Carina Vance: Hay 22 licencias obligatorias en marcha Carina Vance es Licenciada en Historia y Ciencias Políticas, realizó una maestría en Salud Pública en la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos. Desde enero de 2012 se encuentra a cargo del Ministerio de Salud Pública (MSP). ANEPI conversó con ella respecto al tema de licencias obligatorias. ¿Qué problemas trae el haber ampliado la Salud pública en el campo de los medicamentos? A partir de la Constitución del 2008 se dispone la gratuidad de los servicios de salud y medicamentos. Esto implica tener mucho cuidado en la planificación de las necesidades en cuanto a medicamentos, por un tema de inversión. En 2013, el Ministerio de Salud Pública gastó en medicamentos e insumos médicos más de 380 millones de dólares y ha habido una tendencia al incremento año a año. ¿Cómo han influido las licencias obligatorias en el logro de los objetivos del MSP? El hecho de que contemos con una normativa legal en el país que permite la emisión de licencias obligatorias para poder acceder a medicamentos, demuestra que el ver la salud como un derecho, va más allá del discurso. Al tener esa normativa en nuestro país, lo que estamos haciendo es priorizando la salud y al ser humano por sobre el capital, en ese sentido hemos trabajado muy cercanamente con el IEPI para lograr aplicar licencias obligatorias en los casos que necesitamos hacerlo. ¿Cuál ha sido el impacto económico resultado de la aplicación de licencias obligatorias? El tema de ahorro ha sido bastante modesto para los medicamentos que tenemos con licencia obligatoria. Más que un impacto económico, el mayor impacto ha sido una política de gratuidad en el acceso a servicios y a medicamentos. Nosotros tenemos una de las políticas que sirve como modelo a nivel internacional: toda persona con VIH/SIDA en nuestro país accede a medicamentos de forma gratuita. La parte normativa, sin duda alguna es un ejemplo a nivel mundial, en la medida que estamos haciéndolo para beneficiar la salud de la población, no para producir un medicamento que genere ingresos, sino por el mero hecho de facilitar el acceso de la población. Esa es una diferencia notable respecto a otros países que también manejan normativas de licencias obligatorias. Previo al 2008, una persona con cáncer que necesitaba comprar medicamentos oncológicos, simplemente no lo podía hacer en nuestro país. En tales circunstancias, la población se hubiera beneficiado con la reducción en costos. Ahora es el Estado el que se beneficia de la reducción de costos, porque es el Estado el que brinda ese servicio de forma gratuita. En este momento se encuentran en trámite licencias obligatorias de medicamentos no esenciales que se adquieren por parte del bolsillo del ecuatoriano, ahí va a haber un impacto, sin duda alguna, que sienta la población. El impacto potencial es enorme. Algo muy importante es el fomento a la industria farmacéutica nacional porque al momento nosotros importamos mucho, entonces, podemos ver ahorros importantes gracias a los procesos productivos de otros países y estamos trabajando con el Ministerio de Industrias y el Ministerio Coordinador de la Producción para, además de generar ahorro, generar soberanía, a través de la producción. ¿Hay más licencias obligatorias en marcha? Si bien al momento tenemos cuatro licencias emitidas, están en proceso 22. De éstas, nueve son de la empresa pública ENFARMA. Eso es importante porque estamos generando la capacidad de que el propio Estado, al existir un medicamento que es estratégico, que es esencial, pueda iniciar el proceso para obtener la licencia obligatoria como Estado, mediante la empresa pública. Trabajamos con el IEPI para poder aprovechar este recurso al máximo, con el fin de poder garantizar el acceso a este bien social que es la salud. ¿Cómo se determina la necesidad de licencia obligatoria para un medicamento? Previamente, el MSP tenía un mecanismo de permitir o autorizar que se inicie un proceso de licencia obligatoria solamente cuando eran medicamentos esenciales, parte del cuadro nacional básico de medicamentos. Actualmente hemos establecido un cambio respecto a esa política, porque si bien los medicamentos que se encuentran en el cuadro básico, que son los que adquiere el MSP, están comprobados por temas de costo eficiencia y su efectividad, hemos considerado, conjuntamente con el IEPI, que debemos velar por el acceso a medicamentos más allá del cuadro nacional básico de medicamentos esenciales y hemos establecido lo que se han llamado medicamentos prioritarios. ¿Qué se necesita para otorgar licencia obligatoria de un medicamento prioritario? Si es que hay el consumo en el país, si hay evidencia de que es un medicamento con efectividad terapéutica y si hay interés por parte de un productor o de la propia empresa pública de fármacos (ENFARMA) para comercializar el producto. Sea que se pueda producir nacional o internacionalmente, cuando necesitamos que un medicamento se encuentre en el mercado ecuatoriano, podemos también importarlo bajo el sistema de licencia obligatoria. ¿Cómo podría manejarse el tema de producción de medicamentos a nivel regional? Firmamos un acuerdo con los países pertenecientes al ALBA. Cuba es uno de los países que está liderando la política de medicamentos de los países del ALBA. Una de las propuestas que tenemos es cómo complementar las capacidades que tenemos en los distintos países para poder generar un abastecimiento adecuado con producción local. Por ejemplo, el Ecuador podría ser el productor de un medicamento para toda la región. Existen medicamentos a los que no tenemos acceso en el país porque no son rentables para las compañías privadas. En cambio, al trabajar con ENFARMA sí tenemos la posibilidad de traer medicamentos que no son rentables para la industria privada, pero que requiere la población. Tenemos un plan para fortalecer la producción nacional, primero con la industria privada, fomentando la producción nacional, pero además por medio de ENFARMA, donde nosotros podamos producir aquellos medicamentos que son muy costosos o donde tenemos baja prevalencia y podamos hacer convenios con otros países con el sistema de licencias obligatorias, para trabajar con la producción nacional.