Acuerdo Nro. los 30 146 En la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe, a días del mes de junio del año dos mil quince, se reunieron en Acuerdo los Sres. Vocales de la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Laboral, Dr. Nicolás Jorge Rogelio Vitantonio, Dr. Enrique Arnaldo Girardini y Dr. Sergio Fabián Restovich, a fin de dictar sentencia en los autos caratulados “ROLON DIEGO ALBERTO C/PLASTILUX S.R.L. Y OTS. S/COBRO DE PESOS” EXPTE.N° 223/14 venidos para resolver recursos de nulidad y de apelación interpuestos contra el fallo dictado por el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Laboral Nº9 de Rosario. Efectuado el estudio de la causa, se resolvió plantear las siguientes cuestiones: I) ¿Es procedente el recurso de nulidad? II) ¿Resulta ajustada a derecho la sentencia apelada? III) ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar? Practicado el sorteo de ley, resultó el siguiente orden de votación: Dr. Vitantonio, Dr. Girardini y Dr. Restovich. A la primera cuestión el Dr. Vitantonio dijo: El recurso de nulidad que fuera oportunamente interpuesto por los codemandados Daniel Joaquín López y Walter Osvaldo López a fojas 265 y por la demandada principal Plastilux SRL a fojas 266, no han sido mantenidos en esta instancia revisora y no advirtiéndose vicios del procedimiento (arg.art. 114, segundo párrafo, CPL) ni intrínsecos de la resolución apelada que ameriten una declaración oficiosa de nulidad (arg.art. 114, primer párrafo, CPL) el recurso debe ser declarado desierto. Al interrogante planteado voto por la negativa. A la misma cuestión el Dr. Girardini dijo: Adhiero en los fundamentos y conclusiones del Dr. Vitantonio, y voto en idéntico sentido. A la misma cuestión el Dr. Restovich dijo: Que habiendo tomado conocimiento de los autos y advirtiendo la existencia de dos votos totalmente coincidentes que hacen sentencia válida, me abstengo de emitir opinión. A la segunda cuestión el Dr. Vitantonio dijo: 1) Contra la sentencia de anterior instancia, cuyo testimonio luce agregado a fojas 253/263, que recepta parcialmente la pretensión contenida en el escrito introductorio de la 1 instancia y condena a Plastilux SRL y a los codemandados Walter Osvaldo López y Daniel Joaquín López, a pagar en forma solidaria los rubros determinados en el fallo más los intereses correspondientes y las costas del proceso, se alzan los perdedores mediante sendos recursos de apelación que interponen a fojas 265 los codemandados Walter O. López y Daniel J. López y a fojas 266 Plastilux SRL. Elevados los autos ante esta instancia revisora, la demandada principal Plastilux SRL formula sus agravios mediante los argumentos que desarrolla en su pieza procesal de fojas 283/292. Los codemandados Walter O. López y Daniel J. López, de su parte, expresan sus reproches a fojas 295/298. Corrido el pertinente traslado, la parte actora contesta a fojas 302/310, dejando los presentes en estado de dictar resolución. Por razones de claridad en el discurso jurídico, comenzaré examinando los agravios de la demandada principal Plastilux SRL para analizar, posteriormente, el remedio interpuesto por los codemandados Walter O. López y Daniel J. López. 2) Agravios de la demandada principal: La demandada principal Plastilux SRL interpone recurso de apelación que, aunque no lo establece de forma expresa, resulta ser parcial en la medida que solamente se limita a apelar por “…el reconocimiento al actor de los rubros reclamados, a saber: indemnización por antigüedad; preaviso con S.A.C.; integración mes de despido; S.A.C. proporcional año 2009; S.A.C. complementario por los años 2007 y 2008; multa de los artículo 8 y 15 de la LNE,; sanción del artículo 2 de la ley 25323 e intereses y la imposición de costas” ( sic – cf. fojas 256, párrafos 1 y 2). Sin embargo, en esta instancia revisora intenta introducir agravios sobre temas sobre los que no dedujo recurso de apelación y que, con fundamento en el principio de autolimitación recursiva, quedaron absolutamente firmes, tales los contenidos en sus agravios primero y segundo de orden en su memorial (cf. fojas 283/288) relativos a la recepción, por parte del fallo, de la existencia de un contrato de trabajo por tiempo indeterminado y la crítica a la valoración de la prueba efectuada en el fallo. Estos agravios son improcedentes y no deben ser tenidos en cuenta. 