libro SILENCIOS ROTOS DEL PIÑEIRO 04 11 a curvas

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ESCRITO POR RESIDENTES Y USUARIOS DEL
HOSPITAL CENTRO GERIÁTRICO
Dr. LUIS PIÑEYRO DEL CAMPO
2010-2011
Silencios Rotos del Piñeyro
Silencios Rotos del Piñeyro
PRÓLOGO, DIRECCIÓN Y
COMISIÓN DE APOYO
La aparición de un libro es siempre motivo de regocijo. Si decimos
-además- que Silencios rotos del Piñeyro es la continuación de Cuentos,
anécdotas y poemas del Piñeyro, que fuera publicado en 2008, la celebración
debe ser aún mayor.
Dijo Federico García Lorca: Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la
calle, no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Yo tengo
mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un
hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente, con
un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber
y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros,
muchos libros los que necesita y, ¿dónde están esos libros?
A éste -escrito por residentes y usuarios del Hospital Centro Geriátrico Dr.
Luis Piñeyro del Campo- debemos recibirlo con las manos ávidas, la mente
abierta y el corazón alegre. Personas con escasa formación literaria nos
ofrecen sus sentimientos, sus afectos, sus aspiraciones, su relato vital con
total naturalidad y una belleza que nos colma el espíritu.
Pedro González nos recuerda su niñez en Pardo y pardo.
Mario Troche le escribe y agradece a Mi madre, a Mis hijos: Camila y
Gervasio, a Mi hermano Ricardo y a Gilda; y nos deleita con un poema
hermoso ¿Dónde cantan los poetas?, que dedica a Gabriela.
Aída Ciscato rememora En una tarde, el baile añorado en el Hotel del Prado.
Rubén Darío Fernández nos emociona con La pequeña Olga que le repone a
la abuela su jazmín maltratado.
Susana Barreiro y Arsindo Farías nos regalan tres bellas composiciones La
Noche, Pregunta de un Niño y Poema de Amor.
Edmundo Antonio Sosa nos recuerda en El perro y yo al can que primero se
mostró agresivo y amenazante y luego se volvió su fiel amigo. En Romina
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Silencios Rotos del Piñeyro
nos habla de su hija del alma y en La Tierra del suelo cultivable que el
hombre hace producir con su esfuerzo y amor y, hacia el final del ciclo vital,
sirve de cobijo eterno, tranquilo y oscuro a nuestros cansados cuerpos.
Los poemas no están construidos con rima ni ritmo perfectos, y ese no es su
propósito. La finalidad -de los autores- es plasmar una exaltación de la vida
que los rodea y a la que no están dispuestos a dejar pasar en vano.
En un muy lejano 1895, el Dr. Luis Piñeyro del Campo asumía su cargo en la
Comisión Nacional de Caridad y Beneficencia Pública. A partir de ese
momento, el Asilo de la calle Larravide concentró sus principales desvelos.
Luego de su muerte acaecida en París el 21 de agosto de 1909 y en
reconocimiento a su tarea la institución pasó a denominarse Asilo Luis
Piñeyro del Campo.
Desde el más allá, el noble benefactor y poeta leerá jubiloso Abuelos del
Piñeyro de Mario Troche, Gracias mil Piñeyro del Campo de Paula Linares y
Piñeyro del Campo de María Silvina Velásquez. Luego de la lectura,
descansará en paz.
Nosotros, que aún permanecemos en este paraíso terrenal esperamos -desde
ya- el tercer libro de los residentes y usuarios del Hospital Centro Geriátrico
Dr. Luis Piñeyro del Campo.
Dr. Alberto Piñeyro
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Silencios Rotos del Piñeyro
Continuamos juntos,… gracias
Por segunda vez volvemos a cumplir el sueño de trascender, al no
dejar que se pierdan estos escritos que reflejan el sentir y el amar de los
residentes.
Este proyecto tiende a dar continuidad al primer libro ya publicado,
que llevó tres años de gestación y que fue originalmente idea del residente
Rubén Darío Fernández.
Hoy reunimos nuevamente lo que consideramos lo mejor de cada
uno de los autores, demostrando la importancia de tener un proyecto vital.
El fundamento de este libro es salvaguardar aquellas cosas que
algunas veces quedan en papeles olvidados o se pierden o se tiran porque
no valoramos la importancia de lo hecho por nosotros mismos.
El nombre de esta nueva edición surge del Taller Literario; donde un
grupo de amigos se reúnen para pensar, reflexionar y apoyarse en temas
de interés común.
Este espacio estimula la creatividad; es un lugar en donde el
respeto, la sinergia, la escucha y la aceptación son los pilares
fundamentales que sostienen el trabajo del Taller.
Sumamos en este libro trabajos de aquellos usuarios que no
participan directamente del taller, pero a quienes les agrada escribir.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Agradecimientos
A quienes participaron en el libro, desde el Taller y con el
aporte de sus trabajos.
Al Equipo de Gestión y a la directora del Centro, Dra.
Adriana Silva, quien con su constante aliento nos impulsa a
continuar nuestra labor.
A la Comisión de Apoyo, en nombre del presidente, Sr.
José Peralta, quien siempre nos apoya en cada emprendimiento
a favor de los usuarios.
Al bisnieto del Dr. Luis Piñeyro del Campo, por permitirnos
publicar como homenaje extractos del libro El último gaucho
(1891), escrito por quien merece el nombre de nuestro Centro
debido a su innegable valor como ciudadano ilustre, amante de
las causas nobles y justas.
A Helder Hernández, por permitirnos recordar a Melania
en este libro, que aunque hoy no está entre nosotros se mantiene
viva en sus escritos.
A Gloria Gómez, que trabajó con Juanita en el Viaje
Imaginario y en las fotos de los trabajos de Nahír.
A la Lic. Trabajo Social Sandra Sande y a la Dra. Verónica
Silveira, por el aval a nuestro emprendimiento.
A Marisa Palmer, por la energía que nos impulsa a
concretar este proyecto.
A la artista plástica Lic. Esther Meix por las fotos de sus
trabajos realizados en Centro Diurno.
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Silencios Rotos del Piñeyro
A ONPLI por colaborar en nuestro proyecto al ser la
imprenta que nos apoya con el libro.
Al Laboratorio Bayer por el noble gesto de apoyar y
financiar nuestro emprendimiento.
Al fotógrafo Miguel Rojo por la foto de tapa.
A Gretchen Schauricht al enriquecernos con sus
invalorables conocimientos y su cariño en la corrección de
nuestros trabajos.
Al Asesor Legal Fabricio Méndez por su apoyo.
A Marta Llabrés y Nathalie Montes por la colaboración
constate en este emprendimiento.
Quienes coordinamos, nos sentimos muy felices de ser
los agentes motivadores que propician este trabajo.
Para finalizar, hay una frase que significa mucho en este
contexto: “Hacen falta sueños para aferrarse a la realidad”
(Ricardo Arjona, músico).
Sra. Nelvi Regalo
Centro Diurno
Lic. Psic. Gabriela Ferraro
Oficina de Atención al Usuario
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Silencios Rotos del Piñeyro
Dr. Luis Piñeyro del Campo
EL ÚLTIMO GAUCHO
Luces dudosas vienen extendiendo
su tenue claridad por las cuchillas.
Sopla ligera brisa, van ciñendo
las nubes orlas rojas y amarillas.
En los bajos las nieblas por los cauces
deshaciéndose van de las cañadas,
y en jirones, cual gasas desgarradas,
flotan entre las ramas de los sauces.
Fresco aroma de hierba humedecida
en ondas se levanta, que a raudales
recogen y desparraman en la huida
las puristas auras manantiales.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Yerguen su tallo las menudas flores
al beso de la luz que se dilata,
y que en haces de vívidos fulgores
sobre el campo ondulante se desata.
La negra tierra allí, desmenuzada
a la tarda labor del buey paciente,
en llanto de la noche aún empapada
el seno ofrece a la feraz simiente.
Del maizal a las cañas rumorosas
éntrase el viento juguetón y leve,
y al roce de sus alas bulliciosas
hojas y tallos en desorden mueve.
Y salta, y besa, en vuelos inconstantes,
las mieses del maduro fruto henchidas,
que deja columpiándose ondulantes
cual las ondas de un lago estremecidas.
Y llega ya hasta aquí; lame silbando
las rojas tejas del humilde techo,
y el humo del hogar arrebatando
lánzalo al campo en copos de mil deshecho.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Pedro González
(07/12/41-13/10/10)
PARDO Y PARDO…
SOY COMO SOY
SÉ DE DÓNDE VENGO
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Silencios Rotos del Piñeyro
PARDO Y PARDO…
Pardo y pardo marrón glacé los padres míos.
En estas callecitas de la Aduana, frente al conventillo, picadillo con
pelota de trapo, este negro junto con los zurdos y los Espondaburu
pardos,
ellos eran muchos hermanos, había que pelear por calle Pérez
Castellano.
Quedaba el Boston donde peleaba Burgués y Dogomar Martínez.
Tiempos lindos de nuestra niñez donde “la plata” baila y los hombres
también eran “guapos”, había que pelear para ser niños de verdad.
Qué te parece hermano si naciste pobre, morirás pobre con él…
en tu fe… hombre serás…
Tiempos pasados donde no había “pasta base”.
Cumplí la misión de “humano”, vine al mundo de una mentira hecha a
mi madre; ella lo quiso. Así fue que crié a mis hermanos como “hombre”.
Y yo fui lo que quiso el destino: siempre negro de “Barrio”.
A mis antepasados que fueron “blancos”:
Mis antepasados fueron africanos “Negros azules”.
Y soy feliz siendo marrón. He sido sincero con la mujer que me amó.
Sabe quién soy. Ella en Europa…viviendo y yo aquí en
el Piñeyro del Campo siendo quien soy, de Mundo Afro.
“Misión cumplida” con mi vida de marrón glacé.
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Silencios Rotos del Piñeyro
SOY COMO SOY
Soy como soy.
El mundo es así.
De amores no cumplidos
de promesa de hombre
de entrega de mujer
hereda su carácter
“su ser” tranquilidad.
El mundo es así
¡hombre! así me criaron
así es morir y nos encontramos
en el Piñeyro del Campo
él siendo él.
Cuando le dije su verdad
la de mi madre
él calló
le vi morir “su ser”
tranquilo, manso
la vida es así.
Sin garantía de un mundo mejor.
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Silencios Rotos del Piñeyro
SÉ DE DÓNDE VENGO
Sé de dónde vengo ¿Quién soy?
Soy Machado que encontré en Piñeyro del Campo
la triste realidad siendo el mayor de mis hermanos,
Bottaro ellos, siendo yo el mayor de los nietos
¡el alma de ella llevo!
De las brujas del Piñeyro creyendo en
Cristo y su Biblia, protejo Madre Teresa.
Mi abuela me crió con rigidez de un macho.
Así soy, es crear una imagen
Pedro Hugo…soy.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Mario Troche
Unidad de Psicogeriatría
A MI MADRE
A MIS HIJOS CAMILA Y GERVASIO
CAMILA
A MI HERMANO RICARDO
GILDA
MATEANDO EN EL PIÑEYRO
A LA MÉDICO PSIQUIATRA GIANNINA CASALI
A LOS TEJANOS LOS RECUERDOS DE UN MAÑANA
A ROSANA
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Silencios Rotos del Piñeyro
I - II - III
DESDE EL PIÑEYRO A MYRIAM CON EL CALOR DE UN ABUELO
A ADRIANA, ODONTÓLOGA CON FUERZA DE CREAR NUEVAS LUNAS
EN LOS ROSTROS DE LOS ABUELOS DEL PIÑEYRO
LOS ABUELOS DEL PIÑEYRO
UN FRAGMENTO DEL CUENTO “LA BOHEMIA DE
LOS GRILLOS DEL PIÑEYRO”
¿DÓNDE CANTAN LOS POETAS?
A MI MADRE
Se me cayó un verbo calendario de año Mamá
andando, andando caminos azules, azules.
Manos de otoños antiguos veíamos rostros de fuego.
Te acordás Mamá de las primaveras.
No te olvides nunca golondrina querida, aquel
que llevaba en el hombro como una rama
del destino. Acá en el Piñeyro el viento tiene
la estatua de los eucaliptos, labios de
arena, sol, sol y cruz trazada en el tiempo
como una consigna celeste. Te bendigo Madre.
