calidad de la inTeracción Madre-hijo(a)

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Calidad de la Interacción Madre-Hijo(a),
Asistencia a Salas Cuna y la Importancia de la
edad de Ingreso: Estudio comparativo en familias
monoparentales chilenas1
Marcia Olhaberry*
Resumen
Se estudia la calidad de las interacciones madre-hijo(a) en familias monoparentales chilenas
de bajos ingresos, considerando la asistencia a salas cuna de los niños(as) y su ingreso antes y
después de los 6 meses de edad. Participan 80 díadas, con niños(as) entre los 4 y 15 meses, y se
evalúa la calidad de las interacciones con el instrumento Care-Index. Las díadas sin asistencia a
salas cuna presentan interacciones de mayor calidad en los aspectos afectivos, con un tamaño de
efecto mediano. Las díadas con niños(as) ingresados antes de los seis meses presentan interacciones de calidad significativamente inferior a la observada en las díadas con niños(as) que ingresan
después de esta edad, con tamaños de efecto medianos y grandes.
Palabras clave: interacciones tempranas, familias monoparentales, calidad de las interacciones, salas cuna.
Key words: early interactions, single-mother families, day nurseries.
Introducción
La modernidad y la incorporación de la mujer
al mundo del trabajo favorecen la asistencia de
niños(as) pequeños a salas cuna mientras sus madres trabajan, especialmente en familias monoparentales de bajos ingresos (Arriagada, 2004; Cerrutti
y Binstock, 2009). En Chile, a partir del reciente aumento de la cobertura para la atención de niños menores de 3 años en salas cuna y jardines infantiles,
esta tendencia es creciente. Si bien la asistencia de
niños(as) pequeños a centros de atención temprana
busca igualar las oportunidades de desarrollo, especialmente en los niños pertenecientes a los sectores más pobres de la población, se requieren estudios que revisen las consecuencias de la asistencia
* Marcia Olhaberry. Psicóloga, Ph.D. (c). Pontificia Universidad
Católica de Chile, Macul, Santiago, Chile.
E-mail: mpolhabe@uc.cl
REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA XX p.p. 161-173
© 2011 Fundación AIGLÉ.
a salas cuna en la calidad vincular madre-hijo(a), en
familias monoparentales.
El estudio del efecto de los cuidados alternativos en los niños tiene una larga data, destacándose inicialmente el valor positivo de la asistencia a
salas cuna para el desarrollo social y cognitivo de
los niños, y posteriormente, el efecto negativo en
la calidad vincular con los padres, asociado al tipo
de jornada, a la calidad de los centros, a la edad de
ingreso y a variables familiares (Olhaberry y Santelices, 2009).
Por otro lado, la respuesta sensible del cuidador
principal, en el caso de las familias monoparentales, mayoritariamente, la madre, resulta una variable consistentemente asociada a la calidad vincular
madre-bebé y a la salud mental infantil posterior,
por lo que estudiarla pudiera brindar herramientas
para el diagnóstico temprano y el posterior diseño
de programas de intervención.
En este contexto, el presente artículo busca estudiar en una muestra chilena los efectos de la asistencia a salas cuna y la edad de ingreso en la calidad
(1) Especiales agradecimientos a la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica CONICYT, CHILE.
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vincular madre-hijo(a) en familias monoparentales
de bajos ingresos.
Antecedentes
Asistencia a salas cuna y vínculo madre-hijo(a)
El debate en torno a los distintos tipos de cuidados alternativos recibidos por los niños en su primer
año de desarrollo y sus efectos en el vínculo madrehijo(a) cuenta con una larga trayectoria, y con importantes discrepancias.
Algunos autores plantean que contar con la opción de cuidados alternativos como salas cuna o
jardines infantiles, pudiera favorecer un adecuado
vínculo madre-hijo(a) en mujeres jefas de hogar,
contribuyendo el apoyo institucional a reducir las
condiciones de alto estrés psicosocial en que viven
(Crittenden, 1985; Green, Ferrer & McAllister, 2007).
Por otro lado, los distintos estudios realizados
sobre cuidados alternativos y su asociación con el
tipo de vínculo madre-bebé se han centrado en diferentes aspectos, algunos en la extensión horaria
y el lugar donde los cuidados ocurren, otros en la
calidad de los cuidados recibidos y en la edad en
que se inician, y los más actuales consideran múltiples variables para explicar su efecto en el vínculo
madre-hijo(a).
En relación al número de horas semanales de
permanencia en un centro de cuidado, algunos estudios muestran un efecto negativo de la jornada
extensa (más de 20 horas semanales) en el vínculo madre-hijo(a) (Schwartz, 1983; Belsky & Rovine,
1988; Sagi et al., 2002). Otros estudios señalan que
por sobre el tiempo de permanencia en la sala cuna,
son la respuesta sensible de la madre, su bienestar
general y las variables familiares las que predicen la
calidad vincular con el niño(a), restando importancia
al tiempo de permanencia en la sala cuna (Belsky &
Braungart, 1991; Barglow, Vaughn & Molitor, 1987).
En relación a la edad de ingreso, los estudios
realizados por Vaughn, Gove & Egeland (1980), reportan un efecto negativo del ingreso a sala cuna
antes del año de edad en la calidad vincular madrebebé, mostrando los niños(as) que ingresan antes
del año de nacidos una mayor proporción de apegos
ansiosos. Los autores explican estos resultados por
la baja disponibilidad que el niño(a) tiene de su madre, lo que le generaría inseguridad y ansiedad.
En términos generales, los estudios existentes
consideran como ingreso temprano a salas cuna al
que ocurre antes del año del niño(a), y no, rangos
menores. El considerar rangos menores en muestras chilenas pudiera contribuir al debate en torno
a la extensión del permiso laboral postnatal para las
madres en Chile, que actualmente considera el reingreso al trabajo a los 84 días de nacido el bebé, y
con esto, en muchos casos, el inicio de la asistencia
a salas cuna para sus hijos(as) (Propuestas del Consejo Asesor Presidencial, Chile, 2006).
