RIESGO DE PROLONGACIÓN DEL INTERVALO QT (ARRITMIAS) CON EL USO DE METADONA En Suiza se han revisado las notificaciones de sospechas de reacciones adversas asociadas al uso de metadona y se han identificado algunos casos graves de alteraciones del ritmo cardiaco. La Agencia de Suiza ha ordenado incluir medidas de precaución en la información técnica del medicamento. El pasado 15 de enero de 2004, la Agencia Suiza de Medicamentos (Swissmedic) ha publicado una nota informando de los cambios que han ordenado introducir en los textos de información de las preparaciones concernidas de metadona. El motivo ha sido la identificación de algunos casos infrecuentes pero graves de alteraciones del ritmo cardiaco asociados a metadona (http://www.swissmedic.ch/fr/medien/overall.asp?lang=3&theme=0.00090.0 0001&th) La metadona es un opiáceo sintético, que se utiliza como terapia de sustitución en caso de dependencia a la heroína, en dosificaciones individualizadas, a veces elevadas. Como analgésico también se usa para aliviar los dolores agudos y crónicos, en particular en personas que padecen cáncer. Se metaboliza a nivel hepático, por la vía principal del citocromo P450 3A4 (CYP 450 3A4). Se elimina principalmente en forma de metabolitos a nivel biliar y urinario. La farmacocinética de la metadona presenta grandes variaciones interindividuales y el fármaco presenta una semivida de eliminación particularmente lenta. En caso de administración crónica puede prolongarse de 13 a 47 horas. Desde 2002, se han publicado en revistas médicas casos como los citados. Los artículos de Krantz y col 1,2 describen la asociación entre las torsade de pointes y las dosis elevadas de metadona, así como una correlación positiva entre la dosis de metadona y el intervalo QTc (QT corregida en base a la frecuencia cardiaca) en los 17 pacientes que habían presentado torsade de pointes con dosis elevadas de metadona (media de 397 mg diarios). Hay que recordar que se han constatado también arritmias ventriculares (prolongación del QTc, torsade de pointes y parada cardiaca) con un derivado de la metadona, el levacetilmetadol (Orlaam®), medicamento cuya autorización se suspendió en la Unión Europea en abril de 2001. Recientemente la FDA estadounidense ha publicado estos riesgos del levacetilmetadol en una “Dear Healthcare Profesional Letter” en septiembre de 2003, anunciando3 también la inminente retirada del mercado en los EE.UU. de Orlaam®. Notificaciones de casos De un total de 272 notificaciones espontáneas recibidas en Suiza entre 1990 y al final de septiembre de 2003 asociadas a la metadona, 42 (15,4%) se referían a alteraciones del ritmo. Correspondían a 25 pacientes, 20 hombres y 5 mujeres, con una edad media de 40 años. Todos los pacientes recibían metadona como substitución de opiáceos, y en ningún caso como analgésico. Entre las arritmias observadas, había 7 casos de torsade de pointes (con prolongación del QT constatadas en 6 casos) y 14 casos de prolongación del QT sin torsade de pointes se han identificado entre abril de 2001 y agosto de 2003. Las dosis diarias de metadona estaban comprendidas entre 40 mg y 1.400 mg, con una mediana de 130 mg diarios. Los QTc se han medido desde 480 milisegundos (ms) hasta 720 ms (media de 566 ms). Las notificaciones de casos se han analizado según los criterios internacionales. Entre los 11 casos que han sido sintomáticos –se tratan principalmente de síncopes- en 5 de ellos se valoraron como ‘probables’ y en 1 de ellos se presentó una re-exposición positiva (se incrementó el intervalo QT después de una re-exposición a la metadona). La relación de causalidad de la metadona ha sido valorada como ‘posible’ para los 6 casos restantes. En casi todas las notificaciones de casos, se han identificado uno o varios factores de riesgo, o enfermedades concomitantes, tales como prolongación congénita del intervalo QT, bloqueo aurículo-ventricular y bradicardia, así como