medioambiente, desarrollo, soberanía, y globalización en américa

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MEDIOAMBIENTE, DESARROLLO, SOBERANÍA, Y GLOBALIZACIÓN EN AMÉRICA LATINA:
ENTRE EL EXTRACTIVISMO DEL SIGLO XXI Y EL ECOLOGISMO INFANTIL. REDES
ECOLOGISTAS VERSUS EL GOBIERNO DE RAFAEL CORREA.
Juan Pablo Vásquez Bustamante1
Correa asumió la presidencia de Ecuador apoyado en una articulación de fuerzas progresistas, de
izquierda, movimientos sociales y personalidades del ecologismo y la academia. En un marco posterior de
desencuentros y realineaciones, se articula una oposición al gobierno conformada por organizaciones y
personalidades de izquierda, del indigenismo y del ecologismo ecuatoriano. Esta articulación levanta la
candidatura presidencial de un ex ministro de Correa, ex presidente de la Asamblea Constituyente, y
economista ligado al ecologismo. Estos sectores y personalidades del ecologismo ecuatoriano, opositores
a Correa, rechazan la actividad petrolera y minera a gran escala, se oponen a la extracción de recursos
naturales en la Amazonía, defienden la idea del decrecimiento, el impulso a la agroecología, se relacionan
con intelectuales europeos y se articulan con ONGs y redes globales ecologistas y antipetroleo del primer
mundo, las cuales, operan en otros países de la región. Bajo este contexto, ¿Se constituye el ecologismo
trasnacional en una fuerza política en América Latina? ¿A quién sirve la idea del decrecimiento, la no
extracción y la gestión multilateral del medioambiente?
Palabras Claves: Medioambiente –Desarrollo - Soberanía – Ecuador – Periferia
Introducción
La idea de una Crisis Ambiental Global2 está presente en la sociedad contemporánea, tanto en términos
del imaginario colectivo, como desde las coyunturas políticas internacionales. El debate a partir de aquel
reconocimiento, por una parte, es amplio y multidisciplinar, y por otra, se ha constituido en factor
protagónico y fundamental dentro de la agenda pública mundial, tanto así, que “ningún actor del Sistema
Internacional rechaza la urgente necesidad de alcanzar acuerdos multilaterales para solucionar este
1
2
Magíster en Estudios Internacionales por el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile.
Se entiende por Crisis Ambiental Global: …el paradójico fenómeno de que el propio crecimiento económico, junto al elevado nivel
de desarrollo y estándar de vida alcanzado por la "Civilización Industrial" (donde su exponente arquetípico es el Primer Mundo), ha
creado problemas de carácter ecológico y medioambientales de tan enorme magnitud, tales como la contaminación, la pérdida de la
biodiversidad, el cambio climático, el agotamiento de los recursos naturales, la destrucción de la capa de ozono, y la llamada
explosión demográfica; que por primera vez en la historia se puso en riesgo la continuidad de la vida del ser humano en el planeta,
así como el proceso de la vida del planeta mismo. (Estenssoro, 2007)
problema” (Estenssoro, 2010: 58).
Ese Sistema Internacional, está caracterizado por relaciones de poder asimétricas entre sus actores (Ibíd.).
Situación que es reflejo de un mundo desigual. Y en este contexto, la crisis ambiental global, como
problema político, abordada a través del debate medioambiental, es objeto de diversas interpretaciones,
énfasis y posiciones, derivadas de intereses, necesidades y concepciones ideológicas de los diversos
actores que se enfrentan en este debate en particular, y en el escenario internacional en general.
El debate medioambiental, inserto en el contexto del Sistema Internacional, se da en un escenario
asimétrico. En consecuencia, es también una discusión marcada por relaciones políticas asimétricas. Si la
crisis ambiental es un problema político, abordado a través del debate medioambiental por los actores
políticos del Sistema Internacional, entonces, esas relaciones asimétricas, fruto de un mundo desigual, se
reproducen en el debate medioambiental.
Al aceptar la reflexión anterior, se puede inferir que uno de los elementos conflictivos del sistema
mundial, derivados de relaciones de poder asimétricas y desiguales, que se reproduce en el debate
medioambiental, es aquella tensión histórica entre los países del Centro y los países de la Periferia del
sistema económico internacional.
Es decir, los países ricos y desarrollados del primer mundo, y los países pobres y subdesarrollados del
tercer mundo. Los primeros, industrializados y productores de bienes y servicios con alto valor agregado,
y los segundos, principalmente, dependientes de una matriz productiva basada en la extracción y
exportación de materias primas (Prebisch, 1986).
Si el Sistema Internacional está marcado por esta tensión estructural, se infiere entonces,
que un
escenario donde se reproducen las relaciones del sistema internacional, como el debate medioambiental,
está también cruzado por esta tensión.
En este sentido, la Iniciativa Yasuni ITT, la cual es una propuesta que emana desde un país periférico, y
que se inserta en el debate medioambiental, es un caso que permite encontrar elementos para abordar
cuestiones complejas, como las manifestaciones de los elementos de la tensión Centro – Periferia en la
Crisis Ambienta Global y en el debate medioambiental; o responder preguntas tales como, ¿de qué forma
enfrentan los países de la periferia del Sistema Internacional la Crisis Ambiental Global y el debate
medioambiental?; o ¿de qué manera se vive al interior de aquellas naciones de la periferia, este debate
medioambiental?.
La Iniciativa Yasuni ITT, en concreto, es una propuesta del Estado ecuatoriano, impulsada por su actual
gobierno, planteada al mundo en el año 2007 en Asamblea General de Naciones Unidas, y liquidada en
agosto del año 20133.
Esta propuesta, se insertó en la política mundial a través del debate medioambiental. En primer lugar, en
términos declarativos e institucionales, pues, en su presentación al mundo, su responsable político, el
presidente de Ecuador, Rafael Correa, decía: “Ecuador ha traído una propuesta concreta e innovadora para
contribuir a la reducción de emisiones de CO2 y a la conservación de la biodiversidad con nuestro
proyecto Yasuní-ITT” (Correa, 2007a). Propuesta y reflexiones, planteadas y desarrolladas con mayor
profundidad un año después en la Convención de Países para el Cambio Climático reunida en Polonia
(Estenssoro, 2010: 71), y que se siguiera presentando en diversos foros multilaterales donde se abordase
el debate medioambiental entre los años 2007 y 2013.
En segundo lugar, es parte del debate medioambiental en términos de su contenido y repercusiones. Pues,
por una parte la iniciativa efectivamente aborda elementos de la Crisis Ambiental Global, como la
conflictividad socio - ambiental generada a partir de la actividad petrolera. Mientras, por otra parte,
encuentra antecedentes teóricos y conceptuales en algunas propuestas que durante años emanaron desde el
ecologismo ecuatoriano e internacional. Propuestas tales como; la moratoria petrolera en zonas
protegidas, los canjes de deuda, el concepto de deuda ecológica, y otros.
