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Ante las nuevas tecnologías emergentes, ¿Sigue siendo
útil la Radiografía Simple de Tórax en el Diagnóstico de
Patología Mediastínica?
Poster no.:
S-1063
Congreso:
SERAM 2012
Tipo del póster: Presentación Electrónica Educativa
Autores:
M. A. Iribarren Marín, M. J. Parada Blázquez, F. Awad Breval, J.
J. Aguilar García, E. Domínguez Ferreras, C. Martinez Polanco;
Sevilla/ES
Palabras clave:
Tórax, Anatomía, Mediastino
DOI:
10.1594/seram2012/S-1063
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Objetivo docente
Basándonos en hallazgos semiológicos, pretendemos valorar las diferentes anomalías
detectadas en la Radiografía Simple de Tórax (RST), realizadas a pacientes
diagnosticados de patología mediastínica en nuestro Centro, diferenciando los hallazgos
patológicos de las imágenes normales o variantes anatómicas.
Revisión del tema
SEMIOLOGÍA DEL MEDIASTINO
Anatomía del mediastino.
Debido a la superposición de estructuras en la placa simple de tórax, las lesiones del
mediastino son difíciles de interpretar, y, en la mayoría de los casos, cuando se detecta
la presencia de una anormalidad es necesario estudiar al paciente mediante tomografía
computerizada. Por ello, uno de los objetivos de este tema es detectar la presencia de
anomalías, diferenciándolas de variantes anatómicas e imágenes radiológicas normales,
y a interpretar en lo posible el significado de las anomalías observadas.
El mediastino es el espacio extrapleural comprendido entre los pulmones, y se encuentra
limitado lateralmente por las pleuras parietales mediales, anteriormente por el esternón,
y posteriormente por las vértebras. En sentido craneocaudal el mediastino se extiende
desde el opérculo torácico hasta diafragma.
Para facilitar su compresión hemos dividido el mediastino en tres secciones imaginarias
( Figura 1):
Mediastino superior: Se extiende desde el opérculo torácico hasta el plano horizontal
paralelo a una línea recta imaginaría trazada desde la unión manubrio esternal hasta el
cuarto disco intervertebral.
Mediastino anterior: Situado por debajo del mediastino superior y anterior a un plano que
sigue la pared anterior de la tráquea y la pared posterior del corazón hasta el diafragma
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Mediastino posterior: Corresponde a la parte del mediastino situada por debajo del
mediastino superior y por detrás del plano que limita posteriormente el mediastino
anterior. Este espacio, a su vez, puede ser dividido en dos, el área prevertebral y los
espacios paravertebrales, que se sitúan respectivamente anterior y posteriormente a una
línea imaginaria trazada un centímetro por detrás del borde vertebral anterior.
Es importante recordar algunos de lo hitos del mediastino( Figuras 2 y 3):
-Líneas paratraqueales, derecha e izquierda.
-Línea paratraqueal posterior.
-Correspondencia anatómica normal de los bordes de la silueta cardíaca, tanto la
proyección posteroanterior como lateral.
-Triangulo retrotraqueal: Espacio claro limitado por el borde posterior de la tráquea,
el borde anterior de las vértebras superiores y el cayado aórtico, que, en condiciones
normales es radiolúcido. Su ocupación indica la presencia de una masa retrotraqueal.
Semiología general.
Signos generales de masa mediastínica.
Signo de masa extrapleural: Las masas mediastínicas presentarán, en principio, las
características generales de masas extrapleurales, es decir, serán masas bien definidas,
de bordes nítidos, convexas hacia el pulmón y que se funden con el mediastino,
mostrando algunos obtusos en los extremos visibles ( Figura 4).
Signo de la silueta: Cuando dos estructuras de la misma densidad radiológica están
en contacto, no pueden diferenciarse como entidades separadas, sino que parecen ser
continuación una de la otra en la zona de contacto. A partir de este principio podemos
localizar masas y lesiones en la medida en que podamos separarlas de algunas de
las estructuras normales del mediastino. Así, una masa que se superpone al cayado
de la aorta pero que permite verlo como una zona claramente dibujada de mayor
densidad ( suma de densidades) en la placa posteroanterior de tórax estará situada
necesariamente en mediastino posterior ( Figura 5) ya que una localización anterior la
colocaría en contacto con el cayado sin que pudieran interponerse nada de aire del
parénquima pulmonar entre ambas, lo que haría que el cayado no fuese visible (figura 6).
Signo del desfiladero cervicotorácico : Toda lesión que se extiende al cuello pierde
la definición del borde al entrar en contacto con las partes blandas en esta región; por
tanto, cualquier lesión de borde bien definido en la parte superior del tórax debe ser
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intratoracica, mientras que aquella cuya parte superior parece difuminarse está situada,
al menos parcialmente, en la región cervical. El borde cefálico del mediastino anterior
termina a la altura de la clavícula, mientras que el mediastino posterior se extiende mucho
más allá de este plano anatómico. Así, una lesión de borde bien definido (intratorácica)
que se observe por encima de las clavículas en la radiografía posteroanterior de tórax
debe estar situada en mediastino posterior, retrotraqueal o paratraqueal ( Figuras 7 y 8) ,
mientras que una lesión cuya parte superior desaparece al aproximarse a las clavículas
está situada en la parte anterior del mediastino, siendo parcialmente cervical (Figuras 9).
Signo del iceberg: La presencia de una masa de borde bien definido cruzando el
diafragma supone que al menos una parte de ella está en contacto con aire y por tanto
la masa se encuentra parcialmente en el torax. En esta situación, el problema radica
en distinguir si la masa es fundamentalmente torácica o abdominal. Este signo se usa
para diferenciar ambos casos. Las masas, en general, tienden a ser redondeadas por lo
que la línea que sigan los bordes inferiores visibles de la masa nos dara indicios de su
tamaño y localización. Si los bordes convergen hacia la columna, la parte inferior de la
lesión está próxima y por tanto la masa será eminentemente intratorácica. Si los bordes
divergen, lo que estamos viendo será la parte superior de la lesión y la mayor parte de
ella está situada intraabdominal, y por tanto, será invisible en la radiografía, semejando
un iceberg (Figura 10).
Signo de la convergencia hiliar. Este signo se utiliza en casos con aumento del
tamaño del hilio pulmonar para diferenciar las estructuras vasculares de la presencia
de masas mediastínicas parahiliares. La convergencia de las ramas de la arteria
pulmonar hacia la masa, en vez de hacia el corazón, es indicio de naturaleza vascular.
Correspondería a una arteria pulmonar aumentada de tamaño( Figura 11). El aspecto
contrario, convergencia hacia el corazón en vez de hacia la masa, es un índicio de masa
mediastínica ( Figura 12).
