Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura Buenos Aires, 3 de mayo de 2007 DICTAMEN N° 113/2007 VISTO el expediente 436/04, caratulado "Abal Mónica Irene y Abal Cecilia Estela c/ titular del Juzgado Comercial N° expediente 5, Dr. 454/04, Vasallo caratulado G.”, y “Remite su acumulado copia de la denuncia efectuada por el Dr. Marcelo Meta c/ Juzgado Comercial N° 5”, de los que RESULTA: I. La presentación del Dr. Marcelo Meta en su carácter de letrado apoderado de las Sras. Mónica Irene Abal y Cecilia Estela Abal, en la que denuncia al “titular de Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 5, a cargo del Dr. Gerardo G. Vasallo, y el Secretario a cargo de la Secretaría N° 10, Dr. Jorge Djivaris” (fs. 6). II. Expresa que el expediente se “inicia como una consecuencia de otra medida cautelar que se dictara en otro expediente, caratulado ‘Abal, Mónica c/ Adepro S.C.A. s/ Medida Precautoria’, en la que el mismo Juez otorgara la administración provisoria por tres meses a las tres socias solidarias de la sociedad. Debe ser especialmente destacado que como socias solidarias de una Sociedad en Comandita por Acciones, las mismas responden con sus bienes personales por las deudas de la sociedad, y ese ha sido el fundamento, además de la clara y expresa disposición legal, para otorgar la administración a [sus] mandantes”. Continúa su relato, y manifiesta que “[c]omo consecuencia de dicha acción, se celebró una Asamblea General Ordinaria en la que, cumpliendo con lo prescripto por el auto judicial, se designó un órgano de administración definitivo, según las normas estatutarias. Determinados socios impugnación de iniciaron dicha una acción asamblea ordinaria General de Ordinaria, solicitando como medida precautoria la separación de la administración de Administración y los la integrantes designación del de Órgano un de interventor judicial en su reemplazo. El Señor Juez de grado dio curso a la medida precautoria en forma parcial, ordenando una intervención judicial con la designación por 3 meses de un coadministrador, para cuya designación no se sigui[ó] ningún procedimiento, dependiendo del arbitrio del Juez la misma, administradoras quien se estatutarias, integraría ponderando con las favorablemente lo solicitado por la actora” (fs. 6 y vta.). Indica que “hay una primera irregularidad, porque se está cuestionando una resolución tomada en el marco de un expediente de Medida Precautoria, utilizando para ello otro expediente, en lugar de acumular los procesos y cotejar las argumentaciones allí expuestas”. (fs. 6 vta.). Aclara “algunas irregularidades” que según su entender, “ya es posible apreciar en el expediente”: “En primer lugar (...), a fs. 69, dispuso (...) ‘Requiérese el expediente’. acompañamiento Los actores de recién copias para acompañaron el dichas copias, cuando luego de solicitado por [su] parte que se apliquen las disposiciones del art. 120 C.P., el Señor Juez le otorgara improcedentes, para una nueva que el intimación, actor acompañe totalmente las copias (...) por lo tanto cabe concluir la improcedencia de la ‘nueva oportunidad’ brindada a la actora” (fs. 6 vta.). Asegura magistrado para además, el que los otorgamiento fundamentos de las del medidas precautorias solicitadas, “son al menos infantiles y con muy escaso rigor jurídico. Y ello también constituye una irregularidad por cuanto está ya extensamente argumentado Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura el carácter de medida de excepción y restrictiva de la intervención judicial en una sociedad. Véase para ello que las razones expresadas para sostener la medida precautoria solicitada, son en algunos casos claramente pueriles, como lo es el cálculo del plazo de administración provisional designado por el Juez de tres meses, que naturalmente comienza a correr desde el día siguiente al de la efectiva toma de posesión del mismo, y no, como lo postulan los actores y lo admite el Juez, desde la fecha del auto que lo dispone; en otros casos, puede advertirse claramente que no se cumple la regla de la verosimilitud en el derecho, atento a que no puede decirse con precisión que se haya acreditado el peligro y el derecho para disponer la medida precautoria, sino más bien una serie de opiniones que no han sido abonadas de modo alguno con prueba verosimilitud del derecho que permita invocado, y concluir todo ello la sin considerar la situación comentada por las previsiones del art. 120, y en esta ocasión puede sí advertirse que se observa una clara dualidad de criterio con relación a las acreditaciones de derecho que se exigió para otorgar la medida precautoria que favoreciera a [sus] mandantes y las que se admitieron para desplazar a ellas” (fs. 6 vta.). Por otro coadministración de lado, tres asegura que meses, el luego de “una coadministrador designado entrega un informe al Juez indicando que las únicas irregularidades habidas en la sociedad, son anteriores a la vigencia de la administración