A y S, tomo 41, pág. 292/307 En la ciudad de Santa Fe, a los 5 días del mes de diciembre de dos mil catorce, se reunieron en acuerdo los señores Jueces de la Cámara de lo Contencioso Administrativo N° 1, doctores Luis Alberto De Mattia y Alfredo Gabriel Palacios, con la presidencia del titular doctor Federico José Lisa, a fin de dictar sentencia en los autos caratulados “NUEVA CHEVALLIER S.A. contra MUNICIPALIDAD DE RAFAELA sobre RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO” (Expte. C.C.A.1 n° 14, año 2010). Se resolvió someter a decisión las siguientes cuestiones: PRIMERA: ¿es admisible el recurso interpuesto?; SEGUNDA: en su caso, ¿es procedente?; TERCERA: en consecuencia, ¿qué resolución corresponde dictar?. Asimismo se emitieron los votos en el orden que realizaron el estudio de la causa, o sea doctores Palacios, Lisa y De Mattia. A la primera cuestión, el señor Juez de Cámara doctor Palacios dijo: I.1. La empresa “Nueva Chevallier S.A.” deduce recurso contencioso administrativo contra la Municipalidad de Rafaela, tendente a obtener la declaración de “ilegalidad e ilegitimidad” de la resolución 11.710/09 dictada por el Intendente de Rafaela, mediante la cual se declaró improcedente el recurso de reconsideración interpuesto contra la resolución que determinó los montos debidos por Derecho de Registro, Inspección e Higiene emitida el día 20.8.2009 por la Dirección de Finanzas; como así también que se declare la “ilegalidad e ilegitimidad” de la pretensión de la Municipalidad de Rafaela consistente en cobrar una suma de dinero por el citado tributo. Luego de referir al cumplimiento de los requisitos formales de admisibilidad del recurso, relata que después de haber rechazado las dos intimaciones que le fueron cursadas por la Municipalidad de Rafaela a fin de que proceda a inscribirse en los registros municipales y presente la documentación necesaria para determinar el Derecho de Registro, Inspección e Higiene por los períodos 01/2003 al 08/2008 inclusive, bajo apercibimiento de ser sancionada con las multas previstas en la ordenanza tributaria 4218/08, recibió la determinación de oficio y posterior liquidación del referido tributo por la suma de $ 3459,80. Que contra dicha determinación de oficio interpuso recurso de reconsideración siendo el mismo rechazado mediante resolución 11.710/09. Con relación a la ilegalidad del acto administrativo recurrido indica que se trata de una empresa dedicada al transporte interjurisdiccional de pasajeros cuya actividad está exenta de tributar tasas de carácter municipal; que son fundamento de dicha excepción las leyes provinciales 2449 -Reglamento del Uso de los Caminos para el Servicio Público de Transporte- y 2499 (de prolongación de recorridos), los incisos 12, 13, 18 y 19 del artículo 75 de la Constitución nacional, y la ley 12.346 (Ley General de Coordinación de Transporte de Pasajeros), específicamente su artículo 3. Explica que del citado régimen legal surge la sujeción del transporte interjurisdiccional que brinda a la normativa federal regulatoria del servicio público, como así también la imposibilidad de las jurisdicciones locales de afectar el servicio mediante la introducción de servicios que se superponen parcialmente con aquellos de competencia federal, o mediante la imposición de tasas, derechos, tarifas, precios o impuestos que pudieren afectar la prestación del servicio, encareciéndolo notoriamente. Cita un fallo de la Corte nacional en el que se expresa la necesidad de preservar el comercio interprovincial de los gravámenes discriminatorios de la superposición de recursos locales y de los que encarezcan su desenvolvimiento. Aduce que las razones de la concentración de la regulación del transporte interjurisdiccional en el gobierno nacional están dadas por la necesidad de evitar que las actividades interjurisdiccionales puedan ser obstruidas, obstaculizadas o impedidas por los estados provinciales, lo cual conspiraría contra la unidad del sistema federal y su regular funcionamiento. Cita y transcribe parte del fallo de la Corte nacional “Municipalidad de Rosario c/ Empresa Ablo S.R.L. S/ Apremio”, y destaca que en virtud de dicho fallo la Municipalidad de Rosario dictó los decretos 2161 y 2579 mediante los cuales suspendió la vigencia de todas las obligaciones tributarias y sus accesorios referidos al Derecho de Registro e Inspección adeudadas por empresas interprovinciales de pasajeros. Entiende que la resolución impugnada vulnera el principio de supremacía constitucional consagrado por el artículo 31 de la Constitución nacional; y se contrapone expresamente