Y que nunca sea tarde como un sol
en la noche; quién sabe qué noche.
Qué luna, qué ida, qué destino madre mía.
Tengo nubes nuevas para pintarte los labios
los que tantos besos me dieron cuando estuve
solo, también tengo un sol para regalártelo.
Todo. Mamita linda. Me estoy cortando
con los filos de un arco iris en
los pupitres del atardecer.
Con los codos en el horizonte donde vendrán las estrellas.
lágrimas de luz para llorar mi llanto casi poeta en la noche, Mamá.
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Silencios Rotos del Piñeyro
A MIS HIJOS CAMILA Y GERVASIO
En un área incierta, al centro
del corazón palpitan mis hijos.
Garfios de amor prendidos
como las manos de Dios
en el infinito azul y más.
Horizontes, luna y pan, hermosos
como estrenando cielos rojos.
En el pupitre mayor, tiza blanca
rayando el alma de un grito.
¡Los amo hasta volverme poesía!
Y me quedo inmóvil
en los surcos del silencio.
Arañas de calcio y lunas
impregnadas de luz en las auroras.
Incendio de amaneceres del Piñeyro.
Gitano sin aros roto como un pájaro.
Bullicio de golondrinas en los techos.
Exaltando vernos rubios de sol.
Rudo engranaje de ruedas dentadas
mordiendo el calor de mis hijos
porque son pan y techo tibio de amor.
Aprendí de ellos no morir cada día,
la edad de los árboles y otros asuntos
que me llaman la atención.
CAMILA
Déjame despeinar los techos
para mojarme de lunas
y saber un poco más
de la anatomía del sauce
que llora en mi ventana una pena verde.
Aprendí de los pájaros como tú Camila
a escribir en los celestes poemas de amor.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Y el sol me ganó en los patios del Piñeyro
gritando un recuerdo en tu aniversario.
Te quiero Camila, después es verano.
Te quiero Camila, después recién después.
Remontaré una de las palomas
hasta la altura de mi frente
en un vuelo de patria y cielos.
Te regalo todo hija mía y la luna
en un trago de luz
para calmar la sed.
De los camellos del mundo de arena
y un globo picado en mis manos vacías
con líneas que calcan rumbos del corazón.
El que te lleva como una bandera
en el pulso, mi gran hija querida.
Eres el éxito de una golondrina
alcanzando el ángulo de su cría.
A MI HERMANO RICARDO
Tiemblo como la mar.
Cada ola es un salmo
que me humedece el corazón.
Voy querido Ricardo
con tus palabras en las alegrías.
Sé mucho
de las sonrisas de los amigos,
de la paz, el pan y los peces.
Y mi alma multiplicando
los soles y lunas en los horizontes.
Para que no me falte nada,
a la hora de la oración
un hornero artesano de colores,
me duele en el verano
como un niño en los brazos.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Esperando la estatura de los hombres
para andar mudos de colores,
de mares techos de Dios.
Desde el Piñeyro te escribo
con lágrimas de emoción
inundados mis párpados
porque vale la pena
esta lluvia…
Hasta que salga el sol.
¡Tú, no me dejaste solo ternura!
¡Bendito sea el Señor!
GILDA
No me dejes solo
Acá tenés un amigo ¡AMOR!
Aquel que confundió los afluentes
con serpentinas de sol
y lloró veinte años tu ausencia
en un rincón noche de Montevideo.
Te amo con influencia de golondrinas,
caballos que pastan en los patios del Piñeyro.
Se parte el poema como un rayo
en la tierra fresca, ajena y prohibida.
Te acordás amor la primavera el sol
y aquella luna durmiendo luceros.
En tu falda mujer; qué saben aquellos
que nunca despertaron llorando
a las seis de la mañana y se
entregaron al horizonte para verte pasar
llevando la última estrella como la mano
de Dios la garganta del sol.
Nuevo día para sufrir tu ausencia.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Yo no sé si me recuerdas,
yo no te voy a olvidar nunca, amor.
Después serán los pájaros que me encenderán
un ala para morir mejor.
MATEANDO EN EL PIÑEYRO
Hay cosas que no saben, por ejemplo que el zorro gusta de las mujeres.
Eso no lo sabía, me lo enseñó Tito Juan Carlos Rodríguez, un amigo del
Piñeyro, que se disfraza de zorro aunque haya 40 grados de calor.
Sombrero y capa (me pidió que le consiguiera un caballo), es más bueno
que una copa de agua.
No sabe leer, ni escribir, no sabe la edad que tiene, pero sabe mucho de
sonrisas.
Una tarde que estábamos amargueando Antonio, Tito y yo a la sombra de
un enero en el jardín del Piñeyro rompió el silencio y preguntó:
Compañeros, ¿qué hay adentro del cielo? Quedamos rotos, prolongamos
el silencio, derramé una lágrima y Antonio apenas respondió, adentro del
cielo está Dios y los angelitos y volvimos a quedar en silencio, así seguros
que esa no era la respuesta, no había otra.
Una noche después de la cena caminábamos por el parque y así porque sí
afirmó: ¡El sol ahora está en Japón! Qué lección para nosotros que nos
hacíamos nudos en los horizontes.
Y así pasó un termo, un mate para Tito, otro para Antonio, nos contó que
nunca tuvo novia y agregó: Yo nunca me acosté con una mujer. A los tres
nos ganó un gran silencio sofocante como un grito a Dios. Nos quedamos
quietos, recién hechos, hasta que nos despertó preguntando: ¿De dónde
sale el viento? Ni las palmeras del Piñeyro pudieron responder y eso que
las palmeras saben de nidos, nubes y cielos. El silencio nos volvió a cubrir.
Es raro vivir.
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Silencios Rotos del Piñeyro
A LA MÉDICO PSIQUIATRA
GIANNINA CASALI
Siento un profundo respeto y admiración
por todo lo que es inteligente.
Como el árbol, la golondrina, la luz, el amor
saben regresar al ángulo de sol
de las ventanas del Piñeyro.
Yo estuve veinte y tres años dormido
en un rincón de Montevideo.
Usted señora Casali me devolvió
las maravillas de las auroras
y estas inmensas ganas de vivir.
En los horizontes donde todo se agita
y el sol salpica estrellas es tarde, es noche
exactamente ahora que estoy escribiendo.
Quiero gritarle gracias y se me vuelve poesía
como un molino sin viento en los silencios
flotando en el aire de otoño.
Pájaro azul de tanto rayar el cielo
un abecedario de lunas y soles
me ilumina el pulso, y vivo,
abierto con amigos buenos como el pan.
Creo en usted señora Casali
porque me hizo mucho bien
como una canción de paz.
En los vértices del corazón vivo feliz.
Esta noche para estrenar
tengo un lucero nuevo
que me guiña a lo lejos, muy lejos
donde todo comienza como un siglo
y despiertan los bordes del silencio.
Giannina, no me haga caso porque estoy loco.
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Silencios Rotos del Piñeyro
A LOS TEJANOS
LOS RECUERDOS DE UN MAÑANA
Desesperados granates
allá en el horizonte
tembló la tierra el 19 de septiembre
pasó algo aquí.
Más de veinte soles
iluminaron la tarde.
Fue un acontecimiento
como sucede en mi ventana
la catástrofe de un sauce.
Pasaron Los Tejanos
criaturas mágicas
con los colores del arco iris y noche.
En los patios del Piñeyro
más de cien guitarras
sonaron acompañando
el retorno de una golondrina.
Y los comediantes jugaron
con ritmo de primavera
la proeza de La Teja.
Muy alto una paloma blanca,
como una tijera, me recorta
pedazos de techo
para un muchas gracias
por estar, por existir, por venir.
En un espacio roto
tal vez esta noche
lluevan espigas
de un cielo maduro.
Nunca los voy a olvidar.
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Silencios Rotos del Piñeyro
A ROSANA
Generosas las palmeras
en su estatura de cielos.
Varas maravillosas
que todo lo transforman
en una actitud mágica
de palomas, en soles, poesía y pan.
Y tú Rosana mirando el río verde
en los patios del Piñeyro
que corre en el horizonte rojo
del atardecer lleno de vida
golpeando el pecho
con una mano de fuego
con humo de sangre
y cenizas de tierra blanca
después de los muros.
Te quiero con acento en el alma
la misma que se llenó de poemas
en la sonrisa de tu primavera.
I
Un relámpago en un grano de sal
ilumina mi pulso con el que escribo
estos poemas los que dedico con amor:
A Anahí
A mis hijos. A mi madre.
A los que calcan la luna
para iluminar la vida.
A los perros que le ladran.
A Gilda,
al terciopelo,
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Silencios Rotos del Piñeyro
al sauce que llora un poema verde,
a mis hermanos.
A las ventanas por donde
entran las estrellas. Al alba,
a Papá.
A los que duermen durante las noches
porque de ellos es el reino de las auroras.
A los abuelos y funcionarios del Piñeyro.
Al reloj que da la hora
al pan
a los peces
a las túnicas blancas
a los horizontes que coleccionan primaveras
al inflador de mi vieja bicicleta
a la libertad
a los poetas del Piñeyro
al último organito
a una cuchara de agua
a todos los pájaros.
A todos mis sobrinos que pescan arco iris
en las playas del mar. Las lágrimas de luz;
en los techos del desierto
como manos en la ola, escribo.
II
Yo sé mucho de la Luna
porque ella me alumbraba
en mi larga soledad.
Tiene claridad de cielos.
Mi poema amaneciendo
en el Piñeyro del Campo.
Hay una mano que tiembla
allá en el horizonte
y se conjugan los verbos
en el agua que cae, ceniza
terciopelo, granate
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Silencios Rotos del Piñeyro
en la mañana de invierno.
Pronto será primavera
en los helechos de mi tierra,
al oriente del río
de los pájaros pintados.
Y cantarán los abuelos
loas a los patios
como cosechando auroras
en un afluente de patria.
Girando, girasoles. Amor.
III
Me gasté en rojos
con horizontes de sangre
y aprendí a escribir algo.
En cada amanecer
por los caminos de las manos
yo estaba sin resolver
el ejercicio de la luna
que me consumía cada noche
de frío y soledad
sin espacio, sin luz.
En las sombras de las acacias
con fantasmas y pájaros
colgando de una nube
que estaba quieta en el cielo.
Como una sombra amenaza
de pedazos de hielo
sobre mi frente cansada
en una partida con la muerte
con dados de estrellas triste.
Desperté en el Piñeyro.
Nací de nuevo.
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Silencios Rotos del Piñeyro
DESDE EL PIÑEYRO A MYRIAM
CON EL CALOR DE UN ABUELO
Remonto como un sol
para iluminarte ternura
y con esos rayos de luz
calcar mi paisaje naturaleza
desde los patios del Piñeyro.
Te quiero en el poema
porque en un poema vivo
bajo un techo de lunas
y alcancías de horizontes
de cada atardecer
y más todavía.
Soltar la línea de un círculo
y caer como una lágrima
en tus brazos Mujer
para soñar auroras
con golondrinas y todo.
En tu mirar primaveras
eres más linda que la última rosa
que acaba de florecer.
Por eso no estoy más triste, Myriam.
A ADRIANA, ODONTÓLOGA CON FUERZA DE
CREAR NUEVAS LUNAS EN LOS ROSTROS
DE LOS ABUELOS DEL PIÑEYRO
Déjame llorar
donde convergen las lágrimas
las manos de los ríos
el cielo de las pupilas de Dios.
Tu andar paladares
con ternura hospitalaria
me induce a escribir tu sonrisa
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Silencios Rotos del Piñeyro
con el pulso de un amigo
libre como una golondrina
que cada mañana va
y cruza mi ventana
volando los jardines del Piñeyro.
Tengo sensación de primaveras
qué más puedo pedir
si tengo el pecho lleno
de alegrías nuevas
y soles enteros temblando al amanecer
temblando en el horizonte
que no se apaguen nunca.
Me hace bien escribirte
Adriana, gracias por existir.
LOS ABUELOS DEL PIÑEYRO
Tienen murmullos de gorriones
turbulencias de mar quieto.
Los abuelos del Piñeyro
andan con paso lento
como contando distancias.
Me ofrecen su mirada solidaria
y sus manos generosas
con la estatura de los ceibos
la flor de la patria.
