PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 Preámbulo Buenas noches señoras y señores, permítanme antes de nada, dirigirme a la madre que hace posible reunirnos hoy aquí, como cada año, para celebrar su onomástica el próximo 8 de diciembre: “Hoy te saludamos Amantísima Madre, Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, te damos las gracias por permitirnos congregarnos ante ti y pedimos tu bendición para nuestro pueblo y todas y todos las mujeres y hombres de bien” Sirva este saludo como agradecimiento y reconocimiento, en especial, a las MADRES de Jinámar y “a todas las mamitas de Canarias y a todas las mamitas del mundo” -como reflejaba el comunicador don Francisco, todas las noches, en su canal televisivo familiar; por su condición de sufridas y luchadoras, trabajadoras abnegadas e ignorantadas socialmente, en nuestro país, en la época que transcurría mi niñez y juventud, ya que nacieron en un mundo que de niñas se hacían mujeres trabajando. Ni jugaban ni se formaban. Saludos A las Autoridades civiles: Distinguidas autoridades, De la Excelentísima CAC Del Excelentísimo Cabildo de Gran Canaria Del M. I. Ayuntamiento de la Ciudad de Telde Sr. Presidente de la AV La Concepción de Jinámar don Pablo Rodríguez Hdez. - Autoridades eclesiásticas Reverendo cura párroco - Queridos vecinos y vecinas, señoras y señores, amigos todos. Agradecimiento Quiero expresar mi agradecimiento más sincero, a las y los miembros del Patronato de Fiestas, Cultura y Deportes La Concepción y la Caña Dulce, por haberme designado pregonero este año, ya que, como le comenté al amigo Octavio Santana, cuando tuvo el detalle de visitarme al domicilio, en Telde, me sorprendió, porque entiendo que mi 1 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 significación social en el pueblo es inapreciable, no soy miembro activo de ninguna asociación o colectivo, mi representación es como la de cualquier vecino orgulloso de su pueblo, de su gente y sus raíces. Me satisface enormemente cuando me llaman por Leocadio o Cayito y añaden “el de Jinámar” o cuando sin pronunciar siquiera mi nombre emplean el gentilicio “jinamero” Te hacen sentir que tienes “cuna”. Aclara Octavio que la propuesta se realizaba por motivos deportivos, mi aportación como futbolista en la década de los 70. ¡Pero si han pasado 41 años! ¡Diossssssss, qué generosa es mi gente y qué memoria tiene! Me alegra el ofrecimiento y lo acepto, porque considero que es un orgullo y un honor que se acuerden y confíen en mí. Imposible resistirse. Justificación Con la aceptación de pregonero, entiendo, he asumido una gran responsabilidad, porque es la fiesta más importante del municipio de Telde y la segunda de Gran Canaria en afluencia de romeros y devotos, teniendo en cuenta, que la primera es la de Nuestra Señora del Pino en Teror (patrona principal de la Diócesis de Canarias) y además porque soy consciente de las y los ilustres predecesoras/es (de todas las ramas del saber… políticos, comunicadores, médicos, historiadores, enseñantes, clérigos, etc.) que han ido leyendo el pregón de las fiestas año tras año. Discurso que han realizado e impartido con verdadero magisterio. Por lo tanto, la satisfacción de estar aquí hoy, es doble. Primero, porque para mí supone la oportunidad del reencuentro con mi gente, mi Rusia “la Chica” –“alias” adquirido por reconocernos como un pueblo, con espíritu reivindicativo- del que me siento plenamente orgulloso. Y como bien dijera, el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, cuando regresó a su aldea “mi deseada patria”, “y donde en verdad en verdad hiciera muchas amistades”, “me dieron de comer y me regalaron lo posible”. Y segundo, porque siquiera por un momento, dirigiéndome a ustedes, puedo servir de guía, alzando la voz, de las vivencias que esta noche recorreremos juntos. 2 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 Orígenes de Jinámar … Hablar de los orígenes de nuestro pueblo se hace bastante complicado, debido a que los datos anteriores a la Conquista de la Isla tan sólo son aproximaciones y no realidades fundamentadas. En cuanto al nombre de Jinámar, a su topónimo, hay que decir, por lo averiguado y entre otras certidumbres, que posiblemente sea un vocablo aborigen muy extendido, porque también en la isla de Fuerteventura se encuentra el lugar de Ginijinámar, lo que lleva a pensar que pudiera tener afín con el sitio, relacionado posiblemente con barranco de palmeras. ¿En qué se basan para fundamentar esta hipótesis?, pues en que el vocablo “amar” aparece también en el de Tamaraceite y éste, parece ser que sí se corresponde con zona poblada de palmeras. Además a la llegada de los mallorquines primero y los castellanos después, se encontraron con el barranco de Jinámar, que era una zona rica en palmeras y olivos silvestres. Vivencias - Nostalgia Me corresponde, en este caso, como hijo del pueblo, ir relatando desde la óptica personal, las ocurrencias