CONOCIMIENTO El conocer es un hecho primario, espontáneo e instintivo, y por ello no puede ser definido estrictamente. Se podría decir que es un proceso en el que están vinculados estrechamente las operaciones y procedimientos mentales, subjetivos, con las operaciones y formas de actividad objetivas prácticas, aplicadas a los objetos. El conocimiento depende de la naturaleza del objeto y de la manera y de los medios que se usan para reproducirlo. CONOCIMIENTO Y PENSAMIENTO El conocimiento es un proceso mediante el cual la realidad se refleja y reproduce en el pensamiento humano. El pensamiento constituye también un proceso activo que refleja la realidad en conceptos, juicios, razonamientos, teorías, etc. El pensamiento hace posible el reflejo mediato de la realidad, permite descubrir las conexiones esenciales existentes en la realidad. Se puede afirmar que el término pensamiento es sinónimo de conocimiento y, propiamente, el resultado último del proceso conocer. En este sentido, el término pensamiento adquiere mayor generalidad que el término conocimiento. PENSAMIENTO PRIMITIVO Se denomina también instintivo, automático, sensoriomotor y sincrético. El pensamiento no surgió bruscamente en la evolución biológica, comienza en lenta e insensiblemente tanto en la historia de la humanidad como de nuestra vida personal, se inicias desde sus formas más simples tal como comienza en los albores de nuestra vida o como aparece en los primates o animales subhumanos. Se manifiesta en condiciones de emergencia, cuando la integridad del ser es amenazada. Surge bruscamente, sin etapas, isntintivamente; pues, a determinados estímulos corresponden determinadas respuestas. No tiene formulación verbal, opera con datos sensoriales y motores, tal como ocurre en un niño recién nacido; propiamente se fundamenta en la teoría de los reflejos condicionados. PENSAMIENTO PRE MÁGICO Constituye una transición entre el pensamiento primitivo y el pensamiento mágico. Existe en los primates más evolucionados y se manifiesta en los niños de 2 a 3 años. Se encuentra determinado por el estado emocional imperante en el momento y, mediante éste, los objetos exteriores adquieren un significado y un valor diverso u opuesto. Es una especie de proyección imaginativa de los impulsos internos y, por eso, adquieren una tonalidad alusinatoria. El individuo vive sumergido en un ambiente fantasmagórico; pues se pierden las relaciones entre el sujeto y el mundo material; no es posible diferenciar lo que son las sensaciones, las imágenes o las representaciones. El pensamiento premágico o arcaico contiene los símbolos del inconsciente colectivo, esto es imágenes correspondientes a los períodos iniciales de la vida humana. PENSAMIENTO MÁGICO Corresponde a un extenso período de la prehistoria humana, en el que ya se había iniciado el lenguaje oral, pero aún no se había descubierto la lógica. En la evolución individual domina entre los 3 y 6 años de vida, aunque este dominio no es absoluto, porque ya se encuentran atisbos de pensamiento más evolucionado. El pensamiento mágico constituye la base de las creencias, leyendas mitos y tradiciones. Las religiones y sus textos contienen esta clase de pensamientos. Se manifiesta en un conjunto de ritos que tienen por objeto influir sobre las personas, animales, y espíritus imaginarios para obtener un resultado determinado. Supone que existe una conexión sobrenatural entre el hombre y el mundo que lo circunda, porque se considera cada objeto o fuerza produce o transmite sus propiedades. LA CREACIÓN DEL MUNDO Cuando aún no existía ni la tierra ni el mar ni el aire, había un gran abismo llamado Ginnungagap, un lugar sin fondo y sin luz. Al sur se encontraba la tierra del fuego, llamada Muspelheim o Muspell, donde solo vivía una criatura, el gigante Surt, que poseía una espada llameante. Ningún otro ser podía vivir allí, debido a su enorme calor. Al norte había otra región completamente distinta, el Niflheim o tierra de las tinieblas y el agua, una zona oscura, tenebrosa y fría. En ella se encontraba el manantial