informe del seguimiento del proyecto destinado a

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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
INFORME DEL SEGUIMIENTO DEL PROYECTO DESTINADO A
AUMENTAR LA COMPLEJIDAD DE LOS CAUCES VERTIENTES AL
EMBALSE DE AÑARBE
Proyecto LIFE: “Conservation and restoration of Aiako Harria LIC (ES120016)”,
Acción D2.
Joserra Díez y Arturo Elosegi
Dpto. Biología Vegetal y Ecología
Facultad de Ciencia y Tecnología
UPV/EHU
Enero de 2009
Acción D2, seguimiento
1
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
1.
2.
3.
Introducción ....................................................................................................................3
Diseño del proyecto y ejecución de la obra ......................................................................6
Metodología del seguimiento.........................................................................................11
3.1. Morfología del cauce ..............................................................................................13
3.2. Retención hidráulica y de nutrientes........................................................................13
3.3. Retención y acumulación de hojarasca ....................................................................15
3.4. Descomposición de hojarasca..................................................................................15
3.5. Macroinvertebrados ................................................................................................16
3.6. Peces ......................................................................................................................16
3.7. Desmán del Pirineo.................................................................................................17
4. Resultados y discusión...................................................................................................17
4.1. Condicionantes meteorológicos ..................................................................................17
4.2. Estado inicial tras la obra............................................................................................18
4.3. Estabilidad de las estructuras ......................................................................................20
4.4. Cambios en el hábitat físico ........................................................................................23
4.5. Acumulación de sedimentos........................................................................................26
4.6. Hidráulica...................................................................................................................27
4.7. Retención de nutrientes...............................................................................................29
4.8. Retentividad de hojarasca ...........................................................................................31
4.9. Acumulación de materia orgánica ...............................................................................32
4.10. Descomposición de hojarasca ...................................................................................34
4.11. Invertebrados ............................................................................................................36
4.12. Peces ........................................................................................................................37
4.13. Desmán del Pirineo...................................................................................................40
5. Conclusiones preliminares del seguimiento....................................................................40
6. Difusión de resultados ...................................................................................................42
Publicaciones ...................................................................................................................42
Comunicaciones a congresos ............................................................................................42
Cursos ..............................................................................................................................43
Conferencias.....................................................................................................................44
Otros ................................................................................................................................45
7. Bibliografía ...................................................................................................................45
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
1. Introducción
El proyecto LIFE-Naturaleza “Conservación y Restauración del LIC Aiako Harria”
(LIFE 05 NAT/E/000067), liderado por la Dirección General de Montes y Medio Natural del
Departamento para el Desarrollo del Medio Rural de la Diputación Foral de Gipuzkoa (DFG),
incluye, entre otras líneas de actuación, la restauración del hábitat fluvial de los arroyos
vertientes al embalse del Añarbe. Estos arroyos tienen un elevado interés, por lo menos desde
dos perspectivas. Por un lado, su valor de conservación es elevado, por la presencia de
hábitats (hábitat prioritario 91EO, alisedas con Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior) y de
especies de interés comunitario como el desmán del Pirineo (Galemys pyrenaicus) o el visón
europeo (Mustela lutreola). Por otro lado, fluyen al embalse del Añarbe, que abastece de agua
a buena parte de la población de Gipuzkoa. Todo ello, junto con su inclusión en el Parque
Natural de Aiako Harria, y en la Reserva Forestal de Añarbe, resalta la importancia de
mantener estos arroyos en un estado óptimo.
Sin embargo, una serie de indicios apunta a que, pese a la excelente calidad del agua, el
estado del hábitat fluvial no es tan bueno como sería de desear. Por un lado, en muchos
tramos, especialmente del Añarbe y Latxe, la complejidad estructural del cauce es
aparentemente baja: faltan, por ejemplo, pozas profundas, refugios para los peces, o presas de
madera. Por otra parte, el estado de las especies de interés es preocupante: la población de
desmán del Pirineo está en declive, habiendo desaparecido de los dos arroyos citados, pese a
contar con una buena población aguas arriba, en Artikutza. Y finalmente, los arroyos acarrean
gran cantidad de sedimentos y hojarasca al embalse, lo que a largo plazo podría comprometer
la cantidad y calidad del agua en el mismo. Ya un estudio técnico realizado en 1994
(Basoinsa, 1994) alertaba de la magnitud de los depósitos de hojarasca en la cola del embalse,
así como del importante acarreo de sedimentos que acceden al mismo. Posteriormente, una
batimetría indicaba que el embalse ha perdido un 8,9 % de su capacidad en 29 años (CEDEX,
2005), lo que corresponde a una entrada anual de más de 123.000 m3 por año. A simple vista,
los sedimentos están constituidos en su mayor parte por hojarasca proveniente de los arroyos
(Fig. 1). Conforme la hojarasca se va saturando de agua se hunde, formando gruesos
depósitos en la cola del embalse, que en época de aguas bajas se compactan y forman terrazas.
La descomposición de esa materia orgánica produce gases que a menudo levantan “balsas” de
hojarasca, de hasta 10 m de diámetro, que quedan flotando a merced del viento hasta que
vuelven a hundirse. Al bajar el nivel del embalse la hojarasca no descompuesta se moviliza de
nuevo y es arrastrada hasta zonas más profundas del vaso. Esta cantidad de hojarasca, por un
lado, es preocupante, ya que su descomposición añade una elevada demanda de oxígeno a la
pérdida de volumen del vaso. Por otro lado, apunta al origen de esa hojarasca en los bosques
de ribera. Efectivamente, los arroyos de la cuenca están bordeados casi en su totalidad por
bosques de elevado valor intrínseco, que hay que proteger y mejorar.
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 1. Dinámica de la materia orgánica en la cola del embalse de Añarbe. Arriba a la izquierda, hojarasca
arrastrada por las crecidas otoñales. Arriba a la derecha, terrazas de hojarasca compacta, de 1,5 m de grosor,
emergidas al bajar el nivel del embalse. El color marrón del agua indica que estas terrazas están siendo
erosionadas y la materia orgánica transportada embalse adentro. Abajo a la izquierda, “balsas” de hojarasca
compacta puestas a flote por los gases producidos por la descomposición al volver a subir el nivel del embalse.
Abajo a la derecha, barrera de hojarasca formada al encallar las “balsas” contra el fondo.
Los problemas descritos (escasa complejidad estructural, poblaciones en declive, y
fuerte arrastre de sólidos) parecen estar ligados a la simplificación de los cauces, y originados
al menos en parte por la escasez de restos de madera en los cauces fluviales (Fig. 2). La
madera muerta es un componente esencial de los arroyos forestados, ya que retiene agua,
sedimentos y materia orgánica, estabiliza las márgenes y el lecho, crea nichos ecológicos para
numerosas especies, proporciona refugio a peces y otros organismos frente a depredadores o
riadas, y aumenta la heterogeneidad de hábitats (Gregory et al., 2003). Muchas actividades
humanas, como la tala de bosques de ribera o la extracción directa, han reducido la cantidad
de madera muerta en los cauces de todo el mundo, impactando tanto en la estructura como en
el funcionamiento de los ecosistemas fluviales (Elosegi & Johnson, 2003). En concreto, el
carboneo ha sido una actividad muy importante en el País Vasco hasta mediados del siglo
XX, habiendo producido una disminución notable en la cantidad de madera muerta en el suelo
del bosque, y también en los propios cauces fluviales.
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 2. Arroyo Olin (izquierda), con abundante madera, muy retentivo y complejo, y arroyo Latxe (derecha),
sin apenas madera, y con el hábitat muy empobrecido.
En muchas partes del mundo durante décadas se han extraído los troncos de los ríos,
bien para aprovechar la madera, para facilitar la navegación, o para eliminar lo que se
consideraba un obstáculo a la migración de peces, o simplemente, un elemento antiestético y
antinatural (Brookes & Shields, 1996). Ello produjo cambios profundos en la estructura física
de los cauces, que a menudo tuvieron consecuencias muy negativas para las poblaciones de
peces y para los servicios que prestaban los ríos. Como consecuencia, numerosos proyectos
de restauración incluyen acciones para recuperar la madera muerta en los cauces. Este tipo de
proyectos comenzó en el oeste de los Estados Unidos, pero se han extendido rápidamente a
otros países (Gregory et al., 2003), y hoy se plantean a gran escala (Kail et al., 2005). La
reintroducción de madera en los cauces se está revelando como un método rápido y barato
para restaurar la complejidad del hábitat, y un método “natural”, en el sentido de que pretende
devolver a los cauces un elemento, la madera muerta, que de forma natural aparecía en ellos,
en lugar de crear hábitat o refugios de forma artificial (Kail et al., 2007). El problema de
introducir troncos es que éstos pueden ser arrastrados por las crecidas y causar daños aguas
abajo, y que en buena parte del mundo todavía domina la percepción de la madera muerta
como un elemento extraño a los cauces (Piégay et al., 2005).
Los arroyos de Añarbe son un lugar idóneo para realizar un proyecto piloto sobre la
efectividad de la reintroducción de troncos en los cauces, ya que el suelo es de titularidad
pública, los agentes locales muestran interés en este tipo de actividades y, especialmente,
porque la presencia del embalse y la ausencia de núcleos de población o infraestructuras
garantiza que no vayan a ocurrir daños aguas abajo. Por todo ello, la propuesta de proyecto
LIFE que envió la DFG a Bruselas incluía una línea de actuaciones encaminada a recuperar la
complejidad de los cauces fluviales mediante la adición de madera muerta. En concreto, las
actuaciones propuestas eran las siguientes:
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
 Acción A4. Estudio del hábitat físico y de la capacidad de retención de los cauces.
Esta acción, que tenía por objetivo seleccionar los tramos idóneos y formular una
propuesta para la reintroducción de troncos, fue desarrollada por nosotros para la DFG
(“Estudio del hábitat físico y de la capacidad de retención de los cauces vertientes al
embalse del Añarbe”. Septiembre de 2006). Contó con un presupuesto de 5.000 €.
 Acción A5. Consistía en la redacción del proyecto de obra, en función de la propuesta
que realizamos en la acción A4, y tenía asignado un presupuesto de 18.000 €. El
proyecto de obra fue redactado por Basoinsa S.L., colaborando nosotros en calidad de
asesores científicos.
 Acción C15. Consistió en la ejecución del proyecto de restauración, para lo cual había
un presupuesto disponible de 144.000 €. La obra la ejecutó Berdabio S.L. en enero de
2008, corriendo la dirección de obra a cargo de Basoinsa S.L. bajo nuestra
supervisión.
 Acción D2. Consiste en el seguimiento por dos años de los efectos de la restauración,
para lo cual hay asignado un presupuesto de 24.000 €.
El presente informe es el resultado de la primera anualidad de ese seguimiento (acción
D2).
