boletín 4937-18 - Libertad y Desarrollo

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BOLETÍN 4937-18
24 de agosto de 2007
ISSN 0787-0415
I. DESCRIPCIÓN
REFERENCIA
: Modifica el Código Penal y el decreto ley Nº 321, de 1925,
para sancionar el “femicidio”, y aumentar las penas
aplicables a este delito
INICIATIVA
: Moción de los diputados Sras. Goic, Muñoz, Pacheco, Saa,
Sepúlveda, Tohá, Valcarce y Vidal; y Sres. Encina y Leal
COMISIÓN
: De Familia
ORIGEN
: Cámara de Diputados
INGRESO
: 3 de abril de 2007
CALIFICACIÓN
: Simple urgencia
ARTICULADO
: 2 artículos
OBJETO DE LA INICIATIVA
1.-
Impedir la configuración de la atenuante consistente en haber actuado por
estímulos tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y
obcecación1, a los autores de homicidio, secuestro, robo, sustracción o
corrupción de menores, violación, abusos deshonestos, sodomía, cuando
hubieren sido anteriormente condenados por violencia intrafamiliar contra la
misma víctima.
2.-
Sancionar —como parricida— con pena de hasta presidio perpetuo calificado
(40 años) a la mujer que dé muerte a su cónyuge, ex cónyuge, conviviente o
persona ligada a través de otra relación afectiva.
3.-
Sancionar —como femicida— con pena de hasta presidio perpetuo calificado
(40 años) al varón que dé muerte a su cónyuge, ex cónyuge, conviviente o
persona ligada a través de otra relación afectiva.
1
Las atenuantes de responsabilidad penal pueden dar origen a una rebaja de la pena.
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persona ligada a través de otra relación afectiva.
4.-
Negar el beneficio de la libertad condicional a los condenados por violencia
intrafamiliar.
CONTENIDO ESPECÍFICO
Artículo 1º.-
Modifíquese el Código Penal de la siguiente forma:
a)
Incorpórese el siguiente inciso segundo a su artículo 11°2:
"La atenuante señalada en el numeral 53 no favorecerá al autor del delito de
homicidio, en cualquiera de sus formas, secuestro, robo con violencia o
intimidación en las personas o fuerza en las cosas, sustracción o corrupción
de menores, violación, abusos deshonestos, sodomía y los contemplados en
los artículos 361 a 367, que hayan sido condenados previamente de acuerdo a
los artículos 8°4 ó 14°5 de la ley 20.0666, por hechos cometidos contra la
misma víctima, sus ascendientes o descendientes. Tratándose del último de
los preceptos citados deberá entenderse cumplida esta condición si, en virtud
de la misma7 , se le ha impuesto una pena mayor en razón de otro tipo penal."
b)
Reemplácese el artículo 390 por el siguiente:
"Art. 390. El que, conociendo las relaciones que los ligan, mate a su padre,
madre o hijo, a cualquier otro de sus ascendientes o descendientes o la que
de muerte al varón con que esté o haya estado ligada como cónyuge,
conviviente o a través de otra relación afectiva, incurrirá en el delito de
parricidio y será castigado con la pena de presidio mayor en su grado máximo
a presidio perpetuo calificado.
2
3
Este artículo enumera las atenuantes de responsabilidad penal (que pueden dar lugar a una rebaja de la pena).
Esta atenuante consiste en obrar por estímulos tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y obcecación.
4
Artículo 8°.- Sanciones. Se castigará el maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar, atendida su gravedad, con una multa
de media a quince unidades tributarias mensuales a beneficio del gobierno regional del domicilio del denunciante o demandante,
para ser destinada a los centros de atención de víctimas de violencia intrafamiliar existentes en la región respectiva y que sean
de financiamiento público o privado.
El condenado deberá acreditar el pago de la multa dentro de los cinco días siguientes a la fecha de la notificación de la
sentencia, a menos que el juez, por motivos fundados, prorrogue dicho término hasta por quince días.
En caso de incumplimiento el tribunal remitirá los antecedentes al Ministerio Público, conforme a lo dispuesto en el artículo
240 del Código de Procedimiento Civil.
