DEMANDA CORTECONSTITUCIONAL NACIONAL 8822

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CORTE CONSTITUCIONAL
Demanda No. 8822
(Bogotá, D.C., 13 de octubre de 2011)
Ref.: Acción pública de inconstitucionalidad contra el artículo 2° del Decreto
Ley 3565 del 26 de septiembre de 2011, expedido por el Presidente de la
República.
Honorables Magistrados
CORTE CONSTITUCIONAL
Sala Plena
E.
S.
D.
JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO, ciudadano en ejercicio, identificado
con la cédula de ciudadanía número 19.231.121 expedida en Bogotá, actuando en
mi propio nombre, en ejercicio del derecho que me confieren los artículos 40,
numeral 6, y 241, numeral 5°, de la Constitución Política, y de conformidad con lo
previsto en el Decreto 2067 de 1991, con todo respeto manifiesto que por el
presente escrito formulo demanda de inconstitucionalidad contra et artículo 2° del
Decreto Ley 3565 del 26 de septiembre de 2011, expedido por el Presidente de la
República invocando las facultades extraordinarias conferidas por el literal d) del
artículo 18 de la Ley 1444 de 2011, únicamente respecto de las Corporaciones
Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible.
Texto del Decreto demandado
El artículo 2° del Decreto Ley 3565 del 26 de septiembre de 2011, que lleva las
firmas del Presidente de la República, de la Ministra de Ambiente, Vivienda y
Desarrollo Territorial y de los directores del Departamento Administrativo de la
Función Pública, es del siguiente tenor literal:
MINISTERIO DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL
DECRETO NÚMERO 3565 (26 de septiembre 2011)
"Por el
2008"
cual
se
modifican
parcialmente
la
Ley
99
de
1993
y
la
Ley
1263
de
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA
En ejercicio parcial de las facultades extraordinarias que le confieren en literal
d) del artículo 18 de la Ley 1444 de 2011, únicamente respecto de las
Corporaciones Autónomas y Regionales y de Desarrollo Sostenible
DECRETA
ARTÍCULO SEGUNDO. Adiciónese el artículo 1 de la Ley 1263 de 2008
modificatorio del artículo 28 de la Ley 99 de 1993 con el siguiente parágrafo
transitorio:
"Parágrafo Transitorio. El periodo de los actuales Directores de las
Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible se ampliará
hasta el 30 de junio de 2012.
El periodo institucional de los Directores Generales de las Corporaciones 20122015, iniciará el 1° de julio de 2012 y culminará el 31 de diciembre de 2015. El
Proceso de elección de estos Directores deberá realizarlo el Consejo Directivo en
el mes de junio de 2012.
El periodo de los actuales miembros del Consejo Directivo de que tratan los
liberales e), f) y g) del artículo 26 de la Ley 99 de 1993 y de los representantes de
la comunidad, organizaciones privadas o particulares que conforman los consejos
directivos de las Corporaciones de Desarrollo Sostenible finalizará el 31 de
diciembre de 2011"
PUBLÍQUESE
Y
Dado en Bogotá, D.C., a los 26 de septiembre 2011
CÚMPLASE
LA MINISTRA DE AMBIENTE, VIVIENDA Y DESARROLLO TERRITORIAL
BEATRIZ URIBE BOTERO
EL DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO NACIONAL DE PLANEACIÓN
HERNANDO JOSÉ GÓMEZ RESTREPO
LA DIRECTORA DEL DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE LA FUNCIÓN
PÚBLICA
ELIZABETH RODRÍGUEZ TAYLOR"
El Decreto fue publicado en el Diario Oficial número 48.204 del 26 de septiembre
de 2011.
II.
Normas constitucionales que se estiman violadas
El Decreto en referencia vulnera los artículos 3, 121 y 150 -numerales 1,7 y 10- de
la Constitución Política.
III.
Razones por las cuales dichas normas se estiman violadas
Afirmo que, mediante el artículo 2° del Decreto Ley 3565 de 2011 el Gobierno
Nacional incurrió en ostensible exceso en el uso de las facultades extraordinarias
que invocó, conferidas al Presidente de la República mediante el literal d) del
artículo 18 de la Ley 1444 de 2011.
