Nº 145 En la ciudad de Venado Tuerto, a los 01 días del mes de Octubre del Año Dos Mil Nueve, se reunieron en Acuerdo los Señores Vocales de la Cámara de Apelación en lo Penal de esta ciudad, Dres. Tomás G. Orso, Gustavo D.I. García Méndez y Carlos A. Chasco, con el fin de dictar sentencia definitiva en el proceso seguido a O.S., argentino, casado, instruido, jubilado y comerciante, domiciliado en calle Santa Fe 1658 de la ciudad de Firmat, L.E. Nº 06.559.769, presunta comisión del delito de Homicidio por la Culposo Doble (Artículo 84 del Código Penal) en Causa Nº 1146/07 del Juzgado de origen y en Causa Nº 55/09 de esta Cámara. Estudiados los autos, se resolvió plantear las siguientes cuestiones: 1º) ES JUSTA LA SENTENCIA APELADA? 2º) QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR EN DEFINITIVA? Practicado el sorteo de ley, resultó que la votación debía efectuarse en el siguiente orden: Dres. Orso García Méndez y Chasco. A la primera cuestión planteada, el Dr. Orso manifestó: I) Contra el Fallo Nº 1201 del 28 de Octubre de 2008 del Señor Juez en lo Penal Correccional y Faltas de la Primera Nominación Local, Dr. Héctor Vitelli, por el que CONDENO al llamado O.S., por el delito de Homicidio Culposo Doble a la pena de Tres Años de Prisión de Ejecución Condicional y la de Siete Años de Inhabilitación Especial para conducir automotores de Cumplimiento Efectivo, más las costas del proceso. (Arts. 84 2º párrafo, 45, 29 inciso 3º y 26 del Código Penal), por hallarlo autor material y penalmente responsable del delito de Doble Homicidio Culposo. Interpuso recurso de apelación y nulidad el imputado con el Patrocinio Letrado del Dr. Guillermo Pascual, por la totalidad del Fallo, el que fue concedido a fs. 169 de autos. 1) El Dr. Guillermo Pascual, en representación de O. S., expresa sus agravios y manifiesta que agravia la sentencia que imputa exceso de velocidad e imprudencia y desatención de su defendido, independientemente de que la moto haya tenido luces encendidas. Cabe acotar que en ningún lugar de la causa se expresa que el accidente haya ocurrido en zona urbanizada, indique que se habla de corresponde ruta al y no acceso tiene urbano nomenclatura de Beravevú. que La sentencia atribuye la culpa al Sr. S. sin importar si la moto portaba luces sobre la base de imputación de exceso de velocidad que es falsa y no se acredita en autos. La velocidad que expresa el Sr. S. es normal en rutas que atraviesen zonas urbanas de la provincia cuando no se indique lo contrario. La Ruta Provincial Nº 93 atraviesa Firmat y consecuentemente tiene nomenclatura, por el contrario la localidad de Beravevú no aparece atravesada sino bordeándola por un lateral como se advierte en el croquis que a la derecha del carril de circulación del Sr. Suarez hay campos sembrados. El conductor afirmó que circulaba a baja velocidad, que no vio nada y a pesar de ello el automóvil Fiat Spazio tiene impacto en la parte frontal derecha con rotura de ópticas, parrilla, abollado guardabarro delantero derecho y capot del mismo lado, pero aún así el conductor pudo controlar su vehículo como en circunstancias similares la hizo el Sr. S. sin embargo uno fue condenado y otro sobreseído. Aún a baja velocidad, el conductor tampoco vio la moto que estaba sobre la ruta ni a las víctimas, una de las cuales se había incorporado, ni vio las señas que consta le hicieron su representado y otra persona que había arribado al lugar. Los testigos coinciden en la falta de iluminación que describen todos como mala o alguno malísima y que todo ocurrió en un entorno de oscuridad. Todos dicen lo mismo menos los concubinos Ortigoza cuyo testimonio es impresentable y que poco aboga en contra de su representado porque fueron a sospechosamente. declarar La sin sentencia ser no citados toma en y mintieron cuenta que las víctimas actuaron con notoria y manifiesta imprudencia. Eran menores de edad que conducían una motocicleta de respetable cilindrada, sin dominio y adquiridas por un familiar apenas 9 días antes del accidente, lo que indica falta de experiencia en su conducción, no poseían carné, no portaban casco y no hay pruebas que lo hicieron con luces. La condena es sin pruebas, y con más dudas que certezas, aplica una grave pena en suspenso y una inhabilitación que acaba con sus posibilidades de conducir a futuro. Solicita se revoque la sentencia. 