POSTOBLIGATORIA Lunes, 18 de febrero MANOS UNIDAS NO HAY JUSTICIA SIN IGUALDAD En esta mañana de lunes quiero contaros que estamos inmersos en plena campaña de Manos Unidas con el lema: “No hay justicia sin igualdad”. Con esta Campaña, Manos Unidas continúa presentando a la sociedad española los distintos Objetivos de Desarrollo del Milenio, centrando este año su trabajo en el Objetivo número 3: “Promover la igualdad de sexos y la autonomía de la mujer”. La mujer, a lo largo de la historia, ha sido y es víctima de violencia física, sexual y psicológica. Son también las niñas y mujeres las grandes víctimas del comercio de personas, así como de graves decisiones constantes como el aborto de niñas, e infanticidio o abandono de las ya nacidas. La campaña de Manos Unidas de este año denuncia que se dan graves discriminaciones de las mujeres en asistencia sanitaria y alimentación. En muchos casos, ven impedido su acceso a la educación, y este hecho impide que las mujeres puedan acceder por igual al trabajo, de modo que se encuentran en una situación de especial vulnerabilidad ante la pobreza y la falta de respeto a su integridad física, psíquica y moral Y no menos destacable es la vulneración que sufren de derechos tan esenciales como su propia libertad, la capacidad de tomar sus propias decisiones o el derecho a ser titular de los mismos bienes que los hombres. El camino para acabar con todas estas desigualdades pasa entonces por acabar con todo aquello que impide a las mujeres el acceso a la educación, el trabajo y la política. En este sentido, Manos Unidas, quiere contribuir con esta campaña a acabar con las raíces de la discriminación que sufren las mujeres y apoyar proyectos que reconocen su dignidad para impulsar el desarrollo integral de las personas y de los pueblos. El fin de Manos Unidas es la lucha contra el hambre, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo, la falta de instrucción y las causas que lo producen. Acabar con la desigualdad y favorecer que las mujeres tengan capacidad para orientar responsablemente sus vidas, son aspectos en los que hay que incidir porque de ellos depende que se consiga erradicar la pobreza. POSTOBLIGATORIA En Manos Unidas se da la mano a las personas que están en la orilla del camino del desarrollo, que sufren hasta lo inimaginable la discriminación. Por ellas, y para que su progreso se corresponda con su propia dignidad, trabaja Manos Unidas buscando siempre la igualdad entre hombres y mujeres en los países más desfavorecidos, desde la ejecución de los proyectos que apoyamos, y desde la educación para el desarrollo, proponiendo soluciones eficaces. Esas soluciones para promocionar la desigualdad exigen un claro compromiso: capacitar a las mujeres para superar las desigualdades estructurales y para favorecer que tanto, ellas como los hombres, participen en igualdad de condiciones en las acciones para su crecimiento personal, el de sus familias y el de sus comunidades. Este es el objetivo de este año de Manos Unidas, pero nosotros también podemos contribuir con nuestra participación en las actividades que se programen durante la campaña y con nuestras actitudes del día a día, a conseguir que poco a poco nuestro mundo, nuestro entorno y nuestra casa sean un lugar más justo donde haya igualdad. Buenos días. POSTOBLIGATORIA Martes, 19 de febrero JUSTICIA Una figura famosa representa a la justicia. Se trata de una mujer que lleva los ojos vendados y porta una balanza con sus dos platos en equilibrio. Los ojos vendados significan que, sin importar de quién se trate (sin tomar en cuenta su raza, su religión o su lugar en la sociedad), todos deben recibir lo que les corresponde. La balanza indica que la decisión no debe inclinarse a favor de una persona y en contra de otra. La injusticia ocurre cuando un plato se inclina más que el otro. Por ejemplo: es injusto que una persona trabaje mucho y le paguen poco, pero también lo es que trabaje poco y le paguen mucho. La injusticia aparece en la vida diaria cuando le negamos a alguien lo que consiguió con su esfuerzo. También aparece en la sociedad cuando hay personas que no tienen casa ni ropa, mientras otras cuentan con más de lo necesario para vivir. El valor de la justicia se refiere a la concepción que cada época o cultura han tenido de lo que es bueno para todos. Su fin práctico es reconocer lo que le corresponde y pertenece a cada cual, hacer que se respete ese derecho, recompensar su esfuerzo y garantizar su seguridad. No se limita a los casos que se tratan en los tribunales, aparece en la vida diaria como un factor del que se derivan relaciones más equilibradas y respetuosas, así como el bienestar de la sociedad en su conjunto. Estamos rodeados de personas, y nosotros formamos parte del mundo de ellas. Por el hecho de existir a cada una le corresponde vivir en buenas condiciones. Es justo que tenga alimentos, un hogar y la oportunidad de hacer lo mejor de su vida, según su inclinación. Para lograrlo tiene que