Yo estaba en un rincón de La Teja
más solo que un remo perdido
en el río salado
y ancho como el mar.
Respiraba soledades
como un pez en la arena.
Solo en el trapecio de la noche
como la luna andando
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Silencios Rotos del Piñeyro
de horizonte a horizonte
horizontes de espuma y sal.
Mi poema tiene influencia
de las palomas del Piñeyro.
Más luz.
UN FRAGMENTO DEL CUENTO
“LA BOHEMIA DE LOS GRILLOS DEL PIÑEYRO”
Cuando le pregunté a Café por la escoba me contestó: La tengo guardada.
Averigüé, ¿por qué? Y me dijo, hoy no barro porque es feriado, los días de
fiesta yo no trabajo.
Perdí el conocimiento; cuando volví en mí estaba al lado de Cisto, le
pregunté, ¿Qué edad tenés? Lo sorprendí, me contestó: No recuerdo y
quedamos mano a mano, el tabaco y yo en la pregunta (es difícil).
Rechiflado en mi tristeza, pero siempre estoy triste, no es raro, no tiene la
culpa Cisto por no recordar la edad. Ni Café por interrumpir para agregar:
Anote ahí Marito, peleé en la época al Batista y Caballero y mi oficio fue
carpintero. Lo sé, ¡qué carpintero! (está espeso el aire).
Escúchame bien Cisto: ¿Qué hiciste en la vida? Muy rápido y sabiendo lo
que respondía me dijo: Herrero. Le pregunté: ¿Qué es lo que te hubiera
gustado ser? Muy seco y rápido me gritó: ¡Herrero!
Quedamos en un silencio rojo golpeando el recuerdo en una fragua, y
aunque me puso la mano en el hombro y en un murmullo casi un grito de
pan ¡No me rompas más las bolas!, me murmuró al oído he-rre-ro cayó el
silencio a la tierra, quedamos mudos. Pasaron muchos años para volver a
hablar.
Me dirigí a Nelson. Escúchame, Nelson: ¿Qué hiciste de tu vida y qué es lo
que tú habías querido hacer? No entendió la pregunta o yo le hablé mal…
me apretó la mano y comenzó a plena voz a nombrar esquinas y boliches
del Cerro, no podía parar. Un monólogo, para mí con limón.
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Silencios Rotos del Piñeyro
¿DÓNDE CANTAN LOS POETAS?
Qué lindo está el parque del Piñeyro
ahora que tú lo andas conmigo
buscando abuelos nuevos
para llamar golondrinas.
Anunciando primaveras
en dos pedazos de cielos
como tus ojos Gabriela.
En el tallo de una rosa
con fragancias de amaneceres
y el perfume de los poetas
que se inclinan para escribirte
por buena y hermosa.
Yo copio esa actitud de glorias
porque hiciste mucho por mí
en un espacio de vida
donde florecen los paraísos
y las palomas remontan
como pañuelos al viento.
Cae una lágrima.
En las arenas del mundo
pie del horizonte
alcancía de soles claros
este que me llena de luz
de pájaros, de cariño, de pan.
Como una rayuela de tiza
cuando remonta al cielo
en un salto de poemas
para ver las raíces enteras
las flores y confundirte con ellas
para perderme en un silencio azul
entre nubes y lunas blancas, claras
como tú, Gabriela. Amiga.
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Silencios Rotos del Piñeyro
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Silencios Rotos del Piñeyro
Melania Barreto
CENTRO DIURNO
Abril 2009
LAS COMETAS
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Silencios Rotos del Piñeyro
LAS COMETAS
Cerrando la tardecita,
uno de los lindos días de verano,
veo un grupo de niños
jugando con las cometas
que adornaron con papel de colores
pero tienen la idea de ponerles luces.
Las hay rojas, azules, verdes, amarillas
y de los demás colores.
lQué lindo es ver cómo giran
las luces de colores a su alrededor!
Es muy alegre verlas volar con tantos brillos.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Aída Ciscato
Unidad de Semiválidos
EN UNA TARDE…
POR EL AMOR DE ESA CHINA
REALIDAD
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Silencios Rotos del Piñeyro
EN UNA TARDE…
Una tarde, hace diez o doce años, se encontraban tres buenos amigos en
un reservado lugar a la entrada de un bar.
- Para ti todo es muy fácil- dijo uno de ellos
- Creo que he tomado demasiadas precauciones- y respondió el otro:
- No hay tanto peligro como imaginaba.
Apenas acabó de hablar cuando resonó una voz de mando. Entró un
muchacho, un compañero, de los tres amigos diciendo: Ustedes saben que
fui varias veces al Prado y no conocía el hotel, es precioso y había un gran
baile estaba lleno y no había silla ni sitio para estar. Por eso la señora
Gabriela nos dijo que no íbamos a estar más de una hora. Yo le dije que
aguantaba estar parada y nos quedamos hasta lo último, me gustó mucho y
me gustaría ir todos los sábados ya que no tenemos esa diversión.
Yo le pregunté por qué no salíamos los sábados al baile que fuimos en el
Prado.
Ese empezar de vuelta con nuestra vida sin maldad y sin rencores y sin
pelea.
Espero seguir teniendo fe para proseguir mi camino que es de tambores.
Desde aquí el Uruguay y los tambores del candombe oriental que llevo en
mi sangre, además de ser italiana y vasca.
Me encantan las cumbias, las milongas, el vals y los pasodobles.
Los amigos atentos a las palabras de la muchacha no la hicieron esperar y
la sacaron a bailar.
POR EL AMOR DE ESA CHINA…
Los cuatro hombres estaban sentados en una mesa,
yo estaba en una mesa de un restaurante y ellos se sentaron
frente a mí y empezaron con los versos cada uno:
Ayer pasé por tu casa y me tiraste con un ladrillo,
si no paso más ligero me hago en los calzoncillos.
Le respondí: En el medio de la mar suspiraba una lechuza
y en el suspiro decía: Salí de acá pata sucia.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Otro: Ahorré plata mucho tiempo pa' regalarte un anillo
y no te lo veo puesto ¿Dónde está ese cintillo?
Le dije: Al anillo que me regalaste lo tiré adentro de un pozo,
¿para qué tener recuerdos de semejante mocoso?
En el medio de la mar suspiraba una estrella
y en el suspiro decía qué china más bella.
En el cielo las estrellas en el campo las espinas
y en el medio de tu pecho una pulga te camina.
De vicio venís pintando florcita de garabato,
no por tu linda carita voy a volver a cada rato.
Yo no digo que soy linda ni soy flor de garabato
pero tengo una cosita y has de volver a cada rato.
Por favor permítame que presente mi más sincero perdón por ofrecerme a
decirle lo que le dije.
El sonido de esa voz me hizo parar en seco. Esa voz oscura
estremeció y levanté la cabeza lentamente.
me
¿Que están haciendo ustedes aquí?
Entre ellos se pelearon porque después de todo querían sacarme a bailar, a
ver quién era el primero en salir.
Mantengan la compostura antes que yo pierda la paciencia.
Lo hice por amor, amor, amor prohibido para mí, dijo uno.
El amor que siento por ella es puro porque me voy a mi casa y vivo
pensando en ella, dice el segundo.
¡Oh Señor! porque la quiero tanto que ya tengo destrozado el corazón, dice
el tercero y los otros quedan pensando.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Vino uno de afuera y me sacó a bailar, ese… no tenía nada que ver con los
otros, no entendía nada ni tenía nada que ver con los otros.Me desperté;
¡qué sueño raro que tuve! y me recosté hacia un lado.
REALIDAD
En este presente que es mi presente, que es mi realidad, en esto está la
compañía de la señora Gabriela. En este pabellón, con nuestras
discrepancias con las compañeras, con la señora Gabriela inventamos
cosas.
El lunes por la mañana no había comenzado bien el día. Entró a su
despacho, sacó sus trabajos y los repartió sobre la mesa. Era algo que
tenía que presentar a las 11 en punto y quería darle el toque final. Sus
compañeras de trabajo decían que era una perfeccionista. Estaba
orgullosa de él y deseosa de ver qué pensaban los demás.
Yo le pregunté por qué no salíamos los sábados al baile que fuimos al Prado
y me dijo que teníamos que pedirle al director para que nos dé permiso
para ir al Club Policial en el Prado. Dijeron que estábamos todos invitados
para seguir yendo los sábados.
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Silencios Rotos del Piñeyro
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Silencios Rotos del Piñeyro
Edmundo Antonio Sosa
Centro Diurno
EL PERRO Y YO
LA TIERRA
ROMINA
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Silencios Rotos del Piñeyro
EL PERRO Y YO
En el trayecto desde y hacia mi casa debo pasar por una hermosa casa con
rejas azules, donde hay un perro de gran porte. Ese perro me miraba con
cara de pocos amigos y me ladraba en forma amenazadora; al principio me
propuse ignorarlo, pues yo pasaba casi todos los días por allí.
Pero transcurrido algún tiempo y como continuaba con su actitud de enojo,
me propuse que no me ladrara más, que cambiara su comportamiento.
Un día me detuve frente a él y lo miré fijamente, con calma y en forma
tranquila.
El animal continuó ladrándome en forma agresiva; eso no me cayó bien.
Entonces recurrí al truco de tomar una piedra y simular que se la iba a tirar;
dejó de ladrar y, lejos de asustarse, comenzó a mirarme en forma
interrogante.
Parecía intrigado.
Me acerqué prudentemente hacia él; me detuve a casi un metro de
distancia, vi que era un perro hermoso y bien cuidado.
Entonces noté que bajaba su cabeza, parecía un afloje de su actitud
anterior.
Como me seguía mirando en forma intrigada le dediqué unas palabras
cariñosas.
El seguía mirándome, ahora en forma sumisa y tolerante, entonces me
animé, me acerqué más y le acaricié la cabeza, entrecerró los ojos y
comenzó a mover la cola.
Esto ocurrió hace algún tiempo, hoy ese perro y yo somos buenos amigos.
“No es cuando desaparece el bullicio que te das cuenta que llegaste a tu
casa, es cuando escuchas tus propios pasos”.
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Silencios Rotos del Piñeyro
LA TIERRA
La tierra: una parte fundamental de nuestra vida
desde que la pisamos para pararnos,
que la preparamos para plantarla,
que la adobamos para hacer hornos o ladrillos.
Es parte de nuestro diario vivir.
La tierra merece respeto,
es soporte del fruto que comemos,
tiene en sus entrañas las raíces de la flor que admiramos.
El hornero trabaja para construir su morada.
La que arada en campos roturados nos da nuestro sustento,
la que en su huella forma el lecho de los arroyos,
la que cobija infinidad de animales,
y la que al final de nuestra vida
nos recibe para nuestro último descanso.
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Silencios Rotos del Piñeyro
ROMINA
Nunca voy a olvidar aquella noche de fin de año.
Estaba yo en una vivienda de una familia que me dio albergue.
Mientras esa familia rodeaba la mesa, muy unida, yo estaba en el
portón de la casa observando los fuegos artificiales del
vecindario.
Me sentía el tipo más solo del mundo, cierto, ¡estaba solo! Sin
familia, sin amigos, sin nada material o humano alrededor, mi
estado de ánimo era deplorable. Sólo el estruendo de los fuegos
de artificio y algún ladrido de perro era el coro de la noche.
Cuando llegó la medianoche y me sentía aun más solo llegó la
música de un saludo: Hola, Feliz Año Nuevo. Era Romina la niña
menor de la familia con su figurita encantadora de 11 años.
Desde ese día y ese momento esa niña, que hoy es una señorita
muy agradable, pasó a ser mi hija del alma.
Todos lo saben, su familia y la mía. Saben que Romina pasó a ser
la hija que no tuve, ella es una luz en mi camino ya que me
acompañó en momentos muy difíciles y me acompaña siempre
en mi duro trajinar vaya donde vaya.
Ella me guía. Y, hoy que no vivo con esa linda familia, nos vemos
muy seguido como toda familia y a ellos les agradezco que me
hayan dado a esa niña como amiga y como la hija del alma.