de [sus] mandantes, y aún así inexplicablemente el Juez otorga un plazo extensivo mandantes, de de otros coadministración, tres meses, junto disponiendo a [sus] al mismo tiempo una auditoría de los egresos de la sociedad en el período que éste designa entre los meses de julio de 2003 a mayo de 2004, auditoria ésta solicitada por el auxiliar judicial designado. Respecto de dicho informe del coadministrador, [el denunciante] dej[a] expresado que el apoderado judicial de la firma, interpuso impugnación del mismo en tiempo oportuno, habida cuenta de la suspensión de plazos procesales atento a un defectuosa notificación diligenciada por el Tribunal, y el Juez, en forma insólita, lo tuvo por presentado en forma extemporánea al considerar que efectuarse mirando la por el nota. Y de fecha auto presentación, notificación puede es del insólita 13/07/04, apreciarse informe por debía cuanto que sólo provee que dicha dispone su notificación por cédula, y adicionalmente, aún para el caso de considerarlo por nota, constan en los respectivos libros de nota, las pertinentes anotaciones de las partes que acreditan que el plazo no ha comenzado a correr” (fs. 7). Denuncia que el “coadministrador, de acuerdo a expresa confesión de una de las partes en el expediente, ha entregado copia de dicho informe con anterioridad a su presentación a una de ellas, y revelado ello en el proceso, no mereció objeción ni apercibimiento alguno del Juez” (fs. 7). Agrega que “el coadministrador designado (...) debió naturalmente recaer en una persona intachable tanto desde el punto de vista legal como moral” (fs. 7). Y puntualiza que “el Coadministrador designado por el Juez ha sido Camarista de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, Sala E, y como tal ha tenido que intervenir en una Consumo, causa caratulada Edificación y ‘El Hogar Crédito Obrero Ltda. s/ Coop. De Concurso preventivo’, Expte. N° 18970/91, en trámite por ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 17, y luego, al renunciar al puesto de Camarista, asumiera como uno de los miembros de la dirección letrada de la concursada, habiéndose regulado honorarios profesionales a cargo de la concursada por US$ 3.200.000, violando de tal modo un primer deber de ética al intervenir como letrado en un expediente en el que había prevenido como Juez de Cámara” (fs. 7). Así, sobre este Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura particular considera que “al designar un funcionario judicial a su solo arbitrio, el Juez debió extremar el control de las calidades morales del designado, y ello claramente no ocurrió en este caso, a la luz de los antecedentes del funcionario designado” (fs. 7 y vta.). Hace referencia a la “curiosa situación que se ha dado en este expediente, en el que el plazo de extensión de la coadministración apenas ha comenzado, el coadministrador aún nada ha podido investigar, por cuanto resta, tal sus palabras en un escrito presentado, que se aclare el alcance de la auditoría dispuesta, ya que el mismo [la] había solicitado (...) para controlar los gastos de la empresa, y su relación con el giro social, en un período que abarca julio/03 a mayo/04, y luego solicita que se extienda como auditoría integral sin ninguna clase de límites, y aún así el Juez, a pedido del actor, dispone en una nueva medida precautoria, y ya van 4 en esta sociedad en un plazo de un año, el desplazamiento de las socias solidarias, y la designación del funcionario único de la ya designado firma, ahora asimismo como administrador encargando a éste que disponga la realización de la auditoria dispuesta, de paso, total ya estaba en carrera, violando de tal modo los derechos de [su] parte a controlar y auditar el trabajo encargado”. En este punto, expresa que “la firma, a través de su apoderado había designado un perito auditor de parte, el cual había facturado un anticipo de honorarios y el funcionario judicialmente designado se negó a abonar. Resulta lógico suponer que lo que quería al negar el pago era evitar el control de la auditoría por parte de un profesional ajeno a su equipo, de modo de actuar con plena libertad en la empresa. Y el Juez lo ha logrado al otorgarle la administración plena y única de la empresa, siendo de tal modo innecesario la designación de un perito auditor por parte de la firma, atento a que es él mismo quien controlará la auditoría que realizará la persona por él mismo designada. Asimismo debe tenerse presente que los argumentos que invocara el actor para solicitar la mandantes intervención no han con sido desplazamiento tenidos en de cuenta [sus] en la fundamentación del resolutorio del Juez, ya que de por sí eran inaceptables, sino que creó otras situaciones, totalmente ficticias, con el único fin de justificar la medida ya decidida. En efecto, invoca como fundamento la falta de realización de la auditoría, aún sin tomar en consideración que el propio funcionario judicial designado le había pedido que aclare los