3
La Iniciativa Yasuni ITT es una propuesta del gobierno de Ecuador, planteada al mundo en el año 2007 en Asamblea
General de Naciones Unidas, consistente en el compromiso de mantener bajo tierra indefinidamente 846 millones de
barriles de reservas probadas de crudo de los campos ITT, dentro del Parque Nacional Yasuni (PNY), plena Amazonía
ecuatoriana, cantidad que representa el 20% de la producción petrolera del país. Al hacer efectivo este compromiso, los
ejecutantes evitarían la emisión de 407 millones de toneladas métricas de CO2 provenientes de la quema de aquellos
combustibles fósiles, y una serie de efectos directos e indirectos derivados de la extracción petrolera en una zona como
el PNY de alto valor ambiental, que entre otras características, es uno de los lugares más biodiversos del mundo, por lo
que ha sido declarado por UNESCO como Reserva Mundial de la Biosfera. Para que este compromiso se hiciese
efectivo, Ecuador pedía la contribución y corresponsabilidad de la comunidad internacional, a través de un aporte
financiero equivalente, a lo menos, al 50% de los ingresos que el país dejaría de percibir por mantener el petróleo bajo
tierra.
Para una explicación más profunda y detallada al respect de la Iniciativa Yasuni ITT, se recomienda el artículo:
Vásquez, Juan Pablo; Iniciativa Yasuni ITT, una propuesta de política ambiental global hacia la equidad internacional,
desde América Latina” En Archivos de las Jornadas de Relaciones Internacionales Vol. III Discutiendo las bases del
diálogo regional en la dinámica de la política internacional, 2012. ISSN 2314-1573
Sin embargo lo anterior, una vez oficializada la propuesta, se genera una conflictividad en torno suyo, en
la que se provoca un quiebre entre parte del ecologismo ecuatoriano y los responsables políticos de la
Iniciativa, el gobierno. Personalidades ligadas al ecologismo, y que habían formado parte del proyecto
oficialista, se alejan del mismo y se integran a un bloque de oposición.
Es decir, una propuesta de política pública de Estado, promovida por el gobierno, que recoge demandas y
problemáticas socio - ambientales permanentes en el Ecuador, que interviene en una actividad altamente
contaminante como la petrolera, que es entendida a nivel mundial dentro de una sensibilidad y un ámbito
ambientalista, que recoge elementos del debate ambiental global, y que presenta ideas y antecedentes que
se pueden encontrar en el ambientalismo ecuatoriano, genera una conflictividad tal, que provoca una
fuerte tensión política y una fractura entre los responsables de la iniciativa, quienes la impulsaron y
promovieron, y el ecologismo.
En síntesis, la Iniciativa Yasuni ITT, en vez de constituirse en un elemento de articulación entre gobierno
y ecologismo, termina constituyéndose en un foco de tensión y divergencia.
Ante este escenario conflictivo, en las líneas a continuación, se intenta establecer algunas reflexiones que
permitan relacionar coherentemente los elementos y los actores en tensión, en términos de establecer una
lectura que permita entender el trasfondo de esta conflictividad entre Gobierno ecuatoriano y ecologismo.
Medioambiente, Desarrollo y Soberanía.
Si, tal como se asume acá, el debate medioambiental es un debate político, en el cual, los actores que
interactúan planteando posiciones y enfrentándose con otros actores lo hacen a partir de sus intereses, sus
necesidades y sus marcos ideológicos. Y, en segundo lugar, si la tensión histórica centro – periferia, se
reproduce en el debate ambiental.
Entonces, es posible afirmar que la conflictividad en torno a la
Iniciativa Yasuni ITT entre ecologismo y gobierno ecuatoriano, es un ítem, o bien, está dentro, de la
conflictividad por la disyuntiva Medioambiente y Desarrollo, desatada en el debate medioambiental, y
derivada de la tensión histórica Centro – Periferia, Norte - Sur global. En la cual, los diversos actores, a
partir de sus diferentes realidades, tienen diferentes prioridades a la hora de encarar las problemáticas
globales en general, y particularmente la crisis ambiental. Diferencias, que están sobre la base que los
países del centro del Sistema Internacional tienen sus necesidades básicas resueltas y los países periféricos
no.
En este contexto, la propuesta que emergía desde el gobierno ecuatoriano, se hacía parte de esta tensión
Norte - Sur, desde el sur, desde la periferia del sistema internacional. Y, en este sentido, se constituía en
una propuesta que planteaba, centralmente, una forma de gestión y utilización soberana y ambientalista
del espacio geográfico, los bienes públicos ambientales y los recursos naturales, donde los objetivos del
desarrollo y la soberanía, se anteponían al de la preservación y cuidado ambiental.
El ecologismo, desarrolló una interpretación al respecto de la Iniciativa Yasuni ITT, basada en la
preservación ambiental y la “no extracción” del petróleo. La que, bajo la lógica de la tensión Centro Periferia, los deja en una posición donde se alinean con la supremacía del cuidado ambiental por sobre las
necesidades del desarrollo, lo que los hace funcionales a los países que ya han alcanzado el desarrollo, por
lo tanto al Centro, y a los actores y países desarrollados del primer mundo.
En síntesis, la Iniciativa Yasuni ITT, se constituía en una propuesta de política pública global en una
perspectiva Norte - Sur, desde el Sur, en el marco de la Crisis Ambiental Global y del debate ambiental.
La cual, centralmente, apuntaba al desarrollo y a la gestión y control soberano de los recursos naturales y
el medio ambiente.
Subdesarrollo, Soberanía y Medioambiente en el contexto de la globalización.
El sistema económico internacional está configurado a partir de un esquema denominado como “división
internacional del trabajo”. Dentro del cual, pueden apreciarse dos grupos de países con roles
diferenciados. Por una parte, las naciones del Centro, es decir, economías industrializadas, y por otro lado,
países de la Periferia, dentro de la cual se encuentran las naciones latinoamericanas, desempeñando un
papel de productores de alimentos y materias primas para los grandes centros industriales (Prebisch,
1986: 479).
Este esquema planteado por el economista argentino Raúl Prebisch, Secretario Ejecutivo de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) entre 1950 y 1963, describe una dinámica de
relaciones de producción e intercambios comerciales globales,
con resultados desiguales para ambos
grupos de países planteados.
Asimetría manifestada en una serie de circunstancias: como los precios favorables a los productos
terminados, elaborados en el centro industrial, por sobre las materias primas, extraídas y exportadas
desde la periferia; en la productividad de cada uno de estos sectores, lo que deriva en las diferencias en
cuanto a calidad de vida de las masas de población de uno y otro; en la capacidad de capitalización de
cada uno; y en la acumulación de progreso técnico concentrado principalmente en los centros industriales,
el cual no se traspasa a los países que conforman la periferia; entre otros situaciones (Ibíd.).