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Silencios Rotos del Piñeyro
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Silencios Rotos del Piñeyro
Rubén Darío Fernández
Unidad de Semiválidos
LA PEQUEÑA OLGA
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Silencios Rotos del Piñeyro
LA PEQUEÑA OLGA
Ésta es la pequeña historia de Olga, la niñita de Olga. Olga es una niña de
apenas cinco jóvenes años, hija de Olga, la señora dueña de la casa más
bonita del pueblo, casa de blancas paredes, rojas tejas y amplias ventanas
con blancas cortinas de seda y un jardín con rosas, jazmines y
siemprevivas.
La abuela Olga ocupaba sus días dándole vida de su vida, gota a gota a su
jardín, caricias, dulces palabras, cual si le hablara a sus hijos más
pequeños.
Una mañana, la pequeña Olga, luego de tomar su desayuno, salió a jugar al
jardín. Ese día de domingo no sería un día como cualquiera, este domingo
quedaría grabado para siempre en la memoria de la pequeña Olga. Al fondo
del jardín, al lado del jazminero, estaba la abuela Olga, cabeza baja,
contemplando triste una flor de jazmín sucia de tierra, con algunos pétalos
perdidos y con señales de haber sufrido severo maltrato.
La pequeña Olga nunca había visto lágrimas en los ojos de su abuela, y esa
mañana al verla así llorando, Olga conoció una nueva forma de dolor. Se
acercó lentamente a su abuela y le preguntó:
- ¿Qué te sucede abuela?
- ¿Si tú un día encuentras muerto a tu hijo no llorarías como yo lo hago
ahora?
Olga no respondió, tal fue el dolor que las lágrimas de su abuela le causaron
que sólo pudo correr a la casa con sus ojos llenos de dolido llanto. Su madre
la vio correr y encerrarse en su habitación donde permaneció por una hora.
Asustada se acercó a la puerta del cuarto de Olga y preguntó: ¿Me puedes
decir qué te pasa hija?
La pequeña Olga no respondió, sólo abrió la puerta y salió de su habitación
con una diminuta flor blanca de papel entre sus manos; con breves pasos,
poco a poco, se acercó a su abuela que estaba parada en la puerta de la
cocina que daba acceso al patio del jardín, y le puso en las manos aquella
pequeña flor de papel, diciéndole: ”Abuela, te entrego a este hijo mío que
nació hoy en mi cuarto, cuídalo como cuidabas al hijo que te mataron en el
jardín, yo soy muy chiquita para ser mamá”.
Cuenta la madre de la pequeña Olga que hoy son sus dos nietos, Ruben y
Olga, quienes trabajan el pequeño jardín que la pequeña Olga les regaló.
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Silencios Rotos del Piñeyro
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Silencios Rotos del Piñeyro
Susana Barreiro
Arsindo Farías
Unidad de Psicogeriatría
LA NOCHE
PREGUNTA DE UN NIÑO
POEMA DE AMOR
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Silencios Rotos del Piñeyro
LA NOCHE
¡Oh! Si yo fuera como la noche
como los astros que adornan sin palabras
como las luces que adornan lo infinito
y tener con los vientos mi morada
y llenar tu ausencia con la soledad
del grillo.
Y buscar mis remedios entre
mis lágrimas y gritar y gritar
mis angustias con los vientos
hasta confundirme allá en la nada
y confundir mi alma con los tiempos
y llenar de rosas blancas tus ventanas.
Y entre el perfume de las flores mis suspiros
para que tengas mis caricias por las mañanas.
¡Oh! Si yo fuera como la noche
viviría en el mundo de tus sueños
viviría en las quimeras de tu alma.
PREGUNTA DE UN NIÑO
¡Oh! Luna hermosa que prendida
estás del cielo.
Que con tus rayos hermosos
a mi pelo acarician.
Decime, ¡oh!, Luna hermosa
lo que buscas en tu ronda.
Si no me cuentas tus secretos
en ti hay luz, no juego más.
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Silencios Rotos del Piñeyro
¡Oh! Dime, ¡oh!, Luna hermosa
por qué tus rayos si no tu tristeza.
tal vez sea de tus ojos esa mirada angelical.
Y por qué, por las mañanas
te veo pálida y triste.
Tal vez estás cansada de tu largo trasnochar.
¿No me respondes? ¿Te gusta el silencio?
¡Oh! Yo no quiero
hacerte enojar.
Tú me regalas un rayo de tu luz hermosa.
Yo te regalo un precioso collar.
POEMA DE AMOR
Poema, poema, poema de Amor
son los pájaros heridos
que volando van sin nido
en busca de libertad.
Son las miles de canciones
que en el mundo se componen
de amor, de realidad.
La sonrisa de los niños
nos regalan su cariño
y alumbran la eternidad.
Los enfermos olvidados
como poemas pasados
y tirados a un rincón.
Poema, poma, poema.
Poema, poema de Amor.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Paula Linares
Centro Diurno
AROMAS
CENTRO DIURNO
CIBELES
GRACIAS MIL, PIÑEYRO
DEL CAMPO
LOS NIÑOS
NOSTALGIAS
MI JUGUETE PREFERIDO
SEÑORITA COCA
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Silencios Rotos del Piñeyro
AROMAS
Mis recuerdos me llevan a mi niñez.
El olor del anís cuando con mi madre
pasábamos a una cuadra de la panadería,
que hacía unos ricos bizcochos con él.
También mis recuerdos me llevan al aroma
de un polvo facial que se llamaba Tulipán Negro
ese aroma a veces me parece sentirlo otra vez.
Siento que algo dentro de mí se remueve
dejándome una nostalgia y cierta amargura
por no poder regresar a esa época de mi niñez
junto a mi madre.
CENTRO DIURNO
Yo no te conocía,
no sabía que existías,
pero tú aquí estabas.
Con tus puertas abiertas
como un gran corazón.
Nos diste abrigo, alimento y expansión,
nos cobijaste a todos como una madre amorosa,
cuando en su seno reposa el hijo que ha caído.
Quiero dejar un recuerdo por los que aquí ya no están, los que han
debido partir por distintas circunstancias, cuando llegue mi hora de partir,
Centro Diurno “nueva vida”.
Lo digo con emoción con mi último suspiro
te enviaré mi corazón.
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Silencios Rotos del Piñeyro
CIBELES
El sol se dirige hacia el ocaso
y la brisa acaricia los rubios cabellos
de la joven que parece contemplar la cerca.
Dos grandes perros se mantienen vigilantes.
Desde la casa de la colina una campana llama.
Cibeles y los perros se ponen en marcha,
por ese sendero que tan bien conocen.
En la puerta de la casa la espera Ama,
como ella la llama, quien se ocupa de ella
desde que sus padres murieron en un choque de trenes.
La mesa está pronta para el té, preparado
por Adela, mucama y cocinera, que con su esposo Joaquín,
el chofer, son los cuatro ocupantes de la casa.
Cibeles quita el arnés de Janson y Argos, los perros
que terminada su labor se dirigen a su lugar de descanso.
Porque Cibeles con sus ojos tan verdes y piel
tan exquisita como una fina porcelana
es… ciega.
GRACIAS MIL,
PIÑEYRO DEL CAMPO
Porque tú existes y contigo todos los demás. Cuando llegué aquí quedé
gratamente impresionada al ver tus hermosos edificios.
Tus setos bien cortados, canteros llenos de flores, todo tan limpio y prolijo.
Ancianos tomando sol, otros arrojando pan a las palomas que son como un
símbolo de este lugar.
Conocí luego el salón de actos, donde tantas veces vamos a disfrutar.
Hoy cuenta con un invernadero, huerta y también se plantaron
árboles. Se pintó un mural grande y bonito.
Gente que llega de visita queda gratamente impresionada.
Alguien me dijo una vez que el dinero invertido estaba muy bien empleado
gracias al gran esfuerzo de la Dirección y de todo el personal que trabaja
aquí. En nuestro mundo, que parece un cuento, se cuida a gran cantidad de
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Silencios Rotos del Piñeyro
residentes con los que hemos compartido fiestas y paseos.
Muchas veces siento que desde lejos alguien me grita: ¡Adiós Paula!! Son
todos muy buenos. Tienen una murga, hacen teatro, escriben poemas y
narran sus vivencias, dibujan y más.
Todo gracias al gran visionario que tal vez un día soñó con algo así.
LOS NIÑOS
Hace tiempo que los buenos modales
que aprendimos de niños se han olvidado.
Cuando una persona mayor subía al ómnibus
uno se levantaba y cedía el asiento,
no como ahora.
No se gritaba desde arriba cualquier grosería
a los que siguen abajo.
Sin embargo, hay en mi barrio dos niños de
corta edad que viven junto a mi casa,
a mi derecha Agustina y a la izquierda Manuel.
El niño es rubio, con expresión decidida, formal, es
amable y obediente de su madre, corre a
saludarme cuando se le indica que estoy allí
si distraído en sus juegos no me ha visto.
La niña tiene los modales de una señorita
cuando la veo salir con su padre lleva su carterita
con inocente coquetería.
Sus ojos profundos y vivaces llaman la atención
en su rostro enmarcado por el cabello renegrido
desde que era una bebé.
Cuando al volver de unos mandados vio a su
madre me hizo gracia que le dijera
-Hola mamá, ¿cómo estás?
Ninguno de ellos tiene más de tres años,
Lo que habla de cómo es posible educar bien a las hijos
desde pequeños.
Estos niños serán jóvenes y luego adultos.
¿Cómo serán los niños que ellos conozcan
cuando tengan mi edad?
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Silencios Rotos del Piñeyro
¿Seguirá cambiando el relacionamiento de las
diversas etapas de la vida?
¿Se cerrará la brecha generacional?
¿Cada vez se alejarán más jóvenes y mayores?
¿Hay esfuerzos en varios individuos por compartir
lo que tienen de bueno todas las generaciones
como ocurre aquí en el centro diurno?
Pero ya la experiencia de los viejos
va siendo sustituida por Internet.
Debemos hacer un esfuerzo por comunicarnos más
y buscar el interés común, algo que compartir,
enseñar y aprender.
NOSTALGIAS
Veo desde mi ventana la lluvia caer
es como si el día gris nos contagiara su melancolía,
de pronto el viejo arcón de los recuerdos me hace retroceder en el
tiempo hasta mis lejanos 20 años. En la calle Uruguay había un lugar
muy familiar donde se iba a bailar hasta las 23 horas,
se llamaba si mi memoria no me engaña “Juvenilia”.
Allí la señorita de la casa nos deleitaba con
una poesía que Blanca empezaba así:
“Una tarde fría silenciosamente
evocaba todos mis recuerdos tristes….”
Creo que nos hace mal recordar esas épocas
en que teníamos sueños y esperanzas
que la vida se fue llevando.
Esos recuerdos dejan un sabor agridulce en la boca,
sacudo mi cabeza y me digo: sí, debo volver
a mis tiempos y dejar atrás el pasado tan lejano.
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Silencios Rotos del Piñeyro
MI JUGUETE PREFERIDO
Vivíamos en General Flores, a una cuadra de la Facultad de Medicina;
yo tendría 7 años, estábamos con una amiga más grande que yo en el
balcón de mi casa cuando vimos llegar a mis tías con un paquete. Vi que
asomaba algo rosado, mi amiga dijo: “Es un bebé para ti…”.
Cuando me lo entregaron sentí una gran alegría, era un muñeco
precioso, tenía la cara, los brazos y las piernas de porcelana y unos
hermosos ojos azules, el cuerpo estaba relleno de paja.
Lo sacaba a pasear, un día lo llevé a la casa de otra niña que vivía a la
vuelta, de pronto una piernita se salió de lugar, muerta de miedo lo puse
sobre la cama pensando que estaba roto.
Solo fue un susto, ya que la piernita pudo ajustarse de nuevo.
Gracias por traer a mi memoria ese juguete tan querido.
SEÑORITA COCA
Contaba yo unos 6 años, cuando tenía de vecinas dos hermanas:
Cándida, la mayor, era enfermera.
Coca era maestra de escuela pública.
Un día pidió permiso para llevarme a su escuela de visita.
Parados delante de su clase ella me presentó,
un niño decía: -Que se siente acá señorita
y otra niña dijo: -No, acá que yo tengo lugar,
y así muchos querían compartir conmigo.
Cuando terminó la clase pidieron que me llevara otra vez.
Cándida esperaba a su hermana todos los días a la misma hora y
si pasaba 10 minutos de la hora llamaba a los vecinos diciendo.
A Coca le pasó algo, todavía no llega.
