ESPECTACULOS I ((((( REGULAR CINE Jueves 19 de abril de 2012 CINE s PRESENTACION Opiniones, humor y política Jim Hoberman, ex crítico del Village Voice, presentó su libro sobre este tema MARIA FERNANDA MUGICA ALFA FILMS 4 Amanda Seyfried, la protagonista del film SUSPENSO 12 horas Amanda Seyfried emprende la cacería de un maníaco que sólo ella vio 12 HORAS (GONE, EE.UU./2012, HABLADA EN INGLÉS) L DIRECCION: HEITOR DHALIA GUION: ALLISON BURNETT L FOTOGRAFIA: MICHAEL GRADY L EDICION: JOHN AXELRAD L MUSICA: DAVID BUCKLEY L DISEÑO DE PRODUCCION: CHARISSE CARDENAS L ELENCO: AMANDA SEYFRIED, DANIEL SUNJATA, JENNIFER CARPENTER, SEBASTIAN STAN, WES BENTLEY, NICK SEARCY L DISTRIBUIDORA: ALFA FILMS L DURACION: 94 MINUTOS L CALIFICACION: APTA PARA MAYORES DE 13 AÑOS L L A Amanda Seyfried, o más exactamente a su personaje, Jill, le pasa como al pastorcito mentiroso, sólo que en este caso el cuento muestra algunas variaciones. La joven mesera de un local en Portland, Oregon, nunca pudo recuperar el equilibrio psicológico después de que fue atacada por un desconocido que la violó, la secuestró y la arrojó, en medio del bosque, en un pozo colmado de huesos de otras víctimas enterradas vivas. La policía nunca dio con el pozo ni con el desconocido por lo que con el paso del tiempo y a pesar de los repetidas denuncias de Jill sobre los merodeos del misterioso atacante (o quizás a causa de ellos y de la evidente alteración nerviosa de la chica) terminaron por no creer nada de toda la historia. Ya que nadie le cree, Jill, que vuelve del trabajo de madrugada y reside sola con su hermana en un lugar alejado del pueblo, toma sus precauciones: vive en estado de alerta permanente y rehuyendo el contacto social, y además ha estudiado defensa personal y carga una 38 en el bolso, por si acaso. Con tales antecedentes, ¿a qué otra razón si no a un nuevo ataque del desconocido puede adjudicar la repentina desaparición de su hermana? Esto es lo que sucede en principio. Lo demás –la desconfianza de la policía, la decisión de la chica de asumir el papel de detective y hasta la intervención de un policía “bueno” que a veces le da una mano– no es muy difícil de imaginar. El director brasileño Heitor Dhalia rodea a Seyfried de elementos que son bien familiares para los conocedores del género, pero no basta con los lugares comunes ni con los golpes de efecto, ni siquiera con el ritmo más o menos sostenido para dotar al thriller de la indispensable tensión cuando se parte de un guión en el que sobran giros sorpresivos y caprichosos (casi todos previsibles) y falta sentido común. Sólo cabe sospechar que en otras manos el tema pudo haber alcanzado algún resultado más convincente. Los relativos aciertos de Dhalia residen en su aprovechamiento de los exteriores (en especial los bosques) de la región de Oregon, donde se rodó el film. En cuanto a Amanda Seyfried, cuya presencia en pantalla es casi constante, hace lo que puede (poco) con el personaje que le tocó. Y da otro paso en falso más en su tambaleante carrera. Fernando López PARA LA NACION Una de las visitas más interesantes de este Bafici es el crítico Jim Hoberman, quien vino a presentar Underworld USA: el cine independiente americano, libro editado por el festival, compuesto por una selección de sus textos. Se trata de una muestra de la obra del respetado ex crítico del Village Voice, especialista en cine independiente, que se caracteriza por su creatividad en el abordaje de las películas, su lectura política del cine y su sentido del humor. Hoberman creció en el lugar y en los momentos óptimos para sumergirse en la cultura del cine under: Nueva York, en las décadas del 60 y 70. “El cine under estaba de moda –comentó el crítico a LA NACION–. Era algo nuevo, estaba conectado con el arte pop. Estoy de acuerdo con que fue una época muy interesante, pero, por otro lado, mi perspectiva era la de un chico de 16 años, así que por supuesto que me va a parecer que así fue.” Su adolescencia estuvo marcada por lecturas que van desde Henry Miller hasta Susan Sontag y un claro interés por el cine experimental. “En la universidad formamos un grupo y pudimos llevar al cineasta experimental Ken Jacobs –cuenta Hoberman–. Primero vino de visita y después le dieron un trabajo ahí. Eso sólo puede haber pasado a fines de los 60, cuando todo era más flexible. Hacia el final de mi carrera ya habían armado un departamento de cine y tomé clases con Jacobs, quien fue una gran