Márt s 27 de Octubr.? ^1 ÍST^r^ Ai artes •:; de Octuljre de l874. TIF APA I'K E L I M F A B G I A L DE AYER, iUioüil ^'rov¡ligias. . , ModiiACUAIRa Sfale,* al raeiS.—Provincias VEINTlSVATRC ', ij-iniP-lr.'-.-T-íf'iAUKX'tA ¥(!ii)f^!i.T.—''""nmar y cxtraíii'oro SK- rJEM'A roalc!-íiiiiioslic. ' t' * Toda kiconct-iiiituleucJii (leba lUi'igiCSi' ¡li Adiiiiiiistriulor d i tv. lMiunct*r.. ' •'•;-•' 16.49Í5 24.088 TOTAL MAMO L1BERAI-. 4IJ.384 11 Lí 10 i K I.ri.'i A,M r-i.lUS.'-ftfnl y meüiolinea.—Comuni- DON JaSi: DE PÁLM4 Y «Í^Ó, P l a z a de M a t u t a , n ú m . 6, M a d r i d . , ^^ „ >,t'^ í 11 l);iUdo^^ iirccics.ccnM'iH-JOpalf;?. •:¿i.9'i, ADVERTENCIA. !^L ÍMPAÍ-^GIAL r e p a r t i ó a s e r «n I S a d r M l i . /'i<> r.umeros y p o p j p e d i o d e l e s vendedoj : /; 1^0, total 1 ;. i ?-. E s t a circulación d e i-, I, !».:.. j u t la piaMixa q u e v i v e todo el ('i,- V"-::-'í::••;_ á io a - v a n c i a n t e s l a ma_yar p u i-ii-. H'uíi c ..!e pUi ílt oiitenerso en MLadrid. El r ' r ! c- n c i a s es do 2 4 . Q 8 8 , Ip c u a l cc! •. , .1 de t i r a d a de 4 0 . & B 4 n ú Ge s cib&n .CÍ; auwn,cij9s e¡a la adwiiuistracio» fie n i e v e de la maíi.aiva á lap seis d e la t a r d e á l e s precios coiíaigiiadpíien la.cabejsa del p e riódico, donde se publica la t i r a d a del dia, la cual piiedeacínppwkbar los aounfliantes. Desde las s^m (^e la tarde á las tres déla madrugada s^ reciben los anuncios y |>apel$tas de d«funci(»ien la imprenta í precios cooVGucionales. Cada una de estas soluciones fué defendida can raasü menos ardimiento, di.stinguiéndose los mont» pensieristas por la suma de reeuisos gastados en tan Wd^rosa lucha v los coburfruistas por el escaso r u i - ^ La inmresion q^e la nota española haya producido do'(jiie^rodajeroíi. liléímdi)^elijiaent^^élQobiérno provreional crayó bbSfAiént¡BÍ6cK»a,r% ^ ^ / ^ t ^ ' : - é a m ^ i i V ' í ^ * ' * ' ^ ^ ? ? ^ * ' S'^í -^ '^^^^ ¿dobtaao datura regia, y como se cfey&a'á D. r eriWtido dé Co- K s ^ ^ o r " ^ r i ¿ . M o Á t ^ f P'i^.'íosjcp&p él 'Mri^} «^^ burgo dispuesto á aceptar l^ c,ííroaíi,4? ¡Es,p^a, bas- íífiíiíí quieten su numgro deVd^'Sflléaada éjer a ^ to que la ideía se ifticisut» par» q^e ioda». Ifts opi- Maidíid .diee:que la nota española.basicTü.presentada, niones eedioran. dándose por pTUHera vez ei conso- en la punta di'una espada.prusiapai , Slaído'suponer 'q¡i« nuéitm ombajador e'a París lador espectáculo de verainidas énlaao comuá.toda-s las opiniones liberales, desde las mas^ttOfesei-v^idoraB habrá demostrado la inexactitud ái estas ápreeiaciónes, ípie son una repetición, awnqueen otro.s tórhasta las mas avanzadas. •• . . Si por acaso alguno no recordara ios hechos con minDs, • d? k) dicho, feegnrtí '-G\ -e'orrésponsal de la bastante esaotitud::y pte.tepdiera poaer eu duda Croiiica, por el enrbajttá&r -íraneés ^e» Madrid; y es nuestnis palabras, seiáisuBciente piara coavienceElie de 8U^«ier también q,ue eu Jos dÁ%9 posteriores los indicar, primero, elnombre dewAbdelosmas paraO' diarioaiparisisnses, ÍBQT: lo meaos los que no hacen terizados jefes del.partido repi^blipano federal,,en patriotería ridicula, habrán apreeiadorán nms exacqjjien tpdos recqnoc;fen'^íi ;séyeri;dad de bpmiopes titud =^toS'li#clíOs. '¥ dítñío e s ^ respecto i lá tfftK española, creemos y utia poco corñün erilerezaffe catfcter. el Cu^í ^*T cribia un notable arfcíeulo favorable á l a elección dé prudente encerrarnos, respecto al jiroyecto de nota pftr f í j % ^ , Í ! n U reserva que 'D. Fernando d« Coburgi», inucho antes que la i ^ n - ftlemg^jí¿Wci|ii? didatupa se llev^ja al «eao