desde mi niñez hasta la fecha, con saborcillo a “nostalgia” “disgusto” y “optimismo” y cambiante en el tono, en momentos dados, en homenaje a don José Santana Castro “Pepe Cañadulce” el último pregonero tradicional de eventos, verbenas, fiestas populares y todo lo que le encargaran (me falta el tambor -Clemente Quintana “el de Marilala” lo imitaba como un experto- y el megáfono (cono metálico de azul desteñido que usaba). Al conocerlo (hombre de inocencia infinita), portando su caja de “limpiabotas” en la mano y anunciando la fiesta de la Virgen de las Nieves, sentía envidia de los marzaganeros ¿cómo es posible que Marzagán tuviera el lujo de pregonar sus fiestas y las de La Concepción –-que consideraba eran las mejores del mundo-mundial-- no? Normal, no entendía que las pregonaba en los lugares donde no se celebraba. Por aquí venía la última semana a cobrar “su sueldo” por el trabajo bien hecho. Voceando exclamaba ¡“siñoras y siñores” vengan a la mejó fiesta de canaria, la cañadulce, baile de papagüevos y tó! lo que le hacía ganar en todos los bares por los que iba pasando: “Pancho Lele”, “Manolito el de Pedro”, “Jacintito Valido”, el bar “Pili”, “El bodegón” su tapita de enyesque y “baya-baya” En mí el enfado dio paso a la admiración y cariño, eso sí, 3 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 cuando le seguíamos e imitábamos hacía ademán de perseguirnos y nos lanzaba una sarta de improperios “que pa’ qué”. Pepe, Maestro, a partir de hoy, acéptame como acólito en tu cofradía de pregoneros. Nací en los albores de los años 50, 1954 concretamente. Como todos los niños y niñas de la época, de familia humilde, padre agricultor, después jornalero de la construcción y madre que compartía “sus labores caseras” como todas, con la dedicación a una tienda de aceitevinagre, conocida también de ultramarinos. La tienda de Candelarita “la majorera” heredada de mi abuela, María Hernández León “la majorera” con su delantal fajado a la cintura tal matriarca respetable ¡ah! y mi padre, Manolito “barranquera”. Parece ser que este mote lo había adquirido mi abuelo paterno, ya que la vivienda estaba situada a orillas del barranco de Marzagán a la altura de Los Llanos de Barrera. Sin los apodos, en este pueblo, el cartero “tenía que volver dos veces” Fuimos cinco hermanos. No conocí al primogénito ya que murió a los tres años. Le siguen Francisca “la de la tienda de voladores”, Manolo “el de los Hornos del Rey”, Julio Vega y el que les habla, Cayito el de Jinámar. Debo mencionar que en mi nacimiento como en la mayoría de las niñas y niños de este pueblo, asistió a mi madre en el parto doña Pino Calderín, como recordamos todos, Pinito además, nos curaba de los empanches y sustos, con buenas mañas, diciéndonos que teníamos desarretado el “pomo” si éramos varones y “las madres” para las mujeres. Con que “jaitillo” se los traía al ombligo, que éste cuando se reencontraba con “el pomo” o la “madre” empezaba a dar saltos de alegría. La tienda de mi madre se convirtió en mi “particular universidad”. Por la noche, una vez terminados los “deberes” de la escuela, hacer los “mandados” y regresar de jugar en la plaza, me sentaba a escuchar, en un rincón, las conversaciones de los mayores, que se iban a echar “la arrancadilla” (copita de ron y tapita de tomate con sal o alguna aceitunita, etc.), que ayudaba a calentar el ambiente entre chistes, anécdotas y mítines. Para los chistes –maestro de maestros- Ignacito Quintero; secundado por Pablito Rosales y si por un casual, aparecía por los alrededores mi hermano Julio “apaga la luz y vámonos”. Las anécdotas correspondían a don Daniel Rivero, entre otros, muy solemne 4 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 y caballeroso él. Los mítines estaban a cargo de Juanito Clemente y mi primo Jerónimo Hernández; de ambos tomé las primeras píldoras con referencia ideológica. Jerónimo Hernández de ideología socialista, en la década de los 40, tuvo la osadía de, usando una caja de tomates como tarima, y subido en ella arengar a sus vecinos aparceros para generar una conciencia de dignidad en una época, de explotación y miseria. Por este abnegado espíritu de compromiso con los más débiles conoció las penalidades del campo de concentración de Gando, donde permaneció preso. Debo decir que, de todos mis hermanos, he sido “privilegiado”. Por algo me tocó ser el benjamín. Privilegiado, porque tuve la bendición de nacer en el seno de una familia, al uso, en la que recibí una adecuada educación y cariño; en la que la consecución de objetivos era el esfuerzo personal, luego yo decidía y así fue. Me educaron en valores. Debo contarles una anécdota que me marcó: - Venía por la tienda, todas las semanas, pidiendo limosna una señora de “no sé donde” cuyo nombre era “Lolita”. La recuerdo delgada, con ropas humildes. Se acercó un guardia de Telde que la seguía –parece ser, el pedir estaba prohibido- y entonces en un arranque de carácter de