2) El Sr. Fiscal de Cámaras Subrogante, Dr. Fernando Palmolelli, contesta los agravios formulados, diciendo que solicita defensa. localidad De de el las rechazo de constancias Beravevú tomó los agravios surge que conocimiento formulados la de por la de la accidente de preventora un tránsito ocurrido en Ruta Provincial Nº 93, a la altura de la calle Alvear. El impacto se produjo entre el automóvil Renault 18 el cual se desplazaba por Ruta 93, en dirección a Firmat, al mando de O. S., quien era acompañado en su oportunidad por su esposa, quien embistiera la parte trasera de la motocicleta color roja que circulaba delante del automóvil del imputado, comandado por Molina y como acompañante el menor Bisogno, falleciendo estos dos últimos como consecuencia del accidente. Surge de las declaraciones que se le aparece una moto cuyo color no alcanzó a distinguir, que la misma no llevaba luces traseras, que esa aparición no le dio tiempo a reaccionar, que solo pudo tocar el freno y luego se produce el impacto con la parte trasera de la moto. De su declaración se advierte fácilmente que el mismo al momento de ocurrir el accidente, en ningún momento observó al motociclista. Surge de los testimonios que la motocicleta al momento del accidente tenía luces delanteras y traseras encendidas. Ambos vehículos circulaban llevando las misma e idéntica dirección, que lo hacían en un tramo de la ruta 93, tramo que contaba con alumbrado público, que si bien no era suficientes, sumado a las luces del vehículo del imputado, era imposible que el mismo no pudiera visualizar al ciclomotor. Cita Jurisprudencia al respecto. Todo esto nos coloca ante una situación fáctica en la cual las lesiones que provocaron el fallecimiento de los dos menores, son el resultado directo de la conducta violatoria de las normas reglamentarias, imprudente e imperita y por lo tanto debemos compartir la decisión del a-quo en cuanto configurado encuentra el que delito de en el actuar Homicidio del Culposo. encartado Este se ha Ministerio solicita se rechacen los agravios planteados. II) resolver el Corresponde recurso de en las apelación presentes interpuesto Guillermo Luis Pascual -defensor de O. actuaciones por el Dr. S.- contra la sentencia N° 1201, dictada en fecha 28 de Octubre de 2008 por el Dr. Héctor Vitelli –titular del Juzgado en lo Penal Correccional de la Segunda Nominación de Venado Tuerto- mediante la cual el imputado fue condenado, como autor penalmente responsable del delito de Doble Homicidio Culposo (art. 84 CP) a una pena de tres años de prisión de ejecución condicional e inhabilitación especial para conducir automotores por el término de siete años y las costas del proceso (Arts. 26 y 29 inc. 3° del Código Penal). Examinando los agravios vertidos por el recurrente -quien solicita se absuelva a su pupilo en orden a los hechos argumentando por los que el cuales se accidente lo sometiera aconteció debido a a proceso, la culpa exclusiva del conductor de la motocicleta, la que carecía de luces- a la luz de los elementos probatorios obrantes en autos, criterios evaluatorios del delito imprudente y réplica del actor penal –señala que el imputado circulaba a una velocidad excesiva y/o se encontraba desatento instantes de que impactara la moto desde atrás- considero que los mismos no logran conmover la sentencia apelada, la que debe ser confirmada, por las siguientes razones: Sintetizando la línea de ataque de la defensa respecto al decisorio que apela, surge que la misma cuestiona la valoración que efectuó el juez de grado en orden a lo sucedido y a la prueba recogida durante la instrucción e indica que el imputado condujo adecuadamente su vehículo, que atravesó una zona deficitariamente iluminada y marcada a una velocidad razonable, que la responsabilidad por lo ocurrido recae exclusivamente en quien conducía la motocicleta, ya que no contaba con luces –cuestionando por falaces los testimonios de las personas que señalaron lo contrario-, carecía de experiencia en la conducción de dicho tipo de vehículos y además ninguno de los fallecidos usaba casco. Examinando el planteo precedente, en relación a la responsabilidad penal culposa que se le atribuye al condenado considero que el sentenciante realizó una correcta ponderación de los elementos probatorios obrantes en autos, a través de los cuales fundó el juicio responsabilidad penal de O. de materialidad, autoría y S. cuya conducta vehicular no se adecuó al rol que debía cumplir, aumentando indebidamente el riesgo permitido resultando por lo en el tanto desarrollo la misma de tales violatoria actividades, del deber de cuidado y explicativa de los resultados mortales