Signo de la superposición hiliar: Este signo ayuda a diferenciar entre la presencia de
masas mediastínicas anteriores y la cardiomegalia. En pacientes normales, las arterias
pulmonares principales se ven, en la radiografía posteroanterior de tórax, al borde de
la silueta cardíaca o mínimamente superpuestas a ella. Cuando hay una cardiomegalia,
esta relación anatómica se mantiene, por lo que la silueta cardíaca aumentada de
tamaño y las arterias pulmonares principales se desplazan lateralmente pero no se
superponen a ella. Cuando hay una masa en el mediastino anterior, se ve una sombra
radiopaca que se superpone a la silueta cardíaca, y que, si se apoya sobre ella, puede
parecer una cardiomegalia porque no se puede distinguir la separación (signos de
la silueta). Esta masa no desplaza lateralmente los hilios pulmonares, por lo que las
arterias pulmonares principales se veran superpuestas a ella. Por tanto la visualización
de cualquiera de los bordes de la silueta cardíaca lateralmente a la arteria pulmonar
ipsilateral, a una distancia mayor o igual a un centímetro de esta, indica la presencia de
una masa mediastínica (Figuras 13 y 14).
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Ensanchamiento mediastínico.
Es una de las alteraciones más frecuentemente detectadas en la radiografía
posteroanterior de tórax. Se incluyen en esta alteración aquellos casos en los que el
mediastino aparece claramente ensanchado sin que exista un contorno anormal definido
que sugiere la presencia de una masa.
Un ensanchamiento mediastínico de esta naturaleza generalmente está causado por
variantes anatómicas normales tales como el aumento de la grasa mediastínica o
la elongación de los troncos supraaórticos, pero si es de reciente aparición o la
clínica es compatible con situaciones patológicas que puedan causar una aparición
masiva de adenopatías mediastínicas, no deben descartarse estas como causa del
ensanchamiento.
Ocasionalmente podemos ver otros signos que faciliten la interpretación de la
radiografía, como alguno de los que están asociados a adenopatías, que será descritos
más adelante, o pueden también verse morfológias típicas del ensanchamiento, como el
"mediastino en chimenea" propio de los linfomas (Figura 15),o la apariencia inconfundible
de un aneurisma gigante de aorta torácica.
Neumomediastino.
El neumomediastino es la presencia de aire difuso libre en el compartimento
mediastínico. En la radiografías simples de tórax aparece como pequeñas sombras
lineales o burbujas bien definidas, situadas en el interior del mediastino, que son
fácilmente visibles detrás del esternón o a los lados de la silueta mediastínica, donde
aparecen delimitadas lateralmente por la línea de densidad agua de la pleura ( Figura
16).
Debe establecerse el diagnóstico diferencial con el neumotórax y con el
neumopericardio. El primero raras veces aparece aisladamente en la vertiente
mediastínica y aun es más raro que aparezcan en ambos hemitórax a la vez con tal
distribución, por lo que en caso de que se aprecie aire en ambos lados de la silueta
mediastínica podemos descartarlo; en caso de que sólo aparezca a un lado y haya
dudas, una radiografía en decúbito lateral sobre el lado afectado demostrará, como
el aire pasa al otro lado de la silueta mediastínica en el neumomediastino, mientras
que en el neumotórax queda por debajo de la silueta cardíaca limitado por la pleura.
El neumopericardio puede ser más difícil de distinguir salvo por el hecho de que
nunca asciende hasta el nivel del arco aórtico, ya que en esta posición no existe saco
pericárdico.
La detección de un neumomediastino constituye una indicación de TC ya que aunque
sus causa son múltiples y pueden aparecer de forma espontánea y sin causa definida en
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niños tras maniobras de resucitación cardiopulmonar o en pacientes broncopatas tras
crisis tusígenas, es siempre prioritario descartar que el origen sea una lesión grave, como
perforaciones de vísceras huecas o lesiones de vía aérea, ya sea de origen espontáneo,
traumático o iatrogénico.
Semiología del mediastino superior:
Desplazamiento de la tráquea.
Radiografía posteroanterior. En esta proyección la tráquea puede verse desplazada
lateralmente, lo cual corresponde habitualmente a un aumento de la glándula tiroides
( Figura 17), que no solo desplaza la vía aérea sino también el resto de las estructuras
mediastínicas, lo que puede apreciarse si se realiza un esofagograma ( Figura 18).
En pacientes asintomáticos y sin otros signos, puede tratarse de un bocio simple
intratorácico, aunque los tumores, al producir un aumento de tamaño del órgano, darían
el mismo aspecto radiológico (Figura 19).
Radiografía lateral. En esta proyección la tráquea puede verse desplazada hacia delante
lo que puede indicar la presencia de una masa retrotraqueal.
La causa más frecuente desplazamiento anterior de la tráquea en la radiografía lateral
de tórax bien hecha es la dilatación de un esófago obstruido, aunque otras masa
retrotraqueales (anillos vasculares, quistes neuroentéricos, tiroides aberrantes, tumores
malignos) pueden presentar el mismo aspecto.
Este signo debe ser cuidadosamente diferenciado del movimiento fisiológico que realiza
la tráquea hacia delante durante la espiración y en la flexión de la cabeza. Ninguna
de estas situaciones debe aparecer en una radiografía correctamente realizada, pero,
ocasionalmente, las condiciones del paciente impiden que la calidad del estudio sea
óptima.
El desplazamiento posterior de la tráquea se produce por la presencia de masas
pretraqueales de gran tamaño. Las dos causas mas frecuentes son los bocios
intratorácicos importantes y los fundidos ganglionares de origen tumoral, que puede
generar masas pretraqueales muy grandes (Figuras 20 y 21).
Divertículo de Zenker.
Se trata de un falso divertículo que aparece por protrusión de la mucosa a través
de las fibras musculares oblicuas y transversales del constrictor inferior de la faringe.
Normalmente no es visible en la radiografía, pero si adquiere un gran tamaño puede
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descender desde el cuello al mediastino superior y aparece como una masa redondeada
u ovoidea de eje mayor horizontal.
Si está completamente relleno, puede simular un tumor, por lo que, si no se conoce
previamente su existencia, sólo podemos guiarnos por la clínica que presente el
paciente. En caso de una clínica clara compatible con divertículo de Zenker estará
indicando un estudio digestivo. En caso contrario, deberíamos estudiarlo siguiendo una
sistemática de valoración de masa mediastínica.
Si el divertículo está completamente relleno, la interfase de contenido con el gas propio
de tubo digestivo generara una imagen de nivel hidroaéreo que podría confundirse con
una lesión cavitada. La clínica y las paredes interiores lisas de la lesión serán claves
para determinar su naturaleza.
Elongación de los troncos supraaórticos.
Es una variante que ensancha el mediastino en su parte superior y que es muy frecuente
en ancianos sobre todo si son muy delgados.
En los ancianos las arterias se alargan como parte del proceso de envejecimiento, sobre
todo el tronco braquiocefálico derecho que puede parecer una masa convexa situada en
mediastino superior derecho ( Figura 22).
El reconocimiento de los vasos se realiza mejor en la proyección lateral que en la
posteroanterior, ya que en la primera los troncos supraaórticos elongados se verán como
una masa por encima del cayado aórtico, con el cual confluyen.
Semiología del mediastino anterior.
Signos asociados al timo.
Signo del mediastino vacío.
