESA. continuar el mismo orden de ideas q u e nos he- mos propuesto desde el principio , y las indicaciones hechas en l a lección anterior, parece indispensable empezar dando á conocer los jardines llamados á la inglesa , nería q u e en ellos se sigue ; anotando ferencias que se perciben por lo y la práctica de jardi- a u n q u e de p a s o , las d i - general entre los verdaderos jardines de esta especie y los q u e , queriendo imitarlos, se llaman así impropiamente. P a r a llenar este objeto en toda su e x t e n s i ó n , usaré g u n a libertad de las frases con que e n el tomo i x , página 40 í de con a l - Rozier explica este la traducción castellana punto, de su Diccionario de A g r i c u l t u r a ; pues hallando reunido en este ar- tículo lo mas importante para el objeto q u e me p r o p o n g o , no haré mas que extractar lo que aquel sabio autor dice. Llámase jardín ingles una campiña hermosa por su sitio, r i c a en su v e g e t a c i ó n , y p l a n t a d a convenientemente de árboles, cortada por canales , rios ó arroyos con diversas producciones, hermoseada con masas de que se ha sabido sacar utilidad ; en u n a p a l a b r a , es la simple n a t u r a l e z a gracias. a d o r n a d a de todas sus Si el arte viene á su socorro no d e b e distinguirse en el t o d o , sino en algunos detalles de buen gusto. L o s Chinos y los Japoneses son los primeros inventores de estos jardines. Kcempser en su historia del Japón d i c e , ' q u e este pueblo siempre tiene en su j a r d í n , entre otros p e q u e ñ a roca ó colina v e c e s el modelo ardonos, artificial sobre la q u a l l e v a n t a de un templo : q u e frecuentemente una algunas se v é un a r r o y u e l o , q u e se precipita de lo alto de una roca con d e l i c i o so murmullo, y que uno de los lados de esta colina está adornado de un bosqueciilo & c . & c . E s t a especie de jardines debe ser m u y a n t i g u a en la y los primeros papeles pintados, que se traxeron de países , fueron ios que^ hicieron pensar en imitarlos en A s í e s , que á principios del siglo X V I I los jardines de ra no se diferenciaban, en nada China} aquellos Europa. Inglater- de los de otros reynos. Kent, 111 hombre de i n g e n i o , y artista de mucho g u s t o , fué el que acia el año de 1 7 2 0 presentó á la Inglaterra la naturaleza misma en la composición de los jardines de E s h e r , casa de campo del M i nistro P e l h a m , y con ellos produxo u n a revolución completa en esta parte de l a jardinería, C o n razón advierte R o z i e r q u e el gusto de los jardines i n g l e s e s , que mas bien deben llamarse chinos, abraza y a todo el continente ; pero algunos tienen la rareza de amontonar en u n espacio limitado de terreno tanto número de objetos q u e se c o n funden los unos con los otros. E n tales jardines todo es p e q u e ño , estrecho y miserable. Sus compositores carecen casi siempre de ideas é imágenes p r e c i o s a s , y su v i s t a , poco exercitada en contemplar la n a t u r a l e z a , carece siempre del gusto y tino c o n veniente para imitar la simplicidad elegante , q u e ella presenta en sus decoraciones. Entre nosotros mismos podemos comprobar á c a d a paso esta v e r d a d , 'Basta para convencernos tender la vista sobre una m u l titud de j a r d i n i l l o s q u e hay dentro de l a Corte dispuestos á la. inglesa , én los qu'ales se v é no solo una aglomeración de objetos q u e todo lo c o n f u n d e , sino también un gusto fastidioso y pesado en su composición. E l único modelo de jardines de esta especie q u e podemos citar con satisfacción en el día , es el q u e posee la D u q u e s a de B e n a v e n t e en su posesión de la villa, d e la A l a m e d a , llamada el capricho. Esta hermosa posesión es la' única q u e podemos presentar por modelo a c a b a d o para estudiar en ella la composición de tales jardines , pues los famosos q u e antes habia en el R e a l sitio de A r a n j u e z h a n perecido á in.íHixo de las calamidades dé la guerra ; por lo d e m á s , la lectura, del artículo que extractamos, ia de las diversas obras publicadas ( 1 ) sobre este mismo objeto , el buen gusto en la combinación , y u n genio verdaderamente decidido por la belleza n a t u r a l , serán la's únicas reglas capaces de formar un jardin de esta c l a s e ; pues los q u é se e x e c u t a n solo con un compartimiento irregular tra! : 3 (1) A r t e de formar los jardines modernos , ó de los jardines i n gleses : por Jombert, un tomo en 8.° , París 1 7 7 1 . Ensayo sobre los jardines : por W a t e l e t , París 1 7 7 4 . Teoría de los jardines , París en casa dePissot. D e la composición de los paisages, ó medios de hermosear la naturaleza al rededor de las casas, uniendo lo agradable á lo útil : por Gerardin , París 1 7 7 7 . Sobre la formación de los jardines, por el autor de las consideraciones sobre la jardinería , París en casa de Pissot, 1 7 7 9 . El Poema de los jardines del Abate de Lille. I 12 zado por líneas curvas, plantados con plantas pequeñas y adornados con alguna fuente , cascada-, casa ó cenador rústico &e, no pueden entrar en el número y clase de los primeros, los quales deben plantarse con árboles robustos , y macizados con espesillos, interpolados con praderas , rías , cascadas , puentes, derrumbaderos y subidas ; terminados en puntos de vista pintorescos, llenos de salas, gabinetes y asientos que formen un contraste , tanto mas gracioso quanto mas variado y menos mono tono. De aquí se infiere que todo el mérito de estos jardines está reducido á imitar la naturaleza, y por lo mismo debe el que los dispone aprovecharse y sacar partido de las hondonadas y arroyos, de las elevaciones y llanuras, conservando los diferentes puntos de vista que contenga, y acomodando siempre el plan al terreno, y de ningún modo el terreno al plan : en una palabra subordinándose al sitio , á sus accidentes, y á los objetos que le rodean. . . . Los plantíos se forman como, sin arte y así aparecen las calles abiertas como por casualidad,.: unas veces están - dispuesta* solo por el hueco ó espacio que presentan , rodeando ó serpen-iteando de uno á otro punto por entre los troncos de los árboles; otras están cerradas por sus costados con dos líneas de arbustos cuyas ramas, cortadas con la guadaña, representan haber abierta el paso por entre las malezas. En unas partes se encuentran como de repente entradas y salidas, que conducen á un lugar de descanso ó de placer , á una pradera , á un parterre , á una casa, castillo &c. ; en otras se asoma á un precipicio que estaba escondido con las plantas mismas; y en fin el conocimiento y colocación de las diversas especies de árboles que , jugando con el todo del pian, ya por su porte, ó ya por su figura contribuyan á la decoración , es lo que constituye la mayor parte de la ciencia del jardinero que los plantifica ; pero su cultivo consiste en mantener,limpio el arbolado de todo lo seco; cuidar de la extin-; cion de los insectos, y preservarlo de los demás daños que .suele padecer : las calles y paseos han de estar igualmente limpios de cantos , hojas y malas yerbas ; recortadas las plantas que deban recortarse, se renovarán los plantíos siempre que lo necesiten, y finalmente se les acudirácon los riegos quando convenga. De este modo el jardinero habrá llenado sus deberes en quanto corresponde á la dirección y cultivo de tales jardines, por lo qual y habiendo dado las ideas generales, que pueden conducirá! acierto, pasaremos á tratar del modo de criar, plantar y conservar los árboles así de monte ó silvestres, según los llama el vulgo, como los frutales cultivados ; extendiéndonos en los pormenores más minuciosos por el grande interés de la materia, T ii3 y por lo atrasado q u e se halla entre nosotros este ramo principal de nuestra riqueza. M a s para proceder con orden y llevar u n a serie de ideas c o n t i n u a d a s , según el sistema instructivo q u e nos hemos pro- p u e s t o , es preciso antes de pasar adelante hacer v a r i a s subdi-; visiones de este a r t í c u l o , pues así por lo vasto é interesante de> la m a t e r i a , como por lo delicado de su explicación trataremos: ¡ i.° te D e la diferencia que debe establecerse entre los árboles agronómicamen- de monte ó silvestres,.y los q u e se llaman comunmente frutales ó cultivados. 2. D e l modo de formar los semilleros viveros y 0 3. 4. planteles. D e l modo de verificar las siembras de asiento. 0 D e la poda en g e n e r a l , 0 y en particular de l a q u e con- viene á c a d a especie de arbolado. 5. D e l modo de trasplantar los árboles. 0 De la necesidad de separar los árboles en dos grandes secciones ó sea, según lo entiende el vulgo, en silvestres y frutales. Hemos dicho q u e deben hacerse dos grandes divisiones de los arbolados.- la primera en árboles de monte ó silvestres; y la s e g u n d a en árboles frutales ó c u l t i v a d o s , sacando de esto el p a r tido conveniente para la mayor c l a r i d a d : y a u n q u e no ignoro q u e este modo de d i v i d i r ó separar los arbolados está i m p u g n a do por R o z i e r y otros muchos a u t o r e s , creo no obstante q u e en el caso muy de q u e tratamos conviene adoptar esta d i v i s i ó n , como apropósito en la g e n e r a l i d a d de los principios á q u e l a v a m o s aplicando. D e aquí es q u e si consideramos por una parte l a extensión q u e debe darse á los árboles d e monte con relación á sus objetos y á las utilidades mas generales q u e de ellos r e - s u l t a , y por otra la diferencia de c u l t i v o q u e e x i g e n respecto d e los frutales, parece que estas dos consideraciones los separan naturalmente entre s í ; pues al paso q u e los árboles de la p r i mera división deben ocupar dilatados terrenos y a sean de b u e na ó mala c a l i d a d , los de la s e g u n d a , esto es los f r u t a l e s , r e ducidos siempre á menores e s p a c i o s , se p l a n t a n en terrenos mas p i n g ü e s , y se les aplican c u i d a d o s mas prolijos. Estos principios generales dan bastantemente á entender q u e debe admitirse la i n d i c a d a separación ó división convencional, pues es claro q u e q u a n d o se trata de multiplicar las arboledas, los bosques, montes ó plantíos de esta n a t u r a l e z a , se ha de repaTOMO 11. p 114 rar menos en la calidad y exposición de la tierra que en la situación ; pues desde luego se dexa conocer que jamás deberán ocuparse los terrenos pingües é inmediatos á las poblaciones con arbolados silvestres 5 tales tierras están y deben estar siempre destinadas al cultivo de granos frumenticios, legumbres, hortalizas, viñedos, olivares y frutas de todas especies, al paso que los mas distantes, los ínfimos y mas costosos de labrar se deben poblar de aquellos árboles, cuya plantificación cuesta poco, y rinden con el tiempo las mayores utilidades así en la abundancia de pastos como en la leña, madera, hoja y demás desperdicios que proporcionan. Esto no quiere decir que se excluyan absolutamente de alrededor de las poblaciones aquellos plantíos que forman su mejor adorno, pues es constante que una alameda plantada á las márgenes de un arroyo, un pequeño bosquecillo dispuesto con arte en un terreno malo ó en un cerro empinado donde nada se produce, y unos paseos mas ó menos extensos, con quantos plantíos de esta naturaleza puedan inventarse, son obras dignas de executarse á la vista de los pueblos, pues ellas ademas de constituir su mejor ornato, y de reportar crecidos intereses, mantienen una constante hermosura, y una salud inalterable en las poblaciones y campiñas cercanas: y he aquí como sin sentir estamos en el caso de manifestar el significado de las voces silvestre.y frutal, pues aunque estas por sí solas no expresan bien el objeto que quieren determinar, son no obstante muy útiles, y deben conservarse así por ser las mas vulgares y conocidas del rudo labrador, como porque, bien entendidas, prestan suficiente idea de los árboles comprehendidos en ambas divisiones. El árbol silvestre rigurosamente hablando , es aquel que nace espontáneamente en qualquiera parte de nuestro globo, crece, se reproduce y muere sin que la mano del hombre le haya tocado: también lo son aquellos q u e , una vez sembrados,en los grandes bosques y selvas, se les dexa enteramente abandonados al cuidado de la naturaleza ; de modo que en la generalidad de la palabra silvestres, se comprehenden todos aquellos árboles que se crian en los montes, valles y selvas, y nos suministran las rrfaderas para las obras de arquitectura, para la construcción naval, para los ingenios, fábricas, mueblage, leña , hogares & c . , ya rindan frutos útiles para el alimento y cebo de los ganados y animales domésticos, como por exernplo vellota, castaña, nuez, avellana & c . , ó ya den semillas únicamente útiles para su reproducción, como el olmo, el tilo, el haya y otros. Por árboles frutales se entienden solo aquellos que á la par de las semillas con que se multiplican, nos regalan con delicio- I I ? sas f r u t a s , quales son el pérsico ó melocotón , el a l m e n d r o , a l baricoque, el c i r u e l o , p e r a l , m a n z a n o , g r a n a d o , g u i n d o h i - g u e r a , o l i v o , v i d & c . Sin embargo estos mismos árboles se consideran en l a jardinería como silvestres ó bordes q u a n d o p r o v i e nen de semilla y no han sido inxeridos. L o s bordes son en rigor los árboles de la n a t u r a l e z a , y los inxertos son unos i n d i v i duos , cuyos frutos han mejorado su c a l i d a d rústica por los c u i dados del h o m b r e , aunque por otra parte esclavizados y sujetos á su capricho: por lo mismo los primeros son siempre mas robust o s , padecen menos e n f e r m e d a d e s , v i v e n mas tiempo, y siguen constantemente u n a marcha uniforme en el orden de su v e g e - tación. Sentados pues estos principios, y sabiendo y a por las l e c c i o n e s anteriores y por lo contenido en e s t a , q u e todos los terrenos son apropósito para criar árboles, con t a l de q u e estos sean s i e m pre de la especie q u e conviene al c l i m a , á la c a l i d a d , situación y exposición de l a misma t i e r r a , procederemos á tratar del m o do práctico' de verificar las s i e m b r a s , y a sea en g r a n d e ó y a en pequeño d i s t r i t o , dando principio por lo q u e corresponde á los viveros ó criaderos. De la formación de los semilleros ó almacigas, y del modo práctico de sembrar las semillas en estos para trasplantar después la planta. Semillero, v i v e r o , criadero ó a l m a c i g a , es u n sitio d o únicamente á l a multiplicación de toda especie destina- de arbolado: en él se s i e m b r a n , plantan y c u l t i v a n hasta el momento de p o nerlos de asiento en el p a r a g e ó sitio en q u e han de permane- cer. Este terreno debe ser de buena ó de mediana c a l i d a d , libre d e g r a m a y de otras malas y e r b a s , y debe también tener buena exposición para q u e le bañe el sol por todas partes con el a g u a necesaria para el riego. Su repartimiento se hace en quadros ó quarteks grandes, d i - v i d i d o s y subdivididos en canteros y en eras p e q u e ñ a s , como lo practican los hortelanos en el c u l t i v o de las hortalizas. T o d a s las semillas se siembran en las e r a s , allanando p r i m e ro su superficie; y si las plantas fueren muy d e l i c a d a s , se debe abonar la tierra con u n poco de mantillo m u y podrido y m e n u d o , con el q u a l se ahueca y beneficia, para q u e p u e d a n nacer mas fácilmente. E n estas eras se abren unas rayas paralelas de alto á b a x o como á un pie de distancia entre s í , y de dos á q u a tro dedos de profundidad. p 3 116 L a s pepitas de p e r a , manzana y m e m b r i l l o ; la simiente del o l m o , p l á t a n o , a b e d u l , sófora, m o r a l , cinamomo y otras m u chas que son m e n u d a s , se siembran en dichas rayas á dos dedos de profundidad, cuidando de que la siembra v a y a espesa porq u e muchas semillas no suelen nacer y a por propios defectos y y a porque las destruyen ó inutilizan los insectos, las aves, y otros animales q u e las comen. Pero las semillas gruesas como son los huesos de c i r u e l a , de albaricoque, melocotón, almendro & c . ; las c a s t a ñ a s , bellotas, n u e c e s , piñones, y las llamadas b a y a s , se p o nen á la profundidad de quatro dedos, aunque mas claras q u e las primeras, porque se puede tener mayor seguridad de su b u e n e s t a d o , y ellas por su naturaleza suelen nacer con mas pujanza: unas y otras se cubren después ligeramente con t i e r r a , y en s e g u i d a se les riega para q u e empiezen las" funciones de la g e r minación. E n quanto al tiempo de sembrar las s e m i l l a s , y a se ha d i cho lo bastante para conocer q u a l debe ser la época mas a p r o p ó s i t o : por decontado las de los árboles siguen la misma ley q u e las de todas las demás p l a n t a s , y las reglas dadas al principio del artículo que trata de la dirección de los jardines de flores, son muy adaptables á esta parte de la jardinería en que se h a b l a de los arbolados: en este como en todos los ramos de ios d i ferentes c u l t i v o s , v a r í a la época de sembrar las semillas de q u a l q u i e r a planta á proporción que son varios los c l i m a s , las s i t u a ciones, la calidad de la t i e r r a , y la especie particular de c a d a árbol. Por consiguiente reproducimos los mismos principios q u e q u e d a n sentados en el l u g a r que acaba de citarse; á saber, q u e la regla menos expuesta á equivocaciones, y por consiguiente mas universal que puede darse, es la de sembrar c a d a especie d e semilla l u e g o q u e se sazona ó m a d u r a , ó lo que es lo mismo, • q u a n d o se desprenden del árbol que las cria. Esta regla q u e nos dá la misma naturaleza es la q u e debemos seguir, para con.los árboles indígenos, y por ella sabremos que se han de sembrar en la primavera todas las semillas que se sazonan en esta estación y l u e g o que.se .recogen; y en otoño todas las que se sazonan en otoño. D e este modo ni se inutilizarán las primeras con los calor res y resecación del v e r a n o , si se las g u a r d a para la primavera próxima , ni las segundas por las humedades y enmóhecimientos q u e suelen producir las l l u v i a s del invierno. L a s primeras n a cen muy luego que se siembran, y durante el verano se fortifica la n u e v a planta ; y las segundas se preparan y disponen en la tierra durante el invierno para romper con fuerza en la sig u i e n t e estación. M a s esta regla aunque m u y útil,y p r a c t i c a b l e , no debe se- ii7 guirse en toda la extensión de su sentido: el buen arbolista se ha de dirigir también por los datos que le suministren el conocimiento del clima y el de las especies de plantas; pues en aquellos sidos en donde se sufre un temperamento intensamente húmedo y frió, no se deben arriesgar indistintamente todas las semillas de otoño: de ellas habrá algunas que puedan resistir las fuertes heladas y pasar el invierno sin . alteración ; pero otras muchas se perderán si se las siembra en aquel tiempo, á menos que por ser corta la cantidad sembrada pueda el cultivador resguardarlas con pajas , setos, esteras ú hojas echadas en cantidad. Los piñones, las bellotas, nueces y castañas resisten mucho frió, y pasan sin lesión lo rígido de nuestros inviernos; pero las bayas, las pepitas y mucnos de los huesos de las frutas se suelen helar quando no se toman con tiempo las indicadas precauciones para evitarlo : de aquí resulta que en nuestro clima conviene sembrar en febrero todas las semillas delicadas, que se recogen en el otoño: pero las que maduran en la primavera y estío se deben sembrar luego que se recogen. Tales son las reglas que pueden darse en unos elementos para establecer..un semillero ó almaciga de árboles, con las noticias convenientes respecto de los tiempos propios de sembrar las semillas. El cultivo para después, consiste: primero, en la limpieza del terrreuo, manteniendo removida la. superficie por medio de repelidas labores, con las quales al mismo tiempo se destruyan las yerbas nocivas : segundo , en dar los riegos necesarios : tercero, en trasplantar la nueva planta al criadero antes ó después de que cumpla un año, según fuere su calidad, y según el estado en que se halle : qtiarto, en dirigir los nuevos arbolitos por medio de una poda y arreglo acomodado á la índole particular de cada uno; de cuya materia se hablará en artículo separado, omitiendo en este el tratar de las operaciones respectivas al plantío de estacas, inserios y demás modos de multiplicar los árboles , por haberlo explicado en la lección que trata de la propagación y multiplicación de las plantas. El criadero no es otra cosa que un sitio destinado pa.ra plantar y criar los árboles, reteniéndolos en él hasta que hayan adquirido la altura conveniente para poderlos poner de asiento en sitio permanente ; en lo qual se diferencia del vivero y del semillero , pues este está, como hemos visto, destinado solo para sembrar las semillas, y el vivero para colocar las estacas á fin de que. echen raices : así es como quedan determinadas con voces muy propias las funciones á que se destina cada una de las partes, en que debe dividirse lo que llamamos genéricamente almaciga. n8 A l criadero pues debe trasplantarse no solo la nueva planta, que resulte de la semilla sembrada en el semillero, sino también las que provengan de los acodos y las que se adquieran por medio de barbados, sierpes, ó retoños de los demás árboles: en este sitio se ponen desde luego en líneas y á las distancias competentes , que por lo menos son de dos á tres pies uno de otro en todas direcciones. Si los árboles son de aquellos que hayan de inxerirse, podrá hacerse mientras están en el criadero y lo mismo en el vivero, pues en ambos deben permanecer las plantas hasta que se haga el último trasplanto al sitio que se les destina. Tales son las reglas que conviene tener presentes para sembrar y dirigir los árboles en los semilleros y criaderos ; parte muy esencial para el aumento y propagación de los arbolados^ tanto que todos y cada uno de los propietarios deberían tener una almaciga grande ó pequeña de aquella especie de arbolado que mas le conviniese ; pero como aun no son bastantes estas medidas para llenar el objeto que nos hemos propuesto, pasaremos á explicar el modo de verificar las siembras en grande, estableciendo las basas sobre que debe fundarse la repoblación de los montes y bosques, antes de entrar á tratar de la operación de los trasplantos, poda y demás que queda indicado» Del modo de verificar las-siembras para formar bosques* Aunque en lo general sean semejantes las operaciones deí cultivo que han de executarse para sembrar los árboles, como lo son también las épocas, estaciones ó tiempos en que se hayan de verificar, varían no obstante con relación á su objeto. Si se trata solo de plantíos cortos ó medianamente extensos, bastará el surtido de planta, que puede proporcionar una ó dos almacigas bien dirigidas, y en este caso, como pueden aplicárseles todos los auxilios del arte, no hay inconveniente en sembrar en qualquiera tiempo; no así quando se trata de formar grandes bosques, pues en este caso es preciso sembrarlos de asiento y en estación oportuna, porque si se verificase la siembra con algún retraso acia la primavera, las plantas nacidas y aun las semillas mismas estarían á riesgo de perecer con los calores y sequedad del verano, á menos que no las favorezca un clima medianamente húmedo y templado. Por otra parte es preciso convenir en q u e , si tratásemos de hacer estas grandes plantaciones por medio de árboles criados en los semilleros , sería muy costosa, aunque no imposible, su consecución. no A s í p u e s , para reducir á bosque u n a extensa porción de t e r r e n o , se ha de empezar por l e v a n t a r y quemar el céspede si l a tierra estuviere e m p r a d i z a d a y llena de maleza ; ó bien por desceparla y d e s a r r a i g a r l a si estuviese de matorral ó hubiese t e nido arbolado.: en seguida se l a b r a m u y bien dándola de tiemp o e n t i e m p o , y con intervalos p r o p o r c i o n a d o s , q u a t r o ó cinco v u e l t a s de arado yunto y liondo, allanando después l a superficie; c u y a o p e r a c i ó n , como la última v u e l t a de a r a d o , deberá h a cerse cerca del tiempo de sembrar. Preparado el terreno como q u e d a d i c h o , se tiran unos s u r cos paralelos de dos á tres pies de d i s t a n c i a , y á uno de prof u n d i d a d , .cortando diagonalmente las laderas ó cuestas q u e tuviere el terreno j y d e x a n d o t r a z a d o s unos caminos rectos y transitables por los q u a l e s p u e d a c r u z a r s e el bosque en todas direcciones. Después se v a n e c h a n d o las semillas á chorrillo en el fondo del surco y se c u b r e todo con l a rastra , pasándola u n a ó dos veces sobre e l terreno. Esta operación es sumamente fácil, pues así l a c a l i d a d como e l tamaño de las semillas d e las p l a n tas , de que ordinariamente se p u e b l a n los g r a n d e s bosques y montes , proporciona el acto de la siembra y plantación del bosq u e ; y por a m b o s conceptos son de l a mayor importancia en los n u e v o s plantíos. U n a v e z que sabemos y a el sistema ó método q u e debe s e g u i r s e para sembrar los bosques y los semilleros , y se ha enseñ a d o la parte d e c u l t i v o q u e corresponde á las plantas n u e v a s e n su niñez , ó lo q u e es lo mismo en los primeros anos hasta que d e s c u e l l a n , se robustecen y toman rumbo ; resta solo p a r a c o m p l e t a r tan importante p u n t o , hablar a h o r a del modo de d i r i g i r los árboles en l a p u b e r t a d y a d o l e s c e n c i a , ó bien sea e n a q u e l l a e d a d j u v e n i l , que media hasta que pueden d e x a r s e e n teramente al c u i d a d o de l a n a t u r a l e z a ; l a q u a l consiste en ir dirigiendo sus troncos por medio de u n a poda a t i n a d a , haciendo, a l g u n a s entresacas m o d e r a d a s de lo mas e s p e s o , y finalment e en una v i g i l a n c i a e x t r e m a d a p a r a e v i t a r todo el d a ñ o q u e p u e d a venirles de.fuera., c o n especialidad del diente devorador de los ganados. Entremos pues en m a t e r i a , y vamos á tratar e x tensamente de la p o d a , dando las r e g l a s necesarias para e x e c u t a r l a con a c i e r t o así en los frutales como en los silvestres, p r i n cipiando d e s d e luego- por aquellos p a r a l l e v a r unidas las ideas- 120 De la poda de los árboles. A u n q u e es m u y cierto q u e para todas las operaciones del c u l t i v o se necesitan muchos conocimientos de parte del q u e d a s dispone ó d i r i g e , también lo es que todo género de p o d a , c o r t a ó t a la los e x i g e a u n mayores para poder hacerla con t i n o , s e g ú n c o n viene á las necesidades de c a d a p l a n t a , á su condición p a r t i c u lar , y al destino q u e en lo futuro h a y a de tener. Estas consideraciones me obligan á exigir el recuerdo de quanto q u e d a e n - señado sobre l a fisiología v e g e t a l , pues aquellos principios d e - b e n tener su aplicación en el caso de que ahora tratamos. L a poda pues debe siempre encaminarse á la formación y fructificación del á r b o l , arreglándose conservación, para ello á las invariables leyes de la naturaleza , y no al capricho ó antojo del arbolista. E s t a operación q u a u d o se executa en los árboles f r u t a l e s , se maneja de otro modo y l l e v a fin distinto de q u a u d o se e x e c u t a en los silvestres ó de monte, y esta diversidad de o b jeto pide distinto modo de podar. A todos los árboles en general se los poda con la mira de mantenerlos r e n o v a d o s , bien dirigidos y en continua a n u a l fructificación: mas la poda de los silvestres 6 de monte , se dirige únicamente á formar un buen tronco alto y d e r e c h o , que es lo q u e constituye su mayor aprecio. Esto no obstante es preciso advertir que a u n q u e varía el método de p o d a r , con relación á la diversidad de objetos á q u e se encaminan l a s p l a n t a s , no varían las reglas fundamentales que sirven de g u i a en los casos p r á c t i c o s , ó sea en el exercicio de la operación. E s t a s r e g l a s c o n s i s t e n : primero en tener un exacto conocimiento d e l v e g e t a l en todas sus partes : segundo en el conocimiento de l a s ramas por sus n o m b r e s , carácter y empleo ; y por último en e l conocimiento de las yemas. A s í q u e considerando q u e para fixar mas y mas las buenas ideas y principios q u e conducen al c o n o cimiento exacto de las cosas, no es inoportuno repetir algunas v e ces lo y a d i c h o , reasumiremos en este l u g a r de los principios establecidos y. enseñados mera y s e g u n d a , para llenar una buena parte en las .lecciones p r i - el objeto del primero, d e los tres puntos q u e acaban de indicarse: á.saber el exacto conocimiento del vegetal en todas sus partes, doctrina y para esto me valdré de la misma del infatigable D u h a m e l , según puede verse en su f í - sica de los árboles ( i ) . (i) Tomo primero, página tercera de la traducción castellana. 121 L a parte mas notable y principal ele q u e están formados los árboles , se llama tronco. D i v í d e s e el tronco por el pie en varias porciones q u e se esparcen por ia tierra y les damos el nombre de rai ces. L a s raices principales se d i v i d e n y subdividen por medio de a l g u n a s ramificaciones en h o r q u i l l a , q u e se v a n repitiendo has­­ ta rematar en unos filamentos muy d e l g a d o s , q u e llaman raíces с abe iludas. El tronco se d i v i d e igualmente por la parte superior en v a ­ rias porciones q u e toman el nombre de ramas, y de las quales las principales se dividen y s u b d i v i d e n del mismo modo q u e las raices , y se van a d e l g a z a n d o c a d a v e z mas. La s mas pequeñas se llaman renuevos ó ramos , y las q u e están t o d a v í a brotando ó d e s p i e z á n d o s e , se llaman pi mpollos ó brotones. Los pimpollos y los ramos se c a r g a n de yemas de h o j a s , de ñores y de frutos , y á veces echan también espinas. L a s plantas sarmentosas tienen sus ramos armados de zarcillos , q u e les sir­ v e n para prenderse de los cuerpos sólidos mas cercanos. E l tronco de los árboles sube á mayor ó menor a l t u r a , y cre­ ce mas ó menos relativamente á la v a r i e d a d de sus especies , y según la naturaleza y situación del terreno en q u e se crian. E n los bosques brabos se v e n robles , tilos y pinos cuyos troncos desnudos de ramas se l e v a n t a n á c i n c u e n t a , sesenta y ochenta pies de elevación. E l tronco de los árboles sueltos echa por lo r e ­ g u l a r mas cerca del suelo a l g u n a s r a m a s , y si no se c u i d a de p o ­ darlas , se q u e d a el tronco ordinariamente m u y b a x o ; sin e m ­ b a r g o de q u e hay ciertos árboles q u e , aunque s u e l t o s , crian á veces m u y bellos troncos. E l p i n a b e t e , ciertas especies de álamo y el olmo macho, pueden servir de exemplo. ,: ч Este ligerísimo recuerdo descriptivo del porte, división y sub­ división del árbol, es de la mayor importancia para entrar á tra^ tar del manejo de la po*da, y aunque cuidadosamente se ha o m i ­ tido el repetir aquí lo conveniente á la organización general d e la planta y de los usos y funciones de c a d a u n a de las partes que la c o m p o n e n , convendrá sin embargo reveer quanto se ha explicado sobre l a epidermis , t e x i d o celular , anillos leñosos, anillos c o r t i c a l e s , a l b u r a , fibras, vasos y capas leñosas: en u n a p a l a b r a , es preciso tener presente quanto se ha enseñado sobré este p u n t o : de otro modo es absolutamente imposible dar un p a ­ so con acierto en la operación de q u e tratamos.­ ; .­ M a s si son de absoluta necesidad los conocimientos fisiológi­ cos, como acaba de v e r s e , no son menos importantes los q u e d i ­ cen relación con las diversas especies de r a m a s , determinándo­ las por sus n o m b r e s , por sus caracteres y empleos respectivos. TOMO ii, Q 122 E l árbol desmocharlo ó descimado produce ó brota unos r e nuevos v i g o r o s o s , los quales no son otra cosa que el origen de todas las r a m a s , q u e en lo sucesivo producirá el v e g e t a l ; así es q u e las consideraremos, en el sentido de los mas célebres físicos y agrónomos , como las guias , picas ó pendones del á r b o l ; ó mas bien como las ramas madres , maestras ó de primer orden , las quales formando en el punto de donde salen la primera divi- sión del tronco , ó sean las primeras c r u c e s , dan origen á las ramas s e c u n d a r i a s , á las de t e r c e r o , quarto, quinto y sexto o r d e n , pues dividiéndose y gubdividiéndose prodigiosamente por medio de varias ramificaciones en horquilla, forman un todo q u e es lo q u e llamamos c o p a , vuelo ó alabes del árbol. L a s horcaduras no son otra cosa que las segundas cruces del á r b o l , ó sean los puntos en que ahorquillan y se subdividen las g u i a s , piernas ó ramas p r i n c i p a l e s ; y en este concepto es p r e ciso recordar q u e por la v o z horcas se entienden en jardinería los muñones ó tocones que se dexan en la base de las ramas q u e parten de las horcaduras ó cruces , siguiendo la poda de orden a n z a q u e llaman de horca y pendón, y por lo mismo no deben confundirse ni equivocarse los significados de ambas voces. L l á m a s e tronco á la prolongación perpendicular del árbol q u e s i g u e creciendo en los pies q u e no se desmochan ó descabezan. L a s g u i a s , picas ó pendones son asimismo las ramas maestras ó principales q u e parten de las cruces de los árboles descimados ó desmochados , y son el cimiento de todas las ramas laterales. A q u e l punto en q u e se d i v i d e el tronco descimado y produce r a mas,'piernas ó guias oblicuas, se llama las cruces del árbol. Llamamos copa del árbol á la distribución natural de las r a mas q u e nacen sobre las c r u c e s , ó bien de un punto q u a l q u i e r a del tronco en"que se conserva la g u i a , pues en ambos casos p r o d u c e ramas maestras oblicuas ú horizontales: y por vuelo del á r bol se entiende l a circunferencia de la c o p a , ó sea la extensión dé terreno q u e cubren y sombrean las ramas. L a s haldas ó alabes son las ramas oblicuas de la copa ; y á las ramas de l a cima q u e comunmente son p e r p e n d i c u l a r e s , se les ha dado el nombre de cogullas en la jardinería. Estas nociones son indispensables para el manejo de la p o d a de los árboles en general; pero así como desde l u e g o presentan u n a l u z ' c l a r a p a r a distinguir la doctrina de esta operación, dan b a s tante á conocer q u e la generalidad de sus principios es mas bien aplicable á los arbolados silvestres ó de monte, q u e á Jos d e l i c a dos f r u t a l e s , pues para estos es necesario aun otras e x p l i c a c i o nes mas extensas y m i n u c i o s a s , de donde resulta la necesidad de s u b d i v i d i r también en d o s partes el artículo p o d a , como se 123 ha echo desde luego para la mayor claridad en las explicaciones, y para la comprehension de lo q u e abraza c a d a parte en la p r á c tica del cultivo. Poda de los frutales. Distinguense en c a d a uno de estos árboles cinco especies de r a m a s , á saber : p r i m e r a , ramas madres ó p r i m a r i a s : s e g u n d a , ramas de segundo o r d e n , ó sean m i e m b r o s : t e r c e r a , r a m a s fructíferas ó de muestra: q u a r t a , ramas de madera falsa: q u i n t a , r a mas tragonas ó chuponas. Las ramas madres son aquellas que desde su origen v a n formando el á r b o l , y salen inmediatamente del tronco. D e las y e mas ó botones de estas salen las secundarias llamadas miembros, las quales producen á su vez el fruto y las ramillas comprehen- didas en la tercera división, y llamadas fructíferas ó de muestra: estas ramas q u e son generalmente las mas débiles y cortas del á r b o l , tienen sus yemas por lo común mas gruesas y mas r e u n i das entre sí, de. modo que pueden distinguirse de las demás con la mayor facilidad. M a s sin embargo en el pérsico ó melocotón, en el a l b a r i c o q u e , almendro y otros se distinguen quatro espe- cies de ramas fructíferas, caracterizadas por las yemas mismas: la primera subdivisión de las ramas de fruto se distingue de las subsiguientes por tener las yemas ó botones t r i p l e s , es decir, u n a y e m a leñosa entre dos fructíferas : la s e g u n d a se manifiesta porque solo tiene dos y e m a s , u n a leñosa y otra fructífera: la tercera especie es aquella que tiene las yemas s i m p l e s , q u e por lo común no son mas q u e de ñ o r e s ; y la quarta la forman unas raninas muy pequeñas de una hasta tres p u l g a d a s de largo guar- necidas al rededor de yemas floridas, y terminadas por una y e m a leñosa. E s t a última especie de ramas de fruto llamadas también fruteros, boles , retallos y apuros, se hallan en todas las especies de ár- y son m u y frecuentes en los c i r u e l o s , perales y man- zanos. L a s ramas de madera falsa comprehendidas en la q u a r t a d i visión p r i n c i p a l , son aquellas que salen de la corteza, y no de ojo ó y e m a fértil ; y por último las ramas tragonas ó chuponas que señala la quinta y última e s p e c i e , son las que suelen nacer de las ramas madres ó t a i vez del mismo tronco , que absorven y roban la mayor parte de los x u g o s del árbol, debilitando y a u n arruinando á las mas inmediatas. D e l exacto y p u n t u a l conocimiento de las cinco especies ó diferencias de ramas p r i m i t i v a s , y de la subdivisión que se ha hecho de las fructíferas ó de m u e s t r a , que q u e d a n e x p l i c a d a s , d e Q2 124 pende absolutamente el acierto de la p o d a , y con el se la práctica de esta operación capital del cultivo de facilita los árboles. M a s debiendo hacerse con arreglo á la edad y c a l i d a d del i n d i v i d u o , á la formación del p l a n t í o , y á los usos y fines á q u e se dirige el árbol, es absolutamente necesario tenerlo todo en consideración antes de derribar ia mas mínima parte del v e g e t a l . A todos ellos se los empieza á dirigir desde pequeñitos^pero en los frutales de q u e tratamos empieza la poda propiamente dicha desde que se verifica el plantío de asiento ó poco después, según el estado y las circunstancias en que se encuentran: entonces por lo r e g u l a r dispone el arbolista la figura que en lo sucesivo h a y a n de tener. Si el árbol ha de vestir espaldera y formar abanico se le suprime g u i a á dos yemas fértiles sobre el i n x e r t o , de las quales dos ramas opuestas una á la derecha y otra á la i z q u i e r d a , figurando la saldrán que una V a b i e r t a , ó lo q u é es lo mismo , una con otra r a - ma el ángulo de q u a r e n t a y cinco g r a d o s , v e n d r á n después á ser las ramas madres ó primitivas. Pero si el árbol se ha de a r mar en figura de c a m p a n a ó farol, ó bien en e s p i n o , como l l a man los arbolistas e x t r a n g e r o s , entonces se corta la g u i a á q u a t r o y e m a s fértiles sobre el i n x e r t o : de este modo se desarrollan tres ó quatro ramas vigorosas enderedor distribuidas por un del t a l l o , orden c o n v e n i e n t e , y estas forman los mismas, primeros brazos , c u y a s subdivisiones nacen siempre con la mas a r r e g l a da d i v e r g e n c i a de tal m o d o , que muchas veces no hay d a d de v o l v e r á tocar al árbol para arreglar su • H e c h a está primera cer después con entera necesi- figura. poda en ambos c a s o s , se les d e x a libertad por todo aquel a l g ú n pimpollo que salga mal g u i a d o , el q u a l se le quita tras es herbáceo, no se cre- a ñ o , y á no ser mien- le toca para cosa a l g u n a , y al año s i - guiente habrá ya producido sobre las primeras una buena p o r - ción de las ramas ele segundo orden que iremos llamado miembros: á éstos se les poda -quasi siempre g l a d o de tal modo'que al paso que Cortos, y por un' orden arre- se les obliga á brotar con pujanza nuevas r a m a s , v e n g a n estas g u a r d a n d o la figura y p r o porción primitiva del á r b o l , p a r a lo q u a l se les rebaja por un punto en que h a y a yemas bien c o l o c a d a s : de siempre este modo se consiguen las ramas de la tercera e s p e c i e , ó sean fructíferas, con quantas divisiones y subdivisiones dexamos Q u a n d o el árbol ha l l e g a d o á este e s t a d o , explicadas. y su formación está h x a d a por medio de la dirección que se le ha d a d o : q u a n do y a se dres , las hallan distribuidas en el mejor orden las ramas de s e g u n d o y de tercer ma- o r d e n , empieza á manejar- se la poda entre los depósitos del fruto y los del acrecentamienío de la p l a n t a , y p o r . l o mismo es a q u í el caso en que mas. se necesita de la instrucción teórica y práctica. L a única r e g l a , y acaso la mas universal q u e p u e d e darse fuera de la v o z v i v a y á vista del objeto, es la de conservar las ramas q u e se hallan repartidas con i g u a l d a d y proporción por los lados de las ramas madres y de los miembros, pues son tanto mas preferibles q u a n to mas se aproximan á la figura total del 'mismo á r b o l : de este modo las ramas se n u t r e n , crecen y fructifican con i g u a l d a d : las que se dirigen acia el centro, ó bien directamente acia f u e ra del árbol, y todas las q u e salen perpendiculares al tronco, deben cortarse, porque como q u e d a insinuado son perjudicia- les al árbol, y son precisamente ó tragonas o de madera falsa, según e l punto de donde nacen. : El g r a n a d o , el membrillo, el g u i n d o y la h i g u e r a , son á r boles q u e se forman r e g u l a r m e n t e por sí mismos, y por esto se suele decir q u e una v e z armados están exentos de la p o d a , á no ser para quitarles lo seco, lo p a s m a d o , y a l g u n a rama g o n a s i la producen ; mas el a l b a r i c o q u e , peral , tra- manzano, ciruelo y otros semejantes, es necesario podarlos, pero con eco-: n o m í a , llevándolos por grados progresivos a l fin q u e se propone el c u l t i v a d o r , y evitando siempre toda violencia para que no se carguen de ramas tragonas á lo q u e son muy propensos , m a yormente q u a n d o se les rebaja mucho y ellos gozan d e buen t e r reno y cultivo. D e aquí puede inferirse que el descargarlos un tanto de m a d e r a inútil, aclararlos y terciarles las ramas,- q u a n do lo necesitan para renovarlos y obligarlos á producir leña n u e v a y brotes dé reemplazo, es y será siempre de la mayor : d a d para todos e l l o s ; pero á l a par les perjudicaría utili- infinito e l cortar, talar y destruir sus ramas sin conocimiento. Q u a n d o se poda un á r b o l , puede verificarse el corte de las ramas de tres modos solamente-: primero, á casco, derribando en- teras las que se necesiten: s e g u n d o , cortándolas ó rebajándolas por j u n t o á ias ramillas• menores : y t e r c e r o , terciándolas por q u a l - q u i e r a punto de su longitud. Si se verifica lo primero, debe cortarse de modo q u e sin ofender mas de ló preciso el cuerpo leñoso de donde s a l e , no q u e d e u ñ a ni espolón de la rama derriba- da : si lo s e g u n d o , deberá i g u a l m e n t e darse un corte raso, l i m pio y bien dirigido ; pero sin dexar desamparada ni ofendida l a nueva rama q u e q u e d a p a t a reemplazo d e la c o r t a d a : y final- mente''si lo tercero ,' es preciso cortar por encima d é una y e m a ; leñosa para obtener en ella un brote seguro ; de otro modo es proceder á ciegas. Estas nociones q u e son generales para el manejo de la p o d a en todos los árboles, son de la mayor importancia en algunos, c u y a delicadeza hace usar de quantos arbitrios conoce el arte de I 26 la mas ilustrada jardinería. T a l es el melocotón y otros diferent e s , en los qt.ales l u e g o q u e se llega á podar entre ramas fruc- tíferas, no q u e d a otro arbitrio que el conocimiento de las yemas para cortar siempre sobre aquellas q u e son leñosas, á fin de q u e broten por ellas ramas de reemplazo q u e v a y a n substituyendo á las q u e por necesidad hay q u e derribar las yemas triples renovando el árbol. E n h a y seguridad, de hallar siempre u n a leñosa, q u e es la del c e n t r o : en las dobles se halla a l g u n a v e z esta y e ma al lado de la de flor ; mas las yemas simples al paso q u e en muchos árboles con f a c i l i d a d , son quasi siempre leñosas y se en otros pueden equivocarse de p u r a flor, y por lo mismo distinguen fácilmente con las se hace indispensable el conoci- miento exacto de t o d a s , si se ha de e x e c u t a r con acierto la operación de la poda ó tala de que tratamos. L o s arbolistas mas instruidos en el arte de la jardinería usan además otras operaciones equivalentes á la p o d a , y con ellas d i r i g e n y conservan sus árboles en el mayor l u x o de v e g e t a c i ó n y hermosura: tales son el despimpollado ó d e s l e c h u g a d o , la p a l i z a d a , y el r e e m p l a z o : todo esto es de mucha u t i l i d a d q u a n d o se maneja b i e n , pero están poco generalizados sus principios e n tre nosotros. Practican algunos jardineros y labradores el d e s p a m p a n a d o ó deslechugado de las vides q u i t a n d o solo algunas hojas á la p l a n t a , descargándola de chupones y sarmientos .inútiles, y p r i n cipalmente de los nietos, bre de caballos; conocidos también por ellos con el n o m - esta operación dirigida entonces á d a r luz á l a p l a n t a , descargar su e s p e s u r a , y facilitar la mas completa m a duración del fruto, es importantísima en las provincias y en los emparrados espesos para lograr ubas aun es mas útil para dirigir y frescas s a z o n a d a s ; pero formar el tronco y brazos de l a v i d , si se e x e c u t a como corresponde y podrá inferirse de la e x plicación q u e vamos á dar para manejarla en los árboles frutales. Despimpottadura. L a despimpolladura no es otra cosa q u e la supresión de los tallos superfluos , c u y a operacion.se hace comunmente por los meses de mayo y junio según el clima., c a l i d a d del árbol, s i t u a ción y exposición en q u e se halla , pues nunca debe empezarse hasta q u e los tallos mas vigorosos .tengan de ocho á doce p u l g a das de largo. Q u a n d o están a s í , vá el jardinero quitando todos aquellos ramillos q u e han brotado por el frente y por la espalda de las ramas principales que constituyen la formación del á r bol , sin dexar otros q u e los q u e han salido lateralmente ó por I 2 7 los costados de las primeras : de este modo se r e n u e v a n , se n u tren y fortifican los que q u e d a n , se economizan muchas heridas al v e g e t a l , se guarnece de brotes bien s i t u a d o s , de ramas y de reemplazo. se es preciso cuidar, de q u e ios últimos brotes ó t a l l o s , que inmediatas á los cortes de sean siempre los mas vigorosos para Sin provee árbol len en las yemas fructíferas y el embargo, sa- las ramas leñosas, q u e por ellos continúe crecimiento de las mismas ramas ; y en el caso de que el alguno sea muy débil ó se hubiere inutilizado la yema que debia pro- ducirle , se conserva uno de los brotes bien situado , y se rebaja la rama inmediatos, pero leñosa por aquel p u n t o , para q u e siendo este el tallo d o m i n a n t e , continúe siempre el de las ramas principales en l o n g i t u d , crecimiento y así lleguen todas á la altura á que deben llegar. Los tallos ó brotes que producen las ramas fructíferas, mo además del reemplazo tienen otro destino en la co- economía v e g e t a l , no conviene quitarlos hasta que se vea que el fruto está anudado ó c u a x a d o enteramente , pues contribuyen no solo á su d e f e n s a , sino también á su alimento y mas si han faltado los frutos en la extremidad entonces nutrición; de una rama conviene rebajarla sobre el tallo inferior que t e n g a f r u t o , su- primiendo a l g u n o que otro de los mas i n m e d i a t o s : y en el caso d e no tener esta rama fructífera fruto a l g u n o , entonces no será inoportuno rebajarla del todo , hasta dexarla sobre los tallos i n feriores bien situados. E l despimpollado es de la mayor importancia para los á r boles de h u e s o , y p r a c t i c a d a la operación del modo referido r e porta muchas v e n t a j a s , especialmente á los pérsicos ó meloco- tones y en general á todos los árboles que se crian sujetos á esp a l d e r a , en c u y o caso es preciso empalizarlos, distribuir sus ram a s , y colocarlas en el l u g a r que les corresponde por su figu- r a y situación. Se ha dicho que la despimpolladura ó deslechugado no debe hacerse hasta que los brotes tienen una longitud de ocho á d o ce p u l g a d a s ; asimismo la empalizada tampoco debe hasta que las nuevas ramas hayan adquirido una verificarse longitud fuerza c a p a z de poderlas atar y sujetar sin que s a l t e n , y se d e s - x o q u e n , t u e r z a n , ó p a d e z c a n otros males q u é son fáciles de c o nocer. P a r a evitar estos y no descubrir el fruto a n t i c i p a d a m e n te con el doblez de los tallos que se empalizan ó con los m u - chos brotes que hay necesidad de cortar por i n ú t i l e s , ni lo expuesto á la fuerte impresión del sol que dexar- le perjudica , no debe empezarse la despimpolladura y empalizada entre nosotros hasta que se recoje el f r u t o , pues tenemos bastantes grados de 128 calor para que maduren sin necesidad de que se les e x p o n g a directamente á la acción del sol. Sin e m b a r g o , en las p r o v i n cias húmedas.y frescas, convendrá empalizar los árboles desde últimos de julio á primeros de agosto. D e este modo no hay riesgo de que padezcan unos ni otros por estar demasiado tiernos ; antes bien q u e d a n d o descubiertos en aquella é p o c a , a c a b a n de sazonarse y adquieren una maduración perfecta. Esto acredita que en q u a l q u i e r a parte puede adelantarse algo mas la época de empalizar los árboles n u e v o s y sin f r u t o , porque siempre brotan con mas pujanza y vigor que los viejos : y esta razón de utilidad y conveniencia debe tenerse presente en todos los casos en que se practique la operación. L o mismo se enten • derá con respecto á los recios tallos que producen las ramas le*ñosas ó principales de los árboles e m p a l i z a d o s , pues estos b r o tes, se deben c o l o c a r , atar y dirigir con el mayor c u i d a d o y con la anticipación n e c e s a r i a , para no exponerlos ó á que los d e r roque el viento, ó á que tomando una mala dirección los i n u t i lize para después. Por ú l t i m o , como, la empalizada se dirige principalmente á los árboles formados en a b a n i c o , ya se pongan estos á todo v i e n to como sucede en las contra espalderas (desterradas con razón de la j a r d i n e r í a ) , ó y a estén arrimados á los muros ó p a r e d e s , se atan y sujetan siempre á los enrejados formados de intento, á.las e s t a c a d a s , ó á los clavos puestos para ello en la p a r e d misma: de qualquier modo la operación tiene por objeto distribuir los tallos y las ramas por uno y otro l a d o , de modo q u e siempre formen una V y no resulte confusión; antes bien que v i s tan al mismo tiempo todos los espacios intermedios, para lo q u a l se empieza formando el árbol , como se ha d i c h o , en dos ramas principales que tienen la misma figura y resulta entre ambas u n á n g u l o de q u a r e n t a y cinco grados : sobre c a d a una de estas s a len las ramas secundarias , las quales con las primitivas d e b e rán también ir formando ángulos del mismo número de grados. C o n esto , y con el c u i d a d o q u e debe tenerse en suprimir , r e bajar y dirigir las ramas por los principios q u e q u e d a n e x plicados , se logrará infaliblemente la mas acertada dirección del arbolado.: y si á lo dicho se añade la precaución de no permitir jamás rama ni tallo a l g u n o perpendicular al tronco, sino también ir doblegando poco á poco las ramas primitivas, las secundarías y d a s . subsiguientes ,, de modo que se aparten algo mas de la indicada posición vertical de quarenta y cinco grados , se c o n s e g u i r á sin d u d a una renovación mas c o m p l e t a , un reemplazo mas v i g o r o s o , y una fructificación mas s e g u r a . F i n a l m e n t e , al tiempo de hacer la empalizada se supri- I2>9 c i e n también todos los tallos q u e no pueden colocarse fusión , ó q u e se acabalian sobre otros ; los q u e sin con- h a y a n nacido por detrás 6 por delante de los leñosos dexados antes-.en l a d e s pimpolladla ; y por fin todos aquellos brotes inferiores , q u e aparentan dominar á los q u e han de servir para la prolongación de las ramas , se cortan entonces d e x a n d o algo de uña para evitar, los efectos de l a g o m a ; ; .y estas uñas se,;suprimirán .-después en la poda de primavera. T a m b i é n tallos duplicados ó triplicados deben: suprimirse los que suelen producir las últimas yemas de las ramas rebajadas ó t e r c i a d a s , y dé n i n g ú n modo se dexará mas que u n o , ,y.este el mas robusto y vigoroso. que hubieren Los salido al lado de, los frutos se cortan á tres quatro hojas en qualquier caso en q u e se hallen-; pero de ó nin- g ú n modo,se suprimirán l a s . p u n t a s . 6 , e x t r e m i d a d e s q u a n d o presentan arrugadas , encogidas y revueltas en los tallos q u e d a n , pues esto haria que se desarrollasen b a x a s con g r a v e perjuicio de la planta , curarle aumentaría el daño. se que otras yemas mas de modo que lejos E l tiempo de cortar estas enfermizas , es.-desde, media dos hasta últimos de de puntas septiembre, y de n i n g ú n modo antes de dicha época. Estas son en general l a s . r e g l a s mas, exactas, q u e pueden darse para dirigir atinadamente la poda de los árboles frutales; y aunque parezca que nos hemos ext endi do demasiado , ense- ñando hasta el l u x o por decirlo así de lá j a r d i n e r í a , principalmente con la idea de d da, que y .arreglo ra, siguen los a r á conocer el cultivadores; mas hábiles de los pérsicos ó melocotones en sujetos por ser estos árboles los menos duraderos en g e l e s , jardines y huertas. ha sido método de á la , espaldenuestros" v e p ¡ Ojala las e x p l i c a c i o n e s , á que l u g a r estos principios , pudieran producir unas ideas tan tas de l a doctrina: que pretendo i n c u l c a r , ; q u e por ellas celebrados cultivadores de l i u i j o p . a y exac- á; hacer que ..nuestras se transformaren en. las,-ma-s bien y frondosas arboledas frutales ó silvestres r dan llegáse mos un dia á exceder en conocimientos ¡ agronómicos á los siertas campiñas po- l a , dirección r mas de- cpmbinada^ entonces sería quan*- d o , cumpliéndose mis deseos, g o z a r í a mi alma el mas dulce píacer y .la satisfacción mas c u m p l i d a ! • TOMO u . - I JO De la poda y dirección •é de de los árboles monte. silvestres Y a se ha dicho que la poda de lps árboles silvestres ó de inónté sé encamina principalmente á formar ün buen troncó, alto , robusto y d e r e c h o , q u e es lo q u e constituye su m a y o r estimación , para lo q u a l es indispensable empezar á conducirle desde la e d a d mas tierna, ora se halle colocado en el plantel ora esté en las siembras g r a n d e s , para formar los bosques y montes dilatados. • E n la doctrina de muchos a u t o r e s , y en la práctica que g e neralmente-siguen los q u e dirigen arbolados de esta especie, se encuentra muy en uso el cortar todas las ramas q u e p r o d u c e n los arbolillos nuevos al rededor del t r o n c o , conservando i á g u i a principal para que ésta creciendo en poco t i e m p o , se a l a r g u e mucho y su altura sea la mayor posible. Este sistema absolutamente contrario á los buenos principios y por lo mismo d e s p r e c i a b l e , hace que muchos de los árboles conducidos por él sean siempre d e f e c t u o s o s , q u e se crien a h i l a d o s , y que 5os troncos, no púdiendb sostener el corto peso de la c i m a , sé v e n z a n acia un lado , sé t u e r z a n , y jamás sean útiles-.-Y como por los principios que q u e d a n explicados-se sabe y a qtie laS raices y las ramas g u a r d a n entre sí la mas exacta proporción , manteniendo' por esté - medio u n equilibrio saludable y n e cesario en el crecimiento y extensión de entrambas partes , nos escusamos de repetir aquella doctrina ¡ pues por esta indicación se d e x a conocer que las ramas no solo sirven p a r a formar la copa del árbol y rendir los frutos de su- especie , sino q u e c o n t r i b u y e n también á l a nutrición y v i d a del v e g e t a l ; y a las c o n sideremos a b s o r b i é n d o l o s fluidos' y--gases atmosféricos, -ó ya'c'O'rhb órganos excretorios '-per d<jnde el v e g e t a l se desprende de las-'¿¿'aterías-que rió le son necesarias. E n uno y otro caso sus 'funciones 'éon importantísimas'," y para decidirse á cortar -es preciso tener grandes conocimientos y saber q u é es lo q u é de^be resultar de la supresión. Por decontado a b s o r v i e n d o , como absorve la planta de la atmósfera una g r a n parte de su sustento por medio de las hojas , debe considerarse q u e transmitido este al tronco por el conducto de las ramas desciende hasta las r a i c e s , y que al paso q u e este x u g o descendente nutre t o das las partes del v e g e t a l , contribuye también á q u e el tronco engruese proporcionalr.-.ente , manteniéndose además derecho con 1 1 ! ; i3i el contrapeso q u e forman unas y otras por todos Io.s lados. Así q u e , no debe seguirse en esta parte la práctica de muchos cultivadore.s , ni la doctrina contenida, en varios escritos:: q u e sejan la mutilación absoluta de todas las .ramillas; q u e acon- salen ew derredor de los tronquitos nuevos , p u e s es-.evidentemente contraria á los sanos principios de la. física y a l a constante obser- vación. Esta ha hecho ver que los árboles criados de tal modo- tardan mas tiempo en formarse, son débiles , y necesitan siempre de un a p o y o , tutor ó rodrigón , q u e los sostenga p a r a guien y crezcan derechos. . que • '...¡ N o por esto reprobamos la poda de estas r a m a s , antes d e c i mos que. d i r i g i d a por principios y p r a c t i c a d a déla mayor importancia , pues si fluxo de cortar sin consideración con economía es cierto que. el acarrea daños es desmedido irreparables, también lo es q u e una poda a r r e g l a d a conduce los árboles al término deseado con mayor celeridad y hermosura : pero; como: no todas las clases de árboles crecen de ün¿mismo-modo, ni sus calidades son idénticas , resulta q u e ; e n cortar unos se puede mas órnenos q u e en. otros, y empezar mas temprano ó mas t a r de ;' pero én todos se determina por la necesidad q u e presentan consultando sus medros y frondosidad: y en quanto al tiempo en unos se principia al segundo año de n a c i d o s , en otros a l t e r c e r o , quarto ó quinto-; pero en los q u e provienen de e s t a c a , de ; barbado ó de a c o d o , empieza, regularmente al cumplir el primeraño de su plantación. Q u a n d o y a está el árbol en estado c o n v e niente , y ha l l e g a d o la época de verificar la p o d a , se empieza por descargarle de a l g u n a q u e otra ramilla l a t e r a l , principian- d o por l a s mas a l t a s ; y b a s a n d o acia a b a x o , se- v a entresacan- do una acá y otra allá , de modo q u e queden sin embargo rias de ellas repartidas va- ordenadamente á su derredor. E n este caso se cortan principalmente las ramas laterales mas vigorosas, y todas aquellas que se considera podrán arrebatar acia s a v i a , descomponer la figura del n u e v o a r b o l i l l o , sí la é. impedir la prolongación de la g u i a : esta debe siempre ser única y quedar libre , sin que rama a l g u n a la sofoque ; por esto q u a n d o s u c e d e hallarse en l a extremidad superior del tronco dos ramas p a r e a das ó en horquilla, se corta inmediatamente u n a de ellas , xando solóla mas fuerte, de-, derecha y bien (colocada, para que> por ella continúe la formación del tronco hasta la altura com^ pétente. E s un principio establecido para todo género de poda el cortar las ramas á casco y de modo q u e no q u e d e uña ó t o c ó n , á fin de que las heridas se cierren y cicatricen sin.que; aparezcan! después señales del cortef mas esta regla, d i g n a . d e a 2 observarse I 32' en todo género de p o d a , tiene sus excepciones q u a n d o se trata de podar los arbolitos n u e v o s , que y a sea en la a l m a c i g a ó y a éralas siembras de asiento, se v a n dirigiendo para formar el t r o n co-: en estosí pues conviene algunas veces u ñ a ó sea una pequeña parte dexarles un poco de de la rama que h a y a de cortarse p a r a que brotando por ella algunos retoños entretengan l a savia, é impidan que c a r g u e con demasiada impetuosidad sobre la g u i a ó tallo del centro. E n otros casos no se cortan las r a m a s , pero se retuercen y doblegan algunas;, dexándolas pendientes del á r b o l , y por ambas operaciones se e v i t a la producción de ramas t r a g o n a s , se- mantiene' el equilibrio.de la s a v i a , y se proporciona á la n u e v a planta una' c a n t i d a d privaría cortándolas de nutrimento, d e .que se á casco. E n fin pasado aquel año, y en la primera poda s i g u i e n t e , se derriban unas y otras porque ya son inútiles ai v e g e t a l , y q u e d a el tronco en estado de cicatrizar sus h e r i d a s , - h a b i e n d o antes recibido el mayor beneficio posible a s í - d e las uñas,'como<de las ramas retorcidas. - . De este modo se continúa todos los años aclarando y diri- g i e n d o con la poda los nuevos plantíos, hasta q u e , ó bien se t r a s p l a n t a n los árboles si están en a l m a c i g a , ó bien si es siembra d e a s i e n t o , ellos mismos tienen suficiente altura y resistencia para mantenerse y vivir sin necesidad de otras operaciones q u e las de las entresacas q u e , ordenadas por periodos determinados., a c l a r a n l o s tallares y d e x a n los grandes plantíos en el estado que conviene con respecto á la c a l i d a d del arbolado, á los usos que se h a y a n de hacer de é l , al terreno, s i t u a c i ó n , clima y demás c o n sideraciones : por cuyos datos se g r a d ú a n las distancias que d e ben mediar entre unos y otros ¿ y se determinan las épocas de las escamondas, rozas ó t a l a s ; mas bien q u e por q u a l q u i e r a otra r e g l a general que pueda darse. , A u n q u e consideremos las edades del árbol reducidas á q u a - tro periodos q u e son ¡ p r i m e r o , desde que nace hasta los -diez años.: s e g u n d o , - d e diez á v e i n t e : tercero, de veinte á quaren- t a : y q u a r t o , de quarenta á ochenta ó c i e n t o , no basta sin e m b a r g o este dato para arreglar l a s talas n i - l a s entresacas como 1 corresponde, pues se e x p e r i m e n t a - q u e s e g ú n las. circunstancias f-aworeeeir.mas ó w i e n o s i á Vegetación-i,;así Unos arbolados crecen en; veinte mas que; oíros en q u a r e n t a - a ñ o s - , y por lo mismo v e mos t a m b i é n árboieSique c u e n t a n hasta doscientos, años de e d a d y aun se manifiestan frondosos y robustos. • _ E n este concepto no parecerá extraño aconsejar que en los primeros diez, años se reduzca la poda á dirigir el tronco y form a d l a .copa ¡del á r b o l , cortándole las ramas que se consideren ; necesarias según.¡los principias i n d i c a d o s ; pero siempre, q u a n d o 133 aun son d e l g a d a s , d a s , sean por p a r a q u e siendo también consecuencia t i e m p o , ó antes si mas fáciles de fuese;en almaciga, ya menores las h e r i - curar. Pasado este podrán aclararse los árboles, bien sea arrancando los pies sobrantes para otros plan— tíos , ó bien rozándolos para leña : en este caso se limpia el t e r reno siendo posible, y se d e x a n los árboles en q u i e t u d hasta cumplir los veinte ó treinta a ñ o s ; en c u y a e d a d se verifica la s e g u n d a entresaca de los b o s q u e s , cortando el tallar que se re necesario para dar mayores distancias conside- á los árboles q u e v a n medrando con sobresaliente lozanía. L a corta de todos se e x e c u tá por el p i e , derribando siempre los mas d é b i l e s , los torcidos, los que se h a y a n vencido con los a i r e s , y en suma todos aque- llos que deben se consideran por d e menos valer. T a m b i é n se cortar las ramas inútiles de los que h a y a n de q u e d a r ; pero con economía la mas g r a n d e , siempre q u e el arbolado sea de aquellas especies de maderage precioso como el roble , la e n c i n a , el c a s taño , el h a y a y o t r a s : mas, si el bosque f u e r e - d e otras castas, como por exemplo de maderas b l a n c a s , y se destina para hacer en él cortas r e p e t i d a s , entonces se puede dexar el tallar mas e s p e s o , y eu las cortas siguientes hacer las rozas g e n e r a l e s , d i v i d i e n d o todo el terreno en q u a t r o , c i n c o , seis ó mas trozos ó quarteles para cortar alternativamente u n a porción cada a ñ o , ó lo que es mejor de dos en dos a ñ o s : de modo q u e c a d a :ocho, d i e z ó doce a ñ o s s e c o r t e u n a sola v e z c a d a q u a r t e l , y no ni mas amenudo. antes -: C o n tal r é g i m e n , . y con las modificaciones á q u e dan l u g a r los principios e s t a b l e c i d o s , se pueden dirigir todos los arbolados sean de la clase que fueren j a d v i r t i e n d o q u e la época de verificar la corta de los árboles de m o n t e , es siempre durante la estación de mayor frió ó. poco después q u e apean la^-hoja, y debe a c a barse algo antes q u e se empiezen á. mover sus x u g o s y entrar en savia. L o mismo.;se entenderá respecto á las podas en g r a n d e y a sean de los bosques y a arbolados de ios de las alamedas , y y a paseos p ú b l i c o s , de estos plantíos no en fin de los pues la d i l a t a d a extensión permite otra cosa. E n las arboledas cor- t a s , y sobre todo en las de frutales, es muy conveniente esperar á i q u e cesen un tanto los frios del.invierno para verificarla, pues de lo contrario padecen las plantas muchísimo, y no pocas ve- ces perece un brazo principal ó el árbol todo por el daño q u e recibe con eMiielo en un corte dado sin discreción tiempo. Este mal puede evitarse en parte y fuera recogiendo las ridas con el ungüento de inxeridores, ó sea la mezcla de ro y boñiga amasado de hebar- en consistencia regular-, s e g ú n se dixo en la lección que trata de l o s i n x e r t o s :.de otro modo los lagri- 134 males son i n m e n s o s , la pérdida de la linfa ó de la savia y de ios x u g o s propios es de la mayor aun a t e n c i ó n , los escarzos m u l t i p l i c a n , las H a g a s se a u m e n t a n , y g a n g r e n a q u e destruye l a .planta. entre se todos atraen l a ' Últimamente-;, enterados y a de todos los pormenores de la p o d a , considerada esta con .la mayor extensión posible, é i n d i cados ios medios de conducir el v e g e t a l en toda la carrera de su v i d a , resta tratar del último de los puntos q u e nos propusimos ; á s a b e r , el sistema q u e debe seguirse en los trasplantóse y a u n q u e p u d o haberse h a b l a d o de. esta operación antes que de la; p o d a , no me ha parecido c o n v e n i e n t e , porque t r u n c a b a la serie de ideas que debía en aquel l u g a r presentar s e g ú n el o r d e n con q u e se suceden , y según también l a uniformidad de p r i n c i pios q u e e x i g e n unos elementos. Del modo y tiempo de trasplantar los árboles. - N i n g u n a ponderación será e x c e s i v a para persuadir la u t i l i dad de los semilleros , viveros y criaderos ó a l m a c i g a s , por mas q u e se ensalcen sus ventajas q u e d a r á n ; pues seguramente m u y atrás , comparándolas con el bien general q u e reportan <k p u e d e n reportar al Estado. ¿ Q u i é n n o s e admirará de ver q u e él< corto espacio de quatro fanegas de tierra puede producir eii p o cos años los árboles suficientes para poblar todos los 1 terrenos eriales, pantanosos é incultos de un término? C i e r t a m e n t e p a r e cerá ésta u n a ponderación desmedida á ios q u e no han fixado jamás su vista sobre un criadero bien acondicionado y dirigido} pero q u e n a d a tiene de e x a g e r a d a , puesto q u e no es extraño el sacar de quince á veinte mil árboles útiles cada dos años de u n vivero ó a l m a c i g a de aquella extensión. M a s estas efectivas utilidades de poco ó n a d a s e r v i r í a n , así como los trabajos, g a s - tos y cuidados aplicados antes para criar los á r b o l e s , si la o p e ración del trasplanto no se maneja debidamente , y si o l v i d á n - dose el operario de q u e tiene entre sus manos un ser v i v i e n t e , compuesto de una o r g a n i z a c i ó n . t a n admirable como d e l i c a d a , le mutila y destroza exerciendo Con él la mas i n a u d i t a crueldad, suprimiendo las ramas sin orden ni c o n c i e r t o , cortándole no s o lo aquellas raices que. m a g u l l a d a s , descortezadas y abiertas , : ó rajadas en el acto de a r r a n c a r l e , p a r e c e - q u e lo n e c e s i t a n , sino también despojándole de la mayor y mejor parte de las que se pudieron!,librar,de aquellos m a l e s , y en fin -hoyos en el acto del plantío; .sin n i n g u n a preparándole-malos precaución ni abono. 35 T o d o s estos m a l e s , y muchos mas t o d a v í a , sufren r comunmente los arbolillos q u a n d o se trata de t r a s p l a n t a r l o s ; y no obstan- te que les falta á veces el r i e g o , las labores y los a b o n o s , q u i e ren que prendan b i e n , q u e medren m u c h o , y que formen ar- boledas frondosas en poco tiempo. ¡Pobres á r b o l e s ! ¿ Q u a n d o lleg a r á el dia en que los hombres del campo os traten con la misma eonsideracion q u e dispensan á una macolla de c e b a d a ó á u n a planta de trigo? ¿Sois por v e n t u r a vosotros menos útiles q u e e s tas preciosas cereales? L o s árboles nacidos en el semillero tienen n e c e s i d a d de ser trasplantados á otro p a r a g e , en donde colocados á mayores d i s tancias p u e d a n llegar todos á un estado competente , p a r a des- pués llevarlos al sitio en que han de permanecer de a s i e n t o : d e este modo se logra aprovechar toda la planta n u e v a , y entonces resultan todas las ventajas de que es susceptible esta especie de c u l t i v o . Por decontado arrancando la n u e v a planta a l principio de la primavera i n m e d i a t a á l a é p o c a de su n a s c e n c i a , ó á los dos años si fuere n e c e s a r i o , se encuentra en un estado t a n a p r o pósito para manejarla , como propio para sufrir l a operación: desde l u e g o se echa de ver que por mas c u i d a d o que se lleve en el arranque , siempre se cortan tiernecitas se regeneran a l g u n a s r a i c e s , pero como son fácilmente , m u c h a s , y por lo g e n e r a l p r e n d e n multiplican en otras todos los pies que se se tras- plantan. E s t a ventaja q u e es de la mayor c o n s i d e r a c i ó n , se a u m e n t a t o d a v í a con la s e g u r i d a d d e q u e al último trasplanto ó , lo que es lo mismo, q u a n d o se saquen del criadero para llevarlos al l u g a r «n que h a y a n de q u e d a r p e r m a n e n t e s , prendan , a r r a y g u e n y p r o s p e r e n ; mas para lograr esto conviene despuntar un poco l a í a i z central ó nabo , y a l g u n a s de las secundarias en el acto de «ste primer trasplanto. C o n esto se le obliga á brotar nuevas y m u l t i p l i c a d a s r a i c e s , se impide la prolongación de l a raíz, c e n tral , y se consigue el desarrollo d e las muchas raicillas capila- r e s , que son tan importantes al v e g e t a l si ha de ser trasplantado «tras veces. Sé muy bien q u e á esta doctrina se oponen algunos autores q u e han tratado da materia con mucho t i n o , y principalmente R o z i e r , reprobando altamente la práctica de cortar la raiz c e n t r a l - d e los á r b o l e s ; pero también sé que si con efecto es de la ••mayor importancia la conservación y prolongación de esta raiz «n los árboles y plantas q u e no h a y a n de ser jamás trasplantados, en los que h a y a n de sufrir esta o p e r a c i ó n , como sucede con los que están sembrados y criados en las a l m a c i g a s , es de absol u t a necesidad el suprimir una parte de ella para lograr los fi- 136 nes q u e q u e d a n indicados ; y así debiendo cortarla poco ó m u cho ,-no hay ocasión mas oportuna que q u a n d o son nuevecitos ó á la e d a d de uno ó dos años, según la naturaleza y medros r e s pectivos de c a d a clase de árbol. A n t e s de verificar este primer t r a s p l a n t o , se ha de preparar la tierra con buena y profunda labor ; y teniendo allanada l a superficie, se reparte en canteros como se ha dicho repetidas veces : después se abren unas z a n g i l l a s transversales , paralelas - e n t r e s í , y á distancia de dos ó mas pies una de. o t r a , en las q u a l e s se v a n colocando los arbolillos de neas rectas . y por todas modo q u e formen partes g u a r d e n la referida L a s raices deben q u e d a r bien extendidas z a n g i l l a ú hoyo , conveniente y y el fondo de la: el todo de los arbolillos á u n a profundidad proporcionada á su por lí- distancia. a l t u r a ; los muy pequeños n u n c a deberán ponerse tan hondos como los m a y o r e s , pues en tal caso , ó estos q u e d a r í a n muy superficiales, ó aquellos sofo- cados con la tierra que los cubriría. Verificado el plantío se allana el t e r r e n o , se distribuye en e r a s , y en s e g u i d a se le dá un riego para que se asiente la tierra y se asegure el plantío : mas pasado a l g ú n tiempo ó bien des- pués de la primera l a b o r , pueden formarse caballoucitos ó sean lomos en la misma dirección de las filas de los árboles si la tura de estos lo p e r m i t e , pues siempre deben quedar al- desahoga- dos y nunca s o f o c a o s con la tierra. A s í es como la planta: g o z a mas á su placer del beneficio de la labor , a g u a s de los r i e g o s ; siendo tanto mas y se economizan las ventajoso este sistema, quanto que los árboles criados en las almacigas deben c u l t i v a r se con el menor regalo p o s i b l e , para q u e después se acomoden con los terrenos menos beneficiados. Por el mismo orden y del mismo modo se debe executar la plantación de los barbados y de los acodos, q u e se h a y a n de p o ner en los criaderos, para que. acaben de adquirir todos los m e dros y perfección que necesitan , ó bien para inxertarlos frecuentemente s u c e d e : traídos unos y otros á este corno género d e p ó s i t o , es preciso dirigirlos por el mismo método y con de igua- les precauciones. P a r a v e r i f i c a r l o s plantíos de meramente l a b r a r l a asiento es indispensable prir u e r r a , . limpiarla de toda m a l e z a , y abrir . los hoyos con quanta anticipación fuere posible , pues uno ó dos años de anticipación , será mas útil q u e uno ó dos meses ; pero la profundidad en este caso se g r a d ú a también por la altura y c a l i d a d del árbol, por el p a r a g e ó sitio que o c u p a , y por la n a turaleza del terreno , atendidas sus capas ó lechos útiles ; .co- munmente se tiene por buen hoyo, al q u e se le da una v a r a cú- 137 bica de vacío. E s t o no obstante en q u a n t o á su anchura es p r e ciso atender á la extensión y c a n t i d a d de raices que traen las plantas , pues es bien claro q u e v a l d r á mas ensanchar ó a l a r g a r el hoyo que no cortar y destruir las raices para poder las. A d e m á s es también de mucha importancia colocar- atender con la mayor escrupulosidad á que el punto de inserción de los arbo- les inxertados no q u e d e jamás e n t e r r a d o , con especialidad los de xugos gomosos y los q u e l l e v a n frutos de de pepita. Unos y otros padecen enfermedades repetidas , y solo este mal les a c a r rea pronto la m u e r t e : así q u e , es menester en tales árboles g r a duar la profundidad raices hasta de los hoyos por la altura del tronco el punto de inserción. Este debe q u e d a r y siempre quatro dedos á lo menos sobre l a superficie. N o se dice por esto que los hoyos se abran amoldados ( p o r decirlo así) á la profundidad que e x i g e cada planta en parti- cular , sino que al colocar el árbol se deben tener presentes to- das estas consideraciones : por lo demás quanto el hoyo sea mas ancho y profundo será mejor , pues la tierra con N llenarse el vacío que t e n g a , producirá u n a q u e ha de ventaja re- conocida para el arraigo ; y q u a n d o esto no s u c e d a habrá necesidad de c a v a r de nuevo ó picar el f o n d o , remover la tierra y prepararla con a l g u n a labor antes de poner el á r b o l : así es como se aseg u r a n los plantíos y no de otro modo se lograrán arbolados, v i - ñedos y olivares frondosos. L a s distancias se g r a d ú a n por el porte del árbol, por su c a lidad respectiva y por el uso que ha de hacerse de él. Por lo general en este punto importantísimo se repara p o c o , y así v e mos todos los dias plantíos desgraciados ó defectuosos por haber tenido en consideración los medros de la p l a n t a , la no cali- d a d del terreno , y el objeto con que se pusieron. Pecase de o r dinario por poner demasiado espeso, y jamás se excede nadie en plantar muy c l a r o : de aquí se sigue que faltando á las plantas la alimen- extensión suficiente para v e g e t a r , ni ellas pueden tarse en tan cortos e s p a c i o s , ni el cultivador aplicarlas los be- neficios del cultivo. E n quanto al tiempo de hacer los plantíos debe también consultarse la c a l i d a d del á r b o l , el clima , terreno y exposición en que h a y a de verificarse , pues en los climas y exposiciones d e masiadamente fríos, y principalmente en los terrenos y climas húmedos, es preciso hacerlos l u e g o que hayan cesado los rigores del invierno ; tanto mas si los árboles son delicados. quiera de estos casos el hacer el plantío temprano sería perderlo t o d o ; mas en donde no h a y a En qual- en el otoño aquella es siempre preferible empezar á plantar los árboles TOMO II. s necesidad luego que i 33 empiezan á soltar la h o j a , pues de este modo h a y mayor tempor a d a para executarlo. L o s árboles echan raices durante el primer tiempo , y antes q u e los v e n g a á sorprehender el yelo y a dan a l g u n a s muestras, de v e g e t a c i ó n , y si se mantienen nutridos y favorecidos por la h u m e d a d y calor suave , q u e se experimenta en los-meses- de noviembre y diciembre, prenden quasi todos : á esto contribuye no poco la falta de transpiración superiores del v e g e t a l , y la circunstancia de en las. partes hallarse entonces con una porción de raices n u e v a s desarrolladas por la savia de agosto como se explicó en la lección tercera de la primera parte. Se dixo antes, hablando del primer trasplanto de los arbolillos n u e v o s , que debia hacerse precisamente este plantío en los primeros dias de primavera , y por consiguiente se creerá que hay en esta doctrina algo de contradictorio : pero si se repara q u e la voz arbolillos es lo mismo que decir d e l i c a d o s , y por consecuencia necesitados indispensablemente del auxilio del r i e go, cultivo y asistencia necesaria para prosperar, desvanecido la d u d a ; del mismo modo se conocerá se habrá que care- ciendo por lo regular de todos estos auxilios los árboles adultos que se ponen de asiento , es preciso anticipar el tiempo plantío á fin de q u e durante el otoño é invierno del arraiguen y se fortifiquen para resistir , pasada la primavera , el calor y seq u e d a d del estío : por otra p a r t e , en el mismo hecho de empezar el árbol á desprenderse de sus hojas en el o t o ñ o , indica que la vegetación cesa , que el v e g e t a l entra en una, especie de sueño, -letargo ó entorpecimiento de las grandes funciones , que precedido para la reproducción de nuevos seres , y que ces trata solo de v i v i r para sí. Esta pues es la época han enton- indicada por la misma n a t u r a l e z a para el trasplanto ; época la mas preciosa de todas y en la q u e no puede haber equivocación ni riesgo, pues con tal que se arranquen los árboles , sin lastimarles ni destrozarles las raices, antes bien conservándolas todas q u a n to fuere posible, prenden las prevenciones con la mayor indicadas seguridad, de labrar , limpiar , supuestas desmontar el terreno , y abrir y preparar los hoyos con las dimensiones y circunstancias dichas. E l cuidado de orientar los árboles , que tanto recomiendan muchos autores para el buen éxito de los p l a n t í o s , es en mi entender absolutamente inútil y nada conducente para el feliz ó infeliz éxito de la operación : así que puede omitirse sin escrúpulo , y ahorrarse un tiempo precioso en marcar la faz que ha de mirar al medio dia ó al norte & c . L o que no es ni .puede ser indiferente, es el arreglar las raices de los árboles antes de p l a n tarlos , cortando en pico de flauta las partes magulladas por la 139 boca del azadón al tiempo del arranque : en este caso el corte se hace con el podón ó la navaja de tal modo que q u e d e cubierto con la corteza hasta la e x t r e m i d a d superior , y la superficie cort a d a , sentada en el fondo del hoyo y bien, cubierta por cima. .: E n los plantíos q u e se e x e c u t a n en los paseos públicos , las a l a m e d a s , bosquete* y neralmente cortar la g u i a para que ramificándose en jardines.de^ecreo'acostumbran ge- del a r b o l a una determinada altura, el tronco en aquel punto forme una. grande copa. Por mi parte jamás aconsejaré esta práctica á me- nos que la debilidad del á r b o l , su demasiada a l t u r a , ó lo de- fectuoso y mal formado vencido que sí del tronco lo exijan , la planta ha pues estoy con- sido bien conducida en el cria- d e r o , vendrá ya con una formación regular y hermosa ; y como la conservación de la g u i a ó tallo perpendicular es de la importancia ,. no habrá necesidad de execútar esta mayor amputa- ción terrible - la qual.se evita haciendo los trasplantos no solo 7 en la época proporcionada respecto de la e s t a c i ó n , sino también en la edad y altura competente del vegetal. Si esta se pasa , se le dexa ces le en el criadero son inmensos los hasta daños que que es muy sufre, y y grande, enton- habrá .que cortar- precisamente las r a i c e s , las ramas y la cogolla , pues ni las primeras cabrán en los hoyos , ni las seguudas servirían mas q u e de aumentar las superficies , que consumiendo los x u g o s del árbol y transpirando mas y mas c a d a v e z , acaben por hacerle perecer extenuado ; así es que quando ha de usarse de tales p l a n t a s , conviene cortarlas por.un punto sano , d e x a n d p el tronco á la altura p r o p o r c i o n a d a , , y esperando que con las n u e v a s ducciones se forme la copa. M a s en las que no tengan estos fectos , bueno será conservar'la g u i a distribuidas , prode- y las ramas laterales' bien pues entre todas formarán un árbol proporciona- do , copudo y hermoso. Últimamente al echar la tierra en los.hoyos p a r a volverlos.