Otro aspecto relevante al evaluar el efecto de los
cuidados alternativos en los niños, es la calidad de
la atención que reciben, dentro de la que se puede
considerar el número de niños por adulto cuidador,
el entrenamiento y preparación con que los profesionales cuentan, la infraestructura en donde se
trabaja, así como la salud mental y la estabilidad
laboral de los cuidadores. En este sentido, existen
estudios que señalan efectos positivos de la asistencia a salas cuna de alta calidad durante el primer
año de vida del niño en familias de bajos ingresos,
logrando mediar el efecto negativo de la pobreza en
el infante (Andersson, 1989; Howes, 1990; Love et
al., 2003).
El estudio, desarrollado por el National Institute
of Child, Health and Human Development (NICHD),
Study of Early Child Care and Youth Development
(SECCYD) en Estados Unidos (Friedman & Boyle,
2008), muestra correlaciones significativas entre nivel socioeconómico, el nivel educacional materno, la
presencia de depresión materna, ansiedad de separación con la madre y la presencia de los dos padres
en la familia con el estilo de apego desarrollado por
los niños, y plantea que la sensibilidad materna permite predecir apego seguro a los 15 meses. Señalan
también que la edad de inicio, la estabilidad, el tipo
de cuidados y la calidad de los cuidados alternativos
no tienen un efecto sobre el apego desarrollado por
el niño hacia la madre.
Respuesta sensible materna
En relación a la calidad vincular madre-bebé, la
respuesta sensible materna ha sido considerada
un concepto central al momento de evaluar interacciones tempranas en la díada, influyendo de manera significativa en el desarrollo posterior del bebé
(Stern, 1997; George & Salomon, 1999). Es definida
por Crittenden (2006), como un constructo diádico
correspondiente a cualquier patrón de conducta
desplegado por el adulto que tranquiliza al infante
e incrementa su confort, reduciendo su angustia y
desinterés. La capacidad de la madre y cuidadores
significativos para responder de manera sensible
frente a un niño(a), implicará reconocer sus señales,
interpretarlas adecuadamente y actuar de manera
rápida y apropiada frente a estas lecturas (Marrone,
2001).
Considerando la importancia de la sensibilidad
materna frente a las señales comunicativas del
niño(a), los estudios señalan que una adecuada
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sensibilidad del adulto durante el primer año, se
considera un predictor significativo de desarrollo
posterior saludable, de patrones de apego seguro
en el bebé y de un favorable desarrollo emocional,
social y cognitivo (Ward & Carlson, 1995; Coppola,
Vaughn, Cassibba & Constantini, 2006; Friedman
& Boyle, 2008; Smith & Pederson, 1988; Isabella,
1993; Van Ijzendoorn & Wolf, 1997; Landry et al.,
2000; Kivijarvi, Raiha, Virtanen, Lertola & Piha,
2004). Complementando estos hallazgos, la baja
respuesta sensible en el cuidador/a ha sido asociada a un pobre desarrollo cognitivo y a una baja capacidad simbólica en el bebé (Feldman, Eidelman &
Rotenberg, 2004).
Estudios en muestras chilenas encontraron
que el bajo nivel educacional en las madres, frecuentemente observado en familias de N.S.E. bajo,
afecta negativamente la respuesta sensible frente a
los hijos (Valenzuela, 1997; Guillén, 2007), así como
otros estudios internacionales consideran el nivel
educacional materno como un buen predictor de
la capacidad materna de responder sensiblemente
a las señales de los hijos(as) (Pelchat et al., 2003;
Coppola et al., 2006).
Recientes estudios chilenos en familias de nivel
socioeconómico bajo muestran que los cuidadores
de salas cuna presentan promedios más altos de
sensibilidad en los aspectos cognitivos de la interacción con el niño(a) que las madres, mejorando
esto la cooperatividad en los niños (Santelices, Olhaberry, Pérez-Salas & Carvacho, 2010). Esto lleva
a preguntarse cómo afectan las interacciones sensibles entre el niño(a) y un cuidador de sala cuna
la calidad de las interacciones que establece con su
madre, especialmente en hogares monoparentales
donde las posibilidades de vínculos significativos
con un adulto son menores por encontrarse sólo un
progenitor presente.
Por otro lado, las experiencias tempranas con los
padres los 3 primeros años de vida influirán en la
salud mental y el desarrollo infantil posterior de manera determinante (Nagera, 2001; Bedregal y Pardo,
2004), lo que vuelve relevante el estudio temprano
de las particularidades de la relación madre-bebé y
sus implicancias al interior de las familias monoparentales a cargo de la madre en contextos de pobreza.
Monoparentalidad y pobreza: sus efectos en el
desarrollo infantil
Múltiples estudios mencionan la importancia
de la configuración familiar en el desarrollo infantil, mostrando una relación positiva entre el apoyo brindado por el padre a la madre, frecuente en
las familias nucleares, y la capacidad de respuesta
sensible frente a las señales de los hijos(as) (Hyunjeong, Young-Joo & Mi Ja, 2006; Valenzuela, 1997).
A diferencia de las familias nucleares, los estudios
en familias monoparentales muestran una asociación entre esta configuración familiar y dificultades
para responder sensiblemente a las señales y necesidades de los hijos(as) pequeños (Casady, Diener,
Isabella & Wright, 2001).
El haber considerado, especialmente, díadas madre-bebé que forman parte de hogares monoparentales, responde al enorme aumento de esta forma
de hacer familia en el mundo, en nuestro continente
y en Chile. En América Latina se observa un incremento de los hogares monoparentales con jefatura
femenina, así como la concentración de mayores
índices de pobreza en este grupo (Arriagada, 2004;
Cerrutti y Binstock, 2009). En Chile un 7,3% del total
de hogares son monoparentales a cargo de la madre, y un 9% de estos son parte de los hogares más
pobres del país, presentando, además, este grupo
un mayor número de hijos en edad preescolar, que
hogares con esta configuración familiar, pero con
mayores ingresos (Arriagada y Aranda, 2004).