esforzarse. La justicia consiste en garantizar que el resultado del esfuerzo se respete. Por ejemplo, si ganamos una competición de natación, es justo que nos den la medalla. Para que haya justicia nosotros debemos reconocer las ilusiones, el esfuerzo y los resultados de los otros. Si otra persona llegó a la meta antes que nosotros es justo que ella, y no nosotros, reciba la medalla. Cuando existen dudas sobre lo que corresponde a cada uno, hay reglas y leyes para decidirlo. Debemos procurar que se apliquen. POSTOBLIGATORIA En la vida diaria, todos queremos tener acceso a lo mejor, por ejemplo, ganar un concurso u obtener un buen empleo. La justicia permite que las personas que se han esforzado en lograrlo lo consigan. Mira a tu alrededor. Los miembros de tu familia, tus compañeros de clase y las personas que pasan por la calle tienen planes e ilusiones como tú. Si tú aprendes a reconocerlos, ellos reconocerán los tuyos. La justicia no siempre es automática. Si quieres conseguirla mantente firme en tu lucha. Con seguridad podrás alcanzarla. Y ya para finalizar, y citando una frase de Goethe: Haz lo que sea justo. Lo demás vendrá por sí solo. Buenos días POSTOBLIGATORIA Miércoles, 20 de febrero HAY JUSTICIA CUANDO… TODOS TENEMOS DERECHOS De acuerdo con diversas concepciones, los Derechos Humanos podrían definirse como aquellos que reconocen las libertades básicas y fundamentales de la persona por su condición de ser humano y que resultan imprescindibles para garantizarle vivir dignamente. Desde una concepción social, los Derechos Humanos nos permiten crear una relación entre la persona y la sociedad. Derecho a la vida, derecho a la integridad personal, derecho a la igualdad, derecho a la libertad….La idea de que todos los seres humanos deben gozar de unos derechos esenciales y comunes ya podíamos encontrarla en algunas de las antiguas civilizaciones, ya que de una u otra forma, estaba en la base de muchas religiones, como por ejemplo en el cristianismo al proclamar que todos los hombres son iguales ante Dios. A menudo decimos o escuchamos: ”la justicia no es igual para todos” o “ hecha la ley, hecha la trampa”. Y todos estos sentimientos nos van separando de lo que debería ser la realidad. Por definición, el concepto de justicia va relacionado con los Derechos Humanos, universales e igualitarios, e incompatible con los sistemas basados en la superioridad de una casta, pueblo, raza, grupo o clase social determinados. De esta forma, su reconocimiento es independiente de factores particulares como el estatus social, el sexo, la etnia o la nacionalidad. En los países democráticos, donde los derechos humanos están reconocidos por la ley, todas las personas pueden exigir que sus derechos sean respetados. En España están garantizados en la Constitución, nuestra ley más importante. Si por alguna razón nuestros derechos no son respetados, podemos denunciar la situación ante los tribunales. Hoy en día casi todos los países del mundo han firmado la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero eso no quiere decir que los derechos se respeten o que exista justicia de verdad en todas partes. Hay muchos lugares del mundo en los que las personas no pueden expresarse con libertad, ni practicar su religión, ni tener un juicio justo, ni confiar en su seguridad personal, ni disfrutar de un trato igualitario. Especialmente graves son las violaciones de los derechos humanos de las mujeres, los niños y las personas indefensas. Por eso hoy en día sigue siendo importante denunciar los abusos y luchar para que los derechos de todas las personas se respeten en todo el mundo. Porque si se respetan nuestros derechos, habrá justicia. Buenos días. POSTOBLIGATORIA Jueves, 21 de febrero ¡Hola! Amigos-as: Es evidente que todas las personas tenemos necesidades básicas comunes, que se traducen en derechos humanos fundamentales, como son, entre otros, el derecho a la propia identidad, a la educación, a ser tratados con dignidad y respeto, a la igualdad entre hombre y mujer… A raíz de esto creo que todos somos capaces de entender que cuando alguna de estas necesidades no se da, nos encontramos frente a desigualdades que generan injusticias, y que, a su vez, pueden generar otros conflictos. Esto es lo que la campaña de Manos Unidas de este año nos descubre, y por ello toca nuestra fibra para que, conociendo la realidad de otras personas, tratemos de colaborar en su campaña a favor de la igualdad entre hombre y mujer, centrada en el firme reconocimiento de la existencia de una misma dignidad entre ambos. Para los cristianos el tema de la dignidad deriva de la naturaleza de haber sido creados a imagen y semejanza de Dios. Una naturaleza que, siendo humana, nos hace personas dotadas de una dignidad común, por lo que me atrevo a afirmar que la justicia con el ser humano pasa, necesariamente, por el respeto total a la igualdad entre hombre y mujer, y por el cuidado exquisito de esta relación. Demasiado a menudo, a través de los medios