5 Artículo 14. - Delito de maltrato habitual. El ejercicio habitual de violencia física o psíquica respecto de alguna de las
personas referidas en el artículo 5º de esta ley se sancionará con la pena de presidio menor en su grado mínimo, salvo que el
hecho sea constitutivo de un delito de mayor gravedad, caso en el cual se aplicará sólo la pena asignada por la ley a éste.
Para apreciar la habitualidad, se atenderá al número de actos ejecutados, así como a la proximidad temporal de los mismos,
con independencia de que dicha violencia se haya ejercido sobre la misma o diferente víctima. Para estos efectos, no se
considerarán los hechos anteriores respecto de los cuales haya recaído sentencia penal absolutoria o condenatoria.
El Ministerio Público sólo podrá dar inicio a la investigación por el delito tipificado en el inciso primero, si el respectivo
Juzgado de Familia le ha remitido los antecedentes, en conformidad con lo dispuesto en el artículo 90 de la ley N° 19.968.
6 Ley sobre violencia intrafamiliar.
7 Debería entenderse de la misma ley de violencia intrafamiliar.
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Asimismo, con la misma pena será sancionado, como femicida, el que,
conociendo las relaciones que los ligan, mate a la mujer con la que esté o
haya estado ligado como cónyuge, conviviente o a través de cualquiera otra
relación afectiva."
Artículo 2º.-
Incorpórese el siguiente inciso final al artículo 3°8 del Decreto Ley 321 de
1925, que establece la libertad condicional para los penados:
"Sin perjuicio de lo dispuesto en los incisos precedentes los autores de los
delitos de parricidio o femicidio que hubieren sido previamente condenados de
acuerdo a los artículo 8° ó 14 de la Ley N° 20.066 o, en este último caso, a
algún delito al que la ley asigne una pena mayor, en contra de la misma
víctima, sus ascendientes o sus descendientes, no podrán obtener la libertad
condicional en ningún caso."
FUNDAMENTO, SEGÚN LA INICIATIVA
La moción se funda en las siguientes consideraciones:
1.- Que, según las estadísticas del Ministerio del Interior, tras largos años de
esfuerzos, las autoridades han logrado estabilizar las cifras de denuncias
sobre delitos de mayor connotación social en el país.
2.- Que, sin embargo, siguen registrándose hechos de gran impacto,
caracterizados por una violencia excesiva los que, difundidos por los medios
de comunicación, conmueven a la opinión pública generando una sensación
de inseguridad, expresada en otras mediciones.
3.- Que, entre los ilícitos que más temor producen en la comunidad, están
aquéllos que, en el plano familiar, tienen por víctimas a mujeres,
particularmente cuando ocurren en el marco de relaciones de pareja.
Resulta difícil, en este sentido, encontrar algún hecho o circunstancia que sirva
de justificación a una conducta tan reprochable y criminal.
4.- Que, lamentablemente, en nuestro país, son muchos los casos de
asesinato de mujeres por parte de sus parejas. En efecto, sólo en el año 2007,
con el fallecimiento de Angelina Navarro Gutiérrez acaecida este martes 20 de
Marzo los hechos de este tipo de acercan a la decena.
5.- Que, sin embargo, nuestra legislación contempla para tales casos tipos
insuficientes que no expresan conceptualmente en. forma adecuada el tema y
otorga a los agresores la posibilidad de utilizar atenuantes o beneficios que les
permiten rebajar las penas o minimizar su cumplimiento efectivo.
8 Este artículo regula los casos en que se puede acceder al beneficio de libertad condicional, una vez cumplidos ciertos años
de la condena impuesta.
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6.- Que para reparar lo anterior, proponemos modificaciones legales que
apuntan en tres sentidos principales:
a.- Incorporar, conceptualmente, el tipo de femicidio, como todo asesinato en
que la víctima sea la cónyuge, conviviente o cualquier mujer con la que el
agresor está o haya estado ligado por alguna relación afectiva.
Lo anterior viene a llenar un vacío tanto conceptual como de tipificación
existente en nuestra legislación.
En efecto, en el plano teórico la división del parricidio, distinguiendo
específicamente como femicidio las conductas contra la mujer, permitirá una
mejor comprensión del problema, una adecuada difusión de sus implicancias y
constituirá una señal mediática y cultural que apunte decididamente a evitar su
ocurrencia.