En una radiografía lateral de tórax correctamente penetrada, es una excesiva
radiotransparencia del mediastino anterior, lo que hace parecer vacía esta zona. Indica
la presencia de un timo excesivamente pequeño, lo cual puede corresponder a:
-Disgenesias del timo en niños con inmunodeficiencia.
-Involución tímica por enfermedad crónica, tratamientos con esteroides o caquexia.
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Signo de la vela.
Corresponde a un aumento de densidad paramediastínica visible en la placa
posteroanterior en uno o ambos lados del mediastino, de forma triangular, semejante a
una vela, con el borde lateral vertical y el inferior horizontal. Es un aumento de densidad
tenue y bien definido, cuya masa se reduce notablemente en inspiración forzada, lo
cual junto con su característica morfología, hace relativamente fácil diferenciarlo de
consolidaciones alveolares y derrames (Figura 23).
Se trata de la proyección del timo normal, que aparece fundamentalmente en niños (se
presenta en 10% de radiografías de niños normales).
Signo del borde del mediastino ondulado.
Corresponde a una apariencia ondulada del borde del timo debido a la indentación
producida por los arcos anteriores de las costillas (Figura 24). Este signo es indicio
de la presencia de una glándula tímica normal, ya que los timomas y otras masas del
mediastino anterior tienen una consistencia dura y por tanto no puede ser deformadas
por las costillas.
Signo de la nariz semítica.
Corresponde a la forma que frecuentemente presentan el mediastino en presencia de un
timoma, ya que este tipo de tumor presenta típicamente, en la radiografía posteroanterior
de tórax, un borde liso superior que puede quedar oculto tras el resto de estructuras
mediastínicas, y una parte inferior redondeada que abomba el borde cardíal derecho del
mediastino( Figura 25).
Lipomas y timolipomas.
El mediastino es una localización muy frecuente de los lipomas intratorácicos, y
aproximadamente el 75% de los lipomas mediastínicos se encuentran localizados en
mediastino anterior.
Dichos lipomas aparecen como masas redondeadas situadas en el ángulo cardiofrénico
derecho que habitualmente presentan densidad de partes blandas (Figura 26), aunque
en ocasiones pueden presentar densidad inferior a la de la silueta cardíaca, indicando
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un alto contenido graso, lo que sugeriría el diagnóstico. Cuando éstas masas contiene
restos de tejido tímico se denominan timolipomas.
Siempre que se detecte una masa de estas características que no se conocía
previamente debe realizarse una TC que muestre la densidad grasa de la lesión. Si la
masa ya era conocida en principio no se requiere un estudio más profundo ya que estas
lesiones rara vez se malignizan.
La misma morfología y localización y también con densidad de partes blandas, presentan
los quistes cardiofrénicos, más frecuentes en el lado derecho que el izquierdo. No suelen
presentar calcificaciones en su pared y, en TC muestran claramente su contenido líquido.
Signos asociados a la silueta cardíaca.
Corazón velloso.
Corresponde a un aspecto borroso del borde de la silueta cardíaca producido por
cambios fibróticos y consolidaciones del espacio aéreo adyacente ( Figura 27).
Este signo se aprecia con frecuencia en pacientes con neumonías de origen vírico y
en pacientes con neumopatías crónicas como la asbestosis o la neumopatía intersticial
usual.
Signo de la grasa epipericárdica.
En las radiografías laterales de tórax, el mediastino anterior y la grasa epipericárdica
se ven separadas por una línea fina (de espesor menor de2 mm) correspondiente
al pericardio normal. Un grosor de esta línea mayor de2 mmes patognomónico de
alteración pericárdica que puede deberse a derrame pericárdico o engrosamiento de la
serosa.
Ver el pericardio engrosado durante una pericarditis aguda es muy difícil. Habitualmente,
sólo podemos ver casos de pericarditis crónica en los que aparecen calcificaciones
(Figura 28).
Desviación de la aorta torácica.
En pacientes jóvenes normales, la aorta descendente se aprecia como una línea recta
paralela a la columna vertebral. El crecimiento de aurícula izquierda puede desviar la
sombra de la aorta hacia la izquierda, por lo que la presencia de una curvatura de la
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aorta con el vértice máximo junto a la aurícula izquierda sugiere una dilatación de esta
cámara cardíaca.
En los ancianos la aorta puede estar elongada y ser tortuosa, pero una curvatura aislada
a la altura de la aurícula izquierda puede hacer pensar en un crecimiento de esta, aunque
no es un signo tan fiable como el doble contorno o la apertura del ángulo carinal y,
por tanto, debería considerarse un signo secundario y valorarse en función de otros
hallazgos.
Signo del doble contorno.
La aurícula izquierda es posterior, y en condiciones normales, no debe verse en la
radiografía posteroanterior de tórax. El crecimiento de la aurícula izquierda se produce
en primer lugar hacia atrás (ver "apertura del ángulo carinal") y luego hacia los lados, lo
que, en el lado derecho, puede producir un signo de doble contorno.
Dicho signo corresponde a la apariencia doble de la parte inferior de la silueta cardíaca
en el margen derecho, lo cual puede producir por expansión de la aurícula izquierda más
allá del borde lateral de la aurícula derecha (que en condiciones normales conforma el
margen cardíaco derecho en su parte inferior) o por el aumento de densidad que produce
la aurícula izquierda por detrás de la derecha (Figura 29).
Signo del tercer "mogul".
"Mogul" es un término de esquí que define una protuberancia de la nieve. En la radiología
torácica se usa para describir las protuberancias que aparecen sobre el margen izquierdo
de la silueta cardíaca y que aparecen bien definidas, lo cual es indicio de que están
delimitadas por alguna serosa.
En la radiografía posteroanterior de tórax normal se ven tres mogules; de arriba abajo
sus posiciones son:
1º. Paratraqueal y por encima de la carina; suele corresponder al cayado aórtico ( 1º
mogul).
2º. Epibronquial, a la izquierda de la carina, justo por encima del bronquio principal
izquierdo; corresponde a la arteria pulmonar principal izquierda (2º mogul).
3º. Un poco por encima del hemidiafragma; corresponde al ápex cardíaco (4º mogul).
El tercer mogul es una protrusión anormal del borde izquierdo de la silueta cardíaca
situada justo por debajo del bronquio principal izquierdo (Figuras 30 y 31 ). La presencia
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de un tercer mogul sugiere la existencia de un aumento de tamaño de la orejuela de la
aurícula izquierda, lo cual suele asociarse a proceso reúmáticos cardíacos, pero también
puede deberse a otras causas, como hernias del músculo cardíaco a través defectos del
pericardio, mixoma atrial o miocardiopatía.
Otras causas de aparición de un tercer mogul muchísimo menos frecuentes son la
elevación del VI en una tetralogía de Fallot, la presencia de una cámara de salida de una
anomalía de Ebstein, una aorta ascendente izquierda en una transposición de grandes
vasos corregida, o el borde superior de un aneurisma del seno de Valsalva.
Apertura del ángulo carinal.
