EY TAX Advisory / Septiembre Algunas consideraciones sobre la Jurisprudencia de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en materia de pruebas en el juicio contencioso litis abierta Luis Ávila / Socio de Impuestos y Litigio Fiscal Alfredo Castilleja / Gerente de Litigio Fiscal En mayo 2013 la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió la contradicción de tesis 528/2012 sustentada entre el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Cuarto Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Segunda Región, que arrojó como resultado la Jurisprudencia 2a./J.73/2013 pendiente de publicar en el Semanario Judicial de la Federación, la cual se presenta a continuación: “Juicio contencioso administrativo. El principio de litis abierta que lo rige, no implica para el actor una nueva oportunidad de ofrecer las pruebas que, conforme a la ley, debió exhibir en el procedimiento de origen o en el recurso administrativo procedente, estando en posibilidad legal de hacerlo [Modificación de la jurisprudencia 2a./J. 69/2001 (*)]” Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación modifica la jurisprudencia referida, al considerar que el principio de litis abierta derivado del artículo 1o. de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo cobra aplicación únicamente cuando la resolución dictada en un procedimiento administrativo se impugna a través del recurso administrativo procedente, antes de acudir ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, y se traduce en la posibilidad para el actor de formular conceptos de impugnación no expresados en el recurso, pero tal prerrogativa no implica la oportunidad de exhibir en juicio los medios de prueba que, conforme a la ley, debió presentar en el procedimiento administrativo de origen o en el recurso administrativo respectivo para desvirtuar los hechos u omisiones advertidos por la autoridad administrativa, estando en posibilidad legal de hacerlo. De haber sido esa la intención del legislador, así lo habría señalado expresamente, como lo hizo tratándose del recurso de revocación previsto en el Código Fiscal de la Federación en el que, por excepción, se concede al contribuyente el derecho de ofrecer las pruebas que por cualquier motivo no exhibió ante la autoridad fiscalizadora, para procurar la solución de las controversias fiscales en sede administrativa con la mayor celeridad posible y evitar su impugnación en sede jurisdiccional, esto porque la autoridad administrativa puede ejercer cualquiera de las acciones inherentes a sus facultades de comprobación y supervisión, como lo es, entre otras, solicitar información a terceros para compulsarla con la proporcionada por el recurrente o revisar los dictámenes emitidos por los contadores públicos autorizados, lo que supone contar con la competencia legal necesaria y los elementos humanos y materiales que son propios de la administración pública. Por tanto, tal prerrogativa no puede entenderse extendida al juicio contencioso administrativo, pues no sería jurídicamente válido declarar la nulidad de la resolución impugnada con base en el análisis de pruebas que el particular no presentó en el procedimiento de origen o en el recurso administrativo, estando obligado a ello y en posibilidad legal de hacerlo, como lo prescribe el artículo 16 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, al indicar que los gobernados deben conservar la documentación indispensable para demostrar el cumplimiento de las disposiciones fiscales y exhibirla cuando sea requerida por la autoridad administrativa en ejercicio de sus facultades de comprobación. Estimar lo contrario significaría sostener que el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa puede sustituirse en las facultades propias de la autoridad fiscal y declarar la nulidad de sus actos por causas atribuibles al particular. Contradicción de tesis 528/2012.- Entre las sustentadas por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Cuarto Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Segunda Región, con residencia en San Andrés Cholula, Puebla.- 13 de marzo de 2013.- Mayoría de tres votos.- Disidentes: Margarita Beatriz Luna Ramos y Sergio A. Valls Hernández.- Ponente: Alberto Pérez Dayán.- Secretaria: Georgina Laso de la Vega Romero. Nota: (*) Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIV, diciembre de 2001, página 223, con el rubro: “Contencioso administrativo. Las pruebas deben admitirse en el juicio y valorarse en la sentencia, aun cuando no se hubieran ofrecido en el procedimiento” Tesis de jurisprudencia aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión privada del diecisiete de abril del dos mil trece”. Dicho esto, como se desprende de la lectura de la Jurisprudencia en estudio, la Segunda Sala de la SCJN se aparta de los criterios que antes había sustentado sobre el tema y ahora concluye que no es facultad del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa (TFJFA) admitir y valorar dentro del juicio contencioso las pruebas que no hayan sido ofrecidas y exhibidas