de la tóayoí»'oonaíitii- yaadoptainos ai dar Cuenta del. teKgiTama de la yente; y segundo, al órgano mas carafetetííado d á p4i^^na« ¿faina, resirya guíp ,ap creemos ipoportiina alfpnsismo, qyig hi,ibo de confesar las ventajaade mientras no se configns lo dicbf p«r «i TmfS. la candidatura &fD, t'^rnando ^objé las déráúio^f . Nos limitamos, jaita, & eaftúar^- para caiioeiitaietsto doña Isabel, tantp,por la 4&PÍW%c'9ñ lljéríca qu^ de nuestros lecteres,- el íína'l del tirtículo del diario ••/"- ' • llevaba en sí, comopíPif swí^KMadLcioft^SjpsrsoBftfes. ministerial el <yoéíVr«í): Esa solución le parecía tan nacional al periódico alu- " «Figurémonos, -p6í'eí'cc^ttaí;^,'g|)é.las ,>utpri4aáf;§ dido, que Cuando klg-un diario défeñs€í"d<3 la" candi- frontgrjzaa franessap hubTéiián' be'rgl^^ido en svi.s túé-' datura Mdntpensierla combatía por ertrHnjcra, sé 'tías j i a ^ i ' a s y en Bus malas'obras, en sus protestas creía en el deber de demostrar lo contrario, dicien- jsfatpn'ícas dé amistad y. en su ajú^a real y positiva á do eon justieia que les portugueses son y deben userj Ifcs 'partidarios rfe D. "Cái-los, y entonces el gobie'rno para nosotros tan españoles como los naéidós eat francés se veia en la alternativa $,d^_va.riar de conducta sómetr^n'^ésé'á íaá íirtiWacibn'éá,' ¿rubianas, Ip'cnal nuestro propio territorio. una humillación, C( de négái'iie resueltamen¿^'ecesita^emos aducir mas pruebas para demps tiát)rtáfjid.6 te 4 las'advertencias de Mr. Bisniarli, en cuyo caso tiutrar la virtud, qiie unasolíicion moíjí^rquica cpn sen,-;- "blera ptjdido jUny bien resultar lln cah's ieítid^ aéoietido ibérico tiene para fundir en uña sola aspiración [ jáftte n%átirá, en el supuesto dé que tales docuroentois á los partidos liberales de España? No se trata yaj no se (acriben slnp con un objeto.determinado ostenside meras inducciones;.:no de establecer lupátísis ble ó ei^ci|bierto. BiieriOeá'repetir que píartiiuéí'de doshjpétesís; á sam a s ó menos gratuitas paia. hacerlas servir cúmoda^ mente al pensamiento que defendemos, sino de be^ ber, que existia I3 npta y qué .la autoridades francesas chos ocurridos á la faz del país, de experiencias _sa-í Jiayan v a í i a ^ sus pfbcediroigfitós pata Espaíla: si la tlsfactórias que pusierotn dereliéYp la jínica aspivBT- nota'no existiere, veni^riá abajó- jíof si mismo todo eí de suposieio'nes pavbrpsás beclias por los pocion unánime de nuestros partidos: Ubar&les, y -el andamip Rticos; mas si por acaso la A¿é)\cia Falra estuviese en único medio de unirlos dentro de instituciones co- lo cierto, y.ío inexacto fuese .él cambio de conducta de munes, á la man«ra que lograren vivir y/jffogresar nuestros vecinos, sin ser profeta se podría aseg-urar los partidos maS extremos de Pta'lía porlavirthd del conflicto^ próximos. sentimiento unánime de la -unidad de la patria. En-todo caso, nosptrps, sin entronipternos. á InvestiD'gase ahora si antes ó de.spues de la revolución par las causas ocultas de \Q^ hechos, creeríamos una de Setiembre, á partir desde iS56, se ha ÍBÍoiado ó ingrratitiid no aceptar lo iqn^ iaíilo nos favorece eú la planteado una idea, un problema, una sdueion paria conducta ostensible de Ateiíiania » Las últimas líneas de nuestro colega contienen constituir el país, que ni aun ert hipétesis bajá a l canzado el asentimiento unánime de la opinión y de lina afirmación que por hoy nos limitamos á reproducif. ; ., los páfrtidos. I. A través de los .