Ese día llegamos como media hora tarde
porque a mí me mareaba viajar en ómnibus,
tuvimos que bajar, caminar un rato y luego tomar otro.
Cuando al fin llegamos creo que a Cándida le había dado un soponcio,
estaba hecha un mar de lágrimas.
La visita a la escuela no volvió a repetirse,
casi enseguida nos mudamos y no volvimos a verlas.
Este recuerdo es para la señorita Coca, mi maestra por un día.
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Silencios Rotos del Piñeyro
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Silencios Rotos del Piñeyro
Roberto Martínez
Unidad de Alta Dependencia
CÓMO LLEGUÉ A TAXISTA
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Silencios Rotos del Piñeyro
CÓMO LLEGUÉ A TAXISTA
Siendo el año 1984, tenía un tío que vivía en Buenos Aires y cuando
iba a ver a su hermana, mi madre, me invita a irme para allá, y así lo hago,
era para que lo ayudara a mi primo a administrar un bar en una terminal de
ómnibus.
Por esa relación yo conocí Carlos Paz y Mendoza.
Estuve de los años 1984 a 1992 como administrador de ese bar y
sucede que en ese mismo año, que fue terrible para mí, debido a que murió
mi tío, que vivía conmigo y me vengo de vacaciones a Montevideo y a los
seis días falleció mi madre de una enfermedad terminal, cáncer, que hizo
metástasis. Me interné con ella a cuidarla hasta que murió.
En ese mismo año fallece otro tío mío, y, esta gente, los dueños del
bar, tienen que renovar el contrato del negocio y qué sucede: que no
aceptan porque el alquiler era muy alto en dólares, entonces rescinden el
contrato. Como yo siempre tenía la libreta de conducir en mi manga, como
último recurso, me ofrece un amigo si quería trabajar en un taxi y yo acepto.
Era un año muy malo para los taxistas ya que en esa época habían
muchos asaltos a los pasajeros y de ahí surgieron los radio - taxis.
Yo entro a trabajar en una empresa con el móvil 160 en un Renault 12, y no
conocía mucho Buenos Aires y largaban muchos llamados en la radio que
yo no contestaba, tanto es así que una vez llevaba un pasajero y largaron
un llamado.
El pasajero primero me preguntó por qué no contestaba y le dije que
no sabía dónde quedaba ese lugar, y él me responde: “Conteste el llamado
que yo le indico”. Era a dos cuadras de allí, un cliente que siempre llamaba.
A partir de ese momento me decido y agarro por mi cuenta comenzando a
atender llamados.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Otro día cuando me presento toco el timbre y me dice la empleada
que van a demorar 15 minutos. Al saber esto, apago el motor del coche,
cuando vienen los pasajeros trato de arrancar y no puedo, me comunico
con la radio diciendo lo que pasaba y a los dos minutos tenía tres coches al
lado mío y al encargado, que me pregunta qué me pasó y al contestarle me
responde: “El motor del taxi no se apaga nunca”.
En otro momento concurro nuevamente a esa dirección y tenía que
llevar a cinco estudiantes hasta Santa Fe y Río Bamba; en esa esquina hay
un bar que se llama Babieca (nombre del caballo del Cid Campeador,
Rodrigo Ruiz Díaz de Vivar), luego me animo y empecé a contestar viajes,
cada día que pasaba contestaba más.
En una oportunidad sube una señora después de una misa con una
nena chiquitita y le pregunto, señora: ¿No sabe si el Señor está muy
enojado con nosotros?, a lo que la señora me contesta: Mire no sé decirle
porque no me animé a preguntarle.
Luego del atentado de la AMIA me para un rabino, un señor de
particular y un chico, este último no quería subir adelante, el niño me miró la
cabina y el hombre le dice: ¡Subí, dale no son todos malos!
En otra ocasión, tuve un llamado a Pedro Goyena 531, sube una
señora con una nena llorando, caminaba la nena, era grande, y le pregunto
qué le pasaba que lloraba. La señora me responde de manera vehemente,
la tía no la quiere más porque le mordió la patita a la perrita. Entonces
pregunté, ¿Por qué? y la niña responde: “Porque ella me mordió primero”.
Después subió un veterano canchero con dos nenas y un nene; el
nene se me pone adelante, entonces las nenas embroman de los colectivos
y el nene le pregunta al tío: “Vos cuando viajas en avión y tenés ganas de
hacer pipí, ¿qué hacés?”, y el tío le dice: “Voy al baño”.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Entonces las niñas le toman el pelo al pibe y el niño se pone medio a
lloriquear, entonces el tío le dice que no llore, que él le va a regalar una gorra
para que cuando sienta que pasa un avión se la ponga, porque no sea cosa
que le caiga alguna cosa rara en la cabeza.
Otra vez sube una señora muy apurada con una niña y me indica un
destino, justo me paro en una avenida en donde hay tres semáforos y
teniendo tres coches adelante y luz roja delante, la señora insiste en que le
toque bocina y lo repite varias veces, entonces me doy vuelta y le contesto
que tengo tres autos y la roja, y ella me dijo: “No importa, tóquele bocina.”
En otra ocasión suben dos señoras en un barrio muy coqueto y me
indican el destino, el cual yo desconocía, y le pido que me indiquen. Una de
ellas me dice reprochándome: “Cómo sale a calle sin una guía, tiene que
saber los destinos,...”.
Entonces yo la invito a que se suban cordialmente a otro taxi, a lo
que acceden y les paro uno.
Al taxi le llaman el confesionario en Buenos Aires porque todo el
mundo llega y te cuenta algo…
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Silencios Rotos del Piñeyro
María Silvina Velásquez
Centro Diurno
ABEJITA, MARIPOSITA Y COLIBRÍ
LOS NIETOS
AMOR FRUSTRADO
OTOÑO
AMOR PASIVO
ATARDECER OTOÑAL
PIÑEYRO DEL CAMPO
RELATO BREVE DE ALGO DE MI VIDA
BESOS DE NIÑOS ... para MÍA
SOLIDARIDAD
EL AMOR
SUEÑOS
FELIZ ENCUENTRO - Silvina y Fermín
YA LLEGAN LOS CELESTES
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Silencios Rotos del Piñeyro
ABEJITA, MARIPOSITA Y COLIBRÍ
Un día se encontraron Abejita, Mariposita y Colibrí.
Abejita los miraba y pensaba...
Colibrí es hermoso, pero yo soy más trabajadora.
De repente Mariposita al pasar cerca y sin darse cuenta casi
choca con Abejita que le dice: ¡Debes aletear con más cuidado!
Mariposita con alegría le contesta: Te ruego me perdones,
estoy distraída pues creo que estoy enamorada...
-¿De quién? pregunta la abejita.
-De un ser maravilloso de lindos colores que se llama Colibrí.
- Pues de nuevo te recomiendo que debes
tener cuidado de quién te enamoras.
Y mientras cruzaban estas palabras sienten que alguien les dice:
-¡Hola chicas!
Sienten un zumbido, era Colibrí y a su paso las plantas bailoteaban
y las flores se ponían más bellas que nunca.
AMOR FRUSTRADO
No le cuentes a nadie.
Que por amor sufriste, que por amor fuiste capaz de matar y morir…
No le cuentes a nadie, si no lo quieres contar.
En tus amores de juventud tuviste un príncipe azul,
un apuesto caballero que nunca pudiste olvidar.
Pero a ese lugar llegó la hija de Lucifer y
lo arrastró por el fango, y después se lo llevó.
Siguieron días muy tristes, de amarga desolación,
pues el amor que nace del alma es difícil de ocultar.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Mi corazón cada día moría un poco más,
primera desilusión que en mi alma yo sentía.
Después apareció un joven, ni tan apuesto
ni tan bueno, pero decidí jugar a los amores con él;
pero lo de él no era un juego,
quería casarse conmigo y tener una familia.
Aunque poco me duró ese casamiento,
que en mi alma no vibraba,
tuve una hija y nietas que son la luz
de mi vida…
AMOR PASIVO
Deja que fluyan tus pensamientos,
Deja que tu alma pueda recorrer sentimientos,
que parecen perdidos en el horizonte.
Deja que las penas que tengas,
se desvanezcan con un gran amor.
Deja descubrir tu alma y profundizar tu corazón y
así verás que tu alma no está sola, que la soledad no puede,
no debe existir en ti… en ti que eres un alma buena…
en ti que tienes todo para dar y recibir. Deja que la magia del amor
florezca, porque un ser como tú debe amar y ser amado siempre.
ATARDECER OTOÑAL
Cálido atardecer de otoño.
Estoy sentada mirando una puesta de sol.
Parece todo un sueño, con sus colores
naranjas, amarillos y violáceos. En ese
momento sentí que era un lugar encantado.
Los árboles se veían más coloridos.
Unos todavía muy verdes, los otros ya
amarillos y hasta rojizos; es un cálido
atardecer de otoño, con esa temperatura
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Silencios Rotos del Piñeyro
que te invita a estar fuera de la casa y
dar rienda suelta a los pensamientos.
Pensamientos que van y vienen, recuerdos
inolvidables de nuestra vida que como las
olas del mar llegan a la orilla y se funden
con la arena.
Así fue mi vida llena de
confusiones, pero siempre exigiéndome,
tratando de dar lo mejor.
Así ha sido mi vida, inquieta y sentimental
con alegrías y tristezas, pero también con increíbles milagros.
BESOS DE NIÑOS... para MÍA
Los besos de niños son como pétalos de rosas, que con el
calor se desprenden de la flor, es como sentir las alas de
una mariposa, si la acercas a tu cara es como una
gota de rocío que se desliza por tu mejilla.
Cuando un niño se acerca a ti viene cargado de amor...
Amor que quiere compartir con todos aquellos que lo rodean.
Si son pequeños te llenan de juguetes,
te dan aquellos que más quieren...
Por eso te ruego mamita
mece, mece su cunita
con mucho amor y ternura.
Cuéntale un cuento si puedes
un cuento que sea breve
con mucho amor y dulzura.
- 64 -
Silencios Rotos del Piñeyro
EL AMOR
Ama siempre, no huyas del amor.
Pues no es bueno para tu alma no ser amada.
Ama un día, dos, una semana,
no importa cuánto sea,
pues el amor es como el néctar
que a tu alma nutre, para mantenerla viva.
Vivir sin amor es:
como una planta que no se riega
como una flor que se arranca sin piedad
como si tu propia vida te molestara.
Uno debe amarse a sí mismo
mientras tengamos vida.
FELIZ ENCUENTRO - Silvina y Fermín
Almas que a lo largo del camino se encuentran.
Vidas que se unen con la esperanza de vivir lo que les resta juntos,
tratando de sobrellevar toda clase de obstáculos que se presenten.
Esta pareja no tenía ni la más mínima idea de que esto pudiera
sucederles, pero así fueron dándose las cosas, estos seres -a los que la
vida les ha puesto muchas pruebas- aprendieron que si los años pasan
también les dejan sabiduría, es por eso que sienten que el destino los ha
puesto en el mismo camino y que Dios los guiará para que así sea.
Estas personas agradecen al Centro Diurno del
Piñeyro del Campo el haberse conocido.
Están viviendo un sueño que se les ha cumplido, sienten que son
unos elegidos, por eso creen que la vida les exige ser felices.
La vida les ha cambiado, sus corazones palpitan con alegría.
Que Dios los ilumine y que día a día estén más unidos
por la mano del Señor.
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Silencios Rotos del Piñeyro
LOS NIETOS
Son los que liman las asperezas
y que rodean a sus abuelos
porque con ellos se empieza vida nueva,
dando luz a la oscuridad.
Ya que nuestra mente van apareciendo
son los que nos enseñan a sonreír
de nuevo con alegría.
Con ellos saltamos y brincamos,
con ellos jugamos mucha rueda, rueda.
con ellos ya la vida es diferente…
Después los llevamos a la escuela y empezamos a
deletrear un libro juntos y también a dibujar las primeras letras.
También reunimos a varios niños, para que jueguen y se diviertan,
para armar las grandes meriendas, que sólo las abuelas
sabemos hacer. Para luego irnos a descansar,
que mañana será un nuevo día
para volver a empezar...
con todo nuestro amor.
OTOÑO
Estamos en otoño, pero hoy el día está tan frío que parece invierno.