á llenar y cubrir con ella las raices,, deben tenerse-.ias siguientes precauciones: primera, escoger la mas abonada ó de mejor c a lidad para echar inmediatamente sobre las raiees, y esta tierra es por lo regular la que se hallaba en la superficie antes de abrir el h o y o : s e g u n d a , se cuidará de hacer que se llenen hu ecos que resultan entre las raices, de modo que todos los no queden vacíos entre estas y la tierra,ppr,ninguna. ,'parte : tercera, echada la primera capa de tierra que cubre las raices del árbol, y allanada la superficie, se pondrán algunos abonos si los hubiere, pudiendo servir la paja, las y e r b a s . s e c a s , las hojas, los trapos, huesos, cenizas ó q u a l q u i e r a otra cosa que s e . t e n g a á la mano: q u a r t a , en s e g u i d a se cubre con otra capa de tierra s 2 y se pisa 140 •un poco p a r a q u e comprimiéndose u n t a n t o el terreno e v i t e l a entrada del aire y la evaporación de la h u m e d a d ; pero no t a n to q u e q u e d e el terreno endurecido y muy apisonado : q u i n t a , en acabando de rellenar el hoyo se d e x a un pequeño alcorque ó poza en que se recoja el a g u a de l l u v i a ó de riego si le ha d e tener. C o n tales precauciones son indudables los buenos r e s u l t a dos : mas de otro modo será un acaso favorecido de mil c i r c u n s tancias c o n t i n g e n t e s , el q u e prendan y prosperen los plantíos. LECCIÓN IX. DEL CULTIVO DE LA VID, HACER N VENDIMIA EL Y MODO DE VINO. o obstante q u e la v i d y el olivo sean unos árbolos como todos los demás q u e pueblan el g l o b o , por lo que hace á las l e y e s físicas de la naturaleza y de la v e g e t a c i ó n , son sin e m b a r g o tan interesantes para nosotros y han l l a m a d o tanto la aten- ción de nuestros mayores y de los sabios de todas las e d a d e s , q u e e x i g e n como de justicia un tratado p a r t i c u l a r , para exponer sin confusión las reglas peculiares de su cultivo. E n este concepto daremos principio á esta lección enseñando en ella cómo se p l a n t a n , l a b r a n , podan y dirigen las viñas, teniendo á la vista las prácticas q u e con tanto acierto conservan y siguen los habitantes de las provincias del mediodía de E s p a ña , las q u a l e s , mejoradas con las luces que han derramado por todas partes las ciencias auxiliares de la A g r i c u l t u r a en el ú l - timo s i g l o , han d a d o el mayor impulso á un ramo en q u e se i n teresan á ia par la A g r i c u l t u r a , las artes y el comercio. P a r a llenar pues tan vasto objeto, nos valdremos de las obras de C o l u m e l a , H e r r e r a , S a l i n a s , V a l c a r c e l , S e i x o , G a r c í a de la L e ñ a , M a r q u e t , del difunto B o u t e l o u , y C l e m e n t e . ; Del cultivo de la vid. L a v i d , como dice C o l u m e l a , es preferible á toda otra p l a n ta no solo por la s u a v i d a d de su f r u t o , sino también por la d o cilidad con que responde al trabajo del hombre en casi todas las 1 4 1 regiones y dientes. c l i m a s , como no sea en los países helados ó muy M a s á pesar de la docilidad y buena índole ar- de este precioso v e g e t a l para propagarse por la mayor parte de las r e giones de nuestro g l o b o , hay necesidad de conocer sus especies, a v e r i g u a r su c a l i d a d , y señalar á c a d a terreno, á c a d a clima v aun á cada exposición la casta particular que puede vivir y fructificar en e l l a , pues no todas son i g u a l m e n t e útiles en todos los terrenos, climas & c . Este conocimiento tan i n d i s p e n s a b l e , como o l v i d a d o en m u chas de nuestras p r o v i n c i a s , se adquiere teniendo presente que la v i d , como quasi todos los v e g e t a l e s , se mejora caminando de los países frios á los mas c á l i d o s , y que por el contrario parecen sus mejores y mas apreciables desa- q u a l i d a d e s q u a n d o son transportadas de los climas ó países cálidos á los mas frios y_septentrionales. Esta sencilla consideración, sabida aun de los mas rudos , pero despreciada por d e s g r a c i a , nos dá bastantemente á conocer q u e , q u a n d o se trata de trasladar las colonias v e g e t a les de uno á otro p a i s , debe caminarse poco á p o c o , y que las distancias de su emigración deben ser tanto mas cortas q u a n t o mas se dirijan acia el norte. A u n así no será bastante esta primera precaución para aclimatar las vides con buen é x i t o ; es necesario además elegir aquellas especies y variedades bles de sufrir la m u d a n z a , y fructificar q u e se las d i s t i n a : la r e g l a mas cierta y que son suscepti- en la n u e v a patria á por consiguiente mas común entre los viñadores diestros, es llevar vides tempranas á los países frios, y las tardías á los climas cálidos L a razón de esta p r á c t i c a , tan útil como bien ó templados. entendida, con- siste en que siendo corta la estación del calor en ios climas frios, y en aquel tiempo necesario q u e las des precoces adquirir la pocos los g r a d o s vides sean de para q u e , perfecta q u e se aquellas madurando su fxuto sazón e x p e r i m e n t a n , es especies ó varieda- pronto, y madurez necesaria tiempo p o s i b l e ; y aun en este caso es igualmente en el puedan menor indispensable auxiliar su v e g e t a c i ó n , haciendo los plantíos en los parages m a s expuestos a l sol y mas resguardados del f r i ó , de la h u m e d a d y de los aires n o c i v o s , pues de otro modo no se consigue jamas la maduración del fruto. E s t e , q u a n d o se trata de hacer v i n o , debe irse madurando lentamente y por grados para que , pasando despacio de uno á otro en el curso de su v e g e t a c i ó n , ne los x u g o s , los depure y forme perfeccio- las partes azucaradas tan i n - dispensables para la fermentación vinosa. E n todas partes es n e cesario determinar antes del plantío el uso que ha de hacerse de los frutos, porque si los de las vides que hayan de plantarse han de ser p a r a comer, entonces conviene multiplicar las especies 142 t e m p r a n a s , las c u r i o s a s , y las que son de luxo por decirlo así; las q u a l e s , al paso q u e satisfacen el a p e t i t o , recrean también la vista de mil modos. Pero siendo exclusivamente para eligen v i n o , se aquellas castas mas' p o d e r o s a s , mas fructíferas y de m e - jor calidad, fin una palabra antes de verificar el plantío ó ad- mitir una v a r i e d a d , debe conocerse baxo todos sus aspectos: de lo contrario se va á riesgo de perder el tiempo y el trabajo que' en ello se emplee. A s í q u e , l o s caracteres que principalmente deben tomarse en consideración para deducir las variedades de v i d que son mas propias para el c u l t i v o , son la florescencia y fructificación tem- p r a n a ó t a r d í a , la fertilidad ó escaso p r o d u c t o , la resistencia ó delicadeza contra las intemperies y el calor, la duración y e d a d de las cepas en ios varios terrenos, la corpulencia ó endeblez de las c a s t a s , la robustez ó propensión á lardear y enfermar,la calidad de ia u v a , su mas ó menos perfecta maduración en c a d a p a i s , y su disposición á prosperar en determinados terrenos. L a s cepas rastreras, b a x a s , m e d i a n a s , rodrigadas y emparradas , d a rán diferencias bastante notables para establecer variedades agronómicas, q u e . d e p e n d e n del c u l t i v o y del capricho del cultivador, i g u a l m e n t e que ia diferente c a l i d a d que adquiere su u v a con arreglo á la altura mas ó menos considerable de ia caña. P a r a no equivocarnos en el conocimiento y elección de las castas de v i d , y aun para instruirnos en el estudio de los c a r a c teres que las d i s t i n g u e n , será muy conveniente recurrir al m é todo que mi sabio amigo D o n Simón de R o x a s Clemente ha formado para clasificar con exactitud las variedades de tan preciosa planta. Nosotros haremos uso de é l , examinando las que te- nemos en este R e a l Establecimiento , y nos enteraremos prácticamente al paso del sistema q u e aquel ha seguido ; pero no por esto deberá omitirse la lectura de su obra , antes por el contrario será de la mayor importancia consultar detenidamente su En-- sayo sobre las variedades de la vid común. C o n esto, y con la aplicación útil de los buenos preceptos que contiene, no solo c o nocerá qualquiera las castas de vid que se le presenten , sino que además sabrá distinguir y apreciar con e x á c t i i u d las v a r i e dades que pueden convenir á las diversas localidades y exposiciones. Sabemos que de generalmente dan unas son buenas para mas al de las colinas en que vino, viven aunque los llanos en d o n de inferior o t r a s , las quales lo calidad producen sabroso y delicado : también determinará con exactitud las que pueden convenir á las exposiciones del zierzo , mediodía y p o niente , cuyas observaciones son de la mayor importancia en agricultura. E n fin, jamás .el agricultor deberá plantar en g r a n - 143 de ninguna especie de v i d q u e no la h a y a a c r e d i t a d o la opinión, ó tenga bien conocida por sus propias observaciones y expe- riencias. T a l y tan interesante es el c u i d a d o q u e se debe tener en l a elección de los plantones , cavezudos ó casquillos para plantar l a v i ñ a , que Columela no dudó decir á su amigo Silvitto: aquel pues, que desea hacer viñedo, guárdese de fiar mas del cuidado ageno que del suyo, y de mercar barbado que no tenga antes conocida la casta. D e aquí se infiere q u e además de las advertencias anteriores no solo se debe atender á la elección de los sarmientos q u e h a y a n de p l a n t a r s e , á la c a l i d a d de su fruto, especie é índole p a r t i c u l a r , sitio también al l u g a r que ocupan ó , lo q u e es lo mismo, al punto de donde salen en la cepa : los que nacen por los costados de los brazos ó del tronco, con dirección h o r i z o n t a l , son a b solutamente despreciables, así como lo son también los nietos y demás sarmientos débiles y mal formados , siguiendo en esto la ley general de todos los á r b o l e s , pues y a hemos d i c h o , t r a t a n d o de la multiplicación por estaca é i n x e r t o , q u e jamás debería el cultivador echar mano de ramas mal formadas , laterales , e n fermizas ó de q u a l q u i e r a modo d e f e c t u o s a s , porque los n u e v o s arbolillos q u e de ellas p r o v i e n e n , l l e v a n siempre consigo el v i c i o de los padres , y la v i d en esto es acaso la planta que mas los perpetúa. E s asimismo necesario atender á la edad de la cepa para elegir buenos c a b e z u d o s , pues de la m u y j o v e n , ó q u e no haya dado fruto , no deben tomarse los sarmientos para la m u l tiplicación , como ni tampoco.de la m u y vieja. L a primera a d e más de no asegurarnos de su bondad , produce por lo general sarmientos d é b i l e s , de los quales salen plantas propensas á l a r dear ó d e g e n e r a r ; y las segundas l l e v a n consigo un principio de vejez q u e nunca pierden ; así se vé que ia viña plantada con sarmientos , procedentes de otra viña vieja , dura poco y se d e s t r u y e l u e g o : de a q u í se infiere mientos la necesidad de elegir los sar- de vides de fruto y calidades conocidas , pero jóvenes y de la casta conveniente al terreno , clima y exposición. Elección Influyen y preparación del terreno. los terrenos en la calidad de los frutos , sirvien- do no solamente la tierra de cipoyo ti iss plantas , sino también de laboratorio á los x u g o s propios para el incremento v e g e t a l . E s buena para v i ñ a s , dice H e r r e r a , la tierra que con ser g r u e sa y substanciosa , es suelta y no p e s a d a , y aunque encima sea 144 muy floxa, sí d e b a x o es gruesa y substanciosa, es b u e n a , porque lo b a x o mantiene la p l a n t a , y lo de encima la defiende del m u cho frió á demasiado calor. N o p a r a el bien estar conduce t a n t o , añade Bouteiou, de las viñas un terreno demasiadamente fér- til y abundante de humor, quanto una tierra menos substanciosa que proporcione lentamente y con oportunidad á las vides un alimento mas e s c a s o , bien depurado y eficaz. Por consecuencia de este principio se v e c l a r a m e n t e , q u e ni. l a s tierras fuertes ó a r c i l l o s a s , ni las excesivamente l i g e r a s , son ^propósito para el c u l t i v o de la v i d , como no lo son l a s agrias y salobres. L a s que a b u n d a n de guijarros tampoco ó piedras r e d o n d a s en la superficie, y las q u e contienen algo de pedernal, c o n tal de que no falte la tierra suficiente y un fondo c i o n a d o , son útiles para viñedo ; pero á la par propor- también son d i - fíciles de labrar y consumen mucha herramienta y tiempo. A l - g u n a s de estas y las arenas dan excesivamente también compactas son inútiles. convienen ó los vinos floxos; perecen las plantas y pero en las por lo mismo C o l u m e l a , tratando de los terrenos p u e d e n convenir para verificar v i d , dice terminantemente q u e antes se ha de elegir e r i a l , q u e el q u e h a y a l l e v a d o fruto que los plantíos de la un c a m p o ó viñas maridadas ; q u e el terreno i n c u l t o , a u n q u e esté lleno de árboles y m a t a s , f á c i l mente se limpia , y las r a i c e s , las hojas y despojos que allí q u e d a n c o r t a d a s , p u e d e n disponerse de modo que sirvan de a b o no : que á falta de tierra erial, puede ser útil el campo donde no h a y a árboles; y si aun este f a l t a r e , puede ponerse de aquel en que se v e a a l g ú n a r b u s t o , olivo s i l v e s t r e , ó f r o n d o s a s ; pero que nunca conviene volver de n u e v o ó viña matas plantar l a v i d , donde se perdió otra de vejez. Sabido el terreno q u e conviene á la v i d , y elegido con sobredichas c a l i d a d e s , se sigue su preparación y abono las antes del plantío. Acostumbran en la mayor parte de nuestra E s p a ñ a dar t r e s , quatro ó mas rejas á las tierras q u e se han de plantar de v i ñ a , y con esto la creen preparada suficientemente. Los X e - r e z a n o s , San L u q u e ñ o s y M a l a g u e ñ o s mas diestros en el manejo de la vid que todos los demás habitantes del r e y n o , no se c o n tentan con una labor tan escasa ; siempre anticipan á sus p l a n tíos una c a v a de tres quartas ó mas de p r o f u n d i d a d , hecha con tanto c u i d a d o y esmero que no solo se dirige á remover la tierra , sino que la t r a s p a l a n , la' limpian y descantan al mismo t i e m p o : siguiendo en esto 4a doctrina del G a d i t a n o Columela, el q u a l expresamente d i c e , que si el terreno es llano ha de c a varse á dos pies y medio de h o n d o ; el que está en pendiente á t r e s ; y el de mayor pendiente hasta quatro pies. S i n embargo, H5 como no en todas partes tienen los vinos el precio y estimación que en A n d a l u c í a , tampoco pueden ni deben hacerse los gastos tan enormes q u e hacen aquellos cosecheros para la preparación, plantío y demás cultivo de sus .viñedos;, pues como p u e d e verse en la apreciable memoria arriba citada de mi difunto., amigo Bout e l o u , llegan á p a g a r de dos hasta tre.s m i l reales por el agostado ó c a v a de cada aranzada. Este enorme dispendio solo pueden s u frirlo ios exquisitos vinos de aquellos afortunados países, cuya exportación al extrangero es tan segura como l u c r a t i v a : mas c o mo en lo interior de la península ni son tan apreciables por su calidad , ni tienen la pronta y fácil salida que a q u e l l o s , debemos contentarnos con q u e al preparar la tierra se le den dos ó tres rejas bien acondicionadas y una c a v a , q u e recale y limpie el terreno siquiera hasta dos pies de hondura. L a s tierras f e r a c e s , las n o v a l e s , y las descansadas ó eriales no deben embasurarse ó abonarse con estiércol, y mucho menos aun las m u y l i g e r a s , porque al paso q u e las primeras no lo n e cesitan , á las s e g u n d a s , es decir á las l i g e r a s , las dañaría infinito por su propia calidad silícea, como se ha manifestado repet i d a s veces ; pero si el terreno fuese exhausto de principios d é b i l , ó mas bien si está n u t r i t i v o s , convendrá abonarle con un poco de mantillo p o d r i d o , ó en su defecto con hojas, pajas ú otras materias v e g e t a l e s , echándoselo al tiempo de la c a v a , y procurando envolverlo todo con la tierra para q u e fermente, se p u d r a y se combine. M a s en el caso de hacer uso del estiércol r e podrido ó m a n t i l l o , podrá usarse con a l g u n a economía ; y p o - niéndole en el hoyo mismo en q u e se p l a n t a , aprovechará mas i n mediatamente á la v i d y se ahorrará una buena porción del q u e , mezclado con la tierra de los entreliños, serviría solo para alimentar las yerbas que allí naciesen. Del modo de marcar el plantío y hacer los hoyos. Plántanse comunmente las viñas á marco real, ó en llo: el primer método tres-boli- es el que generalmente se usa en todas p a r t e s , pues por el s e g u n d o , además de ser embarazoso y diiicil de executar el repartimiento, se ocupa la tierra con menor n ú mero de plantas. . Plantar á marco real no es otra cosa, que colocar las cepas de tal modo q u e c a d a quatro formen un perfecto quadro. L a s líneas paralelas y equidistantes, tanto las que sirven de base, como las perpendiculares q u e se l e v a n t a n sobre e l l a s , forman el TOMO 11. x 146 p l a n t í o , y d e x a n unos espacios iguales entre u n a y otra línea d e cepas ó liños, q u e se llaman almantas ó entre-liños: de esta dis- posición resulta el q u e , teniendo el plantío u n a proporcionada d i s t a n c i a , pueda labrarse con el a r a d o , como lo e x e c u t a n fue- ra de A n d a l u c í a los mas de los labradores del reyno. E l tres-bolillo consiste en distribuir el plantío c a d a tres cepas formen un triángulo plantación se presente una cepa de modo q u e equilátero, y q u e en l a enfrente del claro de las otras dos : este género de plantío también se forma por medio de l í neas rectas paralelas entre s í , como en el plantío á marco real; pero mediante la disposición del tres-bolillo, la dirección de l a s almantas principales es siempre obliqua , y nunca perpendicular á su base como en el primero. E n hn y a se h a g a el plantío á marco r e a l , y a al tres-bolillo, es indispensable determinar la e s c a l a de las distancias, antes de ponerse a maniobrar sobre el terreno : esta escala no es otra cosa q u e una cuerda m u y l a r g a d i v i d i d a en tramos á distancias arregladas al m a r c o , de seis, s i e t e , o c h o , n u e v e o diez pies, s e g ú n el espacio q u e quiere darse al p l a n t í o , señalando los puntos de la división con un trapo de color, cosido ó entretegido en la misma c u e r d a , para q u e ni se c a i g a ni se corra acia ningún lado. D e este m o d o , al tender l a c u e r d a , señalan las motas los puntos donde deben ponerse las cepas ; los q u a l e s , marcados con un piquete de caña ó p a l o , p r e sentan desde luego la forma q u e debe tener el p l a n t í o , y su distribución q u e d a bien arreglada al repartimiento indicado. P a r a la inteligencia pues de quanto q u e d a dicho sobre el modo de distribuir el terreno y marcar ó señalar el plantío, conv e n d r á tener á la vista las figuras de la lámina adjunta en q u e se representa una tierra repartida á marco real y otra distribuida al tres-bolillo, y en ambos casos se procederá del modo siguiente. Sea dada una superficie q u a l q u i e r a , v. gr. la de la (véase real, fig.* i.° la l á m i n a ) en que se ha de plantar una v i ñ a á marco de diez pies por e x e m p l o : fórmese la escala ó cuerda d e l modo referido y , hecho esto, principíese la operación tiran- do una línea recta A A por el lado menor de la tierra , y en l a dirección que mas c o n v e n g a con respecto al descenso del t e r r e no y á la exposición en q u e este se halle , pues en todo caso es indispensable tener en consideración pués á quedar que las cepas v e n g a n des- colocadas de tal m o d o , que las p u e d a bañar el sol por todas partes. E s t a primera línea se corta en ángulos r e c tos con otra perpendicular á ella to B B , cuyos puntos de contac- en ambas debe ser precisamente aquel en que v e n g a á caer la marca ó señal de cepa como en C , y que e x t e n d i d a en la d i - .147 receion recta q u e le corresponde, p u e d a dividir el terreno en t o da su longitud desde el uno hasta al otro estremo, lo q u a l v e r i ficado señalará esta línea los puntos E E de la c u e r d a , que marcados igualmente con c a ñ a s , palos & c . , darán las bases para el repartimieiito total del plantío. Saqúense después líneas paralelas á una de las dos por los puntos señalados en q u a l q u i e r a , de ellas y , continuando del mismo m o d o , resultará distribuido el terreno en la forma q u e representa la figura. E l plantío al tres-bolillo se executa del mismo modo que el anterior, en quanto á tomar por base el lado menor del terrena y levantar su p e r p e n d i c u l a r , que le atraviese ó corte á lo lar- go ; pero con la diferencia de q u e en esta perpendicular no se marcan todos los p u n t o s , sino uno sí y otro no , empezando d e s de el punto en C fig." de contacto de ambas líneas, como se representa 2." , y en sus líneas A A y B B , á las quales se s a - can otras paralelas g u a r d a n d o los espacios alternos, como se demuestra. ( T a m b i é n puede trazarse el tres-bolillo con una sola líne* dirigida de uno á otro extremo de la heredad como v. gr. fig,« se 2." , la señalarán qual con desde los luego marca los puntos E É E piquetes referidos. Hecho AA &c. que esto , sé t o - man dos claros ó tres marcas de la c u e r d a , se aseguran los e x tremos de esta medida á los puntos E É de la línea , y tomando el m e d i o , y estirando la cuerda con i g u a l d a d , se señala el p u n to F : alternase del mismo modo por uno y otro l a d o , y que- dan señaladas con solo esta posición las líneas G G y H H . T r a s l á dese la cuerda B B á los puntos G G , hágase la misma operación, y resultarán marcados todos los puntos de la línea: continúese m u dando la cuerda de trecho en trecho , según que se v a y a n m a r c a n d o los respectivos l i ñ o s , y quedará ción inferior ó.superior la escala ó cuerda A A repartida toda la por- de la figura. Q u a n d o lo esté, coloqúese en los puntos de la opuesta , y proce- diendo sucesivamente como se ha dicho en el primer c a s o , esto es , formando los respectivos triángulos en todas las estaciones, quedará hecho el repartimiento como aparece en la figura. P r e p a r a d a la tierra con la buena labor que queda indicada, y distribuida de q u a l q u i e r a de los modos r e f e r i d o s , se sigue abrir los hoyos para verificar el plantío ; y esta maniobra ofrece poca ó ninguna aunque al el parecer dificultad, conviene embargo hablar de ella , puesto que no es tan indiferente sin como parece á primera vista. Y a se ha d i c h o , tratando del plantío d e los árboles, quán interesante es para obtener felices resultados, el abrir los hoyos con toda la anticipación posible, y con las dimensiones debidas. E n el plantío de la v i d no es necesario q u e T 2 148 sean tan anchos y p r o f u n d o s , a u n q u e por ello n a d a perderían;, antes bien ganarían mucho si fuesen espaciosos, y la porque quanto mayores sean estos , mas porción cuentran r e m o v i d a , y por consecuencia su razón de es, tierra arraigo es en- también mas fácil y seguro. Por este principio n a d a tiene de extraño q u e C o l u m e l a y otros muchos a u t o r e s , que han tratado el punto el mayor tino, aconsejen- que los hoyos se abran de con dos á tres pies de hondura, con otro tanto de ancho y largo. Sin embargo, mucnas veces es preciso regular la profundidad del hoyo por lo largo del sarmiento que hjaya de p l a n t a r s e , pues si fuese corto no puede soterrarse Esto tanpo como si fuese largo. no obstante , en los terrenos bien c a v a d o s como q u e suponemos , podrá también calcularse su profundidad el por la de la misma c a v a , y su ancho por dos veces el de la pala del a z a d ó n con que se abren ; pero si el terreno no está bien l a b r a do , c a v a d o y removido , entonces es preciso hacer los hoyos m u cho mayores. Y o en este caso aconsejaría á todos los propietarios: que en l u g a r de abrir hoyos parciales , para plantar c a d a uno de los sarmientos, abriesen zanjas de dos pies y medio de hondo por tres de a n c h o e n la dirección de la línea del plantío: hechas estas con toda la anticipación posible y abonando su terreno con e s t i é r c o l , con hojas, con paja, como se dixo a n t e s , serian m a s seguros los progresos del plantío , y de otro modo son m u y in- ciertos, lentos y mezquinos. E n fin, háganse de un modo ó háganse de otro, siempre es necesario que antes de colocar el sarmiento se recale el hoyo , esto es , que se remueva un poco la tierra • del f o n d o , c a v á n d o l a ó picándola lo mas que se pueda , para que el sarmiento descanse ó se asiente sobre una superficie m u llida. En quanto al modo de a h o y a r , debe el operario guardar exactamente el punto donde está colocado el piquete , para que en el mismo l u g a r q u e él ocupaba se ponga después ia vid. P a ra esto se abre el hoyo con sus paredes perpendiculares , particular la del frente por y en donde ha de salir el s a r m i e n t o , y p a r a no equivocar este punto suelen hacerse paralelos á la línea m i s m a , de modo que colocando después el sarmiento diagonal- mente en el h o y o , v e n g a á salir por el ángulo superior 'en don-* de precisamente estaba el piquete ó t i e n t o ; así es imposible desordenar el plantío pues por qualquiera parte que se mire, siem-. pre coincidirán las líneas ; las cepas después gozarán del mayor beneficio que proporcionan las labores de las a l m a n t a s , las q u a les en nada podrán perjudicarlas siempre que el sarmiento h a y a q u e d a d o bien tendido por el fondo del h o y o , y se le haya dado igualmente aco- bien para que salga desde el punto mas baxo 149 con la dirección perpendicular : de otro modo v a n perecer con las labores y c a v a s ; y así la á riesgo de observación de este punto es de la mayor consideración. En fin para complemento de esta d o c t r i n a , resta solo a d v e r t i r : primero, que al rellenar el hoyo de tierra, se procure echar antes la que estuviere mas beneficiada por las emanaciones mosféricas ó con los abonos, que por de la superficie; s e g u n d o , que que esté no se at- lo común es siempre apisone ni pisotee la hasta casi Heno del t o d o , y esto si la tierra está s e c a ; p e - ro si está un tanto húmeda deberá apisonarse menos eh razón de q u e , si se excediese en e s t o , quedaría demasiado comprimida y por consecuencia de n a d a servirían los conatos empleados antes para dexar mullido el terreno, q u e rodea a l a planta n u e v a . Los que al momento que cubren de tierra el plantón , .teng a raices ó no las t e n g a , le patean y comprimen d e m a s i a d o , lo e q u i v o c a n e n t e r a m e n t e , pues esto mas perjudica q u e aprovecha para el arraigo de la planta ; por el contrario obran con mucho tino aquellos que habiendo plantado u n a p l a n t a , sea q u a l r e , le echan a g u a antes de acabar de llenar del todo fue- el hoyo, pues con ella se corre la t i e r r a , se introduce por todas partes y llenando los huecos ó intersticios, que suelen q u e d a r entre las r a i c e s , los macizan de un modo mejor q u e quanto p u e d a a l c a n zarse por el pisoteo; mas q u a n d o se hace uso de este método, es preciso esperar á que el a g u a se consuma enteramente y la tierra aparezca un tanto e n j u t a , antes de acabar de echar la res- tante para cerrar el hoyo. Plantío. E n quanto al tiempo de hacer el plantío se v a r í a también con relación al c l i m a , á la naturaleza del suelo , y á la clase de plantas. L a s viñas se plantan generalmente con sarmientos c a bezudos ó sin r a i c e s , que es lo mismo que por e s t a c a ; y p u e d e n también plantarse con sarmientos enraizados y criados antes en almaciga. Si se usa de los primeros, q u e como he dicho es lo mas general en todo el r e y n o , deben plantarse poco de que broten las yemas ; pero siempre algo después de haberse puesto en movimiento la savia por la p r i m a v e r a , y al mismo tiempo se cortan los sarmientos ; y si se hace uso de barbados, entonces el mejor tiempo es en el otoño l u e g o que h a y a c a i d o la hoja ; en uno y otro caso será bueno tener en consideración la calidad del terreno y las circunstancias particulares del c l i - antes ma : porque si este fuere cálido y seco, convendrá Hacer en otoño el plantío de los sarmientos cabezudos ó no enraizados : mismo se entenderá en los terrenos á r i d o s , escarpados y lo floxos, pues en todos estos casos , y en algunos otros semejantes , sería inútil esperar al fin del invierno para hacer el plantío como con-' viene en los climas fríos y l l u v i o s o s , y en los terrrenos fuertes y llanuras pingües. E n una p a l a b r a , plantío en esta parte del d e b e n seguirse las mismas reglas que se han dado para los á r boles en general pues , como se dixo al principio , la v i d no se diferencia en n a d a de a q u e l l o s , en quanto corresponde á las l e yes físicas.de la n a t u r a l e z a en la v e g e t a c i ó n . N o d e b e n tampo- co confundirse ó mezclarse con desorden unas con otras las d i ferentes c a s t a s , sino que todas aquellas q u e pertenecen á u n a misma e s p e c i e , deben plantarse reunidas en u n punto , y en otro las q u e correspondan á otra sección : pues como dice C o l u mela , las vides se deberán poner por e s p e c i e s , reunidas las semejantes con sus semejantes y separadas las que no sean como ellas. L a confusión produce desorden y acarrea daños irreparables : y como no todas brotan, florecen , m a d u r a n , ni apean las hojas á un mismo tiempo , sino que su índole p a r t i c u l a r , de razosa , contraria aquí c a d a una lo verifica es q u e al buen orden , según siempre debe ser emba- y perjudicial á los intereses del c u l t i v a d o r , la mezcla no solo de las especies , sino aun de las variedades distintas. Del cultivo y P l a n t a d a la v i ñ a expresadas, con todas las se sigue el cuidar poda. atenciones y circunstancias de ella con el mayor esmero,, redoblando siempre las operaciones del cultivo para atender á su dirección, p o d a , d e s p a m p a n a d o , v e n d i m i a , y demás q u e se requiere para su conservación y fructificación. L a s operaciones del cultivo q u e se necesitan aplicar á las vi-; ñas en los primeros años, consisten precisamente en l a b r á r d terreno repetidas v e c e s , manteniéndole limpio de yerbas y de q u a n to pueda perjudicar á la p l a n t a , en dirigir sus brotes para for- mar el tronco y en cuidar de q u e éste sea derecho y t e n g a la a l tura c o n v e n i e n t e : lo primero se consigue por medio del arado ó de la a z a d a ; lo segundo se logra arrimando r o d r i g o n e s , ayos ó tutores á c a d a uno de los sarmientos p l a n t a d o s , por medio de los quales se mantengan derechos los nuevos b r o t e s , ó sean los sarmientos que s a l g a n del p r i m i t i v o , asegurándolos de modo i5i q u e no se tuerzan hasta q u e estén tan gruesos,"que p u e d a n mantenerse derechos y sostener el peso de la cabeza y brazos q u e forman la c o p a , c u y a altura se determina con arreglo al clima y á la situación del terreno: en los clima-s cálidos y terrenos e l e v a d o s se arman siempre las cepas m u y b a x a s , es d e c i r , se les d e x a muy poco t r o n c o , porque está a v e r i g u a d o q u e en ambos casos la madurez del fruto es más perfecta , y la c a l i d a d del v i no es por consecuencia mas sobresaliente: al c o n t r a r i o , en los climas fríos y expuestos á h e l a d a s , y en los terrenos baxos ó de v e g a , conviene armar las cepas algo mas altas á fin de q u e t e niendo mas ventilación no p a d e z c a n tanto con los frios , y r e c i b i e n d o , como reciben continuamente en los parages baxos u n aumento de t i e r r a , q u e arrastrada de las colinas y cerros por las l l u v i a s y demás a g e n t e s a u m e n t a su superficie, no las aterre demasiado y v e n g a n por esta causa á padecer : así es que á estas se les dá por lo regular la altura de media v a r a ó tres quartas q u a n d o mas , y en las primeras ó mas b a x a s , rara v e z pasa d e un pie la altura de su tronco. E n quanto á las labores, se d a n unas con la idea de labrar y mullir todo el terreno para q u e , g o z a n d o de los beneficios y emanaciones atmosféricas , pueda l a v i d prosperar ai mismo tiempo q u e se destruyen las malas y e r v a s , tales son las c a v a s á p a l a de a z a d ó n , y los barbechos ó v u e l tas con el arado : otras se circunscriben á labrar solamente unos espacios cortos entorno de la c e p a ; en unos casos arrimando la tierra al tronco y formando montones q u e le cubren hasta las cruces ; y en otros separando esta misma tierra y formando poza , alcorque ó pileta en q u e se d e t e n g a n las aguas de las l l u v i a s estacionales para q u e , recalando mas y mas el terreno, penetren hasta las r a i c e s , y suministren á la planta la competente humedad en la estación y tiempo caluroso del verano : á lo p r i mero llaman acogombrar ó cerrar, y á lo segundo abrir ó aíum- bror las cepas. Q u a n d o se alumbra el acogombrado ó , l o q u é es lo mismo , q u a n d o se deshace el montón de tierra q u e la v i d tiene al rededor , que por lo regular es en febrero ó á principios d e m a r z o , se le cortan todas las raices superficiales.que h a y a e c h a d o l a cepa sin dexar n i n g u n a de q u a n t a s puedan salir á lo m e nos hasta un pie de la superficie, pues estas si s e d e x a s e n arruinarían las mas profundas , q u e son sin duda las mas útiles de todas e l l a s : por mayo se cierran ó acogombran de nuevo , p r e servándolas así de la impresión de ios calores f u e r t e s , y de q u e estos evaporen la humedad q u e la v i d necesita para su conservación y v e g e t a c i ó n cuidadosos durante el estío. A s í lo practican los mas é inteligentes v i ñ a d o r e s , y así también lo aconseja nuestro célebre Herrera q u a n d o dice (lib. 2. c a p . 1 1 . p a g . 29): 152 " L o s tiempos de escavar son dos. E n los lugares calientes y secos se escava en pasando la vendimia , y aunque se queden todo el invierno así no les hará .daño, sino mucho bien porque cojan a g u a arta esto d i g o en las tierras Calientes ó templadas. E n las frias por H e b r e r o , y desde en a d e l a n t e . " . . E n fin, las labores de p r i m a v e r a , y a se h a g a n con el a z a dón , ó y a con el arado y las yuntas , siempre han de verificarse antes q u e se desarrollen las y e m a s , pues en-este caso v a n m u y á peligro de deszocarlas ó derribarlas con la mayor f a c i l i d a d y perder , no solo el fruto del a ñ o , mas, también los mejores brotes ó sarmientos que en lo sucesivo han de proveer de n u e vos P u l g a r e s ó. Puestos.} por c u y a razón siempre se procura e n trar á labrar q u a n d o no haya, peligro de destruir el brote n a ciente ó tierno, y q u a n d o l a tierra t e n g a el debido t e m p e r o ; p e r o - d e . n i n g ú n modo q u a n d o se halle m u y mojada ó e x c e s i v a - mente seca. De la poda. L a poda de la v i d principia desde el momento mismo en q u e se planta el sarmiento, pues en el acto de p l a n t a r l e , y a se l e corta ia g u i a ó banderilla á dos yemas sobre la superficie. E í q u e arrayga. brota dos sarmientos mas ó menos v i g o r o s o s , los quales salen de las yemas d e s c u b i e r t a s , siendo por lo r e g u l a r mas robusto-el de la inferior, y esto hace q u e en la poda de l a primavera siguiente se corte el superior y empieze á formarse e l tronco sobre aquel mas v i g o r o s o , manteniéndole arrimándole un rodrigan q u e , derecho , evite su destrucción por los vientos ó por otros acasos imprevistos. R e g u l a r m e n t e los brotes del s a r - miento plantado ., son débiles el primer año , y por lo mismo no p u e d e n servir ninguno de ellos para formar el t r o n c o ; de a q u í es q u e el podador instruido deberá también r e b a x a r á dos y e m a s aquel primer vastago que eligió entre los dos de la primera v e r d u r a : de este modo á la primavera brotará la planta con u n a pujanza s u p e r i o r , y los sarmientos de la segunda verdura y a podrán proporcionar uno q u e sea capaz de servir al intento d e formar ia c e p a , tanto mas cierto quanto en los meses de julio y agosto se ha tenido e l cuidado de deslechugar ó quitar todos los nietos q u e salen en los sarmientos principales. E n esta segunda poda se dexará también el sarmiento mas robusto como se d i x o antes. E l corte en este caso se dá siempre á d o s , tres ó quatro dedos sobre l a última yema , y este pedazo de sarmiento, q u e parece i n ú t i l , sirve para sujetar la p l a n t a al rodrigón ó tutor i$3 que se le arrima. L a s yemas inferiores de este sarmiento se ras pan suavemente de modo q u e , sin causarle h e r i d a , se inutilicen y no puedan brotar , conservando solo l a s dos superiores á fin d e q u e , s i por a l g ú n accidente faltase la u n a , q u e d e en las producciones de la otra a s e g u r a d a l a formación sucesiva de los brazos de la c e p a ; mas y a "conseguido el desarrollo de a m b a s , se derriba uno de los dos b r o t e s , y se conserva el otro: este se reb a x a sobre la primera yema descubierta al año s i g u i e n t e , y d e s arrollando dos , tres ó mas sarmientos por las yemas de la c a s quera , presentan otros tantos brotes ó b r a z o s , que son los p u n tos de la subdivision del t r o n c o , y quanto mas horizontales y repartidos estén estos , tanto mas e x a c t a será la formación d e la cabeza de l a cepa , q u e es el objeto principal de la poda, aunque no siempre se consigue de u n a v e z : por lo q u a l es i n - dispensable seguir todos los años con los cuidados mismos , á fin de lograr la mejor formación y distribución de los referidos braz o s , y q u e los puestos, pulgares ó brocadas q u e d e n colocados en derredor del t r o n c o , g u a r d a n d o en cierto modo u n a h o r i z o n t a l i d a d que evite hasta la mas mínima confusion. Para lograr la formación de la cepa y conservar la v i d l a r g o tiempo , es m u y del caso podarla siempre corta. E n los primeros años no deberá dexarsela mas que u n a y e m a descubierta en c a da pulgar ó brocada , es decir en c a d a sarmiento n u e v o : los q u e d e x a n dos y aun tres yemas en c a d a p u e s t o , con el deseo de formarla mas pronto y gozar el fruto prematuramente, se e n g a ñ a n m u c h o , pues logran solo debilitar la v i d , r e t r a s a n d o sus medros c a d a v e z mas. L o s cortes deben darse siempre por la parte opuesta al nacimiento de la y e m a , y u n poco mas alto del punto d e la articulación del sarmiento para preservarla de l a acción de los t e m p o r a l e s , y de los daños q u e podria causarla el derrame de la linfa. E n fin, en todas las podas sucesivas se h a de c u i d a r mucho de no d e x a r en la casquera ó asiento de los brazos m i s mos sarmiento alguno q u e s a l g a p e r p e n d i c u l a r , ni los q u e acab a l á n d o s e sobre los otros l l e v a n siempre mala dirección , giéndose oblicuamente sobre sus costados ó directamente diriacia el centro : unos y otros son absolutamente nocivos pues* desordenan la c a b e z a de la v i d , y es indispensable quitarlos del todo para q u e no a t r a y g a n acia sí el curso de la savia y hagan pere- cer á los d e m á s ; inconveniente q u e se remedia con solo t e n e r , a l tiempo de verificar la p o d a , e l c u i d a d o de cortar siempre los pulgares precisamente yema acia por aquel punto en q u e quede la diurna a f u e r a , y nunca acia los costados ó ai centro de la cepa. T a l es el método mas común TOMO i i . y generalmente recibido p a r a r 154 la poda de las vides b a x a s j y a u n q u e los cultivadores de muchas de nuestras provincias suelen seguir a l g ú n otro sistema, principalmente el de d e x a r v a r a ó rastra , creo suficiente el método e x p l i c a d o para fundar la base de la instrucción en unos elementos. L a s doctrinas particulares de todos los demás sistemas están 'tratadas con extensión en las obras antes c i t a d a s , y en ellas podrá estudiarlas el aplicado é industrioso A g r i c u l t o r : mas en qiiánto á la poda q u e conviene á las vides que h a y a n de formar e m p a r r a d o , bastará decir que todos los cuidados consisten en g u i a r ó dirigir el tronco hasta la competente a l t u r a , procurando para esto cortar todos los nietos que salgan en el sarmiento principal , llevando éste por grados y no de u n a v e z hasta a q u e l puuto en que debe empezar á formar los brazos y cubrir l a p a l i z a d a ó bóveda : entonces se le corta sobre dos yemas par a q u e broten dos sarmientos, los quales formarán dos brazos en los que se dividirá el tronco , y en ellos por su orden sucesivo se irán d e x a n d o los de s e g u n d o , tercero y quarto o r d e n , q u e eón los pulgares ó puestos, distribuidos como de media en media v a r a por uno y otro l a d o , poblarán el emparrado de frondosos p á m p a n o s , y de opimos y sazonados frutos. P a r a lo q u a l es preciso tener cuidado de que todos los sarmientos y pulgares sucesivos lleven siempre la dirección recta de su curso n a t u r a l , sin que jamás se les d e x e volver acia atrás : el podador e n este caso es preciso se: figure , q u e tiene en su mano una f a m a d e un árbol á quién-no es permitido-brotar de otro modo, que conforme á la 'ley-de la naturalezaJiEn.los emparrados es m u y frecuente ver brazos y sarmientos muy fuertes obligados á sufrir una dirección totalmente contraria á la que debían tener, q u a l es la de revolverle acia su r a i z , y este defecto del que d i r i g e la p o d a , descompone la formación,'.y acarrea prontamente la destrucción de la p l a n t a . . • - ' • • • . : - -• E n qúa-'nto al tiempo de podar la v i d sucede lo mismo q u e e n todas las' demás operaciones d e l c u l t i v o , pues hay necesidad de acomodarse á las circunstancias particulares del clima , del •terreno , de l a - e x p o s i c i ó n , y á la c a l i d a d de las mismas plantas. Pódanse las viñas desde noviembre hasta todo marzo ; mas hasta ahora pocos han fixado las-reglas para d e t e r m i n a d l a época q u e puede convenir -'i 'las d i v e r s a s c i r c u n s t a n c i a s . L o s que-pod a n la vid antes déqU'e'iacabeíide ^caerse .la hoja , la exponen á que un otoño templado d e s a r r o l l é ' l a s yemas é inutilice estos depósitos de fertilidad para el siguiente: año ; y los. que podan á últimos de m a r z o , ó acaso en a b r i l , causan á la planta un derrame excesivo de linfa que no siempre se repara , y el v e g e t a l descaece: A s í q u e , l a r e g l a mas e x a c t a , en quanto puede decirr ; I?? se , será la de podar en diciembre los viñedos de las provincias, terrenos y exposiciones cálidas ó bastante templadas ; y en f e - brero y marzo los de las mas frescas , ó enteramente trias ; las podas de las parras y demás vides q u e se crian en terrenos h ú medos ó de regadío pueden hacerse tarde , pues en este caso, lejos de perjudicar á la planta el derrame copioso de l a / l i n f a , f a vorece á su vegetación y la descarga de una porción de. humor superabundante, que por lo general contiene. C r e e C o l u m e l a q u e quanto mas temprano se poda la v i d tanto mas a b u n d a de m a dera , y que por c o n s e c u e n c i a , quando se trata de aumentar el esquilmo, debe podarse t a r d e j ' m a s esta r e g l a , a u n q u e cierta en toda la extensión de la d o c t r i n a , tiene contra sí el que si bien se aumenta el fruto se deteriora su c a l i d a d , y este inconveniente debe ser bastante poderoso para no executarlo sin conocimiento; antes bien debe inducirnos á hacer repetidos los quales cada uno íixe la época q u e puede experimentos pol- convenir para la poda de sus viñedos respectivos. Del L a operación deslechugado., de d e s l e c h u g a r , ó despampanar como decirse , no es otra cosa q u e una poda económica , suele dirigida á evitar heridas mayores á la c e p a , descargarla de brotes y leña i n ú t i l , y dar mas luz y calor á la v i d para q u e se sazonen mas pronto y mejor sus frutos. E n el deslechugado se q u i t a n todos aquellos sarmientos i n ú t i l e s , q u e salen en el tronco de la cepa, en la raiz y entre los brazos y pulgares , los quales no p u e d e n servir si no para consumir u n a porción preciosa de alimento q u e roban á la madera y brotes útiles , al mismo tiempo q u e a u m e n tan la sombra y la espesura: los nietos ó vastagos l a t e r a l e s , q u e salen en los sarmientos p r i m i t i v o s , operación , también se quitan en esta y de este modo se descarga á la cepa de u n a p o r - ción de broza , los frutos aumentan su volumen , y se sazonan y adquieren muchos grados demás producciones v de perfección se nutren y : los b r a z o s , yemas y robustecen mas y mas c a d a e z , y la planta toda recibe beneficio con el d e s l e c h u g a d o , sien- do tanto mayor y mas necesaria su execucion q u a n d o el clima, el terreno y la exposición sean húmedos y frios, ó las vides mismas sean de aquellas castas q u e abundan de hojas y pámpanos vigorosos. E n fin , las reglas dadas antes para la despimpolla- dura y empalizada de los árboles , tienen aquí un buen lugar: y en quanto al tiempo de e x e c u t a r l a s , nunca será hasta después V 2 I 6 5 de mediados de agosto para los nietos ó retallos ; pero para los brotes que salen en el tronco y cabeza fuera de sus p u e s t o s , es siempre t i e m p o , pues deben quitarse todos ellos al paso que v a y a n n a c i e n d o ; á no ser que echar mugrón hundido se destine alguno de ellos ó revuelto con que poblar las para marras d e la v i ñ a , pues en este caso se dexará aquel que parezca me- jor acia y mas bien situado , ó que salga por aquella parte donde haya de dirigirse. Por este medio se reemplazan las p l a n tas que se p i e r d e n , y con la mayor s e g u r i d a d se pueden r e p o - ner las marras ó renovar enteramente la v i ñ a : basta solo una zanja abrir con dirección al punto donde se necesita , b a x a r el sarmiento , hundirle y soterrarle : este acodo se hace después de la poda y en el mismo año a r r a i g a , de modo que al siguiente se p u e d e cortar ó separar de la cepa m a d r e , y q u e d a enteramente aislado-: desde entonces forma una n u e v a planta que v i v e como todas á expensas de sus propias raices. Si en el primer año no alcanzare al sitio de la m a r r a , se le extiende hasta donde p u e d e llegar , sacando allí la p u n t a ó vanderilla del sarmiento , y al siguiente ya habrá crecido lo bastante para volver á hundirle y l l e v a r l e hasta el punto señalado en el marco ó repartimiento. De las enfermedades de la vid. E n la lección séptima de la primera parte tratamos detenidamente de las enfermedades de las plantas en general y , al hablar de las de los árboles, hice ver las que mas comunmente suelen p a decer. Omitiremos ahora quanto entonces diximos , para evitar repeticiones," contrayéndonos á las enfermedades propias de l a v i d . Este v e g e t a l tan robusto por su sus productos , es uno de naturaleza aquellos cuyas como útil enfermedades siempre'le v i e n e n de afuera. U n a porción bastante por casi considerable de insectos atacan continuamente á la vid y a royéndole la raíz, y a el tierno brote y racimo naciente , y a en fin causándole extravasaciones ó cubriéndole y a las hojas y pámpanos, derrames de la l i n f a , además con una tela ó b a b a z a q u e .arruina. L a s enfermedades interiores suelen la provenir veces de la falta d e conocimientos y precaución en de los sarmientos destinados al Echase mano generalmente destruye la plantío de los nuevos de los primeros cabezudos y y muchas elección majuelos. que se presentan , y no se c u i d a de a v e r i g u a r si la planta de que p r o ceden es vieja, ó tiene a l g u n a e n f e r m e d a d ; si es bien ó mal configurada, ó en fin si está débil ó r o b u s t a , en buen ó mal terre- s M7 no & c . D e este m o d o , es imposible dexen de propagarse los mismos m a l e s , y de experimentarse desde luego enormes perjuicios. Por esto se ha dicho , tratando de la elección de los sarmientos ó cabezudos, q u e no debe fiarse este punto á otro que al dueño d e la viña , y se ha enseñado lo conveniente para no e q u i v o c a r se en un asunto que interesa tanto. L a s heridas causadas á la v i d se hacen quasi siempre i n c u rables por el abandono con que se m i r a n ; así vemos q u e los cort e s , que se dan á los brazos g r u e s o s , rara v e z se cicatrizan, pues el excesivo derrame y el contacto del aire hace que se c a n cere y perezca la planta. Sin embargo quando conviene cortar todo lo seco, podrido esto se observa, ó carcomido hasta d e x a r - lo limpio y sobre lo n u e v o , á fin de que las nuevas produccio- nes reemplacen la pérdida y . c i c a t r i c e n la herida en la parte q u e p u e d a n ; pero siempre será mas útil cortar con economía, p r o - curar no causar heridas grandes á la p l a n t a , cortes por aquellos puntos linfa que derrama y determinar los en que ni el a g u a se d e t e n g a , ni la la planta cause daños, c e g a n d o é inutili- z a n d o las yemas. L a s viñas que se plantan en terrenos cansados y faltos de nutrimento, así como aquellas cepas q u e se reponen en las m a r r a s , padecen enfermedades análogas á estas c i r c u n s t a n c i a s : en ellas se observa suma l a n g u i d e z , y una v e g e t a c i ó n tardía y e n f e r m i z a : su madera as comunmente estoposa, envejecida y llena de escarzos; los brotes son cortos, y con mucha frecuencia p i e r den la hoja antes de t i e m p o , y se secan ó se pudren los E l hielo, la e s c a r c h a , las n i e b l a s , el granizo y ducen también en las viñas los males que le L o s g r a n i z o s , q u a n d o son f u e r t e s , frutos. la piedra pro- son consiguientes. causan contusiones mas ó menos considerables, que suelen degenerar en g a n g r e n a , ó producir exfoliaciones y resecaciones que siempre perjudican mu- cho ; y los hielos y escarchas queman los brotes tiernos , las mas , y aun los sarmientos viejos causar la v e n t e a d u r a , e s t o e s , ye- muchas veces : también suelen hacen que se abran según la dirección de sus fibras : á cuyos males están principalmente las viñas plantadas los troncos expuestas en ios sitios baxos y en l a exposición de oriente, por las razones que q u e d a n expuestas en la lección séptima donde pueden verse : estos males solo p u e d e n remediarse atendiendo desde luego á elegir la mas favorable exposición y terreno. L a niebla causa no pocas veces enfermedades mortíferas á la v i d , y es muy común verla perecer pasando por grados la amarillez de las hojas hasta el estado de una tisis Pero lo que causa desde incurable. estragos de mayor consideración, y lo q u e 158 generalmente destruye los mas frondosos v i ñ e d o s , es la multitud de insectos que a n i d a n , se crian y alimentan del p á m p a n o , del racimo y aun de la savia de las cepas. L a s diversas o r u g a s , el a r a ñ u e l o , los p u l g o n e s , el coquillo, la picotilla, el escarabajuelo y otros muchos, son enemigos tanto mas temibles, quanto mas perjudiciales y difíciles de exterminar : su p e q u e n e z , la falta de observaciones sobre su n a t u r a l e z a , modo de v i v i r y de reproducirse y , lo q u e es m a s , la culpable indolencia de la mayor p a r te de los poseedores de v i ñ a s , hacen q u e , propagándose mas y mas c a d a dia esta p l a g a devoradora , destruya los viñedos mas sobresalientes ; pues aunque el zelo y laboriosidad de uno ú otro c u l t i v a d o r los persiga y aniquile en sus h e r e d a d e s , poco ó n a d a •adelanta, sí los convecinos no le imitan y á su exemplo destruy e n las crias de quantos habitan y se mantienen en las respect i v a s posesiones de todo un término. L a s tribus ó familias de todos estos insectos solo pueden aniquilarse por esfuerzos g e n e r a les de los vecinos de toda una p r o v i n c i a , y entonces recogiendo á sus tiempos, y quemando al momento las hojas abarquilladas en que los unos a n i d a n ; separando las e p i d e r m i s , limpiando y raspando los troncos y brazos de la v i d , en cuyos puntos se g u a recen otros, depositando sus huevos para nuevas generaciones; y finalmente descubriendo ó removiendo la tierra del rededor del pie de la cepa á donde se retiran no p o c o s , se acabará con todos , ó por lo menos sus estragos se irán disminuyendo por m o mentos. D e otro modo no hay que esperar su aniquilación. C o n tales m e d i o s , con las repetidas l a b o r e s , y con las podas bien hechas y á sus debidos tiempos, pueden asegurarse los mayores progresos; y las v i d e s , c u i d a d a s con un esmero semejante, prosp e r a r á n , apenas padecerán enfermedades, y sus frutos colmarán las esperanzas del cosechero, recompensándole s u p e r a b u n d a n t e mente sus trabajos. De la A c a s o ninguna vendimia. de las operaciones de este ramo de c u l t i v o es tan importante como el determinar la época ó tiempo propio de hacer la vendimia. Por d e s g r a c i a , en la mayor pueblos de España se parte dedos acostumbra señalar por un bando, el d i a en que ha de principiarse la recolección de la u v a en todos los pagos de la jurisdicción ; y esta p r á c t i c a , que por los abusos ha venido á ser tan p e r j u d i c i a l , contribuye no poco á la mala c a l i d a d de muchos vinos. 159 " L a vendimia se ha de hacer q u a n d o la u v a esté p e r f e c t a «mente madura , dice Herrera ( i ) , ios que vendimian antes q u e »la uva esté perfectamente m a d u r a , hacen el vino de poca fuerjjza y d u r a , y los q u e tardan en vendimiar mas de lo que deben, «hacen el vino no tal y turbio y d u l c e , y si les llueve m a l o , y n a c é d a s e , y comunmente lo tal se v u e l v e , por eso han de v e n d i jjmiar quando está de s a z ó n . " D e aquí puede i n f e r i r s e , sin n i n g u n a v i o l e n c i a , los perjuicios que necesariamente han de originarse á, la A g r i c u l t u r a con solo el hecho de haber de esperar á la publicación, del bando para echar la vendimia. N o hay quien ignore que las diversas v a r i e d a d e s de u v a s m a d u r a n naturalmente en épocas distintas, siendo por consecuencia unas mas tardías y otras mas tempranas, según su naturaleza y p r o p i e d a d e s , y según también contribuyen el temperamento particular de c a d a c l i m a , la diferente exposición y la calidad de la tierra : todos estos motivos persuaden que el cosechero debe tener la justa libertad de hacer la vendimia quando y como mejor le parezca ; de lo contrario es forzoso que s u - " fran un considerable atraso no solo los intereses del l a b r a d o r , sino también los del público en la inferior calidad y menor c a n t i d a d de los vinos que se elaboran. E s lo cierto que para la p u blicación de tales bandos no se consulta nunca el ínteres común, ni el bien g e n e r a l de los c u l t i v a d o r e s , sino el interés particular de algunos magnates q u e , á costa de la sangre y de los sudores de los pobres infelices colonos, quieren aumentar su p a t r i monio. M a s claro se explicó todavía mi difunto amigo (2) sobre este escandaloso abuso q u a n d o dixo : " E l móvil principal para sujetar en los pueblos las cosechas al b a n d o , no tiene en el d i a otro fundamento que el interés p r i v a d o del corto número de propietarios , que ponen trabas para lucrarse del trabajo é industria agen a," : »En general ( a ñ a d e el a u t o r ) no se.publican los bandos p a ra las cosechas á vista de la opinión del v e c i n d a r i o , sino q u e dan la ley en este punto los menos i n s t r u i d o s , q u e adhieren c o munmente al dictamen de los a c a u d a l a d o s . " ..jsEn.el bando para echar la vendimia (continúa el mismo) suelen atender mas bien á la : maduración de la u v a en los pueblos circunvecinos , que no á la del propio territorio. Si desean por exemplo comprar los principales cosecheros u v a de los pagos inmediatos , ó solicitan venderla á los compradores (1) Libro 1 ° , capítulo 1.° (1) Observaciones sobre los bandos . municipales, Semanario de Agricultura, tom. a i . , pág. 110. .. , . . IDO de los pueblos deí c i r c u i t o , atrasan ó anticipan el b a n d o , a r r e glándole al fruto de u v a de los términos linderos." «Pero lo que aun es mas escandaloso (si cabe mayor escándalo ) es ver que no se limitan los bandos á determinar la recolección de frutos, sino que niegan además la entrada de la u v a de otros términos, ó g r a v a n su v e n t a con contribuciones trarias , pareciendo los pueblos limítrofes dos naciones g a s que se declaran recíprocamente la guerra para arbi- enemi- destruirse, m a s bien que dos familias a m i g a s , dependientes de una misma m o n a r q u í a . " E n fin, es tal y tan g r a n d e el abuso que se hace en esta p a r t e , que no puede menos de lamentarse altamente todo hombre que se detiene un momento á reflexionarlo ; ¡ q u é dife- rencia tan g r a n d e se nota comparando esta práctica con la s i g u e n aquellos felices pueblos en que , respetándose la d a d como es justo , se toman los cosecheros el tiempo que propie- necesario p a r a hacer su vendimia , y la verifican en dos ó tres veces , p a r a n d o en otras tantas suertes las u v a s y los vinos! ¿ y tas ventajas no l l e v a n sobre otros muchos los vinos de que , a u n q u e v e n d i m i e n de una v e z todo el f r u t o , se- quán- aquellos aguardan p a r a su execucion tan solo el tiempo de la perfecta m a d u r e z , y no el dia del bando municipal!! Son incalculables con efecto las ventajas de este sistema, como puede conocerse por la sola r a - z ó n , y mucho mas por los resultados de la experiencia ; pues en los pagos en que se verifica la vendimia á su gusto y en el d e b i d o tiempo, no solo limpian la u v a , j a n lo p o d r i d o , de lo que está sazonado y p e r f e c t o : aquella la cogen enjuta y arro- sino que además separan lo verde ó inmaturo en u n a palabra , s i g u e n senda q u e les traza su propio interés é imitan siempre la práctica de los pueblos y de los cosecheros mas acreditados d e sus propios países ó de los vecinos. T a l e s máximas están sabiamente recomendadas por nuestro Alonso de Herrera en el precitado capítulo s e g u n d o de su libro segundo, c u y a doctrina debe tenerse en mucho aprecio. Este a u t o r , entre otras de las muy buenas señales que da para c o n o cer el estado de la perfecta maduración de la u v a , dice que, q u a n d o los pedúnculos y los escobajos se ponen ásperos, par- dos , resecos y verdaderamente leñosos , por haberse disipado y a el x u g o de vegetación que le alimentaba , clara, transparente, a z u c a r a d a , q u a n d o la u v a y q u a n d o los racimos está encor- v a n mucho los sarmientos , es prueba de una perfecta madurez, y p u e d e por consiguiente echarse la vendimia. M a s , en q u a n t o al modo de hacerla , será siempre útilísimo el prevenirse anticip a d a m e n t e de los útiles necesarios para la recolección y t r a n s - porte , y en el acto de vendimiar no consentir jamás en q u e los IÓI operarios v a y a n sin herramienta para cortar los racimos, e n c a r gándoles mucho la separación del fruto m a d u r o , de lo verde ó no tan sazonado ; la limpieza y aseo , quitando la hoja, la p á m p a n a , y quanto pueda perjudicar la calidad del vino, pues desde l u e g o puede hacerse esta operación sin necesidad de du- plicar trabajo ; acelerando también el transporte para evitar p é r d i d a , el acaloramiento y otros inconvenientes q u e se la origi- nan de su retraso. D e este modo puede esperarse con fundamento una perfecta fermentación , y de sus resultas unos vinos espirituosos, durables y de buen g u s t o , acompañados de quantas cir« cunstancias los hacen ó p u e d e n hacer apreciables. Modo de hacer el vino-. M u c h a s veces hemos r e p e t i d o , y repetiremos a u n , la n e c e s i d a d que hay de contar con las diversas circunstancias del t e r reno , clima y exposición para hacer la mas acertada ción de las p l a n t a s , y para e x e c u t a r las pero en el punto de que vamos á h a b l a r , distribu- operaciones t a n c i a tener siempre á la vista las relaciones mutuas estas c a u s a s , y las influencias de las rurales; es de mucha impor- de estaciones y del todas cultivo; como que de ello penden absolutamente las buenas ó malas ca- lidades de los vinos : esto no obstante, podrá suplirse el d e f e c to de la exposición siempre que concurran con el buen terreno, u n clima apropósito y l a c a l i d a d del veduño. E s cierto que la influencia del clima sobre la v e g e t a c i ó n de l a v i d es i g u a l á la de todos los demás árboles y p l a n t a s ; pero también lo es que en pasando de la latitud grados , y a no puede experimentar el de mosto la los cinquenta fermentación conveniente para formar u n a bebida a g r a d a b l e : así es que en- tre loj- q u a r e n t a y cinquenta se hallan los puntos mas. apropósito para el c u l t i v o de la v i d , y en los-climas cálidos de esta z o - n a es precisamente donde se elaboran los vinos mas sobresalientes y espirituosos, pues en ellos a b u n d a n sus principios tuyentes , á saber el a z ú c a r , el temperamento el tártaro y el aroma ; l l e g a á ser excesivamente consti- aunque s i cálido se precipita l a maduración de la u v a , y entonces carece de alguno de a q u e llos principios, perfección que son tan necesarios para la fermentación y del vino. L a c a l i d a d de las tierras influye no poco en la de los vinos, pues vemos casi siempre diferencias notables entre los que se han criado en tierras a r c i l l o s a s , y los que provienen de las c a s TOMO II. X IÓ2 cajosas , arenosas y calizas. Está demostrado que en los terre- nos fuertes , a u n q u e dan mucho frutó g e n e r a l m e n t e , no a d q u i e re la u v a una sazón p e r f e c t a , y por lo mismo los vinos son xos , sin espíritu ni oler ; mas algunos los suelen sin tío- embargo apreciar , por la c a n t i d a d de-mosto q u e emplean para el consu-; mb Üe la ¿gente pobre y para l a ' d e s t i l a c i ó n ; por el contrario los terrenos medianamente ligeros , mezclados con algo de jó y dan los mas alguna aunque poca c a l , vinos casca- exquisitos a u n q u e en' menor c a n t i d a d ; así que , quando se trata de elegir terreno para-éste cultivo , deben tenerse presentes estos princi*. p i o s , y dar la preferencia al que mas convenga. L a exposición en que se halla la viña , no es tampoco in- diferente para la buena ó mala calidad de los vinos ; y por lo mismo el saber que en un mismo t e r r e n o , clima y cultivo ob- tendrá diversidad de productos , según el p a r a g e en que se h a y a c o g i d o la uva , es de la mayor importancia para el labrador. L a exposición del medio dia es por. lo común la m a s para la maduración de este fruto favorable pero considerada en toda extensión de un t e r r e n o , : se observarán t o d a v í a algunas ciones, con respecto á su situación en lo a l t o , al medio ó en b a x o , pues en las grandes alturas se coge menos u v a , tan buena calidad como en las colinas : la situación Ja varialo y no de media l a misma colina dá mayor c a n t i d a d de mosto que su cumbre de y no tanto como la de la falda del valle ó v e g a ; pero siempre de mejor calidad que en ambas. A d q u i e r e n también los vinos el g r a d o p e r f e c c i ó n , según que la variación de de mayor ó menor las estaciones favorece al nutrimento de las v i d e s , al g r a d u a l incremento de los frutos, y á su sazón ó maduración progresiva. U n a frescura moderada del terreno , ó una atmósfera medianamente húmeda, son los a g e n tes mas principales de la perfecta sazón y maduración oportuna de las uvas en los paises cálidos, E n una p a l a b r a , la prosperid a d de la v i ñ a y la buena c a l i d a d de la uva depende mente de a g u a que la proporción y e q u i l i b r i o , que debe precisa- haber entre el alimenta la planta-, y el calor que elabora y combina los principios ó elementos d é l a u v a , absolutamente necesarios para promover una perfecta fermentación vinosa. • ' E l cultivo por su parte c o a d y u v a mucho á la no solo de la mayor, cantidad de e s q u i l m o , mejor calidad , consecución, sino también á la del fruto. Los diversos modos de p o d a r , armar, cultivar y dirigir las v i d e s , hacen que estas produzcan mas ó menos u v a , y que por los mismos medios adquieran también mas ó menos grados de maduración. D i a r i a m e n t e vemos la diferen- c i a - q u e hay é n t r e l o s frutos de una vid abandonada á sí misma 163 y p r i v a d a de los.auxilios del c u l t i v o , y los de otra q u e se p o d a y cuida : aun entre las c u l t i v a d a s se a d v i e r t e g r a n diversidad, si se comparan los frutos de la v i d emparrada y los de la cepa; en estas mismas las u v a s de las guias, rastras ó sacavinos, g u a r dan diversas proporciones en sus principios y son de distinto gusto que las de los pulgares : en fin las vides labradas ó no l a b r a das producen frutos de distinta naturaleza para la fermentación, - ó por mejor decir en qualquiera de los casos referidos varian infinito, y así no son todas ellas igualmente apropósito para la e l a boración del vino. Esto no o b s t a n t e , el cultivo modifica muchas veces hasta cierto punto la disparidad del clima y del terreno. E n ios países fríos se enrodrigonan las v i d e s , para que reciban el sol por todas partes, y por este medio suple el arte la falta de calor q u e allí se experimenta : en los cálidos por el contrario se arman las cepas baxas para q u e , esparciendo sus sarmientos mas cerca del suelo , conserven la h u m e d a d de la t i e r r a ; y los frutos cubiertos de las hojas y pámpanos se libren de la fuerte i m p r e sión del sol y de sus rayos directos. D e todos modos es fuerza convenir en q u e el c u l t i v o influye eficazmente en la c a l i d a d de los v i n o s , y por lo mismo el q u e trata de obtener los mas exquisitos, no embasura sus viñas sino al tiempo de plantarlas, porque sabe que les da mal g u s t o : en la poda disminuye el número de los puestos, y acorta quanto puede ios pulgares; pues a u n q u e es cierto que d e x a n d o muchos de los primeros, y largos los segundos, se recog e mayor c a n t i d a d de esquilmo , también lo es q u e el mosto sale de inferior calidad. Por lo mismo se cuida también de tener el terreno limpio de malas yerbas y aun de empolvillar las u v a s por medio de algunas labores superficialísimas; pero sobre todo es i n dispensable alejar de los pagos los estercoleros , las hogueras y d e m á s , q u e con sus olores puedan causar el deterioro de los vinos. . T a l e s y tantas son las precauciones q u e deben dirigir al c u l t i v a d o r q u e desea mejorar su sistema c r o n o l ó g i c o , ó sea el arte de.hacer e l ; v i n p , conduciéndose siempre con la idea de a d q u i rir la m a y o r cantidad p o s i b l e ; p e r o . s i n detrimento de la. c a l i d a d : esta debe preferirse á aquella en i g u a l d a d de circunstanc i a s , y solo podrá conformarse con un vino malo aquel á quien • ni la t i e r r a , ni el c l i m a , ni la exposición se lo den b u e n o ; mas sus conatos, siempre se dirigirán á perfeccionarlo. Esto no obst a n t e , como no bastan todavía los cuidados y precauciones p r e ventivas que quedan i n d i c a d a s , sino q u e es necesario que á la par se executen con i g u a l atención l a s . d e m á s operaciones, h a blaremos de ellas, aunque con a l g u n a rapidez y concisión; pues mas vale suplir el laconismo con la explicación á voz v i v a , q u e no aglomerar confusamente los principios. 1 x 2 i<$4 E s práctica muy r e c o m e n d a b l e , especialmente para los p a í ses y climas c á l i d o s , la de desgranar la u v a , pisarla y e x p r i mirla sin el escobajo, porque este no puede contribuir sino á hacer un vino áspero y desagradable al p a l a d a r : mas en las p r o v i n c i a s en donde no se experimenta el grado de calor competente para una buena m a d u r a c i ó n , y en donde la mayor parte de los vinos son naturalmente fioxos, ó se queman para hacer a g u a r dientes , está por demás la operación del d e s g r a n a d o , antes por e l contrario conviene que el mosto fermente con el escobajo p a r a que anime un tanto la insipidez del vino. - " D e l cocer hay dos m a n e r a s , dice H e r r e r a , la u n a , q u e echan el mosto sin casca á cocer, de esta se hace el vino claro como el a g u a y de mas d u r a , no suele tener tantos vicios.... L o que se cuece con casca sale mas r u b i o , de color de oro, y de mas fuerza y no de tanta d u r a , y esto estando asentado lo t r a s i e g u e n , porque no tome el sabor de la c a s c a , que quanto mas el v i n o , después de sentado está sobre la m a d r e , tanto es de m e nos d u r a , excepto sino es a l g ú n vino de malas u v a s . " D e l m i s mo modo se explica B o u t e l o u , pues asegura ( i ) que por lo g e neral los vinos de la u v a descobajada son mas aromáticos, mas claros, mas transparentes y sin v i s o ; y que los vinos de las u v a s q u e no se , despalillan adquieren cara ó viso', y cierta aspereza propia del escobajo, que nunca pierde en lo sucesivo. C o n todo, a ñ a d e , el x u g o del escobajo dá fortaleza y a g u a n t e al vino ; y conviene que se exprima con los orujos, q u a n d o se destinan los vinos para la extracción del a g u a r d i e n t e . E n fin y a se desgrane ó no la u v a , es necesario pisarla y exprimirla para separar el mosto que c o n t i e n e , el q u a l deposit a d o en los vasos competentes fermenta , se depura y pasa por grados á ser verdadero vino. Písase la u v a en los lagares ó x a raices , y separado el mosto que corre acia, la t i n a , se prensa el •orujo para aprovechar todo el que se q u e d a mezclado y combinado con las materias que forman la casca ; más p a r a todo esto es - necesario el mayor;-a séo-y.limpieza,> a l mismo tiempo que la brev e d a d y prontitud en las operaciones. U n a de las atenciones que mas .contribuyen a l a buena fermentación, y por consecuencia á la superior c a l i d a d de los v i n o s , es el llenar las vasijas de u n a v e z con el mosto que q u e p a , y a n o ser posible , verificarlo á un tiempo por lo menos en. el término de veinte y quatro á treinta horas: de este modo la fermentación vinosa de toda la masa sigue •unos mismos grados y se libra de los gravísimos inconvenientes, que necesariamente resultan de la interrupción. M a s si después : (i) En la memoria antes citada. i<5 5 de haber empezado: la fermentación vinosa del mosto se interrumpe por qualquiera causa ó a c c i d e n t e , es necesario mecerle para que continúe ó se renueve-, si cesó del todo :. aun sin esto conviene también mecer los mostos quando están fermentando, á fin de que hiervan con i g u a l d a d y perfección, y por este medio se consigue hundir la casca ó' sembrero de los vinos tintos. A s í se vé como-la fermentación no necesitará de auxilios ni remedios, siempre que el mosto p r o v e n g a de una u v a completamente m a dura , con tal q u e acompañen también la cantidad necesaria de líquido y la temperatura de la atmosfera , pues los vicios de l a fermentación , no solo se d e d u c e n de la naturaleza de l a u v a , sino también de la temperatura del aire , el q u a l c o n curre como un poderoso a u x i l i a r . para la elaboración de Jos vinos. E n fin, los mas principales agentes de la buena fermentación son el aire atmosférico y el calórico ; pero las s u b s tancias de la u v a que fermentan son el azúcar , el tártaro , el accido m á l i c o , la parte colorante , el mucilago y el aroma. E l azúcar está reconocido como la substancia principal que p r o m u e v e la fermentación; pero es igualmente cierto, que no basta ella sola si no está acompañada de l a correspondiente c a n t i d a d de t á r t a r o , pues á este sé debe siempre la fortaleza de los v i n o s , así como su espirituosidad al azúcar : de aquí es q u e quando se desean mejorar los mostos, se les añade- la dosis de tártaro que corresponde con respecto á la c a n t i d a d de azúcar que se mezcla. L o s vinos q u e abundan de t á r t a r o , son comunmente f u e r t e s , d e m u cho a g u a n t e , y tardan en sazonarse mucho tiempo. Del trasiego. N o hay una regla q u e determiné con e x a c t i t u d , e l tiempo ,que deba mantenerse la casca con el mosto , y por consecuencia q u e señale q u a l deba ser la ocasión, mas oportuna y. conveniente de hacer el t r a s i e g o , pues vemos que así la época en que h a y a de haéerse , como el número de veces q u e necesita t r a s e g a r se , varía muchísimo con arreglo al clima y á la calidad de los vinos,. por lo q u e es esta una de a q u e l l a s operaciones en q u e se necesita,tino y observación p a r a executarla ; pero habiendo tratado este punto el difunto Boutelou con el mayor tino y c o n , l a inteligencia que caracteriza todas sus obras ,.tomaremos lo q u e baste para concluir este artículo, de la memoria q u e publicó s o bre 'el método que siguen en San L u c a r de Barrameda en la f a bricación de sus exquisitos vinos. 166 L o s vinos blancos (dice) se trasiegan menos veces y con mas anticipación que los de c o l o r , que los de mucho c u e r p o , que los arropados y que los tintos. L o s vinos blancos, que se t r a s i e g a n muy t a r d e , adquieren comunmente v i s o , y necesitan en lo sucesivo aclaros artificiales, que perjudican á su c a l i d a d y á su conservación. L u e g o que se ha efectuado la - fermentación , se aligera el v i n o por l a deposición y precipitación de las substancias filamen- tosas y muciiaginosas de la u v a q u e se han separado del líquido, durante la fermentación. L a densidad del mosto disminuye a s i mismo, al paso q u e se descompone-el azúcar y se forma el alcohol; 'y'.'-así vemos que si señalaba por exemplo el pesalicor quince ó catorce grados , señala diariamente un número menor de ellos, :como hemos dicho. L a pericia del cosechero está en g r a d u a r el trasiego de sus vinos én el-punto mas p r o p i o , con el auxilio de : los- pesalicores.de moderna invención. -No es fácil fixar ningún principio cierto sobre este objeto por razori"á las variaciones del c l i m a , á la índole d é l o s v i n o s , y á otras muchas circunstancias ^que e x i g e n modificaciones en este punto. T r a s e g a b a n en San L u c a r por el 16 de noviembre de 1806 antes de ios fríos, para s e - parar el vino de las heces ó lías primeras que siempre son mas • copiosas , y muy propensas á agriarse. L o s trasiegos muy frecuentes disminuyen la fuerza de los v i n o s , por lo q ü a l los vinos floxos se trasiegan menos veces que los mas fuertes. Los vinos de los majuelos embasurados ó muy p i n g ü e s , d e x a n mas h e c e s ó sedimentos, y deben por esto trasegarse mas repetidamente. Sobre el El azufrado. a z u f r a d o , continúa el mismo a u t o r , detiene hasta cierto g r a d ó l a fermentación vinosa. L o s vinos blancos y los de mucha fuerza y espirituosidad- g a n a n con el azufrado. F a c i l i t a este la conservación de los vinos f u e r t e s , é impide que degeneren en los viages^y transportaciones, por lo q u a l azufran comunmente en San L u c a r los vinos de extracción. L o s blancos se clarifican con el azufrado , y pierden el viso ó cara que pueden haber adquirido. É l azufrado descompone la parte, colorante de los v i n o s , y por esta circunstancia suele no convenir para los tintos que se v u e l v e n en este caso descolo- r i d o s , ó pierden mucha parte de su color. Ignoramos qué f u n d a mento haya t'enidoOliver deSerres y Otros escritores, para j u z g a r q u e el azufrado d é los vinos trae malas resultas para la salud. i6y T a m b i é n es muy importante tener en consideración los fenómenos de la fermentación violenta y tumultuosa en q u e desaparecen en un todo algunas substancias de la u v a , s e evaporan sus gases y se combinan las restantes en varias proporciones s e g ú n la c a l i d a d de los vinos , mudando, el mosto su n a t u r a l e z a y calid a d : en la segunda q u e es la fermentación insensible se aclaran los v i n o s , se mejoran , se s u a v i z a n y bonifican -con la edad ; y aunque con a l g u n a l e n t i t u d , pierden a q u e l sabor áspero y fuer~ t e , que caracteriza á los vinos nuevos.. Todos los:vinos se remontan, y manifiestan mas patentemente el movimiento de su fermentacion insensible en el. tiempo en ; que empieza á pintarse l a . u y a , y en l a que florece la v i d , en el qual están.mas expuestos á perderse^ , E n los vinos n u e v o s , principalmente , en los t i n t o s , es .mas manifiesta l a . efervescencia lenta de la fermentación insensible. Los vinos que proceden de uvas m u y caladas y m a d u r a s , ó de las asoleadas,'terminan brevemente su primera fermentación t u multuosa pero la insensible es menos aparente ,, notándose q u e con proporción á prolongarse la fermentación tumultuosa, en la misma se prolonga la insensible. L o s vinos de manzanilla termin a n tanto mas brevemente la fermentación insensible , quanto mayor es el calor de la bodega y la c a n t i d a d de aire atmosféric o , que circuye exteriormente á las botas. D e esto resulta que las botas ó pipas de las ahiladas, mas b a x a s , colocadas cerca del suel o , sazonan mas lentamente los vinos que las hileras superiores. Los vinos merman en las botas por la evaporación d é l a s , p a r tes espirituosas, y por la trasudación de. las aguanosas por los poros de las m a d e r a s , y es necesario no. dexar v a c i a s . l a s pipas ó botas para su buena conservacion.-Lá. perdición de los vinos es mas ó menos considerable con arreglo á su c a l i d a d y á la de las-maderas , y sobre todo .guardan proporción con la superficie del vacío d e las vasijas. L o s .toneles de madera porosa d e x a n que. se .traspore el vino en porciones .considerables, y sen un, censo perpetuo para el cosechero por l a n e c e s i d a d . d e renovar con frecuencia el líquido. , E s constante q u e la merma de los vinos nuevos es mucho mas considerable que ;la de los añejos ; pero se necesitan repetir muchos experimentos antes de fixar ó. determinar con e x a c t i t u d la cantidad que pierden en.sus diversos estados y en las distintas épocas de su conservación. D e qualquier modo que s e a , h a y necesidad de recebar los vinos con otros de su misma calidad y naturaleza ; si bien es cierto que en muchas ocasiones pueden recebarse con vinos mas n u e v o s , pero de semejante calidad. Últimamente la operación del aclaro en la manipulación de U58 los v i n o s , es de mucha consecuencia y no p u e d e omitirse su e x plicación , pues aunque con la e d a d vienen á deponer los vinos las heces q u e usa sin los e n t u r b i a n , y se aclaran espontáneamente , se embargo de los aclaros artificiales para conseguir anticipación la limpieza y con transparencia de los vinos. Uno de los medios de que usan los cosecheros para su aclaro consiste en trasegarlos repetidas v e c e s ; con lo q u a l consiguen no solo la clarificación de los v i n o s , sino q u e , haciéndolo con oportunidad y en las estaciones en que periódicamente se remontan y e n t u r b i a n , e v i t a n su pérdida. A d e m á s de esto son infinitas las r e c e tas que recomiendan ios autores para nos ; pero la mayor la clarificación de los v i - parte de estos métodos no sirven mas q u e para debilitarlos, siendo las mas veces indispensable despacharlos prontamente para q u e no se tuerzan de resultas del aclaro. L a s substancias propias para este efecto, son a n i m a l e s , rales ó vegetales. Entre las substancias -animales que minepueden usarse con ventaja para la clarificación de los v i n o s , se cuentan mas principalmente la s a n g r e , l a l e c h e , los h u e v o s , la cola de pescado & c . : las substancias minerales son constantemente p e r judiciales á la salud. Entre las substancias a r á b i g a y otras gomas que vegetales la goma destilan los árboles f r u t a l e s , p u e - d e n adoptarse felizmente á este uso. L o s de San L u c a r emplean casi rar sus v i n o s , la g o m a , las claras e x c l u s i v a m e n t e para acla- de h u e v o , y la cola de pes- cado. H a c e n uso en estas ocasiones de una tierra p a r d a , q u e conducen desde L e b r i j a , y no executan mas de una vez el aterrado á fin de que no se debilite demasiadamente el v i n o ; pero d a n de bastón ( ó mecen) al líquido l u e g o q u e han añadido l a tierra necesaria para lograr su intento. T a l es en compendio el método q u e puede, seguirse en c u l t i v o de la v i d y en la cioso fruto. Y aunque recolección y elaboración de su se ha omitido cuidadosamente en escrito la explicación de algunos otros puntos i n t e r e s a n t e s , sido con el sos suplirse con debe objeto de. no la amontonar viva voz, el preeste ha i d e a s , pues en tales c a y porque para adquirir u n a completa instrucción es necesario no solo registrar las e x celentes obras de los autores citados al principio, sino mas repetir ensayos, tomando siempre por base la operación , las prácticas constantes y fundamento bien de del país en que uno se h a l l e , y por modelo para v a r i a r l a s , no solo los principios s e n tados en los libros, sino mas bien las doctrinas establecidas en a q u e l l a s ' provincias en donde mas floreciente esté el ramo de v i n o s , tales son las de algunos pueblos de los de A n d a l u c í a , M u r cia, Cataluña, Navarra &c. IÓ9 LECCIÓN X. DEL CULTIVO DEL OLIVO Y RECOLECCIÓN Y DE Dos LA MOLIENDA ACEYTUNA. modos h a y de multiplicar los olivos con ventaja : el p r i m e r o , y mas generalmente usado por los c u l t i v a d o r e s , es el plantío de estacas: y el s e g u n d o , el de los retoños, y sierpes ó mamones barbados, q u e salen al pie de las olivas viejas. Por ambos medios se verifican los grandes plantíos de asiento , cos ó casi n i n g ú n o l i v a r , que h a y a sido y hay po- plantado con plantas criadas en los viveros como los demás árboles. E l sistema de los plantíos de asiento es ciertamente ventajor so p o r q u e , u n a v e z a r r a i g a d a la e s t a c a , siguen las plantas prolongando sus raices por entre la tierra sin q u e padezcan lesión a l g u n a , ni sufran los daños y variación del t r a s p l a n t o ; mas sin embargo es preciso convenir en q u e , a u n q u e a q u e l método sea sumamente provechoso , no estaría de mas el tener siempre u n depósito de. planta ú t i l , bien Criada y enraizada en los viveros, para reponer las p é r d i d a s . q u e hubiere en los nuevos plantíos, ó p a r a hacerlos del todo con ellas. T a m b i é n serian de la importancia estas almacigas mayor de olivos para proveer al c u l t i v a - dor de estacas con las q u a l e s , sin necesidad de destruir ó derribar las ramas principales de los olivos f o r m a d o s , pudiese veri- ficar los plantíos con arreglo á su método favorito. • Si se introduxese este s i s t e m a , acarrearía grandes ventajas verdaderamente económico, al c u l t i v a d o r , pues bien se d e x a conocer q u e además de la planta ú t i l , que por el orden de c r i a deros ó almacigas podria proporcionarse, tendria un ahorro de rama gruesa q u e h a y necesidad de apear de los árboles solo el plantío , y aprovecharía u n a buena porción para de la mas d e l g a d a , que por lo regular resulta de las entresacas, podas y escamondas q u e suelen hacerse en los olivares. P a r a prueba de. esta v e r d a d , bastr. reflexionar q u e para executar los plantíos, de asiento , se necesitan estacas q u e t e n g a n desde tres hasta n u e v e p u l g a d a s de circunferencia ó de uno y medio á dos de d i á m e tro , y de tres q u a r t a s á u n a v a r a de largo ; mas los plantíos en v i v e r o ó a l m a c i g a pueden hacerse con las q u e t e n g a n el grueso del dedo p u l g a r , y media v a r a de largo q u a n d o TOMO II. Y mas. D e a q u í v i 7o se infiere que si en el primero hay absoluta necesidad de derribar del árbol una porción de ramas, que le son importantes, en el segundo pueden aprovecharse aquellas que se quitan por necesidad y se q u e m a n ; ó bien las que aunque se les derriben p a ra este fin no les hacen notable f a l t a , ni su separación al árbol el menor perjuicio. Por otra p a r t e , acarrea si no conviene al c u l t i v a d o r , según sus ideas y o b s e r v a c i o n e s , usar de la planta de los viveros para verificar los p l a n t í o s , puede desde luego considerarlos como un depósito.ó tallar en donde encuentre siempre provisión de estacas ta solo q u e sepa dirigir útiles para quando las necesite ; b a s - estos nuevos olivos de un modo con- veniente á sus miras-, para que por espacio de veinte ó t r e i n ta años le estén proveyendo de la cantidad tacas necesaria para los demás plantíos. E n este caso deberán las plantas de modo que desde l u e g o salgan con de. esdirigirse tres ó quatro piernas ó ramas derechas y bien f o r m a d a s , g u i a n d o c a d a de por sí , como si solo hubiese de formar el pie de un una árbol particular ,• de este modo c r e c e n . e n buena proporción , y cortadas en edad y estado c o n v e n i e n t e , darán i a .provisión de cas que se desean ó necesitan. P a r a conservar l a - c e p a de estamo- do que continúe brotando y produciendo nuevas e s t a c a s , es i n dispensable cortarla siempre quatro ó seis" dedos por d e b a x o de t i e r r a , cubriendo estos cortes y cepas con el mayor c u i d a d o , para que no se venteen ni p u d r a n : así es c o m o , además-.de la conservación de l a - p l a n t a , se logra que los brotes ó retoños nuevos s a l g a n desde luego "con cierta separación y d i v e r g e n c i a , y q u e bien cuidados y d i r i g i d o s , sean capaces de producir después nuevos plantones ó e s t a c a s , tan útiles como las primeras. R e p e tidas pues estas plantaciones en épocas determinadas, no solo ha-, brá provisión de u n a cantidad planta enraizada y , ú t i l í s i m a , sino tambieni asombrosa de estacas para rios y p a r a n u e v a s los plantíos ordina- almacigas.. . . N o nos detendremos á explicar en este l u g a r quanto corresponderá! sistema de formar criaderos, ni al método que debe seguirse para criar.en ellos los olivos, pues lo dicho sobre este puntó en la lección, que trata .de ios árboles, y lo. que se ha manifesíado'en la de la m u l t i p l i c a c i ó n , nos e x o n e r a dé este trabajo; b a s tando lo explicado en'ambos l u g a r e s , para .conocer q u e con el. oliv o debe> lie va-rs'e'.el mismo-régimen que con los demás.árboles, así. para su p r o p a g a c i ó n , como para su plantación y conservación. Esto no obstante íes preciso advertir que algunos cultivadores de olivos,''acostumbran y a poner las estacas tendidas horizon- tálmenteien:u-nas zanjas-abiertas desde medio hasta tres quar- t ó s d e pie de. h o n d u r a , tierra ; cubriéndolas con una capa de •i7i proporcionada, ces y tallos, can y dividen las riegan y c u i d a n hasta que han echado r a í y quando se hallan en trozos , que con sus cogollos y raices varios forman otras tantas plantas en tal e s t a d o , las arran- capaces de propagarse y v i v i r en qualquier sitio á q u e se las trasplante : mas tales plantas, á pe • sar de los medros q u e l l e v a n al p r i n c i p i o , después suelen de- caer y perderse, á menos q u e . n o broten nuevos lechos de raices vigorosas q u e , s a l i e n d o d e la parte del tronco que q u e d a soterrado al tiempo del p l a n t í o , las aseguren y defiendan de las v i cisitudes á que quedarían expuestas con solo las primeras; pues es de notar que los males provienen únicamente de la. c a l i d a d de las r a i c e s , que salen de la muletilla ó nuez que forma ef p e d a zo de estaca p r i m i t i v a , con el brote ó tallo que. sale de ella. Esta muletilla regularmente se pudre , y entonces la planta p a dece mucho y si no tiene raices propias suele perecer: aun q u a n do las tenga , en la podredumbre de aquella parte siempre se origina un mal que con dificultad se corrige ; y aun dado que se remedie del todo ó no se p u d r a , se observa, q u e las t a s que se plan- aumentan ó logran por este medio son pequeñas poco duraderas. Esto a d v e r t i d o pasaremos á manifestar y el mé^ todo que debe seguirse en la elección y distribución de los ter- renos destinados á o l i v a r e s , el modo de abrir los h o y o s , y el de verificar los plantíos; para seguir después en la explicación del c u l t i v o , poda y recolección del fruto. Elección del terreno y exposición de él. M u c h a s y muy repetidas veces hemos dicho q u e , con arreg l o á la c a l i d a d é índole de la p l a n t a , debe elegirse el terreno para su p l a n t í o , contando igualmente con el clima y con la e x posición. E l o l i v o , generalmente h a b l a n d o , se acomoda bien con las tierras l i g e r a s , arenosas, guijarrosas, y con las pastosas ó de m i g a ; pero se observan las mayores ventajas q u a n d o se crian en tierras de buen fondo que además de ser substanciosas están mezcladas con a l g ú n cascajo. E n las tierras de v e g a ó llanuras p i n g ü e s , se crian árboles mas robustos, altos y frondosos, pero quasi siempre expuestos á perder el fruto por la falta de venti- l a c i ó n : por esto es q u e los olivares plantados en las colinas y sitios ventilados fructifican mas abundantemente y con mas seg u r i d a d , q u e los de los valles y h o n d o n a d a s , a u n q u e las planr tas no l l e g u e n á ser tan grandes y frondosas. A m a el olivo los r e s g u a r d o s , y v i v e con lozanía en los cIÍT Y 2 172 mas t e m p l a d o s , pero solo dá copia de frutos en donde tiene ventilación y d e s a h o g o ; tanto m a s , si goza de un terreno con fondo suficiente para q u e p u e d a n extender y multiplicar sus r a i ces. Los frios del i n v i e r n o , las n i e v e s , la escarcha y el rocío perjudican mas á los olivos puestos en terrenos b a x o s , q u e á los ole las a l t u r a s : en los primeros permanece mas tiempo sobre las plantas la influencia de aquellos meteoros, y en los segundos se disipa pronto en razón de q u e el viento los azota y sacude: d e aquí es q u e en estos el quajo de la flor es mas seguro, a l paso q u e en aquellos falta con la mayor frecuencia : esto no obstante h a y todavía algunas castas de olivo q u e a p e t e c e n los terrenos b a x o s ; pero ninguno prospera en los q u e son húmedos ó tocan en u n defecto semejante: por esta razón es absolutamente indispensable tener conocimiento de las especies ó v a r i e d a d e s mas ú t i l e s , no solo con respecto á la calidad de su fruto y producto total del esquilmo q u e p u e d a n r e n d i r , sino también del c l i m a , del t e r r e n o , exposición & c . en q u e puedan v i v i r y prosperar mejor. Rozier en la palabra o l i v o , describe con bastante detención hasta d i e z y seis especies jardineras ó v a riedades diferentes, contando desde el azebuche c u l t i v a d o : el P a d r e F r a y Francisco B a e z a en su excelente memoria sobre los olivos , dirigida á los editores del Semanario de A g r i c u l t u r a y A r t e s , y publicada en el tomo diez y seis de aquel p e riódico dice : que en la provincia de Sevilla cuentan de catorce á diez y seis especies; y aunque no las describe ni nombra, h a ce mención del gordal ó aceytuna s e v i l l a n a , del manzanillo, y del verdal y zorzaleño,'al q u a l recomienda altamente,, tanto por su frondosidad y hermosura, como por lo abundante de fruto, aunque algo p e q u e ñ o ; pretendiendo hacer ver que á estas q u a tro v a r i e d a d e s pueden muy bien reducirse todas las d e m á s , p a ra arreglar el orden de las posturas grandes y la recolección del frutó en s a z ó n , con mejoramiento de los aceytes y de los olivos. 'El difunto profesor de A g r i c u l t u r a D o n Esteban Boutelou en otra memoria p u b l i c a d a en el mismo periódico tomo diez y ocho, p á g i n a 148 sobre el c u l t i v o de los olivos en O c a ñ a , manifiesta q u e a u n q u e se c u l t i v a n algunos en aquel d i s t r i t o , son no obstante los mas comunes los llamados de cornicabr a y los redondillos, cuyos árboles son m u y c a s t i z o s , aunque de a c e y t u n a p e q u e ñ a y de poco aceyte. L a s castas sevillana, ocal y manzanilla, se h a n extendido poco á causa del robo y del desorden q u e se observa en los frutos del c a m p o , especialmente en este en q u e apenas d e x a n á sus dueños el placer de probarlos en los aderezos. Seria de desear q u e estos ilustrados españoles nos hubiesen descrito extensamente las variedades de olivos de que nos hablan, 173 y e n t o n c e s , comparándolos con los riamos las diferencias descritos por R o z i e r , n o t a - de los nuestros con noceríamos facilísimamente quáles eran a q u e l l o s , y así c o - los que teníamos en nuestras manos, á quál de ellos se debería preferir, y finalmen- te quál es la especie mas análoga á nuestros territorios y climas. Sin embargo vemos q u e en toda C a s t i l l a la N u e v a no se c u l t i - v a n otras que las de manzanilla y c o r n i c a b r a ; aquella r e g u l a r mente la destinan para los a d o b o s , y esta exclusivamente sacar el aceyte , que tiene en a b u n d a n c i a c a l i d a d ; el árbol resiste y es de m u y mejor que otros de su especie las v a - riaciones de los temporales de este c l i m a , v e g e t a lozanía, y en i g u a l d a d para buena con de circunstancias dá mayor bastante copia de fruto que los demás. Distribución de los terrenos y modo de abrir los hoyos. Habiéndose e x p l i c a d o en el artículo que trata de las viñas el modo de compartir y distribuir el terreno para plantar las v i d e s , poco ó nada nos q u e d a que hacer para explicar cómo ha de d i s tribuirse la tierra para poner los olivos, pues en estos y en a q u e llos plantíos se sigue el mismo orden de d e m a r c a c i ó n , con solo l a diferencia de dar mayores distancias al marco. Por decontado h a y necesidad de arreglarse á la c a l i d a d de la tierra, y según elia g r a d u a r las distancias. Los olivares q u e están en terrenos p e n - dientes y los que están en tierras fioxas, pueden ponerse algo mas espesos que los que están en llanuras ó colinas suaves y en terrenos p i n g ü e s , y esto por las razones tantas veces referidas; pues es c l a r o , que así en las cuestas empinadas como en los terrenos d é b i ' l e s , los árboles crian menos que en las tierras p i n g ü e s , por lo q u e •necesitan menores espacios; mas en todos es preciso que estén muy claros los plantíos, ó por lo menos que g u a r d e n unas distancias tal e s , que jamás formen e s p e s u r a , n i la sombra del uno alcance al otro por n i n g u n a parte. Por esta causa es muy común demarcar los plantíos á la distancia de quarenta á sesenta p i e s , ya se pongan los olivos mezclados con las viñas , ó y a se planten solos con el objeto de sembrar los entre-liños. Si se plantan entre las vides,, que es práctica muy aventajada , se ponen-quatro ó cinco líneas de cepas entre c a d a dos de o l i v o , y entonces , estando a q u e l l a s á diez pies de distancia / vienen los olivos á quedar á ó cincuenta distantes u n o ' d e en el plantío otro. L a dirección de quarenta las filas debe quadr'ar de norte á mediodía si la situación del terreno lo p e r m i t e , y quando n o , deben mirar siempre acia 174. a q u e l punto en donde reciban mejor el sol y su luz los bañe por todas partes. ' D e n i n g ú n modo se debe abandonar los o l i v o s , ni descui- dar un punto su cultivo. L a s buenas y repetidas labores les son . t a n necesarias , como que sin ellas jamás prosperan .