^ig'lps y ,de las, vici^itudíí d-s, ía política, el progreso de las ^do? naciojíes peuinsuUres ha conservado un sentido unitario y fusionista, que si ha podido debilitarse en langos períodos históricos á CQnaecmencia de funestos errores cometidos por ambos pueblos j de conveniencias dinásticas reñidas con los intereses de las dos naciones, se ha robustecido al fin en el presente siglo hasta presentar todos lo.s,caracteres de un problema formalmente j}lanteado an ios dos extremos dei Tajo, .V qye solo íigiiarda la fórmula necesaria para cu solución. Dígase lo que quiera de ]a. unión ibérioa, aléguense contra ella los obstáculo.? qup por el momento) la i m piden, es lo cierto que contra el mezquino interés de los que en lispaña la combaten por servir de ese J.nodo una causa de partido, y de los que en Portugal H couviert.'n en arma para escalar ó conservar el peder, existe una tendencia hacia 1» aproximaciían üe ttEibos piUeblos, que se sobrepone á la explotación de los partidos j que se manifiesta cuantas veces dejan e?tos de reflejar por un momento Ir. intransigencia de sus ideas, Y Como no acostumbramos aventurar afirmaciones que HO estemos dispuestos á demostrar, ni es conveniente tampoco dejar desierta la defensa de nuestra solución ante los ataques de que es objeto en'la prensa espafiola y portuguesa, .hemos de consagrar « este asuutp major espacio del que solemos dedicar á la:- mas arduas cuestiones, confiados en que al írin y al eabo se convencerán nuestros partidos de qvie no es imposible reali-íar lo que el verdadero pat;'ifrtí3mo aconseja» todos, y reconocerán los portugueses cuánto hay de injusto en sus estemporáneas protestas de independencia y dignidad, que nadie ni por nada trata deamauguar ni desconocer. La unión de España y Portiigal bajo una miama monarquía, pero con absoluta independencia y geparaciou de ambos pueblos, esto es, la unión personal, única que nosotros apetecemos, puede considerarse bajo t.-es aspectos: el de la conveniencia de España; el de la conveniencia de Portugal, y el de 5M posible y aun fácil realización en un breve plazo, í s t o s tres puntos habremos de tratar principalmente e-a el curso de estos artículos, renunciando desde lúe» ^0 en ellos á toda polémica, cjue aplazamos para otro lugar y momento. Ante tpdo preguntaremos á los hombres de todas las opiniones, y especialmente á los que no suelen estar de ordinario afiliados á las huestes do ningún partido: ¿liay algún español para quien la uniun do Espafia y Portugal deje de ser mas que un ideal, nna esperanza ante cuya realización se halla presto á deponer todo exclusivismo de escuela 6 de partido? Creemos que no: es más, abrigamos el firmo convencimiento de que ese feliz suceso predispone á una patriótica abnegación aun á aquellos que mayores JKuestras de intransigencia han dado en el cur.so del período revolucionario. Y no es una persuasión gratuita la que abrioamos; se funda en manifestacio»eg clwas y terminantes de agrupaciones, de periódicos V de lionibrcs eminentes de matices muy d i s tintos" que un dia, aun no hace seis años, y con UÍOtívo de una tentativa tan lisongeramente acometida como ii.felizmente terminada, hicieron á la faz del pQÍs. entusiasmeido de aquella patriótica unanimidad iispaña se hallaba como hoy atravesando un período de interinidad, y amenazada por primera vez (le la guerra civil que habia de encender algunos ittieses después el ciego furor del absolutismo. Se habian dibujado ya claramente las profundas divisiones que han ¡levado después á los partidos revolucionarios á reñir sangrientas batallas y á esterilizar el magnífico concierto que precedió á tan r a d i cal suceso. La restauración habiá formulado ya su |*ograíHa. y para que nada faltara al