INICIATIVA DE LA SEN. LAYDA SANSORES SAN ROMÁN, DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PARTIDO DEL TRABAJO, CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA LA FRACCIÓN IV DEL ARTÍCULO 81 DEL CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR. LAYDA SANSORES SAN ROMÁN, SENADORA DE LA REPÚBLICA, INTEGRANTE DEL GRUPO PARLAMENTARIO DEL PARTIDO DEL TRABAJO POR LA LXII LEGISLATURA DEL CONGRESO DE LA UNIÓN, CON FUNDAMENTO EN LOS ARTÍCULOS 71 FRACCIÓN II, 73 FRACCIÓN XIV DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS; 8.1 FRACCIÓN II, 164, 169, 171 Y 172 DEL REGLAMENTO DEL SENADO; SOMETO A CONSIDERACIÓN DE ESTA HONORABLE CÁMARA DE SENADORES, LA PRESENTE INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA LA FRACCIÓN IV DEL ARTÍCULO 81 DEL CÓDIGO DE JUSTICA MILITAR, DE CONFORMIDAD CON LA SIGUIENTE: EXPOSICIÓN DE MOTIVOS I. FUNDAMENTO Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos Artículo 13. Nadie puede ser juzgado por leyes privativas ni por tribunales especiales. Ninguna persona o corporación puede tener fuero, ni gozar más emolumentos que los que sean compensación de servicios públicos y estén fijados por la ley. Subsiste el fuero de guerra para los delitos y faltas contra la disciplina militar; pero los tribunales militares en ningún caso y por ningún motivo podrán extender su jurisdicción sobre personas que no pertenezcan al Ejército. Cuando en un delito o falta del orden militar estuviese complicado un paisano, conocerá del caso la autoridad civil que corresponda. [1] Artículo 21. La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta función. El ejercicio de la acción penal ante los tribunales corresponde al Ministerio Público. La ley determinará los casos en que los particulares podrán ejercer la acción penal ante la autoridad judicial. La imposición de las penas, su modificación y duración son propias y exclusivas de la autoridad judicial. Compete a la autoridad administrativa la aplicación de sanciones por las infracciones de los reglamentos gubernativos y de policía, las que únicamente consistirán en multa, arresto hasta por treinta y seis horas o en trabajo a favor de la comunidad; pero si el infractor no pagare la multa que se le hubiese impuesto, se permutará esta por el arresto correspondiente, que no excederá en ningún caso de treinta y seis horas. [2] En un Estado democrático, atento a la división de poderes, la procuración y administración de justicia está asignada constitucionalmente a dos poderes diferentes: al poder ejecutivo y al poder judicial respectivamente. Artículo 49. “El Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial. No podrán reunirse dos o más de estos Poderes en una sola persona o corporación, ni depositarse el Legislativo en un individuo…”. [3] Código de Justicia Militar Artículo 78. El Ministerio Público al recibir una denuncia o querella recabará con toda oportunidad y eficacia los datos necesarios, para acreditar el cuerpo del delito y la probable responsabilidad de los indiciados, a fin de formular desde luego el pedimento correspondiente, solicitando la aprehensión, comparecencia o presentación de los probables responsables, si no hubieren sido detenidos en flagrante delito o en casos urgentes. [4] Artículo 81. El Procurador General de Justicia Militar, tendrá las siguientes atribuciones y deberes: (…) IV. pedir instrucciones a la Secretaría de la Defensa Nacional, en los casos en que su importancia lo requiera, emitiendo su parecer. Cuando estimaré que las instrucciones que reciba no están ajustadas a derecho, hará por escrito a la propia Secretaría las observaciones que juzgue procedentes, y si ésta insiste en su parecer, las complementará desde luego; (…) [5] Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos Artículo 26. El Fuero de Guerra es competente para conocer de los delitos y las faltas contra la disciplina militar de acuerdo como lo establece el Artículo 13 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Artículo 27. Los Órganos del Fuero de Guerra conocerán de los delitos en los términos que establece el Código de Justicia Militar. Artículo 28. Los Órganos del Fuero de Guerra son: I. Supremo Tribunal Militar; II. Procuraduría General de Justicia Militar; y III. Cuerpo de Defensores de Oficio. [6] II. DIVISIÓN DE PODERES La división de poderes es en la política una de las teorías más importantes y adoptadas a nivel mundial en los últimos tiempos. La misma podría describirse como una forma de organizar el Estado, agrupando y dividiendo sus funciones en tres esferas diferenciadas que cumplen un rol diferente y cuya existencia tiene por objetivo el control mutuo así como también la limitación de la concentración personal del poder. Esta concentración personal de poder es característica de otras formas de gobierno tales como la monarquía, mientras que la división de poderes es un tipo de sistema característico de los gobiernos democráticos. Las tres esferas en las cuales se divide el poder de acuerdo a este sistema son la del Poder Ejecutivo (aquel que se encarga de administrar de manera directa), el Poder Legislativo (responsable de la redacción, formulación y aprobación de leyes) y el Poder Judicial (el que tiene a su cargo la administración de la justicia en todos los niveles del Estado). Normalmente, la mayor carga recae sobre el poder ejecutivo cuando se habla de democracias personalistas, situación que se da en la mayoría de los casos del planeta. Sin