ESCRITO POR RESIDENTES Y USUARIOS DEL HOSPITAL CENTRO GERIÁTRICO Dr. LUIS PIÑEYRO DEL CAMPO 2010-2011 Silencios Rotos del Piñeyro Silencios Rotos del Piñeyro PRÓLOGO, DIRECCIÓN Y COMISIÓN DE APOYO La aparición de un libro es siempre motivo de regocijo. Si decimos -además- que Silencios rotos del Piñeyro es la continuación de Cuentos, anécdotas y poemas del Piñeyro, que fuera publicado en 2008, la celebración debe ser aún mayor. Dijo Federico García Lorca: Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle, no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente, con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y, ¿dónde están esos libros? A éste -escrito por residentes y usuarios del Hospital Centro Geriátrico Dr. Luis Piñeyro del Campo- debemos recibirlo con las manos ávidas, la mente abierta y el corazón alegre. Personas con escasa formación literaria nos ofrecen sus sentimientos, sus afectos, sus aspiraciones, su relato vital con total naturalidad y una belleza que nos colma el espíritu. Pedro González nos recuerda su niñez en Pardo y pardo. Mario Troche le escribe y agradece a Mi madre, a Mis hijos: Camila y Gervasio, a Mi hermano Ricardo y a Gilda; y nos deleita con un poema hermoso ¿Dónde cantan los poetas?, que dedica a Gabriela. Aída Ciscato rememora En una tarde, el baile añorado en el Hotel del Prado. Rubén Darío Fernández nos emociona con La pequeña Olga que le repone a la abuela su jazmín maltratado. Susana Barreiro y Arsindo Farías nos regalan tres bellas composiciones La Noche, Pregunta de un Niño y Poema de Amor. Edmundo Antonio Sosa nos recuerda en El perro y yo al can que primero se mostró agresivo y amenazante y luego se volvió su fiel amigo. En Romina -5- Silencios Rotos del Piñeyro nos habla de su hija del alma y en La Tierra del suelo cultivable que el hombre hace producir con su esfuerzo y amor y, hacia el final del ciclo vital, sirve de cobijo eterno, tranquilo y oscuro a nuestros cansados cuerpos. Los poemas no están construidos con rima ni ritmo perfectos, y ese no es su propósito. La finalidad -de los autores- es plasmar una exaltación de la vida que los rodea y a la que no están dispuestos a dejar pasar en vano. En un muy lejano 1895, el Dr. Luis Piñeyro del Campo asumía su cargo en la Comisión Nacional de Caridad y Beneficencia Pública. A partir de ese momento, el Asilo de la calle Larravide concentró sus principales desvelos. Luego de su muerte acaecida en París el 21 de agosto de 1909 y en reconocimiento a su tarea la institución pasó a denominarse Asilo Luis Piñeyro del Campo. Desde el más allá, el noble benefactor y poeta leerá jubiloso Abuelos del Piñeyro de Mario Troche, Gracias mil Piñeyro del Campo de Paula Linares y Piñeyro del Campo de María Silvina Velásquez. Luego de la lectura, descansará en paz. Nosotros, que aún permanecemos en este paraíso terrenal esperamos -desde ya- el tercer libro de los residentes y usuarios del Hospital Centro Geriátrico Dr. Luis Piñeyro del Campo. Dr. Alberto Piñeyro -6- Silencios Rotos del Piñeyro Continuamos juntos,… gracias Por segunda vez volvemos a cumplir el sueño de trascender, al no dejar que se pierdan estos escritos que reflejan el sentir y el amar de los residentes. Este proyecto tiende a dar continuidad al primer libro ya publicado, que llevó tres años de gestación y que fue originalmente idea del residente Rubén Darío Fernández. Hoy reunimos nuevamente lo que consideramos lo mejor de cada uno de los autores, demostrando la importancia de tener un proyecto vital. El fundamento de este libro es salvaguardar aquellas cosas que algunas veces quedan en papeles olvidados o se pierden o se tiran porque no valoramos la importancia de lo hecho por nosotros mismos. El nombre de esta nueva edición surge del Taller Literario; donde un grupo de amigos se reúnen para pensar, reflexionar y apoyarse en temas de interés común. Este espacio estimula la creatividad; es un lugar en donde el respeto, la sinergia, la escucha y la aceptación son los pilares fundamentales que sostienen el trabajo del Taller. Sumamos en este libro trabajos de aquellos usuarios que no participan directamente del taller, pero a quienes les agrada escribir. -7- Silencios Rotos del Piñeyro Agradecimientos A quienes participaron en el libro, desde el Taller y con el aporte de sus trabajos. Al Equipo de Gestión y a la directora del Centro, Dra. Adriana Silva, quien con su constante aliento nos impulsa a continuar nuestra labor. A la Comisión de Apoyo, en nombre del presidente, Sr. José Peralta, quien siempre nos apoya en cada emprendimiento a favor de los usuarios. Al bisnieto del Dr. Luis Piñeyro del Campo, por permitirnos publicar como homenaje extractos del libro El último gaucho (1891), escrito por quien merece el nombre de nuestro Centro debido a su innegable valor como ciudadano ilustre, amante de las causas nobles y justas. A Helder Hernández, por permitirnos recordar a Melania en este libro, que aunque hoy no está entre nosotros se mantiene viva en sus escritos. A Gloria Gómez, que trabajó con Juanita en el Viaje Imaginario y en las fotos de los trabajos de Nahír. A la Lic. Trabajo Social Sandra Sande y a la Dra. Verónica Silveira, por el aval a nuestro emprendimiento. A Marisa Palmer, por la energía que nos impulsa a concretar este proyecto. A la artista plástica Lic. Esther Meix por las fotos de sus trabajos realizados en Centro Diurno. -8- Silencios Rotos del Piñeyro A ONPLI por colaborar en nuestro proyecto al ser la imprenta que nos apoya con el libro. Al Laboratorio Bayer por el noble gesto de apoyar y financiar nuestro emprendimiento. Al fotógrafo Miguel Rojo por la foto de tapa. A Gretchen Schauricht al enriquecernos con sus invalorables conocimientos y su cariño en la corrección de nuestros trabajos. Al Asesor Legal Fabricio Méndez por su apoyo. A Marta Llabrés y Nathalie Montes por la colaboración constate en este emprendimiento. Quienes coordinamos, nos sentimos muy felices de ser los agentes motivadores que propician este trabajo. Para finalizar, hay una frase que significa mucho en este contexto: “Hacen falta sueños para aferrarse a la realidad” (Ricardo Arjona, músico). Sra. Nelvi Regalo Centro Diurno Lic. Psic. Gabriela Ferraro Oficina de Atención al Usuario -9- Silencios Rotos del Piñeyro Dr. Luis Piñeyro del Campo EL ÚLTIMO GAUCHO Luces dudosas vienen extendiendo su tenue claridad por las cuchillas. Sopla ligera brisa, van ciñendo las nubes orlas rojas y amarillas. En los bajos las nieblas por los cauces deshaciéndose van de las cañadas, y en jirones, cual gasas desgarradas, flotan entre las ramas de los sauces. Fresco aroma de hierba humedecida en ondas se levanta, que a raudales recogen y desparraman en la huida las puristas auras manantiales. - 10 - Silencios Rotos del Piñeyro Yerguen su tallo las menudas flores al beso de la luz que se dilata, y que en haces de vívidos fulgores sobre el campo ondulante se desata. La negra tierra allí, desmenuzada a la tarda labor del buey paciente, en llanto de la noche aún empapada el seno ofrece a la feraz simiente. Del maizal a las cañas rumorosas éntrase el viento juguetón y leve, y al roce de sus alas bulliciosas hojas y tallos en desorden mueve. Y salta, y besa, en vuelos inconstantes, las mieses del maduro fruto henchidas, que deja columpiándose ondulantes cual las ondas de un lago estremecidas. Y llega ya hasta aquí; lame silbando las rojas tejas del humilde techo, y el humo del hogar arrebatando lánzalo al campo en copos de mil deshecho. - 11 - Silencios Rotos del Piñeyro Pedro González (07/12/41-13/10/10) PARDO Y PARDO… SOY COMO SOY SÉ DE DÓNDE VENGO - 12 - Silencios Rotos del Piñeyro PARDO Y PARDO… Pardo y pardo marrón glacé los padres míos. En estas callecitas de la Aduana, frente al conventillo, picadillo con pelota de trapo, este negro junto con los zurdos y los Espondaburu pardos, ellos eran muchos hermanos, había que pelear por calle Pérez Castellano. Quedaba el Boston donde peleaba Burgués y Dogomar Martínez. Tiempos lindos de nuestra niñez donde “la plata” baila y los hombres también eran “guapos”, había que pelear para ser niños de verdad. Qué te parece hermano si naciste pobre, morirás pobre con él… en tu fe… hombre serás… Tiempos pasados donde no había “pasta base”. Cumplí la misión de “humano”, vine al mundo de una mentira hecha a mi madre; ella lo quiso. Así fue que crié a mis hermanos como “hombre”. Y yo fui lo que quiso el destino: siempre negro de “Barrio”. A mis antepasados que fueron “blancos”: Mis antepasados fueron africanos “Negros azules”. Y soy feliz siendo marrón. He sido sincero con la mujer que me amó. Sabe quién soy. Ella en Europa…viviendo y yo aquí en el Piñeyro del Campo siendo quien soy, de Mundo Afro. “Misión cumplida” con mi vida de marrón glacé. - 13 - Silencios Rotos del Piñeyro SOY COMO SOY Soy como soy. El mundo es así. De amores no cumplidos de promesa de hombre de entrega de mujer hereda su carácter “su ser” tranquilidad. El mundo es así ¡hombre! así me criaron así es morir y nos encontramos en el Piñeyro del Campo él siendo él. Cuando le dije su verdad la de mi madre él calló le vi morir “su ser” tranquilo, manso la vida es así. Sin garantía de un mundo mejor. - 14 - Silencios Rotos del Piñeyro SÉ DE DÓNDE VENGO Sé de dónde vengo ¿Quién soy? Soy Machado que encontré en Piñeyro del Campo la triste realidad siendo el mayor de mis hermanos, Bottaro ellos, siendo yo el mayor de los nietos ¡el alma de ella llevo! De las brujas del Piñeyro creyendo en Cristo y su Biblia, protejo Madre Teresa. Mi abuela me crió con rigidez de un macho. Así soy, es crear una imagen Pedro Hugo…soy. - 15 - Silencios Rotos del Piñeyro Mario Troche Unidad de Psicogeriatría A MI MADRE A MIS HIJOS CAMILA Y GERVASIO CAMILA A MI HERMANO RICARDO GILDA MATEANDO EN EL PIÑEYRO A LA MÉDICO PSIQUIATRA GIANNINA CASALI A LOS TEJANOS LOS RECUERDOS DE UN MAÑANA A ROSANA - 16 - Silencios Rotos del Piñeyro I - II - III DESDE EL PIÑEYRO A MYRIAM CON EL CALOR DE UN ABUELO A ADRIANA, ODONTÓLOGA CON FUERZA DE CREAR NUEVAS LUNAS EN LOS ROSTROS DE LOS ABUELOS DEL PIÑEYRO LOS ABUELOS DEL PIÑEYRO UN FRAGMENTO DEL CUENTO “LA BOHEMIA DE LOS GRILLOS DEL PIÑEYRO” ¿DÓNDE CANTAN LOS POETAS? A MI MADRE Se me cayó un verbo calendario de año Mamá andando, andando caminos azules, azules. Manos de otoños antiguos veíamos rostros de fuego. Te acordás Mamá de las primaveras. No te olvides nunca golondrina querida, aquel que llevaba en el hombro como una rama del destino. Acá en el Piñeyro el viento tiene la estatua de los eucaliptos, labios de arena, sol, sol y cruz trazada en el tiempo como una consigna celeste. Te bendigo Madre. Y que nunca sea tarde como un sol en la noche; quién sabe qué noche. Qué luna, qué ida, qué destino madre mía. Tengo nubes nuevas para pintarte los labios los que tantos besos me dieron cuando estuve solo, también tengo un sol para regalártelo. Todo. Mamita linda. Me estoy cortando con los filos de un arco iris en los pupitres del atardecer. Con los codos en el horizonte donde vendrán