UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI LECCIÓN Nº 04 LA FILOSOFÍA EN LA EPOCA MODERNA OBJETIVO ESPECÍFICO: Reconocer el proceso evolutivo de la Filosofía. PROPÓSITO: El alumno diferenciará las corrientes filosóficas. I. EL COMIENZO DE LA FILOSOFÍA MODERNA 1. Nicolás de Cusa PERSONALIDAD.-Nicolás nació en Cusa en 1401; de su ciudad natal recibió el nombre con que es conocido: Nicolás Cusano o de Cusa. Estudió en Padua, ocupó altos cargos eclesiásticos y fue nombrado cardenal y obispo de Brixen. Murió en 1464. Nicolás de Cusa escribió varios libros de filosofía, los más importantes de los cuales son: De docta ignorantia, Apologia doctae ignorantiae y De conjecturis; en especial el primero, su obra maestra. Nicolás de Cusa es uno de los filósofos más interesantes de su tiempo. Por una parte está en la línea de formación de la Escolástica; pero al mismo tiempo resuenan ya en él los temas que habrán de señalar el paso a la filosofía moderna. Desde Ockam hasta Descartes transcurren cerca de trescientos años, que representan una grave discontinuidad, una laguna larguisima entre dos momentos de plenitud metafísica: en ese espacio se encuentran unas cuantas mentes en las que se mantiene el auténtico espíritu filosófico y en que se realizan las etapas intermedias: una de ellas es la del cardenal cusano. FILOSOFÍA.-El punto de partida de Nicolás de Cusa es la mística, concretamente la de Eckehart; es decir, la mística especulativa. A esto se une un extraordinario interés por el mundo y el hábito de manejar conceptos metafísicos. Esta es la vía por cual se llega a la filosofía moderna. El esquema de Cusano es la siguiente: Dios o lo infinito; el mundo y el hombre, o lo finito; Dios redentor, que es la unión de lo finito y lo infinito. este tema de la unión de ambos es el punto central de su filosofía. Hay diversos modos de conocer: en primer lugar, el de los sentidos (sensus), que no nos da una verdad suficiente, sino nos da unas imágenes; en segundo lugar, la ratio (que un idealista hubiera traducido más bien por 33 UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI entendimiento, Verstand), que comprende de un modo abstracto y fragmentario esas imágenes en su- diversidad; en tercer lugar, el intellectus (que correspondería, a su vez, a la razón o V ernunft), que, ayudado por la gracia sobrenatural, nos lleva a la verdad de Dios. 2. Giordano Bruno VIDA.-Giordano Bruno es el filósofo italiano más importante del Renacimiento. Nació en Nola, en 1548, y entró en la Orden dominicana; después la abandonó, acusado de herejía, y viajó por diversos países de Europa: Suiza, Francia, Inglaterra y Alemania; luego volvió a Italia. La Inquisición romana lo encarceló , en el año 1592, y en 1600 fue quemado por no retractarse de sus doctrinas heterodoxas. Esta muerte trágica y la apasionada brillantez de sus escritos le han dado una gran fama, que ha contribuido a aumentar su influencia posterior. Bruno acusa las influencias de su tiempo; se enlaza con Raimundo Lulio, con los cultivadores de la filosofía natural, en especial Copérnico, y, sobre todo, con Nicolás de Cusa. Su gran preocupación es también el mundo, y habla de él con exaltación poética y entusiasmo por su infinitud. Las obras principales de Giordano Bruno fueron: De la causa, principio e uno; Del 'infinito, universo e mondi y Degli eroici furori, en italiano; en latín, De triplici minimo et mensura, De monade, numero et figll' ra y De inmenso et innumerabilibus. DOCTRINA.-Bruno es panteísta. Su tesis capital es la inmanencia de Dios en el mundo. Dios es como en Cusa- compltcatio omnium, coinciden tia oppositorum; pero Bruno no se queda aquí. Dios es, además, alma del mundo, causa immanens. Esto fue interpretado como panteísmo, como identificación del mundo con Dios, aunque Giordano Bruno no se considera panteísta y apela al concepto de la natura naturans, la naturaleza creadora, el alma divina del mundo, en oposición a la natura naturata, el mundo de las cosas producidas; pero esto no consigue aclarar la cuestión decisiva de la trascendencia de Dios. Para Bruno, el Dios trascendente es solo objeto de la adoración y del culto, pero el Dios de la filosofía es causa inmanente y armonía del Universo; de ahí su tendencia a resucitar