alcances de la misma; negado invoca al también que funcionario presuntamente judicial el se le acceso habría a la documentación de la empresa, según lo relatara éste al Juez a fs. 382, cuando luego de ello el Juez mismo, debió tramitar una incidencia de nulidad y determinado que la empresa había obrado con arreglo a derecho al no existir efectivamente manifiesta en notificación dicha de la resolución medida que el a ella; o funcionario judicial designado había denunciado a fs. 467/468 que se le habría impuesto limitaciones para cumplir con sus tareas en forma injustificada” (fs. 8). Sobre este aspecto asevera que “claramente surge de dicho escrito presentado por su funcionario de confianza designado, [que] la diferencia de opinión estaba centrada no en el cumplimiento de las funciones de dicho funcionario, que de hecho había realizado un arqueo en ese mismo acto y firmado cheques de la empresa, sino en los alcances de la auditoría dispuesta, al punto que el funcionario en dicho escrito le solicita al juez que aclare dichos alcances, cosa que aún no ha hecho el Juez, pero sí [h]a mandado a realizar la auditoría, sin control y sin aclarar si sus alcances son los que surgen del auto que la ordena o de los caprichos y estado de ánimo del Juez, su confianza Secretario designado privada” (fs. 8). y finalmente ahora al su frente funcionario de una de empresa Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura III. Amplia su denuncia el presentante a fs. 15, expresando que “ha podido establecer que el administrador judicial designado por el Juez en la firma Adepro S.C.A., había supuestamente extraviado un cheque, hecho que fuera puesto en conocimiento del Juez de la Causa en su oportunidad. En dicha ocasión esta parte había informado al Juez del hecho (...) y (...) había solicitado (...) se citara en forma inmediata al administrador judicial (...) [p]ues bien, el Juez de la causa ha hecho caso omiso a dicha solicitud. Asimismo (...) ha podido averiguar que (...) el supuesto cheque extraviado en realidad había sido cobrado por una suma de $ 48.700”. Y que todo ello “ha sido puesto en conocimiento del juez de la causa, hasta el momento sin poder conseguir que dicho magistrado dispusiera alguna medida que salvaguardara a la empresa de su administrador designado”. Posteriormente a fs. 23 presenta un escrito, adjuntando la recusación con causa del magistrado por tales hechos. IV. A fs. 40, se acumuló a estos obrados el expediente 454/2004, donde el Dr. Meta denuncia -a fs. 30- al Dr. Gerardo G. Vasallo, titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 5, y a su Secretario Dr. Jorge Djivaris. Dicha denuncia, trata sobre los mismos hechos que el expediente principal, de los que surge que tramitaron por ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, cuya Comisión de Disciplina dictaminó que “En nuestra opinión, más allá del acierto o error en que hubiera incurrido el magistrado denunciado en sus resoluciones, no se advierte en su conducta irregularidad alguna que por su naturaleza suponga la posible comisión de faltas de carácter disciplinario, por lo que no se encuentra justificada, en el caso, la apertura de la instancia administrativa (conf. dictamen de la fiscalía de fs. 48/49). Por otra parte, los denunciantes utilizaron los remedios procesales idóneos para intentar cuestionar las decisiones”. Este dictamen fue aprobado por la Excma. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial y elevado al Consejo. V. El 7 de marzo del corriente año, se presenta el Dr. Vasallo, a fin de informar acerca de los hechos indicados en la denuncia. Afirma que los mismos, ocurrieron durante el período en que se desempeñaba como Juez titular de Primera Instancia en el fuero comercial, función que dejó de cumplir desde el 4 de agosto de 2005 cuando pasó a desempeñarse como camarista subrogante, y definitivamente desde el 5 de mayo de 2006. Agrega que la Cámara Comercial que integra “conoció en una similar denuncia (...) en las actuaciones ‘Meta Marcelo (abogado) s/ denuncia Juzgado 5, Secretaría 10’ expte S 2868bis/2004; la cual fue desestimada (...)”. Entrando a los items de la denuncia, asevera que “[e]l expediente judicial en que se desarrollaron los actos procesales que dan base fáctica a esta denuncia, constituye sólo uno de los eslabones de un prolongado conflicto societario entre los socios de Adepro S.C.A., el que ha sido objeto de debate en diferentes pleitos”: “I) Schiavon Serra Jorge Alberto y otros c/ Adepro S.C.A. s/ sumario. (...) Este pleito fue promovido por Jorge Alberto Schiavon Serra, Mónica Irene Abal de Schiavon, Federico Schiavon, María Schiavon y Mercedes Schiavon con el patrocinio del Dr. Alcíbiades Pedro Labaté. Mediante esta acción fue reclamada la nulidad de cierta decisión asamblearia que había separado al coactor Jorge Schiavon Serra de su cargo de director. En ese entonces la sociedad era administrada por el grupo de socios que luego, en los restantes