Cultura Organizacional Una definición de cultura organizacional que explica bastante bien la dimensión de ésta se expone a continuación: "Conjunto de creencias –inventadas, descubiertas o desarrolladas por un grupo a medida que aprende a afrontar sus problemas de adaptación externa y de integración interna- que ha funcionado suficientemente bien para ser juzgada válida y consiguientemente, para ser enseñada a los nuevos miembros como el modo correcto de percibir, pensar y sentir sobre estos problemas" ( Edgar Schein, 1985) La cultura organizacional está formada por tres componentes informales que son: los artefactos, los valores y las premisas. Los artefactos son los mitos, héroes, ritos, símbolos, etc. que han pasado a ser base del comportamiento de las personas dentro de la organización. Los valores son los principios sociales, filosóficos, objetivos y estándares que se consideran deseables por los miembros de la organización. Es decir, son ideas sobre como deben hacerse las cosas y sobre como debe actuarse dentro de la organización. La premisa es el elemento inconsciente de la organización e incluye arraigadas creencias, percepciones, pensamientos y sentimientos de una organización. Las premisas constituyen el corazón de la cultura organizacional. Trabajo: Identifique artefactos, valores y premisas dentro de su organización y describa cómo estos componentes afectan a su cultura organizacional. Existen subculturas dentro de la organización. Estas son patrones únicos de valores y filosofías de un grupo que no son consistentes con la cultura dominante de la organización o sistema social. Así existe la cultura de los operadores, la cultura de los ingenieros, la cultura de los ejecutivos, etc. Las subculturas son las responsables de las fallas del aprendizaje organizacional. La cultura de una organización es un importante factor que contribuye a la ejecución exitosa de la estrategia (o la obstaculiza). Es crucial que exista un estrecho ajuste entre la cultura y la estrategia para dirigir con la máxima eficiencia los recursos humanos de una compañía. "No es simplemente la estrategia lo que hizo que los japoneses vencieran a los estadounidenses en el mercado automotriz. Se trata de una cultura que inspira a lo trabajadores a hacer un trabajo superior en los ajustes y terminados, a producir molduras que se ajusten a las puertas y que no cuelguen. Es una cultura en la cual Toyota puede usar la herramienta gerencial más compleja, la caja de sugerencias, y aumentar en dos años el número de sugerencias de los trabajadores de 10.000 a más de un millón, lo cual ha dado como resultado un ahorro de 250 millones de dólares" (Thompson A., Strickland A., 1998) DESARROLLO DEL AJUSTE ENTRE LA ESTRATEGIA Y LA CULTURA La responsabilidad del creador de la estrategia es seleccionar una estrategia que sea compatible con las partes "sagradas" o inalterables de la cultura organizacional predominante. La responsabilidad del implantador de la estrategia, una vez seleccionada ésta, es vincular estrechamente la cultura organizacional con la estrategia y mantenerla allí. La vinculación de la cultura con la estrategia presenta un gran desafío. El primer paso es identificar qué rasgos de la cultura actual apoyan la estrategia y cuáles no lo hacen y después se deben desarrollar, con una visión innovadora, las acciones concretas para modificar el ambiente cultural ajustándolo con la estrategia. Los implantadores exitosos de estrategia son expertos en el uso de símbolos para crear y alimentar la cultura. Conducen personalmente ceremonias y felicitan públicamente a quienes muestran los rasgos deseados. Se hacen reconocimientos especiales y se recompensa de manera visible a las personas y grupos que "siguen el programa". Los implantadores exitosos usan cualquier ceremonia y cualquier conversación para implantar valores, enviar señales de reforzamiento y elogiar las buenas acciones. Al mismo tiempo, los principales implantadores de la estrategia deben dirigir por medio del ejemplo. Si la estrategia es bajar costos, ellos también reflejarán austeridad en sus gastos personales. Una vez que se han establecido los valores y las normas éticas, se deben institucionalizar y arraigar en las políticas, prácticas y conducta real de la empresa. La implantación de los valores y del código de ética incluye varias acciones: Incorporar la declaración de valores y el código de ética en la capacitación de los empleados y en los programas educativos. Poner atención explícita en los valores y la ética durante el reclutamiento y contratación para descartar a los solicitantes que no muestren rasgos de carácter compatibles. Comunicar los valores y los códigos de ética a todos los empleados, y explicar los procedimientos para su cumplimiento.