2 2.a) En efecto, bien enseñaba el maestro rioplatense Eduardo J. Couture, en su señera e inolvidable obra Fundamentos del derecho procesal civil (cf. Editorial Depalma, Tercera edición, [póstuma], Buenos Aires, 1969) que “… el juez de la apelación, conviene repetir, no tiene más poderes que los que caben dentro de los límites de los recursos deducidos….” (pag. 368) de donde son exclusivamente las partes las que fijan los puntos sometidos a la jurisdicción de la alzada, en línea con la congruencia del fallo de grado anterior, de suerte tal que en el caso de resoluciones complejas, en cuanto resuelven más de una cuestión – tal como ocurre en el caso de autos – todas aquellas que no son expresamente impugnadas por el apelante quedan firmes para él y no pueden ser tratadas por la cámara (cf. Colerio, Juan P. en colaboración del Tratado de derecho procesal civil y comercial obra de Enrique Falcón - Editorial Rubinzal Culzoni – 1ª Edición – Santa Fe, 2009, tomo VIII, pag. 229) ya que el gravamen de todo o parte de la resolución constituye un perjuicio para la parte y ese agravio es el que constituye el objeto de la apelación (Colerio, citado, pág. 238). No es la primera vez que esta Sala, en su anterior y en su actual integración, se hubo referido a este tema, de substancial particularismo en el contenido teórico y referido al procedimiento de la segunda instancia. En los precedentes “Repetto, Juan c/ Mc. Donald’s”; “Legutto, Silvana c/ Centro Médico I.P.A.M.”; “Alesso, Andrea c/ Mansilla, Oscar”; “Chachkes, Daniel c/ Nuevo Banco Bisel SA”; “Aguilar,Liliana c/ Salvas, Graciela”; “Vogel, Analía c/ Isaak y Ludmer” (cf. Protocolo de Sentencias de esta Sala), entre tantos otros, este Tribunal se refirió a la denominada “autolimitación” de la apelación. 2.b) Resulta sabido que en materia recursiva – y en ello se incluye el remedio apelatorio – el legislador del nuestro Código Procesal Laboral no se apartó de los principios y reglas básicas de la apelación pergeñadas en el Código de Procedimientos Civil y Comercial, de raigambre dispositiva, salvo las particularidades propias establecidas en los artículos especialmente diseñados normativamente para el cumplimiento de los principios propios del procedimiento laboral (cf. Exposición de Motivos de la ley 7945 – Consideraciones Generales – Punto A. Comisión Reformadora, vigente al momento de los hechos). El denominado sistema de “personalidad del recurso” – a contrario del denominado de “comunidad del recurso” - supone un esquema restringido de apelación en el 3 que no se permite ni el aporte ni la producción de nuevas pruebas ni, obviamente, de nuevas pretensiones, sino que el tribunal ad quem se limita a “revisar” la solución dada por el juez de grado basándose en el mismo material colectado. El sistema beneficia únicamente a la parte que recurrió de suerte tal que el tribunal ad quem no puede modificar lo resuelto por el a quo si no se formuló el respectivo recurso. Tampoco podrá empeorar la situación del apelante en caso en que, sobre determinado tema, no hubiese existido apelación de su adversario, generando el principio denominado de imposibilidad de la “reformatio in peius”. Lo expuesto reviste una importancia vital pues da fundamento, entre otros, a la máxima “tantum devollutum quantum apellatum” brocárdico que resulta ser la quintaesencia de nuestro sistema apelatorio. 2.c) La otra cara del análisis proviene del contenido mismo del escrito de interposición del recurso y su correspondencia con el contenido de los agravios, lo que da nacimiento a aquella autolimitación de la apelación. Así, entonces, el apelante puede detraer el objeto y contenido de su recurso, dejando firme y consentidos aspectos oportunamente recurridos y posteriormente no agraviados o bien autolimitar (arg.art. 109 CPL) el objeto de su apelación a aspectos parciales del fallo, tal como ocurre en el sub examen, donde los demandados se limitaron – de forma exclusiva – a deducir remedio apelatorio sobre “…el reconocimiento al actor de los rubros reclamados, a saber: indemnización por antigüedad; preaviso con S.A.C.; integración mes de despido; S.A.C. proporcional año 2009; S.A.C. complementario por los años 2007 y 2008; multa de los artículo 8 y 15 de la LNE,; sanción del artículo 2 de la ley 25323 e intereses y la imposición de costas” ( sic – cf. fojas 256, párrafos 1 y 2). Al