por el contribuyente ante la autoridad administrativa, ya sea en el procedimiento fiscalizador o al acudir al recurso de revocación. También interpreta el alcance del artículo 1 de la Ley Federal de Procedimiento Contencioso Administrativo (LFPCA), el cual señala que cuando se impugne en el juicio contencioso administrativo la resolución recaída a un recurso administrativo o cuando la resolución al recurso lo declare por no interpuesto o lo rechace por improcedente, se deberá entender que simultáneamente se impugna la resolución recurrida en la parte que continúa afectando al contribuyente, con lo que puede hacer valer conceptos de impugnación no planteados en el recurso. Antecedentes Como preámbulo del análisis de la jurisprudencia antes reproducida, vale la pena mencionar algunos antecedentes del principio de litis abierta en el juicio contencioso administrativo, el cual se regula en nuestro sistema jurídico mediante reformas a los artículos 197 y 237 del Código Fiscal de la Federación (del 15 de diciembre de 1995), en la que el legislador federal estableció, para el entonces denominado juicio de nulidad, la litis abierta en lugar de la litis cerrada, que permite la expresión de argumentos que no se plantearon en el recurso administrativo, esto es, la expresión de agravios novedosos, o bien, reiterar los que ya se habían hecho valer en la instancia administrativa. En relación con lo anterior, en el año 2001, la Segunda Sala de la SCJN emitió la jurisprudencia 2a./J. 69/2001, con el rubro “Contencioso administrativo. Las pruebas deben admitirse en el juicio y valorarse en la sentencia, aun cuando no se hubieran ofrecido en el procedimiento”, en donde la Sala de la Suprema Corte señala que en el recurso administrativo los órganos de la administración actúan como autoridad en ejercicio de su imperio, mientras que, en el juicio contencioso administrativo la autoridad administrativa actúa como una de las partes en juicio, en paridad procesal con las demás. Asimismo, en la jurisprudencia mencionada se señala que el medio de defensa jurisdiccional no es una instancia más, sino un juicio autónomo en el que se ejercita una acción de nulidad del acto administrativo, iniciándose una nueva litis que se conforma con la resolución impugnada, los conceptos de impugnación de la parte actora y los argumentos expuestos por la autoridad en la contestación de demanda, así como las pruebas de las partes. La SCJN resalta que en el juicio contencioso, además de la resolución impugnada recaída al recurso administrativo, se entiende que también se impugna a esta última para que continúe afectándose el derecho del demandante, donde este último está facultado para expresar agravios contra ambas resoluciones. Aplica el principio procesal consistente, en donde quien afirma debe probar al expresarse en la demanda nuevos o distintos argumentos a los que se hicieron valer en el recurso administrativo. Las Salas del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa están obligadas a admitir, desahogar y valorar las pruebas que se ofrezcan para acreditar todos los argumentos que se expresaron en los conceptos de impugnación. En el año 2003, la misma Segunda Sala de la SCJN aprobó la tesis de jurisprudencia 2a./J. 32/2003, cuyo rubro dice: “Juicio de nulidad. El principio de litis abierta contenido en el artículo 197, último párrafo, del código fiscal de la federación vigente, permite al demandante esgrimir conceptos de anulación novedosos o reiterativos referidos a la resolución recurrida, los cuales deberán ser estudiados por el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.” En esta se concluye que la posibilidad de ofrecer pruebas que no se pusieron a consideración de la autoridad administrativa se encuentra restringida en la medida que se relacionen con argumentos y elementos probatorios que ya fueron objeto de análisis en la instancia mencionada. Por su parte, en febrero de 2012, la Primera Sala de la SCJN aprobó la tesis aislada número 1.ª XVI/2012 (10.ª) que lleva por rubro “Procedimiento de fiscalización, la fracción VI del artículo 48 del código fiscal de la federación, vigente en 2007, no viola la garantía de audiencia”; en ella, al resolver el amparo en revisión de la cual derivó, resuelve medularmente que los documentos que hubieran sido requeridos por la autoridad revisora, en ejercicio de sus facultades de comprobación, y que no hubieran sido exhibidos por el contribuyente revisado, no podrán ser valorados en el juicio contencioso administrativo. Análisis sobre el nuevo criterio de la Segunda Sala de la SCJN en materia de litis abierta La Segunda Sala de la SCJN concluye en la Jurisprudencia por contradicción de tesis, objeto del presente análisis, que el hecho de que se consideren impugnadas ambas resoluciones administrativas en el juicio contencioso administrativo (que resuelve el recurso de revocación y la recurrida) y que en el juicio contencioso se puedan hacer valer conceptos de impugnación no planteados en el recurso, no significa que el actor esté en posibilidad de ofrecer