la doctrina averroísta de la doble verdad. . Este universo es infinito, incluso espacialmente. Y está lleno de vida y de belleza, pues todo son momentos de la vida divina. Todo es riqueza y multiplicidad. En Bruno hay un entusiasmo estético por la naturaleza, que es clave de la actitud renacentista. También recoge Bruno la teoría monádica de Nicolás Cusano. Las unidades vitales individuales son indivisibles e indestructibles, y sus infinitas combinaciones producen la armonía universal. El alma del mundo es la monada fundamental, monas moIladum. La 34 UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI sustancia es una, y las cosas individuales no son más que particularizaciones -circonstanzie, diée Bruno- de la sustancia divina. El individualismo de Bruno vuelve a recaer en panteísmo. Su influencia reaparece en Leibniz y, especialmente, en Spinoza y en Schelling. 3.- DESCARTES LA VIDA Y LA PERSONA.-René Descartes es la figura decisiva del paso de una época a otra. La generación que marca el tránsito del mundo medieval al espíritu moderno en su madurez es la suya. Descartes -ha dicho Ortega- es el primer hombre moderno. Había nacido en La Haye, en la Turena, el año 1596. Procedía de una familia noble, y se crió, enfermizo, entre cuidados. Su buen temple consiguió afirmar su salud. Al cumplir ocho años va a estudiar al colegio de los jesuitas en La Fleche. Este colegio, importantísimo en la vida francesa de entonces, tenía un interés especial por las lenguas Y literaturas clásicas, que Descartes estudió a fondo. Después aborda el estudio de la filosofía, según los moldes de la Escolástica tradicional, sin referencia ni alusión alguna a los descubrimientos de la ciencia natural moderna. La matemática le parece interesante, pero echa de menos la conexión con la física, que había de ser él uno de los primeros en establecer genialmente. El año 1614 abandona La Fleche; va a París y allí se dedica a una vida de placer. Al mismo tiempo siente un escepticismo total. La ciencia que ha aprendido en La Fleche le parece sin consistencia, dudosa; solo la lógica y la matemática tienen evidencia y certeza, pero en cambio no tienen utilidad ninguna para el conocimiento de la realidad. Descartes, para ver. mundo? abraza la vida militar, en Holanda, a las órdenes de Mauricio de Nassau, en 1618. Allí entra en contacto con las ciencias matemáticas y naturales. Il. El problema cartesiano 1.-LA DUDA.-Descartes se encuentra en una profunda inseguridad. Nada le parece merecer confianza. Todo el pasado filosófico se contradice; las opiniones más opuestas han sido sostenidas; de esta pluralidad nace el escepticismo (el llamado pirronismo histórico). Los sentidos nos engañan con frecuencia; hay, además, el sueño y la alucinación; el pensamiento no merece confianza, porque se cometen paralogismos y se cae con frecuencia en el error. Las únicas ciencias que parecen seguras, la matemática y la lógica, no son ciencias reales, no sirven para conocer la realidad. ¿Qué hacer en esta situación? Descartes quiere construir, si esto es posible, una filosofía totalmente cierta, de la que no se pueda dudar; y se encuentra sumergido hasta lo más hondo en la duda. Y esta ha de ser, justamente, el fundamento en que se apoye; Descartes parte, al empezar a filosofar, de lo único que tiene: de su propia duda, de su radical incertidumbre. Hay que poner en duda todas las cosas, siquiera una vez en la vida, dice Descartes. No ha de admitir ni una sola verdad de la que 35 UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI pueda dudar. No basta con que él no dude realmente de ella; es menester que la duda no quepa ni aun como posibilidad. Por eso hace Descartes de la Duda el método mismo de su filosofía. 2.- El hombre EL «cogito».-Desde los primeros pasos, Descartes tiene que renunciar al mundo. La naturaleza, que tan gozosamente se mostraba por los sentidos al hombre renacentista, es algo totalmente inseguro. La alucinación, el engaño de los sentidos, nuestros errores, hacen que no sea posible hallar la menor seguridad en el mundo. Descartes se dispone a pensar que todo es falso; pero se encuentra con que hay una cosa que no puede serlo: Su existencia. «Mientras quería pensar así que todo era falso, era menester necesariamente que yo, que lo pensaba, fuese algo; y observando que esta verdad: pienso, luego soy, era tan firme y tan segura que todas las más extravagantes suposiciones de los escépticos no eran capaces de quebrantarla, juzgué que podía admitirla sin escrúpulo como el primer principio de la filosofía o la que buscaba» (Discurso del método, 4.