las estrellas. lágrimas de luz para llorar mi llanto casi poeta en la noche, Mamá. - 17 - Silencios Rotos del Piñeyro A MIS HIJOS CAMILA Y GERVASIO En un área incierta, al centro del corazón palpitan mis hijos. Garfios de amor prendidos como las manos de Dios en el infinito azul y más. Horizontes, luna y pan, hermosos como estrenando cielos rojos. En el pupitre mayor, tiza blanca rayando el alma de un grito. ¡Los amo hasta volverme poesía! Y me quedo inmóvil en los surcos del silencio. Arañas de calcio y lunas impregnadas de luz en las auroras. Incendio de amaneceres del Piñeyro. Gitano sin aros roto como un pájaro. Bullicio de golondrinas en los techos. Exaltando vernos rubios de sol. Rudo engranaje de ruedas dentadas mordiendo el calor de mis hijos porque son pan y techo tibio de amor. Aprendí de ellos no morir cada día, la edad de los árboles y otros asuntos que me llaman la atención. CAMILA Déjame despeinar los techos para mojarme de lunas y saber un poco más de la anatomía del sauce que llora en mi ventana una pena verde. Aprendí de los pájaros como tú Camila a escribir en los celestes poemas de amor. - 18 - Silencios Rotos del Piñeyro Y el sol me ganó en los patios del Piñeyro gritando un recuerdo en tu aniversario. Te quiero Camila, después es verano. Te quiero Camila, después recién después. Remontaré una de las palomas hasta la altura de mi frente en un vuelo de patria y cielos. Te regalo todo hija mía y la luna en un trago de luz para calmar la sed. De los camellos del mundo de arena y un globo picado en mis manos vacías con líneas que calcan rumbos del corazón. El que te lleva como una bandera en el pulso, mi gran hija querida. Eres el éxito de una golondrina alcanzando el ángulo de su cría. A MI HERMANO RICARDO Tiemblo como la mar. Cada ola es un salmo que me humedece el corazón. Voy querido Ricardo con tus palabras en las alegrías. Sé mucho de las sonrisas de los amigos, de la paz, el pan y los peces. Y mi alma multiplicando los soles y lunas en los horizontes. Para que no me falte nada, a la hora de la oración un hornero artesano de colores, me duele en el verano como un niño en los brazos. - 19 - Silencios Rotos del Piñeyro Esperando la estatura de los hombres para andar mudos de colores, de mares techos de Dios. Desde el Piñeyro te escribo con lágrimas de emoción inundados mis párpados porque vale la pena esta lluvia… Hasta que salga el sol. ¡Tú, no me dejaste solo ternura! ¡Bendito sea el Señor! GILDA No me dejes solo Acá tenés un amigo ¡AMOR! Aquel que confundió los afluentes con serpentinas de sol y lloró veinte años tu ausencia en un rincón noche de Montevideo. Te amo con influencia de golondrinas, caballos que pastan en los patios del Piñeyro. Se parte el poema como un rayo en la tierra fresca, ajena y prohibida. Te acordás amor la primavera el sol y aquella luna durmiendo luceros. En tu falda mujer; qué saben aquellos que nunca despertaron llorando a las seis de la mañana y se entregaron al horizonte para verte pasar llevando la última estrella como la mano de Dios la garganta del sol. Nuevo día para sufrir tu ausencia. - 20 - Silencios Rotos del Piñeyro Yo no sé si me recuerdas, yo no te voy a olvidar nunca, amor. Después serán los pájaros que me encenderán un ala para morir mejor. MATEANDO EN EL PIÑEYRO Hay cosas que no saben, por ejemplo que el zorro gusta de las mujeres. Eso no lo sabía, me lo enseñó Tito Juan Carlos Rodríguez, un amigo del Piñeyro, que se disfraza de zorro aunque haya 40 grados de calor. Sombrero y capa (me pidió que le consiguiera un caballo), es más bueno que una copa de agua. No sabe leer, ni escribir, no sabe la edad que tiene, pero sabe mucho de sonrisas. Una tarde que estábamos amargueando Antonio, Tito y yo a la sombra de un enero en el jardín del Piñeyro rompió el silencio y preguntó: Compañeros, ¿qué hay adentro del cielo? Quedamos rotos, prolongamos el silencio, derramé una lágrima y Antonio apenas respondió, adentro del cielo está Dios y los angelitos y volvimos a quedar en silencio, así seguros que esa no era la respuesta, no había otra. Una noche después de la cena caminábamos por el parque y así porque sí afirmó: ¡El sol ahora está en Japón! Qué lección para nosotros que nos hacíamos nudos en los horizontes. Y así pasó un termo, un mate para Tito, otro para Antonio, nos contó que nunca tuvo novia y agregó: Yo nunca me acosté con una mujer. A los tres nos ganó un gran silencio sofocante como un grito a Dios. Nos quedamos quietos, recién hechos, hasta que nos despertó preguntando: ¿De dónde sale el viento? Ni las palmeras del Piñeyro pudieron responder y eso que las palmeras saben de nidos, nubes y cielos. El silencio nos volvió a cubrir. Es raro vivir. - 21 - Silencios Rotos del Piñeyro A LA MÉDICO PSIQUIATRA GIANNINA CASALI Siento un profundo respeto y admiración por todo lo que es inteligente. Como el árbol, la golondrina, la luz, el amor saben regresar al ángulo de sol de las ventanas del Piñeyro. Yo estuve veinte y tres años dormido en un rincón de Montevideo. Usted señora Casali me devolvió las maravillas de las auroras y estas inmensas ganas de vivir. En los horizontes donde todo se agita y el sol salpica estrellas es tarde, es noche exactamente ahora que estoy escribiendo. Quiero gritarle gracias y se me vuelve poesía como un molino sin viento en los silencios flotando en el aire de otoño. Pájaro azul de tanto rayar el cielo un abecedario de lunas y soles me ilumina el pulso, y vivo, abierto con amigos buenos como el pan. Creo en usted señora Casali porque me hizo mucho bien como una canción de paz. En los vértices del corazón vivo feliz. Esta noche para estrenar tengo un lucero nuevo que me guiña a lo lejos, muy lejos donde todo comienza como un siglo y despiertan los bordes del silencio. Giannina, no me haga caso porque estoy loco. - 22 - Silencios Rotos del Piñeyro A LOS TEJANOS LOS RECUERDOS DE UN MAÑANA Desesperados granates allá en el horizonte tembló la tierra el 19 de septiembre pasó algo aquí. Más de veinte soles iluminaron la tarde. Fue un acontecimiento como sucede en mi ventana la catástrofe de un sauce. Pasaron Los Tejanos criaturas mágicas con los colores del arco iris y noche. En los patios del Piñeyro más de cien guitarras sonaron acompañando el retorno de una golondrina. Y los comediantes jugaron con ritmo de primavera la proeza de La Teja. Muy alto una paloma blanca, como una tijera, me recorta pedazos de techo para un muchas gracias por estar, por existir, por venir. En un espacio roto tal vez esta noche lluevan espigas de un cielo maduro. Nunca los voy a olvidar. - 23 - Silencios Rotos del Piñeyro A ROSANA Generosas las palmeras en su estatura de cielos. Varas maravillosas que todo lo transforman en una actitud mágica de palomas, en soles, poesía y pan. Y tú Rosana mirando el río verde en los patios del Piñeyro que corre en el horizonte rojo del atardecer lleno de vida golpeando el pecho con una mano de fuego con humo de sangre y cenizas de tierra blanca después de los muros. Te quiero con acento en el alma la misma que se llenó de poemas en la sonrisa de tu primavera. I Un relámpago en un grano de sal ilumina mi pulso con el que escribo estos poemas los que dedico con amor: A Anahí A mis hijos. A mi madre. A los que calcan la luna para iluminar la vida. A los perros que le ladran. A Gilda, al terciopelo, - 24 - Silencios Rotos del Piñeyro al sauce que llora un poema verde, a mis hermanos. A las ventanas por donde entran las estrellas. Al alba, a Papá. A los que duermen durante las noches porque de ellos es el reino de las auroras. A los abuelos y funcionarios del Piñeyro. Al reloj que da la hora al pan a los peces a las túnicas blancas a los horizontes que coleccionan primaveras al inflador de mi vieja bicicleta a la libertad a los poetas del Piñeyro al último organito a una cuchara de agua a todos los pájaros. A todos mis sobrinos que pescan arco iris en las playas del mar. Las lágrimas de luz; en los techos del desierto como manos en la ola, escribo. II Yo sé mucho de la Luna porque ella me alumbraba en mi larga soledad. Tiene claridad de cielos. Mi poema amaneciendo en el Piñeyro del Campo. Hay una mano que tiembla allá en el horizonte y se conjugan los verbos en el agua que cae, ceniza terciopelo, granate - 25 - Silencios Rotos del Piñeyro en la mañana de invierno. Pronto será primavera en los helechos de mi tierra, al oriente del río de los pájaros pintados. Y cantarán los abuelos loas a los patios como cosechando auroras en un afluente de patria. Girando, girasoles. Amor. III Me gasté en rojos con horizontes de sangre y aprendí a escribir algo. En cada amanecer por los caminos de las manos yo estaba sin resolver el ejercicio de la luna que me consumía cada noche de frío y soledad sin espacio, sin luz. En las sombras de las acacias con fantasmas y pájaros colgando de una nube que estaba quieta en el cielo. Como una sombra amenaza de pedazos de hielo sobre mi frente cansada en una partida con la muerte con dados de estrellas triste. Desperté en el Piñeyro. Nací de nuevo. - 26 - Silencios Rotos del Piñeyro DESDE EL PIÑEYRO A MYRIAM CON EL CALOR DE UN ABUELO Remonto como un sol para iluminarte ternura y con esos rayos de luz calcar mi paisaje naturaleza desde los patios del Piñeyro. Te quiero en el poema porque en un poema vivo bajo un techo de lunas y alcancías de horizontes de cada atardecer y más todavía. Soltar la línea de un círculo y caer como una lágrima en tus brazos Mujer para soñar auroras con golondrinas y todo. En tu mirar primaveras eres más linda que la última rosa que acaba de florecer. Por eso no estoy más triste, Myriam. A ADRIANA, ODONTÓLOGA CON FUERZA DE CREAR NUEVAS LUNAS EN LOS ROSTROS DE LOS ABUELOS DEL PIÑEYRO Déjame llorar donde convergen las lágrimas las manos de los ríos el cielo de las pupilas de Dios. Tu andar paladares con ternura hospitalaria me induce a escribir tu sonrisa - 27 - Silencios Rotos del Piñeyro con el pulso de un amigo libre como una golondrina que cada mañana va y cruza mi ventana volando los jardines del Piñeyro. Tengo sensación de primaveras qué más puedo pedir si tengo el pecho lleno de alegrías nuevas y soles enteros temblando al amanecer temblando en el horizonte que no se apaguen nunca. Me hace bien escribirte Adriana, gracias por existir. LOS ABUELOS DEL PIÑEYRO Tienen murmullos de gorriones turbulencias de mar quieto. Los abuelos del Piñeyro andan con paso lento como contando distancias. Me ofrecen su mirada solidaria y sus manos generosas con la estatura de los ceibos la flor de la patria. Yo estaba en un rincón de La Teja más solo que un remo perdido en el río salado y ancho como el mar. Respiraba soledades como un pez en la arena. Solo en el trapecio de la noche como la luna andando - 28 - Silencios Rotos del Piñeyro de horizonte a horizonte horizontes de espuma y sal. Mi poema tiene influencia de las palomas del Piñeyro. Más luz. UN FRAGMENTO DEL CUENTO “LA BOHEMIA DE LOS GRILLOS DEL PIÑEYRO” Cuando le pregunté a Café por la escoba me contestó: La tengo