Junto con ello, en la definición del tipo de femicidio que se crea y en el
parricidio que se desagrega, se superará la deficiencia existente en el
parricidio vigente que califica como tal sólo las relaciones actuales de
matrimonio o convivencia, excluyendo a los anteriores cónyuges o
convivientes y a todo otro tipo de relación afectiva.
Hoy, dichas vinculaciones no tienen más implicancia criminal que ayudar a
configurar las calificantes o agravantes de alevosía y abuso de fuerzas o de
confianza.
b.- Disminuir las posibilidades de aplicar la atenuante de obrar por estímulos
tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y obcecación en
algunos delitos cuando el agresor ha sido sancionado previamente por
violencia intrafamiliar.
Nuestra legislación provee a los agresores de a lo menos dos atenuantes de
uso generalizado, la citada: obrar por estímulos tan poderosos que
naturalmente hayan producido arrebato y obcecación y la irreprochable
conducta anterior, consignadas en los numerales 5 y 6 del artículo 11 del
Código Penal.
En el caso de los hechos de violencia ocurridos en el seno del hogar, éstos
son a menudo justificados en los celos y considerados, por ello, como un
arrebato u obcecación del agresor.
Ello no resulta razonable cuando ha sido precedido de actos de violencia
intrafamiliar, cuyas denuncias debieron llevar al ofensor a moderar su
conducta.
No es posible pensar en una sociedad que disculpe todos y cada uno de los
arrebatos de una persona que no logra reprimir sus impulsos y que encausa
su irracionalidad en contra de sus seres más queridos.
Nos parece, entonces, que la atenuante de obrar por estímulos tan poderosos
que naturalmente hayan producido arrebato y obcecación no puede ser
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aplicada en caso de haber sido el autor ya condenado por un Tribunal en el
marco de un procedimiento por violencia intrafamiliar.
c.- Eliminar la posibilidad de acceder a la libertad condicional a los
condenados por delitos especialmente graves de connotación familiar:
El D.L. 321, que establece la libertad condicional para los penados, regula la
forma en que se concede este beneficio, según la condena que se esté
cumpliendo.
Su artículo 3°, precisa las condiciones en que podrá procederse según se trate
de condenas a presidio perpetuo calificado, simple, a más de veinte años o
derivada de ciertos delitos muy graves.
Que este beneficio no puede ser extendido a todos los condenados. La
comisión de delitos como el parricidio y el femicidio que se crea a través de la
presente iniciativa, en que el crimen ha sucedido a una larga serie de
atropellos y maltrato, constitutivos de violencia doméstica, ameritan una
sanción ejemplarizadora, en tanto el autor ha atentado contra la esfera de
seguridad más íntima de la víctima y causado un daño irreparable a los
restantes miembros de su núcleo familiar.
II. COMENTARIOS DE LIBERTAD Y DESARROLLO
IMPLICANCIAS CONSTITUCIONALES
1.- Materia de ley.
El artículo 19, Nº 3, incisos séptimo y octavo, garantiza el principio de legalidad
en materia penal, en cuya virtud ningún delito se castigará con otra pena que
la que señala una ley vigente con anterioridad a su perpetración (salvo que
esa ley posterior sea más favorable al afectado). Además, se establece que
ninguna ley puede establecer penas sin que la conducta que se sanciona esté
expresamente descrita en ella.
El proyecto de ley tiene por objeto describir conductas y establecer penas o
agravantes (por la vía de impedir la aplicación de atenuantes), lo que solo
puede hacerse mediante normas legales, como las que se vienen
proponiendo. Asimismo, el beneficio de la libertad condicional, es una forma
de cumplimiento de la pena impuesta por la sentencia, y como tal pena, solo
puede ser, en cuando a su cumplimiento, regulada mediante la ley.
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COMENTARIOS DE MÉRITO
2.- Femicidio y
feminicidio.
Un aspecto meramente formal, pero que ha dado lugar a algún debate por la
prensa, es la conveniencia de determinar si la palabra correspondiente al
hecho de matar a una mujer debe denominarse “femicidio”, como propone el
proyecto, o “feminicidio”, como también se ha sostenido.
En el primer caso estamos en presencia de un galicismo, esto es, una voz
tomada directamente del francés “femicide” y este término, a su vez de femme,
mujer en francés.