pleitos, se vería enfrentado con las aquí denunciantes. Señal[a] que el nombrado Schiavon Serra cre[e] destacar, necesario vinculación revela la con el nomina no era conflicto de los a socio fin del de sustancial actores antes ente. Pero, clarificar que, su como lo descripta, el nombrado es esposo de una de las aquí denunciantes. Al Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura parecer, tal nexo lo llevaba [a] actuar en la sociedad, quizás por delegación tácita de su esposa. Luego de diversas contingencias procesales, dict[ó] sentencia el 23 de junio de 2003 donde declar[ó] abstracta la cuestión pues la misma sociedad había repuesto al señor Schiavon Serra en su cargo de director. De todos modos impus[o] las costas del proceso a la sociedad demandada por estimar razonable la acción promovida por el allí actor. Esta sentencia fue apelada por ambas partes. Sin embargo, los actores demandada, letrados, desistieron luego de abandonó del revocar su recurso, el mientras poder apelación en que otorgado tanto a nunca la sus pidió siquiera la elevación de la causa” (fs. 154/155). “II) Abal Mónica Irene y otro c/ Adepro S.C.A. s/ medida precautoria. En diciembre de 2002 las señoras Mónica y Cecilia Abal, con el patrocinio del Dr. Marcelo Meta, incoaron denominado cual ante el ‘incidente exigieron ser de Juzgado Nº medidas precautorias’ puestas en 26 del posesión del fuero un por el cargo de administradoras de la sociedad Adepro S.C.A. invocando ser ellas las únicas socias comanditadas junto con Laura Abal que ya ejercía el cargo. La señora Jueza entonces a cargo del Juzgado Nº 26 se desprendió del conocimiento de la causa, por estimar que debía actuar el suscripto, como titular del Juzgado del fuero Nº 5. Luego de aceptar el ofrecimiento de pronunciar[se] recha[zó] el la sobre 30 de competencia, el pedido diciembre procedi[ó] cautelar, de 2002 y el a cual luego la revocatoria solicitada con fecha 12 de febrero de 2.003. Sin embargo, luego de diversas contingencias procesales, mediante el pronunciamiento del 3 de julio de 2003 admiti[ó] un nuevo pedido de reposición deducido esta vez sólo por la administración señora de Mónica Adepro Abal, S.C.A. y separ[ó] de a socios los la comanditarios y terceros y design[ó] en su reemplazo, con carácter provisorio, a Mónica Irene Abal y Cecilia Estela Abal, por el plazo de tres meses, período en el cual mediante el ejercicio de los resortes societarios, debían regularizar la conformación definitiva del directorio, sea por la conformación de los actuales, sea mediante la designación de otros. Así el directorio quedó cautelarmente conformado por las Señoras Mónica, Cecilia y Laura Abal, quienes eran las únicas que formalmente ostentaban la calidad de socias comanditadas” (fs. 155/156). “III) Olazar, Carlos Gustavo y otros c/ Adepro S.C.A. y otros s/ ordinario. En febrero de 2004 los señores Carlos G. Olazar e Inés Silvia Díaz, mediante letrado apoderado Seifert y Alcira (Guillermo Thelma Luis Díaz Perrone); representadas Gastón por María Adelia de la Fuente; y Laura Elena Abal, mediante su apoderado Guillermo Alberto Ladrón de Guevara, dedujeron demanda contra Adepro S.C.A., Mónica Irene Abal y Cecilia Estela Abal, reclamando la nulidad de la asamblea del 21 de noviembre de 2003 y la remoción del directorio que integraban las allí codemandadas Abal. En fs. 239, por medio de apoderado (Domingo Baca), adhieren a la demanda Patricio Sartota, Teresa Sartota, Maximiliano Sartota, Santiago Sethson, Diego Sethson y Cecilia Sethson. En fs. 247 también adhirió a la demanda otro sujeto procesal, quien se dijo socio de la codemandada, el señor Enrique Solari. Aparentemente en tal asamblea las demandadas intentaron cumplir con la manda impuesta en la cautelar referida a la regularizar el órgano de administración en el plazo de tres meses. Este expediente fue iniciado ante el Juzgado del jurisdicción fuero por Nº 26 estimar quien que también lo resignó invocado era su un incumplimiento de aquella manda cautelar dictada por el suscripto en los autos ‘Abal Mónica Irene c/ Adepro S.C.A. s/ medida precautoria’, cuando [s]e encontraba a cargo del Juzgado de Fuero Nº 5. Al igual que lo ocurrido en el proceso citado en II), estim[ó] pertinente lo decidido por [su] colega y asumi[ó] jurisdicción en el caso, sin que ninguno de los litigantes manifestara Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura oposición. En aquel proceso, luego de conferir trámite ordinario, admiti[ó] parcialmente la cautelar pretendida por los actores, y design[ó] un coadministrador judicial, sin desplazamiento de las autoridades sociales, por el plazo de tres meses. Destac[a] (...) que lo pretendido por los actores era una administración judicial plena, esto es con desplazamiento de los designados en la asamblea cuestionada” (fs. 156/157). Luego de concluir la explicación que antecede, “pas[a] a contestar imputaciones con el realizadas representante de mayor por Mónica