Las facultades extraordinarias en referencia fueron otorgadas por el legislador
ordinario en los siguientes términos (Diario Oficial N°. 48.059 del 4 de mayo de
2011, en que se publicó la Ley 1444 de 2011):
"LEY 1444 DE 2011
(mayo 4)
Diario Oficial No. 48.059 de 4 de mayo de 2011
Por medio de la cual se escinden unos Ministerios, se otorgan precisas facultades
extraordinarias al Presidente de la República para modificar la estructura de la
Administración Pública y la planta de personal de la Fiscalía General de la Nación
y se dictan otras disposiciones.
EL CONGRESO DE COLO DECRETA:
ARTÍCULO 18. FACULTADES EXTRAORDINARIAS. De conformidad con lo
establecido en el artículo 150 numeral 10 de la Constitución Política, revístese al
Presidente de la República de precisas facultades extraordinarias, por el término
de seis (6) meses, contados a partir de la fecha de publicación de la presente ley
para:
( ..)
d) Reasignar funciones y competencias orgánicas entre las entidades y organismos de la Administración
Pública nacional y entre estas y otras entidades y organismos del Estado.
(»..)"
Es evidente que, si las facultades extraordinarias, por serlo, son taxativas y de
interpretación estricta -lo que se desprende de la característica de precisión que
exige el artículo 150, numeral 10, de la Constitución-, las previstas en la
disposición invocada por el Ejecutivo se limitaron al tema específico de
reasignación de funciones y competencias orgánicas entre las entidades y
organismos de la Administración Pública Nacional y entre estas y otras entidades
y organismos del Estado, de suerte que en el delimitado campo de esas facultades
extraordinarias no estaba comprendida atribución alguna en cabeza del Presidente
de la República para modificar las normas legales vigentes sobre el período de los
directores generales de las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo
Sostenible, ni tampoco para cambiar, interrumpir o poner nuevo límite a los
periodos en curso de los actuales miembros del Consejo Directivo y de los
representantes de la comunidad, organizaciones privadas o particulares que
conforman los consejos directivos de las Corporaciones de Desarrollo Sostenible.
Al respecto, debemos recordar que esos períodos estaban contemplados en el
artículo 1° de la Ley 1263 de 2008 (26 de diciembre), que a su vez había
modificado el 28 de la Ley 99 de 1993, en los siguientes términos:
"LEY 1263 DE 2006
(diciembre 26)
Diario Oficial No. 47.214 de 26 de diciembre de 2008
CONGRESO DE LA REPÚBLICA
Por medio de la cual se modifica parcialmente los artículos 26 y 28 de la Ley 99 de 1993.
EL CONGRESO DE COLOMBIA
DECRETA:
Disposiciones generales
ARTÍCULO lo. El artículo 28 de la Ley 99 de 1993 quedará así:
Artículo 28. Del Director General de las Corporaciones Autónomas Regionales o
de Desarrollo Sostenible.
El Director General será el representante legal de la Corporación y su primera
autoridad ejecutiva. Será designado por el Consejo Directivo para un período de
cuatro (4) años, contados a partir del lo de enero de 2012, y podrá ser reelegido
por una sola vez.
PARÁGRAFO lo. El período de los miembros del Consejo Directivo de que tratan
los literales e), f), y g) del artículo 26 de la Ley 99 de 1993, será igual al del
Director de la Corporación Autónoma Regional o de Desarrollo Sostenible., y
podrán ser reelegibles.
PARÁGRAFO 2o. El proceso de elección de los Directores de las Corporaciones
Autónomas Regionales o de Desarrollo Sostenible, deberá realizarlo el Consejo
Directivo en el trimestre inmediatamente anterior al inicio del período institucional
respectivo.
PARÁGRAFO 3o. El proceso de elección de los representantes del sector privado, ante el Consejo Directivo
de las Corporaciones Autónomas Regionales o de Desarrollo Sostenible, deberán realizarlo los integrantes de
su mismo sector."