Si bien la configuración familiar es relevante en
la calidad de la interacción madre-bebé, las condiciones contextuales que rodean a la díada son también importantes, señalando distintos autores su
influencia en el tipo de vínculo entre una madre y su
hijo(a) pequeño (Bowlby, 1969; Stern, 1997; Pelchat
et al., 2003; Belsky, 1984, Coppola et al., 2006). Los
estudios muestran cómo el ingreso familiar, el nivel
educacional de los padres, la presencia o ausencia
de una red social de apoyo y la configuración familiar pueden impactar positiva o negativamente la
calidad vincular, la evolución del bebé y el estado
general de la madre.
Por otro lado, el nacimiento de un bebé en familias monoparentales de bajos ingresos implica
una mayor vulnerabilidad de la díada frente a las
tareas de la crianza a partir de las vivencias de mayor estrés, mayor vulnerabilidad a sintomatología
depresiva en la madre, menores ingresos y menor
nivel educacional (Cooper, McLanahan, Meadows &
Brooks-Gunn, 2009; Lara-Cinisomo, Griffin & Daugherty, 2009; Bastos, Casaca, Nunes & Pereirinha,
2009). Múltiples estudios señalan el efecto negativo de estas variables en el desarrollo integral del
niño(a) y en la calidad vincular madre-bebé (Murray, Sinclair, Cooper, Ducournau & Turner, 1999;
Rodríguez, 2006; Figueredo, Costa, Pacheco & Pais,
2009; Stern, 1997).
En relación a la calidad vincular madre-bebé, los
estudios realizados por Huth-Bocks, Levendosky,
Bogat & Von Eye (2004), asocian monoparentalidad a cargo de la madre con el desarrollo de apego inseguro en los hijos(as). Estos hallazgos no son
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concluyentes, observándose en estudios chilenos
patrones de apego seguro en madres e hijos(as)
pertenecientes a familias monoparentales (Guillén,
2007). Estas diferencias pudieran explicarse a partir
de las redes sociales y afectivas con que la madre
cuenta, siendo frecuente en Chile que madres a cargo de sus hijos sin el apoyo del padre, se inserten
dentro de la familia extensa, como una forma de
compartir gastos, lograr apoyo afectivo y mejorar la
calidad de vida (Cerrutti y Binstock, 2009).
En relación a otros efectos de la monoparentalidad en el desarrollo infantil, algunos estudios
asocian esta configuración familiar en condiciones
de pobreza con bajo involucramiento parental en
las actividades escolares de hijos preescolares (Arnold, Zeljo & Doctoroff, 2008), repercutiendo esto
negativamente en el desempeño psicosocial de los
niños(as) (Filgueira y Peri, 2004). Esta asociación se
observa también en estudios chilenos que señalan
una relación entre pobreza y retraso en el desarrollo psicomotor en preescolares (Schonaut, Rojas y
Kaempffer, 2005; Propuestas del Consejo Asesor
Presidencial, Chile, 2006). Si bien los estudios vinculan la monoparentalidad a cargo de la madre con
dificultades en el desempeño escolar de los niños
pertenecientes a estas familias (Luisi y Santelices,
2000), las características individuales y la calidad
vincular con sus cuidadores primarios pueden también revertir esta situación o reducir el impacto
(Arancibia, 1996; Grant et al., 2003).
Otras investigaciones señalan relaciones significativas entre bajo ingreso familiar y baja respuesta
sensible en las madres frente a sus hijos (Pelchat et
al., 2003; Kemppinen et al., 2006), influyendo la pobreza de manera negativa en la calidad de las interacciones diádicas y del vínculo madre-hijo(a).
Estudios en muestras chilenas encontraron que
el bajo nivel educacional en las madres, frecuentemente observado en familias de N.S.E. bajo, afecta
negativamente la respuesta sensible frente a los
hijos (Valenzuela, 1997; Guillén, 2007), así como
otros estudios internacionales consideran el nivel
educacional materno como un buen predictor de
la capacidad materna de responder sensiblemente
a las señales de los hijos(as) (Pelchat et al., 2003;
Coppola et al., 2006).
A partir de los antecedentes anteriormente expuestos, se definieron los siguientes objetivos:
1. Describir, analizar y comparar la calidad de
las interacciones en díadas madre-bebé pertenecientes a familias monoparentales con
niños(as) con y sin asistencia a salas cuna, considerando la edad de ingreso en los niños(as)
que asisten.
2. Describir, analizar y comparar los aspectos cognitivos y afectivos de la interacción, así
como los descriptores específicos para las madres y los niños(as).
Se hipotetiza encontrar mayor calidad de la interacción en el grupo con asistencia a salas cuna, considerando que el apoyo institucional pudiera actuar
como una red protectora para las madres y sus hijos, especialmente en poblaciones vulnerables, contribuyendo la asistencia, positivamente, a la calidad
vincular. Si bien la asistencia a salas cuna pudiera
favorecer una adecuada calidad de la interacción
madre-hijo(a), la edad del niño(a) al momento del
ingreso sería una variable relevante, por lo que se
espera mayor calidad de la interacción en las díadas
con niños(as) ingresados después de los 6 meses de
edad.
Se espera, también, una correlación alta y positiva entre la respuesta sensible materna y la cooperatividad infantil en ambos grupos, por definirse estas
variables como un constructo diádico, en donde madre y bebé se influyen mutuamente.
En relación a los aspectos afectivos y cognitivos
de la interacción, se espera un predominio de los primeros por sobre los segundos, señalando estudios
recientes que el contacto físico, la mirada y el afecto
son privilegiados en el intercambio madre-hijo(a) en
familias chilenas de bajos ingresos (Santelices, Olhaberry, Pérez-Salas & Carvacho, 2010).