- parte). En efecto, si estoy en un error, soy yo el que está en ese error; si me engaño, si dudo, soy yo el engañado o el dudoso Para que al afirmar «yo soy" me equivocara, necesitaría empezar por ser, es decir, no puedo equivocarme en esto. Esta primera verdad de mi existencia, el cogito, ergo StH1l de las Meditaciones, es la primera verdad indubitable, de la que no puedo dudar, aunque quiera. 3.-EL CRITERIO DE VERDAD.-El mundo no ha resistido la duda cartesiana; al primer encuentro con ella, se ha perdido, y solo queda firme el yo. Pero Descartes no ha hecho más que empezar su filosofía, poniendo el pie allí donde el terreno es seguro. A Descartes le interesa el mundo; le interesan las cosas, y esa naturaleza a que se aplica la ciencia de su tiempo. Pero está preso en su conciencia, encerrado en su yo pensante, sin poder dar el paso que lo lleve a las cosas. ¿ Cómo salir de esta subjetividad? ¿ Cómo continuar su filosofía, ahora que ha encontrado el principio indubitable? Antes de buscar una segunda verdad, Descartes se detiene en la primera. Es una verdad bien humilde; pero le servirá para ver cómo es una verdad. Es decir, antes de emprender la busca de nuevas verdades, Descartes examina la única que posee para ver en qué consiste su veracidad, en qué se le conoce que lo es. Busca, pues, un criterio de certeza para reconocer las verdades que pueda encontrar (Ortega). Y encuentra que la verdad del cogito consiste en que no puede dudar de él; y no puede dudar porque ve que tiene que ser así, porque es evidente; y esta evidencia consiste en la absoluta claridad y distinción que tiene esa idea. Ese es el criterio de verdad: la evidencia. En posesión de una verdad firme y un criterio seguro, Descartes se dispone a reconquistar el mundo. 36 UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI 4-. DIOS Habíamos visto que Descartes abandona la teología, que Dios es incomprensible; y ahora, de modo sorprendente, entre el hombre y el mundo se interpone la Divinidad, y Descartes va a tener que ocuparse de ella. Es menester explicar esto. Descartes sabe que existe, y lo sabeporque penetra, de un modo claro y distinto, su verdad. Es una verdad que se justifica a sí misma; cuando se encuentre con algo semejante tendrá que admitir forzosamente que es verdad. A menos que esté en una situación de engaño, que sea víctima de una ilusión y haya alguien que le haga ver como evidente lo más falso. Entonces la evidencia no serviría para nada, y no se podría afirmar más verdad que la de que yo existo; y esta porque, naturalmente, si me engañan, el engañado soy yo, o, lo que es igual, yo, el engañado, soy. El hombre quedaría definitivamente preso en sí mismo, sin poder saber con certeza más que de su existencia. ¿ Quién podría engañarme de tal modo? Dios, si existiera; no lo sabemos, pero tampoco lo contrario. (Se entiende que desde el punto de vista del conocimiento racional y filosófico, aparte de la revelación, que Descartes excluye del ámbito de la duda.) Pero si Dios me engañara de ese modo, haciéndome creer lo que no es, sumiéndome en el error, no por mi debilidad, ni por mi precipitación, sino por mi propia evidencia, no sería Dios; repugna pensar tal engaño por parte de la Divinidad. No sabemos si hay Dios; pero si lo hay, no puede engañarme; quien podría hacerla sería algún poderoso genio maligno. Para estar seguros de la evidencia, para podernos fiar de la verdad que se muestra como tal, con sus pruebas claras y distintas en la mano, tendríamos que demostrar que hay Dios. Sin esto, no podemos dar un paso más en la filosofía, ni buscar más verdad que la de que soy yo. 4.- FRANCIS BACON VIDA Y Escritos .