2. Diseño del proyecto y ejecución de la obra
Este es un proyecto piloto que pretende dilucidar si el aumento de la complejidad
estructural en algunos tramos experimentales redunda en una mejora del hábitat y de las
comunidades fluviales, y en una mayor retención de sedimentos y materia orgánica. En
ningún caso pretende ser la solución a los problemas de colmatación del embalse, ya que es
evidente que una actuación en menos de 1 km de cauce (una pequeña fracción de la totalidad
de la red de drenaje) no puede en ningún caso retener más de 120.000 m3 de sedimento por
año. Si el experimento resulta eficaz, habría que promover la presencia de una mayor cantidad
de madera muerta en todos los cauces de la cuenca y discutir sobre su aplicación, por ejemplo,
en los cauces vertientes a otros embalses de Gipuzkoa con problemas de colmatación. En
algunos arroyos de Añarbe, bordeados por bosques relativamente maduros y en suelos poco
estables, la tasa de caída de árboles es suficientemente elevada para que existan niveles más
que aceptables de madera muerta. En otros tramos no hay expectativas para la restauración
pasiva, porque la cobertura es escasa o los árboles son pequeños. En estos tramos podría ser
interesante introducir troncos de forma activa, pero esto debería hacerse prioritariamente en
los sitios más accesibles, con menor riesgo de daños a personas o bienes, y donde la necesidad
de mejorar el hábitat fuera perentoria.
La propuesta del proyecto LIFE especificaba que, ante la imposibilidad de estudiar
todos los cauces vertientes al Añarbe, los estudios se centrarían en las cuencas de Añarbe,
Ozizpe, Latxe y Suerrin, que según un informe técnico (Basoinsa 1994) eran donde se
producía mayor acarreo de sedimentos. Sin embargo, en la acción A4 hicimos una inspección
de todos los cauces vertientes directamente al embalse, y del Añarbe y sus afluentes hasta
Artikutza. Así mismo, realizamos algunos cálculos relativos a la potencia hidráulica de los
principales afluentes. Ambos estudios coincidían en que los arrastres de sedimentos estaban
en proporción directa a la entidad de los cauces, y eran por tanto máximos en Añarbe,
seguidos de Latxe, Malbazar y Atseginsoro, siendo menor la contribución del resto de los
cauces (Tabla 1).
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Tabla 1. Superficie de drenaje, pendiente, caudal y potencia hidráulica de las siete subcuencas vertientes al
Añarbe (excluido Ozizpe)
Superficie (ha)
Pendiente (m/m)
Caudal (m3 /s)
Suerrin
39,5
0,25
1,13
354,1
Mandoilerreka
83,5
0,09
2,38
1569,6
Arrizabal
94,2
0,16
2,69
1986,5
Atseginsoro
124,8
0,05
3,56
3508,1
Malbatzar
157,1
0,035
4,48
5562,4
Latxe
233,4
0,040
6,66
13891,9
Añarbe
5190
0,0025
24,87
606765,08
PH
Por todo ello, nuestra propuesta fue la de aumentar la cantidad de madera muerta en los
cuatro arroyos arriba mencionados. Ello permitiría obtener información interesante sobre la
dificultad de la actuación, sobre la estabilidad de los troncos, y sobre los beneficios
ambientales producidos por la madera en un amplio rango de tamaños de cauce. Además, para
maximizar los beneficios de la actuación sobre la calidad de las aguas embalsadas, se
seleccionaron tramos lo más cercanos posibles al embalse, aunque no siempre fueran los más
fáciles para trabajar (Fig. 3).
Figura 3. Localización de las estaciones de actuación. En verde, tramos control, en rojo, tramos experimentales.
El mayor problema en los proyectos de restauración de ríos realizados en el mundo es el
diseño experimental defectuoso y la falta de seguimiento (Palmer et al., 2005; Roni, 2005;
Darby & Sear, 2008). Los ríos son naturalmente muy variables, por lo que comparar la
situación previa a una actuación con la situación posterior rara vez es suficiente (Downes et
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
al., 2002). Por ejemplo, una meteorología menos lluviosa puede hacer que la densidad de
invertebrados sea mayor que el año anterior, enmascarando los efectos de la obra de
restauración. Por ello, propusimos seguir un diseño BACI (Before After, Control Impact, o
Antes Después, Control Impactado). El diseño BACI consiste en estudiar al menos dos
tramos, uno control y otro experimental (o Impacto) antes de realizar ninguna actuación, y
volver a estudiarlos una vez que la actuación se ha realizado en el tramo experimental. La
pregunta no es si los tramos difieren, sino si la diferencia entre el tramo control y el
impactado ha variado con la actuación o no. Dado que ambos tramos están sometidos a
condiciones similares (régimen de precipitaciones, etc.), si se observan cambios en la
diferencia entre tramos tras realizar la actuación, se deduce que dicha diferencia ha sido
producida por la actuación. El diseño BACI puede complicarse enormemente, pero en general
se recomienda tener varios tramos control y varios tramos experimentales, y para el caso de
los ríos, que el control esté aguas arriba del experimental (Downes et al., 2002).
En los ríos el espaciamiento entre las estructuras del cauce (pozas, barras, meandros,
etc.) cambia con la entidad del mismo, y por tanto, seleccionamos tramos de 100 m de
longitud para los tres arroyos pequeños, y un tramo de 400 m para el Añarbe (Tabla 2). Aguas
arriba de estos tramos experimentales establecimos tramos control de la misma longitud. La
cantidad de madera a introducir se definió en base a la cantidad presente en Olin, el arroyo de
la cuenca con un volumen natural de madera más elevado, y por tanto más cercano al
esperable en condiciones inalteradas, corrigiéndolo por la entidad del cauce según la función
descrita por Bailey et al. (2008) para ríos de características físicas similares (Tabla 2).
Tabla 2. Nombre del arroyo, UTM del punto de inicio y final del tramo experimental, anchura media, longitud
del tramo, superficie del cauce, nº de troncos a introducir, estructuras a establecer y volumen total de madera a
introducir.
UTM Inicio
Malbazar
591213,93
4788082,31
Final
591146,46
4788122,58
Anchura (m)
4
Longitud (m)
117,5
Superf. (m2)
494,3
Nº troncos
12
Volumen
de
1,6
madera fina a
introducir (m3)
Volumen
de
7
madera gruesa a
introducir (m3)
Nº estructuras
7
Densidad
total
52
(m3/ha)
Atseginsoro
591404,46
4788506,94
591838,4
591356,72
591770,11
4788582,91
3
117
361,61
17
Latxe
4788333,57
4788251,04
4
100
432,62
21
593005
593107
Añarbe
4785885
4785598
12
404,6
4755
18
1,6
1,4
1,9
12
7
34
11
10
4
79
45
62
Un error común en los proyectos de restauración es diseñar estructuras poco naturales,
que no se adaptan al dinamismo del río (Darby & Sear, 2008). En concreto, muchos proyectos
de reintroducción de madera caen en el error de diseñar estructuras excesivamente estáticas,
mucho más caras y menos efectivas que las acumulaciones naturales de madera (Palmer et al.,
2005), y que a la larga no ofrecen mayores garantías (Kail et al., 2007). Dado el nulo riesgo
de daños a personas o a propiedades en la confluencia de los arroyos con el embalse del
Añarbe, optamos por estructuras que simularan los tipos de acumulación que se observan en
ríos poco modificados, y en no fijarlas a las orillas, sino en permitir que el propio río las
dispusiera a su antojo. De esta forma, para cada estación realizamos una mapa detallado del
hábitat físico, y diseñamos una serie de estructuras, como presas transversales, deflectores o
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
troncos sueltos, que totalizaban de forma aproximada la cantidad de madera que queríamos
añadir, distribuida a lo largo de cada tramo experimental (Fig. 4).
Figura 4. Ejemplo de diseño. Tramo Latxe experimental. A la izquierda, situación inicial, a la derecha propuesta
de actuación.
Aunque inicialmente estaba previsto ejecutar la obra de restauración en verano de 2007,
finalmente se ejecutó en enero de 2008. La obra la realizó la empresa Berdabio S.L.,
corriendo a cargo de Mikel Sarriegi, de Basoinsa S.L. la dirección de obra. Los trabajos los
efectuó un equipo de cinco personas con la ayuda exclusiva de equipo de mano, básicamente
motosierras, palancas, y winchy a motor (Fig. 5), y duraron tres semanas. Los troncos a
introducir se obtuvieron en general del suelo del bosque cercano, salvo en Latxe y Añarbe,
donde apenas había madera muerta en el sotobosque. En Latxe se trajeron troncos caídos de
los alrededores de la pista perimetral del embalse, que se trasladaron hasta la estación
experimental mediante un camión. En Añarbe se talaron varios pinos en la ladera derecha del
río. En cualquier caso, se puso cuidado en no alterar la vegetación de ribera, para no añadir
factores que confundan los resultados del experimento.
Figura 5. Dos imágenes de la obra de restauración. Izquierda, winchy a motor empleado para mover los troncos.
Derecha, introduciendo troncos en Añarbe.
Con la madera introducida se recrearon estructuras similares a las que aparecen en el
río: presas transversales, deflectores diagonales, deflectores en V, etc. (Fig. 6). Aunque la idea
inicial era utilizar troncos de gran tamaño, su escasez en las cercanías de los tramos
experimentales, y la imposibilidad de transportarlos hasta los mismos, obligó a introducir un
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
número mayor de troncos más finos, resultando el volumen final de madera en el cauce
superior al diseñado (Tabla 3), aunque la estructura general de las estaciones muy similar a la
propuesta. En el caso de Añarbe, estaba proyectado crear una gran presa transversal en el
extremo inferior del tramo, apoyada únicamente en un gran bolo existente en ese punto. Al no
haber ningún tronco de esas características se decidió atar con cable de acero tres troncos
entre sí, pero no cablearlos a las orillas (Fig. 7).
Tabla 3. Cantidad y características de las estructuras de madera proyectadas y ejecutadas.
Nº troncos
Longitud (m)
Diametro (m)
Volumen(m3/ha)
Atseginsoro
Proyectado
Ejecutado
17
81
6
3,6
0,3
0,16
77,3
215,7
Malbazar
Proyectado
Ejecutado
12
74
8
3,5
0,3
0,22
50,1
238,9
Latxe
Proyectado
Ejecutado
21
53
8
3,8
0,3
1,8
43,9
144,2
Añarbe
Proyectado Ejecutado
18
72
15
9,89
0,4
0,23
59,7
32,8
Figura 6. Izquierda, propuesta de actuación en Malbazar. Derecha, estado de la estación recién ejecutada la obra.
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 7. Detalle de la presa inferior en Añarbe. Se aprecian tres troncos cableados entre sí pero no a las orillas
ni al sustrato.
3. Metodología del seguimiento
Como se ha mencionado con anterioridad, el proyecto de aumento de la complejidad
estructural de los cauces de Añarbe sigue un diseño BACI. La idea original era introducir la
madera en verano de 2007, dejar que los ríos se ajustaran a las nuevas condiciones durante
medio año, y realizar un seguimiento durante dos años posteriores. Sin embargo, como ya se
ha comentado, la ejecución del proyecto se retrasó hasta enero de 2008. La primavera de 2008
fue extremadamente lluviosa (ver apartado 4.1), lo que impidió hacer ningún seguimiento,
pero por otro lado aceleró el ajuste de los cauces. Se pudieron realizar trabajos de campo en
junio, julio y septiembre, pero las fuertes lluvias de otoño volvieron a impedir la mayor parte
de los trabajos, lo que incide en el número y frecuencia de datos post-obra que disponemos.