Candelarita, le espetó al guardia que -en su casa mandaba ella- la invitó –venga pa´ dentro- y ese día almorzó con todos nosotros. El guardia se marchó cabizbajo, amenazante ¡por aquí no te quiero ver más! Familia católica por tradición. Tengo que confesarles que disfruté de tres madres: Candelaria, María (mi tía) “lectora empedernida” –leía todo lo que caía en sus manos- sufridora oyente de mi etapa del Instituto Laboral de Telde, y a la que yo recurría para repetirle como un loro las lecciones que de memoria yo aprendía; y mi hermana Paca ¡sí, sí, la de los voladores! La fortuna de mi génesis continúa en que, coincidió en los años que la hambruna, iba quedando atrás, como dicen ahora nuestros “iluminados” en economía “se atisbaban los brotes verdes”. Ya se iban encargando mis hermanos de “aliviar” con su trabajo, la penuria doméstica. Y ayudados, además, con el reparto de leche que hacía la Diócesis botellas “leche Coagro”, (la repartía el cura don José Pérez Mendoza 5 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 ayudado de su hermana Modestita), y también, con la leche en polvo que se racionaba en la escuela del rey del Cascajo “ la leche Lita ”. Tengo que admitir que he sido, a mi forma, sano bromista. En una de ellas y siendo monaguillo de esta Iglesia, con el nombrado don José, me dio una vez una “tollina” que casi me mata. Me hice el gracioso y estando Alfonso Cruz Torres ayudando en la celebración de la Misa y con la colaboración de Aniceto “el caminero” también monaguillo, pusimos ciertos “ivni” –insectos voladores no identificados- en la vinajera que correspondía al vino. En la celebración de la Eucaristía, don José descubrió a los “invitados” y los sorteó como pudo. Al finalizar el santo oficio y al ser interpelado por don José, Alfonso con cara de inocencia, negó que había sido él, Aniceto también y por descarte y sin preguntar me llama a la Sacristía y en ademán desafiante me dice ¡acércate! Así lo hago y veo que me quiere “acariciar” con la mano derecha, la esquivo, me agacho y quedo empotrado en el suelo, el resto imagínenselo. Cuando acabó, me quité la sotana y me fui a casa, con los pantalones remangados (con las prisas me había olvidado bajármelos, -sepan ustedes que los monaguillos llevábamos sotana y para que no vieran los pantalones había que remangárselo-). Una vez en casa y ante la extrañeza de mi madre al verme, no tuve otra posibilidad que enmascarar la verdad, y ante el rostro interrogante de mi madre enfáticamente le digo con seguridad ¡Se acabó mi tiempo de monaguillo! La estrategia tuvo éxito y mi madre aceptando mi argumento contestó: así aprovechas más en la escuela-. Tranquilo respiré pensando que el entuerto había tocado fin. Como de costumbre al día siguiente, voy a buscar la botella de leche que repartían en el patio aledaño a la Iglesia y -¿Adivinan ustedes quién me estaba esperando? - Don José; éste manos en jarras me dice -¿va a continuar siendo usted monaguillo? Le respondo: –No don José¡Pues no hay leche, para su casa! ¡Como me pasó lo cuento! Me considero beneficiado porque, el destino quiso que la cigüeña, anidase en Jinámar. Pueblo, que reunía las condiciones ideales para desarrollarnos como personas, amantes de la naturaleza y libertad para practicar todo tipo de juegos. Así salíamos juguetones, desinquietos, “mataperros”, pero nobles y “bien mandaos” ¡El respetito es muy bonito! Si no ¡Zas! ¡ Alpargatazo que te crió y a obedecer!. ¿Cuántos no recordamos frases así de nuestras madres? 6 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 Aquí en Jinámar, la naturaleza, por sí sola, había sido generosa. Tierras fértiles, lluvias cíclicamente abundantes y espacios, sin peligro, donde podíamos corretear. Y a poco que caminásemos barranco abajo, atravesando la Finca del Conde, por donde los guardianes no podían prohibirnos su paso, tropezábamos con los médanos “meanos” dunas preñadas de la hierba que apenas nos dejaba caminar sin pisarla, bautizada como “hierba muda” o Lotus Kunkelli (endemismo único en el mundo) nombre que recibe de su descubridor, el botánico alemán Günther Kunkel, para ya al final, otear el Atlántico, llegar a mar abierto “La playa de Jinámar” que lucía espléndida, presumiendo de su arenal extenso, brindándonos entre las piedras y riscos que la protegían, su lombricera, correlones, cangrejos, erizos, lapas… y a su vez se mostraba desprendida, dejando arrancar de sus entrañas los peces que con buen arte lograba engañar para su sustento y el de toda su familia el “protector de la zona”: Pepe “El Chacalote”. Persona conocida por todos, que con su prole moraba en la “bajá de la sardina” –lugar propicio de pesca a caña- donde construyó su morada y fonda. Como no recordar los juegos variados a los que nos dedicábamos: “el escondite” donde a veces se perdía uno buscando ya de noche y el resto se había ido para su casa, “la piola”, “huevo, araña, cuca y caña”, “el pañuelo”, “la tángana”, “el