SEÑOR JUEZ: FERNANDO MIGUEL ALTARE, Síndico designado en autos “TECNOLOGÍA DEL ALUMINIO S.A.I.C.I. y A. s/QUIEBRA” Expte. Nº 099373/07, de trámite por ante el Juzgado de Primera Instancia en lo Comercial N° 14, Secretaría N° 27, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a V.S. respetuosamente se presenta y dice: Que viene a presentar el Informe General de los autos ut supra mencionados, adjuntando además la siguiente documentación, la que forma parte del mismo informe: 1 –Legajo societario de la fallida 2 –Legajo societario de FLAMIA S.A.. 3 –Estados contables de FLAMIA S.A. al 30/06/1990 Por lo que a V.S. solicita, tenga por presentado el Informe General. PROVÉASE DE CONFORMIDAD ES JUSTO Dr. FERNANDO M. ALTARE Contador Público Nacional Tomo 292 – Folio 120 C.P.C.E – C.A.B.A INFORME GENERAL Artículo 39 - Ley 24522 AUTOS: “TECNOLOGÍA DEL ALUMINIO S.A.I.C.I. y A. s/ QUIEBRA” EXPTE. N°: Expte. Nº 099373/07 JUZGADO: de Primera Instancia de Distrito en lo Comercial N° 14 Secretaría Única N° 27 de la C.A.B.A.. SINDICO: C.P.N. FERNANDO M. ALTARE MAT. T° 292 F° 120 INC. 1. - EL ANÁLISIS DE LAS CAUSAS DEL DESEQUILIBRIO ECONÓMICO DEL DEUDOR. Se trata de determinar las causas del estado de cesación de pagos de la fallida. Observaba Quintana Ferreyra – “Concursos Ley 19.551, Comentada, Anotada y Concordada”Editorial Astrea, páginas 458 y siguientes –al comentar el art. 40 de la ley anterior, que se sobreentiende que el desequilibrio económico del deudor no se debe a una causa singular, y de ahí el empleo del plural en el texto legal. En nuestro caso, con las limitaciones impuestas por la carencia, hasta la fecha, de los registros y documentación contable de la sociedad deudora, esta sindicatura ha debido acudir a otras fuentes de información, que permitan conjeturar, de la manera más precisa y objetiva posible, las causas del desequilibrio económico de Tecnología del Aluminio S.A. Encaminados a esa tarea, el primer cúmulo documental investigado es el que se vincula con el orígen de la causa más próxima de la quiebra. Me refiero al expediente judicial “MONTAJES MORALES E HIJOS DE ERNESTO MORALES C/ TECNOLOGIA DEL ALUMINIO S.A. S/ ORDINARIO” Expte. N° 16.172/99, en trámite por ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 1 Secretaría N° 1 de esta Capital Federal. De la sentencia definitiva de esa causa, surgieron los créditos del actor y de su letrado, Dr. Ricardo D. Matossian, que a su vez constituyeron título y causa del Pedido de Quiebra, todo lo cual derivó en la posterior declaración de quiebra. En dicho juicio ordinario, la actora obtuvo el reconocimiento de un crédito vinculado a trabajos en una obra de la fallida que, aparentemente constituyó el último tramo de su actividad empresaria. Por eso, resulta muy ilustrativo poner de resalto las manifestaciones vertidas en el escrito de contestación de demanda por el letrado apoderado de Tecnología del Aluminio S.A., las cuales constituyen, por ahora, una versión única y auténtica, de los orígenes más remotos del estado de cesación de pagos, que resultan de la confesión de sus apoderados. Con fecha 6 de julio de 1999 el Dr. Juan Ignacio Barilati, a mérito de su poder general judicial, contestó la demanda. En esta oportunidad se expresó en términos muy significativos en lo que a esta investigación concierne. Textualmente dijo el apoderado de la hoy fallida: “V. LA REALIDAD DE LOS HECHOS. Para una correcta ubicación de las partes en este conflicto es necesario identificar a los actores deteniéndonos exclusivamente en los antecedentes técnicos-comerciales y su correspondiente actuación en el caso que nos ocupa. Tecnología del Aluminio S.A. nace en el año 1993 como una integración de Tecnología del Aluminio S.A. de Chile con una participación accionaria del 30 % y el grupo Flamia S.A., empresa fundada en el año 1960, continuadora de Flamia S.R.L. fundada en el año 1944, constructora de las principales obras de arquitectura de aluminio del país desde la década del 60 en adelante. La razón buscada con la fusión con Tecnología del Aluminio S.A. de Chile, fue la de unir el avance tecnológico de los socios chilenos con el dominio del mercado que tenía en ese momento Flamia S.A., y de tal manera adecuarse a los nuevos tiempos de economías abiertas con permanente especialización. Como resultado de esta unión se ganaron los principales trabajos de arquitectura del momento: Torre Loma Negra (Bouchard y Viamonte), Torre Bunge y Born (Bouchard-Tucumán), Torre Meiners (Avda. General Paz y Panamericana), Torre Banco República (Bouchard- Avda. Huergo-Tucumán) y varias obras más. Todos estos trabajos se ganan en el transcurso de tres (3) años y en el año 1995, el grupo argentino se ve obligado a comprar la parte chilena (30 %), que aspiraba a manejar la empresa y fabricar las carpinterías de arquitectura en Chile. Como resultado de la crisis económica resultante del llamado efecto tequila, Tecnología del Aluminio S.A., decide terminar la obra iniciada, que a la postre fue la última obra realizada, Banco República y vender la empresa a sus anteriores socios chilenos. En este período cerraron en el país los principales talleres de carpintería del país. Previo a su venta, Tecnología del Aluminio S.A. acogiéndose al estado de crisis aprobado por el Ministerio de Trabajo, indemniza a todo su personal, -con la excepción de cuatro empleados que no conformes con la liquidación practicada