En la propuesta del proyecto LIFE se especifica que se determinará periódicamente y en
función del caudal la tasa de retención de materia orgánica, la variación en la composición
granulométrica del sustrato y los cambios del perfil del arroyo en torno a las actuaciones
realizadas. Sin embargo, los cambios físicos producidos en cauce pueden desencadenar toda
una serie de consecuencias tanto en la estructura como en el funcionamiento del ecosistema
fluvial (Fig. 8) que parece interesante estudiar.
En primer lugar, es de esperar que la introducción de madera aumente la retentividad de
los cauces, lo que redundaría en una mayor acumulación de sedimentos y de materia orgánica,
por un lado, y de nutrientes disueltos, por otro. El aumento en la disponibilidad de materia
orgánica produciría un aumento en la cantidad de invertebrados, especialmente
fragmentadores, y tal vez ello redundara en un aumento en la densidad de consumidores
vertebrados, como trucha o desmán. El aumento en la cantidad de fragmentadores resultaría
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
en una descomposición más activa y un metabolismo más acentuado, con la consecuencia de
que aumentaría la eficiencia del ecosistema en utilizar los aportes orgánicos.
En segundo lugar, la introducción de madera muerta es de esperar que produzca un
aumento en la heterogeneidad espacial, en el sentido de encontrar más diversidad de hábitat,
lo que redundaría en una mayor diversidad de organismos, como algas o invertebrados, pero
no en un aumento en la diversidad de peces, ya que no hay más especies que puedan colonizar
los tramos de estudio. Finalmente, la madera muerta proporciona refugios frente a crecidas y
otras perturbaciones, por lo que sería de esperar un aumento en la resistencia de las
comunidades frente a las mismas.
Figura 8. Cambios esperados en variables estructurales y funcionales del ecosistema como consecuencia de la
introducción de troncos.
Por todo ello, y por las consideraciones hechas en la introducción, pensamos que este
proyecto es una oportunidad única para evaluar el efecto de la madera muerta en los
ecosistemas fluviales, y que merece hacer un seguimiento detallado del mismo. Es por eso
que hemos complementado el proyecto LIFE con otras fuentes de financiación destinadas a la
investigación científica, entre otros un proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación,
ayudas a grupos de investigación de la Universidad del País Vasco y del Gobierno Vasco, y
un proyecto del Centro de Biodiversidad del Gobierno Vasco. Para el seguimiento de la
situación previa a la obra se han realizado un total de 80 días de campo, y para el de la
situación posterior llevamos 75 días de campo adicionales, variando el número de personas
en cada salida entre 2 y 9, en función del trabajo a realizar.
A continuación se describe la metodología empleada para determinar los cambios en las
variables estudiadas.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
3.1. Morfología del cauce
Para determinar la morfología del cauce se ha realizado un levantamiento topográfico a
escala 1:200 mediante brújula, clinómetro y niveles láser, y se ha marcado una serie suficiente
de hitos (estacas, clavos en árboles…) que aseguren la replicabilidad de la topografía en años
sucesivos. Se han realizado una serie de transectos transversales y diagonales al cauce, y en
los mismos se ha determinado cada medio metro la altura del lecho, la granulometría del
sedimento (limo, arena, grava, canto, bloque, roca, roca madre), y la profundidad del agua
(Fig. 9). Adicionalmente, se han cartografiado y medido todos los restos de madera de
diámetro superior a 10 cm, que se han marcado con una chapa numerada para su posterior
seguimiento. La morfología se determina cada año en verano, con lo que se pueden calcular
tanto los cambios en las características físicas de los cauces como la acumulación o pérdida
neta de sedimentos en cada tramo.
Figura 9. Cartografiado del tramo Malbazar experimental. En primer plano se aprecia el nivel láser.
3.2. Retención hidráulica y de nutrientes
La retención hidráulica y de nutrientes depende tanto del caudal como de la época del
año (Martí & Sabater, 1996). Por ello, es necesario hacer un seguimiento temporal detallado
de estas variables. La retentividad hidráulica y de nutrientes se ha determinado siguiendo la
metodología definida en el proyecto STREAMES (http://www.streames.org/): se realizan
adiciones de agua con cloruro amónico y fosfato sódico, utilizando cloruro sódico como
trazador, en la parte alta de cada tramo procurando aumentar el nivel basal de conductividad y
de nutrientes en 2-4 veces (Fig. 10). En la parte final de cada tramo se sitúa un
conductivímetro con el que seguir el paso del soluto añadido hasta que la conductividad
vuelva al nivel basal. Se toman muestras de agua (100 mL) antes, durante y después del paso
del soluto, que se conservan en nevera portátil hasta su traslado al laboratorio. Una vez allá,
se determina la conductividad, se filtran las muestras (Whatman GF/F), y se mide la
Acción D2, seguimiento
13
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
concentración de amonio (TRAACS 800) y fosfato (APHA, 1992) de la disolución vertida.
Analizando los datos se calcula la distancia de asimilación, la tasa de asimilación y el
coeficiente de transferencia de masa del amonio y fosfato (Webster & Ehrman, 1996). Se
pueden realizar dos tipos de adiciones, puntuales o en continuo (Figs. 10 y 11. En ambos
casos, se preparan entre 20 y 50 L de una disolución de nutrientes y sal en el agua del río. La
diferencia es que en la adición puntual esta disolución es vertida de forma instantánea y se
analizan los cambios temporales en la concentración de nutrientes, mientras que en la adición
en continuo se añaden los nutrientes a tasa constante mediante una bomba peristáltica, y una
vez que la disolución está bien mezclada en todo el tramo, se recogen una serie de muestras a
lo largo del mismo, midiéndose las diferencias espaciales en la concentración de nutrientes.
En función del caudal y de las posibilidades logísticas hemos utilizado ambos tipos de
adición.
Figura 10. Adición de nutrientes en continuo en el tramo Malbazar experimental. Se aprecia el bidón con la
disolución de sal y nutrientes, la bomba peristáltica con su batería, el tubo de adición y las neveras para
almacenar las muestras.
Figura 11. Adición instantánea de nutrientes en Añarbe. A la izquierda, vertido de la disolución. A la derecha,
muestreo en el extremo inferior del tramo.
Acción D2, seguimiento
14
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
3.3. Retención y acumulación de hojarasca
Para estimar la eficiencia en la retención de hojarasca, se liberan hojas de Ginkgo
biloba, recogidas el otoño previo, conservadas en seco, y previamente puestas a remojo
durante 24 horas (Fig. 12). Tras esperar una hora, se recogen todas las hojas, anotando la
distancia recorrida por cada una y la estructura retentiva, y se calcula la distancia media
recorrida por las hojas en base al modelo exponencial (Elosegi, 2005). Además, en primavera
y verano se recogen aleatoriamente 10 réplicas de materia orgánica por tramo, mediante una
red Surber de 0,09 m2 de superficie y 1 mm de luz de malla. El contenido en materia orgánica
(es decir, el peso seco libre de cenizas) se determina por gravimetría.
Figura 12. Experimento de retención de hojarasca en Añarbe. A la izquierda, hojas de Ginkgo listas para ser
utilizadas. A la derecha, liberación de las hojas en el extremo superior del tramo.
3.4. Descomposición de hojarasca
Se determina la tasa de descomposición de hojarasca de aliso recién caída, que se
transporta al laboratorio y se introduce en bolsas de 5 mm de malla (5 g de hojarasca seca por
bolsa), que se incuban en zonas de rápido en cada estación (Fig. 13). Se recogen 5 bolsas por
tramo y muestreo, en los momentos en que se prevé una pérdida del 20%, 35%, 50% y 70%
de la masa según los datos analizados hasta entonces. Una vez en el laboratorio, las hojas se
lavan, secan, y se determina su peso seco libre de cenizas por combustión (Bärlocher, 2005).
Además, se separan bajo lupa binocular los invertebrados asociados a la hojarasca
correspondiente a un remanente del 50% del peso seco inicial, se identifican y se determina su
categoría trófica (Merrit & Cummins, 1996).
Figura 13. Experimento de descomposición de hojarasca. A la izquierda, bolsas con hojarasca aliso listas para
ser utilizadas. A la derecha, bolsas recién sujetas al lecho del río.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
3.5. Macroinvertebrados
Los macroinvertebrados se muestrean en otoño y primavera (Fig. 14), coincidiendo con
los periodos de máxima y mínima disponibilidad de materia orgánica alóctona, siguiendo un
protocolo modificado del AQEM/STAR (http://www.eu-star.at/). Para ello, determinamos
visualmente la cobertura de los distintos tipos de substrato (sedimento fino, rocas, materia
orgánica…), y recogemos 10 réplicas de surber (0,09 m2, 200 µm de malla) por estación y
muestreo, estratificándolas en función de la abundancia de cada tipo de substrato (una surber
por cada 10% de cobertura). Cada muestra se guarda en un bote con alcohol, y en el
laboratorio se separan, identifican y cuentan los invertebrados bajo una lupa binocular,
asignándose los grupos tróficos siguiendo a Merrit & Cummins (1996). Se determina la
biomasa de invertebrados fragmentadores por gravimetría.
Figura 14. Muestreo de invertebrados mediante red Surber (izquierda), y separación en el campo en torre de
tamices (derecha).
3.6. Peces
Los peces se muestrean mediante pesca eléctrica en primavera y en otoño (Fig. 15), de
forma que se recogen datos del periodo de freza y del reclutamiento. Se utiliza la metodología
de pasadas sucesivas a esfuerzo constante sin devolución, en tramos de 100 m
convenientemente delimitados, hasta que se produce una reducción sustancial de la población,
de forma que los datos obtenidos permiten cálculos de estimas poblacionales para las
diferentes especies (Lobón-Cerviá, 1991; Barbour et al, 1999). Se toman datos biométricos de
los ejemplares para posteriores estimas de biomasa, crecimiento y productividad. Los
ejemplares de talla suficiente se marcan con tatuaje Paint-Jet con un código de puntos (Pitcher
y Kennedy, 1977), de forma que puedan ser identificados individualmente en caso de ser
recapturados en muestreos sucesivos. Esto permite realizar estudios de crecimiento real y
distribución de las especies. En el caso de las truchas también se toman muestras de escamas
para la determinación de la edad. Posteriormente los ejemplares se liberan donde se han
recogido.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 15. Muestreo de peces en Añarbe mediante pesca eléctrica (izquierda), y medida de los individuos
(derecha).
3.7. Desmán del Pirineo
Se estudia la presencia del desmán del Pirineo en Latxe y Añarbe, trampeando a finales
de verano mediante nasas, que son visitadas regularmente durante una noche (Fig. 16).
Figura 16. Nasa para desmanes en Añarbe.
4. Resultados y discusión
4.1. Condicionantes meteorológicos
La meteorología no depende de la obra de restauración ejecutada, pero condiciona en
buena medida tanto sus efectos sobre la ecología del río como la posibilidad de estudiarlos.
Por ello, aunque no sea un resultado nuestro, es importante describir el contexto hidrológico
en el que ha transcurrido la restauración.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
2008 ha sido en Gipuzkoa un año extremadamente lluvioso, con fuertes precipitaciones
en primavera y otoño, y sin sequía estival. La estación meteorológica de Añarbe registró más
de 2.350 L/m2 de lluvia, y en Igeldo 1.904 L/m2 frente al valor medio interanual de 1.565.