Método
Participantes
Participaron 80 díadas madre-bebé pertenecientes a familias monoparentales de los dos quintiles
más pobres de la población residentes en Santiago
de Chile, en las comunas de La Granja, La Pintana y
La Florida, formando parte de la muestra 40 díadas
en cada grupo. El grupo con asistencia a sala cuna
estuvo compuesto por 15 niñas (37,5%) y 25 niños
(62,5%), cuyas edades variaron entre los 4 y 15 meses con un promedio de 10,49 (SD = 3,21). El grupo
sin asistencia a sala cuna contó con 24 niñas (60%)
y 16 niños (40%) y sus edades variaron entre 4,6 y
14,7 meses con un promedio de 10,02 (SD = 2,68).
El promedio de edad de las madres del grupo con
asistencia a sala cuna fue de 25,63 años, teniendo
la menor 15 y la mayor 43 (SD = 8,39), y en el grupo
sin asistencia a sala cuna el promedio de edad de
las madres fue de 24,50 años, teniendo la menor 16
y la mayor 41 (SD = 6,24). Los criterios de inclusión
considerados para el estudio fueron, residir en alguna de las comunas señaladas, integrar una familia
monoparental de bajos ingresos a cargo de la madre
con al menos un hijo(a) entre 4 y 15 meses de edad.
Los criterios de exclusión usados fueron la presen-
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cia de alguna patología física y/o psiquiátrica diagnosticada en alguno de los miembros de la díada.
Las madres aceptaron participar voluntariamente en
el estudio, firmando previamente una carta de consentimiento informado.
Procedimiento
La presente investigación corresponde a un estudio transversal no experimental. Las comunas
de residencia de los participantes fueron seleccionadas considerando la pertenencia de las familias
a los dos quintiles más pobres de la población, la
cobertura de salas cuna públicas y el acceso a un
centro de salud público. Todas las salas cuna contaban con procedimientos de atención, infraestructura y relación adulto/niños(as) por sala semejantes,
existiendo un adulto por cada seis niños(as) en cada
centro. El tipo de jornada de los niños(as) con asistencia a centros de cuidado diurno fue semejante
en todas las salas cuna, variando entre 8 y 10 horas
diarias. Se seleccionó a las familias a partir de la información entregada por los directores y directoras
de las respectivas instituciones y se les invitó a participar de manera voluntaria. Se contactó telefónicamente a las familias que cumplían los requisitos
muestrales, monoparentales a cargo de la madre,
con al menos un hijo(a) menor de un año, ambos sin
patologías físicas y/o mentales diagnosticadas. Dos
madres rechazaron participar en el estudio, una del
grupo con asistencia a salas cuna y una del grupo
sin asistencia, aludiendo la primera a falta de tiempo, y la segunda, a dificultades para asistir a la evaluación.
Las evaluaciones fueron realizadas entre mayo y
agosto del año 2009, llevándose a cabo en el Centro
de Salud en el caso de las díadas sin asistencia a
sala cuna y en las salas cuna respectivas para las
díadas con niños(as) con asistencia.
Los niños y los adultos fueron evaluados en interacción con el instrumento CARE-Index (Crittenden,
2006), con el mismo set de juguetes y materiales en
todos los casos, realizándose primero la grabación
de vídeo de la díada en juego libre, y posteriormente, la recopilación de información. Se entregó un
juguete didáctico a cada díada participante y una
breve devolución sobre las fortalezas y debilidades
observadas en la interacción. Se derivó a los Centros de Salud respectivos a aquellas díadas evaluadas en riesgo, contando con la previa aceptación de
la madre.
Instrumento
Indice Experimental de Relación Niño-Adulto:
CARE-Index (Crittenden, 2006). Es un método de
evaluación de la interacción infante-adulto en condiciones no amenazantes, basado en la teoría del apego y desarrollado por P. Crittenden en 1997. El procedimiento de evaluación consiste en 3 a 5 minutos
de grabación de vídeo de interacción de juego libre
entre el adulto y el niño. El sistema de codificación
se basa en dos constructos diádicos principales, la
sensibilidad del adulto a las señales del niño(a) y la
cooperación del niño(a) con el adulto. La interacción
del adulto y del niño(a) es codificada de acuerdo a
7 variables (expresión facial, expresión verbal, posición y contacto del cuerpo, expresión de afecto, contingencias de toma de turnos, control y elección de
la actividad). Las cuatro primeras variables definen
los aspectos afectivos de la interacción, y las tres últimas, los aspectos cognitivos de esta. Cada adulto
y cada niño(a) es evaluado por separado en relación
a cada uno de estos siete aspectos del comportamiento de interacción. Cada una de estas 7 variables
puede ser puntuada con 2 puntos, pudiendo resultar un total de 14. Existen 3 descriptores específicos
para el adulto (sensible, controlador y no responsivo) y 4 para el niño(a) (cooperativo, difícil, compulsivo y pasivo).
Crittenden define una escala de sensibilidad
diádica que va desde 0 a 14 puntos, indicando 0-4
“riesgo”, 5-6 “inepto o inadecuado”, 7-10 “adecuado” y 11-14 “sensible”, utilizándose estos criterios
para evaluar la calidad de la interacción en el presente estudio. La autora define que puntajes bajo
7 requieren algún tipo de intervención, recomendando psicoeducación o intervención a corto plazo
para aquellas díadas con puntajes 5-6 y psicoterapia padres-infante para aquellas con puntajes 0-4.
Las codificaciones de los vídeos fueron realizadas
por una persona capacitada por la autora del instrumento, obteniendo una confiabilidad 0,8 en el curso
de entrenamiento.
Resultados
La respuesta sensible materna constituye un aspecto central en la calidad vincular madre-hijo(a),
mostrando los estudios existentes una asociación
entre esta variable, el nivel educacional y las redes
familiares maternas. A partir de estos antecedentes se considera la eventual relación entre estas
variables en los análisis previos. Se realizan análisis correlacionales utilizando el coeficiente Tau de
Kendall para evaluar la relación existente entre estas variables y la respuesta sensible materna en las
díadas del estudio. Contrariamente a los estudios
revisados, los análisis indican que en la muestra
total no existen relaciones significativas entre el nivel educacional materno, el número de adultos presentes en el hogar y la respuesta sensible materna.