a normas federales que específicamente regulan la materia, además de no encontrar contraprestación alguna por parte de la Municipalidad de Rafaela, no guardar relación con el costo del servicio que retribuye ni adecuarse a su capacidad contributiva. Cita la causa “Laboratorios Raffo c/ Municipalidad de Córdoba” de la Corte nacional, y argumenta en torno al fundamento de las tasas, es decir, costear los servicios concretos y específicos en relación a las personas que los utilizan y a quienes en primer término se prestan. Precisa que la resolución 11.710/09 adolece de vicios en sus elementos causa y objeto, tratándose de un acto administrativo nulo de nulidad absoluta. En cuanto al vicio en la causa precisa que en la resolución impugnada la Municipalidad demandada invocó fundamentos falsos tales como que su parte ejerce actividad comercial en el ejido municipal al existir locales comerciales en la ciudad de Rafaela; que no existen tales locales; que, además, al referir la accionada que su parte acepta las disposiciones pertinentes al régimen de impuestos a los ingresos brutos entremezcla el régimen de los ingresos brutos provinciales con la pretensión de cobrar la tasa municipal, cuando en realidad se trata de regímenes que en nada se condicen; que no es cierto que reconozca y acepte las pretensiones de las provincias de cobrar sobre su actividad impuestos a los ingresos brutos. Cita y transcribe parte del fallo de la Corte nacional “Transporte Automotores La Estrella S.A. c/ Provincia de Río Negro s/ Acción declarativa”. Que, asimismo, la resolución 11.710/09 aseveró falazmente que mi parte realizó afirmaciones conjeturales en el recurso de reconsideración por no haber demostrado de qué manera afectaría el servicio la imposición tributaria; que es evidente que a una empresa dedicada al transporte interjurisdiccional de pasajeros -que en su recorrido atraviesa numerosas localidades y vende pasajes en las distintas terminales- no puede legítimamente exigírsele que tribute en cada una de las localidades por las que transita por cuanto devendría antieconómica la prestación del servicio; que este tipo de transporte se encuentra fuertemente regulado por autoridades nacionales las cuales fijan lo concerniente a la actividad, recorridos y tarifas sin tomar en consideración las tasas que la Municipalidad de Rafaela pretende cobrar y sin que las empresas prestatarias puedan fijarlas privadamente; que los cálculos de costos de explotación que la Secretaría de Transporte de la Nación realiza no incluyen, ni puede incluir, la gran variedad de gabelas que los gobiernos provinciales o municipales aplican a su comercio local o interno, lo contrario haría imposible la financiación del servicio y lo tornaría antieconómico. Explica que su parte no consintió el tributo que pretende cobrar el municipio demandado, y que en las actuaciones administrativas previas explicitó los motivos y se opuso expresamente a la aplicación del tributo. Señala que la resolución impugnada omitió considerar el argumento consistente en la falta de contraprestación de servicio por parte de la Municipalidad de Rafaela; que la demandada no realiza servicio alguno por el cual mi parte se beneficie al no existir en su radio urbano ningún local al que el municipio deba inspeccionar. Concluye precisando que los fundamentos de hecho y de derecho vertidos en el acto impugnado “carecen de toda validez o son falsos”, razón por la que el vicio patente en el elemento causa es lo suficientemente grave como para determinar la nulidad del acto. En cuanto al vicio en el elemento objeto explica que la resolución cuestionada se contrapone directamente con la normativa de carácter federal y provincial, violando la ley aplicable al transporte interjurisdiccional de pasajeros. Ofrece prueba, plantea la cuestión constitucional; y pide -en suma- se haga lugar a la demanda deducida, con costas. 2. Declarada la admisibilidad del recurso (f. 75), comparece la Municipalidad de Rafaela (f. 90) y contesta la demanda (fs. 111/118 vto.). Luego de efectuar una negativa de los hechos y del derecho invocados por el actor, de argumentar en torno al Derecho de Registro, Inspección y Salubridad y a los requisitos necesario para el cobro del mismo, señala que la actora ejerce efectivamente actividad comercial gravada en el ejido municipal cumpliéndose con el elemento territorial exigido por el artículo 26 de la ordenanza tributaria 4125. Observa que los servicios que presta son los establecidos en el artículo 25 de la citada ordenanza no siendo procedente la argumentación de la actora consistente en