Este régimen ha creado fuertes crecidas, que si bien no han provocado inundaciones graves en
la zona, han mantenido durante mucho tiempo los ríos en régimen cercano al caudal
dominante o bankfull (Fig. 17). Ello ha provocado un elevado acarreo de sedimentos,
haciendo que el río “trabaje” y se adapte a las estructuras de madera introducidas, lo que ha
debido acelerar los cambios morfológicos en los cauces. Además, los fuertes caudales
registrados suponen un excelente examen de la estabilidad de las estructuras introducidas, y
han facilitado la migración de organismos, en particular peces. Por otra parte, las crecidas
prolongadas acarrean una homogeneización de comunidades a lo largo del eje de los ríos, lo
que podría hacer menos evidente el efecto de la introducción de los troncos en invertebrados y
peces. Finalmente, muchas de las variables que estudiamos, especialmente la retención
hidráulica, de nutrientes y de hojarasca, no se pueden determinar a caudales elevados, por lo
que los periodos de crecidas frecuentes producen “vacíos” en el seguimiento, restando poder
estadístico a los resultados.
Figura 17. Caudal medio diario del río Añarbe en Okilegi durante 2008.
4.2. Estado inicial tras la obra
La adición de madera causó cambios inmediatos en las características físicas de los
tramos experimentales (Figs. 18-21). En general se apreció una mayor anchura y profundidad
del cauce húmedo, que aumentaron especialmente conforme las entradas de hojarasca,
favorecidas por un par de días con viento sur, fueron sellando los intersticios que quedaban
entre los troncos. Las diferencias físicas fueron especialmente rápidas en Latxe, donde la
presa superior creó una gran poza que acumuló más de 15 m3 de hojarasca en la primera
semana (Fig. 22).
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 18. Estado inicial del hábitat físico en el tramo Atseginsoro experimental (izquierda), y situación
inmediatamente posterior a la introducción de troncos (derecha).
Figura 19. Estado inicial del hábitat físico en el tramo Malbazar experimental (izquierda), y situación
inmediatamente posterior a la introducción de troncos (derecha).
Figura 20. Estado inicial del hábitat físico en el tramo Latxe experimental (izquierda), y situación
inmediatamente posterior a la introducción de troncos (derecha). Destaca el notable aumento en la profundidad
del tramo.
Acción D2, seguimiento
19
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 21. Estado inicial del hábitat físico en el tramo Añarbe experimental (izquierda), y situación
inmediatamente posterior a la introducción de troncos (derecha).
Figura 22. Poza creada por la presa superior en Latxe, una semana después de la actuación. Se aprecia la gran
cantidad de hojarasca acumulada.
4.3. Estabilidad de las estructuras
A diferencia de otros proyectos de restauración, la estabilidad de las estructuras no era
una premisa importante en el presente proyecto. Por un lado se quería evitar una excesiva
rigidez en las obras, que va en contra del carácter dinámico de los ríos, y por otro,
aprovechando que se trata de un lugar sin riesgos, se pretendía aprender al máximo de la
experiencia. Por ello, ni se fijaron las estructuras a las orillas ni se utilizaron configuraciones
no naturales que podrían ser más estables, sino que se intentó imitar el tipo de estructura que
observamos en los arroyos. Aun así, es interesante analizar la estabilidad de las estructuras,
aunque sólo sea para tener una idea de cuál es la longitud del tramo donde son de esperar
cambios asociados a la introducción de madera.
Como hemos mencionado, 2008 ha sido un año extraordinariamente lluvioso, lo que ha
supuesto una dura prueba para las estructuras de madera introducidas en el río. Además, el
Acción D2, seguimiento
20
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
hecho de realizar la obra de restauración en invierno, y no en verano como estaba inicialmente
previsto, redunda en detrimento de dicha estabilidad. Los troncos introducidos en verano
tienen más tiempo para ir asentándose, y conforme van recibiendo la hojarasca otoñal las
estructuras (especialmente las presas) se van haciendo más impermeables, con lo que el agua
tiende a fluir por encima de ellas, y no a través de los resquicios que quedan entre los troncos.
Así, cuando llegan las primeras riadas, se encuentran con una presa relativamente
impermeable, que forma una poza profunda, lo que favorece la acumulación de sedimentos,
que contribuyen a la estabilidad de la estructura de madera. Por el contrario, las estructuras
introducidas en invierno no reciben esa carga de hojarasca, y no suelen estar tan bien
asentadas. Otro factor que no contribuye a la estabilidad es el pequeño tamaño de los troncos
introducidos, que en general eran bastante inferiores en diámetro y longitud a lo inicialmente
propuesto.
Pese a todo, la estabilidad de las estructuras creadas ha sido notable. De los 280 troncos
introducidos sólo se ha perdido uno en Latxe. El resto de la madera introducida sigue en los
tramos experimentales, y la mayor parte de las estructuras se mantienen pese a los fuertes
caudales registrados. En lo que respecta a los arroyos pequeños alguna de las estructuras,
sobre todo deflectores, se han movido, pero en general han sido movimientos de unos pocos
metros, por lo que siguen funcionando de forma muy similar a como lo hacían cuando se
crearon. Se observa también que el río está erosionando la unión entre alguna presa y los
márgenes, por lo que es de esperar que se mueva alguna estructura más, pero en Atseginsoro,
Malbazar y Latxe no es de esperar que sean movimientos notables.
La situación en Añarbe es bien diferente, ya que ahí una porción importante de los
troncos se ha movido, y ha desaparecido la mayor parte de las estructuras creadas (Fig. 23).
Sin embargo, como hemos mencionado, no se ha perdido ningún tronco, sino que la madera
se ha reagrupado en estructuras mayores, reflejando la tendencia de los ríos medianos y
grandes a tener grandes acumulaciones de madera, pero más espaciadas (Gregory et al.,
2003). En concreto, la presa creada en el extremo superior del tramo colapsó en primavera,
presumiblemente por que el nivel del agua la hizo flotar por encima de sus apoyos en las
orillas; al derivar aguas abajo, arrastró la mitad del primer deflector en V, recogió la mayor
parte de los troncos aislados existentes en el tercio superior del tramo, y algunos de estos
formaron una nueva presa, mientras que el resto arrastraba la segunda gran presa construida,
depositando los troncos contra el gran bolo situado en el extremo inferior del tramo (Fig. 24).
Así pues, hay troncos que han sido arrastrados hasta 400 m, aunque el movimiento medio ha
sido de unos 200 m, y en este momento hay dos grandes presas en el tramo. La superior
parece ofrecer buen refugio para peces, pero afecta poco al régimen de corriente, mientras que
la gran presa inferior produce una zona de velocidad reducida de más de 150 m de longitud,
donde se acumulan sedimentos finos y grandes cantidades de hojarasca; además, la presa en sí
constituye un refugio excepcional para peces.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 23. Estado de la estación Añarbe Experimental a la ejecución de la obra (finales de enero, izquierda), y
estado en verano (derecha). La situación apenas ha variado desde entonces.
Figura 24. Dos imágenes de la gran acumulación de madera formada en el extremo inferior del tramo. Se
aprecia el gran bolo en el que se apoya la presa.
Hay que destacar que, así como no se ha perdido casi ningún tronco de los introducidos,
tampoco ha aparecido ninguno nuevo, salvo en los casos, como en Atseginsoro experimental,
en que el viento ha derribado algún árbol en la ribera. En los arroyos pequeños eso indica que
la movilidad de la madera en general, no sólo de los troncos introducidos en el proyecto LIFE,
es muy reducida. Efectivamente, aguas arriba de los tramos experimentales, especialmente en
Malbazar, hay bastante madera muerta, que sin embargo no ha llegado a los tramos de
estudio. En el caso de Añarbe la ausencia de troncos nuevos no está relacionada con la escasa
Acción D2, seguimiento
22
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
movilidad, ya que, como hemos mencionado, incluso árboles enteros han recorrido centenares
de metros en el tramo experimental. Por el contrario, esta ausencia indica que la cantidad de
madera muerta en el cauce o en sus inmediaciones es muy escasa, y que además la tasa de
caída de nuevos árboles al río es reducida. De esta forma, indica que a corto plazo las
posibilidades de restauración pasiva, es decir, de que aumente la cantidad de madera y la
complejidad de los cauces por la caída natural de troncos al río, son muy reducidas. Por ello,
si los cambios observados en el tramo experimental se consideran positivos, habría que
emprender medidas de restauración activas en otros tramos del río.
4.4. Cambios en el hábitat físico
El hábitat físico determina las comunidades que se desarrollan, y por tanto influye en el
funcionamiento de los ecosistemas fluviales (Elosegi & Sabater, en prensa). Las comunidades
responden a cambios en el hábitat físico con un desfase que depende del ciclo de vida y de las
posibilidades de dispersión de los organismos, y de la localización de los tramos de estudio en
la red hidrográfica. En general, los organismos de ciclo de vida corto responden antes que los
organismos de ciclo de vida largo, y en el caso de peces, por ejemplo, es habitual que tarden
varios años en responder a las obras de restauración (Roni et al., 2002). Por todo ello, es
importante precisar los cambios en el hábitat físico, ya que de éstos dependen las
posibilidades de cambio en las comunidades, que suelen ser más difíciles de detectar.
La adición de madera provocó cambios espectaculares en el hábitat físico en apenas
unas semanas, confirmando nuestras sospechas sobre la elevada movilidad de sedimentos en
estos arroyos. En todos los tramos experimentales hubo una mayor acumulación de
sedimentos finos, que ya era evidente unas semanas después de finalizada la obra (Fig. 25).
Para el verano, se habían formado grandes acumulaciones de limo, arena y grava, incluso en
Añarbe, donde los sedimentos finos eran casi inexistentes antes de la obra (Fig. 26). La
formación de grandes barras en unas semanas demuestra que la carga de fondo es importante
en las riadas, y que la ausencia de limos y arenas en los tramos se debe a que son arrastrados
aguas abajo y hasta el embalse, no a que los aportes sean reducidos. Como era de esperar, la
acumulación de sedimentos ocurrió especialmente en las áreas de agua remansada por las
presas de madera, y en cada tramo comenzó por las estructuras situadas más aguas arriba. Sin
embargo, para fin de 2008 todas las estructuras presentes en los tramos experimentales
acumulaban cantidades considerables de sedimentos.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 25. El tramo central de Añarbe Experimental, en otoño de 2007 y en invierno de 2008. La presa creada
ha provocado una notable acumulación de materia orgánica y arena donde no había más que grava y cantos.
Los sedimentos acumulados en las estaciones experimentales siguen mostrando
dinamismo, como barras que crecen y se contraen según el régimen de caudales (Fig. 26),
pero no parece que la cantidad total acumulada disminuya con el tiempo.
Figura 26. Detalle de la gran barra de arena formada en el tramo inferior de Añarbe Experimental (izquierda),
cartografía de la misma en julio de 2008 (centro) y detalle del extremo superior de la barra (derecha). Se aprecia
un grueso depósito de arena y grava sobre una acumulación previa de hojarasca, y una clara disposición de los
sedimentos en función de su tamaño. Esta disposición, sin ningún tipo de estratificación cruzada, muestra que el
depósito de finos ha ocurrido en una única crecida.