Por tanto, el Presidente de la República, sin facultades expresas para ello, ha introducido modificaciones a una
Ley que consagraba las reglas sobre periodos de los mencionados funcionarios, lo que implica sin lugar a
dudas que ha invadido la órbita propia del Congreso.
Según el artículo 150, numeral 1, de la Constitución, corresponde al Congreso, por medio de leyes, la
atribución de "interpretar, reformar y derogar leyes" (he subrayado).
Es el Congreso quien tiene a su cargo tan importante competencia, y si el Presidente de la República quiere
ejercerla mediante decreto (no es su función ordinaria), debe contar con precisas facultades extraordinarias
para hacerlo, en los términos perentorios y excepcionales del artículo 150, numeral 10, de la Carta Política.
De lo cual resulta que modificar por decreto una ley previa sin facultades extraordinarias expresas, otorgadas
por el Congreso, no es otra cosa que extralimitación de las propias funciones e invasión del ámbito normativo
señalado por la Constitución al Congreso.
El artículo 18, numeral d), de la Ley 1444 de 2011, invocado en el encabezamiento del Decreto acusado, no
incluye entre las facultades extraordinarias otorgadas la de modificar períodos, ni tampoco la de reformar o
adicionar, así sea transitoriamente, el artículo 1 de la Ley 1263 de 2008.
Es claro, por otra parte, que la reasignación de funciones y competencias
orgánicas no incorpora en modo alguno la materia de los períodos, y que la
reiterada jurisprudencia de la Corte Constitucional ha rechazado siempre las
posibilidades de extender las facultades conferidas a campos no expresamente
previstos en la ley habilitante. La Corte, en tal sentido, excluye las facultades
implícitas.
Así, pues, el exceso en el uso de las facultades extraordinarias es palmario. Con
ello, son vulnerados los siguientes preceptos de la Constitución:
El artículo 3, según el cual la soberanía reside exclusivamente en el pueblo, del cual emana el poder público,
y los representantes elegidos por el pueblo (como el Presidente de la República, que, según el artículo 188,
jura el cumplimiento de la Constitución y las leyes) la ejercen a nombre de aquél "en los términos que la
Constitución establece".
Esa disposición resulta violada cuando, como en este caso, se ejerce una función
en términos diferentes a los previstos en la Carta Política.
El artículo 113, según el cual los diferentes órganos del Estado tienen funciones separadas, sin perjuicio de la
colaboración armónica entre ellos para la realización de sus fines.
La Carta Política consagra una distribución de funciones que debe ser respetada. Por ello, es inconstitucional
que una rama del poder público que carece de atribuciones ordinarias para legislar -es el caso del Presidente
de la República como cabeza de la Rama Ejecutiva- resulte legislando, es decir, invadiendo la órbita del
Congreso en materias que éste tampoco le ha asignado de manera extraordinaria. Admitir que ello pueda
ocurrir significa la concentración de funciones en cabeza de dicho funcionario, que en tal sentido -cuando
invoca una ley de facultades extraordinarias pero éstas no le han sido conferidas- abusa de las mismas, en
cuanto va más allá del límite trazado por el Congreso.
El artículo 121 de la Constitución, de conformidad con el cual "ninguna autoridad
del Estado podrá ejercer funciones distintas de las que le atribuyen la Constitución
y la ley".
La Constitución no ha atribuido al Presidente de la República la función de
modificar o adicionar leyes preexistentes, ni para modificar, interrumpir o prolongar
períodos ya fijados en la ley para los servidores públicos, a menos que para el
efecto haya obtenido precisa y expresa concesión de facultades extraordinarias, lo
que no acontece en este caso.
El artículo 150, numeral 1, de la Constitución, que asigna al Congreso, por cláusula general de competencia,
la facultad de reformar las leyes. En esta ocasión, el Presidente de la República ha reformado, así sea
transitoriamente, la Ley 1263 de 2008, sin facultades extraordinarias para hacerlo.