Este esquema conceptual permitía establecer una respuesta económica a la problemática del subdesarrollo.
Más aún, en torno suyo cristalizaron diversas líneas de pensamiento y corrientes que se generaron en
América Latina en las décadas de los cincuenta, sesenta y setenta. Las cuales, en líneas generales, se
planteaban como objetivo el desarrollo, el que se conseguiría en un camino que implicaba procesos de
industrialización, modernización productiva, una fuerte participación del Estado en la planificación
económica, entre otras medidas y objetivos intermedios (Sunkel, 1978).
De este acumulado de pensamiento, emergen dos posiciones opuestas. Por una parte, quienes
consideraban el subdesarrollo como un paso natural en el camino al desarrollo, y quienes creían que una
modernización capitalista en la periferia no iba a reproducir los resultados obtenidos por los países del
Centro (Ibíd.).
Para Osvaldo Sunkel, la especialización disciplinaria de las ciencias sociales, bajo el paradigma
funcionalista,
las hizo incapaces de captar la naturaleza del proceso de desarrollo en el contexto
descrito. El desarrollo capitalista, para Sunkel, no es un proceso expansivo mecánico. En este sentido,
existía, entonces, una dimensión histórica – estructural, que se había dejado afuera de las teorías del
desarrollo (Ibíd.).
Para Sunkel y Paz, el subdesarrollo es parte del proceso histórico global del desarrollo. Ambos, desarrollo
y subdesarrollo, son aspectos de un mismo fenómeno, son procesos históricamente simultáneos y
relacionados funcionalmente el uno al otro (Sunkel y Paz, 1991).
Se genera una interacción y un condicionamiento mutuo, que da como resultado, por una parte, la
división del mundo entre países industriales, desarrollados o centros, y países subdesarrollados, primario
exportadores, o periféricos, y por otro lado, la reproducción de esta relación al interior de los países
subdesarrollados. Es decir, zonas comparativamente avanzadas y zonas atrasadas, dentro de los países de
la periferia (Ibíd.: 6).
Tanto desarrollo como subdesarrollo, pueden entenderse como estructuras interdependientes que forman
parte de un sistema único. Y cuya principal característica diferenciadora, es que la estructura desarrollada,
el centro industrial, “en virtud de su capacidad endógena de crecimiento, es la dominante, y la
subdesarrollada, dado el carácter inducido de su dinámica, es dependiente, y esto se aplica tanto entre
países como dentro de un país” (Ibíd.: 37).
Sunkel y Paz, como es evidente, utilizan el esquema conceptual Centro – Periferia. Sin embargo, sacan el
análisis de una matriz exclusivamente económica, y lo plantean desde una perspectiva analítica y
metodológica “estructural, histórica y totalizante” (Ibid: 39).
La relación y posición de Ecuador en el mundo, puede ser entendida bajo esta perspectiva entre países, y
la relación y posición de la Amazonia ecuatoriana, región donde se concentran los conflictos socio
ambientales derivados de la actividad petrolera, puede ser entendida como su reproducción dentro de un
país.
Este enfoque, planteado por Sunkel y Paz, es un primer marco analítico desde el cual es factible analizar
la conflictividad generada en torno a la Iniciativa Yasuni ITT entre Gobierno Ecuatoriano y ecologismo.
En las líneas a continuación, las referencias a la relación conflictiva entre países desarrollados y
subdesarrollados en el debate medioambiental en particular, y en el Sistema Internacional en general, se
establecerán bajo este esquema a partir de la tensión histórica Centro – Periferia, o bien, Norte – Sur
Global.
Este enfoque analítico, es preciso relacionarlo y complementarlo con un fenómeno contemporáneo
progresivo, que la académica británica Susane Strange, denominó como “La retirada del Estado”.
Para Strange, durante la última parte del Siglo XX, el Estado Nación había sufrido una perdida de
influencia y poder, generándose una modificación en el escenario político y económico internacional.
En este sentido, existiría, por una parte, un desplazamiento de poder vertical desde Estados débiles
hacia Estados fuertes, los cuales tienen capacidad y alcance global y regional, y que por lo tanto
operan más allá de sus fronteras. Y por otro lado, existiría un desplazamiento horizontal, desde los
Estados hacia los mercados, en donde las autoridades privadas ejercen un poder más significativo
(Strange, 1996).
En síntesis, se trataría, que en el último cuarto del siglo XX, el centro de gravedad de la política
mundial, se trasladó desde los organismos públicos y estatales, a actores privados de diverso tipo, y
que operan en el escenario internacional (Ibíd.).
Este enfoque, permite analizar el debate medioambiental y el accionar de sus actores, teniendo la
referencia teórica de las modificaciones sufridas por el Estado Nación como actor en el escenario
internacional, el cual, desde la Paz de Westfalia hasta determinado momento del Siglo XX, ocupaba
un rol protagónico. Y que, sin embargo, hoy ve mermada su influencia y poder.
Situación que en el contexto de la Crisis Ambiental Global es especialmente atingente, desatándose una
tensión entre Estado Nación y actores no estatales. Conflictividad más aguda aún, cuando se trabaja
con Estados de la periferia del Sistema Internacional, como lo es justamente en la conflictividad que
hay en torno a la Iniciativa Yasuni ITT.
En este sentido, existen dos proyecciones teórica- problemáticas en el seno del debate ambiental, y
estrechamente relacionadas a la tensión histórica Norte – Sur Global y a esta situación de “Retirada del
Estado”.
Por una parte, lo que el catedrático de Relaciones Internacionales y ex Embajador chileno Eduarto
Ortiz denomina soberanía versus globalidad. Un Estado Nación post Guerra Fría, que de alguna manera
se ve doblemente presionado, por la globalización desde una parte, y por las comunidades locales (y
étnicas) y su búsqueda de mayor autonomía por otra (Ortiz, 2004: 170). Conflictividad que también se
genera en la teoría internacional, a través de una división entre comunitaristas, aquellos que creen que
los Estados son los principales depositarios de los derechos y deberes de la Sociedad Internacional, y
los cosmopolitas, quienes sostienen que las Relaciones Internacionales tienen como centro a los
depositarios de los argumentos morales, que son los individuos o la humanidad entera (Ibíd.:171).
En este sentido, se va cuestionando la soberanía, alcance y responsabilidad del Estado Nación, en
cuanto a las problemáticas globales contemporáneas. Situación que permite plantear una segunda
proyección conflictiva más específica, y que hace relación a los bienes comunes, la cual, en el caso del
debate medioambiental, hace referencia a los bienes comunes ambientales y a los bienes libres
ambientales. Discusión de larga data, que toma especial punto de notoriedad con la publicación del
documento “La Tragedia de los Comunes” de Garritt Harden (1968).