A nivel de tramo aumentó notablemente la cobertura de sedimentos finos (limo y
arena), de grava, y de materia orgánica, tanto madera como hojarasca (Figs. 27-30), mientras
que disminuía el porcentaje del cauce cubierto por cantos, bloques y roca madre. Hay que
destacar que las figuras 27 a 30 corresponden a transectos realizados en verano, cuando la
cantidad de materia orgánica en los cauces, y su influencia en la retención hidráulica, son
mínimas. En general, la granulometría de los cauces apenas varió entre años, con la excepción
de un aumento de grava en 2007 en Atseginsoro Experimental. Aún así, los cambios
producidos por la introducción de madera fueron muy superiores a la variabilidad natural de
las estaciones.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 27. Cobertura de cada tipo de sustrato en Atseginsoro.
Las estaciones experimentales presentaban, pues, una diversidad de tipos de substrato
mayor tras la actuación, lo que debería redundar en una mayor diversidad de comunidades de
macroinvertebrados, ya que muchas familias de invertebrados muestran gran especificidad
por determinado sustrato (Elosegi et al., 2002). Es de esperar que taxones con afinidad por los
sedimentos finos, como Ephemera, tipúlidos o oligoquetos aumenten, y que disminuyan
aquellos que tienen preferencia por los bloques o la roca madre, como los heptagénidos o los
simúlidos.
Figura 28. Cobertura de cada tipo de sustrato en Malbazar.
Figura 29. Cobertura de cada tipo de sustrato en Latxe.
Queda por ver cómo evolucionan las estaciones a medio y largo plazo. Sin duda algunas
presas dejarán de funcionar, pero es de esperar que se formen nuevas acumulaciones de
madera con influencia sobre el cauce. En verano de 2009 tenemos previsto repetir la
topografía de los cauces, y sería aconsejable volver a realizarla al cabo de varios años más,
por ejemplo en 2013 (5 años de madera) y 2018 (10 años).
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 30. Cobertura de cada tipo de sustrato en Añarbe.
4.5. Acumulación de sedimentos
Uno de los objetivos del proyecto LIFE era disminuir la entrada de sedimentos en el
embalse, por lo que se hemos invertido un gran esfuerzo en determinar si los tramos
experimentales están ganando o perdiendo sedimentos. El análisis de los datos cartográficos
es bastante complicado, y estamos en este momento creando una base de datos para su
análisis mediante SIG. A falta de estos cálculos, las inspecciones visuales y los resultados de
los transectos (Fig. 31) sugieren que se han retenido volúmenes más que apreciables de
sedimentos.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 31. Ejemplo de dos transectos de colmatación en el tramo Malbazar Experimental. Aparece representada
la distancia vertical desde las referencias fijas (cuerdas atadas a clavos) y el lecho. En el transecto superior
apenas se notan cambios en dos años, mientras que en el inferior se ha producido una acumulación notable de
sedimentos, de cerca de medio metro de profundidad.
4.6. Hidráulica
La distribución de velocidades del agua es una de las características físicas más
importantes en los ríos (Allan & Castillo, 2007), ya que determina el tipo de sedimento que es
estable en el lecho, las especies que pueden vivir en un tramo, así como numerosos aspectos
funcionales, como por ejemplo, la retención de nutrientes. Los cauces modificados (por
ejemplo, canalizados, reseccionados o rectificados) tienden a presentar un patrón de flujos
más simple y laminar que los cauces más naturales. Además, las crecidas son una de las
principales perturbaciones a las que deben hacer frente las comunidades fluviales. Al
aumentar el caudal el agua tiende a circular más rápido, arrastrando organismos y recursos
como la materia orgánica (Fisher et al., 1982). Esto es especialmente acentuado en tramos
hidráulicamente simples, como por ejemplo tramos canalizados. Nuestra hipótesis era que la
introducción de troncos produciría un aumento en la distribución de velocidades del agua,
disminuyendo la velocidad media y aumentando la varianza de las velocidades.
Efectivamente, el experimento produjo cambios dramáticos e inmediatos en la
hidráulica de los tramos experimentales, como muestran claramente los experimentos de
adición de sales (Fig. 32). Antes de la introducción de troncos las diferencias entre los tramos
control y experimentales eran muy pequeñas, con la excepción de Atseginsoro. Tras la
introducción de los troncos aumentaron las diferencias entre tramos control y experimentales,
circulando en estos últimos al agua mucho más lenta que en los controles, y aumentando la
varianza en la distribución de velocidades.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 32. Dinámicas de conductividad en los tramos de estudio, en experimentos de adición puntual de sales. A
la izquierda, datos de septiembre de 2007, previos a la introducción de la madera, a la derecha, datos de febrero
de 2008, recién terminada la introducción de troncos.
Un resultado de interés es el hecho de que la adición de troncos produjo un cambio
notable en la relación entre la velocidad del agua y el caudal en Latxe, de forma que la
velocidad del agua aumentaba menos al aumentar el caudal (Fig. 33). Esto sugiere que en los
tramos experimentales las crecidas afectarán menos a las comunidades, ya que los organismos
podrán encontrar más fácilmente lugares de poca corriente, especialmente en las
inmediaciones de las estructuras de madera. Todavía el número de experimentos realizados en
el resto de tramos no es suficiente para comprobar si esto sólo afecta a Latxe o también al
resto de los tramos experimentales.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 33. Relación entre la velocidad media del agua y el caudal en Latxe experimental (izquierda) y Latxe
control (derecha). En azul antes de la introducción de la madera, en rojo tras la introducción.
4.7. Retención de nutrientes
La retención de nutrientes es uno de los servicios más importantes que prestan los
ecosistemas, y los ríos se cuentan entre los ecosistemas más eficaces a la hora de retener
nutrientes, es decir, de depurar aguas (Constanza et al., 1997). La capacidad de retener
nutrientes está directamente relacionada con la complejidad del cauce, con la diversidad de
flujos, y con la acumulación de sedimentos y materia orgánica. Los cauces con flujo más
laminar suelen retener pocos nutrientes, mientras que aquellos más complejos, especialmente
cuando parte del agua circula entre sedimentos, retienen más. De hecho, un hábitat fluvial de
gran importancia ecológica es el hiporreos, es decir, la parte del río que circula a través de los
intersticios de los sedimentos. En el hiporreos el agua circula más lentamente que el agua
superficial que vemos en el cauce, con lo cual interacciona más con el sustrato y con los
organismos (Gilvear et al., 2007). La retención de nutrientes es un proceso muy complejo. En
algunos nutrientes como el fósforo, una parte es fijada por los organismos, como algas y
bacterias, otra se adsorbe a las partículas, especialmente de limo y arcilla, mientras que otra
puede precipitar si se dan las condiciones ambientales necesarias (especialmente, sedimentos
bien oxigenados). El nitrógeno normalmente tiene mayor movilidad que el fósforo en los
ecosistemas (Molles, 2008). Cuando se producen gradientes redox importantes, como por
ejemplo cuando coexisten sedimentos oxigenados con otros anóxicos y ricos en materia
orgánica, una parte del nitrógeno retenido por los ríos es desnitrificada, es decir, convertida a
N2 y eliminada a la atmósfera. Esto es muy importante porque ese nitrógeno no vuelve
fácilmente a los ecosistemas acuáticos.
Los experimentos de retención de nutrientes mostraron grandes diferencias entre ríos,
siendo Atseginsoro y Malbazar los más retentivos, con distancias medias de retención del
orden de los 100 m (Figs. 34 y 35). En cualquier caso, la distancia de retención fue muy
variable, cambiando en función del caudal, de la insolación y de otros factores. A pesar de los
cambios producidos por la introducción de madera en la retentividad hidráulica, y de que el
mayor acúmulo de materia orgánica y de sedimentos finos favorecería la retención de
nutrientes, la introducción de madera no produjo efectos claros sobre la distancia de retención
de fosfato o amonio. En este apartado es necesario realizar más experimentos de retentividad.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 34. Distancia media recorrida por una molécula de fosfato en forma disuelta en los tramos estudiados
antes de ser retenida.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 35. Distancia media recorrida por una molécula de amonio en forma disuelta en los tramos estudiados
antes de ser retenida.
4.8. Retentividad de hojarasca
Los arroyos forestados dependen en gran medida de las entradas de materia orgánica de
origen terrestre, ya que la vegetación de ribera bloquea la entrada de luz y limita la
producción primaria (Minshall, 1967). Así pues, las redes alimentarias se estructuran
alrededor de la materia orgánica muerta y de los microbios y detritívoros que la consumen
(Wallace et al., 1999). En zonas de vegetación caducifolia las entradas de hojarasca ocurren
principalmente en otoño y comienzos de invierno (Pozo et al., 1997; Abelho, 2001), época en
que el río se carga de materia orgánica, es decir, de alimento. Sin embargo, las crecidas
tienden a arrastrar la hojarasca aguas abajo, a no ser que el cauce tenga la capacidad de
retenerla. Por ello, la retentividad de los cauces determina la cantidad de alimento que se
mantiene a lo largo del año y, en consecuencia, la biomasa de consumidores como
invertebrados o peces, y la productividad del ecosistema fluvial (Bilby & Likens 1980). La
madera muerta es el elemento que retiene hojarasca con más eficiencia, especialmente a
caudales elevados (Larrañaga et al., 2003).
Los experimentos de retención demostraron grandes diferencias en la capacidad de los
tramos de retener hojarasca, variando la distancia media recorrida por las hojas de Ginkgo
biloba directamente con el tamaño del cauce. Así, la distancia media recorrida en Atseginsoro
o Malbazar era de unos pocos metros, del orden de un centenar de metros en Latxe, y del
Acción D2, seguimiento
31
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
orden de varios kilómetros en Añarbe. En cualquier caso, la distancia recorrida cambia con el
caudal y con la época del año, siendo a igual caudal los ríos más retentivos en otoño, cuando
están más cargados de hojarasca. La introducción de troncos aumentó la retentividad de los
cauces, siendo el efecto más notable en Añarbe (Fig. 36). De hecho, antes de la obra más del
80% de las hojas atravesaban habitualmente los 400 m de longitud de los tramos, y tras la
obra ninguna hoja lo hizo. Como ya se ha apuntado, la retención de hojarasca cambia mucho
con el caudal y con la época del año. Por ello es necesario realizar más experimentos para
poder testar estadísticamente la significación de los efectos del proyecto LIFE.
Figura 36. Relación entre la distancia media recorrida por hojas de Ginkgo biloba en el tramo experimental y la
recorrida en el tramo control de cada arroyo. La flecha roja marca el momento de la introducción de troncos.
4.9. Acumulación de materia orgánica
La materia orgánica es un recurso en el río y simultáneamente un problema en el
embalse. Efectivamente, por ser la principal fuente de alimento en los arroyos forestados, la
cantidad de materia orgánica detrítica determina la abundancia y producción de invertebrados,
e indirectamente de peces (Bilby & Likens, 1980). Por otra parte, en el embalse consume
oxígeno, lo que puede en determinados casos ser muy perjudicial para la calidad del agua, ya
que al producirse anoxia en el fondo los sedimentos liberan los nutrientes almacenados
durante años, con lo que el embalse podría eutrofizarse (Harper, 1992); esto implicaría el
encarecimiento de los sistemas de potabilización de las aguas, un problema en la actualidad
no existente. Por ello, la acumulación y el consumo de materia orgánica son dos de las
variables más interesantes en el contexto del proyecto LIFE.