embargo, esta importancia del poder ejecutivo no puede ser comparada con la concentración del poder en la persona del presidente ya que la presencia de los otros dos poderes es siempre esencial. En algunos países con larga tradición parlamentaria (como Gran Bretaña), el poder más importante es el Legislativo. La división de poderes es una noción que empezó a surgir a fines del siglo XVIII cuando pensadores y filósofos de la talla de Montesquieu o Rousseau comenzaron a reflexionar sobre los costos de los gobiernos monárquicos y absolutistas y los beneficios que traería un sistema en el cual el poder se repartiera en tres esferas diferentes, controlables y cooperables entre sí. La división de poderes es uno de los derechos fundamentales de la democracia y es, al mismo tiempo, uno de los elementos que más rápido se pierde cuando se instauran por la fuerza gobiernos dictatoriales ya que los mismos pasan a centrarse sobre una sola persona o sobre un grupo reducido de personas que ejercen entre sí todas las funciones sin haber sido elegidos por el pueblo. [7] A. PODER LEGISLATIVO El poder legislativo surge dentro del gobierno a partir de la división de poderes esgrimida por varios pensadores en el siglo de la ilustración. De acuerdo a esta noción, el ejercicio del poder en un gobierno no debía estar concentrado en una sola persona como sucedía con las monarquías absolutistas de la época, si no que se debían crear instituciones compuestas por representantes del pueblo que tuvieran a su cargo una actividad específica y que sirvieran de contrapeso entre sí para evitar que alguna de ellas sobrepase a las demás o concentre el poder. El legislativo se suele componer en la mayoría de los países del mundo de forma bicameral: cámara de senadores y la cámara de diputados. Una de estas dos cámaras está compuesta por una mayor cantidad de representantes y la otra, por un menor número de legisladores. En varios de los países occidentales, la cámara de diputados es la cámara baja y la de senadores la cámara alta. Por lo general, los proyectos de ley se inician en la cámara de diputados donde se deben votar y aprobar para luego pasar a la cámara de senadores donde también deberán ser votados y aprobados para convertirse en ley. Si eventualmente la cámara de senadores decidiera no aceptar el proyecto, el mismo vuelve a su lugar de origen para ser tratado en un período futuro. Es importante saber, para que la ley cause efecto tiene que ser promulgada por el poder ejecutivo. Además, los senadores y diputados representan a todas las regiones de un país, por lo cual se considera que la proporción es equitativa y en este espacio es donde se discuten los temas a resolver conjuntamente. [8] B. PODER EJECUTIVO Dentro de la teoría política de la división de poderes, el poder ejecutivo suele ser visto como el preponderante ya que tiene a cargo la toma de decisiones y la administración del gobierno en materia económica, social, educativa, política, militar etc. La función ejecutiva es quizás la que siempre existió en gran parte de las sociedades, ya que estamos refiriendo a quien tiene a su cargo el de gobernar. En otras épocas el poder ejecutivo fue representado por monarcas, príncipes, tiranos, gobernadores y otras formas de dirección que, dependiendo de su estilo particular, ejercían el poder a su manera, con mayor o menor sensatez. El ejecutivo suele ser considerado como el más poderoso que sus pares pero en efecto los tres poderes son igualmente importantes para el gobierno de una sociedad. En muchos casos, el inmenso poder de un presidente ha hecho que sistemas democráticos se conviertan en sistemas presidencialistas en el que todo el poder está concentrado en una persona y el resto de las instituciones democráticas y políticas pierden mucho valor. A su cargo están los ministros/secretarios/encargados de despacho, que no son elegidos por el pueblo y que deberán seguir las ideas, proyectos y medidas que el presidente establezca. El titular del poder ejecutivo también tiene incumbencia en algunas cuestiones del poder legislativo. Así, cuando una ley ha sido aprobada por el legislativo, el presidente puede tener la posibilidad de promulgarla o vetarla en caso de que así lo considere necesario. [9] C. PODER JUDICIAL Por su parte, el Poder Judicial de conformidad con el ordenamiento jurídico vigente, se encarga de administrar la justicia en la sociedad a través de la aplicación de normas jurídicas en los conflictos que se susciten. El poder judicial se encuentra encarnado por diversos órganos jurisdiccionales o judiciales, tales como juzgados, tribunales, los cuales ejercen la potestad jurisdiccional y gozan de imparcialidad y autonomía. Sin Embargo, especialmente en los países subdesarrollados la administración de justicia se encuentra estrechamente vinculada al poder ejecutivo y muchas veces suele atropellar la independencia a su favor, en aquellos casos en los que el gobierno se encuentra implicado. Siguiendo la teoría clásica, la división de poderes garantiza la libertad del ciudadano. En el ideal, un poder judicial independiente resulta ser un eficaz freno para el poder ejecutivo. De la mencionada separación de los poderes del Estado surge lo que se denomina como Estado de derecho, dentro del cual los poderes públicos están sometidos a la ley de manera igualitaria. Entonces, en este marco, el Poder Judicial deberá ser independiente para poder someter al resto de los poderes, muy especialmente al