Mirando por la ventana, veo cómo mi árbol cada vez está más triste,
pues va quedando desnudo.
Lo miro y me dan chuchos, pensando que viene el invierno que se me
hace interminable, pero es la naturaleza y no la podemos cambiar, sólo
tenemos que prepararnos para recibirlo.
Me pongo a pensar en cómo he cambiado, antes me gustaba el invierno
y no recuerdo haber sentido tanto frío.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Pero ahora:
Se siente, sí que se siente
se siente el frío en el alma
los fríos y oscuros días de invierno.
Si miras el mar
oscuro lo ves.
Tampoco ves flores
en tu triste jardín
que un día viste
cubierto de colores.
PIÑEYRO DEL CAMPO
¡Oh! Piñeyro del Campo
que me traes recuerdos de toda mi vida
que me has dado ganas de escribir poemas
y tiempo necesario para hacerlo.
Al entrar por la puerta alguien me sonríe
con eso me dan fuerzas para seguir viviendo.
Me siento liberada de muchas cosas
y una paz invade toda mi alma.
Y llegando al Centro Diurno, lugar donde voy,
entro con alegría, saludando a todos.
Nos recibe Nelvy con su sonrisa,
al correr del día clase con Marisa
de tejedoras alegres, tejiendo cuadrados
de lindos colores para hacer una manta multicolor
que servirá para darnos calor
el día que alguien se sienta mal.
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Silencios Rotos del Piñeyro
RELATO BREVE DE ALGO DE MI VIDA
Vine muy joven de afuera, mi deseo siempre fue hacer lo que no
había podido de más chica, ya que solo fui a la escuela hasta 4º año, así que
tenía una idea fija de que algo iba a estudiar.
Como trabajaba cerca de un colegio de monjas, descubrí que me
darían clases gratuitas una vez por semana, entonces empecé a tomar
clases de lenguaje y bordado.
En realidad quería estudiar algo más serio, así que fui a una
academia a estudiar corte y confección, pero tampoco estaba muy
conforme, y me anoté con unas amigas a estudiar mecanografía.
Sucedió que me enfermé, el médico me aconsejó que hiciera
reposo, entonces me fui unos meses para afuera. Cuando volví me
preguntó si estudiaba o trabajaba y como le dije que hacía las dos cosas me
dijo que las dos no, o volvería a enfermarme. Resolví seguir trabajando.
Al mucho tiempo me casé pues quería tener una familia.
Les cuento que mi matrimonio no fue lo mejor, pues él tomaba, pero de ese
matrimonio nació una hija, que gracias a Dios tengo en mi vida, y me dio mis
nietas.
Después me jubilé, pero seguí trabajando, hasta que los años me
empezaron a pesar. Un día fui a la consulta de la Dra. Núñez, que era mi
doctora.
Y tuvo la feliz idea de mandarme al Centro Diurno del Piñeyro del
Campo, este lugar que me cambió la vida, y donde volví a sonreír al estar
con personas mayores como yo.
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Silencios Rotos del Piñeyro
SOLIDARIDAD
Nada hay que esperar,
¿quieres hacer un cuento?
Ven que te ayudaré.
¿Piensas que tú no puedes?
Ven conmigo, abre tu corazón
ven que te ayudaré.
Piensa que tal vez mañana
ya no lo podrás hacer.
Ven, ven a mirar la luna, qué serena
y cálida se ve, por sus alrededores verás tenues paisajes, será por eso
que se la relaciona siempre
con los grandes poemas de amor;
pues, ¿a quién no le ha gustado sentarse bajo la luna cuando está
enamorado?
Luna, luna, lunita, simpática y traviesa,
que con ironía te escondes y vuelves
a aparecer, como diciendo dulcemente:
No te pases de la raya.
SUEÑOS
Sueños son aquellos
que hacen volar tus pensamientos
como una avecilla que vuela y vuela.
Soñar es mantener vivo tu corazón
tu alma y todo tu ser... por eso sueño.
Sueño ser una flor con su perfume y color
o un ave de lindos matices con su canto arrullador.
Sueño ser manantial
que siempre esté manando aguas cristalinas
para que la luna brille en ellas
y así poder hacer vibrar los corazones
con más fuerza y amor.
Porque el amor nunca debe morir.
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Silencios Rotos del Piñeyro
YA LLEGAN LOS CELESTES
Ellos llegaron felices por todo lo que habían hecho
pues pusieron el alma para hacer lo mejor,
pero no siempre es tan fácil y se vuelve muy difícil
ya que todo es un juego y como en todo juego
se gana o se pierde.
Llegaron con humildad pero llenos de alegría, pues habían hecho
lo imposible por ganar ese trofeo, pero la suerte no los ayudó
y eso quedó en el camino.
Pero no tan tristemente pues obtuvieron el cuarto puesto.
Pero tampoco esperaban tantos homenajes:
Vieron el pueblo entero que se agolpaba en las calles para decirles
¡Gracias! Y expresar su alegría por todo lo que lograron,
porque el pueblo uruguayo quería nuevos campeones,
pues lo pasado ya es historia. ¡Hay que vivir el presente!
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Silencios Rotos del Piñeyro
Juanita Hernández
Unidad de Alta Dependencia
VIAJE IMAGINARIO
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Silencios Rotos del Piñeyro
VIAJE IMAGINARIO
Siempre me gustó viajar, te cuento: conozco mi país, Uruguay.
Colonia, sus callecitas de piedra y ese mágico entorno antiguo.
Minas, sus cerros magníficos junto a lugares como la fuente del Puma,
la cascada del Penitente, hacen una fuente de transparencia y energía.
Rocha, sus museos de San Miguel y Santa Teresa,
sus hermosas playas hacen que se pueda caminar incansablemente.
Florida, la Piedra Alta que marca nuestra historia, San Cono,
lugar que el 3 de junio convoca multitudes.
Punta del Este, médanos, cielo, mar, edificios,
hacen de un todo algo magnífico.
Piriápolis, balneario causante de escenarios misteriosos,
fantasmagóricos.
Chuy, mi recuerdo mayor está en sus calles,
negocios y grandes compras, ¡los chocolates! ¡los bombones!
Lo que me hubiera gustado conocer:
México, su historia, los bailes, los carros, la cultura azteca.
España, sus danzas llenas de alegría y movimiento que contagian.
Qué placer sería recorrer Gabina, Palmas de Mallorca, Islas Canarias.
Pero la vida no me lo permitió, el destino me imposibilitó
traspasar fronteras y sólo viajo en mi espacio imaginario.
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Silencios Rotos del Piñeyro
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Silencios Rotos del Piñeyro
Luján de los Santos
Unidad de Alta Dependencia
EN LA CAPILLA BLANCA
TE ENCONTRÉ
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Silencios Rotos del Piñeyro
EN LA CAPILLA BLANCA
En la Capilla Blanca de un pueblo provinciano donde corrían las
aguas cristalinas, yo cuando niña me puse a jugar allí, mis manos trémulas
tocaron sus aguas, sentí como un escalofrío, tomé de entre ellas, entre las
mismas manos, dos ánforas de amor.
Sentí un estremecimiento en mi cuerpo de joven porque no sabía
dónde estaba yo.
TE ENCONTRÉ
Caminé con los brazos abiertos buscando un amigo, una sola amistad
y te encontré, ¿qué es lo que tengo?, tú qué me diste: Tan solo cansancio,
miseria, no más, déjame seguir siendo como soy.
Curtida por los vientos y el sol pero también capaz de darte flores déjame
seguir siendo como soy. Yo soy como los tréboles de los potreros cubierta
por los vientos y el sol pero también capaz de dar flor.
Déjame seguir siendo como soy, si estoy triste por algo o canto un dolor no
será por capricho ni será por rencor.
Hay en mí un algo raro que no alcanzo a comprender, pero por favor no me
reproches eso, son cosas de ayer.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Julio María Guedes
Centro Diurno
MI JUGUETE PREFERIDO
BRILLABAN MÁS QUE EL SOL
EL LOBIZÓN
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Silencios Rotos del Piñeyro
MI JUGUETE PREFERIDO
Mi juguete preferido del que tengo recuerdo es una pelota de fútbol de
cuero, chica, regalo de mi padre.
Jugábamos con los chiquilines del barrio en el campo de enfrente. Pero mi
placer mayor fue cuando a los 10 años mi padre me compró los zapatos de
fútbol. Los cuidaba como mi mayor tesoro, les pasaba unto sin sal para
proteger el cuero.
Cuando crecí le pasé mi tesoro a un botija del barrio, más chico que yo, para
que él también lo disfrutara.
BRILLABAN MÁS QUE EL SOL
Yo tenía 15 años, vivía en la ciudad de Artigas con mi familia, pero quería
trabajar. Todo lo que tenía era un petizo, que ni recado tenía.
Mi padre aprontó un recado viejo y me lo dio, entonces salí, me costó un
poco encontrar trabajo, tuve que andar cinco o seis leguas hasta llegar al
puesto de Daniel. Hacía poco que lo había comprado, y lo estaba por
reformar. Justo cuando llegué él salía a buscar peones, así que me dio
trabajo.
Me quedé solo volteando paredes de barro y él se fue a buscar albañiles y
materiales.
A eso de las 10 de la mañana estaba yo volteando una pared cuando un
pedazo grande se cayó al suelo, sentí un ruido de lata que me llamó la
atención, entonces me puse a cavar hasta que descubrí una lata, esas de
dulce de membrillo, estaba muy bien atada con alambre de cobre.
Agarré la lata, me senté en la puerta del galpón y empecé a desatar, para
ver qué era aquello. Cuando la destapé fue como un relámpago del cielo el
resplandor que salió y me dio de lleno en los ojos. Tanto que por una
semana no pude mirar el sol.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Era algo que nunca había visto: ¡Monedas grandes de oro como doblones y
otras más chiquitas con un hombre a caballo grabado!
Yo las agarraba entre las manos; y las miraba… las miraba… no sabía qué
era esa cosa tan linda, pero siempre pensando que eso era del patrón.
Resolví tapar la lata y dejar todo como estaba. Lo colgué de un tirante del
galpón.
Mi ignorancia me hizo desconocer el valor de lo que había encontrado, pero
mi honestidad me decía que eso no era mío.
Cuando llegó el patrón ya había tirado todas las paredes, tenía el trabajo
terminado.
El preguntó ¿Todo bien? Yo dije - ¡Sí, todo bien! Pero el corazón se me salía
del pecho, entonces le conté - Encontré algo…
-¿Qué encontró? -Una lata, dije. -¿Una lata? -¿Y qué tenía la lata? - Unas
cosas que brillan, le dije. Entonces me llevó apartado de los demás para
mirar la lata. Muy vivo cuando vio lo que era enseguida me dijo -¡Ah! ¡Eran
de mi padre!
-¿Qué padre? -pensé yo, si recién había comprado el puesto.
Entonces me dijo que esto tenía que quedar entre nosotros, que no lo
comentara con nadie y enseguida empezó a ofrecerme regalos, me dio una
capa con cadena, que recién se había comprado y que eligiera el caballo
que yo quisiera.
- Quiero el malacara, le dije.
- Agárralo nomás, y además te voy a dar $300 y 20 días para que te vayas a
pasear.
Después cada vez que nos encontrábamos en los boliches o en cualquier
otro lado me miraba, se sonreía, me llamaba, me preguntaba cómo estaba
y me daba algún dinero.
Mis amigos preguntaban qué pasaba entre ese hombre rico y yo.
-¡Ah! Cosas entre él y yo, les decía.
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Silencios Rotos del Piñeyro
EL LOBIZÓN
En Artigas, paraje de los Terceros de Catalán, salimos al monte a buscar
leña con mi compañero al que le decían Pico. Él con una carreta, yo con
otra. Todo el mundo decía que el Pico era lobizón. Yo no lo creía. Cuando
tuvimos que hacer noche en el campo atamos los bueyes, hicimos fuego
para tomar mate y churrasquear. Comimos…. Tomamos mate… y
armamos las camas para acostarnos, cada uno junto a su carreta.
Yo comí y me fui a acostar, él quedó a la orilla del fuego, comió más y siguió
tomando mate.