Se trata de aquellos bienes socialmente valiosos que, sin embargo, o no tienen un propietario específico y
determinado, o bien, dado que no presentan rivalidad en el consumo, no tienen un precio explícito de
mercado, por lo que, quienes los producen, no reciben compensación a cambio (Ibíd.). En el contexto de
la crisis ambiental global, cambio climático y desarrollo acelerado de la biotecnología, los bienes
ambientales de este tipo, se transforman en elementos estratégicos de la geopolítica mundial.
Un antecedente directo de lo anterior, es el creciente interés de diversos poderes económicos y políticos
internacionales por la posesión y gestión de la Amazonia (Fregapani 2000, en Estenssoro, 2010: 70), ya el
ex presidente de los Estados Unidos, Woodrow Wilson, en la primera mitad del siglo XX, había planteado
su internacionalización (Estenssoro, 2010: 70).
En este caso particular de la región amazónica, se mezclan, su condición de generador de oxigeno del
planeta y de fuente de biodiversidad y recursos naturales. De este último elemento, deriva el dilema
sudamericano de “Biodiversidad o Biomercadería” (García, 2010), es decir, la problemática
de la
apropiación del conocimiento y la generación de biotecnologías, principalmente de parte de laboratorios
multinacionales, a partir de recursos naturales y conocimientos que son propios de la biodiversidad
amazónica (Ibíd.: 335).
Ambas proyecciones problemáticas relacionadas, alcance, soberanía y responsabilidad del Estado
Nación ante los problemas globales contemporáneos en general, y en particular ante los bienes
comunes ambientales y los bienes libres ambientales, bajo la óptica analítica de “La Retirada del
Estado” y la tensión histórica entre países desarrollados y países subdesarrollados, y en medio del
debate medioambiental, tiene una especial relevancia, pues, se trata de la doble pregunta, ¿Qué
hacemos y quién se hace cargo de los espacios y los recursos comunes? En concreto, ¿Qué hacemos y
quién se hace cargo de los Océanos, las zonas prístinas, el aire, las aguas, La Patagonia, la Antártica,
las zonas amazónicas inexploradas? ¿Qué hacemos y quién se hace cargo de la biodiversidad
amazónica por descubrir? ¿Qué hacemos y quién se hace cargo de la biodiversidad planetaria por
descubrir?
Desarrollo, Medioambiente, Soberanía y Globalización. La Tensión histórica Norte - Sur Global en
el debate medioambiental.
El sistema internacional es anterior a la Crisis Ambiental Global y a la discusión pública generada a
partir de ella, es decir, el debate medioambiental. Si bien, el medioambiente se transforma en factor
estructurante de la política mundial actual (Estenssoro, 2010b), y más allá de recambios en los actores
que ocupan el rol de principales potencias en el escenario político y económico planetario, la estructura
del orden internacional configura la Crisis Ambiental Global y el debate medioambiental.
En este sentido, la Crisis Ambiental Global puede ser interpretada dentro del conflicto histórico Centro Periferia, Norte - Sur global. El debate medioambiental puede ser analizado bajo este mismo marco, y a
la vez, los actores de esta discusión forman parte del conflicto vivo al que se hace alusión. Toman
posición, discuten haciendo política.
Las preguntas estructurantes del debate medioambiental se responden de diferente manera, de acuerdo a
la posición dentro de este conflicto4. Pues, las consecuencias de la Crisis Ambiental Global no son las
mismas en el mundo desarrollado o en el mundo subdesarrollado, la responsabilidad ante esta situación
crítica no es la misma en las naciones del primer mundo o en las naciones del tercer mundo. Los
problemas estructurales y las problemáticas más urgentes, no son las mismas para las sociedades del
Norte, que para las sociedades del Sur global.
La crisis energética global, las emisiones de CO2 a la atmósfera y el problema de la deforestación, no
son igual para un ciudadano del mundo que tiene calefacción centralizada los 365 días del año como una
necesidad básica cubierta, que para aquel ciudadano del mundo que cocina y calienta su casa con leña.
La Crisis Ambiental Global, es un fenómeno que puede explicarse desde el campo de la física. Y desde
ese enfoque científico, probablemente, los tres fenómenos anteriores tengan la misma explicación desde
4 Este debate, al decir del académico Fernando Estenssoro, se estructura en torno a preguntas tale como: ¿Cómo y por qué
se ha llegado a esta situación? ¿Cuáles son las responsabilidades sociales y políticas al respecto? ¿Es posible superarla?
¿Cómo se puede revertir? ¿Qué tipo de cambios (sociales, económicos, culturales, políticos, filosóficos, religiosos) y de qué
alcance son necesarios para salir de esta situación? (Estenssoro, 2009: 12)
cualquier lugar del globo. Sin embargo, como problemática, es, esencialmente, política. Sus causas
derivan de relaciones humanas, sus consecuencias afectan a la sociedad, y si existe algún tipo de
medida o solución para resolverla, es también política. La Cuestión ambiental no es un problema
técnico, es político.
Por otro lado, el medioambiente, la Crisis Ambiental Global, la discusión en torno suyo, son factores
que estructuran la geopolítica mundial (Ibíd.). En este sentido, entregan una serie de condiciones,
características, herramientas al escenario internacional actual, necesarias de considerar por los
estudiosos del mismo y por los diferentes actores políticos que se mueven e interactúan dentro suyo.
El conflicto por la Iniciativa Yasuni ITT, generado desde Ecuador, está en este escenario cruzado por
estos elementos. Por una parte, la temática medioambiental es un factor estructurante de su debate. Esta
propuesta ecuatoriana al mundo, es, básicamente, una síntesis y maduración de elementos que ya
estaban en tensión en el debate medioambiental.
Tensión que, por otra parte, deriva de la estructura más de fondo que ordena el sistema internacional, y
que tiene que ver con la conflictividad histórica centro - periferia, Norte - Sur global. La Iniciativa
Yasuni ITT, escondida bajo la apariencia de un debate en torno a la conservación ambiental, se
constituye en un capítulo más de la problemática medioambiente versus desarrollo.
El conflicto por la Iniciativa Yasuni ITT, generado entre el gobierno ecuatoriano y el ecologismo, es un
conflicto por Recursos Naturales, Soberanía y Desarrollo. Se trata de un conflicto geopolítico por el
control y gestión soberana del espacio amazónico estratégico, en un escenario histórico donde Ecuador
se presenta como un país de la periferia del sistema internacional, y en un escenario coyuntural, donde
el país vive un proceso de búsqueda de desarrollo a través del ensayo de un modelo de acumulación, que
implica el control de sus recursos naturales e industrialización de los mismos.
Este doble escenario, en un contexto de agudización de la Crisis Ambiental Global, donde el espacio
amazónico adquiere progresivamente más valor y se hace cada vez más estratégico, evidencia un
conflicto por el control, no solamente del petróleo, si no que del oxigeno, de la biodiversidad, de las
hierbas, de las plantas, de los insectos, de los hongos, del bioconocimiento, de las posibilidades de
desarrollar biotecnología, de las materias primas que están en ese lugar, y que Ecuador pretende
gestionar y aprovechar, entre otras cosas, a través de IKIAM, la primera Universidad Regional
Amazónica del país.