guardada. Averigüé, ¿por qué? Y me dijo, hoy no barro porque es feriado, los días de fiesta yo no trabajo. Perdí el conocimiento; cuando volví en mí estaba al lado de Cisto, le pregunté, ¿Qué edad tenés? Lo sorprendí, me contestó: No recuerdo y quedamos mano a mano, el tabaco y yo en la pregunta (es difícil). Rechiflado en mi tristeza, pero siempre estoy triste, no es raro, no tiene la culpa Cisto por no recordar la edad. Ni Café por interrumpir para agregar: Anote ahí Marito, peleé en la época al Batista y Caballero y mi oficio fue carpintero. Lo sé, ¡qué carpintero! (está espeso el aire). Escúchame bien Cisto: ¿Qué hiciste en la vida? Muy rápido y sabiendo lo que respondía me dijo: Herrero. Le pregunté: ¿Qué es lo que te hubiera gustado ser? Muy seco y rápido me gritó: ¡Herrero! Quedamos en un silencio rojo golpeando el recuerdo en una fragua, y aunque me puso la mano en el hombro y en un murmullo casi un grito de pan ¡No me rompas más las bolas!, me murmuró al oído he-rre-ro cayó el silencio a la tierra, quedamos mudos. Pasaron muchos años para volver a hablar. Me dirigí a Nelson. Escúchame, Nelson: ¿Qué hiciste de tu vida y qué es lo que tú habías querido hacer? No entendió la pregunta o yo le hablé mal… me apretó la mano y comenzó a plena voz a nombrar esquinas y boliches del Cerro, no podía parar. Un monólogo, para mí con limón. - 29 - Silencios Rotos del Piñeyro ¿DÓNDE CANTAN LOS POETAS? Qué lindo está el parque del Piñeyro ahora que tú lo andas conmigo buscando abuelos nuevos para llamar golondrinas. Anunciando primaveras en dos pedazos de cielos como tus ojos Gabriela. En el tallo de una rosa con fragancias de amaneceres y el perfume de los poetas que se inclinan para escribirte por buena y hermosa. Yo copio esa actitud de glorias porque hiciste mucho por mí en un espacio de vida donde florecen los paraísos y las palomas remontan como pañuelos al viento. Cae una lágrima. En las arenas del mundo pie del horizonte alcancía de soles claros este que me llena de luz de pájaros, de cariño, de pan. Como una rayuela de tiza cuando remonta al cielo en un salto de poemas para ver las raíces enteras las flores y confundirte con ellas para perderme en un silencio azul entre nubes y lunas blancas, claras como tú, Gabriela. Amiga. - 30 - Silencios Rotos del Piñeyro - 31 - Silencios Rotos del Piñeyro Melania Barreto CENTRO DIURNO Abril 2009 LAS COMETAS - 32 - Silencios Rotos del Piñeyro LAS COMETAS Cerrando la tardecita, uno de los lindos días de verano, veo un grupo de niños jugando con las cometas que adornaron con papel de colores pero tienen la idea de ponerles luces. Las hay rojas, azules, verdes, amarillas y de los demás colores. lQué lindo es ver cómo giran las luces de colores a su alrededor! Es muy alegre verlas volar con tantos brillos. - 33 - Silencios Rotos del Piñeyro Aída Ciscato Unidad de Semiválidos EN UNA TARDE… POR EL AMOR DE ESA CHINA REALIDAD - 34 - Silencios Rotos del Piñeyro EN UNA TARDE… Una tarde, hace diez o doce años, se encontraban tres buenos amigos en un reservado lugar a la entrada de un bar. - Para ti todo es muy fácil- dijo uno de ellos - Creo que he tomado demasiadas precauciones- y respondió el otro: - No hay tanto peligro como imaginaba. Apenas acabó de hablar cuando resonó una voz de mando. Entró un muchacho, un compañero, de los tres amigos diciendo: Ustedes saben que fui varias veces al Prado y no conocía el hotel, es precioso y había un gran baile estaba lleno y no había silla ni sitio para estar. Por eso la señora Gabriela nos dijo que no íbamos a estar más de una hora. Yo le dije que aguantaba estar parada y nos quedamos hasta lo último, me gustó mucho y me gustaría ir todos los sábados ya que no tenemos esa diversión. Yo le pregunté por qué no salíamos los sábados al baile que fuimos en el Prado. Ese empezar de vuelta con nuestra vida sin maldad y sin rencores y sin pelea. Espero seguir teniendo fe para proseguir mi camino que es de tambores. Desde aquí el Uruguay y los tambores del candombe oriental que llevo en mi sangre, además de ser italiana y vasca. Me encantan las cumbias, las milongas, el vals y los pasodobles. Los amigos atentos a las palabras de la muchacha no la hicieron esperar y la sacaron a bailar. POR EL AMOR DE ESA CHINA… Los cuatro hombres estaban sentados en una mesa, yo estaba en una mesa de un restaurante y ellos se sentaron frente a mí y empezaron con los versos cada uno: Ayer pasé por tu casa y me tiraste con un ladrillo, si no paso más ligero me hago en los calzoncillos. Le respondí: En el medio de la mar suspiraba una lechuza y en el suspiro decía: Salí de acá pata sucia. - 35 - Silencios Rotos del Piñeyro Otro: Ahorré plata mucho tiempo pa' regalarte un anillo y no te lo veo puesto ¿Dónde está ese cintillo? Le dije: Al anillo que me regalaste lo tiré adentro de un pozo, ¿para qué tener recuerdos de semejante mocoso? En el medio de la mar suspiraba una estrella y en el suspiro decía qué china más bella. En el cielo las estrellas en el campo las espinas y en el medio de tu pecho una pulga te camina. De vicio venís pintando florcita de garabato, no por tu linda carita voy a volver a cada rato. Yo no digo que soy linda ni soy flor de garabato pero tengo una cosita y has de volver a cada rato. Por favor permítame que presente mi más sincero perdón por ofrecerme a decirle lo que le dije. El sonido de esa voz me hizo parar en seco. Esa voz oscura estremeció y levanté la cabeza lentamente. me ¿Que están haciendo ustedes aquí? Entre ellos se pelearon porque después de todo querían sacarme a bailar, a ver quién era el primero en salir. Mantengan la compostura antes que yo pierda la paciencia. Lo hice por amor, amor, amor prohibido para mí, dijo uno. El amor que siento por ella es puro porque me voy a mi casa y vivo pensando en ella, dice el segundo. ¡Oh Señor! porque la quiero tanto que ya tengo destrozado el corazón, dice el tercero y los otros quedan pensando. - 36 - Silencios Rotos del Piñeyro Vino uno de afuera y me sacó a bailar, ese… no tenía nada que ver con los otros, no entendía nada ni tenía nada que ver con los otros.Me desperté; ¡qué sueño raro que tuve! y me recosté hacia un lado. REALIDAD En este presente que es mi presente, que es mi realidad, en esto está la compañía de la señora Gabriela. En este pabellón, con nuestras discrepancias con las compañeras, con la señora Gabriela inventamos cosas. El lunes por la mañana no había comenzado bien el día. Entró a su despacho, sacó sus trabajos y los repartió sobre la mesa. Era algo que tenía que presentar a las 11 en punto y quería darle el toque final. Sus compañeras de trabajo decían que era una perfeccionista. Estaba orgullosa de él y deseosa de ver qué pensaban los demás. Yo le pregunté por qué no salíamos los sábados al baile que fuimos al Prado y me dijo que teníamos que pedirle al director para que nos dé permiso para ir al Club Policial en el Prado. Dijeron que estábamos todos invitados para seguir yendo los sábados. - 37 - Silencios Rotos del Piñeyro - 38 - Silencios Rotos del Piñeyro Edmundo Antonio Sosa Centro Diurno EL PERRO Y YO LA TIERRA ROMINA - 39 - Silencios Rotos del Piñeyro EL PERRO Y YO En el trayecto desde y hacia mi casa debo pasar por una hermosa casa con rejas azules, donde hay un perro de gran porte. Ese perro me miraba con cara de pocos amigos y me ladraba en forma amenazadora; al principio me propuse ignorarlo, pues yo pasaba casi todos los días por allí. Pero transcurrido algún tiempo y como continuaba con su actitud de enojo, me propuse que no me ladrara más, que cambiara su comportamiento. Un día me detuve frente a él y lo miré fijamente, con calma y en forma tranquila. El animal continuó ladrándome en forma agresiva; eso no me cayó bien. Entonces recurrí al truco de tomar una piedra y simular que se la iba a tirar; dejó de ladrar y, lejos de asustarse, comenzó a mirarme en forma interrogante. Parecía intrigado. Me acerqué prudentemente hacia él; me detuve a casi un metro de distancia, vi que era un perro hermoso y bien cuidado. Entonces noté que bajaba su cabeza, parecía un afloje de su actitud anterior. Como me seguía mirando en forma intrigada le dediqué unas palabras cariñosas. El seguía mirándome, ahora en forma sumisa y tolerante, entonces me animé, me acerqué más y le acaricié la cabeza, entrecerró los ojos y comenzó a mover la cola. Esto ocurrió hace algún tiempo, hoy ese perro y yo somos buenos amigos. “No es cuando desaparece el bullicio que te das cuenta que llegaste a tu casa, es cuando escuchas tus propios pasos”. - 40 - Silencios Rotos del Piñeyro LA TIERRA La tierra: una parte fundamental de nuestra vida desde que la pisamos para pararnos, que la preparamos para plantarla, que la adobamos para hacer hornos o ladrillos. Es parte de nuestro diario vivir. La tierra merece respeto, es soporte del fruto que comemos, tiene en sus entrañas las raíces de la flor que admiramos. El hornero trabaja para construir su morada. La que arada en campos roturados nos da nuestro sustento, la que en su huella forma el lecho de los arroyos, la que cobija infinidad de animales, y la que al final de nuestra vida nos recibe para nuestro último descanso. - 41 - Silencios Rotos del Piñeyro ROMINA Nunca voy a olvidar aquella noche de fin de año. Estaba yo en una vivienda de una familia que me dio albergue. Mientras esa familia rodeaba la mesa, muy unida, yo estaba en el portón de la casa observando los fuegos artificiales del vecindario. Me sentía el tipo más solo del mundo, cierto, ¡estaba solo! Sin familia, sin amigos, sin nada material o humano alrededor, mi estado de ánimo era deplorable. Sólo el estruendo de los fuegos de artificio y algún ladrido de perro era el coro de la noche. Cuando llegó la medianoche y me sentía aun más solo llegó la música de un saludo: Hola, Feliz Año Nuevo. Era Romina la niña menor de la familia con su figurita encantadora de 11 años. Desde ese día y ese momento esa niña, que hoy es una señorita muy agradable, pasó a ser mi hija del alma. Todos lo saben, su familia y la mía. Saben que Romina pasó a ser la hija que no tuve, ella es una luz en mi camino ya que me acompañó en momentos muy difíciles y me acompaña siempre en mi duro trajinar vaya donde vaya. Ella me guía. Y, hoy que no vivo con esa linda familia, nos vemos muy seguido como toda familia y a ellos les agradezco que me hayan dado a esa niña como amiga y como la hija del alma. - 42 - Silencios Rotos del Piñeyro - 43 - Silencios Rotos del Piñeyro Rubén Darío Fernández Unidad de Semiválidos LA PEQUEÑA OLGA - 44 - Silencios Rotos del Piñeyro LA PEQUEÑA OLGA Ésta es la pequeña historia de Olga, la niñita de Olga. Olga es una niña de apenas cinco jóvenes años, hija de Olga, la señora dueña de la casa más bonita del pueblo, casa de blancas paredes, rojas tejas y amplias ventanas con blancas cortinas de seda y un jardín con rosas, jazmines y siemprevivas. La abuela Olga ocupaba sus días dándole vida de su vida, gota a gota a su jardín, caricias, dulces palabras, cual si le hablara a sus hijos más pequeños. Una