la inexistencia de un servicio prestado; que toda la estructura municipal y la afectación presupuestaria organizados en torno a la prestación de los servicios que por dicho tributo se imponen, responden a las previsiones de las ordenanzas aplicables y de la número 4125. Aduce que la empresa actora se mostró reticente a sus requerimientos a los fines de la inscripción en los registros municipales y se negó a acompañar la documentación necesaria para la verificación del desarrollo de su actividad necesaria para determinar el tributo; que procedió a inscribir de oficio a la actora y remitió un requerimiento de información frente al cual la empresa actora guardó silencio. Explica que las liquidaciones preliminares y la posterior determinación de oficio fueron calculadas conforme a los mínimos establecidos para cada año de acuerdo a la ordenanza tributaria vigente en cada hecho imponible, lo que descarta el argumento actoral consistente en que el monto del tributo no guarda relación con el costo del servicio que se retribuye. Relata que la actora reviste carácter de contribuyente interjurisdiccional de acuerdo a las previsiones del Convenio Multilateral -régimen al que la empresa está suscrita-; que asimismo está inscripta como contribuyente de ingresos brutos de la Provincia de Santa Fe desde el día 6.6.2000, en estado activo, con actividades declaradas de “servicios de transporte automotor interurbano” y “transporte automotor de carga”. Transcribe el artículo 9 del Convenio Multilateral y dice que si bien la actora reconoció su validez y se sometió voluntariamente al mismo, manifiesta estar sujeta exclusivamente a disposiciones de carácter federal, en cuyo ámbito las jurisdicciones provinciales y municipales no tendrían injerencia. Refiere que no existe superposición de servicios, dado que los prestados por el Estado Nacional a la actividad de transporte público obedecen a cuestiones relativas a la regularidad, otorgamiento de permisos y coordinación del servicio de transporte; que los servicios municipales que por la tasa de Registro e Inspección se prestan responden a cuestiones de salubridad, higiene y seguridad (cuestiones de competencia municipal) de determinados aspectos de la actividad comercial. Considera que no existe riesgo de que la actividad sea perjudicada, obstruida o encarecida al punto de impedir o dificultar su desarrollo, en la medida en que las distintas jurisdiciones dentro de las cuales la actora presta actividad ejerzan sus facultades tributarias dentro de la esfera de su competencia, dado que no existirá doble o múltiple imposición atento a la existencia de normas expresamente sancionadas para preservar una distribución tanto de la base imponible como de la carga tributaria del contribuyente, evitando la superposición de tributos. Precisa que no se configura un supuesto de tributación discriminatoria, por cuanto las normas provinciales que habilitan la implementación de la tasa de registro, inspección e higiene, como las ordenanzas municipales que las efectivizan, no hacen diferencias en cuanto al origen del contribuyente, destino del pasaje u origen o destino de las mercaderías. Arguye que en los fallos citados por la contraria se debaten cuestiones distintas a las del presente. Expone que la Provincia de Santa Fe al suscribir el Convenio Multilateral, en cuanto permite tomar y distribuir la base imponible a los fines de liquidar los tributos comprendidos en dicho acuerdo, derogó tácitamente la aplicación de la ley 2449 en dicho aspecto, en tanto se trata de una norma específica posterior. Agrega que, en el hipotético caso de considerar que no se interrumpe la vigencia en el tiempo de la ley provincial 2449, la base imponible tomada en cuenta para la aplicación del tributo son los ingresos brutos generados dentro de la jurisdicción del municipio, no tratándose de una alícuota o importe atados a los boletos de transporte o a los vehículos o abastecimiento alguno, tal como está establecido en la ley 2449. Observa que el artículo 107 de la Constitución provincial establece que los municipios tienen las facultades necesarias para una eficaz gestión de sus intereses locales, a lo que la ley los proveerá de los recursos financieros suficientes, y en particular a este fin, pueden “crear, recaudar y disponer libremente de recursos propios provenientes de loas tasas y demás contribuciones que establezcan en su jurisdicción”. Con relación a la resolución 11.710/09 indica que la misma está debidamente emitida y motivada; que no es cierto que la actora no ejerció ni ejerce actividad en Rafaela. Introduce la cuestión constitucional y solicita -en síntesis- se rechace el recurso interpuesto, con costas. Abierta la causa a prueba (f. 11), y producidas las que constan en el expediente, alegan las partes sobre el mérito de la causa (fs. 332/336 340 vto. y 337/340 vto.). Dictada (f. 342) y consentida la providencia de autos, queda la presente en estado de ser resuelta. 