aro” y a correr, “el caballo de caña” y a galopar, “el boliche y su gua”, “el trompo” al que se le introducía una mosca para que hiciera más ruido, “la tunera” con el clavo afilado hasta que podíamos usar la “puntilla”, “las cometas”, “las estampas o cromos de futbolistas”, e ir a la Montaña Negra y bajar “arrastrándonos”, juego éste último, que tras el accidente de Gonzalo “el de judas” hizo saltar las alarmas y nuestras madres “mandaron parar” -A la Montaña Negra no va usted jamás si no va acompañado-. Desde ese entonces únicamente se subía a dicha montaña para la enramada del día de La Cruz. La Montaña Negra era un paraje idílico cubierto de calentones, veroles, tabaibas, cardones, aulagas, tuneras indias... y variedad de fauna, a veces nos salían gazapillos o conejillos y tratábamos de cazarlos a la pedrada limpia. 7 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 Con el paso de los años aparecería nuestra particular revolución industrial, allá por Reyes, nada de Papá Noel: las pistolas de mixtos, las patinetas, las bicicletas… y los balones de fútbol. A veces… muchas veces, íbamos detrás de la Iglesia, cruzábamos el barranco, si el agua bajaba por él, nos subíamos a la acequia que daba riego a la Cerca y llegábamos a ésta para degustar las “brevas” y un poco más tarde los higos (blancos o negros) dislocándolos de las higueras retorcidas, las moras y en su defecto, las algarrobas. Recuerden, había finalizado la cosecha de tomates y estaban formadas las cucañas, donde en su interior podíamos escondernos, no sin antes turnarnos para acechar a Antoñito Gil, que se encargaba de vigilar la Finca del Conde, y desde su -atalaya particular- observaba los terrenos que llegaban hasta la vivienda de Santiaguito donde estaba la era. Lugar que daba nombre a la zona. El grupo grupo de amigo era prolífico; cuántas veces nos convocábamos para ir a jugar a la era, Chófer, Raspilla, “Carmelo la ra”, Carmelo Pérez, Eustaquio, Pety, los hermanos Carlos y José Alba, Antoñito Gil –hijo-, y el que les habla. En ese lugar y en la época de las naranjas de ombligo, esperábamos que algunos de los labradores del Conde, Jinameros ellos, tiraran por el muro que delimitaba la finca, las naranjas que estaban picadas, para alegría nuestra, ya que con el botín sobrante nos las llevábamos a nuestras casas. ¿Quién no recuerda este vergel? A un lado del barranco que viene de Las Goteras, grandes plantaciones de tomates y al otro, la verdadera Finca del Conde, con plantaciones de cítricos, otrora la caña dulce, frutales, plataneras, jardín botánico exclusivo, que administraba celosamente la señora Condesa, de donde se seleccionaban las mejores flores para ornamentar la Iglesia. El jardín estaba próximo a la Casa que habitaba la Señora y contigua a la vivienda tenía su ermita privada, donde estuvo custodiada la Virgen primitiva de la Inmaculada Concepción, la del niño en brazos, de la que existe una tradición antigua y habla que la virgen fue encontrada en la fuente de Savo por unas jóvenes que iban por agua. La virgen iba y venía de la fuente a la ermita de una forma misteriosa y para que no se 8 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 escapase hubo que encerrarla bajo rejas. Otra versión decía que el niño se iba a la Mar Fea y volvía al amanecer lleno de arena negra. Hoy la imagen está protegida en la Iglesia dentro de una hornacina ¡por si acaso! Si hacemos un recorrido figurado en el tiempo, 1960-1970, salimos desde la plaza en dirección a la playa, por la senda hacia la Finca del Conde, bajamos entre un pequeño bosque de eucaliptus y frondosos palmerales cargados de gruesos dátiles o támaras; para llegar a “las casas”, y la vivienda y corrales de Pepito el pastor y Guadalupita su esposa (la que nos proporcionaba los productos de su ganado de cabras y ovejas: el beletén, la leche y los quesos); continuamos camino abajo y sorteando la “locaria” (que guarda celosa la cantonera donde muchas jinameras van a lavar la ropa), se asoma impactando a nuestra vista y emergiendo orgullosa, LA NORIA, arropada de palmerales y plantas autóctonas, rincón que para nosotros es y seguirá siendo representativo. La Noria, visible a pocos metros desde la Autopista del Sur, GC-1, es un curioso malacate instalado hacia 1850 por Don Agustín del Castillo y Bethencourt, IV Conde de la Vega Grande. ¿Cómo se le ocurrió adquirir semejante artilugio? Don Agustín del Castillo lo descubrió en un viaje a Francia y se lo trajo para su finca de Jinámar, amparado en la ley del veinticuatro de junio de 1849, y bajo dicho paraguas en 1850 varios propietarios agrícolas se acogieron a las favorables condiciones económicas, al estar exentos de pagar cargas contributivas por los capitales invertidos en la construcción de norias y sufragó la edificación de la misma. Es el ingenio hidráulico histórico para la extracción de agua de pozos, más importante de Canarias, con un estanque regulador anexo a la obra de fábrica y canalizaciones, que daban riego al fértil valle. Juventud y adolescencia El camino de mi juventud y adolescencia estuvo impregnado de importantes acontecimientos, lugares y personas. Recuerdo mágicas tardes en el Cine de Nito y Balito a donde acudía raudo a ver las proyecciones de películas con el preludio inevitable del NO-DO. Recuerdo aquellos entrañables héroes, en blanco y negro, defensores del bien (Kit Carson, El Zorro, Cantinflas, Charlot y El Gordo y el Flacot). 