En los cauces fluviales la materia orgánica tiene una distribución extremadamente
contagiosa: se pueden formar grandes acumulaciones contra un tronco o unas ramas, o en un
Acción D2, seguimiento
32
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
remanso lateral del cauce, mientras que en otras partes, como afloramientos de roca madre en
zonas de corriente, no haya nada. Esta distribución contagiosa dificulta en gran medida los
análisis estadísticos, por lo que hay que tomar muchas réplicas, y aún así la varianza suele ser
muy elevada. Para evaluar el efecto de la introducción de troncos sobre la acumulación de
materia orgánica complementamos dos métodos. Por un lado, la cartografía de los cauces
proporciona información sobre la proporción de lecho que cubre la materia orgánica, pero no
sobre la masa acumulada. Por otro lado, los muestreos con red permiten obtener datos sobre
masa de materia orgánica, pero están sometidos a una variabilidad espacial muy elevada. En
nuestro caso, hemos cartografiado los cauces en verano, en la época de menor acumulación de
hojarasca en el lecho (Pozo et al., 1997), y medido la masa en verano y otoño, en la época de
mayor acumulación. Debemos tener en cuenta que las fuertes crecidas ocurridas en otoño de
2008 han arrastrado buena parte de la materia orgánica de los tramos de estudio, por lo que
los valores medidos seguramente son menores que las acumulaciones en otoños secos.
Aun así, la acumulación de materia orgánica en los tramos experimentales es bastante
evidente en tres compartimentos. Una parte está acumulada contra los troncos en gruesos
paquetes, otra aparece en el fondo de las pozas más profundas, mezclada con limo y arena, y
la tercera son acumulaciones de materia orgánica casi pura en barras laterales formadas por el
efecto de los troncos. La abundancia relativa de estos tres tipos de depósitos parece variar
entre estaciones y con el tiempo, y probablemente también su estabilidad y disponibilidad
para los consumidores.
La cantidad de materia orgánica varía de forma acusada a lo largo del año (Tabla 4). En
verano los valores son en general más bajos que en otoño. La acumulación de materia
orgánica es inversamente proporcional a la anchura de la estación. En el periodo anterior a la
introducción de troncos no se apreciaban patrones claros entre los tramos experimentales y los
controles. Las diferencias entre controles y experimentales disminuían en otoño. A partir de la
introducción de la madera aumentó la diferencia entre los tramos experimentales y los
controles, especialmente en otoño. Así, la T de Student sobre valores logaritmizados mostró
que antes de la introducción de madera las diferencias entre controles y experimentales nunca
fueron significativas. Después de introducir la madera, en julio de 2008 sólo eran
marginalmente significativas en Malbazar (T = -1.767, p = 0,0942), mientras que en otoño la
cantidad de materia orgánica en los tramos experimentales era muy significativamente
superior a la de los controles, en todos los arroyos salvo en Atseginsoro (Malbazar: T = 3,981, p = 0,0009; Latxe: T = -3,294, p = 0,004; Añarbe: T = -2,277, p = 0,0352).
Tabla 4. Cantidad (g/m2) de materia orgánica (media y desviación standard, n = 10 en todos los casos) en los
tramos estudiados. En negrita, los datos con diferencias estadísticamente significativas entre tramos control y
experimental (T de Student, p < 0,05). Estos datos no incluyen la madera gruesa, ni la introducida por nosotros
ni la presente en el cauce de antemano.
Atsegin Exp
Atsegin Con
Malbazar Exp
Malbazar Con
Latxe Exp
Latxe Con
Añarbe Exp
Añarbe Con
Pre Verano
Media
DS
279,4
499,0
97,5
132,6
524,5
1170,5
249,5
679,0
22,6
10,4
51,7
44,7
9,3
8,3
21,8
22,6
Pre Otoño
Media
DS
269,4
333,5
532,1
570,2
631,9
695,8
664,5
784,8
354,4
484,0
350,3
369,4
166,3
193,6
134,5
137,0
Acción D2, seguimiento
33
Post Verano
Media
DS
133,9
247,1
26,2
13,3
702,8
1232,4
45,1
93,3
253,1
367,0
31,2
19,4
20,8
28,6
48,9
87,9
Post Otoño
Media
DS
1168,7
1926,4
90,3
128,2
1823,7
3897,9
106,9
191,7
1313,8
2815,2
36,9
44,3
281,6
583,5
22,7
37,5
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Para discutir los resultados de la introducción de troncos sobre la acumulación de
materia orgánica hay que tener en cuenta que la obra en enero, es decir, después de que
hubieran ocurrido la mayor parte de las entradas otoñales, y que tanto la primavera como el
otoño de 2008 han sido extremadamente lluviosos. Por ello, no es de extrañar que no en
verano no se detectaran efectos significativos de la madera, ya que llegaba muy poca materia
orgánica a los cauces. En otoño, sin embargo, los tramos experimentales acumularon
cantidades mucho mayores que los controles: 17 veces más en Malbazar, 36 veces más en
Latxe, y 12 veces más en Añarbe. Esta diferencia demuestra que la capacidad de retener
hojarasca a largo plazo se ha multiplicado de forma muy notable, y que la madera es una
estructura de retención muy eficaz a caudales elevados (Larrañaga et al., 2003). Queda por ver
cómo evolucionan las estaciones experimentales a largo plazo, si la materia acumulada se
procesa y siguen reteniendo materia orgánica nueva, o si se satura la capacidad de retención.
4.10.
Descomposición de hojarasca
Dado que la capacidad de los cauces fluviales para acumular sedimentos y materia
orgánica es limitada, el efecto la obra ejecutada sobre la hojarasca que llega al embalse
depende en última instancia de la velocidad a la que se descomponga la hojarasca retenida en
los tramos experimentales. Como hemos mencionado en las hipótesis, es de esperar que una
mayor acumulación de materia orgánica produzca un aumento en la densidad de invertebrados
fragmentadores, y que esto redunde en una mayor descomposición de hojarasca. Sin embargo,
eso no quiere decir que aumente la tasa de descomposición de la hojarasca. De hecho, sería
esperable incluso una disminución de la tasa de descomposición medida mediante bolsas de
malla, ya que en los tramos en los que hay poca disponibilidad de materia orgánica las bolsas
de malla pueden generar un “efecto llamada”, atrayendo a los invertebrados de las
inmediaciones, mientras que en los tramos con mayor acumulación de materia orgánica los
invertebrados tendrían poco interés por las bolsas. Por ello, no es fácil trasladar los efectos del
experimento a nivel de bolsa a la escala de tramo.
Se estudió la velocidad de descomposición de hojarasca en todos los tramos antes y
después de introducir la madera, en otoño-invierno de 2006 y de 2008 (Fig. 37). En general, la
hojarasca se descompuso a mayor velocidad en 2008 que en 2006, pero esta diferencia ocurrió
tanto en los tramos control como en los experimentales, por lo que no es achacable a la
introducción de madera. Tal vez sea achacable al mayor régimen de caudales registrado
durante 2008, que pudo aumentar la abrasión física. En cualquier caso, aunque la abrasión
pudo tener su influencia, la inspección visual confirmaba que las hojas habían sido
consumidas por invertebrados, y no simplemente fragmentadas. Es interesante destacar la
mayor varianza en las estaciones donde se introdujo la madera, probablemente como
consecuencia de la mayor variabilidad en las condiciones físicas, especialmente en lo que
concierne a velocidad del agua y tasa de sedimentación. Las diferencias entre estaciones
control y experimentales nunca fueron significativas (ANCOVA, p>0,05).
Acción D2, seguimiento
34
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Figura 37. Dinámica de la descomposición de hojarasca de aliso en los ocho tramos, antes (otoño de 2006) y
después (otoño de 2008) de introducir la madera.
La densidad de invertebrados asociados a la descomposición no presentó diferencias
significativas entre los tramos experimental y los control antes de introducir la madera, ni en
términos de cantidad total por gramo de hojarasca, ni en términos de fragmentadores por
gramo de hojarasca (Fig. 38). La composición es típica de ríos de cabecera, con abundancia
de fragmentadores salvo en Añarbe. Todavía estamos estudiando los invertebrados en el
Acción D2, seguimiento
35
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
experimento de 2008, que acabó a finales de diciembre, por lo que no sabemos aún si hay
efectos de la introducción de madera.
Figura 38. Densidad de invertebrados (totalak) y de fragmentadores (zatitzaileak), en individuos por gramo de
hojarasca, en las bolsas de descomposición durante el experimento de 2006. E.e. significa que no hay diferencias
significativas entre el tramo control y el experimental.
4.11.
Invertebrados
Entre los distintos tipos de organismos que habitan en los ríos los invertebrados son los
más estudiados, tanto por su abundancia como por su relevancia ecológica (Allan & Castillo,
2007). Sin embargo, la mayor parte de los estudios realizados en la Península Ibérica se
limitan a estudiar los invertebrados como indicadores de calidad del agua, identificándolos
sólo a nivel de familia (Alba-Tercedor & Sánchez Ortega, 1988), que es un nivel demasiado
grosero para apreciar cambios que no sean producidos por impactos muy fuertes. En Añarbe
sabemos de antemano que la calidad del agua es excelente, y no se ha detectado ningún efecto
de la introducción de troncos en las características físico-químicas del agua, por lo que no es
de esperar que los índices bióticos habituales, como el IBMWP, detecten ninguna diferencia.
Sin embargo, los efectos sobre la granulometría del sustrato, sobre el régimen de velocidades,
sobre la disponibilidad de hojarasca, y presumiblemente también sobre la presión de
depredación (peces) son lo bastante acentuados como para esperar encontrar cambios en las
comunidades de invertebrados. En concreto, sería esperable un aumento de número o biomasa
de los taxones asociados a sedimentos finos y a acumulaciones de materia orgánica, una
disminución de taxones asociados a rocas, y un aumento de biomasa de organismos que se
alimentan de hojarasca (fragmentadores). En este momento estamos todavía procesando las
muestras, cuyo análisis definitivo llevará aún bastantes meses, por lo que apenas podemos
extraer conclusiones.
Aunque se han recogido muestras de invertebrados del bentos, por ahora lo único que
hemos podido estudiar han sido los invertebrados asociados a la descomposición, es decir,
aquellos que aparecían en las bolsas de malla (Tabla 5). En general las comunidades de
invertebrados son muy diversas, con numerosos taxones intolerantes a la contaminación, lo
que muestra que la calidad de las aguas es excelente.
Acción D2, seguimiento
36
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Tabla 5. Taxones de invertebrados asociados a la descomposición en el experimento de 2006. Se da el valor de
indicación de cada familia según el índice IBMWP, y su frecuencia porcentual * < 1%, ** 1-5%, *** 5-20%,
**** 20-40%, ***** > 40%. Los taxones de fragmentadores aparecen en rojo.
Valor
IBMWP
Efemeropteros
Leptophlebiidae
Ephemerellidae
Baetidae
Heptageniidae
Dipteros
Chironomidae
Simuliidae
Ceratopogonidae
Athericidae
Empididae
Dixidae
Tricopteros
Rhyacophilidae
Hydropsychidae
Philopotamidae
Glossosomatidae
Brachycentridae
Limnephilidae
Sericostomatidae
Lepidostomatidae
Calamoceratidae
Coleopteros
Elmidae
Hydraenidae
Haliplidae
Gyrinidae
Plecopteros
Chloroperlidae
Perlodidae
Capniidae
Nemouridae
Leuctridae
Anfipodos
Gammaridae
Odonatos
Calopterygidae
Cordulegasteridae
Turbelarios
PlanarIidae
Aracnidos
Hydracarina
Gasteropodos
Planorbidae
Ancylidae
4.12.