- Bacon nació en 1561 y murió en 1626. Es, pues, anterior en un par de generaciones a Descartes. Fue canciller y barón de Verulam: un gran personaje político en la Inglaterra isabelina e inmediatamente posterior. Después fue despojado de sus puestos, y en el retiro se dedicó a la labor intelectual. La obra principal de Bacon es el Novum Organum, que presenta una lógica inductiva, opuesta a la lógica aristotélica, deductiva y silogística; también escribió, igualmente bajo el título general Instauratio magna, el tratado De dignilate et augmentis scientiarum, y numerosos ensayos de diferentes materias. Sus títulos, como se ve, tienen todos un sentido positivo y de comienzo triunfal de una nueva ciencia. Su DOCTRINA.-Bacon ha tenido una fama exagerada. Durante mucho tiempo ha sido considerado como el instaurador de la filosofía moderna, como igual o superior a Descartes. Esto tiene escaso fundamento, y ha sido menester limitar su significación a la de introductor 37 UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI del empirismo y el método inductivo. Bacon significa la culminación del Renacimiento, que en filosofía no es sino la larga etapa de indecisión que va desde el último sistema escolástico original y alerta -el ockamismo-hasta la primera formulación madura y clara del pensamiento de la modernidad la filosofía cartesiana-. En Bacon se une el interés especulativo al técnico: saber es poder. Desde el comienzo del Novum Organum pone en el mismo plano el hacer y el entender, la mano y el intelecto; de ahí el nuevo sentido vivo que da a la metáfora aristotélica del órganon o instrumento para designar la lógica; ni la mano desnuda ni el entendimiento abandonado a sí mismo e inerme pueden dominar las cosas; los instrumentos -materiales o mentales- s()n los que les prestan verdadera eficacia. y del mismo modo que el técnico, el pensador debe subordinarse a las exigencias de la realidad con que se las tiene que haber: natura non nisi parendo vincitur, no se vence a la naturaleza más que obedeciéndola. Bacon cree que la investigación filosófica requiere un previo examen de los prejuicios (ídolos) que pueden ocultar la verdad. Como en el cartesianismo, apunta aquí la preocupación crítica y el temor a errar. Estos ídolos son cuatro: 1.-Idola tribus. Son los prejuicios de la tribu, de la especie humana, inherentes a su naturaleza: las falacias de los sentidos, la tendencia a la personalización, etc. 2.-Idola specus. Los prejuicios de la caverna en que cada hombre se encuentra (alusión al mito platónico: las tendencias y predisposiciones individuales, que pueden conducir a error). 3.-Idola fori,. son los ídolos de la plaza, de la sociedad humana y del mismo lenguaje de que nos servimos. 4..-Idola theatri. Son los prejuicios de autoridad, fundados en el prestigio de que algunos gozan en el escenario público, y que pueden comprometer la visión directa y personal de las cosas y extraviar la opinión recta. 5.-EL IDEALISMO ALEMÁN: KANT VIDA y ESCRITOS DE KANT.-Immanuel Kant nació en Konigsberg en 1724 y murió en la misma ciudad en 1804, después de haber pasado en ella toda su larga vida. Manuel Kant fue siempre un sedentario y no salió nunca de los límites de la Prusia oriental, y apenas de Konigsberg. Era de familia modesta, hijo de un guarnicionero, criado en un ambiente de honrada artesanía y de profunda religiosidad pietista. Estudió en la Universidad de ,su ciudad natal, ejerció la enseñanza privada y luego participo en las tareas universitarias; pero solo en 1770 fue nombrado profesor ordinario de Lógica y Metafísica. Hasta 1797, permaneció en su cátedra, que abandonó por su vejez y debilidad siete años antes de morir. Kant fue siempre de salud muy delicada, y a pesar de ello tuvo una vida de ochenta años de 38 UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI extraordinario esfuerzo. Era puntual, metódico, tranquilo y extremadamente bondadoso. Su vida entera fue una callada pasión por la verdad. En su obra -y en su filosofía- se distinguen dos épocas: la que se llama el período precrítico -anterior a la publicación de la Crítica de la razón pura- y la época crítica posterior. Las obras más importantes de la primera etapa son: Historia natural universal y teoría del cielo. En 1770 publica su disertación latina. En 1781 publica Crítica de la Razón Pura. Luego, en 1783, Prolegómenos a toda metafísica ; 1785, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, y en 1788, la obra que completa su ética: Crítica de la razón práctica. Por último, en 1790 publica la tercera crítica, la Crítica del juicio. EL IDEALISMO TRASCENDENTAL. Las fuentes de Kant.