de acuerdo a los parámetros legales inician el correspondiente juicio- y procede a cancelar todas las demás deudas comerciales, fiscales y previsionales, entregando a los compradores chilenos la empresa sin ninguna deuda, salvo como quedara dicho los cuatro juicios laborales. Este ha sido el proceder que ha guiado al grupo en los 54 años de actuación en el mercado. Estos breves párrafos son ricos en inferencias, que debidamente probadas, pueden dar lugar, como se verá más abajo, a un proceso de recomposición del activo falencial orientado a hacer efectiva la responsabilidad de administradores y terceros. Lo primero que se patentiza es que, la fallida tuvo, en un pasado no muy remoto, una actividad empresarial de primera magnitud, que implicaba el liderazgo, en el mercado local de la fabricación y colocación de carpinteria de aluminio o arquitectura del aluminio para la construcción de grandes obras (torres). Todo parece indicar, que la actividad de la fallida, mientras la tuvo, no fue la propia de una PYME ni la de un negocio barrial. Esto supone la existencia de directivos, ejecutivos, asesores y todo un “staff” y estructura empresariales con conocimiento y capacidad para conducirse en el comercio. En suma, conocimiento profesional de las consecuencias de las conductas en el ejercicio de la actividad económica. Asimismo, el relato que comentamos, expone la existencia de un GRUPO DE EMPRESAS. Se lo denomina “Grupo Flamia S.A.”, cuya existencia en el mercado local se remonta al año 1944. Tal grupo, en principio, estaría constituído por una sociedad controlante, “Flamia S.A.”y una sociedad controlada “Tecnología del Aluminio S.A.”. Es más, habiendo sido la fallida un emprendimiento conjunto de Flamia S.A. con una sociedad chilena denominada TECNAL S.A., la cual detentaba el 30 % de su capital accionario, fuerza concluir en este primer análisis, que Flamia S.A. poseía el restante 70 %. La existencia de una controlante de la fallida no es una cuestión banal. Si bien la mera existencia de tal relación de control no implica automáticamente la comunicación de responsabilidades en el marco del instituto legal de la extensión de quiebra, la existencia de una controlante conspicua (líder en su segmento del mercado) obliga a la sindicatura a un examen detenido de la cuestión, que, por ahora diferimos para ser efectuado infra, en este mismo Informe General. El tercer elemento fáctico y jurídico denunciado en la mentada contestación de demanda, no es menos relevante. Se confiesa que por decisión propia (en realidad de la controlante) la sociedad dejó de operar a mediados de la década anterior, retirándose del mercado y procediéndose a una virtual LIQUIDACION DE HECHO de la sociedad. Todo ello previo a vender la empresa a sus anteriores socios chilenos (¿?). La imputación de tales conductas a la controlante (FLAMIA S.A), surge clara del colofón de los párrafos transcriptos: Este ha sido el proceder que ha guiado al grupo en los 54 años de actuación en el mercado.(subrayado nuestro). Parece obvio, que los 54 años son el lapso que transcurre entre 1944 (fundación de Flamia S.R.L.) y 1998 o 1999 (fecha en que se contesta la demanda). Tenemos así, al menos en forma provisoria, que una sociedad controlante, Flamia S.A., resolvió retirar del mercado a su controlada, ahora fallida, y proceder a la liquidación de sus operaciones, como paso previo a una supuesta venta en favor de una también supuesta sociedad extranjera. A fin de confirmar y/o rectificar la veracidad de los hechos relevados en los párrafos anteriores, esta sindicatura, siempre en su labor investigativa, procedió a consultar otras fuentes de información. Se enfocó entonces, en el relevamiento de información a través de los estados contables que debieron haber sido presentados ante la Inspección General de Justicia de la Capital Federal. Pero, de la fallida no se obtuvo nada: nunca se presentaron balances a la autoridad de contralor. Mucho menos existe registro de haberse llevado a cabo el proceso liquidatorio de la sociedad. Tampoco la inscripción de mandatos de directores, más allá del primer directorio, ni de cambios de domicilios. Tampoco la controlante FLAMIA S.A. comunicaba sus balances a la Inspección. El último balance registrado corresponde al ejercio cerrado el 30 de junio de 1990. Pero, lo que resulta aún más sorprendente es que, la supuesta socia chilena, TECNAL S.A., no se ha registrado ante la la autoridad de contralor argentina, incumpliendo con las imperativas normas de los artículos 118 y siguientes de la Ley de Sociedades, que obligan a los accionistas de sociedades constituídas en la República, que a su vez sean sociedades constituídas en el extranjero, a inscribirse en un registro especial y a cumplir diversas formalidades en cuanto a inscripciones documentales. Por lo tanto, solo contamos, aparte del antiguo balance de Flamia S.A. del año 1990, con el legajo societario de la fallida, que también acompañamos. De este último expediente administrativo surgen los siguientes datos, que implican algunas severas rectificaciones a los dichos del apoderado Barilati, aun cuando, la relación de control societario de FLAMIA S.A. sobre la fallida, queda de todos modos plenamente confirmada. De acuerdo a la Escritura 193 de fecha 6 de agosto de 1992, pasada ante el Escribano de la Capital Federal Luis C. Chenaut, los Sres. Carlos Justino Urrea, Luis Gabino