Quienes rehuyan los galicismos, como es el caso de la Real Academia
Española de la Lengua9, pueden optar por un neologismo, derivado
directamente del latín, como sería “feminicidio”, tomado de la voz latina
“femina”, de donde también procede el adjetivo “femenino”. Para formar el
vocablo completo debe atenderse a la otra raíz latina “caedo”, que significa
caer, y por extensión, matar. Esta última alternativa, el neologismo, debería ser
menos controvertida.
Está bien que nadie hasta ahora haya propuesto “mujericidio”, que sería el
término derivado de “mujer”, pero que no parece consistente con las normas
de la Academia sobre formación de las palabras castellanas 10.
En todo caso, tanto el galicismo como el neologismo antedichos tienen, en
este caso, la misma raíz latina “femina” y “caedo”; así el término “feminicidio”
no llegaría al castellano a través de la lengua francesa (como femicidio), sino
directamente del latín, como la mayoría de las voces del idioma castellano.
3.- Ampliación
del
tipo
del
parricidio.
En el derecho romano primitivo, el “parricidium” significaba la muerte dolosa de
un hombre libre; y cuando se circunscribió a la muerte de padre u otro pariente
cercano, se creó inicialmente un vacío por la falta de un término amplio, como
posteriormente fue el “homicidium”11 .
El Código Penal circunscribe el parricidio al hecho de dar muerte –conociendo
la relación que los liga- a un ascendiente o a un descendiente (excepto el hijo
menor de 48 horas de vida, porque ello constituye infanticidio); e incluye en la
misma categoría al cónyuge. La pena llega hasta el presidio perpetuo
calificado (artículo 390).
Por lo tanto, la muerte dolosa de cualquier otra persona que no tenga la
calidad de cónyuge, lo que supone matrimonio civil (o que no sea ascendiente
o descendiente), o conviviente, constituye homicidio, que puede ser simple o
calificado, según se establezcan o no ciertas circunstancias calificantes (que
9
Gramática, 477, 3º, c).
10 Gramática, Parte I, Capítulo IX.
11 Mommsen, Teodoro, Derecho Penal Romano, reimpresión, Editorial Temis, S.A. Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1999, Pág.
388 y siguientes.
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no tienen relación con el parricidio, tales como la alevosía, premeditación,
actuar mediante veneno y otras). Ésta es la situación que se configura cuando
se da muerte voluntariamente a la persona con la que se estuvo ligada por
vínculo matrimonial ya disuelto y que por lo tanto no es cónyuge, o se estuvo
vinculado por mera convivencia o por cualquier otra relación afectiva (como
podría ser una relación homosexual o lésbica). Estas últimas hipótesis hoy
solo están sancionadas como homicidio y constituyen la parte esencial del
proyecto de ley, porque la modificación consiste en extender el delito de
parricidio a casos que actualmente no lo son (y sancionarlos con mayor pena
que el homicidio).
La inclusión de la “ex cónyuge” como sujeto pasivo del delito de parricidio, si
bien puede ser discutible por el hecho de que ya no existe el vínculo
matrimonial, tiene la ventaja de que hay un elemento objetivo que se puede
apreciar, como es el matrimonio disuelto por divorcio vincular o por anulación.
En los demás casos, en cambio, no existe un elemento objetivo, sino que se
trata de un hecho que será materia de prueba: deberá acreditarse si existió
convivencia, o si existe o existió otra relación afectiva. En estos casos la
posibilidad de considerar o no que se cometió parricidio dará lugar a hipótesis
variadas y con evidentes problemas de prueba.
Como se comprende, si se prueba la convivencia o relación afectiva, se
configurará el parricidio, que tiene una sanción más alta que el homicidio
calificado, el que a su vez, es más grave que el homicidio simple. Es probable
que una prueba que no sea absolutamente convincente y si el imputado niega
esa relación, se dé lugar a la aplicación del principio pro reo, y la sanción sea
la misma que actualmente corresponde según el homicidio sea simple o
calificado (si se prueban los elementos de este delito).
La penalidad vigente para estas figuras —y que no se modifica— es la
siguiente: el parricidio tiene, como se dijo, presidio perpetuo calificado12 ; el
homicidio calificado, presidio perpetuo simple 13; y el homicidio simple se
sanciona con hasta 15 años de presidio mayor en grado medio. Siendo así,
actualmente, dar muerte al ex cónyuge, conviviente o ex conviviente, o
persona ligada solo por vínculos afectivos, sería homicidio simple o calificado,
según concurran o no ciertas circunstancias, antes aludidas.