En las personas normales, el ángulo carinal que forman las paredes mediales de los
bronquios principales en la radiografía PA de tórax es de 45° o menos.
Cuando este ángulo aumenta, se debe a que algo situado bajo el ángulo carinal está
separando los bronquios.
Este "algo" puede corresponder a un fundido adenopático subcarinal, que tenga un
efecto masa (Figura 32); también puede tratarse de un crecimiento de la aurícula
izquierda ( Figura 33). Ésta está situada en una posición posterior y cuando se dilata lo
hace primero hacia atrás produciendo efecto masa bajo la bifurcación carinal, y luego
hacia los laterales, por detrás de las cavidades que forman la silueta cardíaca normal,
lo que causa otros signos, como el signo del doble contorno.
Semiología del mediastino posterior.
Quistes broncogénicos y de duplicación.
Los quistes broncogénicos son quistes embrionarios habitualmente asintomáticos que
se detectan frecuentemente en la segunda o tercera década de la vida como hallazgo
incidental en una radiografía de tórax ( Figura 34) .
En la exploración radiológica se presentan como masas ovales o redondeadas próximas
a la tráquea o a los bronquios principales, frecuentemente cerca de la carina, que
presentan densidad de partes blandas salvo que estén en contacto con la vía aérea, en
cuyo caso se habrán vaciado parcialmente y aparecerán como lesiones cavitadas de
paredes lisas con un nivel hidroaéreo.
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Éstos quistes, sobre todo si están abiertos a la vía aérea, pueden impactarse, por lo que,
si se detecta una lesión como la descrita en un paciente con clínica de infección, debe
tenerse en cuenta un posible diagnóstico de quiste broncogénico infectado.
Los quistes de duplicación son lesiones poco frecuentes, que corresponden a secciones
del tubo digestivo, el esófago en caso del tórax, aisladas de la luz principal. En general,
se detectan accidentalmente en paciente asintomáticos o con disfagia,y en la radiografía
lateral de tórax aparecen como masas fusiformes de partes blandas situados en la zona
retrotraqueal o retrocardial. En el esofagograma se puede ver como improntan el esófago
y rara vez comunican con la luz esofágica.
Esófago dilatado.
Una dilatación esofágica suficientemente importante puede desplazar la pleura y
producir una impronta en el borde mediastínico o causar un aumento de la densidad que
simula la presencia de una masa.
Las dilataciones esofágicas de semejante calibre solo se producen cuando hay una
obstrucción crónica del esófago, por lo que, aunque es posible verlas en canceres
esofágicos del tercio inferior o tumores del cardias muy evolucionados que produzcan
obstrucción de la luz esofágica, la entidad en que este hallazgo resulta típico es la
acalasia.
En la radiografía PA se vera una opacidad en el borde derecho del mediastino, más o
menos alargada, convexa hacia el pulmón, que se extiende desde la parte superior del
tórax hasta diafragma y a través de la cual puede verse la silueta cardíaca, es decir, no
está en contacto con el corazón. Es una imagen muy típica, casi patognomónica.
En la radiografía lateral podrá verse una masa en el compartimento prevertebral que
puede desplazar la tráquea hacia delante y que, ocasionalmente, puede presentar un
nivel hidroaéreo.
El esofagograma es diagnostico, mostrando la estenosis, tanto si es maligna como si es
la entrada en pico, de borde liso, propia de la acalasia, y permitirá diagnosticar posibles
complicaciones. No debemos olvidar que la acalasia, aún siendo benigna, supone una
retención de alimentos, lo que es un factor de riesgo para el cáncer de esófago ( Figuras
35 y 36).
Cánceres de esófago y tráquea.
Salvo que presenten un crecimiento exofítico muy importante, es poco frecuente poder
detectar la presencia de un cáncer de esófago o de tráquea en la radiografía de tórax
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como una masa mediastínica. Sin embargo, hay dos estructuras que deben evaluarse
para detectar lesiones sugestivas de cáncer:
-La columna aérea traqueal: Las lesiones traqueales intraluminales, incluidos los
canceres, producen masas de partes blandas que ocupan la columna de gas de la
tráquea, por lo que siempre dedemos tratar de identificar claramente esta estructura.
-Línea paratraqueal posterior: Su engrosamiento por encima de los4,5 mm puede ser
indicio de tumor esofágico, ya sea por infiltración del tumor primario o por afectación
linfática.
Signos asociados a los vasos.
Pezón aórtico.
Se trata de la presencia en la radiografía PA de tórax de una pequeña masa o
pezón adherido al borde lateral o superior del botón aórtico ( Figura 37). Esta imagen
corresponde a la arteria intercostal superior izquierda y se trata de una imagen normal,
por lo que no debe confundirse con adenopatías o tumores de pequeño tamaño.
Arco aórtico derecho.
El arco aórtico derecho es una variante anatómica que da una morfología característica al
mediastino y que es motivo frecuente de consulta al radiólogo. Aunque puede confundir
al médico inexperto, una vez que se conoce se es fácil de diagnosticar.
El arco aórtico derecho se detecta por la presencia de una masa redondeada, de borde
convexo, situada por encima del bronquio principal derecho, que se acompaña de la
ausencia boton aórtico en el lado izquierdo, que es lo que más difícil de ver si no se busca
específicamente. En la proyección lateral aparece como una masa en la parte posterior
del mediastino superior (triangulo retrotraqueal) y puede haber desplazamiento anterior
de la tráquea si la aorta pasa al lado izquierdo (Figura 38).
Signo del 3.
En caso de coartación aórtica post-ductal, las dilataciones pre y post-estenóticas dibujan
en la radiografía posteroanterior de tórax una figura de 3 en la que el ensanchamiento
superior corresponde a la dilatación pre-estenótica y base de la arteria subclavia, y el
inferior a la dilatación post-estenótica ( Figura 39).
Si se observa este signo es importante reevaluar una radiografía de tórax buscando
la indentación en el borde inferior de las costillas correspondiente a dilatación de las
arterias intercostales por circulación colateral.
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Este signo se correlaciona con el signo de la E en el esofagograma, ya que las
dilataciones de la aorta deforman el esófago y al administrar bario oral al paciente se
aprecia el esófago deformado, dibujando una E ( Figura 40).
Aneurisma aórtico torácico.
Los aneurismas de la aorta descendente pueden verse como masas mediastínicas
posteriores, que, si son fusiformes, pueden extenderse a la aorta abdominal y que
normalmente ensanchan el mediastino por el lado izquierdo ( Figura 41).
Su causa más frecuente es la arteriosclerosis, aunque los pseudoaneurismas
traumáticos que pasan desapercibidas en el momento del accidente pueden verse
después en la ventana aortopulmonar, y a menudo presentan calcificación de su pared.
Área paraespinal.
Tumores neurogénicos.
Suponen aproximadamente el 90% de las masas localizadas que afectan al área
paraespinal y, en conjunto, constituyen el segundo tipo de tumor más frecuente del
mediastino, sólo por detrás de bocio intratorácico.
Histológicamente son muy variados, pero dado que habitualmente dependen de los
nervios intercostales, todos presentan un aspecto radiológico semejante ( Figura 42).