mañana, la pequeña Olga, luego de tomar su desayuno, salió a jugar al jardín. Ese día de domingo no sería un día como cualquiera, este domingo quedaría grabado para siempre en la memoria de la pequeña Olga. Al fondo del jardín, al lado del jazminero, estaba la abuela Olga, cabeza baja, contemplando triste una flor de jazmín sucia de tierra, con algunos pétalos perdidos y con señales de haber sufrido severo maltrato. La pequeña Olga nunca había visto lágrimas en los ojos de su abuela, y esa mañana al verla así llorando, Olga conoció una nueva forma de dolor. Se acercó lentamente a su abuela y le preguntó: - ¿Qué te sucede abuela? - ¿Si tú un día encuentras muerto a tu hijo no llorarías como yo lo hago ahora? Olga no respondió, tal fue el dolor que las lágrimas de su abuela le causaron que sólo pudo correr a la casa con sus ojos llenos de dolido llanto. Su madre la vio correr y encerrarse en su habitación donde permaneció por una hora. Asustada se acercó a la puerta del cuarto de Olga y preguntó: ¿Me puedes decir qué te pasa hija? La pequeña Olga no respondió, sólo abrió la puerta y salió de su habitación con una diminuta flor blanca de papel entre sus manos; con breves pasos, poco a poco, se acercó a su abuela que estaba parada en la puerta de la cocina que daba acceso al patio del jardín, y le puso en las manos aquella pequeña flor de papel, diciéndole: ”Abuela, te entrego a este hijo mío que nació hoy en mi cuarto, cuídalo como cuidabas al hijo que te mataron en el jardín, yo soy muy chiquita para ser mamá”. Cuenta la madre de la pequeña Olga que hoy son sus dos nietos, Ruben y Olga, quienes trabajan el pequeño jardín que la pequeña Olga les regaló. - 45 - Silencios Rotos del Piñeyro - 46 - Silencios Rotos del Piñeyro Susana Barreiro Arsindo Farías Unidad de Psicogeriatría LA NOCHE PREGUNTA DE UN NIÑO POEMA DE AMOR - 47 - Silencios Rotos del Piñeyro LA NOCHE ¡Oh! Si yo fuera como la noche como los astros que adornan sin palabras como las luces que adornan lo infinito y tener con los vientos mi morada y llenar tu ausencia con la soledad del grillo. Y buscar mis remedios entre mis lágrimas y gritar y gritar mis angustias con los vientos hasta confundirme allá en la nada y confundir mi alma con los tiempos y llenar de rosas blancas tus ventanas. Y entre el perfume de las flores mis suspiros para que tengas mis caricias por las mañanas. ¡Oh! Si yo fuera como la noche viviría en el mundo de tus sueños viviría en las quimeras de tu alma. PREGUNTA DE UN NIÑO ¡Oh! Luna hermosa que prendida estás del cielo. Que con tus rayos hermosos a mi pelo acarician. Decime, ¡oh!, Luna hermosa lo que buscas en tu ronda. Si no me cuentas tus secretos en ti hay luz, no juego más. - 48 - Silencios Rotos del Piñeyro ¡Oh! Dime, ¡oh!, Luna hermosa por qué tus rayos si no tu tristeza. tal vez sea de tus ojos esa mirada angelical. Y por qué, por las mañanas te veo pálida y triste. Tal vez estás cansada de tu largo trasnochar. ¿No me respondes? ¿Te gusta el silencio? ¡Oh! Yo no quiero hacerte enojar. Tú me regalas un rayo de tu luz hermosa. Yo te regalo un precioso collar. POEMA DE AMOR Poema, poema, poema de Amor son los pájaros heridos que volando van sin nido en busca de libertad. Son las miles de canciones que en el mundo se componen de amor, de realidad. La sonrisa de los niños nos regalan su cariño y alumbran la eternidad. Los enfermos olvidados como poemas pasados y tirados a un rincón. Poema, poma, poema. Poema, poema de Amor. - 49 - Silencios Rotos del Piñeyro Paula Linares Centro Diurno AROMAS CENTRO DIURNO CIBELES GRACIAS MIL, PIÑEYRO DEL CAMPO LOS NIÑOS NOSTALGIAS MI JUGUETE PREFERIDO SEÑORITA COCA - 50 - Silencios Rotos del Piñeyro AROMAS Mis recuerdos me llevan a mi niñez. El olor del anís cuando con mi madre pasábamos a una cuadra de la panadería, que hacía unos ricos bizcochos con él. También mis recuerdos me llevan al aroma de un polvo facial que se llamaba Tulipán Negro ese aroma a veces me parece sentirlo otra vez. Siento que algo dentro de mí se remueve dejándome una nostalgia y cierta amargura por no poder regresar a esa época de mi niñez junto a mi madre. CENTRO DIURNO Yo no te conocía, no sabía que existías, pero tú aquí estabas. Con tus puertas abiertas como un gran corazón. Nos diste abrigo, alimento y expansión, nos cobijaste a todos como una madre amorosa, cuando en su seno reposa el hijo que ha caído. Quiero dejar un recuerdo por los que aquí ya no están, los que han debido partir por distintas circunstancias, cuando llegue mi hora de partir, Centro Diurno “nueva vida”. Lo digo con emoción con mi último suspiro te enviaré mi corazón. - 51 - Silencios Rotos del Piñeyro CIBELES El sol se dirige hacia el ocaso y la brisa acaricia los rubios cabellos de la joven que parece contemplar la cerca. Dos grandes perros se mantienen vigilantes. Desde la casa de la colina una campana llama. Cibeles y los perros se ponen en marcha, por ese sendero que tan bien conocen. En la puerta de la casa la espera Ama, como ella la llama, quien se ocupa de ella desde que sus padres murieron en un choque de trenes. La mesa está pronta para el té, preparado por Adela, mucama y cocinera, que con su esposo Joaquín, el chofer, son los cuatro ocupantes de la casa. Cibeles quita el arnés de Janson y Argos, los perros que terminada su labor se dirigen a su lugar de descanso. Porque Cibeles con sus ojos tan verdes y piel tan exquisita como una fina porcelana es… ciega. GRACIAS MIL, PIÑEYRO DEL CAMPO Porque tú existes y contigo todos los demás. Cuando llegué aquí quedé gratamente impresionada al ver tus hermosos edificios. Tus setos bien cortados, canteros llenos de flores, todo tan limpio y prolijo. Ancianos tomando sol, otros arrojando pan a las palomas que son como un símbolo de este lugar. Conocí luego el salón de actos, donde tantas veces vamos a disfrutar. Hoy cuenta con un invernadero, huerta y también se plantaron árboles. Se pintó un mural grande y bonito. Gente que llega de visita queda gratamente impresionada. Alguien me dijo una vez que el dinero invertido estaba muy bien empleado gracias al gran esfuerzo de la Dirección y de todo el personal que trabaja aquí. En nuestro mundo, que parece un cuento, se cuida a gran cantidad de - 52 - Silencios Rotos del Piñeyro residentes con los que hemos compartido fiestas y paseos. Muchas veces siento que desde lejos alguien me grita: ¡Adiós Paula!! Son todos muy buenos. Tienen una murga, hacen teatro, escriben poemas y narran sus vivencias, dibujan y más. Todo gracias al gran visionario que tal vez un día soñó con algo así. LOS NIÑOS Hace tiempo que los buenos modales que aprendimos de niños se han olvidado. Cuando una persona mayor subía al ómnibus uno se levantaba y cedía el asiento, no como ahora. No se gritaba desde arriba cualquier grosería a los que siguen abajo. Sin embargo, hay en mi barrio dos niños de corta edad que viven junto a mi casa, a mi derecha Agustina y a la izquierda Manuel. El niño es rubio, con expresión decidida, formal, es amable y obediente de su madre, corre a saludarme cuando se le indica que estoy allí si distraído en sus juegos no me ha visto. La niña tiene los modales de una señorita cuando la veo salir con su padre lleva su carterita con inocente coquetería. Sus ojos profundos y vivaces llaman la atención en su rostro enmarcado por el cabello renegrido desde que era una bebé. Cuando al volver de unos mandados vio a su madre me hizo gracia que le dijera -Hola mamá, ¿cómo estás? Ninguno de ellos tiene más de tres años, Lo que habla de cómo es posible educar bien a las hijos desde pequeños. Estos niños serán jóvenes y luego adultos. ¿Cómo serán los niños que ellos conozcan cuando tengan mi edad? - 53 - Silencios Rotos del Piñeyro ¿Seguirá cambiando el relacionamiento de las diversas etapas de la vida? ¿Se cerrará la brecha generacional? ¿Cada vez se alejarán más jóvenes y mayores? ¿Hay esfuerzos en varios individuos por compartir lo que tienen de bueno todas las generaciones como ocurre aquí en el centro diurno? Pero ya la experiencia de los viejos va siendo sustituida por Internet. Debemos hacer un esfuerzo por comunicarnos más y buscar el interés común, algo que compartir, enseñar y aprender. NOSTALGIAS Veo desde mi ventana la lluvia caer es como si el día gris nos contagiara su melancolía, de pronto el viejo arcón de los recuerdos me hace retroceder en el tiempo hasta mis lejanos 20 años. En la calle Uruguay había un lugar muy familiar donde se iba a bailar hasta las 23 horas, se llamaba si mi memoria no me engaña “Juvenilia”. Allí la señorita de la casa nos deleitaba con una poesía que Blanca empezaba así: “Una tarde fría silenciosamente evocaba todos mis recuerdos tristes….” Creo que nos hace mal recordar esas épocas en que teníamos sueños y esperanzas que la vida se fue llevando. Esos recuerdos dejan un sabor agridulce en la boca, sacudo mi cabeza y me digo: sí, debo volver a mis tiempos y dejar atrás el pasado tan lejano. - 54 - Silencios Rotos del Piñeyro MI JUGUETE PREFERIDO Vivíamos en General Flores, a una cuadra de la Facultad de Medicina; yo tendría 7 años, estábamos con una amiga más grande que yo en el balcón de mi casa cuando vimos llegar a mis tías con un paquete. Vi que asomaba algo rosado, mi amiga dijo: “Es un bebé para ti…”. Cuando me lo entregaron sentí una gran alegría, era un muñeco precioso, tenía la cara, los brazos y las piernas de porcelana y unos hermosos ojos azules, el cuerpo estaba relleno de paja. Lo sacaba a pasear, un día lo llevé a la casa de otra niña que vivía a la vuelta, de pronto una piernita se salió de lugar, muerta de miedo lo puse sobre la cama pensando que estaba roto. Solo fue un susto, ya que la piernita pudo ajustarse de nuevo. Gracias por traer a mi memoria ese juguete tan querido. SEÑORITA COCA Contaba yo unos 6 años, cuando tenía de vecinas dos hermanas: Cándida, la mayor, era enfermera. Coca era maestra de escuela pública. Un día pidió permiso para llevarme a su escuela de visita. Parados delante de su clase ella me presentó, un niño decía: -Que se siente acá señorita y otra niña dijo: -No, acá que yo tengo lugar, y así muchos querían compartir conmigo. Cuando terminó la clase pidieron que me llevara otra vez. Cándida esperaba a su hermana todos los días a la misma hora y si pasaba 10 minutos de la hora llamaba a los vecinos diciendo. A Coca le pasó algo, todavía no llega. Ese día llegamos como media hora tarde porque a mí me mareaba viajar en ómnibus, tuvimos que bajar, caminar un rato y luego tomar otro. Cuando al fin llegamos creo que a Cándida le había dado un soponcio, estaba hecha un mar de lágrimas. La visita a la escuela no volvió a repetirse, casi enseguida nos mudamos y no volvimos a verlas. Este recuerdo es para la señorita Coca, mi maestra por un día. - 55 - Silencios Rotos del Piñeyro - 56 - Silencios Rotos del Piñeyro Roberto Martínez Unidad de Alta Dependencia CÓMO LLEGUÉ A TAXISTA - 57 - Silencios Rotos del Piñeyro CÓMO LLEGUÉ A TAXISTA Siendo el año 1984, tenía un tío que vivía en Buenos