y exhibir en juicio medios de convicción que no hayan estado al alcance de las autoridades administrativas, al no haberlos puesto a su disposición por parte del contribuyente y estar legalmente en posibilidad de hacerlo. La conclusión anterior se apoya en el argumento de que, en el caso de que el legislador hubiera decidido que en el juicio contencioso se admitieran pruebas no ofrecidas y exhibidas ante la autoridad fiscal, así expresamente lo hubiera señalado, como sí sucede en el recurso de revocación regulado por el Código Fiscal de la Federación (CFF). Ello es así porque a criterio de la Segunda Sala de la Corte la autoridad administrativa puede ejercer cualquier acción inherente a sus facultades de comprobación y supervisión, como realizar compulsas, requerir información a fiscos extranjeros o revisar dictámenes fiscales, entre otros, con el fin de allegarse de elementos para conocer la situación del contribuyente, facultad que no goza el órgano jurisdiccional al no poder sustituir en funciones a la autoridad fiscal. Asimismo, al resolver la contradicción de tesis de la cual deriva la jurisprudencia en estudio, la Sala de la SCJN hace un análisis de la posibilidad del ofrecimiento de pruebas en el recurso de revisión regulado en la Ley Federal de Procedimiento Administrativo (LFPA), que procede contra cualquier acto de autoridad administrativa distinta a la materia fiscal, y el recurso de revocación establecido en el CFF. No omitimos mencionar que las resoluciones de ambos recursos administrativos son impugnables vía juicio contencioso administrativo ante el TFJFA. En el recurso de inconformidad, según se establece en el artículo 96 de la LFPA, no se tomarán en cuenta en la resolución que se emita hechos, documentos o alegatos del recurrente, cuando al poder aportarlos durante el procedimiento administrativo no lo haya hecho. Por el contrario, de la lectura de los artículos 123 y 130 del CFF se aprecia que sí se pueden ofrecer pruebas que no se hubiesen aportado en el procedimiento administrativo que se impugne en esta vía. La posibilidad de ofrecer pruebas en el recurso de revocación fiscal se introduce en el CFF a partir del año 2009, con el fin (según exprese la exposición de motivos correspondiente) de salvaguardar el interés público implícito en el acto administrativo en atención a su celeridad, por las consecuencias que este trae tanto para el gobernado (en cuanto a los perjuicios económicos que trae aparejada la dilación de la nulidad de un acto administrativo que puede resultar ilegal) como para el Estado, por los costos administrativos que tiene el exceso de judicialización de las controversias tributarias. Bajo ese contexto, al resolver la contradicción de tesis, se concluye que dada la diferencia en la posibilidad del ofrecimiento de pruebas en ambos recursos administrativos, por regla general no es procedente valorar en el juicio contencioso los medios de prueba ofrecidos por el recurrente que no presentó en el procedimiento de origen, estando aun en posibilidad de hacerlo, y por excepción el legislador decidió permitirlo tratándose de la materia fiscal. El argumento utilizado por la Segunda Sala de la Corte podría tener cierta lógica, en el sentido de que existe una diferencia importante en los dos recursos administrativos impugnables vía juicio contencioso y que el artículo 1 de la LFPCA no hace distinción entre la posibilidad de ofrecer pruebas novedosas o no exhibidas ante la autoridad administrativa, al impugnar las resoluciones derivadas de uno u otro recurso administrativo. Sin embargo, el análisis resulta incompleto, pues en el caso de que efectivamente en el juicio contencioso no se puedan exhibir pruebas adicionales a las exhibidas ante la autoridad fiscal con fundamento en el artículo 1 de la ley que regula este medio de defensa, el órgano de Control de Constitucionalidad como la SCJN debía analizar si dicha situación viola o no los derechos humanos de los contribuyentes, aun cuando no fuera la litis planteada. Este análisis no se efectuó, por lo que aún quedaría pendiente decidir si la imposibilidad de ofrecer pruebas nuevas en el recurso de revisión previsto en la LFPA y en el juicio contencioso administrativo viola derechos humanos. La Segunda Sala, al resolver la contradicción de tesis citada y en aras del control difuso de constitucionalidad, debió analizar si el artículo 1 de la LFPCA viola derechos humanos, pues en términos del diverso artículo 1 constitucional, toda autoridad en el ámbito de sus competencias tiene la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos. El Estado debe prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos, situación que al emitir la jurisprudencia en estudio no sucedió, pues es claro que no permitir que el contribuyente utilice todos los medios probatorios que considere necesarios para acreditar el cumplimiento de sus obligaciones fiscales, en una instancia que técnicamente es diferente al recurso administrativo, vulnera los derechos de audiencia, debido proceso legal y acceso a la justicia, consagrados