9 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 Los Lunes estaban reservados para ver los partidos de fútbol de la U.D. Las Palmas en primera división (claro está en diferido). Los días entre semana, en ocasiones, una verdadera algarabía nos juntábamos frente a la única televisión del pueblo, la de Velazquito y Rosarito. Mención especial merece quizá el primer club de jóvenes de Jinámar; les hablo del salón de Bernardo Santana y Sionita. Allí entre futbolines y billares algunos de nuestra época comenzaron los primeros escarceos amorosos. Testigo de esto que les digo es Edilia mi esposa y compañera de vida. Personas que debo, inevitablemente mencionar, y que lo hago de forma orgullosa al haber constituido en aquellos momentos referentes fundamentales en mi concepción ideológica y humana de lo que significa la vida, tengo que nombrar a: Manuel Alba Navas (maestro de escuela), Juanito Tejera e Ignacio Quintero. Fiesta En mi infancia, el referente de la fiesta, era la llegada de las primeras camionetas cargadas con las casetas de tiros o tiovivos que venían de Telde, feria de San Gregorio. El camión “soberano” era el de los coches de choque o el que cargaba la Noria. Por lo tanto, la festividad de San Gregorio estaba marcada a fuego en mi agenda mental. Dependiendo la cantidad de camiones que aparecían ese día y al día siguiente, podía vaticinar si se iba a llenar el recinto ferial destinado para ese año (la plaza, la trasera de la iglesia, los terrenos de la “palmera”, los de Alejandro Castañeira o donde hoy se encuentra el pabellón deportivo “Juan Carlos Hernández”). Pensaba, cuantas más casetas, más importante era mi fiesta. ¡Qué desazón! cuando veía camiones seguir de paso hacia Las Palmas de Gran Canaria y desaparecían Cuesta Ramón arriba, caseta perdida, tristeza encontrada. Otro signo anunciador eran los empleados del Ayuntamiento de Telde que se encargaban de colocar los altavoces. Uno en la Iglesia (torre del campanario), otro en la casa de Manuel “el de Pedro” o Josefita Castro, 10 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 otro en lo alto del Bar de Pancho Lele y cuando sobraba alguno, lo colocaban en la azotea de mi casa, junto a ellos, la colocación de las banderas y bombillas que pendían de un cordel. Y por último la colocación del escenario para que, la víspera y después de la procesión, tocase la Banda de Música de Telde. Recuerdo que la última semana previa a la fiesta, se repetía el sonido de voladores y todos los días el repique de campanas. Una por la llamada a los actos religiosos y otra anunciadora de la fiesta. ¿Qué ocurría los días de fiesta en la tienda de mi abuela? Empezaba el zafarrancho de todos los años. Se desalojaban las estanterías de los productos habituales (azúcar, gofio, granos) y se ocupaban con los propios para la ocasión (ron de caña de Telde, botellas de vino, refrescos) y a su vez junto a otras estancias como, el zaguán y el patio, se preparaban mesas para atender a los romeros y sacar unas perrillas. Al mismo tiempo se mataba el cochino, -que venía criándose para la ocasión en el chiquero construido al lado de la casa, alimentándolo de fregaduras (sobras de la comida), que ésta al ser escasa se completaba con agua y afrecho- recurriéndose para la matanza a las manos expertas de Ñico, Fino o Santiago “chaveta” -de profesión “marchantes”Una vez pasado a mejor vida el animal, lo quemaban con aulagas y quedaba visto para sentencia. Se troceaba y aprovechaban todo de él, carne, orejas, vísceras, sangre… -Sí, sí… sangre! Con la sangre, las tripas y un buen embarrado se podían hacer morcillas, que no tenían nada que envidiar a las famosas de Teror. En Jinámar, las morcillas que hacía mi abuela Mariquita “la majorera” eran muy apreciadas. También se le reconocía “su mano” en la preparación de la rica salsa canaria –el mojo picónLo que les he narrado pasaba con el resto de los bares y alguna que otra tienda o casa que se habilitaba y apechugaba toda la familia, para los mismos menesteres. En mi familia se decía que la fiesta era buena si llovía con anterioridad y “había corrido el barranco” Si era así, los romeros consumían más. Alguna vez cuando iba al almacén del Quinto y desde allí contemplaba correr el agua barranco abajo, pequeñito yo, algún año de punta a punta, tal que no se podía cruzar, tiraban voladores y algún valiente compraba una botella de ron de Telde y la lanzaba a la “barranquera” en señal de prosperidad o suerte. 