- El origen principal del Kantismo está en la filosofía cartesiana y, como consecuencia, en el racionalismo, hasta Leibniz y Wolf. Por otra parte, dice Kant que la crítica de Hume lo despertó de su sueño dogmático. (Ya veremos lo que quiere decir este adjetivo.) En Descartes, la res cogitans y la res extensa tienen algo común: el ser. Este ser fundado en Dios como vimos, es el que hace que haya unidad entre las dos res que sea posible el conocimiento. EL CONOCIMIENTO TRASCENDENTAL.-Pero para Kant esto no basta. El conocimiento no se puede explicar solo por la interpretación del ser como trascendental; es menester hacer una teoría trascendental del conocimiento, y este conocimiento será el puente entre el yo y las cosas. En un esquema realista, el conocimiento es el conocimiento de las cosas, y las cosas son trascendentes a mí. En un esquema idealista, en que yo diga que no hay más que mis ideas (Berkeley), las cosas son algo inmanente, y mi conocimiento es de mis propias ideas. Pero si yo creo que mis ideas son de las cosas, la situación es muy distinta. No es que las cosas se me den como algo independiente de mí; las cosas se me dan en mis ideas; pero estas ideas no son solo mías, sino que son ideas de las cosas. Son cosas que me aparecen, fenómenos en su sentido literal. Si el conocimiento fuera trascendente, conocería cosas externas. Si fuese inmanente, solo conocería ideas, lo que hay en mi. Pero es trascendental: conoce los fenómenos, es decir, las cosas; en mí (subrayando los dos términos de esta expresión). Aquí surge la distinción kantiana entre el fenómeno y la cosa en sí. Las cosas en sí son inaccesibles; no puedo conocerlas, por que:1 .cuanto las conozco ya están en mí, afectadas por mi subjetividad; las cosas en sí (noúmenos) no son espaciales ni temporales, y a mí no se me puede dar nada fuera del espacio y del tiempo. Las cosas tal como a mí se me manifiestan, como me aparecen, son los fenómenos. 39 UNIVERSIDAD JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI Kant distingue dos elementos en el conocer: lo dado y lo puesto. Hay algo que se me da (un caos de sensaciones) y algo que yo pongo (la espacio-temporalidad, las categorías), y de la unión de estos dos elementos surge la cosa conocida o fenómeno. El pensamiento, pues, al ordenar el caos de sensaciones, hace las cosas, por esto decía Kant que no era el pensamiento el que se adaptaba a las cosas, sino al revés, y que su filosofía significaba un «giro copernicano»; pero no es el pensamiento solo el que hace las cosas, sino que las hace con el material dado. La cosa, pues, distinta de la «cosa en sí» incognoscible surge en el acto del conocimiento trascendental. LA RAZÓN PURA.-Kant distingue tres modos de saber: la Sensibilidad , el entendimiento discursivo y la razón . A la razón, Kant le añade el adjetivo pura. Razón pura es la que se mueve sobre principios a priori independientemente de la experiencia. Puro quiere decir en Kant a priori. Pero no basta esto: la razón pura no es la razón de ningún hombre, ni siquiera la razón humana, sino la de un ser racional, simplemente. La razón pura equivale a las condiciones racionales de un ser racional en general. Pero los títulos de Kant pueden inducir a error. Kant titula uno de sus libros Crítica de la razón pura, y el otro, Crítica de la razón práctica. Parece que práctica se opone a pura; no es así. La razón práctica es también pura, y se opone a la. razón especulativa o teórica. La expresión completa sería, pues, razón pura especulátiva (o teórica) y razón pura práctica. Pero como Kant estudia en la primera Crítica las condiciones generales de la razón pura, y en la segunda la dimensión práctica de la misma razón, escribe abreviadamente los títulos. La razón especulativa se refiere a una teoría, a un puro saber de las cosas; la razón práctica, en cambio, se refiere a la acción, a un hacer, en un sentido próximo a la praxis griega, y. es el centro de la moral kantiana. CUESTIONARIO. 1.-En qué consiste la doctrina filosófica de Giordano Bruno? 2.-Qué diferencia y semejanzas existe entre la doctrina filosófica de Descartes y Bacon? 3.-En qué consiste “La razón Pura de Kant”? 40