3. De conformidad al artículo 23, inciso a) de la ley 11.330, corresponde emitir pronunciamiento sobre la admisibilidad del recurso. Al respecto, no se han invocado, ni se advierten, razones que justifiquen apartarse del auto obrante a foja 75 (A. y S. T. 22, pág. 308). Voto, pues, por la afirmativa. A la misma cuestión, los señores jueces de Cámara doctores Lisa y De Mattia coincidieron con lo expresado por el señor Juez de Cámara doctor Palacios, y votaron en igual sentido. A la segunda cuestión el señor Juez de Cámara doctor Palacios dijo: II. La recurrente demanda la anulación de la resolución n° 11.710/09, por la cual la Administración confirmó la determinación de la deuda por el Derecho de Registro, Inspección e Higiene emitida el día 20.8.2009, por su notoria ilegitimidad e irrazonabilidad, con fundamento que se trata de una empresa que tiene por giro comercial el transporte interjurisdiccional de pasajeros, y por ende, exenta de tributar tasas de carácter municipal 1. Para ello, en primer lugar, entiende que dicha exención resulta de la aplicación de las leyes provinciales nros. 2449 y 2499 y la ley nacional 12.346. Las normas provinciales en cuestión refieren, la primera, a la reglamentación del “uso de los caminos para el servicios público de transporte”, y la segunda, reglamentaria del “servicio público de transporte de colectivos de pasajeros en vehículos automotrices”. Específicamente, la recurrente invoca los artículos 14 y 17, de las leyes 2449 y 2499 respectivamente, según los cuales los municipios están impedidos de gravar “con patentes, derechos o tasas, los vehículos, boletos de pasajeros y cargas, abastecimientos de empresarios o particulares, cuando estos hagan un recorrido por dos o más comunas y tengan concesión o permisos otorgados de acuerdo a las disposiciones de la presente Ley”; como así tampoco “podrán exigir a los empresarios el cumplimiento de las disposiciones vigentes dentro de sus respectivas jurisdicciones, referentes a tráfico público y dictar normas respecto al estacionamiento y locales destinados a parada de los vehículos, pero esas normas no podrán gravar ni obstaculizar los servicios provinciales o interprovinciales comprendidos en esta reglamentación”. En tales condiciones las normas de marras refieren a regulaciones específicas vinculadas con el uso de los caminos y del servicio de transporte, materias ajenas al hecho imponible que genéricamente tipifica el Derecho de Registro, Inspección e Higiene. Tal como se encuentra descripto en las normas respectivas, de lo que se trata es evitar que estos entes graven los mismos hechos vinculados a materias que son de la competencia de la Provincia de Santa Fe, y que de algún modo interfieran u obstaculicen el ejercicio de la actividad en cuestión. Similar consideración merece el pretendido alcance de la invocada ley nacional 12.346 -de creación de la “Comisión nacional de Coordinación de Transportes”, específicamente de su artículo 3, según el cual “ Las provincias y municipalidades podrán reglamentar el tráfico de pasajeros, encomiendas o cargas en servicios locales cuyos puntos terminales estén situados dentro de su territorio, cualesquiera que sean los caminos que utilice, pero esas reglamentaciones no podrán afectar los transportes interprovinciales regidos por la presente ley y sus disposiciones reglamentarias. En ningún caso las empresas de transporte por camino quedarán sujetas a más de una jurisdicción, salvo el derecho que corresponde a las municipalidades para fijar recorridos y reglamentar el tráfico dentro de la zona urbana del municipio”. Al respecto, la Corte nacional se ha pronunciado en el sentido que la disposición en cuestión sólo se refiere al ejercicio del poder de policía y no al de imposición, por ende, que no es restrictivo de potestad tributaria alguna (Fallos: 306:516; 327:5147). En definitiva, no pasan inadvertidas las claras diferencias en torno al hecho imponible del Derecho de Registro, Inspección e Higiene y el servicio público de transporte, tal como se desprende del artículo 25 de la ordenanza n° 4125 de la Municipalidad de Rafaela, según el cual: “La prestación de servicios existentes y aquellos que se crearen en el futuro: zonificación; estadísticas; higiene; salubridad