en los artículos 14 y 17 de nuestra Constitución. Por su parte, el artículo 8, en el párrafo 1 sobre la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José) señala que “toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter”. Esta situación, según la conclusión de la Segunda Sala de la SCJN plasmada en la Jurisprudencia en estudio, no sucede en el juicio contencioso administrativo, pues el contribuyente no está en posibilidad plena de ser oído por el tribunal competente para determinar sus derechos y obligaciones de orden fiscal por meros formalismos, como el hecho de que se exhibió o no una prueba ante la autoridad administrativa, independientemente de que la prueba sea idónea para demostrar la ilegalidad de la resolución impugnada. En ese mismo orden de ideas, al emitir la jurisprudencia en estudio se debió observar el principio pro persona consagrado en el mismo artículo 1 constitucional, el cual consiste en que, cuando se puedan obtener diversas conclusiones de la interpretación de un conjunto de normas, el juzgador está obligado a adoptar la que represente mayor beneficio al gobernado. En el caso estudiado prevaleció la interpretación que limita el derecho a los contribuyentes de otorgar pruebas que acrediten el cumplimiento de sus obligaciones fiscales, se insiste, por meros formalismos que pueden traer como consecuencia que el Estado ilegítimamente obtenga ingresos por la determinación de créditos fiscales ilegales derivados de la omisión o retraso en la exhibición de documentación por parte del contribuyente. Ahora bien, aunque según la jurisprudencia por contradicción de tesis que analiza el artículo 1 de la LFPCA se limita el derecho al contribuyente de ofrecer pruebas novedosas y no exhibidas ante la autoridad fiscal, aún queda pendiente el análisis de la violación a los derechos humanos de la disposición antes mencionada, que desde nuestro punto de vista se podría hacer valer desde la presentación del juicio contencioso administrativo, argumentos que en su caso deberán ser atendidos y analizados por los órganos jurisdiccionales correspondientes en atención al control difuso de constitucionalidad, según se aprecia del contenido de la tesis del pleno de la SCJN reproducido a continuación: EY Aseguramiento | Asesoría | Fiscal | Transacciones Acerca de los Servicios Fiscales de EY Su negocio sólo alcanzará su verdadero potencial si lo construye sobre sólidos cimientos y lo acrecienta de manera sostenible. 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Estos mandatos contenidos en el artículo 1 constitucional, reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación de 10 de junio de 2011, deben interpretarse junto con lo establecido por el diverso 133 para determinar el marco en el que debe realizarse el control de convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos a cargo del Poder Judicial, el que deberá adecuarse al modelo de control de constitucionalidad existente en nuestro país. Es en la función jurisdiccional, como está indicado en la última parte del artículo 133 en relación con el artículo 1 constitucional, donde los jueces están obligados a preferir los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los tratados internacionales, incluso con las disposiciones en contrario que se encuentren en cualquier norma inferior. Si bien los jueces no pueden hacer una declaración general sobre la invalidez o expulsar del orden jurídico las normas que consideren contrarias a los derechos humanos contenidos en la Constitución y en los tratados (como sí sucede en las vías de control directas establecidas expresamente en los artículos 103, 105 y 107 de la Constitución), sí están obligados a dejar de aplicar las normas inferiores dando preferencia a las contenidas en la Constitución y en los tratados en la materia. En conclusión, la Jurisprudencia por contradicción de tesis emitida por la Segunda Sala de la Suprema Corte de justicia de la Nación únicamente analiza el alcance del artículo 1 de la LFPCA, y concluye que en términos de esta disposición legal el TFJFA no debe admitir ni valorar las pruebas no ofrecidas por el contribuyente ante la autoridad fiscal, pero no se pronuncia sobre la violación o no a los derechos humanos del actor de dicho artículo, tema que en determinado momento deberá abordar. Document EY - Méxicotitle Additional text © 2013 Mancera, S.C. Integrante de EY Global Derechos reservados EY se refiere a la organización global de firmas miembro conocida como EY Global Limited, en la que cada una de ellas actúa como una entidad legal separada. EY Global Limited no provee servicios a clientes. Este boletín ha sido preparado cuidadosamente por los profesionales de EY, contiene comentarios de carácter general sobre la aplicación de las normas fiscales, sin que en ningún momento, deba considerarse como asesoría profesional sobre el caso concreto. Por tal motivo, no se recomienda tomar medidas basadas en dicha información sin que exista la debida asesoría profesional previa. 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