Aires y cuando iba a ver a su hermana, mi madre, me invita a irme para allá, y así lo hago, era para que lo ayudara a mi primo a administrar un bar en una terminal de ómnibus. Por esa relación yo conocí Carlos Paz y Mendoza. Estuve de los años 1984 a 1992 como administrador de ese bar y sucede que en ese mismo año, que fue terrible para mí, debido a que murió mi tío, que vivía conmigo y me vengo de vacaciones a Montevideo y a los seis días falleció mi madre de una enfermedad terminal, cáncer, que hizo metástasis. Me interné con ella a cuidarla hasta que murió. En ese mismo año fallece otro tío mío, y, esta gente, los dueños del bar, tienen que renovar el contrato del negocio y qué sucede: que no aceptan porque el alquiler era muy alto en dólares, entonces rescinden el contrato. Como yo siempre tenía la libreta de conducir en mi manga, como último recurso, me ofrece un amigo si quería trabajar en un taxi y yo acepto. Era un año muy malo para los taxistas ya que en esa época habían muchos asaltos a los pasajeros y de ahí surgieron los radio - taxis. Yo entro a trabajar en una empresa con el móvil 160 en un Renault 12, y no conocía mucho Buenos Aires y largaban muchos llamados en la radio que yo no contestaba, tanto es así que una vez llevaba un pasajero y largaron un llamado. El pasajero primero me preguntó por qué no contestaba y le dije que no sabía dónde quedaba ese lugar, y él me responde: “Conteste el llamado que yo le indico”. Era a dos cuadras de allí, un cliente que siempre llamaba. A partir de ese momento me decido y agarro por mi cuenta comenzando a atender llamados. - 58 - Silencios Rotos del Piñeyro Otro día cuando me presento toco el timbre y me dice la empleada que van a demorar 15 minutos. Al saber esto, apago el motor del coche, cuando vienen los pasajeros trato de arrancar y no puedo, me comunico con la radio diciendo lo que pasaba y a los dos minutos tenía tres coches al lado mío y al encargado, que me pregunta qué me pasó y al contestarle me responde: “El motor del taxi no se apaga nunca”. En otro momento concurro nuevamente a esa dirección y tenía que llevar a cinco estudiantes hasta Santa Fe y Río Bamba; en esa esquina hay un bar que se llama Babieca (nombre del caballo del Cid Campeador, Rodrigo Ruiz Díaz de Vivar), luego me animo y empecé a contestar viajes, cada día que pasaba contestaba más. En una oportunidad sube una señora después de una misa con una nena chiquitita y le pregunto, señora: ¿No sabe si el Señor está muy enojado con nosotros?, a lo que la señora me contesta: Mire no sé decirle porque no me animé a preguntarle. Luego del atentado de la AMIA me para un rabino, un señor de particular y un chico, este último no quería subir adelante, el niño me miró la cabina y el hombre le dice: ¡Subí, dale no son todos malos! En otra ocasión, tuve un llamado a Pedro Goyena 531, sube una señora con una nena llorando, caminaba la nena, era grande, y le pregunto qué le pasaba que lloraba. La señora me responde de manera vehemente, la tía no la quiere más porque le mordió la patita a la perrita. Entonces pregunté, ¿Por qué? y la niña responde: “Porque ella me mordió primero”. Después subió un veterano canchero con dos nenas y un nene; el nene se me pone adelante, entonces las nenas embroman de los colectivos y el nene le pregunta al tío: “Vos cuando viajas en avión y tenés ganas de hacer pipí, ¿qué hacés?”, y el tío le dice: “Voy al baño”. - 59 - Silencios Rotos del Piñeyro Entonces las niñas le toman el pelo al pibe y el niño se pone medio a lloriquear, entonces el tío le dice que no llore, que él le va a regalar una gorra para que cuando sienta que pasa un avión se la ponga, porque no sea cosa que le caiga alguna cosa rara en la cabeza. Otra vez sube una señora muy apurada con una niña y me indica un destino, justo me paro en una avenida en donde hay tres semáforos y teniendo tres coches adelante y luz roja delante, la señora insiste en que le toque bocina y lo repite varias veces, entonces me doy vuelta y le contesto que tengo tres autos y la roja, y ella me dijo: “No importa, tóquele bocina.” En otra ocasión suben dos señoras en un barrio muy coqueto y me indican el destino, el cual yo desconocía, y le pido que me indiquen. Una de ellas me dice reprochándome: “Cómo sale a calle sin una guía, tiene que saber los destinos,...”. Entonces yo la invito a que se suban cordialmente a otro taxi, a lo que acceden y les paro uno. Al taxi le llaman el confesionario en Buenos Aires porque todo el mundo llega y te cuenta algo… - 60 - Silencios Rotos del Piñeyro María Silvina Velásquez Centro Diurno ABEJITA, MARIPOSITA Y COLIBRÍ LOS NIETOS AMOR FRUSTRADO OTOÑO AMOR PASIVO ATARDECER OTOÑAL PIÑEYRO DEL CAMPO RELATO BREVE DE ALGO DE MI VIDA BESOS DE NIÑOS ... para MÍA SOLIDARIDAD EL AMOR SUEÑOS FELIZ ENCUENTRO - Silvina y Fermín YA LLEGAN LOS CELESTES - 61 - Silencios Rotos del Piñeyro ABEJITA, MARIPOSITA Y COLIBRÍ Un día se encontraron Abejita, Mariposita y Colibrí. Abejita los miraba y pensaba... Colibrí es hermoso, pero yo soy más trabajadora. De repente Mariposita al pasar cerca y sin darse cuenta casi choca con Abejita que le dice: ¡Debes aletear con más cuidado! Mariposita con alegría le contesta: Te ruego me perdones, estoy distraída pues creo que estoy enamorada... -¿De quién? pregunta la abejita. -De un ser maravilloso de lindos colores que se llama Colibrí. - Pues de nuevo te recomiendo que debes tener cuidado de quién te enamoras. Y mientras cruzaban estas palabras sienten que alguien les dice: -¡Hola chicas! Sienten un zumbido, era Colibrí y a su paso las plantas bailoteaban y las flores se ponían más bellas que nunca. AMOR FRUSTRADO No le cuentes a nadie. Que por amor sufriste, que por amor fuiste capaz de matar y morir… No le cuentes a nadie, si no lo quieres contar. En tus amores de juventud tuviste un príncipe azul, un apuesto caballero que nunca pudiste olvidar. Pero a ese lugar llegó la hija de Lucifer y lo arrastró por el fango, y después se lo llevó. Siguieron días muy tristes, de amarga desolación, pues el amor que nace del alma es difícil de ocultar. - 62 - Silencios Rotos del Piñeyro Mi corazón cada día moría un poco más, primera desilusión que en mi alma yo sentía. Después apareció un joven, ni tan apuesto ni tan bueno, pero decidí jugar a los amores con él; pero lo de él no era un juego, quería casarse conmigo y tener una familia. Aunque poco me duró ese casamiento, que en mi alma no vibraba, tuve una hija y nietas que son la luz de mi vida… AMOR PASIVO Deja que fluyan tus pensamientos, Deja que tu alma pueda recorrer sentimientos, que parecen perdidos en el horizonte. Deja que las penas que tengas, se desvanezcan con un gran amor. Deja descubrir tu alma y profundizar tu corazón y así verás que tu alma no está sola, que la soledad no puede, no debe existir en ti… en ti que eres un alma buena… en ti que tienes todo para dar y recibir. Deja que la magia del amor florezca, porque un ser como tú debe amar y ser amado siempre. ATARDECER OTOÑAL Cálido atardecer de otoño. Estoy sentada mirando una puesta de sol. Parece todo un sueño, con sus colores naranjas, amarillos y violáceos. En ese momento sentí que era un lugar encantado. Los árboles se veían más coloridos. Unos todavía muy verdes, los otros ya amarillos y hasta rojizos; es un cálido atardecer de otoño, con esa temperatura - 63 - Silencios Rotos del Piñeyro que te invita a estar fuera de la casa y dar rienda suelta a los pensamientos. Pensamientos que van y vienen, recuerdos inolvidables de nuestra vida que como las olas del mar llegan a la orilla y se funden con la arena. Así fue mi vida llena de confusiones, pero siempre exigiéndome, tratando de dar lo mejor. Así ha sido mi vida, inquieta y sentimental con alegrías y tristezas, pero también con increíbles milagros. BESOS DE NIÑOS... para MÍA Los besos de niños son como pétalos de rosas, que con el calor se desprenden de la flor, es como sentir las alas de una mariposa, si la acercas a tu cara es como una gota de rocío que se desliza por tu mejilla. Cuando un niño se acerca a ti viene cargado de amor... Amor que quiere compartir con todos aquellos que lo rodean. Si son pequeños te llenan de juguetes, te dan aquellos que más quieren... Por eso te ruego mamita mece, mece su cunita con mucho amor y ternura. Cuéntale un cuento si puedes un cuento que sea breve con mucho amor y dulzura. - 64 - Silencios Rotos del Piñeyro EL AMOR Ama siempre, no huyas del amor. Pues no es bueno para tu alma no ser amada. Ama un día, dos, una semana, no importa cuánto sea, pues el amor es como el néctar que a tu alma nutre, para mantenerla viva. Vivir sin amor es: como una planta que no se riega como una flor que se arranca sin piedad como si tu propia vida te molestara. Uno debe amarse a sí mismo mientras tengamos vida. FELIZ ENCUENTRO - Silvina y Fermín Almas que a lo largo del camino se encuentran. Vidas que se unen con la esperanza de vivir lo que les resta juntos, tratando de sobrellevar toda clase de obstáculos que se presenten. Esta pareja no tenía ni la más mínima idea de que esto pudiera sucederles, pero así fueron dándose las cosas, estos seres -a los que la vida les ha puesto muchas pruebas- aprendieron que si los años pasan también les dejan sabiduría, es por eso que sienten que el destino los ha puesto en el mismo camino y que Dios los guiará para que así sea. Estas personas agradecen al Centro Diurno del Piñeyro del Campo el haberse conocido. Están viviendo un sueño que se les ha cumplido, sienten que son unos elegidos, por eso creen que la vida les exige ser felices. La vida les ha cambiado, sus corazones palpitan con alegría. Que Dios los ilumine y que día a día estén más unidos por la mano del Señor. - 65 - Silencios Rotos del Piñeyro LOS NIETOS Son los que liman las asperezas y que rodean a sus abuelos porque con ellos se empieza vida nueva, dando luz a la oscuridad. Ya que nuestra mente van apareciendo son los que nos enseñan a sonreír de nuevo con alegría. Con ellos saltamos y brincamos, con ellos jugamos mucha rueda, rueda. con ellos ya la vida es diferente… Después los llevamos a la escuela y empezamos a deletrear un libro juntos y también a dibujar las primeras letras. También reunimos a varios niños, para que jueguen y se diviertan, para armar las grandes meriendas, que sólo las abuelas sabemos hacer. Para luego irnos a descansar, que mañana será un nuevo día para volver a empezar... con todo nuestro amor. OTOÑO Estamos en otoño, pero hoy el día está tan frío que parece invierno. Mirando por la ventana, veo cómo mi árbol cada vez está más triste, pues va quedando desnudo. Lo miro y me dan chuchos, pensando que viene el invierno que se me hace interminable, pero es la naturaleza y no la podemos cambiar, sólo tenemos que prepararnos para recibirlo. Me pongo a pensar en cómo he cambiado, antes me gustaba el invierno y no recuerdo haber sentido tanto frío. - 66 - Silencios Rotos del Piñeyro Pero ahora: Se siente, sí que se siente se siente el frío en el alma los fríos y oscuros