y bromatología; seguridad, control, organización y coordinación del transporte y del tránsito; asistencia social; promoción e integración comunitaria; apoyatura a la educación pública, a la formación técnica y administrativa de recursos humanos; apoyatura y fomento de actividades económicas en todas sus formas; y todos aquellos que faciliten o promuevan el ejercicio, desarrollo y consolidación dentro de este Municipio, de las actividades industriales, comerciales, de servicios, profesionales, artesanales y, en general, cualquier otro negocio, generan a favor de esta Municipalidad el derecho a percibir la contribución legislada en el presente Capítulo”. Tampoco escapa a este análisis que con posterioridad a la vigencia de las normas provinciales aludidas, la Provincia de Santa Fe sancionó otras dos de directa relación con la cuestión y que habilitan la potestad de los municipios en la materia. Se trata de las leyes 8159 y 8173, por las cuales la Provincia adhiere al Convenio Multilateral del 18.8.1977 y aprueba el Código Fiscal Municipal, respectivamente. Ambas legislaciones reconocen la potestad de los municipios en materia tributaria, específicamente, la de establecer en sus respectivas jurisdicciones, entre otros, el llamado “derechos de registro e inspección” (ley 8159, artículos 9 y 35 Convenio Multilateral; artículos 76, siguientes y concordantes, ley 8173). Es más, el Alto Tribunal nacional ha establecido que las leyes-convenio, entre ellas el régimen de coparticipación federal y el Convenio multilateral ratificado por medio de las legislaturas provinciales, forman parte del derecho público provincial (Fallos: 316:324; 332:1007; “Automotores Juan Manuel Fangio, A. 1014. XLV, del 14.5.2013; “Frigorífico de Aves Soychu SAIF”, F. 509. XLV, del 14.5.2013). Por su parte, la Corte local, al referir a la ratificación del Convenio Multilateral en el orden provincial por la ley 8159, se ha pronunciado en el sentido que “al suscribir dicho convenio las provincias no sólo se limitaron a regular los aspectos concernientes a los tributos de orden provincial, sino que también avanzaron sobre cuestiones referidas a los gravámenes que pueden imponer los municipios y que tienen directa vinculación con aquellos tributos provinciales. Por lo tanto, en materia del derecho de registro e inspección, las normas de dicho Convenio Multilateral deben ser coordinadas con la normativa local” (A. y S. T. 128, pág. 235). En tales condiciones, no se observa que la demandada, con la sanción de la ordenanza 4125 haya excedido sus potestades tributarias, las que, conforme lo anteriormente dicho, se ha ajustado a la normativa local aplicable. 2. Definido ello, habrá de abordarse, en segundo lugar, el agravio de la actora referido a que la imposición de la tasa pretendida puede afectar la prestación del servicio, incidiendo en el comercio interprovincial ante el riesgo de verse sometida a una múltiple imposición -local y nacional- que la obstruya o encarezca. El planteo de la recurrente soslaya los alcances de las normas locales aplicables. En efecto, el artículo 25 de la ordenanza 4125 define inequívocamente el hecho imponible del Derecho de Registro, Inspección e Higiene, alcanzando “Los actos y operaciones derivados del ejercicio de la industria, el comercio, las prestaciones de servicios, profesiones universitarias realizadas en forma de empresa, y toda otra actividad desarrollada a título oneroso, lucrativo o no, cualquiera fuere la naturaleza jurídica del sujeto que la llevare a cabo, con la condición de que se origine y/o realicen en el ejido municipal, generarán por cada oficina, establecimiento, local de venta o desarrollo de la actividad, montos imponibles gravados por este Derecho. La no tenencia de local no implica la exención de pago del mismo. Para aquellos casos en que no se declare la tenencia de local, se considerará como tal el domicilio real del contribuyente. También estará incluido el desarrollo de actividades gravadas en forma accidental, o susceptible de habitualidad o potencial, aún cuando fuese ejercida en espacios físicos habilitados por terceros. Cuando se desarrolle la misma actividad en distintos locales, los responsables podrán tributar bajo un único número de cuenta, debiéndose respetar el derecho mínimo para cada local en caso de no superarlos, y manifestándolo por escrito al departamento respectivo. Se encuentra comprendida toda actividad desarrollada en el ejido municipal cuando a través de representantes oficiales o no, generen ingresos a través de facturación”. Por su parte, el artículo 27 fija la