interponer el remedio de tal forma expresa y parcial, los apelantes dejan absolutamente firme todo el contenido del discurso jurídico del iudex a quo respecto de la existencia del contrato de trabajo habido entre las partes; la falta de aporte de pruebas de la demandada para fundamentar la existencia del contrato de trabajo eventual denunciado como “changas” y el análisis y valoración de la prueba efectuada para así concluir, incluyendo – resulta obvio decirlo – lo expresado sobre la validez de la denuncia contractual fundada en la negativa de la existencia del contrato de trabajo que, oportunamente, efectuara la demandada principal. En todo caso podrán los apelantes argumentar – circunstancia que, 4 como se verá en seguida, realizan también en forma parcial- sobre los ítems apelados más no podrán desarrollar fundamento alguno sobre cuestiones que ya dejaron firme. O dicho de otra manera si el contenido de los agravios resulta ser el límite y confín del remedio apelatorio de donde el tribunal ad quem no puede tratar temas que lo excedan, el razonamiento inverso supone que al autolimitar el remedio en el escrito de interposición del recurso mal puede el apelante exceder el contenido de los agravios. (cf. LOUTAYF RANEA, Roberto – El recurso ordinario de apelación en el proceso civil – Editorial Astrea, Buenos Aires, 1989, Tomo I, pags. 126 y sgts. En el mismo sentido PEYRANO, Jorge W. en La autolimitación de la apelación en Nuevas Tácticas Procesales – Editorial Nova Tesis, Rosario, 2010, pags. 232 y sigts.). La Suprema Corte de Justicia de nuestra provincia, en un señero fallo del 30 de Julio de 2008 (cf. CSJSF in re “Banco de Entre Ríos SA c/ Moroni, Bernardo” – A y S – Tomo 226, pag. 253, publicado en Revista Jurídica Zeus Tomo 108, Revista del 14.10.2008, con nota de Edgardo Saux) tuvo oportunidad de convalidar la cuestión procesal relativa a la autolimitación recursiva al afirmar que “habiendo circunscripto la apelación la demandada a determinados puntos de la sentencia de primera instancia, la Cámara no podía, con motivo de la expresión de agravios, adentrarse a planteos ajenos a esa primigenia manifestación ampliando indebidamente sus facultades..” 3) En cuanto a los agravios sobre los rubros indemnización por antigüedad; preaviso con S.A.C.; integración mes de despido; S.A.C. proporcional año 2009; S.A.C. complementario por los años 2007 y 2008, la recurrente fundamenta su reproche en dos aspectos: a) el comienzo de la relación en el primer trimestre de 2009 y b) que el cálculo se efectúe sobre la mejor remuneración mensual, normal y habitual. Ambos fundamentos y el agravio mismo deben desestimarse pues no reflejan el contenido de la manda legal contenida en la sentencia. 3.a) En efecto, volver sobre la cuestión del inicio de la supuesta relación de changas a partir del primer trimestre del año 2009, como la demandada lo hizo en su responde, resulta absolutamente antijurídico. El fallo, no solamente receptó la existencia de un contrato de trabajo por tiempo 5 indeterminado, sino que en el fallo de forma expresa fijó los límites temporales y de aplicación personal en orden al convenio aplicable, según emerge claramente de fojas 257, primer párrafo. Sobre dichos aspectos (fecha de ingreso; fecha de egreso; categoría profesional; convenio aplicable y jornada de trabajo) la demandada nada dijo ni expresó agravio ninguno por lo que quedan firmes. 3.b) En orden a la supuesta aplicación de la mejor remuneración mensual normal y habitual, su descontento tampoco puede receptarse. Es que aquella cuantificación numérica dimana del texto expreso del régimen de contrato de trabajo al par que el fallo determina la base de cálculo sobre la que habrá de efectuarse (cf. sentencia, fojas 257, segundo y tercer párrafo) conforme la remuneración correspondiente a la categoría profesional receptada según el convenio colectivo aplicable. Los agravios, entonces, deben desestimarse. 