ejecutivo, cuando este contravenga de alguna manera el ordenamiento jurídico. Al Poder Judicial le toca desempeñar un papel arbitral cuando ocasionalmente se enfrenten el legislativo y el ejecutivo, algo que resulta frecuente. Los tres poderes del Estado son fundamentales, en tanto, la administración de la justicia necesita de una constante protección porque de ella depende que el sistema democrático no deje de funcionar. [10] III. MINISTERIO PÚBLICO La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta función. El ejercicio de la acción penal ante los tribunales corresponde al Ministerio Público. La ley determinará los casos en que los particulares podrán ejercer la acción penal ante la autoridad judicial. La imposición de las penas, su modificación y duración son propias y exclusivas de la autoridad judicial. Compete a la autoridad administrativa la aplicación de sanciones por las infracciones de los reglamentos gubernativos y de policía, las que únicamente consistirán en multa, arresto hasta por treinta y seis horas o en trabajo a favor de la comunidad; pero si el infractor no pagare la multa que se le hubiese impuesto, se permutará esta por el arresto correspondiente, que no excederá en ningún caso de treinta y seis horas. Si el infractor de los reglamentos gubernativos y de policía fuese jornalero, obrero o trabajador, no podrá ser sancionado con multa mayor del importe de su jornal o salario de un día. Tratándose de trabajadores no asalariados, la multa que se imponga por infracción de los reglamentos gubernativos y de policía, no excederá del equivalente a un día de su ingreso. El Ministerio Público podrá considerar criterios de oportunidad para el ejercicio de la acción penal, en los supuestos y condiciones que fije la ley. El Ejecutivo Federal podrá, con la aprobación del Senado en cada caso, reconocer la jurisdicción de la Corte Penal Internacional. [11] IV. JUSTICIA MILITAR ¿Qué es derecho militar? Resulta preciso aludir a los autores de las ideas y conceptos relativos al Derecho Militar que a continuación se desarrollaran dado que el propósito es intentar un acercamiento con los principios doctrinarios, para enriquecer el criterio y estar en aptitud de conocer con detalle esos conceptos. Estébanez señala: “Que el Derecho Militar para algunos se encierra en la ordenanza; para otros, ni está definido ni se sabe lo que es. Y es que el Derecho, según ciertos metafísicos, es algo incompatible con las armas, la guerra y el uniforme”. [12] Otro sector de la doctrina establece que Derecho Militar es una frase redundante, que derecho, es milicia; que no hay más derecho que el de la fuerza bruta, lo que desde luego nos coloca en una situación de imposibilidad para analizarlo, sin embargo, estas ideas han sido aventajadas por las doctrinas actuales por las que se le reconoce la calidad de rama del Derecho. Concepto de Derecho Militar El Derecho Militar es la rama de la ciencia jurídica que se encuentra inspirada en la existencia de la sociedad armada, la que a su vez se funda en el principio de disciplina, elemento que otorga cohesión y eficacia a las fuerzas armadas; por tanto el Derecho Militar se ocupa del estudio correspondiente a la conformación y funcionamiento de las instituciones armadas, su normatividad y el cabal cumplimiento de la disciplina castrense. Debido a su contenido y alcance, el Derecho Militar ha sido definido como: el conjunto de normas jurídicas que regulan la organización, gobierno y conducta de las fuerzas armadas en la paz y en la guerra. [13] Aunque el Derecho Militar no puede reducirse al estado de guerra, [14] es indudable que su mayor eficacia se hace patente durante las épocas de emergencia, cuando el sector que corresponde a este derecho en tiempo de paz se desborda e invade todos los campos jurídicos y absorbe mucho de ellos. Esta situación especial está prevista en México por el artículo 29 constitucional el cual establece en qué condiciones de extrema necesidad se pueden suspender los efectos del orden jurídico ordinario por un tiempo limitado, es decir, la suspensión temporal de garantías que se supeditarían a la resolución de las contingencias que en su caso enfrente el país. Octavio Vejar Vázquez, fundador y maestro de la catedra de Derecho Militar en la facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, primer militar involucrado con los ambientes universitarios nacionales, fundador de la catedra de Derecho Militar en la Escuela Nacional de Jurisprudencia, a él se deben las principales aportaciones para la redacción del Código de Justicia Militar de 1933, que rigen la materia. [15] Define al Derecho Militar como la disciplina jurídica que en el plano de la ley positiva, se condensa en un conjunto de disposiciones orgánicas que coordinan, sincronizan y conciertan las relaciones derivadas de la vida marcial. [16] En esta definición hay un orden jurídico particular dentro del orden general del Estado, constituido por la norma legal que tiende directamente asegurar el mantenimiento de los fines esenciales de la institución militar. Se trata de un microsistema de derecho, inmerso en un microsistema de derecho legitimado por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Es muy común que el Derecho Militar sea considerado como el conjunto de normas legales que rigen la organización, el funcionamiento y desarrollo de las fuerzas armadas de un país, en tiempos de paz o de guerra. [17] Además de las definiciones doctrinales, el estudio