influencia. Después hice un máster en cine en la Universidad de Columbia, pero eso no tuvo tanto impacto sobre mí como el año que estudié con Jacobs.” Mientras realizaba algunos films experimentales, Hoberman empezó a escribir críticas en el semanario Village Voice para ganar algo de dinero y eso marcó su destino profesional. “Hacer cine es muy difícil y hacer cine experimental es especialmente difícil –dice el crítico–. Mi energía se fue gradualmente hacia la escritura. Ya no tenía el mismo deseo poderoso de hacer películas, que realmente tenés que tener, en particular si trabajás El crítico cinematográfico Jim Hoberman, una presencia fuerte en el Bafici PATRICIO PIDAL/AFV fuera del sistema. Es un gran esfuerzo y la gente nunca va a apreciarlo lo suficiente.” Al considerarse a sí mismo un “periódico de escritores”, según cuenta Hoberman, el Village Voice le permitió elegir sobre qué escribir y poder hacerlo desde una perspectiva distinta, usando un lenguaje que mezcla lo coloquial con lo académico. Así pudo evitar escribir sobre ciertas películas de Hollywood que no le interesaban y que no reconocía como parte de lo que llama “cultura cinematográfica”. “Alguien me dijo algo que nunca voy a olvidar sobre algunas películas de Hollywood: «Es un esfuerzo tener una opinión». Eso es verdad. Muchas son totalmente descartables porque lo único que importa es llevar mucha gente el primer fin de semana. Antes las películas circulaban durante varios meses y tenían la posibilidad de convertirse en un éxito por el boca a boca. Ahora es como un evento que tenés que ver el primer fin de semana o la noche misma del estreno.” En enero de este año, Hoberman fue despedido del Village Voice y su puesto de columnista de cine fue eliminado. El crítico continúa escribiendo para diversas publicaciones especializadas y tiene su propio blog (j-hoberman. com), aunque su opinión sobre la Web está lejos de ser utópica. “Internet da y quita –dice Hoberman–. Tiene sus cosas buenas y malas. Yo crecí como un periodista de prensa escrita, así que soy parcial a todo lo que significa. Creo que tiene mayor autoridad, que es de gran ayuda tener un editor y que tiene sentido estar asociado a un emprendimiento colectivo. Me parece que es muy difícil que alguien pueda vivir de su trabajo en Internet, a menos que ya tenga una reputación formada. Además, es difícil lograr que la gente te preste atención. Si vas a especializarte, sólo le hablás a gente interesada en eso, lo cual me parece una lástima. Siempre pensé que lo genial de escribir sobre cine es que podés terminar escribiendo sobre cualquier cosa.” AGENDA DEL DIA MASTERPLAN A LAS 13.45, EN EL SAN MARTIN 1 Comedia que forma parte de la competencia nacional protagonizada por Alan Sabbagh que interpreta a Mariano, un hombre al borde de un ataque de nervios generado por la pérdida de su querido coche Siam. EL ETNOGRAFO A LAS 22, EN EL HOYTS 11 Documental de estreno realizado por el director Ulises Rosell (Bonanza) acompañará a un antropólogo en su visita a la comunidad wichi. MEETING PEOPLE IS EASY A LAS 23, EN EL HOYTS 7 El director Grant Gee, cuya filmografía se repasa en el festival, realizó este film, mezcla de documental y collage, durante una gira de Radiohead, una banda famosa por su discreción. CRITICAS COMPETENCIA INTERNACIONAL COMPETENCIA INTERNACIONAL COMPETENCIA NACIONAL FRANCIA/2011, DE VALERIE MASSADIAN. DURACION: 68 MINUTOS. COMPETENCIA INTERNACIONAL. SE EXHIBE MAÑANA, A LAS 13, EN EL HOYTS 12 DE ABASTO Y EL SABADO, A LAS 16.30, EN EL HOYTS 10. ARGENTINA/2012, DE GABRIEL MEDINA. DURACION: 94 MINUTOS. COMPETENCIA INTERNACIONAL. SE EXHIBE MAÑANA, A LAS 19.30, EN EL HOYTS 8 DE ABASTO; Y EL DOMINGO, A LAS 21.30, EN EL TEATRO 25 DE MAYO. (ARGENTINA/2012) DE NADIR MEDINA. DURACION: 80 MINUTOS. PROXIMAS FUNCIONES: HOY, A LAS 13.45, HOYTS 12 Y DOMINGO, A LAS 19.15, SAN MARTIN 2 Nana La araña vampiro El espacio entre los dos Esta ópera prima ya premiada en festivales muy en la línea del Bafici como Locarno y Valdivia describe las vivencias de la niña del título, quien –con apenas cuatro años– parece mucho más adulta que aquellos que debieran cuidarla y la dejan sola buena parte del tiempo en una casa y criadero de cerdos ubicada en medio de un bosque. La película empieza de la peor manera (una larga escena con la matanza de un chancho), pero luego –por suerte– cambia de registro y narra (con una cámara fija, ubicada a una considerable distancia de la protagonista) cómo