cuadro de liuestras di\isiones, los monárquicos que tenían el Mentido y la dirección del hecho de setiembre liabian pioclamado cuatro distintas .soluciones para coreiiar dignamente el edificio constitucional á la sazón ^íi proyecto. rno.s defcndian la candidatura de la J'if.nta doña María Lui.sa P'ernanda, prpcurando de títe modo armonizar una semi-legitimidad dinástica con el principio de la soberanía nacional, irrevocablemente decidida contra los Borbonés; otros ale;ando Igs servicios revolucionarios del duque de Sloutpensiery recordando la siguifioaciqn parlamentaria Je la casa de Orleansy las virtudes domesticáis que han distinguido á sus miembros, aelamaron con estrépito la candidatura del cuñado de doña Lsftlíel Ii como rey popular de España; otros quisieron Colocar en el trono al ilustre veterano de Luchana, *f' quien v^iau Ift personificación gloriosa de nuestras libertades y la mas firme garantía de las n u e ras instituciones; otros, por último, guiados por Jiias elevado criterio, indicaron á 1). l^ernando de ^ oburgü, rey viudo do Portugal, para regir los des"^'nos de España, á ese ilustre 'príncipe eñ quien se ¿«Uüian una lar^a v feliz experiencia §n h difícil "iision de íegéiicfár lin püéuló aniquilado y una esperanza pava la realización del ideal ibérico, I iiJI ill'IW J,--UJJUt.44-mLUM-JJ-41J-J-LlLj.!- «ISCELiNEV PDLIT[G\. A largos comentarios se prestarla la noticia dac/a, por el Tkmpo y comunicada por el teiégl-áfo, dd la existencia de una nota que el gobierno alemán p a saría á Francia si las reclamaciones de España acerca de los carlistas no fuesen atendidas; pero la i m portancia misma de la noticia, si fuese exacta, iu)s hizo limitarnos á brevísimas consideraciones, p<»qne em para otra cosa preciso que la noticia dada por él diario londonense fuese exacta. Ha creído, .sin embargo, un diario ministeiriíil que, aunque fuese sentando en hipótesis k esaotitud de lo noticia dada por el Times, debía hacer algo mas Cjue breves consideraciones acerca de esas proposite» del gobierno alemán, y haeor de paso una declamcion que partiendo de un diario ministerial no debemos dejar (jue pase desapercibida, , En las apreciaciones cometo algunps errores nuestro colega, porque la nota del gobierno alemán no existe todavía, o por lo menos no existía cuando el í^'/iííM lia dado la noticia; el diario londonense no decia que Alemania hubiese pasado esa nota al g o bierno francés, sino que la pasaría si las reclamaciones de España no eran atendidas. Faltaría, pues, aun tomando la noticia como p r fectamente exacta, ver qué acogida pi-áctkc^ tenia la nota de nuestro embajador en París. Acerca de esto da varios é interesantes detalles una correspondencia de Madrid dirigida al periódico de Barcelona la Crónica. Según esta correspondencia, el gobierno france's, al recibir la nota de nuestro embajador, de cuya firmeza quedó sorprendido, dio sus instrucciones al conde de Chaudordy, el cual, saliéndose de los usos diplomáticos, se p r e Bentó al duque de la Torre á manifestarle que ej gobierno francés consideraba la nota española oomo una provocación de Prusia; que por lo demás el g o bierno francéíJ estaba dispuesto a internar á los carlistas, á separar al prefecto Mr. de Nadaillac y á cerrar herméticamente la frontera, pero que después de la nota era esto poco menos que imposible. El ducnie de la Torre contestó ciue él no podia tener conocimiento de las quejas del gobierno francés sino por conducto del Consejo de ministros, y que se entendiese con el ministro de Estado. El embajador francés dirigió á París un largo telegrama y e s peró contestación antes de ver al Sr. Ufloa. \í\ duque do la Torre celebró una conferrncia con los señores Sagasta, l l l o a y Homero Orti?., conviniendo todos en que la cosa era grave, pues si el gobierno francé.