- así se v é q u e n i n g ú n árbol agradece tanto este beneficio como é l ; por esto y para ahorrar muchos gastos, se ha dado en la l a u d a b l e costumbre de plantar de viña las tierras que . v a r . , en cuyo c a s o , se destinan para oli- además de aprovechar promiscuamente pa- ra unas y otras plantas las labores que se dan al terreno , l l e v a el cultivador la doble ventaja de que está prohibida la t r a d a de los ganados en aquellos plantíos, y de q u e , cidas las c e p a s , queden los terrenos poblados con el olivar su mejor estado. M a s q u a n d o no se verifica en- enveje- el precitado en plan- tío de v i ñ a s , deberán sembrarse y cultivarse con el mayor es- mero los entre-liños ó a l m a n t a s , como lo hacían los antiguos y lo practican aun en el dia algunos propietarios zelosos : de otro modo es muy posible q u e se descuide el c u l t i v o , ó porque el dueño no lo v é , y el colono trate solo de aprovechar el e s q u i l mo que naturalmente p r o d u c e , ó porque unos y otros se crean de los consejos de algunos necios que h a l a g a n y alucinan con los principios de e q u i v o c a d a economía. E n quanto á los hoyos, no solamente deben ser anchos y profundos , sino también que se ventilen deben abrirse con anticipación y beneficien con las emanaciones para atmosféricas, como y a se ha dicho tratando, del plantío d é l o s árboles en g e n e r a l : una v a r a cubica es la dimension mas proporcionada del vac í o , s a c a n d o con separación las tierras diferentes que se e n c u e n tran ai tiempo de ahoyar , y poniéndolas c a d a una al lado resp e c t i v o de las quatro fachadas del h o y o , para que de este modo p u e d a el cultivador en el acto del plantío aproximar á.las plan- tas aquella que fuere de mejor c a l i d a d para favorecer su a r r a y g o : por decontado la primera c a p a , ó sea la de la superficie, es siempre la mas pingüe , por lo mismo que es la mas beneficiada y a b o n a d a , así con los abonos naturales que vienen de la at- mósfera , como con los artificiales que se le echan , ó se pudren en la haz-superior : por tanto p u e s , esta capa debe separarse de todas con el mayor cuidado , para echársela inmediatamente á la planta , l u e g o que se verifique el plantío. Hecho el repartimiento y distribución del terreno, marca- dos á las distancias convenientes y abiertos los hoyos del modo referido , se sigue luego la plantación , la qual ó se hace con estacas de ó con plantas estaca, enraizadas. acostumbran los Quando labradores el plantío se hace poner en el hoyo tres 175 ó qüatro de e s t a s , con la idea de asegurar mas y mas el éxito de ia p l a n t a c i ó n , pues a u n q u e se pierda a l g u n a , rara v e z se- rán todas y por consiguiente no es despreciable este sistema. N o faltan algunos autores que aconsejan (y en mi entender con r a zón) que las estacas deben colocarse en el h o y o , de modo q u e estén un poco inclinadas y nunca derechas ó perpendiculares del t o d o ; y en este caso es, preciso aproximarlas ó reunirías por su vase cerca del centro del h o y o , apoyándolas por la parte rior en los bordes ; de este modo q u e d a r á n con una supe- inclinación t a l , que sin ser excesiva p u e d a contribuir á su a r r a y g o : el hoyo gozará de mayor c a p a c i d a d y tendrá mayor porción de tierra r e m o v i d a , que aquellos que desde l u e g o fueron abiertos en forma de c a m p a n a ó de e m b u d o , como lo prescriben los que tratan de este punto ó siguen este sistema; pero y a se pongan las e s t a cas perpendiculares , ó ya se coloquen i n c l i n a d a s , debe siempre procurarse que disten un tanto de las paredes y bordes del h o y o , para que entre estas y la estaca q u e d e interpuesta una porción de tierra r e m o v i d a , por la q u a l penetran las n u e v a s raices a l mismo tiempo que v a y a n saliendo , c u i d a n d o mucho que v a y a n colocadas con orden , así en la^ distancias como en los h o yos , para que el plantío conserve la dirección mas recta por t o das sus líneas y q u e d e n cubiertas las estacas con quatro ó seis dedos de tierra , como y a se ha dicho. Pero si la plantación se verifica con barbados ó plantas e n r a i z a d a s , no se suelen poner mas que una ó dos en c a d a h o y o , empleando los mismos c u i d a dos que se han expresado en quanto á su a l i n e a c i ó n , orden y sistema de plantío. E n todo.caso no es conveniente que sean m u y grandes las olivillas enraizadas que se planten : basta que g a n el grueso y altura competente para sobresalir tres ten- quartas ó una vara del suelo, dexándolas solo la g u i a ó tallo central-para q u e continúe su crecimiento en altura : las ramillas laterales q u e tengan , todas deben cortarse antes del p l a n t í o , y á ser p o - , sible con a l g u n a a n t i c i p a c i ó n , para q u e las heridas se cicatricen y les sean menos, sensibles los cortes. E n la parte superior del tallo que q u e d a sobre la t i e r r a , puede dexarse alguna peque- ña parte ó uña de las ramas que h a y a n de derribarse para conducir las p l a n t a s por el m é t o d o , y baxo los mismos principios que se dixo tratando de la poda de los árboles silvestres. Es muy común en la mayor parte de nuestra E s p a ñ a ver todos los olivos armados ó formados en t r e s , quatro y aun cinco piernas que parten desde el suelo, las quales acaso traen el origen de otras tantas estacas ó plantas q u e se plantaron al principio; pero yo entiendo que sería mas conveniente formarlos en un solo pie á la manera que se forman los árboles frutales quando se I7<5 les cria á todo viento ó en espino : esto e s , que habiéndose a l z a d o •el tronco lo c o n v e n i e n t e , según la naturaleza del árbol, la s i t u a c i ó n , exposición y clima en se le forzase que se h a l l a , se le cortase la g u i a , á brotar las ramas laterales ó primeros b r a z o s , y sobre ellos se dispusiese la c o p a ; pero de tal modo que sin d e x a r l e q u e se ofusque mente abierto amparado y ó de ramas por el centro,- no q u e d e entera- del todo d e s p o b l a d o , antes bien debe q u e d a r defendido á r b o l , resguardándole por a l g u n a s q u e cubran lo interior del así de la fuerte impresión de los rayos del sol en el v e r a n o , como de los rigores del frió en el invierno. C o n v e n g o sin r e p u g n a n c i a con los buenos principios de la práct i c a , relativos á la necesidad de abrir el olivo (esto es d e s p e j a r l e por el c e n t r o ) ; pero no convendré jamás en el abuso que se hace de este principio dirigido únicamente á aumentar el v u e lo del á r b o l , como q u e en sus faldas es en donde se coge el f r u t o : ello es cierto q u e si descargarse los árboles a l g ú n regularmente bien deben aclararse y tanto de estas ramas también lo es que no conviene de modo ninguno interiores, despojarlos a b - solutamente de todas e l l a s , pues además de que suprimiéndolas del todo q u e d a n los árboles expuestos á sufrir los daños antes r e f e r i d o s , se descompone su figura, pierde la savia el equili- brio que deben l l e v a r para repartirse por todas partes con i g u a l d a d , y c a r g a n d o solo acia un lado el peso de las r a m a s , se abren y desgajan con f a c i l i d a d , desgraciándose el árbol. Cultivo y poda, Verificado el plantío con las prevenciones i n d i c a d a s , es de l a mayor importancia para los progresos sucesivos, g u a r d a r el tallar ó tiernos brotes así de los hielos, como del diente devo- rador de los animales y de los insectos q u e los dañan. L o g r a s e lo primero acompañando ó acogombrando con tierra de la n u e v a p l a n t a , al paso que los tallos v a n c r e c i e n d o , á lo que con- t r i b u y e no poco el rebozar después los troncos de las olivas t i e r nas para que los animales no las r o a n ; mas si se hiela ó la roen los g a n a d o s , es indispensable cortar la planta á raiz de tierra, p a r a que brote de n u e v o y forme un tronco v i g o r o s o ; sin esto se crian desmedrados, tuertos y envejecidos y jamás forman un á r bol c a p a z de figurar entre los demás. L o s medros y la celeridad en la formación de las plantas son relativos al c u l t i v o , y al e s mero con que se las d i r i g e : por decontado ya dexamos dicho que las labores bien d a d a s , repetidas con a l g u n a frecuenca y á 177 sus debidos tieaipos, favorecen mucho la vegetación d e l olivo q u e , mas que otro árbol a l g u n o , corresponde á los beneficios que el cultivador le dispensa: así q u e , los agricultores que e n tienden bien en que consiste su verdadero i n t e r é s , no se con- tentan con solo arar la tierra una , dos, tres ó mas v e c e s , sino que además suelen c a v a r los o l i v a r e s , procurando que los o p e rarios no d e s t r u y a n , corten ó conmuevan las raices de las p l a n tas extendidas por todas partes en busca del alimento. Q u a n d o estas labores se hacen entre olivos que fructifican, regularmente l u e g o que se ha recogido se- empiezan la a c e y t u n a , y repar- tiendo el tiempo en épocas proporcionadas, se distribuyen t a m bién las subsiguientes con intervalos acomodados á las des y faculta^ faenas del c u l t i v a d o r ; pero regularmente terminan por los meses de junio ó julio. Si los olivos son n u e v o s , puede anticiparse algún tanto la época d e - e m p e z a r las labores y repetir las que c o n v e n g a en primavera y o t o ñ o , puesto q u e en estos no hay que esperar á la recolección del fruto como en los primeros. Háeese además otra- operación en los o l i v o s , y consiste en c a v a r un espacio determinado de terreno al rededor del tronco. E n unos casos se le arrima la tierra y se forma un montón que- cubre ó acogombra el pie de la planta , logrando por este medio favorecerla contra la acción directa del sol, y evitar que la humedad necesaria para su nutrimento se disipe y pierda por eva- p o r a c i ó n , por esto se executa antes de que los calores se h a g a n sentir con demasiada intensidad ; en otros además de la indi- c a d a c a v a se deshace el montón, se allana la tierra, y se cort a n las raicillas que suele brotar la planta por aquella parte cub i e r t a , y aun algunas de las mas d e l g a d a s y someras que v a produciendo en la sobre haz de la t i e r r a , dexando una pileta ó alcorque en que se recojan las a g u a s de las lluvias á fin de q u e , recalándose mas y mas el t e r r e n o , se provea de la humedad s u ficiente para todo el v e r a n o , por esto se executa la sobredicha operación en todo el mes dé marzo ó e u - a b r i l , si él clima fuese a l g ú n tanto frió, c u y a operación es en un todo conforme á la que se explicó tratando del c u l t i v o de la v i d , como p u e d e v e r se en su propio lugar. E n quanto á la p o d a , creo haber dicho lo b a s t a n t e , q u a n d o se trató de la de los demás árboles, para conocer quál debe ser." la que h a y a de executarse en el o l i v o ; mas sin embargo nu omitiréimanifestar en este l u g a r , que si bien es absolutamente n e cesario mantener estas plantas limpias de todo-lo escarzoso, r e s e c o , enfermizo ó muerto, é igualmente deseinbára&árlas de las • ramas t r a g o n a s , ó pendoleras como dicen los labradores, y de todos los mamones que acostumbran brotar al pie ó en la cepa ffOMO n . % 178 del tronco, es también reprehensible el abuso q u e comunmente se h a c e , talando indireciamente la mayor y mejor parte d e sus ramas fructíferas. E s doloroso v e r q u a n a r r a i g a d a s están las preocupaciones en este punto. Labradores h a y que. sin mas reflexión n i . p r i n c i pios, que aquellos que-les suministra la rutina de muchos años, cortan sin discreción ni tino quanto se les a n t o j a , y siguen al pie de la leira las indicaciones q u e les recuerdan los refranes a n t i g u o s : tales son entre otros los dos que transmite, para o p r o bio de nuestro s i g l o , el autor de la memoria sobre el cultivo d e los olivos e n . E x t r e m a d u r a (1) q u e dicen árbol criado, medio cor- tado: al olivo y la encina, la labor debaxo y el hacha encima::: ¡Q.uán diferentemente piensan F r . Francisco Baeza y nuestro sabio d i funto Boutelou! y quán distintamente pensarán aquellos q u e a d quieran las miles nociones q u e , aunque con muchísima rapidez y b r e v e d a d , q u e d a n explicadas en estos elementos! A b s t e n g a - , monos pues de cortar indiscretamente y sin g r a v e necesidad las ramas de todos los árboles; pero principalmente las de los p r e ciosos o l i v o s , sin que por esto.perdonemos á los olivos viejos, escarzosos y.enfermizos q u e son la peste de los pagos mas frondosos, abrigando en su seno millares de insectos diferentes, y p r o p a g a n d o enfermedades contagiosas á que ellos sirven de foco.. T a m b i é n deberemos ser inexorables con todas las ramas daña-, das q u e inficionan el á r b o l , las chuponas y quantas q u e d a n i n d i c a d a s en esta y otras lecciones. Démosles desde luego, la mejor formación posible, y procuremos no inutilizar.sus productos, contrariando las leyes físicas de la naturaleza : por fin hagamos t o das las operaciones á sus debidos tiempos, y para la de la p o d a , de q u e ahora se t r a t a , espéresela q u e cesen los fríos rigurosos. Fuera, de las provincias d e l mediodía de E s p a ñ a p u e d e n señalarse como tiempo propio los meses de marzo y a b r i l ; p e ro en aquellas es la regla mas cierta;la de principiar á podar; luego q u e se recoge el f r u t o , y acabar ántes.que empieze á dar., muestras de florecer. E n tales épocas podrá el cultivador h a c e r , las.mondas. y. entresacas.de. los olivos,,.quitándoles quanto sea. i n ú t i l , dirigiéndose por los principios referidos. N o obstante, si se helasen las ramas principales del árbol, como acontece en a l gunos años, ó si se desgarrasen con el viento y con el peso de l a n i e v e que a l g u n a s veces los sobrecarga, convendrá afrailarlos: y. no terciarlos^ esto e s , cortarjes las ramas por cerca de las c r u - . ees para que.., brotando de n u e v o tallos vigorosos, reemplacen á las q u e se perdieron y d e r r i b a r o n : las q u e se tercian ó, : (1) Semanario de Agricultura y A r t e s , tomo 1 7 , pág. 97. 179 lo q u e es lo mismo, las ramas q u e se cortan por la m i t a d , ó á los dos tercios de su altura como suele hacerse , jamás arman bien ni hacen otra cosa q u e cargarse de. ramillas débiles y mal formadas; por esta causa debe excusarse-quanto.se pueda el terciar los olivos. . .> .•• Tampoco deberá el cultivador, arrojarse indiscretamente . á cortar Tas referidas ramas afrailando el árbol porque pasada la borrasca ó el tiempo f r i ó , observe q u e las hojas, las extremidades del árbol, y aun algunas de las ramas d e l g a d a s aparecen muertas , creyendo que lo estarán todas hasta,.las mas. gruesas: este d e s a t i n o , freqúentemente repetido por los labradores y c o secheros , les priva muchas veces de lasicosechas, q u e pudieran lograr al siguiente año si con mas reflexión hubieran esperado a l g ú n tiempo para verificar la tala , dando l u g a r á q u e el á r - bol se repusiese un poco y empezase á b r o t a r ; entonces la misma planta demuestra lo verdaderamente.muerto y dañado para que. lo corten ; y se v é c o n sorpresa q u e mucha parte de lo q u é se creia perdido por el temporal no lo.está r e a l m e n t e , , y q u e el haber derribado la mayor y mejor porción de sus r a m a s , h u b i e ra sido un error imperdonable. T a l e s y tantas son Jas precauciones q u e deben tenerse p r e sentes para executar l a poda del olivo en todos los casos , t i e m pos y c i r c u n s t a n c i a s ; pero además de ellas es preciso advertir q u e conviene mucho q u e m a r l a leña que resulte de la p o d a , lo mas pronto posible , sin. dexarla jamás en haéiuas cerca olivares, de los ni menos en los cobertizos resguardados q u e h a y en -los cortijos, haciendas y pagos. L a práctica contraria q u e hoy se s i g u e , acarrea los mayores males á este precioso vegetal. E n tre otros muchos de los insectos q u e anidan y se g u a r e c e n en t a les h a c i n a s , es ,uno el q u e produce la infernal palomilla, el q u a l , como los otros, v a envuelto con la leña desde el,olivar., p e g a d o á las hojas y ramas cortadas ,. ó pasa é l mismo á las dichas h a cinas para resguardar su prole.: en uno y otro caso ellas son el foco de tan g r a v e s m a l e s , y nada sería mas justo q u e el hacer quemar forzosamente todas las leñas de los olivos en el primer mes de haberla cortado. Últimamente , si el cultivador libertar á sus plantas de tan.funestos males , quiere procure ¡ t a m b i é n limpiar los troncos, brazos y senos .dedos á r b o l e s , rascando sus cortezas y limpiándolas de todas las partes muertas, q u e . e s donde los insectos anidan por lo general. C o n esto y > si se q u i e r e , l a v a n d o aquellas mismas partes con a g u a de xabon ó con orines, y frotándolas al mismo tiempo con un estropajo ó bro- cha fuerte de e s p a r t o , es infalible!el exterminio de los que anidan en aquellos, parages. L a s c a v a s y mullas al rededor del pie, Z2 i8o y la separación de la tierra q u e forma los montones arrimados al t r o n c o , aniquilan también á los q u e se guarecen entre l a t i e r r a , ó se retiran acia las raices para libertarse de sus e n e m i gos y de los rigores del frió: de todos m o d o s , poniendo en práctica las indicadas operaciones , es indudable el triunfo de t a n funestos y devoradores enemigos. Esto no obstante , como son varios los insectos q u e v i v e n en los o l i v o s , y atacan , destruy e n y aniquilan unos los árboles y otros los f r u t o s , hablaremos a l g u n a cosa sobre el modo de vivir de c a d a u n o , y daremos á conocer los mas dañinos. E n el tomo doce de la traducción castellana del Diccionario de A g r i c u l t u r a de Rozier artículo Olivo, se describen seis e s pecies de insectos de los q u e principalísimamente atacan á e s tas plantas y les causan los mayores males : la primera de q u e habla es una oruga q u e roe la cepa del á r b o l : la s e g u n d a una especie de escarabajo pequeño como de dos líneas de l a r g o , de quien dice q u e no come las hojas ni el fruto , pero sí q u e fixándose en las ramas se alimenta de la albura : la t e r cera son los kermes : la q u a r t a la psyla, q u e es una especie de saltón q u e ataca á los peciolos de las hojas y á los p e d ú n c u los de las flores, al pie de los quales deposita su l a r v a , c a u sando males de mucha consideración ; pues con las continuas y penetrantes picaduras del insecto desordena enteramente las funciones físicas de estas partes en la economía v e g e t a l : la q u i n ta es una oruga minadora q u e destruye el fruto j y l a sexta l a liaosca que pica las aceytunas. Bien se dexa conocer por la precedente narrativa , y se c o nocerá mejor leyendo el citado a r t í c u l o , que siendo como son v a r i o s los insectos q u e conspiran á la destrucción de t a n p r e ciosa p l a n t a , no todos son igualmente n o c i v o s ; y q u e al mismo tiempo unos atacan al árbol en esta ó en aquella p a r t e , y otros exclusivamente á los frutos. Entre ios que se alimentan solo del á r b o l , es el mas temible, mas d e v o r a d o r , y mas difícil de exterminar, un pequeñísimo insecto del mismo género Cocus q u e nos dá el kermes y la g r a n a , especie muy distinta de l a d e que habla la obra de Rozier baxo el nombre de k e r m e s , aun-? q u é • como acaba de d e c i r s e , del mismo género. Este insecto, casi imperceptible • a l a vista d e s n u d a , causa en nuestros olivos a q u e l l a - t e r r i b l e enfermedad conocida en el reyno de Sevilla con los-nombres-de pringue ,. cochinilla ó mangla : en el de G r a nada con el de holiin, tizne, tina , aceyte ú aceytillo, y en V a l e n cia con el de la negra. E l insecto después de haberse alimentado y v i v i d o á expensas de la savia del árbol acrivillándole á picaduras y causándole u n derrame e x c e s i v o , tanto q u e m u - I8I chas veces se humedece el suelo con lo q u e g o t e a , se fixa en un p u n t o , forma una especie.de C o n c h i t a , costra ó escama casi •oblonga y de u n color pardo c a s t a ñ a , baxo de la q u a l d e x a una infinidad de nuevecillós q u e se a v i v a n después, apenas los a n i ma el calor de la primavera. Entonces se extienden ó esparcen por las hojas y brotes tiernos para repetir sus horrendos estra- g o s , causan ai árbol muchas veces la muerte , y q u a n d o menos p r i v a n al labrador de la cosecha por una l a r g a serie de años. D e aquí puede inferirse que para aniquilar esta destructora p l a g a , no q u e d a otro terrible y arbitrio q u e , en diciembre ó enero , derribar con la podadera y quemar al instante todas las ramas tiernas de los tres últimos brotes ó verduras del á r bol infestado , pues en ellas es donde el insecto anida , las referidas Conchitas q u e g u a r e c e n su prole. y fixa A c a s o también p u d i e r a remediarse cortando solo los brotes y ramillas mas d e l g a d a s del último empuje , y frotar después todas l a s q u e q u e d a n con unas bruzas 6 cepillos f u e r t e s , mojados en a g u a de j a - bón ó en o r i n e s , ó rascándolas tento j pero esto ración , y menos con unos hierros hechos al i n - es mas costoso por la lentitud seguro por la dificultad dos pues , q u e d a n d o u n o , el mal se Teproduce celeridad. Por tanto el remedio indicado de la ope- de derribarlos con la será nulo e x e c u t a á un tiempo en todos los árboles infestados to- mayor si no se de l a c o - marca , y para esto es indispensable que i n t e r v e n g a el g o b i e r no obligando á todos los cultivadores q u e t e n g a n mos , á q u e los poden como q u e d a neralmente en todo un d i s t r i t o , olivos enfer- dicho , no parcial sino g e - comisionando para q u e se v e - rifique, á u n a persona inteligente y de toda confianza en c a d a p a r t i d o , y haciendo responsables á estos comisionados de la exact i t u d en el cumplimiento de su e n c a r g o , para que á nadie t o - leren ni disimulen. rSio siendo así g e n e r a l la cura , es absolutamente inútil aplicar el remedio parcialmente ; pues como los i n sectos son sumamente p e q u e ñ i t o s , los vientos que desde q u e s a len de la concha materna les arrebatan como el polvo á largas d i s t a n c i a s , contribuyen á q u e se acelere su marcha , y á que, cundiendo infinito por todas p a r t e s , se mire en el d i a como u n a especie de c o n t a g i o , tanto mas dificil de atajar quanto que su duración es indefinida , y el interés mal entendido de los c u l t i vadores y de los propietarios se opondrá siempre á la cura- ción radical ; pero no hay q u e cansarse , el remedio que q u e d a indicado es el úuico q u e p u e d e adoptarse con seguridad y con ventajas, pues por él puede esperar el cultivador que los olivos curados le den frutos hermosos a l . s e g u n d o ó tercer año de v e rificada la p o d a , y aniquilados los insectos» 182 É n t r e l o s que atacan directamente el fruto y se alimentan de la a c e y t u n a debe ocupar nominado toda nuestra atención el insecto d e - mosca de los olivos (musca olece Linn.) bién palomilla: llamada tam- esta mosca es la q u e produce la l a r v a ó gusano que , introduciéndose en la carne de la aceytuna y b a x o de l a epidermis del fruto, consume toda ó la mayor parte de la pul- p a , sin que se desfigure ni pierda su forma exterior ; antes por el contrario se reemplaza todo el v a c í o con el excremento d e l animal. A l g u n o s .autores, y entre ellos el zelosoPárroco D o n L u i s Carlos de Z ú ñ i g a , a s e g u r a n haberla hallado dentro de los huesos de la a c e y t u n a , adonde se introduce t a l a d r a n d o la parte leñosa -para roer la a l m e n d r a , p o r lo que la dan el nombre de taladrilla: •de ella trató el último extensa y atinadamente en u n a memoria q u e dirigió a j o s editores del Semanario de A g r i c u l t u r a tes , y se halla impresa en el tomo q u a r t o y Ar- de dicha obra. Sin e m b a r g o , el difunto Boutelou en otra juiciosa memoria q u e p u blicó en el tomo diez y ocho del mismo. Semanario sobre la mosca de los o l i v o s , y algunos otros escritores, creen q u e . l a l a r v a de dicha mosca no se interna t a n t o , y que se contenta con roer la parte carnosa de la aceytuna. Rozier y otros dicen, lo mismo •que Z ú ñ i g a , y de todo r e s u l t a , q u e ó no están bien averigua- dos todavía los hechos , ó q u e son distintos los insectos hablan unos y otros. S e a de esto lo q u e f u e r e , de q u e desde l u e g o p o - demos asegurar que el insecto daña l a a c e y t u n a , l a hace antes de t i e m p o , p r i v a al cosechero de u n a buena fruto , y por consecuencia de no pequeña caer porción de c a n t i d a d de a c e y t e ; p u e s . está probado q u e las aceytunas d a ñ a d a s por la l a r v a de Ta m o s c a , de producen poquísimo aceyte , y este es siempre Ínfima calidad. P a r a remediar el daño q u e produce la mosca de los olivos y -atajar los extragos que causan sus larvas en los frutos , se h a n - e n s a y a d o diferentes m e d i o s ; pero en v a n o , pues por n i n g u n o - d e ellos se ha conseguido su aniquilación. E n prueba de esto d i ce el respetable y.sabio Bernard en su memoria sobre los o l i .vos, p u b l i c a d a én el expresado artículo de la obra de R o z i e r , •que el conocimiento de su modo de vivir y de su reproducción nos pone es verdad en el camino de tantear los medios de destruirla; pe- ro todavía no se ha hallado ninguno , y que el que le descubra será -digno de la .mayor recompensa...Diga, 'Bernard lo que quiera el respetable en este p u n t o y nunca podrá negarse q u e tanto l a l á r - : v a de la palomilla y como: la taladrilla (si acaso es especie' d i s - tinta) y qualquiera otra de las q u e se alimentan y v i v e n en - Jos .frutos^ todas se fomentan y propagan hasta lo infinito por el equivocado sistema q u e se sigue de recoger muy tarde las acey- i8 t u n a s , dexándolas en el árbol hasta que la l a r v a sale de ellas y , abandonando el f r u t o . s e coloca en donde mejor le convine p a ra transformarse en ninfa. R e s u l t a p u e s , que si el fruto se r e cogiese á su debido tiempo y se moliese al instante, i n d u d a b l e mente perecerían las larvas que tuviesen las a c e y t u n a s , y la p l a g a no podia menos de disminuirse por g r a d o s , llegando un dia en que no fuesen sensibles sus efectos. M a s este retraso en la recolección , y la falta de respeto con que atraviesan ios g a n a d o s la propiedad del c a m p o , por la i m p u n i d a d de introducirlos en todos los plantíos y en especial los de viñas y o l i v a r e s , a u m e n t a n y aumentarán prodigiosamente los m a l e s , y contribuirán s i e m pre á la aniquilación total de tan preciosos f r u t o s , si la soberana atención del M o n a r c a y sus sabios M i n i s t r o s , no aplican con oportunidad el r e m e d i o ; sobre lo q u a l se indicarán a l g u n a s c o sas á continuación. 3 Recolección y aprovechamiento del fruto. L a común y a general costumbre de varear los olivos para coger la a c e y t u n a , es la única causa de que estos árboles sean veceros según el sentir de los agrónomos mas ilustrados , y según lo acredita la experiencia de los q u e , desprendiéndose de las preocupaciones v u l g a r e s , han ensayado el método de cogerla á la mano ó , como d i c e n , ordeñando las plantas. N o se ignora y a q u e c a d a hoja del árbol a b r i g a , nutre y protege una y e m a que con el tiempo producirá el f r u t o , y q u e este se obtiene solamente en las ramitas nuevas , tiernas y d e l i cadas del olivo. E l v a r e o , derribando todos estos productos, d e s ordena la economía física de la p l a n t a , la priva de los depósitos principales de la fructificación , y la imposibilita para producir en uno ó dos años de los subsiguientes á tan g r a v e destrozo. Pé* ro á pesar de esto se sigue la costumbre , porque la mayor p a r te de nuestros labradores pretenden sostener que el vareo e q u i vale á la p o d a , y no falta quien d i g a que el olivo no dá su fruto sino á palos. Por esto se piensa generalmente que nada d e s merece la planta aunque la quiten con e l a p a l e o la multitud de cogollos , hojas y ramas , que se derriban al tiempo de la r e c o lección, y que n a d a perjudican á la conservación del árbol las muchas contusiones y heridas que reciben las ramas , pues todo es indiferente á los ojos de los cultivadores sin principios : para ellos no hay mas regla que la c o s t u m b r e , ni mas ley que su c a pricho , sea ó no contra sus propios intereses ó contra los g e n e - 184 rales del Estado. L a operación de que tratamos contra unos y es ciertamente contra otros : es contra los intereses del cose- chero p o r q u e , destrozando sus o l i v o s , se priva en un año de la cosecha de d o s ; y es contra el Estado por ios menores productos q u e reporta el comercio en la concurrencia de este fruto en los mercados públieos. Se dirá acaso que la recolección á mano es sumamente dis- pendiosa é imposible de realizar en los grandes pagos de n u e s tras A n d a l u c í a s ; p e r o esta infundada razón que piensan oponer á la recolección á mano, se halla desvanecida con el testimonio de muchos hacendados y grandes cosecheros que han ensayado el método en sus posesiones. E n t r e otros de q u e puedo dar t e s t i m o nio , citaré solamente á D o n L u i s Gasaña , residente en T o l e d o , el q u a l habiendo comprado una hermosa hacienda en el pueblo de N a m b r o c a , y queriendo establecer su labranza y c u l t i v o baxo el mejor s i s t e m a , abolió desde l u e g o la práctica del vareo en sus olivos , y proveyéndose anticipadamente de los bancos de j a r d í n ó borriquetes necesarios, hizo coger á mano la a c e y t u n a desde la primera c o s e c h a : esta operación ajustada y hecha con el mayor c u i d a d o , por destajo, le costó quatro reales y medio por c a d a f a n e g a de aceytuna , y á los demás cosecheros de los pueblos circunvecinos que la v a r e a n les cuesta quatro reales. P r e g u n t o p u e s , ¿el desperdicio de fruto que resulta con el v a reo , no excederá siempre al medio real que tiene de diferencia el sistema de cogerle á mano? ¿Y quál será el valor de las cosechas intermedias que este coge quando aquellos no ven siquiera muestra de a c e y t u n a en sus olivos vareados? ¿quál y quánta la diferencia entre la salud y la vida de los olivos ordeñados y los olivos vareados? C a l c ú l e l o el que quiera , y para su desengaño pase al citado p u e b l o , o y g a al expresado C a s a ñ a sobre las v e n tajas que logra por su método , y después decídase por lo mas útil. M a s si un exemplo solo no fuere aun bastante , recórranse algunos pueblos de N a v a r r a y de otras p r o v i n c i a s , y aun de la misma A n d a l u c í a , y se verán los resultados que presentan a l g u nos ilustrados cultivadores q u e , desengañados del error antiguo, h a n adoptado el método de coger á la mano la a c e y t u n a , sin q u e obste el que los árboles sean grandes ó p e q u e ñ o s : para los unos y para los otros sirven los expresados bancos de j a r d í n , los. quaies se hacen bastante l i g e r o s , a u n q u e sean muy altos. En fin, si se hubieren de coger á la mano ordeñando el árbol, p u e de verificarse la recolección aun en tiempos fríos; pero si se h u bieren de varear- las p l a n t a s , es indispensable hacerlo en dias templados y s e c o s , q u a n d o el árbol no está helado y no en se' g u i d a de las nieves y l l u v i a s , porque en q u a l q u i e r a de estos ca- i8$ sos es increíble lo que padecen las plantas con los golpes del p a lo que las maltrata. L a época ó tiempo de su recolección , es en el dia muy d i versa de la .en q u e se recogía a n t i g u a m e n t e ; hoy. está en p r á c t i c a hacer esta cosecha por enero y febrero, esperando á que las a c e y t u n a s se pongan n e g r a s , ó mas bien á que se pasen y e m piecen á podrirse con detrimento de la buena c a l i d a d del a c e y te. L a a c e y t u n a q u a n d o y a está formada y ha adquirido todo su t a m a ñ o ; va pasando por grados desde el color verde al amarillo; de este al m o r a d o , y finalmente al negro , que es el quarto y úl- timo q u e manifiesta q u a n d o la c o g e n ; y como por lo regular en este último periodo dan mayor c a n t i d a d de l í q u i d o , aunque i n ferior en todas sus partes, porque está mas c a r g a d o de alpechín ó a g u a de v e g e t a c i ó n , se sigue sin embargo la costumbre de a g u a r d a r á que pasen los yelos para recogerla : en cuyo caso se a r r u g a , merma y disminuye su v o l u m e n , de donde resulta que no solo la costumbre tiene su imperio en e s t o , sino que sostenerla y fomentarla quanto puede procura el interés particular de los compradores pudientes. A pesar de esto está fuera de que el verdadero estado en q u e la aceytuna dá duda mas y mejor a c e y t e , e s aquel en q u e se presenta el color m o r a d o ; p u e s q u a n do ha l l e g a d o á adquirir el n e g r o , ha perdido mucho de su x u g o , y solo le reemplaza una porción de líquido a q u o s o , que y a por la linfa y y a por la h u m e d a d de l a atmósfera, mantiene l l e na y estirada ia piel de l a a c e y t u n a . Q u a n d o se trata de conservar la buena c a l i d a d del aceyte ó sacar un líquido sobresaliente, es necesario, además de recoger en tiempo y en sazón las a c e y t u n a s , separar las buenas de las m a las alzando primero las que se encuentren caídas por el suelo, para molerlas con s e p a r a c i ó n ; de otro m o d o , como q u e estas e s tán por lo general a g u s a n a d a s y siempre inmaturas , deterioran la c a l i d a d de los aceytes y , mezcladas unas con o t r a s , dismi- n u y e n además los productos de aquellas. Esto no quiere decir que se desperdicien las aceytunas c a í das , y a por efecto de los temporales ó y a dañadas por los i n - sectos; por el contrario, el c u l t i v a d o r inteligente y aplicado d e berá recogerlas todas con la mayor atención y , después de bien acondicionadas y limpias , hacerlas moler solas , separando el aceyte que resulte para los usos que c o n v e n g a . Años hay en que este fruto padece t a n t o , q u e se cae del árbol la mitad ó la mayor parte, y seria un delirio desperdiciarlo; por esto acaba de d e c i r se en el párrafo anterior que debe alzarse antes de pasar á recoger el fruto que se halla pendiente del árbol: así se logrará a p r o vechar su f r u t o , sin detrimento de lo mas escogido y sazonado. TOMO II. AA \ i85 O t r o de los grandes defectos q u e contraen nuestros aceytes, consiste en la fermentación de la acey.tuna antes de deshacerla ó molerla en los m o l i n o s , c u y o m a l .se acelera y aumenta con el a p a l e o , golpes y porrazos .que sufre desde el acto de separarla d e l árbol hasta l a m o l i e n d a , pues m a g u l l a d a y estropeada d e mil modos la parte pulposa d e l f r u t o , aun sin amontonarle, empieza la corrupción y descomposición que le vicia y destruye. H a c e mucho tiempo q u e se d e c l a m a contra todos los i n d i c a dos v i c i o s , y no pocos sabios se han empeñado en probar los i n mensos males que nos a c a r r e a , manifestando la f a c i l i d a d del r e medio j pero en v a n o han apurado los recursos de su entendimiento .: l a práctica del d i a es la misma que ellos criticaron , y por consiguiente la misma q u e siguieron nuestros mayores .: n a da se ha adelantado , y de n a d a h a n servido los ensayos p u b l i cados por a l g u n o s , y los exemplos manifestados por otros : s i gúese lo m i s m o , y lo peor es q u e con poca esperanza de r e m e dio : la única que nos q u e d a está fundada en la ilustración de la clase de propietarios , así poderosos como medianamente acomodados , á quienes principalmente toca introducir los buenos principios y reformar los a b u s o s : de estos lo esperamos, y á e s tos dirijo mi voz en este d i a , esperando que las útiles nociones q u e se explican diariamente en estas C á t e d r a s , producirán el efecto que tanto se necesita y porque tanto anhelamos. L a s aceytunas p u e s , deben recogerse con la debida s e p a r a ción según q u e d a d i c h o , sazonadas y á mano , y conducirse á la casa lo mas pronto posible para mondarlas y separarlas d e toda inmundicia , y en seguida pasarlas al molino para extraer su aceyte sin esperar de modo alguno á que fermenten en los montones : así saldrán los aceytes mejorados en su c a l i d a d , no a d quirirán la r a n c i d e z que tanto incomoda , y otra porción de d e fectos que hoy se notan desaparecerán tanto mas cierto quanto se t e n g a el c u i d a d o conveniente de mantener limpias las pilas, p i e d r a s , vasijas y utensilios que h a y a n de servir para la t r i t u ración de la a c e y t u n a y extracción del aceyte : sin estos c u i d a dos no esperemos mejorar tin líquido t a n precioso como i n teresante. Por lo que dice relación al acto de la m o l i e n d a , será de l a mayor importancia preparar de a n t e m a n ó l a chimenea y hornilla , en q u e ha de colocarse la c a l d e r a p a r a calentar el a g u a , haciendo las obras necesarias p a r a que el humo del hogar no retroceda y saiga á e x t e n d e r s e por el almacén ó sitio de la f a bricación. Este debe conservarse siempre c a l d e a d o mientras se está elaborando el a c e y t e , y para su e x t r a c c i ó n se echará continuamente el a g u a hirviendo que necesite ¿ en i n t e l i g e n c i a , que x87 quanto mas se le e c h e , tanto mejor y mas abundante será el aceyte. L a s tinas ó depósitos en q u e se r e c o g e , se desocuparán .á menudo para limpiarlas. E l aceyte que sale en las primeras trituraciones, debe separarse del q u e resulta después en la p r e sión de los c a p a c h o s , pues lo primero es mas sobresaliente , de mejor gusto , y no tan expuesto á enranciarse como lo segundo: por lo q u a l de n i n g ú n modo deberá mezclarse uno con otro. E x t r a í d o el a c e y t e , y.depositado en los vasos destinados á c o n t e n e r l e , es preciso aún trasegarle repetidas veces al paso que se v a depurando de las partes c a r n o s a s , fibrosas y m u c i l a ginosas que lleva consigo , c u y a s heces se v a n aposando en el fondo de la tinaja , dexando clarificado el l í q u i d o ; las quales si no se separan por medio de repetidos trasiegos de un vaso á otro , fermentan , tuercen , e n r a n c i a n , y corrompen los aceytes mas exquisitos y bien elaborados. E n estos últimos tiempos se ha escrito mucho acerca de la construcción de los molinos , y se ha hecho ver con repetidos experimentos , que perjudica á la buena c a l i d a d de los aceytes la molienda a c t u a l , en que se tritura á un tempo la p u l p a , el hueso y la almendrilla. R o z i e r y otros autores aseguran que la parte leñosa del hueso no dá de sí aceyte a l g u n o , antes absorv e una buena parte del q u e sueltan las otras dos : q u e de este modo lejos de aumentarse la cantidad se d i s m i n u y e , y la c a l i dad se empeora con una porción de partes extrañas que , diluidas en la trituración ,• b a x a n con el a g u a , y mezclándose con el a c e y t e , aumentan después sus sedimentos y las partículas fermentables que le deterioran. L a almendra tiene i n d u d a b l e m e n te su c a n t i d a d de a c e y t e q u e suelta en la m o l i e n d a , pero de tan distinta y mala c a l i d a d , que corrompe y v i c i a á la e x q u i s i t a de la p u l p a . Por esto pues se ha tratado repetidas veces de formar unos molinos que sin quebrantar el h u e s o , e x t r a i g a n el aceyte solo de la parte pulposa de la a c e y t u n a , y no han sido del todo infructuosos los ensayos, puesto que entre otros se publicó por la R e a l Sociedad Económica de A m i g o s del País de M a d r i d el modelo de un molino aceytero en q u e , sin romper el hueso , se trituraba perfectamente la parte carnosa de la a c e y tuna , y se Sacaba todo su aceyte con la mayor facilidad y v e n taja. T a m b i é n se ha visto otro molino executado para lo mismo, aunque de distinta invención , en el cortijo de Aranjuez ; y en uno y otro se han echo las pruebas de modo , que no d e x a n d u dar de sus ventajas. Sin embargo es indudable que , teniendo la almendra del hueso una buena porción de aceyte , deberían molerse estos por separado en el molino común ó en otro e q u i valente , aprovechando todo el líquido que produxesen para los Aa 2 i88 usos particulares de las artes, y no desperdiciar de ningún m o do sus productos. T e n g o á la vista en este mismo momento u n a copia de la representación q u e en el año de 1802 hicieron á l a superioridad D o n L u i s Beroldi y D o n Santiago Scuri y c o m p a ñía , en que solicitaban se les restituyese en el goce de un p r i v i l e g i o , q u e se les habia concedido por diez años para extraer y aprovechar la mucha c a n t i d a d de aceyte qu se desperdicia y l l e v a n consigo los piñuelos ( e s su expresión) ú orujos de la a c e y tuna después que sale de los molinos , y se abandona ó q u e m a por nuestros cosecheros. Por la precitada representación resulta, q u e Beroldi y Scuri plantearon su f á b r i c a , y elaboraron los cuspittos ó huesecUlos d e la aceytuna reportándoles grandes ventajas por el espacio d e catorce meses, á cuyo tiempo uno de los consocios , movido del interés, solicitó y obtuvo otro privilegio para establecer nufcva fábrica por sí mismo ; lo qual fué el origen de privar á los p r i meros del q u e antes o b t u v i e r o n , b a x o el pretexto de no haber cumplido cierta contrata. Sea pues lo q u e quiera de las razones q u e asistan ó p u e d a n asistir á los unos ó á los o t r o s , es lo cierto q u e Beroldi y S c u r i plantearon dos fábricas una en S a v i ñ a n , partido de C a l a t a y u d , y otra en C a s t e l l - s e r á , Corregimiento de L é r i d a , en las quales elaboraron y aprovecharon ios productos de aquellos residuos. E l expediente de este negociado debe estar lleno de instrucción por la naturaleza del l i t i g i o , y no dudo q u e parará en el archivo d e la R e a l J u n t a general de Comercio y M o n e d a , adonde podría acudirse para tomar noticias nías exactas acerca de un punto que tanto interesa á la economía rural y doméstica. Por mi p a r te habré cumplido dando noticia de tales ensayos sin que p u e da decir otra cosa sobre su manipulación sino q u e la masa ó errase la v o l v í a n á moler en otros molinos lavándola con g r a n copia de a g u a y depositándola en diversas p i l a s ; y la masa nuevamente l a v a d a , la prensaban para apurarla del todo. T a l e s son las reglas principales de economía y buen método, que deben tenerse presentes para extraer y elaborar el a c e y t e , sobre cuyo punto pueden consultarse las obras de R o z i e r , V a l carcel , M e g i n o y otros : pero como no sea despreciable el sistema de sacar el aceyte á costal ó , como d i c e n , de t a l e g a , c o n cluiremos esta l e c c i ó n , dando noticia de esta útilísima y económica práctica , y a bastante e x t e n d i d a entre algunos labradores y cosecheros de corto haber. P a r a extraer el aceyte á costal ó de t a l e g a , se principia por limpiar enteramente la aceytuna de todas las hojas, palos y broza que t u v i e r e , suponiendo q u e ha de estar perfectamente raa- i8o dura y , a u n q u e d i g a n lo contrario , no se.ha de dexar fermentar en los montones ; lo qual se evitará haciéndolos p e q u e ñ o s , y removiéndolos ó traspalándolos de q u a n d o en quando. . R e g u l a r m e n t e se executa la operación en los-fugares Ó j a r a í ces .en donde se pisa la u v a , y para ello se preparan-con ahticipacion una porción de costales de x e r g a blanca,, fina y bien t r a bajada. E n cada uno de estos se pone media fanega de a c e y t u na , se ata la boca y se tiende en el suelo : l u e g o un hombre calzado con a l p a r g a t a s de esparto v a pisando encima , al paso que otro echa a g u a sin cesar sobre el costal mismo , aquel sigue pisando mucho hasta.que conoce q u e está enteramente deshecha, toda la aCeytüna, y éste continúa al mismo tiempo echando c a n t i d a d de a g u a hirviendo p a r a que l a v e , escalde y p u r g u e él aceyte llevándosele consigo al tindío en donde se separa f r e qüentemente , sacando el aceyte y vertiendo el a g u a para c o n tinuar la operación hasta acabar : a d v i n i e n d o que q u a n d o el operario conoce q u e ya tiene pisada y triturada la a c e y t u n a de su c o s t a l , le dobla y comprime poniéndose de pies encima de él hasta hacerle abatir contra el suelo y exprimir el líquido q u é contiene, de modo que q u e d a como prensado. Esto no obstante bueno sería tener una prensita de mano para separar del todo el a c e y t e , que pueda contener la masa pisoteada y exprimida. L a q u e queda después de prensada se v a c í a en un tinajón, que esté mas de mediado de a g u a , y revolviéndolo todo con un palo fuert e , sube á la superficie la c a s c a r i l l a , y el hueso se precipita: a q u e lla se saca por encima y el hueso q u e d a enteramente l i m p i o , . d e positado en el fondo del tinajón del q u a l se saca vaciando el a g u a por la espita ó canillero. Si se trata de aprovechar los h u e sos, se pasan inmediatamente al molino para sacar su a c e y t e ; y si n o , se secan al sol ó cerca del f u e g o , para calentar con ellos la hornilla. j 1 L o s aceytes extrahidos por este medio son muy exquisitos; pero sale un poco costosa su elaboración , aunque ño t a n t a q u e no le tenga cuenta al cosechero , porque su buena calidad r e compensa superabundantemente los gastos que origina : no obstante, para asegurar la mayor refinación y purificarle mas y mas de las partes extrañas , hay necesidad de limpiar mucho las v a sijas en que se e c h a , y trasegarlo un par de veces de unos vasos á otros, tapándolos siempre con el mayor c u i d a d o para que no les caiga polvo ni otras inmundicias. Por último, cómo este método de extraer el aceyte no solo contribuye á conseguir una c a n t i d a d igual ó quasi i g u a l , al que se saca por el sistema ordinario de los molinos, sino que también facilita la pronta elaboración á los c o secheros medianos, y aun á los particulares que quieran usar de 100 u n aceyte de buena c a l i d a d , es sumamente recomendable ; y sobre sus ventajas puede consultarse la memoria de Don Nicolás de V a r g a s , publicada,en el tomo primero de las de la R e a l Sociedad ..Económica.Matritense, en donde se hallará recopilada la mas sana d o c t r i n a , y la mas completa instrucción en este punto. LECCIÓN XI. DEL CULTIVO PARACIONES LAS DEL HASTA DEMÁS CÁNAMO HILARLO PLANTAS Y LINO, ; CON DE Y DE UNA FIBRA SUS NOTICIA PREDE SOLIDA. L a importancia del asunto que nos proponemos tratar en .¡esta l e c c i ó n , es demasiado conocida para que nos d e t é n g a nlos en .recomendarla. N a d i e ignora las. g r a n d e s ventajas que ofrecen al.. labrador .las hilazas y e g e t a l e s , y nadie por consec u e n c i a puede dudar de que el cultivo del c á ñ a m o , del lino y demás plantas de fibra solida es uno de los ramos mas l u c r a t i vos de muchas de nuestras provincias, y del q u a l en todas p a r t e s saca grandes ventajas la economía rural y doméstica. Por esto no nos empeñaremos, en hablar extensamente del cultivo de todos ios v e g e t a l e s , que dan ó pueden dar h i l a z a s ; ni tampoco entraremos en los pormenores del que conviene ó puede c o n v e nir á todas aquellas que se usan en las a r t e s , porque esto nos o c u p a d a infinito, y su extensión saldría fuera de los límites q u e nos hemos propuesto; sin embargo estableceremos algunos p r i n cipios, de los quales puedan deducirse consecuencias ciertas, para aplicarlos el que parezca mas a n á l o g o , s i n o á t o d a s , por lo m e nos á ,una buena parte de las que, se enumerarán. E n lo que nos ocuparemos mas detenidamente será en la explicación del c u l t i v o del cáñamo y ,del l i n o , no. tanto porque este ramo no esté bien tratado por varios autores, y mas que medianamente bien entendido por muchos de los cultivadores de algunas de n u e s tras p r o v i n c i a s , quanto por ser un artículo muy importante p a ra nosotros. L a r u v i a , la sosa y otras muchas plantas serán también o b jeto de nuestra atención ; pero refiriéndonos á las obras mas acreditadas en que se h a y a tratado de ellas, omitiremos los pormenores q u e , aunque muy interesantes, no p u e d e n tener l u g a r en unos elementos. Del cáñamo y sus preparaciones. E l cáñamo {.cannabis sativa} es uno d e . aquellos vegetales,' q u e . t i e n e n las ñores masculinas en u n pie de p l a n t a , y las f e meninas en o t r o , y por esto L i n n e o le colocó en la clase v e i n t e y dos, orden quinta de su sistema, q u e es la dioecia-pentandria. A m a el cáñamo los terrenos frescos, l i g e r o s , substanciosos y de buen f o n d o , por lo q u e regularmente se c u l t i v a en los va-' l i e s , v e g a s y tierras feraces para que a d q u i e r a su mayor a l t u ra y perfección. E l terreno se le prepara con repetidas y profundas l a b o r e s , dadas en buen tiempo y con intervalos proporcion a d o s , no solo para q u e se abonen y beneficien con las e m a n a ciones atmosféricas, sino también para destruir las muchas m a las y e r b a s , q u e suelen nacer en aquellos parages. Si la labor se executa con l a a z a d a ó l a y a debe recalar hasta dos tercias d e p r o f u n d i d a d , y lo mismo debería suceder si se hiciese con el a r a d o ; pero por desgracia los nuestros apenas podrán profundizar mas de la media v a r a ; y a s í , si el cáñamo se cultiva en g r a n d e y se labra con el a r a d o , nos contentaremos con q u e l a labor de este instrumento alcance á la expresada profundidad. L a primera v u e l t a se dá en el otoño y entonces se a l z a ; d e s pués se repiten hasta tres vueltas durante el invierno , r e p a r tiéndolas de modo q u e la tercera v e n g a á darse en primeros d e m a r z o : á últimos de dicho m e s , ó principios de abril se esparce el e s t i é r c o l , q u e deberá estar bien podrido y m e n u d o , y se c u cubre en s e g u i d a con la q u a r t a v u e l t a procurando q u e q u e d e bien mezclado con la t i e r r a , c u y a superficie se allanará con l a r a s t r a , y q u e d a preparada para verificar la s i e m b r a ; la q u a l se e x e c u t a en todo el mes de abril y - a u n entrado el m a y o , s e gún es el temperamento del c l i m a , y según muchas veces lo p e r miten otras atenciones del cultivo. En.ios parages y climas fríos sería un error el aventurar las siembras tempranas, porque v a n expuestas á_ perecer las plantas con los hielos y escarchas t a r días. Esto no o b s t a n t e , en los territorios en que á beneficio d e l clima puede cultivarse, de s e c a n o , harán, muy bien s i , c o m p a r a - , das todas las .circunstancias:,, aprovechan la estación favorable del.principio:de la primavera'para que-,, naciendo -y - robustecién- • dose lá planta durante ,esta.;estacion benéfica, p u e d a adquirir la fuerza necesaria para resistir sin notable alteración la sequedad y ardores del estío. M a s por lo que toca á los cañamares de r e g a d í o , siempre será ventajoso sembrarlos ,en el precitado tiem- 192 p o , puesto que con el auxilio del agua se asegura su vegetación y cosecha. A n t e s de realizar la siembra, es preciso'asegurarse mucho del buen estado de l a s e m i l l a , pues de lo contrario se arriesga el c u l t i v a d o r á perder el tiempo y el trabajo. E s un hecho cierto quedos cañamones se inutilizan rhuy.proñto para; l a germinación, y así si san algo añejos no n a c e n i n g u n o ; no faltando quien dig a que pasado un año son y a inútiles para sembrar. Por mi par^ te no me atreveré.á decir t a n t o } pero sí que q u a n d o el labrador 110 tenga s e g u r i d a d de la s e m i l l a , debe probarla antes de sembrar : y para esto e l mejor medio es poner anticipadamente unos pocos granos en un tiesto bien p r e p a r a d o , contándolos y c u i d a n do de ellos con esmero.: si nacen pronto, y el número de p l a n tas corresponde con el de las semillas sembradas , es prueba s e g u r a de su buen e s t a d o , y pueden sembrarse sin recelo ; pero si esto no s u c e d e , es preciso buscar otra semilla. Para executar la sementera del c á ñ a m o , y suponiendo la tierra p r e p a r a d a , como.se ha dicho,, se le dá una v u e l t a l i g e r a de arado á mata yerba;*pero yunta é i g u a l : después se allana la superficie, y en seguida se reparte en amelgas estrechas para proceder á la siembra ; la q u a l se executa á boleo y á dos manos; esto e s , b a x a n d o y subiendo el sembrador por l a misma a m e l g a , para cargar de semilla lo que baste á que el cañamar s a l g a bien espesito ; mas no tanto que las plantas puedan no v i v i r . L o s cañamares que se crian espesos , dan u n a fibra muy fina, aunque, en menor cantidad ; y-por el c o n t r a r i o , los que desde l u e g o se siembran claros l a d a n t a n o r d i n a r i a , que solo sirve p a r a c o r d a g e , pero a b u n d a n mucho mas los cañamones: así el c u l tivador debe antes consultar sus intereses , y saber si le c o n v i e ne preferir la calidad á la c a n t i d a d , ó bien si de la semilla p i e n sa sacar provecho;, e x t r a y e n d o el aceyte que contiene; pues por estos, datos ha de arreglar la cantidad de simiente para una d e terminada superficie de terreno. E n fin, sembrada que sea la s e m i l l a , se cubre con el arado á media reja , aunque m u y yunto, y se pasa la rastra para allanar la superficie ; después se d i v i d e en canteros y eras arregladas para el r i e g o , e l q u a l se l e dará en acabando de sembrar para que germine y nazca la semilla, á no ser que la,tierra tenga h u m e d a d suficiente para q u e se verifique uno y o t r o ; pero y a se r i e g u e ó y a d e x e de r e g a r s e , s i e m pre .será conveniente observar q u a n d o apunta la n a s c e n c i a , y si. la tierra está seca ó a c o r t e z a d a , se la dá u n riego que la reblandezca á fin de que la plumula y tallo naciente p u e d a romperla con facilidad. : - ...Si el terreno ha sido bien preparado y no está muy cargado 193 d e malas semillas-, será poca la yerba que nazca antes que eí cáñamo ; la primera escarda no será muy u r g e n t e , y podrá d á r sele q u a n d o ios cáñamos estén de dos á quatro dedos de alto: entonces se v e n las plantas ú t i l e s , y no hay necesidad de perjudicarlas para arrancar la y e r b a , como q u a n d o son mas p e q u e ñas: la segunda se les dará poco después de e s t a , s e g ú n la necesidad y antes que crezca m u c h o , porque luego y a no la n e c e - sitan ; pero los riegos se g r a d u a r á n por lá,misma, necesidad , y por eí temperamento del clima. A tan pocas y sencillas operaciones está verdaderamente r e ducido el c u l t i v o del cáñamo. M a s para su recolección es p r e c i so distinguir dos é p o c a s : la una es en la que deben arrancarse las plantas machos, y la otra es en que se arrancan las hembras. L a s primeras están en sazón y pueden a r r a n c a r s e , l u e g o que han llenado su ministerio ; esto es q u a n d o , habiendo fecundado á las plantas h e m b r a s , empiezan á eucorbarse y blanquear las puntas ó extremidades , sus hojas se ponen amarillas , y el ve- g e t a l indica que acabó su carrera : entonces entra el c u l t i v a d o r y saca del cañamar todos los individuos masculinos, los hace m a n o j o s , y los pone á secar como se d i r á , esperando después á q u e las hembras sazonen sus frutos y las semillas granen con perfección ; para lo q u a l convendrá darles inmediatamente un riego. R e g u l a r m e n t e tardan tres ó quatro semanas en sazonarse las semillas de las plantas q u e q u e d a n ; pero el cultivador , r e pitiendo sus visitas al c a ñ a m a r , observará muy pronto las s e ñ a les de la madurez y término prefixo de arrancarlas,.que será lueg o que empiezan á secarse a l g u n a s hojas y amarillean otras; e n tonces las arrancará t o d a s , las conducirá á la era y las dexará secar , revolviéndolas á menudo para que no se cuezan ó se p u dran con el x u g o de vegetación que conservan. Q u a n d o están en estado y sueltan bien los cañamones , se sacuden estos y se h a cen saltar golpeando las cabezas con un palo , con los p i e s , ó cogiendo las plantas restregándolas en manadas pequeñas y golpeándolas contra un borriquete ó banco puesto en medio, para que los cañamones no salten fuera del sitio en que puedan cogerse. Hecho esto , se j u n t a la s e m i l l a , se pasa por re- arneros proporcionados , se separa la mayor parte de la hoja y horrura que la e n v u e l v e , y se avienta hasta d e x a r l a enteramente l i m - pia ¡ q u a n d o lo está se conduce al g r a n e r o , se extiende para q u e se seque b i e n , y después se amontonan los c a ñ a m o n e s , c u i d a n do de traspalarlos amenudo á fin de que no se deterioren. L a s plantas obtenidas en esta última c o g i d a , se d e x a n secar del todo como las primeras , y q u a n d o lo están se forman haces o g a v i l l a s m e d i a n a s , y se reúnen á las anteriores para empozarTOMO n . BB 194 l a s , a g r a m a r l a s , espadillarlas y rastrillarlas t o d a s ; de cuyas operaciones vamos á tratar. Empozado ó enriado del cáñamo. H a y diferentes opiniones en punto á e n r i a r , empozar ó e m balsar el cáñamo y el l i n o : p r e t e n d e n unos que es mas útil h a c e r lo en a g u a s detenidas y aun c o r r o m p i d a s , que enriarlo en b a l sas ó pozas que t e n g a n el a g u a corriente y por consecuencia limpias.. Los q u e proponen el primer método dicen q u e por él se m a ceran los cáñamos y linos con mayor b r e v e d a d , y la fibra sale después de a g r a m a d a mas suave y flexible; pero los que reprueban este sistema aseguran no haber hallado diferencia a l g u n a respecto á la pretendida s u a v i d a d y flexibilidad de las hilazas; antes bien suponen una pérdida ó detrimento e f e c t i v o , por haber observado que salen constantemente mas n e g r a s : por consi- g u i e n t e piensan q u e el uso de las a g u a s claras y limpias , p a r a empozar los cáñamos y l i n o s , es siempre preferible. Por mi parte no tengo todavía bastantes datos p a r a resolver la cuestión ; pero creo q u e si con efecto las a g u a s estancadas y corrompidas contribuyen en i g u a l d a d de circunstancias á m a c e rar con b r e v e d a d los cáñamos y linos empozados en e l l a s , como se experimenta en algunas partes , es sin embargo ventajoso el empozarlo en a g u a s limpias a u n q u e tarde algo m a s , porque s a le sin. comparación mas blanco. E s i n d u d a b l e q u e el mayor ó menor g r a d o de calor acelera ó retrasa esta primera preparación, deshaciendo el gluten que une las fibras con el parenquima y demás partes de la corteza de la p l a n t a , y que por consecuencia se aumentará este"calor dentro de las a g u a s por medio de la fermentación y putrefacción de las materias que contengan ó se les echen ; mas también es i g u a l mente cierto q u e , hallándose, el cáñamo embalsado en donde se le remude el a g u a , aunque no l l e g u e á macerarse ó como dicen v u l g a r m e n t e á cocerse t a n pronto, será así de mejor c a l i d a d q u e el p r i m e r o , y nunca tardará tanto en cocerse como el q u e . esté constantemente embalsado en a g u a s corrientes. Por esta..razón creo y o , que el método que s i g u e n los Valencianos es el mas v e n tajoso : ellos empozan sus. cáñamos en unas balsas que procuran limpiar con el mayor c u i d a d o y d e l i c a d e z a ; al quarto dia de estar empozado lo d e s a g u a n , sirviéndoles de norma el a g u a misma para verificarlo , y la extraen luego que se presenta amarilla ó 195 d é color p á g i z ó : al octavo día la renuevan otra v e z , porque y a v u e l v e de n u e v o á ponerse del mismo color que al principio , y así proceden mudándosela de quatro en quatro dias hasta.que está c u r a d o , cocido ó macerado del todo ; a d v i r t i e n d o q u e son en esto tan escrupulosos y exactos, que si por c a s u a l i d a d -ha- l l o v i d o , ó por haber soltado otras balsas viene el a g u a t u r b i a , suspenden la renovación de las suyas hasta que viene clara : y así lejos de dexar entrar aquellas a g u a s , r e n u e v a n las tornas, é impiden su entrada para que no se las ensucien. Por consecuencia de todo lo dicho se d e x a conocer q u e , luego que sacan de la poza una porción de cánamo macerado'ó coc i d o , la desaguan , limpian y preparan para otra balsada ó t a n d a , que ponen de nuevo en maceracion. D e este modo los c á ñ a mos de V a l e n c i a son siempre los mas finos, mas suaves y de mejor c a l i d a d , y su hermosura les dá la preferencia en el mercado público. .•_ . . E n fin enríense de este ó de q u a l q u i e r a otro modo, siempre es menester colocar los manojos con el- mejor orden p o s i b l e , a c o ( : modándolos por tandas de suerte que quepan muchos', y pue- dan agarrarse por los ataderos q u a n d o c o n v e n g a v o l v e r l o s ; c a r gándolos después con piedras para que no se levanten encima del a g u a , antes bien se m a n t e n g a n siempre sumergidos por todas partes : es necesario además removerlos a l g u n a s . v e c e s , sacándolos del fondo á la superficie, y volviendo las caras para que la maceracion sea i g u a l , á c u y o fin se d e s a g ú a l a balsa elig i e n d o uno de los dias en que toca remudarla. N o puede fixarse con e x a c t i t u d el tiempo que deben estar en a g u a los cañamos y linos para cocerse ó m a c e r a r s e , pues e s to pende como se ha insinuado •, 'así del mayor ó menor número de grados de calor que se e x p e r i m e n t a , como del estado y c o n dición de la b a l s a , relativamente á ser el a g u a corriente ó es- t a n c a d a . E n las que suponemos, siguiendo el método de los V a lencianos, esto es en las que se remuda el a g u a , se suelen ner de quince á veinte dias en la primera balsada te- de agosto: en la s e g u n d a de veinte á veinte y seis: y en la tercera de v e i n te y seis á treinta ; de modo que principiando la operación de embalsar ó curar el cáñamo en primeros de a g o s t o , reparten el todo de su cosecha en dos ó tres tandas , q u e v a n sucesivamente embalsando una en pos de otra ; pero si el propietario tiene disposición para enriar sus cáñamos de una v e z en la primera época , es i n d u d a b l e que logrará ventajas no solo en la mayor b r e v e d a d de la o p e r a c i ó n , sino también en la mejor c a l i d a d de la hilaza , y en evitar una m u l t i t u d de contingencias. Por ú l - timo, se conoce que el cáñamo esta en disposición de BB 2 sacarlo, 196 q u a n d o habiendo echado fuera una g a r b a ó manojo de las del m e d i o de la p o z a , y poniéndola á secar por veinte y quatro h o r a s , salta ó se quiebra en redondo, la c a ñ a m i z a , soltando fácil- m e n t e la hebra. Hallándose pues en esta situación, se saca todo d e la b a l s a , se ponen derechos los manojos en filas, y se d e x a n secar por seis , ocho, diez ó mas'días según fuere necesario, m u d a n d o el atadero de una parte á otra para q u e se sequen por i g u a l : después de lo qual se recoge t o d o , se lleva á casa y se apila para a g r a m a r l o ; pero con el c u i d a d o de que esté bien seco antes de g u a r d a r l o , porque de otro modo ni podria agramarse, ni conservarse en las pilas. Del agramado y demás operaciones. L a operación de agramar el cáñamo ó el lino consiste únicamente en -machacar , romper y triturar las partes leñosas de p l a n t a , separando enteramente las filamentosas la que, llamamos hebras. P a r a esto se han puesto en práctica diferentes m e d i o s , y fuera del uso de las agramaderas , qualquiera que sea el se siga es siempre un trabajo pesado , l a salud del que lo desempeña. La que violento y perjudicial a g r a m a d e r a que á Duhamel describe en el tomo segundo de sus elementos de A g r i c u l t u r a , y la que mente usan los V a l e n c i a n o s parecidas quando no hace mucho t i e m p o , son idénticas ; pero á pesar suma- de estar muy generalizada en unas de nuestras provincias, la mayor p a r te de las demás las desconocían , é ignoraban por conseqtiencia sus v e n t a j a s ; pero en el d i a , aunque del todo no se hayan a d o p t a d o á lo menos son c o n o c i d a s , así como también se otras varias que para lo mismo se han i n v e n t a d o conocen posteriormen- te : tal es entre otras la que publicaron los Señores S a l v a y S a n pons en el año de 1 7 8 4 descrita en la memoria de sus i n v e n t o - r e s , y después en el tomo segundo p á g i n a veinte y seis de la traducción castellana del Diccionario de A g r i c u l t u r a de R o z i e r , d o n d e puede verse. C o n esta m á q u i n a , que consideró s u m a m e n te útil á los cosecheros en g r a n d e , se íogra no solo la acción de a g r a m a r , sino también la de espadar y afinar la hilaza con m u cho ahorro de gastos y de tiempo. Por desgracia la mayor te de nuestros labradores a g r a m a n aún el cáñamo y sus cosechas, majando ó golpeándolo con la maza par- el lino de sobre banco recio con este trabajo que es muy violento y penoso, y un se adelanta poco y sale costosa la operación: por consiguiente son preferibles á la maza qualquiera de las agramaderas de mano conocidas. U n a v e z a g r a m a d o el cáñamo ó el lino , se forman madejas retorciendo las m a n a d a s , pero sin enredar la hilaza : y q u a n d o se trata de purificarla y limpiarla q u e d a n , se la espada, de las pajillas ó aristas q u e para lo q u a l tienen un instrumento q u e l l a m a n espadilla , y es una especie d e planchuela de yerro ó de m a d e r a sólida á modo de espada m u y ancha , con su a g a r r a d e r o ó manija. E l q u e ha de espadar coge un m a n o j o , le d e s e n - v u e l v e , y tomándole en u n a mano por la p u n t a le golpea y s a c u d e acia abaxo , haciendo que salten y se desprendan las p a jillas y aristas q u e se h a y a n q u e d a d o entre la hebra. se rastrilla y q u e d a enteramente dispuesto p a r a hilarlo. Del Después ;.. lino. P a r a c u l t i v a r el lino con ventaja debe preferirse la tierra d e b u e n fondo , substanciosa, ligera y suave , ó la q u e tira á aren o s a , si tiene copia de tierra v e g e t a l : las m u y recias y compactas son n o c i v a s para esta planta. A m a también el r i e g o , y así q u a n d o se c u l t i v a en las provincias s e c a s , es preciso q u e h a y a disposición para r e g a r l e : en donde los rocíos ó lluvias sean freqüentes , puede cultivarse sin r i e g o , y entonces no hay n e cesidad de.repartir el terreno como q u a n d o se riega de p i e ; b a s t a labrarlo , allanarlo y sembrarlo como se dirá. Si se c u l t i v a en g r a n d e , se prepara la tierra con las mi$mas vueltas de arado y en los mismos tiempos q u e q u e d a e x p l i c a do para la siembra del cáñamo : se abona con estiércol bien p o d r i d o , y se pasa la g r a d a algunas veces para deshacer todos los terrones y d e x a r el terreno i g u a l como se dixo. del c á ñ a m o ; pero antes del dia de la s e m e n t e r a , q u e . s e r á por abrí,! y principios de m a y o , se le da. otra v u e l t a ligera, .de a r a d a g a r a | matar, l a y e r b a , se allana, m u y bien l a superficie deshaciendo,, tqdps,,los terroncillos que hubiere y los lomillos q u e forman los surcos, y en seguida se trazan las. a m e l g a s , que deben ser estrechas para, poder distribuir con i g u a l d a d la semilla. Hecho esto , se coloca el sembrador en una punta , principia á e s p a r r a m a r l a semilla, y sigue toda la amelga á paso lento é i g u a l ..hasta l l e g a r , ai e x r tremo opuesto , y v u e l v e sobre los mismos pasos, hasta llegar, aj punto de donde partió. D e este modo se logra sembrar el campo con la i g u a l d a d y espesura necesaria , y sin q u e se vean claros en el linar después que la planta h a y a nacido. Punto es este de la mayor importancia , y del que pende en g r a n parte la b u e n a calidad del lino. T o d o s saben q u e los linos deben sembrarse esr io8 pesos porque así se l o g r a n los tallos mas d e l g a d o s , flexibles y de buena fibra ; mas si se trata de coger semilla en a b u n d a n c i a p a r a la extracción de su aceyte ó para otros u s o s , entonces se siembra claro á fin de que enrame la p l a n t a , y dé mayor c a n t i d a d de este producto;, despreciando la hilaza. "- E s p a r r a m a d a que sea la s e m i l l a , se cubre con l a 'con uña vuelta muy ligera de a r a d o , y grada se v u e l v e á allanar tierra : en s e g u i d a se distribuye para el r i e g o , pero ó la formando los caballones muy delgados y b a x o s , á fin de q u e ios linos c r e z can con la mayor i g u a l d a d posible. Si la tierra tiene h u m e d a d para promover la germinación de la s e m i l l a , suficiente ó si el tiempo da muestras de llover p r o n t o , no se la regará hasta q u e empieze á nacer , ó después de que h a y a nacido s e g ú n conven- g a ; pero si la tierra está seca y no hay apariencias de l l u v i a , se r i e g a en seguida de haberla sembrado, repitiendo el riego según se n e c e s i t e , ya al tiempo de n a c e r , y a después de las escardas en tiempos de calor y s e c u r a , y en todos con la freqüencia q u e exija la necesidad. • - . : ^ L a s es'cardastambién deben ser freqüentes para que de n i n g ú n modo domine la yerba , y se empiezan regularmente lue- g o que el lino ha crecido á la altura de tres ó quatro p u l g a d a s . E s t a operación es bastantemente delicada en la planta de que se t r a t a , y así no debe retrasarse ni hacerse con precipitación, porque las pisadas la maltratan mucho ; por c u y a razón la s u e len hacer las mugeres : de todos modos es preciso emprenderla en dias é l a r o s ; q u a n d o la planta no tiene rocío ni humedad a l g u n a sobre las hojas, y con el c u i d a d o mas g r a n d e para no v e n cerla ni encamarla, pues esto acarrearía mayor mal q u e la yer- b a en su caso. • Q u a n d o la planta ha a c a b a d o su c a r r e r a , ella misma dá muestras ¡dé su término' y anuncia q u e pueden arrancarla , p r e : sentando los caracteres por donde el labrador lo conozca. E n el lino se conoce'esta é p o c a , p o r q u e además de tener bien g r a n a d a s las'-semillas las p l a n t a s , se ponen amarillas y la hoja se empieza á'despfertdef del t a l l o ; pero el cultivador no esperará á q u e sequen d e l todo, sino que apenas observa aquellos indicios, se las arranca con s u r a i z recogiéndolas'en pequeños p u ñ a d o s , sacude l á tierra (fue traen c o n s i g o , y las d e x a tendidas sobre la misma 1 tierra formando m a n a d a s , puestas todas en línea y á una c a b e z a - en cuyo estado permanecen de tres á seis dias según la e s t a c i ó n , revolviéndolas a l g u n a v e z para que se sequen-y asoleen con i g u a l d a d . Q u a n d o lo están , se ata c a d a manada de por sí c o n u n a juncia ó junco , y después reunidas 'en manojos m e d i a : tvos, sé conducen á casa ó á la era en donde se hacen monto- 199 ríes ó hacinas redondas , colocando las c a b e z a s acia el centro: a s í permanecen el t i e m p o necesario hasta poder sacar la semi- lla, sepa- la q a a l se e x t r a e del mismo modo q u e se dixo para rar ios cañamones de la planta ; sin. embargo cuesta a l g o mas q u e en a q u e l l a , pues de que en esta n o salta-con t a n t a faci- lidad. L a s 'manadas se conservan a t a d a s , y en el mismo acto de haberlas quitado la semilla se v u e l v e n á formar los mismos h a ces que antes h a b i a , c u i d a n d o de no quebrantar ni enredar las c a ñ a s , y de este modo q u e d a el lino preparado para enriarlo, a g r a m a r l o , espadarlo y r a s t r i l l a r l o , como se ha dicho e x t e n s a mente tratando del c á ñ a m o , pues aquellas maniobras son comunes á ambas p l a n t a s , así como también lo son las demás operaciones del c u l t i v o ( i ) . N o son solos el cáñamo y el lino los v e g e t a l e s q u e d a n fibra capaz de hilarse, y por consecuencia susceptibles de sufrir las demás preparaciones. L o s efectos de varias m a l v a c e a s , los del m a l v a v i s c o , l a ortiga y algunas o t r a s , son bien conocidos de algunos ; pero poco g e n e r a l i z a d o s : por esto se pondrá al fin de la lección una breve noticia charse en estos y artes ; para profesor de aquellos q u e p u e d e n aprove- en otros usos de l a economía r u r a l , y en las lo q u a l me valdré de unas tablas q u e el difunto de A g r i c u l t u r a D o n Esteban Boutelou presentó á sus alumnos en el año de 1 8 1 2 , no porque carezca de datos propios para f ó r m a l a s , sino por aprovechar l a ocasión de recordar su buena memoria y tributarle los elogios q u e justamente mere- cieron su aplicación y luces. A l g u n a s de las diferentes ortigas q u e crecen espontáneas en muchos parages y terrenos dan u n a buena hilaza , si se saben preparar y disponer para su elaboración : se cortan q u a n d o a m a r i l l e a n , y se curan , maceran y disponen como el cáñamo ó el l i no. L a ortiga de la C h i n a {única nivea Linn.) que puede v i v i r á clima libre en las provincias del mediodía de España (2),. q u i e re un terreno fuerte y substancioso, y crece á la altura de siete ó mas p i e s , suministrando ella la mejor hilaza : esta planta se. macera en doce d i a s ; es perenne y necesita poco c u l t i v o . (1) El que quiera instruirse en todos los pormenores del cultivo y manipulaciones de esta planta, podrá leer la preciosa memoria que publicó la Real Sociedad Aragonesa en el año dé 1780 extractándola deSeiferth. (2) En este Real Jardín Botánico la tenemos á clima libre, con solo el simple resguardo de una pared que la liberta dé los aires nortes. 200 E l Corcorus olitorius de L i n n e o , llamado también lino de la C h i n a , es planta q u e debiera propagarse con el objeto de a p r o v e c h a r su hilaza, pues es un v e g e t a l q u e puede segarse dos v e ees al año - pero requiere un clima templado y el mismo c u l t i v o T q u e el lino común. La Sida abutilón, según el Señor C a b a n i l l e s , dá una hermo- sa y abundante h i l a z a , y por lo mismo deseaba este célebre b o tánico q u e se hiciesen ensayos repetidos con esta planta q u e , a u n q u e delicada y sensible á la impresión del frió, es robustísima en su v e g e t a c i ó n , y pudiera ser abundante en los países c á lidos de España. L o s altramuces también d a n h i l a z a , y se ha visto q u e con esta planta se hace un papel tan bueno como el de H o l a n d a . D e l L ú p u l o ú hombrecillos se puede igualmente sacar h i l a z a , m a c e rando sus tallos como los del cáñamo. E l malvavisco es y a bien sabido q u e dá buena h i l a z a ; y h a y quien asegura poderla extraer del Ricino ó palma cristi. L a pita y el esparto es notorio quanto aprovechan para cord a g e y s o g a s , así como también d e todas sus especies poseemos es notoria l a a b u n d a n c i a que los E s p a ñ o l e s , y por lo mismo no me d e t e n g o á enumerarlas. E l algodón es entre otras una de las cosechas mas importantes para sostener nuestras decaídas f á b r i c a s , y evitar la e s - t r a c c i o n d e numerario q u e tan abundante como indebidamente nos l l e v a el extrangero. L a planta que lo produce no puede c u l t i varse en g r a n d e , sino en los países cálidos y terrenos que p u e d a n regarse q u a n d o c o n v e n g a ; y aunque sobre este punto se h a n adoptado diversos sistemas mas ó menos complicados en c a d a p a í s , nosotros seguiremos á nuestro V a l c a r c e l en el q u e v a m o s á p r e s c r i b i r , si bien con las modificaciones q u e parezcan n e c e - sarias ó convenientes. E l algodón se c u l t i v a con u t i l i d a d y ventajas en algunos p a r a g e s de E s p a ñ a ; pero en las A n d a l u c í a s , V a l e n c i a y C a t a l u ña es en donde se hace el c u l t i v o mas en g r a n d e : en esta ú l t i ma provincia se propagó mucho en los últimos años del siglo anterior y primeros del p r e s e n t e , á beneficio de las fábricas del mismo principado. E n el Diccionario de R o z i e r , tomo s e g u n d o , página 3 1 3 de la traducción c a s t e l l a n a , se hallan descritas n u e v e especies d i versas de algodón que son el. arboreum, el hirsutum, el religio- sum y el barbadense de Linneo : el herbaceum y el Indicum de Lamarcfc:, y el micrantum, el vitifolium y el peruvianum d e C a b a n i l l e s : de los quales solo el algodón del Perú es el que se c u l t i v a generalmente en España. A m a la tierra l i g e r a , pero al- 201 go substanciosa, y por consecuencia vivir se conocerá en terrenos h ú m e d o s ; antes por el que no p u e d e contrario el algodón mas fino se c o g e en los terrenos ligeros y areniscos. U n a e s t a ción moderadamente seca y un clima caliente le es i g u a l m e n t e favorable ; pero h a y que asistirle con riegos ligeros y propor- c i o n a d o s , así para nacer como para criarse. L a s siembras pueden verificarse de asiento ó en semillero, para trasplantar después la planta q u e resulte : si se e x e c u t a lo primero, debe prepararse la tierra con buenas y profundas l a bores hasta d e x a r l a paralelos bien m u l l i d a , y entonces se abren surcos como de media en media vara , ó de dos en dos pies quando mas distantes uno de o t r o , en los quales se irá echando la semilla á golpe ó posturas en las mismas d i s t a n c i a s , poniendo en c a d a uno de quatro á cinco granos d e - s e m i l l a , c u i d a n d o de que queden colocados en el fondo del s u r c o , y como de quatro á cinco dedos de hondo : l u e g o se cubre con la rastra , do la superficie, y se distribuye igualan- como conviene p a r a suminis- trarle el riego. Si se siembra en a l m a c i g a ó semillero, se p r e p a ra, este como corresponde todos los y q u e d a dicho repetidas veces demás c u l t i v o s , y se siembra en r a y a s para paralelas d i s - tantes como quatro dedos una de o t r a , y los g r a n o s , a u n q u e separados entre s í , deben colocarse en su línea como de tres en tres dedos de distancia uno de o t r o : de este modo podrán cer lo necesario hasta el t r a s p l a n t o , y habrá también cre- facilidad de poderlo limpiar y labrar q u a n d o sea necesario. E n q u a l q u i e ra de los dos casos se sembrará por m a r z o , y la semilla prepararse para q u e salga bien dos muchos g r a n o s , de la mano y no dificultando l a vayan operación de deberá reuni- sembrar : su separación se consigue mojando un poco toda la s e m i l l a , y d e s pués mezclándola y frotándola bien con tierra seca sobre una p a n d e r a , mesa ó tablero. A l tiempo de n a c e r , es indispensable acudir con el riego si l a tierra está seca y a c o r t e z a d 3 ; y si se advierte que el terreno tiene interiormente humedad , pero q u e solo la corteza ó costra de la tierra impide la nasceneia y salida del tierno b r o t e , se le deshará por medio de la rastra si es en g r a n d e , ó con los escardillos si es en pequeño ¿ manejándolos con c u i d a d o para no cortar las plantas que v e n g a n brotando. Los trasplantos se verifican l u e g o que la p l a n t a tiene de q u a tro á ocho dedos de a l t u r a , y en este caso se tiene preparado el terreno y se p l a n t a á la misma distancia q u e se ha dicho para la siembra de a s i e n t o , poniendo también de tres á cinco plantas en cada golpe ó postura. E l cultivo p a r a después consiste en dar á la tierra repetidas TOMO II. ce 203 labores recalzando las p l a n t a s ; en suministrar los riegos i n d i c a d o s , ó mas bien los q u e señale la necesidad de la p l a n t a con arreglo al clima y al terreno, pero llevando en consideración los fundamentos expresados, r e l a t i v a m e n t e á la c a l i d a d é índole particular del v e g e t a l que se maneja. Por octubre y noviembre se hace la cosecha del a l g o d ó n , pero para aprovechar todos sus productos, no deben cogerse los capullos si no á m e d i d a q u e v a y a n abriéndose y manifestando el a l g o d ó n : de otro modo se pierde infinito, y a se adelante ó se atrase este momento crítico. Q u i n c e dias de tiempo caluroso s u e len bastar para hacer toda l a recolección; pero esta no debe a p r e s u r a r s e , n i con el deseo de acabar pronto recogerse á todas horas el c a p u l l o : en todo caso es preciso esperar á que se h a y a disipado la h u m e d a d del rocío para entrar á coger el algodón, pues de lo contrario se deteriora su c a l i d a d , y el género desmerece enormemente Si al fin de la cosecha q u e d a n algunos c a p u llos ó botones sin a b r i r , deberá recogerlos el labrador p o n i é n d o los con entera separación de los o t r o s , y los hará abrir después por medio de un calor artificial, a p a r t a n d o igualmente su a l g o don por ser inferior á los demás d e l resto de la cosecha. L o p o d r i d o , lo q u e se h a y a e s c a p a d o y rodado por el suelo c o g e r l o , y quanto hubiere p a d e c i d o alguna d e b e reunirse en montón s e p a r a d o , y de este antes de a v e r í a particular, modo c a d a clase tendrá su aplicación y su s a l i d a , sin debilitar el valor d e lo mas escogido y sobresaliente. P o r ú l t i m o , q u a n d o y a se ha r e c o g i d o el a l g o d ó n , se le v a despepitando ó quitando á mano la semilla que c o n t i e n e : o p e ración q u e suelen excusar los cosecheros, porque lo v e n d e n con la p e p i t a , que se saca después en las fábricas. Hemos c o n c l u i d o , a u n q u e b r e v e m e n t e , con lo que pertenece á las hilazas v e g e t a l e s , c u y o ramo interesantísimo merece estu- diarse m u y á fondo para sacar de él todo el partido q u e ofrece. Pasemos pues ahora á tratar de lo que corresponde á algunas plantas útiles en el arte de la t i n t u r a , para q u e reuniendo n u e s tros labradores las nociones de unos y de otros objetos, p u e d a n aprovecharse de quanto sean s u s c e p t i b l e s , según su particular sistema económico : y dando principio por lo que dice relación con la rubia ó g r a n z a , como m u y interesante, pasaremos des- pués á tratar de otras y a r i a s , no menos provechosas para el surt i d o de nuestras fábricas. 203 LECCIÓN XII. DE LAS PLANTAS UTILES Rabia D ó esde el año de 1760, PARA LAS ARTES. granza, s e g ú n C a n a l s , empezó á tomar fo- mento en E s p a ñ a el c u l t i v o de la rubia ó granza, en unas provincias y desconocido en otras hasta descuidado entonces, por cuyo fruto indígeno de nuestra península se e x t r a í a n c a n t i d a des inmensas q u e se l l e v a b a n á H o l a n d a ; pero á beneficio de las acertadas providencias del G o b i e r n o , se vio q u e en 1777 estaban sembradas de rubia sobre dos mil fanegas de tierra en solo los pueblos de M o j a d o s , , P o r t i l l o , C u e l l a r y otros de C a s tilla la V i e j a , para c u y o beneficio y elaboración tenían llos cosecheros ciento ocho molinos corrientes , en q u e aqueademás de la común se fabricaban treinta mil arrobas de la fina, sin contar la que se c u l t i v a b a en A r a g ó n , C a t a l u ñ a y otros p a r a g e s del rey no (1). E s t a brevísima noticia d a d a solo con el objeto de dispertar el interés de los cultivadores de ciertos y determinados puntos del r e y n o , á quien p u e d a convenir su c u l t i v o , bastará p a r a manifestar q u e entre los ramos de economía r u r a l , de que p u e d e n valerse nuestros l a b r a d o r e s , no es el menos considerable el de la rubia ; porque siendo esta planta una de aquellas que den cultivarse en tierras muy fuertes proporciona medios de utilizarse y pue- acaso p a n t a n o s a s , les y sacar partido de e l l a s , así como también puede c u l t i v a r s e , a u n q u e no dará t a m o produc- to , en los terrenos ligeros. L o s rubiales se siembran de a s i e n t o , ó se ponen ta criada en otros parages. E s siempre ventajoso con p l a n - el método del p l a n t í o , si se hallan plantas espontáneas ó c u l t i v a d a s en las i n mediaciones ; pero si no se tiene este a r b i t r i o , no hay mas r e medio que buscar semilla y sembrarla por primera v e z en un terreno dispuesto al i n t e n t o , y bien preparado para que se p r o (1) Canals en su colección de todo lo perteneciente al ramo de la rubia, impresa en Madrid en 1779. ce 2 204 p a g u e y multiplique. L a r u b i a , que proviene de s i e m b r a , tarda de quatro á cinco años en dar raíz útil para él c o m e r c i o ; pero la que proviene de plantíos, á los dos ó tres está en estado de producir abundantemente. Si el cultivo de la rubia se establece en g r a n d e por medio de siembras, se principia por labrar la tierra profundamente con repetidas vueltas de a r a d o : después del último barbecho se allana , y en s e g u i d a se señala un surco somero y derecho en la d i rección que quiera darse : siémbrase este á chorrillo, como quien siembra g a r b a n z o s , y concluido se dá otro surco igualmente somero que cubre la semilla : déxase este sin sembrar y dase otro t e r c e r o , el q u a l se siembra como el p r i m e r o : fórmase el quarto y dexase sin sembrar como el s e g u n d o , v u e l v e el arado y abre el quinto surco , que se sembrará del mismo modo que el primero y tercero ; cúbrase esta semilla con otro surco que será el s e x t o , y q u e d a sembrada la primera f a x a con tres líneas de r u b i a , y con los espacios intermedios que necesita para su vegetación. c l u i d a la siembra de esta primera faxa se d e x a otra Con- igual en claro ó'sin sembrar, y á continuación se v u e l v e de n u e v o á d i s poner otra f a x a que se siembra del mismo modo que la p r i m e - ra , y continuando alternativamente con el mismo orden , dará sembrado y distribuido todo un campo por faxas que- alternas, unas con planta y otras sin e l l a ; pero necesarias estas para h a cer las labores como se dirá. D e l mismo modo se verifica el p l a n t í o , q u a n d o se hace por medio de raices ó cogollos enraizados , sin variar en n a d a el s i s t e m a ; pues solo en este caso es necesaria la precaución de d e x a r las el fondo del surco ; y si fue- ren cogollos de planta enraizada los que se p u s i e r e n , hay raices bien tendidas en que plantarlos á golpe ó en z a n j i l l a , usando de la azadilla de escardar ó de plantadores útiles hechos al intento. Verificado el plantío ó la siembra, en marzo ó a b r i l , que siempre deberá ser y eligiendo un tiempo cubierto ó próximo á l l o v e r , no resta mas que repetir las labores de arado en las faxas d e s p o b l a d a s , y con la a z a d a en las líneas p l a n t a d a s , para arruinar las malas yerbas que n a c i e r e n , y recalzar ó aterrar las plantas del mismo modo que se hace con las patatas. E l primer año de la siembra ó del p l a n t í o , ni tocar á la planta no 6e deben segar los para mutilarle parte a l g u n a , sino tallos, dexarla crecer en toda libertad , abonándola siempre con repetidas la- lores ; pero desde el segundo año en adelante y a se puede segar £l r u b i a l , para aprovechar este pasto que apetece mucho el g a nado boyar : lo que se verifica todos los años por septiembre principios de octubre á menos que no se quiera recoger y semi- 205 l i a , que entonces es necesario esperar á que esté sazonada para recogerla , y después se siegan ó cortan los t a l l o s , se limpia el terreno y se dá una labor á la planta ó bien se saca tierra de las faxas v a c í a s , y se echa sobre las plantas de r u b i a , c u b r i e n do así los tallos segados y las y e r b a s , y acrecentando el lomo de la f a x a c u l t i v a d a . L a cosecha de la rubia no suele hacerse hasta los tres.años, si el rubial es puesto de raíz .ó c o g o l l o , y hasta los quatro ó c i n c o si es de semilla ; pero algunos la anticipan un año en c a da caso , y no por eso g a n a n sino q u e pierden mucho en la c a l i d a d y c a n t i d a d de esquilmo que debe producir. Para arrancar la raiz. de rubia se empieza por u n a punta d e la faxa s e m b r a d a , se abre una zanja., y se echa fuera la tierra: se escoge la raiz que sale mezclada , se s a c ú d e l a tierra, y l i m p i a la raiz se v a echando en un cesto .: ábrese otra zanja á continuación , y se voltea la tierra .sobre la p r i m e r a , se escoge la raiz y se repite hasta acabar con t o d a , que es l o \ ¡ u e se l l a ma sacar las raices á corte abierto. P a r a esta operación basta u n hombre puesto en cada banda ó f a x a del r u b i a l , y unas m u g e r e s ó muchachos que v a y a n limpiando la r u b i a , y l l e v a n d o los cestos al carro en q u e se h a y a de c o n d u c i r ; el q u a l d e be ser de c a x o n , ó estar entramado con esteras para que no se v a y a n vertiendo las raices. R e g u l a r m e n t e se hace la cosecha por abril y mayo , eligiendo dias serenos y tiempo s e c o , aunque a l gunos la hacen en septiembre : sin embargo es mejor en la p r i mera e s t a c i ó n , así porque sale la rubia de superior c a l i d a d , c o mo porque pueden aprovecharse muchos desperdicios y los c o gollos para n u e v o plantío. L a g r a n a ó semilla , que producen las plantas en los años que se la d e x a g r a n a r , tiene un valor considerable en el comercio, y los tintoreros la buscan con a n sia para preparar ciertos colores finos. L a raiz debe recogerse limpia y h a c e r a ar después, t e n diéndola en las eras donde se trilla el p. o que es mejor en soportales ó cobertizos ; pero al paso que v a y a secándose, se irá limpiando á mano de la tierra que h a y a traído p e g a d a : la operación de l a v a r l a , como lo hacen muchos para ahorrar a l g ú n tiempo y g a s t o , deteriora su buena c a l i d a d , y por lo mismo d e be excusarse q u a n t o sea posible. Por último, q u a n d o y a está seca , se g u a r d a tendida sobre zarzos para que no se p u d r a , . ó se v e n d e si se presenta comprador oportunamente. L a s demás p r e paraciones pertenecen á los que la elaboran , muelen y dan s a lida , y pueden verse por extenso en la precitada memoria de D o n Juan Pablo C a n a l s y M a r t í . 