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LESIONES DEL HOMBRO
LUXACIÓN ACROMIO-CLAVICULAR y LUXACIÓN ESTERNO-CLAVICULAR
Introducción
El cinturón escapular está compuesto por tres articulaciones reales: la acromio-clavicular, la
escapulo-humeral y la externo-clavicular y dos articulaciones funcionales: la toraco-escapular y la
subacromial.
Elementos de la cintura escapular. En azul las articulaciones funcionales, en rojo las verdaderas articulaciones.
En la luxación acromio-clavicular se pueden dañar una serie de estructuras que, si no se reparan
bien, pueden comprometer la función y estabilidad de la articulación, como función y estabilidad,
como los ligamentos coraco-claviculares, la cápsula articular o los músculos deltoides y trapecio.
Mecanismo
Las luxaciones acromio-claviculares pueden producirse por un traumatismo directo sobre el hombro
o por un traumatismo indirecto, sobre el codo o la mano. En este caso, al caer sobre el brazo en
abducción o separación, la clavícula hace palanca sobre la primera costilla y rompe los ligamentos
coraco-claviculares
Clínica
El paciente presentará dolor en el extremo de la clavícula y limitación funcional en ese hombro. Puede
apreciarse deformidad y asimetría, con respecto al hombro contrario, según el grado de afectación. Si
la articulación está inestable y desplazable puede existir el “signo de la tecla”, al apretar la clavícula
esta se reduce y al soltar vuelve a levantarse o desplazarse.
El diagnóstico se completará con las pruebas de imagen, generalmente radiografías simples en
proyección AP y axilar (especialmente útil para la deformidad tipo IV) y, excepcionalmente,
resonancia magnética o TAC. En los grados 5 y 6 (ver luego) hay que descartar alteraciones
neurovasculares asociadas.
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Las radiografías comparativas en carga, o con peso en los brazos, pueden ayudar a diagnosticar y
clasificar la lesión. El tipo de lesión, y de paciente, determinará el tratamiento de elección y el
pronóstico.
Clasificación de Rockwood
Rockwood clasificó en 6 tipos las lesiones acromioclaviculares.
Tipo I. Hay un daño de la cápsula articular. Los ligamentos coraco-acromiales están íntegros. No hay
deformidad del hombro, sólo dolor en la articulación. La radiografía es normal. Pueden apreciarse
calcificaciones tardías, una vez cura la lesión, u osteofitos en la articulación.
Tipo II. Cuando hay ruptura de la cápsula articular y daño incompleto de los ligamentos coraco-
claviculares. Puede existir cierta deformidad del hombro, el dolor puede ser más intenso y la lesión
es, potencialmente, inestable.
Asimetría respecto al hombro sano.
Tipo III. Cuando la lesión es más grave y los ligamentos coraco-claviculares, cápsula articular están
rotos. Puede existir daño muscular del deltoides en su inserción clavicular. Se puede producir una
gran deformidad y daño de la articulación por tracción del trapecio.
Tipo IV. La lesión es igual a la del tipo 3, pero la clavícula está luxada o desplazada a posterior. Su
extremo está incarcerado o introducido dentro del trapecio.
Tipo V. En este tipo existe un daño de todas las estructuras capsulares y de los ligamentos y también
de los músculos deltoides y trapecio. La clavícula está luxada y ascendida, con respecto al acromion.
Puede ser reducible con la presión con la mano, pero al soltar se vuelve a luxar: “signo de la tecla”.
Tipo VI. Es muy rara. Existe una luxación anterior. La clavícula se coloca por detrás del tendón
conjunto del coracobraquial y bíceps. Se puede producir por un mecanismo combinado con
abducción forzada.
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Clasificación de Rockwood
Tratamiento
En los tipos I y II el tratamiento recomendable es el tratamiento ortopédico, con el brazo en
cabestrillo, medicación, hielo, analgésicos, antiinflamatorios y medidas físicas, seguido de
fisioterapia.
En el tipo I puede bastar con 1-2 semanas de tratamiento y
en el tipo II con 2-4 semanas.
En el tipo III puede hacerse tratamiento sintomático en
pacientes de baja demanda física, durante 3-6 semanas con
inmovilización y terapia física o tratamiento quirúrgico en
trabajadores manuales y deportistas.
En los tipos IV, V, VI se suele indicar la reconstrucción
quirúrgica, reparando músculos y ligamentos. Hay múltiples
operaciones descritas y, a día de hoy, ninguna ha
demostrado superioridad sobre otras. Se realizan
reparaciones y plastias tendinosas, enclavijamientos con
agujas (Phemister); reparación con tornillos, alambres, placas
clavícula.
específicas e incluso la resección de extremo externo de
El objetivo es recuperar la fuerza, evitar la deformidad y el dolor, y dejar un hombro funcional sin
pérdida de movilidad.
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Julián Mora, con la bici de montaña después de una luxación acromio-clavicular.
Luxación acromio-clavicular.
Luxación acromio-clavicular en reconstrucción con TAC 3D.
Deformidad residual y asimetría de hombros en paciente joven.
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LUXACIÓN ESTERNO-CLAVICULAR
La clavícula es el único hueso de la cintura escapular unido al tronco, por la articulación con el
esternón.
En esta articulación, contribuyen a la estabilidad los ligamentos esternoclavicular, interclavicular y
costoclavicular. La luxación externo-clavicular es una lesión infrecuente, pero descrita, en el ámbito
deportivo y que puede asociarse a lesiones importantes de las estructuras vasculares del mediastino
superior.
Mecanismo de lesión
Puede dañarse por un mecanismo indirecto: el traumatismo del hombro puede hacer que la primera
costilla actúe como un fulcro sobre el que se desliza o apalanca la clavícula, que se desplaza,
dañándose la articulación con el esternón. En este caso el desplazamiento suele ser superior y
anterior.
Puede producirse por un mecanismo directo.
En este caso el desplazamiento de la clavícula es
a posterior y superior y habría que descartar el
daño de estructuras torácicas. Se necesita un
traumatismo de mayor energía para producirse
una luxación posterior.
Clasificación
Se consideran los siguientes grados de lesión:
Grado I: esguince
Grado II: subluxación
Grado III: luxación
-anterior
-posterior o intratorácica
Diagnóstico
Además de la clínica, con dolor, acortamiento y actitud de flexión del cuello y del hombro, la
deformidad o la limitación funcional podremos completar el estudio con una radiografía o, en casos
con desplazamiento posterior o traumatismos de alta energía con un TAC, que nos permita descartar
lesiones intratorácicas, del mediastino superior. Estas se han diagnosticado en el 10% de las
luxaciones posteriores.
Se puede producir, si no se diagnostica o se trata correctamente un síndrome del estrecho torácico.
Si nuestra exploración es precoz podemos ver un hueco o vacío en la articulación, si es tardía, la
tumefacción puede enmascarar la lesión y hemos de pedir el TAC porque la radiografía no es sensible
para descartar el problema.
Tratamiento
En la mayoría de los casos de grado I y II, esguince y subluxación, y en muchos de grado III el
tratamiento será la reducción cerrada y la inmovilización con un vendaje en “8”.
En los casos sintomáticos, con incarceración o posible daño de las estructuras vasculares del
mediastino superior puede ser necesaria la reducción abierta, la reparación o la resección.
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