base imponible del derecho que “se liquidará, salvo disposiciones especiales, sobre el total de los ingresos brutos devengados en la jurisdicción del municipio, correspondiente al período fiscal considerado, y por el cual el contribuyente o responsable debe dar cumplimiento a la obligación tributaria”. Más aún, la ordenanza contempla expresamente la situación de aquellos contribuyentes “del presente derecho que se encuentren alcanzados por las disposiciones de la Ley Nº 8159, de adhesión de la Provincia de Santa Fe al Convenio Multilateral, suscripto en la ciudad de Salta en 1977, y sus modificatorias o sus sustituciones, distribuirán la base imponible que le corresponda a la Provincia conforme a las previsiones del artículo 35º) del mencionado convenio, y declararán lo que pueda ser pertinente a esta jurisdicción conforme con el mismo, que en ningún caso puede ser inferior al mínimo establecido para la respectiva categoría”. Contrariamente al parecer de la demandante, conforme se encuentra regulado, tanto en la ordenanza 4125 como en el Convenio Multilateral (artículos 9 y 35), la tasa en cuestión sólo puede recaer sobre el ejercicio de actividades económicas en el ejido de la Municipalidad demandada, y gravar únicamente en la parte de los ingresos brutos correspondientes en las que está asentado el municipio. Mas allá de su genérica oposición, la recurrente no ha traído a la causa elemento probatorio alguno que acredite que el caso es un supuesto de superposición impositiva, y que ello le habría acarreado sufragar mayores tributos de los que tendría que soportar si toda su actividad se desarrollara en una sola jurisdicción, transgrediendo la ordenanza municipal y el Convenio Multilateral. Es más, obra entre la prueba agregada a autos el informe de la División Ingresos Brutos y ley 5110 de la Administración Provincial de Impuestos, según el cual la empresa Nueva Chevallier S.A. -Cuenta n° 901043090-7, CUIT n° 30-70721568-9-, se encuentra “inscripta como responsable para el pago del impuesto sobre los ingresos brutos en el régimen de Convenio Multilateral, …, iniciando actividades el 06-06-2000, por los rubros ´Servicio de Transporte Automotor Interurbano de Pasajeros´y ´Transporte Automotor de Carga´”, registrando al 25.9.2012 el “carácter de cuenta activa” (f. 386, oficio expediente. N° 13301-0224160-3; fs. 18, 20, expediente n° 217198/1). Ello pone a las claras que la actora se encuentra inscripta en el impuesto sobre los ingresos brutos y adherida al Convenio Multilateral lo que, aún cuando no ha formado parte del debate, tampoco ello le habría de algún modo impedido o dificultado sus actividades en más de una jurisdicción fiscal, por lo menos no lo ha demostrado. Por lo demás, la accionante, formando parte de su defensa, refiere a que los servicios a su cargo se encuentran sometidos a la regulación federal y que si todas las gabelas provinciales y municipales pudieran aplicarse al transporte interprovincial, sus servicios “se tornarían impracticables por antieconómicos e imposibles de financiar”. Al respecto, habrá de recordarse un reciente pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, según el cual recuerda que con relación a los servicios públicos, “este Tribunal invalidó el impuesto sobre los ingresos brutos que se pretendía aplicar a los prestatarios de un servicio público de transporte interjurisdiccional en aquellos supuestos en que acreditó que las tarifas pertinentes habían sido fijadas por la autoridad nacional, sin considerar el impuesto a los ingresos brutos provincial, y que la actora era contribuyente, en el orden nacional, del impuesto a las ganancias (Fallos: 308:2153; 311:1365; 316:2182, 2206; 321:2501; 328:4198; 330:2049 y causas T.166.XXXIV "Transportes Automotores La Estrella S.A. c/ Neuquén, Provincia del s/ acción declarativa", sentencia del 1° de diciembre de 2009; "Sociedad Anónima Expreso Sudoeste c/ Buenos Aires, Provincia de" (Fallos: 333:721) y "Derudder Hnos. S.R.L. c/ Catamarca, Provincia de", Fallos: 335: 2583)” (A. 1515. XL., “Autotransporte Andesmar S.A. C/ Chubut, Provincial del s/ Acción Declarativa de Certeza”). En el caso, ninguna prueba produjo la actora en tal sentido, más que su sola enunciación. 