20<í Yerba L a yerba p a s t e l , llamada noiglo (Isatis tintoria Linn) pastel. de m u y a n t i g u o . G l a s t o ó y e r b a mereció el mayor aprecio para l o s t i n t e s , antes de q u e tuviésemos el añil. L a extensión de este r a mo de comercio fué m u y considerable entre nosotros, e l l a sacaban los,Españoles buenas c a n t i d a d e s , . q u e y por d e x a b a n los cxtrangeros en sus manos. D e los españoles aprendieron aque- llos e ! c u l t i v o y elaboración de esta p l a n t a ; y el nombre de •pastel , con que ellos la conocen, es deribado del q u e d a b a n en C a s tilla á los mazacotes de planta preparada que les v e n d í a n , los q u a l e s parecían g r a n d e s pastelones , y así fué l l a m a d a la p l a n - ta ó conocida en el comercio con el nombre de pastel. Esta p l a n t a , indígena de E s p a ñ a , se cria espontánea en muchísimas partas, y ha sido a l g ú n tiempo tan a b u n d a n t e en los campos de l a provincia de S e g o v i a , q u e algunos pueblos de ella tienen ordenanzas municipales en q u e se manda á todos los l a - bradores que la exterminen y acaben como Una mala y e r b a , q u e arruina los sembrados. Sin" e m b a r g o , esta planta es sumamente útil para preparar el pie de las tinas del color a z u l , u n a buena parte de a ñ i l : los fabricantes y ahorrar q u e la necesitan y a l - gunos pocos q u e la preparan y llevan á v e n d e r , la toman en los parages en que se halla espontánea y abundantemente. M a s si se hubiese de c u l t i v a r , en p e q u e ñ a ó en g r a n d e e x t e n s i ó n , se e l i g e n terrenos ligeros y q u e no sean enteramente pobres de h u - m u s , mantillo ó tierra v e g e t a l . Se labran con tres vueltas de arad o , y se siembra á chorrillo ó per surco en el mes de febrero: después de sembrado se allana y se d e x a hasta q u e nazca , q u e suele ser pronto. Q u a n d o h a y a nacido se e s c a r d a , se limpia y se labra la t i e r r a , repitiendo estas operaciones lo que fuere nece- sario , para mantener las plantas enteramente desahogadas y l i bres de toda inmundicia. A mediados ó á últimos de junio suelen estar las hojas en disposición de poder hacer la primera c o g i d a , lo q u e se conoce porque las mismas hojas empiezan á amarillear y á ponerse c o mo marchitas: entonces se siega procurando sea en dias serenos y tiempo seco. Hecha la primera recolección de las hojas y tallo del pastel, se l a v a n inmediatamente en a g u a de rio y se ponen á secar en s e g u i d a , revolviéndolas á menudo para q u e no l l e g u e n á fermentar , antes bien se sequen prontamente. D e s p u é s d e secas se 207 pasan al molino , se muelen y trituran hasta dexarlas r e d u c i d a s á una especie de p a s t a , susceptible de amasarla-entre sí y r e u niría en g r a n d e s masas , en forma de unos pastelones ó g r a n d e s q u e s o s , que se comprimen y aprietan mucho con manos y pies, y aun batiéndolos con la p a l a á su rededor : hecho esto , se d e x a n secar y . v e n t i l a r del t o d o , después de lo q u a l q u e d a n pre- parados y prontos para e l c o n s u m o , vAd virtiendo q u e aunque l á p l a n t a , estando bien c u i d a d a , puede dar dos ó tres segones -en el a ñ o , nunca sale de tan buena c a l i d a d la pasta en l a - s e g u n da y tercera cosecha como en la primera 3 y así los hombres d e b u e n a fé ñ o l a m e z c l a n , sino q u e distinguen, el pastel en p r i mera, s e g u n d a y, tercera pee! ¡vas. suerte , conforme á las cogidas res^ • • - Después de c a d a siega se limpia el campo y se labra el t e r reno ; pero d a d a la última , se cubren los tallos cortados con t i e r r a , y se d e x a el campo hasta volver á repetir las c o g i d a s d e l año s i g u i e n t e , aprovechando entre tanto el terreno para el p a s to de las ovejas, las quales aunque coman el retoño q u e hubier e , en n a d a perjudicarán á la planta. Gualda, L a g u a l d a (reseda luteola Linn.) es otra de las plantas i n d í - genas de E s p a ñ a , q u e se c u l t i v a n expresamente para el uso d e los t i n t e s , y de la q u a l se hace no pequeño consumo. E s t a p l a n t a , q u e entre otras tiene l a ventaja de criarse de s e c a n o , a m a los terrenos floxos, areniscos y cascajosos.: en u n a palabra v i v e en los parages en q u e pocas p r o s p e r a n , la ocasión y así nos proporciona d e aprovechar las t i e r r a s , q u e son casi infecundas para otras producciones. Se siembra comunmente por septiembre ó por febrero, y p a ra verificarlo se prepara l a tierra con buena l a b o r , se arrastra y dispone de modo q u e q u e d e bien l l a n a , y en seguida se p r o cede á la siembra 5 pero antes es necesario mezclar la semilla con arena m e n u d a , con serrín ó q u a l q u i e r a otra c o s a , que p r o porcione la buena distribución, pues por su pequenez seria i m posible repartirla de modo q u e no q u e d a s e piensa que c a d a dos fanegas espesa. H a y q u i e n de semilla deben mezclarse con ocho de arena. Verificada la siembra se cubre con.solo la rastra, la qual se pasará dos veces en direcciones opuestas. Q u a n d o h a y a nacido y criado a l g o la n u e v a planta se escar- 208 d a , ; arrancando no solo la y e r b a , sino también algunos pies de l a misma g u a l d a en donde está e s p e s a , pues es de la mayor i m portancia para su v e g e t a c i ó n el que se crie con a l g u n a h o l g u ra ; á lo menos debe mediar;el espacio de quatro dedos entre una y . o t r a planta.. - . Si los . terrenos están bien, c u l t i v a d o s , y por consecuencia limpios de malas y e r b a s , ño,habrá inconveniente en sembrar la g u a l d a entre los c e n t e n o s , avenas y c e b a d a s , porque estos frutos q u e d a r á la g u a l d a , k quien no habrá alzados perjudicado la vecindad de los primeros ; antes bien , l u e g o q u e se siegan y recogen a q u e l l o s , esta,Se vigoriza y crece con prontitud hasta ponerse'en estado de l e v a n t a r l a también.: lo q u a l se conoce porq u e , al paso que v a n g r a n a n d o las s e m i l l a s , v a c a m b i a n d o en' amarillo el color verde del tallo y de las hojas: en este estado, y sin q u e llegue á secarse del todo, se a r r a n c a r s e ata y se c o n duce á casa , en donde desnaciendo ios h a c e s , se pone á secar b a x o de algún t i n g l a d o ú otro parage en donde no reciba h u m e d a d a l g u n a , antes bien., teniéndola d e r e c h a , se procura que no se acalore ni pierda la semilla. Q u a n d o está seca enteramente, se pone sobre lenzones una porción de p l a n t a , se sacude y se saca la semilla volviendo á atar en manojos la yerba para ven- derla en seguida á los compradores. L a semilla se a v i e n t a y limpia y, q u a n d o está bien v e n t i l a d a y e n x u t a , se g u a r d a para las siembras sucesivas. Añil. Siguiendo el orden q u e nos hemos propuesto, toca en este l u gar hablar del c u l t i v o del a ñ i l , c u y a planta es tan preciosa como indispensable en las artes ; pero como D o n E s t e b a n Boutelou trató este punto con el "mayor acierto en u n a memoria s u y a , p u blicada en el tomo 18 dei Semanario de A g r i c u l t u r a p á g i n a 65 , me contentaré con extractar y Artes, de su escrito los p o - cos puntos que necesito para llenar mi objeto : advirtiendo tes , que los ensayos hechos hasta el dia con esta p l a n t a provincias del medio dia de E s p a ñ a , mas an- en las han correspondido á las lisongeras esperanzas ; pues se ha visto q u e no solo pros- pera el v e g e t a l y g r a n a n perfectamente sus semillas, sino que la fécula colorante , extrahida de los añiles c u l t i v a d o s en e l l a s , e s poco menos exquisita y a b u n d a n t e , que la q u e se extrae de l o s añiles de G o a t e m a l a . El añil debe sembrarse en hoyas ó c a m a s , mismo-modo que, las preparan los.hortelanos preparadas para sembrar del los 209 pimientos y tomates , y en el mismo tiempo q u e se siembran erutos , que es por febrero. D e este modo se g a n a t i e m p o , se a d e lanta la v e g e t a c i ó n , . y alcanza la temporada de v e r a n o : para s a zonar el fruto á su t i e m p o , dirá • pero si faltase n u e v a traída se trasplanta y se c u l t i v a como se la semilla podría reemplazarse con otra de la A m e r i c a de q u a n d o en q u a n d o , y así la casta se mantendría inalterable ó sin degenerar. L o s cosecheros distinguen dos variedades de a ñ i l , que lla- man franco ó francés, y cimarón ó de G o a t e m a l a . L a semilla n e g r a que este p r o d u c e , es la única q u e le distingue de las demás. L a planta del añil franco es olorosa, mas b a x a q u e el cimarón, y su semilla recien c o g i d a es de u n amarillo claro v e r d o s o , sus hojas de u n verde mas c l a r o , y sus ñores mas distantes. E l cimarón ó de G o a t e m a l a es mas c r e c i d o , r a m o s o , a c o p a d o , con las flores dispuestas en espiga apretada , menos d e l i c a d o , y mas propio para cultivarse en tierras inferiores. Prefiérenlo en M é x i co por estas circunstancias y por la de producir mucha parte c o lorante , a u n q u e siempre de inferior c a l i d a d á la del franco. Por las m i s m a s , y por l a de resistir mas á la inclemencia de las e s taciones , debe dársele la preferencia para cultivarle en España. Si se siembra de asiento, convendrá labrar muy bien la t i e r r a , y repartirla de modo q u e se pueda r e g a r : en s e g u i d a se v e rifica la siembra á golpes ó posturas l i n e a l e s , de media en m e dia v a r a de distancia en todas direcciones ; á c a d a golpe se le echan cinco ó seis granos de s i m i e n t e , y se c u i d a de cubrirla con u n a capa sumamente ligera de t i e r r a , pues si se le c a r g a d e m a siado , ó no nace ó le cuesta mucho trabajo el romper : en este caso no puede sembrarse el añil tan t e m p r a n o , como si se v e r i fica la siembra en hoyas ó camas templadas ; antes bien habrá q u e g r a d u a r el tiempo oportuno, según el temperamento del c l i ma , sin arriesgar de ningún modo la semilla hasta no estar s e guros de que han cesado los frios estacionales. M a s si se trata del trasplanto,será tiempo de verificar el plantío q u a n d o la planta t e n g a de tres á seis dedos del a l t u r a , q u e acaso vendrá á ser en el mismo en que hubiera de hacerse la siembra de a s i e n t o , y la planta se coloca del mismo modo que se ha dicho para la siemb r a : si no l l u e v e , ó si la tierra está demasiado s e c a , se le dá un riego para q u e se asegure el arraygo. L a nascencia de este v e g e t a l es bastante p r o n t a , si la estación es favorable. Bouteiou d i c e , que las plantas suelen nacer á los seis dias de s e m b r a d a s , y q u e á los seis meses están y a en flor. Entonces es la época precisa de cortarla , porque aunque es cierto que si se cortasen los añiles antes de la florescencia d a da la yerba tinte mas fino, serian sin embargo.mucho TOMO II. DD menores 210 sus p r o d u c t o s : las plantas q u e parecen mas propias para c o g e r s e m i l l a , se señalarán antes y se dexarán granar.. L a recolección se hace segándolo con hoz bien cortante , y siempre en lo mas ardiente de la estación , porque entonces es mas abundante el producto y mejor la c a l i d a d . L o s riegos se s u s penden veinte dias antes , y si absolutamente n o se puede evi- tar el hacer la corta en tiempo l l u v i o s o , debe ponerse p a r t i c u lar c u i d a d o en no sacudir l a planta s e g a d a , para q u e el a g u a no arrastre el polvillo de las h o j a s , en el q u a l se cree que reside la substancia c o l o r a n t e ; y e n efecto se observa q u e disminuido e s t e , se disminuye el producto. A c a s o una l i g e r a humedad contribuye á ñ x a r l o , porque es sabido que c o n v i e n e coger l a y e r b a con el relente de la noche , ó por la m a ñ a n a antes q u e se disipe el rocío. D e b e conducirse luego al p o d r i d e r o , cuidando q u e ios naces.no sean muy gruesos ni a p r e t a d o s , porque al i n s tante se promueve l a f e r m e n t a c i ó n , que si comenzase fuera del estanque , retardaría bastante la preparación del tinte. D u r a el añil dos años en los países c a l i d o s , proporcionando sucesivas cosechas 5 pero en los frios solo se conserva uno. L a primera -cogida dá poca fécula colorante , y no de l a mejor ca^ l i d a d j el tinte superior se saca de la s e g u n d a , segando otra v e z la planta á cosa de dos meses de haber retoñado ó poco mas¿ según el tiempo y l a estación. E n t r e los infinitos enemigos q u e atacan á esta p l a n t a y d e s truyen su v e g e t a c i ó n , l a oruga es el mas perjudicial y temible de todos ; si se advierte este m a l , no q u e d a otro arbitrio q u e segar a l instante todas l a s plantas y beneficiar e l añil q u e c o n tenga. T a l es en compendio el sistema d e c u l t i v o q u e debe -seguirse con esta planta l l a m a d a v u l g a r m e n t e a ñ i l , y por L i n n e o fera. indigó- L a s demás operaciones concernientes á la extracción de l a fécula colorante, están por decirlo así fuera de l a s manos del l a b r a d o r , y por lo mismo nos dispensamos de tratar de ellas: p u e den empero verse en la c i t a d a memoria de B o u t e l o u , y en el Diccionario de A g r i c u l t u r a de R o z i e r , en donde se habla e x t e n samente de dichas preparaciones. Alazor. E l alazor l l a m a d o también -azafrán romí, thamus tinctorius, y por L i n n e o car- es una planta q u e c u l t i v a n mucho los A l c a r r e - ñ o s , y les.rinde utilidades d e bastante consideración. L a t i n t u - 211 r a saca de ella el mejor p a r t i d o , y por lo mismo es buscado con interés, y p a g a d o con estimación. Por desgracia no es tan e x t e n so como debiera este c u l t i v o , el q u a l por su importancia debía formar un ramo interesante de comercio. P a r a su vegetación pero convienen los terrenos ligeros y secos, muy bien labrados é iguales. Se siembra á puño como él trigo por febrero ó m a r z o , según fuere mas ó menos frió el clima y la exposición; pero siempre convendría sembrarlo por s u r co para dexarlo en el fondo de é l , y tan claro como conviene á su especie ; luego se cubre con l a rastra, y q u e d a suficientemente arropada l a semilla para q u e no la desentierren los páxaros, que la buscan con ansia. D e s p u é s de n a c i d a se e s c a r d a , limpia y mulle muchas veces la t i e r r a , y si la planta ha nacido espesa, también se aclara hasta d e x a r c a d a u n a como l a distancia d e seis dedos poco mas ó menos. La florescencia es mas ó menos temprana , según l a influen- cia del c l i m a , pero nunca florece por lo r e g u l a r hasta mediado de A g o s t o ; en este momento , q u e es el de la cosecha , es n e c e sario no descuidarse y acudir todos los dias á coger las flores q u e se presentan abiertas y á medio a b r i r , pues de lo contrario seria perder el fruto de los sudores empleados : la q u e d i a r i a - mente se recoge , se limpia y se pone á secar á la sombra sobre lenzones ó t a b l e r o s , para q u e l a ventile bien el a i r e : después de seca se g u a r d a en c a x a s , talegos ú otros vasos hasta venderl a : pero se colocará en parages enteramente s e c o s , para q u e no se deteriore. Azafrán. Una'de nuestras mas ricas cosechas podía ser sin duda la del a z a f r á n , si su c u l t i v o estuviese mas extendido y g e n e r a l i z a do ; pero por desgracia en pocas provincias se cultiva tan en grande como en la M a n c h a . ¿ A quién no asombrará v e r q u e , pagándose hoy á quatrocientos cincuenta reales la libra de este g é n e r o , no llame acia sí las atenciones de los cultivadores un interés tan notablemente conocido? E l azafrán (crocus sativus de L i n n . ) ama la tierra ligera ó poco compacta y n a d a húmeda. L a s labores preparatorias suelen ser tres vueltas de arado bien j u n t a s , y dadas con intervalos proporcionados para q u e se destruyan las yerbas nocivas. A principios de septiembre se verifica el plantío de la cebolla , y para esto se abren zangillas con el azadón como de una quarta de hondo y á un pie de distancia una de o t r a : las cebollas se colocan DD 2 212 en estas zangillas á quatro dedos distantes entre s í , d e modo q u e q u e d e n con la p u n t a acia arriba , y no tiradas ó contrarias á su n a t u r a l posición. E n el acto del p l a n t í o , los trabajadores q u e abren las zangillas procuran abrirlas m u y d e r e c h a s , y con la tierr a q u e sale de u n a cubren la zebolla puesta en la o t r a : d e este modo adelantan mucho la operación , y se simplifica el trabajo. P a r a executar la p l a n t a c i ó n , se limpian antes las cebollas q u i t á n d o l e s las camisas exteriores q u e las cubren , y c o n s e r v á n doles la interior ó i n m e d i a t a , para q u e no q u e d e n enteramente desnudas. Esta o p e r a c i ó n , á q u e en la M a n c h a llaman deshollinar, es m u y necesaria para no embarazarse en el acto de plantar los bulbos ó cebollas, lo q u a l e x e c u t a n regularmente los muchachos y muchachas. A c a b a d o el plantío , q u e d a la tierra llana y esponjada porq u e nadie pisa sobre.lo p l a n t a d o , y así es fácil la nascencia y brote de la p l a n t a d l o q u e regularmente se verifica en todo el raes de octubre ó á principios de noviembre ; pero si acaeciesen l l u v i a s frecuentes y se advirtiese q u e la tierra ha hecho costra, q u e puede impedir la nascencia, se pasará la rastra para remov e r la superficie y deshacer la parte a c o r t e z a d a , eligiendo p a r a «sta operación días serenos en q u e la tierra esté s e c a , pues de lo contrario sería mayor el daño que el beneficio. N a c e l a planta en el indicado t i e m p o , y lo primero q u e muestra es su hermosa flor , la q u a l se recoge diariamente por manos de mugeres. L a que se recoge en la mañana se l l e v a k c a s a , se tiende sobre lenzones ó en tableros , y se d e x a orear: en seguida las mismas mugeres c o g e d o r a s , ú otras si fuere n e cesario , estiman las flores, q u e no es otra cosa q u e cortar el palillo cerca de la corola y sacar los tres estambres de la flor tirando d e l uno : estos los colocan en unas c a x a s d e j a l e a ú en cestillos de mimbre , todo con el mayor aseo y limpieza. ¡ •Una v e z despinzado y oreado el a z a f r á n , se coloca.en c e d a zos hechos á propósito, y se pone á secar en hornillas á un g r a do de calor moderado , cuidando de q u e s a l g a tostado con i g u a l d a d y que no se q u e m e : hecho e s t o , se g u a r d a en c a x a s de madera envuelto en lienzos , ó en c o r a c h a s ; pero de modo q u e no reciba h u m e d a d alguna : así el género q u e d a dispuesto p a r a su venta. ; E l Azafranar plantado u n a v e z , puede permanecer sin l e v a n t a r l e hasta quatro años; pero la costumbre d é l o s c u l t i v a d o res manchegos es levantar la cebolla cada tres años , para c u y a operación se elige a q u e l tiempo en q u e la hoja de l a p l a n t a , q u e ellos llaman e s p a r t o , empieza á secarse : entonces se arranca,, procediendo del mismo modo q u e se p l a n t ó ; y los muchachos. 213 v a n recogiendo toda la cebolla , q u e fácilmente se recoge y d i s tingue por medio de sus hojas ó esparto. E n s e g u i d a se l l e v a á c a s a , se tiende al sol para que se seque , y q u a n d o lo está se desbollha ó l i m p i a , y se g u a r d a en la cámara para plantarla e n otra tierra al septiembre i n m e d i a t o ; pues d e n i n g ú n modo pue- de plantarse el azafranar en la tierra q u e lo t u v o , hasta p a s a dos seis años lo menos. E n todo caso es indispensable entrada de toda especie de g a n a d o s azafrán, y es i g u a l m e n t e preciso en las tierras evitar l a puestas d e perseguir á los t o p o s , rato- nes y ratas -que se anidan en la misma tierra y devoran toda l a cebolla. L a s labores para a c a b a r con l a y e r b a s o n , después d e lo dicho , el complemento de este cultivo, Plantas : oleosas. U n a porción de frutos c o m e s t i b l e s , y otra no menor de d i versas p l a n t a s , nos suministran aceytes de diversas especies; pero todas ellas útilísimas en la economía rural y en las artes, aunque con diversos g r a d o s de a p r e c i o , según las aplicaciones que se les dá. Son bien conocidos los usos q u e hacen las arles del aceyte de l i n a z a , del de nueces , l a u r e l , durillo y o t r o s ; a s í como lo son también las ventajas q u e ofrecen en muchoá países la de n a v i n a , m i a g r o , j u l i a n a , c a c a h u a t e , el argan argan Schousbe), sin (elcéodendrá el madi de C h i l e , adormidera y otras infinitas, omitir el g i r a s o l , el granillo d e la u v a , el cañamón & c . Pero como los Españoles tenemos por un don especial del C r i a dor la incomparable ventaja del preciosísimo aceyte de olivo, por eso parece q u e podemos escusarnos en cierto modo de c u l t i v a r l a colza , y demás plantas del género brásica , para obtener sus aceytes : lo que no debemos de ningún modo desperdiciar, es el de n u e c e s , c a ñ a m o n e s , l i n a z a , granillo de la u v a , el f a b u co y otros q u e , siendo frutos abundantísimos de nuestras co^ sechas , podrían y deberían formar un ramo importantísimo d e economía r u r a l , pocas y servir al mismo tiempo para socorrerse l a s provincias q u e carecen de o l i v o s , y para, ahorrar u n a buena parte del de esta p l a n t a , que se consume en luces y ea otros muchos usos de las artes. Por consiguiente es muy recomendable este punto en A g r i c u l t u r a , para la administración doméstica y económica dustrioso. de u n ' p r o p i e t a r i o ó de u n cultivador in- 214 Barrilla y otras plantas que dan sosa. A l recomendar como merece , y sin exageración , el p u n to q u e a c a b a de t r a t a r s e , tuvimos m u y presentes las ventajas q u e puede rendir al c u l t i v a d o r industrioso el de quantos artículos producen ó p u e d e n aprovechamiento producir las plantas q u e c u l t i v a ; pero al hablar ahora de l a barrilla , no podremos encarecer bastante su mérito y las utilidades q u e trae consigo el c u l t i v o de esta preciosa p l a n t a ; basta decir q u e sin aumento de g a s t o s , y con ahorro d e l año de b a r b e c h o , se c r i a ó puede criarse en los terrenos mismos q u e se preparan para otras cosechas; y q u e la salida y estimación que tiene en el comercio después d e elaborada , forma un ramo lucrativo del q u a l viven algunos d e los mas considerables, cultivadores en muchas de nuestras Son muchas las plantas q u e d a n la barrilla ó s o s a , como l a provincias. l l a m a n en a l g u n a s p a r t e s ; pero l a q u e mas generalmente se c u l t i v a , es la salsola soda de Linneo. L a salsola sativa del mismo autor como mas delicada , está menos e x t e n d i d a á pesar de q u e es l a planta q u e dá la mejor barrilla , según lo manifiesta B o u telou en u n a memoria sobre esta p l a n t a , impresa en el S e m a n a rio de A g r i c u l t u r a , número 477. " E l a g u a z u l mum nodiflorum Linn la tragus Linn. ; la sosa blanca ó almajo mum et chenopodium álbum Linn. laris Linn. mesembryanthe- ; la barrilla pinchuda salsola k'ali et ; la sosa g o r d a salsola ; la sosa-leñosa salsola rosacea c a r c h a d a messembryanthemum chenopodium cristalinum Linn. Linn. vermicu- ; la yerba e s y algunas plantas dan bastante s o s a , pero sus c e n i z a s , mezcladas déla salsomariti- otras con las barrilla, alteran su c a l i d a d y hacen q u e desmerezca m a s ó menos el valor de esta piedra alkalina, según la mezcla q u e contiene de unas ó de otras; L a barrilla ama naturalmente los climas calientes y los t e r renos t e m p l a d o s ; pero se c u l t i v a ' bastante bien en los q u e no son del todo m u y fríos, aunque no t e n g a n el temple de los de las marismas. P a r a su c u l t i v o se preparan las tierras con buenas l a bores y con la mezcla de a l g ú n estiércol bien podrido. Se siembra q u a n d o y a h a y seguridad de haber cesado los frios del invierno, y entonces se procura esparramar la semilla con la mayor i g u a l d a d posible, de modo q u e no quede clara : para lo qual contribuirá t e r r e n o , y mezclar la semilla muy espesa, ni mucho tampoco tener bien allanado e l con arena menuda ó tierra bien ••ai? t r í b a d a . U n a v e z s e m b r a d a , se pasa la rastra dos v e c e s en d i rección opuesta p a r a cubrir la semilla, y queda hecha la s e m e n t e r a , para la q u a l se g r a d ú a f a n e g a de semilla por f a n e g a tierra. A l g u n o s acostumbran sembrar la barrilla en dias de de llu- v i a s u a v e , y en este caso n i se pasa la r a s t r a , ni se toca al t e r reno para cosa alguna , pues s u sazón y estado no lo permite. Nacida la planta no hay q u e tener con e l l a otros cuidados q u e los de darla algunas escardas q u a n d o lo n e c e s i t a n , y recogerla á su tiempo para quemarla. L a época de la recolección varía con relación al temporal que se ha experimentado d u r a n te su v e g e t a c i ó n , á l a c a l i d a d de la tierra, y al t e m p l e . p a r t i c u lar del clima ; por lo que , no pudiéndose fixar la é p o c a , se .advierte que para proceder al arranque debe esperarse á q u e es- té bien hecha y a l g o e n d u r e c i d a , no h e r b á c e a ; pero tampoco del todo seca. L a s plantas destinadas para recoger s e m i l l a , se conservan en pie hasta q u e la tienen bien sazonada y m a d u r a . Llegada la época o p o r t u n a , se arranca la b a r r i l l a , se p o n e en manadas p e q u e ñ a s sin a t a r , y .se d e x a en e l c a m p o hasta que se s e q u e : después se recogen las expresadas m a n a d a s , se for- man unas hacinas redondas y de mediano tamaño y se d e x a n en aquel estado hasta que del todo están se procede á a c a b a n de secarse : quando lo la q u e m a , ó mas bien á la formación de l a piedra l l a m a d a i g u a l m e n t e barrilla. P a r a ello se abre e n la tierra un hoyo redondo y de determinadas dimensiones, según lo mas ó menos g r a n d e q u e se q u i e r a formar .cad-a^una de dichas p i e d r a s : este hoyo debe abrirse en una piar ó palmear tierra .arcillosa, y l i m - bien sus p a r e d e s : en s e g u i d a se enciende l u m - bre dentro de él para c a l d e a r l e , y q u a n d o está c a l d e a d o se e x trae la l u m b r e , y se limpia e l hoyo de la ceniza y demás que t e n g a : hecho a s í , se arriman diferentes g a r b a s , y poniéndolas d e r e chas en forma de pabellón ó cabana á uno y á otro lado de la boc a , pero colocadas de modo que p u e d a correr el v i e n t o , se les peg a f u e g o , y al paso que v a n unas a r d i e n d o , se v a n otras d e modo q u e n u n c a se descomponga por consiguiente g a v i l l a s al fuego. O c u p a d a y a parte del hoyo con la materia q u e arrimando el p a b e l l ó n , ni falten como la tercera destila la planta q u e m a d a , íe suspende el fuego y se mece ó bate muy bien con unos palos, haciendo de modo que todo el material contenido en él se m e z cle y combine entre s í , y forme una masa bien u n i d a . Acabado e s t o , .se v u e l v e á formar l a .chozita ó c a b a n a , como se dixo al principio, poniendo garbas empinadas de la barrilla seca enderredor del h o y o , se les prende f u e g o , hacecillos del y se continúa mismo modo que a n t e s , bustión sin deshacerse la choza arrimando para que s i g a la com- ó pabelloncito; pero quando se 2l6 llena la otra tercera parte fuego, y se bate bien del h o y o , se suspende el l í q u i d o le que quede bien unido con lo operaciones de combustión y q u e contiene de n u e v o el hasta hacer- p r i m e r o : repítense las mismas mecimiento para llenar el último tercio del h o y o , y en acabando se cubre todo con tierra, d e x a n dok> así por dos, tres ó mas d í a s ; con lo q u a l q u e d a hecha la p i e dra alkalina, llamada barrilla nocer q u e , q u a n d o se c u l t i v a repetir los hoyos y en el comercio. Se dexa en g r a n d e , habrá necesidad code duplicar los brazos empleados en esta o p e - ración , pues de otro modo se retrasaría m u c h o , y el c u l t i v a d o r debe abreviarla quanto fuere posible p l a n t a , antes de que á fin de quemar toda la empiezen las l l u v i a s de otoño y se moje, impidiéndole por esta causa la elaboración. Zumaque y demás plantas para los curtidos. A los grandes descubrimientos que ha hecho la química m o derna deben las artes y las ciencias sus mayores y mas sólidos progresos: esta ciencia bienhechora nos ha m a n i f e s t a d o , que no es tan corto el número de las materias q u e p u e d e n emplearse en la composición y elaboración de los curtidos y tintes como p a r e c í a , y como se creyó por a l g ú n t i e m p o : reducidos nuestros m a yores al uso de pocos v e g e t a l e s para preparar ios cueros y p i e - les , carecieron de muchos otros que hoy se usan con ventajas: así se v e q u e no es solo el z u m a q u e , sino también diferentes cortezas de árboles, las que se aprovechan para el mismo fin : el roldo, redor, ó emborracha-cabras (coriaria mirtifolia de Linneo) el roble, la e n c i n a , alcornoque, el p i n o , el a b e d u l , el fresno, el brezo y otras a l g u n a s agallas proveen al cultidor de una p o r - ción considerable de materiales curtientes q u e , usados según los principios de su a r t e , le proporcionan materias abundantes p a ra-curtir en q u a l q u i e r a parage. Pero como todas estas plantas se c u l t i v a n para diferentes u s o s , y no determinadamente p a r a el ramo de c u r t i d o s , hablaremos solo del z u m a q u e , c u y o v e g e tal por sí solo forma un artículo de comercio muy considerable, y por lo mismo digno de que el labrador t e n g a algunas nociones d e su cultivó'. ' ' ' • • ' • ' : Los zumacáles se plantan dé b a r b a d o , de planta criada en a l m a c i g a , y de' semilla sembrada de asiento. Esta p l a n t a , q u e se halla con abundancia en los países cálidos de E u r o p a , y a b u n dantísima en nuestras provincias meridionales, tiene la ventaja de v i v i r en los terrenos mas endebles y l i g e r o s , y ofrece al c u l - 217 t i v a d o r , sobre sus propios productos, el de beneficiarle el t e r r e no que o c u p a , para dar después por algunos años abundantes cosechas de t r i g o s , c e b a d a s ú otras semillas. Q u a n d o se trata de plantar ó sembrar un z u m a c a l , se p r e p a r a la tierra con tres vueltas de a r a d o , se limpia de maleza se allana perfectamente. Hecho esto, se marca y el terreno como si fuera para plantar u n a v i ñ a , y se señalan y abren los hoyos en líneas rectas y paralelas á la distancia de una v a r a en t o - das direcciones: la profundidad de estos hoyos se g r a d ú a por la altura y robustez de la planta. Si el terreno es de r e g a d í o po- drán ser menores ; pero si es de secano se necesita q u e sean de dos tercias o tres quartas á lo menos, y por consiguiente la planta tenga la altura correspondiente h o y o , en inteligencia de q u e que á la profundidad siempre deberán q u e d a r del desaho- gados los cogollos para que puedan brotar. L a mayor parte de los que c u l t i v a n y elaboran el z u m a q u e , aprovechan para sus plantíos los retoños barbados q u e salen de las cepas viejas, y todas aquellas plantas q u e nacen de semillas esparcidas por entre las primeras que son muy p o c a s ; por esta causa apenas hay q u i e n prescriba el modo de verificar la siembra de asiento,- cosa á la v e r d a d bien fácil. Yo en este caso h a ría la siembra con el a r a d o , y para ello bastará echar un surco derecho en q u a l q u i e r a d i r e c c i ó n , y después otro y otros p a r a l e los marcados á la distancia de una v a r a hasta acabar la tierra: en s e g u i d a se v u e l v e el a r a d o , se c r u z a n los primeros con otros surcos i g u a l m e n t e paralelos ra : concluido uno y á la misma distancia de una v a - se v a echando u n a porción de semilla en cada de los puntos en que los surcos se c r u z a n ; l u e g o se pasa la rastra para c u b r i r l a , y q u e d a perfectamente sembrado el z u macal. Por este mismo medio p u d i e r a n marcarse los hoyos para el p l a n t í o , abriéndolos precisamente en el sitio donde se c r u z a se el surco. D e q u a l q u i e r modo que se h a g a , es preciso c o n v e nir en que si l a planta está c r i a d a en a l m a c i g a ó c r i a d e r o , serán mucho mas rápidos los progresos que h a g a n , q u e si son plantas procedentes de retoños barbados. Si se verifica el plantío con planta e n r a i z a d a , podrá hacerse en noviembre ó en enero y f e brero; y si de s e m i l l a , en esta última época. E l cultivo de los zumacales está reducido á dar á la tierra repetidas l a b o r e s ; las de los primeros tres años con el y las siguientes con el arado ; si bien serán siempre azadón, embarazo- sas estas últimas por la espesura que forman las z u m a q u e r a s , así son preferibles las remueve la tierra hasta el pie de l a p l a n t a , sino q u e estas no padecen destrozo por el r o c e , pisoteo y e m p u g e de las y u n t a s . TOMO II. y primeras por quanto por ellas no solo se EE 2l8 L a recolección de la planta se hace en septiembre, y para ello se cortará entre dos tierras con podones ó h a c h u e l a s , y m u cho mejor con azadones retameros muy cortantes; en . cía de que en uno y otro caso deben t o s , y las cepas de las z u m a q u e r a s inteligen- q u e d a r los cortes cubier- a r r o p a d a s : de este modo brotan con p u j a n z a , se r e n u e v a n con muchos hijuelos barbados, y cada vez va en aumento el z u m a c a l ; pero si se descuida el c u l t i v a d o r en e l l o , p a d e c e infinito. Por último se forman haces de todo el z u m a q u e , se l l e v a á la e r a , se pica muy menudo todo ello sobre un banco ó un tronc o q u a l q u i e r a y se d e x a s e c a r , después de lo q u a l se trilla en s e g u i d a deshaciéndolo b i e n ; pero con el mayor c u i d a d o de que, ni antes ni después de trillado se moje , porque esto le d e t e r i o raría infinito , adquiriendo entonces el color v e r d e obscuro q u e le hace despreciable en el comercio. Q u e r i e n d o dar toda la extensión posible á esta l e c c i ó n , y c o n v e n c i d o de la necesidad que hay de generalizar entre n u e s - tros labradores una porción de conocimientos útiles de que c a - recen , me ha parecido conducente presentar el siguiente catá- l o g o ó lista de p l a n t a s , de que nos podemos servir con ventaja en diferentes usos económicos; valiéndome para ello de las obras d e B u c h o z , L i n n e o y otros, á exemplo de lo que practicó el d i funto Boutelou en las lecciones q u e explicó e n este mismo s i - tio por los años de 1 8 1 1 y 1812. í f9 CATALOGO DE LAS O DIFERENTES PUEDEN Plantas de PLANTAS EMPLEARSE fibra sólida QUE EN LAS para SE EMPLEAS" ARTES. la hilaza. Nombres castellanos y vulgares. Nombres latinos ó Cáñamo. C a n n a b i s sativa.. D e L i n n e o . Lino común sistemáticos. L i n u m usitatissimum. L i n n . L i n o perenne. L i n u m perenne. Falso cáñamo D a t i s c a cannabina. L i n n . Smith. Aitón. A p o c i n o como cáñamo A p o c y n u m cannabinum. L i n o de la C h i n a U r t i c a nivea. W i l d e n o w . O r t i g a como Ortiga cáñamo desparramada Sida abutilón U r t i c a cannabina. W i l d e n . Urtica divaricata. Linn. Sida abutilón. W i l d . Varias m a l v a s Malvaceas. R e t a m a de olor ó g u a y a m b o . . Spartium junceum. L i n n . R e t a m a de escobas. . . . . . . . Scoparium. L i n n . Á r b o l de la seda. A s c l e p i a s fructicosa. L i n n . P a t a c a ó patata de caña. . . . Heliantus. tuberosus. L i n n . L ú p u l o ú hombrecillo. . . . . . . H ü m u l u s lupulus. L i n n . , Pita A g a v e americana. L i n n . L i n o de n u e v a Holanda. . . . . Phormium tenax. L i n n . Esparto Stipa tenacissima.. L i n n . Papelero ó moral de la C h i n a . P a p y r i u s polymorpha. Moral M q r u s nigra. L i n n . , Morera Periploxa g r i e g a . . . . . M o r u s alba.. L i n n . Periploca gseca. L i n n . EE 2 Cavan. S20 Frutos sedosos. Nombres castellanos y vulgares. . Nombres latinos ó sistemáticos. Algodón anual Gossipium herbaceum. Algodón de Sicilia Gossipium arboreum. Linn. Linn. A l g o d ó n del Perú Gossipium peruvianum. C a b a n . Á r b o l de la seda A s c l e p i a s syriaca. L i n n . Chopo Populus nigra. L i n n . común S e d a del esparto Vegetales L i g e u m spartum. L i n n . que sirven para Abedul. . . . . . . . . . . . . . . . cordelería y sogas. Betula alba. Linn. Tilo T i l i a europasa. L i n n . Palmito Chamserops humilis. C a b a n . Drago Dracjena draco. L i n n . Yuca Y u c a gloriosa et aloifolias L i n n . Esparto Stipa tenacissima. L i n n . A t o c h i n ó albardin L y g e u m spartum. L i n n . Vegetales que se han empleado para del papel. la fabricación C i r p o .palustre Scirpus palustris. L i n n . Papelero de E g i p t o . . . . . . . . C y p e r u s papyrus. Linn. Paja de arroz.' O r y z a sativa. L i n n . Paja Triticum sativum. Linn. de trigo Algodón. . Gossypium herbaceum. L i n n . Papelero. . .< P a p y r i u s polymorpha. Linn. Estopa de cáñamo Paja de lino Pita. . . . . : de c á ñ a m o , ta &c. C a n n a b i s sativa. Linn. L i n u m usitatissimum. L i n n , ' A g a v e americana. L i n n . • V a r i a s malváceas. Trapos : lino, pi- . • ¿21 PI/ANTAS PAHA Tallos , hojas , flores Nombres castellanos y LOS TINTES. y frutos vulgares. que azul. Nombres latinos' ó sistemáticos. Indigofera Añil dan añil et tinctoria. Liun. Y e r b a pastel ó noiglo Isatis tinctoria. L i n n . A ñ i l de la C h i n a Spilanthus tinctorius. Loureiro. ' D e l p h i n u m ayacis. L i n n . Espuela de caballero G a l e g a de tintes. ,. . Tornasol • . Alforfón. G a l e g a tinctoria. L i n n . C r o t o n tinctorium. L i n n . P o l y g o n u m fagopirum. L i n n . . . . C a m p a n u l a de hoja redonda. . C a m p a n u l a rotundifolia. L i n n . Á r b o l de las pelucas ó fustete. R u s cotinus. L i n n . C e n t a u r e a aciano ó escobilla. . C e n t a u r e a cyanus. L i n n . Tornasol C r o t o n patulum. L i n n . abierto Empetro negro ó camariñera. . E m p e t r u m nigrum. L i n n . Fresno común F r a x i n u s excelsior. L i n n . A m o r p h a fructicosa. L i n n . A m o r f a fruticosa Mercurial anual y tomentosa. M e r c u r i a l i s a n n u a et tomentosa. L i n n . Violeta • Tallos , hojas, flores, V i o l a odorata. L i n n . frutos y cogollos amarillo. que dan tinte R e s e d a luteola. L i n n . Gualda. Serratula de tintes Serratula tinctoria. L i n n . Manzanilla A n t b e m i s tinctoria. Linn. de tintes y loca. . A n t i l i d e vulneraria A n t h y l l i s vulneraria. L i n n . Bidente Bidens tripartita. L i n n . de tintes P o l i g o n u m persicaria. L i n n . Persicaria Betula alba. L i n n . A b e d u l común A b e d u l enano Cúrcuma larga • • • • y redonda. . . B e t u l a nana. L i n n . Cúrcuma longa et rotunda. Linn. Escabiosa de raiz mordida. . . Scabiosa succisa. L i n n . Quajaleche G a l i u m verum. L i n n . , . . Lysimaquia vulgar Lysimachia vulgaris. Linn. 32a Nombra castellanos y vulgares. Nombres latinos 6 sistemáticos. Perifollo silvestre. . . . . . . . . Z u millo. . . . . . . . . . . . . . . . ............ R o l d o n ... Agracejo. -Chairophillum sylvestre. L i n n , T a p s i a villosa. L i n n . C o r i a r i a myrtifolia. L i n n . Berberís v u l g a r i s . L i n n . R o m a z a marítima R u m e x maritimus, L i n n . Alcana L a w s o n i a inermis. L i n n . Á r b o l de las pelucas R u s cotinus. L i n n . Cirolero ó ciruelo. P r u n u s domestica. L i n n . Manzano. Pirus malus. L i n n . Zumaque. R h u s coriaria. L i n n . C a l t a de l a g u n a s ó y e r b a centella < C a l t h a palustrís. L i n n . C h o p e r a ó arraclán Estaquide Yerba R a m n u s frángula. L i n n . de selvas Stachis silvática. L i n n . giganta «. Hinierta de tintes A c a n t h u s mollis. L i n n . G e n i s t a tinctoria. L i n n . Hieracio en parasol H y e r a c i u m umbellatum. L i n n . Jacea Centaurea jacea. Linn. Maravillas. C a l é n d u l a offidnalis. L i n n . M o r a l de tintes M o r u s tinctoria. L i n n . Ortiga mayor. U r t i c a dioica. L i n n . A b e d u l i l l o ú ojaranzo. . . . . . . Sauce pentandro C a r p i n u s betullus. L i n n . . Á r b o l de la cera S a l i x pentandra. L i n n . M í r i c a gale. L i n n . A r c e falso plátano A c e r pseudo platanus. L i n n , La Aesculus pavia. Linn. pavía Charmilla ojaranzo ó abedu- lillo C a r p i n u s betulus. L i n n . Cáñamo . Cannabis sativa. Linn. M o h i n o ó Santimonía de sembrados. . . . . . . . . . . . . . . Lechetrezna de lagunas Musgos y Licopodio aplastado Liquen de enebro. Liquen de paredes Chrisantemum s e g e t u m L i n n . E u p h o r b i a paiustris. L i n n . . lyquenes Lycoppdiumcompla.natumLinn. L i d i e n juniperus. L i n n . L i c h e n parietinus. L i n n . L i q u e n candelario L i c h e n candelarius. L i q u e n de Islandia L i c h e n islandicus. L i n n , Linn. Tallos , hojas y Nombres castellanos y flores que dan vulgares. púrpura. Nombres latinos ó sistemáticos, L i c h é n roccella. L i n n . O r c h i l l a de C a n a r i a s Orégano., tinte , • •• Origanum vulgare. Linn. A s p e r u l a de tintes A s p e r u l a tinctoria. L i n n . Litospermo de tintes Lithospermütri'tiíictorium.Linn. C a ñ a de cuentas ó de i n d i a s . . C a n n a indica. Linn. Moco de p a v o de escarlata. . ..• Celosía coccínea. L i n n . Tallos , hojas , flores y frutos Yerba incana. • •• dan tinte verde. Senecio j a c o b x a . L i n n . A n c h u s a officinalis. L i n n . Buglosa-oficinal A r r a c l á n ó chopera. que ........ R a m n u s frángula. L i n n . A n c h u s a tinctoria. L i n n . Palomilla de tintoreros. Bromo como centeno ó a e e n t e - Bromus s.ecalinus. L i n n . nado A r u n d o phragmites. L i n n . Carrizo.. Anemone alta. A n e m o n e alpina. Linn. Pulsatila A p i o de perro. . Anemone de bosques A n e m o n e pulsatilla. Linn. A n c h u s a cinapium. L i n n . Trébol de prados. T r i f o l i u m pratense. L i n n . C a ñ a como g r a m a . . . .. A s c l e p i a d e de Siria A r u n d o •calamagrostis. L i n n . Vencetósigo • C a m p á n u l a d e hoja redonda. . A s c l e p i a s vincctoxicum. L i n n . Perifollo silvestre.. . . '•• C h e r o p h y l u m silvestre. L i n n . Centaurea negra A n e m o n e nemorosa. L i n n . A s c l e p i a s siriaca. L i n n . • •• C a m p a n u l a rotundifolia. L i n n . C e n t a u r e a nigra. L i n n . Chionanto de V i r g i n i a Chionanthus virginiana. Ajongera.. Chondrilla júncea. L i n n . Linn. Barberea Erisimum barbarea. L i n n . Carmín Phitolaca decandra. L i n n . C o n v ó l v u l o de cercas. C o n v o l v u l u s sepium. L i n n , Plantas que dan tinte Nombres castellanos y vulgares. ceniciento. Nombres latinos ó sistemáticos. Gayuba A r b u t u s u v a ursi. L i n n . Epítimo C u s c u t a europaea. L i n n . Flores que tiñen de encarnado. Alazor C a r t h a m u s tinctorius. L i n n . Azafrán C r o c u s sativus. L i n n . Frutos que tiñen de A l i g u s t r e ó alhena . morado. L i g u s t r u m v u l g a r e . Linn. Empetro negro ó camariñera. . E m p e t r u m nigrum. Linn. C a ñ a de indias C a n n a indica. L i n n . Plantas que tiñen de negro. Aliso B e t u l a alnus. L i n n . R o b l e (cálices de).. . . . . . . . . Q u e r c u s robur. L i n n . M e s t o (cálices de) . . . L a n z a de cristo Q u e r c u s aegilops. L i n n . Licopus. L i n n . Melastoma Melastoma. Linn. Seta ú hongo yesquero Boletus igniarius. L i n n . C o m o c l a d i a de hoja entera. . . C o m o c l a d i a integrifoiia. L i n n . Roldon.. . C o r i a r i a mirtifolia. L i n n . , Plantas Azafrán . Sanguino,sanguino 11o que tiñen de roxo. C r o c u s sativus. L i n n , y franqui'. R h a m n u s frángula. L i n n . 2 2; 5 Nombres, castellanos y vulgares. Nombres latinos ó : Zumaque . • • sistemáticos. R h u s coriaria. L i n n . Fustete R h u s cotinus. L i n n . Acedera; ...... Tormentila R u m e x acetosa. Linn. . .. C o m a r o de lagunas '. . . C o m a r u m palustre, Linn. Achiote B i x a orellana. L i n n . Palomilla A n c h u s a tinctoria. L i n n . A s p e r u l a de.campos. A s p e r u l a arbensis. L i n n , Asperula perruna.. . . . . . . . . A s p e r u l a ciuachica. L i n n , Asperula alisada Asperula levigata. Linn. Asperula de T u r i n . A s p e r u l a aurina. L i n n . T u n a de cochinilla - . . C a c t u s cochinillifer. L i n n . C r u z a d i l i a de Mompeller.. . , . Plantas C r u c i a n e l a monspeliaca. Línrs. que dan color de Básela r o x a . . Violeta violeta.. Basella rubra. L i n n . , Satirión negro. . . Plantas V i o l a odorata. Linn. . S a t y r i u m nigrum. L i n n . que dan color de avellana. Cornejo macho. - Cornus mas. Linn. A r c e campestre. . A c e r campestris. Linn.. Plantas que dan color de mahon. Agrimonia A g r i m o n i a eupatoriutn. L i n n . Árbol del amor Cercis. süiquastrum, L i n n . Cortezas útiles para Zumaque TOMO II, :, Tormentila. L i n n . los curtidos. . R h u s coriaria L i n n , F F 226 Nombres castellanos y Nombres .latinos ó migares. sistemáticos. Z u m a q u e c a b e l l u d o ó árbol d e las pelucas.. .' R o l d o n . . -y. . . . . R h u s cotinus. L i n n . • . .'. . . . . Coriarla myrtifolia. L i n n . :V;".;; Q u e r c u s robur. L i n n . R o b l e . . .,. . . v . . , v - . v . .... Alcornoque. ; . . . . . Q u e r c u s suber. L i n n . Pino rodeno . . Pinns pinaster.Persoon. B e t u l a alba. L i n n . Abedul. E r i c a -vulgaris et tetralix. L i n . Brezo. . . - Fresad. .y.-.'. F r a x i n u s excelsior. L i n n . v. . . Hojas ytallos útiles para M a d r o ñ 3.. . . . . . ... . . . . . . . . G a y u v a . ... .•>.••..'.•.''.' ¿ A ':•' R Llantén los curtidos. .Arbutus unedo. L i n n . ; ¡ f A r b ú t u s u v a ursi. L i n n . P l a n t a g o major. L i n n . Acedera R u m e x acetosa. Linn. S a l v i a d z prados Filipénc u l a . . ' . ' . . ..'.." . ..'. '. . . . ' . Sueldan onsuelda.'. . .'. . . . . • S a l v i a pratensis. L i n n . «• Plantas Barrilla.. Spiraea qUe'dan . . . . . : filipéndula. Linn. .Symphytum-officinale. Linn. sosa, *«< ' 'Salsola sativa. L i a n . ' ' •' Sosa ó s a l i c o r . - . . . . . . . • • • * • . Salsola soda. L i n n . C a r a m i l l o ó pitacho G a r b a n c i l l o ó alacranera.. ... ... Salicornia fructicosa et h e r b a - A g u a z t i l ó escarchada.. Mesembryanthemum Salsola k a l i . Linn. •cea: I.'inn; ....,. •'• cristali- num. L i n n . Xabonera ó a l b a d a . . . . . . . Gypsophila s t r u t u m . L i n n . Almajo..-'. ¡ . .-. . . , . . . .-. . .' Cbenopodium- maritimum,. Liri. Orzaga A t r i p l e x .halimus. L i n n . i! ,; Asnillo ó detiene b u e y , quiebra arados ó gaturra; v.'.*'. í-$\ vOnoHis arvensis. Linn, 2?7 Plantas, leguminosas, Nombres- castellanos y vulgares. Haba . . Guisante que. dan potasa. Nombres latinos ó sistemáticos. V i c i a fába. Linn.' '." Pisum sativu'm. L i n n . Alverjana ó veza V i c i a sativa. L i n n . Garbanzo C i c e r arietinum. L i n n . Idem ' cruciform.es* Buniade Buriias orientalis. Linn. Lepidio L e p i d i u m latifoliuin. L i n n . ' Sisimbrio.. Sisymbrium strictissiinum.Jacqj Idqm compuestas. Áster. A s t e r novae anglise. W i l l d . Áster Aster novi beigii. Äiton. Áster. Áster .'. • ;. f . . . . . . . . . ... ... • : S o l i d a g o altissima,. W i l l d . Solídago altísimo. Solídago del Aster vimineus. Lamark.. . A s t e r rubricaulis. . L a m . cañada........ Solidago canadensis. L i n n . Helianthus tuberosus. L i n n . Pataca. Helianthus strumosus. Pers. Helianto estrumoso Flor del sol ó girasol. O l i v a r d a acre. . . . . . . • • •• Helianthus multiflorus. Linn. Erigeron acre et glutinös um. Linn. Estragón.. . Ajenjo. . Artemisia absinthium. Linn. Artemisia v u l g a r A r t e m i s i a vulgaris. L i n n . . T a n a c e t o ó lombricera T a n a c e t u m vulgare. L i n n , Varios cardos ídem Alforfón , de varias familias. P o l y g o n u m fagopyrum. Linn. Asclepiade de Syria Asclepias syriaca. Linn. *- g° Sambucus ebulus. L i n n . ez .. A r t e m i s i a dracunculus. Linn. EF 2 328 •Nombres castellanos y vulgares. Nombres latinos ó Yerba Phytolaea decandra. L i n n . carmín. . . . . . . . . . . . C é ñ i g l o verde. . . . . . ' , .'. . . . sistemáticos. C h e n o p o d i u m viride. L i n n . C é ñ i g i o roxo. . . . . . . . . . . . . C h e n o p o d i u m rubrum. C u r t í s . M a r r u b i a negra Ballota nigra. L i n n . Taray.. T a m a r i s gallica. L i n n . JAUTOS Y SIMIENTES j.° OLEOSAS. Simientes. Colza... . . . . Brassica arvensis. Linn. Nabina Brassica napus. L i n n . Colinabo Brassica olerácea napo-brassi- tra. Linn. 3SíGagro....... M y a g r u m sativum, L i n n . .Juliana. . Mastuerzo.. . . . . . . . C a r r ä s p i q u e ärbense.. . . . . . . . Hesperis rnatronalis. L i n n . L e p i d i u m sativum. L i n n . T h l a s p i arvense. L i n n . M e l ó n (pipas de) C u c u m i s mek). Linn. S a n d í a (idem dé). . . . . . •. , . . C u c u r b i t a citrullus. L i n n . P e p i n o (idem de) C u c u m i s sativus. L i n n . Calabaza (idem de). . . . . . . . Adormidera. C u c u r b i t a pepo. L i n n . P a p a ver somniferum. L i n n . Linaza Liuurn usitatissimum. L i n n . •'Cañamón;\ . . . . . . . . . . . . . . -Canabis sativa. L i n n . Girasol Helianthus annus. L i n n . Cacahuate.». Arachishypogaea. 3Vladí d e Chile. . . . . . . . . . . M a d i a mellosa. M o l i n a . Tabaco. . Linn. N i c o t i a n a tabaccum. L i n a . Lechuga. . L a c t u c a sativa. L i n n . H i g u e r a infernal. R i c i n u s communis. L i n n . Alazor. . C a r t h a m u s tinctorius. L i n n . Ajonjolí ó alegría. . . . . . . . . . . Sesamum oriéntale. Linn. 229 a." Nombres castellanos y Nombres latinos ó sistemáticos. vulgares. O l e a europaea. L i n n . Olivo Laurel C ornejo. . S a n g ü e ñ o sanguino morado - • •• C o r n u s mas. L i n n . ó durillo R h a m n u s sanguineus. O r t e g a . A m y g d a l u s communis. L i n n . Almendro Nogal Pacana. N o g a l pacana Nogal L a u r u s nobilis. L i n n . Juglans regia. Linn. Juglans alba. Willd. et cine- rea. Jacq. encarnado ó negro. . . . J u g l a n s nigra. J a c q . Fabuco ó haya Avellano. . . . F a g u s sylvatica. Linn. Huesos de ciruelo. . . . . . Huesos de albaricoque P r u n u s domestica. L i n n . Huesos de cerezo Piñón . c o m e s t i b l e . . . . . . . . . . . P r u n u s cerasus. L i n n . Piñón Pinus cembra. L i n n . Corillus avellana. Linn," P r u n u s armeniaca. L i n n , uñal. . . . . . . . . Granulas de uva Simiente de tilo . Pinus pinea. L i n n . V i i i s vinifera. L i n n . Tilia europea. Linn. Elasodendrutn Argan. argam. Schous- boe. Plantas que pueden Servir para alimentar de la seda. el gusano Moral. . Morus nigra. Morera. . M o r u s alba. Linn. Zarza. . . R o b u s fructicosus. L i n n , Sangüesa, R o b u s idíeus. L i n n . Lechuga. L a c t u c a sativa, Linn* Linn. 230 Vegetales que pueden alimentar la tintura* Nombres castellanos' y vulgares. Coscoja. . . Tuna útiles Q u e r c u s coccifera. L i n n . . • C a c t u s cochinillifera. L i n n . Scleranthus perennis. L i n n . Scleranto perenne H i e r a c i u m pilosella. L i n n . Pelosilla A r b u t u s u v a ursi. L i n n . . S a l i x vimiri.alis. L i n n . Mimbrera Olmo (agallas de) U l m u s campestris. L i n n . . . Q u e r c u s robur. L i n n . Roble (agallas de) Vegetales que se han empleado del sombrerero. A s c l e p i a d e de Syria en el arte . • « - Asclepías syriaca. Linn. Chopo (seda d e l ) . . . . . . . . . Albardin (seda del) . . . . . . . Plantas Populus nigra. L i n n . L y g e u m spartum. L i n n . que dan liga. Muérdago. . . . . . . . . . . . . . V í s c u m álbum. L i n n . Ajongera Chondrila júncea. L i n n . Andriala A n d r y a l a lanata. L i n n . Acebo • . . . Morrionera ( r a i z d e ) Plantas l l l e x aquifolium. L i n n . Viburnum lantana. L i n n . que Cardo y e s q u e r o . . . . . . . . . . . Artemisia para Nombres latinos ó sistemáticos.. de cochinilla Gayuba. insectos del campo yesca. Echinops strigosus. L i n n . Artemisia campestris. L i n n . Seta ú ñongo de yesca. . . . . . E s p a d a ñ a (pelusilla d e ) . . . . dan Boletus igniarius. L i n n . . T y p h a latifolia , et angustifo- lia. L i n n . T o b a (pelusilla d e ) Onopordum acantum. L i n n . 2.31 Plantas para pajones. Nombres .latinos ó sistemáticos. .Nombres castellanos y vulgares. T y p h a latifolia. L i n n . . Espadaña. . Anea T y p h a angustifolia. L i n n . . . . . . Carrizo A r u n d o phragmites. L i n n . Centeno (paja d e ) Sécale cereale. L i n n . Esparto S i i p a tenacissima. L i n n . Plantas para techar chozas, covertizos y almiares. Carrizo. Espadaña. A r u n d o phragmites. L i n n . T y p h a latifolia. L i n n . Anea Typha R e t a m a de olor Spartium j u n c e u m . L i n n . T r i g o (rastrojo d e ) Cebada (rastrojo Triticum sativum. L i a n . de). Plantas angustifolia. L i n n . . ..... para Hordeum. L i n n . carbón para C h o p e r a ó arraclán . Aliso- la pólvora. R h a m n u s frángula. L i n n . B e t u l a alnus. L i n n . Tilo.íi.u... ....:..>....., . . ..... Tilia, europsea. .Linn. vCañamiza. C a n n a b i s sativa. L i n n . Plantas que dan cera. Árbol cerero. .. . ¿ "Mirica cerifera. Wild. Chopo ( y e m a s d e l ) . . . . . . . . . . Popuius et nigra . Aitón. Aliso ( i d e m . d e l ) . B e t u l a alnus. L i n n . fastigiata. 33¿ Plantas que dan Nombres castellanos y vulgares. resina. Nombres latinos ó sistemát icos. Pino ( p e z d e l ) . Pinus picea. L i n n . Pino doncel ( b r e a d e l ) . . . , . . Pinus p i n e a . L i n n . Pino silvestre (trementina d e l ) . Pinus silvestris. L i n n . Pino alerce ( i d e m Pinus iarix. L i n n . del) Pino abeto ( i d e m d e l ) Pinus abies. L i n n . Enebro común ( g r a n u l a d e l ) . . Juniperus communis. L i n n , Tacamaca. Tacamaca. . P o p u l a s baisamifera, L i n a . Almáciga. Pistacho ó alfónsigo Pistacea v e r a . Linn». Incienso. Sabina de incienso Vegetales Juniperus A u r í f e r a . L i n n , que dan Romero Mejorana alcanfor. Rosmarinus officinalis. L i n n . , . S a l v i a oficinal. O r i g a n u m majorana, L i n n . S a l v i a officinalis. L i n n . M a r o ó yerba del papa. . . . . T e u c r i u m marum. L i n n . Espliego ó alhucema L a v a n d u l a spica. L i n n . »32 Savias azucaradas. Nombres castellanos y vulgares. Nombres latinos 6 sistemáticos* A r c e de azúcar A c e r sacharinum. L i n o - A r c e de hoja de fresno. . . . . . A c e r negundo. L i n n . A r c e encarnado A c e r rubrum. L i n n . A r c e campestre A c e r campestre. L i n n . Arce falso plátano. . . . . . . . A c e r pseudo platanus Línr^ A r c e de hoja de parra. . . . . . A c e r platanoides. L i n n . A b e d u l papelero B e t u l a papyracea. A i t o a , A b e d u l contun A b e d u l alba.. L i n n . T i l o de Europa T i l i a auropsea. L i n n , Frutos azucarados, Uba Grosella Moras Sangüesa NOTA, Zarzamora Cerezas Guindas Albaricoques C g j e n los nombres l a t i I y sistemáticos de todos e s J ¿ g l p t a r ya re- Melocoton Ciruelas < p | ^ " , * ;„ Membrillo. . Manzana J bres castellanos. \. £ Q 0 t g r a o o m t S s v e e t i Q o S e n m u t e y a n e e s s c o n o c 0 r e s t a b l a , y porque j(i o r los n o m t a o s D . . H i g o chumbo Madroño Azerola Guayacana Azufaifas Granada Dátil.. . Garrofa Acasia de tres TOMO II. espinas Gleditschia triacanthos. GO *3'4 PARTE TERCERA, AGRICULTURA LECCIÓN De los insectos útiles ECONÓMICA. PRIMERA. en la economía rural y doméstica. DEL GUSANO D E LA SEDA. Entre los insectos útiles de que saca mayor partido la e c o - nomía r u r a l , es uno el gusano de la seda. S u preciosa l a r v a nos dexa el rico producto antes de transformarse en crisálida , y apenas nos ocupa sesenta dias en su c u i d a d o desde el momento de su animación en el estado de h u e v o hasta formar el capullo en q u e se e n c i e r r a , y del q u a l sacan tanto partido l a A g r i c u l - t u r a , las A r t e s y el Comercio. Pero no es este el único beneficio de la cria del g u s a n o : trae a d e m a s el aumento de plantíos á que por necesidad se v é o b l i g a d o el labrador ó cosechero q u e emprende dustria , a q u e l ramo de i n - pues es claro q u e sin tener antes moreras ó morales con q u e alimentarlos, no podría conseguir sus fines: así que e s te aumento de plantíos l l e v a consigo el aumento de l e ñ a , y todos los demás consiguientes á la propagación del arbolado. N o me detendré mucho en tratar del modo de sembrar, mul- tiplicar y c u l t i v a r las moreras y morales, habiéndose y a dicho algo de lo concerniente á tan útiles- árboles en las lecciones a n t e r i o r e s : en ellas hice ver q u e j a morera y el moral se propagan facilísimamente por medio de sus semillas,, por estacas y por b a r b i d o s 6 sierpes : q u e la multiplicación por semilla p r o - v e e de plantas mas robustas, mas durables y útiles q u e las d e m á s , y por consecuencia debe p r e f e r i r s e ; a u n q u e algunas v e - ces h 3 y a q u e i n x e r t a r l a s , porque suelen producir la hoja m u y p e q u e ñ a ; que habiendo de recogerse la hoja todos los a ñ o s , es 23? Conveniente mantener los árboles á una altura tal q u e p u e d a a l canzarse hasta sus extremidades sin exponerse á las c o n t i n g e n cias de las caídas y desgracias ; á c u y o fin se afrailan los árboles de tiempo e n t i e m p o , y se les-tiene recogidos de vuelo y b a xos de t r o n c o : y en fin q u e al tiempo de verificar los plantíos debe cortarse la g u i a del a r b o l i t o , para formar su copa á los seis ú ocho pies de a l t u r a : de este modo no solo prosperará lap l a n t a , sino que l a hoja será a b u n d a n t e , s a n a , n u t r i t i v a y f á cil de recoger. L a morera (moras alba de Linn.) que es la que se usa m a s generalmente para alimentar el gusano de la s e d a , está y a t a n connaturalizada y p r o p a g a d a en E s p a ñ a , que apenas habrá u n a sola provincia en que no se encuentre. Sin embargo no puede negarse que prospera mejor en los países calidos que en los frios; si bien es verdad que tampoco en estos puede lograrse la cria del gusano. E l moral (moras nigra Linn.) resiste mas al frió y prospera bien en sitios montañosos; pero en cambio tarda mas en criarse que la morera y no es tan apropósito como esta para poblar los terrenos baxos y pantanosos, aunque prospera en las orillas de los rios, a r r o y o s , y acequias. T a m b i é n está observa- do que la morera v i v e y fructifica bien en ios secanos, a u n q u e su hoja es siempre mas p e q u e ñ a , por c u y a propiedad se suelen cubrir con ella las lindes de las heredades, los rivazos y otros terrenos incultos ó eriales, con tal q u e en estos casos se les a p l i quen repetidas labores. ¡ Q u é medio tan expedito y seguro para, aprovechar inmensos valdíos sin detrimento de los p a s t o s , antes bien con las ventajas q u e todos conocen! L a hoja del moral fué el único alimento q u e se dio á los primeros gusanos de seda en E s p a ñ a por mucho t i e m p o ; con ella y con la de morera , q u e después fue propagándose, se crió tal c o pia de gusanos en la península q u e se ha creído que con su producto se surtían de telas de seda los mercados públicos de la m a yor parte de E u r o p a y todos los dominios españoles de las A m é r i cas. Solo en S e v i l l a , según consta de algunas representaciones modernamente hechas á la superioridad y de otros documentos, existían por los años de 1 5 2 0 á 1 5 4 0 diez y seis mil telares de s e d a , en c u y o manejo y demás ramos de su elaboración se o c u paban hasta ciento treinta mil p e r s o n a s ; i n v i n i é n d o s e en la f a bricación de preciosas telas y demás piezas del arte ochocien- tas mil libras de seda al año. Este ramo de i n d u s t r i a , c u y a i n mensa riqueza hacía la felicidad de S e v i l l a , y la constituía u n a de las ciudades mas poderosas del r e y n o , no la g o z a b a exclusivamente. G r a n a d a , V a l e n c i a , C a t a l u ñ a , T o l e d o y otras provincias eran igualmente ricas en esta producción, y de todas ellas s a l i a a GG 2 2¡6 millones lo q u a l para el e x t r a n g e r o , con de libras de seda elaboradas se fomentaba y sostenía un comercio verdaderamente activo. Pero d e x a n d o u n a idea después á un lado estos r e c u e r d o s , pasaremos á dar del modo de criar el g u s a n o de la s e d a , para tratar de las a v e j a s , y en s e g u i d a del insecto q u e nos dá l a grana. C o n v i e n e n todos los cosecheros de seda y los escritores han dado reglas mas seguras para criar el g u s a n o , empezarse por el reconocimiento de la s e m i l l a , que que debe eligiendo s i e m - p r e ' l a mas útil entre la q u e se h a y a criado en el país mismo. Las señales que dan para conocer la buena semilla s o n , el q u e sea p e q u e ñ a , de color pardo obscuro, brillante y muy suelta con tal que no se h a y a echado á perder ó esté a d u l t e r a d a ; lo q u e p u e d e conocerse poe-o mas ó menos , quebrándola ó estru- jándola sobre la uña : si siendo pequeña echa de sí mucho h u mor brillante y no l í q u i d o , es señal de q u e es buena : porque si la semilla está echada á p e r d e r , ni tendrá v i v a c i d a d ni bri- llo ; y si el humor se corre es una evidente prueba de q u e está p o d r i d a ( i ) . Esta r e g l a es útilísima para la adquisición de l a primera semilla : después deberá el cosechero tener c u i d a d o de elegirla de los capullos mas d u r o s , limpios , brillantes y bien formados de su propia c o s e c h a , no solo por ser los mejores ra propagar la casta cantidad de del gusano , sino también la la seda que debe producir la n u e v a pa- calidad y generación. Por esto los inteligentes señalan con el mayor c u i d a d o los ca- pullos finos que elaboran los gusanos robustos y nunca los do- bles , y aun eligen los que forman en medio una especie cintura ó afectan, la figura de una calabacita. dos , que parecen n i m i o s , es muy posible de Sin estos cuida- perder enteramente la cosecha ; pues si se llegase á a v i v a r una mala semilla no h a bría después remedio. . O b t e n i d a la semilla con las debidas precauciones , es consig u i e n t e su conservación hasta el tiempo de a v i v a r l a . se tiene siempre en un sitio que siendo fresco Para esto en verano c o n - serve también un buen temple en invierno ; pero que en uno otro caso esté enteramente libre de humedad. y P o n . Josef. M a - nuel F e r n a n d e z - V a l i e j o en. el tercero, de sus discursos que^.dirigió'á la Sociedad C a n t á b r i c a , impreso'en 1 7 9 7 , aconseja que para lograr .en b u e n estado la semilla de los gusanos y conserv a r l a con mayor s e g u r i d a d , es conveniente poner pliegos de'pa(1) Véase á Suarez, arte de cultivar las moreras y criar los sanos de s e d a , un tomo en 8 . % impreso,en Madrid en 1 7 7 6 . gu- 237 peí sobre los lenzones q u a n d o sale la mariposa á desovar : estos p a p e l e s , cubiertos de los h u e v e c i l l o s , se arrollan después de q u e se acabó l a v i d a de la palomilla , y así arrollados se mantienen pendientes del techo de la c a s a , con ventilación fuera de l a c o cina por el calor y lejos de ventanas por la h u m e d a d y el frío. A su tiempo se descuelgan aquellos papeles , se recoge la s e m i lla y se pone á a v i v a r con el calor del c u e r p o , ó con el del s o l q u e es mejor , poniéndola de noche entre los colchones ó en p a r a g e caldeado por estufa á un g r a d o conveniente. E n todo c a s o es preciso esperar á q u e h a y a hoja para alimentarlos. - Q u a n d o se logra esto se coloca la simiente en unas c a x i t a s ó en cedazos cubiertos de papel : encima de l a semilla otro papel a g u g e r e a d o y sobre se coloca este una cubierta ligerísima hojas para q u e los nuevos gusanillos suban á ellas y de con c u y a s hojas se mudan al paso q u e v a n subiendo. L a habitación destinada para la cria de este g u s a n o debe ser igualmente t e m p l a d a , no fria ni m u y caliente , pero de m o do ninguno húmeda ni próxima á ruidos , malos olores ó infestada de otros insectos q u e los incomoden. E l calor y el frió p u e den dañar al g u s a n o , y a u n el frío no le es tan nocivo como calor excesivo. U n g r a d o de calor i g u a l y moderado es el absolu- tamente preciso para que p u e d a n v i v i r sanos. A s í si el calor fuese demasiado se abren a l g u n a s v e n t a n a s para q u e se refresque la habitación y se r e n u e v e el a i r e , con la precaución de q u e no sean aquellas q u e soplen sobre los gusanos ó por las quales v e n g a directamente el aire ; pero si hiciere mucho frió se cierran las puertas y ventanas y se c a l d e a n las piezas con estufas , brase- r o s , copas ó calentadores c u y a lumbre esté m u y pasada sin h u mo ni tufo. Esta precaución es de l a mayor importancia, uso de los braseros es i g u a l m e n t e necesario después vias para q u e no solo se disipe l a h u m e d a d q u e p u e d a introducido, y el de las llu- haberse sino también para que v u e l v a n en sí los gusanos/ que suelen adormecerse en tales ocasiones : también se logra lo mismo por medio del vapor del v i n a g r e extendido en l a p i e z a , echándolo sobre una piedra ó hierro hecho a s c u a , cuyo vapor los alegra y fortifica en pocos momentos. E l alimento siempre debe ser s a n o , pero en esta primera, edad és muy del caso darles á comer hoja tierna y g r a d u a l m e n te mas dura ó h e c h a , j a d a , la s u c i a , conforme v a y a n , creciendo : la hoja estru-. húmeda ó levemente dárseles , pues esto bastaría para fermentada, nunca q u e enfermasen y es necesario cogerla sin rocío n i ' l l u v i a , con mucha debe muriesen: limpieza y suministrársela con buen orden y á m e n u d o , así de dia coinó de n o c h e ; pero siempre en poca cantidad. Por consecuencia los q u e 238 los i m u e j a n deben ser aseados , no llevar consigo grasa ni m a los olores, y tener continuamente las manos muy limpias. Si los gusanos enferman ó mueren a l g u n o s , criándose otros débiles y desmedrados, se les mudarán las camas poniéndoles h o j a n u e v a ; se limpiarán los c a ñ i z o s , zarzos , tableros ó mesas en q u e estén: se barren los techos, paredes y suelos y , s i hay d i s p o sición para e l l o , s e les muda de p i e z a , que es mucho mejor. E n tonces se separan los buenos de los malos y se c u i d a n ambas porciones según su estado. A los enfermos.se les m u d a la c a m a , c o m o se ha d i c h o , y se les pone hoja fresca ; pero si no la comen de u n a t a n d a á o t r a , n o se les r e n u e v a hasta que la h a y a n comido. Conócense desde l u e g o los gusanos enfermos, y aún los d i versos grados de la e n f e r m e d a d : q u a n d o se presentan de un c o lor amarillento, se. hinchan y ponen lustrosos con algunas m a n chas como si fueran contusiones; q u a n d o al paso de hinchárse- les las patas se ponen blandos y se les revienta la piel, el insecto muere. Si solo aparecen ligeramente lustrosos é inapetentes no es incurable el m a l ; pero deben separarse de los demás los q u e así se h a l l e n , darles nuevo pero escaso alimento , perfumarles con yerbas olorosas, y cuidar mucho-de arreglar el temple de la habitación ó renovar el aire. Todos aquellos que se advierten mojados con un humor amarillo, los que sin haber llegado á las d o r midas se separan de los o t r o s , y ios que después de la s e g u n d a ó tercera dormida se presentan de un color v e r d o s o , son enteramente despreciables. C r i a d o s p u e s , con las atenciones y prolixidad i n d i c a d a s , l l e g a n por fin al término propio de formar el c a p u l l o , ó como d i cen los cosecheros de subir á hilar , lo q u a l se verifica ordina- riamente á los d i e z , doce ó catorce dias" después de la última dormida. E n este caso se les forman al rededor del sitio donde se hallan demás unas casillas con g r a m a , r o m e r o , tomillo y yerbas olorosas, m u y limpias de toda i n m u n d i c i a : estas casillas, q u e llaman generalmente boxas , se colocan como se ha dicho en derredor de los tableros ó z a r z o s , pero de tal modo q u e , formando como pequeñas c a b a ñ i t a s , queden sus ramas reunidas con holgura , á fin de que. al subir á ellas ios gusanos hallen dondecolocarse y texer su capullo con comodidad. E n los últimos dias se les dá menor c a n t i d a d de hoja de c a da v e z , pero m u y - a m e n u d o : q u a n d o y a se disponen para subir,; ellos mismos lo indican así por algunos caracteres de t r a n s p a - rencia que presentan , como por la hambre devoradora que e n tonces tienen , á la q u a l es preciso proveer para que no se d e s gracien. L l e g a d o este momento , se les v a colocando dentro de las casillas ó b o x a s , y allí se les alimenta hasta q u e efectiva- 239 mente suben á formar el capullo. D e tres en tres dias se reconocen las casillas , y se v a n m u d a n d o de una o c u p a d a á otra v a c i a , los gusanos q u e no subieron en aquellos d i a s , apuntando con rigorosa e x a c t i t u d los diversos dias en que subieron los de l a s primeras b o x a s , y así de las d e m á s ; pues todo esto debe e n trar en c u e n t a , no solo para ahogar el gusano en diferentes dias s e g ú n los q u e pertenecen á la p r i m e r a , s e g u n d a , tercera t a n d a , & c . sino también p a r a elegir capullos de los primeros ó segundos para semilla. C a d a gusano emplea por lo menos seis dias en formar su c a pullo ; pero á los diez y seis , diez y ocho ó veinte , y a sale la mariposa rompiéndole é inutilizándole para la fabricación. E s t a marcha natural del insecto en el orden de su metamorfosis , i n dica que desde los diez hasta los catorce dias de haber subido á h i l a r , deben sacarse los capullos de las b o x a s , hilarlos ó a h o garlos al instante. A h o g a n s e los gusanos de dos m o d o s , uno e x poniendo al mayor calor del sol por tres ó quatro dias todos los capullos de la cosecha, los quales colocados entre lenzones se les arropará con ellos bien calientes l u e g o que se retiren del s o l e a dero: y el segundo se verifica poniéndolos en hornos al g r a d o de calor en que q u e d a n estos después de haber sacado el pan ; l i m piándolos antes de la borra que los circunda , sin que por esto se les quite parte a l g u n a de la seda. Sin embargo este último método es algo a r r i e s g a d o , y por lo mismo necesita mas tino para su execucion. T o d o s los cuidados deben s e r : primero que el horno no esté demasiado fuerte ni tenga lumbre a l g u n a para q u e no se enciendan los c a p u l l o s , ni se rebienten dentro los gusanos: segundo estar con el mayor c u i d a d o y v i g i l a n c i a á la boca del horno ; y tercera sacarlos todos al momento que se sientan como pequeños e s t a l l i d o s , envolviéndolos en s e g u i d a lientes para q u e la mariposa en acabe de ahogarse mantas ca- dentro de la crisálida. Tal es en compendio la teoría de la c r i a , conservación y aprovechamiento de los gusanos de seda : la q u a l , aunque con-r cisamente expuesta , no d e x a de contener las bases principales que pueden dirigir al labrador en este ramo de economía r u r a l ; pero el que quiera adquirir una instrucción completísima y d e tallada , puede consultar la citada obrita de Suarez , el D i c c i o nario de A g r i c u l t u r a de P . o z z i e r , la obra de V a l c a r c e l , la C a r tilla de D o n Antonio de E l g e t a y V i g i l y otras q u e , mas ó nos e x t e n s a m e n t e , han tratado de tan importante cosecha. me- 2¿P De las abejas. L a materia q u e nos proponemos tratar en este segundo pun­. to , es en v e r d a d tan vasta por su extensión como interesante por su objeto: y si bien es difícil (quando no imposible) r e d u c i r ­ l o á los cortos límites de unos e l e m e n t o s , es por otra parte fácil presentar su principal d o c t r i n a , v a l i é n d o s e d é l o s muchos y b u e ­ nos tratados q u e h a y sobre la m a t e r i a : y creyendo que el c a m i ­ n o mas recto q u e podemos seguir para llegar á posesionarnos de los principios y conocimientos indispensables en la materia , es el q u e nos dexó, trazado el benemérito eclesiástico D o n José A n ­ tonio S a m p i l , tomaré por base de mi explicación la doctrina d e su excelente obra t i t u l a d a Nuevo plan de Colmenas, tórico­natural, i fís co­económ i co ó tratado h i s­ de las abejas , publicado en M a ­ d r i d el año de 1 7 9 8 . A s í q u e , hablaré : i . ° de la historia n a t u ­ r a l de las abejas y de sus diferentes especies. 2. 0 D e l g u s a n o de ellas y sus metamorfosis. 3. 0 D e la miel y la cera, 4. 0 D e l colmenar y de las colmenas, 5. 0 D e l cuidado de las abejas y de sus enfermedades. 6,° 7. 0 8.° D e l modo de castrar las colmenas. D e los enx'ambres. D e l modo de sustentar á las abejas ; y por último del modo de beneficiar l a miel. P R I M E R O . Historia natural de las abejas y sus di ferentes espec i es. T o d o s los naturalistas así antiguos como modernos, han o b ­ servado q u e las abejas sean silvestres ó domesticadas forman u n a especie de república gobernada por un solo xefe q u e llaman l a r e y n a , á quien todos los individuos sirven con la т а з exacta escrupulosidad, sin perder de vista las obras indispensables para su conservación , comodidad y prosperidad c o m ú n , aplicando c a ­ d a uno el talento con q u e le dotó l a naturaleza. Conócense varias especies de abejas domesticadas ó mansas; pero no son todas i g u a l m e n t e laboriosas ni t r a t a b l e s : h a y t a m ­ bién algunas q u e por n a t u r a l e z a son h o l g a z a n a s y fieras. Esta especie es muy perjudicial q u a n d o habita é n t r e l a s q u e se d e x a n gobernar con d o c i l i d a d , y son sumamente a p l i c a d a s a l trabajo. 441 A l g u n o s autores nos aseguran que las abejas d é l a especie mas chica y de un color d i aurora luciente y t e r s o , son las me* j o r e s ; pero esta aserción tiene muchas modificaciones, y por lo mismo puede tal, vez dar ocasión á g r a v e s errores en la elección de la mejor especie. T o d o s saben q u e la variación de climas tiene g r a n d e influxo sobre animales, insectos y p l a n t a s : esto s u p u e s to puede suceder que las abejas laboriosas en los países del norte sean las que señalo a r r i b a ; pero trasladadas estas á climas meridionales acaso mudarán de c o n d i c i ó n , y se darán á la holg a z a n e r í a . Se ha notado que las que tenemos en bastante c r e c i d a s , de un color pardo algo claro , son dócilísimas é infatigables en Asturias son y no obstante el trabajo : tal vez las de Castilla se diferenciarán de estas , y no por eso serán menos a c tivas ; y así para que el colmenero no se e x p o n g a á un chasco, siguiendo las opiniones de los que cree hablan con mas conoció miento en esta m a t e r i a , conviene que observe con a l g ú n c u i d a do las que pueblan su c o l m e n a r ; y si nota en ellas una continua aplicación al acopio de cera y miel, procurará conservarlas, q u a l q u i e r a que sea su tamaño y c o l o r , y se deshará mente de aquella especie de abejas en que nería y f e r o c i d a d ; porque siendo poltronas y se entreguen al robo inmediata- perciba fieras, de' sus laboriosas v e c i n a s , lo holgazaes preciso qual cau- saría una sangrienta g u e r r a que llegaría á desolar todas las c o l menas. R e s p e c t o al sexo de las abejas no están conformes en opiniones los autores antiguos y y otros convienen en que modernos ; pues a u n q u e los zánganos pertenecen al sus unos género m a s c u l i n o , los primeros t u v i e r o n por hembras á las abejas o b r e r a s , que son las que se emplean en los acopios de quanto se necesita en la c o l m e n a ; y los segundos después de repetidas observaciones hechas al intento, no han descubierto sexo a l g u n o en ellas, y por lo mismo las llamaron con justa razón abejas neutras. E n tre los escritores antiguos no hallamos uno que h a y a el sexo de la r e y n a : todos le dieron el título de r e y , dos de q u e era macho aunque no contribuía á la reconocido persuadi- propagación. Los modernos por el contrario reconocen á la reyna como única hembra que reproduce toda l a especie. T o d o c o l m e n e r o , por poca práctica que t e n g a en este oficio, distingue con f a c i l i d a d la reyna entre las demás abejas. Su cuerpo es menos grueso y mas largo que el de los z á n g a n o s , pero mas corpulento y prolongado q u e e l - d e las obreras. Sus a l a s , sin e m bargo de ser tan g r a n d e s como las de estas , parecen mas cortas porque no-cubren todo el c u e r p o , anillo ; por lo que v u e l a TOMO II. y solo l l e g a n hasta el tercer muy poco á causa de no ser proporHH 442 clonadas á la masa de su c u e r p o , y así vemos que rara vez ha- ce uso de ellas. Su grueso varía con respecto al mümero ;mayor ó menor d e h u e v o s que'Contiene el . o v a r i o ; por,1o:mismo ¡en tiempo de su mayor desove ó ;postura., es ¡mas considerable q u e ;en :ia estación del iiivieruO;, ;pero siempre va en disminución desde ;el primer anillo hasta el .último, l i n las zancas se le v e n . , auxilio de un buen microscopio , con el unos pelos ralos y cortos : las obreras le auxilian con los cepillos que tienen en las s u y a s , y quitán- dole las inmundicias que las cubren , y ofreciéndole la miel de q u e se alimenta. L a trompa es corta y débil y carece de las paletas con q u e las obreras amontonan el polvo fecundante de las flores : el color es bien diterenie del de esta y de los .zánganos; por la superficie del cuerpo es de un :moreno c l a r o , y por la p a r te d e . a b a x o de un amarillo hermoso. Su. aguijón es muy f u e r t e , y mucho mas largo q u e el de las obreras : q u a n d o se la irrita demasiado hace uso de esta enve- n e n a d a . f l e c h a , de q u e d o s mas de los . a n t i g u o s le creyeron ^destituida. L a r e y n a . p u e s es u n a fecundísima madre , c u y a parte p r i n cipal de su ovario está situada en l o m a s alto del v i e n t r e , y c e r ca de la cintura que le separa del pecho : el e s t ó m a g o , intestinos y demás visceras están colocadas mas abaxo. El ovario es d o b l e , parte á la derecha y p a r t e a la i z q u i e r d a , pero ambas adheridas y contiguas. C a d a - o v a r i o está l i g a d o con arterias que le t r a s p a s a n , y sus membranas transparentes permiten ver los h u e vos que contienen: ambos se s u b d i v i d e n en varios oviductos q u e proveen de ^cubierta.y substancia á todos los huevos que h a y en su interior. L a prodigiosa f e c u n d i d a d de la r e y n a es t a l , q u e se aviniesen dos ó tres á v i v i r juntas dentro de una aunque colmena, expondrían á las obreras á inmensas penalidades : de a q u í p u e de inferirse la razón,por qué no sufren mas que un solo x e f e . a l frente de c a d a r e p ú b l i c a . . Swammepdan-contó hasta quatro mil ochocientos huevos p e r ceptibles en él d u p l i c a d o ovario de.la r e y n a , . y r e g u l ó q u e á lo menos serian otros tantos los que se ocultaron á su vista aun- que. a u x i l i a d a de un excelente microscopio. Por consiguiente u n a 1 r e y n a puede poner n u e v e i m i l seiscientos h u e v o s , y siguiendo el cálculo en todas sus;partes tres e.nxambres e n v í a se.considera que la colmena q u e fuera -quarenta y cinco :mil da individuos,, cuyo número, unido al de las.muchas abejas que se q u e d a n dentro y al de l a s ' q u e nacen; d e s p u é s , es muy posible que ascienda al de sesenta mil-abejas c a d a año. 243 A . vista de esto no tiene nada. de. extraño que la reyna m a n e z c a siempre, dentro, de su. colmena., e x a m i n a r - t o d a s , las c e l d a s , y en per- o c u p a d a en. visitar prodigar á. los z á n g a n o s y mil caricias para-inducirlos á corresponder á sus voluptuosos deseos^ ; . y depositar en el fondo de las. celdillas fabricadas el germen q u e en poco tiempo aumentará prodigiosamente.'su colonia; i D e s d e el tiempo que la reyna principia su. postura hasta q u e la c o n c l u y e , están las obreras en el continuo e x e r c i c i o , de d i s poner alojamiento para quince ó veinte mil individuos con q u e puede aumentarse la p o b l a c i ó n , y en buscar alimento para, tan d i l a t a d a familia.; de. consiguiente no están Ociosas como ron algunos a u t o r e s , asegurando q u e al tiempo creye- del desove se entregaban ai pasatiempo y al. reposo.. Quando celda, la reyna quiere depositar un huevo, en q u a l q u i e r mete en ella primeramente la cabeza como, para averi- g u a r si tiene disposición para recibirle , y teniéndola , v u e l v e á meter la p a r t e posterior de su cuerpo hasta el centro y le coloca a l l í , dexándole p e g a d o en el á n g u l o de la base, del panal, ó en q u a l q u i e r a de los. costados del rombo. Esta o p e r a c i ó n , ' q u é es-dé u n solo instante, la continúa, del mismo modo, en otras celdas. E l largo de c a d a huevo es cinco ó seis veces mayor que su d i á m e t r o : sus extremos son r e d o n d o s , y por el mas d e l g a d o suele estar pegado, á, la celda. Su figura es algo c u r v a - , el color de un blanco azulado ,, y por cascaron tiene una película te fina y flexible; ro observada transparente , sumamen- la q u a l á la simple vista aparece, muy l i s a , p e - con que microscopio se vé parece está que es a r r u g a d a , y llena de una a g u a muy pia. Por las observaciones termométricas de R e a u m u r firma , que ni la figura del cuerpo tan lim- se c o n - de las abejas les permite el exercicio de la incubación, ni necesitan sus huevos otro calor para empollarse que el de la misma c o l m e n a , el q u a l suele ser mayor q u e el que comunica á sus huevos una g a l l i n a ; de donde resulta que q u a n d o la estación es calurosa, nacen los gusanos en menos, tiempo q u e q u a n d o es templada. Los naturalistas antiguos consideraron á los zánganos como, inútiles en la república de las a b e j a s , y en fuerza de las d e c l a - maciones dictadas contra ellos, todo el mundo formó la idea mas desventajosa de este i n s e c t o , mirándole como el geroglífico de la ociosidad , indolencia y glotonería ; por este equivocado concepto algunos colmeneros. dieron en perseguirlos de m u e r t e , y no se detuvieron en observarlos como lo hicieron modernamente Swammerdan y Reaumur. Los zánganos pues se distinguen del resto de las abejas por los siguientes caracteres. Su cuerpo es mas grueso y ir H 2 menos l a r - g o q u e el de la r e y n a , y 244 muclio mayor q u e ras ; los ojos son mayores que los el de ks obre- de estas : las alas les a c o m - p a ñ a n en iodo su l a r g o : los dientes son obtusos y tan cortos q u e p a r e c e están cubiertos con los pelos q u e los rodean : la trompa por su pequenez es inútil para extraer l a s flores : en las p i e r n a s , tas en q u e las la miel del obreras fondo tienen de las p a l e - triangulares , apenas se nota en los zánganos otra cosa q u e u n cepillo También ó brocha que no p u e d e carecen de aguijón hacer el oficio de con que aquellas. defenderse y ofender á sus enemigos. A l g u n o s autores fueron de opinión que los zánganos eran del sexo masculino , otros del femenino , y hubo quien los p r i vó de ambos. S w a m m e r d a n halló en el cuerpo nos todos ios órganos de la g e n e r a c i ó n , xo masculino, y notó que que varios los n o s , queriendo oficios zánga- tenían los testículos situados en l a p a n e mas e l e v a d a d e l vientre y región de los Son de los caracterizan el se- que se han unos q u e se empleen lomos. atribuido á ios en traer agua zánga- á la col- mena j otros que e n purificarla de las inmundicias que en ella se forman ; otros q u e en empollar los huevos & c . ; pero las observaciones de R e a u m u r h a n manifestado claramente q u e son precisos para fecundar á la r e y n a , y están destinados únicamente para la propagación d e l a especie. Sábese observaciones de este v i d a á un i n d i v i d u o na logra feliz disfrutar naturalista, por las cópula mismas cuesta masculino , y así en cada v e z que l a la rey- las caricias de un z á n g a n o a c a b a con el i n - condescendiente •: así nada resistan y que c a d a tarden mucho tiempo tiene de extraño que en rendirse á la estos se sensualidad- de la hembra q u e los h a l a g a ¿ como tampoco el que á vista de «ste resultado h a y a el crecido número de dos mil zánganos en tocia colmena b i e n poblada-. Los zánganos en fin, después de h a beí* estado prontos y servido en la manos de las abejas trabajadoras colmena , mueren todos á que los matan y expelen fuera p a r a no mantenerlos durante el invierno. .Distíuguense las abejas obreras por tener el cuerpo m u c h o menor q u e el de la reyna y z á n g a n o s ; y consta de tres partes p r i n c i p a l e s , q^-e son cabeza-, pecho y vientre. L a parte s u p e - rior de la primera es l l a n a , y l a inferior a g u d a : en lo mas alto de ella tiene tres ojos lisos y puestos en t r i á n g u l o , con los q u e percibe los objetos que están -en línea perpendicular y que se esconden-á ios ojos laterales. Estos que son dos, tienen una figura c o n v e x a y o v a l , se componen de varias facetas, y están situados en lo6 dos lados de Ja c a b e z a en forma de media luna. L a s puntas lucientes de q u e ¡constan las f a c e t a s , son bellísimas miradas al microscopio.; y s e g ú n las curiosas observaciones de L e c w e n h o e c l c , c a d a una es u n verdadero ojo : estos pasan de ,mil, y .todos p e r manecen fixos ; pero su g r a n número hace q u e v e a n los .objetos con t a n t a facilidad como les movibles. Por medio d e las d o s ó r bitas ovales salen las a n t e i a s ó c u e r n o s , q u e c a d a u n o ;Consta de doce articulaciones. L a parre inferior d e l a ¡cabeza .termina con dos dientes , uno á l a derecha y otro á l a i z q u i e r d a , que estando en inacción permanecen unidos en forma de pinzas : e s tos .salen por encima de un labio crustáceo g u a r n e c i d o de pelos,, que termina en la p a r t e . d e l a n t e r a <d.e l a c a b e z a . L a boca se halla situada por b a x o de l o s d i e n t e s , y ¡oculta: por la parte superior de la trompa q u a n d o está doblada. E n esta boca se halla u n a l e n g u a c a r n u d a muy f l e x i b l e , de la que s e sirve l a abeja para facilitar el paso de los alimentos al e s t ó m a go, se y vomitar la miel vale y cera q u a n d o l o n e c e s i t a : i g u a l m e n t e de e l l a , como de una l l a n a , para l a construcción de los p a n a l e s , y alisar las paredes de las celdas. L a trompa , q u e es una especie d e l e n g u a de q u e se sirve l a abeja para extraer la miel del fondo de las ñores y dirigirla la b o c a , según l o hacen los perros q u a n d o b e b e n , está á guarne- cida d e quatro estuches escamosos, dos cortos y los otros dos m a s l a r g o s ; de m o d o , q u e q u a n d o no tienen e x e r c i c i o , se mantiene enteramente r e s g u a r d a d a por estos y d o b l a d a por el medio.: .está p e g a d a cerca del c u e l l o , y sube en línea recta hasta.ios d i e n tes. Quaudo-se extiende p a r e c e un hilo a p r e n s a d o , y si se .observa b i e n , se v é que la superficie de l a p a r t e anterior .está ,ou-. bier.ta d e pelos a m a r i l l o s , q u e .son .mas largos acia los bordes que en el medio: mirada así con el microscopio, se asemeja á u n a 'Cola de zorro a p l a s t a d a ; en su extremo hay una pequeña m a mila ó pezón cilindrico g u a r n e c i d o de pelos en toda su c i r c u n f e r e n c i a , que están .en forma cunferencia de rayos : los estuches de la .cir- no solo sirven para r e s g u a r d a r l a , sino que también forman y cubren el conducto p o r d o n d e el. licor .que atrae sube, á la boca. E l pecho es de u n a substancia e s c a m o s a , y está cubierto d e pelos uniformes: las quatro a l a s , que se c o m p o n e n t e una g a s a m e m b r a n o s a , están unidas á la parte anterior, del p e c h o , y a l gún tanto inclinadas acia los lados ¡ p o r baxo de estas están s i - tuados los quatro estigmas principales, q u e v i e n e n á ser las aberturas de las .traqueas por donde r e s p i r a n : estas introducen el a y r e en el p e c h o ; y así el zumbido que hace la abeja quando v u e l a , proviene del precipitado batir de sus alas., y del aire q u e entra por dichos e s t i g m a s : por baxo del pecho estáu pegadas seis piernas d e una escama obscura y luciente , tres á c a d a ladoj, ; 24» y ' l a s dos últimas son mucho mayores que las r e s t a n t e s : constan de cinco partes ó piezas p r i n c i p a l e s : la tercera de ellas forma u n a pequeña, c a b i d a d triangular que comunmente llamamos p a l e r a : sus perfiles están provistos de pelos muy u n i d o s , de. modo que forman una'especie de. canastillo,, dónde, amontona la ; abeja , l a materia-'qüe junta, para, hacer su. cera.. En. la quarta pieza: de. las piernas del segundo y tercer par. están, los, c e p i l l o s : esta es a p i a n a d a y tiene:la parte interior cubierta.de. p e l o s , dispuestos uniformemente al modo, de los cepillos con que limpiamos nuestros vestidos. L a quarta pieza del primer par es: redonda , con algunos pelos. D é . estos-se sirve la. abeja- para limpiar las i n m u n dicias que t i e n e s o b r e el; c u e r p o , y juntar; él.'polvo, fecundante, de las ñores con que. suele, venir cubierta muchas veces. 1 1 EL vientre- de la a b e j a , que está, unido al pecho por una cint u r a muy c o r t a , consta de seis anillos, y c a d a uno de dos piezas escamosas que se cubren, mutuamente. L a . forma de estos anillos le dá toda, la a g i l i d a d que n e c e s i t a , y defiende las partes c a r nosas de la-picadura, del aguijón q u a n d o riñen, entre sí.. C o n el auxilio, del-microscopio se vén infinitos pelos sobre su. c u e r p o , y hasta en las mismas facetas y membranas de las alas se notan muchísimos,: donde jamás nadie lo sospechará. E n el cuerpo de la abeja se encierran, dos estómagos,, uno para, recibir la cera y otro la miel:.el que' contiene esta, sé:halla situado al extremo deí pecho- donde: acaba el e s ó f a g o , y solo se inflama, q u a n d o está lleno de este licor. Estando vacío se equivoca con a q u e l , y en este caso parécé un^ hilo blanco, muy fino. Swanvmerdan'• y R e a u m u r le reconocieron como el verdadero laboratorio donde sé prepara la miel. -'• '"-' 1 J E l estómago segundo se aparta del primero por una g a r g a n tilla m u y c o r t a : este está -separado de los intestinos, y en él es e n donde se perfecciona la cera por-medio de la digestión. A m b o s estómagos • son capaces- de Contracción, así como los de los a n i m a l e s q u e rumian ; y por medio de este movimiento e n v i a la abeja á la boca l a materia de que están llenos , q u a n d o Ir* necesita. • <•' -E l aguijón está situado en el vientre y baxo de los últimos' anillos: la acción d e los; músculos^' á que está sujeto, le dá un mo- . vimiento sucesivo d e adentró afuera y al revés. E l mecanismo» de esta terrible arma es- admirable : vienen, á ser dos hojas c o l o cadas en un estuche que consta de dos piezas escamosas, y u n i das por medio de otra que entra en una ranura conforme se v a alargando el aguijón. Estas piezas se separan á derecha é i z quierda quando aquel sale enteramente para hacer daño. E n tonces se vé que los lados exteriores de las dos hojas de que se: : ! 247 c o m p o n e , se asemejan á u n a flecha por estar g u a r n e c i d a s cierto lugar de diez d i e n t e s , c u y a punta mira á hasta la base del a g u i j ó n : estos le sirven de punto de apoyo para penetrar en las c a r n e s , y se a y u d a n mutuamente las dos hojas d i c h a s , e n t r a n do primero :una y después otra. ,Una v e z a r b i t r a d a abeja i n t r o d u c i d o , y a no es para retirarle q u a n d o . q ü i e r a , porque ios d i e n - tes son. otros tantos obstáculos que se lo impiden:, y . a s í vemos q u e tarda algunos minutos en s a c a r l e , . s i n . e m b a r g o , d é l a s .vivas diligencias que hace. Por lo común la p i c a d u r a es mortal para la abeja , pues no teniendo paciencia el herido para sufrir el punzante le c a u s a , acude.á dolor sacudirla.; y en este caso ia infeliz la herida.el a g u i j ó n , y p e g a d o á él el 'intestino recto con sus adherencias , muchas partes.ligamentosas que dexa en todas y la v e g i g a cde la hiél. E l dolor que se experimenta en la p i c a d u r a , es efecto del v e neno que exprime la abeja tiempo de c l a v a r el aguijón. de la v e g i g a q u e le c o n t i e n e , al Q u a n d o .se la obliga á picar por tres ó quatro veces*:seguidas e n . u n pergamino ó g a m u z a , aun- que después se aplique a l a c a r n e , no hace m a s . d a ñ o q u e el q u e causa l a . p i c a d u r a . d e un alfiler, muy s u t i l , sin q u e . s e siga flamación in- a l g u n a , porque y a se vertió contra la g a m u z a . t o d o el veneno que existía, en la v e x i g a . S w a m m e r d a n y R e a u m u r d e s - pués de repetir.muchas veces;las.disecciones:anatómicas , jamás pudieron p e r c i b i r - e n Jas -abejas, obreras órgano, generante que conviniese con el de los. machos.