del Derecho Militar se consolida con base en la celebración de congresos, simposios, conferencias y demás actividades académicas que con frecuencia dan la pauta y sientan los principios para que se dicte la legislación nacional, así como, los tratados bilaterales y multilaterales en el ámbito internacional. Recordemos que el derecho es dinámico y el Derecho Militar a pesar de ser conservador no se sustrae a esta regla. Como se aprecia en los párrafos anteriores los tratadistas del Derecho Militar no se ponen de acuerdo, por lo cual la definición propuesta para los fines de este texto es la siguiente: El Derecho Militar es el conjunto de normas bilaterales, heterónomas, coercibles y externas que se encargan de regular a las fuerzas armadas en tiempos de paz y de guerra; que fundan su razón de ser en el bien jurídico tutelado de mayor importancia en las instituciones armadas, que es la disciplina. La disciplina se entiende como el lineamiento de conducta que se basa en la obediencia y es parte intrínseca de todo militar, cuyas máximas principales deben ser el honor, la justicia y la moral castrense como lo ordena la tradición jurídica militar. [18] En materia marcial es claro que se aplica un derecho de mando, de ahí la importancia de la disciplina, que evidentemente es el elemento que da consistencia a la efectividad del Ejército. De esta forma cobran vigencia los principios jurídico-militares: “el que manda debe juzgar y los pares deben juzgar a los pares”. Principios que gráficamente se aprecian en la instauración e integración de los Consejos de Guerra, y se reafirman en el principio que expresa: un ejército sin disciplina es una chusma armada, es una masa soldadesca sin rumbo ni dirección, peligrosa para la sociedad armada y peligrosísima para la propia sociedad. Los principios de jerarquía y estricto respeto al grado, aunados a la importancia del mando, al cabal cumplimiento de las instrucciones y los conceptos de valor y honor constituyen indiscutibles pilares que soportan el peso de la sólida estructura de las fuerzas armadas; de esta manera el Derecho Militar es un conjunto de normas jurídicas que funda su existencia en la lealtad, honradez, obediencia, disciplina, respeto, valor y entrega cuyo fin es la defensa de la soberanía y la seguridad nacional; destaca como un sistema jurídico del Estado de Derecho nacional. [19] Por su parte el Capitán y licenciado Carlos Sastre Villacorta estima: El Derecho Militar es un derecho permanente y no accidental o creado para cubrir contingencias particulares; no pertenece a una rama de derecho superior, ni tampoco significa un derecho de clase, auspiciador de privilegios especiales. Incuestionable es un derecho peculiar que obedece a su propia naturaleza; es independiente puesto que tiene fundamentos de razón y vida propios que impide que se le pueda conceptuar como una rama de algún otro derecho. [20] En suma el Derecho Militar como concepto debe entenderse no sólo como un conjunto de normas especializadas en temas de disciplina, deber de obediencia, estricta subordinación al servicio, sino quizá para su mejor comprensión como un sistema especializado relativo al quehacer de las fuerzas armadas, estrictamente vinculado a la función militar. [21] Naturaleza de las Fuerzas Armadas El derecho Militar descansa primordialmente en la organización castrense, denominada con mayor precisión como Fuerzas Armadas, para integrar sus elementos de aire (Fuerza Aérea), mar (Armada de México) y tierra (Ejército Mexicano). Vejar Vázquez realizó un estudio filosófico jurídico del instituto armado, considerándolo como un agregado humano de psicología colectiva de índole constitucional; es de destacarse que fue el primer director y fundador del Boletín Jurídico Militar de divulgación e investigación en derecho Militar de tipo institucional sin precedente. Esta visión quedó plenamente confirmada desde que la institución formó parte de las cartas políticas dentro del sistema democrático, que se funda en el principio de la nación en armas. Para todo hombre se estableció el deber de defender a la patria con tributo de sangre obligatorio. Por otro lado, según expone el mencionado tratadista, no podría negársele ese carácter constitucional al ejército, pues cuando defiende al país en nombre del Estado, es el Estado mismo en la más política y fundamental de sus manifestaciones que sin duda es la guerra, lo que indiscutiblemente es una función de soberanía; además, las garantías son derechos de orden público constitucional y su salvaguarda está encomendada también al ejército, por lo que resulta ser la garantía suprema para la preservación del Estado. El ejército difiere de la policía en muchos aspectos, ya que su misión es de carácter político, mientras que la otra desempeña una función netamente administrativa. [22] Eventualmente el ejército está realizando funciones de policía e incluso de investigación, hecho derivado del estado de la realidad actual que exhibe una nueva criminalidad sistemática y multiplicadora, cada vez más joven y violenta, además de hacer evidente el fracaso de la modernidad. Circunstancia que nos invita a considerar la política criminal [23] de doble vía que experimenta el Estado mexicano, en la que tras las reformas constitucionales del 18 de junio de 2008, la policía está facultada para investigar y perseguir delitos. Por su parte los militares a partir de 1996 derivado de las tesis del pleno de Suprema Corte de Justicia de