días de invierno. Si miras el mar oscuro lo ves. Tampoco ves flores en tu triste jardín que un día viste cubierto de colores. PIÑEYRO DEL CAMPO ¡Oh! Piñeyro del Campo que me traes recuerdos de toda mi vida que me has dado ganas de escribir poemas y tiempo necesario para hacerlo. Al entrar por la puerta alguien me sonríe con eso me dan fuerzas para seguir viviendo. Me siento liberada de muchas cosas y una paz invade toda mi alma. Y llegando al Centro Diurno, lugar donde voy, entro con alegría, saludando a todos. Nos recibe Nelvy con su sonrisa, al correr del día clase con Marisa de tejedoras alegres, tejiendo cuadrados de lindos colores para hacer una manta multicolor que servirá para darnos calor el día que alguien se sienta mal. - 67 - Silencios Rotos del Piñeyro RELATO BREVE DE ALGO DE MI VIDA Vine muy joven de afuera, mi deseo siempre fue hacer lo que no había podido de más chica, ya que solo fui a la escuela hasta 4º año, así que tenía una idea fija de que algo iba a estudiar. Como trabajaba cerca de un colegio de monjas, descubrí que me darían clases gratuitas una vez por semana, entonces empecé a tomar clases de lenguaje y bordado. En realidad quería estudiar algo más serio, así que fui a una academia a estudiar corte y confección, pero tampoco estaba muy conforme, y me anoté con unas amigas a estudiar mecanografía. Sucedió que me enfermé, el médico me aconsejó que hiciera reposo, entonces me fui unos meses para afuera. Cuando volví me preguntó si estudiaba o trabajaba y como le dije que hacía las dos cosas me dijo que las dos no, o volvería a enfermarme. Resolví seguir trabajando. Al mucho tiempo me casé pues quería tener una familia. Les cuento que mi matrimonio no fue lo mejor, pues él tomaba, pero de ese matrimonio nació una hija, que gracias a Dios tengo en mi vida, y me dio mis nietas. Después me jubilé, pero seguí trabajando, hasta que los años me empezaron a pesar. Un día fui a la consulta de la Dra. Núñez, que era mi doctora. Y tuvo la feliz idea de mandarme al Centro Diurno del Piñeyro del Campo, este lugar que me cambió la vida, y donde volví a sonreír al estar con personas mayores como yo. - 68 - Silencios Rotos del Piñeyro SOLIDARIDAD Nada hay que esperar, ¿quieres hacer un cuento? Ven que te ayudaré. ¿Piensas que tú no puedes? Ven conmigo, abre tu corazón ven que te ayudaré. Piensa que tal vez mañana ya no lo podrás hacer. Ven, ven a mirar la luna, qué serena y cálida se ve, por sus alrededores verás tenues paisajes, será por eso que se la relaciona siempre con los grandes poemas de amor; pues, ¿a quién no le ha gustado sentarse bajo la luna cuando está enamorado? Luna, luna, lunita, simpática y traviesa, que con ironía te escondes y vuelves a aparecer, como diciendo dulcemente: No te pases de la raya. SUEÑOS Sueños son aquellos que hacen volar tus pensamientos como una avecilla que vuela y vuela. Soñar es mantener vivo tu corazón tu alma y todo tu ser... por eso sueño. Sueño ser una flor con su perfume y color o un ave de lindos matices con su canto arrullador. Sueño ser manantial que siempre esté manando aguas cristalinas para que la luna brille en ellas y así poder hacer vibrar los corazones con más fuerza y amor. Porque el amor nunca debe morir. - 69 - Silencios Rotos del Piñeyro YA LLEGAN LOS CELESTES Ellos llegaron felices por todo lo que habían hecho pues pusieron el alma para hacer lo mejor, pero no siempre es tan fácil y se vuelve muy difícil ya que todo es un juego y como en todo juego se gana o se pierde. Llegaron con humildad pero llenos de alegría, pues habían hecho lo imposible por ganar ese trofeo, pero la suerte no los ayudó y eso quedó en el camino. Pero no tan tristemente pues obtuvieron el cuarto puesto. Pero tampoco esperaban tantos homenajes: Vieron el pueblo entero que se agolpaba en las calles para decirles ¡Gracias! Y expresar su alegría por todo lo que lograron, porque el pueblo uruguayo quería nuevos campeones, pues lo pasado ya es historia. ¡Hay que vivir el presente! - 70 - Silencios Rotos del Piñeyro Juanita Hernández Unidad de Alta Dependencia VIAJE IMAGINARIO - 71 - Silencios Rotos del Piñeyro VIAJE IMAGINARIO Siempre me gustó viajar, te cuento: conozco mi país, Uruguay. Colonia, sus callecitas de piedra y ese mágico entorno antiguo. Minas, sus cerros magníficos junto a lugares como la fuente del Puma, la cascada del Penitente, hacen una fuente de transparencia y energía. Rocha, sus museos de San Miguel y Santa Teresa, sus hermosas playas hacen que se pueda caminar incansablemente. Florida, la Piedra Alta que marca nuestra historia, San Cono, lugar que el 3 de junio convoca multitudes. Punta del Este, médanos, cielo, mar, edificios, hacen de un todo algo magnífico. Piriápolis, balneario causante de escenarios misteriosos, fantasmagóricos. Chuy, mi recuerdo mayor está en sus calles, negocios y grandes compras, ¡los chocolates! ¡los bombones! Lo que me hubiera gustado conocer: México, su historia, los bailes, los carros, la cultura azteca. España, sus danzas llenas de alegría y movimiento que contagian. Qué placer sería recorrer Gabina, Palmas de Mallorca, Islas Canarias. Pero la vida no me lo permitió, el destino me imposibilitó traspasar fronteras y sólo viajo en mi espacio imaginario. - 72 - Silencios Rotos del Piñeyro - 73 - Silencios Rotos del Piñeyro Luján de los Santos Unidad de Alta Dependencia EN LA CAPILLA BLANCA TE ENCONTRÉ - 74 - Silencios Rotos del Piñeyro EN LA CAPILLA BLANCA En la Capilla Blanca de un pueblo provinciano donde corrían las aguas cristalinas, yo cuando niña me puse a jugar allí, mis manos trémulas tocaron sus aguas, sentí como un escalofrío, tomé de entre ellas, entre las mismas manos, dos ánforas de amor. Sentí un estremecimiento en mi cuerpo de joven porque no sabía dónde estaba yo. TE ENCONTRÉ Caminé con los brazos abiertos buscando un amigo, una sola amistad y te encontré, ¿qué es lo que tengo?, tú qué me diste: Tan solo cansancio, miseria, no más, déjame seguir siendo como soy. Curtida por los vientos y el sol pero también capaz de darte flores déjame seguir siendo como soy. Yo soy como los tréboles de los potreros cubierta por los vientos y el sol pero también capaz de dar flor. Déjame seguir siendo como soy, si estoy triste por algo o canto un dolor no será por capricho ni será por rencor. Hay en mí un algo raro que no alcanzo a comprender, pero por favor no me reproches eso, son cosas de ayer. - 75 - Silencios Rotos del Piñeyro Julio María Guedes Centro Diurno MI JUGUETE PREFERIDO BRILLABAN MÁS QUE EL SOL EL LOBIZÓN - 76 - Silencios Rotos del Piñeyro MI JUGUETE PREFERIDO Mi juguete preferido del que tengo recuerdo es una pelota de fútbol de cuero, chica, regalo de mi padre. Jugábamos con los chiquilines del barrio en el campo de enfrente. Pero mi placer mayor fue cuando a los 10 años mi padre me compró los zapatos de fútbol. Los cuidaba como mi mayor tesoro, les pasaba unto sin sal para proteger el cuero. Cuando crecí le pasé mi tesoro a un botija del barrio, más chico que yo, para que él también lo disfrutara. BRILLABAN MÁS QUE EL SOL Yo tenía 15 años, vivía en la ciudad de Artigas con mi familia, pero quería trabajar. Todo lo que tenía era un petizo, que ni recado tenía. Mi padre aprontó un recado viejo y me lo dio, entonces salí, me costó un poco encontrar trabajo, tuve que andar cinco o seis leguas hasta llegar al puesto de Daniel. Hacía poco que lo había comprado, y lo estaba por reformar. Justo cuando llegué él salía a buscar peones, así que me dio trabajo. Me quedé solo volteando paredes de barro y él se fue a buscar albañiles y materiales. A eso de las 10 de la mañana estaba yo volteando una pared cuando un pedazo grande se cayó al suelo, sentí un ruido de lata que me llamó la atención, entonces me puse a cavar hasta que descubrí una lata, esas de dulce de membrillo, estaba muy bien atada con alambre de cobre. Agarré la lata, me senté en la puerta del galpón y empecé a desatar, para ver qué era aquello. Cuando la destapé fue como un relámpago del cielo el resplandor que salió y me dio de lleno en los ojos. Tanto que por una semana no pude mirar el sol. - 77 - Silencios Rotos del Piñeyro Era algo que nunca había visto: ¡Monedas grandes de oro como doblones y otras más chiquitas con un hombre a caballo grabado! Yo las agarraba entre las manos; y las miraba… las miraba… no sabía qué era esa cosa tan linda, pero siempre pensando que eso era del patrón. Resolví tapar la lata y dejar todo como estaba. Lo colgué de un tirante del galpón. Mi ignorancia me hizo desconocer el valor de lo que había encontrado, pero mi honestidad me decía que eso no era mío. Cuando llegó el patrón ya había tirado todas las paredes, tenía el trabajo terminado. El preguntó ¿Todo bien? Yo dije - ¡Sí, todo bien! Pero el corazón se me salía del pecho, entonces le conté - Encontré algo… -¿Qué encontró? -Una lata, dije. -¿Una lata? -¿Y qué tenía la lata? - Unas cosas que brillan, le dije. Entonces me llevó apartado de los demás para mirar la lata. Muy vivo cuando vio lo que era enseguida me dijo -¡Ah! ¡Eran de mi padre! -¿Qué padre? -pensé yo, si recién había comprado el puesto. Entonces me dijo que esto tenía que quedar entre nosotros, que no lo comentara con nadie y enseguida empezó a ofrecerme regalos, me dio una capa con cadena, que recién se había comprado y que eligiera el caballo que yo quisiera. - Quiero el malacara, le dije. - Agárralo nomás, y además te voy a dar $300 y 20 días para que te vayas a pasear. Después cada vez que nos encontrábamos en los boliches o en cualquier otro lado me miraba, se sonreía, me llamaba, me preguntaba cómo estaba y me daba algún dinero. Mis amigos preguntaban qué pasaba entre ese hombre rico y yo. -¡Ah! Cosas entre él y yo, les decía. - 78 - Silencios Rotos del Piñeyro EL LOBIZÓN En Artigas, paraje de los Terceros de Catalán, salimos al monte a buscar leña con mi compañero al que le decían Pico. Él con una carreta, yo con otra. Todo el mundo decía que el Pico era lobizón. Yo no lo creía. Cuando tuvimos que hacer noche en el campo atamos los bueyes, hicimos fuego para tomar mate y churrasquear. Comimos…. Tomamos mate… y armamos las camas para acostarnos, cada uno junto a su carreta. Yo comí y me fui a acostar, él quedó a la orilla del fuego, comió más y siguió tomando mate. Como era viernes pensé: “Lo voy a cuidar”. Él miraba para arriba y para mi cama donde yo estaba acostado y después también se fue a acostar, pero antes de sacarse la ropa fue hasta donde yo estaba, me destapó la cabeza y me miró bien a la cara para asegurarse de que estaba dormido. Empezó a desvestirse, dejó el pantalón arriba del poncho, se sacó la camisa y la puso en cruz arriba del pantalón y el calzoncillo también lo puso en cruz, siempre mirando para mi cama y yo vigilando de abajo del poncho; quedó bien peladito, se recostó contra el cabezal de la carreta y como si fuera un perro mojado empezó a temblar y temblar… hasta que quedó del tamaño de un niño, entonces salió tres veces por arriba del cabezal de la carreta. Y salió aquel perro blanco lanudo que parecía tener una corbata en el cuello corriendo… corriendo… se fue para el campo, y hasta los teros armaron alboroto con el griterío. Cuando me volvió el alma al cuerpo pensé: “Le voy a esconder la ropa, a ver qué pasa cuando vuelva”. Cuando me agaché para agarrar la ropa sentí un grito: “¡No toque eso!”