ó.el de las h e m b r a s , y por este motivo las llamaron neutras. L a s abejas, obreras toda su v i d a la emplean en hacer floreciente la r e p ú b l i c a , procurando quanto se necesita para el bien.común del. estado., A e s t o s e . d i r i g e n ú n i camente sus continuos desvelos y laboriosos afanes. L a reyna y los zánganos son los grandes de su c o r t e , y pasan la v i d a en delicias y holgazanería , siendo así que las obreras apenas lqgran algunos momentos de reposo.fEstas limpian la. colmena de las inmundicias que en ella se. forman, y sacan las q u e q u e d a r o n en las.celdas donde n a c i e r o n . s u s compañeras ,.arrojando fuera Jos cadáveres de sus conciudadanos para evitar toda infección: v a n á buscar, muy lejos los materiales que necesitan para edificar su# celdas, y l o s quese preparan para hacer un g r a n número de ellas en educan los nuevos vasallos con que la reyna aumenta su i m p e r i o , y sirven después para depositar en ellas las p r o v i siones que juntan para alimentarse en el invierno. T a m b i é n salen por los campos á buscar el manjar con que nutren los g u s a • n o s , pues son las nodrizas que c u i d a n de la infancia :todo el tiempo en que v i v e n imposibilitados de estos de subsistir por sí. V e í a n día y 2^3 noche en la s e g u r i d a d p ú b l i c a , haciendo una e x a c t a g u a r d i a á las puertas de la c o l m e n a , para prevenir los a t a q u e s de sus enemigos, y alejarlos del domicilio q u a n d o i n t e n tan a l g ú n asalto. Si el estado se ve amenazado de una g u e r r a , en este caso- todas se alarman y se presentan con intrépido v a lor para sostener el a t a q u e , y combatir á los contrarios que t i e nen atrevimiento para i n v a d i r su imperio. M i e n t r a s sucede esto, la reyna permanece tranquila en medio de un gran número de vasallos que están destinados á su g u a r d i a y defensa , y ponen sumo c u i d a d o en que no se e x p o n g a al mas mínimo insulto del e n e m i g o , pues sabe muy bien q u e s i . e l gefe perece por q u a l quiera acontecimiento todo el estado se arruina , y hasta las m a s vigorosas obreras mueren de tristeza abandonando la h a b i tación con quanto en. ella hay ; por eso son. tan zelosas y c u i d a n también de su amada reyna. Por el color de las abejas se p u e d e congeturar la e d a d q u e t i e n e n : q u a n d o a c a b a n de salir de las celdas en q u e se criaron, se notan ios anillos morenos, y los pelos algo blancos. A l paso q u e envejecen , los anillos y pelos se v u e l v e n rojos, y casi parecen ser de un color vermejo por todo el cuerpo. V a r i o s autores antiguos aseguran que las abejas v i v e n siete años ; otros alargan su vida hasta diez. M a s , si al modo de los d e m á s insectos a c a b a n su carrera l u e g o q u e llenaron las fun- ciones á que las destinó la n a t u r a l e z a , no puede su duración p a sar de un a ñ o , en atención á que este término es el suficiente p a r a criar su posteridad. E s v e r d a d que-esto no es mas q u e u n a mera congetura q u e no nos saca de dudas ; sin embargo las ex- periencias hechas por R e a u m u r parecen probar la aserción. E s t e t u v o la paciencia de señalar quinientas abejas con un color secante en el mes de a b r i l , y en los siguientes las reconoció mu- chas veces viéndolas andar sobre las flores, y entrar en la col- m e n a ; pero en noviembre no halló ni una tan sola v i v a . E s c i e r to que la reyna v i v e mas t i e m p o , porque es capaz de resistir los frios que quitan la v i d a á las obreras ; y probablemente rían también mas los zánganos los años. duda- si estas no los asesinaran todos H9 SEGUNDO. Del El gusano gusano de de la las abejas y sus abeja al tiempo que metamorfosis. sale del h u e v o , es extremamente pequeño. C a r e c e de pies , y así se vé precisado á permanecer enroscado en el fondo de su celda , observando u n a postura vertical ; pero la del gusano, de que ha de salir una r e y na es horizontal. Su nutrimento es una especie de papilla es- pesa , algo pálida y c u y a c a l i d a d varía según la edad. A l p r i n cipio es insípida y blanca : siendo algo m a y o r , tiene un gusto á miel ; y al tiempo de la metamorfosi se parece á una j a l e a muy a z u c a r a d a y bailante, transparente. E l g u s a n o está echado sobre esta papilla que llena todo el fondo de la celda , y do puede nutrirse sin moverse : las obreras de esie m o - que los cuidan la mas tierna afición , se emplean continuamente en con procurarles todo el alimento necesario; y así se observa que á cada momento visitan y reconocen las celdas para ver si están s u r t i d a s : por lo que respecta á los gusanos que han de producir r e y n a , s o n tan prolijas en el c u i d a d o de su a l i m e n t o , como en la especiosa construcción de sus celdas. Siendo mucho el calor , bastan seis, días para que el g u s a n o tome todo su acrecentamiento y entre en su primera metamorfosis. Como las abejas conocen q u a n d o debe suceder esta m u d a n za , d e x a n de darle un sustento que le seria inútil, porque en e l estado de crisálida no toma alimento a l g u n o . Entonces le encierran en su c e l d a , poniendo una cubierta de cera sobre la abertura. E n esta cárcel es en donde empieza á poner en práctica los talentos con que le dotó naturaleza. H a b i e n d o provisión, comido toda se desarrolla en su celda é hila una seda m u y la fina con que cubre el interior de la cárcel. D e s p u é s que el g u s a n o concluyó su t a r e a , aun permanece e x t e n d i d o por un dia ó dos, y al cabo de este t i e m p o , hendiéndose su piel por la espalda, sale la ninfa. E s t a pues , al d e x a r los despojos de g u s a n o , b l a n c a , estando aun b a x o de la cubierta de cera aparece muy que es muy d e l i c a d a , y por lo mismo transparente. E n doce días adquieren todas las partes de su cuerpo la consistencia que necesitan : al cabo de este tiempo rasga la c u b i e r t a que e n v u e l v e sus alas y t o dos sus miembros. E l primer uso q u e hace de sus dientes es roer TOMO II. II 2$o la puerta q u e le aprisiona en la c e l d a , a g u g e r e á n d o l a por el m e dio poco á poco , hasta hacer una abertura suficiente p a r a salir por ella: si la ninfa es fuerte en tres horas concluye toda la operación j mas si es muy débil suele perecer d e n t r o , por no poder romper la cubierta. L a s abejas lejos de a y u d a r l a en este momento la abandonan enteramente. L u e g o que la ninfa concluyó su abertura , mete por ella la c a b e z a , y en s e g u i d a las- dos piernas delanteras con que se apo- y a para echar fuera el resto del c u e r p o : puesta y a sobre el p a n a l , se acercan á ella sus n o d r i z a s : unas la presentan su trompa para ofrecerle la m i e l , y otras v a n corriendo á limpiar l a c e l d a y disponerla para n u e v a generación; L o s zánganos y las reynas pasan por las mismas metamorfosis que las o b r e r a s , con solo la diferencia de que la hembra sale volando desde la c e l d a , porque como es mas espaciosa que otras las pudo desplegar sus alas en la prisión. E m p e z a n d o á n a - cer la c r i a , se v a aumentando por horas la población y tan considerablemente q u e , no siendo c a p a z la colmena para tan d i l a t a d a familia , salen de ella á fundar n u e v a s colonias millares de abejas, á quienes no acomoda habitación tan estrecha como lo es entonces la que ocupan. E l cariño que tienen las abejas á su reyna no las d e x a a p a r tarse de su vista ; por lo común se la v e caminar siempre medio de t o d a s , las quales siguen constantemente en- sus huellas: q u a n d o se entregan al descanso , l a colocan en medio del tón q u e forman por no perderla de vista. Si esta única pelo- hembra . se muere sin dexar quien la suceda en sus fecundas f u n c i o n e s , se v e que las obreras abandonan su domicilio de provisiones , y se derraman sin xefe , por lo que nos de aunque esté lleno por todas partes v a g a b u n d a s y ó mueren de p e s a d u m b r e , ó caen en m a - sus mas crueles enemigos q u e las devoran. Q u a n d o la r e y n a por a l g ú n superior motivo abandona l a colmena la siguen t o d a s , y aunque el l u g a r q u e ella elija para su establecimiento sea' incómodo , toda la tropa le adopta sin r e p u g n a n c i a a l g u n a . N o hay exetnplar que las obreras se fixen en una c o l m e n a , si la reyna no está dentro ; y aunque las encierren donde h a y a sobradas provisiones , se dexarán morir sin probarlas i si se las p r i v a de la compañía de esta amable madre 3 pero en el momento en que se íes v u e l v a á r e s t i t u i r , emprenden con ardor sus trabajos y redoblan Ja a c t i v i d a d para resarcir en quanto sea posible el tiempo que malograron. A u n q u e se muera la r e y n a , con tal que les h a y a . d e x a d o un huevo ó un único g u s a n o , del que p u e d a n prometerse otra n u e v a , nada pierden de su a c t i v i d a d , pues consuelan con la pronta esperanza de ver l u e g o á su frente se un nuevo xefe q u e las aliente y dirija. T o d o este amor y todo este afán en s e g u i r l a y defenderla , tiene por objeto una numerosa prole : en faltando la fecundidad en la reyna , no solo d e x a de ser un objeto amado para las d e m á s , s i n o que se deshacen de ella para remplazaría con otra j o v e n fecunda q u e llene todos sus d e seos. L a s obreras nunca se matan ni se persiguen entre sí. TERCERO. De la miel y la cera. Todos los a u t o r e s , cuyas observaciones der ios conocimientos de la historia sirven para esten- n a t u r a l , están acordes en que la cera en su origen es aquel polvo q u e se halla en las a n teras de los perfección experiencias tran estambres sirve para repetidas de las fecundar de que el polvo de los Mr. flores, y que en su estado de el germen de las plantas. Bernardo de estambres de todo Jussieu Las demues- género de flores, contiene en sí los principios de la cera perfecta. Este sabio notó que los granitos de que se compone el polvo puesto en el a g u a se inflamaban hasta términos de abrirse por sí mismos , y que en este momento salia de ellos un chorrillo nadaba sobre el l í q u i d o sin de licor u n t u o s o , q u e mezclarse jamás con él. Por consi- guiente infirió, que este p o l v o , de q u a l q u i e r a flor que fuese, contenia en sí la materia p r i m i t i v a de la c e r a , a u n q u e sus p r i n c i - pios no se hallasen aun combinados al modo q u e la cera perfecta ; pues á e s t a r l o , no los vemos en necesitaríamos del socorro de las abejas p a r a tenerla en el estado q u e la usamos. N o hay hora del día en q u e las abejas no t r a i g a n de los c a m pos mas ó menos materiales p a r a la c e r a ; pero la mañana está observado q u e es el tiempo mas f a v o r a b l e para hacer esta cose- c h a , porque manteniéndose aún el polvo húmedo con el rocío, ó por el licor q u e transpiran los estambres , h a c e n mas fácilmente el acopio , y disponen los granillos para llevarlos con mas comod i d a d que q u a n d o están resecos con el calor del sol : la hume- d a d que los penetra a y u d a para la u n i ó n de la masa en que los juntan , y así se v é que por las m a ñ a n a s vienen mucho mas c a r gadas , y hacen los v i a g e s en menos tiempo que diodía. L a cera bruta ( a s í acia el me- '•; llaman á la que aún no está digerida) adquiere su perfección en el cuerpo de la a b e j a , de donde sale II 2 252 d ú c t i l é inflamable. E l segundo estómago es el laboratorio destin a d o por la naturaleza para la alteración , digestión y del polvo fecundante de las flores. A l l í es donde se combinan y reúnen los principios de la v e r d a d e r a cocción analizan, cera. E s p r e - ciso pues que la abeja coma y digiera este p o l v o , para construir unos edificios tan delicados. Q u a n d o la cera sale de la boca de la abeja es muy blanca, y solo el tiempo la v u e l v e amarilla : también se altera su bri- l l o , quando la miel que contienen las celdas es obscura ó de otro color , nos , y aun mas por la detención que hacen en ella los g u s a - y por los vapores de la colmena q u e siempre son consi- derables. Virgilio, A r i s t ó t e l e s , Plinio y con ellos todos los n a t u r a l i s - tas a n t i g u o s , creyeron que la miel era una emanación de los ast r o s , ó unas exhalaciones de la atmósfera de que se desprende el ayre. Si esto fuera cierto pocos v i a g e s tendrían q u e hacer las abejas para juntar sus provisiones ; pero sería preciso que ran infinitamente mas diligentes de lo que notamos para fuehacer su a c o p i o , porque de lo contrario al salir el sol se disiparía este rocío y se q u e d a r í a n sin alimento. Los que t e n g a n abejas pueden observar que no acostumbran emprender sus v i a g e s hasta haber salido el sol porque entonces y a no hay rocío; y si a l g u n a v e z se ven sobre las flores antes que este se disipe , mas es por beber que para recoger la miel que estar demasiado húmeda. Esta no es otra cosa que u n a debe" porción de savia depuradísima q u e el v e g e t a l deposita en el fondo de las corolas, ó en lo que Linneo llamó nectarios, por medio de ó r g a nos á ello preparados 3 de cuyo lugar la extraen las abejas que conocen bien que ó es v e r d a d e r a miel ó materiales para nacerla. Y como todos los v e g e t a l e s mas ó menos abundantes , den nutrir las contienen los principios de la miel se sigue que en todas partes se p u e - abejas y hacer su cosecha, con proporción á la a b u n d a n c i a ' d e flores' que les ofrecen los países en q u e habitan. L o s p r a d o s , los campos sembrados de r u b i o n , maíz & c , los bosques en que hay muchos árboles frutales , las laderas y m o n t a - ñas tapizadas de e s p l i e g o , tomillo, salvia , serpol, romero y otras plantas aromáticas son un perenne manantial de riquezas p a r a las abejas : en estos parages juntan lo bastante para llenar c o m pletamente sus almacenes de una excélente miel c u y a cosecha dura tanto como l á e s t a c i ó n d é ' l a s flores , y aun q u a n d o esta se ; acabe , tienen un g r a n recurso en las frutas sazonadas que les suceden. L u e g o que la abeja llenó su e s t ó m a g o , se encamina al l u g a r donde tiene ios almacenes : así que entra en la colmena d e s e a n - s?3 sa sobre los ¡bordes de u n a c e l d a que sirve de-depósito , y mer tiendo en ella su c a b e z a hasta llegar al fondo, vomita allí la provisión que j u n t ó , según lo observaron R e a u m u r y M o r a l d i . P a r a depositar la miel empiezan por las celdas mas a l t a s , y conforme estas se llenan v a n b a x a n d o : no siempre la colocan en los p a l í a l e s , pues quando les salen al encuentro las compañeras q u e están ocupadas en las labores domésticas , al acercarse estas^ la que entra extiende acia ellas su trompa , y les da de buena g a n a quanto quieren tomar. Q u a n d o las celdas están llenas de m i e l , las abejas v a n mando un cordón de cera por toda su circunferencia hasta forque las tapan enteramente. U n a v e z selladas no se toca en ellas: este es un depósito á q u e recurren q u a n d o y a no hallan sustento por los campos ; sin embargo hay algunas celdas que siempre están abiertas para el gasto diario. A u n q u e toda la miel generalmente d i m a n a de unos mismos principios, y es muy. uniforme el procedimiento q u e observan las obreras en p r e p a r a r l a ; sin embargo se halla a l g u n a c u y a s q u a lidades se diferencian esencialmente , tanto en el gusto como en el color. S u c e d e en esto como en todas las producciones de la naturaleza. L a v a r i e d a d de climas , la buena ó mala c a l i d a d y s i tuación del t e r r e n o , y el modo con que se c u l t i v a n las plantas, le da ciertas q u a l i d a d e s que varían infinito , y la n a t u r a l e z a de la miel sufre todas estas a l t e r a c i o n e s : la que se recoge en m o n tañas y laderas , donde abundan las plantas aromáticas de todo género , tiene un gusto balsámico , de que carece por lo r e g u l a r la que se forma en los llanos mas fértiles. Estos producen la miel con mas abundancia , pero la superior c a l i d a d de la de a q u e l l a s compensa bastantemente el exceso : por c u y a razón la podemos g r a d u a r de superior ó de primera suerte. L a de segunda se co- g e en los prados y heredades sembradas de rubion, de maiz & c . ; y la que producen los lugares próximos á bosques húmedos y sitios pantanosos es la mas inferior. Por punto general la miel solo tiene dos blanco y amarillo colores , que son mas ó menos subido ; y a u n q u e por lo r e g u - lar solo se diferencia una de otra en el mejor g u s t o , sin embargo la suele haber de tal c a l i d a d que a u n q u e a g r a d a b l e d a r , es funesto su uso. al p a l a - : L a que se coge en el partido de M o y a , obispado de C u e n c a , y otras partes de la A l c a r r i a y de V a l e n c i a es sin comparación* mejor que la de N a r b o n a q u e ponderan tanto los F r a n c e s e s ; debiéndose la buena calidad de las nuestras á la a b u n d a n c i a de romero que hay en aquellos parages , y c u y a flor es mas t e m p r a na q u e ninguna otra ; y así los colmeneros tienen c u i d a d o dé »54 separar la miel q u e sacan q u a n d o castran sus colmenas en primavera, porque además de q u e las que se les q u i t a en estación es la mejor de todo el año 5 tiene j sobre la la esta excesiva b l a n c u r a , un olor y gusto aromático sin i g u a l . L a que se recoge en A s t u r i a s y otras p a r t e s , es de color a m a rillo mas ó menos c l a r o , pero de un gusto a l m i v a r a d o , espe- cialmente aquella q u e no se dexa envejecer dentro de la colmena. Si estas provincias entendieran bien sus intereses y a p r e n - dieran á manejar sus colmenas y castrarlas en tiempo oportuno, como lo hacen las del mediodía , sin d u d a mejorarían la c a l i d a d de la miel y de la cera que r e c o g e n , aumentando ai mismo t i e m po el n ú m e r o de sus colmenares. QUARTO. Del colmenar y de las colmenas. - - É l sitio donde se colocan las colmenas se llama colmenar en todas p a r t e s ; y como no todos los lugares son i g u a l m e n t e a p r o pósito para que trabajen bien las abejas, de aquí es que su prosperidad pende mucho de la exposición en q u e se hallan las colmenas, Q u a n d o se trata de formar un colmenar debe evitar- se la exposición al norte , y si hubiere proporción de elegir se preferirá la del m e d i o d í a , especialmente en los países frios y h ú m e d o s , porque disfrutan por mas tiempo las colmenas del calor del sol. A las que están al levante ó poniente siempre las bate por a l g ú n lado el aire del norte q u e retarda la salida de la cria, y aun hay años en que las mata por la suma frialdad con q u e sopla. Q u a n d o el colmenar está ai m e d i o d í a , son mas tempranos los enxambres ; lo q u a l es para ellos una g r a n ventaja , por t e ner tiempo suficiente para acopiar provisiones, y criar la fami- lia q u e produce la n u e v a reyna. E l único inconveniente que ofrece esta exposición, es un c a lor demasiado fuerte en las provincias meridionales ; pues h a y ocasiones en q u e suele derretirse la cera y destilarse la miel. M a s este accidente no debe temerse si el colmenar está cubier-, t o , pues la sombra de su techo defiende las colmenas por todos lados dedos ardores del s o l : en los q u e no lo están conviene c u brirlas con ramas v e r d e s , para q u e su sombra les comunique a l g u n a frescura. • . T a l v e z en toda E s p a ñ a no se hallarán veinte colmenares t e chados. E n las C a s t i l l a s , V a l e n c i a & c . se m a n t i e n e n todo el año 55 las c o l m e n a s , sin embargo de los grandes 2 al descubierto frios q u e suele haber en el invierno. Este p u e d e ser uno de los m o t i vos mas poderosos para perderse muchas en esta rigorosa ción , especialmente q u a n d o hay costumbre de o t o ñ o ; porque no hallando y a reedificar esta- castrarlas en -el las abejas los materiales con-que los panales que se les q u i t a r o n s e introduce el friq en el vacío que q u e d a , y a c a b a con todas sin remedio. U n colmenar cerrado y cubierto es ventajoso para las abejas, y para el d u e ñ o , porque tiene seguras las colmenas de ladrones,, zorros y otros animales q u e las trastornan para devorar la miel. L a fábrica se debe e x e c u t a r con m u c h a economía, si el c o l m e nero no está en estado de hacer demasiados gastos. E n aquellas provincias en donde hay a b u n d a n c i a de madera se p u e d e usar de ella para levantar el texado. L o s costados se cierran i g u a l m e n t e con paredes de t i e r r a , de fábrica & c . , y se d e x a n las v e n t a n a s y puertas convenientes para la e n t r a d a , y para q u e se r e n u e v e el a i r e ; á cuyo efecto se dexarán un par de ellas en la del norte para abrirlas en tiempos fachada de grandes c a l o r e s : de este modo estarán mas frescas y cómodas las abejas. P a r a colocar las colmenas se forman en tierra unos postes en todo lo largo del colmenar, y apartados de la pared del norte como unos dos pies : esta distancia es suficiente para q u e el colmenero p u e d a visitar por detrás las colmenas en todo tiempo, y a v e r i g u a r si entran en ellas ratones ú otros insectos q u e da- ñan las abejas y les roban las provisiones. Sobre estos postes se asientan las tablas q u e sean necesarias para Henar de parte á parte el l a r g o del colmenar.. E n c i m a de e s t a s , y á la distancia de una v a r a , se ponen otras para asentar sobre ellas un n u e v o orden de colmenas ; y si la altura del colmenar lo p e r m i t e , se puede añadir compone tercero de tres ó y quarto orden : q u a n d o el colmenar se qttatro g r a d a s , debe descansar la primera sobre poyos de piedra que levanten un pie á lo menos del s u e - lo. Esto supuesto, un colmenar de quatro g r a d a s debe tener unos quince pies de elevación acia el norte : también se tendrá sente que la altura de cada g r a d a se ha de las c o l m e n a s , atendiendo á que estas han de entrar holgura y y salir con sin opresión a l g u n a ; para lo que debe haber pie de distancia de una á pre- regular por la de medio otra , y otro tanto desde la cubierta hasta la g r a d a que está por encima , para poder manejarlas y b a x a r l a s fácilmente siempre que sea necesario. Sería ocioso aconsejar que construyera su h a b i t a , para indagar á un hombre curioso y observador el colmenar en la inmediación de la casa q u e mejor y con mas frecuencia en el pueblo activo é industrioso de q u e cuida. quanto pasa 2$6 T o c a n t e á las abejas, el sitio mas propio para ellas es aquel en q u e puedan hacer abundantes acopios de miel y cera. Una d e las cosas q u e mas' les a g r a d a es el ver continuamente al r e dedor de su habitación un césped que se conserve v e r d e por casijtodo el a ñ o ; pero no debe dexarse crecer porque,les costaría, trabajo salir q u a n d o está mojada. de entre mucho la ella, E l terreno sin césped dá mucho polvo en e l estío, que al menor viento se les p e g a á las piernas l a s traen yerba, especialmente húmedas del r o c í o , y no las d e x a volar con quando libertad; y . e n el invierno es demasiado frió y muy húmedo. U n a de las cosas mas necesarias es procurar que h a y a a g u a cerca del colmenar, y así se l e v a n t a r á este á corta distancia de a l g ú n arroyo ó f u e n t e , donde se deberán poner varias ramas estendidas ó guijarros, q u e sobresalgan á la corriente p a r a que descansen sobre ellos las abejas q u a n d o v a y a n á b e b e r , y gus- ten detenerse para tomar el fresco en el estío: no habiendo esta proporción se debe suplir poniendo a g u a en vasijas de m a d e r a ó de barro dentro del colmenar, y al mismo tiempo unos zos de corcho que naden por e n c i m a , para que no peda- se ahoguen l a s abejas teniendo donde posarse. N o hay que dar c u i d a d o a u n q u e el a g u a no se renueve muy a m e n u d o , con tal q u e no les f a l t e : las abejas no son tan delicadas como las creyeron los q u e h a s t a a q u í han escrito sobre e l l a s : sábese por punto general tod o lo contrario ; pues está perfectamente observado que prefie- ren-las a g u a s cenagosas y hediondas á las limpias y b u e n a s ; tal v e z será por el salitre que halla en e l l a s , el q u a l les agrada m u c h o y cura ciertas enfermedades que padecen. T a m b i é n debe cuidarse de poner algunos arbolíllos enanos inmediatos al colmenar, para que descansen sobre ellos los e n c a m b r e s q u a n d o salen , pues de lo contrario suelen emprender u n l a r g o v u e l o , q u e no es c a p a z de seguir la v i g i l a n c i a del m e j o r colmenero, y estos por lo común se pierden. L o s campos son el mejor p a r a g e donde conviene fixar la mor a d a de las abejas : si habitan en las c i u d a d e s adquieren m a los alimentos, pierden un tiempo precioso, y la miel que hacen no es tan buena ni abundante como la de los prados. U n a de las cosas que mas las d a ñ a es la v e c i n d a d de los hornos de c a l , l a drillo , carbón & c . , porque el denso humo que vomitan se abate sobre las c o l m e n a s , y es c a p a z de aturdirías y aun de m a t a r - las. Si están inmediatas á rios ó e s t a n q u e s , se suelen ahogar m u chas q u a n d o un viento fuerte las arroja contra las a g u a s , pues entonces no pudiendo g a n a r la o r i l l a , perecen. H a y varias plantas que dan á la miel una mala q u a l i d a d : los boxes y los tejos, por e x e m p l o , la comunican u n a acritud amar- 257 g a y muy d e s a g r a d a b l e , como antiguamente la tenia la miel de - C ó r c e g a , según la relación de Diodoro Siculo y de Pünio. Por lo que toca á las plantas que las pueden d a ñ a r , creo no será imprudencia el remitirnos á su i n s t i n t o ; la naturaleza es buena m a e s t r a , y las instruye bastante bien sobre lo que deben evitar. E n las colmenas que están al descubierto en los campos, j a r dines & c , es muy del caso que cada una t e n g a su tabla ó basa p a r t i c u l a r , porque siendo l a r g a y teniendo mas de una colmena , es diiicil defender las abejas de la lluvia y nieve que se i n troduce por las puertas y circunferencia de la habitación. E s t a tabla convendría que fuese del grueso de dos p u l g a d a s y de la madera mas dura que se encuentre, para q u e no se encorve con el sol ni la intemperie. E n casi todos los colmenares vemos los soportes de las colmenas de piedra ó ladrillo. Estas materias que por sí son d e m a siado frias, haciendo mucho calor se recalientan de modo q u e incomodan á las abejas, y por lo mismo convendría desterrarlas enteramente y substituir tablas en su l u g a r donde h a y a esta proporción. Para fixarlas con toda seguridad se c l a v a n en tierra tres estacas fuertes, de modo que h a y a entre cada una un pie á lo menos: después se sierran á la altura de otro pie y medio, cuidando de dexarlas bien niveladas y que formen un t r i á n g u l o , de modo q u e las dos miren al mediodía y la otra al norte : hecho esto se c l a v a contra ellas la tabla que ha de sostener la colmena , y debe tener como dos p u l g a d a s mas de ancho que la base de e s ta , y convendría hacerle un rebajo ó chañan por toda la c i r cunferencia sobre las dos p u l g a d a s e x c e d e n t e s , á fin de que las a g u a s se derramen á fuera sin penetrar en la c o l m e n a : y a aseg u r a d a se coloca esta como corresponde encima de e l l a , teniendo c u i d a d o de examinar y ver si descansa igualmente por todos sus puntos ; y en donde se note a l g ú n h u e c o , se maziza con cuñitas de madera que la sostengan firme; luego se tapan todas las rendijas que quedaron con la argamasa que se hace para e s te efecto , y de que se hablará en otro l u g a r : de este modo qued a bien colocada contra su soporte. E n s e g u i d a se le pone e n c i ma una piedra p e s a d a , que la afiance mejor contra ios golpes del aire, y para librarla de las lluvias se cubre con tejas ó paja. L a s colmenas que hoy tenemos son las mismas que i n v e n t a ron los a n t i g u o s : estas se hacen de troncos de árboles huecos, de corteza de alcornoque , y hasta de barro c o c i d o , á las q u e llaman hornos. E n algunas partes se componen de quatro tablas, q u e forman una c a x a q u a d r i l o n g a : en otras por no tener m a d e ra se sirven de cestos de mimbres cubiertos con alguna a r g a m a sa , y también las hay de paja : semejantes colmenas son de basTQMO II. KK 258 tante incomodidad para las abejas y para los dueños. Estos no p u e d e n asistiriasícomo-coiresponde, y se exponen in- á muchos convenientes q u a n d o las ••castran;;-pero con dificultad se les persuadirá á que abrazen las n u e v a s que aquí se p r o p o n e n , c o - mo las m a s útiles y-mejores para manejar la cria de las abejas. Por p u n t o ' g e n e r a l , en las aldeas reyna la preocupación y entusiasmo por las cosas a n t i g u a s : - t a l v e z p u e d e ser esto porque no conocen ni experimentaron otras mejores. A l g u n o s "sugetos de talento que por divertimiento se ron en da-cria de las a b e j a s , mejoraron á su modo las ocupa- colmenas p a r a facilitarles todas las conveniencias posibles , así como la f á cil construcción de sus-ingeniosas obras. Estos observadores t i e nen el mayor d e r e c h o á nuestros elogios y reconocimiento., .por haber consagrado una parte de su preciosa v i d a en utilidad de sus semejantes. Entre estos deben ocupar un distinguidísimo l u gar Swammerdan , .Reaumur, M e r a l d i , R i e m , Palteau, y C a r n e de B l a n g y :estos dos últimos mejoraron lo que no es decible la construcción y figura de las colmenas con las que aventajaron mucho á las d é l o s antiguos ; c u y a excelente invención debe c e lebrarse -como un hallazgo q u e mos proporciona mas que tripli- cados intereses en las cosechas de cera y m i e l ; pero con la a p r e ciable c i r c u n s t a n c i a , de q u e q u a n d o se q u i e r e n . c a s t r a r estas n u e v a s colmenas, apenas perciben las abejas el robo q u e las están haciendo., .y -.no cesan de-continuar sus-tareas. H e a q u í su descripción. La tro, colmena de n u e v a invención se compone de t r e s , qu*a- c i u c o ó seis a l t o s , según lo e x i g e el enxambre q u e se de- be alojar en ella. C a d a alto es una c a x a compuesta de quatro tablas de una p u l g a d a de g r u e s o , cinco de alto y quince de hueco interior, ensambladas ó c l a v a d a s como corresponde para q u e no se desarmen ó destruyan. E n el centro de cada tabla se hace un a g u g e r o -con un taladro de media p u l g a d a de .grueso poco mas ó menos, y después de clavar las quatro se meten por ellos dos palitos redondos que - s e c r u z a n - e n el m e d i o , y salen acia afuera como una ^pulgada por todos quatro costados. E s t a c r u z s í r v e l e apoyo á los p a n a l e s , y los extremos que sobresalen á la c a x a son-necesarios.para unirlas todas por medio de un cordel. Después de hechas a l g u n a s , s e l e s debe acepillar para q u e los bordes superior é inferior queden bien llanos y n i v e l a d o s , y así se consigue que las c a x a s unan bien u n a s c o n otras por todos sus p u n t o s , y queden mas seguras las-colmenas. P a r a armar a l g u n a de estas se colocan quatro ó cinco-caxas tina'sobre o t r a , y se.pone la cubierta encima de la ú l t i m a ; esta es una tabla del mismo grueso q u e d a s de las c a x a s , la q u e debe exceder por los 259 quatro lados como u n a p u l g a d a : para asegurarla de modo q u e no se m u e v a , se c l a v a n dos barretas, de. media p u l g a d a , de a n cho por la parte.de afuera t e n i e n d o , a p o y a d o contra..ella.el,último a l t o , y así.quedará.bastante.neme;.En, seguida, se ata., u n a cuerda al primer palo de la. c a x a inferior por la. parte r a , y llevándole caxa bien delante- t i r a n t e , se dá u n a vuelta con el al de la segunda ; de este modo sube hasta la c u b i e r t a , y doblan- do sobre ella,, pasa al lado o p u e s t o , y b a x a hasta asegurar por esta parte la primera c a x a dobla donde se, empezó. D e s d e este palo sobre la misma, á tomar el que cae á uno de los l a d o s , y se repite la propia operación: que. antes , subiendo para cruzar la cubierta y baxar al último palo, opuesto, donde se a n u d a d a cuerda con seguridad.. D e este modo queda, formada, l a colmena y solo falta, taparle las rendijas con la mezcla ó. mortero siguiente. T ó m e s e una parte de cal a p a g a d a , otra de ceniza,cernida q u e no lleve c a r b o n e s , y dos partes de boñiga ó, estiércol de. vacas: todo esto se amasa, hasta, incorporarlo, p e r f e c t a m e n t e , anadien-- dolé el agua, necesaria, para dexar el mortero en la consistencia que requiere tener, á fin de q u e p e g u e bastante y no se c a i g a . C o n esta argamasa de colmenas se tapan cuidadosamente todas las junturas, de los altos, y cubierta , de modo que. por n i n g u n a parte entre el mas. mínimo.-rayo, de. l u z : esto hecho, se p o ne á e n x u g a r y q u e d a la colmena, en estado, de recibir el enxambre que la debe h a b i t a r , añadiéndole, solamente su, respectivo soporte ó tabla inferior, preparada de.l. modo q u e s.e ha dicho en otro lugar.. E n la, parte q u e corresponde acia adelante y en su medio, se ha de formar la puerta. E s t a entrada de la colmena,, que l l a man piquera en a l g u n a s provincias , tendrá, u n a p u l g a d a de alto y tres de ancho, no mas,. Estas, son las colmenas q u e sin d u d a ventajas. S u construcción q u e es d i g n a mas e c o n ó m i c a , árboles a l g u n a reúnen mas de. tenerse presente, es q u e las q u e se usan y hacen de troncos de huecos. L a s colmenas, d e altos pedazos de tabla con r a l q u e sean-de pueden construirse de buena madera , pero y o preferida el corcho para l a construcción de estas colmenas , c o mo materia mas útil para, dicho, objeto.:En fin sean.-de. lo q u e ' fueren , ellas ofrecen la mayor facilidad al colmenero para c a s - trarlas ,. quitándoles y a las caxas superiores y a las inferiores, según le. conviene.. D e este modo ni se apolillan los panales d e n tro de la colmena , ni el g a n a d o sufre tantas averías como e# las colmenas enteras. H a y no obstante otros muchos modos de-construir colmenas, asi como también se construyen de diversas m a t e r i a s ; pero n i n - KK 2 2Ó0 g u n a mas sencilla , mas útil y mas acomodada á la g e n e r a l i d a d , q u e la q u e a c a b a de describí!se ; y por lo mismo la recomendamos con preferencia á las demás de q u e hablan ó de q u e usan algunos. QUINTO. Del cuidado de las abejas. U n o de los principales cuidados del c o l m e n e r o , es atentamente el estado de sus colmenas á la observar entrada del invier- no , para suministrar lo necesario á las que se hallen escasas de provisiones ; lo q u e suele suceder aun á las q u e están muy po- bladas , á causa de haberlas despojado en el otoño de la mayor parte de las riquezas que habían j u n t a d o : en este caso y otros que si no suelen o c u r r i r , debemos prevenir sus necesidades , queremos ser testigos de su total exterminio. Estas colmenas así débiles convendrá retirarlas á un l u g a r c u b i e r t o , donde estén mas a b r i g a d a s y mas á la mano para darles alimento. N o así las ricas to , y . b i e n llenas de abejas : estas aunque estén á descubier- pueden desairar á todos los rigores del invierno , teniendo u n a cubierta que las libre de las lluvias. Q u a n d o las colmenas están en colmenar cubierto , ducente tener cerradas todas las mientras d u r e n los frios rigorosos ; será con- ventanas por donde entran, lo q u e se puede hacer con ramas secas , paja ó cañas de maiz. D e q u a n d o en q u a n d o c o n v i e n e visitarlas para a v e r i g u a r si.los ratones hacen a l g ú n daño, pues el entorpecimiento en que se hallan, entonces las abejas no las permite defenderse de sus enemigos, y .por lo mismo se deben registrar á menudo las colmenas para evitar semejantes asaltos. E n enero ó febrero ( s e g ú n fuere-la estación y clima ) ó mas bien el primer dia. que salen las abejas, después de los frios : g o r o s o s , se debe, acudir.,al colmenar para l i m p i a r ri- las colmenas de todas las i n m u n d i c i a s , q u e . t u v i e r e n : p a r a esto se emplean dos hombres , el uno vence la colmena acia un lado y el otro. rasca y barre la tabla del asiento, frotándola después con yerbas aromáticas : en seguida reconoce lo interior de la colmena para ver si tiene arañas ó q u a l q u i e r a otro insecto , que h a y a anidado dentro para quitarlo. ¡Se observa si.tienen provisiones , y si les faltan se les ponen para que no perezcan. .Si se notan polillas es menester destruirlas , quitando sus huevos y sus,nidos con la p u n t a , d e l cuchillo. Pero si se v e n m u - . 26l chos panales infestados , el mejor partido que se puede tomar es trasegar las abejas , poniéndolas en otra colmena limpia ; pero en este caso es preciso esperar á que ios campos estén bien p r o vistos de flores, porque de otro modo perecerían de hambre. Si los extremos de los panales están mohosos, se c o r t a n , y también se limpian con un cuchillo las humedades q u e están p e g a d a s á las paredes interiores de la colmena. Entre las varias enfermedades á que están sujetas las abejas, n i n g u n a es tan terrible como la disenteria. Este mal q u e v i e n e ordinariamente de falta de buen alimento , y que proacaba prontamente con la c o l m e n a , si no se acude m u y luego á corregirle , se remedia con propinarlas el x a r a v e de Palteau , que es el siguiente. c r S e toman dos azumbres de buen vino añejo , libra y media de a z ú c a r , y se cuece todo junto á fuego l e n t o , t e n i e n do cuidado de espumarlo de q u a n d o en q u a n d o ; y se d e x a es- tar hasta que tome la consistencia de x a r a v e : entonces se "apart a , y estando frió se g u a r d a en botellas corchadas nen en un l u g a r fresco." D e este xarave se que se p o - dá á las abejas al tiempo que v a n á salir, ó algo antes si lo necesitan: con él se las alimenta para prevenir la d i s e n t e r i a , ó curar á las que padecen : puesto el x a r a v e en un platillo y colocado dentro la c o l m e n a , le aprovechan sus abejas, y e v i t a que las la de vecinas las incomoden. Q u a n d o la cria se muere dentro de finito las abejas , las celdas padecen especialmente si la cria es numerosa ; y salvarlas no q u e d a otro arbitrio que extraerla toda te inpara prontamen- arrancando los panales en que está , limpiar bien la colme- na , y tener por dos dias á dieta las abejas para q u e e v a c ú e n el alimento malo que comieron : en s e g u i d a se les suministra poco de dicho x a r a v e de P a l t e a u , y q u a n d o no hay un este , será suficiente una t a z a de vino añejo con un poco de azúcar que las fortifique. Estando infestada toda ó la mayor parte de la colmena , se obliga á las abejas á cambiar limpia , de d o m i c i l i o , después se se z a h u m a bien y se frota con plantas aromáticas p a r a que sirva en otra ocasión, quando sea necesario. Los orines y la sal bien molida son también un antídoto para las epidemias de estos insectos. Q u a n d o . s e obliga á las abejas á mudar de domicilio , aban- donando quanto en él t i e n e n , se llama trasegar la colmena. E s ta mudanza se debe h a c e r : primero q u a n d o la colmena es v i e - j a y mala : segundo , q u a n d o está maltratada de la polilla, q u e absolutamente es preciso sacar todos los panales para purificar- la : tercero, q u a n d o se quiere quitar á las abejas todas las provisiones que j u n t a r o n , sin matarlas ni nacerles a l g ú n daño g r a - 20"2 v e : esta es u n a codicia reprehensible en todo c o l m e n e r o , pues por saciarla se p r i v a de: uno; ó-dos e n x a m b r e s , q u e debia pro- ducir la cria que se destruye en. las celdas : q u a r t o , q u a n d o h a y colmenas que. están, poco provistas de provisiones y de abejas, c u y o alojamiento es muy grande, para, la corta población que le habita ; pues en. este caso no sería bastante, para c a l e n t a r l o , de modo q u e resistiese los rigores del frió.. L o mismo se debe e n tender de los enxambres pequeños y tardíos,,los q u a l e s , a u n q u e se reciban en su colmena p a r t i c u l a r , se deben p a s a r á otra don-de encuentren provisiones,, y uniéndose, ambas formen un e i i - x a m b r e fuerte y laborioso ,. pues está observado que. quando u n a colmena tiene corta p o b l a c i ó n , , lejos de prosperar-camina, siempre á su ruina. A s í q u e , debiéndose elegir para t r a s e g a r l a s : c o l menas la estación mas o p o r t u n a , á fin de q u e p u e d a n las a b e - j a s acopiar sus provisiones: y r e e m p l a z a r l a s q u e les tomaron, no hay otra que la de principios de mayo 5 porque entonces hallan por todas partes inmensas riquezas v e g e t a l e s con. q u e llenar sus almacenes. Sin e m b a r g o , q u a n d o por tener corta población sea preciso trasegarlas y pasarlas á otra c o l m e n a , se esperará h a s t a fin de agosto-para e x e c u t a r l o , por si acaso en aquel tiempo a u menta la r e y n a c o n s u fecundidad, el número de los individuos,,, de un modo conveniente: para, pasar el invierno. S E X T O . Del modo de castrar las colmenas. A la a c c i ó n d e despojar á las abejas de una parte de la c e ra y miel que con tanto afán han j u n t a d o , se llama castrar en unas partes ,. e n otras catar , y en Asturias caponar. Q u a n d o - h a y abundancia de miel dentro de la c o l m e n a , se h a ce un beneficio á las abejas en quitarles a l g u n a parte de ella, pues q u a n d o están llenas de provisiones la mayor parte de las c e l d a s , apenas le q u e d a n á la reyna las precisas para depositar en ellas el germen de mas generaciones. A ñ á d e s e , q u e no h a l l a n do las obreras casillas vacías en donde acopiar las riquezas q u e les ofrecen los campos , es preciso se abandonen á la poltronería. Y en e f e c t o , ¿de qué les:sirve emprender largos v i a g e s por las c a m p i ñ a s , si carecen de almacenes donde depositar el fruto de sus afanes? Estas y otras poderosas razones persuaden á c a s trar de tiempo en tiempo las colmenas q u e lo necesitan. 2Ó3 E n esta maniobra es m u y necesaria la moderación , y se d e be huir del extremo, opuesto .que-es la codicia , porque arruina en poco tiempo un colmenar. E n el otoño se les deben quitar m e nos provisiones q u e ción ya las abejas.no en la primavera., porque en aquella e s t a - hallan q u e juntar por los campos , á mas de que se dexa un g r a n vacío en su h a b i t a c i ó n , en donde i n t r o duciéndose el .frió las d a ñ a x o n s i d e r a b l e m e n t e (esto.se entiende de las colmenas q u e hoy se.usan) y se exponen al riesgo de p e recer de nambre en el i n v i e r n o . ; pero en la p r i m a v e r a q u a n d o y a por todas partes h a l l a n de que v i v i r , aunque la castra sea de consideración, dentro de pocos dias.ia habrán.resarcido c o m pletamente , y tal vez podrá repetirse. .Si,las.colmenas son débiles e x i g e n mas.economía, y sería mejor.;dexar.las íquanto poseen y esperar al fin del .estío para cas- t r a r l a s , porque .entonces las abejas laboriosas y a ha-brán aco- piado .bastantes riquezas p a r a poder partir.con.su.dueño sin d a ño a l g u n o , y al siguiente a ñ o , que d e b e n e s t á r . m a s surtidas, se des e x i g e un tributo mas considerable . i u e g o . q u e . l l e g u e l a p r i mavera. L a s ,colmenas,segun los principios d é l o s prácticos mas i n t e ligentes, tiempo deben castrarse en el mes de junio , porque en este no solo repararon y a .las abejas los daños que p a d e c i e - ron e n , e l . i n v i e r n o , sino que también.habrá salido á l u z toda la cria que p o d r í a .hallarse .en lo alto de .la.colmena , y sus celdas están llenas de m i e l ; si el .tiempo ..ha sido favorable ; .entonces, aunque se les despoje de la mayor parte de sus frutos, tienen l u g a r para juntar otros de n u e v o sin temer que se mueran de n e cesidad , y tan solo podrán castrarse, á .últimos de marzo a q u e llas colmenas .en q u e d a s provisiones.están tan a b u n d a n t e s , y sirv e n de estorvo para colocar otras.nuevas. .Por ios .mismos principios que a c a b a m o s de sentar , p u e d e n v o l v e r :á .castrarse por o c t u b r e ; pero-en.esta época es preciso d e xar l o bastaute.á.las abejas para pasar el invierno. Q u a n d o las colmenas se componen de los caxones . d e , P a l t e a u , no hay q u e • reemplazar el q u e . s e q u i t ó l l e n o por encima,, poniendo por d e b a xo otro desocupado,(como se.executaría si.la,operación se h i c i e se e n , m a r z o , junio y julio) pues.en.este caso no q u e d a v a c í o a l g u n o . e n d a . c o l m e n a ; y por.consiguiente esta se nace mas chica, las abejas están bien ••.reunidas , y. se calienta mas: fácilmente habitación, que es una ventaja .bastante la favorable. E n quanto ai. tiempo.fixO en que s e l i a y a ^ d e castrar no pue- de.darse regla c i e r t a , p.ues..esta pende de la estación, clima y temperamento de los diversos puntos en que se halle el colmenar ; la única que debe gobernar en Ja m a t e r i a , consiste en es- 264 peranza á que los campos vecinos se pueblen de flores para no exponer las abejas á que se mueran de hambre. P a r a executar con acierto la maniobra de castrar, especialmente en las colmenas antiguas , es preciso q u e el colmenero t e n g a conocimiento y sepa distinguir los panales en q u e está l a m i e l , de los que contienen la cria ó los huevos. N o sabiendo e s to , p u e d e equivocarse y sacar unos por otros cuyo error bas- taría para perder un enxambre. L a cria por lo r e g u l a r se halla en la parte delantera de la c o l m e n a , como l u g a r mas apropósito para avivarse quanto a n t e s , por el mayor calor q u e en ella se experimenta. L a s celdas en que está contenida se distinguen de las otras, en ser convexas las cubiertas con q u e se hallan selladas y de un color algo o b s c u r o : las de la miel por el con- t r a r i o , son bastante blancas y están casi llenas. A q u e l l a s que al parecer están v a c í a s , suelen tener huevos y gusanos nacidos de poco t i e m p o ; y así se deben tratar con todo respeto para no arruinarlos. Sin estos previos conocimientos , es m u y posible que el mortal cuchillo, que solo debe servir para separar los panales q u e contienen la m i e l , degüelle muchas abejas, arruine la cria y tal v e z asesine la r e y n a , y por. este hecho se pierda todo. L a hora mas acomodada para la maniobra es la noche , en c u y o tiempo están tranquilas las abejas: entonces se levanta con u n escoplo la cubierta por un lado , y teniendo prevenido trapo para ahumarlas , se empieza á soplar con los fuelles un acia el interior para que descienda el humo ; y conforme van b a x a n do las abejas se v a alzando la cubierta hasta quitarla entera- mente : una v e z separada y a se dá el humo de frente, y no t a r d a n en abandonar la parte superior las que aun pudieron q u e darse allí. A l momento se toma el hierro , se introduce con c u i dado entre la tabla de la colmena y el panal que está contiguo á e l l a , y volviendo su uñeta cortante acia este, se d i v i d e por d o n d e a c o m o d e , y se saca con mucha s u a v i d a d : en s e g u i d a se v a n cortando los demás que se tengan por conveniente , y concluida la operación con toda destreza y la posible b r e v e d a d , se v u e l v e á colocar la tabla , habiendo limpiado antes con el cuchillo los pedazos de panal que estaban unidos á ella. L u e g o se cubre su unión con la argamasa de colmenas, para evitar la entrada d e la luz. N o basta haber sacado á las abejas parte de sus provisiones: a u n resta otra cosa que hacer para que emprendan con gusto el trabajo de volver á llenar el hueco que se desocupó. Para se debe cambiar la colmena, poniendo trada , y la que no se tocó acia acia esto a d e l á n t e l a parte c a s - atrás. Por esto se d e x a ver q u e semejantes colmenas deben tener dos puertas ó p i q u e r a s ; pero 265 estará siempre cerrada la que corresponde á la espalda y solo se abrirá q u a n d o tenga que estar delante. A l dia siguiente de l a operación se v u e l v e á levantar muy de mañana la colmena, p a r a quitar de la tabla inferior los pedacitos de panal que se h a y a n d e s p r e n d i d o , y sacar á fuera las abejas muertas que se e n c u e n t r e n : así se ahorra un g r a n trabajo á las que q u e d a r o n , pues tendrían que limpiarlo por sí , y este tiempo l e - d e d i c a n al n u e v o acopio de provisiones. Q u a n d o hay recelo de q u e los panales q u e baxan acia la tabla estén algo mohosos, se dá por a b a x o un poco de humo á las abejas para que suban á lo mas alto ; y e n tonces se despunta todo lo q u e parezca conveniente para d e x a r bien acondicionada y limpia la habitación. Esto conviene que se h a g a antes que la reyna comience su postura, pues de otro modo se hará g r a n daño á la propagación de las abejas. T a l es la práctica y manejo mas acertado que puede usarse con las colmenas c o m u n e s ; veamos ahora quál es el que habrá de seguirse con las de P a l t e a u , y sus ventajas c u esta parte. L a operación de castrar estas colmenas viene á ser un m e ro divertimiento, pues no hay el.menor riesgo de verse uno metido del aguijón de las abejas al tiempo de e - v ^ u t a r l a , aun q u a n d o se haga al mediodía. T a m p o c o se exponen á morir baxo del filo del cuchillo las pobres obreras , q u e de aturdidas no aciertan en las otras colmenas á moverse del sitio donde se h a llan. L a c r i a , que es la mas deliciosa esperanza de las abejas, q u e d a i n t a c t a , y la reyna á cubierto de qualquier inopinado accidente. I g u a l m e n t e no hay necesidad de cubrirse con la careta que comunmente se u s a , pues como apenas se percibe dentro d e la colmena el robo q u e se h a c e , siguen las obreras sus tareas sin darse por entendidas. L a víspera del dia que se quiera castrar, se alza suavemente la colmena , y se ajusta por baxo otro alto v a c í o ; y aun sería mejor hacer esto ocho ó quince dias antes. Si se castra en el mes de octubre no se pone este a l t o , pues no hallarían las abejas materiales con que llenarle , y por consiguiente su vacío les s e ria perjudicial como y a se ha dicho. P a r a empezar la maniobra se pone el colmenero detrás de la colmena y quita la piedra q u e está sobre la c u b i e r t a : en s e g u i d a se sueltan las c a x a s , d e s a t a n do el cordel q u e las sujeta , y con la hoja de un cuchillo fuerte se despega toda la argamasa que une la c a x a superior á la q u e s i g u e : hecho esto se mete por entre las dos la punta de a q u e l , y se levanta a l g ú n tanto la que se quiere arrancar: si se teme q u e estén algunas abejas en este a l t o , se puede hacer antes un a g u gero chico en la cubierta , y con un cañón de embudo se introd u c e en la c a x a un poco de humo soplando acia a b a x o , y se conTOMO II. w, 266 t i n ú a alzándola por los lados para que salte la masa con q u e está e m b e t u n a d a contra la segunda. U n a v e z separada por todo a l r e d e d o r , s e ponen unas cuñitas chicas de madera para mantenerla en esta situación , é inmediatamente se mete un alambre q u e habrá prevenido para e s t o , e l q u a l debe ser bastante fino y r e c o cido para q u e sea mas ñ e x t b i e , y estará a t a d o por los extremos á dos palitos de tres ó quatro p u l g a d a s de l a r g o , y con él se cortan y separan perfectamente los panales sin quebrarlos ni d e r - ramar la miel. A u n q u e al paso encuentre el alambre algunas abejas no las hace el menor daño , porque se tiene la precau- ción de dirigirle y a á la derecha y a á la izquierda con suave velocidad.. Cortados que sean los panales , s e . q u i t a enteramente la c a x a superior con su cubierta , y se pone sobre la que sigue otra que debe estar prevenida de antemano : concluida la c a s tra se v u e l v e á poner la colmena en el mismo estado que tenia antes de la operación. Este ventajoso método de c a s t r a r , m a n t i e n e las obreras en su laboriosa a c t i v i d a d sin q u e les cause fastidio el domicilio en —s^e^yiven. L a n u e v a c a x a que se les añadió las reanima para el trabajS7 pxp»^ : lie a i n f tienen con que llenarla : tampoco se v e n en la necesidad d e l ñ v c m r bajar acia el orden que siempre observan de t r a - a b a x o , lo que no sucede en las colmenas comunes por- q u e en estas les q u e d a un g r a n hueco en la parte superior, q u e p a r a llenarle tienen que trepar sobre la cria y almacenes. E n las colmenas de altos q u e d a la cubierta unida á los panales mas elevados , y así no necesitan las abejas entrar á trabajar allí. Por l o demás deben tenerse presentes las mismas reglas dadas res- peto á la e s t a c i ó n , tiempo y veces en que se p u e d e castrar. S É P T I M O . Be ••: los enxambres. L u e g o que en la primavera empieza el sol á calentar la s u - perficie exterior: de las colmenas, resucitan digámoslo así las a b e j a s del entorpecimiento ó muerte aparente en q u e estuvieron l a mayor parte del invierno. L a r e y n a , q u e habia suspendido todas sus funciones en esta rigorosa estación , principia desde su p o s t u r a , luego y los huevos que deposita en las celdas no tardan en dar á luz una multitud de l a r v a s y de ninfas q u e , rompiendo las. cárceles en que se desarrollan , .forman u n n u e v o pueblo que dentro de pocos días deberá salir á fundar otro establecimiento. L a s obreras con el exetnplo de su xefe se d e d i c a n al trabajo , recobrando la a c t i v i d a d y fuerzas suspendidas con los f r í o s : en fin, quanto hay dentro del domicilio toma un n u e v o a s p e c t o , y empieza á crecer considerablemente la población. L a s jóvenes que nacen todos los dias reemplazan á las que p e r e cieron en el otoño ó i n v i e r n o ; pero como su propagación es tan c o n s i d e r a b l e , la colmena viene á ser un alojamiento muy corto é incómodo para tantos i n d i v i d u o s , y este es el principal motiv o porque una g r a n parte de las abejas se resuelve á a b a n d o narla para salir á establecerse mas cómodamente "en otra parte. A esta vigorosa colonia que abandona su cuna , llevando, siempre á su frente una' reyna n u e v a , llamamos enxambre. Bien puede una colmena estar sobrante de abejas y no e n xambrar aquel a ñ o , como se experimenta en algunas ocasiones y debe suceder siempre q u e no t e n g a n a l g u n a reyna j o v e n , q u e v a y a capitaneando la numerosa comitiva. R e a u m u r aseguró esta v e r d a d , y de sus experiencias se viene á deducir que las p r i n cipales causas que hacen énxambrar las colmenas son : p r e c i o una numerosa población, q u e no cabe en el domicilio en que n a ció : segundo haber entre las abejas a l g u n a s reynas j ó v e n e s , de las que eligen una para elevarla sobre el trono del n u e v o i m p e rio , que v a n á establecer. E s t a n d o la colmena próxima á é n x a m b r a r , vemos que las abejas todas andan muy a g i t a d a s , y por la noche se oye un z u m bido continuo ; lo que al parecer manifiesta la incomodidad con q u e se halla tanta multitud e n una habitación demasiado r e ducida. Q u a n d o después de medio dia se ven pasearse zánganos d e lante de la c o l m e n a , batiendo sin cesar sus alas , es prueba q u e está y a en disposición de énxambrar pronto. Sabemos q u e en el invierno no hay z á n g a n o alguno en las c o l m e n a s , porque las obreras los asesinan todos a l principio ó fin del estío ; de consiguiente los que aparecen en la primavera indican haber nacido ya una n u e v a generación , y por lo mismo se debe inferir q u e ho tardará en salir el enxambre. T a m b i é n es, buena señal ver arracimadas las abejas contra la parte exterior de la colmena por no caber dentro. M a s estos indicios no son absolutamente ciertos p o r q u e , como q u e d a d i c h o , por mas q u e las jóvenes obreras ardan en deseos de hacer c o n q u i s t a s , no se alejarán de la cuna en que n a c i e r o n , si no tienen xefe que las dirija., Sin embargo , en oyéndose un zumbido muy considerable y p e c i p i t a d o , este es el momento en que v á á expatriarse la n u e v a colonia. Entonces se v e n salir las abejas con la mayor b r e v e - 268 d a d , y l u e g o que la reyna dio la señal de p a r t i r , en menos de u n minuto todo el enxambre está derramado por el a y r é , ob- servando el sitio en donde su xefe se establece, p a r a ir de tropel á unirse con él. T o d o e n x a m b r e lleva á su frente una r e y n a , y á veces dos, tres ó mas. C e r c a de trescientos zánganos suelen seguir la colo- nia , y estos componen el serrallo á donde la joven r e y n a vá á d i s m i n u i r , entre los placeres amorosos, las fatigas del nuevo g o bierno. E l número de las obreras llegará á unas treinta mil si el enxambre es regular , y se compone de abejas de todas edades; que fácilmente se pueden distinguir por el color de las a l a s , q u e en las jóvenes es obscuro, por los pelos claros y las alas muy e n teras. L o s anillos de las viejas son menos pardos , los pelos ro- x o s , las alas picadas , y algo quebrantadas por las En puntas. la colmena madre se hallan t a m b i é n , después de partir el e n x a m bre , abejas jóvenes y viejas; pero estas son en mayor número. H a y enxambres que no pasan de diez mil abejas, y algunos q u e solo constan de quatro ó seis mil. Estos por - - W ^ l t i m o s , y de consiguiente los peores en el i n v i e r n o ^ p o r q u e lo regular: son y que suelen no teniendo la reyna perecer bastante tiempo p a r a aumentar su población , ni las obreras para acopiar p r o v i s i o n e s , forzosamente deben morirse, si no hay el c u i d a d o de reunirlos á otros enxambres tempranos ó á colmenas de poca población. E l enxambre que pesa de cinco á ocho libras es e x - celente. L u e g o que el enxambre se derramó por el a i r e , se d e b e pensar en detenerle para q u e se fixe quanto antes y no huya. Si al salir del domicilio toma una elevación r e p e n t i n a , es de temer dirija su v u e l o mas lejos de lo q u e c o n v i e n e , á me- nos que desde im- luego se presente a l g ú n obstáculo que le pida la fuga. A veces se alarga tanto que es-imposible lo ; en este caso se debe contar por perdido. E l ruido deras ó s a r t e n e s , seguircon c a l - la g r i t e r í a , d e voces y demás impertinentes ridiculas e x t r a v a g a n c i a s , que usan en muchas partes para tener los enxambres , los alejan mas. E l mejor medio es y de- arrojar- les grandes puñados de arena menuda ó polvo , para q u e , heridas con los pequeños golpes que r e c i b e n , abatan su v u e l o y se p o n g a n en el primer árbol que se les presente. T a m b i e n . e s e x c e lente remedio arrojarles a g u a con una g e r i n g a , pues al momento d e tocarles la l l u v i a , se suelen b a x a r y juntarse en pelotón sobre qualquiera rama., q u e esté inmediata al p a r a g e en q u e se hallan. M i e n t r a s que dura el tiempo de los e n x a m b r e s , es preciso que haya una persona á lo menos en el c o l m e n a r , para velar 2°Q sobre su salida desde las ocho de la mañana hasta las quatro de la t a r d e , que es q u a n d o emprenden tenerse de prevención su vuelo. T a m b i é n cierto número de dentro y t a p a d a s todas las r e n d i j a s , deben colmenas limpias por para q u e no t e n g a n tela- rañas , polillas ni otros insectos que aborrecen las abejas ; y s e rá bueno frotarlar con yerbas de fragancia recibir en ellas el enxambre , suave al tiempo y también con un poco de de miel, pues asi entran las abejas mas pronto y con mas gusto. Q u a n d o el enxambre se tíxó á una altura proporcionada , es muy fácil de recoger. Entonces se pone sobre él la colmena sosteniéndola con ambas manos , teniendo la precaución de no s a cudir la rama en que se halla , y en el momento en que las abejas perciben el alojamiento q u e se les ofrece , se encaminan apresuradamente-acia él : mas si tal v e z se detienen d e m a s i a d o , se las obliga á dexar el puesto que e l i g i e r o n , ahumándolas con un trapito de lino puesto al extremo de un palo. Q u a n d o se coloca demasiado a l t o , se presenta por d e b a x o l a colmena , volviendo su abertura acia el mayor pelotón ; y estan- do bien a f i a n z a d a , se sube uno al árbol y sacude la r a m a p a r a que c a i g a n en ella todas ó las mas : si acaso t a r d a n , e n despren^ d e r s e , se coge una escoba y se v a n poniendo dentro poco á p o co. A u n q u e no entren todas no debe causar c u i d a d o , pues si la r e y n a con la mayor parte de las abejas ha nuevo domicilio, tomado posesión del se debe contay con que las demás vendrán reunirse con sus compañeras durante el dia. Si vorable y la estación t e m p l a d a , n a d a necesita el enxambre cogido ; pero si por c a s u a l i d a d fuese á el tiempo es f a re- b o r r a s c o s o , entonces es necesario dar á las abejas a l g ú n alimento p a r a q u e no perezcan de hambre. O C T A V O . Del modo de sustentar las abejas. ' • Q u a n d o el colmenero advierte q u e a l g u n a s de sus colmenas están poco surtidas de provisiones, debe darse priesa á suministrárselas antes de entrar el invierno. E l . m e j o r alimento son los panales de miel y cera bruta ; pero q u a n d o no los h a y , dá la miel puesta en una taza dentro de la colmena , y se les convie- ne esté mezclada con una quinta parte de buen v i n o , para h a cerla mas l í q u i d a , y que las abejas la tomen con facilidad; 7° q u a n d o no hay m i e l , s i r v e « 1 azúcar q u e se disuelve con el v i n o , 2 y se d e x a en consistencia de un x a r a v e suelto. E l almivar hecno de peras bien maduras puede suplir b i é n , si no se quiere gastar tanto. P a r a disponerle , se tam- macha- can bien las p e r a s , y sacándoles el x u g o por e x p r e s i ó n , después de r e p o s a d o , den en la se vierte- en otra vasija primera para q u e las heces q u e - : l u e g o •• se le a ñ a d e una q u a n a ! m i e l , y todo j u n t o se pone á hervir hasta q u e d a r en parte dos cios. Este a l m i v a r sé v á haciendo poco á poco y al paso q u e n e c e s i t a , porque si se g u a r d a , fermenta y se aceda , y en de terse este estado no lo comen las abejas : el que se saca de manzanas d u l ces es i g u a l . Este x a r a v e de fruta es útil en primavera ño, mas no en i n v i e r n o ; y en y oto- q u a l q u i e r a época debe conside- rarse como un alimento poco nutritivo. Por el contrario, los almiv a r e s son de mayor utilidad porque las abejas no solo los a p r o v e c h a n en aquel momento, sino q u e , depositándolos digeridos en las celdas , los g u a r d a n para el invierno. Q u a l q u i e r otro alimento que no sea a l m i v a r a d o , no les c o n "vTerrc-EiiJe a p e t e c e n ; y si las vemos arrojarse encima de ellos c o n : a n s i a , . m a s es por el hambre que padecen que por el g u s t o q u e hallan en comerlos. Por poblada que .esté u n a c o l m e n a , tiene suficiente con u n a libra de miel ó almivar para un m e s : este sustento se les pone antes del invierno para que le suban á los almacenes. H a y me- ses en q u e . a p e n a s gastarán un quarteron, porque mientras hiela, n i e v a i ó hace mucho frío, nada consumen, pues están entorpecidas y como muertas, i Sin embargo no hemos de ser mezquinos con e l l a s , . p u e s lo que les damos p a r a el i n v i e r n o , nos lo p a g a n : con usuras en el año s i g u i e n t e ; y no hay q u e temer gasten mas de lo que n e c e s i t a n , por mucho que se les ponga. E l primer c u i d a d o que debe tenerse, es de que no se d e r r a me cosa a l g u n a de lo que. se les pone, porque no ocurran l a s abispas y otros enemigos á la golosina. P a r a obviar estos robos se deben cerrar l a s puertecillas de las colmenas necesitadas con redes espesas dé 'alatribre: así se aprovecharán con toda t r a n - q u i l i d a d de lo que se les r e g a l a , y en l l e g a n d o la noche se q u i tarán dichas redes para ponerlas al dia s i g u i e n t e , hasta que c o n suman ..ellas solas lo que se les dio. Q u a l q u i e r a q u e s e a el alimento d e b e estar bien frió, porque n o se l e v a n t e n vagones, que: n ú m é d é z c a n l a c o l m e n a ; y puede ponerse de una tanto): en un v e z para todo e l . i n v i e r n o (por no alborotarlas plato llano y por encima unas astillas de madera, p a r a que descansando las abejas le cojan sin mancharse las piern a s . T a l e s son los mejores y mas seguros medios de sustentar 271 estos insectos, previniendo los funestos efectos del hambre ; los demás todos son complicados, y presentan varios inconvenientes. NOVENO. Del modo de beneficiar Q u a n d o se trasiegan las abejas es preciso, escoger los panales pararlos de los la mieU ó-se mejores d e m á s ; especialmente castran las colmenas, y de mas b l a n c o s , aquellos que y se- tienen cera b r u t a , gusanos & c . Por lo c o m ú n , los mas hermosos están en lo alto y costados de la colmena. H e c h a la s e p a r a c i ó n , se pasa u n a hoja de un cuchillo bien afilado por encima de buenos, de modo q u e quite las cubiertas q u e en las c e l d a s : en s e g u i d a se d i v i d e n mimbres y se echan en cestiilos de muy. limpios, ó en cedazos bien r a l o s : por d e b a x o se colocan unos barreños que los panales detienen la miel ó peroles limpios en q u e c a i g a la miel se v a destilando. Si el'tiempo es frió se aplican dichos c e - dazos ó cestos á un fuego moderado : el calor s u a v e a b l a n d a r á la miel lo bastante, para q u e corra con mas f a c i l i d a d , y v i e n d o que cesan y a de destilar, se apartan los barreños con la miel q u e c o n t i e n e n , que por ser la mas' excelente la llaman v i r g e n . E n l u g a r de estas vasijas se ponen otras de n u e v o , y deshacen bien los panales entre entonces se las m a n o s , sin e x p r i m i r l o s ; se j u n t a n con los de mediana c a l i d a d , y se d e x a n destilar como los a n t e c e d e n t e s : estos darán una miel q u e , a u n q u e inferior á la primera, será muy buena. V i e n d o q u e no sale de ellos cosa de provecho,se separa esta s e g u n d a panales las-manos, con miel y se estrujan todoslos sin -mezclar los q u e tienen c r i a : e n - tonces.se meten e n . u n lienzo fuerte; que cogen dos personasípor los extrenios, y , doblándole con.curiosidad, le tuercen con toda la fuerza posible para sacar u n a tercera clase de m i e l , q u e es muy inferior á las. dos primeras ; pero se puede aprovechar en los mismos usos, si s e i p u r i f i c a a l fuego como se hace con el a z ú car quando se quiere c o n v e r t i r . e n . a l m i v a r . . A l g u n a s veces sucede q u e al lado de u n a celda de gusanos, se hallan otras de m i e l ; y como es imposible separarlas, se ve el colmenero en la necesidad de exprimirlas todas juntas entre sus puños, para aprovechar la cera. Siempre q u e se trasiegan las abejas sucede esto, y todos los colmeneros arrojan quanto resulta de la expresión, q u e es un l í q u i d o casi de color de leche. 272 Después de haber separado la miel según queda explicada, se echa la cera á remojar por dos ó tres dias en a g u a bien cla- r a , la q u e se r e n u e v a de tiempo en t i e m p o , para separar de ella todas las partículas de miel que c o n t i e n e : q u a n d o se ve que y a esta sale l i m p i a , se echa en un caldero ó perol con dos t e r c e - ras partes mas de a g u a , y se pone á cocer á fuego'lento : al p a so q u e hierve a q u e l l a , se v a derritiendo la c e r a , se r e v u e l v e con una espátula de madera porque no se queme , permaneciend o quieta contra los bordes d e no cocerla del perol : debe tenerse cuidado d e m a s i a d o , á fin de que no salga morena y q u e - b r a d i z a . E n empezando á derretirse conviene disminuir el fueg o ; y q u a n d o se note estar toda f u n d i d a , se derrama de pronto e n un saco de lienzo fuerte, hecho al modo de una m a n g a , y se pone al instante en la prensa si la hay : debaxo se mete a l g ú n barreño con a g u a t e m p l a d a , para recibirla conforme va desti- lando. L u e g o q u e se pone en el saco se aprieta al instante ; p e ro con s u a v i d a d , porque no salte cera. acia afuera a l g ú n chorro d e E s preciso advertir que la prensa debe estar muy limpia y h ú m e d a , para q u e la cera no se manche ni p e g u e á los bordes. Q u a n d o no hay p r e n s a , se usa de la m a n g a solamente y se exprime en ella la c e r a , la q u a l v a c a y e n d o en el barreño que tiene d e b a x o , hasta que y a no puede apurarse m a s : entonces se sacan las heces de la m a n g a , se v u e l v e n á poner en a g u a fresc a y se dexan estar por tres d i a s , para q u e se precipiten al fondo : pasado este t i e m p o , se saca toda la materia que nada ó está entre dos a g u a s , para volver á derretirla conforme se hizo a n t e s , y se arroja la basura que está en el suelo del caldero en q u e se puso á remojar, porque esta no contiene cera a l g u n a . F i n a l m e n t e , al derretir de nuevo bien y la cera se debe espumar tener g r a n cuidado, de revolverla para que no se q u e m e , y el perol tendrá d o s t e r c e r a s partes mas de a g u a que de cera. V i e n d o q u e toda se derritió;, y q u e ya no dá e s p u m a , se vierte en los barreños donde se d e x a q u a x a r . E n c a d a uno se atravie- sa un palo con un cordelito en el medio que baxe hasta el fondo del b a r r e ñ o , donde ha de tener un nudo : este sirve de asidero para sacar el pan de la cera después de q u a x a d o , tirando arriba. L a vasija debe ser mas ancha;por. arriba que por x o para poder sacarle con facilidad,,. •>..• acia aba•> 3 7 3 De la grana E l kermes (coccus como kermes, Más y de la de Linn.) cochinilla. es un insecto útilísimo y dice Rozier en su D i c c i o n a r i o de A g r i c u l t u r a , página 44.7 de la traducción mas célebre de E u r o p a , c u y a castellana figura tomo i x , ( 1 ) , es el galinsecto se asemeja á u n a bolita á quien se ha q u i t a d o un pequeño segmento. Este insecto, v i v e en las hojas y brotes tiernos de la carrasca : las hembras son mas fáciles de encontrar que los machos : quando son jóvenes p a r e cen cucharillas ; chupan su alimento introduciendo profunda- mente su trompa en la corteza de los r e n u e v o s , y entonces corren con agilidad. Q u a n d o el insecto tiene su debido tamaño p a rece una conchilla e s f é r i c a , membranosa , adherente donde debe a l i m e n t a r s e , hacer su m u d a , al brote poner sus huevos y terminar después su v i d a . L o s habitantes de la P r o v e n z a L a u g i i e d o c hacen la cosecha del kermes en l a estación niente , y consideran este animal en tres diferentes y del conve- estados de acrecentamiento. A c i a principios de m a y o dicen q u e está e m p o llado el huevo., y entonces es menor q u e un grano de mijo. Por abril dicen q u e comienza á salir á l u z , es d e c i r , que el gusano ha a d q u i r i d o todo su acrecentamiento. Ú l t i m a m e n t e , acia fines de mayo se encuentran d e b a x o de su vientre mil ochocientos á dos mil granillos, redondos. S o n estos unos h u e v e c i l l o s , que l l e g a n d o después á salir á l u z producen otros tantos a n i m a l e s , semejantes al q u e les ha dado el ser. Estos huevecillos son mas pequeños q u e la g r a n a de las a d o r m i d e r a s , , y están llenos de un licor e n carnado p á l i d o : vistos al microscopio parece que están dos de puntillos blanquecinos brillantes sembra- de color de oro , y también los h a y y roxos. L o s gusanillos q u e salen de los hueveci- tos blancos tienen un blanco s u c i o , y su lomo es mas chato q u e los demás : los puntillos q u e brillan en su cuerpo son de color de plata : las gentes del país les llaman madres del kermes. D e estos huevecillos salen otros tantos animalitos, q u e no se distribuyen por la carrasca hasta la p r i m a v e r a s i g u i e n t e , q u e se fixan en los encuentros del tronco y de las ramas para hacer su cria. E s de observar q u e quando el kermes a d q u i e r e un t a maño c o n v e n i e n t e , entonces la parte inferior del vientre se e l e (1) Copiamos este artículo qual se halla en dicha obra, porque habiendo tratado su autor el punto con la destreza y concisión que pudiéramos desear, ocioso sería formarle de nuevo solo por ostentar erudición sin añadir doctrina, TOMO 11. MM 274 v a y retira acia el lomo formando u n a c a b i d a d , y de esta nera se asemeja á una cuchara encogida. E n este espacio es donde deposita sus huevecillos y después muere y se deseca. Este c a d á v e r informe no c o n s e r v a , como la c o c h i n i l l a , su rior de a n i m a l , pues todos sus rasgos y caracteres mavacío exte- se borran y d e s a p a r e c e n , sin verse mas de una especie de a g a l l a , triste c u na de los huevecillos que deben salir á luz : apenas se verifica esto q u a n d o los animalillos procuran salir de d e b a x o . d e l c a d á ver de su madre para ir á buscar su alimento en las hojas de la c a r r a s c a , no royéndolas como las o r u g a s , sino chupándolas con su trompa, E l kermes macho se parece al principio á la h e m b r a ; pero l u e g o que se fixa como ella se transforma dentro de su capullo en u n a . n i n f a , que convertida en insecto p e r f e c t o , rompe el c a pullo y sale de allí sacando primeramente las partes inferiores: entonces es como una m o s q u i t a ; salta como las p u l g a s volando sus hembras i n m ó b i l e s , que le esperan y busca pacíficamente .para q u e las fecunde. L a cosecha de kermes es mas ó menos abundante según q u e el invierno ha sido mas ó menos templado. Se ha notado que la n a t u r a l e z a del terreno contribuye mucho para el grueso y c a l i d a d del k e r m e s ; pues el que se cria junto al mar es mas grueso y de un color mas v i v o q u e los demás. L a s mugeres arrancan con las uñas el kermes antes de salir el s o l ; pero en este tiempo de cosecha se debe cuidar de dos cosas; p r i m e r a , de e v i t a r q u e las palomas se coman el k e r m e s , porque las g u s t a m u c h o , a u n que no les a p r o v e c h a ; s e g u n d a , de rociar con v i n a g r e el que se destina para teñir y ponerle á s e c a r , pues esta operación le dá un color r o x i z o , y sin e l l a , transformado el insecto en mosca, sale volando y se l l e v a consigo el color. L u e g o que se quita la p u l p a ó polvo r o x o , se l a v a n los granos én v i n o , se ponen á s e car al s o l , se sacuden bien dentro de un saco para que se p o n g a n lustrosos y después se g u a r d a n en t a l e g o s ; en los quales se d i s t r i b u y e n , según la c a n t i d a d que ha producido el g r a n o , diez ó doce libras de este polvo encarnado por c a d a quintal. L o s t i n toreros p a g a n mas ó menos el k e r m e s en razón d e l mas ó menos polvo que produce este grano. E l primer polvo sale de un a g u gero que se advierte en la parte por donde el gusano está a g a r rado el arbusto, y lo que parece estar adherido al mismo grano proviene de un animalillo q u e v i v e b a x o esta cubierta habién- dola h o r a d a d o , aunque el a g u g e r o no está visible. L a s conchas del kermes son la matriz de este i n s e c t o , y he a q u í lo que es la grana de que se saca un hermoso color e n c a r n a d o , el mas es- timado antes de usarse la cochinilla. 275 Se conoce además (continúa Ilozier en el mismo artículo) otro kermes llamado de Polonia (coccus polonicus Linn.) y que dá un hermosísimo color encarnado con las precedentes p r e p a r a c i o nes. E l insecto v i v e en las raices del polygonum avkulare nso, ó sanguinaria mayor: secha , tienen mucho de Lin- los q u e se proponen h a c e r esta c o - c u i d a d o de examinar a c i a el solsticio de v e r a n o , sí estos granos h a n l l e g a d o á su. m a d u r e z ; y si se h a llan llenos de un x u g o e n c a r n a d o , l e v a n t a n con u n a especie de b a d i l ( i ) la raiz de l a p l a n t a , cogen los granos y v u e l v e n á c o locar l a planta en el mismo hoyo de donde la h a n s a c a d o ; s e p a rando después todas las i m p u r e z a s , mezcladas con estos mismos g r a n o s , por medio de u n a criba destinada para este uso. L u e g o que se advierte q u e los gusanos están próximos á s a l i r , se rocían con vinagre ó a g u a muy fría, y después se ponen á secar al sol pero lentamente , porque si se secan demasiado y tación, perderían el hermoso color de púrpura q u e constituye con p r e c i p i - todo su valor. L o s trabajadores sacan á veces los gusanos de su c a p u l l o , los amontonan y forman con ellos u n a masa ; pero es-ta preparación e x i g e mucho c u i d a d o , porque si se aprietan d e m a siado los gusanos se exprimirá el x u g o , q u e es lo mas a p r e c i a ble. L o s tintoreros estiman mas esta masa q u e los capullos e n teros , y por esto se v e n d e mucho mas cara. R o z i e r dixo que estaba persuadido á q u e si en F r a n c i a se registrasen las raíces de la sanguinaria mayor se cogería tanto kermes como en P o l o n i a : nosotros podríamos decir lo mismo con respecto á E s p a ñ a , y así parece que no sería ocioso el acercarse á e x a m i n a r l o , y en su caso a v e r i g u a r hasta el último De la resultado. cochinilla. E l insecto llamado v u l g a r m e n t e cochinilla y por L i n n e o coceas cacti, es uno de los muchos q u e habitan ó v i v e n en el cacto opuntia, planta conocida'por el v u l g o con el nombre de h i g u e r a de t u n a , h i g u e r a de indias ó higuera chumba , y que está tan extendida y connaturalizada en A n d a l u c í a , M u r c i a , V a l e n c i a , C a t a l u ñ a y otras partes marítimas de E s p a ñ a , que no creo sea necesario expresar su c u l t i v o antes de hablar del insecto- q u e alimenta y q u e nos o c u p a ; por esto lo o m i t o , pasando desde luego á tratar de la cochinilla, y á dar á conocer la facilidad con que pudiéramos tenerle en las citadas provincias donde la p l a n ta v i v e . (i) Se llama paletin ó desplantador en la jardinería. MM 2 276 E l coccus cacti ó c o c h i n i l l a , es un insecto propio de la A m é rica m e r i d i o n a l , el q u a l a b u n d a principalmente en L o j a , C u e n c a , Quito y Oaxaca. Este insecto tan interesante en el arte de la tintura como todos s a b e n , podría facilísimamente criarse en las A n d a l u c í a s , M u r c i a reflexionar y V a l e n c i a , pues con solo que la primavera de su país nativo coincide con la de nuestras provincias en casi todas sus circunstancias, bastaría para c o n - v e n c e r n o s , ya q u e no fuese bastante testimonio el ver la l o z a nía y vigorosidad con q u e v i v e la planta q u e los alimenta. R e a u m u r calculó en 150503700-libras de plata francesa l a suma q u e sale de F r a n c i a anualmente para la compra de la c o c h i n i l l a , e m p l e a d a en las fábricas de aquel reyno. E s t a c a n t i d a d , las otras muchas q u e emplearán las demás enorme naciones en su a d q u i s i c i ó n , y la q u e nosotros mismos pondremos en manos e x t r a ñ a s , a u n q u e el fruto sea cosecha de nuestros dominios, d e be llamar la atención de nuestro sabio gobierno y excitar terés de los particulares para adquirir y connaturalizar el inen E s - paña un insecto q u e al mismo tiempo que es de suyo tan útil, no origina gastos particulares ; antes bien atrae rables beneficios ál labrador sobre el valor otros i n n u m e - intrínseco de sus productos. L o s nopales ó higueras- de tuna sirven y pueden ser- v i r con ventajas para cerrar las h e r e d a d e s , y este bien nadie le c a l c u l a : la planta además v i v e en los terrenos mas débiles, a r e niscos , escarpados y si se quiere aun en los despreciables, y en ella puede criarse al mismo tiempo el cocus ó cohinilla no solo con ahorro de gastos , como se ha d i c h o , sino con la consiguiente, á.tales y tantos aprovechamientos. del insecto y sus diversas metamorfosis utilidad L a naturaleza proporciona el poder transportar á España su semilla en estado de huevo , tomándola al tiempo mismo en qu.e l l e g a á formarse, trayéndole prendido á las hojas del cactus para alimentarlo en el camino. L l e g a d o que sea el insecto , se aplicará sobre las hojas la planta v i v a ,"y para esto se ponen las cochinillas de dentro de unos cestitos" de m i m b r e , los quales se prenden á las hojas del nopal y se v a n mudando de unas en o t r a s , dres dexen bien repartida su prole. L a para q u e las m a - suma pequenez de los huevecillos hace q u e entonces no se distingan los primeros m o vimientos del insecto con la vista desnuda j pero con u n a lente fácilmente se o b s e r v a n , é indican desde luego q u e es el momento crítico de colocarlos en la planta. P a r a hacerlo con t i n o , es indispensable g r a d u a r . l a cantidad^de.semilla que se debe dexar en cada planta con proporción á su v o l u m e n , robustez y j u v e n tud. R e g u l a r m e n t e en cada hoja se le pone u n a cantidad como el volumen de u n a castaña pequeña y no m a s , pues como el in- 277 secto, al paso q u e crece y se a u m e n t a , chupa mas cada v e z xugos de la p l a n t a , es necesario darle la extensión debida los para que no carezca de abundante alimento. D o s meses suele tardar el insecto en llegar á su perfecto tado , pasando por los grados que le son propios hasta u n volumen como el de una g a r r a p a t a es- adquirir no de las mayores , y entonces es q u a n d o debe recogerse y prepararse como se dirá. Los cuidados que e x i g e durante su v i d a , no son otros los de precaver el insecto de una especie de arañuelo destruye , dé ios aires fuertes que le arrojan al suelo , que que le y de los aguaceros , nieblas y nieves que matan : por esto no puede vi- vir en otros países que los t e m p l a d o s , en q u e se goze un ma sereno y un cielo apacible ; pero si se experimentasen tratiempos de t u r b i o n e s , vientos ú otros accidentes clicon- repentinos, habrá q u e cubrir las plantas con a l g u n a s materias q u e las liberten de la acción del temporal. L o s páxaros, gallinas y otras a v e s é insectos buscan con ansia á la cochinilla y la devoran en un momento ; por esta causa es necesario preservarla también de estos e n e m i g o s , poniendo á la vista quien los espante ó p e r s i g a para alejarlos de a q u e l lugar. C r i a d o el insecto hasta haber a d q u i r i d o todo su tamaño , se v a recogiendo y separando de las plantas q u e le c r i a n , á cu- yas hojas ó pencas se halla íntimamente asido: se echan en unos pucheros ú ollas de barro y se cuida de que no se s a l g a n ellas. L u e g o se matan exponiendo las ollas á la roas fuerte de im- presión del sol que los ahoga , ó en un horno al g r a d o de calor que q u e d a después de sacar el pan. E n s e g u i d a se enzurronan en cueros preparados al i n t e n t o , y q u e d a n dispuestos p a r a d a r les salida en el comercia L o s que se destinan para adquirir semilla y propagar la e s pecie , se recogen en el estado mas perfecto , gados á las hojas del mismo, n o p a l , nes templadas y sin humo para la semilla de colgadas y se g u a r d a n pe- en las h a b i t a c i o - ni malos olores , como se ha dicho los gusanos de seda ; y de este modo se con- serva el insecto. A su tiempo se les desprende , se ponen en los cestitos antes referidos, y se v u e l v e n á repartir por los n o p a - les para n u e v a cria ,• g u a r d a n d o las mismas reglas que se han dicho. • E s preciso advertir q u e quanto mas nuevos sean los nopales, tanto mas y mejor cosecha dará la cochinilla , y- por esto h a y necesidad de repetir los p l a n t í o s , renovarlos con alguna frecuencia , y proporcionar al insecto un alimento análogo á su c a - ' lidad y circunstancias. 278 LECCIÓN DE LA GANADERÍA CONSIDERADA DEL La II. BAXO LA MANO LABRADOR. íntima unión qué deben tenef entre sí la labranza y la cria.,de.ganados , es.de tal naturaleza q u e absolutamente no p u e d e prosperar la primera sin que la acompañe la segunda. E l sistema de ía g a n a d e r í a a i s l a d a , introducido en E s p a ñ a por un efecto de desgracias muy f u n e s t a s , ha causado y causará siempre los mayores perjuicios á la labranza ; porque los ros de oficio , no encontrando tierra que les baste para tar sus g a n a d o s , ganadeapacen- atrepellan las s e m e n t e r a s , los .rastrojos , las v i ñ a s y l a s . h a c i e n d a s todas : poco satisfecha su insaciable ansia d e pastos con los inmensos valdíos ( q u e ascienden á mas de las dos terceras partes de los terrenos del r e y n o ) , destruyen las arboledas , se oponen á los rompimientos, é inutilizan en un todo los avances del cultivo'. v . L o s muchos privilegios ü n sabio economista concedidos á la C a b a n a R e a l , español ( 1 ) , los labradores : por ellos dice han destruido y destruyen á están autorizados los ganaderos p a r a atropellar la propiedad a g e n a q u a n d o les acomoda ; pues saben que aunque se les aprehenda cometiendo el d a ñ o , solóse obliga á p a g a r el importe de é l , sin que se les p u e d a les prender, penar , ni castigar sus personas : por esto es tal y tanta la osadía de los pastores , que se entran de intento en y plantíos , los pastan , los patean, los sembrados y los arruinan y talan. Si son cogidos ( q u e las mas v e c e s no lo son ni puede averiguarse l a v e r d a d ) , p a g a n lo que se taáa por el daño c a u s a d o ; pero les. importa p o c o , respecto á q u e el valor de la m u l t a lo l l e v a n el en vientre sus ganados. Pero no son estos los únicos daños q u e resultan de estar l a g a n a d e r í a en manos de los q u e no c u l t i v a n : son otros tan i n n u merables como, terribles, para la l a b r a n z a . N o hay cultivador q u e no sepa q u e en ios pagos de viñas y olivos , donde los g a nados entran á pastar , se m u l t i p l i c a n prodigiosamente los i n - sectos q u e destruyen del todo las cosechas y frutos preciosísimos (1) Don Vicente Vizcaino Perez en sus discursos políticos. 279 q u e debieran rendir. Está a v e r i g u a d o q u e muchas de las p l a g a s q u e infestan hoy estos interesantes p l a n t í o s , no fueron conoci- das en ellos hasta que los g a n a d o s los h a l l a r o n : sábese también que además de lo q u e roe el diente de los animales , es de m u cha consideración y trascendencia lo que destrozan los pastores: para ellos es indiferente,- y muchas veces un j u g u e t e , cortar el pie ó la rama del á r b o l ; y no h a y u n a v i ñ a , en q u e los g a n a d o s duerman u n a n o c h e , q u e amanezca con el mismo número de c e pas con q u e anocheció. Y a v i s t a de tamaños males ¿será posible que n u e s t r o j a b i o gobierno mantenga unos privilegios t a n d e s tructores de la labranza y a u n contrarios al objeto mismo q u e se propuso fomentar? ¿Será creíble que después de haber v e r d a d e s t a n de v u l t o l a R e a l S o c i e d a d E c o n ó m i c a en su informe dicho de M a d r i d sobre l e y A g r a r i a , h a y a de seguir el g a n a d e r o atrepellando la propiedad del labrador y disfrutando á su a r b i trio el premio de sus sudores? ¿Podrá concebirse que b a x o el pretexto de una caridad mal entendida , ha de tener dominio s o bre ciertos frutos todo el q u e q u i e r a cogerlos á su m o d o , reduciendo á cero la autoridad y apropiárselos del propietario? ¿Creeremos acaso q u e podrá mejorarse y prosperar la A g r i c u l tura , levantarse población de su decadente estado , y y la riqueza , mientras q u e c a d a aumentarse labrador dueño absoluto de sus pastos , de sus barbechos , la no sea de sus s e - menteras , de su e s p i g a , de su rastrojo, de su r e b u s c o , de su h o j a , pámpana , r a m ó n , y en u n a palabra de su propio t e r r e n o , como lo es de sus arados y sus bueyes? ¿Podremos esperar que la A g r i c u l t u r a adelante un paso mientras q u e la propiedad del campo no esté t a n a s e g u r a d a como lo está el trigo en la c á mara del labrador? N o es creíble , ó por lo menos yo no creo que adelantaremos n a d a mientras no se remuevan tan poderosísimos obstáculos, Y sino veamos ¿qué principio de justicia p u e d e haber para que un g a n a d e r o entre sus ganados en una heredad, apacentándolos con la espiga , el "rastrojo , ó la yerba q u e á costa del labrador produxo la tierra? ¿ N o es el labrador su v e r d a dero y único dueño? ¿Pues por q u é no lia de disponer de ella á su arbitrio? ¿ C o n qué justicia han de poder los A y u n t a m i e n t o s vender al ganadero la hoja y la pámpana de las viñas a g e n a s ? ¿ N o le cuesta al labrador su dinero el cultivarlas? ¿Pues por qué ha de permitirse sin su consentimiento y expresa v o l u n t a d la entrada de los g a n a d o s , q u a n d o se sabe que traen consigo u n a porción de males y una pérdida efectiva para los intereses del cultivador? L a sociedad Matritense lo dixo bien claro en su citado informe : porque el Concejo de los mesteños reúne el poder y la riqueza de pocos contra el desamparo y la necesidad de muchos. 