orden el y posible, Dr. Meta, Cecilia las como Abal (...) pertenec[ientes] a las actuaciones ‘Olazar Carlos G. y otros c/ Adepro S.C.A. y otros s/ ordinario’ (...)a)Cuestionamiento procesal a la decisión que admite la cautelar de coadministración: Las denunciantes califican como ‘primera irregularidad’ el adoptar esta medida en un expediente distinto de aquel en que se dictó la anterior cautelar por la cual se designó a las señoras Abal como directoras. Literalmente se dijo que ‘se está cuestionando una resolución tomada en el marco de un expediente de Medida Precautoria, utilizando para ello otro expediente, en lugar de acumular los procesos y cotejar las argumentaciones allí expuestas’” (fs. 158). Asegura claramente que contraria “[e]sta a imputación derecho. La resulta cautelar de coadministración fue adoptada en el marco de un juicio de objeto distinto al anterior (Abal M. Y otra c/ Adepro S.C.A. s/ medida procesales posterior (los a esa precautoria), allí actores) cautelar, por donde otros impugnaron la cual sujetos un se acto pretendió regularizar el directorio del ente. La medida precautoria anterior (designación provisoria de la socias comanditadas) fue agotada con su ejecución (asunción del cargo) y el ulterior cumplimiento de la manda (regularizar en tres meses el órgano de administración). Si este último acto fue cumplido irregularmente, ello será decidido en el pleito ulterior (Olazar, Carlos y otros c/ Adepro S.C.A. y otros), conforme las argumentaciones que allí se desarrollaron” (fs. 158/159). Agrega que “[a] todo evento, como fuera dicho antes, (...) aceptó la competencia en este pleito por estar vinculado a los indicados en los puntos I y II, lo cual permitió tener un conocimiento integral del conflicto” (fs. 159). b) Omisión de requerir la incorporación de copias bajo apercibimiento del cpr 120: el magistrado manifiesta que “[e]sta imputación no [l]e compete. La omisión que se indica fue realizada en la providencia de fs. 69/70 dictada por el entonces titular del Juzgado del fuero Nº 26 donde el pleito fue indicado; y el suscripto subsanó la omisión ni bien le fue requerido. Va de suyo que procedió contenía otra intimación, apercibimiento. No pues la soslay[a] anterior que la no allí demandada (aquí denunciantes) dedujeron oposición contra la providencia que dispuso la intimación (...) [y] [s]in embargo no se advierte que hubiere diligenciado la cédula para sustanciar el traslado allí ordenado. En rigor, los denunciantes utilizaron la vía procesal idónea (reposición), aunque luego parecen haberla abandonado. De allí que ahora no pueden ‘revivirla’ por vía de una improcedente denuncia” (fs. 159/160). “c) cuestionamiento sustancial a la decisión de designar una coadministración judicial. Las denunciantes calificaron de ‘...al menos infantiles y con muy escaso rigor jurídico...’ los fundamentos desarrollados por el suscripto para atender parcialmente la medida. Entiend[e] que este cuestionamiento se supera facialmente con la mera lectura de la decisión que admitió la cautelar. De todos modos, esta cuestión no puede ser fundamento de una denuncia como la presente, sino que debe ser encauzada por las vías procesales pertinentes. Recuérdese, a todo evento, que esta medida fue confirmada por el Superior al conocer por vía de recurso. Aún cuando revocó el ulterior Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura agravamiento de la medida (administración plena) mantuvo la coadministración” (fs. 160). “d) Prórroga de la coadministración. Por vía de esta denuncia, las demandadas en aquel pleito reiteraron sus cuestionamientos a la decisión del suscripto de extender la coadministración por tres meses. En rigor este ataque lo formalizaron en la causa (fs. 342/344), el cual mereció una extensa consideración en su tiempo (fs. 346/352). Allí fueron ratificados llevaron al suscripto a debido lo informado por a los extender el fundamentos la que coadministración funcionario judicial en punto, entre otras particularidades, a la irregularidad de la documentación contable y los abultados gastos denunciados. Así fue ordenado al funcionario que adopte los recaudos aclarándose sociedad para que regularizar ello toda, y se no la disponía para contabilidad en buscar social, beneficio de la responsabilidades particulares. En punto al informe del coadministrador, el mismo también fue impugnado por las aquí denunciantes. Todo ello revela que no sólo tuvieron las posibilidades de cuestionar cautelar del ejercitaron por técnicamente suscripto, tales último, que actores la informe sino facultades coadministración los tal que legales decisión y la decisión efectivamente (...). Recuerd[a] de extender la fue adoptada denegando la pretensión de que exigían el desplazamiento de los administradores sociales” (fs. 161). “e) Designación ‘a dedo’ del coadministrador judicial. (...) Como fue dicho en la resolución ya citada (fs. 346/352), no existe un procedimiento específico ni listado al