3. En tercer lugar, la recurrente ataca el acto de aplicación en el entendimiento que el cobro del tributo no se corresponde a la concreta, efectiva e individuzalizada prestación de un servicios al contribuyente, ni guarda relación con el costo del servicio que retribuye. a. En primer lugar, ha de observarse que las partes no controvierten la naturaleza del Derecho de Registro, Inspección e Higiene, coincidiendo que se trata de un tributo sujeto al régimen jurídico de la tasa (C.S.J.P. criterio en: “Terminal 6 S.A.”, A. y S. T. 183, pág. 258; “Prodisa”, A. y S. T. 217, pág. 253; “Sei Ingeniería”, A. y S. T. 272; entre otros). b. Al respecto, el Código Tributario Municipal faculta a los municipios a aplicar un Derecho de Registro e Inspección por los servicios que presta destinados a: registrar y controlar las actividades comerciales, industriales, científicas, de investigación y toda actividad lucrativa; preservar la salubridad, seguridad e higiene; fiscalizar la fidelidad de pesas y medidas; inspeccionar y controlar las instalaciones eléctricas, motores, máquinas en general y generadores a vapor y eléctricos, como así también los demás servicios prestados que no estén gravados especialmente; siendo sus contribuyentes las personas físicas o ideales titulares de actividades o bienes comprendidos en la enumeración del artículo anterior, cuando el local en donde se desarrollan aquéllas o se encuentren estos últimos, esté situado dentro de la jurisdicción de Municipio (artículos 76 y 77, ley 8173). Tal como se adelantó, el artículo 25 de la ordenanza 4125 define inequívocamente el hecho imponible del Derecho de Registro, Inspección e Higiene,a cuyo contenido se remite. No está puesto en dudas el objeto social de la recurrente, consistente en la realización “por cuenta propia o ajena, en forma independiente o asociada a terceros, en cualquier parte de la República o en el exterior la explotación de las concesiones o permisos para el transporte automotor de pasajeros de jurisdicción nacional, provincial e internacional, de encomiendas, de cargas y de correo ..” (f. 38 vto.). Tal como se encuentra reconocido y acreditado, la recurrente presta el servicio de transporte de pasajeros interjurisdiccional dentro del ámbito de la ciudad de Rafaela, contando, además, con dos locales en la Terminal de Ómnibus, en la que funciona, en uno, el local de “venta de pasajes”, y en el otro el local de “encomiendas” (Exhorto, expte. n° 2228/2012). En tales condiciones, la recurrente desarrolla una actividad comprendida entre las enumeradas por los artículo 25, 42 y 42 bis de la ordenanza n° 4125, 9 y 35 del Convenio Multilateral, en jurisdicción de la demandada. c. Ahora bien: respecto al cuestionamiento en sí, cabe recordar que la jurisprudencia ha venido delineando los elementos singulares de las tasas, señalando que constituye un requisito fundamental a su respecto que al cobro de dicho tributo debe corresponder siempre a la concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio relativo a algo no menos individualizado del contribuyente (Fallos: 236:22; 312:1575; C.S.J.P.: “Arenera”, A. y S. T. 104, pág. 84; “Terminal 6 S.A.”; “Prodisa”; “Sei Ingeniería”, ya citados; entre otros; por esta Cámara en “Shell”, A. y S. T. 7, pág. 427). De los elementos de la causa surge que la demandada cuenta con una organización administrativa destinada a los “tributos sobre actividades económicas y otros tributos”, y con la misión de “planificar, programas y controlar las políticas de ingresos municipales”, contando con distintas áreas con funciones específicas, a saber: “Departamento Regulación y Control de Actividades Económicas”; “División Conformidad de instalación y/o radicación de uso de suelo”; División Derecho de Registro e Inspección”; “Oficina de Relevamiento Permanente”, “División Fiscalización y Verificaciones Tributarias”; División Rentas y Tributos Varios” (fs. 34/39, expediente n° 243485/0). Asimismo, funcionarios y empleados de la Municipalidad dan cuenta de las funciones que tienen asignada en el registro y control de las actividades económicas de la jurisdicción, como en el ámbito de la Protección Vial y Comunitario (declaraciones testimoniales en Exhorto, expediente. N° 2228/12; fs. 3/5, expediente. n° 243485/0; fs 1/61, expediente n° 242717/7; fs. 40/41, expediente n° 243485/0). Evidentemente, la Administración cuenta con una estructura destinada a la prestación de los servicios a que alude el artículo 25 de la ordenanza 4125 y según las constancias de autos se prestan efectivamente. En la materia, como es sabido, no resulta necesario que el cobro de las tasas tenga por objetivo primordial satisfacer intereses individuales, atento al principio, según el cual, la validez de aquéllas, como la de todos los tributos, depende de un interés público que justifique su aplicación (“Shell”, A. y S. T. 7, pág. 427; “Camposur”, A. y S. T 26, pág. 189). Por lo demás, el criterio de accesibilidad a los servicios no