Es inadmisible desde el punto de vista constitucional que el Presidente de la República, al hacer uso de las
facultades concedidas por el Congreso -que deben ser precisas y expresas-, entre a legislar sobre asuntos
ajenos a la materia señalada en la disposición que lo habilita, toda vez que, siendo ella exacta, cuando no esté
comprendido en la autorización extraordinaria sigue siendo de la competencia exclusiva del Congreso. Se
entiende que no lo ha transferido al Ejecutivo ni siquiera transitoriamente, y por ende el hecho de que el
Presidente, so pretexto de las facultades conferidas (pero excediéndolas), dicte normas mediante decretos
leyes, significa una evidente invasión de la órbita inviolable del legislador ordinario.
Por ello, en este caso resulta violado el artículo 150 de la Constitución, cuyo numeral 1° destaca que es
función propia del Congreso la de reformar las leyes, al paso que en el numeral 7° establece como función,
también del Congreso, la de "reglamentar la creación y funcionamiento de las corporaciones autónomas
regionales dentro de un régimen de autonomía".
Debe observarse además, precisamente al respecto, que el propio legislador
ordinario debe respetar la autonomía de estas corporaciones, de modo que
inclusive podría discutirse si sería ajustado al mandato constitucional un artículo
de la ley que entrara a interrumpir o a ampliar los períodos de los administradores
de las corporaciones autónomas, afectando su independencia. Con mayor razón,
entonces, resulta abiertamente contrario a la Carta Política que el Presidente de la
República proceda a hacerlo por decreto, sin facultades extraordinarias expresas
que le permitan ingresar en ese ámbito de autonomía.
Acerca del carácter restrictivo de las facultades extraordinarias, que no están implícitas unas en otras y que no
pueden ser extendidas o ampliadas a gusto del Ejecutivo, la Corte Constitucional ha señalado:
"El que las facultades extraordinarias deban ser "precisas", significa que, además de necesarias e
indispensables para el logro de determinado fin, han de ser también puntuales, ciertas, exactas. Ello es
explicable, pues son la excepción a la regla general que enseña que de ordinario la elaboración de las leyes
"corresponde al Congreso". Así, pues, en tratándose de la competencia para el ejercicio de las facultades
extraordinarias, no cabe duda de que el Presidente de la República debe discurrir bajo estrictos criterios
restrictivos" (Sentencia C-050 del 6 de febrero de 1997. M.P.: Dr. Jorge Arango Mejía).
En concordancia con ello, ha sostenido esa corporación:
"Son inconstitucionales, en consecuencia, los decretos que expida el Gobierno invocando facultades
extraordinarias en cuanto toquen materias diversas de las señaladas en forma taxativa por el legislador
ordinario, puesto que, en tales eventos, además de quebrantar la propia ley a la que el Ejecutivo estaba sujeto,
se invade la órbita propia del legislador, ya que el Gobierno solamente puede expedir normas de jerarquía y
con fuerza legislativas por virtud de la facultad conferida. Que si le es insuficiente para adoptar las
determinaciones contenidas en los decretos leyes, deja a éstos despojados de la necesaria competencia de
quien los puso en vigor" (Sentencia C-398/95, M.P.: Dr. José Gregorio Hernández Galindo).
IV. Petición
Con fundamento en las razones expuestas, respetuosamente solicito a la H. Sala
Plena de la Corte Constitucional que declare la inexequibilidad de la norma
demandada.
V. Competencia
La Corte Constitucional es competente para conocer sobre la materia de esta
demanda, con arreglo a lo previsto en el artículo 241, numeral 5°, de la
Constitución, puesto que el precepto acusado hace parte de un decreto expedido
por el Presidente de la República con invocación de facultades extraordinarias
concedidas por el Congreso (Art. 150, numeral 10, de la Constitución Política).
VI. Notificaciones
Recibiré notificaciones en la Secretaria de la H. Corte Constitucional o en mi
Oficina de Abogado ubicada en la Carrera 11 número 73-20, oficinas 501, 502 y
503 de Bogotá. Teléfonos 3105220 – 3104109.
H. Magistrados,
JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ GALINDO
C.C. 19.231.121 de Bogotá
T.P. 21.373 D-1 del C. S. de la J.
FECHA PARA COMENTARIOS AL PUBLICO HASTA EL 02 DE DICIEMBRE DE
2011.
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