. Era una voz que no supe de dónde venía. Me di un susto tan grande que me acosté y me tapé hasta la cabeza con el poncho, pero cuidando cuando volviera, pero no volvía y no volvía, hasta que me ganó el sueño y me quedé dormido. Cuando me desperté estaba acostado en su cama, lo más tranquilo, durmiendo. - 79 - Silencios Rotos del Piñeyro Eduardo Domínguez Unidad de Alta Dependencia (22/06/04-28/10/10) SE TERMINÓ 2008, OTRO AÑO QUE PASÓ - 80 - Silencios Rotos del Piñeyro SE TERMINÓ 2008, OTRO AÑO QUE PASÓ El tipo comenzó fenómeno, me dio un enero lleno de cosas lindas y de las otras pero no tan malas y pasajeras. Luego llegó febrero y el dios Momo me trajo su carnaval, el cual disfruté plenamente, el tablado, la gente linda de este barrio “La Unión”, los conjuntos, la militancia. El estar ahí. El ser aceptado y mimado. Tantas cosas. Oh, mi Dios… Y llegó marzo; parece que el dios de los malos ya me había tendido una trampa muy fea. Me tiró en el rostro un cáncer que supo hacer estragos en mi nariz y también en mi espíritu. Pero lo que no sabía ese dios es que yo tengo en la mochila de mi vida un montón de amigos, de compañeros, que hicieron tanto por mí, además me trajo un grupo de profesionales que siempre apuestan a la vida. Y me sacaron el mal. Y hasta me hicieron una nueva nariz. Y pasaron los meses. Allá por el mes de julio, el destino, la vida o el esfuerzo de mis compañeros hizo posible que llegara a estar en este hermoso lugar que se llama Hospital Geriátrico Piñeyro del Campo, donde hasta hoy me encuentro. Aquí me encontré con un mundo diferente, muy distinto al que tenía y comencé otra historia en la historia de mi vida. - 81 - Silencios Rotos del Piñeyro Raquel Prats Centro Diurno TÚ Y YO - 82 - Silencios Rotos del Piñeyro TÚ Y YO Nos alumbrará la aurora de este año que comienza como flor que con paciencia uno la ve florecer. Si miramos el ayer mañana será divino. La calandria allá en el nido con su trino nos engalana y la criolla guitarra podrá cantarle al amor. Pero esta dulce pasión solo la vivimos Tú y Yo. - 83 - Silencios Rotos del Piñeyro Custodio Bidarte Unidad de Semiválidos CASOS Y COSAS DE MIS DIAS II - 84 - Silencios Rotos del Piñeyro CASOS Y COSAS DE MIS DÍAS TOMO II (CONTINÚA) (De todo un cuaderno que es el tomo antes mencionado se copian partes de algunos días) Viernes 26 de mayo Me acuesto 17:05 hs, 18º C despierto me visto ordeno la cama listo a la calle 17:25 quiosco Pasteur tuve un acierto 14, repito, me retiro Cipriano Miró 8 de Octubre, J. Batlle y Ordóñez viernes 26 de mayo cruzo regreso a pocos pasos nos saludamos con don Horacio ya llegando la noche entro al HCP llego a la sala dejo abrigo sigo al comedor 18:50 hs 18º C se retira Beatriz 19:22 hs 18º C dan sopa pescado con puré y boniatos, hamburguesa fue para la dieta y crema para 33 sirvió Guillermo. Se retira doña Blanca con la limpieza termina, pocos quedamos con Telemundo guardo comida crema, 20:18 hs me dedico a tomo II 21:15 hs 18º C ya apagada la tele en pasillo sigo tomo II 21:22 hs 17º C Don Horacio se despide queda Solari leyendo, su vecino “fumata”, Chiche tele sigo mi Tomo II le falta pan, voy arriba consigo bajo entrego, me abrigo sigo lo mío Chiche espero boxeo 0:22 hs 17º C termina ahí cambio de canal 1:33 hs 16º C se va, llega, recibo pañal y llega mi vistosa Sonia (limpieza) termina se va, me acosté,… Sábado 27 de mayo Desperté 8:15 hs. 16º C con llegada de Mirta Arrúa ropa de cama Araceli medicamentos se retira ordeno mi ropero 10:10 hs 16º C voy mateando para arriba por agua caliente mateando, abajo Mujica fotos de “la que faltaba” veo y sigo llego a sala sigo con orden de ropa, me faltan sábanas arriba están Araceli, Alba y Arrúa las tres no hay bajo con lo que tengo me arreglo 10:17 hs 16º C Don Solari me da lista para comprar 11:16 hs 16º C caminata de rigor Larravide 8 de Octubre José Batlle y Ordóñez cruzo 11:40 hs. 19º C regreso llego a José Serrato, levanto 2 pesos llego a Medalla cumplo me retiro llego al almacén retiro Patricia (dueña) embolsando me pregunta si tengo pensión listo quiere saber de Solari. - 85 - Silencios Rotos del Piñeyro Domingo 18 de junio Voy al comedor ordenando el mate voy por Julio algo demoro pero juntos encontramos había gente reunida con el canal 10 relato Américo (programa Penal) 11:00 hs 11º C con Signorelli la filmación bajo otra linda, esta mañana las camas con sus acolchados ordenadas no sale filmación 12:10 hs 11º C bajo consigo me ubico ahí veo la filmación. Cuando llega dejan sopa con pastel de acelga guiso 15 comimos termino sigo con canal 10 Joana me pinta para la actuación a las 15 hs en salón de actos voy arriba varios pintados termino entre los últimos todo bien Gabriela controla el salón vamos los uniformados y quedamos a poco de lo que es la entrada a esperar que llegan de canal 10. Entre que se ordenan entrevistados entramos actuamos actuaba grupo baile clásico como fue posible ubicamos el local nunca vi tanta gente actuamos (repetición) conforme el público llega “la que faltaba” al fin sigue el festejo Día del Abuelo no había asiento ni para llegar donde se iba 18:00 hs 11º C se veía gente con saludos de despedida ómnibus coches en puertas iban sumando al fin salidas yo con saludo de los que circulan llego al pabellón me ubico 19:55 hs 11º C llega con sopa pastel de verduras jugo pan bananas para 28 que Guillermo sirvió termina con sala y se despide. Miro Telemundo Dominical veo tele película Space se va don Horacio, Chiche 0:30 hs 10º C apago tele me retiro voy orino termino llego a sala a Dios gracias por este día que sea buena la noche. Amén. - 86 - Silencios Rotos del Piñeyro Edison Baute Centro Diurno PRIMAVERA - 87 - Silencios Rotos del Piñeyro Voy a recordar un poema que hice cuando tenía 18 años, tengo muchos más, pero este es el que recuerdo como el más querido: PRIMAVERA Se acerca la primavera con gorjeos y trinos de pajarito cantor, se viste todo de verde, el color de la esperanza. Primavera llega pronto que te esperamos con ansias. Cual flores de un jardín con verde el amor en ti florece ¡Oh! primavera dame el amor de tu sol quiero tibieza de tus flores el color. - 88 - Silencios Rotos del Piñeyro Nahír Medina Unidad de Psicogeriatría POEMA I POEMA II POEMA III POESÍA “LOS PENSAMIENTOS” MIS TRABAJOS NUEVA SELECCIÓN METEOROLOGÍA QUERIDA NELLY LOS NAIPES QUERIDA AMIGA - 89 - Silencios Rotos del Piñeyro POEMA I Te agradezco que te acuerdes de mí en estos días trayéndome galletitas con las cuales invité a mis amigas. Para recordar este obsequio me decidí a dibujar la bolsa con los mismos colores relampagueantes en una tarde de febrero. En pocas palabras, uniendo letras del abecedario te voy a dar las gracias pensando en tus seres queridos que viven felices recibiendo amigos en tu casa del Pinar junto a tus hijos y esposa. Espero tu llegada hoy en el horario vespertino para entregártelo. Pensando en dulces palabras como tú me recuerdas en los días anteriores, me decido a escribirte con cariño este poema, deseándote felicidad y bendiciones para todos, de Nahír. POEMA II Escribí este poema dirigido a mis amistades, como recuerdo yo a mis hermanos, porque yo les llamo hermanos a mis queridos amigos; son mis hermanos por lo cual en los días domingos le rezo a Dios pensando en mi salud, en oraciones para cada uno, que sean unidos en familia como son los abuelos de donde viví en estos años junto a ellos. Las enfermeras son como mis hermanas por la ayuda que le dan a los abuelos del Piñeyro. Pidiéndole a Dios por todos en este domingo de febrero. POEMA III En la mañana de este domingo me sorprendiste al recordar años anteriores que estuviste en los distintos pabellones. Recordando los años en que mi salud era delicada y pasaba en cama, pero agradezco a las enfermeras sus preocupaciones para mejorarme haciendo consultas con médicos. Eres simpática, agradable en tu trato y al verte hoy sentí alegría y dialogamos de meses anteriormente, cuando llegué a este pabellón. Espero que tu familia se encuentre bien para leerles este poema, - 90 - Silencios Rotos del Piñeyro deseándole que Mirta Raquel reciba junto a sus familiares bendiciones del Señor Dios con buena salud para todos, con encuentros agradables en días venideros, son los deseos de Nahír. POESÍA “LOS PENSAMIENTOS” Llegaste en la mañana de un día lunes del nuevo año en compañía de un amigo mío, que te presentó a una abuela de este pabellón. En la presentación nos dijimos nuestros nombres, el tuyo lo recordaré por siempre en los años que lleguen y no lo olvidaré. Admiro tu simpatía Gabriela, para poner en el libro que se editará por decisión de las autoridades mi foto en la cual elegiste con gusto la que me sonreí. En dicho diálogo cariñosamente me comentaste del libro que se editó hace aproximadamente dos años, o sea en 2008, pero lo único que no me informaste es su título. Tienes modales delicados en tus palabras sobre el título imaginario; muchos abuelos presentaron varios títulos y, según me enteré, fue elegido el pensado por un abuelo amigo. Te deseo felices pensamientos en éste para las ediciones, pensando en un segundo libro con bendiciones de Dios para Gabriela. MIS TRABAJOS En años anteriores mis trabajos fueron otros por decisiones de mi familia y después de cursar estudios en distintos colegios fui a academias para otros aprendizajes que los recuerdo en mi memoria y si me lo preguntan se los digo. Después de aquellos años mi vida cambió por obra del Señor Dios y hoy estoy en mi casa actual viviendo junto a otras abuelas. En esta tarde fui pensando en unir palabras como en tardes anteriores y meses del año anterior. Escribiendo poesías para mis amigos enfermos así como para amigos que me visitaron en los meses pasados, a los cuales les entregué poemas y ellos me agradecieron con cara de felicidad, elogiando mis escrituras para llevarlas de recuerdo. - 91 - Silencios Rotos del Piñeyro En el año 2011 estoy esperando novedades para cuando comience el espacio literario y concurrir con mis cuentos para leer allí algunos de los poemas, y que me autoricen para hacer un libro o más las autoridades de este centro de abuelos. Logrando ello continuaré escribiendo, son los deseos de Nahír. METEOROLOGÍA Como se había anunciado han continuado los días nublados con lloviznas y espero que éste llegue a mejorar un poco en las próximas horas. Alrededor de las 10 comenzó a solearse un poco, pero deseo que los rayos solares iluminen con fuerza en los días siguientes. Que la luna ilumine las ciudades, llene de luces los tejados y ventanas de las casas donde esperan a los Reyes Mayos los niños y abuelos y demás. Después del día 14 de enero de 2011 seguiré comunicando los estados del tiempo en