11 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 Aparecían los ventorrillos y los puestos ambulantes de todo tipo de frutas, aceitunas, pan de puño… que días antes venían y con tiza iban marcando el territorio. Las cajas de turrón “La Moyera”; la compañía “Sastrá” con asado de jareas y castañas. Algún que otro trilero y “los charlatanes de feria” que tenían el arte de vender lo que no querías comprar. Y el producto “reina” la Caña dulce que previa recolección en la Finca del Conde surtían a “los puesteros” por aquellos tiempos. Este “distintivo”, La Caña dulce era y sigue siéndolo el símbolo característico e inseparable de nuestra fiesta, hasta el punto que se decía: –romero que no compre y se lleve de Jinámar una caña, no ha venido a los festejosAdemás, el romero que se preciara exhibía como si del Apóstol Santiago se tratara, la caña adornada en su extremo superior con racimo de naranjas y coloridas támaras, imagen imborrable de éste, que con orgullo iba paseándose por la fiesta, para al final del camino coger el coche de hora. ¡Y… hasta el año que viene! Los días 7 y 8 de diciembre el ambiente estaba impregnado de olores y sabores; si cierro los ojos es fácil que fluyan en mí los olores a pólvora quemada, a naranjas de la Higuera Canaria recién cogidas, a guayabos, a las aceitunas de Temisas con mojo, y el tufillo a chocos, jareas asadas y cómo no, a la tan solicitada carne de cochino. La víspera vivíamos pendiente de los fuegos. Comparados con los de hoy, pura coincidencia. Se quemaban frente al bar de Pancho Lele y consistía en varias ruedas de fuego giratorias, principalmente fijas y atadas a un poste de madera, alguna que otra descarga y traca final. Años después aparecieron las ruedas giratorias que volaban queriendo alcanzar el cielo. El día principal recuerdo con asombro, la ingente cantidad de peregrinos, unos, los fieles devotos que compraban, -a las viejitas de siempre, vestidas como siempre, colocadas a un lado y otro de la puerta de la iglesia- los objetos de cera para pagar las promesas, redimir sus culpas u ofrecerlos como ofrenda a la Inmaculada por los favores recibidos, y otros romeros, con su peculiar tenderete, grupo de tocadores donde el timple sonaba a gloria y las voces rasgadas nos deleitaban. Se formaban corrillos característicos, donde al son de las isas, folías y malagueñas, bailaban los acompañantes todos vestidos de forma tradicional. Tal era la muchedumbre que cuando salía de mi casa 12 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 para asistir a la procesión, me sentía pequeño, diminuto, con miedo a perderme entre el gentío y no poder llegar a tiempo de estar al lado de la Virgen. Me viene el recuerdo, que con ilusión inusitada esperaba apareciese, como cada año, nuestra madre La Inmaculada Concepción en el pórtico, majestuosa, sonriente, rebosante de dulzura, y un esperado temor, porque al mismo tiempo y entremezclados con los aplausos ensordecedores de todos los allí congregados, para dar la bienvenida a la Imagen, se quemaba una traca que hacía estremecer toda la plaza y los cimientos de la Iglesia. El ruido era sobrecogedor. La misma se quemaba detrás del muro que terminaba en arrogantes almenas piramidales y dividía la plaza de los terrenos de doña Dolores González (conocida por doña Lola). La solemne procesión se realizaba alrededor de la Iglesia a los sones de la Banda de Música de Telde y también de la Banda de cornetas y tambores de Infantería, al ser la Virgen Patrona de dicho Cuerpo. Seguía el sentido de las agujas del reloj, bajando por el almacén El Quinto, bordeando el contorno amurallado hasta el pozo de la Virgen y regresando al lugar de partida, la Iglesia. Como despedida lágrimas de emoción, desconsuelo y esperanza en un entorno de fervor y respeto. Y de nuevo, en el adiós, música, aplausos, vítores y la temida “descarga valenciana” tras el muro de la plaza. En vísperas o días posteriores, se “calzaban” algunas carreras de burros y principalmente de caballos, de manera privada, organizada por los propietarios de los equinos y en las apuestas participaban sus seguidores. En cuanto a caballos el primero que recuerdo, que representaba a Jinámar, el “Vencedor” caballo alazán con estrella blanca en la cabeza, propiedad de don Manuel “el de Pedro” montado, por Dieguito; –y si la memoria no me falla-, uno de los caballos contrarios era el “Dropper”, montado por “Juancito” jinete rival asiduo en aquellos tiempos. Inevitablemente me viene a la memoria otro célebre caballo campeón, “Fundador” de color negro zaíno, de la misma propiedad también que el antes mencionado “Vencedor” ambos bajo el cuidado y el mimo de mi amigo Manolo “el de Fefa” En la década de los ochenta y empezando a superarse la transición noto un cambio sustancial. La Fiesta pasa de ser dirigida por el Ayuntamiento de Telde a prepararla la Asociación de Vecinos. 