González Lanuza y Manuel Mario Urrea (h) constituyeron la sociedad “TECNOLOGIA DEL ALUMINIO S.A.”, con un capital social de $ 12.000, en el que las tres personas físicas preindicadas tuvieron, respectivamente, el 37,5 % - 25 % y 37,5 % de participación. En el mismo acto, se designó el primer directorio integrado por Carlos Justino Urrea como Presidente, Luis Gabino González Lanuza como Vicepresidente y Manuel Mario Urrea (h) como director suplente. El domicilio de la sociedad se fijó en la calle Enrique Ochoa 136 de la Capital Federal. Se estableció un Objeto Social claramente orientado a la industria de la construcción (art. 3°). Los Sres. Urrea y González Lanuza, eran integrantes, como probamos más abajo, de las dos familias tenedores de la amplísima mayoría accionaria de FLAMIA S.A. Por ello, fácil es deducir, que la fallida nació de un acto concebido en el seno de esta última sociedad y para el cumplimiento de sus objetivos empresarios (alianza estratégica con una empresa chilena). Conclusión que concuerda con las manifestaciones judiciales del apoderado Dr. Barilati. Luego, por escritura número Once de fecha 3 de febrero de 1994 pasada ante el escribano de la Capital Federal Luis Figueroa Alcorta, “Tecnología del Aluminio S.A.” representada ahora por su nuevo presidente del directorio, Sr. Luis Gabino González Lanuza, se procede al aumento del capital social y su correlativa modificación estatutaria. El Capital Social se eleva de $ 12.000 a $ 500.000, resultando del mismo la nueva composición accionaria de Tecnología del Aluminio S.A. En este caso, la asamblea de accionistas reflejará una nueva composición del capital originario de $ 12.000, que estuvo compuesto, al constituirse la asamblea, por la socia mayoritaria, FLAMIA S.A.I.C.I y A., que detenta acciones por $ 8.500 (70,83 %), representada por Manuel Mario Urrea, a la sazón último presidente del directorio, y por el otro, la socia minoritaria, TECNAL S.A. con acciones por $ 3.500 (29,17 %) representada por Alvaro Llompart Cusnelli. Suponemos que esta última es la socia chilena. La asamblea de accionistas así constituída dispone un aumento del capital social en la suma de $ 488.000, hasta alcanzar el nuevo importe de $ 500.000. El aumento sancionado es totalmente suscripto, e integrado el 25 % de las suscripciones al contado. Los suscriptores son: Flamia S.A. I.C.I. y A. que suscribe 182.750 acciones; Tecnal S.A. suscribe 187.750 acciones; Luis Gabino González Lanuza suscribe 27.500 acciones; Alfredo Carlos Criscuolo 19.000 acciones; Carlos Justino Urrea, 23.500 acciones; Manuel Mario Urrea 5.000 acciones; María Cecilia Urrea, 12.500 acciones; Anibal J. Micillo suscribe 12.500 acciones y el Sr. Guillermo Daniel Marshall suscribe 17.500 acciones. Por lo tanto, si a dichas suscripciones adicionamos, en el caso de las dos sociedades preindicadas, sus tenencias del primer tramo del capital social de $ 12.000, tenemos que FLAMIA S.A. alcanza un total de $ 191.250 que representan una participación del 38,25 %, mientras que TECNAL S.A. tiene en el nuevo capital un monto de $ 191.250 representativo de otro 38,25 % del capital social. Luego están las personas físicas reseñadas que, sumadas todas ellas, alcanzan a $ 117.500, monto representativo del 23,50 % del capital social. Hecha esta radiografía del nuevo capital social pareciera desmentida la tesis que venimos sosteniendo sobre la existencia de una sociedad controlante. Más bien, parecen existir, al menos, tres grupos de accionistas, ninguno de los cuales reúne la mayoría. En los párrafos siguientes observaremos que se trata solo de una apariencia, y que la tesis sigue siendo válida hasta la actualidad. Para profundizar el análisis centraremos ahora la atención en FLAMIA S.A. Se acompaña copia certificada de su legajo societario, obrante en la Inspección General de Justicia de la Capital Federal. El último documento incorporado al mismo es una copia certificada de la asamblea de accionistas celebrada el 26 de junio de 1995, a la que concurrieron casi el 90 % de los tenedores de acciones de dicha sociedad, con un total de 18 accionistas presentes. Para lo que aquí interesa, vale destacar que cinco de los accionistas de FLAMIA S.A. eran simultáneamente accionistas de TECNOLOGIA DEL ALUMINIO S.A.: Carlos Justino Urrea; Alfredo Carlos Criscuolo; Luis Gabino González Lanuza; Manuel Mario Urrea (h) y Manuel Mario Urrea. Ahora bien, si se suman las tenencias accionarias que detentaban en la fallida FLAMIA S.A. unidas a las de las cinco personas físicas accionistas comunes de ambas sociedades, resulta que este “grupo”alcanza una participación de capital de $ 278.750 sobre $ 500.000, con un porcentaje del 55,75 %. Queda así en evidencia cuál es el “grupo de control” que el apoderado Barilati denominara, varios años después, como “grupo Flamia S.A.”. Esta sociedad, junto con varios de sus integrantes que ocuparon cargos directivos en las dos sociedades (en Flamia y en la fallida), tuvo, y sigue poseyendo, a todos los efectos legales, el control de la fallida. Por eso, al contestar la demanda mentada al comienzo de este dictámen, el apoderado Dr. Barilati se refirió siempre a la fallida como integrante del “Grupo Flamia S.A.”