Es decir, la propuesta de la iniciativa Yasuni ITT, desde el punto de vista del gobierno, buscaba, no la
preservación ambiental como objetivo central, si no que una gestión y explotación soberana de los
recursos naturales estratégicos, y control de la región amazónica, a través de un mecanismo que, a su
vez, respondía a la problemática de la Crisis Ambiental Global y el Cambio climático. En el fondo, se
trataba de una manera soberana y ambientalista de explotar el petróleo del PNY.
Propuesta a la que se llega, a partir de ciertas condiciones y características que construyen el escenario
donde surge esta iniciativa, y la conflictividad que genera.
Ecuador y el problema del Subdesarrollo. La Crisis Ambiental en el contexto de la Periferia. .
En primer lugar, la condición de Ecuador de país periférico. Una nación subdesarrollada, con una matriz
primario exportadora dependiente de la extracción y venta al exterior de sus materias primas. Es decir,
un país que ha vivido durante toda su historia republicana de las rentas de la tierra, y, en los últimos 40
años en particular, de la extracción de petróleo.
Con las características socioeconómicas e institucionales que tradicionalmente tiene un país con este
modelo de acumulación, es decir, altos niveles de pobreza y desigualdad, bajos niveles de escolaridad,
desnutrición infantil, contaminación local, inestabilidad política, economía dependiente y vulnerable de
los mercados internacionales, y otras.
Sin embargo, este país, vive un proceso desde el año 2007 en adelante, impulsado por el gobierno en
ejercicio, en el cual, se mejoran los indicadores sociales, se logra una estabilización de los índices
económicos, se fortalece, por lo menos estadísticamente, la institucionalidad y el rol del Estado, y se
planifica, y proyecta, una modificación de la matriz productiva (Senplades, 2013).
Objetivo, este último, a mediano y largo plazo, para el cual se requieren grandes cantidades de recursos
económicos y financieros.
Esas características políticas, económicas y sociales, se cruzan con características físicas y geográficas.
La cuales, dan cuenta de un país megadiverso, con cuatro macro estructuras regionales, y que posee
algunos de los lugares que están entre los más biodiversos del planeta, entre ellos, principalmente, su
región amazónica.
La síntesis de estas características, genera una especie de nudo de permanente conflictividad, a partir de
los efectos de la actividad petrolera en zonas ambientalmente valiosas y sensibles, y socialmente
desprotegidas. Pues, se trata de un país que está en el contexto del subdesarrollo, es decir, con
estructuras institucionales débiles y un Estado que no cubre las necesidades mínimas de la población. Y
esta situación se refleja en las actividades productivas. Por lo tanto, la extracción de petróleo en
Ecuador, se ha implementado a costa de generar efectos nocivos, tanto para el medio ambiente como
para las comunidades que viven en torno a las zonas donde se lleva a cabo la actividad petrolera.
Ecologismo en Ecuador: Focos de articulación.
Esta situación, ha convertido a Ecuador en un escenario de permanente foco de operaciones del
ecologismo durante los últimos 30 años. Este movimiento ecologista, que opera en el país, presenta dos
antecedentes fundamentales. En primer lugar, responde a las características de un fenómeno global
como lo es la Crisis Ambiental. Es decir, su accionar y su racionalización de las problemáticas también
están globalizados. En segundo lugar, se pueden distinguir dos focos de articulación del movimiento
ecologista ecuatoriano.
Un primer foco que permite establecer la idea de un ecologismo orgánica y operacionalmente
globalizado, es decir, una permanente articulación con organizaciones ecologistas trasnacionales, redes
y ONGs conservacionistas y anti petróleo internacionales, y organizaciones ecologistas locales,
operando a partir de conflictos socio – ambientales en diferentes lugares del mundo, a través de
publicaciones, acciones concretas, intercambio de ideas, activismo y financiamiento.
Articulación que sin embargo, reproduce la dinámica y la lógica de los flujos Norte- Sur global. Es
decir, lo que sucede en el ecologismo globalizado, y en particular en la articulación entre ONG’s y
organizaciones internacionales, es que se reproducen las relaciones Centro – Periferia. No es el Sur el
que sustenta al Norte, si no que, tal como en el sistema internacional, en el ecologismo globalizado se
desarrollan corrientes Norte – Sur, a través del financiamiento de actividades y campañas, gestión, flujo
y producción de ideas.
Este tipo de relación, tiene su génesis en que la preocupación por el deterioro ambiental se originó en los
países ricos e industrializados. En particular, “el interés por la región amazónica surgió en países donde
la cultura política y los intereses difieren de aquellos de los países de la cuenca amazónica” (Fontaine,
2003: 424)
Como lo subrayan Bustamante y Espinosa, en muchos casos las ONG del Norte desarrollaron vínculos
con ONG nacionales —a veces creadas ex nihilo— para canalizar recursos y facilitar la capacitación y la
circulación de la información, difundiendo un discurso ideológico ya estructurado. Por lo tanto, la
ecología como pensamiento y práctica —tanto en Ecuador como en Colombia— es un fenómeno
importado, así como la creación de ONG locales que hicieron suyos los postulados y los planteamientos
de los ecologistas europeos y estadounidenses frente al Estado (Ibíd.)
Es decir, han sido ciudadanos de países ricos del Norte quienes parieron el ambientalismo. El escenario
donde surgen las primeras ONG’s y grupos ecologistas, lo constituyen países del Primer Mundo. Son
organizaciones de economías desarrolladas del Centro del sistema internacional, las que generan
influencia ideológica en los organismos que se crean posteriormente en los países de la periferia.
Inclusive, estas relaciones Norte – Sur, reprodujeron una dependencia técnica y financiera (Ibíd.: 424 –
423).
Una segunda interpretación, a través de la cual se puede explicar este desarrollo de organizaciones
ecologistas globales, es a partir de la emergencia de la “Sociedad Civil Internacional”, actor central de lo
que el sociólogo M. Castell llamó, “La sociedad en red”. Este actor podría asumir un papel protagónico
en la resolución de conflictos socio - ambientales (Fontaine, 2003: 487).
Se trata, concretamente, de ONG’s, fundaciones y organismos internacionales
…que dan el “la” en el concierto de las políticas públicas a escala regional, ya sea por las normas de
derecho internacional o por las ayudas públicas al desarrollo. Esta es la instancia mediadora entre los
individuos y las comunidades por un lado, y la sociedad política y económica por el otro (Ibíd.).
Es decir, en este mundo globalizado, esta Sociedad Civil Internacional, la cual podría jugar un rol
decisivo en la resolución de problemáticas ambientales, tendría un papel fundamental para la sociedad
planetaria.