4) Los agravios referidos a la condena de las indemnizaciones agravadas contenidas en los artículos 8 y 15 de la ley 24.013 y la indemnización sancionatoria del artículo 2 de la ley 25323, serán igualmente desestimados. Es que la demandada principal, con conciencia de su propia sin razón y de forma expresa negó, tanto desde el intercambio telegráfico cuanto en la propia contestación de la prestación, la existencia del contrato de trabajo que le reclamara el actor. Posteriormente, y a lo largo del transcurso de la litis y según afirmara el fallo en contenido que se encuentra firme, aquel contrato fue clara y explícitamente probado por el trabajador que lo invocaba por lo que las indemnizaciones contenidas en las normas legales citadas resultan jurídicamente procedentes. De suyo, debe destacarse que la demandada no aporte en esta instancia revisora elemento alguno que amerite aquel apartamiento, por lo que sus reproches deben desestimarse. 5) En cuanto a los intereses compensatorios fijados por el fallo, el descontento de la demandada debe igualmente rechazarse. Es que la recurrente no expresa en forma clara un reproche sobre los argumentos del pronunciamiento de anterior instancia en orden a la elección de la tasa, limitándose a una glosa dogmática sin mensurar que tipo de perjuicio le trae aparejada la tasa fijada. Con 6 todo, resulta doctrina coincidente y continua de esta Sala que resulta facultad inalienable de los jueces, en caso de ausencia de tasa legal o convencional, fijar la tasa de interés tal como lo efectivizó el a quo, sin que el agravio de la quejosa aportara fundamento suficiente para determina la establecida, por lo que el agravio debe desestimarse. 6) Por ello, en función de los argumentos que fundamentan mi voto, propongo se rechace el recurso de apelación interpuesto por la demandada y se confirme en su totalidad la sentencia venida en revisión, con costas de segunda instancia a cargo de la recurrente. Al interrogante planteado voto por la afirmativa. 7) Agravios de los codemandados Walter O.López y Daniel J. López: los codemandados reprochan, con diversos argumentos, que la sentencia les hubiese extendido la responsabilidad de condena por considerarlos responsables en los términos de los artículos 59 y 274 de la Ley de Sociedades. Para así agraviarse desarrollan reproches en línea con el escaso tiempo que duró la relación laboral o la falta de responsabilidad que poseen como administradores de la sociedad. No le asiste razón en sus agravios. 7.a) Comencemos afirmando que el fallo alzado ancla la extensión de responsabilidad a lo codemanados en las previsiones del centro de imputación normativo contenidos en los artículo 59 y 274 de la Ley de Sociedades. Como bien afirma el fallo en su discurso jurídico, el artículo 59 regula un estándar de conducta al determinar que los “administradores y los representantes de las sociedades deben obrar con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de negocios. Los que faltaren a sus obligaciones son responsables, ilimitada y solidariamente, por los daños y perjuicios que resultaren de su acción y omisión” ( sic). De su parte, el artículo 274, primer párrafo, de la ley regula la responsabilidad solidaria e ilimitada de los directores de las sociedades anónimas por el mal desempeño de sus funciones, responsabilidad que se hace extensiva a los gerentes de las sociedades de responsabilidad limitada, según lo normado por el artículo 157, tercer y cuarto párrafo de la misma ley. 7 7.b) Con todo, el argumento central del discurso jurídico del a quo, esto es, que la falta de registración o la existencia de un contrato de trabajo totalmente clandestino hace ingresar la actitud en el centro imputacional de la norma, no ha sido desvirtuado por los recurrentes por argumento ni prueba ninguna. Así, conforme se examinó al analizar los agravios de la demandada principal, llegan firmes a esta instancia revisora las circunstancias relativas a la existencia de un contrato de trabajo entre Rolón y Plastilux SRL y que dicho contrato se encontraba totalmente clandestinizado. Obsérvese que, aun con el argumento de los recurrentes acerca de la existencia de un contrato eventual, el incumplimiento igual quedaría concretizado pues el contrato de trabajo eventual debe registrarse igual que cualquier otra modalidad contractual. Con todo, el argumento por el que los recurrentes tratan de exculparse de responsabilidad no responde al orden normal y habitual de las cosas ya que, conforme la ley, los gerentes – en las sociedades de responsabilidad limitada – son los representantes legales de la sociedad y, como tal, tienen todas las obligaciones que la ley les marca. Tener trabajadores clandestinos, sin registrar, es una clara y evidente violación al principio de buena fe, que todo buen