. Queda así demostrado, que esas expresiones tienen correlato documental. Sin perjuicio de todo ello, esta sindicatura debe informar a V.S. que habiéndose apersonado a la Inspección General de Justicia de esta Capital Federal, a fin de averiguar sobre la existencia de la sociedad “TECNAL S.A.”la búsqueda dio resultado negativo. Dado que esa sociedad ha sido señalada como la tenedora del 38,5 % del capital social de la fallida y que la misma habría sido constituída en el extranjero, estaría alcanzada por el art. 124 de la ley 19.550, que le impone a dichas sociedades, para constituir o tomar participación en sociedades locales, la previa acreditación de hallarse constituída conforme a la ley de su país de orígen e inscribir el contrato social, reformas y demás documentos habilitantes en el Registro Público de Comercio. Nada de esto ha cumplimentado Tecnal S.A., actuando como una especie de sociedad “fantasma”. Su presencia en el territorio de la República Argentina, ha sido subrepticia y en violación de la ley. Por ello, según caracterizada doctrina que incluye la opinión del Dr. Nissen, sus actos en infracción de la ley son inoponibles a esta quiebra. En consecuencia, su participación accionaria en la fallida, a los fines de determinar cuál accionista o grupo de accionistas ejercieron el contro de aquella, no debe ser tomada en cuenta, lo cual ratifica la condición de FLAMIA S.A. como sociedad controlante de la fallida. Además, la sociedad infractora debe ser considerada una sociedad irregular, lo cual hace responsable solidario por sus actos a quien haya actuado en su representación. Queda un aspecto más, que despeja cualquier duda. TECNOLOGIA DEL ALUMINIO S.A. tuvo principio y fin por decisión de FLAMIA S.A. Tal como relata su apoderado en la contestación de demanda referida, la fallida fue creada con una finalidad empresaria específica: Unir tecnología extranjera con dominio del mercado que tenía Flamia S.A., traspasó a la nueva sociedad su participación en el mercado. Años más tarde, supuestamente por la crisis económica del país, se decidió el retiro del mercado de la controlada, terminando sus operaciones en el año 1997, con la terminación de la obra del Banco República. En definitiva, tanto de hecho como de derecho se encuentra prima facie acreditada la existencia de una sociedad controlante de la fallida. Queda ahora por determinar, si este hecho ha sido relevante en relación a las causas del desequilibrio económico de la deudora. Luego al informar sobre el inc. 6) del art. 39 LCQ, nos pronunciaremos sobre eventuales responsabilidades patrimoniales respecto de la actuación de los socios. Volviendo ahora sobre la causas del desequilibrio patrimonial y habiéndose efectuado el esclarecimiento informativo reseñado en los párrafos anteriores, cabe incorporar nuevos datos a este Informe General. En los autos “MONTAJES MORALES E HIJOS DE ERNESTO MORALES C/ TECNOLOGIA DEL ALUMINIO S.A. S/ ORDINARIO”, obra pericia contable, en la que la Contadora actuante, Marta S. Martínez, ya en el año 2001, informó que fueron puestos a su disposición los libros contables y sociales de la fallida. Asimismo, la experta constató, que dichos libros se encontraban con folios utilizados hasta diversas fechas, todas ellas correspondientes al año 1997. Es más, se hace constar también, que el último balance registrado en el libro respectivo tiene fecha de cierre el 31 de marzo de ese año. Todo ello permite inferir, con relativo grado de certeza, que la sociedad cesó en su operatoria en el año 1997, año a partir del cual pareciera haberse discontinuado también la actividad de los órganos societarios (directorio y asamblea). Al no disponerse para su exámen de esos estados contables y de los anteriores, la referencia a un estado generalizado de incumplimientos nos remite a las verificaciones de créditos obrantes en autos, los más antigüos de los cuales son los correspondientes a la Dirección de Contencioso Fiscal de la Dirección Provincial de Rentas de la Pcia. de Buenos Aires y a la Administración Federal de Ingresos Públicos. En ambos casos las deudas se remontan a períodos inclusive anteriores al año 1997. Ello corroborado por el sistema informático que registra el juicio “FISCO NACIONAL DGI C/ TECNOLOGIA DEL ALUMINIO SA S/ EJECUCION FISCAL”, por ante el Juzgado Contencioso Administrativo Federal N° 4 Secretaría N° 8, y otro de la misma carátula que tuviera trámite ante el mismo fuero, Juzgado N° 2 Secretaría N° 4. De fecha más reciente son los dos restantes acreedores quirografarios “Montajes Morales e hijos” y Ricardo D. Matossian. Estos dos últimos han sido la causa determinante de la declaración de quiebra. Sin embargo, es opinión de esta sindicatura que las causas que determinaron el desequilibrio patrimonial son muy anteriores. En efecto, es de público y notorio que, a mediados de los noventa, el ciclo económico de la Convertibilidad entró en recesión. El modelo vigente por ese entonces requería el ingreso de fondos del exterior para cubrir el déficit combinado de balance de pagos y presupuestario. Con un nivel de endeudamiento elevado, las crisis en alguno de los países emergentes originaba desconfianza respecto de la situación de solvencia de los restantes. México, Rusia, Brasil y Turquía, fueron sucesivos escenarios de crisis cuyos efectos de contagio tuvieron consecuencias recesivas para la Argentina. Uno de los sectores que primero recibe el impacto de la recesión es el de la construcción, en el que precisamente actuaba “Tecnología del Aluminio S.A.”