la Nación XXVIII/1996 y XXX/1996 se permitió la participación de los Secretarios de la Defensa Nacional y de Marina en el Consejo Nacional de Seguridad Publica sin violar de acuerdo con estos criterios, el artículo 21 constitucional como consta en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta de marzo de 1996. Asimismo las jurisprudencias 34/2000 y 38/2000 dan fundamento legal a la participación del ejército en el combate a la criminalidad con lo que se salva las limitantes constitucionales que impedían al ejército participar en estas tareas. Autonomía del Derecho Militar En la doctrina jurídico militar mexicana estuvo presente el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, que al parecer actualmente no trabaja el tema, quien en cuanto a la Autonomía del Derecho Militar señalo: El Derecho Militar debe estimarse como una rama autónoma que no puede depender ni de la Ciencia Política ni del Derecho penal, ya que la organización y estructura del ejército y sus funciones específicas; requieren de principios particulares derivados de la disciplina, la obediencia y la eficacia. [24] Además se apuntala el postulado al señalar: En atención a su extensión de amplísima consideración, a la doctrina especializada y homogénea que contiene y su particular método de investigación, el Derecho Militar es la rama autónoma del derecho con sustantividad propia. [25] La autonomía que siempre ha caracterizado la materia castrense desempeña un papel medular en la esencia misma de las fuerzas armadas. El Derecho Militar constituye una rama autónoma dentro del campo general de ciencias jurídicas, dotada de principios generales matizados de orden y severidad que atiende al respeto de la soberanía y mando del Estado derivados de la institución militar, cuyo espíritu de organización perfecta requiere estrictos lineamientos que al militar exigen, desprendimiento, sacrificio y disciplina, que no se presentan en casi ninguna otra forma de organización social. La autonomía del Derecho Militar obedece a la existencia de principios jurídicos independientes pero incluidos dentro de un orden jurídico general que no se aplican a la población común (paisanos). En todos los países civilizados se cuenta con una disciplina jurídica relativamente explorada, que en el plano de la ley positiva se condensa en un conjunto de disposiciones orgánicas que coordinan, sincronizan y concretan las relaciones derivadas de la vida marcial, que se denomina Derecho Militar y dicha disciplina por su naturaleza merece y exige un tratamiento especial que desde luego se refleja de forma inmediata en sus normas y procedimientos. Existe un orden jurídico militar dentro del orden general del Estado, constituido por las normas y procedimientos que tienden directamente a asegurar el mantenimiento de los fines esenciales de la institución militar, como lo defendió en sus publicaciones jurídicas Vejar Vázquez; con el binomio jurista-militar que lo caracterizo, impulsó la cultura jurídico militar en su gestión como Procurador General de Justicia Militar. En el mismo sentido Manzini sostiene que gravemente erraría quien clasifique al Derecho Militar como un derecho extraordinario o excepcional, en razón de que su especial naturaleza le justifica plenamente. En efecto, no podemos ni debemos considerar esta disciplina jurídica como un derecho fuera de lo ordinario, constituida por normas ajenas a lo común y dictadas para situaciones eventuales e imprevistas, ya que en realidad, las disposiciones que conforman el Derecho Militar son reglas de conducta similares a veces iguales a las que regulan las otras disciplinas jurídicas que constituyen el derecho común general. En el caso de México, el Derecho Militar tiene positividad tanto en tiempos de paz como de guerra y rige en todo momento la función y operatividad en todos los órdenes, lo que de ninguna manera es posible interpretarlo como un conjunto de leyes para atender situaciones eventuales e imprevistas. El derecho castrense agrava sus penas en caso de violaciones a sus cuerpos legales para el caso de estado de emergencia (guerra) o bien en campana, lo que deja de manifiesto que efectivamente regula jurídicamente el actuar de los cuerpos armados en estas condiciones, sin que sea óbice para estimar que esta creado para ese sólo efecto. Las Fuerzas Armadas Mexicanas en tiempos de paz atienden un gran número de encomiendas previstas para el adecuado desarrollo de las políticas públicas que se contienen en el Plan Nacional de Desarrollo y que tiene que ver con la coordinación interinstitucional de los órdenes de gobierno e instituciones. Las disposiciones legales castrenses se dictan de manera específica, con el mismo procedimiento que las demás leyes en el Congreso de la Unión, para organizar, mantener y dirigir a las Fuerzas Armadas y a sus miembros. [26] Las disposiciones jurídico-militares tienen por objeto regular la vida militar, por ello no se puede considerar que estas son de tipos excepcionales y ajenos al resto del orden jurídico. Tampoco son un derecho excepcional vigente para situaciones que se presentan ocasionalmente, sus preceptos son dictados con el propósito de regular todas las actividades cotidianas de las instituciones armadas y de sus integrantes, para que con ello la operatividad castrense funcione eficientemente. Los militares deben cumplir eficazmente las obligaciones que política, administrativa y jurídicamente tienen bajo su responsabilidad, tal y