efecto, cuanto menos en esa época, que regule el régimen de designación de este tipo de auxiliar. Así el nombramiento discrecionalidad efectuado que (...) constituía el lo único fue con la procedimiento posible. Para hacerlo, tuv[o] en cuenta las calidades técnicas y morales del Dr. Garzón Vieyra, quien había desempeñado durante años la función de Juez de Cámara. En los hechos su gestión fue superavitaria, revirtiendo la cumplida por 1486/1489). los A administradores todo evento sociales (...) (ver. destac[a] que fs. la designación de la persona del administrador no mereció reproche por ninguna de las partes al tiempo de ser conocida, y sólo la misma fue objetada al presentar este los informes sobre la situación social. En punto a lo actuado por judiciales el Dr. indicadas Garzón por las Vieyra en las denunciantes causa[s] (totalmente ajenas al Juzgado en lo Comercial Nº 5), son hechos por [él] desconocidos que, por lo demás, no fueron invocadas en el proceso para procurar la remoción” (fs. 162). “f) Cuestionamientos a la decisión de agravar la coadministración Judicial a una administración plena con desplazamiento magistrado asegura de los que órganos sociales”: “[n]uevamente las el denuciantes (...) intentan atacar una decisión judicial que ha sido materia de recurso de apelación específico”. Expresa que “[s]in duda, como bien dicen los denunciantes, la intervención con desplazamiento de los órganos sociales debe ser acogida con criterio restrictivo. Así lo dij[o] en la decisión invocada. Pero el suscripto estimó que la situación era de tal gravedad que imponía la medida, en particular cuando la conducta de los denunciantes y su letrado había sido constante obstrucción de la tarea del coadministrador” (fs. 163). “g) Desigualdad en el tratamiento de las partes en cuanto a los presentaciones. imputación”. actuaciones plazos que son proveídas sus Resulta insólita a [su] juicio, esta Asegura se en que advierte “[c]on que todas sólo las compulsar las presentaciones realizadas, cualquiera fuere su autor, han sido proveídas en tiempos razonables y similares. Cabe destacar que este expediente revela una gran conflictividad que se plasma en numerosas y constantes presentaciones, en particular de las aquí denunciantes. Y muchas de ellas requieren del dictado de sentencias interlocutorias, las cuales no Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura pueden ser emitidas en igual tiempo que una providencia simple. El ejemplo que las denunciantes describen sesgadamente, no revela una demora irrazonable y menos un trato discriminatorio. Las denunciantes apelaron (...) la decisión de designar coadministrador el 7.5.2004, recurso que fue proveído tramitando la el 9.6.2004 puesta en en tanto posesión se encontraba del cargo del funcionario. Ese mismo día dispuso, al concederse con efecto devolutivo, que el recurso debía ser encauzado por vía de incidente de apelación (cpr 250). Las copias fueron acompañadas recién el 29.6.2004. El 15.7.2004 fue ordenado, todos por los evidentes recursos razones con incidente; sustanciados contestado el efecto los 9.8.2004, de economía, devolutivo recursos en el elevándose el tramitar el mismo memorial fue incidente el 30.8.2004. Cabe recordar, por lo demás, que en el ínterin de desarrolló la feria judicial de invierno (17.7.2004/2.8.2004)”. Asimismo, manifiesta que “[e]sto además debe ser considerado dentro de un contexto como lo es el fuero comercial en que en ese tiempo recibía cerca de 600 personas por Secretaría (1200 por Juzgado), y un promedio de 200 presentaciones por cada Secretaría, lo cual colapsaba a la totalidad de los Juzgados del fuero. Tales condiciones complicaban el manejo administrativo de la causa, no jurisdiccional, ámbito en el que sólo pueden enmarcarse inexistentes demoras” (fs. 164/165). “h) expulsado de Mención [su] del despacho. Dr. En Meta una de haber breve sido mención, el letrado manifiesta que el día 4 de octubre (...) ante una ‘...enérgica expediente, exigencia...’ fue ‘...echado de del serle exhibido despacho en el forma descomedida por el Juez’”. Asevera que “[l]o dicho, sólo puede calificarse como una burda falacia. Como lo indica el señor secretario en el informe que obra a fs. 609/611, el Dr. Meta se presentó en forma claramente inadecuada en las oficinas del Juzgado requiriendo la exhibición de la causa. Las explicaciones del Secretario sólo recibieron por respuesta epítetos agraviantes y una imprudente y falaz calificación para el actuario y el suscripto. Comunicado ello, le requ[irió] al Secretario que invitara al Dr. Meta a [su] despacho. Al extenderle [su] mano para saludarlo con el respeto que merece todo letrado, negó todo saludo, como también el asiento que le brindaba. Frente a ello explic[ó] Secretario, que no igual podía que lo había exhibirle la hecho causa el por desconocer si la medida cautelar había sido efectivizada. La (...) reunión concluyó al no aceptar el Dr. Meta la explicación, que sólo fincó