. Por eso, consideramos que esas circunstancias recesivas generales son una de las causas de la crisis de la fallida. Pero, no la única. Al cuadro general y sectorial, se sumó un aspecto por completo particular. La fallida había sido creada por FLAMIA S.A. en el ciclo expansivo de los años 1992/1994, como instrumento grupal de esta última. Al entrar en crisis la economía, la controlante dispuso el retiro del mercado de la controlada. En principio, es una decisión legítima que cabe dentro del derecho constitucional de ejercer la industria y el comercio, que tiene acogida en el concepto más amplio aún del derecho de propiedad. Claro está, ello en la medida en que no se ocasionen perjuicios a terceros, a quienes también deben respetarse sus derechos constitucionales. El cese de actividades, cuando se transformó en definitivo, debió haber sido seguido por la liquidación de la sociedad, practicada conforme a las normas de la LS. El comportamiento del grupo controlante fue bien distinto. Al parecer pagó las deudas que le interesó cancelar y dejó impagas y sin cobertura obligaciones impositivas y de la seguridad social, y no previó el pago de las contingentes, como las que podían derivar de reclamaciones legales pendientes. Esta sindicatura no conoce de la existencia de bienes de la fallida, de ninguna naturaleza. La desaparición de todo vestigio de permanencia en la sede social de la calle Enrique Ochoa 134 de esta Capital Federal, hace presumir que han desaparecido incluso muebles y útiles de oficina, que alguna vez la empresa debió tener. El total incumplimiento evidenciado respecto del registro de estados contables en la I.G.J., unido a la desaparición de libros y registros contables, revelan una conducta deliberada de administradores y socios, tanto de la controlante como de la controlada, que parecen haber preferido el camino fácil de hacer “desaparecer” la sociedad para eludir el cumplimiento de sus obligaciones. Decimos que tales conductas son intencionales o deliberadas porque han requerido acciones y omisiones muy concretas para llevarlas a cabo. Esta sindicatura no pudo llevar a cabo la clausura de la sede social, sencillamente porque la misma fue abandonada. Nadie abandona por descuido o negligencia. Se requiere de un acto intencional de eludir la justicia. En este sentido, debe observarse que a pesar de su “desaparición”, la sociedad mantuvo actividad procesal hasta fecha reciente. Es más, en el juicio de “Montajes Morales e Hijos”, con fecha 17 de mayo de 2000, el Sr. Luis Gabino González Lanuza compareció a absolver posiciones en su carácter de Presidente del directorio de la demandada. Ello descarta la existencia de un proceso liquidatorio regular, y por el contrario, confirma un accionar de directivos y socios controlantes, que se mantiene hasta el presente, con el disvalioso y antijurídico propósito de desprenderse y de hacer desaparecer de facto a la sociedad en crisis. Está claro entonces que la insolvencia o estado de cesación de pagos de la fallida, ha ocurrido por una secuencia causal bastante clara. La decisión del grupo controlante, básicamente FLAMIA S.A., pero sin descartar la participación de personas físicas socias y directivos de ambas sociedades, dejó sin actividades a Tecnología del Aluminio S.A. Por lo tanto, la dejó sin ingresos con los que pudiera afrontar sus pasivos. Ello se terminó de concretar en 1997. Luego, en fecha mucho más reciente, se hizo abandono de la sede social. Finalmente, frente al requerimiento de pago de la sentencia definitiva recaída en autos precitados, optaron por la quiebra, confirmando su decisión de abandonar la compañía. En conclusión, las causas del desequilibrio patrimonial de la deudora, aparecen a partir del año 1997 y se extienden hasta el presente, configuradas por la decisión empresarial de la controlante de abandonar a su controlada, haciendo desaparecer su propia sede, sus libros y su documentación contable, sus bienes muebles y útiles y tal vez maquinarias y equipos. Todo ello –reiteramos- con el abandono de la sede social y total falta de información a la autoridad de contralor. Tecnología del Aluminio S.A. no viene afrontando sus deudas, desde hace más de diez años, fruto de una deliberada decisión de su controlante Flamia S.A. que la “retiró” del mercado y la hizo “desaparecer” de hecho. INC. 2. - COMPOSICION DEL ACTIVO. En el tratamiento del inciso anterior, se ha señalado que por escritura N° 11 de fecha 3 de febrero de 1994, cuya copia certificada obra en el legajo societario de la fallida que se acompaña, se protocolizó el acta de la asamblea general extraordinaria de accionistas de Tecnología del Aluminio S.A. llevada a cabo el día 17 de marzo de 1993, la que resolvió el aumento del capital social de la suma original de $ 12.000 a la de $ 500.000, con un aumento de capital de $ 488.000.En el mismo acto, se procedió a la emisión y suscripción del aumento de capital, por un total de 488.000 acciones de 1 $ valor nominal cada una, con derecho a un voto por acción, resultando las mismas totalmente suscriptas conforme al siguiente detalle: SUSCRIPTOR MONTO INTEGRACION SALDO ADEUDADO AL 09-02-97 1. Flamia S.A.I.C.I. y A. $ 182.750 25 % $ 137.062,50 2. Tecnal S.A. $ 187.750 25 % $ 140.812,50 3. Luis Gabino González Lanuza. $ 27.500 25 % $ 20.625,00 4. Alfredo Carlos Criscuolo $ 19.000 25 % $ 14.250,00 5. Carlos Justino Urrea $ 23.500 25 % $ 17.625,00 6. Manuel Mario Urrea $ 5.000 25 % $ 3.750,00 7. María Cecilia Urrea $ 