Nuestra vida está rodeada de herramientas que nos sirven para prosperar económicamente, para “asegurar nuestro futuro”, para construir y mejorar nuestras casas, para arreglar nuestros coches, para el bricolaje de nuestras cosas materiales. Pero cada día se hace más necesario tener a mano herramientas para el BIEN – ESTAR de la vida cotidiana. Herramientas que nos ayuden a mejorar nuestro estado de ánimo, nuestro autocontrol con las diferentes situaciones diarias que vivimos, nuestras relaciones con los demás. Herramientas que mejoren físicamente dolencias corporales y también emocionales. Es decir, poder disfrutar de un “bricolaje interior”. Nos pasamos toda la vida mirando al pasado y planeando el futuro, y esto no nos deja vivir un presente optimizado a nuestras expectativas reales. Habría que sentarse de vez en cuando a pensar hacia donde queremos ir y plantearnos más a menudo, qué dirección en nuestra vida es la correcta, y no seguir por inercia lo que parece ser nos ha tocado vivir. Cuando somos pequeños todo el mundo nos pregunta: -¿Qué quieres ser de mayor? Por una parte, esta pregunta yo la cambiaría por: - ¿Qué quieres SER DE PEQUEÑO? Y por otra, es de “mayor” cuando es realmente importante preguntarse qué queremos ser, cómo queremos vivir. Necesitamos herramientas que nos ayuden a contestar estas y otras preguntas que a veces son tan difíciles de responder. Necesitamos herramientas para vivir la vida de forma plena, para aliviar nuestras cargas, para poder observar con detenimiento cada detalle de nuestro alrededor, para poder sentir, controlar y disfrutar nuestras emociones y así llevar mejor las situaciones adversas que nos surgen a diario. Que en cada ámbito que nos movamos, podamos “acoplarnos” a las circunstancias que surjan y así no choquemos constantemente con ellas y además nos sirvan de aprendizaje. Que nos volvamos auténticos gestores del tiempo, de nuestro tiempo. Que podamos sacar tiempo para nuestras prioridades y cada día nos organicemos más entorno e ellas. Poder cambiar en nosotros aquello que no nos conviene y acercarnos a lo que sí. Tener a nuestra disposición un maletín de recursos anti-estrés para el auto cuidado. Herramientas para enfocarnos en el momento presente, que es el único tiempo real. Nuestra caja de herramientas está llena de: ATENCIÓN: DESDE QUE TE LEVANTES, PRESTA ATENCIÓN A CADA COSA QUE HAGAS: Nada más despertarnos, al abrir los ojos, comienza a sentir tu cuerpo, observa como pones la planta de los pies en el suelo. Cuando estés en la ducha, siente el agua cayéndote por el cuerpo, como te masajeas la piel, limpiándola y despertándola poco a poco. Comienza el día observando cada detalle de lo que haces, por donde pasas de camino al trabajo, mira cada detalle a tu alrededor. Generalmente, nada más despertarnos empezamos a pasar revista de todo lo que tenemos que hacer, problemas del día anterior y un montón de tareas más propias de días de treinta y seis horas, que los cotidianos, de veinticuatro. Debemos cambiar nuestra forma de levantarnos, es la primera sensación que le damos a nuestro cuerpo y mente, “esto es lo que te espera”. Es mejor darle un mensaje más sosegado y esperanzador. ALINEACIÓN DEL CUERPO: Nuestra postura es importantísima para poder empezar el día con optimismo. Si sales de casa con los hombros hacia delante, tu postura ya es de tristeza, como que llevas una carga, una mochila encima que tienes que soportar todo el día. Antes de salir, inhala profundamente, sube los hombros hacia arriba, crece con la respiración y al exhalar, lleva los hombros hacia atrás y hacia abajo. Es decir, ponte posturalmente en actitud positiva y estira totalmente tu columna vertebral. FRECUENCIAS EN LA DIRECCIÓN ADECUADA: Sintoniza desde primera hora tu antena en el canal que quieres sentir. Las frecuencias energéticas que emitimos, atraen vibraciones energéticas iguales del entorno. Si estás pensando todo me pasa a mí, esto no va a salir bien, siempre lo mismo, estás en un canal de malas noticias, mal rollo generalizado, etc., etc., estás en un canal equivocado. Cambia el canal y enfoca tu antena hacia donde no esté esa frecuencia negativa. ENFOQUE EN EL OBJETIVO QUE SE QUIERE CONSEGUIR: Hay veces que uno está inmerso en algo que quizás no es lo que realmente quiere. Hay que enfocarse en el pensamiento adecuado a nuestras expectativas y visualizar como queremos vernos, como queremos vivir. El poder de la intención nos lleva a que se vayan creando a nuestro alrededor las circunstancias necesarias para llegar a nuestro