como lo manda la normatividad especializada, que dicho sea de paso, es muy extensa e incluso susceptible de ser revisada en lo general. La mayor parte de las disposiciones que conforman esta disciplina jurídica tienen su origen en el Poder Legislativo o sea el órgano que forma las leyes que rigen en este país, de donde se debe concluir que en su conjunto no puede ser un derecho fuera de expansión, ni dictado para ocasiones eventuales. La diferencia que existe entre el derecho común de un Estado y las disposiciones que conforman el Derecho Militar [27] estriba en los sujetos a quienes se dirige. Las disposiciones comunes se aplican según el sector de la población para el que se hubieren legislado, esto es, las disposiciones jurídico-militares son únicamente aplicables a quienes cuentan con esta calidad especifica o bien en los casos y en las condiciones específicas que las propias leyes establecen para los casos de emergencia [28] en las que procede la suspensión de garantías en términos del artículo 29 constitucional. Tal como se plantea en el Plan DN III para enfrentar riesgos de la población civil frente a catástrofes naturales. Demostrar la autonomía del Derecho Militar con independencia a sus procesos de gestación positiva es fundamental por ello el criterio compartido con el Vicealmirante Bermúdez Flores quien manifiesta: Quienes afirmamos que el Derecho Militar, es una primera disciplina jurídica diferente a la normatividad común o general del Estado, tenemos como primera obligación, explicar y luego justificar plenamente su existencia; después, demostrar sus sustantividad; para concluir proponiendo un concepto sobre la misma, y con respecto a su contenido. Para sustentar el argumento referente a la necesidad que existe de justificar plenamente el Derecho Militar, nos apoyamos en los certeros conceptos vertidos hace algunas décadas por el maestro Emilio Pardo Aspe, quien con gran precisión no exenta de fina ironía, en el prólogo de la obra de Octavio Vejar Vázquez, expresaba: EI derecho militar para el paisano (civil) es semejante a una parcela erguida en linderos de la Edad Media, abaluartada de enigmas, asediada de seculares exigencias de legitimación. En su título encierra ya una antinomia —EI Jus atado a la Vis (EI Derecho atado a la Fuerza)— que los autores resuelvan cada quien a su manera, o lo acentúen conforme al mudable espíritu de los tiempos... Desde luego, debemos precisar que en todo tiempo ha resultado necesario explicar y justificar al Derecho Militar, ello en virtud que desde la remota antigüedad hasta nuestros días, las fuerzas armadas de un Estado o país han requerido siempre poseer un conjunto de disposiciones legales que la regulen, con el objeto que puedan cumplir con la función que tradicional o constitucionalmente se les ha asignado, y que es la de mantener el orden interno y la defensa exterior del país; en nuestro caso en particular de la Federación Mexicana. V. DEBATE DEL CONSTITUYENTE 1917: FUERO MILITAR “Ahora bien; el fuero de guerra, que se trata de conservar en nuestra Constitución actual, no es más que un resquicio histórico del militarismo, que ha prevalecido en todas las épocas de nuestra vida, tanto colonial como de nación independiente, y que no producirá más efecto que el de hacer creer al futuro Ejército Nacional y a los civiles todos de la República, que la clase militar es una clase privilegiada y distinta ante nuestras leyes, del resto de los habitantes de este suelo. Y esto que a primera vista no parece un peligro ni significa una amenaza a la tranquilidad pública y al bienestar de los pueblos, se convierte, indefectiblemente, en un desquiciamiento social, corriendo el tiempo, debido a que el Ejército se ha infatuado, y creyéndose privilegiado, va despreciando poco a poco como significante al elemento civil, termina por no aceptar en los poderes públicos a los simples ciudadanos, pues por su privilegio mismo, no cree el militar en la unción del voto público y en la responsabilidad y poderío con que está investido el funcionario civil mediante la voluntad del pueblo. En el civil, en cambio, se va engendrando lentamente un sordo rencor y una contumaz envidia contra la clase que no sólo deslumbra la atención pública con la ostentación legítima del poder de las armas que tiene en su mano, así como con el brillante uniforme que viste como insignia de la fuerza nacional; sino que en el momento dado de la comisión de un delito, es llevado ante tribunales especiales y juzgado allí en forma tal, que ningún civil tiene derecho de merecer, produciéndose por este doble motivo, el inevitable choque de esas dos fuerzas antagónicas, que en muchos casos no sólo se traducen en motines y atropellos; sino que llegan hasta a perjudicar las instituciones, más que por ellas mismas, por los hombres que las representan, ya sean caudillos militares o virtuosos civiles. Esta sola consideración sería suficiente para fundamentar el desacuerdo en que estoy con los honorables compañeros de Comisión relativa a la conservación del fuero militar, tanto para el tiempo de paz como para el tiempo de guerra; pero hay otras razones que inclinan opinar por la abolición de este fuero y que anuncié al principio de mi tesis, considerándolo inútil y nocivo. Efectivamente; la conservación de la disciplina militar, que es la razón capital que se alega para mantener este privilegio, no sufriría menoscabo alguno en sus fundamentos esenciales, con sólo conservar el Código