Son masas redondeadas u ovales bien definidas, que están asentadas en la gotiera
costo vertebral, pudiendo producir alteraciones óseas en la vértebra o en las costillas
adyacentes como indentación de la apófisis trasversa o ensanchamiento del espacio
intercostal en la zona afectada. Con gran frecuencia, los tumores neurogénicos aparecen
en pacientes jóvenes y la tomografía computerizada es diagnóstica en la mayoría de
los casos.
Los tumores neurogénicos que dependen del vago o de los nervios frénicos produciendo
masas en el área prevertebral son muy infrecuentes.
Patología vertebral.
Los tumores vertebrales, primarios o secundarios, producen habitualmente
ensanchamiento de la línea paravertebral que frecuentemente es unilateral. Puede ser
difícil de apreciar en la proyección PA, pero al ensanchamiento mediastínico visible en
esta proyección se añaden alteraciones del cuerpo vertebral que son más evidentes en
la proyección lateral. La única alteración que es más fácil detectar en la proyección PA,
es la ausencia de un pedículo en alguna vértebra, que podremos ver con una vértebra
"tuerta".
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Otra causa de ensanchamiento mediastínico asociada a la columna vertebral es
la hematopoyesis extramedular, ya que su localización más frecuente es el área
paraespinal torácica donde aparecen formando masas lobuladas que frecuentemente se
acompañan de ensanchamiento de las costillas. La lesión asociada a anemia hemolítica
crónica como talasemia o esferocitosis, pero también aparece en pacientes con leucemia
o linfoma con reemplazamiento masivo de la médula ósea.
La expansión de las vértebras y de las costillas en el área paraespinal, por
hematopoyesis aumentada de paciente con anemia hemolítica crónica, puede producir
una imagen muy semejante en radiografía simple, aunquela TC mostraría la ausencia
de masas fuera del hueso ( Figura 43).
Signos asociados a patología de cualquier localización.
Signos asociados a adenopatías.
Engrosamiento de la línea paratraqueal derecha.
En la radiografía simple de tórax de un paciente normal, la columna de aire de la tráquea
se ve separada del parénquima pulmonar derecho por una línea de densidad agua de14
mmde espesor que se denomina línea paratraqueal derecha.
Una línea paratraqueal derecha con un grosor mayor o igual de5 mmes indicativa de la
existencia de un proceso patológico ( Figura 44).
El diagnóstico diferencial deberá hacerse entre
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•
•
•
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Presencia de adenopatías.
Mediastinitis o hemorragia mediastínica.
Engrosamiento o derrame pleural.
Patología traqueal, incluyendo neoplásica.
Lesión vascular: En pacientes con traumatismo torácico el engrosamiento
de la línea paratraqueal derecha se asocia frecuentemente a lesión arterial
grave, mientras que si esta línea es normal, la arteriografía suele serlo
también.
Engrosamiento de la línea paratraqueal posterior.
La línea paratraqueal posterior se forma por la interfase entre la pleura del receso
retrotraqueal derecho y la pared posterior de la tráquea, quedando el esófago, colapsado
en su espesor.
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Un engrosamiento de esta línea por encima de los4,5 mmpuede deberse a:
•
•
•
Obstrucción del esófago: Los alimentos retenidos tienen densidad agua y
ensanchan la línea.
Carcinoma esofágico, bien por crecimiento de la masa tumoral infiltrando
y engrosando la pared del esófago, bien por afectación del tejido linfático
periesofágico.
Linfoma, por la presencia de adenopatías periesofágicas.
Signos del 123.
Es la combinación de adenopatías paratraqueales derechas y broncopulmonares
bilaterales, que se ha descrito como un patrón típico de sarcoidosis (Figura 45).
Aunque en la sarcoidosis las adenopatías paratraqueales son habitualmente bilaterales,
en las radiografías simples de tórax el área paratraqueal izquierda es difícil de valorar
debido a la superposición de imágenes, por lo que no signos clásicos no suelen tenerla
en consideración.
Calcificaciones en cáscara de huevo.
Son calcificaciones periféricas de las adenopatías, diferentes de la calcificación
generalizada o abigarrada, que se puede apreciar con frecuencia en las adenopatías de
enfermedades granulomatosas (Figura 46).
Típicas de la silicosis, en la que se afectan fundamentalmente los ganglios
broncopulmonares, aunque también se han descrito casos en pacientes con sarcoidosis
o blastomycosis.
Signos de ocupación del espacio paraaórtico.
En la radiografías posteroanterior de tórax puede verse un espacio delimitado
medialmente por el botón aórtico, inferiormente por la sombra de la arteria pulmonar
izquierda, y lateralmente por los vasos del LSI, que aparece vacío, radio-trasparente.
Los ganglios linfáticos del ligamento arterioso y otros de las cadenas próximas,
al crecer, obliteran esta zona de forma muy precoz; por tanto, en ausencia de
otra patología mediastínica que no justifique la obliteración de este espacio, sobre
todo si se corresponde una masa de borde lateral convexo, obliga a considerar la
presencia de adenopatías, que puede ser primer indicio de una neoplasia o enfermedad
granulomatosa.
Abscesos
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Los abscesos son lesiones que pueden aparece en cualquiera de los compartimentos
mediastínicos, pero que, independientemente de su localización, presentan siempre la
misma morfología.
Se trata de lesiones redondeadas, habitualmente cavitadas, de paredes gruesas e
irregulares, que presentan un nivel hidroaéreo en su interior y que aparecen en pacientes
con clínica clara de infección (Figura 47).
El diagnóstico diferencial debe hacerse con quistes infectados y con masas cavitadas.
Teratomas.
Los teratomas mediastínicos son tumores benignos que se encuentran localizados con
frecuencia en mediastino anterior, pero que pueden aparecer en cualquiera de los
compartimentos mediastínicos.
Independientemente de su localización, se verán como masas redondeadas que
presentan las características habituales de un teratoma, con calcificaciones muy
frecuentes y un crecimiento nulo o muy lento, aunque ocasionalmente podrán mostrar
un crecimiento rápido por sangrado o infección de la lesión. En caso de que la lesión no
sea claramente identificable como teratoma en la radiografía simple y no sea conocida
previamente su existencia, debería estudiarse siguiendo los criterios de masa.
Images for this section:
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Fig. 1: Imagen del mediastino normal en la que hemos trazado las líneas de división
imaginarías descritas en el texto.
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Fig. 2: Radiografía posteroanterior de tórax con los siguientes hitos: -Líneas
paratraqueales derecha e izquierda: Línea discontinuas a ambos lados de la tráquea;
-Borde derecho de la silueta cardíaca (vena cava superior: Punta de flecha superior;
aurícula derecha: Punta de flecha inferior); -Borde izquierdo de la silueta cardíaca (botón
aórtico: Flecha blanca 1; arteria pulmonar principal izquierda: Flecha blanca 2; VI: Flecha
blanca 3).