Desde este punto de vista, no sólo se asume la problemática ambiental como un fenómeno global desde
las consecuencias, pues, si la Crisis Ambiental es un fenómeno problemático global, las respuestas a ella
están en un lógica global.
De esta manera, se ha ido configurando, un ecologismo dentro de la globalización, un ecologismo
globalizado.
En esto, es fundamental el rol jugado por organizaciones ambientalistas con una operatividad, alcance y
vocación, trasnacional. Aquí, podrían perfectamente entrar ejemplos masivamente reconocidos, como
Greenpeace, WWF, o el caso de Oilwatch. Organizaciones que, en su mayoría, nacieron en el primer
mundo, y que operan en diferentes países y continentes.
Este fenómeno, permite desarrollar la idea de un ecologismo globalizado, protagonizado por
trasnacionales del ecologismo. Y en la medida en que este fenómeno gana en influencia y fuerza, otorga
elementos que permiten proyectar una posible contradicción entre este fenómeno, y la soberanía y poder
de los Estados nacionales más pequeños y pobres.
Es decir, la fuerza de estos organismos trasnacionales, a partir de su alcance mundial, podría superar a la
capacidad de autoridad, coerción y alcance de algunos Estados, particularmente de aquellos respectivos a
los territorios donde estén operando. Y de esta forma, podría vislumbrarse, una influencia decisiva de
estas trasnacionales del ecologismo en el desarrollo e implementación de determinadas políticas publicas
sensibles para aquellos países.
En este sentido, la pregunta abierta, tiene que ver con las proyecciones de este ecologismo globalizado y
estas trasnacionales del ecologismo, y su correlación con las fuerzas estatales.
Es decir, en un mundo donde la Sociedad Civil Internacional gana fuerza, donde las redes, los organismos
y organizaciones trasnacionales aumentan progresivamente su influencia en la generación y flujo de ideas,
en la resolución de conflictos y el impulso de políticas públicas, cabe la pregunta en torno a si este
fenómeno es en detrimento de la autoridad del Estado Nación. Es decir ¿Se proyecta una gobernanza
global a partir de la Crisis Ambiental, donde el Estado Nación pasa a ser un actor secundario?
Y de ser así, asumiendo el supuesto probable que la respuesta a la pregunta anterior es afirmativa, y bajo
la realidad que las organizaciones internacionales de mayor influencia y poder están en el Norte, al igual
que los Estados nacionales de mayor influencia y poder lo han estado en los últimos siglos ¿Qué rol
juegan los países y las sociedades del Sur Global y de América Latina en todo esto?
Un segundo foco de articulación del ecologismo ecuatoriano, es su relación política con partidos y
organismos indigenistas y de izquierda del país, a través de movilización social, publicaciones,
actividades como talleres y foros, y personalidades que transitan transversalmente por ellos. Si bien, el
ecologismo ecuatoriano no tiene un aparato electoral propio, esta convergencia, indirectamente, le
permite tener expresión en ese ámbito.
Posibilidad que en las últimas elecciones presidenciales y a representantes a la Asamblea Nacional,
tomó materialidad en la denominada Unidad Plurinacional de las Izquierdas. Instrumento electoral
fruto de la convergencia en entre organismos de izquierda, ecologistas e indigenistas, la cual incluyó la
candidatura a primer mandatario del economista ligado al movimiento ecologista, ex ministro del primer
gabinete del presidente Correa en el año 2007 y ex presidente de la Asamblea Constituyente, Alberto
Acosta (UPI, 2013).
Ecologismo infantil versus desarrollismo senil...
Dentro de este ecologismo ecuatoriano, se puede encontrar lo que Guillaume Fontaine (Fontaine, 2003)
denomina como Ecologismo Radical, y que, entre sus planteamientos está el rechazo a la actividad
extractiva, tanto, referido a la minería como a los hidrocarburos.
En lo que respecta específicamente a la Iniciativa Yasuni ITT, desde un comienzo, operaron y ejercieron
presión, en función de que, independiente de los aportes internacionales,
o el dinero recaudado, el
petróleo quedara bajo tierra y sin explotar.
En este sentido, el ecologismo ecuatoriano anti extractivista junto a sus dos focos de articulación,
establecen un bloque, no institucionalizado del todo, de oposición al gobierno de Rafael Correa.
Esta oposición política del Ecologismo al gobierno de Correa, encuentra uno de sus pilares
fundamentales en la forma de gestionar los recursos naturales, concretamente, rechazan los proyectos
petroleros y de minería a gran escala del gobierno de Rafael Correa. Por lo tanto, en una mirada más
amplia, esa oposición se haría extensible a todos aquellos gobiernos que implementen modelos
productivos donde se involucre la actividad extractiva de recursos mineros y petroleros a gran escala. Es
decir, es un conflicto que, bajo esta lógica, se proyectaría como una tensión regional y de alcance
global, y en la cual se puede identificar varios casos.
A nivel regional, existen dos elementos que tensan más agudamente este conflicto. En primer lugar,
estableciéndose como un nudo no resuelto, el hecho que los países latinoamericanos, más allá del
gobierno de turno, tienen economías esencialmente primario exportadoras. Por lo tanto, oponerse a un
gobierno por implementar la extracción como modelo productivo, es, básicamente, plantearse desde la
oposición a priori. Pues, le guste o no le guste al gobierno de turno un modelo de acumulación con esas
características, la realidad es que las relaciones de producción de estos países se basan en la extracción.
Es decir, cualquier gobierno que llegue va a tener que desarrollar esta actividad, por lo menos
inicialmente.
Si un gobierno no tuviese la intención de cambiarlo, por lógica, se reproduciría la tensión aquí
analizada. Sin embargo, si un gobierno plantea como plan estratégico salir del extractivismo, de todos
modos recibiría presiones y la oposición del ecologismo, bajo la realidad que modificar un patrón de
matriz productiva, en primer lugar, tiene un alto costo en cuanto tiempo, es una política de largo plazo,
y, en segundo lugar, tiene un elevado gasto en cuanto a recursos financieros, por lo tanto, se necesitarían
todos los recursos disponibles, incluyendo los que se generan desde la actividad extractiva.
En suma, este primer elemento, se constituye, prácticamente, en un nudo ciego hasta la actualidad, y
que está presente en el debate ecuatoriano. Mientras para Correa, Ecuador necesita utilizar sus recursos
naturales para conseguir recursos económicos y construir las condiciones que le permitan modificar su
matriz productiva, y en algún momento dejar de depender de las materias primas, para el ex ministro
Acosta, no se sale del extractivismo con más extractivismo (Acosta, 2013).
Esta contradicción entre gobierno ecuatoriano y ecologismo, se puede enmarcar
en diferencias
profundas de carácter ideológico, que sustentarían esta política de la “no extracción”,
donde el
ecologismo adheriría a teorías en torno al a un rechazo al concepto de Desarrollo y Progreso Material.