acaecidos, los que pueden y deben serle A la jurídico-penalmente reprochados. conclusión precedente arribo tras considerar que los elementos probatorios recogidos durante la instrucción controvierten permiten que el inferir mismo que circulaba S. por –las ruta partes N° 93 no en dirección a Firmat y a la altura de la calle Alvear de la localidad de Beravebú embistió desde atrás, en horas de la noche del 29 de octubre de 2006, a una motocicleta en la que iban Ismael Molina, de 20 años y Omar Bisogno, de 15, quienes fallecieron como consecuencia del impacto- no estaba prestando suficiente atención instantes previos al accidente –y por ello no pudo frenar su conducido o esquivar a la moto- o bien circulaba a una velocidad mayor a la que expresara (no más de 60 kilómetros horarios) y por dicho motivo, aunque también pudieron acumularse ambos, no pudo evitar embestir desde atrás al birodado. Comenzando a analizar los agravios formulados por el recurrente y siguiendo el orden en que fueron introducidos los mismos entiendo, respecto a la velocidad en que marchaba S., que surge del acta de inspección ocular (fojas 16) y croquis demostrativo del lugar del hecho (fojas 17) que el premencionado necesariamente debió ir a una velocidad bastante superior a la que apuntara, ya que aún cuando no distancias se efectuara (medida en ningún “pasos”) peritaje mecánico, verificadas por de la las policía entre el punto de impacto indicado en el croquis y los cuerpos de los malogrados jóvenes (80 pasos respecto a uno de ellos y más de 90 en relación al restante) se desprende que una colisión a la velocidad indicada por el sometido a proceso seguramente no hubiera generado tales distancias. Además de ello, la imputado huella (27 de pasos) frenada dejada también por resulta el un automóvil indicador de del una velocidad importante, máxime que el Renault 18 de S. poseía buenas cubiertas, tal como consta en el informe técnico de fojas 52, lo cual disminuye el efecto arrastre. Por todo ello, no obstante lo manifestado por el implicado y su esposa, estimo que la cuestión de la velocidad resulta un factor válido y con importante entidad cargosa puesto que merced al mismo se infiere una conducta imprudente de parte del conductor del vehículo automotor quien circulaba a una velocidad inadecuada por una ruta que atravesaba un lugar poblado. El agravio debe ser rechazado. En lo que atañe a éste último extremo y no obstante lo argumentado por el apelante –introduce referencias a cuestiones de nomenclatura de la arteria vial y dice que no surge de la causa que el accidente haya ocurrido en un sector correspondiente al caso urbano de Beravebú- considero que el imputado no pudo haber desconocido que estaba atravesando un lugar poblado ya que pasaba por un tramo en el que resultaban identificables luminarias –las que eran escasas pero podían verse, tal como se aprecia en las fotos adjuntas a fojas 66 y ss.- y además también debió advertir la luz de las casas adyacentes a la ruta -circunstancias que ni siquiera necesita ser probada, extrayéndose la misma de la experiencia y el sentido común- precauciones en razón la por la conducción cual debió vehicular y extremar disminuir las la velocidad, actividad que realmente parece haber omitido y que precipitó o torno inevitable el impacto mortal contra los motociclistas. Ergo: los agravios formulados por el recurrente en tal sentido deben ser rechazados. En orden al cuestionamiento del testimonio prestado (a fojas 47/49 y 73/76) por Bonifacio Ortigosa y su pareja Mónica Angelino, quienes señalan haber visto cuando la moto (la que tenía luces traseras y delanteras) era embestida desde atrás por un auto que circulaba a alta velocidad, considero que no tienen asidero las mismas por cuanto los premencionados viven sobre la ruta 93 y el accidente ocurrió casi enfrente al lugar en donde se encontraban (Angelino a fojas 49 dice que el impacto aconteció frente a la casa en la que ambos estaban y Ortigosa a fojas 76 vuelta expresa que estaban sentados en la vereda y el hecho ocurrió a unos quince metros) es decir que se hallaban en una posición óptima para poder ver lo que luego describieron reiteradamente –en sede policial y judicial, discrepancias mayoría de e los incluso inexactitudes testimonios en los careos- y observables mínimas que versan sobre y hechos con en la cuyos detalles a veces son percibidos de diferente modo por los testigos. Además tampoco resultan sospechables tales declaraciones por provenir de personas que reconocen haber