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Estos resultados pudieran explicarse por la especial
vulnerabilidad y complejidad de la muestra, ya que
son familias de bajos ingresos, y además, con una
configuración monoparental, lo que probablemente
sobrecarga a la madre en su rol por, sobre los beneficios que pudiera generar la mayor escolarización
y la presencia de un mayor número de adultos viviendo con la díada. Los resultados de los análisis
correlacionales se presentan en la tabla 1.
Los análisis descriptivos en relación al género de
los niños participantes, al número de hermanos, al
nivel educacional materno, al número de adultos en
el hogar, al tiempo de permanencia de la madre en
casa y a la mantención o no de contacto con el padre
se presentan en la tabla 2.
El análisis descriptivo de los datos indica que
el promedio de la calidad de la interacción madrehijo(a) en las díadas con niños con asistencia a salas
cuna (M=6,60, SD=2,08) las ubica en la categoría
“inepto o inadecuado”, lo que indica necesidad
de algún tipo de intervención. En las díadas con
niños(as) sin asistencia a salas cuna el promedio de
Tabla 1. Análisis correlacional entre el nivel educacional materno, el número de adultos en el
hogar y la respuesta sensible materna
NIVEL EDUCACIONAL
MATERNO
Tau de Kendall
NÚMERO DE ADULTOS
EN EL HOGAR
Sens mater afect
Coeficiente de correlación
Sig. (unilateral)
0,113
0,201
-0,085
0,254
Sens mater cognit
Coeficiente de correlación
Sig. (unilateral)
0,106
0,217
0,061
0,317
Sens mater Total
Coeficiente de correlación
Sig. (unilateral)
0,160
0,114
-0,020
0,437
Tabla 2. Frecuencias y % de las variables sociodemográficas estudiadas en los Grupos sin
asistencia a sala cuna (n=40) y con asistencia a sala cuna (n=40), considerando en el segundo
grupo la edad de ingreso de los niños(as) (antes de los 6 meses n=15, y después de los 6
meses n=25)
GRUPO SIN ASISTENCIA A SALAS CUNA N=40
GRUPO CON ASISTENCIA A SALAS CUNA N=40
INGRESO < 6 MESES
(N=15)
VARIABLES
Género
FREC
Masculino
Femenino
Hermanos
No tiene
Uno o más
Nº adultos en el hogar
1
2o3
4, 5 o 6
7o+
Nº años educación formal madre
<8 años
8 años
12 años
>12 años
Tiempo de permanencia en casa
≥ medio día
< medio día
Contacto con el padre
SI
NO
%
FREC
%
INGRESO ≥ 6MESES
(N=25)
FREC
TOTAL N=40
%
FREC
%
16
24
40%
60%
10
5
66,7%
33,3%
15
10
60%
40%
25 37,5%
15 62,5%
20
20
50%
50%
7
8
46,7%
53,3%
12
13
48%
52%
19 47,5%
21 52,5%
2
17
17
4
5%
42,5%
42,5%
10%
4
5
6
0
26,6%
33,4%
40%
0%
5
9
11
0
20%
36%
44%
0%
9 22,5%
14 35%
17 42,5%
0
0%
5
12
23
0
12,5%
30%
57,5%
0%
1
5
8
1
6,7%
33,4%
53,3%
6,7%
1
8
12
4
4%
32%
48%
16%
2
5%
13 32,5%
20 50%
5 12,5%
31
9
77,5%
22,5%
9
6
60%
40%
14
11
56%
44%
23
17
57,5%
42,5%
27
13
67,5%
32,5%
12
3
80%
20%
19
6
76%
24%
31
9
77,5%
22,5%
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afectivos (t = - 2,009; p < 0,05), siendo mediano el
tamaño de efecto de la diferencia evaluado con d de
Cohen (d = 0,453). No existen diferencias significativas en los puntajes promedios de los grupos en los
items cognitivos (t = - ,232 ; p > 0,05), en el total de
sensibilidad (t = -,863; p > 0,05) en controladora (t
= 1,252 ; p > 0,05) y en no responsiva (t = -,209 ; p
> 0,05). Los promedios para cada uno de los grupos
en las dimensiones afectivas y cognitivas de la interacción para las madres y los niños(as) son presentados en la tabla 4.
Agrupando a las díadas según la edad de ingreso
a salas cuna de los niños(as), los análisis descriptivos muestran un promedio de la calidad de la interacción en aquellas con niños(as) ingresados a salas
cuna antes de los 6 meses de edad de M = 5,60, (SD
= 1,50), lo que los ubica en la categoría “inepto o inadecuado”, e indica necesidad de intervención. Las
díadas con niños(as) que ingresaron después de los
6 meses de edad muestran un promedio de la calidad de la interacción que los ubica en la categoría
“adecuado” (M = 7,20, SD = 2,10). En los descriptores específicos las madres de niños(as) ingresados
antes de los 6 meses a sala cuna obtienen un promedio de 5,60 puntos (SD = 1,50) en sensibilidad,
2,53 puntos (SD = 2,233) en controladora y 5,93
puntos (SD = 1,870) en no responsiva. Las madres
de los niños(as) ingresados después de los 6 meses a sala cuna obtienen un promedio de 7,20 puntos (SD = 2,10) en sensibilidad, 1,80 puntos (SD =
1,472) en controladora, y 4,68 puntos (SD = 2,304)
en no responsiva.