* insistía en atribuir la nota española á la secreta inspiración do Prusia podia estallar un oon-= flicto. Prevaleció la opinión del Sr, Romero Ortiz do que debía insístirse con energía en lo expuesto en la nota, demostrando al mismo tiempo que n i n e u n í inteligencia previa habia habido con Alemania, y estami.sma opinión fué después aprobada en Consejo de ministros. El embajador Jrancés se presentó al ministro da E,stado, reproduoTendo las amenazadoras quejas de su gobierno, pero se bucontró eon que el nuestro no r e trocedia ni un ápice, v que en todo caso apelaba al juicio y contaba con el concurso de todas las potencias europeas que tenían ya conocimiento de los s u cesos. Horas después se recibia en Madrid un telegrama diciendo que el gobierno francés Jiabia acordado i n ternar inm^'diatamente á todos los carlistas sin escepcion é impedir por tierra el contrabando de guerra, dando al mismo tiemr* arden para que se entregara á nuestra marina el vapor Nieves, cogido en Socoa con oargamento para los carlistas. Hasta aquí el estracto de lo que dice á la CrónicA de Barcelona su corresponsal mádrilefio. ' Ayer taráé celebró una l a j ^ eonferéucia el r e presentínte dé Inglaterra cPh el señor ministro d e Estado, ' . En el Ceftsejo de ministros celebrado nyer tarde, y c|ue fué de corto, dói-acióli, se despacharon expedientes de Hacienda, Gracia V Justicia y Marina, particularmente; se hablií de guerra, como siempre, 5' el Sr. Ufloa, que se r.^tiró antes que los demás mimstrps, por tener <^ue aslsiair al banijiiete de Tá Presiduneja, diÓ cuenta de algunas notjeiaa intercsant3S,<jne le íiabiaa «ido comunicadas por los cónsules de la frontera. El Gabinete no se ocupó de la cuestión de gobernadores como se a S ^ u m b a en todos los círcHlos polítieos. general O-Düttnall uue, en efecto, él habia «Stadi' moralmerite en Vicálvarip. sin que d ^ sfiJAOidelpaítído moderado, ni «n el Senado, ni eu las Córt^, w en la prensa, .se levantara una sola proteste .oontrs , aquella solemne declaración. •iHay en esto algo Kpué implique olvido, ni perdón, ni menos que pueda interpretarse como ua«. opinión particukr del duque de Valencia, á quien* se dirigía el conde deLuccna, no [-i^mf) grií"-\-,l,=eiíic como jefe de un partido? Dainusiado sabe el Ticdip que no. Seo-un tenemos anunciado, continuamospübdidMi^ do eAuelta de Bolsa al píe del estado de-eotizacioá, para que nuestros lectores puedan comparar mas Mocilmente;' l'n telegrama de Berlín fecha 2^.que pubüc» 1». prensa extranjiera, dice Lo siguiente: _ «El presupuesto de la administración militar {iwa ^ ijercicto i&fó ha,^do presentado al CouMa o 'iédéM' '^. total se eleva á 'i%) millones de rearóos, <j sea 51 inlllones mas que en el año íiltlmo. Tíh éSta cantidad entran 6.B0O,.ÜlX) marcos llevados de una vez al capítulo.de gastos extraordinarios,» Creemos que tiene interés la noticia y que merée e i l a i ü a r l a atención ese aumento de gastos j¿ilÍ-> ares. Uice «nciche un coiega: , _ ., *E1 suelto anunciando <]ue el Consejf d<íl miércoles tendrá cierta gravedad, puWioado por un p«^ri(}diCQ i'i'-' uisterial, de ordinario bien informado, ha dado, pSbU'c 4 que aumenten lo» rtunorea de crisis, hasta él .extréms de suponerse que esta es inevitable. _ ., Las versiones mas autorizada* suponen que, s) s í confla alSr. Candan la cartera de Haeienc^, eutiarla el^ Guerra'ei yr. Jovellar, ó tal vez el Sr, López Boiíyngucü; y ¡í|ue, CB caso ds entrar en Hnoienda un.l^o'l'^f* ¡jcUtJco procedente dei unlpnisiuo, ocuparía él minlste" rio de la Guerra el general Key. , .. ^ Varias otras inoditicftcjpnes corren como prpbjáWese| los circulo» políticos, pero la <jue dejamos cbnsig'natia' es la que la opinión C/onsidera mas realizable.?