Atseginsoro
Exp.
Cont.
Malbazar
Exp.
Cont.
Latxe
Exp.
Cont.
Añarbe
Exp.
Cont.
10
7
4
10
***
*
****
*
***
*
*
****
****
**
**
*
***
*
***
-
**
*
***
*
***
**
***
-
**
**
***
-
***
**
**
-
2
5
4
10
4
4
****
***
*
*
*
-
****
****
*
**
*
-
****
***
*
-
****
***
*
**
*****
***
*
*
**
-
*****
***
*
*
-
*****
***
*
-
*****
-
7
5
8
8
10
7
10
10
10
*
*
*
-
*
*
*
*
-
*
*
**
**
-
*
*
*
-
*
**
*
*
-
*
**
*
*
*
-
**
**
*
**
*
*
**
**
**
-
5
5
4
3
*
-
*
*
-
*
-
*
**
-
-
*
-
**
*
*
-
10
10
10
7
10
**
**
***
**
**
***
***
*
**
*
***
***
**
**
**
***
**
**
*
**
**
*
**
*
**
**
*
*
**
**
*
-
**
*
**
**
**
6
-
*
**
*
***
***
**
**
8
8
*
-
-
*
-
*
-
-
*
-
-
5
-
-
-
*
*
**
-
-
4
-
*
-
*
*
-
-
-
3
6
-
-
-
-
*
-
-
*
-
Peces
Los resultados del experimento en la comunidad de peces deben ser interpretados a la
luz de la localización espacial de los tramos de estudio cerca del embalse de Añarbe. Por un
lado, el embalse, construido en 1975, bloquea el paso a especies migratorias, como el salmón
Acción D2, seguimiento
37
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
o la anguila, que normalmente deberían aparecer en el área de estudio, pero que no pueden
recolonizar los tramos. Por otro, los arroyos son pequeños y pendientes, inadecuados para
especies como el barbo o la loina, lo que limita la composición de las comunidades piscícolas
a la trucha común y el piscardo o eskailu. Además, Atseginsoro, Malbazar y Latxe son
arroyos pequeños, que podrían constituir buenas áreas de freza, pero que difícilmente
acogerán truchas grandes por la poca entidad de los cauces, mientras que Añarbe sería un
tramo de paso para truchas que migran aguas arriba en busca de frezaderos. Finalmente, el
embalse acoge buen número de truchas adultas, de forma que en años con otoños húmedos
podría haber una buena cantidad de individuos reproductores en los tramos de estudio.
Los estudios previos a la introducción de troncos mostraron diferencias importantes
entre tramos, estando los piscardos ausentes en Atseginsoro y en los tramos control de
Malbazar y Latxe. Esto no se debe a las características del hábitat, sino a cascadas que
impiden la subida de esta especie de aguas lentas. De hecho, el análisis de tallas de las truchas
muestra que los otoños secos las truchas reproductoras no consiguen llegar hasta Malbazar
control. Por otra parte, los muestreos de primavera muestran que en los tres arroyos pequeños
hay una buena productividad de alevines, pero casi total ausencia de elementos de talla 2+ y
mayores. En Añarbe, por otra parte, la densidad de peces es en general baja, sugiriendo que el
hábitat dista de ser el óptimo.
Un dato de interés es que en invierno hemos observado algunas truchas adultas muertas
a más de 5 m del cauce, tanto en Atseginsoro como en Malbazar, habiendo sido
aparentemente capturadas por alguna garza que no se las pudo tragar o que fue ahuyentada
por alguien. Esto, y las numerosas observaciones de garza real en los cuatro arroyos, y de
cormorán grande en Añarbe, recuerda las numerosas quejas de los pescadores con respecto a
estas aves. Sin embargo, no parece que la presión de las mismas sea importante, ya que las
densidades de trucha en los tramos estudiados son altas (salvo en Añarbe), y parecen
mantenerse año tras año. Creemos que esta observación tiene importancia sobre el presunto
impacto de garzas y cormoranes en otros ríos de Gipuzkoa.
Antes de ejecutar la obra apenas había diferencias en biomasa entre los tramos control y
los experimentales, salvo aquellas que, como en el caso de Malbazar en otoño de 2006, eran
achacables a las dificultades de paso de ejemplares adultos coincidiendo con un estiaje
prolongado (Fig. 30, Tabla 6). En general, las biomasas son mayores en época de freza que
en primavera, reflejando el ascenso de ejemplares reproductores desde el embalse.
La pesca de junio de 2008 no mostró efecto alguno de la introducción de troncos sobre
los peces, como tampoco cabía esperar, ya que la obra se ejecutó en enero, una vez acabada la
freza, cuando los adultos ya habían vuelto al embalse, de manera que poco efecto podía tener
sobre los peces, más allá del perjuicio por pisoteo mientras duraba la obra. Sin embargo, el
muestreo de otoño arrojó un número muy elevado de truchas, especialmente en los tramos
experimentales. Es cierto que las lluvias otoñales han facilitado la subida de adultos, pero
otros años también aparecían adultos incluso en la parte alta de Olin. Es de destacar la
segregación espacial de las truchas: los alevines aparecían especialmente en las zonas más
someras, mientras que los adultos estaban estrechamente ligados a la madera, casi siempre
refugiados dentro de las estructuras introducidas en el marco de esta acción. De esta forma, el
tamaño medio de las truchas era muy superior en los troncos que fuera de ellos (Tabla 7). Hay
Acción D2, seguimiento
38
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
que destacar que en los tramos experimentales de Malbazar y Atseginsoro se capturaron
ejemplares que superaban los 700 gramos.
Figura 39. Evolución de la biomasa de trucha en los tramos de estudio.
Tabla 6. Biomasa estimada de piscardo en los arroyos estudiados, en gramos por 100 m lineales.
Arroyo
Añarbe
Añarbe
Atseginsoro
Atseginsoro
Latxe
Latxe
Malbazar
Malbazar
Tramo
Control
Experimental
Control
Experimental
Control
Experimental
Control
Experimental
dici-06
Media dt
73
164
0
109
6
30
0
9
julidicijulidici07
07
08
08
Media dt
Media dt Media dt Media dt
125 31
127 52
157 16
94
60
448 57
300 45
874 221
374 367
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
79 11
0
0
0
0
137 26
249 14
384
36
0
0
0
0
0
0
187 57
186 33
187
56
Tabla 7. Número y peso de truchas capturadas en el tramo Malbazar experimental en otoño de 2008.
Truchas
En madera
Sin
Total
% madera
Nº
198
92
290
68,3
Peso (g)
13433
1095
14528
92,5
Peso medio
67,8
11,9
50,1
En Añarbe, aunque los 100 m de la estación experimental que pescamos están situados
en la parte media del tramo, en otoño de 2008 realizamos una pasada rápida con el aparato de
pesca eléctrica por la presa inferior, y corroboramos la gran cantidad de truchas presentes, la
Acción D2, seguimiento
39
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
dificultad de su captura, que imposibilita realizar censos fiables en esta parte del tramo, y el
buen tamaño de las truchas, alguna de las cuales sobrepasaba el kg de peso (Fig. 39).
Figura 40. Trucha macho de más de 1 kg de peso pescada en diciembre de 2008 en la presa inferior de Añarbe.
4.13.
Desmán del Pirineo
Se realizaron trampeos de desmán a finales de verano de 2007 y a finales de verano de
2008, coincidiendo con la época en que los individuos jóvenes se dispersan en busca de
nuevos territorios. Los muestreos se realizaron únicamente en Latxe y Añarbe, por considerar
que tanto Malbazar como Atseginsoro son arroyos demasiado pequeños para esta especie. No
se capturó ningún desmán, ni se encontró indicio de su presencia. Sin embargo, en julio de
2007 vimos claramente y durante más de un minuto un individuo nadando en el canal de
Añarbe, lo que indica que, efectivamente, la población de Artikutza exporta jóvenes, pero que
en su viaje de dispersión éstos tienden a ser atraídos por los canales, que en verano tienden a
llevar más agua que el cauce principal. Lo más probable es que estos jóvenes en dispersión
mueran en las turbinas de las centrales. Es lamentable que se mantenga en funcionamiento la
central de Añarbe incluso en verano, afectando seriamente a más de 5 km de río
potencialmente desmanero. Si se cerrara dicha central, aunque sólo fuera en los meses de
verano, habría bastantes posibilidades de que se instalaran desmanes aguas abajo de Okilegi,
donde habría sitio para una población de varias decenas de individuos.
5. Conclusiones preliminares del seguimiento
A continuación resumimos las conclusiones de los trabajos realizados hasta la fecha.
Hay que recalcar el carácter provisional de las mismas, que depende de dos aspectos: por un
lado, de las variables que aún están sin analizar, o que se han analizado sólo de forma somera,
y que estudiadas de forma más exhaustiva pudieran ofrecer información nueva; y por otro, del
comportamiento del río, que podría diferir en el futuro, bien aumentando o disminuyendo las
diferencias observadas hasta el momento.
Acción D2, seguimiento
40
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
2008 ha sido un año excepcionalmente lluvioso, lo que ha supuesto una dura prueba
para la estabilidad de las estructuras de madera introducidas. Sin embargo, en un año sólo se
ha perdido uno de los troncos introducidos, y la mayor parte de las estructuras en los arroyos
pequeños se han mantenido. En Añarbe ha habido una profunda reestructuración, quedando la
mayor parte de los troncos depositados en dos grandes presas. Esto sugiere que la
introducción de madera en cauces fluviales es relativamente segura, especialmente en los de
menor entidad.
El seguimiento de los tramos de estudio muestra una baja tasa de reclutamiento de
troncos, y por tanto, las escasas posibilidades de restauración pasiva en Latxe y Añarbe, no así
en Malbazar y Atseginsoro.
La introducción de troncos provocó cambios inmediatos en el hábitat físico,
especialmente un aumento de la anchura y profundidad del cauce húmedo y una disminución
de la velocidad del agua, especialmente a caudales elevados. En Latxe, Malbazar y
Atseginsoro el efecto de las presas de madera sobre el hábitat físico es notorio y se traduce en
un incremento del número de saltos y pozas. La menor velocidad del agua provocó la
acumulación de gruesas capas de sedimentos en las presas y en barras laterales, aumentando
la fracción del cauce cubierta por limo, arena o gravas. El caso de los sedimentos finos es
especialmente notable, ya que antes de ejecutar la obra eran prácticamente inexistentes en los
tramos estudiados, lo que demuestra su elevada movilidad y sugiere importantes entradas al
embalse.
Pese a la menor velocidad de circulación del agua y a la mayor proporción de
sedimentos, y presuntamente a la mayor importancia de la circulación hiporréica, los
resultados de retención de nutrientes no son aún concluyentes. Parece haber una tendencia a
una mayor retención en los tramos experimentales, pero la elevada variabilidad temporal hace
que sea necesario realizar más experimentos.