estas hojas de continuación de la meteorología. El día 16 de enero de 2011 en las horas del atardecer comenzó a oscurecer y con el viento fuerte no sólo en la capital sino en toda la zona este y norte de nuestro país, ya que en Soriano sus habitantes perdieron a familiares por voladuras de los techos por el huracán. Al día siguiente -al observar- fue nublado aunque después mejoró, ya que salió el sol, y con sus rayos alumbró con fuerza hasta la salida de la luna. Aunque los grados llegaron a ser 23 o 25, según escuché en dichos informativos. QUERIDA NELLY En la noche de ayer me sorprendí al verte. A nuestra sala llegaste tú para descansar. Fue una agradable sorpresa para mí porque te quiero y aprecio cada día más en estos lugares. - 92 - Silencios Rotos del Piñeyro En días anteriores hablamos de tus sueños, cuando viajaste a Estados Unidos a ver a tus hijos y viste las nevadas de distintas ciudades. Ahora las dos podamos dialogar ya que somos compañeras y que Dios nos bendiga por muchos años. LOS NAIPES En la tarde de hoy, junto a mis amigas enfermeras, de las que acepté su invitación, jugamos unos partidos de conga y, según pensamos, fui ganadora. Pasamos entretenidas por unas horas de este día. Son muy simpáticas conmigo las tres. Sus nombres son Nieves, Miriam y Sandra, que llegan para los horarios de la tarde. Les agradezco su atención a todas y siempre las esperaré otros días. QUERIDA AMIGA He pensado detallar cómo nos conocimos en este lugar un domingo a la tarde cuando llegaste en compañía de unos amigos tuyos. Desde entonces nos vemos cada poquito tiempo en el Piñeyro que es donde vivimos dos amigas tuyas. A ti, Esther, te dediqué estas letras con cariño y con buen corazón que me endulzan el paladar como cuando probé los caramelos y te doy las gracias por tu atención. Te voy a preguntar por una amiga de ustedes que vino hace un mes y no la volví a ver desde que llegaron juntos en este año. Que la recuerdo bien por lo atenta conmigo y deseo ser informada por ti Esther, ¿cuál es el motivo de faltar en dichas visitas o está viajando?. Después de narrar estas letras me despido de ti Esther y pido protección del Señor Dios. - 93 - Silencios Rotos del Piñeyro - 94 - Silencios Rotos del Piñeyro Catalina Silva Unidad de Alta Dependencia EN NUESTRO HOGAR - 95 - Silencios Rotos del Piñeyro EN NUESTRO HOGAR Yo me llamo Gladys y mi compañera Juana, estamos en un internado. El anexo es una casita mía y de Juanita porque estamos las dos, y a veces ponen a Yolanda acá cerca. Nosotros festejamos los cumpleaños de Ivonne, Juanita y el mío, tengo una amiga que me hace torta de fiambre, pizza y me trae refrescos: se llama Anita. Desde que vine acá no salgo mucho y en diciembre salí al parque acompañada de una funcionaria, Leticia, que es enfermera, se quedó en el parque conmigo para ayudarme con el mate, me acompañó en la mañana. Salí esa vez y otra que Daniela me sacó, pero Daniela se enfermó con tendinitis, cuando se reintegre no va a poder venir y la voy a extrañar. La directora a mí me cayó muy simpática y agradable, hablé poquito con ella, pero me pareció que es una buena persona. Yo me presenté como delegada de la sala de mujeres. Con Gabriela trabajamos en la oficina en PC hasta que me enfermé, pero soy la secretaria, pasaba trabajos en PC y atendía el teléfono. Ahora espero mejorarme para volver a ir. - 96 - Silencios Rotos del Piñeyro Jorge Rodríguez Santos Unidad de Alta Dependencia UN SALUDO A PRIORI ¿A MODO DE INICIAR MEMORIAS? - 97 - Silencios Rotos del Piñeyro UN SALUDO A PRIORI Un saludo a priori pero también, conjunta y gustosamente, la presentación breve y amable frente al tema que encaro por acercamiento de fechas y de tan amado tema… y de tantas bellezas de cercanías contactadas en este hospital geriátrico desde donde Jorge (quien escribe) tiene, agradecido y hasta en ocasiones maravillado de convivencias con hermosuras de espíritu y fisonomías que saben apreciar mi sensibilidad de artista del color: pinturas al óleo, durante largas temporadas (de paso un saludo al amado Gauguin -el mayor colorista del siglo XIX- por maestro, por huraño, por loco y por genial). ¡Podía haber dejado algo de su imaginería y de sus modales femeninos! Pero prosigamos presentándonos: la búsqueda filosófica y creativa de los juveniles y siempre vívidos viajes a lo largo de los ríos del Uruguay con la sola pero bien aventurada compañía de Sartre, Unamuno y Nietzsche,… Acampando en las más bellas e ignotas playas de un país desconocido. Otras veces, poniendo la canoa a modo de protección campera en revolcaderos de jabalíes y capinchos, en cercanía de cruceras y toda la fauna nacional y nativa (y hermana como decía el Santo de Asís) y el Zaratustra compañero de siempre para que espectralmente me gritara ¡Tú, tú y tú Salvaje Sabiduría! Hasta que el Mago Gardel, fogoncito y mate amargo, como siempre recordativo y mágico me llevara hasta el amor lejano de mujer: aquí estoy, sin fe, sin Dios y sin ti. Vaya a modo de presentación para llegar a la fecha actual: 8 de marzo,… Día Internacional de la Mujer ¡Puf! Seré sincero: no me gusta eso de “Día de …” (a ellas creo que tampoco), siempre le encuentro su filo comercial y las mujeres se cansaron de eso de contabilizar las fechas. Tampoco vamos a caer, ¡Vade retro!, en la bobería vulgar de afirmar desacertadamente como en otras ocasiones: son todos los días del año, ¡macanas! Me interesa el hoy, el ya; y las homenajeo con todo aprecio y gratitud, rememorando poemas de Idea Vilariño o Circe Maia o de Juana de Arco o de mi primera novia,… por la solidaridad, comprensión y bondad de mis enfermeras, nurse y doctoras. ¡Gracias amigas mías! Sin marca de almanaque que nos indiquen aquellos mercaderes que Jesús tan sabiamente expulsó del templo. Ahora sí: me despido. Sepan que fue un gustazo darles este monólogo amistoso como ahora la extensión de mi mano sana, nos precisamos todos y yo los quiero como a mi férula y al leucoplasto. ¿Nos reencontraremos? - 98 - Silencios Rotos del Piñeyro ¿A MODO DE INICIAR MEMORIAS? Llamémosle un reencuentro para los reencuentros… ¡Sí! Sin caer en decadentes nostalgias y sí y no queriendo se empalidece el alma, que se sepa que del color amarillo de mi querido Paul Gauguin o de la flor de la retama, de la retama lejana y brillante (a la entrada del hospital). Y que allá está parecida a mis recuerdos: meses ya que esa plantita me enjardiniza el espíritu y me aromatiza los sentimientos, para este tan ansiado reencuentro con ustedes, mis nuevos amigos, mis nuevos colores.Y juntos, elevadamente juntos (escribo desde una terraza), pero desde este imaginario y alto sitial lindazo de retamas y recuerdos pensamos en una unidad; busquémosla (como Danubio busca un gol) como un título nobiliario. El color es la aristocracia del espíritu. Así fue que llevado por estas locurezcas reflexiones empecé cuando muchacho mis primeros cuadros al óleo. Fue por aquella edad que un puño cerrado me quebró el caballete nasal. No obstante, atrevidamente paciente e inspirado, conseguí unos multicolores pomos, me fabriqué los primeros bastidores y un caballete de madera, como los tradicionales pintores decimonónicos (¿los pinceles?) mi mujer solidaria y amorosamente me donaba un mechón de su largo y suave pelo. En mi creativo tallercito casero yo elaboraba todos los materiales posibles en el viejo caserón de mi querida y perdida “Vieja”. También arreglando radios y TV (¡de válvulas!). De ahí también salió la primera canoa, “a posteriori” mis fluviales y uruguayazos viajes, surgió también el primer torno eléctrico (con colaboración de Yamandú, otro “Noble” de alma, amigo, familiar, extraño paralelismo de corazón y de mente, que aún hoy me visita ritualmente con su afecto y su agua mineral). Fabriqué la primera arma defensiva “pace maker” para cristalizar la ingeniería de Samuel Colt y dejarlo desde el paisito como un cohetero brasilero (¡era arma de avanzada, pesada, rústica e insegura!). Recuerdo que la mandé armar pa'dar más impresión o más pinta. ¡No faltaba más! Y a mi lado, siempre compañero y leal como un primo hermano, el perro Landrú, el amado ejemplar de Collie (de quien también obtuve algún pincel de su lacio pelambre). Todo esto que narro, ¡hay juventud!, enmarcado musicalmente con el genio de Wagner, de Mahler y por supuesto del maestro Francisco Canaro (Gracias, padre por hacérmelo oír desde gurí). A propósito de Landrú, confieso a quien me lea que yo amo los perros (y que conste que conozco todas las faunas), estoy en deuda con ellos sin - 99 - Silencios Rotos del Piñeyro importar raza ni carácter y alguna vez escribiré algo sobre estos fabulosos compañeros, históricamente leales, que siguen estando más allá del bien y del mal sin mediación de Nietzsche. ¡Por suerte única que tengo! Pero particularmente el Landrú, perro manso y querible, inteligentazo y algo estéril, siempre hambriento y pedigüeño como unas caderas de mujer: pero de sobremanera filosófico con sus actitudes haraganas, ¡criado en libertad se dormitaba entre libros antiguos, obras de arte, la quinta sinfonía (de Mahler) y las siempre embelesantes veces de “El Mago” o “el Flaco” (y regularmente la guitarrera visita de mi hermano lejano). Hoy amazónicamente perdido, como decía Jorge Amado, por las tierras del sinfín. Y los años pasaron y pasaron felices, malvados ¡Ay, amigos, es la vida! La vida: es “mina” desgreñada y bella que tanto amé y sigo enamorado. ¿Todo lo he perdido? ¡No! Es del español Rafael Alberti, aquello de “me queda la palabra”. Y ahora tengo raíces nuevas, visitas queridas y la plantita de retama me sigue floreciendo de amarillos gaugueanos. Esta edad que hoy tengo ¡Es la caída!: se me cayó una pierna, se me cayó una mano y se me cayó el pelo, la dentadura y lo que se te antoje pensar. La juventud se fue, pero la casa sigue estando ahí; la imagen de la madre acomodando sus macetas en aquel viejo patio donde el perro-tudo “¡Landrú espantaba calandrias y gorriones de puro perrotudo no más!”. Todo se cae,…cierto: pero para nosotros en la terraza,… ¡vamo' arriba! Queridos y nuevos compañeros: les he revelado algunas historias íntimas; revelar intimidades es como aquel que se suena las narices y muestra después el pañuelo. Empero, espero su comprensión que les devuelvo con amistad y aprecio. ¿Nos reencontraremos? Con sinceridad. Jorge Pabellón A, sala 4 (2011) - 100 - Silencios Rotos del Piñeyro Este libro se termino de imprimir en Noviembre de 2011 en los Talleres Productivos Protegidos de la Organización Nacional Pro Laboral para Lisiados ONPLI Ceibal 1629 - Tel.: 2203 3061 Montevideo - Uruguay Depósito Legal Nº 335312 - 101 - Silencios Rotos del Piñeyro - 102 - DELE UNA MANO AL HOSPITAL - CENTRO GERIÁTRICO “Dr. Luis Piñeyro del Campo” POR COLABORACIONES: 0900 9110 - $ 20 0900 9111 - $ 50 0900 9112 - $ 100 0900 9200 - $ 200 MONEDA NACIONAL: Cuenta BROU: 186 000 94 30 DÓLARES: Cuenta BROU: 186 000 54 613 COMISIÓN HONORARIA DE APOYO Y OBRAS Tel/Fax: 2509 3819 E-mail: hospitalcentrogeriatrico@gmail.com