12.500 25 % $ 9.375,00 8. Aníbal J. Micillo $ 12.500 9. Guillermo Daniel Marshall TOTALES: $ 17.500 25 % $ 9.375,00 25 % $ 13.125,00 $ 366.000,00 $ 488.000 Las condiciones de la emisión fueron, integración del 25 % en el acto de la suscripción, que fue cumplido. Mientras que el saldo, de $ 366.000 en total, debió haberse abonado, a más tardar dentro de los dos años de inscripto el aumento en el Registro Público de Comercio. Dicha inscripción se produjo el 9 de febrero de 1995, por lo tanto, en igual fecha de 1997, dichos saldos debieron haber sido integrados por los accionistas suscriptores, sin que exista constancia de que tales pagos se hubieran efectuado. Esa integración pendiente, ha generado intereses hasta la fecha de sentencia de quiebra, los cuales representan un crédito para la fallida. Los intereses devengados y los saldos adeudados se detallan a continuación: SUSCRIPTOR SALDO ADEUDADO TASA ACTIVA AL 09-02-97 PROMEDIO BNA INTERESES SALDO ADEUDADO AL 18-07-07 1. Flamia S.A.I.C.I. y A. $ 137.062,50 221,31% $ 303.333,02 $ 440.395,22 2. Tecnal S.A $ 140.812,50 221,31% $ 311.632,14 $ 452.444,64 3. Luis Gabino González Lanuza. $ 20.625,00 221,31% $ 45.645,19 $ 66.270,19 4. Alfredo C. Criscuolo $ 14.250,00 221,31% $ 31.536,68 $ 45.786,68 5. Carlos Justino Urrea $ 17.625,00 221,31% $ 39.005,89 $ 56.630,89 6. Manuel Mario Urrea $ 3.750,00 221,31% $ 8.299,12 $ 12.049,12 7. María Cecilia Urrea $ 9.375,00 221,31% $ 20.747,81 $ 30.122,81 8. Aníbal J. Micillo $ 9.375,00 221,31% $ 20.747,81 $ 30.122,81 9. Guillermo D. Marshall $ 13.125,00 221,31% $ 29.046,94 $ 42.171,94 $ 809.994,60 $ 1.175994,60 TOTALES: $ 366.000,00 Los saldos adeudados por falta de integración del 75% del aumento de capital, cuyo monto asciende a $ 1.175.994,60 los expresamos de la siguiente manera a efectos de cumplimentar con este inciso: ACTIVO Créditos Saldos pendientes de integración al 18/07/07 $ 1.175.994,60 TOTAL DEL ACTIVO $ 1.175.994,60 Dicho capital adeudado, con más sus intereses desde la fecha de mora, serán objeto de inmediato reclamo a sus accionistas por parte de esta sindicatura, como primer paso para la restauración del activo falencial. INC. 3. - COMPOSICIÓN DEL PASIVO Pasivo aconsejado verificar Legajo N° 1 Acreedor Monto Graduación Aconsejado Adm. Federal de Ingresos Públicos $ 7.588,19 Priv. General Adm. Federal de Ingresos Públicos $ 12.759,47 Quirografario Adm. Federal de Ingresos Públicos 2 Dir. de Contenc. Fiscal de la Dir. Pcial de Rentas del Minist.de Economía de Bs. As. $ 50,00 Gastos de Justicia $ 5.460,00 Priv. General $ 7.067,04 Quirografario Dir. de Contenc. Fiscal de la Dir. Pcial de Rentas del Minist.de Economía de Bs. As. Dir. de Contenc. Fiscal de la Dir. Pcial de Rentas del Minist.de Economía de Bs. As. 3 $ 50,00 Gastos de Justicia Montajes Morales e Hijos de Ernesto Morales Sociedad de Hecho $ 806.985,00 Quirografario Montajes Morales e Hijos de Ernesto Morales Sociedad de Hecho. 4 $ 50,00 Matossian, Ricardo David $ 114.225,43 Matossian, Ricardo David $ 50,00 Gastos de Justicia Quirografario Gastos de Justicia INC. 4. ENUMERACIÓN DE LOS LIBROS DE CONTABILIDAD CON DICTAMEN SOBRE LA REGULARIDAD, LAS FEFICIENCIAS QUE SE HUBIERAN OBSERVADO, Y EL CUMPLIMIENTO DE LOS ARTS. 43, 44 Y 51 DEL CÓDIGO DE COMERCIO. Hasta la fecha a esta Sindicatura no le ha sido posible disponer de los libros contables ni institucionales, por lo que no puede efectuar dictamen alguno sobre los mismos. INC. 5 –INSCRIPCIONES DEL CONTRATO SOCIAL Y SUS MODIFICACIONES. Se acompaña ejemplar del legajo societario de la fallida, del que surgen las inscripciones de los estatutos sociales y sus modificaciones en la Inspección General de Justicia de la Capital Federal. Del mismo surge que el primer directorio designado, único inscripto ante la autoridad de contralor hasta la fecha, tuvo la siguiente composición: Presidente: Carlos Justino Urrea, presentado en autos de la quiebra, con representación letrada y domicilio constituido procesal. Citado a dar explicaciones en la audiencia designada al efecto para el 4 de febrero de 2008, a las 10 horas. Vicepresidente: Luis Gabino González Lanuza. En autos “MONTAJES MORALES E HIJOS DE ERNESTO MORALES C/ TECNOLOGIA DEL ALUMINIO S.A. S/ ORDINARIO”, en trámite por ante el Juzgado Nacional de 1ª. Instancia en lo Comercial N° 1 Secretaría N° 1 de esta Capital Federal, compareció a absolver posiciones como representante legal de la demandada. En ese mismo juicio, en la pericia contable (punto f) la experta actuante informó: ....Según surge del libro de Actas de Asambleas detallado al inicio de esta pericia el Ingeniero Luis G.G. Lanuza ocupó el cargo de Presidente del Directorio en los siguientes períodos: • Acta del 19/8/94 es elegido Presidente. • El 30/5/95 se reelige Presidente hasta el año 1997. • El 20/8/97 se realiza Asamblea General Ordinaria donde se elige nuevo Directorio siendo su Presidente el Ingeniero Luis G.G. Lanuza..... Director Suplente: Manuel Mario Urrea (h). No se ha podido determinar la existencia de otros administradores con la información disponible hasta el presente. Se acompaña ejemplar de la pericia contable precitada, de la que también surge la nómina, datos de rubricación y foliatura utilizada de los libros sociales y contables de la fallida, que tuviera a la vista la contadora actuante para confeccionar la pericia. INC. 6. –EXPRESIÓN DE LA ÉPOCA EN QUE SE PRODUJO LA CESACIÓN DE PAGOS. En