alteraciones electrolíticas (hipomagnesemia, hipopotasemia). Varios pacientes presentaban también seropositividad al VIH y/o una hepatitis vírica, siendo esta última un riesgo potencial para alterar la metabolización de la metadona. En algunos casos, se han constatado interacciones farmacodinámicas o farmacocinéticas (por inhibición del CYP 3A4) como con antidepresivos, antibióticos, antifúngicos o por inhibidores de la proteasa, entre otros. Un caso de toma de cocaína, sustancia con capacidad para prolongar el QT, se ha identificado como sustancia sospechosa también en uno de los casos. Finalmente, entre las notificaciones se han identificado 4 casos de bradicardia y 2 casos de bloqueo aurículo-ventricular completos. La bradicardia, asociada a un bloqueo aurículo-ventricular de primer grado se encuentra publicado en la literatura para la metadona intravenosa a dosis altas. Recientemente se ha publicado por autores españoles4 una serie de 4 casos de pacientes con VIH que recibían tratamiento anti-retroviral y altas dosis de metadona, superiores a 200 mg diarios. Presentaron varios episodios sincopales. En todos ellos se detectó una prolongación significativa del intervalo QTc, y en 3 de ellos se registraron 1 o más episodios de torsade de pointes. Los autores concluyen que la secuencia de acontecimientos en estos casos sugiere que con altas dosis de metadona se puede provocar prolongación del intervalo QT, que facilita la aparición de síncopes y torsade de pointes. Recomendaciones Los datos disponibles y que se han comentado, sugieren que las dosis elevadas de metadona pueden provocar una prolongación del intervalo QT y contribuir a la aparición de torsade de pointes, particularmente en las situaciones de riesgo siguientes. La nota5 de la Agencia de Suiza, Swissmedic, las describe así: § patologías cardiacas (insuficiencia cardiaca congestiva, hipertrofia ventricular izquierda, bradicardia o prolongación congénita del intervalo QT, entre otras); § alteraciones electrolíticas (hipomagnesemia, hipopotasemia, o cualquier otra situación que pudiera entrañar estas alteraciones tales como vómitos y diarreas persistentes, o tratamientos con diuréticos); § interacciones farmacodinámicas con sustancias susceptibles de provocar prolongaciones del QT (por ejemplo: antiarrítmicos de la clase Ia y III, ciertos antidepresivos); § interacciones farmacocinéticas en particular con los inhibidores del CYP 3A4 (por ejemplo, antifúngicos, macrólidos, inhibidores de la proteasa); § disfunción o empeoramiento de la función hepática, ya que potencialmente puede provocar un incremento de las concentraciones plasmáticas de la metadona. En el momento de la prescripción de un tratamiento con metadona deben valorarse estos factores de riesgo. En los casos en los que parezca aumentado el riesgo se deben valorar los beneficios y los riesgos, y en su caso, debe hacerse un ECG. La misma evaluación debe realizarse en los momentos que se valore un incremento de la dosis. Debe informarse al paciente que debe ponerse inmediatamente en contacto con su médico en los casos de aparición de síntomas como síncopes o vértigos y palpitaciones no habituales. Referencias bibliográficas 1. Krantz MJ, Lewkowiez L, Hays H, Woodroffe MA, Robertson AD, Mehler PS. Torsade de pointes associated with very-high-dose methadone. An Intern Med 2002; 137 (6): 501-504. 2. Krantz MJ, Ksky IB, Robertson AD, Mehler PS. Dose-related effects of methadone on QT prolongation in a series of patients with torsade de pointes. Pharmacotherapy 2003; 23 (6): 802-805. 3. http://www.fda.gov/medwatch/SAFETY/2003/safety03.htm#orlaam 4. Gil M, Sala M, Anguera I, Chapinal O, Cervantes M, Guma JR, Segura F. QT prolongation and Torsade de pointes in patients infected with human immunodeficiency virus and treated with methadone. Am J Cardiol 2003; 92 (8): 995-997 5. http://www.swissmedic.ch/fr/medien/overall.asp?lang=3&theme=0.0 0090.00001&th