conocido a las víctimas o a los familiares de éstas, ya que ello no permite inferir ningún indicio de declaración falaz, puesto que en localidades chicas ese nivel de conocimiento lo tienen todos los habitantes; como tampoco resulta indicio de parcialidad el comparendo espontáneo de los testigos ante la Autoridad Policial, reflejando contrariamente ello un compromiso cívico digno de imitar. Por todo lo expuesto y si bien, tal como apuntó la Defensa, la zona no estaba correctamente iluminada y ello seguramente impidió ver con mayor claridad al birodado, considero que dicha circunstancia no exime de responsabilidad penal a S. quien debió extremar los recaudos en la conducción vehicular mientras atravesaba un lugar poblado, debiendo incluso prever la aparición de otros vehículos por alguna de las calles que atraviesan la ruta. Por lo tanto los agravios deben ser rechazados. Finalmente y en lo que atañe a la falta de cascos en los fallecidos considero que ello no tiene incidencia causal ya que además de no resultar operativa la compensación imprudente, de se culpas en desprende materia además de que atribución el delictiva resultado lesivo ocurrió debido a la negligencia en que incurrió el sometido a proceso, quien de haber circulado con atención y prudencia podría haber visto con la suficiente antelación a la moto –más allá de las dificultades visuales por la deficiente iluminación del lugar- en razón de lo cual lo sucedido se explica a partir de dicha conducta vehicular. Por todo lo expuesto, habiéndose delimitado razonablemente como ocurrieron los hechos considero que pudo haberse evitado el resultado si el encausado hubiese circulado con mayor atención y cuidado, debiendo haber disminuido su velocidad al llegar a la zona que estaba atravesando, omisión que derivó en un incremento indebido del riesgo permitido por lo que la responsabilidad penal de S., en orden al delito imprudente por el cual resultara condenado, se encuentra plenamente acreditada. En orden a la pena impuesta, en razón de las particulares circunstancias en las que ocurrió el hecho y la actitud asumida posteriormente por el imputado (quien se quedó en el lugar y se sometió sin resistencia alguna a los requerimientos policiales) más la ausencia de antecedentes del mismo, considero más adecuado disminuir al mínimo legal la pena impuesta al causante, en razón de lo cual la misma queda fijada en dos años de prisión de ejecución condicional, cinco años de inhabilitación especial para conducir automotores y las costas del proceso (arts. 26, 29 inc. 3° y 84 CP). Por propongo todo confirmar lo la argumentado sentencia que y doctrina condenó a citada O. S., disminuyendo la pena impuesta al mismo la que queda fijada en Dos Años de Prisión de Ejecución Condicional, Cinco Años de Inhabilitación Especial para conducir automotores y las costas del proceso (arts. 26, 29 inc. 3° y 84 CP). A la misma cuestión el Dr. García Méndez expresó: Adhiero específicamente los conceptos vertidos por el vocal preopinante. A la misma cuestión el Dr.Chasco expresó: Habiendo dos votos concordantes, me abstengo de votar (Art. 26 L.O.P.J.). A la segunda cuestión planteada el Dr. Orso manifestó: Que teniendo en cuenta el resultado al que se arribó al votar la cuestión anterior es que propongo al Acuerdo confirmar parcialmente la condena impuesta a O. A. S., demás datos de identidad obrantes en autos, por el delito de Homicidio Culposo Doble, la que queda fijada en Dos Años de Prisión de Ejecución Condicional, Cinco Años de Inhabilitación Especial para conducir automotores y las costas del proceso (arts. 26, 29 inc. 3° y 84 CP). A la misma cuestión el Dr. García Méndez expresó: Comparto en su totalidad las conclusiones a las que arribara el Dr. Orso. A la misma cuestión el Dr. Chasco expresó: Habiendo dos votos concordantes, me abstengo de votar (Art. 26 L.O.P.J.). En definitiva, oídas que han sido las partes, la Cámara de Apelación en lo Penal de esta ciudad RESUELVE: Confirmar la sentencia apelada en cuanto condenara a O.S. como autor penalmente responsable del delito de Doble Homicidio Culposo (Art. 84 del Código Penal), disminuyendo la pena que le fuera impuesta, la que queda fijada en Dos Años de Prisión de Ejecución Condicional, Cinco Años de Inhabilitación Especial para Conducir Automotores y las costas del proceso (arts. 26, 29 inc. 3° y 84 CP). Insértese copia autorizada, hágase saber y bajen. Dr. Tomás Orso Dr. Gustavo D. I. García Méndez Dr. Carlos A.Chasco (Art. 26 L.O.P.J.) Dr. Sergio Fenice