Academia de las Luces “Del clasicismo al romanticismo” Franz Joseph Haydn (1732 – 1809) Divertimento en Do mayor, Hob.III: 4 (15) Presto –Minuet 1 – Adagio ma non tanto - Minuet 2 – Presto Divertimento en Do mayor, Hob.III: 6 (14) Presto assai –Minuet 1 – Adagio - Minuet 2 – Presto Wolfgang Amadeus Mozart (1756 -1791) Divertimento en Re mayor No1. Kv 136 (15’) Allegro – Andante - Presto Divertimento en Si bemol mayor No.2 Kv. 137 (14’) Andante – Allegro assai – Allegro di molto Felix Mendelssohn (1809 – 1847) Sinfonía X en Si menor. MWV N 10 (12’) Adagio – Allegro – Più Presto. NOTAS AL PROGRAMA Es difícil concretar en lo que se refiere a la historiografía musical, cuando empieza un periodo y cuando acaba el anterior. En el mundo de la literatura, se dice que el romanticismo se inició en los años 1770 y 1780 con el movimiento que aconteció en Alemania del Sturm und Drang. Escritores como Goethe o Schiller movilizaron la creatividad de los artistas que en aquellos años poblaban Europa. La música del periodo clásico, bajo los exponentes de Mozart y Haydn, tuvo mucho que ver con lo que ocurrió para la llegada del romanticismo. Obras como Las bodas de Fígaro, por ejemplo, fueron censuradas por revolucionarias: un argumento que incluye criados que quieren dejar de serlo para hacer su propia vida fue considerado como lo que hoy en día conocemos como “antisistema”. El caos armónico, el cambio de una armonía a otra utilizándolas de forma ambigua para confundir al oyente. Son elementos que resultaron muy inspiradores para el romanticismo. La Creación de Haydn es un ejemplo clarísimo de todos éstos parámetros. El escritor, jurista y compositor, más conocido por sus críticas musicales, consideraba a Haydn y a Mozart, junto a Beethoven, los primero románticos. Es en éste contexto dónde se encuentra la obra de Mendelssohn, niño prodigo igual que Mozart, cuando compone sus 12 sinfonías para orquesta de cuerda (lo hizo entre los 12 y los 14). Estas sinfonías fueron compuestas para ser interpretadas los domingos para la familia Abraham, el padre del joven autor, contrataba una orquesta formada por los músicos de la Berlin Hofkapelle para interpretar las obras que en ocasiones eran dirigidas por el mismo Mendelssohn. En estas 12 Sinfonías para Cuerda, se puede apreciar la enorme atracción que sentía por Mozart y sobre todo por Bach; el contrapunto y la utilización de las tensiones armónicas hacen suponer el enorme estudio que había realizado sobre éstos autores. INTÉRPRETES Director: Kinga Ujszaszi Violines: Ana Albero, Araceli Morales, Elias Riviere, Gabriel Sánchez, Oleksandr Sora Violas: Lola Fernández, Simone Laghi Violoncellos: Carlos Montesinos, Guillermo Turina Contrabajo: Hémera Rodriguez.