En esta lógica están las tesis del “decrecimiento sustentable”, el “pos desarrollo” y la “Maldición de la
Abundancia”.
Esto queda de manifiesto, cuando Acosta plantea la necesidad de construir, no una alternativa de
desarrollo, si no que una alternativa al desarrollo. La búsqueda y construcción de un “post desarrollo”5.
La pregunta que cabe, a este punto, es si será posible y realista intentar un desarrollo diferente dentro del
capitalismo. Se entiende por diferente, un desarrollo impulsado por la vigencia de los derechos humanos
(políticos, sociales, culturales, económicos) y los novísimos derechos de la naturaleza como base de una
economía solidaria. ¿Seguirá siendo acaso el desarrollo un fantasma que nos continúe atormentando o
una utopía que nos oriente? Es más, ¿será necesario superar el concepto de desarrollo y adentrarnos en
una nueva época, la del post-desarrollo? (Acosta, 2011: 190).
Este cuestionamiento, es abordado por Acosta en numerosas publicaciones e intervenciones, donde
plantea concretamente el fracaso de las tesis del desarrollo, y la necesidad de una búsqueda de otro tipo
ideal de sociedad. En ese sentido, toma y utiliza el concepto de “mal desarrollo”, planteado por José
María Tortosa, el cual implica, que el modelo económico contemporáneo hegemónico, sería “mal
desarrollador” (Gudynas y Acosta, 2011: 103).
En esta línea interpretativa pueden ubicarse, además de Acosta, a intelectuales y académicos como
5
Esta idea es planteada en numerosas entrevistas, publicaciones e intervenciones de Alberto Acosta, y compartida en
más publicaciones, seminarios y foros con académicos y ecologistas del Ecuador y de otros lugares del mundo. Entre
ellos, el libro “La maldición de la abundancia” de autoría de Acosta y editado en el año 2009, el libro “Más allá del
Desarrollo” editado en el año 2011 por la fundación Rosa Luxemburgo y Abya Yala, o el denominado Grupo
Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo de Fundación Rosa Luxemburgo. Esta cita en particular, ha
sido extraída de una entrevista realizada en el año 2011 por la fundación alemana Rosa Luxemburgo, en el marco del
congreso Más allá del Crecimiento, organizado por el mismo organismo, y donde Alberto Acosta participó como
expositor.
“Ernest Friedrich Schumacher, Nicholas Georgescu-Roegen, Iván Illich, Arnes Naess, Herman Daly,
Vandana Shiva, José Manuel Naredo, Joan Martínez Allier, Roberto Guimaraes, Eduardo Gudynas,
entre otros” (Acosta, 2011: 191).
Es dentro de este marco interpretativo, que el ecologismo ecuatoriano establecía a la Iniciativa Yasuni
ITT, y son elementos y conceptos como los planteados acá, los que se ponen en disputa con elementos
y conceptos del marco interpretativo con que Correa, desde otra óptica, le daba forma. Misma tensión
que se genera frente a la actividad minera, a la actividad petrolera, y a la actividad extractiva en general
como herramienta productiva y económica.
Tensión que queda de manifiesto cuando Correa plantea que estas ideas están basadas en falsos dilemas
de un ecologismo infantil (Correa, 2013a) y el académico español Joan Martínez Allier, asevera que el
presidnete ecuatoriano: “como buena parte de la izquierda latinoamericana, o como el Partido
Comunista indio, comparte la idea de que es necesario desarrollar a cualquier coste las fuerzas
productivas y crecer, crecer y crecer. Yo no sé si hay un ecologismo infantil, pero sí creo que hay un
desarrollismo senil” (Martínez Alier en Rebelión, 14 de febrero de 2010)6.
Izquierda versus ecologismo
Esta conflictividad entre Gobierno ecuatoriano y ecologismo, puede ser interpretada a través de una
aparente contradicción, que el actual Vicepresidente boliviano Alvaro García Linera (2011) denomina
como Cuarta Tensión Creativa, la cual sería natural y hasta necesaria en los procesos revolucionarios.
Esta Cuarta Tensión Creativa derivaría de la necesidad de industrializar sin destruir el entorno natural –
social de la vida, mejorar las condiciones materiales y de vida de la población, conjugando esa mejora
con la preservación y reproducción de la naturaleza. El saldo negativo que arroje esta ecuación para el
ambiente natural, en función de la necesidad industrializadora, generaría una conflictividad entre
gobierno revolucionario y parte de quienes han sido sus partidarios (García Linera, 2011b).
Más allá de si esta es efectivamente la causa de este fenómeno de alineaciones políticas, lo concreto es
6
Entrevista al académico catalán Joan Martínez Alier, originalmente publicada por Heraldo Ácrata, y que puede
encontrarse en diferentes medios, entre ellos, entre ellos en www.rebelión.org bajo el siguiente link:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=100428
que para el caso ecuatoriano y boliviano, parte importante del ecologismo se plantea como oposición al
respecto de gobiernos que se definen de izquierda, transformadores y revolucionarios. Situación
aparentemente contradictoria, pues el ecologismo, en tanto movimiento social, presumiblemente tendría
una vinculación más próxima a la izquierda. Para los casos de Bolivia y Ecuador, habría que sumar el
hecho que los gobiernos actuales incorporaron elementos de los pueblos ancestrales en sus respectivas
constituciones, lo que entregaría más antecedentes como para suponer una cercanía política e
ideológica.
Lo anterior, en el marco abstracto de los supuestos. Pues, en términos concretos, es un hecho que el
ecologismo ecuatoriano se articula con sectores de izquierda, entre los cuales, algunos de ellos, años
atrás formaron parte del bloque oficialista, y, más aún, personalidades del ecologismo que participaron
de los inicios del proyecto político que hoy gobierna Ecuador y que llegaron a ocupar cargos de la más
alta responsabilidad y representatividad nacional.
Es decir, gobiernos que se plantean de izquierda y revolucionarios, que dicen hablar desde el socialismo,
hoy encuentran una oposición compuesta por quienes en el papel debiesen ser aliados, y por algunos de
quienes efectivamente lo eran. Los que hoy se plantean, por una parte, más a la izquierda que el
gobierno, y por otra, más preocupados de los conflictos socio ambientales que, en su opinión, las
propias políticas productivas del gobierno provoca.
Esta aparentemente contradictoria re - alineación política y la propuesta de Cuarta Tensión Creativa de
Alvaro García Linera, ya sea la segunda como explicación de la primera o independientes entre sí, son
interesantes como problemáticas, tanto académicas, como políticas para la izquierda latinoamericana
contemporánea. Ambas, en un momento histórico, post-neoliberalismo, donde en algunos países la
izquierda superó la etapa de recomposición post caída del muro, y, más aún, logra conquistar el poder,
se constituyen en conflictos de nuevo tipo, necesarios de procesar y enfrentar.