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Fig. 3: Radiografía lateral de tórax con los siguientes hitos: -línea paratraqueal posterior:
Linea discontinua; -aurícula izquierda: Flecha; -triangulo retrotraqueal: Aparece dibujado
por las líneas continuas.
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Fig. 4: Detalle del mediastino superior en una radiografía posteroanterior de tórax en la
que se observa una masa de borde liso (línea continua) y ángulos obtusos en la unión a
la silueta mediastínica (flechas pequeñas) que desplaza la cava superior (flecha gruesa).
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Fig. 5: Aumento de densidad próximo al cayado aórtico. En el detalle vemos un leve
aumento de densidad correspondiente a una masa cuyo contorno hemos delimitado con
una línea continua y que se separa fácilmente del botón aórtico, delimitado mediante
una linea discontinua. Esta masa presenta un signo de la silueta negativo con el boton
aórtico por lo que podemos localizarla en mediastino posterior, sospechando un tumor
neurogénico.
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Fig. 6: Paciente varón de 40 años que acude a la consulta por disnea de reciente
aparición. Aumento de densidad correspondiente a masa en el mediastino superior
izquierdo que desplaza la tráquea hacia la derecha y cuyo borde lateral izquierdo
hemos delimitado con una línea continua. No podemos diferenciar el botón aórtico
de la masa (deberíamos verlo donde hemos dibujado el circulo), por lo que podemos
localizar la masa en mediastino anterior y área prevertebral. Esto junto con la extensión
transmediastínica de la masa (flecha) induce la sospecha de linfoma, confirmado con
biopsia.
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Fig. 7: Mujer con insuficiencia renal que acude a revisión. En la radiografía
posteroanterior puede verse una masa de bordes bien definidos situada en mediastino
superior derecho. Tanto el borde superior como inferior pueden dibujarse claramente;
incluso podemos dibujar el borde medial de la masa (línea continua). Según el signo del
desfiladero cervicotorácico, esto nos permite situar la masa en mediastino posterior.
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Fig. 8: Imagen lateral en la que comprobamos que la masa es muy posterior, provocando
un aumento de densidad en el vértice superior del triangulo retrotraqueal. La línea
continua delimita el borde inferior de la masa, que se trata de un tumor neurogénico.
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Fig. 9: Mujer de mediana edad que consulta por astenia, anorexia y pérdida de peso de
6 kg en los últimos tres meses. Puede verse una masa en mediastino superior izquierdo
que desplaza la tráquea hacia la derecha. El borde inferior de esta masa, situado por
debajo de la clavícula está bien definido (línea continua), mientras que el borde superior
se hace cada vez más borroso al separarnos de la clavícula (flecha). Esto nos permite
localizar la lesión en mediastino anterior, extendiéndose hacia las partes blandas del
cuello, lo que hace muy sospechosa la lesión de ser un aumento de tamaño de la
glándula tiroides, probablemente un carcinoma.
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Fig. 10: Mujer de mediana edad que consulta por crisis de disnea y tos nocturna,
acompañadas de ronquera. Vemos una masa retrocardíaca de borde bien definido (lineal
discontinua). El signo de la silueta negativo con la silueta cardíaca nos permite localizarla
en el mediastino posterior y, en el extremo inferior del borde de la masa (flecha blanca),
que tiende a divergir respecto a la columna, permite localizar la mayor parte de la masa
en la cavidad abdominal. El diagnóstico es de hernia de hiato.
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Fig. 11: Mujer de mediana edad diagnosticada de bronquitis crónica que acude a
revisión. Vemos una masa hiliar derecha hacia la que convergen los vasos de la
circulación pulmonar (flechas blanca y negras) que corresponden a arteria pulmonar
principal derecha aumentada de tamaño. La paciente presenta hipertensión pulmonar
arterial sin signos de complicación.
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Fig. 12: Mujer de mediana edad operada hace 5 años de cáncer de mama que acude
a revisión. En la imagen vemos una masa hiliar derecha (flecha gruesa ) de contornos
policíclicos, y vemos que los vasos pulmonares no confluyen hacia la masa, sino
hacia la silueta cardiaca (flechas blancas). Esto permite diagnósticar la presencia de
una verdadera masa hiliar. Los bordes policíclicos deben hacer sospechar una masa
adenopática, en relación a recidiva de su proceso neoplásico.
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Fig. 13: Varón de mediana edad que acude a la consulta por astenia, anorexia, pérdida
de 6 kg de peso en los últimos dos meses y disnea de moderados esfuerzos. En la
imagen posteroanterior vemos una masa hiliar derecha (línea blanca fina) que no se
separa claramente de la silueta cardíaca, pero que sobresale más de un centímetro
lateralmente a los vasos pulmonares hiliares (línea blanca gruesa), lo que nos permite
sospechar la presencia de una masa hiliar que, es compatible con un tumor maligno. En
imagen lateral podemos ver una masa anterior que se apoya sobre la silueta cardíaca
(línea blanca) y que en la parte superior presenta zonas radiolucentes que corresponden
probablemente a áreas de cavitación, el diagnóstico final fue de carcinoma epidermoide
de pulmón cavitado.
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Fig. 14: Varón de mediana edad que acude a la consulta por astenia, anorexia, pérdida
de 6 kg de peso en los últimos dos meses y disnea de moderados esfuerzos. En la
imagen posteroanterior vemos una masa hiliar derecha (línea blanca fina) que no se
separa claramente de la silueta cardíaca, pero que sobresale más de un centímetro
lateralmente a los vasos pulmonares hiliares (línea blanca gruesa), lo que nos permite
sospechar la presencia de una masa hiliar que, es compatible con un tumor maligno. En
imagen lateral podemos ver una masa anterior que se apoya sobre la silueta cardíaca
(línea blanca) y que en la parte superior presenta zonas radiolucentes que corresponden
probablemente a áreas de cavitación, el diagnóstico final fue de carcinoma epidermoide
de pulmón cavitado.
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Fig. 15: Varón de 45 años que acude a la consulta por astenia, anorexia, pérdida de
8 kg de peso en el último mes. Puede apreciarse un ensanchamiento mediastínico. El
mediastino presenta un aspecto general cilíndrico por confluencia de masas de bordes
redondeados (flechas blancas) que desplazan el luminograma de la tráquea hacia la
derecha ( flecha negra). Esto es lo que se denomina mediastino en chimenea y establece
una fuerte sospecha radiológica de linfoma, confirmandose posteriormente.
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Fig. 16: Varón de 28 años que ha sufrido un accidente de tráfico con lesión torácica. En
la imagen vemos una banda radiolucente que separa la silueta cardíaca (línea negra) de
una línea radiopaca (sobre la que superponemos una línea blanca) que corresponde a la
pleura mediastínica. Se ve además una línea radiolucente que dibuja la aorta (flechas).
Estos hallazgos corresponden a un neumomediastino cuyo origen debe ser investigado.
Además en LSD se aprecia un aumento de densidad correspondiente a un lóbulo de la
ácigos (flecha gruesa).