28o Los ganaderos todos tienen cerca del Supremo Gobierno unos a g e n t e s poderosísimos que los amparan y patrocinan ; pero los labradores á nadie t i e n e n , nadie aboga por e l l o s , son pobres, cuástales mucho el g a n a r p o c o , y todo lo sacan de su s u d o r , sin que vivan un momento solo • á expensas de otro. Por esto han p e n s a d o nuestros mejores economistas que convendría que se e s tableciese en E s p a ñ a un Consejo de labradores como lo hay de g a n a d e r o s : de este modo la Superioridad oiría mas de cerca c instructivamente quál fuese el estado de la A g r i c u l t u r a , p r o v e e ría de remedio á muchos, males , haría respetar la. propiedad a g r a r i a , repartiría con toda exactitud las c a r g a s ordinarias extraordinarias del E s t a d o , . y no recaería casi todo su y enorme peso sobre el desvalido labrador como sucede en el dia : y por último q u a n d o a l g u n o , fuese labrador ó ganadero , solicitase p r i v i l e g i o s , inmunidades ó e x e n c i o n e s , se concedería ó n e g a r í a la g r a c i a con conocimiento, oyendo antes á todos. D e este modo podia instruirse un expediente completísimo en que se probase m a t e m á t i c a m e n t e , que el verdadero criador de g a n a d o s es el l a b r a d o r , y que éste, apacentando los que pudiesen mantener sus propios terrenos , los multiplicaría hasta el mayor número posib l e , por la necesidad que tiene de ellos para fertilizar sus c a m p o s ; aumentaría así sus cosechas y aprovecharía en beneficio s u y o y del E s t a d o quanto produxese su i n d u s t r i a , su trabajo y su aplicación. F i n a l m e n t e , se echaría de ver que la reunión de t a n tos pequeños ó medianos ganaderos , quantos fuesen los labradores , criarían centiplicado número de cabezas. Entonces se d e mostraría con el hecho mismo, que la p o b l a c i ó n , la riqueza , la industria y el poder del E s t a d o , caminan á la par que prosperan la labranza y c r i a n z a , u n i d a s en una sola mano. Entonces se c o nocería mas claramente la savia y justísima previsión con que la ciudad de C ó r d o b a , tratando en otro tiempo de fomentar la A g r i c u l t u r a y enlazarla con la g a n a d e r í a , hizo una ordenanza en q u e sujetaba á los labradores y vecinos de ella á que t u v i e sen solo los ganados que pudiesen mantener en sus propias h e r e d a d e s , penándolos en el quinto de los que tuviesen de mas. H a ya en Buen hora quantos ganados se quiera ; pero sépase q u e nadie podrá introducirlos en posesión a g e n a , sin la e x p r e s a . v o l u n t a d de su dueño , ahora esté poblada , barbechada , de r a s trojo , ó inculta & c . ; y sobre todo prohíbase que tenga g a n a d o s quien no labre en proporción al número y especie de cabezas q u e cria ó que conduce ; así se palparán las ventajas y se r e m e d i a - rán los abusos. M a s contentándonos con haber indicado las razones p r i n c i pales en favor de la proposición que senté al p r i n c i p i o , á saber, 28l que para q u e prospere la A g r i c u l t u r a , es necesario a b s o l u t a mente que la cria de ganados sea d i r i g i d a por el labrador, pasaré á manifestar las nociones que debe tener éste para criar , conservar y multiplicar los animales que le son útiles, así como t a m bién las que pertenecen á la multiplicación: de las aves domésticas. : Consistiendo en el g a n a d o v a c u n o u n a gran parte de la r i queza del labrador , siendo el b u e y entre los animales de asta el mas útil de todos,.porque con él se hacen las labores del c a m po , se sostiene la economía rural y l l e v a sobre sí el peso de la labranza , empezaremos por él el tratado de los ganados , como lo hizo el profesor F i l i p o R é en sus elementos de A g r i c u l tura , donde desempeñó el ramo de g a n a d e r í a con tanto acierto y precisión , que con dificultad podría reducirse á mas exactos principios.ni á menor.número de preceptos: por esto usaré de su doctrina con toda libertad , y presentaré en esta parte todo lo que crea nacesario para llenar el objeto de la instrucción , sin: perjuicio de intercalar quantas observaciones parezcan oportuas para mas ilustar ó ampliar la materia , con respecto á nuestras; costumbres, á nuestro s i s t e m a , y al estado de decadencia e t i q u e nos hallamos. sabio Del establo. •De la c a p a c i d a d , aseo y buen arreglo de los e s t a b l o s , dice Ré, pende en g r a n parte la salud del g a n a d o : han de en p a r a g e seco, las puertas han de mirar del norte al mediodía, y los costados de levante á poniente : estén aislados , pero de suerte queíse p u e d a reconocer lo que pasa en ellos, y sean altos y con ventanas resguardadas con vidrieras ó bastidores con l i e n zo c l a r o , y las puertas anchas. Q u a n d o hay epidemias es cosa muy buena renovar el aire de los establos por medio de c h i m e neas ó ventiladores. A c a d a b u e y se ha de dar un espacio de q u a tro pies de rey : los pesebres han de en medio del establo en dos filas: por entre ellos ha de haber un paso para el q u e les eche de comer , y el piso será pendiente los lados para q u e escurran las- aguas. Todos los días se ha de b a r r e r , y quando mas de dos en dos ,. r e n o v a n d o la cama al g a n a d o . T é n g a n s e los estercoleros distantes del establo para que en él no se respire aire malo , pues si en tal caso llega á padecer una res a l g u n a enfermedad e p i d é m i c a , todas p e r e c e r á n , y no hay que atormen- (i) estar estar acia (i) Semanario de Agricultura y A r t e s , tora. 16. pág. TOMO II. KH 121. 282 tarse en buscar otra causa que el mal aire q u e respiran. L a s moscas también atormentan al g a n a d o en el establo en verano: por esto conviene cerrar todas las ventanas , y abrase una por donde entre mayor luz , y por ella se saldrán : l u e g o se cierra aquella y se entreabren las otras , d e x a n d o entrar solo la precisa , y de suerte que circule el aire. De la propagación ¡ del ganado vacuno que requiere. E l b u e y es la base de la riqueza luz , y buidados de las naciones agrícolas, y digno por lo mismo de que se aplique la mayor atención á m e jorar sus r a z a s , eligiendo cuidadosamente el toro padre á hn de q u e las crias salgan mas bien formadas, mas r o b u s t a s , y t e n g a n mayor precio. T e n g a el toro padre la frente ancha y encrespada, ojos negros y a p a c i b l e s , cabeza c o r t a , asta gruesa g r a , grandes pecho b r a z o s , nariz a n c h o , con p a p a d a roma, cuerno corta y ne- carnoso pendiente hasta las y grueso,;' r o d i l l a s , buenos quartos traseros, auca redonda , patas derechas , junturas que sobresalgan poco , y paso firme. N o se eche á las v a c a s hasta los tres años , aunque puede engendrar á los dos cumplidos : ni se permita que las cubra q u a n d o pase de nueve. U n o p u e d e ser suficiente para veinte v a c a s : si tiene mas se estropea y q u e d a i n ú - til en poco tiempo. P a r a que se mantenga vigoroso ¡no-ha d e c u brir mas q u e á u n a v a c a c a d a dos dias. Estas también se b u s c a rán de las mejores y bien f o r m a d a s : a u n q u e estén en disposición á los dos a ñ o s , no se echarán al toro hasta los tres , ni después q u e tengan n u e v e años. E l que t e n g a veinte vacas criando c a d a año tres terneras , puede .conservar una buena raza. . .• Q u a n d o las vacas quedan preñadas, que.suele ser Á la s e g u n d a v e z ; q ü e se las .echa-el.to.ro,lo e s q u i v a n t e s necesario defenderlas,de. los aires, de las l l u v i a s , y del calor y frió e x c e s i v o : no se las ha de f a t i g a n ni.obligar á c o r r e r é s a l t a r , e v i t a n d o irritarlas-:' en el establo tendrán la cama mas alta acia los quartos delante-* ros : déseles forrage: substancioso y sano , y . á los siete meses se¡ añadirá ala comida acostumbrada, s a l v a d o , alfalfa mielga &c.,;.- cuidando siempre que se apacienten,en pastos -xugosos y abun-*; dañtes de y e r b a , p e r e q u e no sea en terrenos húmedos ni panta-^ nosos, aumentándoles la c a n t i d a d de alimento al paso q u e v a n adelantando en el preñado. Si les falta la leche un mes ó seis semanas antes del parto , se puede inferir que no están b u e n a s : á esta época se. dexarán de o r d e ñ a r , porque la leche la necesitan 28 3 entonces p a r a el f e t o : dura el preñado doscientos setenta y c i n c o , ó doscientos noventa y seis d i a s : al llegar el parto se les liará una cama cómoda. Si el feto se presenta con el hocico y m a nos acia adelante , n a d a habrá que hacer ; pero si viene de otro m o d o , es menester auxiliarlas con la delicadeza posible. Defiéndase l u e g o del frió con el mayor cuidado á la- madre y á la cria: un quarto de hora después del parto se dará á aquella un b r e baje algo caliente echo de s a l v a d o , de rina de habas. Désele por ocho a v e n a triturada de ó diez dias buen ó alfalfa seca en i n v i e r n o , y yerba ha- heno , trébol fresca y gramíneas en v e r a - no , abrevándola con a g u a blanca con un poco de harina de cebada , y acostumbrándola poco á poco á su comida ordinaria. Se suele dexar que mamen las terneras lo que quieran, luego que n a c e n : s i n embargo se han de separar de la madre á los c i n co ó seis d i a s , á fin de que no le tomen demasiado cariño , i m pidiéndolas que mamen mas de tres ó quatro veces al dia. L a s terneras, que se han de m a t a r , suelen mamar treinta d i a s ; y las que se han de criar, tres ó quatro meses. P a r a destetarlas se v a n acostumbrando á la comida o r d i n a r i a , comenzando por darles harina disuelta en a g u a , luego un poco de a v e n a , y últimamente forrage del mejor , procurando resguardarlas del frió , a c a r i ciarlas y acostumbrarías al y u g o . L o s becerros se c a p a n desde los diez y ocho meses á los dos años. Del modo de alimentar , abrevar y cuidar el y particularmente el vacuno. ganado, Y a se ha tratado de las mejores yerbas para mantener los g a nados , ahora solo se a ñ a d i r á , que no se han de dar á las vacas v e g e t a l e s que vicien.su l e c h e , como son las plantas de íior aparasolada , las de las clases didinamía y tetradinamia , ni la hoja de encina , h a y a y nogal. L a experiencia enseña que es mejor dar al g a n a d o forrage verde que seco , y q u e con aquel dan las v a c a s mas y mejor leche : por eso es bien propagar el cultivo de las patatas y de otras raices , á fin de dar forrage fresco al ga- nado aun en lo mas rigoroso del i n v i e r n o , ó á lo menos m e z c l á r selo con el seco. Los pastos comunes perjudican mucho a l a propagación y conservación del g a n a d o , no solo porque estando junto degenera fácilmente , y si reyna una enfermedad e p i d é m i ca perecen muchas reses , sino también porque jamás están en ellos bien alimentadas. E n Suiza tienen las vacas en corrales ó cercados grandes junto á la casa de los d u e ñ o s , y nunca NN 2 la-s 284 echan a p a s t a r : así dan mas leche , engordan m a s . y no se d e s perdicia nada de su basura. Esta costumbre es d i g n a d e i m i t a r se en donde sea posible. Se suele dar de comer al g a n a d o tres veces al d i a ; pero sería mejor dividirle c a d a pienso en quatro ó cinco porciones, p a ra írselas suministrando de quarto en quarto de hora , señalan- d o la c a n t i d a d de forrage que ha de comer al dia c a d a res : así estarían mas sanas y gozarían de tanta mayor robustez y salud q u a n t o el forrage fuese mejor y mas apetecido de ellas. Se pondrá mucho c u i d a d o en no cortar la yerba , que se les destina, demasiado verde , ni q u a n d o llueve , y en no dársela muy hú- m e d a ; pues.por esta causa perecen algunas cabezas. Después de s e g a d a no se debe amontonar ni apretar la y e r b a , porque con- trae mal sabor. Sea sana el a g u a con q u e se abreve toda clase de g a n a d o ; y désele siempre que la q u i e r a , á no ser q u e esté sudado y m u y f a t i g a d o ; y bueno será que no se dé á todas horas al acostumbrado á no beber sino mañana y tarde. L a que esté mejor agua es la de rio : en el verano no se les dará la que esté recien s a c a d a del p o z o , y será muy útil darles algunos cubos de a g u a acid u l a d a con muy poco vinagre ó nitro. Si ios abrevaderos no es- tán limpios de i n m u n d i c i a s , padece la salud del g a n a d o . E n t r e otras muchísimas enfermedades que sufren por esta causa , es la menor la de las sanguijuelas que suelen no beber , accidente que les hace echar mucha sangre por la boca : entonces es p r e ciso r e g i s t r á r s e l a , y si se descubren se les arrancan ; pero si no se alcanza á donde ellas están, se les echa con una x e r i n g a a c e i te caliente , que las hace caer apenas las toca. P u e d e hacerse lo mismo con una caña ó con un palo y estopas empapadas en el aceite ,-si no hubiere x e r i n g a á la mano , en cuyo caso se les r e friega muy bien el paladar y lo mas hondo del g a z n a t e con cierta s u a v i d a d y destreza para no mortificar la res , hasta que se despeguen y c a i g a n las sanguijuelas. Hecho esto no se les d e x a rá comer después para que las que se desprendan con la comida al g a z n a t e , procurando no las pasen sacarlas por los medios d i c h o s ; pero si no se logra completamente espérese hasta que la res afectada de sanguijuelas tenga sed , y puesta sobre la pila ó dornajo donde está el a g u a (sin que pueda bebería) se le abre la boca, y los esfuerzos, que hará la res y la misma sanguijuela, la hacen caer al fin. N o se debe sacar al b u e y de su paso n a t u r a l , ni obligarle correr ni cansarle demasiado ; pero puede muy bien la á educa- ción hacerle menos l e r d o , pues el buey no lo es tanto por su natural como lo l l e g a á ser por la holgazanería y vicios comu- 285 nes de los b o y e r o s : los que están bien enseñados desde el prin- c i p i o , siguen sin violencia ni fatiga a l g u n a el paso ordinario de las muías en la besana. Defiéndanse del rigor del frió y del ca- l o r , y procúrese que les molesten lo menos posible las moscas y los tábanos: no se pase dia en q u e no se les limpie y frote con la almohaza y se les l a v e n los ojos y reconozcan las uñas : sea la comida aseada y sin n i n g u n a p i e d r e c i l l a , y obsérvese mas dado con el g a n a d o v a c u n o en el i n v i e r n o , teniendo en consi- deración que nunca le muy caliente. Una cui- hace mas daño el írio que q u a n d o noche de escarcha ó yelo que les está coja sin manta ni a b r i g o ; el dexarlos parar donde corra viento á la sombra ó en p a r a g e f r e s c o , q u a n d o d e x a n el trabajo y están t r a s u dadas las reses ; ó si se mojan estando muy c a l i e n t e s , les causan muchas enfermedades peligrosísimas , pero entre ellas es de las mas malas una en que se les p e g a el pellejo tan fuertemente á las costillas que es imposible despegársele por mas que se tire de é l ; mas todo se evita con no sacarlas del establo sin abrigo ; no detenerlas repentinamente en las umbrías después de dexar el t r a b a j o , no dexarlas mojar y enfriar con la l l u v i a q u a n d o están acaloradas ni mucho menos hacerlas v a d e a r l u e g o que los rios ó arroyos salen de la besana ó d e x a n el a r a d o , el carro &c. T a m p o c o se les dará de beber en tales casos, sino que se les d e xará descansar y refrescar antes de que b e b a n ; pero si por d e s gracia llegó á verificarse la p e g a d u r a del pellejo, se les ha frotar mucho , y lavarles con a g u a caliente en que h a y a n de her- vido hojas de laurel mezclándola con aceyte y v i n o : al buey e n fermo se le pone al s o l , y con la sobredicha mezcla se le ña y f r o t a , y poco á poco se le v á tirando del pellejo dole á que se v a y a despegando ; si no hiciese s o l , bar obligán- se executará en el establo bien abrigado , y en seguida se cubre al animal enfermo la con pieles de carnero echando la lana acia p a r a que se promueva mas y mas la transpiración. L o s piel bueyes en que se descuida la curación de esta enfermedad, tienen m u y mal pelo , se enflaquecen , decaen , y al fin mueren sin fuerzas. Por todo lo dicho puede inferirse que es muy obligarles á que anden en tiempo de frío , sientan tanue y estén rá de la mayor útil y provechoso para que no se re- mas ágiles en la primavera : también sey de- más aves entren en el establo , porque es fácil que c a i g a n importancia no dexar que las gallinas sus plumas en el pienso y hacen mucho daño al g a n a d o ;• finalmente obsérvele el boyero con atención q u a n d o está rumiando , y si v é a l g u n a res i n a p e t e n t e , ó q u e dexe de rumiar , trate de curarla porque seguramente está enferma. Los bueyes y vacas ó son de l a b o r , ó de c e b o si son rese§ 286 viejas. L a e d a d de los bueyes se conoce en los dientes y en las a s t a s : quando las reses tienen diez meses, se les caen los dos primeros dientes de enmedio , y le salen otros que no son tan blancos ni tan l a r g o s : á los diez y seis ó diez y ocho meses se les caen los inmediatos á aquellos : á los tres años se renuevan todos los dientes de l e c h e ; y si antes eran l a r g o s , iguales y b l a n c o s , l u e g o son desiguales y negros. A l comenzar como un nudito en el asta , el quarto año se y luego sucesivamente m a n d o o t r o s , al paso que con el tiempo van observa se v a n for- creciendo las as- tas. C o n t a n d o tres años desde el primer nudo que a p a r e c e , c a d a uno de los otros q u e se encuentren después, señala un año mas. E l b u e y se puede sujetar al trabajo desde los cinco hasta los d i e z años : en verano comenzará la labor al rayar el dia para d e x a r l a á las n u e v e de la mañana ; y por la tarde desde las tres hasta ponerse el sol. E n invierno , otoño y primavera , puede trabajar sin interrupción desde las n u e v e hasta las cinco. Los buey e s que comen con lentitud resisten mas al trabajo que los q u e comen con ansia. A ellos se dará forrage seco con mas a b u n d a n cia que á las v a c a s , porque con él dicen que se hacen mas fuertes. Los que compren bueyes lejos, tráiganlos á su casa poco á poco y sin fatigarlos porque hay peligro de que enfermen y p e rezcan. E n llegando á los diez años se han de separar del ara- do , y cebarlos para la carnicería. L a s v a c a s no solo dan la utilidad de las crias y de la leche, sino que también pueden arar en caso n e c e s a r i o , á cuyo efecto se han de hacer las yuntas de las que sean iguales en fuerzas y cuerpo. Reconózcanse los prados en q u e pastan , no sea que co- man a l g u n a yerba v e n e n o s a : las v a c a s con se han de a b r e v a r mas frecuencia que los b u e y e s ; y tanto á aquellas como á estos se les puede dar un poco de s a l , para excitarles el apetito ; p e ro guárdense de abusar de ella : se le podrán dar dos onzas por semana á c a d a res, particularmente quando comen forrage ver- de , mezclándola con él. Los búfalos p u e d e n suplir por los b u e yes ; bien que son mas feroces é intratables : no temen las a m e nazas ni el c a s t i g o , y apenas obedecen á la aguijada : lo pasan mejor en los sitios abundantes de a g u a s , y sirven lo mismo q u e el g a n a d o vacuno , aun en quanto á la leche y los cueros. P a r a que el b u e y se acostumbre y aveze blandamente el y u g o ( i ) obedeciendo á la voz y á la l l a m a d e r a , es indispensable enseñarle temprano y conducirle poco á poco para que venza la natural r e p u g n a n c i a que tiene á la sujeción: desde dos años y (i) Carta del Cura de Montuenga publicada en el tomo ^smanario de Agricultura y Artes. a.P del 287 medio, y lo mas tarde desde los tres, se debe principiar á d o - mesticarle si y acostumbrarle al y u g o ; porque se dilata mas- tiempo se hace indócil y tal v e z indomable : la b l a n d u r a , las c a r i c i a s , Jos halagos y la paciencia v e n c e n , doman y amansan su natural ferocidad y b r a v e z a , hasta el punto de transformarlo en el mas manso de t o d o s ; y al contrario la fuerza y el mal trato no suelen conseguir otra cosa que el exasperarlo y hacerle tomar muy malos resabios, que conserva para siempre. Por esta razón conviene rascasle y acariciarle, dándole á mano la y e r b a , c e b a da cocida , habas y otros alimentos , y todo con s a l , de que g u s ta generalmente : nuestros boyeros acostumbran hacer unos llos de harina de bien a m a s a d a , sobada y preparada s a l , y con esto los h a l a g a n y ro- con un poco domestican mucho : también conviene atarles las astas de q u a n d o en q u a n d o , ponerles el y u g o a l g u n a que otra v e z , y hacerles arrastrar un t i m ó n , u n c i é n dolos con otro buey y a ensenado y no muy robusto, procurando q u e en el prado y en el establo estén siempre juntos y coman en un mismo pesebre : en este tiempo no se le ha d e - h a c e r mal ni punzarle para que no tome horror al trabajo y se h a g a intrata- ble : tampoco se le ha de hacer trabajar mucho al principio sino poco y á pausas porque se fatiga d e m a s i a d o , y por lo mismo se le ha de cuidar mas y alimentar con mas a b u n d a n c i a . Be la leche y de sus modificaciones. Dos veces al dia ,se suelen ordeñar las v a c a s y algunos las 1 ordeñan tres : se les l a v a n y s u a v i z a n las tetas con leche y a g u a . D i c e n que las primeras gotas salen a g r i a s , y por eso las d e x a n caer en el suelo. L a leche se echa en cubos de madera ó tarros de barro bien cocidos que se han de tener sumamente aseados y limpios, como también los demás utensilios que se usan para s a car sus productos: se la deposita en -un sitio c u y a teinperatura sea de diez g r a d o s , q u a l suelen tenerla los sótanos y cuevas. M a n t e niendo allí la. leche sin menearla comienza á nadar encima la n a t a , q u e d a n d o debaxo el suero y el queso. D e la primera se saca la m a n t e c a , batiéndola para separar algunas partes caseosas y serosas: para esta operación se requiere fresco, y por eso en verano, le a p l i c a n algunos la n i e v e : ' q u a n d o . la manteca tenga la .debida consistencia, se comprimé, para que suelte el:suero. L a primera n a t a suele dar la mitad de su peso en manteca : esta siempre es mejor en la p r i m a v e r a q u e en otoño (1). - (0 En los tomos v i i y x m del Semanario de-Agricultura y Artes se trata detenidamente del modo de hacer el queso; y en el xix pá-r 288 E l residuo de la leche que q u e d a en la b a t i d e r a después de s a c a d a la m a n t e c a , se junta con la que está en los cubos ó tinas en que se ha formado la n a t a , y se echa en una caldera puesta á la lumbre dexándola que tome el calor conveniente p a r a echarle el c u a x o : no necesita mas calor que el de veinte y quatro g r a d o s , que conocen los prácticos metiendo dentro el b r a z o : p a r a c a d a cincuenta libras de queso se echa solo una onza de q u a x o ; y convendrá siempre preferir la flor de varios cardos : también se usa del q u a x o de ternera amasado con sal y pimienta. L a q u a x a d a se pone en uno ó muchos moldes y se prensa por ocho d i a s , mudando en c a d a uno las cubiertas y comprimiéndolo de n u e v o para q u e suelte todo el suero ; luego se cubre de sal por todos l a d o s , y cada dos ó tres dias se v u e l v e lo de a b a x o á a r r i b a , hasta que y a la suelta. L o s antiguos preferían para esto l a sal g e m a que parece produce mejor efecto. L o s quesos que se h a c e n de leche q u a x a d a luego que se o r d e ñ a , tienen un gusto m u y delicado por conservar toda la n a t a : hay quien dobla en ellos la c a n t i d a d de la n a t a , y se llaman entonces quesos de dos natas. De las enfermedades del ganado E l citado E.é dice q u e en el M i l a n e s a d o vacuno. y en otras partes de I t a l i a suele padecer el g a n a d o boyar una; enfermedad c o n t a giosa de que perecen muchísimas reses. E l mal se dá á conocer en q u e d e x a n de r u m i a r , manifiestan aborrecimiento á la comid a , l u e g o les dá temblor en la c a b e z a , se les hunden los ojos amortiguados echando lágrimas frecuentemente, se les abaten las orejas, se eriza el pelo , y sobreviniendo la f r e c u e n t e , se aumenta fiebre con diarrea una y o t r a , y perecen. N o se ha encon- trado t o d a v í a remedio e f i c a z , á pesar de quánto se ha trabajado para e l l o ; y según la experiencia de los mejores a u t o r e s , lo mas prudente es matar las reses en que se a d v i e r t a n los p r i m e ros indicios de la e p i d e m i a ; porque si una v e z caen en e l l a , aunq u e se curen , v u e l v e n á recaer. H a y dos casos en que se deben tomar precauciones:en el uno para impedir el c o n t a g i o , y en el otro para cortar :su propaga-, c i o n : esto es. en un. establo perfectamente sano, ó ea : otro e n que a l g u n a res presente, sen ales de la enfermedad ; en este se remedia con el daño cortando toda comunicación de la res enferma lo demás del g a n a d o , p a r a lo q u e se -dividirá el gina 143 hay un excelente artículo sobre los diversos Ja leche. . , hato en productos de s8o manadas de seis, ocho ó diez cabezas c a d a u n a , evitando que se acerque al establo n i n g u n a persona que v e n g a de otros parages infestados; no se permitirán pastos comunes, abrevaderos, ni se usará de carros, y u g o s ú otros utensilios que h a y a n toca- do á las reses sospechosas; también convendrá recoger la b o ñ i g a luego que la suelten las enfermas ; pues si g a n á oler al instante q u e d a n infestadas. las sanas la l l e - N o se d e x a r á pacer á los bueyes sanos hasta después de l e v a n t a d o el s o l , y se les frotará todos los dias con paja h u m e d e c i d a con v i n a g r e diluido en poca a g u a ; se les l a v a r á fauces y las narices con de alimento. darles el mejor mayor a s e o ; y sobre vinagre, caliente diariamente la l e n g u a . , las ajos, sal y a g u a , L o s establos se todo se perfumarán cuidando tendrán con el con vapores nítricos los pesebres y los p a r a g e s por donde andan las reses. D i r i g i e n do después el c u i d a d o á y fumigará ; se le p a d a un sedal la res c o n t a g i a d a l a v a r á la que. se boca, se la almohazará y se le pondrá en la p a - curará diariamente, con u n g ü e n t o licón ; pero si hubiese disposición para ello será mejor basi- fiarla al cuidado de los veterinarios. L a que se muera ó se mate por precaución se quemará después ó, se enterrará cortándole antes el pellejo para que no la v a y a n á desenterrar con el fin de apro- vechar el cuero , de c u y o abuso se han seguido g r a v e s daños , y se ha visto que un pedazo de correa del cuero de una r e s , bastó para renovar el contagio : así es preciso velar para desentiérrelas á la tierra una l i g e r a labor. L a estancia en que pasado el contagio se blanqueará con la que nadie reses y sembrar encima algunas s e m i l l a s , dando el animal haya de n u e v o , raspando el suelo mayor atención y c u i d a d o para q u e no v u e l v a á infes- tarse ; y además se limpiarán los ángulos y rincones del techo, usando después sahumerios. ó compuestas de. una mezcla de salitre y fumigaciones azufre. E n el otro caso d i c h o , á s a b e r , en que no se haya notado n u n c a el mas l e v e indicio del :ffial, se tomará la precaución de asear los establos todos los dias con el mayor esmero; v e n t i l á n - dolos para renovar bien el aire estancado , y, sahumándolos f r e cuentemente con la mezcla i n d i c a d a . Entonces será lo mas s e - guro adoptar el sahumerio de M o r v e a u , tomando una libra de sal c o m ú n . p u l v e r i z a d a y puesta en u n a . c a z u e l a á la l u m b r e , y e c h a n do en ella q u a n d o esté bien caliente media libra de ácido s u l - fúrico ( a c e y t e de v i t r i o l o ) : de los vapores q u e .salgan se llena- rá el establo y d e x a r á n sano el a i r e ; pero guárdese de respirarlos el que h a g a el sahumerio : se d e x a conocer q u e ' e n t r e no ha de haber en el establo n i n g ú n a n i m a l , cerrar sus puertas y ventanas. TOMO II. 00 y tanto que se han de 290 Otras enfermedades padece el g a n a d o v a c u n o , fáciles de precaver si se practican las reglas dadas en quanto al modo de criarlo, alimentarlo y cuidarlo. L a s mas comunes son las ahptas y la t i m p a n i t i s : . l a s primeras son unas ulcerillas que les salen en la b o c a , mortales si no se curan á t i e m p o : el remedio pronto es lavarlas con a g u a y una corta cantidad de sai. mas La timpanitis es el último g r a d o de la hinchazón ñatulenta que p r o d u c e n las yerbas muy húmedas, particularmente las l e g u m i n o sas. Se hinchan las reses de manera q u e tocándolas la p a n z a suena como un t a m b o r ; respiran con dificultad y m u e r e n , si el r e medio no l l e g a á tiempo. E n este caso usamos de la p u n c i ó n , q u e se hace á dos dedos pulgares de distancia de la última costilla f a l s a , y á otros dos dedos pulgares de la extremidad de la p r i mera vertebra lumbar del lado derecho. Este método no se ha de adoptar si no en un caso desesperado, prefiriendo en los c o - comunes el remedio de dar á la res un buen vaso de a g u a r d i e n te con dos onzas de nitro. T a m b i é n se ha de usar de lavativas emolientes. ' Quando los b u e y e s enferman por haber comido constante- mente ó por mucho tiempo un pasto tierno ó demasiado v e r d e , se presentan m u y cabizbaxos y pesados: en este caso se les s a n g r a de la v e n a q u e tienen d e b a x o de l a l e n g u a , se les d e x a s a lir bastante s a n g r e , y s e les dá después á comer s a l v a d o con vino , c e b a d a ó a v e n a r e v u e l t a con puerros y tallos de ajos. L a enfermedad que llaman r a n i l l a , procede de que los r e z nos se les introducen por el ano en los intestinos y los m a t a n ; p a r a que no se agarren y los echen f u e r a , se les dará á comer trigo muy limpio e m p a p a d o , lo mas q u e p u e d a s e r , en mezclado con otras cosas. C o n solo administrarles este remedio cinco ó aceyte sencillo seis veces al a ñ o , se les preserva de esta e n - fermedad. L o s labradores suelen también arrancárselos á mano, metiéndosela por el ano. ' - E l l o b a d o , q u e suele provenir de p u x o s . d e sangre ó de herid a s , se cura con poner la res q u e lo p a d e c e cerca de a l g ú n a r r o y o ó fuente de a g u a f r i a , l a v a r l a bien y sangrarla mente ; pero si esto no a l c a n z a , puede sajarse la abundanteparte apos- t e m a d a , q u é se cura en s e g u i d a como simple herida. Q u a n d o la l e n g u a les crece ó engorda demasiado y no p u e den comer, y q u a n d o d e b a x o de ella y en el paladar aparecen u n a s excrescencias q u é les impiden el m o v i m i e n t o de la l e n g u a y la masticación, es preciso sajarla para que se d e s a n g r e n ; pero si y a estuviesen endurecidas ó callosas, se les cortarán del todo, y las l l a g a s q u e les quedan se les friegan con ajos y s a l , ó con un lavatorio de v i n a g r e , s a l , ajos y agua para que babeen 201 m u c h o : luego se les l a v a con v i n o , y se les dá á comer s a l v a d o por a l g ú n t i e m p o , después yerba muy s u a v e , y en seguida r a mones tiernos. Por ú l t i m o , siempre que los bueyes sin enfermedad conocida no c o m e n , se les ha de l a v a r con la boca y la l e n g u a los enxuagatorios acostumbrados, se les dará á comer s a l - v a d o con vino y a v e n a c o c i d a , . m e z c l a d o todo con un poco de sal. L a s picaduras q u e suelen dárseles con la reja.hiriéndoles los p i e s , se curan con solo meterlos al instante de patas en el a g u a , dexándolos por tres ó quatro dias p a r a d o s : las espinas q u e s u e len clavárseles no se advierten tan pronto, y muchas veces y a lian formado materias en el pie de la r e s : q u a n d o se observa se les s a c a n , se esprimen las m a t e r i a s , se. l i m p i a n , y se les aplica un poco de lana sucia e n c i m a , recogiéndolo todo con un trapoligeramente atado para q u e no se c a i g a ; no se moje el pie ó pezuña pero c u i d a n d o de q u e o f e n d i d a , hasta estar enteramente curada. Quando se d a ñ a n los cuernos por haber hecho fuerzo extraordinario , a l g ú n es- se les l a v a r á n con s a l m u e r a , atándoles después unos trapos empapados en lo mismo para que se fortifi- quen y afirmen. A los roces y pequeñas llagas que suelen h a c e r s e , se les a p l i ca hollín de c h i m e n e a ; pero lo mejor bien acondicionados de todo es tener siempre los aparejos, el y u g o , c o y u n d a s & c . para que no se lastimen., ¡.Se ha hablado y escrito mucho sobre el modo de uncir los b u e y e s , y sobre si deben ó no tirar al pescuezo ó á la cabeza. Y o no entraré á presentar en este escrito las r a z o n e s , q u e con tanto acierto han manifestado diversos autores ; pero diré s i e m pre que muchas de las enfermedades q u e tan útil ani- mal , no las padecería si tirase á pecho y no á cabeza. E n padece Ita- lia y en todo el norte de E u r o p a los bueyes tiran á p e s c u e z o ; en nuestra C a t a l u ñ a en las beza y G a l i c i a sucede lo m i s m o , y no sé por qué demás partes de E s p a ñ a han de tirar uncidos á la ca- (i). (i) E n el tomo x v i del Semanario de Agricultura y Artes , p á g i na 374 se halla una lámina en que se demuestran las guarniciones ó aparejos que debieran usarse para los bueyes. oo 2 292 De las ovejas ( i ) . Pesaremos inmediatamente desde el tratado del b u e y al de la o v e j a , d e x a n d o para después el artículo del c a b a l l o , asno y m u l o ; y si siguiendo este plan nos desentendemos del que s i g u i ó R e en sus elementos, es porque consideramos que las relaciones de conveniencia y economía cies de que tienen entre sí estas dos e s p e - a n i m a l e s , los aproximan mucho y r e ú n e n , por decirlo a s í , una especie á la otra. M a s no por esto se crea que nos s e paramos d é l a primera idea en quanto á seguir la doctrina del sabio p r o f e s o r . P a d u a n o , el q u a i al hablar de las ovejas se presa a s í : : ex- . Los corrales de las ovejas han de ser grandes y bien v e n t i l a dos para q u e sean sanos. L a mejor edad para la propagación de la especie es á los dos a ñ o s , y no se ha de a n t i c i p a r : dura la preñez veinte semanas, y l u e g o que n a z c a n los corderos se e n - cerrarán por dos ó tres dias con sus m a d r e s , á las que se el mejor pasto ó c o m i d a , como es el heno quatro ó cinco d i a s , y salvado dará de los montes, por y sal en a g u a : también se les p u e d e dar á beber a g u a tibia en que se haya desleído harina de mijo. A los corderos , pasada una semana, se les comienza á dar u n poco de a v e n a c o c i d a , y después heno s e c o ; sin dexarles m a mar mas que por la mañana y la tarde. A los tres ó quatro m e ses se destetan del t o d o , y se l l e v a n á p a s t a r : se capan á los ocho ó diez dias de n a c i d o s , porque si se tarda mas en hacerles, l a operación será peligrosa. L l é v e s e al pasto el g a n a d o lanar de m a ñ a n a , q u a n d o la yerb a está tierna pero sin rocío, y désele de beber quatro horas después q u e s a l g a el sol. T é n g a s e á la sombra ó en parage donde corra el viento á las horas de mas calor, y v u é l v a s e al pasto al caer el s o l : el mejor es la yerbecilla que nace en los montes, y en especial las gramíneas (2). N o se le dexe pastar yerba m o (1) El que desee instruirse á fondo en la economía, dirección y manejo del ganado lanar puede ver la traducción castellana de la obra de Dauventon hecha por nuestro célebre veterinario Don Francisco González, y extractada en. el tomo v del Semanario de Agricultura, También podrán consultarse algunos otros artículos del mismo p e riódico y el tratado de las enfermedades de los ganados , escrito por Don Juan Antonio Montes. (2) Al fin d-s la lección pondremos una tabla en que se expresan ¡as mejores yerbas para cada especie de ganados. j a d a , ni se le permita andar entre espinos y zarzas. E n el rigor del invierno se suple el pasto dándole en los corrales p i e n s o , y será mejor el fresco de raices ó de b e r z a s : también se le p u e d e dar h e n o , paja y grano de a l g a r r o b a s , paja de g a r b a n z o s , d e centeno y c e b a d a , con bellotas y otras semillas ó granos triturados, puesto todo en dornajos ó artesillas:. son buenas las hojas secas de carpe , fresno , olmo, olivo y otros, así como la p á m p a na de la v i d en el otoño. Si se introduxese en los montes y a u n en muchos valdíos el c u l t i v o de la p i m p i n e l a , q u e quiere tier- ra pobre y está verde aun en el rigor del frió, se podrá dar siempre al g a n a d o forrage fresco. D e l seco se le pueden dar al d i a dos libras por cabeza. Q u a n d o comience á perder carnes en el invierno , se le dará un puñadito de sal c a d a quince ó veinte d i a s , ó sea u n a libra para veinte cabezas c a d a ocho d i a s , y nad a mas: se les dá á la m a n o , q u e llaman salgar á mano , ó se les echa en el s u e l o , q u e llaman salgar á terreno. P a r a dársela á l a mano se coge la res entre las p i e r n a s , le echa se le abre la boca y se la sal en e l l a , y encima un poco de v i n a g r e a g u a d o : q u a n d o se le dá en terreno se mezcla la sal con algarroba. La sal en corta c a n t i d a d es muy útil para el g a n a d o l a n a r , y perj u d i c i a l si se le dá mucha. L a humedad es muy dañosa al- g a n a d o , y de ella procede g r a n parte de sus enfermedades. E l medio mas sencillo y común de c u r a r l a s , q u a n d o las haya ocasionado en parte el calor e x cesivo de los c o r r a l e s , es el siguiente. T ó m e n s e algunos de e n e b r o ; m u é l a n s e , seqúense en un horno después granos de haber sacado el p a n , y redúzcanse á un polvo m u y sutil: dos dracmas de éste y quatro onzas de s a l , bien tostada y p u l v e r i z a d a , se mezclarán con medio celemín de a v e n a y se dará esta mezcla al g a n a d o en tiempo húmedo ó en que h a y a enfermedad conta- g i o s a , y se preservará de los daños que le p u e d a n venir por u n a ú otra causa. L a roña se les cura cortando la lana en las partes enfermas, frotándolas con alcanfor en infusión con flor de a z u fre y cera , y bañándoselas con lexía. E s de la mayor importancia para la conservación del g a n a - do lanar el c u i d a r mucho de darle á beber aguas limpias y c o r rientes : las estancadas le dañan s i e m p r e , lo mismo que las turbias y corrompidas , causándoles entequéz ó comalia. Está d e mostrado que las a g u a s en que haya el cáñamo estado empozado el lino, y demás p l a n t a s , que se enrían para separar la fi- b r a , son igualmente m u y perjudiciales ; como también las q u e salen de los lavaderos de lanas , y a u n aquellas en q u e h a y a bebido antes el g a n a d o v a c u n o , por lo q u a l siempe deberán l l e varse á la parte, de arriba las o v e j a s , en caso de beber á la par 294 con los b u e y e s ó v a c a s en a l g ú n a b r e v a d e r o de a g u a corriente; ó bien verter el a g u a enteramente si fuese en balsa. N o son menos perjudiciales á las ovejas las a g u a s de t e m p e s t a d e s , de p i e dra ó g r a n i z o ; y así,no solo no se les dexará beber de ellas, sin o q u e no se sacarán á pastar hasta q u e Se h a y a disipado enteramente la h u m e d a d q u e produxo tal l l u v i a , y quede la yerba enteramente libre de ella. P a d e c e además otras muchísimas enfermedades esta precio- sísima casta de g a n a d o $ las quales p u e d e n verse en los t r a t a dos y artículos citados al principio , así como los métodos cura- tivos y las precauciones , q u e deben tenerse siempre para evi- tarlas ,: de c u y o punto nos desentendemos por ahora porque vastísimo campo nos ocuparía demasiado , su y nos l l e v a r í a mas allá de lo que es permitido á unos elementos. M a s lo q u e no d e xaremos de insinuar á lo m e n o s , es la necesidad absoluta q u e tiene todo ganadero de mejorar las c a s t a s , buscando y m e z c l a n do siempre las mejores razas. Esto es absolutamente indispen- sable en todo sistema de g a n a d e r í a ; pero en el lanar se ha d e s c u i d a d o mucho tan importante requisito: por esto vemos bastante desmejoradas las reses de los ganados riberiegos ó estantes. Se han de esquilar q u a n d o y a apunta n u e v a lana ; y para tute t e n g a mas c a n t i d a d de ella no conviene ordeñarlas nunca. De D a n las c a b r a s , las cabras. así como las o v e j a s , l a u t i l i d a d de la l e - che , las c a r n e s , las pieles y el pelo : h a y varias especies d e ellas que se diferencian en el color y en lo largo y fino de su pelo. L o s mejores machos son los g r a n d e s , de cuello corto y carn o s o , buena c a b e z a , orejas c a í d a s , anca g r u e s a , patas firmes, bien poblados de pelo S u a v e , barba l a r g a y grande. Son a p r o pósito para la generación desde los dos hasta los siete a ñ o s ; p e ro no conviene echarlos á las cabras hasta los tres años. U n m a cho suele bastar p a r a ciento y cincuenta cabras por espacio d e dos ó tres m e s e s ; pero si se le d e x a emplear todo este ardor y r o b u s t e z , a c a b a en tres ó quatro años : a u n sin tanto exceso p a rece q u e por su constitución misma y por su mismo fuego , se Consumen y enervan d e modo q u e á los seis años y a son v i e - jos : y a u n q u e pueden v i v i r hasta viene dexarlos tanto los doce ó m a s , n u n c a tiempo , porque con- entonces se i n u t i l i z a y pierde su carne. D e las cabras son preferibles las q u e tienen el «uerpo g r u e s o , q u e son altas y anchas de g r u p a , q u e andan 205 con desembarazo , y tienen las tetas gruesas y largas. Reciben al macho en septiembre , octubre y noviembre, y paren á fin d e l quinto ó principio del sexto mes. M i e n t r a s están preñadas han de beber frecuentemente : y unos dias antes y otros después de p a r i r , es preciso darles del mejor heno. Su parto suele ser l a b o rioso : ténganse entonces en parage caliente , déseles á beber en el acto un poco de v i n o , y aplíquenseles al vientre fomentos con plantas emolientes, L a cria se d e x a r á m a m a r quatro ó seis semanas n a d a mas, •y se destetará poco á poco. N o v i v e n las cabras en sitios p a n t a nosos , sino en ios m o n t e s , y mejor en los mas ásperos. Linneo cuenta seiscientas plantas de que se alimentan : se han de tener distantes de tierras c u l t i v a d a s , porque todo lo destruyen : en verano se sacan al campo á la aurora , sin reparar en q u e h a y a ó no rocío , y se recogen á las diez del dia : v u e l v e n á salir á las tres y se encierran á las ocho. H e aquí una de las muchas r a z o nes por qué no conviene que v a y a n mezcladas con las ovejas: en invierno pueden estar en el campo desde las n u e v e hasta las cinco de la tarde : quieren que en los corrales h a y a limpieza y ventilación. Los cabritos se deben castrar muy temprano q u a n d o aun son t i e r n e c i t o s , para que lo sienten menos : los q u e nacen en s e p - tiembre se castran en marzo , los de diciembre en abril ó mayo, y los de marzo en fin de septiembre. L a r o ñ a , la boquera y otras enfermedades q u e afligen á las cabras , se curan mas fácilmente que en las ovejas 5 pero no obstante es preciso aplicarles sus r e medios respectivos : el aceite de enebro ó miera suele ser el ú n i co que usan los pastores para curarles la sarna ó roña : en otros males , como el de la modorra y ojos s a n g r i e n t o s , también suelen hacerles sus sangrías, . A u n q u e la cabra no tiene un determinado número de tes , antes bien está observado q u e unos dien- individuos tienen mas que otros , y que los machos tienen constantemente mas que h e m b r a s , con todo los pastores conocen su edad por ellos , las y por los nudos ó anillos de las astas: por lo regular no v i v e n mas que doce años ; pero si los pastos son propios para su especie, suelen v i v i r mayor tiempo : aman mucho el a g u a salada , constante que quanto mejor pasto c o m e n , tanto mas y es abundante y mejor leche oían. A ésta para hacer queso , no se le ha de quitar la manteca : la análisis clasifica á la leche de c a b r a , como un medio entre la de v a c a y la^de burra. De los cerdos. N o se han d e dexar cubrir las hembras hasta que tengan dos afros , y el mismo tiempo han de tener los machos para conseguir b u e n a s c r i a s ; sin embargo suele juntárseles al año de edad. L a s hembras han de comer bien q u a n d o están, p a r i d a s , porque h a y peligro de que sino devoren las crias : paren al quarto mes ó principios del q u i n t o , y dos veces en un a ñ o , y aun tres en c a torce méseselo q u e no se ha de permitir si se desea mantener v i gorosa la especie: suelen traer en un parto hasta doce lechoncií l o s ; pero solo se les d e x a r á criar ocho q u a n d o m a s , si se quiere q u e s a l g a n buenos. Sino basta p a r a ellos la leche se les p u e d e dar de v a c a s : lo mejor es vender de la una madre, porción de gorriniilos á las tres semanas : q u a n d o paren dos cerdas , sé han de tener separadas en zahúrdas d i s t a n t e s , con arrimar al pezón de la madre á los cochinillos cuidado de para q u e le el to- m e n en los tres ó quatro primeros dias después de haber nacido. Al mes y medio se comenzarán á d e s t e t a r , madre, separándolos de la dándoles leche m e z c l a d a con a l g ú n alimento mas c o n - sistente, antes de echarlos al pasto. E l s a l v a d o y la harina de c e b a d a y demás cereales, m e z c l a d a con la leche , berzas , p a t a tas , y otra,s raices , son un excelente alimento para los g o r r i n i - ilos de destete ; pero es preciso separarlos de los demás, E l cerdo come quanto e n c u e n t r a , y es por lo mismo el a n i m a l mas útil de todos para aprovechar los desperdicios de las casas. Se ceban mas pronto si se tienen encerrados en un corto recinto : hacen mucho daño en las tierras sembradas , pero son m u y útiles en los barbechos y demás terrenos que se l l e v a n en l a b o r , porque acaban con quantas raices encuentran , y al mismo tiempo l e v a n t a n el terreno, dexándolo tan removido como si lo hubieran arado. A u n q u e este animal se complace en revolcarse en los sitios mas asquerosos, ha demostrado la experiencia q u e ama mucho el a s e o , y que si está en sitio estrecho y se t i e ne que echar sobre su misma basura , con dificultad engorda. L o s machos que no se han de dexar para verracos, se c a p a n d e s de los dos hasta, los seis meses de edad , y no mas tarde : q u e riéndolos engordar para m a t a r l o s , desde l u e g o ha de tenerse el mayor c u i d a d o de que no oigan gruñir á los que c a p a n , sin c u - y a precaución en vano hay q u e esperar que e n g o r d e n , antes bien se eníiaqueeen y no son buenos para nada. Su mejor comida son las bellotas. Los i n g l e s e s distinguen los que ceban para salar, de los que ceban para t o c i n o : p a r a lo primero toman los que t i e nen diez meses, y para lo segundo los de año y medio: las puercas de cria y los verracos t a m b i é n , pueden entrar en cebo para matarlos como los d e m á s , y para esto se les separa" de la m a n a d a , se les c a p a , y después de curados se les pone cebo y e n g o r dan bien. T a n t o á las unas como á los otros debe preparárseles para ce^barlos con una comida d i l u y e n t e , q u e se les dará al principio; después se irá aumentando en c a n t i d a d y consistencia con h a r i na de c e b a d a , c e n t e n o , m a í z , guisantes & c . ; pero en todo c a so es indispensable tenerles el a g u a limpia para q u e beban q u a n do tengan s e d , especialmente en los primeros quince dias del c e bo : después suele escaseárseles, a u n q u e nunca se les quitará del todo. Por fin , las c a s t a ñ a s , el fabuco , la b e l l o t a , patatas y d e más frutos son útiles para el cebo del g a n a d o de c e r d a , tanto mas si se le dan mezclados unos con otros ( i ) . P a r a criarlos no e x i g e n tantos requisitos como otros a n i m a l e s , pues como q u e d a dicho aprovechan todos los desperdicios de las casas y todo quanto encuentran por los campos , alimentándose de todas las substancias comestibles del reyno animal y v e g e t a l , y así las frutas q u e se caen de los á r b o l e s , las hortalizas y r a i c e s , los granos , harinas y s a l v a d o s , las yerbas y plantas leguminosas , los desperdicios del fregadero, las tripas y carnes de otros animales & c . , todo es para su glotonería un pasto r e g a l a d o ; pero siempre es necesario m o d e r á r s e l e , y cuidar i g u a l mente q u e nunca falte el a g u a fresca en el corral para a b r e v a r los , pues la sed les es muy perjudicial y les enflaquece mu- chísimo. E s muy c o n v e n i e n t e , siempre que se p u e d a , sacar al c a m p o el g a n a d o de cerda , llevándolo por los rastrojos, eriales , b a r b e chos , arroyadas y márgenes de los r i o s , pues de este modo se cria mas robusto y con menos gasto : basta dar á los cerdos un pienso quando v u e l v e n , y otro antes de que p a r t a n : un p o r q u e ro ó pastor de cerdos, no puede conducir mas de setenta ú ochenta cabezas ; porque siendo tan golosos como andadores , es i m posible contenerlos sin que h a g a n daños en los sembrados, p l a n tíos y posesiones cercanas al sitio por donde pasan. E l cerdo está sujeto como todos los demás animales á padecer enfermedades t e r r i b l e s , las quales se dan fácilmente á conocer en que tienen las orejas caídas , los ojos lánguidos y abatidos, y no comen con ansia ni recobran el apetito hasta que se han res(i) Véanse sobre este punto los experimentos de Young en el S e manario de Agricultura. TOMO II. 208 t a b l e c i d o completamente. P a r a asegurarse de si un puerco está sano ú enfermo, bascará arrancarle una cerda con su r a í z : si est a está blanca , se p u e d e asegurar q u e está sano ; pero si está encarnada , puede asegurarse que está enfermo. Sus enfermedades suelen ser internas ó e x t e r n a s : l a s internas son fiebre, p a p e r a , ó m u e r m o , lepra , esquinencia , perineumonía , ictericia , s a rampión , letargo , lacera , cursos , cólicos ó torozones , h e m a t u ria y rabia. L a s eniermedades externas son c a t a r r o , úlceras en las orejas , c a r b u n c o s , tumores en las q u i x a d a s , asquerosidad de la p i e l , s a r n a , piojos, fractura y puntura. P a r a el perfecto conocimiento y curación de todas estas enfermedades, puede c o n sultarse el artículo cerdo de la traducción castellana del d i c c i o nario de R o z i e r , al q u a l acompaña una lámina q u e señala los sitios en donde se manifiestan. De los caballos. Hemos l l e g a d o y a al punto en que debemos tratar de la cria, conservación y aumento del g a n a d o c a b a l l a r , punto á la v e r d a d de tanta importancia por su objeto como trascendental por sus c o n s e c u e n c i a s : y si los deseos que me han estimulado á e m p r e n der este trabajo fueran solo reducidos á llenar el momento de la l e c c i ó n , me contentaría con d e c i r , con el autor que nos sirv e de g u i a en lo perteneciente á ganados ( i ) , que los mejores caballos son los Á r a b e s ; y enumeraría en s e g u i d a por el orden de su mérito las castas mas celebradas de otros diferentes países; diría que no se han de despreciar los de n i n g ú n distrito porque, si se saben criar y c u i d a r , no d e x a n de tener c a l i d a d e s que p a ra a q u e l terreno los hacen preferibles á los forasteros ; que d e ben elegirse los mejores para caballos p a d r e s , y no echarlos á las y e g u a s antes de los quatros años ; que no se prive á los p o trillos de la primera l e c h e , como lo hacen a l g u n o s , y q u e se les dexe mamar seis m e s e s ; que q u a n d o t e n g a n doce dientes se les dé un brebajo de harina de a v e n a , que los r e f u e r z a , y pasados los primeros seis meses se aparten de la m a d r e ; q u e para d o m a r los se ha de usar de los medios mas suaves sin apresurarse, y finalmente que los caballos de tiro requieren buen pienso y no perdonarles el trabajo. Pero como mis ideas s o n , al mismo tiempo que procuro llenar los deberes de mi d e s t i n o , insistir por t o dos medios en q u e se r e m u e v a n los obstáculos q u e impiden los (i) Filipo R é . 209 progresos de la A g r i c u l t u r a y el aumento de los intereses del l a b r a d o r , he creído mas propio de este l u g a r , no solo decir lo q u e me parezca sobre el modo de criar y conservar los c a b a l l o s , sino también hacer a l g u n a s observaciones sobre los medios de a u mentar su número hasta el g r a d o que necesitamos. A s í q u e , t r a taremos primero de este p u n t o , y después diremos lo mas p r e ciso acerca de su cria y conservación. Siendo uno de los mas interesantes y necesarios ramos del comercio interior de E s p a ñ a el de los c a b a l l o s , como q u e es la e s pecie de animal mas indispensable al E s t a d o , debe por lo mismo ser la mas atendida. L a A g r i c u l t u r a , el transporte y a c a r r e o , las postas y correos , la fuerza del e x é r c i t o , la diversión de los pueblos, la instrucción de los nobles, el decoro y servicio del M o n a r c a , todo todo reclama imperiosamente la atención sobre el aumento de tan precioso animal. Convencidos los Soberanos de la importancia de este interesantísimo ramo de g a n a d e r í a , han tanteado mil medios y p r o m u l g a d o las l e y e s , vandos , cédulas y providencias que les han parecido mas convenientes para el aumento del g a n a d o y e g u a r y caballar en E s p a ñ a ; pero después de proceder con el mejor d e s e o , después de buscar por todos los caminos tan interesante bien ¿qué se ha logrado? ¿qué hemos adelantado? D í g a n l o la exp e r i e n c i a , y el examen juicioso é itnparcial de los resultados ¡ellos nos demostrarán que , sorprendidos los Soberanos y e n g a ñ a d o el G o b i e r n o , por los informes que recibían de hombres ó poco instruidos en la materia ó interesados en una g r a n g e r í a que solo á ellos podia convenir, ó doblemente maliciosos para ocultar la v e r d a d á la sombra del soborno y del coecho, la cria de caballos ha disminuido notablemente. Sus razas preciosísimas casi han desaparecido , y el número de y e g u a s destinadas á la propagación de su especie es hoy tan p e q u e ñ o , comparado con el q u e f u é , q u e podemos considerarle como cero. P a r a comprobar la aserción precedente, bastará dar 'una r á pida ojeada sobre un escrito presentadoá la superioridad en 1802 por el zelosísimo D o n Pedro Pablo Pomar. E n él se l e e r á , q u e los informes y registros i m p r e s o s , presentados hasta entonces á S. M . por el Consejo de la Guerra y por otras J u n t a s , en v i r t u d de las relaciones de los pueblos hechas á discreción de los escribanos, están llenas de exageración y n u l i d a d , pues cuentan por caballos útiles diez ó doce mil potros recien nacidos que las epizootias , torozones y otras e n f e r m e d a d e s , con los malos t e m porales destruyen de m o d o , que apenas llegarán á mil los q u e v i v e n hasta los quatro años. E n otro lugar del dicho escrito dice su autor con la noble resolución propia de un hombre instrui- pp 2 30° dísimo en el r a m o , q u e s e g ú n los mismos registros presentados a l R e y por el Consejo de la G u e r r a hasta el establecimiento de la última J u n t a de C a b a l l e r í a , ascendía el número de y e g u a s existentes en A n d a l u c í a , M u r c i a y E x t r e m a d u r a á 6 4 3 3 5 9 sobre poco mas ó menos : q u e de estas no se d a b a n al caballo sino 3 2 3 1 7 9 q u e es la mitad ; y q u e podrían p r o d u c i r , si concibiese la quarta parte de e l l a s , 8 3 0 4 4 crias , la mitad hem- bras y la otra mitad machos : en c u y o supuesto sería el total d e potros en las tres referidas provincias 4 3 0 2 2 . E n las demás p r o vincias de E s p a ñ a se v é por iguales d a t o s , q u e la suma total d e y e g u a s 110 pasaba de 5 4 3 7 8 6 , y de estas solo se destinaba a l caballo una tercera p a r t e , es d e c i r , 183262. Cuénianse por g r a n d e s y favorables aumentos si paren 2 3 2 8 2 crias entre h e m b r a s , y machos que es una o c t a v a parte de las y e g u a s echadas al n a t u r a l , y por consiguiente sale un aumento a n u a l de i 3 i 4 5 p o tros (esto se entiende sin descontar los muchos q u e suelen m a tar para dar la y e g u a al burro en el mismo a ñ o ) : unidas pues ambas partidas , á saber 40022 de, A n d a l u c í a , M u r c i a y E x t r e m a d u r a , con i 3 i 4 i de las restantes veinte y tres provincias d e E s p a ñ a , resulta un aumento total de 5 3 1 6 3 potros en todo e l reyno. E l exército, la R e a l caballeriza , los correos , las rentas reales ,, los g u a r d a s de los sitios , los caballos padres y los que, emplean ó de que se sirven otros particulares , ascienden á mas de i o o 3 de continuo servicio y pero considerándolos reducidos a l mínimo número de 4 o 3 , y suponiendo q u e solo se inutilice y perezca anualmente la q u a r t a p a r t e , q u e son i o 3 , resulta q u e nacen 4 3 8 3 7 potros menos q u e los caballos q u e se m u e r e n , ¿ y quántos de estos se morirán antes de l l e g a r á la e d a d de quatro 6 cinco años que.es la de servicio? ¿quáles y quántas no serán las sumas del desfalco que el Estado sufrirá en el dia? C a l c ú l e l a s el q u e guste , mientras que y ó paso á indicar la causa primor- dial de tan enorme p é r d i d a ; los a t r a s o s , males y vejaciones q u e por ella sufre la A g r i c u l t u r a ; y el remedio q u e parece adoptarse para la radical curación de esta terrible debería enfermedad política. H a c e algunos siglos q u e se empezó á notar en E s p a ñ a la falt a de C a b a l l o s , . y se advirtió q u e sus mas bellas q u a l i d a d e s i b a n desapareciendo con bastante celeridad. L a causa primitiva del mal fué conocida desde luego por los verdaderos s a b i o s ; pero a u n q u e entonces y en todos tiempos declamaron contra el extravío de la razón y contra l a n o v e d a d introducida , prevaleció siempre sobre sus clamores y el interés g e n e r a l , la preocupación y el error de muchos mezclado con el egoísmo de algunos. L a s anulas, ese mal engendro de la especie a n i m a l , detestado de t o - 3.oi dos los s a b i o s , es la causa de la degradación de las preciosísi- mas razas de caballos que siempre t u v o E s p a ñ a , y que ron sin comparación los árabes mejora- en el tiempo q u e la dominaron: ellas han disminuido en mucha parte el número de nas , y á no ser por la necesidad de sus c a r n e s , reses vacu- ¿quién sabe si tuviéramos ya ni siquiera la casta ? Por decontado las muías han desterrado al buey de la labranza y de la carretería , y con es- te destierro ha venido abaxo el mas firme apoyo de la Agricul- tura , han escaseado los frutos de la t i e r r a , y han empobrecido al labrador. L a s muías en fin llevándose acia sí las. mejores y el mayor número de y e g u a s españolas , esterilizándolas y a c a b á n - dolas híbrida, con la fecundación son las que acabarán muy pronto con los tristes restos que nos quedan del g a n a d o caballar. L a preocupación de m u c h o s , el interés de a l g u n o s , y la falta de v e r a c i d a d y buena fé en los que informan á la superioridad , h a contribuido infinito á q u e siempre v a y a en aumento tan enorme p é r d i d a . A tales informes , y á la falta de exactitud chos, debe atribuirse por una parte el que la Mancha se exonerase absolutamente por en Jos h e - provincia un pequeño de de la obligación de criar caballos en v e z de muías : á esto bién debe atribuirse el escandaloso la servicio, contrabando que la tam- misma M a n c h a está haciendo , sacando diariamente las mejores y e g u a s a n d a l u z a s , para echarlas á sus garañones : á la falta l a inobediencia , q u a n d o no á otras viles pasiones , de z e l o , á se debe el q u e en las veinte y tres provincias del reyno , en que -es p e r m i tido por la ley echar al contrario la tercera parte de las y e g u a s , se le den al burro todas ó las m a s ; d e x a n d o solo para el c a b a llo las menos, ruines y de peor casta. Y si el estar destinadas á la cria de la estéril y destructora í n u l a , la mayor y mas hermosa parte d é l a s y e g u a s , es la causa no solo de la d e g r a d a c i ó n de la especie c a b a l l a r , sino también de la diminución de su número ¿ l ^ 1 1 c o s a mas justa podrá hav ber que cortar el mal por la raiz? Sábese y está demostrado por todos los escritores ilustrados, tanto economistas como a g r ó n o mos, que las muías han constituido á nuestra labranza en el est a d o mas l á n g u i d o y d e c a d e n t e : que al paso que ha caminado su introducción en la A g r i c u l t u r a , ha desaparecido la la prosperidad y riqueza, el bien de sus a g e n t e s ; pues considerada la g a n a d e r í a en la mano del l a b r a d o r , n a d a es mas importante q u e el tener diversos g a n a d o s ; pero g a n a d o s p r o d u c t i v o s , y así las hembras le son tanto mas útiles quanto que todos los años le a u mentan su familia riqueza. Una v a c a parida hace la felicidad l a b r a d o r a ; con ella de una l a b r a , se alimenta, reemplaza el buey v i e j o , y en s u m a , q u a n d o se inutiliza v a l e tanto como le 3oa costó. L a y e g u a y la b u r r a , echadas al n a t u r a l , aumentan sus p r o d u c t o s , no se e s t e r i l i z a n , y las hembras de su especie reemp l a z a n á las madres en su a n c i a n i d a d : la o v e j a , el c e r d o , y las hembras de todos los animales domésticos, le son mas ú t i les porque con ellas crece su p a t r i m o n i o ; pero la muía q u é le d e x a ? pesadumbres, si por qualquier accidente se le d e s g r a c i a ; nunca g a n a n c i a ni u t i l i d a d a l g u n a , puesto que todo lo c o n sume para sí. ¿ Q u é , r e m e d i o pues á tantos males? ¿ q u é ? cerrar los oidos á las reclamaciones i m p e r t i n e n t e s , y por una justa providencia castrar en un dia todos los garañones destinados hoy á la p r o p a g a c i ó n de la destructora m u í a , y mandar que todas las besfias mulares que naciesen después de cumplido un año de la p u blicación de la l e y se maten por mano del executor de la j u s t i cia c a r g a n d o por miles los derechos de las q u e entrasen en E s p a ñ a del extrangero. D e este modo se cortaría de raiz el mal q u e nos a g o b i a , y de este modo empezaría á renacer la l a b r a n za. Sin otra p r o v i d e n c i a , sin mas coartación ni reglas que las q u e dictase á c a d a uno su propio i n t e r é s , es bien seguro que se cruzarían las castas c a b a l l a r e s , se mejorarían las r a z a s , y así en los caballos como en los bueyes se tocarían ventajas en a d e lante , y se veria con la mayor satisfacción reproducirse el m e recido crédito de nuestros hermosos caballos. M a s para que la especie caballar t e n g a los debidos a u m e n tos y crezcan hasta el g r a d o que corresponde á su clase , es a b solutamente preciso gobernarla baxo a q u e l l a ley general q u e preside ó debe presidir al todo de la A g r i c u l t u r a de que es p a r te ; á saber, favorecer por todos los medios y con la mayor eficacia el consumo interior de los frutos, promover la exportación de los sobrantes, y velar en. que una justa y prudente l i b e r t a d , unid a á la remoción de las trabas y formalidades á que se sujeta á los colonos y c u l t i v a d o r e s , los a l i e n t e ; sirviéndoles de estímulo e l gustoso exercicio de una profesión libre. E s t a l e y , q u e es con la que se vivifica el g r a n cuerpo de la A g r i c u l t u r a , y que hace resucite la abundancia en los Estados, como dixo D o n José G a r c í a de L e ó n y Pizarro en su discurso d i rigido á la prosperidad y mejora de la cria de los caballos , es la misma qué debe ser el cimiento sobre q u e descansen todas las medidas que se tomen, para reparar y volver á su primitivo ser l a importante cria del g a n a d o y e g u a r . C o n efecto prohibida absolutamente la facultad de echar las y e g u a s al contrario, ó lo que es lo mismo de cubrirlas con borric o , pocas ó ningunas r e g l a s , y mucho menos condiciones ni oblig a c i o n e s deberán imponerse al labrador g a n a d e r o ; antes por el 303 contrario debe gozar u n a competente y r e g u l a d a l i b e r t a d , p o r que las demasiadas f o r m a l i d a d e s , competencias j u d i c i a l e s , v i s i t a s , registros y r e s p o n s a b i l i d a d e s , no le h a g a n perder el gusto á la c r i a n z a : para evitar e s t o , la dirección , nistración, pues régimen á la v e r d a d y gobierno, el uso , l a admi- debe dexarse á su arbitrio, ningún j u e z , ningún encargado, por m u y zeioso y v i g i l a n t e q u e s e a , deberá presumirse m a s , ni aun t a n to , como lo es q u a l q u i e r a prudente dueño de su g a n a d o . A s í lo demuestra y acredita diariamente la experiencia especies de g a n a d e r í a en las- demás q u e no tienen sujeción á tantas formali- dades : en ellas no se advierte degradación ó d e t e r i o r o , ni a u n diminución respectiva ; antes bien eu algunas conocido to. ¡ O x a l á que mis cortas aumen- reflexiones, dictadas solo por el. bien del Estado en g e n e r a l , produzcan a l g ú n dia el éxito á q u e se d i r i g e n , y que volviendo á la práctica y laudabilísimas costumbres de los q u e vivieron en siglos mas f e l i c e s , imitemos su e x e m p l o , sin dexar por eso de convertir también en nuestro p r o v e cho las luces de las demás naciones europeas q u e tanto den sus verdaderos intereses. D e este modo entien- es bien seguro q u e no pondremos trabas al orden q u e la naturaleza recibió del C r i a dor para q u e las especies se propagasen c a d a una en su línea y según su género. Aprovechémonos pues de los recursos que el Supremo H a c e d o r puso en nuestras m a n o s , y aumentemos quanto se p u e d a los animales y semillas fructíferas ; pero detestemos no solo los infecundos sino los esterilizantes, como son las muías, las quales acaban c o n s i g o , con sus padres y con sus madres. Y o repito que las d e t e s t o : y á vista no solo de la i n u t i l i d a d q u e re^ conozco en ellas, sino también de ios daños q u e considero causan á la A g r i c u l t u r a , no se extrañe q u e omita el hablar de ellas. E l q u e guste instruirse en todos los pormenores de tal animal p o drá consultar la palabra M u l o del Diccionario de A g r i c u l t u r a d e R o z i e r ; por mi parte continuaré hablando de lo perteneciente a l g a n a d o caballar valiéndome de Jas juiciosas reflexiones de B a u r g e l a t , según el extracto dé su obra q u e se nos d á en e l . S e m a n a rio de A g r i c u l t u r a y A r t e s , tomo x , página 404. L a palabra y e g u a d a significa la unión de muchas y e g u a s , y de un cierto número de caballos enteros destinados para sacar razas n u e v a s y perpetuar las especies. L a y e g u a d a ó es de u n particular ó del Concejo: la primera tiene un solo y único dueño, y la s e g u n d a se compone de y e g u a s de diversos dueños, y de a l g u n o s caballos enteros q u e sirven para c u b r i r l a s , y que se mantienen de cuenta de los propios de los pueblos, por lo que se Jlaman caballos padres de Concejo. L a s y e g u a d a s de los particulares suelen pastar en tierras pro- pías de su dueño cierta ó a r r e n d a d a s : señalando á las y e g u a s u n a porción de esta tierra para su pasto, se le dá entonces el nombre de dehesa yeguar ; y el mismo nombre tiene el terreno destinado,para pastos de las q u e pertenecen á distintos dueños. Siempre que h a y u n a dehesa para el invierno y otra para el v e rano se llama la primera invernadero, y la s e g u n d a agostadero, también se distinguen con esta última palabra los sitios q u e h a n estado sembrados, y después de q u i t a d a s las mieses v a n las y e g u a s á pastarlos y á comer sus espigas. C o m o los potros no pueden v i v i r con las y e g u a s l u e g o q u e lleg a n á los dos años, se les destina un pedazo de tierra ó dehesa q u e se llama potril, en la q u a l están hasta la época en q u e e m - p i e z a n á trabajar. E l mejor terreno y' los mejores pastos se han de reservar p a r a las y e g u a s p r e ñ a d a s , ó que estén criando ; otra porción de t i e r ra no tan rica y substanciosa, se destina para las y e g u a s que no han sido cubiertas y para las p o t r a n c a s ; y finalmente los machos de dos ó tres años enteros ó c a p a d o s , se ponen aparte en el sitio mas seco y desigual q u e esté bien c e r r a d o , para impedirles toda comunicación con las y e g u a s y p o t r a n c a s ; porque se enervarían con ellas, y los capados las atormentarían y se perderían e n t e ramente. Se destinan los mejores pastos para las y e g u a s preñadas y d e cria, tren á fin de q u e los potrillos nazcan mas robustos , y e n c u e n en sus madres leche buena y abundante. Se ponen las q u e no están p r e ñ a d a s , aparte porque como mas l i g e r a s , las p o - drían acocear y hacer a b o r t a r . ' E n quanto al p o t r i l , se dice q u e h a de ser desigual para que obligados los potros á subir y ba- x a r , se agiliten y fortifiquen mas sus miembros : también debe ser seco , porque es evidente q u e en tales sitios se crian caba- llos mas sobrios , ligeros y vigorosos , en l u g a r de que los potros nacidos y criados en sitios húmedos y pastos substanciosos, a u n q u e crecen mas , no son t a n fuertes por lo común ; suelen tener la c a b e z a g r a n d e y gorda , el cuello c a r g a d o , el cuerpo grueso, anchos los hombros, mucho pelo en las patas , vista d é b i l , y cascos de mala c a l i d a d & c . L o s q u e se crian en pastos m e d i a n o s , ni :nuy p o b r e s , esto es ni m u y ricos salen de mayor talla q u e los primeros, y r e g u - larmente no son menos nerviosos. : en Sería bien d i v i d i r los prados en d o s ' p a r t e s , ellos los caballos y los bueyes á fin de meter alternativamente ; porque l a basura reciente y la orina del caballo empobrece y q u e m a el terreno de los p a s t o s , estuviesen q u e durarían mucho m a s si los caballos no en ellos de continuo : el buey repara este daño ; no 30? .come mas que la yerba a l t a , corta los tallos gruesos y destruye insensiblemente la yerba mas grosera. E l caballo no pasta sino l a yerba tierna y por consiguiente la que está mas cerca de tierra, y dexa g r a n a r y multiplicarse á la que se l e v a n t a , cuyos son duros - de manera que el prado que pasta buey 7 un tallos da un pasto fino. Es necesario tarríbien q u e h a y a a g u a s á donde v a y a n á ber , y q u e sean solo son mal sanas por contener muchas impuridades é insectos , sino los caballos que porque las e m p a n t a n a d a s be- no porque corrientes, están habituados á ellas, quando beben otras mas v i v a s , mientras q u e si están padecen acostum- brados á las corrientes resisten mejor las a g u a s blandas q u e h a llan después. C o n v i e n e que h a y a árboles que les sirvan de abrigo ; y es m u y importante el arrancar los troncos de los árboles cortados, quitar todas las raices y ramas q u e b r a d a s en que se pueden h a cer d a ñ o , y rellenar los hoyos q u e hubiese donde pastan. Del modo de cruzar las razas* N i n g ú n animal parece que degenera tanto como el c a b a l l o , y a sea porque prestamos mas atención á la belleza y q u a l i d a d e s de estos animales que de los otros , ó y a porque efectivamente desmejore en la propagación. E l primer medio de p r e c a v e r se las degeneraciones prontas fué efecto de un raciocinio que .confirmó la experiencia : viendo los hombres q u e lo bueno y lo bello de todos los seres animados estaba repartido un poco acá y otro allá en toda la superficie del g l o b o , y que la belleza degenera- ba siempre en c a d a clima si no se r e u n i a i c o h otra parte de h e r mosura , tomada de i n d i v i d u o d e climas distantes, reconocieron la necesidad absoluta de cruzar las. castas y. renovarlas conti- nuamente por medio de las razas extrangeras. D e aquí nace el empeño de los E u r o p e o s , Asiáticos y Africanos en dar á sus y e g u a s caballos á r a b e s , á los quales deben estas tres partes mundo sus mejores caballos 5 de aquí el esmero con q u e . s e v e e n de continuo las y e g u a s mas nombradas del pro- de A l e m a n i a de caballos padres Berberiscos , T u r c o s , Españoles , Húngaros , Italianos ; y de aquí el c u i d a d o de y e g u a s á toda De costa esta manera degeneraciones TOMO II. se caballos ha los Árabes , procurado Turcos , Daneses evitar en todas partes inevitables con que se QQ ó Ingleses de dar á sus desfigura la &c. las naturale- za mas ó menos pronto , 3° según б el clima y los pastos::: ( i ) . L a elección del caballo padre y de la y e g u a , y de las nas dehesas serán los únicos medios que g a n la especie caballar en perfeccionen quanto sea posible. buen no solamente bue­ manten­ e s t a d o , sino que también la N o consiste la elección buena de un caballo padre en que t é n g a l a s circunstancias q u e indican los autores de veterinaria y economía rural : es necesario qualidades q u e t e n g a n ciertas de conformación , y que se corrijan los defectos propios de países donde se crian los potros, hijos de estos caballos los padres: por exemplo , los caballos de A n d a l u c í a son muy fríos de e x t r e ­ midades , largos de quartillas , tienen mucho f u e g o , ardor y así deberán elegirse para a q u e l l a provincia caballos con las extremidades membrudas y g r u e s a s , llas y de un temperamento mas flemático. &c; padres cortos de quarti­ Estas propiedades y las opuestas, que presenten las y e g u a s de A n d a l u c í a , se modifi­ carán de suerte q u e en las crias saldrán reparados los defectos del país. Es cierto que siendo estos propios del g a n a d o caballar de A n d a l u c í a , no bastará se h a g a u n a v e z esta mezcla ó c r u z a ­ miento , y que será necesario continuarla ; porque sino á la t e r ­ cera ó quarta generación comienza á degenerar el g a n a d o cendiente de aquella primera mezcla y presentarse con la des­ finura de e x t r e m o s , l o n g i t u d de quartillas y demás defectos de confor­ mación q u e se intentaron reparar con la mezcla de un caballo, q u e tuviese los extremos gruesos y fuese corto de quartillas. E s ­ to es lo q u e sucede con mas frecuencia ; pero a l g u n a otra obser­ vación manifiesta que necesita la n a t u r a l e z a mas tiempo y g e n e ­ raciones para reformar las castas. A d e m á s de elegir un caballo p a d r e , c u y a s calidades, se opon­ g a n á los defectos que se observen en el g a n a d o del p a í s , con­ viene .mucho que el criador de caballos t e n g a pastos proporcio­ nados á la especie de los que quiera establecer e n su yeguada; : pues por .observaciones prácticas se sabe que ciertos pastos como el'heno ,. la alfalfa , ei pipirigallo & c . hacen á los caballos mas grandes y de mas hueso que la yerba fina , que es el pasto mas f ordinario de los potros y y e g u a s a n d a l u z a s y e x t r e m e ñ a s ; y q u e parece un alimento mucho mas propio para darles aquella ra y fuego , que r e g u l a r m e n t e presentan los que finu­ se crian en aquellas provincias. E n esta atención siempre que un piariego ó criador de ca­ (i) Puede verse la descripción que hay de las diferentes castas de caballos, en el lugar del Semanario que citamos últimamente, del qual he temado mucho para esta lección. ballos los q u i e r a sacar buenos 3°7 para la labor ó para carruages, es necesario que busque no solo un caballo padre con la a l z a d a y corpulencia correspondiente , sino también pastos propios para mantener en las crias las buenas propiedades que deben para dichos muy fines. pronto Sin esta precaución se verá q u e las crias de los mejores padres, tener degeneran volviendo á p r e - sentar los defectos del paíSr De los asnos. Los asnos sirven para muchas cosas, y así se deben propagar; si son lentos, obstinados é indóciles , cientes y baratos de mantener. también son sobrios, A c a s o no se encuentra pa- animal mas apropósito para todo género de trabajo: son útiles desde los tres años hasta los doce. Si se les dá de comer algo' mejor y no se les fatiga d e m a s i a d o , podrán Servir hasta v e i n t e ó mas años. Elíjanse para padres los mas sobresalientes , y no se echen i n d i ferentemente á todas las b u r r a s : cuidense estas mientras están preñadas y no se h a g a trabajar demasiado pronto á las c r i a s , si se desea mejorar la raza y que dé mas De otros quadrúpedos utilidad. útiles ó perjudiciales* N o se hablará en este l u g a r sino de aquellos cuyo conoci- miento interesa mas al agricultor. C o n v i e n e criar conejos por- que en ellos todo es b u e n o , la carne , la piel y el e s t i é r c o l : este se puede echar cort mucha ventaja en los alfalfares y tréboles, después de sembrados é i g u a l a d a con el rastro la semilla que se ha esparcido. Se mantienen bien con estas dos y e r b a s , y tam- bién se les puede dar s a l v a d o mezclado con mijo. T a n t o como son perjudiciales los conejos campesinos porque su diente devorador no perdona planta ni s e m i l l a , son útiles labrador que los mantiene ; encerrados ert • v i v a r e s ó bien construidas. Son bien notorios los productos de su pelo ra la fabricación de sombreros y otras manufacturas tes; é igualmente dante carne en pa- importan- es conocida l a u t i l i d a d de su sabrosa y abun: la economía doméstica ; por lo q u a l y por lo indicado- arriba -el conejo' debe ser, según R e , - u n o de los males que entren en el plan de g a n a d e r í a baxo la mano d e l brador, al conejeras i f . • ' , i ... : anila- 3o3 P a r a criar pues conejos caseros en la mayor c a n t i d a d posi- ble es preciso elegir un sido á propósito, cercado de tapias y con buenos cimientos para q u e no los p u e d a n minar y escaparse t o dos : al rededor de las p a r e d e s , ó bien á u n a parte de ellas se disponen los nidos en d o s , tres ó mas series ó g r a d a s b a x a s , p a ra q u e p u e d a n subir de unas en otras los conejos: el fondo de estas debe tener algunos a g u g e r i t o s , y estar en pendiente acia ellos para q u e salga el orin 3 y p u e d e n formarse de piezas d e barro cocido hechas al i n t e n t o , de ladrillos, de tablas & c . 3 pero en todo caso convendrá q u e estén amparadas de la acción de los temporales; y c u b i e r t a s , ó mas bien d e b a x o de un cobertizo alto y despejado. Estos nidos ó madrigueras deben ser grandes y construidos de modo q u e se p u e d a n limpiar á menudo y mantener en ellas el mayor aseo , pues de lo contrario los conejos enferman y mueren todos : por esto es m u y del caso remudar semanalmente l a paja,; el h e n o , ó q u a l q u i e r a o t r a m a t e r i a que les sirve de cama, sahumándolas madrigueras con.plantas aromáticas y aun con v i n a g r e , para alejar toda sospecha de mal. E l alimento ser todo géuero de verde ; pero en especial el h e n o , la puede alfalfa, la p i m p i n e l a , todas las plantas aromáticas, los granos y simient e s , el s a l v a d o & c . : las coles es el peor de todos y les daña. L o s machos generalmente riñen y matan muchas de las crias; por esto h a y necesidad de tenerlos separados de las hembras lueg o q u e las c u b r e n , y aun muchas veces conviene también s e p a rar a l g u n a s de estas, q u e son inquietas y amigas de meterse en los nidos de las demás. Q u a n d o la hembra necesita del macho se le dá por algunas horas y después se le. quita. L o r m o y ( 1 ) i n tenta persuadir q u e no deben sacar mas q u e cinco crias al a ñ o ; porque si .crian m a s se debilitan las madres y los g a z a p o s ; sin embargo creo muy bien por el tiempo q u e los he c r i a d o , q u e cada, h e m b r a . p u e d e dar muy á gusto de seis á siete crias. E s t a n d o d e p a r a d o s los machos de las hembras , p u e d e n d e xarse las crias un mes ó mas con las madres 3 porque entonces no peligran ; pero pasado este tiempo es preciso sacarlas y j u n tarlas todas en un sitio, apropósito, donde puedan permanecer hasta tener dos -y medio ó tres meses si se q u i e r e , pero con s e paración los machos y d a s hembras. Sin e m b a r g o si se desea s a car todo el partido^ d e d o s machos y tener una carne delicada se caparán á los tres; meses, y entonces pueden estar juntos con las hembras del depósito hasta que se h a y a n de comer. D o s personas se necesitan para capar un conejo; u n a q u e lo tenga y la (1) Semanario de Agricultura y A r t e s , tomo x n , página "1.17. 3°9 otra que saque un testículo de c a d a v e z , causando al animal l a menor mortificación posible ; hecha la o p e r a c i ó n , se le unta con un poco de manteca fresca ( i ) . Del perro y el galo. E l perro mastín ó mestizo es tan necesario al labrador como q u e sin el no p u e d e g u a r d a r su g a n a d o , su h a c i e n d a , ni aun su p e r s o n a : para ser bueno debe ser vigoroso y f u e r t e ; con l a c a b e z a l a r g a , la frente c h a t a , boca g r a n d e y bien h e n d i d a , las patas n e r v i o s a s , el cuello c o r t o , los ojos negros y v i v o s , ancho de hombros, de voz alta y espantosa, buen olfato, sueño ligero, carácter t r a n q u i l o , ni muy m a n s o , ni muy feroz. Este animal tan precioso para el l a b r a d o r , está sujeto los demás á como varias enfermedades, entre las quales n i n g u n a le es mas incómoda que el moquillo : es pues necesario c u i d a r de los cachorros en su menor e d a d , y tratar de c u r á r s e l a s : sobre lo qual puede consultarse el Diccionario de R o z i e r en las p a l a bras con que se denomina c a d a una de e l l a s , ó el extracto q u e se publicó en el Semanario de A g r i c u l t u r a y A r t e s , tomo v pá- g i n a 392. E l gato también es útil en las c a s a s , si no fuere de- masiado goloso y ladrón ; pero los perros cuzcos acostumbrados á cazar los ratones domésticos, son preferibles á los gatos. JLas comadrejas, otros las a r d i l l a s , los topos, gatos monteses y muchos animales dañinos, causan muchos estragos en los p a l o m a r e s , g r a n e r o s , prados y h u e r t a s ; por lo q u a l es n e c e s a rio perseguirlos, hasta aniquilarlos por todos los medios posibles. De las aves. U n labrador debe ante todas cosas procurarse un buen ga- llinero , así por la utilidad que le d e x a n los h u e v o s , los pollos y las g a l l i n a s m i s m a s , como por lo poco que le puede costar su mantenimiento y c u i d a d o , q u e pertenecen exclusivamente á las mugeres. Los corrales, dormitorios, ponederos, cobertizos y comede- ros , deben estar construidos de modo que sean á un mismo tiem(1) Véanse las curiosas observaciones que sobre ¡a cria de conejos caseros se hallan en el citado tomo, página x a i . 3io po sanos, c ó m o d o s , seguros y v e n t i l a d o s : debe asimismo mantenerse todo con la mayor l i m p i e z a , pues de lo contrario enfer- man y mueren fácilmente las gallinas. . P a r a c a d a doscientas cincuenta g a l l i n a s bastarán quince g a llos : aquellas y estos deben escogerse de las castas mejores, pues no de otro modo se propagan y conservan las buenas especies. L o s dormitorios de las gallinas deben estar lientes paja en el i n v i e r n o , y para esto se les abrigados y c a - echará una tanda de seca de la de las camas de los g a n a d o s caballar ia q u a l se remuda c a d a quince d i a s , q u i t a n d o ó mular, diariamente los montones de gallinaza que ellas mismas sueltan cada noche. E n el verano no se echará la p a j a , antes por el contrario se barrerá , sacudirá y limpiará todos los dias. L o s palos y escalerillas de los dormitorios, deben ser t a b l e a dos y bastante anchos para q u e las gallinas p u e d a n tener sus pies sentados en llano : y si se p u e d e , convendrá q u e h a y a dos t a n d a s de ellos á fin de remudarlos c a d a ocho ó quince d i a s ; pues de este modo no habría que temer los efectos del piojillo q u e t a n to las mortifica ¿cada v e z q u e se r e m u d a n , es indispensable l i m piarlos y lavarlos con esmero , para destruir los mismos piojos q u e p u e d a n tener. Estas escalerillas ó anfiteatro del dormitorio, se pondrán en verano de fachada al norte y espalda al medio d i a , y en invierno á la inversa , d e x a n d o en ambos casos el paso correspondiente, y las entradas que se necesiten para r e c o - nocer los ponederos, h a c e r l a s limpias & c . ; y por ú l t i m o , las e s calerillas se pueden colocar á la distancia de media v a r a , ó de dos tercias á lo mas una de otra. D e b e cuidarse igualmente de la limpieza y aseo de los b e b e deros. E n un número de g a l l i n a s , como el que suponemos q u e es el mas arreglado para un solo corral, será preciso remudar el a g u a tres ó quatro veces al dia en el v e r a n o , y dos por lo me- nos en el i n v i e r n o , proporcionando las horas según las estacion e s , para que en las calientes la beban fresca y en las frías temp l a d a ; y al mismo tiempo jamás la t e n g a n inmunda , pues por esto se aconseja, con sobrada razón q u e se frieguen los dichos bebederos siempre q u e se les remude m u y bien el a g u a . L a s a g u a s de p o z o , a u n q u e sean buenas y salgan á buen temple en todas e s t a c i o n e s , no son s a l u d a b l e s , si antes no están depositadas en vasijas descubiertas para que se m e t e o r i c e n : deben p r e ferirse las de r i o , y á falta de estas las de fuentes. L o s corrales donde las gallinas h a b i t a n , deben ser enxutos y de n i n g ú n modo de aquellos en q u e se detiene a g u a q u a n d o l l u e v e ; si tal sucediere ó embalsa el es necesario darles salida á toda c o s t a , en inteligencia de que si se estancan y las g a l l i - 3 " ñas beben de aquellas a g u a s , enferman y mueren de p e p i t a , c e g u e r a y otras enfermedades. E l alimento de las gallinas son regularmente los g r a n o s ; p e ro entre estos unos les son mas provechosos que o t r o s : el trigo, la c e b a d a , la a v e n a , el m i j o , el p a n i z o , maiz & c . , les a p r o - v e c h a mucho así como los salvados de las mismas semillas : no les son menos útiles los desperdicios de las c a s a s , las hortalizas, y muchas y e r b a s ; y así un g r a n gallinero se puede mantener con poco gasto y mucho ahorro,pues muchas d é l a s semillas m e nudas con que se p u e d e n alternar las cosechas, le mantienen sin gasto especial ó de consideración. Sin embargo , sea q u a l el alimento , debe dárseles cocido en el invierno , y el fuere salvado deberá escaldársele todo el a ñ o , lo que contribuye infinito p a r a aumentar la postura , y que a u n en el invierno h a y a abundan- cia de huevos. A esto mismo puede contribuir si al tiempo de cocer la c o mida ó el a g u a para escaldar el s a l v a d o , se les echan algunos ajos picados ó se les polvorea ligeramente la comida con un p o co de pimentón picante ; pero se advierte q u e tales medidas s o lo pueden tomarse en el invierno y de ningún modo en el v e r a no : en esta estación son m u y del caso las yerbas f r e s c a s , d a d a s como regalo y no como alimento. L a comida se les dará en muchas veces y siempre en corta c a n t i d a d , para que no se embuchen ni la d e s p e r d i c i e n , sin d i s minuir por eso la dosis acostumbrada , sino repartiéndosela en tres ó quatro veces , una al a m a n e c e r , y las d e m á s , según las e s t a c i o n e s , á las horas proporcionadas ó en tercios i g u a l e s : , e n i n t e l i g e n c i a de que quanto estén las gallinas mejor alimentadas, ponen constantemente con mas a b u n d a n c i a , aun en medio del invierno. Si se quiere , p u e d e dejárselas salir un rato en verano á p a s tar los rastrojos. E s sumamente útil no mezclar las castas conocidas por ponedoras y q u i e t a s , con las q u e no lo s o n : las gallinas blancas ó blanquecinas son generalmente las peores ; pues sobre otras n u lidades tienen la de poner menos h u e v o s , la de no engordar t a n t o , y la de v i v i r menos tiempo que las de otros colores: las n e gras y las roxas son las mejores: de t o d a s , las calzadas y las de pluma v u e l t a ó rizada son despreciables:también lo son las que cantan como el g a l l o , y las que pican los huevos y se los comen; todas e s t a s , así como las v i e j a s , deben separarse quanto antes del corral y de la compañía de las demás. L a s gallinas muy grandes no son buenas p a r a tener muchos h u e v o s , porque ponen p o c o ; las enanas son muy ponedoras, p e - 1X2 ra además de q u e suelea ser chicos sus h u e v o s , ellas mismas l i e n c n poca carne y no son buenas para c l u e c a s , porque cubren menos huevos y los quiebran : las mejores pues son las m e d i a - nas de casta c o m ú n , principalmente aquellas de que se sabe por experiencia q u e ponen m u c h o , tienen bastante c a r n e , y son buenas para cluecas. L o s gallos se elegirán de entre aquellos pollos mas valientes, y q u e en la lucha con sus compañeros q u e d a n vencedores , los q u e son mas enamorados desde pequeños, y se advierte q u e cortejan con libertad : además deben tener buen cuerpo , la cres- ta muy colorada y derecha , la cabeza g r a n d e , el pie c o r t o , r e cio y bien a g u d o , las uñas largas , las orejas g o r d a s y blancas, las barbas grandes y mezcladas de b l a n c o , el cuello muy e r g u i do y adornado de largas plumas doradas , y pecho grueso , q u e no sean zancudos ni e n a n o s , que tengan grandes a l a s , alta c o la , y q u e l a s plumas de ella lleguen hasta l a cabeza ; q u e sean derechos , fieros y de aire magestuoso , de ojos negros ó p i n t a dos , y círculo r o x o , colorado ó a z u l , t a n osados q u e no conozcan el m i e d o ; de color negro ó r u b i o , alegres y no m u y grandes, p u e s los g r a n d e s no pueden cubrir cómodamente á las gallinas: tampoco han de ser pequeños porque su casta sale desmedrada: han d e ser m u y veladores y q u e canten temprano de noche, c o mo no sea antes de las doce. A d v i é r t a s e sobre todo que á los p o llos q u e se destinan para g a l l o s , es necesario registrarlos q u a n do pequeños, y si sobre la rabadilla se les encuentra una berrug u i l l a de color a m a r i l l o , a u n q u e t e n g a n todas las sobredichas q u a l i d a d e s , deben desecharse , pues para n a d a son buenos sino p a r a el plato. D e todos modos se renovarán cada dos años , n o obstante el refrán q u e dice : el criado y el gallo un año. L a s gallinas para cluecas han de ser anchas de c u e r p o , de g r a n d e s alas , bien e m p l u m a d a s , sin espolones, con pocas uñas, m u y pacíficas y q u e sepan llamar ó convidar á los polluelos. E l tiempo mejor de echarlas para sacar pollos , es desde mediados de diciembre hasta fines de a b r i l : en los primeros meses salen mejores los pollos,mas fuertes y menos enfermizos: los q u e se s a can después ó mas tardíos, son regularmente pequeños y d e l i c a d o s ; pero no por eso deben dexarse de sacar ios q u e se puedan, pues siempre sirven para llevarlos al mercado para el consumo diario : el número de huevos q u e se ha de echar á c a d a c l u e c a , no pasará de diez y o c h o , ni baxará de d o c e ; pero en todo caso será preciso contar con el tamaño d e la gallina , la estación y el clima : á las pequeñas se les echarán menos que á las g r a n d e s , porque el pequeño cuerpo de aquellas no puede cubrir tantos como e s t a s ; en las estaciones y climas fríos también se les p o n - drán menos h u e v o s , 3i3 porque ni en las aves ni en la atmósfera hay tanto calor para la incubación , y así es preciso que la g a llina los cobije bien. L a s cluecas deben estar enteramente separadas entre sí y de las- demás compañeras , de los gallos y de todo bullicio , teniéndolas también en p a r a g e a b r i g a d o y medianamente caliente. D e b e n elegirse para echar á la clueca los huevos mas frescos y de i g u a l t a m a ñ o , de cascara d e l g a d a y lisa pero pesados ; de modo que echándolos en un barreño de a g u a fría se v a y a n todos ellos al fondo prontamente. T a m b i é n se ha de observar q u e estén g a l l a d o s , pues á faltar este requisito no podrá haber pollos. L o s nidales para las cluecas se han de tener en tierra ó muy poco altos, dispuestos de modo que no puedan moverse los h u e vos al entrar y salir las g a l l i n a s : también será útil que t e n g a n sus puertecillas de zelosía ó de red de alambre para obligar á l a gallina inquieta á qué esté sobre los huevos el tiempo que debe, y que no salga si no á las horas competentes para comer , be- ber & c . , y para impedir que otras v e n g a n á inquietarla : la comida y bebida se les pondrá muy cerca de los n i d a l e s , p a r a q u e no tarden en volver á los huevos quando salen. E n los nidos de incubación se pondrá por cama un poco de heno y pluma de las mismas g a l l i n a s : y de quando en quando se sahumarán con r o m e r o , laurel, tomillo, e s p l i e g o & c , durante la incubación. A los veinte dias de echada la g a l l i n a sobre los h u e v o s , se reconocerán, y si están picados por el pollo que quiere salir, p e ro que no puede romper la c a s c a r a , se le ayudará á ello q u e - brantándola poco á p o c o , y con cuidado de no lastimar al a n i malillo que está d e n t r o ; bien que i g u a l diligencia hacen por sí las gallinas buenas. L o s pollos recien nacidos se conservan por ocho ó doce dias recogidos sin d e x a r á la madre andar d i v a g a n d o , y en este t i e m po se les dará un alimento compuesto de migajas de pan y de queso amasado con v i n o , ó bien harina de c e b a d a amasada con a g u a y mezclada con unas hojas de p u e r r o s , ó cebollas medio cocidas y picadas muy bien : en los dos primeros dias bastará ponerles en unas tacitas un poco, de vino mezclado con agua en partes iguales y azúcar , todo desleido y bien combinado : á los quince dias ya se les puede dexar en libertad , y de quando en q u a n d o repartirles algunos puñados de mijo , sus sopas de vino y a l g u n a v e z de ajo , para que se reanimen y fortifiquen. Tam- bién es útil darles algunas ensaladas picadas , y las ortigas c o c i d a s , picadas y amasadas con salvado ó moyuelo les aprove- cha m u c h o : advirtiendo que en los primeros quince dias debe TOMO II. B.R 314 dárseles la comida sobre un trapo ó paño recio de lana para q u e , picando en b l a n d o , no se lastimen los tiernos p i q u i l l o s , c u y o daño les acarrea la muerte muchas veces. E s sumamente provechoso para los polluelos y para las m a dres ponerles en un rincón á propósito ceniza en el invierno , y polvo ó tierra muy menuda en el v e r a n o ; pues teniéndolo se r e v u e l c a n y espulgan , librándose de la comezón y de los piojos. Q u a n d o Ja estación es f a v o r a b l e , ó q u a n d o están asistidos con los cuidados que q u e d a n referidos, pueden muy bien r e u nirse los pollos de tres gallinas en una sola, siendo de una e d a d ; y entonces admitiéndolos como los admiten las que son pacíficas, q u e d a n las otras vacantes para poderles quitar la cloquera , y q u e se dispongan brevemente á n u e v a postura. L a cloquera se les quita atravesándoles una pluma por las n a r i c e s , bañándolas p a r a refrescarlas,echándolas en parte que no hallen n i d o , y p o niéndolas debajo de un cesto donde a y u n e n tres ó quatro dias: pasado este tiempo suelen cacarear , y entonces se les arrima el gallo para que acabe de pasárseles la calentura. Se acostumbra castrar los pollos para q u e sus carnes sean mas delicadas y sabrosas ; pero si se quieren tener tan gordos y delicados como los c a p o n e s , puede lograrse manteniéndolos s o los , con absoluta separación de las hembras desde m u y c h i q u i tos. Si se quieren castrar ha de ser temprano , precisamente en a q u e l tiempo en que ellos empiezan á ser e n a m o r a d o s , q u a n d o cantan y se pelean unos con o t r o s , ó lo que es lo mismo q u a n do tienen tres meses de edad. D e b e n escogerse para capones los pollos" de mayor casta , y los que proceden de gallinas grandes: q u a n d o se les h a y a de castrar, no se les dará de comer ni beber u n dia antes ; y para tenerlos bien vacíos de e s t ó m a g o , se les mantiene encerrados. Verificada que sea la operación , se les encierra en p a r a g e a b r i g a d o y de corto recinto , para que no anden mucho : si no se embeben y ocultan la cresta y barbas se les cortan para que no los persigan los g a l l o s ; pero esto ha de ser algunos dias después de la castradura. A los capones también suele empleárseles en sacar pollos como las cluecas , pero nunca son estos tan b u e nos ni trae ninguna ventaja semejante método : por el contrario las pavas son m u y á propósito para empollar huevos de gallinas c o m u n e s , así por su grande cuerpo y mucho calor , como por el cariño que les toman. Por esto, y porque puede echárseles hasta treinta y seis h u e v o s , son preferibles aun á las mismas gallinas. 