Militar y los preceptos penales que en la actualidad se aplican al castigar a los militares delincuentes, careciendo de importancia esta administración, por el sólo hecho de considerar atentamente el mismo artículo 13 del proyecto, en el que se reduce el fuero de guerra sólo a los delitos o faltas contra la disciplina militar, y la prevención terminante de que en ningún caso y por ningún motivo podrán los tribunales militares extender su jurisdicción sobre personas que no pertenezcan al Ejército. ¿Y se desprende, acaso de esto, que cuando un civil infrinja la ley militar debe ser castigado conforme al Código Penal del orden Común? Indudablemente que no, pues habría en este caso dos pesos y dos medidas autorizados por nuestra ley fundamental, lo que es absurdo suponer siquiera; porque lo que en realidad se deduce del mismo artículo 13 es que los jueces del orden Común pueden aplicar los códigos militares ¿Qué razón hay, pues para que a los militares mismos no los juzguen los tribunales ordinarios aplicándoles la misma ley que infringen? Y por último considero peligrosa la conservación del fuero militar, porque la justicia militar, en la forma en que actualmente se administra, depende esencialmente en su funcionamiento del superior jerárquico en su primera instancia, y del Poder Ejecutivo en el tribunal de apelación, pues los jueces instructores militares están sujetos en sus funciones al criterio del comandante militar, del general en jefe, etcétera, lo que da lugar en muchos casos a que en un momento dado, por cualquier motivo bastardo difícil de determinar, un instructor recibe orden de suspender un proceso, éste, o el proceso, tienen que resultar deficientes cuando el jefe militar interesado no precise y no amplíe debidamente en la orden de proceder respectiva, los términos a que precisamente debe de sujetarse el instructor. ¿Qué se deduce de aquí? Que la injusticia más descarada puede producirse en contra o en favor de un reo, dado la facilidad o dificultad que desde un principio concurren para castigar los delitos militares. Viene después el consejo de guerra que, en nuestro medio actual, durante muchos años, tendrá que ser formado por individuos incompetentes en cuestiones militares, ya sean designados por la suerte cuando se trate de consejos extraordinarios, como nos lo indica la práctica. [29] CONSIDERANDO: Que la división de poderes es un derecho fundamental y característico de los gobiernos democráticos; Que el objetivo de un sistema de pesos y contrapesos en un Estado moderno, es el control mutuo entre poderes así como también la limitación de la concentración personal del poder; Que la división de poderes garantiza la libertad del ciudadano y el buen funcionamiento del orden institucional Estado; Qué la organización constitucional del Estado mexicano previene la división de poderes; Qué en apego al principio de la división de poderes contemplado en la Constitución General al Poder Judicial le corresponde exclusivamente la administración de la justica. Que la disciplina militar en un Estado democrático debe someterse a los dictados de la Constitución General. Que el monopolio de la persecución del delito reside exclusivamente en el Ministerio Público. Qué un funcionario cualquiera, como lo es el Secretario de la Defensa Nacional, está impedido por la Constitución Política para excitar o detener discrecionalmente la acción del Ministerio Público. Que la facultad que actualmente le otorga el Código de Justicia Militar al alto mando militar de inmiscuirse en las funciones exclusivas del Ministerio Público; pervierte la procuración de justicia y el fin de la disciplina militar. Qué la persecución del delito es de orden público y responde al interés general. Que la función primordial del Ministerio Público Militar es tutelar la disciplina militar. Que la disciplina militar no se sobrepone a la Constitución General de la República ni al interés público. Se emite la siguiente: INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA LA FRACCIÓN IV DEL ARTÍCULO 81 DEL CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR: ARTÍCULO ÚNICO: Se reforma la fracción IV del Artículo 81 del Código de Justicia Militar. Para quedar como sigue: Artículo 81. (…) IV. Pedir instrucciones a la Secretaría de la Defensa Nacional, en los casos en que su importancia lo requiera, emitiendo su parecer. Cuando estimaré que las instrucciones que reciba no están ajustadas a derecho, hará por escrito a la propia Secretaría las observaciones que juzgue procedentes, conforme al artículo 21 de la Constitución General; TRANSITORIO PRIMERO. Se abrogan todas las disposiciones que se contrapongan al cumplimiento de este Decreto. SEGUNDO. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. _____________________ REFORMA A LA FRACCIÓN IV DEL ARTÍCULO 81 CÓDIGO DE JUSTICIA MILITAR DICE Código de Justicia Militar: DEBE DECIR Código de Justicia Militar: Artículo 81. El Procurador General de Artículo 81. El Procurador General de Justicia Militar, tendrá las siguientes Justicia Militar, tendrá las siguientes atribuciones y deberes: atribuciones y deberes: (…) (…) IV. Pedir instrucciones a la Secretaría de IV. Pedir instrucciones a la Secretaría de la Defensa Nacional, en los casos en que la Defensa Nacional, en los casos en que su importancia lo requiera, emitiendo su su importancia lo requiera, emitiendo su parecer. Cuando estimaré que las parecer. Cuando estimaré que las instrucciones que reciba no están instrucciones que reciba no están ajustadas a derecho, hará por escrito a la ajustadas a derecho, hará por escrito a la propia Secretaría las observaciones que propia Secretaría las observaciones que juzgue procedentes, y si ésta insiste en su juzgue procedentes, conforme al parecer, las complementará desde luego; artículo 21 de la Constitución General; (…) (…) [1] Artículo 13 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. VIGENTE. [2] Artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. VIGENTE. [3] Artículo 49 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. VIGENTE. [4] Artículo 78 del Código de Justicia Militar. Nuevo Código publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de agosto de 1933. TEXTO VIGENTE. Última reforma publicada DOF 09-04-2012. [5] Artículo 81 Fracción IV del Código de Justicia Militar. Id. [6] Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos. Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 26 de diciembre de 1986. TEXTO VIGENTE. Última reforma publicada DOF 03-04-2012. [7] Definición ABC. División de Poderes. Página Web. poderes.php#ixzz2hdbq3xFQ (Consultada 13 de octubre de 2013) http://www.definicionabc.com/politica/division-de- [8] Definición ABC. Poder Legislativo. Página Web. legislativo.php#ixzz2hdcXGJ1R (Consultada 13 de octubre de 2013) http://www.definicionabc.com/politica/poder- [9] Definición ABC. Poder Ejecutivo. Página ejecutivo.php#ixzz2hdd5Rwmj (Consultada 13 de octubre de 2013) http://www.definicionabc.com/politica/poder- Web. [10] Definición ABC. Poder Judicial. Página judicial.php#ixzz2hddZf2S5 (Consultada 13 de octubre de 2013) Web. http://www.definicionabc.com/derecho/poder- [11] Artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Constitución publicada en el Diario Oficial de la Federación el 5 de febrero de 1917. TEXTO VIGENTE. Última reforma publicada DOF 26-02-2013. [12] Vejar Vázquez, Octavio, “Autonomía del Derecho Militar”, Ed. Stylo, México 1948, p.3. En Carlos Espinosa, Alejandro, “Derecho Militar Mexicano”, Ed. Porrúa, Primera Edición 1998, México 2011, p.3 [13] Enciclopedia Jurídica Omeba, Tomo VII, Buenos Aires Argentina, 1957, p.795. Citado por Carlos Espinoza, op,cit., p. 4. Id. [14] Como lo señala Ricardo Sodi existe el precedente impuesto por Francia y Alemania, que han desaparecido el fuero militar en tiempo de paz, aunque lo conservan en tiempo de guerra, esto es subsiste el fuero de guerra, solo en guerra. (Ver Derecho Militar. Temas de actualidad, La Justicia Constitucional y e1 Derecho Militar en tiempo de paz, colaboración de Sodi Cuellar Ricardo, Ed. Porrúa, México, p. 168). Id. [15] Carlos Espinosa, Alejandro, “Vida y obra del Maestro Ricardo Calderón Serrano: Influencia histórica reciente en e1 Derecho Militar Mexicano” en “E1 Derecho en perspectiva. Estudios en homenaje a1 Maestro José de Jesús López Monroy: Cienfuegos Salgado, David (Coord.), Ed. Porrúa, UNAM, México, 2009, p. 67. Id. [16] Vejar Vázquez, Octavio, op. cit., p. 14. Id. [17] Así lo asume Saucedo López, Antonio en sus Apuntamientos de Derecho Militar, Edición Facsimilar de mecanografía del Autor, México, 1986, p. l. Id. [18] Artículo 3o.- La disciplina en el Ejército y Fuerza Aérea es la norma a que los militares deben ajustar su conducta; tiene como bases la obediencia, y un alto concepto del honor, de la justicia y de la moral, y por objeto, el fiel y exacto cumplimiento de los deberes que prescriben las leyes y reglamentos militares. Ley de Disciplina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos. Nueva Ley publicada en el Diario Oficial de la Federación el 15 de marzo de 1926. TEXTO VIGENTE. Última reforma publicada DOF 10-12-2004 [19] Id. [20] Bermúdez Flores, Renato y Alejandro, Carlos Espinosa, “Derecho Militar: temas de actualidad, análisis de la Autonomía del Derecho Militar”, Ed. Porrúa UNAM, México 2010, pp.5-6. Id. [21] Vid. La Función Militar en Arévalo de León, Bernardo, (Comp.) “Función militar y control democrático: Conferencia Internacional, Ciudad de Guatemala”, Ed. Amanuense, Guatemala, junio de 2000. 409 pp. [22] Vid. Las funciones de la Policía y las misiones del Ejército. Díaz Cardona, Francia Elena, “Fuerzas Armadas, militarismo y constitución nacional en América Latina”, Ed. Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, México 1988, p. 99. [23] Martínez Bastida, Eduardo, “Política Criminológica”, Ed. Porrúa México 2007, p. XII. Id. [24] Ibid., pp.145-146. [25] Ibid., p. 157. [26] En el caso de México existe muy escasa literatura jurídica sobre el tema y principalmente ha sido la Universidad Nacional Autónoma de México el espacio de debate y propuesta, vi a sus catedráticos y obras publicadas desde mediados del siglo pasado, tal es el caso de Ricardo Calderón Serrano. [27] Recordemos que la normatividad militar en México ha evolucionado muy lentamente es el caso del ultimo Código de Penal Integral, léase Código de Justicia Militar que fue publicado en el Diario Oficial de la Federaci6n el 31 de agosto de 1933. [28] El fuero de guerra debe subsistir para los delitos que afecten la disciplina militar, servicio y la obediencia, esto es, para los típicamente militares, entendiendo por estos los que exigen calidad específica para su comisión. [29] Palavicini, Félix F., “Historia de la Constitución de 1917: El Fuero Militar. Los Militares Juzgados por Militares. Artículo 13”, Ed. Consejo Editorial del Gobierno del Estado de Tabasco, México 1980, t. I, pp.375-392.