En los descriptores específicos para los
niños(as), aquellos que ingresaron a sala cuna antes de los 6 meses de edad, obtuvieron en promedio
5,07 puntos (SD = 2,15) en cooperatividad, 1,53 (SD
= 3,29) en compulsividad, 4,07 (SD = 3,47) en difícil, y 3,27 puntos (SD = 3,17) en pasividad. Los niños ingresados a sala cuna después de los 6 meses
de edad obtuvieron en promedio 7,28 puntos (SD =
2,45) en cooperatividad, 0,80 puntos, (SD = 1,60) en
compulsividad, 3,00 puntos (SD = 2,00) en difícil; y
2,92 (SD = 2,79) en pasividad.
la calidad de la interacción las ubica en la categoría
“adecuado” (M = 7,03, SD = 2,35), indicando una
interacción suficientemente buena. En los descriptores específicos, las madres del grupo con asistencia a salas cuna obtienen un promedio de 6,60 puntos (SD = 2,03) en sensibilidad, 2,08 (SD = 1,80) en
controladora y 5,15 (SD = 2,21) en no-responsiva; y
las madres del grupo sin asistencia a sala cuna 7,03
(SD = 2,35) en sensibilidad, 1,60 (SD = 1,58) en controladora y 5,25 (SD = 2,07) en no-responsiva. En
los descriptores específicos para los niños con asistencia a salas cuna, se observan promedios de 6,45
puntos (SD = 2,56) en cooperatividad, 1,08 puntos,
(SD = 2,36) en compulsividad, 3,40 puntos, (SD =
2,65) en difícil, y 3,05 puntos (SD = 2,90) en pasividad. Los niños sin asistencia a sala cuna obtuvieron
en promedio 6,73 puntos (SD = 2,53) en cooperatividad, 0,83 puntos (SD = 2,01) en compulsividad,
2,48 puntos (SD = 2,50) puntos en difícil, y 3,85 (SD
= 2,71) en pasividad.
La correlación entre sensibilidad materna y
cooperatividad infantil es positiva y alta, siendo r
= 0,891 (p<0,01) para las díadas con niños(as) con
asistencia a salas cuna y r = 0,869 (p<0,01) para las
díadas con niño(as) que no asisten, indicando que a
mayor sensibilidad, mayor es la cooperatividad del
niño en ambos grupos.
Al descomponer el puntaje de sensibilidad materna en los items afectivos y cognitivos que conforman la escala, es posible señalar que las diferencias
en sensibilidad entre las madres de los grupos con y
sin asistencia a salas cuna estarían dadas, principalmente, en los items afectivos, donde las madres de
niños(as) que no asisten tendrían puntajes significativamente mayores (M = 5,38, SD = 1,25) a los obtenidos por las madres de niños(as) con asistencia (M
= 4,80, SD = 1,30). Los resultados obtenidos en la
prueba t y los TE se muestran en la tabla 3.
La prueba t para muestras independientes indica que las madres de niños(as) sin asistencia a
salas cuna obtienen puntajes promedios significativamente más altos que las madres cuyos niños
asisten, en la calidad de la interacción en los items
Tabla 3. Prueba t y TE para la comparación de los aspectos cognitivos y afectivos de la interacción
sensible en las madres de los grupos con niños(as) con y sin asistencia a salas cuna
Items
afect.
Items
cogni.
ESTADÍSTICOS
POR
GRUPO
PRUEBA
t
PARA
IGUALDAD
Grupo
Promedio
SD
t
Gl
Con sala
4,80
1,305
- 2,009
Sin sala
Con sala
5,38
1,80
1,254
1,344
-0,232
Sin sala
1,88
1,539
DE
95% interv.
para la
Sig bilateral Diferencia de Error típ. De la
Inf.
medias
difer.
78
0,048
-0,575
0,286
-1,145
-0,005 0,45
78
0,817
-0,075
0,323
-0,718
0,568
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MEDIAS
de confían.
diferencia
Sup. TE
0,05
168
Marcia Olhaberry
Tabla 4. Promedios y SD en las dimensiones afectivas y cognitivas de la interacción en los
Grupos con y sin asistencia a salas cuna
DIMENSIONES
Sens. Materna items afectiv.
Sens. Materna items cognit.
Sens. Materna Total
Coop. Infant.items afectiv.
Coop. Infant items cognit.
Coop. Infantil Total
GRUPO
N
MÍNIMO
MÁXIMO
MEDIA
DESV. TÍPICA
Con asistencia a s. cuna
40
3
8
4,80
1,305
Sin asistencia a s. cuna
40
3
8
5,38
1,254
Con asistencia a s. cuna
40
0
4
1,80
1,344
Sin asistencia a s. cuna
40
0
5
1,88
1,539
Con asistencia a s. cuna
40
3
11
6,60
2,036
Sin asistencia a s. cuna
40
3
12
7,03
2,359
Con asistencia a s. cuna
40
2
8
4,40
1,566
Sin asistencia a s. cuna
40
1
8
4,68
1,639
Con asistencia a s. cuna
40
0
4
2,05
1,300
Sin asistencia a s. cuna
40
0
5
2,05
1,358
Con asistencia a s. cuna
40
2
12
6,45
2,562
Sin asistencia a s. cuna
40
2
12
6,73
2,532
La correlación entre sensibilidad materna y cooperatividad infantil continúa siendo alta y positiva
al agrupar a las díadas con asistencia a sala cuna
según su edad de ingreso (antes y después de los
6 meses de edad del niño(a)), siendo r = 0,826
(p<0,01) para las díadas con ingreso antes de los
seis meses de edad del niño(a) y r = 0,892 (p<0,01)
para las díadas con niños(as) que ingresan después
de los 6 meses, indicando que a mayor sensibilidad,
mayor es la cooperatividad del niño.