el inciso 2 manifestamos, que al no disponerse para su examen de los libros y estados contables, la referencia a un estado generalizado de incumplimientos, a efectos de la determinación de la época en que se produjo la cesación de pagos, nos remite a las verificaciones de créditos obrantes en autos, en las que las deudas más antiguas, resultan a favor de la Dirección Provincial de Rentas de la Pcia. de Buenos Aires y de la Administración Federal de Ingresos Públicos, que datan de períodos anteriores al año 1997. INC. 7 –REGULARIDAD DE LOS APORTES DE LOS SOCIOS. Al tratar el inc. 2 sobre la composición del activo de la fallida, se ha hecho referencia a los saldos deudores de los suscriptores de acciones de la fallida. Cabe agregar que las acciones de cobro, tal como lo dispone el art. 150 de la ley 24522, serán encauzadas mediante incidente de la presente quiebra. RESPONSABILIDADES PATRIMONIALES IMPUTABLES A ADMINISTRADORES, SOCIOS Y TERCEROS. Respecto de los administradores. Refiere el tema a las personas físicas que han desempeñado sus cargos como directores titulares de la sociedad, conforme se establece en los arts. 173 y siguientes de la ley 24522. Por ahora se encuentran identificados los Sres. Carlos Justino Urrea y Luis Gabino González Lanuza, pero del esclarecimiento de los hechos pueden surgir otras personas. En principio, los administradores de la fallida estarían incursos en la responsabilidad de indemnizar los daños y perjuicios causados por su conducta dolosa (intencional) por haber producido, permitido o agravado la situación patrimonial del deudor o su insolvencia. Concretamente, les serían imputables las siguientes acciones: (a) (b) (c) (d) (e) Frustración del objeto social, al permitir o facilitar el cese de las actividades de la sociedad, siguiendo los dictados de la sociedad controlante FLAMIA S.A. Frente a la situación anterior, no haber resguardado los intereses sociales al no proceder a la liquidación regular de la sociedad conforme lo establece la LS, con la constitución de las reservas adecuadas para afrontar pasivos exigibles y contingentes. No haber exigido de los socios el cumplimiento de las obligaciones de aportes derivadas de las suscripciones de acciones efectuados al elevarse el capital social de la suma de $ 12.000 a $ 500.000. Haber incumplido todo tipo de normas legales, reglamentarias y estatutarias que hacen al funcionamiento regular de las sociedades por acciones. Los órganos societarios no funcionaron. No se emitieron balances desde marzo de 1997. No se cumplieron comunicaciones e informes a la I.G.J. etc. Haber hecho abandono de la sede social de la calle Enrique Ochoa 136 de la Capital Federal. De las facturas agregadas al juicio “Montajes Morales e Hijos de Ernesto Morales c/ Tecnología del Aluminio S.A. s/ Ordinario”, y sobre todo, del texto de la contestación de la demanda efectuada por el apoderado de la sociedad, surge que la fallida tuvo domicio real, lo que debe entenderse como sede de los negocios o establecimiento industrial y/o comercial, en la calle Larrea 1163 de Lomas de Zamora, Pcia. de Buenos Aires, ex sede industrial de la fallida que también habría sido abandonada, sin conocerse el destino de bienes tales como máquinas, equipos, herramientas, etc. (f) Haber permitido y/o facilitado la desaparición de bienes muebles de las dos sedes precitadas. La conductas precitadas constituyen acciones u omisiones intencionales. El Sr. Carlos Justino Urrea, ha manifestado en su presentación en estos autos, motivada por su pedido de autorización para salir del país, que la sociedad se habría “vendido”. Aún cuando fuera cierto, hipótesis harto improbable frente al abandono total de la misma, no debiera descartarse que se haya fraguado la existencia de una venta. Aún en este caso, tales actos carecerían de eficacia y resultarían inoponibles a esta quiebra. La expresión del apoderado Dr. Barilati en la tantas veces mentada contestación de demanda, de que la sociedad fue vendida a los anteriores socios chilenos, supuestamente a mediados de la década anterior, resulta inverosímil ante la falta de registración legal de Tecnal S.A. y ante la inexistencia de registros contables y societarios de la fallida. Por otro lado, frente a esa versión, no se explica que no haya habido cambio de autoridades, que el apoderado judicial general continúe actuando hasta el presente, y más sugestivo aún, que en el año 2000, el Ing. González Lanuza todavía fuera el representante legal que absolviera posiciones en nombre de la ahora fallida. Por todo ello, esta sindicatura ha de profundizar el análisis precedente con el fin de promover las acciones de responsabilidad pertinentes. Responsabilidad de los socios. La segunda parte de esta norma, impone a esta sindicatura informar sobre la responsabilidad que pudiera imputarse a los socios, por su actuación en tal carácter. A nuestro entender, el primer aspecto a considerar es la posibilidad de promover una acción de extensión de la presente quiebra. Dispone el art. 161 de la LCQ inciso 2) La quiebra se extiende: A toda persona controlante de la sociedad fallida, cuando ha desviado indebidamente el interés social de la controlada, sometiéndola a una dirección unificada en interés de la controlante o del grupo económico del que forma parte. A los fines de esta Sección, se entiende por persona controlante: a) Aquella que en forma directa o por intermedio