en repetir lo normado por el código de rito, conversación. y por Nieg[a] tanto ser innecesaria absolutamente haber toda expulsado (echado en los términos del letrado), al profesional en [su] despacho”. Asegura que “[e]n casi treinta años como funcionario actitudes judicial o magistrado, descomedidas para nunca ningún h[a] tenido profesional o litigante. Tampoco nunca h[a] recibido improperios como los emitidos por el Dr. Meta ese día, bien que no en [su] presencia, como al siguiente. Los hechos reseñados – explica- en el informe actuarial ya mencionado provocó que, por primera vez en [su] carrera judicial, deba denunciar a un letrado, lo que hi[zo] ante el Tribunal de Etica del Colegio Público de Abogados, según da cuenta la resolución de fs. 612/614” (fs. 165/166). “i) Haber obrado el interés de la actora”. Indica que “[e]sta tremenda imputación carece de todo respaldo fáctico, lo cual la vuelve no sólo desestimable sino permite calificar de irresponsables a quienes las emiten. Han dicho las denunciantes, por boca de su apoderado, que no han podido defenderse o que h[a] obrado de oficio proporcionando fundamentos a la actora que esta no ha allegado (...). La causa se encuentra plagada de planteos de las denunciantes y sus contrarios, y de las consecuentes decisiones que atienden favorable o desfavorablemente tales peticiones como la concesión de los recursos pertinentes. Ello demuestra un constante Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura ejercicio del derecho de defensa y un trato equidistante del suscripto para ambas partes” (fs. 166/167). “j) Ampliación de la denuncia. En escrito separado las requirentes ampliaron la denuncia informando de la desaparición de un cheque y ulterior cobro mediante el de una importante suma de dinero. En una indebida manifestación hicieron responsable al suscripto junto con el administrador de tal faltante. A su vez sostuvieron que nada había hecho para investigar tal denuncia. Según el informe que brind[ó] al señor Presidente de Cámara el día 7 de diciembre de 2004 y que obra en las actuaciones administrativas de [la] Cámara ‘S.2868bis/2004 Meta Marcelo (Abogado) s/ denuncia Juzgado 5 Secretaría 10” la primer noticia que tuv[o] de la presentación de marras fue ante el pedido de informes requerido por el señor presidente con motivo de la ampliación de denuncia efectuada por el Dr. Meta, en representación de Mónica y Cecilia Abal. Frente a ello, consult[ó] con el señor Secretario sobre la existencia de tal presentación y al ser negativa la respuesta, lo comision[ó] a revisar las actuaciones principales que se encontraban radicadas ante la Sala A de las Cámara del fuero. Nuevamente la respuesta fue negativa. Frente a ello orden[ó] extraer copia de las actuaciones administrativas, a fin de formar un incidente transitorio (Nº 60.237/2004) que permitiera investigar lo ocurrido mientras retornaban las actuaciones principales. Simultáneamente el administrador judicial informó del faltante y de la existencia de una denuncia penal en su contra, promovida por el Dr. Meta y las señoras Abal. Así en fs. 120/121 de esas actuaciones, dispus[o] que tal incidente tramitara como de remoción del administrador, y dispus[o] medidas urgentes tendientes a investigar lo ocurrido. El 13 de diciembre de aquel año el señor Secretario [l]e informó que el original de aquel escrito había sido encontrado mal agregado en un expediente de quiebra. Por ello dispuso la formación de un sumario administrativo para deslindar responsabilidades respecto del error administrativo constatado (fs. 143 del referido expediente transitorio). No dispus[o] la realización de una denuncia penal, pues la misma ya estaba en curso. De todos modos ordenó un control de la misma y un informe sobre su estado”. Expresa que “[q]ueda entonces descartada claramente la inacción que las denunciantes [l]e imputan ante este hecho. Respecto del pedido de remoción del funcionario, dispus[o] en fs. 557/562 del mismo incidente diferir el pronunciamiento resultas de la definitivo causa sobre penal tal en remoción trámite, a las dada las peculiaridades del hecho y la diversidad de posibilidades en punto a la comisión de ilícito que ello permitía. Esta decisión fue confirmada por la Sala A de la Cámara del fuero el 11 de mayo de 2.006 (fs. 654/660). Lo expuesto muestra no sólo la actividad del suscripto sino la adecuación a derecho y las circunstancias fácticas de lo decidido” (fs. 167/169). Asegura seguidamente que “[l]o hasta aquí expuesto refleja, a [su] juicio la total inconsistencia de la denuncia efectuada respecto de [su] actuación profesional como Juez a cargo del Juzgado del Fuero Nº 5 en la causa ‘Olazar Carlos G. y otros c/ Adepro S.C.A. s/ Ordinario’” (fs. 169). VI. Surge además a fs. 138, de la Información Sumaria sustanciada por la Alzada en el expediente 454/04, en relación el faltante del cheque indicado ut supra, que el magistrado decidió diferir la decisión de la remoción del administrador hasta tanto avanzara la investigación llevada a cabo por la instrucción penal, y apelada, fue rechazado por la Sala A el 11 de mayo de 2006, que consideró que lo actuado hasta entonces por el interventor judicial no lo hacía pasible de reproche alguno que justificara apartarlo de la tarea que le fuera encomendada, sin perjuicio de lo que pudiera resultar de las investigaciones que se llevan a cabo en sede penal. Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura CONSIDERANDO: 1. Que en estos autos se denuncia la supuesta actuación irregular del Dr. Vasallo por la designación del coadministrador judicial, Dr. Garzón Vieyra, en la firma Adepro S.C.A. mediante una medida cautelar. Luego de esto, realiza distintas una serie situaciones de ocurridas cuestionamientos en relación hacia a esta designación, como ser el tardío acompañamiento de las copias de escrito peticionando la medida precautoria, la imposibilidad de compulsar el expediente, la posterior designación como administrador exclusivo del funcionario indicado ut supra, la prórroga de su plazo de designación, el traslado por nota hacia las partes del informe del administrador y la sustracción de un cheque de su administración. Sin embargo, el denunciante sólo cuestiona genéricamente los fundamentos que tuvo el magistrado para adoptar la decisión de designar al coadministrador, y teniendo en cuenta esto sólo se infiere su disconformidad con la decisión del magistrado, siendo ésta una crítica exclusivamente centrada en la actuación jurisdiccional del mismo, lo que, resulta fuera de la competencia de este Consejo. 2. Que en cuanto al resto de las incidencias ocurridas, como ser la designación como administrador exclusivo y el plazo de su duración, surgen confirmados de los propios desentendimiento dichos del denunciante entre el administrador que y existía la un empresa sobre el alcance de las funciones y tareas que debía desempeñar, lo que explica el entorpecimiento en la labor del funcionario que advirtió el magistrado y al que expresamente hace referencia en su escrito. Lo mismo cabe aclarar con relación al resto de los puntos de denuncia, siendo claros y precisos los fundamentos y explicaciones ofrecidas por el magistrado para sostener las decisiones atacadas por el denunciante. 3. Que respecto al faltante del cheque, el magistrado decidió diferir la decisión de la remoción del administrador hasta tanto avanzara la investigación llevada a cabo por la instrucción penal, la que apelada, fue rechazada por la Sala A, que consideró que lo actuado hasta entonces por el interventor judicial no lo hacía pasible de reproche alguno que justificara apartarlo de la tarea que le fuera encomendada, sin perjuicio de lo que pudiera resultar de las investigaciones que se llevan a cabo en sede penal. 4. Que por otra parte, resulta satisfactoria la explicación brindada por el magistrado al letrado, en relación a la imposibilidad de compulsar el expediente debido a la contingencia de cumplimiento de una medida precautoria. 5. Que de los puntos expuestos y el preciso descargo brindado por el Dr. Vasallo, sólo se infiere que las numerosas denuncias presentadas en su contra, en algunos casos en forma duplicada ante la Alzada y ante el Consejo, trasuntan solamente la disconformidad con los criterios del magistrado. 6. corresponde Magistratura Que, a la asimismo, debe competencia de investigación de la destacarse este la Consejo actuación que no de la de los auxiliares de la justicia o de los funcionarios que no sean magistrados, como es el caso del Secretario. 7. Que en este sentido, cabe recordar que la ley 24.937 y sus modificatorias asegura la garantía de independencia de los jueces en materia del contenido de sus sentencias, por lo que los asuntos que sólo expresen la disconformidad con decisiones de naturaleza procesal o de fondo, exceden el ámbito de competencia de este Cuerpo y sólo son revisables a través de los remedios previstos por el ordenamiento procesal. Consecuentemente con lo señalado, no se advierten los extremos invocados en la denuncia formulada contra el Dr. Gerardo Vasallo, y toda vez que no se Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura configura ninguna irregularidad que encuadre en las causales de remoción previstas en el artículo 53 de la Constitución Nacional ni falta disciplinaria prevista en la ley 24.937 y modificatorias, corresponde desestimar las presentes actuaciones. Por ello, SE RESUELVE: 1°. Aconsejar al Plenario del Consejo de la Magistratura del desestimación de Poder la Judicial denuncia de formulada la Nación, contra el la Dr. Gerardo G. Vasallo, actualmente integrante de la Sala D, de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial. 2°. De forma. Fdo.: Diana B. Conti (Presidente Comisión de Disciplina y Acusación) – Santiago Montaña – Marcela Losardo – Luis María Bunge Campos – Federico T.M. Storani – Nicolás A. Fernández – Luis María Cabral – María Laura Leguizamón.