puede tomarse desde una perspectiva aislada, “sino dentro del contexto de toda la amplia gama de funciones que los municipios deben desplegar a efectos de cumplir adecuadamente con sus cometidos esenciales” (criterio de “Prodisa”, A. y S. T. 217, pág. 253, y “SEI Ingeniería”, A. y S. T. 217, pág. 272, del voto de la doctora Gastaldi). Tal como lo ha definido el Alto Tribunal nacional, la tasa es una categoría tributaria derivada del poder de imperio del Estado, que si bien posee una estructura análoga al impuesto, se diferencia de éste por el presupuesto de hecho adoptado por la ley, que consiste en el desarrollo de una actividad estatal que atañe al obligado y que, por ello, desde el momento en que el Estado organiza el servicio y lo pone a disposición del particular, éste no puede rehusar su pago aun cuando no haga uso de aquél, o no tenga interés en él, ya que el servicio tiene en mira el interés general (Fallos: 251:50, 222; 312:1575; 323:3770; 326:4251; 332:1503; entre otros). d. Igualmente, habrá de desestimarse el argumento centrado en la falta de relación entre el costo del servicio vinculado a la tasa y el monto cobrado al contribuyente. Tanto el Alto Tribunal nacional como el provincial han sostenido que el pago de las tasas o servicios finca en una contraprestación aproximadamente equivalente al costo del servicio prestado (Fallos: 192:139; 234:679; 277:218; 281:338; C.S.J.P.: en “Terminal 6 S.A.”, citado; de esta Cámara: “Victorio A. Gualtieri”, A. y S. T. 7, pág. 135). Por su parte, calificada doctrina, siguiendo dichas pautas, ha precisado “que la relación costo-importe no puede ser una igualdad matemática o equivalencia estricta, sino que debe existir una ‘razonable’, ‘prudente’ y ‘discreta’ proporcionalidad entre ambos términos (Giuliani Fonrouge, Derecho Financiero, t. II, p. 1070)” (Héctor Belisario Villegas, “Curso de Finanzas, Derecho Financiero y Tributario”, novena edición, Buenos Aires, Editorial Astrea, 2005, pág. 191). Siendo que es “un tributo ‘causado’, a diferencia del impuesto que no lo es, y si esa causa es justamente el financiamiento del servicio cuya prestación efectiva es condición de su legitimidad, esos dos parámetros -el costo de la prestación y el monto reclamado a su destinatario- no pueden estar desvinculados sino que deben guardar razonable relación. De lo contrario, si no se hiciera de esa necesaria aunque relativa paridad una condición necesaria de la tasa, entendemos que aquellos caracteres esenciales de la tasa, aquella necesaria convergencia de hechos, quedarían reducidos a mera ficción. Bastaría la prestación de cualquier servicio, de cualquier costo, para legitimar el cobro de cualquier monto de tasa” (Llanos, Gonzalo J., Tasas Municipales, T. II, dirigido por Enrique G. Bulit Goñi, Buenos Aires, Lexis Nexis, 2007, págs. 684/685). En el caso, el servicio prestado por la Municipalidad no ostenta una irrazonable relación con el monto cobrado al contribuyente. Del informe obrante a fojas 40/41 del expediente n° 243485/0, como de la pericia contable de fojas 317/320 vto. de autos, no se advierte que las alícuotas que le corresponde abonar a la empresa aparezcan irrazonables ni desproporcionadas, menos aún frente a la cuantía de las partidas presupuestarias asignadas a las distintas áreas. En suma, cabe sostener la legitimidad de la resolución impugnada, por ende, la improcedencia del recurso. Así voto. A la misma cuestión, los señores Jueces de Cámara doctores Lisa y De Mattia, expresaron similares fundamentos a los vertidos por el señor Juez de Cámara doctor Palacios, y votaron en igual sentido. A la tercera cuestión, el señor Juez de Cámara doctor Palacios dijo: Atento el resultado obtenido al tratar la cuestión anterior corresponde declarar improcedente el recurso interpuesto. Imponer las costas a la parte actora. Diferir la regulación de los honorarios profesionales hasta tanto se efectúen las estimaciones pertinentes. Así voto. A la misma cuestión, los señores Jueces de Cámara doctores Lisa y De Mattia dijeron que la resolución que correspondía adoptar era la propuesta por el señor Juez de Cámara doctor Palacios y así votaron. En mérito a los fundamentos del acuerdo que antecede, la Cámara de lo Contencioso Administrativo Nº 1 RESOLVIÓ: Declarar improcedente el recurso interpuesto, con costas a la recurrente. Diferir la regulación de los honorarios profesionales hasta tanto se efectúen las estimaciones pertinentes. Registrarlo y hacerlo saber. Con lo que concluyó el acto, firmando los señores Jueces de Cámara por ante mí, doy fe. Fdo. DE MATTIA. LISA. PALACIOS. Di Mari (Sec)