de una sociedad a su vez controlada, posea participación, por cualquier título, que otorgue los votos necesarios para formar la voluntad social. b) Cada una de las personas que, actuando conjuntamente, poseen participación en la proporción indicada en párrafo a) precedente y sean responsables de la conducta descripta en el primer párrafo de este inciso. El desvío indebido del interés social parece evidente, a punto tal que la decisión del grupo controlante de hacer “desaparecer” a la sociedad se encuentra plenamente cumplido. Hoy por hoy, Tecnología del Aluminio S.A. es un “fantasma” o cáscara vacía. Sin activos, con pasivos, sin sede ni establecimiento, ni libros sociales ni contables y con un vacío informativo absoluto respecto de la autoridad de contralor. Resulta claro que, una sociedad y un grupo de accionistas y/ o directores, todo lo cual encuadra dentro del concepto de “Grupo controlante”, en determinado momento tomó la decisión, con el propósito de no afrontar ciertas o probables deudas contingentes, de desactivar y aniquilar todo vestigio de existencia de la sociedad. Difícil encontrar un caso tan palmario de desvío indebido del interés social, el cual en términos simples, se identifica con el cumplimiento del objeto social para el que fue creada la sociedad. La acción del “grupo controlante” se orientó precisamente, al incumplimiento definitivo del objeto social con la desactivación de la sociedad, en forma indebida, sin cumplir con los recaudos de un proceso de liquidación sometido a las disposiciones legales. En cuanto a los legitimados pasivos de las eventuales acciones de extensión de quiebra, ya hemos ubicado en primer lugar a la sociedad “FLAMIA S.A.”, a la que cabe sumar a las personas físicas que han revestido el doble carácter de accionistas y/o directores en ambas sociedades, dado que como establece la norma legal, tales personas jurídica y físicas actuando conjuntamente, poseen participación que otorga los votos para formar la voluntad social. Cuestión más ardua es concretar la imputación respecto de la sociedad “chilena” Tecnal S.A. Sin duda, de haber existido efectivamente, la chilena Tecnal S.A. habría participado del grupo de control, dado que las asambleas fueron unánimes y unánimes las votaciones. Sin embargo, al no encontrarse registrada en la Inspección General de Justicia como sociedad constituida en el exterior con participación en una sociedad local, su indudable responsabilidad solidaria, puede derivar por otros carriles jurídicos. En efecto, si bien no existe unanimidad, existe consenso mayoritario en la doctrina, compartida con la opinión del Dr. Nissen, a quien hemos citado supra, que las sociedades “extranjeras” que no han cumplimentado las pautas del art. 123 LS, se las debe considerar como irregulares, lo cual torna en responsables solidarios a sus integrantes y/o representantes. Tal sería el caso del Sr. Alvaro Llompart Cusnelli, que actuó como representante de Tecnal S.A. en la asamblea de accionistas de la fallida. En cualquier caso, corresponderá a esta sindicatura, vencido que sea el plazo para formulaciones de observaciones al presente Informe General, evaluar la iniciación de todas o algunas de las acciones cuya posibilidad ha sido expuesta en el presente. Lo cual no excluye otras hipótesis legales, tales las previstas en el art. 54 de la LS, relativas a la actuación dolosa y/o culposa de los controlantes, sean socios o no, que por su dolo o culpa han dañado a la sociedad, por lo que se les imputa responsabilidad solidaria de indemnizar dicho daño. Tampoco cabe excluir, siempre respecto del art. 54 LS, la hipótesis de su último párrafo, dado que la actuación de la sociedad fallida, al menos desde el año 1997, se ha orientado hacia un fin extrasocietario, consistente en frustrar derechos de terceros, como el caso de los acreedores verificados en este proceso falencial. Por lo tanto, tal conducta, evidenciada en el virtual vaciamiento de la empresa, se imputará directamente a los socios o a los controlantes que la hicieron posible, quienes no podrán oponer la personalidad jurídica diferenciada de la fallida para eludir tal responsabilidad. En cuanto a las características de las acciones denunciadas, las mismas presentan similitud con las típicas de los delitos de acción continuada. Tuvieron comienzo a mediados de la década anterior, pero se han prolongado sin solución de continuidad hasta el presente, o al menos hasta el momento en que se consumó el daño, o sea hasta quedar firme el decreto de quiebra. INC. 8. – ENUMERACIÓN CONCRETA DE LOS ACTOS QUE SE CONSIDERAN SUSEPCTIBLES DE SER REVOCADOS. A efectos de cumplimentar con este punto, este órgano se remite a lo ya manifestado en el inciso anterior; fundamentalmente en lo que se refiere a aquellas conductas que produjeron, permitieron y/o agravaron la situación patrimonial de la deudora o su insolvencia. INC. 9. – OPINIÓN FUNDADA REPECTO DEL AGRUPAMIENTO Y CLASIFICACIÓN QUE EL DEUDOR HUBIERE EFECTUADO REPECTO DE LOS ACREEDORES. No corresponde dictaminar sobre este punto. INC. 10. - INFORME SOBRE SI EL DEUDOR RESULTA PASIBLE DEL TRÁMITE LEGAL PREVENIDO POR EL CAPÍTULO III DE LA LEY 25156, POR EONCOTRARSE COMPRENDIDO EN EL ART. 8º DE DICHA NORMA La fallida no resulta pasible del trámite prevenido por el capítulo II de la Ley 25.156 (Defensa de la Competencia) por no encontrase comprendido en el artículo 8° de dicha norma.