hombre de negocios debe tener. En esta línea argumental, la “buena fe” es un elemento natural de la vida humana. En un esquema sociológico medio, se espera de cualquier persona que actúe de “buena fe” ya que actuar de buena fe es actuar correctamente y en ese actuar el hombre, la persona se realiza a sí misma; confirma la plenitud de su esencia y, consecuentemente, es feliz. Forma parte de nuestro ethos cultural actuar de buena fe, es decir, haber cumplido con nuestro deber, en cualquiera de las circunstancias de la vida. Así entendida, la buena fe se constituye en un principio universal que penetra y atrapa todo el mundo del derecho ya que se transforma en un punto de conexión entre lo ético y lo jurídico. Todas las normas jurídicas hacen expresa mención a la buena fe. En el mundo del Derecho del Trabajo en particular, dominado por un alto componente de relaciones interpersonales y caracterizada por la hiposuficiencia de una de las partes contratantes, el trabajador, el principio de buena fe – visto desde la óptica del empleador - adquiere una importancia superlativa sea como principio orientador que cubre protectivamente todas las etapas del contrato (arg.art. 63 8 LCT) o como herramienta hermenéutica para el interprete (arg.art. 11 LCT). Por ello, desde siempre, se hubo entendido que la buena fe es, en general, la convicción de actuar con honradez, veracidad y lealtad, conforme al ordenamiento jurídico. Es un estándar de conducta que se proyecta normativamente en lo que es propio del buen trabajador, del buen hombre de negocios. El comerciante, empresario o empleador en general que tiene trabajadores clandestinos, precarizados o, de algún modo, incorrectamente registrados, no cumple con aquel deber ético ni es un buen hombre de negocios. Así, entonces, aquella actitud ingresa – en mi criterio, claramente – en el centro de imputación de las normas reseñadas (arts. 59 y 274 L.S.) por lo que su responsabilidad resulta evidente. 7.c) Los argumentos expuestos, me convencen de que los agravios debe rechazarse al igual que el recurso de apelación intentado, debiendo confirmarse – en este aspecto – la sentencia venida en revisión. Al interrogante planteado voto por la afirmativa. A la misma cuestión el Dr. Girardini dijo: Adhiero a los fundamentos y conclusiones del Dr. Vitantonio, y voto en idéntico sentido. A la misma cuestión el Dr. Restovich dijo: Que se abstiene al votar por análogas razones a las expresadas respecto a la primera cuestión. A la tercera cuestión el Dr. Vitantonio dijo: Corresponde: 1) Declarar desiertos los recursos de nulidad interpuestos por Plastilux SRL y los codemandados Walter O. López y Daniel J. López por no haber sido mantenidos en esta instancia revisora. 2) Rechazar, por los motivos expresados en los considerandos, los recursos de apelación intentados por la demandada principal Plastilux SRL y los codemandados Walter O. López y Daniel J. López, confirmando en su totalidad la sentencia apelada. 3) Imponer las costas a los perdedores (art. 101 CPL).Los honorarios de segunda instancia se fijan en el cincuenta por ciento (50%) de los que, en definitiva, correspondan regular en baja instancia. 9 A la misma cuestión el Dr. Girardini dijo: Visto el resultado obtenido al votarse las cuestiones anteriores, corresponde dictar pronunciamiento en la forma propuesta por el Dr. Vitantonio. A la misma cuestión el Dr. Restovich dijo: Que se abstiene al votar por análogas razones a las expresadas en las cuestiones anteriores. A mérito del Acuerdo que antecede, la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Laboral de Rosario, RESUELVE: 1) Declarar desiertos los recursos de nulidad interpuestos por Plastilux SRL y los codemandados Walter O. López y Daniel J. López por no haber sido mantenidos en esta instancia revisora. 2) Rechazar, por los motivos expresados en los considerandos, los recursos de apelación intentados por la demandada principal Plastilux SRL y los codemandados Walter O. López y Daniel J. López, confirmando en su totalidad la sentencia apelada. 3) Imponer las costas a los perdedores (art. 101 CPL).Los honorarios de segunda instancia se fijan en el cincuenta por ciento (50%) de los que, en definitiva, correspondan regular en baja instancia. Insértese, hágase saber, y bajen.- (Expte.n°223/14) VITANTONIO GIRARDINI RESTOVICH (Art.26 L.10160) VALDES TIETJEN 10 11