3i5 De sus enfermedades. Y a se ha dicho q u e entre las muchas e n f e r m e d a d e s , que p a decen las g a l l i n a s , son las mas frecuentes y peligrosas la ceguera y la pepita : ambas por lo regular provienen de u n a misma causa j aunque de la ceguera curan con mas facilidad q u e de la p e p i t a , que proviene unas veces de humedad y f r i a l d a d , y otras de mucha sequedad. T a m b i é n se les origina de beber aguas calientes é inmundas, en las quales abundan las partículas nitrosas y corrosivas. L a gallina q u e , tocada de q u a l q u i e r a de las enfermedades p r e d i c h a s , bebe en la vasija q u e las d e m á s , dexa el a g u a inficionada de m o d o , q u e quantas bebieren de ella enferman : por esto se han de separar todas las enfermas , quitándolas al m o mento de entre las s a n a s , y con mas prontitud y urgencia de £ntre las nuevas , á las quales se comunica el contagio con mas rapidez. L a costumbre q u e h a y de cortarles las a l a s , es sumamente nociva por quanto , endureciéndoseles los cañones q u e les q u e d a n , las mortifican y hacen padecer. Por el contrario les es muy .provechoso arrancarles las plumas de las alas y cola en los m e ses de mayo y junio : de este modo salen también a q u e l l a s , c u yos cañones llenos de sangre les causan la mayor incomodidad. L a pepita no es otra cosa q u e el pellejo de la parte inferior la punta de la l e n g u a , endurecido y calloso : el animal que la p a d e c e anda continuamente con h i p o , abré el pico con l a mayor f r e c u e n c i a , no puede c o m e r , y por lo mismo nunca se harta ; antes bien se v á secando y muere. P a r a curarlo es preciso arrancarle la p e p i t a , c u i d a n d o - d e no lastimar la l e n g u a , y en s e g u i d a lavársela con un poco de leche m a n t e c o s a , á fin de q u e se le mitigue el dolor : luego se le tiene sin beber una hora, y q u e d a remediado el mal. acia L a ceguera ó mal de ojos suele ser de dos modos: uno la opthalmía ó inflamación, que proviene de gran calor interior, c a u sado por los mantenimientos cálidos ; y otro la fluxión catarrosa ó flemática . procedente.de mantenimientos húmedos, ó de l a intemperie y mala q u a l i d a d del aire ; el qual en algunos t i e m pos es tan húmedo y c a r g a d o de nieblas, que aun los racionales padecen semejantes enfermedades. Para la curación de la p r i mera se usará del c o l i r i o , hecho con alumbre y a g u a de l l a n - aa 2 316" t e n , echando dos ó tres veces al dia una ó dos gotas de él en los ojos de las aves enfermas. E l zumo de la celidonia es su mámente provechoso en tales casos.; y no es despreciable el polvo de tabaco , habiendo antes untado los ojos de la g a l l i n a enferma con un poco de aceite. P a r a la segunda especie de c e g u e r a , será bueno bañar los ojos de la gallina con aguardiente y a g u a , mezclados por i g u a les partes ; en seguida se les alimenta con granos y semillas c á 1 lidas , como el cañamón , el trigo & c . del piojo y demás insectos , que las incomodan , las enflaquecen y matan , no hay otro arbitrio P a r a evitar los efectos que la mucha limpieza , tanto en los dormitorios como en los ponederos , n i d a l e s , c o r r a l , c o m e d e r o s , b e b e d e r o s ; y en suma en el extremo de todas partes como se ha dicho. Padecen además u n a inflamación ó tumor en la rabadilla , q u e suelen llamar granillo las gentes del campo: q u a n d o se observa , se revienta ó abre con una lanceta ó con l a p u n t a a g u d a de un c o r t a p l u m a s , se aprieta salga toda la materia., la l l a g a y en seguida se l a v a con para que aguardiente a g u a d o , cuidando de repetir la cura dos veces al dia hasta q u e esté s a n a ; pero se advierte que el tumorcillo no ha de abrirse d e n i n g ú n modo hasta que la materia esté enteramente hecha ó c o c i d a , para que salga bien y se corrija el mal. P a r a el fluxo de vientre , para su dureza , para la dureza de buche , tumores ulcerosos , catarro, inflamación de ojos , ca- t a r a t a s , lombrices & c . hay varios remedios m á s e m e n o s eficaces; pero el principal y mas eficaz de todos , es separar enteramente las enfermas l u e g o que se advierten los síntomas de la enfermed a d ; matarlas y reemplazarlas con otras sanas: esto es mas s e g u ro que detenerse en una curación p r o l i x a , tal v e z con peligro de que las otras se contagien. T a l es la idea mas sucinta q u e podemos cria, presentar sobre la aumento y conservación de las gallinas. A c e r c a de grandes ventajas que l l e v a n á muchas otras especies de las anima- l e s , y de las utilidades que pueden rendir al que establezca un buen gallinero , puede verse la excelente M e m o r i a ó tratado económico, que'sobre su crianza escribió D o n Francisco Dieste y B u i l , dedicado á la R e a l Sociedad A r a g o n e s a , é impreso por aquel R e a l C u e r p o patriótico ; dé c u y o escrito hemos e x t r a c t a d o lo que queda expuesto sobre este punto. 317 De los pavos. L o s pavos se crian y multiplican con los mismos cuidados y por los mismos medios que las gallinas. Sin e m b a r g o , es preciso tener el mayor c u i d a d o de que no se mojen ni se resfrien mientras son pollitos : si sucede uno ú otro, se les e n x u g a r á primero, y luego se les rociará con vino caliente , teniéndoles las patillas dentro del mismo vino por algunos momentos ; en s e g u i d a se les e n v u e l v e en unas mantas calientes , y de este modo se curan y resisten en adelante mejor el frió. P a r a evitar los funestos efectos que el sol ardiente causa en los paviilos tiernos , t o d a v í a mas crueles q u e los de la humedad y el frió , no hay otro remedio que no dexarlos salir mientras dura el calor , manteniéndolos en parages frescos y ventilados. Q u a n d o ya son g r a n d e z u e los y v i v e n por s í , buscando el alimento que necesitan donde quiera que se le p o n g a n , entonces y a puede decirse que están fuera de los mayores peligros , pues toda su delicadeza está en los primeros dias hasta cumplir un mes : después y a pueden l l e varse en manadas á pastar por los campos , rastrojos & c . D e b e n criarse solos y nunca con las demás a v e s , á quienes espantan y amedrentan. 1 P a d e c e n los pavos , además de las enfermedades comunes á las g a l l i n a s , algunas otras que les son peculiares. Una de ellas e s , al tiempo de pasar del estado de pollo al de p a v o propiamente dicho ; esto es q u a n d o empieza á variar el color blanco de l a c a b e z a , pasando al encarnado que deben tener. Entonces p e l i g r a n mucho ; y el único medio de preservarlos de la muerte es no dexarles salir sino dos ó tres horas al dia quando hace c a lor , y siempre en parages en que estén á cubierto de los rayos del sol. L a viruela es regularmente incurable. De los TLÍ>s añades ó añades. patos y los g a n s o s , son también unas aves útiles en la economía rural y doméstica; y por lo mismo debe el labrador procurar tener de todas las especies que le convenga, no solo para aprovecharse de sus productos en el gasto ordinario de su c a s a , sino también para emplear utilmente todos los desperdicios de e l l a , los de los graneros, y aun las semillas, mis- 3 1 8 mas en años que los granos están á precios ínfimos - entonces dándolos á comer á los ganados y aves d o m é s t i c a s , y vendidas e s t a s , les dá salida con disposición mayor estimación. A s í q u e , teniendo para e l l o , será bueno añadir los patos y gansos al ramo de g a n a d e r í a . Estas aves aprovechan muchísimos son comilonas; pero también frutos espontáneos que encuentran el campo ; la y e r v a , insectos y quanto se les presenta en delante todo ,1o comen. L o s cuidados para con ellos son los mismos q u e los que q u e d a n indicados para con los p a v o s ; con la diferencia de que para mantenerlos gordos y sanos, es preciso tengan a g u a en que p u e d a n bailarse con frecuencia (1). De las palomas. N o me empeñaré en presentar aquí la historia natural de l a paloma , ni menos entraré en la descripción científica de las d i versas especies q u e de ellas h a y , pues uno y otro podrá verlo el que guste en el tomo número 2 . de los anales de c i e n cias naturales,, donde publicó sus observaciones el célebre D o n A n t o n i o José C a b a n i i i e s , con aquella maestría que brilla en t o das las obras de tan sabio autor (2). 0 T a m p o c o me extenderé en describir la forma que debe d a r se al p a l o m a r , sea de las que v u l g a r m e n t e se llaman zoritas, c a m p e s i n a s , bravias ó torcaces, ó y a de las caseras 'ó doméstic a s ; porque los unos y los otros se construyen generalmente bien a c o n d i c i o n a d o s , no habiendo apenas labrador alguno que i g n o re el modo de formarlos y establecerlos. Pero sí diré que un p a lomar bien montado es una renta diaria para el labrador que le p o s e e , y una de las mejores fincas que pueden constituir el p a trimonio del industrioso a g r i c u l t o r : no son ios pichones ó p a l o minos el único producto de un buen p a l o m a r ; el excremento ó p a l o m i n a , q u e en él se recoge e q u i v a l e , quando no e x c e d e , al de los primeros. E s pues de la mayor importancia tener mucho cuidado de é l , g u a r d a r la l l a v e , no permitir que nadie entre á espantar el g a n a d o , y procurar encariñarle todo lo posible por los medios que son notorios. E n los palomares de las campesinas es necesario cuidar de que nunca falte el a g u a ; y en los t i e m - (1) Véase sobre este punto el número 6*. del Semanario de A g r i cultura. (a) En el tomo XII del Semanario de Agricultura se encuentra también una memoria sobre las palomas. 319 pos en q u e los alimentos escasean en el c a m p o , conviene darles de comer, así como también es útil socorrerles con a l g ú n a l i mento en tiempo de la cria. A las c a s e r a s , dicho se está q u e h a de mantenérselas á pienso y asistirlas con el a g u a , l i m p i e z a , y demás atenciones q u e son indispensables para todos los a n i m a les domésticos. Por consiguiente el tenerlas siempre apareadas, y el separar las feroces, las inquietas y las enfermas de entre las d e m á s , es absolutamente p r e c i s o : también lo es el reconocer con frecuencia sus n i d o s , l i m p i a r l o s , barrerlos y fumigarlos; prepararles esparto, heno ú otras materias para que los formen de n u e v o ; y por último tenerlas en l i b e r t a d , pues de lo contrario no c r i a n , e n f e r m a n , y su número tiene que ser por necesidad muy p e q u e ñ o ; lo q u e de n i n g ú n modo puede convenir al labrador por las razones dichas. E n fin si estableciese el p a l o mar con estas ú l t i m a s , deberá buscar y hacerse con aquella c a s t a q u e llaman ordinaria, porque son las q u e crian mas y mejores pichones: las pequeñitas, las r i z a d a s , colipavas y otras son útiles únicamente para el recreo y diversión de los aficionados; mas no para compensar los gastos con sus productos. De la pesca. C o n mucha razón introduxo R é un artículo sobre la pesca en sus elementos de A g r i c u l t u r a : y como hombre q u e conocía bien la materia, dice a s í : e l labrador q u e p u e d a , hará bien en tener un estanque ó l a g u n a para p e s c a ; no solo por e l l a , sino para que sirva de buen abrevadero al g a n a d o , singularmente en donde no hay abundancia de a g u a s : la mejor tierra para hacer una l a g u n a es la arcillosa. Hágase de suerte q u e entre el a g u a por un lado y salga por el opuesto, porque conviene m u c h o , para la conservación de l a p e s c a , remover el a g u a y m a n tenerla l i m p i a : dispónganse en ella hoyos ó c a v e r n a s , á donde se pueda retirar y m u l t i p l i c a r l a p e s c a , defenderse á menudo de la voracidad de otros peces m a y o r e s , y guarecerse del excesivo calor y frió. R a r a v e z es útil formar lagunas ; pero suele serlo bastante el poblar de peces las que h a y a y los estanques, c u i d a n d o de no echar de aquellas especies que devoran á las d e más. U n a buena tenquera en estos casos, es lo mas proporcionado : las carpas también son á propósito; pero los barbos son los p e o r e s : yo preferida á estos las a n g u i l a s . " t r 320 ADVERTENCIA. D e s e a n d o y o comprehender en la siguiente lista el m a y o r número posible de las plantas q u e sirven comunmente para a l i mento ó cebo de los ganados y animales domésticos, he tenido á la vista las obras mas clásicas q u e tratan de la materia ; y principalmente el Pan Suecas de L i n n e o . Pero como mi objeto es no solo la instrucción de los alumnos q u e me e s c u c h a n , sino también la ilustración del sencillo l a b r a d o r , q u e acupado siempre en las continuas y penosísimas faenas del campo, no pueden asistir á las cátedras ó escuelas públicas donde se enseña m e t ó dicamente el conocimiento de los v e g e t a l e s , me ha parecido conveniente e n u m e r a r , no solo las plantas contenidas en estas leer ciones, sino también otras muchas q u e se crian expontánea y abundantemente en todas partes, y poner al lado de los nombres sistemáticos todos los castellanos y v u l g a r e s q u e he podido recoger. D e este modo se generalizará la sinonimia b o t á n i c a , y no dudo q u e siguiendo con constancia este sistema llegará un d i a en q u e desaparezca para siempre la confusa v a r i e d a d que r e y u a en esta parte de nuestra A g r i c u l t u r a . Este primer paso servirá p a r a que los profesores q u e se encarguen de enseñar la ciencia a g r a r i a en las cátedras del r e y n o , v a y a n recogiendo y a n o t a n do los nombres vulgares con q u e en c a d a provincia se denomin a n los vegetales y sus f r u t o s , y corrijan los defectos ó e q u i v o caciones involuntarias q u e yo h a y a c o m e t i d o ; aumentando así el precioso Caudal de voces y conocimientos de q u e tanto n e c e sitamos. Y o he procurado seguir el camino que nos trazó el Plinio d e Suecia , ciñéndome á enumerar los vegetales q u e se p r o d u c e n expontáneamente en nuestro fértilísimo suelo ; pues a u n q u e pudiera haber añadido al presente catálogo otras muchísim a s plantas exóticas que y a tenemos a c l i m a t a d a s , y no menor número de las c u l t i v a d a s en la p e n í n s u l a , lo he omitido c u i d a d o s a m e n t e ; contentándome con advertir que así por las atenciones del Gobierno como por la laboriosidad de los sabios profesores del establecimiento, son y a muchos los géneros, especies y variedades de plantas gramíneas y otras alimenticias que se hallan reunidas en este R e a l Jardin Botánico : de las q u a l e s , a u n que en cortas porciones, podrán suministrarse por ahora a l g u nas semillas á los amantes de la A g r i c u l t u r a . Por mi parte ofrezco q u e , q u a n d o las g r a v e s atenciones q u e rodean á nuestro benéfico M o n a r c a le permitan fixar mas su atención sobre la escuela que.está á mi cargo y señalarla el ter- 321 reno que necesita para sus ensayos, mi primer c u i d a d o será r e u n i r , c u l t i v a r y propagar las plantas mas útiles para el a l i m e n to y regalo del h o m b r e , para el pasto y cebo de los g a n a d o s para y los diversos usos de las a r t e s , reuniéndolas todas baxo el orden ó sistema que me parezca mas ú t i l , p a r a que á un golpe de vista p u e d a q u a l q u i e r a conocer sus ventajas y utilidad. Por último, considerando que así los alumnos q u e asisten a l a c á t e d r a , como los q u e no tienen conocimiento de todos los v e g e tales q u e se c i t a n , gustarán de q u e se les presenten las doctrinas con la mayor claridad y sin referencias á otros l u g a r e s , me h e decidido á poner esta lista baxo el método que aparece. E n ella se hallarán repetidos muchas veces los nombres de unas mismas p l a n t a s ; mas esto es indispensable, supuesto q u e diversos a n i males se alimentan de las mismas yerbas. E l s a b i o , haciéndose cargo de esta v e r d a d , disimulará el tedio q u e debe causarle la r e p e t i c i ó n , y el menos instruido se alegrará sin d u d a reunidas siempre q u e lo necesite las yerbas de pastillos de hallar punta , pastos ó que convienen á c a d a especie de g a n a d o . CATÁLOGO DE Y LAS PLANTAS Q U E SE E N C U E N T R A N ABUNDANTEMENTE EN ESPAÑA PARA DE LOS Plantas PASTO propias para Y ESPONTANEA PUEDEN el pasto de los bueyes. Ligustrumvulgare A l i g u s t r e ó alheña, V e r ó n i c a spicata Verónica scutellata. . . . . . de escuditos. . . con hoja de camedro. . . con hoja de cimbalaria. becabunga. . . . . alpina cimbalarifolia,, espigada. . becabunga chamasdrys. SERVIR GANADOS (i). d e los A l p e s . . . (i) T o d a s las plantas c o n t e n i d a s en l a p r e s e n t e l i s t a , q u e no l l e v a n n o m b r e d e A u t o r en s e g u i d a d e l n o m b r e s i s t e m á t i c o , s o s d e L i n n e o , y sus r e s p e c t i v a s d e s c r i p c i o n e s las h a l l a r á el q u e g u s t e e n su o b r a t i t u l a d a species plantarían , t r a d u c i d a al c a s t e l l a n o p o r D o n Antonio Palau y V a r d e r a . TOMO II. ss 322 M o l u g o v e r t i c i l a d o ó rubia lisa. C i r p o como mijo. M o l l u g o verticilata ahorquillado. austral. Anthoxanthum ovatum. vulgare. Lag. idein Phalaris arundinaeea. Antosanto v u l g a r . Gama de olor. aovado. Alpiste . con hojas de caña. paradoxa. paradoxà áspero. de canarios. Alpiste. arenaria. minor semine albo. Rezt. . menor con semillas cas. minor . menor con semillas n e g r u z cas. Alopecurus semine fusco. . blan- A l o p e c u r o de campos. de prados. agrestis.'. arrodillado. A g r o s t i d e cundidora. blanca. de Indias. A g r o s t i s stolonifera tendida. galecica. tenacísima. desparramada. de perro vulgar. divaricata capilar ó heno mientos. de naci- como bromo. A i r a de prados. articulata.Des/oHt . . . articulada ó con nudos. flexuosa ú hondeada. como clavellina. barba de chivo. temprana. vellosa. de césped. aquatica. Poa aquatica. comprimida. bulbosa. de hoja angosta. • de prados. . 32 3 Poa alpina. . . . . . . . . verticillata. Cavanilks. P o a de los Alpes. con las flores á un lado. en rodajas. . de crestas. ¡ peruviana. Jacq. , marina. Smith. . , del Perú. _ marina._ . . . . desparramada. mexicana. H. R. M . gaditana, Smith.. . de la C h i n a . mexicana. , divaricata. Gmelin. de flores distantes. gaditana. de bosques. pelosa. pilosa avitelada. rígida. semiverticillata. Lag. p á l i d a . H. R. M . . en medias rodajas. . pálida. de B a d é n . amable. trivial. de Abisinia, anual. annua B r y z a mayor. mediana. menor. Bromo de texados, cola de zorro. grande. de varitas. blando. , • verticillatus. Cavanilks.. agigantado. madrileño. en rodajas. rígido. pestañoso. mocho. arvense. humilis. sterilis Cavanilks pendulinus. perennis. lanceolatus . H. R . M . Lamk. enano. estéril. pendolero. perenne. acentenado. de hoja lanceolada. desparramado. SS 2 324 Bromus rubens Bromo roxo. purgaos purgante. F e s t u c a pinnata F e s t u c a ó cañuela alada. glauca verdegai, ovina myurus de ovejas. cola d e ratón. baleárica mallorquína. phaenicoides como la g r a m a feniz. rubra roxa. stipoides alopecurus como esparto. alopecuro. obtusifolia. H. R. M . scabra. H. R. M . . . . . . dé hojas obtusas. áspera. tenella. Willd tiernecita. sylvatica d e selvas. arundinacea. Lamk. divaricata. Pesf. . . ramosa . . . con hoja de caña. desparramada, ramosa. . prateusis de prados. elatior levantada. be vis calycina Usa. d e cálices grandes. A v e n a bulbosa orientalis A v e n a bulbosa. oriental. brevis enana. A v e n a sativa A v e n a común. elatior. levantada. fragilis quebradiza. lanata. Cav pauiculata sterilis lanuda. _ en panoja. estéril. flavescens ' amarillenta. strigosa nuda asperísima. desnuda. fatua loca. pubescens. prateusis . . . . . . . . A r u n d o phragmites L o l i u m perenne. ' tenue. . . . Carrizo. . temulentum. . . Baiiico J°y° . maritimum. Willd. . . . . común. Borrachuela zizaña, delgado. . . complanatum E l v m u s maritimus. Cugula. vellosa. de prados. mariiimo. comprimido. . . . . Elimo marítimo. . 3 ? Elimo de arenales. 2 E l y m u s arenarius sibericus. d e Siberia. mexicanus mexicano. europeus. ¿ e Europa. geniculacus doblado. canadeusis. del C a n a d á . virginicus de V i r g i n i a . T r i t i e u m repens T r i g o rastrero. junceum.' como junco. r i g i d u m . H . R. M . . . . rígido. distichum. H. R. M . . . de dos carreras. compraesum ciliatum. H. . . R. . M. . . . comprimido. . pestañoso. cinereum ceniciento. cristatum. Schreb. . . . de crestas. prostratum. Willd. . . . postrado. scaber. H . R. M . . J u n c i a escabrosa. mariümum Cyperus marítimo. longus bulbosus. común. . . . . . . bulbosa. pannonicus, panónica. luzul;e v a r . paniculatus. . en panoja. ligularis con cinüllas. Cornucopia cuculatum. . P a s p a l u m nernorosum. Jacq. pubescen?. H. R. M , . C o r n u c o p i a de cogulla. Paspalo d e bosques. . P a n i c u m viride belloso. Panizo. atenuatum. Gouan. . . . capilare colonum. Almorejo. adelgazado. capilar. . stamineum. . . . . . . . . . d e colonos. . escambroso. germanicum alemán. oriéntale oriental. verticillatum amor de hortelano. crux galli pata de gailo. crux corvi asperrimum. pata de cuervo. . . . . . asperísimo. coloratum de color. glaucum garzo. ciliare. Willd pestañoso. Phleum pratense F l e o de prados, nodosum M i l i i u m compactum muitiíiorum Cav nudoso. Mijo apretado. de muchas ñores. 3.26 M i ì l i u m coerulescens. spicaventi. . paradoxum. stoloaiferum, . verticillatum.,. ledigerum. . . M e l i c a Ba.uhmi.Wnld siberica hanvk. cocrulea. Gladiolus crocatus. Pers communis. . Unióla paiiiculata. D a c t y l i s glomerata. Cynosurus echiuatus. cristatus. virgatus. . . aureus. . tenellus.. . Stipa tenacissima. parviflora. Desfont. pubescens. Lag. capillata. . aristella. pennata. . . júncea. . ramosa. . g i g a n t e a . Lagascá, Secale villosum. pungens. Pers.. Hordeutn maritimum, M i n u a r t i a dichotoma, montana. Q u e r i a hispánica. . Rottboília cylindrica incurvata. . fililurmis. . . D i g i t a r l a ciliata. Pers sanguinalis. Pers Polypogon Monspeliense paniceum. . L a g u r u s ovatus. Scabiosa arvensis, A s p e r u l a odorata. Besf. Mzjo.azuladito. espiga de viento, paradoxo. cuudidor. de rodajas. lendrero. M e l i c a de Bahuino. de Siberia. azulada. Gladiolo azafranado. común , yerba estoque. Unióla en panoja. Daetilis conglobado. C y u o s u r o erizado. de crestas. de varitas. dorado. tiernecito. Estipa tenaz. Esparto* de flor ^pequeña. vellosa. cabelluda. aristela. de plumas. como junco. . ramosa. altísima. Centeno velloso. pinchudo. Cebada marítima. M i n u a r c i a ahorquillada. de montes. Q u e r i a de España. Rottbolia cylindrica. . encorvada. filiforme. D i g i t a r i a pestañosa. sanguina. Polipogo de Mompeller. paniceo. L a g u r o aobado ó cola de liebre. Escabiosa de campos, mordida. A s p e r u l a olorosa. 327 G a l i u m aparine. . . Amor del hortelano. G a l i o de Paris. parisiense. . Cuaxaleche luteum V a i l l a n t i a crueiata. , officinalis. Bonetero. A l c h e m i l l a vulgaris. . Alquemila vulgar. . . . . C u s c u t a epitymum. . alpina. Epitimo. Potamogetón natans. . Potamogetón nadador. Lithospermum Litospermo oficinal. officinale A n c h u s a officinalis. . B u g l o s a oficinal. de Italia. itálica Symphitum majus.. Consuelda mayor. L y c o p s i s arvensis.. • . Licopside de campos. Asperugo A s p e r u g o tendido. procumbens. Hottonia Hottonia palustris. palustre , ó ma aquàtica. Lysimachia vulgaris.. Lysimaquia vulgar. de hoja redonda. numulania.. A n a g a i l i s phasnicea. . Anagalide C o n voi vulus arvensis. Corregüela. Polemonium casrulcum. Valeriana griega. C a m p a n u l a rapunculus. Rapónchigo. Madreselva. Louicera caprifolium. Grosella Ribes grossularia.. encarnada. común, negra, nigra alpina. alpina G l a u x maritima. G l a u c e marítimo. . Hemiaria glabra. . Centaura menor. Milcngrana. Chenopodium lundinense C e ñ i g l o de L u n d . G e n t i a n a centaurium. album blanco ó cenizo. vulvaria. vulvaria. de muchas semillas. polyspermum. . Ulmus • Sanguisorba, oficinal. Evonymus europeus.. alpina. ; , Llantén marítimo^ . P l a n t a g o maritima. Sanguisorba amarillo. Vaila.nza c r u z a d a : campestris. D a u c u s sativus. . . . Olmo ó Álamo negro. Zanahoria. Heracleum spondylium. Heracleo espondilio. S c a n d i x pectcn veneris. Peine de V e n u s . perifollo. . Alcaravea. cerefolium.. C a r u m carvi. . A l l i u m ursinum. Ajo de oso. . A m h e i ' i c u m liliago. . A m e r i c o liliago. Miknra~ 328 A s p a r a g u s officinalis. .- . . Esparrago C o n v a l l a r i a verticillata.. • Couvalaria.verticilada. Sello de Salomon. Berberis v u l g a r i s . . ; , . . . - Agracejo triguera. ó Arlo. Acedera. . T r i g l o c n i n de l a g u n a ó jtlncago. de mar. A r c e como plátano. Epilobium angustifolium. Terha de San Antonio. E r i c a vulgaris Brezo P o l y g o n u m aviculare. . . . coman. P o l y g o n o avicular. marítimo. Bistorta. trepador. D i a n t h u s caryophyllus. . C u c u b a l u s behem.. Stellaria graminifolia. S p e r g u l a arvensis. Sedum telephium.. . Clavel. . Colleja. . . . . . . . . . Crataegus o x y a c a n t h a . . M e s p i l u s cotoneaster. . . Estelaria con hojas de grama. Esparcilla de campos. Sedo telefio. Cirolero de Santa Lucía. Espino majuelo ó majolero. Maguillo. U o s a gallica. . . . • . . A c e r o l o cotoneastro. Filipéndula. Rosal. . Escaramujo. Zarzamora. . de peñas. P e q u e ñ a mora. Fresa común. Potentila anserina ó de ánsares. fructicosa. pie de Cristo. ascendente. portafresa. de N o r u e g a . Tormentila oficinal. Cariofilata. Amapola. Tilo común. A i u g a reptans.. Thymus acinos . . • . . C o n s u e l d a media ó bugula. Tomillo acinos ó Albaca Gaíeopsis ladauum Galeopsis ládano. Pruuella v u l g a r i s Prunela vulgar. silvestre, 329 Scutellaria g a l e r i c u k t a . . . . E s c u t e l a r i a de sombrerillo. Ter- cianaria. . . Pedicúlarissceptrumcarolirmm. P e d i c u l a r cetro C a r o l i n e M e l a m p y r u m cristatum.. M e l a m p y r o de crestas. . . arvense decampas. pratense sylvaticum.. . . -. d e prados. de selvas. . . . . . . nemorosum de bosques. E u p h r a s i a officinalis.. Eufrasia odontites.- oficinal. odontites. T h l a s p i arvense T l a s p i de sembrados. bursa pastoris L e p i d i u m perenne. •. . C o e h l e a r i a officinalis. dánica. . . . . . . . . . . . Paniquesillo ó bolsa de pastor. Mastuerzo perene. Codeada . oficinal, de D i n a m a r c a . M y a g r u m sativum M y a g r o cultivado. Isatis tinctoria Terba T u r r i t i s glabra T u r r i t i d e lampiña. Brassica napus. . . . . . olerácea pastel. Nabo. - . . Coi. Sinapis arvensis M o s t a z a d e campos. Sysimbrium sophia Sisimbrio sofiá. E r y s i m u m barbarea Terba de Santa alliaria, Cardamine Crambe pratensis. ~. . . marítima C a r d a m i n e de prados. Col de mar.. G e r a n i u m sanguineum. . . . cicutarium G e r a n i o sanguíneo. con hojas d e cicuta. M a l v a rotundifolia M a l v a d e hoja redonda. alcea alcea. F u m a r i a officinalis " F u m a r i a oficinal. capreolata trepadora. bulbosa bulbosa. P o l y g a l a vulgaris. Genista . . . . tinctoria procumbens . tuberosus.. . . viciíeformis. vulgar. echada. . A n t h y l l i s vulneraria. Orobus vernus. Polygala R e t a m a de tintoreros. A s t r a g a l u s hamosus. . . .. Lag. . . A s t r a g a l o de anzuelos. . . . A n t h y l i d e de heridas. . . . Orobo de primavera. . .-- . tuberoso. . . . como alberjana. . . . s niger negro. Lathyrus sativus. annuus^. TOMO Bárbara. Erísimo con olor de ajo. II. . . . . . . . Almortas, Látiro TT muelas ó guijas, anual.. 33 L a t h y r u s cícera Viiia saliva G a l g a n a ó cicércula. Veía común , aíberja ó . alver- jana. sepium hy brida. . •. luteu. . . • •" narboaensis. . . cracca. . . . . E r v u m tetraspermum. monanthos. . . Pisutn inar.itiiiiiim. - . • .. . • . . . . . . •• . . . . . .•• . . . . . . . . . . . . . . ochrus. . . . . . L o t u s eorniculatus. * .••: . Trifolium momanum, . album pratense. . . . . rubens purpureum. ••>'• . . repeus arvense striatum. . ". . . angustifoiium globosum. . . . . p'arvidorum. . . . maritimum. . . . . hvbridum. . . . cfip'eatum.'. .. . . glomeratum. .. . . elegans. . . . . . . . involucratum. Ortega. steüatum. .i.,v . . . Serratula arvensis. .. . : . . . ; ; de vallados. mestiza. • .- pajiza. - ' de Narbona.craca Tero común. de montes. Guisante de mar. • ocro. Topizot. L o t o de cuernecillos. T r é b o l de montes. blanco. de prados. roxo. de flor- encarnada, rastrero, de campos, estriado. de hojas angostas, globoso. de flores pequeñas. . marítimo. híbrido ó mestizo. abroquelado. ' aglomerado. elegante.. con involucro. . estrellado.- Scrratula arvense.-ó cardo cun- didor. V i d e n s tripartita.. •• • .• Tanacetum vulgare. . Artemisia vulgaris. . . absinthium T u s s i l a g o farfara. . petasites. ¿' v Solidago v i r g a aurea. ' . Senecio jacobsea. •.- ¿ • ••. vulgaris Inula salicifolia A s t e r tripolium. . . . . - V i d e n t e d e hoja de tres gajos. . -, . . Terba lombri%era. Artemisa Ajenjo. . . . •• . . . . vulgar. - Tusílago. • pata d e caballo. Vara-de.oro. Yerba de Santiago. Suzon. Terba cana. . í n u l a con hoja de sauce. Á s t e r tripolio. 33 M a t r i c a r i a chamomila A u t h e m i s arvensis. . tomentosa., . A c h i l l e a .millefolium.. ptarmica. ... . jacea. .. 1 Camomila. M a n z a n i l l a de campos. .pajitos.. . , Mileíolio., . ., A q u i l e a tarmic.a ó dragoncillo .de prados. Centaurea cyanus. . . . C a l e n d u l a arvensis. . V i o l a canina. . . ... palustris. . . tricolor. . . Orchis sambucina. maculara. . . •'. O p h r y s insectifera.; . Carex filiformis. •„. Trifolium comosum. scabrum. . . resupinatum.',. ..'. M e l i l o t u s itálica. ,.• ofiicinalis. , ... . cserulea indica. . . , Medicagd sativa biennis. scutellata. . radiata. . . lupulina. . O n o n i s arvensis. spinosa., H y p e r i c u m q u a d r a n g u l are. perforatum. . Hypochseris radicata Crepis tectorum. Sonchus lapponicus. Prenanthes muralis. Scorzonera hispanic-a. T r a g o p o g ó n pratense Lapsana vulgaris. A r c t i u m lappa. ..., . C a r d u u s nutans.,. helenioides. , . .-..;' C e n t a u r a jacea. Escobilla.. . . . . . C a l e n d u l a . Maravilla de c a m pos. X-rb.i del podador. • V i o l e t a perruna, . , .: .. •• .de.cenagales. . - . de,tres colores-ó'trinitaria. O r q u i d e con. olor, de saúco. .manchada. Flo r de la. abeja hartan filiforme. Trébol, cabelludo.. .áspero resupinado. M e l i l o t o de Italia., Coronilla de R e y ó trébol oloroso M e l i l o t o azulado. de Indias. Mielga ó -alfalfa. • bienal. escudada. radiada. con flores de lúpulo. Detienebuey d e campos. con espinas. Hypericon q u a d r a n g u l a r . horadado ó común. Hypoqueris a r r a i g a d a . . C r e p i d e de texcdo.s. Cerraja de Laponia..-; • Pranantes^de, muros ó,, cerraja. Escorzonera común. . , ( Barba cabruna. L a p s a n a común. Bardana ó lampazo.. C a r d o cavizbaj.o. ... -, ,, ,¡j • ; ;. . con .hoja de enula-.campana.TT 2 Carduus Carex crispus C a r d o crespo. capillacea L a r t a n capilar. panicea como cyperoides p a r e c i d o á juncia. cespitosa. -en césped. innata hinchada. S p a r g a n i u m natans. . . . . erectum Espadaña nadadora. derecha. T y p h a latifoiia Anea. A l n u s glutinosa Abedul alba glutinoso. blanco. nana Quercus Sa'lix panizo. . . . . . . . . ilex. . . . . . . Encina . . . . . Sauce latifoiia. glabra carrasca. d e hoja ancha. -¡ lampiño. viminalis Hurnulus enano. , lupulus Populus alba. nigra. Mimbrera L ú p u l o ú hombrecillo. Álamo . . A t r i p l e x laciniata. . . . . . . . . . patula Cerve%a. blanco. negro, Armuelle laciniado. abierto. hortensis hortense ó c u l t i v a d o . halimus. . Plantas sojon. propias para Hippuris aquatica. . . . Ligustrum vulgare. . . . V e r ó n i c a marítima. . . scutellata. . . , , becabunga. , . . el pasto . de las cabras. C o l a de caballo ó pinillo de balsas. . Aligustre 4 . . de escuditos. ¿ . t Becabunga* chamasdrys. alpina. . . con hoja de camedro. . . . . . . arvensiSi > . . . : , cimbalarifolia.. horminum. . . . . . . A n t h o x a n t h u m vulgare.. * . agreste. arvense. . con hoja de cimbalaria.: - S a l v i a hormino. . . G r a m a de olor. . ." , V a l e r i a n a olitoria. . , i'- "v , 'i' o v a t u m . Lag. . lócustaí d e los alpes. 4 agrestis. Salvia ó alheña, V e r ó n i c a marítima. k antoxanto aovado. . V a l e r i a n a de hortaliza, •* » s » yerba de canónigos. 333 Iris palustris. . . . L i r i o palustre. Schcenus Escheno negruzco. nigricans. Scirpus sylvaticus. lacustris. . palustris. . lacustre. . cespitosus. palustre. . d e céspedes, austral. , Eriophorum , ahorquillado, dichotomus australis. C i r p o u junco s y l v á t i c o . polystachyon, Erioforo de muchas e s p i g a s . N a r d o apretado.. Närdus stricta. Molugo verticilata, . Molugo verticilado, ó rubia lisa. Phalaris arundinacea phleoides. Alpiste con hojas de c a ñ a , . como üeo. paradoxa. . paradoxa. aspera. . . áspero. . cauariensis.: de canarios, arenaria. arenaria. Lag. minor var. semine albo. Rezt menor con semilla b l a n c a s , minor semine fusco. menor,con semillas n e g r u z cas. P h l e u m pratense. . nodosum. Alopecurus . nudoso. pratensis A l o p e c u r o d e prados. geniculatus. . agrestis.. . de campos. . M é l i c a pestañosa. . M e l i c a ciliata.. nutans.. • F l e o de prados.. cavizbaja. sibirica. Lamk. caerulea. . . Agrostis spicae formis alba.. • . de S i b e r i a . azulada. A g r o s t i d e e n forma de espiga, blanca. stolonifera.. indica. arrodillado. cundidora. . . . supina. . . . g a l l e c i c a . H . R. M . .de. I n d i a s . tendida. galécica. tenacissima. . .tenacísima. divaricata. . . .desparramada. . , de perro, canina. . vulgaris. Willi. vulgar. capilaris. . -, capilar ó heno •: de mientos. Agrostis bromoydes. A g r o s t i d e como bromo. A i r a pratensis.. A i r a de prados. . naci- 334, A i r a flexuosa lanata. . . . . . a v e n a c e a alpina. . praecox. . . . . articulata. Dssf. . . . cariophyllea. .' pubescens. Vahl. cespitosa .aquatica.. . . Poa aquatica . . . . ,. compressa. bulbosa angustifolia. . . pratensis. . .. trivialis alpina. . . . . secunda.. .,- v : . . V . verticillata. C.iv. . . ,;cristàta;U; .• .' v. •.peruviana..Jacq. : . marina. Smith.. .. .' distans. . ., .^>;..•.; d i v a r i c a t a . GmeL. .. chinensis.;.,::. ; .•• . .• .. mexicana. H. R. M . . : g a d i t a n a . Smith. . .. nemoralis. . . pilosa scariosa Lag. . . . rigida • semiverticillata.,'Xag . pálida. H . R. M . . badensis. . . . . . amabilis . ,•. . . ..... abysinica. . . . ; annua. . . Briza maxima, . v -ì. . : media, .i ¡.¿ii-w. ¡. ',i minor. . . -Ì Cynosurus c x r u l e u s . . . ' -cristátus.' . •• • . virgatus. . . . aureus; . tenellus. , . . ,, . . • . . A i r a hondeada. lanuda. . aiphia como, avena, temprana. . articulada ó .cotv nudos, como clavellina, vellosa, de césped, aquática. • Poa a q u á t i c a . , comprimida.' bulbosa. de hoja angosta, de prados trivial. . alpina. de flores á u n l a d o , de rodajas. ,¡ de crestas, del. Perú, marina. de flores distantes, d e s p a r r a m a d a . • .• , • , de la China. Mexicana. , de A n d a l u c í a , nemoralis. pelosa, escariosa. rígida. , .de .medias rodajas, pálida, de Badén, .amable. .de.Abisinia. , .anual. Briza mayor. 1 , .media. . . „ .menor Cinosuro cerúleo. , .de. crestas. . >.i de varitas, dorado. . . tiernecito. , :> Bromus t e c t o r u m . . . . . . . Bromo de» texados* matritensis. Madrileño. perennis. . . m a x i m u s . Desf. perenne. grande. estéril. steriiis pendulinus. H . R , M . secalinus. .. . . lanceolatus. . . squarrosus.. . . rubens. . . purgans. . . . . . , giganteus. . . . . . . . .•• . . . agigantado. rígido. , , pestañoso. mocho. arvense. •• , « a enano. . F e s t u c a ó cañuela duriuscula. . • • , -• < roxa. • • d e ovejas.ddrill i. . . amarillenta. cola de ratón. glauca miurus balearica. . phasnkoides. siipoides, . . alopecurus . . Mallorquína. como la grama feniz. selvatica. . divaricata. ramosa. . . . . . alopecuro. de nojas- obtusas. . áspera. tiernecita. de selvas. . con hoja de caña. . •. Desf. , . . . , desparramada. ramosa. elatior laevis calicina. , W'uid. aruudiuacea. pratensis como estipa. # . obiüsifolia. H . R . M.' scabra. H. R. M . tenella. cavizbaja alada. • , • tierno. rubra ovina. alopecuro. de varitas. de rodajas. humilis. Cav. . . , F e s t u c a nutans. pinnata. desparramado. roxo. . verticillatus. Cav. rigid us. Roth. . ciiiatus inennis arvensis. como centeno. lanceolado ó en forma lanza. purgante. aiopecuroides. . virgatus. . . mollis. . . . . . pendolero. . . .. , ' de prados. levantada. • ; lisa. de cálices g r a n d e s . A v c n a fatua,.... bulbosa. . 336" Avena loca ó cugula. . . bulbosa, orientalis. . . oriental. brevis. . . . enana sativa. . . común. . elatior. . . . levantada. fragilis. . . "quebradiza. lanata. Cav. . lanuda. paniculata. , en panoja. sterilis. . . estéril. strigosa. . . áspera. nuda. . . desnuda, pubescens . . vellosa. pratensis. . . Arundo . phragmites ramoso. Lolium . . de prados. Carrizo común.. ramoso. perenne. Baliteo común. temulentum. . Joyo , z i z a ñ a . tenue. delgado. . . . Willi. maritimum. complanatum, Elymus comprimido. arenaria E l i m o de arenales. maritimus. sibericus. marítimo. marítimo. . de Siberia. mexicanus. mexicano, europeus. . de E u r o p a . geniculatus. doblado. canadensis. del C a n a d á . de Virginia. virginicus. T r i t i c u m repens. T r i g o rastrero. junceum. como junco. r i g i d u m . H. R. M . rigido. distichum. H . R, M . compressum. H . R . M . Comprimido, ciliatum. de dos carreras. . . pestañoso, cinereura. . . ceniciento, Schreb, de crestas, cristatum. prostratura. maritimum. Willd, . C i p e r u s scaber. H . R M . J u n c i a áspera. común, longus. bulbosus. postrado, marítimo. bulbosa, . pannonicus. . luzuke var. paniculatus panónica. en panoja. . 337 C y p e r u s Iigularis. . '. . -. P a s o a l u m nemorosum. Jacq. pubescens H . R . M . . . J u n c i a con lígulas. Paspalo de bosques, • P a n i c u m viride belloso. P a n i z o verde. Almorejo. de Ungría. atenuatum.GottóJi. . . • adelgazado. capilare capilar. colonum. . . . . . . de colonos. stamineum estambróse germanicum alemán. orientale orientai. verticiliatum crux d galli d c r u x corvi P asperrimum. . . . . • d glaucum ciliare. t a a t d a d e Willd . Cav. . . cerulescens. Desf. . . . . . . multiflorum. spica venti. . . . °- e color. M i j o apretado. . de muchas paradóxum espiga de v i e n t a Alpiste de páxara, cundidor. vertic illatum de rodajas. Panicum lendigerum. . G l a d i o l u s c r o c a t u s . Pers. . . P a n i z o liendrero. . . Gladiolo azafranado. communis. común ó yerba Unióla p a n i c u l a t a . . . . . U n i ó l a en panoja. . . . . Estipa D a c t y l i s glomerata Dactilis Stipa tenacissima. parviflora. Desf. pubescens. . . . . . . . Lag. . . . estoque. conglobado. durísima ó « p a r t o , de flor pequeña, . beüosa, capiliata aristela. flores, azuladito. stolonit'erum cabelluda, . . . . . . aristela. pennata c júncea g i g a n t e a . Lag. ° m ° pluma. como juncia. ramosa ramosa. . . . • cereale altísima.Centeno común. villosum • velloso. pungens. Pers * pinchudo^ _ Hordeum maritimum. , . . Cebadilla M i n u a r t i a dichotoma. . . . Minuarcia TOMO II. a l I pestañoso. compactum. montana S cuervo. e garzo. .. Secale P a asperísimo. coloratura Millium rodajas. e e marítima. ahorquillada. de montes. vv Motor 338 Q u e n a hispánica. . . Rottbollia c y l i n d r i c a . . . . D i g i t a r i a ciliar a. Vers. . . . Q u e r i a de España. . Rotbolia cilindrica. encorbada. . D i g i t a r i a pestañosa. . Polipogo de Mompeller. paniceo. . L a g u r o a o v a d o ó cola de liebre. . Escabiosa de campos. sanguinalis. Pers. filiforme. sanguina. P o l y p o g o n Monspeliense¡ Scabiosa arvensis.. mordida. A s p e r u l a olorosa. Amor del hortelano. de París. Sherardia arvensis. Esherardia arvense. . C u a x a l e c h e amarillo. Vailancia cruzada. R u b i a tinctorum. . . . . . . R u b i a de tintes. lanceolata. . . . . . . . . . Llantén albicans. . vulgar. L a n c e o l a d o ó en forma de lanza. blanquecino. Estrellamar, marítimo. Sanguisorba officinalis. . Cornus sanguinea. . , Sanguisorba oficinal. . • Cornejo, sangüeño , cerezo sil-' vestre. Bonetero. , E v o n y m u s europeus. . . . Alcheinilla vulgaris. . . . natans. - . . . Potamogetón . . . Miosotis palustre ó de lagunas. .Litosperrno oficinal. . Jiuglosa oficinal. italiana.- . . . L e n g u a de perro ó viniebla. L i c o p s i d e de campo. A s p e r u g o procumbens. . . A s p e r u g o tendido. Androsace m a x i m a . . . A n d r o s a c e grande. Potamogetón Lithospermumofficinale. italica . . . . C y n o g l o s u m officinale. . . M e n y a n t h e s trifoliata. Samolus valerandi. Lysimachia . vulgaris. A i q u e m i l a vulgar. alpina. flotante. Cantarillos. Primavera. M e n i a n i e s de tres en rama. .• . . . Samólo valerando. . Lisimaquia vulgar. 339 Lysimachia axillaris.. nummularia. Lysimachia axilar. . . nttmularia. • A n a g a l l i s arvense. . Anaga-lide arvense. C o n v o l v u l u s arvensis. ' maximus. . . Corregüela común. - grande. Polemonium casruleutn. Valeriana griega. Campanula Rapónchigo. Dulcamara. Madreselva. Solanum rapunculus, dulcamara. Lonizera caprifolium •xilosteo. • xilosteum. R h a m n u s cathartkus. Ramno catartico ó espina vina. frángula. . p.laternus. Ribes . . frángula ó . alaterno. grosularia. Grosellero arraclán, común, roxo. rubrum. nigrum. negro. oxiacantoides. como espino • majuelo. C h e n o p o d i u m bonus Henricu botrys. . . . . vulvaria. . . album. . viride. Chenopodio b u e n - E n r i q u e . como armuelle. atriplex. . Bien granada. Cenizo blanco. Armuelle silvestre. vulvaria. U l m u s campestris. Olmo. Álamo Sanícula Sanícula de E u r o p a . europsea. D a u c u s sativus. . H e r a c l e u m spondylium Ligusticum scoticum. negro.- Zanahoria.Heracleo espondilio. L i g u s t i c o de Escocia. Phellandriun aquaticum Felandrio- aquàtico. Scandix Peine de V e n u s . pectem-veneris Perifollo. Alcaravea. cerefolium. C a r u m carvi. Parnassia . palustris. -, limoni um. . Parnasia palustre. Estatice armeria. Statice armeria. . L i n u m catharticum. Lino catártico. Tulipa Tulipán silvestre. sylvestris. Gazon. limonio. Authericum ramosum, A n t e r i c o ramoso. O r n i t o g a l u m pirenaicum O r n i t o g a l o de los Pirineos. A s p a r a g u s officinalis. . Esparrago C o n v a l l a r i a polygonatum Sello de Salomon. verticillata. Berberis vulgaris común. C o n v a l a r i a de rodajas. Agracejo w común ó 2 Arlo. cer- 340 Rumex emarginata acetosa Romaza escotada. Acedera vulgar. lanceoiata de hoja lanceolada. T r i g l o c h i n palustre T r i g l o c h i n palustre.. marítima Trieutalis Acer J u n c a g o marítima. europaea T r i e n t a l de E u r o p a . platanoides A r c e como plátano. Epilobium angustifolium. . . Terba de San Antonio* montanum de montes. palustre Erica palustre. vulgaris. . . . • . • Brezo tetralix V a c c i n i u m nigrum vitis idaea. Arándano . . Polygonumaviculare. . . . ,. . . . . . negro. de fruto encarnado. oxycoccus., d e fruto agrio. maritimum. . .. scandens. Polígono avicular. , marítimo. trepador. bistorta Paris común. d e escobas. Bistorta. quadrifolia París de quatro hojas. Yerba de París. Adoxa moschatelina. . . . . . P y r o l a rotundifolia A d o x a moscatelina ó fumaria bulbosa. Piróla de hoja redonda. secunda ladeada. unidora de u n a flor. L e d u m palustre. . . . . . . Ledo palustre ó romero sil- vestre. D i a u t h u s caryophyllus. . . . Scleranthus annuus. . • . . Clavel. Esceieranto anuo ó polígono c o mo grama. Saxífraga officinalis. C u c u b a l u s behen. Silene nutans. . . . . ' . . . . Saxifraga . oficinal. Colleja. . . . Suene inclinada. Stellariagraminifolia. . . , Estelaria con hojas de g r a m a . S p e r g u l a arvensis. . ,v . E s p é r g u l a ó esparcilla de s e m - . . . Cerastro .' brados. Cerastium viscosum. , viscoso ó alsine purea. Agrostema.githago Agrostema. L y c h n i s flox cuculi F l o r del cuclillo. Oxalis acetoselia. Sediim telephium álbum . . • . . Acederilla ó Sedo telefio. blanco. Neguilla. Aleluya. es- 34 S e d u m acre 1 Sedo acre. sexangulare. Agrimonia Prunus de seis ángulos. eupatorium.. . . padus Cirolero spinosa Cratxgus a r de Santa Lucía, Endrino. asarolus Acerolo. ja Mostajo. oxicantha Majuelo Sorbas aucuparia Serbal P y r u s malus • Mespilus cotoneaster. Spiraea . . . filipéndula l l o s a gallica • . idseus. . . y majolero. de cazadores, Maguillo. Níspero. Falso membrillo. Filipéndula l l o s a canina Rubus A g r i m o n i a eupatorio. . . . • encinal. Rosal. Escaramujo. Sangüeso. í'ructicosus Zarzamora. saxauiis . chauuemorus de peñas. P e q u e ñ a mora. F r a g a r i a vulgaris Fresa Potentilla anserina Potentila común. anserina ó fresa de gansos. fructicosa. . . . . . . fructicosa. argéntea plateada. reptans. Pie de Cristo. adscendens. , . . . . . ascendente. fragifera portafresa. norvegica de N o r u e g a . Tormentilla erecta.- . . . . Tormentila oficinal. C o m a r u m palustre C o m a r o palustre. G e u m urbanum rivale. . . Caryofilata. ' G e o de riachuelos. P a p a v e r rha;as Amapola. hibridum Tilia A d o r m i d e r a híbrida. europaea Tilo C i s t u s populifolius D e i p h y n i u m ajacis A q u i l e g i a vulgaris. común. Xara con hoja de álamo. Espuela . . . . de caballero. A q u i l e x i a ó paxarilla. Clérigos boca abaxo. Pulsatilla v u l g a r i s . Ranunculus acris repens . . . . A n e m o n e pulsatila. R a n ú n c u l o acre. Botón de oro. rastrero. C a l t h a palustris Yerba centella. Helleborus trifolius Eléboro con hojas de tres en r a ma. 342 A i n g a reptans.. . T h i m u s serpyllum. T e u c r i u m scordium. Clinopodium vulgare Clinopodio v u l g a r ó como oré- Origanum vulgare. •Orégano común. C o n s u e l d a media ó b u g u l a . Serpol, T e u c r i o escordio. gano. M e n t h a arvensis. . G a l e o p s i s tetrahit. ladanum.. . Terbabuena de campos. G a l e o p s i s ó cáñamo espúreo. . •ládano. L a m i u m rubrum. . L a m i ó rojo. amplexicaule. . q u e abraza el tallo. Leonurus cardiaca, Leonuro c a r d i a c a . P r u n e l l a vulgaris. Prunela Scutellaria galericulata. Escutelaria de sombrerillo. Ter- P e d i c u l a r i s cálice Pedicular de cáliz tuberculoso. vulgar. cianaria. tuberculoso sceptrum Carolin alpina. . .• . M e l a m p y r u m cristatum •cetro carolino. de los alpes. M e l a m p i r o de crestas, de campos. arvense.. . pratense. . . de prados. sylvaticum, . de selvas. ne moros um.. ¿ Euphrasia officinalis odontites. Scrophularia. . . . -. de bosques. Eufrasia oficinal. odontites. Escrofularia. Alissum canescens. A l i s o canoso. T h l a s p i arvense. T l a s p i de sembrados. . bursa pastoris.. Paniquesülo ó bolsa de pastor. L e p i d i u m perenne. Mastuerzo M y a g r u m sativum, M i a g r o cultivado. Cochlearia officinalis perene. C o d e a r í a oficinal. T u r r i t i s glabra. . Turritis lampiña. Sinapis arvensis, . M o s t a z a de campos. Eryssimum v u l g a r e . alliaria. . . barbarea. . . Erísimo común. con olor de ajo. Yerba de Santa C a r d a m i n e pratensis Bárbara. C a r d a m i n e de prados. C r a m b e maritima,. C o l de mar. G a r a n i u m sanguineu G e r a n i o sanguino. batrachiodes. pratensis. robertianum. M a l v a alcea. . de ranas. . de Roberto. . . de prados. . M a l v a alcea. 34 Fumaria officinalis. F u m a r i a oficinal, trepadora, capreolata.. bulbosa. bulbosa.. P o l y g a l a vulgaris. Polygala vulgar. Genista tinctoria. R e t a m a , de- tintoreros. . procumbens. A s t r a g a l u s hamosus. echada., Astragalo en anzuelo ó gan- choso. Artthillys vulneraria. O r u b u s vernus. . . A n t i l i d e de heridas. Orobo de p r i m a v e r a . tuberosus. . , . tuberoso. viciteformis. . • como alberja. niger. , . . L a t h y r u s sativus. . pratensis. annüus. , muelas ó guijas. de prados, . anual. . . cicera. negro. Almona Galgana. . Veza común, ó c i c é r c u l a , aiber~ V i t i a sativa. . sepium.. . . de v a l l a d o s , hybrida. . . hibrida, lutea. . ja ó alberjana. . pajiza. narbonensis, . cracca. . . Ervum . tetraspermum craca. Tero. d e montes. monanthos., Visum de N a r b o n a . maritimum, G u i s a n t e de mar. L o t u s corniculatus. L o t o de cuernecillos. Trifolium T r é b o l de montes. montanum blanco. album. . pratense. . , de prados. de-flor encarnada. purpureum. rubeus. . roxo. ' repens. . rastrero. Trifolium anglicum striatum.. T r é b o l de Inglaterra. de .campos. • arvense. . . estriado. •de hojas angostas, angustifolium. globoso. globosum. . . de ñores pequeñas, maritimum. marítimo, hybridum. . . híbrido ó mestizo, . aglomerado. parviflorum. abroquelado, clipeatum. . glomeratum. 344 T r i f o l i u m elegafis.. T r é b o l elegante. i n v o l u c r a t u m . O teg. stellatum. . con involucro. comosum. cabelludo. scabrum. áspero. resupinatum. estrellado. resupinado. M e l i l o t u s italica, Meliloto de Italia. officinalis. . Coronilla de R e y , ó trébol olo- caerulea.. . Meliloto azulado. roso. indica. . de indias. Mielga ó alfalfa. M e d i c a g o sativa. biennis. . . bisanual. scutellata. . escudada. radicata. radiada. lupulina. con tíores de lúpulo. Ononis arvensis. spinosa.. Detienebuey . de campos. con espinas. Gatuña ó uñas Hypericum quadrangulare perforatum.. . Leontodón hastil. . Hypochseris radicata H i e r a c i u m pilosella. Hipericón Gatuna. gatas. quadrangular. común. D i e n t e de león de hastil.-amargón Hipoqueris a r r a i g a d a . Hieracio pelosilla ó diente d e león pelosilla. fructicosum. leñoso. , . C r e p i d e de texados. Picris hieracioides. Picris como hieracio C r e p i s tectorum. ó achico- ria montana. Cerraja Sonchus arvensis.. de campos. alpina ó l e c h u g a de montes. alpinus.. . .. Prenanthes viminea. Scorzonera hispánica T r a g o p o g ó n pratense, C i c h o r i u m intibus. A r c t i u m lappa. C a r l i n a vulgaris. . C a r d u u s helenioides, Preñantes como mimbre. Escorzonera. Barba cabruna. Achicoria silvestre. Bardana. Lampazo. Carlina vulgar. C a r d o con hoja de enula cam- pana. crespo. cnspus.. Serratula de tintes. Serratuia tinctoria. arvense. arvensis. Cardo cundidor. E u p a t o r i u m cannabinum Eupatorio como cáñamo. Artemisia vulgaris. Artemisa. . . Artemisia absinthium. Gnaphalium Tussilago 'Pezuña , sylvaticum farfara. petasites. . 345. Ajenio, • G e n a f a l i o de s e l v a s . : Tusílago. .. de caballo. Doronicum plantaginium. Doronico -como S o l i d a g o v i r g a aurea V a r a de o r o , Scnecio vulgaris... E r i g e r o n viscosum. Terba cana. Suzon. Olivarda.-Altabaca.- I n u l a helenium. í n u l a helenio. . salicifolia. . Aster tripolium. llantén. Ala. con hoja de sauce. . Á s t e r tripolio. - ' ; B u p h t h a l m u m maritimum. Buftalmo marítimo:' i, C h r y s a n t h e m u m leucanthemum C r i s a n t e m o leucantemo.'' - M a t r i c a r i a chamomila Camomila. '- Achillea Milefolio. : millefolium. ptarmica. . . . •:'•'•-' •• ... A q u i l e a tarmica ó dragoncillo de prados. C e n t a u r e a maxima. jacea. . cyanus. . . . . . C a l e n d u l a arvensis. C e n t a u r a mayor. vacca. • escobilla. • Calendula de campos. Terba del podador. V i o l a canina, Violeta montana, perruna, de montes. tricolor. • de tres colores; Trinitaria, Pensamientos. Impatiens nolimetangere Impaciente ó Nicaragua de bosques. O r c h i s morio. . C y p r i p e d i u m calceolus. Orchis morio. Zapatillo. O p h r y s insectífera. Flor de la abeja. Carex L a r t a n ferrugineo. ferruginea. echinata. • esquinado. globulosa. . como -panizo. panicea. Carex ' ' • globoso, cyperoides. cespitosa. . L a r t a n parecido á juncia. en césped. hinchado. innata. A l n u s glutinosa. alba. Abedul glutinoso. - 1 bianco.. nana . . Xanthium strumarium. Sagittaria sagitifolia. enano. Xantio estrumoso. Sagitaria de hojas de saeta • saeta aquàtica. TOMO ii. xx 6 Quercus illex. . . . . 34-6 Encina. . F a g a s castanea. Corvlus avellana. Pin us piaea. . . . . . Bryonia.aiba. . . . . . . . .. . - . . . : arenaria. Vino aibar ó de comer. . . . . Nueza . blanca. Sauce de cinco estambres. . . .de.cabras. .... de arenales. latifolia d e hoja ancha. glabra. . lampiño. viminalis Mimbrera. Hippophaeramnoides. . . . Espino amarillo. M y r i c a , gale., . . . . Mírica gale. . Lúpulo Humulus . . lupujus. . . Populus trémula. . . . jaiba.J Matórra. Avellano. . . -.¿ S a i i x pentandra. caprea Carrasca. Castaño común. . . . . . . . . M e r c u r i a l i s perennis. blanco. . . . M e r c u r i a l perenne. . . . Texo. chopo. sabina T a x u s baccata. Cerveza. lamparilla. . Juuiperus . ú hombrecillo. Á l a m o temblón ó . . . . . . . . nigra. . . . Sabina común. . . . . A t r i p l e x hortensis Armuelle halimus d e huertos. sojón. Fraxinusexcelsior Fresno común. R h o d i o l a rosea R o d i ó l a de olor d e rosa. Empetrumnigrum E m p e t r o negro. Plantas propias para el pasto Ligustrum vulgare. . * C i r c e a iutetiana. . . . . . Verónica spicata,. . . . . scutellata. . . . . .;, becabunga. . . . . . cimbalarifoliá.. Verbena horminum. Anthoxanthum . . vulgaris. . ovatum. Lag. ó alheña. luteciua. .de.escuditos. con hoja de cimbalaria. Verbena . . . L i c o p o europeo. S a l v i a hormino. Gallo . G r a m a de olor. . . . . , Antoxanto Valerianavulgaris. . . . . Valeriana. dioica. locusta, . aovado. dioica. . . . . . . . ovejas. Becabunga. » .. las Verónica,espigada. , . . vulgare.. Circea . . . Aligustre . . . . . L y c o p u s europeus. _ . Salvia . de Camarinera. Terba de canónigos. cresta. Scirpus 347 C i r p o como mijo. miliaceus. dichotomus. . ahorquillado.. australis. . austral. Moüugo . venicilata Alopecurus agrestis, . pratensis. Agrostis A l o p e c u r o de-campes.;. . geniculatus. . . Moiugo verticiladojórubiaüsa. de prados. . • arrodillado. . pyramidalis, . A g r o s t i d e piramidal. stolonifera.. cundidora. alba.. . . . . indica. . de L i d i a s , blauca. , , . -•. supina. . tendida. . gallecica. H. R. M , galecica. tenacissima. tenacísima. divaricata. . desparramada. canina. . canina. WMA, vulgaris. .vulgar. capilaris. capilar ó heno de naci- mientos. bromoides. como bromo. A i r a pratensis.. . flexuosa. . , A i r a de prados. flexuosa a r t i c ú l a l a . Des f. praecox.. . ú hondeada. a r t i c u l a d a ó con nudos. . temprana. caryophyllea. . .como c l a v e l l i n a . canescens. . .barba de chivo. pubescens. Vöhl. cespitosa. . aquatica. . bellosa. de césped. aquática. Poa aquatica. . Poa a q u á t i c a . compressa. bulbosa. comprimida. . . bulbosa. angustifolia. . d e hoja angosta. . .... pratensis. . , de prados. alpina. . . alpina. . . de flores á un lado. Cav. de .rodajuelas. . secunda. verticillata,cristata. de crestas.i' p e r u v i a n a . Jacq, del Perú.. distans. ,de .flores distantes. divaricata. chinensis. Gmel gaditana. desparramada. . .de la C h i n a . mexicana. H. R . Smith • . M Mexicana. de A n d a l u c í a . XX 3 .. '¡ Poa nemoralis.. . . . . , . P o a netnoralis. pilosa pelosa. avitelada. rígida.. semiverticillata; Lag. . de medias rodajas. pálida. pálida. H. R. M . . de Badén. amabilis. . . . . . amable.. trivial. annua de Abisinia. anual.. . Briza máxima. mediana. menor. Cynosurus cristatus.. Cinosura de crestas cerúleo ó. azulado. de varitas. dorado. . tiernecito. en panoja. . Bromo de texados. m a x i m us. Desf. perennis. . matriiensis. muy g r a n d e . . ; . . . . •." . . ., penduliuus. H . R . M . rubens. ..: . . perenne. . " Madrileño. . estéril. . pendolero. como centeno. . . lanceolado lanza. . . desparramado. roxo. . . . ó en forma purgante. alopecuro. virgatus. . . . de varitas. . tierno. giganteus. . . agigantado. • . . . de .rodajuelas. rígido. verticillaius. .Cav. • .-. rigidus. Roth.. . •! ciliatus. . . . . . . '•• . , pestañoso.. . ; sin aristas. arvense. enano. . F e s t u c a pianata. . ovina. . . ..... ; F e s t u c a ó cañuela pinada. de ovejas: . de Festuca rubra. . . . . . F e s t u c a roxa. obmsifolia. H. R. M . . . de hojas obtusas. scabra. H. R. M . tenella. Willd. . . . áspera. . . desparramada. . . común. . . d i v a r i c a t a . T>esf. . lanata. Cav. . . . . lanuda. pauiculata. . . . . . . en panoja. . . desnuda. . . nuda A r u n d o phragmites . temuiemum. . Carrizo común. . . Joyo. maritimum. Willd. . marítimo. complanaturn. sibiricus. . ... Zizaña, comprimido. . . de Siberia. 3 50 Elytnus mexicanus. . europeus. . -. g e n i e ulatus. . . Elimo mexicano. . . de Europa. . . doblado. canadensis. del Canadá. virginicus. de V i r g i n i a . . Triticurn repens. . . . . r i g i d u m . H. R. M . . junceum. . T r i g o rastrero. como junco. , distichum. H . R. M . rigido. de dos carreras. compressimi. H. R. M , comprimido. ciiiatum pestañoso. cinereum ceniciento. cristatum. Schreb. . de prostratum. Willd. . postrado. maritimum. crestas. marítimo. C i p e r u s scaber. H. R. M . J u n c i a áspera. long us común. balbosus. . . . . . . pannonicus. . . . . bulbosa. . panónica.. luzulse var. paniculatus, en panoja. ligalaris con lígulas. Cornucopias cucullatum C o r n u c o p i a de cogulla. P a s p a l u m nemorosum. Jacq. pubescens. H . R. M . P a n i c u m viride. . . . Paspalo. arracimado. „ belloso. Almorejo. alenuatum. Jouan. adelgazado. sanguinale. sanguino. capilar. capilare. colonum. d e colonos. . estambroso. stamineum. . germanicum. orientale.. alemán. oriental. . verticilado. . verticillatum. c r u x galli. . de pata de gallo. c r u x corvi. . de pata de cuerbo. asperrimum. asperísimo. coloratum. . de color. glaucum. verdegai. ciliare. r . pestañoso. Willd. F l e o de prados. Phleum pratense. nodosum. . . nudoso- Miliium compactum.. muiiiliorum. Cuv. cierulescens. Desf. . Mijo apretado. de muchas flores. azuladito. 351 M i l l i u m spica venti. M i j o e s p i g a de viento. paradoxum. . Alpiste de páxaros, stoloniferum. . cundidor. venicillatum. . de rodajas, ledigerum.. liendrero. M e l i c a Bauhini. Willd, sibirica. Lamh M e l i c a d e Bauhino. . de Siberia, azulada. cerulea. G l a d i o l u s crocatus. Pers, communis. . Gladiolo azafranado. Unióla paniculata. Unióla en panoja. D a c t y l i s glomerata. D a c ü l i s conglobado. común ó yerba estoque. L a g u r u s ovatus.. . L a g u r o a o v a d o ó cola de liebre. S t i p a tenacissima.. E s t i p a durísima ó esparto. parviriora. Desf. pubescens. Lag. capillata. . aristella. . cabelluda, . como junco, júncea. . ramosa, ramosa.. . gigantea. Lag. belloso. biilosum. . pungens. Pers. maritimum. murinum. . . pinchudo. C e b a d i l l a marítima. de ratones. dichotoma montana. altísima. Centeno común, Secale cereale.. Mitiuarlia aristela. de plumas, pennata. Hordeum de flor pequeña, bellosa. . M i n u r c i a ahorquillada. de montes. Q u e r í a hispánica Q u e r í a de España. Iíoitboilia K o t b o i i a cilindrica, cyliiidrica incurvata. . encorvada, hlitormis. filiforme. . D i g i t a d a ciliata. Pers sanguinale. Polypogou Pers. monspeliense paniceus. . Scabiosa arvensis, gotlandica.. succisa.. .... D i g i t a d a pestañosa. sanguina. Polipogo de Mompeller. paniceo. Escabiosa de campos. . d e Gotlandia, mordida. A s p e r u l a odorata. A s p e r u l a olorosa. G a l i u m aparine. Amor del hortelano. parisiense. . Gano de París. Juteum.. C u a x a l e c h e amarillo. . V a i l l a n t i a cruciata. Plantago vulgaris. maritima. . . 35 3 V a i l a n c i a cruzada. Llantén vulgar, maritimo. lanceolata.. con hojas en forma de l a n - albicans. blanquecino. za. Estrellamar. coronopus. . Sanguisorba officinalis, Sanguisorba, oficinal. E v o n y m u s europseus, Cornejo , Sangüeño ó Cerezo vestre. Bonetero. Alchemilla Alqucmila C o r n u s sanguinea. vulgaris. C u s c u t a epitimum. vulgar. Epytimo. S a g i n a procumbeus. Sagina tendida. Lithospermum Litospermo oficinal, officin ale, A n c h u z a officinalis. italica. . Symphitum . . majus. L y c o p s i s arvensis.. sil- Buglosa oficinal. Italiana. Consuelda mayor. Licnpside de campo. Asperugo vulgaris. Asperugo vulgar. Androsace minor.. Androsace Primula v u l g a r i s . . Prímula v u l g a r . Lysimachia L i s i m a q u i a de hoja redonda. numulari C o n v o l v u l u s arvensis maximus. . Corregüela pequeña. común. grande. Polcmouium cperulcum. Valeriana griega. •Campanula rapunculus. Rapónchigo. Dulcamara. Solanum d u l c a m a r a . Hederá repens. Lonizera Y e d r a rastrera. caprifolium Madreselva. J Lonicera xilosteo. xylosteum.. R.hamnus catharticus R a m n o catártico ó espina c e r v i na. frángula. . . . .frángula ó alaternus. . . alaterno. Ribes rubrum,. alpina. . . . . . . Hemiaria glabra... , Ulmus campestris. Grosella arraclán. roxa. alpina. Milengrana. Olmo ó álamo negro. •• • ; S a n í c u l a europea.,. S a n í c u l a de E u r o p a . D a u c u s sativus. , Zanahoria. Selinum sylyestre. Seiino silvestre. A t h a m a n t a cervaria. A t a m a n t a cervaria. H e r a c l e u m spondyliuin. Heracleo, espondilio. ' . ; • L i g u s t i c u t n scoticum.. . CEuanthe c r o c a t a . . . . . L i g u s t i c o de Escocia. Enante Peine.de. venus. Scandix pectén-veneris.. . . . Perifollo. :" .Alcaravea. . nigra.. . . Saúco común. cerefolium.. C a r u m carvi. Sambucus Statice . . armeria. limonium. Linum . . . . Convallaria Estatice . . . . . . , catharticum.. Ornithogalum pirynaicum, poligonatum., veriicillata. . ó gazon. limonio. Lino purgante. O r n i t o g a l o . d e T o s Pirineos.'' Sello de Salomon. . Convalaria verticilada. . . . vulgaris. . . británica. , . . . Acedera común. . . Romaza . T r i g l o c h i u palustre. de hoja cordifolia. Berberís Rumex azafranado, F e l a n d r i o aquatico. Phellandrium a q u a t i e u m . acetosa. . . lanceolata. . Agracejo , de corazón. común ó Arlo. R o m a z a de Inglaterra. . con hoja en forma de lanza. Triglochin palustre.. marítimo. marítima. .. . . Trientalis e u r o p x a . . .. A c e r platanoides. . . E p i i o b i u m angustifolium. hirsutum. .. . . 1 . T r i e n t a l de E u r o p a . Arce , palustre como plátano. Epilobio de hoja angosta. , D a p h n e thymelsea. . . P o l y g o n u m persicaria. . con pelo .áspero. palustre.. Dafne timelea. Sanamunda. Poligono persicaria. scandens trepador. Bistorta. bistorta Paris quadrifolia. Paris d e quatro hojas ó yerba . de París. A n d r o m e d a daboecia. . Andromeda de Boecia ó brezo con hojas de mirto. Clavel.. D i a n t h u s caryophillus. . Saponaria ocymoides. Cucubalus otites. behen. . Xabonera como albahaca. . . Colleja ó verzuela. . . . . Silene lusitanica. . . . Silene de P o r t u g a l . S t e l l a r l a graminifolia. , E s t e l a r i a con hojas de nutans otites. cavizbaja. A r e n a r i a trinervia. serpillifolia. . . . S p e r g u l a arvensis, TOMO I I . con hojas de serpol. . grama. A r e n a r i a de tres nervios. . Esparcilla arvense. Agrostemma githago. . . Lichnis floscuculi O x y l i s acetosella Sedum telephium. . . A g r i m o n i a eupatorium.. . Prunus padus. . ' spinosa. . •; . Crataegusasarolus. . oxyacantha. . P y r u s malus. . . M e s p i l u s cotoneaster, . . . . . . . . . . . ' 354 . Agrostema.Neguilla. F l o r del cuclillo. Acederilla ó aleluya. ••. »Sedo te-lefio. .Agrimonia. . . . . . . Spiraea filipéndula. ". Rosa gallicá. . . : . . canina. . . . '. .- . . R u b u s idseus fructicósus. . . . . . saxatilis. . . . . . . chamsemorus. . . : -¿ F r a g a r i a vulgaris. . •. . . Potentilla anserina. . •>• Cirolero de Santa Lucía. Endrino. , Acerolo. .majuelo y majolero. 'Maguillo.. Níspero. F a l s o membrillo. Filipéadula;pficinai. Rosal. >i Escaramujo. Sangüeso. Zarzamora. de peñas. Pequeña mora. Fresa común. Potentila anserina; ó fresa' de ánsares. fructicosa. . . . . . . . fructicosa. ascendens. . . . . . ascendente. fragifera. . . . . . . . portafresa. : norvergica. . . . . . . .de. N o r u e g a . reptans .- Pie.de Cristo.. Torméntilla erecta. . . . . Tormentila oficinal. Comarum palustre Comaro palustre. G e u m rivale. . . . . . . . G e o de riachuelos. urbanum. . . . . . . Caryofilata. . P a p a v e r rhxas. . . . •. . Amapola.. hybridum. . . . . . . borde. Actaea spicatá. . . '. . A c t e a espigada. T i l i a europaía. . . . . . Tilo común. Cistus populiferus. . .. . . Xar,a con hoja de álamo. R e s e d a lufeola Gualda.. Delphyniumajacis. . . . . Espuela de caballero. Anemone pulsatilla. . . . . . Anemone pulsatila. Ranunculus'repens. . . . . R a n ú n c u l o rastrero. acris. . •. . . . . . . Botón de oro. C a l t h a palustris. . . . . . Yerba centella. Helleborus trifolius Eléboro con hojas de tres en rama. A j u g a reptans. . . . • • Consuelda media ó bugula. ¿ T h y m u s serpyllium. . Cihiopodium . . . montanum. O r y g a u u m v u l g a r e . .. . . . . . . ..••••> Betónica officinalis* Stachis sylvatica. arvensis. »•,.; . . . . . . . Clinopodio como orégano,. Orégano Gleciioma hedefacea.. N e p e t a cataría. 3*5 Serpol. Tedra , N e p e t a cataría. . Betónica . Est.aquide de selvas. . Galeopsis tetrahit. ladanum. . , .. a.nplexicau.le.,. . . . . Leonurus cardíaca. . P r u u e i l a vulgaris. . , gar. . . Galeopsis ó cáñamo espúreo, ládano. ...:'.« Lamium rubrum.. oficinal. , arvense ó marrubiastro vu .; • : común. terrestre. L a m i ó rubio._ ,. , . . Seutel.U'ia galericulata,. . q u e abraza el tallo. L e o n u r o cardiaca. , Prunela , Escutelaria vulgar. de sombrerillos tercianaria. M e l a r n p y r u m cristatum. arvense. .. , ; pratense. . ... sylvaticum. . nemorosum. . . Euphrasia vulgaris. •. . . ,. . . ; odontites. . . , . '» . .,... . •-. . . . . Lí».thr£ea squamaria,,.. V,...; Alissum canescens. . : . T n l a s p i bursa pastoris.. .L e p i d i u m perenne. '. M y a g r u m sativum. . Sinapis arvensis. , . . . . robertianum. . . . fructu hirsuto. . pratensis. . . . . M a l v a rotundifolia. . alcea. Polygala . . . . vulgaris. procumbens. . , ó bolsa de pastor. , .; u , Geranio, de ranas. . ,. . .: ... . . . . . Paniquesillo ojr-'.'••' . . r .;| . como oruga. Roqueta. Erissimp común. C a r d a m i n e de p r a d o s . C o l de mar. .,, . hamosus. de selvas, de bosques. . Eufrasia oficinal. odontites. L a t r e a escamosa. A l i s o canoso. . . . Genista tinctoria Astragalus ... de prados. ¡. . . . de campos. Mastuerzo perene., Miagro cultivado. . . M o s t a z a de campos. . . erucoides. ... . • . . Eryssimum vulgare... C a r d a m i n e pratensis. . C r a m b e maritima. . . . G e r a n i u m batrachioides. M e l a m p y r o de crestas... . de Roberto. con semilla pelierizada, de prados. M a l v a de.hoja redonda. alcea. P o l y g a l a vulgar. R e t a m a de tintoreros. echada. A s t r a g a l o d e anzuelos. YY 2 35 O r o b u s vernus. . tuberosus. . niger. . . . . . . . • . . . viciseformis.-' 6 •Orobo de primavera. • tuberoso. . • • • • ' -negro. . . Lathyrus sativus..' . . . . . Almona pratensis. •. . . . • • de prados. • galgana. • . . . . . . . •. . • scpium. . . . hybrida. . . . . . cícera. • anñuus. V i t i a sativa. lútea. . . • . . . montanum. rubens; •. . . purpureum. •. . . . pratense. album. . . repens. . . híbrida. . de N a r b o n a . H a b a común. Yero. a monanthos. d e montes. > T r é b o l de montes, roxo. -' ' : de flor e n c a r n a d a . de prados, blanco. • rastrero, de Inglaterra. de campos. • estriado. .•-> .- ' . . anglícum. . arvense. . striatum. . . . . . angustifolium.. . . . . maritimum. . .. . • de flores pequeñas. marítimo. • híbrido ó mestizo. hybridum. . ' . . c l i p é á t u m . ' . --'. . . • . . : elegante. . con involucro. estrellado. glomeratum.- . elegans.- . . involucratum. stellatum. -. Orteg. . . . abroquelado, aglomerado. comosum. . cabelludo. scabrum. - áspero- . • . . . Coronilla • indica. . . . . • • ! • resupinado. M e l i l o t o de I t a l i a . resupinatum. M e l i l o t u s itálica. officinalis. . . caerulea. 1 de hojas angostas, globoso. globosum parviflorum. de-vallados. • pajiza. . f b , . • E r v u m tetraspermum. Trifolium anual. • . ,• guijas á muelas. Veza c o m ú n , alberja ó alberjana. • . .. narbonehs'is. a - como alberja.^ . . . . . M e d i c a g o sativa. . . . . . . . de Rey ó trébol o l o - roso. Meliloto a z u l a d o de Indias. Mielga ó alfalfa. M e d i c a g o biennis. . . . . M i e l g a bisanual. scuteilata escudada. radicata cundidora. lupulina. . . . . . . Ononis arvensis spinosa... . . L e o n t o d ó n hastil Hypochaeris con flores de lúpulo. Detienebuey . . . radicata. . . de campos. espinoso. Gatuna. D i e n t e de león de hastil ó amargón. . . H y p o q u e r i s cundidora. H i e r a c i u m pilosella Hieracio p e l o s i l l a , ó diente d e fructicosus C r e p i s tectorum. . leñoso. • C r e p i d e de texados. león pelosiüa. . . . . Sonchus arvensis alpinus Cerraja de campos. alpina. Prenanthes umbrosa Scorzonera hispánica. . T r a g o p o g ó n pratense. . L a p s a n a vulgaris. C i c h o r i u m intibus . . . . . . . . Barba cabruna. L a p s a n a común. Achicoria silvestre. C a r d u u s helenioides C a r d o con hoja de enula c a m pana. crispus crespo ó rizado. Serratula tinctoria arvensis. . . Videns tripartita.. Serratula de tintes. . . . . . T a n a c e t u m vulgare. . A r t e m i s i a absinthium. . . G n a p h a l i u m sylvaticum. Tussilago Preñantes de selvas. Escorzonera. . . arvense ó carao cundidor. V i d e n t e de hoja de tres gajos. - . . Terba lombricera. Ajenjo. . . Genafalio de selvas. . . . fárfara Tusílago. petasites pata de caballo. Doronicum.plantaginium. S o l i d a g o v i r g a áurea. . . . . . í n u l a salicifolia. Chrisanthemumleucanthemum. M a t r i c a r i a chamomila. . . . Anthemis arvensis. . . . . tomentosa í n u l a con hoja de sauce. Crisantemo leucantemo. Camomila. M a n z a n i l l a de campos. Pajitos. A c h i l l e a millefoiium Milefolio. ptarmica A q u i l e a tarmica llo. C e n t a u r e a máxima C e n t a u r a mayor. jacea cyanus..... Doronico como llantén. V a r a de oro. yacea. . . . , . Escobilla. . ó dragonci- 3*8 C a l e n d u l a arvensis. C a l é n d u l a de campos. Terba del V i o l a canina. . V i o l e t a perruna. podador, palustris. . . de cenagales. . Or.qujde. manchada. .Lartan datilero, filiforme, capilar. . como panizo, parecido á juncia, en césped, .hinchado. A b e d u l glutinoso, blanco. , enano. . X a n t i o estrumoso. S a g i t a r i a con hojas de s a e t a , ó Orchis maculata. . C a r e x dactyloidea. .filiformis. . capillacea.. panicea.. . cyperoides.. cespitosa. . . intiata. . A l m u s glutinosa. . alba. . . < nana. X a n t h i u m strumarium. S a g i t t a r i a sagiiifera.. . saeta a q u a t i c a . . Encina. Quercus illex.. , F a g u s castanea. . S a l i x pent andrà. . latifoiia. glabra. . Castaño de hoja ancha. . , lampiño. Mimbrera, viminalis. . . H u m u l u s lupulus.. P o p u l u s tremula. . : : L ú p u l o tí, hombrecillo. Á l a m o temblón ó lamparilla. alba. . , .»' . nigra. . . Mercurialis. perennis Juniperus sabina.. T a x u s baccata. A t r i p l e x hortensis. blanco. chopo. M e r c u r i a l perene. Sabina común. Texo. propias 11. de huertos., Fresno común. para el pasto y mulos. V e r ó n i c a scutellata cimbalarifolia. , Armuelle ¿'o jo halimus. F r a x i n u s excelsior. Plantas común. Sauce de cinco estambres. de. los caballos • V e r ó n i c a de escuditos. . . .' Anthoxanthum vulgare.. . . G r a m a de.olor. . ; Antoxanto. aovado. ovatum. Lag.. ^ asnos . . . con hoja de cimbalaria. 359 M o l l u g o verticilata M o l u g o verticilado , ó lisa. Scirpus C i r p o como mijo. miliaceus dichoLomus ahorquillado. australis. . . . Phalaris a r u n d i n a c e a . . . . . . ' . paradoxa áspera. rubia austral. Alpiste con hojas de caña. paradoxa. . . . . . . . .áspero. canariensis de canarios. arenaria. Lag minor var. semine albo. Rezt. arenaria. menor con semillas blancas. minor semine f u s c o . . . . menor con semillas negruzcas. Alopecurus agrestis. . . pratensis. . . . . . . . Alopecuro de campos. de prados. . Agrostide cundidora, geniculauís Agrostis arrodillado. stolonifera.. alba indica. . • . . . . . . supina. . . . . . . blanca. de Indias. . . . tendida. gallecica.H.R. M . teuacissima. . . . divaricata. . . . . . . canina vulgaris. Willá galecica. tenacísima. desparramada. -canina. vulgar. capiiaris capilar ó heno mientos. bromoides como bromo. pyramidalis A i r a pratensis. . artieulata. Desf. flexuosa aquática Poa a q u a i i c a naci- piramidal. . . . . . . . . caryophyllea canescens pra;cox pubescens. Valil cespitosa. . . . de A i r a de prados. • articulada ó con nudos. ñexuosa ú hondeada. como clavellina. barba de chivo. temprana. . . . bellosa. de césped. aquática. P o a aquática. compressa comprimida. bulbosa bulbosa. angustifolia pratensis alpina. . de hoja angosta. de prados. alpina. 360 Foa s e c u n d a verticillata. cristata Poa de flores á un lado, de rodajuelas. de crestas, del Perú, marina. . Cav. p e r u v i a n a . Jacq. . marina. Smith. distans. . . divaricata. . . . de flores distantes. Gmel. desparramada. chinensis de l a . C h i n a . Mexicana. mexicana. H . R. M . gaditana. Smith.. nemoralis-.pilosa scariosa. . . . de A n d a l u c í a . de bosques. . pelosa. avitelada. Lag. rigida. . . . semi verticillata. . . pálida. H. R. M . badensis. . . . amabilis. . . . . . . tribialis. . rigida. Lag. , de Badén. amable. trivial. abissinica annua Briza de Abisinia. anual. B r i z a grande. . .mediana. maxima. media. ...... minor. . . . .. Bromus tectorum. . alopecuroides.. perennis-Lamark. ; . . . . . mollis. . . giganteum. matritensis. verticillatus. . menor. Bromo de texados. alopecuro. perenne. maximus. Desf. virgatus. de inedias rodajas. pálida. . grande. de varas. . , . . . . Cav. , , r i g i d u s . Roth. . . ciliatus. . . inermis. arvensis. . . . humilis. Cav. . . . blando. agigantado. , . Madrileño. de rodajas. rigido. pestañoso. mocho. arvense. , . sterilis , pendulinus. H . R. M . secalinus lanceolatus. . . . scj_uarrosus. . . . enano. estéril. pendolero. acentenado. lanceolado ó en lanza, desparramado. forma Bromo r o m Bromus rubens. purgans. purgante. , F e s t u c a ó cañuela F e s t u c a nutans. cavhbaja. alada. pinnata. glauca. . verdegai. . . d e ovejas. . . cola de ratón. baleárica. . ovina. . miurus. baleárica. phsenicoides. como la g r a m a fenir, rubra. . roxa. . como estipa. . stipoides. alopecurus, . alopecuro , cola de obtusifolia., H. ' R . ' M de hojas obtusas. scabra. H. M. R. . tenella. Willd sylvatica. . áspera. tiernecita. de arundinacea. Lmrk. divaricata. ramosa. » Desf. selvas. con hoja de c a n a . desparramada. . ramosa. pratensis. . de prados. elatior. . . levantada. laevis. . leve. . calicina. de cálices grandes. A v e n a bulbosa. A v e n a bulbosa. orientalis. • brevis. . . oriental. enana. sativa. . elatior.. fragilis.. común. levantada. . quebradiza. lanata. Cav. lanuda. paniculata. sterilis.. . en panoja. fiavescens. amarillenta. estéril. . strigosa. nuda. fatua. áspera. . . . . desnuda. loca ó cágala. pubescens. . vellosa., pratensis. . de prados. A r u n d o phragmites. Carrizo común. L o l i u m perenne. . Ballico común. temuleutum. . tenue. . delgado. Willd. marítimo. . . . maritimum. complanatum.. TOMO II. Joyo. Zizaña. . comprimido. 22 zorro, $6» Elytnustnaritimus. ~. arenarius. . . sibericus. . . E l i m o marítimo, . de arenales, de Siberia. mexicanus. . . Mexicano, europsetis. . . . de Europa, geaiculatus. . . doblado, canadensis. . . del C a n a d á , virginicus. . . . Triticum repens. de V i r g i n i a . T r i g o rastrero, juneeuin. como junco, r i g i d um. H. R. M . rígido. distichum. H. R. M , de dos carreras, compressum. H . R. M , comprimido, ciliatum. pestañoso, . cinercum. . ceniciento, cristatum. Schreb. prostatum. de crestas, Willà. postrado, maritimum. marítimo. C i p e r u s scaber. H. R. M , iongus. . •. . bulbosus. . . . J u n c i a escabrosa, común, bulbosa. pannonicus. panomca. luzube var. paniculatus, en panoja. ligularis. de cintillas. Cornucopias * . . cucullatum. Paspalum nemorosum. Jacq. C o r n u c o p i a de cogulla. P a s p a l o de bosques. pubescens. H . R . M , P a n i c u m viride. . . belloso. Panizo. atenuatum. Jouan. Almorejo. adelgazado. sanguinale. sanguino. capilare. . . . capilar. colon um. , . . de colonos. germanicum. . . orientale.. . stamineum. estambroso. . verticillatum. . alemán. oriental. , de rodajas, c r u x galli. . de p a t a - d e gallo. crux corvi.. . asperrimum. , coloratum. glaucum. - . de pata de cuerbo. - asperísimo. de color. . ciliare. Willà. verdegai. . Phleum pratense. . nodosum. . , pestañoso. F l e o de prados. • nudoso. Millium compactum.', 3*53 M i j o apretado. multiilorum. Cav. de muchas floreí. caerulescens. Desf. azuladito. spica venti. , espiga de viento. paradoxum. A l p i s t e de páxaros. vertieillatum. . de rodajas. lendigerum. liendrero. . M e l i c a Bauhini. WìUd. siberica. M é l i c a de Bauhino. de Siberia. Lamk. azulada.. cserulea. G l a d i o l u s crocatis. Pers G l a d i o l o azafranado.. común ó yerba estoque. communis. . U n i o l a paniculata. Uniola en, panoja. D a c t y l i s glomerata. Dactilis Cynosurus C i n o s u r o erizado. echinatus, cristatus. . de crestas. virgatus.. . aureus. . conglobado. de varitas. . . tenellus. dorado. tiernecito. S t i p a tenacissima.. E s t i p a durísima ó esparto. parviiiora. Desf. de flor pequeña. pubescens. Lag, bellosa. capiliata. . cabelluda. . aristela. aristela. pennata. como p l u m a . como junco. juncea. . ramosa. . . . gigantea. Lag. Secale c e r e a l e . . . villosum. . . pungens. Pers.. Hordeum maritimum murinum. altísima. Centeno común. velloso. pinchudo. Cebada marítima. de ratones. . M i n u a r t i a dichotoma, montana. ramosa. . Minuarcia ahorquillada. de montes. Q u e r i a hispanica.. Q u e r i a de España. Rottbollia R o t b o l i a cilindrica. cylindrica incurvata. . encorvada. filiformis. filiforme. . D i g i t a r l a ciliata. Pers. sanguinalis. Polypogon Pers. monspeliense, pauiceus. . L a g u r u s ovatus; . . D i g i t a r i a pestañosa, sanguina. Polipogo de Mompeller. paniceo. L a g u r o a o v a d o ó cola de liebre. 3*4 Escabiosa de campos, Scabiosa arvensis gotlandi'ca de G o t l a n d i a . succisa mordida. Sherardia arvensis S e r a r d i a arvense. A s p e r u l a odorata , Vaillancia cruciata . . . . lanceolata.. . . . . . A s p e r u l a olorosa. Vailancia cruzada. con hojas en forma de lanza. G a l i u m aparine Amor del Sanguisorba officinalis. . . . hortelano. SanguisorDa oficinal. Cornus sanguiuea Cornejo, sangüeño. Cerezo silves- tre. Alchemilla vulgaris Alquemila vulgar. A u c h u s a officinalis Lycopsis Baglosa. arvensis L i c o p s i d e de campo. A s p e r u g o vulgaris. . . . C o n v d l v u i u s arvensis. . . Asperugo vulgar. Primula purpurea Primula encarnada. . . Corregüela maximus Campanula rapunculus.. H e d e r á repsns. común. grande. . . R h a m n u s catharticus, . . . . . . Rapónchigo. . Y e d r a rastrera. . E s p i n a cervina. R i b e s grosularia Grosellero nigra común. negro. alpina alpino. H e m i a r i a glabra Milengrana. Ulmus campestris Olmo ú álamo negro, D a u c u s sativus Zanahoria. Selinum palustre Selino palustre. A t h a m a n t a oreoSelinum.. . . L i g u s t i c u m scoticum. . . . S i u m maximum A t a m a n t a oreoselino. L i g u s t i c o de Escocia. S i o de hoja ancha.. Phellandrium a q u a t i c u m . . . Parnasia palustris F e l a n d r i o aquàtico. Parnasia palustre. Statice ameria Estatice ameria. Liuum catharticum. . . . A n t h e r i c u m ramosum. . . Gazon. L i n o purgante. . . O r n i t h o g a l u m pirenaicum. . . - A m e r i c o ramoso. O r n i t o g a l o de los Pirineos. C o n v a l l a r i a cordifolia. . . . C o n v a l a r i a con hoja de figura R u m e x lanceolata. . . . R o m a z a con hojas en forma de de corazón. . lanza. acetosa T r i g l o c h i n palustre maritima Acedera. T r i g l o c h i n palustre. d e mar. Trientalis europea. Epilobium hirsutum, 365 T r i e n t a l de Europa. . Epilobio peloso. de l a g u n a s . palustre. E r i c a vulgaris. Brezo común. Polygonum persicaria, P o l í g o n o persicaria. . D i a n t h u s caryophyllu Bistorta. Clavel. Scleranthus annuus. , Escleranto anual. C u c u b a l u s behen.. Colleja ó berzuela. Silene nutans. . Silene inclinada ó c a v i z b a j a . bistorta. . sentada ó sin tallo. acaulis.. Alsine media. . Bocado de gallina. Stellaria Estelaria con hojas de g r a m a . Spergula graminifolia Pamplina. E s p é r g u l a ó esparcilla de sem- arvensis. brados. C e r a s t i u m viscosum, Cerastro viscoso ó alsine espú- rea, A g r o s t e m a githago, Agrostema. P r u n u s spinosa. Neguilla. Crataegus o x y a c a n t h a endrino. Espino majuelo , ó majolero. Sorbus aucuparia.. Serbal de cazadores. P y r u s malus. Maguillo. Mespilus . . cotoneaster, Potentilla anserina. Nispero. F a l s o membrillo. Potentila anserina ó fresa de acino ó a l b a h a c a sil- ánsares. fructicosa. . . ascendens. . . ascendente. fragifera. . portafresa. . Pie de Cristo. . norvegica. . reptans.. fructicosa. de N o r u e g a . . T i l i a europaea., Tilo común. C i s t u s Jadaniferus. Xara R a n u n c u l u s acris.. Botón de oro. . . T h y m u s acinos. repens. . . común. rastrero. Tomillo vestre. Oryganum vulgare. M e n t h a arvensis. . aquática. . Orégano común. Y e r b a b u e n a de sembrados. aquática. L a m i u m rubrum. . L a m i ó rubio. L e o n u r u s cardiaca. L e o n u r o cardiaca. M e l a m p y r u m pratense. M e l a m p i r o de prados. Euphrasia Eufrasia officinalis. odontites. . . oficinal. odontites. Í66 Thlaspibursapastoris. . M y a g r u m sativum . . . . R a p h a n u s raphanistrum. Crambre . . . Paniquesillo ó bolsa de pastor. M i a g r o cultivado. . maritima R á b a n o silvestre. Rabaniza. G o l de mar. G e r a n i u m sanguineum. . . . . •. . . . G e r a n i o sanguino. malvaceutn como m a l v a . robertianum. M a l v a alcea. . . . . . . de R o b e r t o . M a l v a alcea. G e n i s t a tinctoria R e t a m a de tintoreros. A s t r a g a l u s hamosus A s t r a g a l o de anzuelos. Orobus vernus O r o b o de primavera. tuberosus. . . . . . . tuberoso. • niger. negro. L a t h y r u s vieizeformis. . . .- A l m o n a como cicera alberja. Gaiganz. pratensis. . . . . . . V i t i a sativa de prados. Veza común, alberja ó a l b e r - jana. sepium. . . . . . . . V e z a de v a l l a d o s . hybrida. lutea, híbrida. . . . . '. pajiza. narbonensis de N a r b o n a . cracca. Ervum craca. tetraspermum. . . . Yero. . . . T r é b o l d e montes. . . blanco. ', . de prados. monanthos Y e r o de montes. T r i f o l i u m montanum. álbum. . . . . . pratense purpureum de flor encarnada. rubens repens. . roxo. . . anglicum. . arvense.. . - stria.tum. . . . . . . . . . rastrero. . . . . . - de Inglaterra. • de campos. estriado.' angustifolium. globosüm. . parviflorum. de hojas angostas. ." . . . . . •maritimum hybridum. . •. clipeatum. . •. ^. • . . • . . . : . • marítimo. híbrido ó mestizo. abroquelado. aglomerado. elegans stellatum. de flores pequeñas. . • . glomeratum involucratum. globoso. .'^. Orteg. . , elegante. . con involucro. estrellado. x 567 Trifolíum comosum. scabrum. . . T r é b o l cabelludo, áspero, . resupinado. resupinatum. . Melilotus Coronilla d e R e y ó trébol ok> officinalis.. : r o s o . . . . italica. . . M e l i l o t o de Italia, . cerulea. . . azulado, de Indias. indica. . Mielga ó M e d i c a g o sativa. . scutellata. . radicata. alfalfa. bisanual, biennis.... •escudada, . -cundidora. . con ñores de lúpulo. lupulina. Leontodón hastil.. D i e n t e de león h a s t i l , ó amar- Hypochxris Hipoqueris cundidora, gón. radicata H i e r a c i u m pilosella. Hieracio pelosilla ó diente de . lepn pelosilla. C r e p i s tectorum. Sonchus C r e p i d e de texados. . Cerraja de L a p o n i a . lapponicus. P r e ñ a n t e s como mimbre. Prenanthes viminea. Scorzonera hispánica Escorzonera común. T r a g o p o g ó n pratense, Barbacabruua. Lapsana vulgaris. Lapsana Carduus lanceolatus, Cardo común, lanceolado. . cavizbajo, nutans. . helenioides. con hoja de enula cam- pana, cnspus.. Serratuia . crespo ó rizado. . S e r r a t u i a dé sembrados ó arvensis. car- do cundidor. Artemisia . Artemisa vulgaris. vulgar. Ajenjo.. absinthium. . G n a p h a l i u m sylvaticum, T u s s i l a g o petasites, G e n a f a l i o de^selvas. Uña de c.aballo. Doronicum plantaginium. S o l i d a g o v i r g a aurea V a r a , de. oro. I n u l a helenium. í n u l a helenio. saiieifolia. . . . . A s t e r tripolium. , . ' . Doronico.como llantén. . . • Ala. con hoja de sauce. Á s t e r tripolio. B u p h t h a l m u m m.aritimum. , Buftahnp marítimo Chrisauthemum leucanthemum, C r i s a n t e m o leucantemo. M a t r i c a r i a chamomila Comomila. . Anthemis arvensis.. M a n z a n i l l a de campos. . ,; Achillea mnlefolium. ptarmica. . . ¿ . • Milefolío. . . A q u i l e a tarmica ó Milenrama. dragoncillo de prados. Centaurea^ maxima. . . ; jacea. Carex . . . ferruginea. • . . . . C e n t a u r a mayor. yacea. L a r t a n ferruginoso. echinata esquinado, cespitosa • S p a r g a n i u m erectum. . Alnus . glutinosa. . . alba de césped. • E s p a d a ñ a derecha. • Abedul • nana . . . . glutinoso. blanco. . • X a n t h i i i m strumarium. . • X a n t i o estrumoso. S a g i t t a r i a sagitifolia. • Sagitaria . enano. de hojas de saeta ó saeta aquática. • Encina. . " Sauce mimbre ó mimbrera. . • Q u e r c u s illex S a l i x viminàlis. . . caprea cabruno. latifolia. . . . de hoja ancha. • lampiño. H i p p o p h a e rhamnoides. . • Espino amarillo. Myrica • glabra gale. Humulus . . P o p u l u s tremula. . Mírica gale. . . . . . . • Á l a m o temblón ó . . . Sabina común. lupulus. L ú p u l o ú hombrecillo. alba. Juniperus Cerveza. lamparilla. blanco. sabina. Plantas propias para el pasto de los cerdos. . . Salicornia. Anthoxantum.vulgare. . . G r a m a de olor. M o l l u g o verticilata. . . . M o l u g o v e r t i c i l a d o , ó r u b i a lisa. Scirpus milliaceus. . . , C i r p o como mijo. Phalaris ,arundinacea. . . Alpiste . ¿ Salicornia herbácea. . aspera. . Alopecurus . . . . A g r o s t i s vulgaris. Willd. stolonifera. •'. -, divaricata.. A i r a pratensis. canescens. . . con hojas de cana. áspero. A l o p e c u r o de campos. agrestis.. pratensis. Alacranera. . de prados. . Agrostide vulgar. . . cundidora. desparramada. . . . . . . A i r a de prados. . . . Barba de chivo. . ¡69 A i r a cespitosa... aquatica. Poa A i r a de cesped . 