13 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 Comienzan a celebrarse actos populares. Desde juegos de salón: zangas, envites, carreras de cintas, carreras de sacos, recuperándose los juegos de la tángana y otros juegos tradicionales. Empiezan a organizarse verbenas y actos culturales, entre ellos, la lectura del pregón con el que dan comienzo a las Fiestas de La Concepción. Y otro atractivo que va cogiendo fuerza y esplendor en la fiesta es la quema de fuegos artificiales que se celebra la víspera, siete de diciembre, a las doce horas de la noche (con puntualidad espartana). Junto al fútbol, les diré que el juego de la Zanga constituye mi otra gran pasión. Es un juego de cartas muy extendido en toda la isla. A mi entender encarna, entre otras, dos importantes virtudes: Por un lado, al poseer las cualidades de un juego con combinaciones infinitas, ejercita y entrena la mente; y por otro, su cualidad mejor: -te crea enemigos que serán tus mejores amigos-. Lo considero nuestro particular ajedrez. Jinámar presume de tener jugadores de zanga de primera línea. Tuve excelentes “maestros”: mi gran amigo, Juan Hernández Roque (el chófer), y Juanito Rodríguez, quizás mi verdadero referente en este arte de la zanga, gran jugador y difícil contrincante. Juanito “el chófer”, “raspilla” y el que les habla, configuramos un equipo que, finalizada la década de los 60, conseguimos ganar un campeonato celebrado en el bar de don Jesús Hernández (Pupo). No vean lo “rascaos” que se quedaron los “maestros” entrados en años, que al perder musitaban miren ustedes “estos mocosos” que no tienen ni idea y encima ni saben mantener la baraja-. Como si de una premonición se tratara, las sabias palabras pronunciadas por los maestros se convirtieron en una dura realidad, cuando posteriormente perdimos en el campeonato regional de Zanga, celebrado en El Carrizal de Ingenio. Se dice que la Zanga la inventó “un mudo” porque tiene que jugarse en silencio. Debo decir ¡tiene que ser verdad! porque si hacemos memoria, un gran amigo, querido por todos en el pueblo, Domingo Santana “el mudo” hermano de María y Juan “el de Isaac” aprendió y jugaba a la zanga como los mejores. Qué ingenio tenía para signar los apodos y con qué maestría los representaba. Quiero entender que este juego me proporciona la excusa y el placer de estar al lado de las personas que aprecio y de los que no me gustaría desprenderme. 14 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 Resalto que la zanga, la he seguido practicando, en alguna escapada sabatina, invitado por los amigos Juan Pérez Henríquez, Pepe Rivero (q.e.p.d.) y Antonio González, veladas, que se han visto impregnadas por la sensibilidad de las poesías de Juan Pérez, escritas con sentimiento y corazón, y que tiene continuidad en el buen hacer poético de su nieta y sucesora en esta inspiración. Afición futbolística Lo que comienza como un juego de pelota, fabricada de trapo o tira de plataneras, en la que unos descalzos y otros con alpargatas, le dábamos puntapiés hasta que se deshiciera, aparece el balón de bichillo y por último, el balón de “reglamento” que coincidiendo con la aparición de los primeros botines “el gallo”, termina por ser mi verdadera afición. Devoción que empieza a hacer huella en mí, a través de los relatos que escucho en tertulias, de equipos y jugadores emblemáticos y relevantes en el pueblo por aquella época, y cuyos personajes se erigían ante mí como si de héroes de leyendas se trataran. Recuerdo de pequeño, cuando sentado en el poyo de piedra de la casa de Pepito “el zapatero” los veía jugar en el campo del Molino; eran el portero, Antoñito “el herrero” -¡qué bien utilizaba los puños para despejar balones!; el escurridizo Paco Falcón “el Kíkere”; a los hermanos Manolo y Marcelino Tejera (hijos de Juanito el pastor), Luis y Mingosa, Germán y Cho’ Pancho, El Pincha y otros. También famosos por aquella época citar a Pedrín, Donato (padre de nuestro amigo y compañero de jornadas futboleras, el médico Ramón Mederos), y cómo no a José el “cubano” gran cancerbero que incluso estuvo entrenando en la U.D. Las Palmas en la época del portero “Montes”. En su etapa de entrenador, sobre todo de guardametas, era duro, durísimo, si no, pregunten a Juanito “el chófer”. Comentaré además cómo influyeron en los compañeros de mi “quinta” la fiebre del balompié que se vivía en el pueblo en los años 60, donde emergió un equipo muy joven, todos de Jinámar, llamado el “Juventud” que hizo las delicias de los futboleros y sirvió de guía y farol para nuestra generación, teniendo la suerte, de competir con ellos posteriormente. Me gustaría reseñar el papel que en la creación y organización de este trascendente equipo jugó Nicolás Hernández “Colacho”, verdadero impulsor, jugador y aférrimo entusiasta. 