Hvergelmir, del que nacían doce ríos llamados Elivagar. Los doce ríos desembocaban en Ginnungagap, y al entrar en contacto con el viento helado del abismo se transformaban en bloques de hielo. Del mismo modo, las chispas y las llamas del Muspelheim, al llegar al Ginnungagap y caer sobre los hielos, formaban nubes de vapor. Con el paso del tiempo el vapor, que se fue haciendo escarcha, llenó el abismo. De este surgieron una criatura malvada, el gigante Ymir (Ymer), la personificación del océano helado y el antepasado de los gigantes del hielo, y una vaca gigante, Audhumla, que alimentaba a Ymir con su leche. Esta, a su vez, lamía el hielo para extraer su sal, fundiéndolo con su lengua tibia. Así surgió un nuevo ser, el dios bueno Buri, enterrado desde tiempos remotos en estos hielos. La leyenda cuenta que mientras Ymir dormía, empezó a sudar y, al mismo tiempo, de su mano izquierda se formaron un hombre y una mujer, gigantes como él. Después nacieron un hijo tras otro, y de ellos surgió la legión de gigantes helados. Buri engendró un hijo, Bor, que se casó con una giganta llamada Bestla, con la que tuvo tres hijos: Odín, Vili y Ve. Cuando los gigantes descubrieron el nacimiento de los tres dioses Aesir, iniciaron una guerra contra ellos. El enfrentamiento duró muchos años, hasta que los hijos de Bor asesinaron a Ymir. Su sangre lo inundó todo. La totalidad de los gigantes murió, excepto Bergelmir y su esposa, que huyeron en un barco hasta llegar a Jotunheim, una inhóspita tierra que poco afectaba a las criaturas del frío. Sus descendientes seguirían siendo enemigos de los dioses. Odín, Vili y Ve tomaron el gigantesco cadáver de Ymir y lo arrastraron al Ginnungagap, donde lo despedazaron para formar el Universo: de su carne se formó el Midgar o la tierra de los mortales, que fue colocado entre el Asgard o la tierra de los dioses, y el Jotunheim, hogar de los gigantes; la sangre se transformó en los mares y océanos; sus huesos formaron las montañas, los valles y las colinas; sus cabellos fueron utilizados para crear la vegetación de la tierra; los dientes rotos y afilados se convirtieron en acantilados y rocas; con su cráneo crearon la bóveda celeste. Debajo pusieron a cuatro enanos para sostenerla: Nordi, Sudri, Austri y Vestri (los cuatro puntos cardinales). De los restos de su cerebro surgieron las primeras nubes; con sus cejas crearon un muro alrededor del inhabitable exterior. Solo faltaba la iluminación de ese espacio. Mediante fuego y calor de Muspelheim, los dioses formaron las estrellas, la Luna y el Sol. También crearon dos carros para que ambos recorrieran el firmamento. Para conducirlos, se eligió a una pareja de hermanos, descendientes de los Aesir: Mani (Luna) y Sunna (Sol). En el mundo nórdico, el Sol es femenino, y la Luna, masculina. Mani tenía dos ayudantes, Hjuki y Bil, hijos de Vidfin. La Luna los robó de la Tierra. Ellos simbolizan la luna menguante y creciente. Por otro lado, el gigante Norvi tuvo una hija, a la que llamó Nott (la noche), muy oscura. Esta se casó en tres ocasiones y tuvo varios hijos. Con Dellinger, el dios de la aurora, pariente de Odín, tuvo al bello Dag (el día). Odín, Vili y Ve regalaron a Nott y a Dag un caballo para que recorrieran el cielo. El de Nott era Hrimfaxi, de cuyas crines caían las gotas del rocío sobre la tierra. El caballo de Dag era Skinfaxi; su crin dorada era tan brillante que iluminaba la tierra. Los responsables de las estaciones eran dos dioses conocidos como Invierno y Verano. El primero era un dios huraño. Por el contrario, Verano era un dios amable. El viento era creado por las alas de un gigante en forma de águila que vivía al norte del mundo; se llamaba Hraesvelg. Representación de Ymir, el primero de los malvados gigantes de hielo. EL PENSAMIENTO LÓGICO Este pensamiento se diferencia de los que lo precedieron porque está regido por principios diferentes y entre ellos el más importante es el “principio de contradicción”. El principio de contradicción permite introducir la noción de substancia, esencia o categoría y se da a