La prueba t para muestras independientes al interior del grupo con asistencia a sala cuna, indica
que las díadas cuyos niños(as) ingresaron a sala
cuna después de los 6 meses de edad muestran
interacciones significativamente de mayor calidad
que las díadas cuyos niños(as) ingresaron antes de
los 6 meses, con tamaños de efecto medianos y altos evaluados con d de Cohen. Las madres de los
niños(as) que ingresaron después de los 6 meses de
edad obtienen promedios significativamente mayores en sensibilidad total t (36,679 = 2,797; p < 0,01);
d = 0,876), en sensibilidad en items cognitivos t
(38) = - 2,30; p < 0,05; (d = 0,764), en cooperatividad total t (38) = - 2,88; p < 0,05; (d = 0,95) y en
cooperatividad en items cognitivos t (38) = - 2,02;
p < 0,05; (d = 0,683) y afectivos t (38) = - 2,97; p
Tabla 5. Prueba t y TE para la comparación de la respuesta sensible materna y la
cooperatividad infantil al interior del grupo con asistencia a salas cuna según edad de ingreso
ESTADÍSTICOS
Sens afec
Sens cogn
Sens Total
Coop afec
Coop cogn
Coop Total
POR
GRUPO
PRUEBA
t
PARA
IGUALDAD
DE
MEDIAS
95% DE CONFÍAN.
INTERV. DIFERENCIA
PARA LA
INF.
SUP. TE
GRUPO
PROMEDIO
SD
t
GL
SIG
BILATERAL
DIFERENCIA DE
MEDIAS
ERROR TÍP. DE LA
DIFEREN.
< 6m
≥ 6m
< 6m
≥ 6m
< 6m
≥ 6m
< 6m
≥ 6m
< 6m
≥ 6m
< 6m
> 6m
4,40
5,04
1,20
2,16
5,60
7,20
3,53
4,92
1,53
2,36
5,07
7,28
1,35
1,24
1,20
1,31
1,50
2,10
1,30
1,49
1,06
1,35
2,15
2,45
-1,52
38
0,135
-0,640
0,419
-1,48
0,208
0,49
-2,30
38
0,027
-0,960
0,416
-1,80
0,117
0,76
-2,79
36,67
0,008
-1,60
0,572
-2,75
-0,441 0,87
-2,97
38
0,005
-1,38
0,467
-2,33
-0,442 0,99
-2,02
38
0,050
-0,827
0,409
-1,65
0,001
-2,88
38
0,006
-2,21
0,768
-3,76
-0,659 0,95
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0,68
Calidad de la Interacción Madre-Hijo(a), Asistencia a Salas Cuna y la Importancia de la edad de Ingreso: Estudio comparativo en familias monoparentales...
< 0,05; (d = 0,994). La diferencia de promedios no
es significativa en los descriptores controladora y
no-responsiva y difícil, compulsivo y pasivo en los
niños. Los resultados obtenidos en la prueba t y los
TE para la comparación de la sensibilidad materna
y la cooperatividad infantil al interior del grupo con
asistencia a salas cuna se presenta en la tabla 5.
Discusión
Se aprecian tendencias semejantes en los descriptores predominantes en las díadas madreniño(a) con y sin asistencia a sala cuna, mostrando
ambas predominio de “sensibilidad”, principalmente, en los aspectos afectivos, y “no responsiva” en
la interacción, aunque los puntajes en el descriptor
“controladora” son mayores en las madres de niños
que asisten a sala cuna y los puntajes en el descriptor “no responsiva” son mayores en las madres cuyos niños no asisten a sala cuna.
Complementario a esto, los niños del grupo con
sala cuna presentan promedios más altos en los descriptores “difícil” y “compulsivo”, y más bajos en los
descriptores “pasivo” y “cooperativo” que los niños
sin asistencia a sala cuna. A pesar de las diferencias
mencionadas, la única que resulta estadísticamente
significativa es la mayor sensibilidad en los aspectos afectivos de la interacción en las madres con
hijos(as) sin asistencia a salas cuna. Contrariamente
a lo esperado en las hipótesis iniciales del estudio,
la asistencia a salas cuna no favorece la calidad de
la interacción madre-hijo(a).
Esta diferencia pudiera explicarse a partir de dos
hipótesis: la primera considera que las madres de
ambos grupos pertenecen a las mismas comunas y
cuentan con acceso facilitado a salas cuna públicas
por ser jefas de hogar en familias monoparentales
de bajos ingresos económicos, por lo que, probablemente, aquellas con mayor calidad vincular con sus
hijos(as) pudieran postergar el ingreso a sala cuna,
a pesar del costo material y emocional que esto les
pudiera generar. Esto haría pensar que, probablemente, la calidad de la interacción en estas díadas
pudiera ser mayor en los aspectos afectivos, aun
si comparáramos ambos grupos antes del ingreso
a sala cuna. De esto se podría desprender que, tal
vez, la mayor o menor calidad de la interacción en
los aspectos afectivos pudiera ser previa al ingreso
a salas cuna, y por lo tanto, no responder a un efecto del tipo de cuidado alternativo recibido por los
niños(as).
Una segunda hipótesis referida a las condiciones
contextuales de la díada, pudiera también explicar
estos resultados a partir de la falta de redes familiares presentes para apoyar a la madre en las ac-
tividades asociadas a la crianza, especialmente en
familias monoparentales. Esto se ve reflejado en el
menor número de adultos con que la díada convive en el grupo con asistencia a sala cuna, pudiendo
responder la asistencia de los niños(as) a un centro
de cuidado a una necesidad de la madre más que
a una elección. Por otro lado, conocidos son los
efectos y la importancia del nivel educacional de la
madre en la calidad vincular con sus hijos(as) y en
la mejora de las condiciones de vida familiar, observándose en el grupo con asistencia a salas cuna un
mayor número de años de estudio en las madres. Si
bien no se observan correlaciones significativas entre el nivel educacional materno y la calidad de la interacción madre-hijo(a), es posible que la asistencia
a salas cuna favorezca los estudios en las madres, y
esto, la posterior obtención de trabajos mejor remunerados, lo que pudiera repercutir en el largo plazo,
positivamente, en la calidad vincular madre-hijo(a)
a partir de la reducción del estrés y la mejora en la
calidad de vida. Se requieren estudios longitudinales en muestras de características semejantes para
verificar estas hipótesis.