• La (hcela ha publicado otra circular ¿él Señor ministro de Fomento, dictando las medidas qué déIxsn aáoptar los gobernadores pam que en un pla?S breve se abonen todos sus atrasos á los profesores de segunda enseñunza. El señor ministro de Fomento, (¡^ue reeieutemente publico ujra orden análoga, eríeaminnda A hítóeréfeo* tivo el pago de las exiguas dotaciones de los maestros de instrucción primaria, recuerda ahora, co» motivo de la circular á que nos referimos, qv* eñ Ift propagación de los estudios y en la. estirpacion d| los males que son el obligado corl«jo de la igppran^ cía de los pueblos, se encuentra el -remedio mas e%caz d? mejorarda triste condición de lo.s tiempos qu£ ak,;m/.amos, y advierte á los gobernadores que á ellos y á las diputaciones provinciales incumbe flu* trar lii opioion ,Kobro los grandes biches qu'^ Ti^n de resultar de tedasdas mejoras que en lo concerniente á la eníseñanza publica se realicen. Aplaudimos el levantado espíritu jque campea §9. el pi'eámbulo de la nueva circular del Sr. Navasmiy Rodrigo, y deseamos ^tie esta eiPcular, y la «jüe pu» biícó hace pocos dias sobre instrucción primaíja-, sirvan paiá mejorar la triste situaéion en que sé Bailan los maestros de primeras letras y los est^blteéimientos é institutos de segunda enseñanza dé íaa provincias. El TíáMp ha interpretado mal el suelto en qtié nos valíamos del refrán «á tí te lo digo, sue j r a ; entiéndelo tú, mi nuera», suponiendo que tratamos dé constituirnos en suegra del alfonsismo. Bastante tiene el alfonsismo can los primos que 1« van saliendo. Dice la Prensa: . Parece que terminados, por el momento, los pro«Si es cierto que se trata de levantar 4 destierro | cedimientos que se seg-uiaii por la vía militar en la gran número de carlistas, hay que deducii-, ó qne a} cauSa que se instruye contra el anénimo avitor del destarrarles se obró sin razón, 6 qu» no la hay para infolleto atribuido al general Letona, se siguen en lá dultarles, j ' Mal se compagina la conducta escesivamente bland^ actualidad gubernativamente y con rapidez notable. y tolerante do lo» liberales con los salvaje» atentados contra I» propiedad y las personas que todos los dias Leemos en la Época: «Amigos del general Letona, el cual sigue enfermo, repiteft lt»s facciosos de boina.» nos han suplicado en su nombre que rectifiquemos la ÍÁ Prensa tiene razón que le sobra, y el Gobierno noticia publicada en la Correspotidencta áa ayer, en qup no debe tomar á mala parto las escitaciones que t o se asegura que en cuahto su salud se lo permita se dos le hagamos para que proceda con energía. La presentará al Gobierno á ratificar la declaración que ha guerra carlLsta, que nos empobrece materialmente, prestado á la autoridad por quien ha sido interrogado, sobre el folleto que se le ha atribuido. El general Leto- es un baldón qué España solo puede lavar combana ha respondido oficialmente, como creía deber hacer- tiendo á sangre y fuego contra las ideas que reprelo, al tenor de ias preguntas que se le han dirigido, y senta y contra los hombres que de instrumento Ja el Gobierno apreciará sus declaraciones como estime liirven. conveniente; pei-o no ha autorizado á nadie 6. vindicarle Alguna grave cuestión de Hacienda ha debido ofleiosamente