8 aquática. pratensis.. P o a de prados. bulbosa. bulbosa. cristata. de crestas. angustifolia. de hoja angosta. Briza maxima. Briza mayor. Bromus maximus. Desf. Bromo g r a n d e . cola de zorro. alopecuroid.es, matritensis. Madrileño. purgans. purgante. . F e s t u c a ovina. pratensis. F e s t u c a ó cañuela de ovejas, . de prados. scabra. H. R . M , tenella. áspera. Will. tiernecita. A v e n a sativa. . Avena bulbosa. sterilis. nuda. . estéril. . fatua. desnuda. . loca. Carrizo. Ballico. . A r u n d o phragmites. L o l i u m perenne. Elymus . europseus. de arenales. T r i t i c u m repens. Trigo distichum. H. R . cristatum. M Schreb longus. bulbosus. . rastrero. de dos carreras. de crestas. . Juncia . común. bulbosa. P a s p a l u m nemorosum. Jacq, pubescens. H . R . M P a n i c u m viride. Paspalo de bosques. belloso. Panizo verde. colonum. Almorejo. de colonos. Amor de hortelano. verticillatum. . M i l l i u m compactum. spica Cugula. Elimo de Europa, arenarius. Cyperus común. bulbosa. venti. M e l i c a Bauhini. ". M i j o apretado. . Willi, G l a d i o l u s communis.. • espiga de viento. M é l i c a de Bauhino. Gladiolo común. Yerba que. Dactylis glomerrta. D a c t y l i s conglobada. C y n o s u r u s cristatus. C y n o s u r o de crestas. tenellus. . , E s t i p a tenacissima, gigantea. TOMO ir. Lag. tiernecito. E s t i p a t e n a z . Esparto. altísima, AAA esto- 370 Secale villosum. . pungens. Pers. . . Hordeum maritimum. murinum. Minuartia . . , montana.. D i g i t a r i a c i l i a t a . Pers. Phleum pratense. . , Uniola paniculata. Rottbollia cylindrica. L a g u r u s ovatus. . . C e n t e n o velloso. pinchudo. C e b a d a marítima. de ratones. M i n u a r c i a de montes. D i g i t a r i a pestañosa. F l e o de prados.. U n i ó l a en panoja. R o t b o l i a cilindrica. L a g u r o aovado, ó cola de l i e bre. V a i l l a n t i a cruciata. . Plantago vulgaris, lanceolata. . . . V a i l l a n c i a cruzada. L l a n t é n común. Cornus sanguinea. Cornejo sangüeño. C e r e z o silvestre. Epítimo. B u g l o s a oficinal. Berbasco negro. A l s i n e media. C e ñ i g l o blanco. C u s c u t a epitimum. . A n c h u s a officinalis. . V e r b a s c u m nigrum. . Alsine media. . Chenopodium viride. album. . . Ultnus campestris. Athamanta . oreoselinum Heracleum sphondylium Sium sisarum.. con hojas lanza. en forma de verde. O l m o ú álamo negro. A t a m a n t a oreoselino. Heracleo esfondilio. C h i r i v i a tudesca. . . de hoja ancha , ó berrera. angustifolia. . de hoja angosta. latifolius. rastrera. repens C a r u m carvi. . . . O r n i t h o g a l u m pirinaicu Alcaravea. O r n i t o g a l o de los Pirineos. C o n v a l l a r i a cordiiblia. C o n v a l a r i a de hoja de corazón. R u m e x lanceolata. Romaza . lanceolada. Acedera. acetosa. T r i g l o c h i n palustre. . marítima. . . . T r i g l o c h i n palustre. marítimo. V a c c i n i u m oxycoccus. A r á n d a n o de fruto agrio. P o l y g o n u m persicaria. Polígono persicaria. . . Bistorta. , C u c u b a l u s otites. . . C u c u b a l o otites. bistorta. . Silene vesicaria. nutans, . . Silene v e x i g o s a . . . . Stellaria graminifolia. cavizbaja. Estelaria con hojas de g r a m a . 37 1 Spergula pentandra A s p e r g u l a de cinco O x y i i s acetosella Acederilla ó aleluya. Sedum teiephium.. . . . . estambres. Sedo telefio. P r u n u s padus Cirolero de S a n t a L u c í a . Sorbtts aucuparia Serbal de cazadores. Spirasa philipendula F i l i p é n d u l a oficinal. Rosa gallica canina. Rosal. . . . . . . . . . Escaramujo. R u b u s idaeus. saxatilis Sangüeso. Z a r z a m o r a d e peñas. Potentilla anserina Potentila anserina ó fresa de ánsares. argéntea norvegica T o r m e n t i l l a erecta plateada. de N o r u e g a . Tormentila oficinal. G e u m rivale G e o ó cariofilata de riachuelos. urbanum Caryofilata. Nimphsea lútea N i f e a amarilla. alba Stratiotes alvides T h a l i c t r u m lucidura blanca. Estraciote como aloe. T a l i c t r o lustroso. . . L a t h r a ; a squamaria L a t r e a escamosa. Lunaria rediviva Lunaria rediviva. T n l a s p i arvense bursa pastoris T l a s p j de sembrados. Paniquesillo ó bolsa de Pastor. Brassica napus olerácea N a b o común. Col. Sinapis arvensis Crambe M o s t a z a de campos. marítima. Geranium . . . . C o l de mar. batrachioides. . . G e r a n i o de ranas. L o t u s corniculatus V i t i a sativa L o t o de cuernecillos. V e z a c o m ú n , alberja 6 alberjcina. sepium lútea Trifolium de vallados. montanum. pratense. . . . . . . . . pajiza. T r é b o l de montes. . de prados. arvense de campos. álbum blanco. repens. angustifolium rastrero. de hojas angostas. stellatum comosum. estrellado. . scabrtima M e l i l o t u s officinaüs . . . . cabelludo. áspero. Coronilla de R e y ó trébol oloroso. AAA 2 • . M i e l g a ó alfalfa. Amargón. radicata. . H i e r a c i u m pilosella. . . D i e n t e de león hastil. Hipoqueris a r r a i g a d a . Hieracio pelosilla ó diente de M e d i e a g o sativa. . . Leontodón t a r a x a c u m . Hastil Hypochasris C r e p i s tectorum. . Sonchus arvensis. . . lapponicus.. Scorzonera hispánica. T r a g o p o g ó n pratense. Lapsana vulgaris.. Cichoriutn intibus, . G n a p h a l i u m dioicum. S o l i d a g o v i r g a aurea. Senecio vulgaris. . . A c h i l l e a millefolium.. ptarmica. . • . . . . . . C e n t a u r e a maxima. . . jacea . . C n i c u s eristhale. . . . . V i o l a canina tricolor S p a r g a n i u m erectum. . S a g i t a r i a sagitifolia. . . H u m u l u s Iupulus.. A t r i p l e x hortensis. . . . . de L a p o n i a . Escorzonera. B a r b a cabruna. L a p s a n a común. Achicoria silvestre. Gnafalio dioico. V a r a de oro. Terba cana. Sazón. . . . . león pelosilla., C r e p i d e de texados. Cerraja de sembrados. Milefolio. Milenrama. A q u i l e a tarmica ó dragoncillo silvestre. C e n t a u r a mayor, yacea. C n i c o erisitale ó cardo de prados. V i o l e t a perruna. de tres colores ó trinitaria. E s p a d a ñ a derecha. S a g i t a r i a con hojas de saeta ó saeta aquática. L ú p u l o ii hombrecillo. Armuelle. Cerbeía. 373 L E C C I Ó N .III. D E LOS CERRAMIENTOS D E LAS H E R E D A D E S . P o c a s , ó acaso n i n g u n a cosa será t a n importante , p a r a que la A g r i c u l t u r a llegue al mas alto g r a d o de p e r f e c c i ó n , c o mo el cerramiento de las tierras , pero tampoco ninguna ofrece mayores dificultades para realizarse. Si el objeto de esta lección fuera exponer las razones que f a vorecen el sistema de los cerramientos, y manifestar los obstáculos que á ello se o p o n e n , para deducir después los medios de realizar el justo proyecto de cerrar todas y c a d a una de las h e r e d a d e s , quizá mi limitación no podría encargarse de su desemp e ñ o ; pero como no debemos entrar en unos pormenores tan i n teresantes como delicados por su n a t u r a l e z a y difíciles por sus c o m p l i c a c i o n e s , nos ceñiremos á dar u n a idea de tan ventajoso sistema , por si acaso el agricultor llegase á poder realizarlo u n dia. N a d i e n i e g a q u e el derecho de cercar las posesiones es i n h e rente al de p r o p i e d a d , y nadie habrá que no esté convencido d e las inmensas utilidades que esto acarrea al industrioso propietar i o , q u e llega á conseguirlo. Por decentado se ofrece muy l u e g o á la imaginación de q u a l q u i e r a , que la alternativa ó cambio d e cosechas, el establecimiento de prados artificiales , los criaderos ó almácigas de árboles, la extensión de los plantíos., y otros cien ramos de labranza y crianza, no pueden, llegar á establecerse d e un modo s ó l i d o , sino por medio de un sistema qualquiera d e cerramientos. E s t a v e r d a d demostrada por sí m i s m a , y reconocida generalmente en todos los países civilizados.,, h a hecho q u e en todos tiempos y por todos los gobiernos se h a y a mirado" este punto como uno de los mas interesantes á la prosperidad pública ; mas á pesar de sus esfuerzos, no se ha podido realizar completamente en parte alguna. Sin e m b a r g o , en algunas de n u e s tras provincias se halla bastante extendido este sistema ; y sino t o d a s , al menos tienen cercadas muchas tierras , de modo q u e los ganados no pueden entrar en ellas quando quieren , sino q u a n d o sus dueños lo permiten. G a l i c i a , Asturias , C a t a l u ñ a y algunos o t r o s , aunque pocos pueblos de la península , son un exemplo de esta v e r d a d : allí se ve mayor copia de g a n a d o s ' 374 repartidos entre los l a b r a d o r e s ; se observa la sucesiva ción de frutos ; y sin que nadie v a y a en pos de los repeti- cultivado- res , han sabido ellos establecer sus praderías , multiplicar á su modo los plantíos, y formarse los ramos de economía r u r a l , que son análogos á su g e n i o , instrucción, situación y temperamento. Este exemplo ,. que debiera ser bastante para estimular otros muchos pueblos de España , no ha cundido como sería á de desear por todas partes ; impidiéndolo á mi modo de ver en las provincias de lo interior del r e y n o , u n a causa poderosa , que lio existe en las que se han citado. • La legislación particular de C a t a l u ñ a es una de las causas, q u e favorecen el cerramiento de las h e r e d a d e s , por no d a r lu- g a r las vinculaciones sucesivas á que se s u b d i v i d a n las h a c i e n d a s ; así es q u e , y a sean grandes ó r e d u c i d a s , de mano en mano , y de poseedor en poseedor , membración alguna. L a tierra a d a g i o español ; rederos. E n pasan íntegras sin sufrir d e s - i g u a l a los . b a r r a n c o s , dice el dinero es el que compensa á los demás Asturias hay un sin un he- número de grandes ó p e q u e - ños-mayorazgos que para nuestro objeto equivalen al sistema de C a t a l u ñ a , aunque se gobiernen por otras leyes : y los G a l l e g o s , desde tiempo inmemorial , tienen la l a u d a b l e costumbre tablecer sus contratos enfiteúticos , por los quales de miran es- como propias las tierras q u e c u l t i v a n : estas razones tan poderosas son las que en mi entender hacen y han hecho siempre , llos naturales adoptasen en otros tiempos , que a q u e - y sigan aún. la p r á c - tica ventajosísima de los cerramientos : estas mismas y no otras razones, son las que á su- modo y sin violencia a l g u n a , antes bien por un hábito o costumbre, los impelen al cumplimiento de las obligaciones y deberes mutuos ; prestándose gustosos á todo 'género d e ' s e r v i d u m b r e s - r u r a l e s , acaso tan bien entendidas c o j ; mo las qué prescriben las leyes- dictadas - pbr los Romanos , de 'q'uien'-prbba.bieniénte son hijas " t a n • buenas q u a s i o l v i d a d a s entre nosotros ; pero : que costumbres ¡ l e y e s 1 la propiedad de los c.ampos est& cla-m&ndo por ellas , aunque modificadas por el sisj 1 tema actual y. por la diversidad de circunstancias que las rían v a r i a r en-sus accidentes. ha- ' D e estas tan obvias como breves indicaciones puede dedu- c i r s e , que la f a l t a ' d e propiedad en manos del c u l t i v a d o r , la subdivisión continuada de las tierras por la sucesiva partición e n tre herederos, el sistema de g a n a d e r í a y otras cien causas se oponen por ahora al cerramiento de las heredades en todas las p r o v i n c i a s de E s p a ñ a ; pero que no por eso es imposible llegar á realizarle de un modo ó de otro, siempre que la sabiduría y paternal atención del gobierno se empeñe en desvanecer á toda 375 costa los obstáculos, buscando los medios mas equitativos y justos para hacer este g r a n bien á los pueblos y á los particulares. N o es.mi ánimo recomendar ni. criticar a q u í el sistema d e vinculaciones y m a y o r a z g o s ; aunque no dudo q u e si estos e s t u vieran cargados con ciertas y determinadas obligaciones p a r a coñ'los coherederos, y no pasasen ni fuesen menores de ciertas y determinadas r e n t a s , serian un bien de l a .mayor consideración para la prosperidad de las familias y del E s t a d o : mi i n t e n to solo ha sido demostrar q u e estando establecidos los cerramientos en las citadas las ventajas p r o v i n c i a s , y mostrando ellas con los hechos q u e con el cálculo y los raciocinios han procurado persuadir los economistas, los geopónicos, los sabios nacionales, es muy- fácil hallar y en general todos medios; d e poner en práctica iguales ó Semejantes principios. Por esto se ha dicho que nunca podrán establecerse sólidamente los diversos ramos de i a e r a n 2a y c r i a n z a , mientras que de un modo ó de otro no se establezca un sistema q u a l q u i e j i a de cerramientos. P a r a mi objeto es indiferente que esto se verifique, según M , Varron ( i ) , con cierros naturales ó setos v i v o s , con cierros rústicos, estacadas ó setos m u e r - tos, con cierros militares ó z a n j a s , y finalmente con los de fábrica ; pero sí d i r é , q u e y a sea con estos ó con otros c i e r r o s , ó y a sea por medio de g u a r d a s honrados puestos por el g o b i e r n o , pagados como corresponde por todos los propietarios de los p u e - blos, y responsables de todos los daños q u e s u c e d a n , es absolutamente preciso asegurar de un modo positivo la propiedad r u r a l , lo mismo que la u r b a n a ; de otro m o d o , jamas llegará el dia en que la A g r i c u l t u r a prospere. Sepa cada uno que su heredad, sus tierras y sus frutos, están cerrados para todo el q u e no t e n g a su permiso de entrar en e l l a s ; y hágase esto del modo que se q u i e r a , por mi parte subscribiré á todos, sea q u a l q u i e r a el m e dio q u e se a d o p t e , con tal q u e se verifique. E l difunto D , Esteban B o u t e l o u , á quien muchas veces h e - mos citado en estas lecciones, trató este punto con el tino p r o pio de su c i e n c i a , y en un artículo que sobre los cerramientos publicó en el Semanario de A g r i c u l t u r a y A r t e s , tomo x v i , p á gina 3 3 , considera justísimamente divididas las cercas ó setos muertos en convencionales y existentes: los surcos y amojonamientos, ni presentar dificultad por los primeros entiende que sin impedir la introducción, a l g u n a para el paso, indican que está n e g a d a la entrada'á-los ganados en aquellos p a r a g e s : he aquí el modo diestro con q u e desenvuelve sus bellas i d e a s , de las q u a les tomaremos lo q u e nos parezca mas útil. (i) Lib. i . cap. 14. 37 Cerramientos • i.° Surcos. 6 muertos ó convencionales. E n las inmediaciones de D a r o c a s e ñ a l a n , dice, para el p a s t o , e x c l u s i v o de las reses vacunas de c a d a labrador, a l g u n a s tierras propias q u e circundan con tres surcos, y los d e mas vecinos deben respetar, á vista de esta cerca convencional, aquella seria rastrogera q u e destina el dueño para su g a n a d o . E s t e un arbitrio de mucho socorro para la mayor parte de l a M a n c h a , y e v i t a r í a bastantes excesos; porque l u e g o q u e se hac e l a siega, apuran prontamente las caballerías del pueblo en com ú n los provechos de las t i e r r a s , disputándolos con los ganados q u e solicitan con ansia recorrer las mismas, é impidiendo á v e ces que se aprovechen los pobres de la rebusca, q u e por c a r i d a d se les ha permitido siempre , menos q u a n d o los A l c a l d e s son g a naderos , que entonces se suele prohibir la rebusca con el mayor r i g o r , diciendo que esta sirve de pretexto para robos, como si no fuese mas acertado buscar otros medios para evitarlos sin p r i v a r al pobre ó al colono de esta utilidad. T a m b i é n se hace un surco al rededor de una t i e r r a , de c u y a mies no se quiera hacer la recolección por ser p o c a , de resultas, por e x e m p l o , de a l g ú n pedrisco, á fin de indicar q u e se prohibe en ella la entrada al ganado. E n tal caso d e x a n madurar el g r a n o , y con u n a soga que pasan repetidas veces sobre la mies, h a cen que les suelten las e s p i g a s , y luego q u e se puede se a r a , e s parciendo en ella algo mas de grano si lo necesita. A estas tierras las llaman riciales, y suelen producir unas cosechas asom- brosas. 2. Mojones. a Para denotar que e s t á . v e d a d a la entrada á los ganados en un monte recien c o r t a d o , se suelen poner mojones; y t a m b i é n se ponen al rededor de las tierras sembradas con s e millas de p r i m a v e r a , á fin de que los pastores respeten aquel cierro convencional. Esto se executa en O c a ñ a , T a r a n c o n , V i llarrubia y en otras muchas partes. 3. 0 Rebozos. E n las viñas se llaman rebozos á los sarmientos q u e de trecho en trecho atan por arriba los g u a r d a s en las inme-. diaciones de los caminos ú otros parages expuestos á d a ñ o s , p a ra indicar á los pasageros que respeten la heredad. C o n estos cierros convencionales no siempre se logra defender las h e r e d a d e s ; porque tales, medios suponen buenas costumbres en el pais , sin las q u e es imposible contener muchos daños en los campos. 377 Cerramientos 4. Q muertos existentes. Zanja. A veces se destinan los cierros para evitar los d a - nos de los a g u a c e r o s , q u e roban la tierra v e g e t a l de algunas her e d a d e s : en tales situaciones se abren zanjas ó caceras para d a r salida oportuna alas aguas. E n tierra de C u e n c a , y general- mente en paises de serranía se valen de estas defensas, sin las quales les harían perder. mucho los aguaceros y tempestades. T a m b i é n se hacen zanjas para desaguar las heredades expuestas á inundaciones. A esta ciase de zanjas pertenecen los fosos ó xaxas q u e se l l a m a n , y se hacen para impedir la e n t r a d a , sin e s torbar la vista de algunos jardines modernos ó edificios. 5. 0 Za?ija y vallado. Este cercado es muy fácil de executar y de mucha defensa si está bien conservado: para h a c e r l e , abren u n a zanja.de dos á tres pies de ancho al lado de afuera de l a h e r e d a d , y con la tierra q u e sacan forman un v a l l a d o ó repecho apisonado, batiendo l a tierra aguas, en rampa para q u e escurran las é impidan el paso al ganado. Se suele usar de este v a - llado á las orillas de los caminos, en las q u e ponen á veces otra defensa, abriendo zanjillas de dos á tres varas de l a r g o , y entre zanja y zanja forman lomos con l a tierra q u e sacan de e l l a s , d e s a n d o alternativamente las zanjas y lomos, y así no pueden p a sar los carruages sin riesgo evidente de volcar. 6.° Césped en seco. E n Terriente , A l b a r r a c i n y otros pueblos de A r a g ó n , cierran las heredades con céspedes q u e ponen unos sobre otros con buen orden : es práctica costosa , y á veces de corta duración , aunque los cubren con rama seca y espinosa, para que resistan mas á las aguas. D e la parte de afuera de estos c i e r r o s , suelen hacer zanjas para que duren mas , y dexar mas difícil la entrada. L o s céspedes se arrancan en los prados inmediatos de los sitios en que h a y a mas grama. Si llegan á e n trelazarse bien las raices de la yerba , no forman malos c e r c a dos. P a r a arrancar los céspedes usan de la a z a d a ; pero con l a p a l a de jardín se haría esto con menos trabajo y mas perfección. H a c e n el encespedado , colocando de canto dos líneas de céspedes con la yerba acia afuera de un lado y otro de la pared j y el intermedio se maciza con tierra y césped d e s h e c h o , apisonándole bien para que h a g a clavo. E l encespedado se hace mas a n cho por la b a s e , y v a en disminución hasta el remate : se ha d e hacer en tiempo húmedo y por lechos ó t a n d a s , y acabada de macizar la primera se pone otra i g u a l e n c i m a , IOMO II. BBB y así se conti- 37» mía hasta que t e n g a la altura conveniente. Si se construyen en tiempo de calor se h i n c h a n , desunen y deshacen después con las aguas. Por la parte de afuera del encespedado , y á un pie de distancia , suelen abrir una zanja en rampa que contribuy e á su mayor duración , y á hacer mas difícil la entrada del ganado. j.° Canto en seco. Se usan estas cercas en d o n d e . a b u n d a n las piedras : son comunes en T a r r a g o n a y Tortosa , donde emplean pedazos de mármol que es allí muy abundante. D u r a n bastante, y mas si las revocan de uno^y otro lado con yeso ó argamasa de c a l , aunque, lo interior q u e d e e n s e c o . C o n las piedras mas gruesas forman la base bastante a n c h a , y l u e g o v á ' l a pared e n disminución, poniendo encima l a piedra n i e n u d a a l mismo tiempo que se limpia la heredad , sin dexar en ella aquellos montones de cantos que se v e n en las de algunos propietarios i n d o lentes. E n el C o n d a d o de C o r n u a l l a en Inglaterra l e v a n t a n c e r cas de canto del mismo modo q u e he dicho de las de césped; esto e s , forman dos líneas de cantos arreglados con todo c u i d a do y macizan con tierra el intermedio. A b r i e n d o una: zanja d e l lado de afuera de esta cerca , será mas difícil v e n c e r l a . E n las laderas y montes se ponen en muchas partes empedrhas ó valladares de canto seco , para contener la tierra y ponerla en labor. 8.° Contó y barro ú hormas. E n T a r r a g o n a , Tortosa y otros p a r a g e s se v e n con frecuencia cercas de canto y barro , conservándose el antiguo método que , según M . V a r r o n , e r a m u y c o mún en su tiempo en la Península. 9. Tapia de tierra. D e estas cercas se usa mucho en C a r i ñ e n a , y son muy á propósito para los países secos. L a s tapias b i t n hechas son de g r a n duración , como se vé en G r a n a d a , en O c a ña y en otras poblaciones antiguas en q u e , sin yeso ni a r g a m a sa , se conservan tapias antiquísimas , q u e cuesta mucho trabaj o deshacerlas. 1 0 . , Pared de cal y canto y ladrillo:Estas cercas solo las p u e den hacer los ricos. C e r c a de U t i e l hay cercadas así algunas v i ñ a s ; y también hay frondosas alamedas de olmos cercadas con c a n t ó y yeso en V i l l a - r u b i a , Santa C r u z de la Z a r z a , H u e l v e s y otros pueblos ; que todo este g a s t ú e s menester para defender del g a n a d o á los árboles. C o m o para hacer estas paredes se n e cesitan albañiles ó maestros inteligentes , no es necesario expli-<car su construcción. L a s tapias se suelen cubrir de ladrillo , tarj a , ó rama seca y espinosa , sobre la q u e se forma caballete con cantos y tierra ; y Ja de paja l a r g a de trigo , centeno ó carrizo preserva bien la tapia si se dispone como corresponde. 0 : ti Emberjados. C o m o estos no son para ios l a b r a d o r e s , sino 379 q u e solo se ponen en los jardines de los r i c o s , no nos detenemos á hablar de ellos. 12. Setos de rama seca. E n l a Serranía de C u e n c a y en otros p a r a g e s cercan ios huertos con rama seca y espinosa , ó c o a h a ces de rama de toda c l a s e , q u e entrelazan y sujetan con soga á fuertes estacas. T o d o estofes:costoso .y necesita de continuos r e p a r o s , á. fin;dé q u e 1:0 se abran portillos. . • D e s d e Amposta. hasta T o r t o s a defienden las higueras y d e más frutales-cotí cañizos y texidos de mimbre de quatro á cinco, pies de a l t u r a , hechos á manera de cestos , con que cada árbol asegurando circundan las extremidades á un fuerte estacón. C o n u n instrumento de quatro lados c o r t a n t e s , abren en quatro tiras las, cañas con q u e . h a c e n dichos 13. texidos.. .Estacadas , palenques , triangúlalos, se defienden empalizadas. También las heredades con estacadas espesas., y es mejor 1 hacerlas en el fondo de fosos profundos , anchos y dispuestos e n r a m p a , siendo p u n t i a g u d a la extremidad superior.de las estacas. E n Aranjuez se usa de palenques para ;defeuder los p l a n - tíos., sin impedicc.la vista.:: también se ponen triangulillos .de m a d e r a á los árboles q u e están m u y expuestos al roce de los c a r r u a g e s , Estos triángulos q u e usan los I n g l e s e s , se reducen á plantar tres estacas i al rededor del á r b o l , ' y clavar en ellas-tres palos á la altura conveniente. A esta clase de-defensa pertenecen los-rebozo; de rama seca con q u e se rodean l o s troncos de los árboles recien, trasplantad o s , para evitar los daños de caballerías y ganados. 14. Diques ó malecones. P a r a defender diatas á rios ó a r r o y a d a s , se -J las heredades construyen diques ó inme- malecones, q u e solo pueden hacer de fábrica los poderosos: menos costosos son los de canto y tierra. E l malecón.que esté expuesto á la v i o lencia de las a v e n i d a s , se ha de construir con estacadas espe- sas entrelazando haces de fagina ó ramas flexibles de Una á. otra estaca. ¡Stf-'-disponen en r a m p a - p o r ambos l a d o s , - y s e les ida •• de base á l o menos dos terceras p a r t e s ' m a s q u é lo que tienen.de •alto. L a tierra que se eche en ellos h a - d e f o r m a r - l i g a ; y a s f s e h a de preferir la arcillosa m e z c l a d a , c o n piedras. L o s rios se llevan las orillas q u a n d o están perpendiculares, ó q u a n d o el borde de la orilla forma como un áléro sobre el a g u a : en t a l caso conviene rebajar-'l.as'-orillas déxáudólas en.ramp a , á fin de q u e las aguas no hallen resistencia, y dé consiguiente no causen destrozos. Es muy ventajoso-plañíar chopos en las -orillas de. los diques ó malecones?, porque les, prestan mayor consistencia, y son de los árboles q u e mas resisten al ímpetu delas corrientes, • BB» 2 38o Cerramientos vivos. Los setos v i v o s , ó sea el cerramiento de las tierras con d i v e r s a s plantas v i v a s , son t a m b i e n m u y á propósito s a b i é n d o l a s elegir-,.-y teniendo los conocimientos necesarios p a r a no d e x a r las crecer á mayor altura de la q u e p u e d e ser c o n v e n i e n t e , con a r r e g l o á las diversas circunstancias y cultivos á q u e se aplican. E s muy cierto q u e en las tierras de pan l l e v a r no suelen ser útiles ios setos v i v o s , por el perjuicio q u e pueden causar con s u sombra y raices ; pero para esto se hace uso de árboles q u e e c h e n las raices perpendiculares y p r o f u n d a s , y además se les mantiene siempre a l a altura de q u a t r o ó cinco p i e s , c o r t á n d o les las g u i a s y las ramas para disminuir su a l t u r a , su g r u e s o , y por consecuencia su sombra. D e este modo y a se d e x a conocer q u e lejosi; de ser nocivos son en v e r d a d , muy provechosos. Solo qua-ndo d a h e r e d a d es muy r e d u c i d a será, i m p r a c t i c a b l e ; p e r o en las de a l g u n a extensión siempre deben preferirse á las e s t a c a d a s , palizadas y demás setos m u e r t o s , formados con leña ó m a d a r a de q u a l q u i e r a especie. E l robo./la falta de. arbolados p a r a proveerse de madera ó de rama para f o r m a r l o , y otras í.u.en c a u s a s , imposibilitan la execucion dé estos últimos. P a r a ' f o r m a r pues los setos vivos ,. es indispensable contar a n t e s con . e l c l i m a , la situación y la c a l i d a d de la tierra. E n dos climas lluviosos y en terrenos húmedos, es fácil conseguir en p o c o tiempo, el. cerramiento de una h e r e d a d ; porque la h u m e d a d e n q u e a b u n d a uno y o t r o , favorecen la v e g e t a c i ó n : por c o n s i g u i e n t e la empresa en los climas y terrenos secos es algo mas. d i f i c i f , y mas dentó, el logro de lo .que se desea. Si i o s terrenos::son húmedos-, ó p a n t a n o s o s , se h a c e , uso de los árboi'es.que .p.u.eden vÍYÍr -emellos:;'.y s i g u i e n d o Jos. principios q u e q u e d a n explicados en -Jas lecciones a n t e r i o r e s , se podrán jfermar c o n chopos,; s.aue.eí ¿-. f r e s n o s , t i l o s , a l i s o s , .acebos, á l a mos & c . ; plantas todas q u e , y a mas y a menos.arrimadas al a g u a , ó.totalmente . a p r o x i m a d a s , : p u e d e n v i v i r en tales parages. Para los c l i m a s húmedos; t o d o s son ó ¡pueden ser/á p r o p ó s i t o ; y ent o n c e s . ^ ¡buscan a q u e l l o s q u e - mejor ..sufran l o s r e c o r t e s , y q u e lleven, r a i c e s menOSr:superficiales: en. estos y en aquellos terrenos , s e - podrá; (Calcular la a l t u r a del seto ó cierro v i v o por la clase d e . p l a n t a s - q u e dentro se c u l t i v a n , y por. la situación ..y extensión del terreno mismo. E n las g r a n d e s posesiones se p u e den d e x a r a l g o mas altos los setos, y también podrán q u e d a r ; J : de 38i trecho en t r e c h o , a l a r g a s distancias, algunos árboles que descuellen por a l t o ; así para proporcionarse leña para el hogar con las ramas q u e se les p o d a n , como para obtener alguna sombra si conviene al género de plantas que h a y a d e n t r o ; como s u cedería si por exemplo fuesen pastaderos. L o mismo diremos si l a c e r r a d u r a debe defender la e n t r a d a , no solo de los ganados sino también de las personas: en estos casos, pueden y deben ser mas altos los setos que en aquellos en q u e , siendo las heredades p e q u e ñ a s , se c u l t i v a n las plantas que necesitan mucha v e n tilación , l u z y desahogo : tales son las m i e s e s , las hortalizas y otras muchas. A q u í es precisamente en donde nunca deberán pasar de la a l t u r a de los quatro pies antes referidos.. L a s plantas de q u e puede usarse con ventajas, para cerrar l a s heredades en terrenos secos y climas áridos ó calurosos, son todas las espinosas ó p i n c h u d a s , ya sean arbustos ó ya sean árboles. L a cambronera es muy usada en E s p a ñ a , pero no puede ser i g u a l m e n t e útil en todas p a r t e s ; sin embargo de q u e , si se l a sujetara á la tixera y á la g u a d a ñ a , siempre seria mas d u r a dera y ventajosa : lo mismo puede decirse de todos los espinos. L a zarza es la peor y mas perjudicial de todas las plantas que p u e d e n emplearse en los cierros de las heredades. La Gleditsia t r i a c a n t o s , el G r a n a d o , el árbol del Paraiso, el A l m e n d r o , el C i r u e l o , el Peral silvestre, el A c e r o l o , el A z o f a i f o , el B o x , la P i t a , las T u n a s , la A h u l a g a , y en general t o dos los árboles y arbustos, sirven para formar setos ó cerrar las heredades : la C o s c o x a , las H a y a s , los R o b l e s , el A l m e z , el S a ú c o , e l . C a r p e & c . ,:son i g u a l m e n t e á M o r e r a y el O l m o propósito ; pero a u n q u e la podrían ser de los mejores para el objeto de q u e se t r a t a , tienen no obstante el inconveniente de brotar m u chos renuevos por sus raices ; las quales alargándose mucho por las tierras c u l t i v a d a s , y caminando quasi siempre cerca de superficie , las esquilman y empobrecen , la embarazan las opera- c i o n e s , rompen los a r a d o s , y maltratan las yuntas. Por esto no son admisibles en todos los caeos, y solo podrán convenir en a l gunos : estos los conocerá y determinará el. prudente labrador, • comparando la situación y c a l i d a d de la t i e r r a , las plantas que en ella se c u l t i v a n & c . , pues con arreglo á todas estas • tancias , podrá ó nó convenirle la formación del seto las expresadas circunsvivo con plantas de M o r e r a ú Olmo. L a T u y a oriental, ó árbol de la v i d a , los Cipreses , P i n o s , y en. suma todos los árboles resinosos , cercado pueden servir con ventajas en .el de las tierras ; y así es visto que , cerramiento-ó teniendo tantas y tan diversas plantas de que poder usar para formar los setos y cerrar las posesiones, no habrá cosa mas fácil que el verificarlo, 382 Esto advertido , solo nos resta manifestar cómo se verifica su plantación , y de qué unodo se ha de conducir el labrador p a r a conservarlos. : E n los terrenos y climas húmedos pueden plantarse los setos v i v o s con planta e n r a i z a d a , con e s t a c a s , ó sembrándolos de semilla , que siempre es lo mejor ; pero en los de secano y en los climas calurosos , solo se puede usar de las semillas ó de la planta enraizada. E n q u a l q u i e r caso ha de preceder la l i m p i e z a y la buena labor del terreno : sin estos requisitos no se e s pere que arraiguen ó prendan las estacas ó ios árboles; ni t a m poco que nazcan las semillas. Si se verifica el cierro con planta enraizada ó con e s t a c a , ha de abrirse primeramente una zanja de proporcionada hondura, para plantar en ella las p l a n t a s ; las quales deberán q u e d a r m u y espesas ó reunidas unas con otras para que en poco tiempo se entretejan y enlacen , formando un seto bien tupido. P l a n t a d a s q u e sean , se les echa la tierra y se d e x a n bien arropadas : las estacas se cubrirán de tierra hasta la última y e m a , como se d i x o tratando de su plantación en el vivero ; y las plantas q u e se p o n g a n enraizadas se cortarán á ras de tierra, pues de otro m o do no brotarán con tanta pujanza como se necesita. L a s semillas se sembrarán en rayas de quatro á cinco dedos de h o n d u r a , suponiendo la buena preparación de la tierra: l u e go q u e nacen pueden conducirse con las atenciones que se e x plicaron en la lección que trata del modo de sembrar los bosques y montes de asiento ; y al cumplir el año de nacidas , será bueno que se las corte también entre dos tierras , para-los m i s í-rnos fines que se expresaron antes. Yo en todo caso opinaría q u é , • y a se plantasen de e s t a c a , y a de planta con raiz , ó ya se s e m ' brasen de s e m i l l a , sería muy conveniente disponer la cerca ó seto á tres filas en f o n d o , un pie distantes una de otra ; ó á lo -menos que ocupasen dos pies las tres filas , para q u e así fuese mas cierto y seguro el cerramiento. H a y algunos que antes de verificar el plantío ó siembra del seto v i v o , abren una g r a n z a n j a , echan la tierra acia adentro, y sobre e l malecón mismo de la tierra removida verifican la plantación ó siembra , allanando lo necesario la superficie s u p e r i o r , y achatando ó palmeando fuertemente los costados ó c a í das por uno y otro lado. Por este medio q u e d a doblemente c e r c a d a la heredad ; pero-á demás de los mayores gastos que se o r i g i n a n , se-pierde también duplicada ó triplicada superficie de terreno ; lo qual en a l g u n a s partes no es ni puede ser i n d i ferente. " Q u a n d o las plantas se han v i g o r i z a d o , á beneficio de la pri- 383 mera roza ó corte que se ha indicado , se las d e x a crecer libre- mente por dos, tres o quatro años, s e g ú n sus medros respectivos: al cabo de este tiempo se las recorta por encima y por los costados con la mayor i g u a l d a d , r e b a x a n d o . s u altura algo mas que al n i v e l de las mas atrasadas ; los. cortes de los lados i g u a l a r á n las ramas del mismo m o d o , disponiéndolo de tal suerte que no se llegue á cercenar demasiado. C a d a dos años se repite lo mismo , y en todos los recortes se va dando mayor altura y ensan- ches al seto , dexando crecer las plantas hasta el estado ó a l t u ra que se determina fixar : l l e g a d o á ésta ya debe mantener- se el seto lo.mas posible en la misma altura , r e b a x a n d o pre la planta que le f o r m a , por el mismo punto poco siemmas. ó menos ; pero los costados n a d a importará que engruesen con tal de que no sea mucho ; algo, mas siempre habrá necesidad de los recortes , si se quieren mantener tupidos. C o n efecto , es de t a l n a t u r a l e z a esta clase de plantíos q u e si d e x a n de recortarse á lo mas de tres en tres a ñ o s , se desnudan , se llenan por xo de r e s e c o s , se mueren muchas ramas , y por último boles mismos v a n pereciendo , y pronto se verifica sé abren portillos ; tanto esto , quanto menos favorezcan á la ción el clima y el t e r r e n o , aba- los ármas vegeta- s e g ú n la c a l i d a d de planta con q u e están formados. Por esto pues no d e x a r á de ser conveniente r e petir en este l u g a r , , que el G r a n a d o , el árbol del Paraíso , las T u y a s , Cipreses y Pinos, son muy ventajosos para el cerramiento en los climas y terrenos áridos y secóse LECCIÓN DE EA MEDICIÓN DE El , IV. NIVELACIÓN LOS Y DESAGÜE TERRENOS. arte del A g r i m e n s o r , rigorosamente h a b l a n d o , no tiene otro objeto que limitar una superficie y trazar extensión de t e r r e n o , conocer su en pequeño sus dimensiones ; pero nosotros nos extenderemos á mas en esta l e c c i ó n , valiéndonos de los mismos principios de aquel arte para practicar la medida de los l í quidos y s ó l i d o s , y para la nivelación : ó lo que es lo mismo presentaremos, aunque sucintamente , el arte del Agrimensor y Aforador según lo practican en el dia los buenos Agrimensores; y daremos además una 384 idea del modo de n i v e l a r los terrenos, abrir los brazales para el riego y desecar los pantanos. N o se crea por esto que mi proyecto se extenderá á un g e ó m e t r a , formar q u e reúna todos ios conocimientos de tan impor- tante ciencia. Yo debo suponer á mis oyentes adornados de los principios indispensables para entender las ligeras nociones, q u e d e b e n explicarse en este l u g a r , mo de darles y debo dispensarme por lo m i s - a q u í los elementos de la aritmética y geometríaj pasaré pues desde l u e g o á tratar y resolver algunas cuestiones, cuyos exemplos sirvan mas bien p a r a - e x c i t a r la curiosidad los discípulos, de y empeñarlos en el estudio serio y metódico d e tan precioso ramo , q u e para formar un cuerpo completo de su doctrina. E l q u e no posea los conocimientos necesarios para e n t e n d e r m e , y desee instruirse completamente en el arte del A g r i mensor y A f o r a d o r , podrá leer el sencillísimo tratado de D . F r a n cisco Verdejo G o n z á l e z , t i t u l a d o : Arte de medir tierras y aforar los Ikpidos y sólidos. Y si alguno no lograre satisfacer su curiosidad con los excelentes principios de esta o b r i t a , su c l a r i d a d , tan apreciable por método y c o n c i s i ó n , podrá consultar otras obras q u e tratan de lo mismo con infinita mas extensión. E s innegable q u e al puro l a b r a d o r , ó mas bien al infeliz c o lono , no le son absolutamente necesarios estos conocimientos habiendo Agrimensores q u e le sirvan q u a n d o lo necesite , pero l e son sin. d u d a m u y útiles, P o r lo q u e hace á los propietarios y l a bradores ricos , ninguno debe carecer de ellos , á no ser q u e le sean indiferentes los fraudes, que y a por i g n o r a n c i a , y a por m a licia suelen cometer los Agrimensores de profesión. Poseyéndolos, prevendrán toda disputa y altercación entre sus convecinos, e v i t a r á n muchos p l e y t o s , serán justos con el pobre s e g a d o r , conservarán íntegras sus posesiones , y sabrán prepararlas m e t ó d i camente para recibir los r i e g o s , conducir á ellas las a g u a s , y dar salida á las q u e se hallen estancadas con notable perjuicio de la salud pública y de las haciendas mismas. E s en r e a l i d a d demasiado íntima y evidente la relación del arte A g r i m e n s o r i a con la A g r i c u l t u r a , para q u e p u e d a lisongearse nadie de poseer completamente la ú l t i m a , si no se halla adornado con los conocimientos mas esenciales de aquella. Pero entremos ya en materia, tratando primero de la medición de las tierras y modo de l e v a n t a r el p l a n : segundo del modo de aforar los líquidos y sólid o s : y por último de la nivelación y del modo de desaguar los pantanos y desecar los terrenos enaguarchados ó por temporada. constantemente De la medición de los terrenos y modo de el plan. levantar P a r a medir un terreno es indispensable saber antes como se mide un t r i á n g u l o , un q u a d r a d o , un p a r a l e l o g r a m o , un t r a p e cio , una figura de muchos l a d o s , u n círculo & c . ; y sabido esto , será fácil verificar la medida de q u a l q u i e r a heredad que se presente. E l triángulo pues , se mide multiplicando los p i e s , varas ó estadales que tiene la a l t u r a , por la mitad de los mismos pies, v a r a s ó estadales que tuviere l a , b a s e ; y el producto son los pies, varas ó estadales superficiales-que contiene el triángulo. T a m bién sale lo mismo multiplicando el todo de la a l t u r a , por el todo de la b a s e , de cuyo producto se tomará solo la mitad , pues el triángulo es siempre la mitad de su q u a d r a d o respectivo. D e a q u í se infiere que para hallar la superficie de un q u a d r a d o , bastará multiplicar la altura por sí misma ó , lo que es i d é n t i c o , multiplicar un lado por o t r o , porque aquí la base y a l t u r a son iguales. E l paralelogramo se mide multiplicando el número ó medida de la base por la altura , y el producto de esta multiplicación dá la superficie. M a s para medir un trapecio , hay necesidad de medir p r i mero la l o n g i t u d de las líneas paralelas que forman las bases, y de la suma de ambas se toma la mitad : esta se multiplica polla a l t u r a , y entonces sale el producto de p i e s , varas ó estadales quadrados de superficie que contiene el trapecio medido. E l círculo se mide q u a d r a n d o el d i á m e t r o , c u y a suma se multiplica por n , y el producto se parte por . 1 4 ; con c u y a operación resulta próximamente la superficie total del círculo. Y si se hubiere de medir un semicírculo , se executará lo mismo que p a r a el t o d o , con solo tomar después la mitad del producto q u e saliere al qüociente. Por ú l t i m o , la figura de muchos lados se mide reduciéndola ó dividiéndola en triángulos , en paralelogramos ó en trapecios, s e g ú n mejor c o n v e n g a , atravesando por el centro de ella varias líneas diagonales ó p a r a l e l a s , de modo que la corten de un á n g u l o á o t r o ; y entonces se van midiendo parcialmente cada una de estas figuras,y su resultado ó suma total será la de la superficie que se busca. A s í , para saber el número de p i e s , estadales y fanegas de su- T0M0 11. ccc 3 85 perfkie que una heredad c o n t i e n e , es lo primero recorrer sus lindes y formar en el papel un pequeño borrón que represente la figura del terreno con todas sus e n t r a d a s , salidas & c . E n s e g u i d a se forma la i d e a de las operaciones que deberán practicarse en su m e d i d a ; es decir si ha de reducirse á triángulos, p a r a lelogramos ó trapecios, que son las figuras mas comunes y ordinariamente usadas en tales mediciones. Hecho e s t o , se coloca el q u e v a á executar la medida en el punto que le parece mas á propósito: desde él toma visuales fixas y á largas distancias, y empieza á maniobrar formando primero la base, y sobre ella las demás líneas que dá de sí el giro qué se ha propuesto llevar. P a r a el acierto convendrá mucho,siempre que se p u e d a , l e v a n t a r las visuales en todos los ángulos , ó á lo menos en aquellos mas principales á que se propone dirigir sus miras. Si se usa de la Plancheta', es preciso poner piquetes en dichos p a r a g e s , pues de otro modo nunca se podrá, proceder con s e g u r i d a d , ni tampoco saldrá el plan con toda aquella exactitud que debe. L o mismo puede decirse del Grafómetro , Teodolito & c . ; solo el C a r t a b ó n p u e d e acomodarse algunas veces si faltan dichos puntos ó v i s u a l e s ; bastando tener fixos los de la línea q u e sirve de b a s e , para verificar la medida sin cometer error de consideración. Por lo r e g u l a r se acostumbra reducir la heredad ó la tierra á figuras trapecias, con algunos triángulos que suelen resultar en los costados y en alguno de los e x t r e m o s ; y en este caso se a t r a viesa el terreno por su mayor longitud con una línea , que l e v a n t a d a sobre la base que se toma en uno de los lados menores, sirve de perpendicular á todas las paralelas á la base , que se v a n t r a z a n d o : así resultan cortas por lo general las distancias de los costados, y es fácil ir cogiendo en la medida todos los á n gulos y objetos que contiene el terreno. Aclaremos toda esta doctrina con los dos exemplos s i g u i e n t e s , tomados de la precitada obrita de Verdejo. Medir un terreno con el auxilio del cartabón. E n la linde mas derecha del terreno , como M m (F.» coloqúese el cartabón en un punto , v. gr. A , 3.a ) } de modo que una de sus hendeduras coincida con la recta M 7 i i ; y mirando por la otra hendedura diríjase una visual á un objeto K. (este podrá tomarse en la línea ra distancia , opuesta L / ó fuera de la tierra á bien entendido que qualquie- quanto mas desviado será mejor), á lo largo de la qual se l l e v a el cartabón : hecho esto, 387 se pasa el mismo cartabón á otro punto B , procurando que así en esta estación como en las demás que se h i c i e r e n , la una de las hendeduras coincida con la visual A K , y mirando por la otra hendedura , imagínese la recta N n : mídanse las rectas M m, N n , y A B , y supongamos que A B tiene 12 e s t a d a l e s , M m 30 , y N n 40 , como la figura M N n m es un trapecio , lo mediremos del modo q u e dexamos d i c h o ; esto'es, sumaremos 40 con 30 , y de la suma 70 tomaremos la mitad que es 35 : esta c a n t i d a d la multiplicaremos por 12 q u e es la altura del trapecio M N n m, c u y a c a n t i d a d la asentará el Agrimensor en hoja sep a r a d a ó libro de memoria que debe llevar consigo. E n seguida pasará el cartabón á otro punto C en los términos que q u e d a d i c h o ; esto e s , que una de sus hendeduras coincida con la visual A K , é imaginará otra visual P p , medirá la parte B C que supondremos de 10 estadales , y la recta P p que supondremos tener 4 8 ; e s claro q u e N P p 11 es otro trapecio que lo mediremos sumando 48 y 40 , y multiplicando 4 4 que es su m i t a d , por la altura 1 0 , el producto 440 serán los estadales que tiene el segundo trapecio que se apuntarán en el libro : después se pasará el cartabón á otro punto D en que se tirará otra recta Q q, con lo que resulta un tercer trapecio P Q q p , cuyas bases opuestas tendrán la una 56 estadales, la otra 4 8 , y la altura 1 ; , q u e multiplicando este número por 52 , mitad de la suma de la base , sale el producto 7 8 0 e s t a d a l e s , que son los que contiene el tercer trapecio. . Continuando la m e d i d a del modo que q u e d a e x p l i c a d o , h a llaremos q u e el trapecio Q r tiene 660 e s t a d a l e s , R s 7 7 0 , S t 663 , T u 4 6 2 , y V l 2 0 4 ; s u m a n d o todas estas partidas sale á la suma 4 3 9 9 estadales ; y esta es la medida del terreno , que después lo reducirá el Agrimensor á fanega , dando á cada una el número de estadales que le corresponda, segun la práctica ó costumbre del pais. A u n q u e este método de medir sea bastante g e n e r a l , e s p e c i a l mente en los de g r a n d e extensión,como son montes, dehesas & c . , no es el único : en otras ocasiones se d i v i d e el terreno de modo que resulten triángulos y trapecios como en la F . a 4.a , para lo q u a l se tira primeramente una diagonal A B que sirve de base; y en s e g u n d o l u g a r se b a x a n á ella las perpendiculares C m, D n , E o , G p , H q desde los ángulos ó esquinas de la figura. E s evidente que en este caso el terreno q u e d a dividido en triángulos y t r a p e c i o s , que se medirán del modo que dexamos e x p l i c a do ; y j u n t a n d o después todas las superficies que den estas p a r tes , tendremos la medida de todo el terreno. C r e o que la explicación de estos dos casos sea suficiente para ecc 2 88 conocer la marcha sencilla que el Agrimensor ó L a b r a d o r podrá seguir en la medición de sus heredades, valiéndose solo del a u xilio del cartabón. V e a m o s ahora cómo reducirá esta medida á un pequeño plan q u e represente con exactitud la figura del terreno m e d i d o , y sea por exemplo la F . 4.a la que se desea reducir á plan. 3 a L a primera diligencia q u e debe practicarse es tirar una línea recta en el p a p e l , y dividirla en un número determinado de partes i g u a l e s : por e x e m p l o , de 60 ó 100, y á esta escala referir t o das las líneas de la superficie medida. Hecho esto, tírese una línea recta A B , c u y a longitud puede ser indeterminada: en s e g u i d a se toman en la escala con el compás las 20 partes q u e r e p r e senta en la figura la primera estación A m, y en el punto m se l e v a n t a la perpendicular m C , la qual se corta en el punto C , tomando en el compás las 60 partes de la escala que señala el número: tómense de nuevo 58 partes de la e s c a l a , y desde el punto A señálese el punto p , sobre el q u a l levantará la perpendicular f> G , que se cortará en G por el número de 6 4 partes tomadas en la escala, que es i g u a l al que señala el apunte de la medida hecha sobre el terreno. D e s p u é s se tomarán en el compás las 58 partes que se manifiestan desde m á « , y en este p u n t o se levanta la perpendicular 11 D , la q u a l se cortará en D , donde marca las 7 0 partes que contiene dicha línea. Pásese l u e g o á tomar en el compás las 60 partes que se señalan desde p á q, y haciendo centro en q, levántese la perpendicular q H, que se cortará en H , señalando las 48 partes que ésta representa. Continúese tomando en el compás las mismas 60 partes que se manifiestan, y poniéndolas desde n á o, se marcará el punto o, en donde se l e v a n t a r á otra perpendicular o E : tómense por último las 22 partes que señala la distancia g B , y marcará el punto B. D e este modo tendremos los puntos A C D E B H G , q u e señalan los términos y ángulos de la figura, y por conseqúencia la del término medido ; c u y a figura total quedará cerrada , pasando l a línea exterior ó circunferencia por los referidos puntos A C D E B H G. T a m b i é n puede medirse el terreno y l e v a n t a r su plan por solo la noticia del valor de los ángulos y longitud de las líneas l a t e r a l e s ; c u y o m é t o d o , aunque sumamente s e n c i l l o , requiere no obstante mucha delicadeza para no cometer error. Por fin, hágase de este ó del otro m o d o , siempre deberán marcarse en los planes la dirección, entrada y salida de los r í o s , arroyos, caminos, veredas & c . ; la c a s a , n o r i a , e s t a n q u e , fuente, olivar, v i ñ a y demás objetos que h a y a , toquen ó coincidan con la p o sesión; pues de lo contrario será muy pobre el p l a n , no repre- sentando de sus sino la extensión de 38p superficie } y el contorno o figura lindes. Del Aforarlos l í q u i d o s , dice aforo. el citado V e r d e j o , es saber q u é c a n t i d a d de ellos se contiene en una vasija d e t e r m i n a d a , como un tonel, c u b a , tinaja & c . P a r a conseguirlo, es necesario a v e r i g u a r ó tener conocido de antemano con exactitud el número de quartillos que contiene un pie cúbico de licor, siendo esta la c a n t i d a d que se toma por u n i d a d en las medidas de los l í q u i d o s ; y pues según el mismo V e r d e j o , sabemos que c a d a pie cúbico de C a s t i l l a contiene 46 quartillos y medio y un 17 avo de otro q u a r t i l l o , pasemos á e x plicar el modo de hacer los aforos por medio de las siguientes q ü e s t i o n e s , tomadas del mismo A u t o r . . P R I M E R A . Medir la cantidad de agua que contiene un estanque 22, pies de largo, 8 de ancho y 3 de profundo. de M u l t i p l i q ú e s e 12 por 8 , y el producto 96 multipliqúese por los 3 pies que tiene de p r o f u n d i d a d , y este segundo producto 288 son los pies cúbicos que contiene el estanque. Si los 288 pies los hacemos quartillos, multiplicándolos por 4Óf y un 1 7 a v o de otro q u a r t i l l o ; ó solamente por 4Ó-§ (despreciando el quebrado menor por ser muy pequeño), y lo que resulta de la multiplicación lo partimos por 3 2 , que son los quartillos q u e tiene una arroba, nos resultará que dicho estanque contiene 4 1 8 f arrobas de agua. 390 S E G U N D A . Se pide la cantidad dé vino contenida en un tonel cilindrico^ cuya altura -es de 8 pies,, y. el\ diámetro •*. de súbase 14, , : M u l t i p l i q ú e s e el diámetro por sí mismo: el producto 1 9 6 multipliqúese por 1 1 , y este último producto pártase por 1 4 , y el qüociente. 1 5 4 q u e resulta es la superficie, del círculo de l a base del tonel; multipliqúense los 1 5 4 pies por los 8 de altura, y tendremos 1 2 3 2 pies cúbicos, q u e multiplicados por 4 6 J , y partido el producto por 3 2 , hallaremos q u e l a c a b i d a del tonel es 1 7 9 0 5 arrobas de vino. T E R C E R A . Medir la cantidad de vino qué cabe en un tonel redondo , cuyas bases son dos círculos desiguales, que el mayor tiene 3 4 p i e s de diámetro , el menor 7 , y la altura del tonel .es 1 a pies. Hállese l a superficie del círculo mayor p o d a regl a d a d a (qüestion ,2.a ) que será 1 5 4 p i e s ; hállese la. superficie del s e g u n d o círculo q u e será 3 8 f , multipliqúense uno por otro estos dos números, y del producto 5929 extráigase la raiz q u a d r a d a que es 7 7 ; súmense las bases 1 5 4 , 38-5 y la raiz 7 7 , y la suma i 6 < ) \ q u e producen'multipliqúese por 4 que es la tercera parte de la altura del tonel, y el producto 1 0 7 8 son los pies cúbicos que contiene sea de a g u a ó de vino & c . , que se reducirán á a r robas multiplicándolos por 4 ó f , y partiendo el producto por 32, como !o hemos practicado en los exemplos anteriores. A esta especie de toneles llaman los Geómetras Cono truncado de bases paralelas. Enterados y a de las operaciones que deben practicarse p a r a medir el cono t r u n c a d o , no tendremos dificultad a l g u n a en m e dir la cuba, porque si esta tiene todos los diámetros i g u a l e s , ó lo que es lo m i s m o , es c i l i n d r i c a , se mide del modo que q u e d a e x p l i c a d o en la qiiestion 2,a ; pero si el diámetro del medio de ella es mayor que los de los extremos,, como sucede en la mayor parte de l a s ; c u b a s , es evidente que con suponerla cortada por el mayor círculo quedará d i v i d i d a en dos,conos truncados i g u a l e s ; y así con/medir ef uno de ellos por las reglas q u e q u e d a n •establecidas,-.-y.••duplicar el resultado', tendremos la cantidad de la cabida de l a cuba. , M a s sin xmbargo..de lo dicho, creo que no será inoportuno extender algo mas esta d o c t r i n a , dando so-> lucion á la qiiestion siguiente. QUARTA. Medir una tinaja, cuya altura diámetro por su parte interior es 9 pies, mas ancha 8. y el L a tinaja es un sólido tan i r r e g u l a r , que no pudiendo la Geometría establecer reglas ciertas para medir su cabida,.es preciso contentarse con hallarla por aproximación. Debe pues medirse como si fuera un esferoide, por ser esta la figura g e o m é t r i c a á que mas se asemeja; así, aunque el resultado no sea exacto por la irregularidad del c u e r p o , siempre se acercará al v e r d a d e r o , , tanto; que la diferencia que haya se puede desprec i a r , q u e d a n d o al cargo del práctico aforador añadir ó quitar al resultado a l g u n a c a n t i d a d , según la i r r e g u l a r i d a d de l a tinaj a lo r e q u i e r a , ó las circunstancias lo exijan. . A s í q u e , para medir una t i n a j a , quádrese el diámetro de 8 pies , y su quadrado 6 4 multipliqúese por 1 1 , con lo que saldrá el producto 7 0 4 ; pártase.este producto p o r 1 4 , y el qüociente 5 0 — será la superficie del círculo mayor que tenga su barriga; multipliqúese dicha superficie por 6, que son los dos tercios de su a l t u r a , y el producto 3 0 1 — serán los pies cúbicos de vino ú de otro licor que contiene la tinaja; que se harán arrobas m u l tiplicándolos por 4Ó-§, y partiendo el producto por 32, E n los aforos que se hacen de los vinos , es costumbre r e bajar la quarta ó quinta parte de la c a n t i d a d de las vasijas por razón de las heces y v a c í o , que siempre se d e x a en ellas para que fermenten con desahogo. Pero además de esto.,, es preciso descontar el grueso de las maderas ó el de las paredes de las tinajas ; y quando las vasijas no están del todo l l e n a s , solo se incluirá en la medida aquella parte que ocupa el líquido que contiene. 3-9*, N o me detengo á explicar a q u í el método práctico de tomar la altura y los diámetros , y a estén los vasos libres y a e m p o t r a dos ; y a se hallen derechos.ó y a tendidos como sucede con t o •das las cubas , porque así. este punto como otros muchos los enseña la misma Geometría p r á c t i c a , c u y a s nociones.^upongo eñ los asistentes á esta C á t e d r a . E n este concepto pasaremos en seg u i d a á tratar lo perteneciente ai .punto tercero.' De la nivelación y desagüe de los terrenos. L o s conocimientos respectivos á la n i v e l a c i ó n , no son ni p u e d e n ser indiferentes al A g r i c u l t o r ; pues aunque es cierto q u e no tendrá necesidad de usar de ellos tan frecuentemente como de los relativos á la medición y al aforo , también lo es q u e en muchos casos podrán servirle infinito , así para allanar las s u perficies y prepararlas á recibir el r i e g o , como para las a g u a s á sus posesiones , conducir ó sacar de ellas las q u e por estar estancadas le son siempre perjudiciales. N i v e l a r , rigorosamente hablando , no es otra cosa q u e r e conocer q u a l de dos puntos, tomados en la superficie d é l a tier- ra , dista mas q u e el otro del centro de ella : para esto es p r e ciso tener en consideración la diferencia q u e h a y entre la línea del verdadero n i v e l y la del nivel aparente , pues s e g ú n ella es preciso corregir l a nivelación de distancia en distancia. Con- v i e n e además hacer las estaciones cortas , ó lo q u e es lo mismo tomar los puntos de c a d a . n i v e l a d a de cien en cien v a r a s , c o l o cando el instrumento en medio de dichas distancias: de este modo la nivelación será exacta y , p u l g a d a de d e s n i v e l , pitación dando á cada cien varas u n a correrá el a g u a suavemente y sin p r e c i - por las acequias y brazales de riego. q u e se conducen por c a ñ e r í a s , se puede P a r a las mas de pendiente , porque en estas no hay peligro destrocen las p a r e d e s , aguas si se quiere dar algo pero siempre convendrá de que se aprovechar la a l t u r a , para poner las a g u a s en l u g a r mas alto. Usase para esto del instrumento llamado Nivel, colecado so- bre u n a armazón de tres p i e s , el q u a l , llenando de a g u a su t u bo hasta l a altura c o n v e n i e n t e , nos presenta desde l u e g o la l í - nea l l a m a d a de n i v e l , que es la q u e pasa rectamente por la s u perficie del a g u a de uno y otro v a s o , y c u y a visual se dirige á las Miras que están colocadas sobre los puntos señalados para l a nivelación. Estas Miras no son otra cosa que unos renglones de seis á ocho pies de l a r g o con u n a tablilla movible de u n a q u a r - 393 ta en q u a d r o , la q u a l debe correr con libertad de arriba á b a x o y se sujeta con un tornillo q u e para este efecto la ña. acompa- D i c h a tabla conviene q u e sea la mitad negra y la otra m i - t a d blanca , para q u e de este modo se puedan dirigir mejor las v i s u a l e s , 'y señalar con toda exactitud los puntos convenientes q u e , s e g ú n sus diferentes a l t u r a s , manifiestan quál de ellos e s tá mas distante del centro de la tierra ó , lo q u e es i g u a l , q u á l es el v e r d a d e r o n i v e l entre ambos extremos. P a r a comprehender mejor esta d o c t r i n a , bal inteligencia en la práctica parece oportuno seguir la doctrina de P i ó y C a m i n presenta en el libro n i , proposición d a el Arquitecto y para la mas c a - de los casos q u e o c u r r a n , me xvrn según de su obra la titula- práctico , p á g i n a 5 3 9 . Dispuesto el nivel y r e - g l a con su t a b l i l l a , se dará principio á la nivelación. S u p o n i e n do pues q u e la sección v e r t i c a l de un riego sea C B A ( f i g . c u y a altura del a g u a es A C , cauce para conducir el a g u a a 5. a y se ha de abrir u n a a c e q u i a hasta D , pasándola por el te E I F & c . mídanse cien v a r a s poco mas ó menos , ), ó mon- de C á I , y poniendo el pie del nivel con sus tres piernas en E , se l l e n a rá el n i v e l de a g u a hasta q u e suba por los frascos, dándole al- gunos golpecitos para q u e s a l g a el aire si le hubiere en el tubo: hecho esto , se pasa con la regla á la orilla del rio hasta el fondo A q u e d a n d o allí un peón para metiéndola tenerla y alzar ó. baxar la tablilla 1 por la regla A C , derecha, quando se le m a n d e . E l q u e hace la nivelación se coloca al pie del n i v e l , m u e v e , y dirige l a v i s u a l , cogiendo en línea recta los vasos l a r e g l a A 1 : en este estado mira por los lados de los las superficies de las a g u a s t, le y vidrios *•, y m a n d a al q u e está al pie de l a regla A 2 q u e l e v a n t e ó q u e baxe la tablilla , hasta q u e las aguas t r y estén con ella en línea recta , como i r j ; la q u e ase- g u r a r á después con el tornillo. Si el q u e se halla e n c a r g a d o de l e v a n t a r y b a x a r la tablilla y cuidar de la regla estuviere tan lejos, q u e no entienda las v o ces para subirla ó b a x a r l a , se le mandará con la seña de un p a ñuelo ó sombrero : mas si corriere a g u a s del n i v e l , se taparán las bocas de los frascos mucho aire y moviere las con unos corchos; pero q u e c a d a uno t e n g a un pequeño a g u g e r o hecho con u n a aguja de alambre rusiente, para q u e por ellos salga el aire del nivel, y no entre el d e afuera ; esto se hace porque si el a g u a estuviere en un frasco mas alta q u e en el o t r o , y se diese l a v u e l t a al nivel sin.que los frascos tuviesen respiradero, q u e daría el a g u a de ellos d e s n i v e l a d a , por el aire q u e cogería dentro. H a b i e n d o echado la primera n i v e l a d a , mirando por t á r, v e n d r á el de l a r e g l a con su tablilla a s e g u r a d a á ella , y el que TOMO II DDD 394 hace ia nivelación cuenta ó mide los pies , p u l g a d a s y líneas que t u v o la altura A j , y todo lo a s e n t a r á , formando una cuenta según v a y a haciendo las o p e r a c i o n e s , que será como se expresa en las cuentas de la tabla que acompaña. Suponiendo pues que la altura hallada es de 15 p i e s , 4 p u l g a d a s y 3 l í n e a s , se anotarán por el orden que aparece en la t a b l a , asentando primero la A , y s e g u i d a m e n t e en c o l u m n a s todos los números enteros y q u e b r a d o s , como se notan sobre c a da cabeza de columna de la tabla ; la q u a l se ha de entender en esta forma : la primera c o l u m n a , que comienza de la mano izquierda con el número primero y remata a b a x o en el 5 , son las estaciones ó lugares donde se sienta el n i v e l : la s e g u n d a c o l u m n a que comienza con A , y remata con Z , son los puntos donde se asienta la regla sobre la superficie de la t i e r r a ; y d o n de hay dos letras de una clase es porque en a q u e l p a r a g e se asienta dos veces la regla tomando distintas alturas en ella : la tercera columna señala los p i e s : la quarta las p u l g a d a s : la quinta las l í n e a s , que señalan las alturas de la regla en c a d a l u g a r que se pone. • L a s otras tres columnas del medio , señalan las diferencias de las alturas , y las tres últimas , lo que hay que profundiz a r . en c a d a l u g a r de los puntos donde se asienta la regla acia abaxo. H a b i e n d o puesto en orden como se ha< dicho y se representa en la tabla de la c u e n t a , la A , 15 , 04 , 03 , pásese la regla a l l u g a r I , y asentándola en aquel punto sin mover e l p i e del n i v e l de su l u g a r E , se le dará la vuelta sobre su pie , hasta q u e los frascos y brazos estén en línea recta con la regla l e v a n t a d a sobre I , y mirando por la parte r a í , se acomodará la tablilla en la visual de la superficie de las a g u a s de los vidrios r :t i, como se representa en la figura ; y habiendo asegurado la t a blilla con la r e g l a , se m u d a r á el n i v e l al l u g a r F , según se v é figurado. Tómese la razón de la altura I j , sea v. gr. 6 pies , 3 p u l g a d a s , y 2 líneas , asiéntese en la cuenta la marca I debaxo de la A : los 6 pies d e b a x o de los 15.-las 3 p u l g a d a s debaxo de las 4, y hágase la resta de A I en esta forma : de las 3 líneas de arriba réstense las 2 de abaxo., y la resta 1 póngase en el orden de las tres columnas del medio de la tabla en su l u g a r correspondiente y correlativo á la línea de números que sigue á la de-r recha de I : de las 4 p u l g a d a s réstense las 3 de a b a x o , y la res-^ ta. pásese á su respectivo l u g a r en el orden del m e d i o , viniendo de la antecedente acia I : réstense los 6 pies de a b a x o de los. 1.5 de a r r i b a , y la resta 9 asiéntese en su l u g a r como aparece en la figura, en la s e g u n d a línea baxando de A , con cuyas opera- 395 cioaes s a b e m o s , q u e habiendo restado la altura de la r e g l a 1 j , de la altura A i q u e d a n - 9 p i e s , 1 p u l g a d a y 1 l í n e a ; y esto es lo que hay que profundizar de í á L , para que L y A estén á n i v e l como lo representa la horizontal A L . V u é l v a s e á asentar la misma regla en el punto I , b a x a n d o el terreno una p u l g a d a del asiento que t u v o antes la regla , s u poniendo q u e desde A á I hubo cien varas ; porque si fuere mas , se rebaxará el terreno las líneas qué correspondan á su distancia. Hecho esto , y colocado el nivel en F , hágase la n i velación t r 2 , y será la altura I 2 , de tres p i e s , 2 p u l g a d a s y 5 l í n e a s , que se asentarán en orden debaxo de los antecedentes en la s e g u n d a e s t a c i ó n , tercera línea , b a x a n d o de A ; c u y a s p a r tidas son 1 , 0 3 , 02-, y 05 ; múdese la regla al l u g a r N , y t í rese la nivelada r t 2 ; cuéntese la altura N 2 , t e n g a 5 p i e s , 4 p u l g a d a s , y 2 l í n e a s , - q u e se asientan en la s e g u n d a estación, q u a r t a línea , contada desde A , con estas c i f r a s , N , 05 , 0 4 , y 02 ; réstese la menor partida I , que se halla encima de la mayor N que está d e b a x o , comenzando por las líneas , que es el número de los menores quebrados : continúese del mismo modo restando todas las demás partidas por las reglas consabidas y coloqúense las partidas respectivas q u e resulten en su propio l u g a r ó columna como se hizo antes , y se verá q u e el punto N b a x a mas que I , 2 pies , 1 p u l g a d a , y 9 líneas ; estas partidas se restarán de la altura L I , que se halla encima en la estación a n t e c e d e n t e , y de su resultado sabremos que para llegar el a g u a de A á N , se necesita profundizar 6 pies , 11 p u l g a d a s y cerc a de 4 líneas ; como aparece figurado. Por todo lo expuesto se echa de ver que quando en las p a r tidas de las estaciones que se anotaron en las alturas de la r e g l a se advierte que son menores las de arriba q u e las de abaxo, como sucede en esta segunda estación, en que N es mayor que I, la resta indica lo q u e debe b a x a r el terreno , y si fuere mayor la partida de encima como en la primera estación, en que la A es mayor que I , la resta será s u b i r , como consta de la cuenta , en q u e el punto I subió sobre A 9 pies , 1 p u l g a d a y 1 l í n e a , así como ha b a x a d o N I (estación 2 ) 2 pies , 1 p u l g a d a y 9 líneas. P a r a la tercera estación, mídanse otras cien varas de N á O ; póngase el nivel enmedio , v. gr. en G , échese la visual como antes á la regla puesta en los dos l u g a r e s N O ; y mídanse las alturas de dicha visual desde los puntos N O ; sea la primera N 3 , 12 pies c a b a l e s , que se notan en la tabla con estas c i fras N , 12 , 00 , 00 ¡ m í d a s e la s e g u n d a O 3 , y tenga 7 pies, 8 p u l g a d a s y 11 líneas , que se notan en la tabla en esta forma : O , 07 , 08 , 11 : réstense unas de otras estas partidas c o mo se dixo a n t e s , y hecho así sabremos , que el punto O está DDO 2 39<5 mas alto q u e N , 4 pies , 3 p u l g a d a s , y 1 línea : súmense con la primera línea del tercer o r d e n , estas y resultarán 1 1 pies , 2 p u l g a d a s y 5 líneas , como parece en la s e g u n d a línea de n ú meros , tercer Orden de columnas ; y esta será la altura de Q O . Por el mismo orden se continuarán las demás niveladas , y poniendo el nivel en el l u g a r H , se hará la estación O V , q u e será la q u a r t a , como se demuestra en la figura , y se nota en la tabla de la cuenta. T e n g a pues la primera altura 0 4 , 2 pies, r o p u l g a d a s y 7 líneas ; y la s e g u n d a ¥ 4 , 9 pies, 11 pulga- das y 4 líneas : asiéntese la primera en la estación 4 de la t a b l a de la cuenta como aparece en O ; y la s e g u n d a como se d e m u e s tra en V ; y porque la partida de a b a x o es mayor q u e la de arrib a , la resta será b a x a r : resultando al fin de la substracción q u e quedan 4 pies, 1 p u l g a d a y 8 líneas q u e se escribirán correla- t i v a s en l a línea de las partidas de V con estas cifras : 04 , 0 1 , 08 ; y esta es la altura q u e se ha de profundizar hasta R, en R V . P a r a la q u i n t a estación póngase el nivel en K , y la r e g l a en los puntos V Z : ras V" 5 , pies, 2 y tirada la nivelación 5 5 , mídanse las altu- y Z 5 : sea la V 5 de 5 pies y 8 l í n e a s ; la Z 5 sea 6 pulgadas y 2 l í n e a s ; cuenta , se h a l l a y asentadas en la tabla que la partida Z de a b a x o , p a r t i d a V de arriba , por lo q u e la resta también réstese pues la u n a de la otra y quedará de l a es mayor q u e l a será baxar; en la resta 1 pie , 1 p u l g a d a y 6 líneas , como aparece á continuación de Z ; réstense estas partidas d e las alturas antecedentes , y lo que quedare s e rán 3 pies y 2 líneas , que se notan en la última partida t a b l a de la c u e n t a , y ésta será de la la altura de T Z . Sin mover el n i v e l del l u g a r K , se l e v a n t a r á la tablilla del p u n t o Z los 3 pies y 2 líneas q u e faltan que p r o f u n d i z a r ; y aseg u r a n d o lá tablilla en l a r e g l a , se llevará ésta á otro l u g a r como v. gr. D ; y e x a m i n a d a la altura q u e da la n i v e l a d a , se verá q u e es i g u a l la altura T 5 con la altura D 6 , y por consecuencia se hallará q u e el punto D está en la horizontal A B , y toda la altura del a g u a A C podrá l l e g a r i g u a l m e n t e por la horizont a l B D , y mucho mejor habiendo diente á cada cien varas dado de l í n e a , una p u l g a d a de p e n - como se advirtió al p r i n - cipio. Por l a explicación minuciosa q u e a c a b a de presentarse , c o nocerá qualquiera q u e en la tabla las la primera y ultima l e t r a , que de la cuenta se señalan so- por razón de q u e en los puntos ellas indican no estuvo ni puede estar la r e g l a mas de una v e z , y por el contrario en donde están las letras d u p l i c a d a s , es porque se ha sentado dos veces en un mismo punto. 397 TABLA " ; de las cuentas que deben llevarse en las = Tr -=== en ^0 T) c: £*• C o M p % en fD B • »—' nivelaciones. '"d t -1 y> n ap i» C n¡ (° . pi • • . • . • • - '. '. v (TI • • S° (W, •• tí: fs",- • p . fn s° CfQ. , rt> , • - • p• ja • ••' Cu •*p íkl' ' -. ¡a ; • ' '• j. 1 ^ H Crq^ • ? ""! I . . .03. .02. .05. N . . .05. . 0 4 . ;02Í I . . .06. .03. .02. N . . . 1 2 . .00. .00. Ó . . . 0 7 . .08. . I T . - 1 09. . 0 1 . . 0 1 . 02. . 0 1 . .09. - 06. . 1 1 . ; .04.alt. 04. .03. . 0 1 . 1 1 . .02. .05, alt. 07. .00. .09. 04. . 0 1 . .08. alt. ' 4 5 üa—r- Ü. . .02. . 1 0 . .07. V . . .09. . 1 1 . .04. . V . . . 0 5 . . 0 0 . .08. Z . . .06. .02. :o2. '. • ... , tt-=s, alt. 01. . 0 1 . .06. 03. .00. .02.' alt. _s= — ál A u n q u e todas las dificultades q u e p u e d a n ocurrir e n . q u a l quiera nivelación se pueden colegir de las operaciones que q u e dan e x p u e s t a s , y por. ellas facilitar su p r á c t i c a , convendrá sin embargo hacer a l g u n a s observaciones para mayor claridad é inteligencia, i . ••• E n la nivelación precedente no ha. l l e g a d o el caso: d e b a x a r n i n g ú n terreno á mayor profundidad q u e la del a g u a del rio, como sucede en muchas ocasiones en las nivelaciones l a r g a s ; y se ha de a d v e r t i r , que si sucediere el caso de que habiendo l l e g a do la nivelación hasta el punto D , se hubiere de seguir b a x a n d o á mayor p r o f u n d i d a d , en lugar de poner en las últimas c i fras de" la tabla de la cuenta altura, q u e es. lo mismo, q u e s u bir , se pondrá baxar con esta c i f r a , bax; y así en cada l u g a r se sabrá los pies á que se halla la n i v e l a c i ó n , mas alta ó mas b a x a q u e el punto d e donde se comenzó » nivelar ¿ y esta «i- 39« fra alt. señala estar mas altos que el punto ó nivel de donde ha de salir el a g u a ; y esta bax, -señalar-a lo que se hubiere baxado. Y por la c u e n t a de la t a b l a , que se forma del mismo modo en •todas las n i v e l a c i o n e s , se sabe lo que en cada estación hay q u e profundizar el cauce ó a c e q u i a : para esto se dexan señalados los puntos d ¿ l a s alturas con algunos montones de t i e r r a , los qiiales se h a l l a r á n después , a u n q u e pasen muchos dias , l l e v a n do la cuenta del p a p e l , , para hacer por ella las excavaciones y demás obras:; '. \ -'• T o d a s las a c e q u i a s q u e se abren para conducir a g u a por e l l a s , deben formarse, en q u a n t o fuere posible, en líneas r e c t a s ; y quantó menos fueren e s t a s , será menor la l o n g i t u d de la a c e q u i a ó c a n a l ; pero por razón de ia d e s i g u a l d a d d é l o s terrenos y conveniencia de las limpias se determina una altura i g u a l , d a n d o a la ¿anja', ó foso del c a n a l 4 ó 6 pies de p r o f u n d i d a d , p a r a q u e un peón p u e d a arrojar fuera la tierra q u e sacare de la a c e q u i a ; pues faldeando por los montes se logra muchas v e ces un t e r r e n o ' i g u a l , c u y a superficie se halla dirigiendo la n i v e l a c i ó n por los puntos mas cómodos , hasta encontrar la a l t u ra; que.se q u i e r e / - M á s s i s e l l e g a - c o n la nivelación á . ü n monte q u e no se pueda f a l d e a r , se pasaráj-por mina : los barrancos y arroyos se pasan por puente ó alcantarilla s e g ú n fueren las c i r cunstancias respectivas de c a d a c a s o ; pero siempre sé e v i t a r á n las obras costosas. De los desagües. I A u n q u e los principios generales^ que q u e d a n expuestos acerc a dé la n i v e l a c i ó n , no d e x a n que desear en esta p a r t e , pues pbr ...ellos,puede conocerse también el rumbo q u e se ha de seguir en los d e s a g ü e s , creo sin embargo conveniente tratar esta m a teria con s e p a r a c i ó n , p a r a que instruido el labrador de sus pormenores, p u e d a libertar sus campos de tan funesto contrario, a p r o v e c h a r l o s - t e r r e n o s , y.beneficiar sus heredades. - •' L o s terrenos pantanosos y enaguarchados ló' son, ó por a v e nidas q u e se detienen en e l l o s , ó por los abundantes m a n a n t i a l e s - q u & n a c e m dentro ó.en;sus inmediaciones: en unos permanecen las a g u a s estancadas de c o n t i n u o , y en otros solo por t e m p o r a d a : l o s primeros son del todo nocivos ; y los s e g u n d o s , a u n q u e menos.malos,, son sin.embargo poco á propósito p a r a la v e g e t a c i o n d'e-i'U-na infinidad de p l a n t a s : así q u e , unos y otros d e ben desecarse'dando salida á las. a g u a s , para libertar á l o s c a m pos y á los pueblos-ule los funestos efectos q u e producen'^ ' N o negaré que hay casos en q u e parece imposible lograr este b i e n , y (con efecto-suele ser así para les esfuerzos de un •particular) porque ó y a por los gastos excesivos q u e debe o c a - 399 sionar el d e s a g ü e , ó y a porque n a y a q u e . maniobrar sobre p o sesiones agen-as ,:nO: le. e s . d a d o l i a c e r por..sí tan /costosos!sacrificios ; ni le es permitido,echar, las a g u a s sobre lasiheredades.de. sus vecinos. .Ai Gobierno toca ¿n t a l . ícasol«realizar-'junas obras q u e ceden en.bien, general 'del Estado ^posnesEO-moartrat aremos; a q u í del desagüe de ios grandes pantanos ty;lagunas?,-: si nor.solamente del modo de d e s e c a r l o s terrenos corles q u e , . p e r h a l l a r se e n a g u a r c h a d o s , son perdidos para;:el c u l t i v o , y- m.aa;ó. menos perjudiciales á la salud".públiea9"-aí] pasa .qng daindbísadidasá.das; a g u a s . q u e . contienen son -por>«ltfgeneral-¡iasritiernas mas feraces y productivas. « na -A> ?.sr- oh':7 í'jp -j -¡k ole r R o z i e r en su Diccionario de-Agrieulrjüra(ii) trata con tanto acierto esta m a t e r i a , que he creído no poder dar otra;:mejor.ni mas sucinta explicación q u e copiando lo q u e dice ; .pues siendo tan análoga su doctrina c o n i l a q u e yoime;.proponía-manifestar^ haria un a g r a v i o iá t a n .sábio-autor sh? no:la;presentase:con s u ? mismas palabras dice puesr.. ...;nvi av i,v¡v ..;•;;: v, .. "Solo- un campó ¡de. -.w •labrador.muy qaóbre ¡ó: n e g l i g e n t e p u e de iser pantanoso ó. a n e g a d o , . teniendo d e c l i v e . ; /.porque n o ; hay. mas q u e n i v e l a r e l t e r r e n o , h a c e r u n a zanja' o 'foso cipal , y otras-secundarias p a r a ; q u e corra el a g u a . . Esta negli-r: g e n c i a es l a causa '/del: miserable recurso,: ó mas.biénj;de..la..co.s^ tumbre.de l a b r a r las-tierráe á• surcos<ó• camellones, C o n v e n g o : ¡ e n que una parte d e l terreinq ¡no.queda a s l p a n t a n ó s a ; ; : íp eradas o toa' e-stá a n e g a d a -.casi: todo seliánviernó:,. y :la¡.semilla á o i g e r m i n a en e l l a , ó se pudre -sii germina. Aconsejo q u e se -hagan zanjas g r a n des- y - p e q u e ñ a s en l o s países 'en q u e n o h a y piedras, n i guijarros; pero quando, se encuentran á¿un¡precio moderado,.se.debe/abrir una zanja .principal', q.ué a*rav¡iás¡e'.todo ielicampo$;.pprila-.parte mías, b a x a : esta>.-zanja: podrá ..teñen, .por ;.«xempio¡> seás ;pies d e profundidad sobre o c h o d e anohúrcáiiSerlfeñará d é - p i e d r a s y j g a j * jarros .echados; confusamente: hastar.lgi.xaleufaf.defjqáKatro: p i e s ; los otros, dos se llenarán con l a tierra sacada, d e I4 z a n j a , niver lándola con el terreno vecino.- A , e s t a zanja.principal.-;corresponderán /todas l a s ; otras /-laterales , , e n númeifo suficiente, y abiertas de .-la misma manera.: Es'Smposible epie •si'itavdpeira cion se h a ce bien quede;laitierria pantanosa.ni sumergida «á tagua ¡,.,a.un q u a n d o 'rodease; por t o d a s partease! campo'.tD.e qualq.úiEr n a t u r a í leza q u e sea l a - t i e r r a , a u n q u e .sea-arcilla, .el'punito principal e s que la zanja madre t e n g a corriente, i n d i c a d a por. e b n i v e l de. una manera invariable. D e esta operación resulta : i . q u e se gai.au los dos tercios de la tierra sacada de la z a n j a , y q u e echada en l o s p a r a g e s baxos los e l e v a : 2 . q u e se limpia el campo de g u i - prin- : t y , ( u : 0 (1) Tomo x v , pág, 1 4 , palabra sanear, sección primera del capítulo a . ° de la traducción castellana. 4oo jarros y; de piedras i n ú t i l e s ; y en fin, q u e se sanea por todos sus.puntos.' l í a cosecha y la y e r b a no serán menos sobre abundantes: la:-zanja m i s m a , supuesto que le q u e d a n diez veinte y ocho ó' y ^ q u a t r o . p u l g a d a s de t i e r r a , y ninguna raíz de planta-, gramínea^penetca-mas de s e i s á ocho p u l g a d a s ; y la alfalfa q u e es-de todas las.plantas de los prados artificiales la d i z a mas ^ p r e v a l e c e meridionales: del m a r a v i l l o s a m e n t e , aun reyno , donde que en las profun- provincias- frecuentemente se experimenta unaísequedad;.mu y grande-;; porque:si penetra hasta las piedras, : h a l l a , en ellas, u n a humedad suficiente para su vegetación. H a - blo de lo que he visto mas de u n a v e z . Estas zanjas llenas de piédrás-son excelentes, porque en efecto , - j d e partes qué serviría un campo ó un prado cortado con zanjas descubiertas? Por poco declive por todas que tuviesen, las: a g u a s l l o v e d i z a s las e n s a n c h a r í a n , sus orillas se rebaxarian, y p o c o á:.poeoiel terreno; situado^entre dos zanjas tomaría la fi- g u r a de un l o m o , y el campo quedaría arruinado para siempre. Las^zanjas tajpadas,, ál contrarió, permiten n i v e l a r el terreno, y formar sobre c a d a zanja un surco ancho p a r a q u e se filtren las a g u a s . <Como l a tierra que cubre, estas, zanjas ha sido removida muchas veces., no forma nunca una masa tan compacta como l a deslaHierra i n m e d i a t a ; y así el agua: la penetra.mas f á c i l m e n t e , y- q u a u d o está penetrada y a , . h a c e elofieio de una c r i b a , d e x a n - : do; pasar á, lasf.piedras toda eL a g u a superfina. ;.. n ; ••• , , Se me dirá a c a s o , qué los huecos q u e q u e d a n entre las pie-'; d r a s , se llenarán poco á poco de tierra , q u e la zanja se c e g a r á , y q u e el remedió entonces será peor^que el mal. Pero y o he v i s to.zanjas t a p a d a s hechas h a c í a ; m a s j d e treinta a ñ o s , , y dexaban filtrar ;el a g u a tan bien como;al principio. Supongamos; por un instante q u e al: cabo de este.tiempo se cegasen con-el uso.;; ¿das; cosechas; de-ír.eiíUa años nodiabrian y a p a g a d o con usuras el g a s to? N a d i e d u d a r á q u e - ü l a g u a - q u é se filtra por dos pies de tierra arrastrará poca de esta c o n s i g o , y que llegando á los huecos de las piedras y de los;guijaros, correrá con bastante rapidez p a ra .'llevarse la.'tierra'que se h a y a reunidoientre ellas. E n una pa-¡ labra-, este raqioeinio tiene riiuQha fuerza dichopero es nulos consultando i a experiencia..'Convengo ; sin embargo , e n que si la .zanja p ü n e i p a L no ¡tiene; l a Vertiente necesaria f s e alterará po-> co á p b c o ^ s e , i n u t i l i z a r á , y pondrá las otras en el mismo caso.; Pero esta falta* no es. de.las. zanjas.,, sino del l a b r a d o r , que ó noha sabido dirigir verla su :obra al c o m e n z a r l a , ó no ha c u i d a d o hacer. S i e m p r e : q u e veamos, un campo,cubierto de de a g u a meses enteros, un prado c a r g a d o de j u n c o s , de musgos & c , p o demos decir que su amo ó es muy descuidado ó m u y pobre." FIN. ÍNDICE DE LAS MATERIAS CONTENIDAS EN ESTE SEGUNDO TOMO. PRIMERO. DE LA PARTE PRÁCTICA. LECCIÓN í. Del mejoramiento y abono de las tierras. 3. §. i . De los beneficios naturales. id. §. i. Del agua. io. §. 3. Del calor. n , §. 4- De la luz. la. § . 5 . Del aire. ti. C acido carbónico.' id. § ¿ r¡ -, . 6 . De los gases.< ,. , , . ° l hidrogeno. i4§. 7". De los abonos ó beneficios artificiales ^>' §. 8. Modo de preparar y esparcir abortos. 2 4 . LECCIÓN II. De las labores y d» instrumentos para hacerla' 260 1 L O S § . 1 . Instrumentos de que Usamos comun- mente en España para labrar y remover la tierra. *' 3o» LECCIÓN "til. De lá siembra en grande dé las semillas cereales y leguminosas. 3i„ § . 1 . Extracto de la Memoria de Don Agustín Cordero reducida á 'verificar^ la siembra del trigo y demüs cereales por un método fácil de practicar ^sin hacer uso de otro instrumento que del arado común. 41. §. 2. labor de los intermedios. ' 43. §. 3. Labores para después de levantado el fruto. 44. §. 4. Del centeno. 48. §. 5. De la espelta, carrahon ó esprilla, id. 5 TOMO II. EEE §. 6. De la cebada. 49. §. 7. De la avena. 5 o. §. 8. De las algarrobas. 5i. § . 9 . De los garbanzos. id. §. 10. De las habas.•• ' ' ' 52. §. 1 1 . De'los. guisantes. id. §. 12. i?e Zas almortas. 53. §. i 3 . Deb mijo, id. §. 14. -íteZ maíz. 54. LECCIÓN ix. Del cultivo de los granos y legumbres en tierras de secano. 55. §. 1. De la siega, trilla, limpia, recolección y conservación délos granos y legumbres, 60. §. 2. De la trilla. 63. §. 3. De la conservación de los granos y legumbres. . '-, 76. LECCIÓN v . De los prados naturales y artificiales. 82. §. 1. De los prados naturales ó artificiales sin riego. 83. 2. De los prados artificiales con riego. 84. $• Plantas gramíneas que se encuentran naturalmente ¡ prados, y pueden cultivarse para J b r , ^ praderas artificiales. 86. LECCIÓN VI. De las hortalizas.] y¡_ §. 1. De ¿os semilleros. 5,5, §. 2. De los trasplantos. . 96. LECCIÓN V i l . Del cultivo de las plantas de adorno y de las flores, 97. §. 1. Del terreno. • . •' .1 99. 2. De los aumentos. 102. •. § . 3 . De las cebollas de flor. 1 o3. , §. ¿[-Siembra de las plantas de flores de raices bulbosas y tuberosas. io5. § . 5 . De su plantación y cultivo. 106. §. 6. De las plantas perennes mas comunes. 1 08. §. 7. De las plantas anuales. C 9, LECCIÓN VIH. Del cultivo de los árboles con una ; 2 e n o s a r I idea de los jardines formados á la inglesa. J 11 o §. i. De la necesidad de separar los árboles en dos grandes secciones ó sea, según lo entiende el vulgo, en silvestres y frutales. 113. §. o*. De la formación de los semilleros ó almácigas, y del modo práctico de sembrar las semillas en estos para trasplantar después la planta. 115. §. 3, Del modo de verificar las siembras para formar bosques. ' I I 8. §. 4. De la poda de los árboles. 120. §. 5. Poda de los frutales. 123. §. 6. Despimpolladura. 126. §. 7. De la poda y dirección de los árboles silvestres ó de monte. <• i3o. §. 8/ Del modo y tiempo de trasplantar los árboles. 134. LECCIÓN IX. Del cultivo de la vid, vendimia y modo de hacer el vino. •-' • 140. §. 1. Del cultivo dé la vid. • id. §. 2. Elección y preparación del terreno. 143. §. 3. Del modo de marcar el plantío y hacer los hoyos. 14^ • §. 4. Plantío. 149. §. 5. Del cultivo y poda. i5o. §. 6. De la poda. i5->. • ' - •" §. 7. Del deslechugado. •'• • . i55. •' §«8. De las enfermedades déla vid. i56. §. 9. De la vendimia. i58. §. 10. Modo de hacer el vino. 161. §. 11. Del trasiego. i65. §. 12. Sobre el azufrado. 166. LECCIÓN x . Del cultivo delolivoy recolección y molienda de la aceytuna. ¡ • 169. §. 1. Elección del terreno y exposición-de él. 1 7 1 . §. 2. Distribución de los terrenos y modo de ! : 1 abrirlos hoyos. §. 3. Cultivo y poda. §.4. Recolección y aprovechamiento EF.E a del fruto. 173. 176. 183. XI. Del culti vo del cáñamo y li no, y de sus preparaci ones hasta hi larlo , con una noticia de las demás plantas def i bra sóli da. 190. •§. 1. Del cáñamo y sus. preparaciones. 191. §. a. Empozado ó enri ado del cáñamo. 194. § . 3 . Del agramado y demás operaci ones. 196. §. 4 . Del il no. 97« LECCIÓN xil. De las plantas út i les para las artes. 20З. §. 1. Yerba pastel. зоб. §. а. Gualda. 207. §. 3. Añi l. 208. § . 4­ Alazor. а 10. §. 5. Azafrán. 211. §. 6. Plantas oleosas. 21З. §. y . Barri lla y otras plantas que dan sosa, а 1 4 . § • 8 . Zumaque y debías plantas para los curtidos. i a 6. Catálogo de las di ferentes plantas que se em~ plean ó pueden emplearse en las artes. 219. LECCIÓN I SEGUNDO. DE LA РАЕ TE L E C C I Ó N I. De los i nsectos ECONÓMICA. i út les en la economía rural y domésti ca. . 2З4. § . 1 . Del gusano de la seda. i d. §. 2. De las abejas. 240, §. 3. Hi stori a natural de las abejas y sus diferentes espec i es. i d. § . 4 . Del gusano de las abejas y sus me~ ., tamórfosis. 2,49. §. 5. Déla i m el y lacera. a5i. §. 6. Del colmenar y de las colmenas. 254. §. 7. Del cu i dado de las abejas. 260. § . 8 . Del modo de castrar las colmenas. 262. §. 9. De los enxambres. 266. % 10. Del modo de sustentar las abejas. 269. §. 1 1 . Del modo de beneficiar la miel. §. 12. De la grana kermes , y de la cochinilla. §. i 3 . De la cochinilla. L E C C I Ó N 11. De la ganadería considerada baxo la mano del labrador. §. 1. Del establo. §. 2. De la propagación del ganado vacuno y cuidados que requiere. §. 3. Del modo de alimentar , abrevar y cuidar el ganado , y particularmente el vacuno. § . 4 . De la leche y de sus modificaciones. § . 5 . De las enfermedades del ganado vacuno. § . 6 . De las ovejas. § . 7. De las cabras. • . §. 8. De los cerdos. §. 9, De los caballos. §. 10. Del modo de cruzar las razas. §. 11. De los asnos. §; J2. De otros,quadrúpedos útiles, ú perjudiciales, §. i 3 . Del perro y el gato. §. 14- -De las aves. §. 15. De sus enfermedades. §. 16. De los pavos. . > § . 1 7 . De los añades. > §. 18. De las palomas. § . 19. De la pesca. §. 20. Advertencia. • Catálogo de las plantas que se encuentran espontánea y abundantemente en España y pueden servir para pasto de los ganados. § . 1. Plantas propias para el pasto de los bueyes. §. 2. Plantas propias para el pasto de las cabras. 271 273. 2y5. 276. 281. 282. ...' 283. 287. 288. 292. a 94> 296, 298. 3o3. Soy. id. 809. id. 3i5. 317. id. 3i8. 320. 321. id. 33 a . §. 3. Plantas prop i as para el pasto de las ovejas. З46. §. 4. Plantas prop i as para el pasto de ca­ ballos , asnos y mulos. 358. § . 5 . Plantas prop i as para el pasto de los cerdos. 368. LECCIÓN Ш . De los cerrami entos de las heredades. З7З. §. 1. Cerrami entos muertos ó convenci onales. З76. §. 2. Cerrami entos muertos exi stentes. ^77­ §. 3. Cerrami entos i v vos. 38 o. LECCIÓN I V . De la medi ci ón, i n velac i ón y desa­ güe de los terrenos. 383. §. 1. De la medi ci ón de los terrenos y mo~ do da levantar el plan. 385. §. 2. Medi r un terreno con el auxi il o del cartabón. 386. §. 3. Del aforo. З89. §. 4. Medi r la canti dad de agua que con­ tiene un estanque de 1 2 pies de largo , 8 de ancho y 3 de profundo. ¡ i d. 5;. Medi r'la cant i dad, de vi no conten i­ da en un tonel icil ndr i co cuya altu­ ra es de 8 pies , 'y el di ámetro de su ba­ se 14. З90. §. 6. Medi r la. canti dad de vi no que cabe en un tonel redondo , cuyas bases son dos círculos desi guales , que el mayor it ene 14 pi es de di ámetro , el menor 7 , y la altura del tonel es 11 pi es. i d. §. 7. Medi r una it naja , cuya altura i nte­ <•­.. ri or es 9 pies, y el di ámetro por su par­ te mas ancha 8. • З91. § . 8 . De la i n velac i ón y desagüe de los terrenos. З92. 1° De la ni velaci ón. i d. 2. Tabla de ídem. З97. — . 3,° Délos desagües. • З98. f 0 CONTINUACIÓN DE LA LISTA DE E l Excelentísimo Sr. D u q u e de H i j a r , Director de la Real Sociedad Económica Matritense. L a R e a l Sociedad Patriótica de S e v i l l a , por dos eitemplares. L a R e a l Sociedad de L e ó n , por dos. L a Real S o c i e d a d de C u e n c a . L a Excelentísima Sra. M a r q u e sa de V i l l a f r a n c a , por dos.. D o n Ramón de la Q u a d r a , por dos. E l R. P. F r . M i g u e l Pérez C a ballero,' Catedrático de Agricultura de la ciudad, de Llerena y 43 pueblos de su partido. Don M i g u e l Escusa. Martínez Villa- D o n F e l i p e Seco. D o n Pedro Hermosilla, Teniente coronel del Real cuerpo de Ingenieros. SUBSCRIPTORES. D o n Antonio Castro. del Piélago D o n Hilario M e n d i n u e t a . .Don A n t o n i o ' M o l i n o s . Don Manuel nez. Esteban y ; i : •• Martí- D o n Tomás de S a n c h a , por dos. D o n Francisco A q u i l i n o A g u a do. . '• , D o n P a s q u a l de Piélagos M a r tínez. • D o n A n t o n i o Carrasco. Don Juan María Zamora. Peñuelas de D o n José Huerta, D o n Nicolás D i a z . D o n Francisco l a J u s t i c i a . Don Juan G i l Torres.' Don A n t o n i o de C u e b a s , por dos. D o n Antonio F e r n a n d e z V e y guela. D o n M á x i m o C u v i l l o , Guarda del canal de Manzanares. D o n Simón de Codes. D o n Justo varro. D o n Antonio Osteret y N a r i o , Abogado de los Reales Consejos y del ilustre Colegio de esta corteSecretario de la Real Sociedad Económica Matritense, y Catedrático de Economía política. D o n F e l i x A r b i z u , segundo Tetiente Coronel de Ingenieros. Don Don •Don Don Á n g e l García Fernandez. Á n g e l Ortiz. L á z a r o Antonio V a l c a r c é ! . J u a n F r a n c i s c o Grasera. García Ibar Na- D o n J u a n D i a z de Yela. Don Ramon Algar. Don Domingo Fernandez Camponíanes. de F r e y D o n Nicolás de A r m e n g ó l , Comendador de la arden de San Juan,' Secretario de la correspondencia de la Sociedad Mallorquína. D o n J u a n Pereto de V i d a l , Te- sorero de la misma Sociedad. D o n R a f a e l Roselló. D o n José F e r r e r , Teniente del regimiento provincial de Toledo. D o n F e r n a n d o Seiden , Secretario de la Real Sociedad de la Habana. D o n R a m ó n R i s é l , Contador de la Real Inclusa la Real é individuo Sociedad de Económica Matritense. Don ' Francisco Fernandez de Campomanes. D o n Saturio Á n g e l de V e l a s c o . E l Padre Fray Antonio Flori- nes. D o n José M a n z a n i l l a . E l Padre Luis Liebana, D o n Bernabé M u z q u i z Acebe- _• d o . d e A l c i r a , y.Ruiz. D o n P