Como era viernes pensé: “Lo voy a cuidar”. Él miraba para arriba y para mi
cama donde yo estaba acostado y después también se fue a acostar, pero
antes de sacarse la ropa fue hasta donde yo estaba, me destapó la cabeza
y me miró bien a la cara para asegurarse de que estaba dormido. Empezó a
desvestirse, dejó el pantalón arriba del poncho, se sacó la camisa y la puso
en cruz arriba del pantalón y el calzoncillo también lo puso en cruz, siempre
mirando para mi cama y yo vigilando de abajo del poncho; quedó bien
peladito, se recostó contra el cabezal de la carreta y como si fuera un perro
mojado empezó a temblar y temblar… hasta que quedó del tamaño de un
niño, entonces salió tres veces por arriba del cabezal de la carreta. Y salió
aquel perro blanco lanudo que parecía tener una corbata en el cuello
corriendo… corriendo… se fue para el campo, y hasta los teros armaron
alboroto con el griterío.
Cuando me volvió el alma al cuerpo pensé: “Le voy a esconder la ropa, a ver
qué pasa cuando vuelva”. Cuando me agaché para agarrar la ropa sentí un
grito: “¡No toque eso!”. Era una voz que no supe de dónde venía. Me di un
susto tan grande que me acosté y me tapé hasta la cabeza con el poncho,
pero cuidando cuando volviera, pero no volvía y no volvía, hasta que me
ganó el sueño y me quedé dormido.
Cuando me desperté estaba acostado en su cama, lo más tranquilo,
durmiendo.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Eduardo Domínguez
Unidad de Alta Dependencia
(22/06/04-28/10/10)
SE TERMINÓ 2008, OTRO AÑO QUE PASÓ
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Silencios Rotos del Piñeyro
SE TERMINÓ 2008, OTRO AÑO QUE PASÓ
El tipo comenzó fenómeno, me dio un enero lleno de cosas lindas y de las
otras pero no tan malas y pasajeras.
Luego llegó febrero y el dios Momo me trajo su carnaval, el cual disfruté
plenamente, el tablado, la gente linda de este barrio “La Unión”, los
conjuntos, la militancia. El estar ahí. El ser aceptado y mimado.
Tantas cosas. Oh, mi Dios…
Y llegó marzo; parece que el dios de los malos ya me había tendido una
trampa muy fea.
Me tiró en el rostro un cáncer que supo hacer estragos en mi nariz y también
en mi espíritu.
Pero lo que no sabía ese dios es que yo tengo en la mochila de mi vida un
montón de amigos, de compañeros, que hicieron tanto por mí, además me
trajo un grupo de profesionales que siempre apuestan a la vida.
Y me sacaron el mal. Y hasta me hicieron una nueva nariz. Y pasaron los
meses. Allá por el mes de julio, el destino, la vida o el esfuerzo de mis
compañeros hizo posible que llegara a estar en este hermoso lugar que se
llama Hospital Geriátrico Piñeyro del Campo, donde hasta hoy me
encuentro. Aquí me encontré con un mundo diferente, muy distinto al que
tenía y comencé otra historia en la historia de mi vida.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Raquel Prats
Centro Diurno
TÚ Y YO
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Silencios Rotos del Piñeyro
TÚ Y YO
Nos alumbrará la aurora
de este año que comienza
como flor que con paciencia
uno la ve florecer.
Si miramos el ayer
mañana será divino.
La calandria allá en el nido
con su trino nos engalana
y la criolla guitarra podrá cantarle al amor.
Pero esta dulce pasión
solo la vivimos
Tú y Yo.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Custodio Bidarte
Unidad de Semiválidos
CASOS Y COSAS DE MIS DIAS II
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Silencios Rotos del Piñeyro
CASOS Y COSAS DE MIS DÍAS TOMO II (CONTINÚA)
(De todo un cuaderno que es el tomo antes
mencionado se copian partes de algunos días)
Viernes 26 de mayo
Me acuesto 17:05 hs, 18º C despierto me visto ordeno la cama listo a la calle
17:25 quiosco Pasteur tuve un acierto 14, repito, me retiro Cipriano Miró 8
de Octubre, J. Batlle y Ordóñez viernes 26 de mayo cruzo regreso a pocos
pasos nos saludamos con don Horacio ya llegando la noche entro al HCP
llego a la sala dejo abrigo sigo al comedor 18:50 hs 18º C se retira Beatriz
19:22 hs 18º C dan sopa pescado con puré y boniatos, hamburguesa fue
para la dieta y crema para 33 sirvió Guillermo.
Se retira doña Blanca con la limpieza termina, pocos quedamos con
Telemundo guardo comida crema, 20:18 hs me dedico a tomo II 21:15 hs
18º C ya apagada la tele en pasillo sigo tomo II 21:22 hs 17º C Don Horacio
se despide queda Solari leyendo, su vecino “fumata”, Chiche tele sigo mi
Tomo II le falta pan, voy arriba consigo bajo entrego, me abrigo sigo lo mío
Chiche espero boxeo 0:22 hs 17º C termina ahí cambio de canal 1:33 hs 16º
C se va, llega, recibo pañal y llega mi vistosa Sonia (limpieza) termina se va,
me acosté,…
Sábado 27 de mayo
Desperté 8:15 hs. 16º C con llegada de Mirta Arrúa ropa de cama Araceli
medicamentos se retira ordeno mi ropero 10:10 hs 16º C voy mateando
para arriba por agua caliente mateando, abajo Mujica fotos de “la que
faltaba” veo y sigo llego a sala sigo con orden de ropa, me faltan sábanas
arriba están Araceli, Alba y Arrúa las tres no hay bajo con lo que tengo me
arreglo 10:17 hs 16º C Don Solari me da lista para comprar 11:16 hs 16º C
caminata de rigor Larravide 8 de Octubre José Batlle y Ordóñez cruzo 11:40
hs. 19º C regreso llego a José Serrato, levanto 2 pesos llego a Medalla
cumplo me retiro llego al almacén retiro Patricia (dueña) embolsando me
pregunta si tengo pensión listo quiere saber de Solari.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Domingo 18 de junio
Voy al comedor ordenando el mate voy por Julio algo demoro pero juntos
encontramos había gente reunida con el canal 10 relato Américo (programa
Penal) 11:00 hs 11º C con Signorelli la filmación bajo otra linda, esta
mañana las camas con sus acolchados ordenadas no sale filmación 12:10
hs 11º C bajo consigo me ubico ahí veo la filmación.
Cuando llega dejan sopa con pastel de acelga guiso 15 comimos termino
sigo con canal 10 Joana me pinta para la actuación a las 15 hs en salón de
actos voy arriba varios pintados termino entre los últimos todo bien Gabriela
controla el salón vamos los uniformados y quedamos a poco de lo que es la
entrada a esperar que llegan de canal 10. Entre que se ordenan
entrevistados entramos actuamos actuaba grupo baile clásico como fue
posible ubicamos el local nunca vi tanta gente actuamos (repetición)
conforme el público llega “la que faltaba” al fin sigue el festejo Día del
Abuelo no había asiento ni para llegar donde se iba 18:00 hs 11º C se veía
gente con saludos de despedida ómnibus coches en puertas iban sumando
al fin salidas yo con saludo de los que circulan llego al pabellón me ubico
19:55 hs 11º C llega con sopa pastel de verduras jugo pan bananas para 28
que Guillermo sirvió termina con sala y se despide. Miro Telemundo
Dominical veo tele película Space se va don Horacio, Chiche 0:30 hs 10º C
apago tele me retiro voy orino termino llego a sala a Dios gracias por este
día que sea buena la noche. Amén.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Edison Baute
Centro Diurno
PRIMAVERA
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Silencios Rotos del Piñeyro
Voy a recordar un poema que hice cuando tenía 18 años,
tengo muchos más, pero este es el que recuerdo como el más querido:
PRIMAVERA
Se acerca la primavera
con gorjeos y trinos de pajarito cantor,
se viste todo de verde, el color de la esperanza.
Primavera llega pronto que te esperamos con ansias.
Cual flores de un jardín con verde
el amor en ti florece
¡Oh! primavera dame el amor
de tu sol quiero tibieza
de tus flores el color.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Nahír Medina
Unidad de Psicogeriatría
POEMA I
POEMA II
POEMA III
POESÍA “LOS PENSAMIENTOS”
MIS TRABAJOS
NUEVA SELECCIÓN
METEOROLOGÍA
QUERIDA NELLY
LOS NAIPES
QUERIDA AMIGA
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Silencios Rotos del Piñeyro
POEMA I
Te agradezco que te acuerdes de mí en estos días trayéndome galletitas
con las cuales invité a mis amigas.
Para recordar este obsequio me decidí a dibujar la bolsa con los mismos
colores relampagueantes en una tarde de febrero.
En pocas palabras, uniendo letras del abecedario te voy a dar las gracias
pensando en tus seres queridos que viven felices recibiendo amigos en tu
casa del Pinar junto a tus hijos y esposa.
Espero tu llegada hoy en el horario vespertino para entregártelo.
Pensando en dulces palabras como tú me recuerdas en los días anteriores,
me decido a escribirte con cariño este poema, deseándote felicidad y
bendiciones para todos, de Nahír.
POEMA II
Escribí este poema dirigido a mis amistades, como recuerdo yo a mis
hermanos, porque yo les llamo hermanos a mis queridos amigos; son mis
hermanos por lo cual en los días domingos le rezo a Dios pensando en mi
salud, en oraciones para cada uno, que sean unidos en familia como son
los abuelos de donde viví en estos años junto a ellos.
Las enfermeras son como mis hermanas por la ayuda que le dan a los
abuelos del Piñeyro. Pidiéndole a Dios por todos en este domingo de
febrero.
POEMA III
En la mañana de este domingo me sorprendiste al recordar años anteriores
que estuviste en los distintos pabellones.
Recordando los años en que mi salud era delicada y pasaba en cama, pero
agradezco a las enfermeras sus preocupaciones para mejorarme haciendo
consultas con médicos.
Eres simpática, agradable en tu trato y al verte hoy sentí alegría y
dialogamos de meses anteriormente, cuando llegué a este pabellón.
Espero que tu familia se encuentre bien para leerles este poema,
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Silencios Rotos del Piñeyro
deseándole que Mirta Raquel reciba junto a sus familiares bendiciones del
Señor Dios con buena salud para todos, con encuentros agradables en
días venideros, son los deseos de Nahír.
POESÍA “LOS PENSAMIENTOS”
Llegaste en la mañana de un día lunes del nuevo año en compañía de un
amigo mío, que te presentó a una abuela de este pabellón.
En la presentación nos dijimos nuestros nombres, el tuyo lo recordaré por
siempre en los años que lleguen y no lo olvidaré.
Admiro tu simpatía Gabriela, para poner en el libro que se editará por
decisión de las autoridades mi foto en la cual elegiste con gusto la que me
sonreí.
En dicho diálogo cariñosamente me comentaste del libro que se editó hace
aproximadamente dos años, o sea en 2008, pero lo único que no me
informaste es su título.
Tienes modales delicados en tus palabras sobre el título imaginario;
muchos abuelos presentaron varios títulos y, según me enteré, fue elegido
el pensado por un abuelo amigo.
Te deseo felices pensamientos en éste para las ediciones, pensando en un
segundo libro con bendiciones de Dios para Gabriela.
MIS TRABAJOS
En años anteriores mis trabajos fueron otros por decisiones de mi familia y
después de cursar estudios en distintos colegios fui a academias para otros
aprendizajes que los recuerdo en mi memoria y si me lo preguntan se los
digo.
Después de aquellos años mi vida cambió por obra del Señor Dios y hoy
estoy en mi casa actual viviendo junto a otras abuelas.
En esta tarde fui pensando en unir palabras como en tardes anteriores y
meses del año anterior.
Escribiendo poesías para mis amigos enfermos así como para amigos que
me visitaron en los meses pasados, a los cuales les entregué poemas y
ellos me agradecieron con cara de felicidad, elogiando mis escrituras para
llevarlas de recuerdo.
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Silencios Rotos del Piñeyro
En el año 2011 estoy esperando novedades para cuando comience el
espacio literario y concurrir con mis cuentos para leer allí algunos de los
poemas, y que me autoricen para hacer un libro o más las autoridades de
este centro de abuelos.
Logrando ello continuaré escribiendo, son los deseos de Nahír.
METEOROLOGÍA
Como se había anunciado han continuado los días nublados con lloviznas y
espero que éste llegue a mejorar un poco en las próximas horas.