cada objeto o ser una estabilidad o permanencia que antes no tenía. Desde este momento, las formas podrán variar pero las esencias serán siempre inmutables, y el sujeto cognoscente tratará de descubrirlas por debajo de las apariencias. El principio de causalidad fue descubierto gracias al principio de contradicción; este puede formularse así: toda acción tiene una causa y un efecto; todo cuanto existe es efecto de algo y causa de otro algo, es decir, tiene un antecedente (causal) y un consecuente (efectivo). En este sentido, el hombre concibe a la realidad como un ser histórico y adquiere un orden temporal irreversible. EL PENSAMIENTO DIALÉCTICO La dialéctica se estructura sobre la base de la concepción materialista del proceso histórico y del desarrollo del conocimiento, generalizando los procesos reales que ocurren en la naturaleza, en la sociedad y en el pensamiento. El pensamiento dialéctico es el resultado de la aplicación de las leyes de la dialéctica al pensamiento y sus formas, nos muestran porqué vías y en qué formas capta nuestro intelecto la verdad objetiva. La ley de la contradicción es su principio fundamental; ella constituye la fuerza motriz y la fuente de todo desarrollo; en esta ley se encuentra la clave de todos los demás principios y categorías del desarrollo dialéctico. Entre estos principios y categorías tenemos: el desarrollo de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos, los saltos dialécticos, la negación de la negación. LOS OBJETOS DEL CONOCIMIENTO Es necesario referirnos al mundo objetal con el propósito de diferenciar las clases de objetos, tanto desde el punto de vista materialista, como desde el punto de vita idealista. OBJETOS EN GENERAL Formalmente se denomina objeto a todo lo que es capaz de admitir un predicado cualquiera, todo lo que puede ser sujeto de un juicio. La noción expuesta es la más general posible, ya que no importa que lo mentado exista o no exista: basta que se pueda pensar y decir algo de ello. Todo pensamiento se refiere a un objeto; porque, nuestro pensamiento es siempre pensamiento de algo, y ese algo es el objeto del pensamiento, que no se identifica con él. Ningún pensamiento se refiere a la “nada”, porque, inclusive este término se convierte en objeto del pensamiento. El objeto existe independiente del sujeto. SIGNIFICADOS DEL TÉRMINO OBJETO Los principales significados del término objeto se dan mediante los siguientes sentidos: a) Sentido etimológico: Proviene de la raíz latina obiectum, de obiicere poner delante, lo que está en frente de mí, es decir, aquello que va a ser conocido. b) Sentido vulgar: Objeto es todo aquello que ocupa un lugar en el espacio, todo aquello que tiene extensión o también todo aquello que impresiona a nuestros sentidos. c) Sentido lógico: Objeto es todo cuanto el pensamiento pueda referirse, la referencia del pensamiento puede ser real o ideal. Pueden ser sujetos de un juicio las siguientes clases de objetos: reales, síquicos, lógicos, ideales, valores, metafísicos. d) Sentido dialéctico: El objeto constituye el conjunto de aspectos, propiedades y relaciones fijados en la experiencia e incluidos en el proceso de la actividad práctica y socio histórico del hombre. OBJETOS REALES: FÍSICOS Y SÍQUICOS Son aquellos que se dan en la experiencia sensible, en la percepción interna o externa. Los objetos reales físicos son aquellos que se aprehenden en las percepciones externas, son las cosas materiales que se caracterizan por la temporalidad, la espacialidad, la causalidad. La temporalidad es la duración en el tiempo. La espacialidad significa que ocupan un lugar en el espacio. La causalidad significa que están sujetos a la relación de causa y efecto. Los objetos reales síquicos son aquellos que los aprehendemos en la percepción interna o íntima. Son los hechos de conciencia, tales son: la atención, un recuerdo, el pensar, un deseo, etc. Los objetos síquicos se caracterizan por la temporalidad, duración y por la causalidad: aunque no ocupan un lugar en el espacio, hacen referencia relativa al cuerpo humano. t