ella construye su mundo propio y se relaciona con los conflictos del afuera. Kelyna Lecomte es un prodigio de expresividad y dulzura que Massadian afortunadamente no explota con fines demagógicos. La pregunta, inevitable, es si se trata de una gran película por su puesta en escena o simplemente del hallazgo de una directora que supo captar el encanto, ese “ángel” de la pequeña (no)actriz. Para discutir, sí, pero también para disfrutar. A cuatro años de su promisoria (y muy urbana) ópera prima Los paranoicos, Medina regresa con una película opuesta en todo sentido, pero que ratifica su calidad como guionista y director dentro del cine de género. Un padre (Alejandro Awada) y su hijo adolescente (Martín Piroyansky) llegan a una casa en un ámbito serrano para pasar un tiempo juntos, sin la madre. El muchacho sufre ataques de pánico y ese parece ser el lugar ideal para su recuperación. Sin embargo, durante la primera noche, el protagonista es picado por la araña del título y el relato toma otro rumbo. En el hospital le dicen que no es nada, pero el brazo comienza a infectarse y nuestro antihéroe terminará en manos de unos baqueanos que le explican la situación: o es picado otra vez por una araña similar o morirá. Comienza, así, un largo periplo en el que el joven es acompañado por un explorador alcohólico en una carrera contra el tiempo que Medina resuelve –en buena parte del relato– con mínimos recursos narrativos, pero con gran inteligencia y convicción. Todo empieza actuando. En el escenario y abajo también. La banda que forman Male (Florencia Decall), Tomi (Gustavo Kreiman) y Pablo (Santiago Zapata) toca en la fiesta de un amigo y una vez terminado su turno el trío baja del escenario para intercambiar alabanzas, palabras de aliento y momentos compartidos en el escenario que sólo ellos conocen y que no suenan del todo sinceros. Exagerados intercambios de piropos que pronto dejarán paso a lo que se esconde más allá de la superficie. Male y Pablo son novios y Tomi no está demasiado feliz con ser el observador necesario de su romance. Relaciones típicamente adolescentes que el director Nadir Medina consigue retratar con fidelidad, aunque el relato se detenga demasiado en el callado padecimiento de Tomi. Todo funcionará mejor, aunque se vuelva más incómodo para el protagonista, cuando el trío salga de la fiesta, de los planos cerrados y la cámara inquieta, para recorrer la mañana del pueblo cordobés. Con un interesante uso de las bellas canciones escritas por Kreiman, el film logra mostrar algo del sangrante corazón adolescente. Diego Batlle Diego Batlle Natalia Trzenko DESDE EL ABASTO En una entrega previa de esta columna habíamos destacado a Tabú, de Miguel Gomes, como una de las mejores películas de este Bafici. Como para ratificar el excelente momento por el que atraviesa el cine portugués, es hora de comentar uno de los focos más interesantes de esta edición: el dedicado al también realizador lusitano Joâo Canijo. Este excéntrico, inteligente y talentoso director vino a Buenos Aires para acompañar la presentación de sus nueve largometrajes. Según él mismo admite, las mejores películas son las tres últimas, aunque para todo cinéfilo siempre es una tarea interesante rastrear los orígenes, los antecedentes de un gran autor. Formado como asistente de Manoel de Oliveira, Wim Wenders y Werner Schroeter, Canijo debutó en 1988 con Três menos eu y consiguió el año último, con Sangue do meu sangue, una obra maestra. Con una duración “épica” de 191 minutos, Sangue do meu sangue retoma la línea de films anteriores de Canijo al retratar las historias de distintos personajes de una misma familia. Melodrama con espíritu de culebrón televisivo, ofrece una de las puestas en escena más virtuosas que se recuerden (Canijo hasta se anima a trabajar varias situaciones en simultáneo) y una actuaciones maravillosas (el proceso creativo se va desarrollando a partir de las ideas que proponen los propios intérpretes). La sombra de Almodóvar o Fassbinder sobrevuela el cine de Canijo, pero aquí hay un vuelo propio para describir a la sociedad portuguesa (incluso a sus sectores más marginales) sin caer en la obviedad ni el subrayado. Todavía hay varias funciones dedicadas al foco Canijo y una última oportunidad de ver ese cóctel explosivo (sexo, incesto, amores prohibidos, violencia, mujeres fuertes, narcotraficantes) que propone Sangue do meu sangue: el sábado, a las 17.45, en el Hoyts 11. Diego Batlle