Con la modificación propuesta, si el autor es una mujer que mata al cónyuge,
ex cónyuge, ex conviviente o persona ligada por vínculo afectivo, cometerá
parricidio; si es un hombre, que mata a una mujer, en las hipótesis recién
señaladas, cometerá feminicidio, pero la sanción será exactamente la misma
que para la mujer autora de parricidio.
Si se trata de un hombre ligado por relación afectiva a otro hombre al cual da
muerte, la sanción sería la misma que en los casos anteriores, y la
denominación del delito sería parricidio, según la modificación propuesta.
12 El condenado puede pedir libertad el beneficio de la condicional después de 40 años.
13 El condenado puede pedir el beneficio de la libertad condicional después de 20 años.
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En síntesis, el proyecto eleva la pena al sancionar como parricidio o
feminicidio, conductas que actualmente solo son punibles como homicidio
simple o calificado.
4.- Anulación de
la atenuante.
Las circunstancias modificatorias de la responsabilidad penal pueden ser
atenuantes (artículo 11 del Código Penal) o agravantes (artículo 12). Las
primeras pueden rebajar la pena que la ley asigna al delito, y las segundas
pueden aumentarla; si concurren ambas, pueden compensarse.
El proyecto de ley establece un caso en que una atenuante no podrá ser
aplicada, lo que constituye una forma indirecta de agravar la penalidad.
Se trata del Nº5 del artículo 11, que considera atenuante haber actuado por
estímulos tan poderosos que naturalmente hayan producido arrebato y
obcecación. Este último término vale tanto como “encegecimiento”, se
entiende, en su sentido sicológico.
Esos estímulos, que configuran la atenuante, quedan a criterio del tribunal.
Puede entonces, darse el caso del autor de un delito que alegue esta
atenuante y pueda obtener, según las normas generales, una rebaja de su
condena. El proyecto viene a enervar esa rebaja, cuando el autor ha sido
condenado previamente por violencia intrafamiliar, en contra de la misma
víctima del nuevo delito, sus ascendientes o descendientes.
Sin embargo, la limitación operará solo respecto de ciertos delitos, es decir, el
hecho de haber sido condenado por violencia intrafamiliar impedirá la
atenuante solo respecto de una enumeración taxativa de delitos que propone
el proyecto, y que son los siguientes:
todas las formas de homicidio (parricidio, homicidio simple o calificado,
homicidio en riña o pelea y colaboración al suicidio);
-
secuestro de persona;
robo con violencia o intimidación en las personas o con fuerza en las
cosas;
-
sustracción de menores;
-
violación;
-
abusos deshonestos;
sodomía (la sodomía fue derogada como delito; pero se sanciona la
violación sodomítica);
los delitos de los artículos 361 a 367, esto es, la violación propiamente tal
(cuando la cópula carnal se logra con fuerza o intimidación, cuando la víctima
está privada de sentido o es incapaz de oponer resistencia, y cuando se abusa
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de la enajenación mental o trastorno de la víctima); la violación de la persona
menor de 12 años, aunque no existe fuerza ni otra de las circunstancias recién
anotadas; el estupro (que supone que la víctima es mayor de 12 pero menor
de 18 años y concurren circunstancias tales como el abuso de autoridad sobre
la víctima, su desamparo o ignorancia sexual); el acceso carnal a un menor de
18 años del mismo sexo, sin que se configure la violación o el estupro; los
abusos deshonestos; conductas sexuales impropias (distintas de la cópula
carnal, con mayores o menores de 12 años); acciones de connotación sexual,
distintas de la cópula carnal, con menores de 12 años para procurar la
excitación sexual propia o de un tercero, la prostitución de menores.
Dos observaciones saltan a la vista de la enumeración que precede. Por una
parte, la enumeración es repetitiva en algunos casos, como la violación, la
sodomía, los abusos deshonestos y otros, que aparecen tanto en el listado de
delitos que propone el proyecto, y que se repiten en la remisión a los artículos
361 a 367 del Código Penal, que se presentan como adicionales a los
anteriormente señalados individualmente.