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Fig. 17: Varón de 47 años, asintomático, que acude a su médico por aparición de un
bulto en la parte inferior del cuello. Vemos una masa paratraqueal izquierda de borde
liso convexo hacia la izquierda (línea) que desplaza la tráquea hacia la derecha (flecha
negra). Característico de aumento de tamaño de glándula tiroides.
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Fig. 18: Esofagograma de una paciente anciana con un bocio simple de larga evolución.
En la imagen vemos como la masa tiroidea desplaza y comprime el esófago relleno
de bario (flecha negra), separandolo de la tráquea al introducirse entre ambas vísceras
(flecha blanca de doble punta).
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Fig. 19: Mujer de 58 años que acude a su médico de cabecera por astenia severa y
pérdida de 12 kg en los últimos tres meses. En la radiografía postero anterior podemos
ver un desplazamiento de la tráquea hacia la izquierda (flecha negra) por una masa
paratraqueal derecha que corresponde a un aumento de tamaño de la glándula tiroides
(línea). Además, vemos múltiples imágenes redondeadas, de tamaño variado y tenue
densidad de sombra, que se distribuyen periféricamente y en pequeños campos, es
decir, cumplen características radiológicas de metástasis (flechas blancas), por lo que
se debe sospechar un carcinoma tiroideo con siembra metastásica pulmonar.
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Fig. 20: Varón de 47 años que acude a su médico por pérdida de peso de 5 kg en el último
mes acompañado de fiebre baja sin focalidad. En radiografía posteroanterior vemos
un ensanchamiento mediastínico bilateral de predominio izquierdo que presenta un
borde liso (línea) desplazando mínimamente la tráquea hacia la derecha (flecha negra).
En la proyección lateral esta masa se localiza anterior a la tráquea, desplazandola
posteriormente (línea discontinua). Además en la imagen vemos una línea paratraqueal
posterior con un grosor mayor de 4,5 mm. La imagen radiológica es compatible con un
fundido adenopático secundario a linfoma. La biopsia confirmó la sospecha.
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Fig. 21: Varón de 47 años que acude a su médico por pérdida de peso de 5 kg en el último
mes acompañado de fiebre baja sin focalidad. En radiografía posteroanterior vemos
un ensanchamiento mediastínico bilateral de predominio izquierdo que presenta un
borde liso (línea) desplazando mínimamente la tráquea hacia la derecha (flecha negra).
En la proyección lateral esta masa se localiza anterior a la tráquea, desplazandola
posteriormente (línea discontinua). Además en la imagen vemos una línea paratraqueal
posterior con un grosor mayor de 4,5 mm. La imagen radiológica es compatible con un
fundido adenopático secundario a linfoma. La biopsia confirmó la sospecha.
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Fig. 22: Mujer de 82 años, diabética. Puede verse un aumento de densidad en el
mediastino superior, que produce sensación de masa en el lado derecho. En el detalle
vemos como esta masa (flecha gruesa blanca) muestra un borde curvo que se extiende
hacia cayado de la aorta (flechas negras). Solo se trataba de los grandes vasos,
radiografía es normal.
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Fig. 23: Paciente pediátrico de 2 años que acude a su pediatra por crisis tusígena. En
la imagen podemos ver un aumento de densidad paramediastínico derecho de forma
triangular, semejante a una vela, con el borde lateral vertical (flecha blanca) y el inferior
horizontal (flecha negra). Esta imagen corresponde a un signo de la vela y permite
identificar un timo normal.
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Fig. 24: Paciente pediátrico de 3 años que acude a urgencias por crisis de asma leve que
desaparece antes de la realización de la radiografía. Vemos el mediastino ensanchado
y con un borde de apariencia ondulada, más evidente en el lado izquierdo( ver detalle).
Esta imagen corresponde al signo del mediastino ondulado y es diagnostica del timo
normal.
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Fig. 25: Mujer de 54 años que acude a su médico por debilidad muscular de reciente
aparición que se exacerba con ejercicio. En la proyección posteroanterior se ve una
masa redondeada paracardial derecha que borra el contorno cardíaco, lo que define
su situación anterior. Se aprecia como se une a la sombra de la cava superior (flecha
gruesa blanca) dibujando la sombra de una nariz de perfil (línea negra). Esta masa es
sospechosa de timoma.
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Fig. 26: Mujer de 48 años con dolor torácico a punta de dedo que aparece
espontáneamente y desaparece a los pocos minutos. Se ve un aumento de densidad
paracardial derecho, de borde liso y densidad de partes blandas, situado en el mediastino
anterior señalo con flechas blancas. En TC se mostró la naturaleza grasa de la lesión,
con diagnóstico de lipoma mediastínico.
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Fig. 27: Mujer con antecedentes de EPOC que acude a revisión. En la imagen vemos
como el borde cardíaco aparece borroso debido a infiltrados intersticiales que presenta
la paciente.
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Fig. 28: Varón de 54 años con antecedentes de pericarditis constrictiva que acude a
revisión. En la imagen vemos el pericardio engrosado y calcificado (flecha negra). En el
detalle se ven mejor las calcificaciones.
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Fig. 29: Mujer de 65 años que acude a urgencias con síntomas catarrales. En
la proyección posteroanterior se puede apreciar cardiomegalia con crecimiento de
cavidades izquierdas y un aumento de densidad retrocardial, de borde liso, que en el
detalle aparece dibujado por una línea negra medial al contorno auricular (línea blanca),
correspondiendo a lo que se denomina radiológicamente signo del doble contorno. En
la radiografía lateral vemos el crecimiento hacia atrás de la aurícula izquierda (flecha
blanca ) que causa el aumento de densidad retrocardial. Revisada la historia de la
paciente se confirma la existencia de una CIA que justifica la dilatación de la aurícula
izquierda y hace sospechar que el aumento de densidad del parénquima pulmonar
corresponde a ICC.
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Fig. 30: Mujer de 46 años que acude a su médico de cabecera por dolor torácico de
características mecánicas. La imagen posteroanterior muestra una pequeña protrusión
entre la arteria pulmonar izquierda, aumentada de tamaño, y del ápex cardíaco que
corresponde a un tercer mogul. Además se aprecian puntos metálicos de esternotomía
media ( flecha negra discontinua). En la radiografía lateral se puede ver un aumento de
la aurícula izquierda que desplaza hacia atrás el esófago, relleno de bario y una prótesis
metálica de la válvula mitral (flecha negra).
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Fig. 31: Mujer de 46 años que acude a su médico de cabecera por dolor torácico de
características mecánicas. La imagen posteroanterior muestra una pequeña protrusión
entre la arteria pulmonar izquierda, aumentada de tamaño, y del ápex cardíaco que
corresponde a un tercer mogul. Además se aprecian puntos metálicos de esternotomía
media ( flecha negra discontinua). En la radiografía lateral se puede ver un aumento de
la aurícula izquierda que desplaza hacia atrás el esófago, relleno de bario y una prótesis
metálica de la válvula mitral (flecha negra).
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Fig. 32: Mujer de 35 años, VIH positiva, en revisión. En la radiografía posteroanterior
visualizamos múltiples imágenes de contornos policíclicos en la región paratraqueal e
hiliar derecha (líneas blancas continuas) sugestivas de conglomerados adenopáticos.