Alrededor de las 10 comenzó a solearse un poco, pero deseo que los rayos
solares iluminen con fuerza en los días siguientes.
Que la luna ilumine las ciudades, llene de luces los tejados y ventanas de
las casas donde esperan a los Reyes Mayos los niños y abuelos y demás.
Después del día 14 de enero de 2011 seguiré comunicando los estados del
tiempo en estas hojas de continuación de la meteorología.
El día 16 de enero de 2011 en las horas del atardecer comenzó a oscurecer
y con el viento fuerte no sólo en la capital sino en toda la zona este y norte de
nuestro país, ya que en Soriano sus habitantes perdieron a familiares por
voladuras de los techos por el huracán.
Al día siguiente -al observar- fue nublado aunque después mejoró, ya que
salió el sol, y con sus rayos alumbró con fuerza hasta la salida de la luna.
Aunque los grados llegaron a ser 23 o 25, según escuché en dichos
informativos.
QUERIDA NELLY
En la noche de ayer
me sorprendí al verte.
A nuestra sala llegaste
tú para descansar.
Fue una agradable sorpresa
para mí porque
te quiero y aprecio cada
día más en estos lugares.
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Silencios Rotos del Piñeyro
En días anteriores hablamos de tus
sueños, cuando viajaste a Estados Unidos
a ver a tus hijos
y viste las nevadas de distintas
ciudades. Ahora las dos podamos
dialogar ya que somos
compañeras y que Dios nos
bendiga por muchos años.
LOS NAIPES
En la tarde de hoy, junto a mis amigas enfermeras, de las que acepté su
invitación, jugamos unos partidos de conga y, según pensamos, fui
ganadora. Pasamos entretenidas por unas horas de este día.
Son muy simpáticas conmigo las tres.
Sus nombres son Nieves, Miriam y Sandra, que llegan para los horarios de
la tarde.
Les agradezco su atención a todas y siempre las esperaré otros días.
QUERIDA AMIGA
He pensado detallar cómo nos conocimos en este lugar un domingo a la
tarde cuando llegaste en compañía de unos amigos tuyos.
Desde entonces nos vemos cada poquito tiempo en el Piñeyro que es
donde vivimos dos amigas tuyas.
A ti, Esther, te dediqué estas letras con cariño y con buen corazón que me
endulzan el paladar como cuando probé los caramelos y te doy las gracias
por tu atención.
Te voy a preguntar por una amiga de ustedes que vino hace un mes y no la
volví a ver desde que llegaron juntos en este año.
Que la recuerdo bien por lo atenta conmigo y deseo ser informada por ti
Esther, ¿cuál es el motivo de faltar en dichas visitas o está viajando?.
Después de narrar estas letras me despido de ti Esther y pido protección del
Señor Dios.
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Silencios Rotos del Piñeyro
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Silencios Rotos del Piñeyro
Catalina Silva
Unidad de Alta Dependencia
EN NUESTRO HOGAR
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Silencios Rotos del Piñeyro
EN NUESTRO HOGAR
Yo me llamo Gladys y mi compañera Juana, estamos en un internado.
El anexo es una casita mía y de Juanita porque estamos las dos, y a veces
ponen a Yolanda acá cerca.
Nosotros festejamos los cumpleaños de Ivonne, Juanita y el mío, tengo una
amiga que me hace torta de fiambre, pizza y me trae refrescos: se llama
Anita.
Desde que vine acá no salgo mucho y en diciembre salí al parque
acompañada de una funcionaria, Leticia, que es enfermera, se quedó en el
parque conmigo para ayudarme con el mate, me acompañó en la mañana.
Salí esa vez y otra que Daniela me sacó, pero Daniela se enfermó con
tendinitis, cuando se reintegre no va a poder venir y la voy a extrañar.
La directora a mí me cayó muy simpática y agradable, hablé poquito con
ella, pero me pareció que es una buena persona.
Yo me presenté como delegada de la sala de mujeres.
Con Gabriela trabajamos en la oficina en PC hasta que me enfermé, pero
soy la secretaria, pasaba trabajos en PC y atendía el teléfono.
Ahora espero mejorarme para volver a ir.
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Silencios Rotos del Piñeyro
Jorge Rodríguez Santos
Unidad de Alta Dependencia
UN SALUDO A PRIORI
¿A MODO DE INICIAR MEMORIAS?
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Silencios Rotos del Piñeyro
UN SALUDO A PRIORI
Un saludo a priori pero también, conjunta y gustosamente, la presentación
breve y amable frente al tema que encaro por acercamiento de fechas y de
tan amado tema… y de tantas bellezas de cercanías contactadas en este
hospital geriátrico desde donde Jorge (quien escribe) tiene, agradecido y
hasta en ocasiones maravillado de convivencias con hermosuras de
espíritu y fisonomías que saben apreciar mi sensibilidad de artista del color:
pinturas al óleo, durante largas temporadas (de paso un saludo al amado
Gauguin -el mayor colorista del siglo XIX- por maestro, por huraño, por loco
y por genial). ¡Podía haber dejado algo de su imaginería y de sus modales
femeninos!
Pero prosigamos presentándonos: la búsqueda filosófica y creativa de los
juveniles y siempre vívidos viajes a lo largo de los ríos del Uruguay con la
sola pero bien aventurada compañía de Sartre, Unamuno y Nietzsche,…
Acampando en las más bellas e ignotas playas de un país desconocido.
Otras veces, poniendo la canoa a modo de protección campera en
revolcaderos de jabalíes y capinchos, en cercanía de cruceras y toda la
fauna nacional y nativa (y hermana como decía el Santo de Asís) y el
Zaratustra compañero de siempre para que espectralmente me gritara ¡Tú,
tú y tú Salvaje Sabiduría! Hasta que el Mago Gardel, fogoncito y mate
amargo, como siempre recordativo y mágico me llevara hasta el amor
lejano de mujer: aquí estoy, sin fe, sin Dios y sin ti.
Vaya a modo de presentación para llegar a la fecha actual: 8 de marzo,…
Día Internacional de la Mujer ¡Puf! Seré sincero: no me gusta eso de “Día de
…” (a ellas creo que tampoco), siempre le encuentro su filo comercial y las
mujeres se cansaron de eso de contabilizar las fechas. Tampoco vamos a
caer, ¡Vade retro!, en la bobería vulgar de afirmar desacertadamente como
en otras ocasiones: son todos los días del año, ¡macanas! Me interesa el
hoy, el ya; y las homenajeo con todo aprecio y gratitud, rememorando
poemas de Idea Vilariño o Circe Maia o de Juana de Arco o de mi primera
novia,… por la solidaridad, comprensión y bondad de mis enfermeras,
nurse y doctoras. ¡Gracias amigas mías! Sin marca de almanaque que nos
indiquen aquellos mercaderes que Jesús tan sabiamente expulsó del
templo.
Ahora sí: me despido. Sepan que fue un gustazo darles este monólogo
amistoso como ahora la extensión de mi mano sana, nos precisamos todos
y yo los quiero como a mi férula y al leucoplasto.
¿Nos reencontraremos?
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Silencios Rotos del Piñeyro
¿A MODO DE INICIAR MEMORIAS?
Llamémosle un reencuentro para los reencuentros… ¡Sí! Sin caer en
decadentes nostalgias y sí y no queriendo se empalidece el alma, que se
sepa que del color amarillo de mi querido Paul Gauguin o de la flor de la
retama, de la retama lejana y brillante (a la entrada del hospital). Y que allá
está parecida a mis recuerdos: meses ya que esa plantita me enjardiniza el
espíritu y me aromatiza los sentimientos, para este tan ansiado
reencuentro con ustedes, mis nuevos amigos, mis nuevos colores.Y juntos,
elevadamente juntos (escribo desde una terraza), pero desde este
imaginario y alto sitial lindazo de retamas y recuerdos pensamos en una
unidad; busquémosla (como Danubio busca un gol) como un título
nobiliario.
El color es la aristocracia del espíritu. Así fue que llevado por estas
locurezcas reflexiones empecé cuando muchacho mis primeros cuadros al
óleo. Fue por aquella edad que un puño cerrado me quebró el caballete
nasal. No obstante, atrevidamente paciente e inspirado, conseguí unos
multicolores pomos, me fabriqué los primeros bastidores y un caballete de
madera, como los tradicionales pintores decimonónicos (¿los pinceles?) mi
mujer solidaria y amorosamente me donaba un mechón de su largo y suave
pelo. En mi creativo tallercito casero yo elaboraba todos los materiales
posibles en el viejo caserón de mi querida y perdida “Vieja”. También
arreglando radios y TV (¡de válvulas!). De ahí también salió la primera
canoa, “a posteriori” mis fluviales y uruguayazos viajes, surgió también el
primer torno eléctrico (con colaboración de Yamandú, otro “Noble” de alma,
amigo, familiar, extraño paralelismo de corazón y de mente, que aún hoy
me visita ritualmente con su afecto y su agua mineral). Fabriqué la primera
arma defensiva “pace maker” para cristalizar la ingeniería de Samuel Colt y
dejarlo desde el paisito como un cohetero brasilero (¡era arma de
avanzada, pesada, rústica e insegura!). Recuerdo que la mandé armar
pa'dar más impresión o más pinta.
¡No faltaba más! Y a mi lado, siempre compañero y leal como un primo
hermano, el perro Landrú, el amado ejemplar de Collie (de quien también
obtuve algún pincel de su lacio pelambre).
Todo esto que narro, ¡hay juventud!, enmarcado musicalmente con el genio
de Wagner, de Mahler y por supuesto del maestro Francisco Canaro
(Gracias, padre por hacérmelo oír desde gurí).
A propósito de Landrú, confieso a quien me lea que yo amo los perros (y que
conste que conozco todas las faunas), estoy en deuda con ellos sin
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Silencios Rotos del Piñeyro
importar raza ni carácter y alguna vez escribiré algo sobre estos fabulosos
compañeros, históricamente leales, que siguen estando más allá del bien y
del mal sin mediación de Nietzsche.
¡Por suerte única que tengo! Pero particularmente el Landrú, perro manso y
querible, inteligentazo y algo estéril, siempre hambriento y pedigüeño como
unas caderas de mujer: pero de sobremanera filosófico con sus actitudes
haraganas, ¡criado en libertad se dormitaba entre libros antiguos, obras de
arte, la quinta sinfonía (de Mahler) y las siempre embelesantes veces de “El
Mago” o “el Flaco” (y regularmente la guitarrera visita de mi hermano
lejano). Hoy amazónicamente perdido, como decía Jorge Amado, por las
tierras del sinfín.
Y los años pasaron y pasaron felices, malvados ¡Ay, amigos, es la vida!
La vida: es “mina” desgreñada y bella que tanto amé y sigo enamorado.
¿Todo lo he perdido? ¡No! Es del español Rafael Alberti, aquello de “me
queda la palabra”. Y ahora tengo raíces nuevas, visitas queridas y la
plantita de retama me sigue floreciendo de amarillos gaugueanos.
Esta edad que hoy tengo ¡Es la caída!: se me cayó una pierna, se me cayó
una mano y se me cayó el pelo, la dentadura y lo que se te antoje pensar. La
juventud se fue, pero la casa sigue estando ahí; la imagen de la madre
acomodando sus macetas en aquel viejo patio donde el perro-tudo
“¡Landrú espantaba calandrias y gorriones de puro perrotudo no más!”.
Todo se cae,…cierto: pero para nosotros en la terraza,… ¡vamo' arriba!
Queridos y nuevos compañeros: les he revelado algunas historias íntimas;
revelar intimidades es como aquel que se suena las narices y muestra
después el pañuelo. Empero, espero su comprensión que les devuelvo con
amistad y aprecio.
¿Nos reencontraremos? Con sinceridad.
Jorge Pabellón A, sala 4 (2011)
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Silencios Rotos del Piñeyro
Este libro se termino de imprimir
en Noviembre de 2011 en los
Talleres Productivos Protegidos de la
Organización Nacional Pro Laboral para Lisiados
ONPLI
Ceibal 1629 - Tel.: 2203 3061
Montevideo - Uruguay
Depósito Legal
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Silencios Rotos del Piñeyro
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DELE UNA MANO AL
HOSPITAL - CENTRO GERIÁTRICO
“Dr. Luis Piñeyro del Campo”
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