Otras hipótesis parecen difíciles de configurar en la práctica, como el robo con
violencia, respecto del cual no se podría invocar la atenuante, por haber sido
el autor sancionado anteriormente por violencia intrafamiliar contra la misma
víctima del robo. Sería un caso muy aislado. Similar comentario merece el
robo con fuerza, toda vez que personas que viven dentro de la misma casa no
tienen necesidad de forzar la puerta de calle para ingresar.
Por otra parte, no se considera el aborto entre los delitos graves contra la
vida14 que debería dar lugar a inhibir la aplicación de la atenuante antes
indicada, cuando el autor hubiera sido anteriormente sancionado por violencia
intrafamiliar. Recuérdese que uno de los casos de aborto se produce cuando
se ejerce violencia en la mujer embarazada, hipótesis que podría darse entre
marido y mujer o entre convivientes, en los nuevos casos agregados al
parricidio por el proyecto de ley.
Los delitos de violencia intrafamiliar que inhiben la configuración de la referida
atenuante, son los de los artículos 8º y 14 de la ley N° 20.066. El primero trata
del maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar y que tiene una pena de
multa y eventualmente algunas medidas accesorias como no poder entrar a la
casa de la víctima; y el otro, sanciona el maltrato habitual, sea físico o
psíquico, contra alguna de las personas enumeradas en el artículo 5º de la ley
N° 20.066, que son el cónyuge y el ex cónyuge, o el conviviente o ex
conviviente ciertos parientes por consanguinidad o afinidad; también puede ser
víctima uno de los progenitores de un hijo común, cuando el hechor es el otro;
o cuando se ejerce la violencia contra un discapacitado que vive bajo el mismo
techo.
Como se observa, la modificación que se viene proponiendo no es menor, y
generará numerosas hipótesis delictuales en que no tendrá aplicación la
atenuante de haber obrado por estímulos tan poderosos que hayan producido
14 El Código Penal enumer a el aborto entre los delitos contra el orden de las familias; pero en doctrina no cabe duda de que se
trata de un delito contra la vida.
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arrebato u obcecación.
Preocupa la violencia psíquica, por su subjetividad y dificultad de prueba, pero
éste es un aspecto ya consagrado en la ley vigente, que se potencia con las
nuevas alternativas de punición.
5.- Libertad
condicional.
La libertad condicional es una forma de cumplir en libertad —bajo ciertas
condiciones— una pena privativa de libertad. Por paradojal que parezca esta
definición, ella está contenida expresamente en el artículo 1º del Reglamento
del decreto ley N° 321, de 1925, que creó este sistema. Habría tenido origen
en el sobre poblamiento de los establecimientos penitenciaros de esa época (y
que continúa hasta hoy día).
El beneficio consiste, básicamente, en poder gozar de libertad mientras dura el
tiempo de la condena privativa de libertad, pero habiendo cumplido parte de
ella. Así, el condenado a presidio perpetuo simple, puede pedir este beneficio
después de 20 años de cumplimiento efectivo (en el caso de presidio perpetuo
calificado, debe esperar 40 años).
A partir de una modificación ocurrida en 199915 , los condenados por los delitos
de parricidio, homicidio calificado, robo con homicidio, violación con homicidio,
violación de persona menor de 12 años, infanticidio y elaboración o tráfico de
estupefacientes, pueden solicitar el beneficio de libertad condicional a partir del
cumplimiento de dos tercios de la pena impuesta.
Por regla general, los demás condenados a penas de más de 20 años16 , se
les puede otorgar el beneficio una vez cumplidos 10 años.
Finalmente, los condenados por hurto o estafa a una pena superior a 6 años,
pueden solicitar la libertad condicional a los 3 años.
En esta parte, lo que el proyecto de ley propone, es impedir el beneficio de la
libertad condicional respecto de las personas condenadas por parricidio o por
feminicidio, situación que puede afectar tanto si el autor fue un hombre o una
mujer, y si la víctima fue un hombre a una mujer. Solo en este punto parece
tener sentido la nueva descripción de las conductas de parricidio y de
feminicidio, en la medida que los priva de la libertad condicional, solo cuando,
anteriormente, hubieran sido condenados por violencia intrafamiliar o por
maltrato intrafamiliar habitual, en contra de la misma víctima, sus ascendientes
o descendientes.