Los resultados de retención de hojas de Gingko biloba apuntan a una mayor retención
de hojarasca en los tramos experimentales, aunque las diferencias no son evidentes a caudales
bajos en las estaciones menores. Los resultados parecen especialmente positivos en Añarbe.
La introducción de troncos ha provocado la acumulación de grandes depósitos
orgánicos en los tramos experimentales, multiplicando entre 10 y 40 veces la cantidad de
materia orgánica en los cauces. Esta materia orgánica es muy estable, y no es arrastrada por
las riadas, por lo que el aumento de madera muerta en el conjunto de cauces de la cuenca
tendría un gran efecto sobre la cantidad de aportes que llegan al embalse.
No se han detectado diferencias en la tasa de descomposición de la hojarasca de aliso
entre las estaciones control y las experimentales.
La fauna de invertebrados de los arroyos de Añarbe es típica de ríos forestados con
buena calidad del agua. Todavía no hemos acabado de procesar las muestras, por lo que
desconocemos el efecto de la restauración sobre estas comunidades.
En los arroyos estudiados sólo hay dos especies de peces: trucha común y eskailu. El
estudio de la estructura de tamaños demuestra que en Atseginsoro, Malbazar y Latxe la
Acción D2, seguimiento
41
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
población de truchas está dominada por alevines, lo que indica que éstos tramos tienen buenas
características para la freza pero no como hábitat de adultos. En Añarbe la densidad de
truchas es en general baja. Tras introducir los troncos se ha observado un aumento
espectacular en la biomasa de peces en todos los arroyos salvo Añarbe, y una fuerte
preferencia de los individuos mayores por los troncos. Los hábitat creados por las presas de
madera parecen, pues, un refugio esencial para las truchas.
Continuamos sin detectar el desmán del Pirineo en las estaciones de estudio. Estaba
ausente antes de la obra, y sigue ausente. Los canales hidroeléctricos atraen a los individuos
que bajan de Artikutza, con resultados seguramente fatales. Sería interesante reintroducir
algunos ejemplares y ver cómo se adaptan a los tramos restaurados, pero sobre todo sería
importante cerrar los canales, al menos en verano, en la época en que los jóvenes buscan
territorio.
6. Difusión de resultados
En consonancia con la política de los proyectos LIFE, se ha hecho especial hincapié en
difundir el espíritu y los resultados del proyecto de restauración de la complejidad estructural
en los cauces. Estas son algunas de las actividades de difusión realizadas, relacionadas total o
parcialmente con el proyecto de Añarbe, y en las que hemos participado de forma directa:
Publicaciones
Díez JR, Aristegi L & Elosegi A. 2007. Estudio preliminar para la restauración de los arroyos
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Comunicaciones a congresos
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Spain). ESF LESC Exploratory Workshop. Large woody debris in European rivers:
dynamics, human perception, challenge for restoration and application to other areas.
Lyon, 16-20 Octubre 2005. Ponencia invitada (oral).
Acción D2, seguimiento
42
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Le Lay YF, Piégay H, Gregory K, Bondarev V, Chin A, Dahlstrom N, Elosegi A, Gilvear D,
Gregory SV, Joshi V, Mutz M, Rinaldi M, Wyżga B & Zawiejska J. Cross-cultural
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Applications. Stirling (Escocia), Agosto 2006. Comunicación oral.
Díez JR, Aristegi L & Elosegi A. Estudio preliminar para la restauración de los arroyos
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Tarragona, 23 a 25 de enero 2007. Comunicación oral.
Elosegi A, Antón A, Aristegi L, Díez JR, García-Arberas ML, Ruiz L & Rallo A. Restoring
stream channel complexity with large wood. Effects on ecosystem structure and
functioning. 4th ECRR International Conference on River Restoration, Venecia, 16-21
junio 2008. Comunicación oral.
Díez JR, Antón A, Aristegi L, García-Arberas ML, Ruiz L, Rallo A & Elosegi A. Efecto de la
restauración de la complejidad estructural del cauce sobre la estructra y el
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Congreso de la Asociación Ibérica de Limnologia, Huelva, 8-12 septiembre 2008.
Comunicación oral.
Antón A. Restauración de ríos, estado de la investigación sobre Ictiología en aguas
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noviembre de 2008. Comunicación oral (invitado)
Antón A, García-Arberas L, Díez JR, Rallo A & Elosegi A. Restoring practices in a Natural
Park: changes in freshwater fish fauna after bringing large wood back to the streams.
2nd European Congress of Conservation Biology. Praga, 1-5 Septiembre 2009. Poster.
Cursos
Arturo Elosegi. Bases ecológicas para la gestión y conservación de ríos. Curso de doctorado. 4
créditos. Fac. Ciencia y Tecnología, UPV/EHU, 2006-2007. Incluída visita a Añarbe.
Arturo Elosegi. Ekologia. Plan Nuevo (euskara). Asignatura de 7.5 créditos teóricos y 3
prácticos. Teoría y prácticas. 3° Ciencias Biológicas. Fac. Ciencias, UPV/EHU, 20062008. Incluída visita a Aiako Harria.
Arturo Elosegi. Limnologia (euskara). Asignatura de 6 créditos teóricos y 3 prácticos. Teoría y
prácticas. 2º Ciclo de Ciencias Biológicas. Fac. Ciencia y Tecnología, UPV/EHU, 20052006.
Arturo Elosegi. Master: Diversidad, funcionamiento y gestión de ecosistemas. Temas:
Interacciones tierra-agua: repercusiones sobre el estado ecológico de ríos, lagos,
embalses y humedales; Contaminación y eutrofización; Bioingeniería, rehabilitación y
restauración de ríos y humedales. 3 créditos. Fac. Ciencia y Tecnología, UPV/EHU,
2007-2008. Incluída visita a Añarbe.
Arturo Elosegi. “Medio físico y natural. Red Natura 2000”. Curso de Postgrado: “Gestor
Municipal. Agenda 21 Local”. Organización: UPV/EHU - Ingurugiro Etxea. Azpeitia,
Marzo 2006.
Arturo Elosegi. “El bosque como salvaguarda de la biodiversidad”. II. jornadas: “Economías
de calidad en Reservas de la Biosfera. Servicios múltiples del bosque”. Organización:
Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Gernika-Lumo, 7 y 8 de Abril 2006.
Acción D2, seguimiento
43
Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Arturo Elosegi. “Methods to assess stream structure and functioning”. Curso: “Recent topics
in stream ecology”. Organización: Departamento de Zoologia, Universidade de
Coimbra. Coimbra, 17-29 Abril 2006.
Arturo Elosegi. “Aplicaciones en la determinación de la calidad ecológica”. Curso: “Ecología
funcional de ríos: aspectos teóricos y aplicaciones prácticas”. Organización:
Asociación Española de Limnología. Barcelona, 5 Julio 2006.
Arturo Elosegi. “Medio físico y natural. Red Natura 2000”. Curso de Postgrado: “Gestor
Municipal. Agenda 21 Local”. Organización: UPV/EHU - Ingurugiro Etxea. Azpeitia,
15 Diciembre 2006.
Arturo Elosegi. “Fisiografía, retención hidráulica y dinámica de materia orgánica en ríos”.
Curso-Taller proyecto GLOBRIO. Cambios globales en sistemas fluviales: efectos sobre
la biodiversidad, la red trófica y el funcionamiento del sistema. Organización:
Universidad Nacional de Luján. Luján (Argentina), 22-26 enero 2007.
Arturo Elosegi. “Medio físico y natural. Red Natura 2000”. Curso de Postgrado: “Especialista
universitario en Desarrollo Sostenible. Gestor Municipal Agenda 21 Local”.
Organización: UPV/EHU. San Sebastian, 16 enero 2009.
Joserra Díez. “Aumento de la retentividad de los cauces vertientes al embalse del Añarbe”.
Curso de Ingeniería fluvial. Universidad Politécnica de Catalunya. Barcelona, 20 de
abril de 2007.
Conferencias
Arturo Elosegi. “¿Echar madera a mi río? Nuevos enfoques en la restauración de ríos
europeos”. Organización: Universitat de Girona. Girona, 24 enero 2006.
Arturo Elosegi. “Aumento de la complejidad estructural de los arroyos vertientes al embalse
de Añarbe”. Organización: Parque Natural de Aiako Harria. Oiartzun, 17 febrero 2007.
Arturo Elosegi. “Ibaien funtzionamendua: teknika zaharrak, aplikazio berriak”. Organización:
Ikasleen kontseilua. Leioa, 18 abril 2007.
Arturo Elosegi. “Aproximación funcional a la restauración de ríos”. Organización:
Departamento de Biología. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, 17 mayo 2007.
Arturo Elosegi. “Conservación de la biodiversidad en la CAPV: retos, peligros y
oportunidades”. Organización: Departamento de Medio Ambiente y Urbanismo,
Gobierno Vasco. Bilbao, 15 noviembre 2007.
Arturo Elosegi. “La biodiversidad y su conservación, un gran reto del siglo XXI”.
Organización: Ayuntamiento de Amurrio. Amurrio, 8 abril 2008.
Joserra Díez. “Errekak, ura daramaten bideak baino gehiago”. Oñatiko Natur Eskola. Oñati, 29
de febrero de 2008.
Joserra Díez. Mejora de la complejidad estructural del cauce y sus efectos en la biodiversidad.
IV. Seminario. Biodiversidad y restauración de ecosistemas fluviales. Dpto. Ambiente.
Gobierno de Navarra. Iruñea, 24-25 septiembre de 2008.
Joserra Díez. “Gure natur altxorren egoera”. Eskolako Agenda 21. Legazpiko Ingurugela eta
Azpeitia-Azkoitiako Udalak. Azkoitiako kultur etxea, 30 de septiembre de 2008.
Acción D2, seguimiento
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Aumento de la complejidad de los cauces vertientes al embalse de Añarbe, LIFE ES120016
Otros
Documental de televisión realizado por Elhuyar y emitido por ETB en el programa
“Teknopolis”.
Se ha promovido la visita a las estaciones de Añarbe de técnicos e investigadores
nacionales y extranjeros. La lista incluye a las siguientes personas:
Vicenç Acuña. EAWAG, Dübendorf, Suiza.
Askoa Ibisate. Departamento de Geografía, UPV/EHU.
Jochem Kail. Universidad de Essen, Alemania.
Michael Mutz. Universidad de Cottbus, Alemania.
Sergi Sabater. Universidad de Girona.
Jonathan Spencer. Forestry Department, Reino Unido.
Jack Webster. Universidad Virginia Tech, Estados Unidos
Roger Young. Instituto Cawthron, Nueva Zelanda.
Felix Izco. Departamento para el Desarrollo Sostenible. Diputación Foral de Gipuzkoa.
Patxi Tamés. Departamento para el Desarrollo Sostenible. Diputación Foral de Gipuzkoa.
Itziar Larunbe. Aguas del Añarbe/Añarbeko urak.
Iñigo Mendiola. Departamento Desarrollo del Medio Rural. DFG.
Iñaki Bañares. Departamento Desarrollo del Medio Rural. DFG.
Carlos Alonso. Universidad Politécnica de Madrid.
Rafael Miranda. Universidad Pública de Navarra.
Noemí López. Confederación Hidrográfica del Norte.
Fran Silván. URA. Agencia Vasca del Agua.
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