Si bien las diferencias encontradas en la calidad
de las interacciones de los grupos de díadas evaluadas con y sin asistencia a salas cuna son estadísticamente significativas, y el tamaño del efecto de estas
diferencias es mediano, las muestras son pequeñas,
requiriéndose nuevos estudios en muestras de mayor tamaño para su confirmación.
Por otro lado, los análisis realizados al interior
del grupo con sala cuna, agrupado de acuerdo a la
edad de ingreso antes o después de los 6 meses, resultan relevantes. En estos análisis se observa una
mayor calidad vincular en las díadas que ingresan
después de los 6 meses de edad de los niños(as),
mostrando una mayor “sensibilidad” y “cooperatividad” en sus aspectos cognitivos y afectivos que el
grupo de díadas cuyos niños(as) ingresaron antes de
los 6 meses a sala cuna. Muestran, también, promedios más bajos en “controladora” y “no-responsiva”
las madres, y “difícil”, “pasivo” y “compulsivo” los
niños(as). De estas diferencias, son estadísticamente significativas la “sensibilidad” materna total y la
“sensibilidad” en los aspectos cognitivos, así como
la “cooperatividad” total en los niños, y en los items
cognitivos y afectivos. Estas diferencias muestran
tamaños de efecto grandes para la “sensibilidad”
materna total, la “cooperatividad” infantil total y
la “cooperatividad” infantil en los aspectos afectivos de la interacción. Las diferencias significativas
restantes (sensibilidad materna en los aspectos
cognitivos, y cooperatividad infantil, también en los
aspectos cognitivos), presentan tamaños de efectos
medianos. Resulta importante destacar, además,
que la calidad de la interacción en las díadas con hi-
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169
2 AGOSTO 2011 DE CLÍNICA PSICOLÓGICA
170
Marcia Olhaberry
jos ingresados antes de los 6 meses a sala cuna se
ubica en el rango de intervención, requiriendo apoyo psicoeducativo.
El ingreso a salas cuna antes de los 6 meses
con jornadas entre 8 y 10 horas diarias para los
niños(as), deja muy poco espacio y tiempo para el
contacto y la interacción cotidiana madre-hijo(a),
obstaculizando, probablemente, esta circunstancia
el logro de un adecuado vínculo. En este sentido, el
ingreso después de los 6 meses permite un tiempo
inicial de conocimiento mutuo e intercambio en la
díada que pudiera favorecer la calidad vincular y generar mejores condiciones para enfrentar la separación que implica la asistencia a salas cuna.
Por otro lado, el que las madres con y sin asistencia a salas cuna presenten como segundo descriptor predominante “no responsivo”, nos alerta
sobre posible sintomatología depresiva, variable
que en algunas investigaciones se plantea interactuando con la respuesta sensible materna y afectándola negativamente (Friedman & Boyle, 2008).
Esto resulta consistente con los estudios revisados
en relación a monoparentalidad, que señalan que la
mayor presencia de sintomatología depresiva en las
madres pudiera interferir la capacidad de leer, interpretar y atender adecuadamente las señales de sus
hijos(as) (Lara-Cinisomo, Griffin, Daugherty, 2009;
Bastos, Casaca, Nunes & Pereirinha, 2009).
Si bien esta variable no fue considerada en este
estudio, alerta sobre la necesidad de considerarla
en investigaciones posteriores.
Esto nos lleva a hipotetizar que cuando las madres de ambos grupos no logran una adecuada respuesta sensible con los niños(as), sus dificultades
se centran en fallas para reconocer y responder
adecuadamente a las señales del niño(a), por estar,
probablemente, centradas en sus propias vivencias
y perspectiva más que en la conducta y el estado general del niño(a). Si bien no se reporta en los resultados, las madres del estudio muestran conductas
no responsivas abiertas y encubiertas, caracterizándose las abiertas por entregar poca información al
niño, lo que le dificulta organizarse en la interacción
por no saber qué esperar, y las encubiertas por la
discordancia entre la interacción feliz que el adulto muestra y el infante que no se observa contento,
teniendo ambas formas de interacción efectos diferenciales en los niños.
El puntaje levemente más alto en el descriptor
“controlador” en las madres de niños(as) con asistencia a sala cuna, en comparación con las madres
de niños(as) sin asistencia, pudiera explicarse por
las exigencias de orden y estructura que implica preparar todos los días a un niño pequeño para asistir
a un centro de cuidado. El cumplimiento de horarios, que generalmente va ligado a la jornada laboral de la madre, probablemente exige presionar en
algún grado al niño, y en este sentido, implica una
mayor activación y directividad en la interacción,
lo que deja menos espacio para las necesidades
del niño(a). Las madres del grupo sin sala cuna, en
un mayor porcentaje se encuentran en casa tiempo completo o tienen trabajos a tiempo parcial, lo
que no hace necesario generar estructuras rígidas
de funcionamiento que impliquen controlar excesivamente la interacción con sus hijos. Lo anterior
permite, también, comprender la interacción madrehijo(a) como parte de estrategias adaptativas de sobrevivencia, donde la legislación en torno al postnatal, la precariedad económica y el estrés de integrar
una familia monoparental pueden explicar las fallas
en la calidad de la interacción como parte del proceso de adaptación a una realidad difícil.
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Abstract: The study is about the quality of mother-child
interactions in Chilean, single-mother, low-income families,
considering the children’s attendance to day nurseries and their
starting age before and after they are 6 months old. The sample is
of 80 dyads, with children between the 4 and 15 months old, and
the quality of the interactions is evaluated with the Care-Index
instrument. The dyads without attendance to day nurseries show
higher quality interactions on the affective aspects, with a middle
effect size. The dyads with children starting attendance before
becoming six months old show significantly inferior quality
interactions to the ones observed in the dyads of children who
started attending after that age, medium and large effect sizes.
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Recibido: 22-6-10
Aceptado: 14-10-10
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