de comunicación social, vemos como relaciones continuadas de poder, de dominación y de subordinación, llevan a una merma progresiva de la dignidad de la persona, que con el tiempo degrada las relaciones humanas. Esta realidad nos dice que hay países – sin excluir por completo al nuestro - en los que la mujer es tratada como objeto de explotación y que son víctimas de una violencia física, sexual o económica, que las esclaviza, las humilla y hasta incluso les hace perder la vida. En la mayoría de los casos su capacidad de tomar decisiones se ve impedida por el papel del hombre que, además, le niega el derecho a poder titular de los mismos bienes. Así las cosas, para los que nos consideramos “civilizados”, apoyar acciones educativas y proyectos concretos para el desarrollo, como nos propone manos Unidas, es una buena ocasión para tratar de erradicar estas desigualdades al mismo tiempo que practicamos la solidaridad. Amigos-as, os animo a colaborar en la medida de vuestras posibilidades en esta campaña, a que siendo responsables con lo que tenemos y recibimos, seamos, por lo mismo, generosos y agradecidos para con nuestro prójimo. ¡Gracias! ¡Ánimo! Buen día y buena tarea. POSTOBLIGATORIA Viernes, 22 de febrero Con el ritmo que actualmente vivimos nos hemos acostumbrado a amoldarnos a cada una de las situaciones que se nos presentan sin ningún problema. Hace casi dos meses en la Navidad todo eran buenos deseos que muchas veces se van diluyendo con el tiempo, luego el mes de Don Bosco, el cual nos muestra como una persona puede cambiar la forma de tratar a los jóvenes, la educación profesional, y muchas cosas más a lo largo de todo el mundo, eso nos invita y anima a trabajar más si es posible. Y ahora estamos inmersos en la campaña de Manos Unidas, en la cual, como todos los años se nos recuerda como los recursos actuales están mal repartidos y habiendo para todos la mayoría no pueden acceder a ellos. Pero en seguida se oye la frase que vuela entre todos nosotros “ya están pidiendo”, recordándonos lo que nos cuesta cualquier sacrificio, económico o no, si no es en nuestro beneficio. Ahora que la Navidad ya pasó, e incluso el mes de D. Bosco, nuestros corazones no están tan receptivos a colaborar con las campañas para la solidaridad, la lucha contra las enfermedades y contra el hambre y los apadrinamientos de niños; no creo que hayamos olvidado, sino que hayamos aparcado por esta vida tan frenética que llevamos, esos deseos de pintar nuestras vidas y las vidas de los demás, sobre todo nuestros seres queridos con los colores de la alegría y la esperanza, pero tenemos que recordar esa realidad tan simple y tan sencilla: este mundo, el nuestro, el mundo en que vivimos, no es el mejor mundo posible. Apuesto a que no hay ninguno de vosotros que no se hubiera dado cuenta antes ¿verdad? Afortunadamente hay gente que no sólo se ha dado cuenta de esto que todos nosotros hemos podido ver, sino que además se han puesto manos a la obra para cambiar el mundo, porque creen que otro mundo es posible, y con su trabajo callado van sembrando esperanza y alegría allá donde se encuentran. Van regalando su vida y su alegría a los que menos tienen. Es cierto que no son muchos y que se necesitan muchos más, gente que mire más allá del horizonte amurallado con el que les acorrala la sociedad de consumo. Y cada uno de nosotros podemos ser uno de ellos. Hemos realizado un bonito gesto, el “Bocadillo solidario”, en el cual sustituimos nuestra comida habitual por un simple bocadillo y una bebida; queríamos ponernos en la piel del que pasa hambre y a la vez con nuestra aportación echarles una mano. POSTOBLIGATORIA Pero nosotros además del bocadillo desayunamos, tomamos a media mañana un café o un bocadillo, merendamos, cenamos, ¿es posible que pasáramos hambre? No lo creo. En cambio sabemos que muchas personas si tienen suerte pueden comer un bocadillo una vez al día, pero es algo que a veces olvidamos, en parte porque deja de ser noticia. Por ello además de estos gestos que hemos hecho es necesario que nos impliquemos en combatir esa injusticia que es, que una pequeña parte de personas derrochemos la mayor parte de los recursos del planeta, mientras la mayoría se muere o vive en unas malas condiciones. Y lo podemos hacer no malgastando lo que tenemos, presionando para que los gobiernos aporten las cantidades que prometieron, ayudando económicamente, cada uno desde sus posibilidades. Todos tenemos un corazón que llora cuando siente lo que les está pasando a nuestros hermanos, pero que muchas veces aislamos para no sufrir y poder seguir con nuestra vida. Puede que si todos pudiéramos compartir un bocadillo con una persona que pasa hambre, la sonrisa y la satisfacción de la misma nos daría energías y más ilusión para cambiar el mundo. Pero a pesar de que no sea posible si podemos trabajar para ir aumentando esa esperanza que no debemos dejar morir. Comencemos este nuevo día en el que ya podemos empezar a cambiar el mundo Ánimo y buenos días