de imputaciones apasionadas, ni al amparo de las leyes tiene qne pedir mas que ú la prensa y i-tratarse ayer, puesto que á la reunión de que habla á la opinión pública la discreta consideración que recó- 'un colega de anoche asistieron el ministro del ramo iniendau la equidad y la justicia.» y el director del Tesoro. Dice así el periódico i que Solo el deseo de tener á nue.st,ros lectores al tanto. nos referimos: «Esta tarde á las tres menos cuarto se han reunido en de todos los incidentes del lamentable asunto ú que' se refieren las anteriores líneas, pudiera obligarnos á la Presidencia los Sres. Sag-asta, Ulloa, Alonso Colmevolver un dia y otro sobr^i él. venciendo la repug- nares, Navarro Rodrigo y Camacho, habieado asistid^ el señor ministro de Hacienda acompañado del direoto» nancia que nos inspivü. del Tesoro, B. Antonio deVRizo.-> Dice el Tmujjo: Ayer fueron llamados á prestar declaración en la «L»« frasea generosas de olvido y perdón que. así causa que se instruye con motivo de la publieáeion respecto de las eo.sas como de las per.Sünas, ha pronun- del folleto Za guerra y la cmsfitv.nnn (Id jj^ls, los seciado en su larga vida política el ilustre duque de Va- ñores Eseobar'y Fortanet, hijo. lencia, s^r^n siempre un monumento eterno de su gloEl Sr. Escobar ha declarado que se le pidió la puria; pero iio se pueden tomar aisladas ni separadas da las circunstancias del momento en que fueron pronun- blicación de aquel escrito eii la Época, a Lo cual se ciadas, para deducir de ellns eV pensamiento político de negó resueltamente por el ataque que contenia §. la un partido; y demasiado sabe EL IMPAHCI.VL que lo que memoria de una persona ciuerida, y únieament» 8u cita de hoy pretendeprobarno es cierto.> cuando el representante del incógnito autor expusQ Discutiéndose en el Senado el movimiento militar la resolución dp imprimiylo .sepaj-adamente, k ' i d i de 1854, el general U'Donnell, para demostrar que cü que enfrente de su redacción iístába la B'sffelenta no se habia levantado contra el trono, como supo- imprenta del Sr. Fortanet. nían los amigos de duque de Valencia, con la sana El Sr. Fortanet, que no conocía á la persona que intención _ de hacerle sopechoso en el palacio ,de le llevó el manuscrito ni le imputó gravedad algu-í Oriente, si no contra sus cpr^sejeros re.sponsables, na, ha sido multado en 2.000 pesetas. dijo que mal podia tener la sublevación de VicálvaLa Época espera todavía que, si es neCj^rit), ei ro el carácter que pretendía atribuírsele cuando los autor del folleto dejará do ocultar r^u nombre. principales hombres del partido moderado, que tan celosos so mostraban de la pferogativa regia, eonoNuestro colega la Época publica ayer un artíeuJLj eian sus proyectos, le habían animado á llevarlos á defendiendo el arriendo de varias rentas públicas» »í»r cabo, y^ si no habían estado personalmente eon él como sistema, sino como medida transitoria y coma en Viéálvaro, haMa sido p*r eausa,s ind^endientes remedio enérgico que es preciso adoptarj v expoíie dé su voluntad; y el duque de Valexicta^ póí razones varías consid^aciones aoerw del aríjÉiado^jS «ónque nadie mejor que él podii apreciar, y que nos- tribucion industrial. ,^' , , otros no ignoramos, contestó á las «k^rmaciones del Desde antes de la jublícaciou ^^)^,l^^yM^i, ^ Jil cónsul de España en Perpiñan trasmitió ayer un telegrama al señor ministro de Estado noticiándole que el gobierno francés lia reiterado de un modo apremiante las órdenes de internación respecto á los carlistas, y que en su consacneneia se habían veriflcjido algunas de importancia.