15 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 Recuerdo una de las alineaciones “tipo” que se iban turnando con la entrada y salida de otros jugadores: Pepe “el palmero”, Orlando “el boliche”, Salvador Cruz Torres, Paco “el de Margarita”, Matías, “Laíto”, Roque, Juan Méndez, Paco Cruz Torres, Santiago “Chavela”, Chicho Lorenzo, Paculillo, los hermanos Juan y Orlando “los morillos” y Manuel Hernández Castro “el zurdo”; el resto que me perdonen, pero la lista es amplia. Vienen a mi memora, otros equipos también creados en Jinámar, como los de: La Concepción (el de los “pastores”), Los Casados (Nemesio y Paco Torres), Carta Oro (Antoñito el Chicharrero y Chano “el carola”), El Garepa (Pepe Tejera); y otros equipos fuereños como El Cruce, La Vista (con Paco Ramón al frente), Montequemado, El Marzagán (de Eduardo “güaillo” y el Teniente). Con estos últimos la rivalidad era épica. Los partidos se desarrollaban en el campo de fútbol “La Palmera”, lugar que a modo de coliseo se congregaban vecinos y aficionados en torno a la actividad futbolística que llenó muchas jornadas mañaneras de Domingo. Este campo estaba situado tras la actual Plaza de Jinámar. Su nombre lo tomó por la palmera que estaba situada en el centro del terreno de juego, y que muchas veces había que sortear. Debo decirles que, en mi caso, yo contaba con una privilegiada tribuna, la azotea de mi casa. Eran acontecimientos sociales. Una auténtica fiesta esperada ansiosamente por toda la vecindad. Trayectoria personal deportiva En lo que respecta a mi trayectoria deportiva futbolística decirles que mi primera incursión coincidió con la entrada e ingreso en el Instituto Laboral de Telde, 1.964, jugando de la mano del entrenador Juan Trujillo Bordón, en el infantil Gran Canaria, equipo en el que estuve jugando dos años. Al año siguiente, ficho por el recién creado equipo de fútbol, Infantil Jinámar, entrenado entre otros, por Roque Casiano. Este equipo sirvió de trampolín para que tres jugadores del infantil Jinámar, Antonio Viera –Antonio “el de la cañá” más conocido por el “apupú- Juan Castro (el malabarista) y quién les habla; este trío ayudados por el mentor Francisco Cruz Torres “el barbero”, fichamos posteriormente en 1967, en el “Chicles May”. En el Chicles May, donde permanecí por tres temporadas, coincidí con jugadores de la talla de Juani (posterior jugador de la U.D. Las Palmas) 16 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 y Cruz Pérez (compañero con el que coincidiría de nuevo en la U.D. Las Palmas juvenil). Debo reseñar que en mi última temporada con este equipo conseguimos alzarnos con el campeonato infantil de Gran Canaria. Finalizada esta etapa en mi vida deportiva se abre ante mí trascendentes acontecimientos que se inician con mi incorporación a los juveniles de la U.D. Las Palmas. Debo destacar en los momentos iniciales de esta nueva experiencia, el papel fundamental jugado por Francisco Viera “Monea”, mi primer entrenador en esta nueva singladura. Antes de continuar con la mención de aquellas otras personas con las que me siento inmensamente agradecidos y a las que debo gran parte de mis éxitos deportivos, tengo que hablarles de alguien sencillo y que desde su humildad y anonimato me prestó una importante ayuda. Se trata de mi vecina Concepción Hernández también conocida por “Concha Macías”. Relacionado con ella les cuento la siguiente anécdota: En cierta ocasión y estando en su despacho con don José de Aguilar (presidente de la cadena de Filiales de la U.D., en aquellos tiempos), éste me comentó que había tenido unas buenas referencias mías; quién iba a decir que la persona que había dado tan buenas referencias era doña Concha Macías, que por aquel entonces, trabaja en la casa de don José. Desde aquí mis más sinceras gracias. Desde esta privilegiada tribuna quiero reconocer y agradecer en sumo grado el importante papel de personas que con su sabiduría, pericia y humanidad han contribuido y han tenido un papel determinante en mi conformación durante mi etapa futbolística. En este sentido tengo el orgullo y la satisfacción de nombrarles a las siguientes personas: -Manuel Torres Díaz (entrenador) -Ernesto Pons (Preparador físico) -Eladio Bueno (Yayo) (director técnico) -Antonio Afonso Moreno (Tonono) -Ernesto Aparicio -Antonio Betancort -Germán Dévora Ceballos 17 PREGÓN DE FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN Y DE LA CAÑA DULCE DE JINÁMAR, 2013 También me gustaría mencionar a aquellos compañeros de equipo con los cuales conformamos el equipo de la U.D. Las Palmas que consiguió alzarse con el campeonato de España de Juveniles en el año 1972: -Cristóbal, Camacho, Pedro, Cruz, Segundo, Mayor, Luzardo, Cruz Pérez, Oramas, Félix, Artiles, Leonardo, Rivero, Eladio, Carlos Juan, Guzmán, José Ramón, Eligio, Miguel Ángel. A TODOS ELLOS MI MÁS SINCERAS GRACIAS. Con este reconocimiento doy por finalizado este pregón no sin antes dar las gracias al Patronato de Fiestas por invitarme y a ustedes por haber tenido la paciencia y la gentileza de escucharme. ¡VIVA la Virgen de la Inmaculada Concepción! ¡VIVAN las Fiestas de la Concepción y la Caña Dulce! ¡ARRIBA Jinámar! 18