Al parecer tampoco procedería la libertad condicional respecto del condenado
a una pena mayor que la prevista para el parricidio o el feminicidio —el
proyecto en esta parte no es claro—, siempre que la condena anterior por
violencia intrafamiliar o maltrato habitual fuere contra la misma persona que ha
15 Ley N° 19.617 (Diario Oficial de 12 de julio de 1999).
16 Con excepción de los presidios perpetuos, las penas privativas de libertad tienen como máximo 20 años. La hipótesis que
considera el precepto aludido, en consecuencia, es aplicable en el caso de más de una condena privativa de libertad, que
sumadas, superen los 20 años.
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sido víctima del nuevo delito. Pero como tanto el parricidio como el feminicidio
tienen pena de hasta presidio mayor calificado, no se ve en qué caso se
configuraría la hipótesis alternativa que plantea el proyecto.
En general, el agravamiento de las condenas por ciertos delitos que, de alguna
forma, pueden ser también constitutivos de violencia intrafamiliar, pero llevada
a sus extremos más graves, tiene sentido, toda vez que esa forma de violencia
puede llegar a constituir un delito de parricidio.
Sin embargo, la proposición no es más eficaz que otras formas de agravación
de la pena, la que se sabe, no constituye precisamente un desincentivo a la
comisión del delito. Los mecanismos de prevención de la violencia intrafamiliar
y sus consecuencias extremas son más bien materia de educación y otras
medidas al margen del derecho penal.
Con todo, la agravación propuesta es admisible, siempre y cuando se precise
en mejor forma en qué casos va a ser aplicable tanto la pena propuesta para el
parricidio y el feminicidio (el caso de las relaciones afectivas), así como la
inaplicabilidad de la atenuante del artículo 11, Nº 5, del Código Penal y la
improcedencia de la libertad condicional.
6.- Sistema de
penalidad.
La preocupación de los autores de la moción nace de la percepción de que
muchos delitos de mayor connotación social están aquellos en que, mediante
alguna forma de violencia intrafamiliar, resulta ser víctima una mujer
(considerandos 1º, 2º, 3º de los fundamentos del proyecto de ley).
Los delitos de alta connotación social, según la División de Seguridad
Ciudadana del Ministerio del Interior son 8, y los viene reduciendo a datos
estadísticos desde 1997: robo con intimidación; robo con violencia; robo con
fuerza, robo por sorpresa; hurto; lesiones; violación, y homicidio.
Sin embargo, aunque siempre es válida la preocupación por la comisión de
delitos graves, como los que consisten en dar muerte a una persona, debe
reconocerse que ni el parricidio en su formulación actual, ni el feminicidio, que
se propone, son hechos de habitual ocurrencia.
Pero sí son delitos de todos los días las distintas formas de robo (con
homicidio, con violencia e intimidación, con fractura y escalamiento). Siendo
así, al aplicar sobre estos delitos la política criminal en que se funda el
proyecto, se deberían establecer las mismas medidas de agravación de la
pena para los reincidentes en los delitos de mayor ocurrencia (en el caso de
los robos).
Es decir, lo que correspondería hacer, para mantener un sistema penal
coherente, sería privar del beneficio de libertad condicional a quienes hubieren
sido condenados como reincidentes en delitos de los párrafos 2º y 3º del Título
IX del Libro II del Código Penal, que sanciona las distintas hipótesis del robo.
Se trataría, en rigor, de un caso de reincidencia específica.
De esta forma se aplicaría el mismo criterio, que es válido, a los delitos de
mayor connotación social, entre los cuales no se encuentra el parricidio, que
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ocurre excepcionalmente en comparación con los delitos graves (por ser
violentos) contra el derecho de propiedad.
7.- Conclusión.
El proyecto presenta aspectos poco claros en su formulación, pero en síntesis,
tiene por objeto agravar la sanción penal de quienes, después de haber sido
condenados por violencia intrafamiliar, vuelven a cometer un delito más grave,
como el parricidio, violación u otros, en contra de la misma persona que fue
víctima de violencia intrafamiliar, o de sus ascendientes o descendientes.
Si bien, se trata de problemas de la naturaleza humana que el derecho penal
no está llamado a corregir, puede estimarse, en estos casos, como una
medida adecuada, que se establezca una agravación de la pena.
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