El ángulo subcarinal aparece abierto, de forma que las paredes mediales de los dos
bronquios principales (líneas rectas negras) forman un ángulo mayor de 45° debido a
la presencia de una masa redondeada subcarinal. En la imagen lateral confirmamos
la presencia de múltiples masas redondeadas, la mayor de las cuales abre el ángulo
subcarinal. Diagnóstico posterior de TBC.
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Fig. 33: Mujer de 46 años intervenida de una valvulopatía mitral, portadora de una válvula
mitral protésica. En la radiografía posteroanterior el ángulo subcarinal aparece abierto,
de forma que las paredes mediales de los dos bronquios principales forman un ángulo
mayor de 45°. En la radiografía lateral podemos ver el aumento de tamaño en aurícula
izquierda (flecha negra) que abre el ángulo carinal y desplaza hacia atrás el esófago
relleno de bario.
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Fig. 34: En la radiografía posteroanterior se aprecia una imagen de aumento de densidad
paratraqueal derecho, de bordes lisos y bien definidos (flechas blancas), que comprime
la tráquea. La posterior realización de TC y RM confirmó el diagnóstico de quiste
broncogénico.
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Fig. 35: Mujer de 45 años que acude a su médico por fiebre y disnea. En la radiografía
posteroanterior de tórax se puede ver un aumento de densidad en el vértice superior
derecho que parece un infiltrado de tipo neumónico y un aumento de densidad
mediastínico que se extiende desde el estrecho superior del tórax hasta el diafragma y
que presenta bordes lisos y bien definidos. En la radiografía lateral se ve un aumento
de densidad que ocupa el triangulo retrotraqueal (círculo negro) y un desplazamiento
anterior de la tráquea (flechas). Se sospecha la presencia de importante dilatación
esofágica y neumonía por aspiración del LSD. Las imágenes de TC confirmaron el
diagnóstico.
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Fig. 36: Mujer de 45 años que acude a su médico por fiebre y disnea. En la radiografía
posteroanterior de tórax se puede ver un aumento de densidad en el vértice superior
derecho que parece un infiltrado de tipo neumónico y un aumento de densidad
mediastínico que se extiende desde el estrecho superior del tórax hasta el diafragma y
que presenta bordes lisos y bien definidos. En la radiografía lateral se ve un aumento
de densidad que ocupa el triangulo retrotraqueal (círculo negro) y un desplazamiento
anterior de la tráquea (flechas). Se sospecha la presencia de importante dilatación
esofágica y neumonía por aspiración del LSD. Las imágenes de TC confirmaron el
diagnóstico.
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Fig. 37: Varón de 29 años que acude a urgencias tras caerse de la bicicleta. En la imagen
vemos una pequeña masa adherida al cayado aórtico (flecha blanca en el detalle).
Imagen típica de pezón aórtico no patológico.
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Fig. 38: Paciente remitida al Servicio de radiología para estudio de masa mediastínica.
En la imagen se detecta la presencia de una masa redondeada, de borde convexo,
situada por encima del bronquio principal derecho (línea negra) que se acompaña de
ausencia de botón aórtico en el lado izquierdo (debería estar dentro de la circunferencia).
La imagen es característica y diagnostica de arco aórtico derecho, variante de la
normalidad. No patológica.
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Fig. 39: Varón de 31 años que acude a su médico por frialdad en las piernas. En la EF
se detectan la existencia de un gradiente significativo de presiones entre brazo y pierna
derechos. En la imagen vemos como el borde lateral de la aorta dibuja la figura de un 3,
que corresponde al signo del 3 propio de una coartación aórtica.
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Fig. 40: En el esofagograma vemos que el borde anterior del esófago, improntado por
las dilataciones pre y post estenóticas de la aorta, dibuja una E.
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Fig. 41: Varón de 52 años que acude a su médico de cabecera por dolor torácico
atípico. En la radiografía posteroanterior se visualiza una masa mediastínica posterior
de borde liso y bien definido. En la radiografía lateral se ve un aumento de densidad
prevertebral (su borde posterior está dibujando por una línea continua). Esta imagen
es muy característica y puede diagnosticarse como aneurisma de aorta descendente
torácica.
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Fig. 42: Mujer de 22 años con dolor en pared torácica que afecta a un solo dermatoma.
En la radiografía posteroanterior vemos una masa redondeada situada en el mediastino
posterior izquierdo que presenta un borde liso y bien definido (flechas blancas). En la
radiografía lateral vemos una masa redondeada claramente dibujada que se aloja en la
gotiera paravertebral (flechas negras). Se sospecha tumor de estirpe neural confirmado
con anatomía patológica.
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Fig. 43: Radiografía posteroanterior de tórax de paciente 22 años con beta-talasemia
que acude a revisión. En la radiografía posteroanterior de tórax podemos ver un
ensanchamiento mediastínico, con masa posterior y bilateral, más visible en el lado
izquierdo, en el que el borde aparece continuo (línea blanca), mientras que en el lado
derecho es posible individualizar las apófisis transversas (flechas blancas). Se sospecha
hematopoyesis extramedular que se confirma con TC de tórax.
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Fig. 44: Varón de 37 años que acude a su médico por síndrome constitucional y pérdida
de peso importante acompaña de febrícula los últimos tres meses. En la imagen vemos
ensanchamiento mediastínico con una línea paratraqueal derecha con un grosor mayor
de 5 mm. El espacio paraaórtico no aparece vacío, radiolucente, sino ocupado por una
masa radiopaca de borde convexo hacia el pulmón (flecha) Estos dos signos sugieren
la presencia de adenopatías. La clínica induce a sospechar un linfoma, que se confirmó
posteriormente.
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Fig. 45: Varón de 33 años que acude a su médico con febrícula, astenia y pérdida
de peso significativa. Durante la EF se detecta una lesión cutánea atípica que permite
orientar el diagnóstico. En la imagen vemos tres imágenes de aumento de densidad
de bordes policíclicos situadas en la regiones paratraqueal derecha y broncopulmonar
bilaterales. Estas imágenes corresponden a adenopatías y esta distribución se ha
descrito como un patrón típico de sarcoidosis; es el signo del 123.
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Fig. 46: Mujer de 54 años con antecedente de silicosis que acude a su médico
para revisión periódica. Se observan múltiples adenopatías calcificadas en su periferia
siguiendo un patrón en cáscara de huevo.
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Fig. 47: Mujer de 59 años con antecedentes de infección respiratoria que acude a
urgencias por dolor torácico y fiebre 38°. En la imagen vemos una lesión paracardial
izquierda, redondeada y cavitada, de paredes gruesas irregulares (elipse blanca), que
presenta un nivel hidroaéreo en su interior (flechas). Esta imagen es típica de un absceso
en este caso en língula.
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Conclusiones
Consideramos que la RST sigue siendo una exploración radiológica de plena actualidad,
que permite identificar patología mediastínica, diferenciándola de la normalidad o
variantes de la misma, evitando exploraciones innecesarias.
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