En este caso puntual,
una oposición a la izquierda que gobierna, desde el flanco de los conflictos socio ambientales, y
compuesta por ecologistas articulados con otra izquierda - o más izquierda.
Es decir, ¿se trata de dos izquierdas? O más bien ¿es una pugna por el patrimonio de la izquierda? O por
otro lado, ¿se circunscribe en una tensión izquierda social versus izquierda política? ¿Se puede
proyectar acaso que cada vez que un proyecto de izquierda desarrollista conquiste el gobierno se va
articular una oposición desde el ecologismo? Problemática que se plantea y deja abierta, la cual es
factible de abordar en alguna futura investigación.
Contaminación global versus contaminación local
Para el caso particular del ecologismo, y bajo un análisis donde se acepten los conceptos dicotómicos de
Contaminación global y Contaminación local (Correa, 2013b), la política desarrollada por el
ecologismo anti extracción, es conservadora del statu quo en cuando a nivel de subdesarrollo del país.
Es decir,
desde una mirada estructural, con una perspectiva Norte - Sur, desde la periferia, la
contaminación local estaría directamente vinculada a la pobreza, por lo tanto, al tercer mundo y al
subdesarrollo. Se deriva de relaciones de producción pre industriales, o industriales precarias, se asocia
a un consumo relativamente marginal de energía, y está relacionada a una baja calidad de vida de sus
habitantes. Se expresa, concretamente, en condiciones materiales limitadas y en situaciones como: aguas
contaminadas; sobre-explotación de suelos; tala indiscriminada; expansión de la frontera agrícola;
pobreza; miseria, y otros (Ibíd).
Por otro lado, la contaminación global, provocada mayoritariamente en el primer mundo, generada
desde los países industrializados a partir de sus actividades productivas y cotidianas, vinculadas a la
satisfacción y desarrollo de su alta calidad de vida, donde, por una parte, consumen más energía, y por
otra, provocan mayores emisiones de gases de efecto invernadero que van a la atmósfera, afecta al
mundo entero (Ibíd).
Entonces, en la medida que el tercer mundo siga sin industrializarse, con una baja calidad de vida, bajo
consumo energético y marginal emisión de gases de efecto invernadero, es decir, como un generador de
contaminación local, los países del primer mundo pueden seguir produciendo de la forma en que lo
hacen, y por lo tanto, contaminando globalmente de la manera en que contaminan.
Se trata, de que con este Statu Quo, el mundo puede seguir funcionando de la forma en que lo hace y ha
hecho hasta este minuto. Pues, los países del primer mundo pueden contaminar de la forma en que lo
hacen sin que el planeta colapse físicamente aún, a partir de un punto de equilibrio, donde, los países
del tercer mundo no solamente contaminan globalmente poco, si no, además de no generar grandes
emisiones de gases contaminantes, y consumir energía a niveles marginales, juegan un rol de verdadero
bosque del mundo, es decir, limpian el aire.
Por lo tanto, para que esta lógica siga operando, para que se mantenga este punto de equilibrio, donde
los países del primer mundo pueden seguir emitiendo la contaminación que emiten, los países del tercer
mundo deben seguir en el estado actual en el que están.
Bajo esta lógica, al intentar frenar las políticas públicas que están en la búsqueda de una mejor
infraestructura, un mayor desarrollo material y un proceso industrializador en el tercer mundo, la
política del ecologismo radical se constituye en acción conservadora del subdesarrollo. En ese sentido,
el movimiento ecologista anti extractivismo en Ecuador,
opera como agente sustentador de la
contaminación local, y funcional a los contaminadores globales, es decir, funcional a los países y
grandes empresas del primer mundo.
No es posible afirmar en estas líneas que se trate de un activismo que intencionadamente opere para el
primer mundo, sin embargo, es factible plantear que se constituyen en ecologistas funcionales a los
contaminadores globales, ergo, al primer mundo.
Tensión histórica Norte - Sur Global en el debate medioambiental.
En síntesis, estos son los elementos que se pusieron en tensión en la Iniciativa Yasuni ITT, este es el
escenario donde surge la conflictividad en torno suyo. Después de casi cuarenta años de debate
ambiental institucionalizado, y de varias décadas más de preocupación por el fenómeno de la crisis
ambiental global, un país de la periferia del sistema internacional puso sobre la mesa de los foros
globales, una propuesta concreta que contribuía a la mitigación del cambio climático y la preservación
de la biodiversidad ambiental.
Esta propuesta emanaba desde la periferia, y como tal, estaba en una perspectiva que se hacía parte de la
tensión histórica norte – sur, dentro del debate medioambiental. Es posible que las razones del fracaso
de la iniciativa, sean las mismas causas que se han propuesto acá para la conflictividad en torno a la
propuesta.
Cuando Rafael Correa rechaza la firma del primer Fideicomiso Internacional con el PNUD de Naciones
Unidas, en diciembre de 2009 y enero de 2010, acusando condiciones vergonzosas (Correa en Enlace
Ciudadano, 9 de enero de 2010), está dando una clara señal de rechazo a la gestión multilateral del
medioambiente.
Cuando el mismo presidente denomina como ecologismo infantil a quienes se oponen a la extracción
del petróleo y los recursos mineros, está dando una clara señal sobre cómo se utilizarán los recursos
naturales y que, al final del día, para su proyecto, la búsqueda del desarrollo prevalece por sobre la
conservación ambiental, y los derechos humanos son prioritarios ante los derechos de la naturaleza.
La Iniciativa Yasuni ITT era una propuesta de gestión de medio ambiente y sus recursos, que
efectivamente contribuía a la mitigación del cambio climático y la preservación de la biodiversidad
ambiental, y en este sentido, es que se insertó en el escenario político internacional a través del debate
medioambiental, pero que, sin embargo, central y esencialmente, apuntaba a desarrollo y soberanía.
En un contexto marcado por la crisis ambiental global, de avance de la globalización, de
empoderamiento de los actores privados, y desde su condición histórica de país periférico, el Estado
Ecuatoriano proponía un mecanismo que le permitía tener el control y gestión soberano de un espacio
geográfico, de creciente y progresivo interés para los países y empresas multinacionales del primer
mundo. El cual, aumenta su valor estratégico a partir de sus recursos naturales, ambientales, y su
condición de banco de conocimientos y materias primas para el desarrollo de nuevos tipos de
tecnologías, que puedan aplicarse en los ámbitos alimentarios, medicinales, energéticos, entre otros.
En una larga tensión histórica Centro – Periferia, y en un tenso debate entre medio ambiente y desarrollo,
Ecuador le propuso al mundo el medio ambiente, sin embargo, primero, a cambio del desarrollo, y
segundo, entendiendo ese espacio, su espacio amazónico, como patrimonio estratégico y soberano
nacional, antes que patrimonio ambiental y global.
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