anhelo. Debemos ser como un imán que atraiga hacia nosotros nuestras prioridades. ADAPTABILIDAD A CUALQUIER CIRCUNSTANCIA: Apretarme o aflojarme según requiera cada circunstancia que vaya surgiendo. Adaptarme a cada momento por el que tenga que pasar. Tener flexibilidad ante cualquier adversidad. La vida siempre es un “Ten con Ten”. SENTIDO DEL HUMOR: Observa si puedes tomarte las cosas con un poco más de humor. Cuando dejamos de ser niños, parece que la cara se nos avinagra, las facciones se endurecen y dejamos de sonreír. Hay veces, que con darle a las circunstancias un toque de humor, la cosa puede dar un giro increíble. ACTITUD POSITIVA: A menudo nuestros pensamientos están llenos de afirmaciones negativas. Debemos hacer más enunciados positivos y darnos cuenta de aquello que está bien, de aquellas cualidades que tenemos, en vez de estar siempre preocupados de mejorar lo que tenemos mal, los defectos que constantemente nos machacan. Vamos a potenciar aquello que está bien (piensa más en lo que tienes bueno, en tus cualidades, presta atención a las cosas que se te dan bien) y no preocuparnos tanto en cómo remediar aquello que está mal. Obviamente ambos procesos son complementarios: cuando es posible hacer crecer la parte luminosa de un enfermo, la parte oscura, representada por los síntomas, tiende a reducirse. Vamos a potenciar la alegría en vez de combatir la tristeza; el valor, en vez de combatir al miedo. No quiere decir evitarlos o negarlos, sino aceptarlos e integrarlos adecuadamente. REFINAMIENTO Y PURIFICACIÓN DEL CUERPO Y MENTE: Si hacemos la similitud de un jardín, nuestro cuerpo debe estar sin malas hierbas, hojas secas, etc. Prácticas como el yoga nos mantienen en un estado limpio y equilibrado física y mentalmente. También debemos aportarle los nutrientes adecuados para que florezca el resplandor y el brillo, por lo que una alimentación sana, ética y equilibrada es el mejor medicamento y abono para encontrarnos bien. “Según los yoguis el cuerpo es el instrumento por cuyo medio el espíritu se manifiesta y obra. Saben que el hombre necesita la carnal envoltura para progresar en esta particular etapa de su desenvolvimiento. Saben que el cuerpo es el templo del espíritu. Por consiguiente creen que el cuidado y mejoramiento del cuerpo físico es una tarea tan meritoria y necesaria como el desarrollo de cualquier otro principio constituyente del hombre, porque si el cuerpo físico no está sano y bien desarrollado, la mente no puede funcionar con normalidad ni el cuerpo ser eficaz instrumento de su dueño, el espíritu. La base de la fuerza vital que nos anima a vivir es la propia CONSERVACIÓN. Por lo que hay que considerar la enfermedad como una anomalía dentro de esa fuerza, una demostración de que el ser humano se ha saltado las reglas de la naturaleza. La fuerza vital es la que pone en marcha esa conservación, y la enfermedad hay que entenderla como la forma que tiene la Naturaleza de restablecer el orden natural, de expulsar de nuestro cuerpo las toxinas que hemos introducido al seguir una vida desordenada y poco saludable. La fuerza vital usa nuestras condiciones de vida para dar forma a nuestro cuerpo. Al vivir en un mundo apartado de la naturaleza, no hay duda de que la fuerza vital tenderá a dar una forma alejada a la forma natural y sana. Vivimos en una civilización que nos ha apartado de la naturaleza, y a la fuerza vital le cuesta mucho trabajo hacer en nuestro beneficio todo lo que quisiera. No comemos, ni bebemos, ni respiramos, ni vestimos de conformidad con la naturaleza. Hacemos lo que no deberíamos y omitimos lo que deberíamos hacer y así es que andamos mal de salud. Los yoguis saben que tienen un poderoso aliado en la Fuerza Vital, y dejan que actúe libremente en ellos e intervienen lo menos posible en sus operaciones. Le tienen confianza porque beneficia su salud. El éxito consiste en hacer que La Fuerza Vital actúe libremente sin obstáculos, limpiando el camino de impedimentos para que la Fuerza Vital recorra un camino llano. SACUDIDAS DE LA MALA ENERGÍA. Durante nuestra jornada diaria debemos irnos sacudiendo y evitando el mal rollo que nos encontremos con cualquiera y con cualquier cosa que lo produzca. DESCONECTAR Y APRENDER A RELAJARSE: Sobre todo al llegar a casa es importante desconectar y realizar alguna técnica que nos ayude a relajarnos física y mentalmente. Dejar la tensión y ponernos en “bajo consumo” para poder descansar bien sin que las preocupaciones nos impidan conciliar el sueño. Luis F. Caminero López de Lerma www.nosoloyoga.com