En el nombre del Padre…

RENOVACIÓN DEL BAUTISMO EN FAMILIA ANTE LA PILA BAUTISMAL
Es un momento de oración en familia, de encuentro fraterno y con el Señor que
tenemos que saber disfrutar, debe ser una fiesta. El motivo es dar gracias al Padre
por el don de la fe que nos selló el día del bautismo, al hacernos hijos de Dios.
Sería bueno compartir esta renovación en familia al menos ante la pila donde
fueron bautizados la mayoría de los hijos.
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Necesitamos
Procurar la Gracia en la Reconciliación (confesión).
Participar de la Eucaristía dentro de la semana de la renovación.
Tener cada uno una vela.
Traer certificados y fotos del bautismo (si los hubiera).
Papá o mamá dirigen la oración.
Inicio
Nos ponemos en presencia del Señor ante la Pila bautismal en la que nacimos a la fe.
Cantamos: Juntos como hermanos, miembros de la Iglesia, vamos caminando al encuentro
del Señor.
Vamos a disponer el corazón para el encuentro, para el diálogo con el Señor: En el
nombre del Padre…
Ahora cada uno de nosotros leerá ordenadamente su certificados de bautismo empezando
por los padres (también los que se bautizaron en otro lugar).
Y a continuación observamos con discreción, en voz baja, las fotografías. En estos
elementos está representada la vida de fe de nuestra familia, que hoy agradecemos a
Jesús.
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Para escuchar la Palabra de Dios, cantamos: Aleluia
Juan 3,1-6: El diálogo de Jesús con Nicodemo
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre
los judíos. Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que tú has venido de
parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios
no está con él". Jesús le respondió:"Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede
ver el Reino de Dios". Nicodemo le preguntó: "¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya
es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?"
Jesús le respondió:"Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar
en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu.
Palabra del Señor: Gloria a ti, Señor Jesús.
Conversamos:
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¿Cómo se ha cumplido este mandato de Jesús? (el Bautismo)
El agua es signo de vida, donde hay agua hay vida, abundancia. ¿Ser bautizados,
creyentes, nos hace más felices?
¿Qué cosas, situaciones y experiencias lindas nos da la fe?
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Ahora vamos a renovar nuestro bautismo. Para ello vamos a encender nuestras
velas (si se puede, del cirio pascual)
Un día nosotros fuimos bautizados. Día grande y glorioso. Desde entonces Dios que es
Padre, Hijo y Espíritu Santo vive en mí, en ti y en cada uno de nosotros. Hoy queremos
renovar nuestro bautismo, por eso vamos a recordar cuándo sucedió: cada uno dirá en voz
alta la fecha de su bautismo.
Lo primero que haremos es renunciar a todo aquello que no nos hace felices y les
pregunto:
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¿Renuncian a todo lo que les impide amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo
como a ustedes mismos? Sí renunciamos.
¿Renuncian a todo lo que les impide vivir como verdaderos hijos? Sí, renunciamos.
¿Renuncian a todo aquello que promueve la sociedad de consumo y que nos quita
la libertad de los hijos, como ser el materialismo, la droga, el alcohol? Sí,
renunciamos.
Y juntos, con voz fuerte, renovamos nuestra fe diciendo:
Creo en Dios, Padre todopoderoso…
Esta es nuestra fe, es la fe de la Iglesia que juntos hemos profesado. Demos gracias al
Padre que nos ha hecho hijos suyos queridos.
(Si se puede) nos santiguamos con el agua bendita de la pila. Podemos cantar un canto de
gratitud (ej. Demos gracias al señor, Demos gracias, Demos gracias al señor…)
Vamos ahora a rezar como familia de Dios, diciendo: Padre bueno, escúchanos.
 Te pedimos por la Iglesia que nos enseña a creer.
 Te encomendamos a tantos que nos ayudaron a formarnos en la fe.
 Te rogamos por los que amamos y no creen.
 Te suplicamos para que aumentes la nuestra fe y la de nuestros seres queridos.
 Te confiamos los sufrimientos de todos los que sufren en el mundo por creer en Ti.
 Podemos aumentar intenciones…
Vamos a concluir este momento de fe con la oración de los hijos, el Padre nuestro como
compromiso concreto y firme de vivir de acuerdo a los que en él decimos. Padre nuestro…
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Decimos a la Virgen, pidiendo por el Santo Padre (a fin de alcanzar las
indulgencias): Dios te salve María…
Repetimos tres veces: María, Madre de la Iglesia, alienta nuestra fe.
En el nombre del Padre…
Podemos terminar cantando a la Virgen.