039 nota scp2 - Associació Catalana d`Assessors Fiscals

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DOSSIER DE CONSULTES VINCULANTS SOBRE LES SOCIETATS CIVILS
PRIVADES I EL NOU REGIM FISCAL A 1/1/2016
Barcelona, 21 de setembre 2015.
Benvolguts associats/ades,
Una de les novetats fiscals més importants que tindrem a partir de l’1 de gener de
2016, serà el nou règim fiscal de les societats civils privades, les quals passaran a
tributar com subjectes de l’impost de societats sempre que reuneixin aquestes dues
condicions:
1º Que siguin societats civils
2º Que tinguin objecte mercantil.
Això ha provocat un allau de consultes a la Direcció General de Tributs sobre
exemples molts freqüents en els despatxos dels assessors que hem sistematitzat per
temes perquè tingueu molt clara la postura de l’Administració i pugueu assessorar als
vostres clients.
1º Exemple: Supòsits de comunitat de bens que funcionen a la pràctica com una
societat civil. Aquí trobem molts casos de comunitats de bens mal constituïdes (cas
molt freqüent a Catalunya) ja que en realitat eren societats civils. LA Administració
aquí es molt contundent: Si es va constituir com comunitat de bens en cap cas
queda afectada per la nova normativa i per tant no tributa per l’impost de
societats encara que tingui objecte mercantil. Us posem unes quantes
consultes, però hi ha moltes més, totes amb la mateixa resposta.
NUM-CONSULTA
ORGANO
FECHA-SALIDA
NORMATIVA
V2430-15
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
30/07/2015
LIRPF Ley 35/2006 art. 8
LIS Ley 27/2014 art. 7.
DESCRIPCIONHECHOS
La entidad consultante es una comunidad de bienes que desarrolla la
actividad de comercio al por menor de medicamentos, productos
sanitarios y de higiene, epígrafe 652.1 del Impuesto sobre Actividades
Económicas.
Carece de personalidad jurídica propia, tributa por el régimen de
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atribución de rentas de la Ley del Impuesto sobre la Renta de las
Personas Físicas, tributando sus rendimientos en estimación directa
normal, en sede del impuesto personal de cada comunera.
Si la entidad consultante debe tributar por el Impuesto sobre
Sociedades a partir de 1 de enero de 2016.
CUESTIONPLANTEADA
CONTESTACION- El artículo 7.1.a) la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto
sobre Sociedades (LIS), establece que:
COMPLETA
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su residencia en
territorio español:
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades civiles que no tengan
objeto mercantil.”.
De esta forma se incorporan unos nuevos contribuyentes al Impuesto
sobre Sociedades, las sociedades civiles con objeto mercantil, a
diferencia de lo que ocurría con anterioridad a 1 de enero de 2016, en
que todas las sociedades civiles tributaban bajo el régimen de atribución
de rentas.
Al margen de la discusión doctrinal que pueda plantear esta cuestión, lo
cierto es que en el tráfico jurídico existen sociedades civiles que actúan
como tales frente a terceros y también frente a la Hacienda Pública, no
siendo pocos los casos en que la jurisprudencia ha admitido esta
realidad en los distintos ámbitos jurídicos. El artículo 7.1.a) de la LIS al
configurar la figura del contribuyente del Impuesto sobre Sociedades
está aludiendo a esta realidad, haciendo abstracción de la dogmática
doctrinal suscitada en torno a la personalidad jurídica de este tipo de
entidades.
Cabe indicarse, que, a los efectos del Impuesto sobre Sociedades, se
admite la existencia de sociedades civiles con objeto mercantil y con
personalidad jurídica, por cuanto, de otra manera, no cabría hablar de
“persona jurídica”. Por otra parte, la inclusión de las sociedades civiles
con personalidad jurídica y objeto mercantil como contribuyentes del
Impuesto sobre Sociedades trae causa en la necesidad de
homogeneizar la tributación de todas las figuras jurídicas, cualquiera
que sea la forma societaria elegida. Por ello resulta preciso determinar,
en primer lugar, en qué casos se considera que la sociedad civil
adquiere, desde el punto de vista del Impuesto sobre Sociedades,
personalidad jurídica y, en segundo lugar, establecer qué ha de
entenderse por objeto mercantil.
En relación con la primera cuestión, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 1669 del Código Civil, la sociedad civil tiene personalidad
jurídica siempre que los pactos entre sus socios no sean secretos. La
sociedad civil requiere, por tanto, una voluntad de sus socios de actuar
frente a terceros como una entidad. Para su constitución no se requiere
una solemnidad determinada, pero resulta necesario que los pactos no
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sean secretos. Trasladando lo anterior al ámbito tributario, cabe concluir
que para considerarse contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, es
necesario que la sociedad civil se haya manifestado como tal frente a la
Administración tributaria. Por tal motivo, a efectos de su consideración
como contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, las sociedades
civiles habrán de constituirse en escritura pública o bien en documento
privado, siempre que en este último caso, dicho documento se haya
aportado ante la Administración tributaria a los efectos de la asignación
del número de identificación fiscal de las personas jurídicas y entidades
sin personalidad, de acuerdo con el artículo 24.2 del Reglamento
General de las actuaciones y los procedimientos de gestión e
inspección tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los
procedimientos de aplicación de los tributos, aprobado por el Real
Decreto 1065/2007, de 27 de julio. Sólo en tales casos se considerará
que la entidad tiene personalidad jurídica a efectos fiscales.
Adicionalmente la consideración de contribuyente del Impuesto sobre
Sociedades requiere que la sociedad civil tenga un objeto mercantil. A
estos efectos, se entenderá por objeto mercantil la realización de una
actividad económica de producción, intercambio o prestación de
servicios para el mercado en un sector no excluido del ámbito mercantil.
Quedarán, así, excluidas de ser contribuyentes del Impuesto sobre
Sociedades las entidades que se dediquen a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, mineras y de carácter profesional, por cuanto
dichas actividades son ajenas al ámbito mercantil.
Por otro lado, el artículo 8.3 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación
parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta
de no Residentes y sobre el Patrimonio (LIRPF) indica, con efectos 1 de
enero de 2016, que “No tendrán la consideración de contribuyente las
sociedades civiles no sujetas al Impuesto sobre Sociedades, herencias
yacentes, comunidades de bienes y demás entidades a que se refiere el
artículo 35.4 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria.
Las rentas correspondientes a las mismas se atribuirán a los socios,
herederos, comuneros o partícipes, respectivamente, de acuerdo con lo
establecido en la Sección 2.ª del Título X de esta Ley”.
Por tanto, puesto que el único contribuyente que se incorpora al
Impuesto sobre Sociedades son las sociedades civiles con objeto
mercantil, la entidad consultante, comunidad de bienes, seguirá
tributando como entidad en atribución de rentas conforme al
régimen especial regulado en la Sección 2ª del Título X de la LIRPF.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto
en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre,
General Tributaria.
-
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
NUM-CONSULTA
ORGANO
FECHA-SALIDA
NORMATIVA
V2395-15
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
28/07/2015
LIRPF Ley 35/2006 art. 8
LIS Ley 27/2014 art. 7
DESCRIPCIONHECHOS
CUESTIONPLANTEADA
La entidad consultante es una comunidad de bienes que desarrolla la
actividad profesional de abogacía.
Si la entidad consultante debe tributar por el Impuesto sobre
Sociedades.
En caso afirmativo:
CONTESTACIONCOMPLETA
- Cómo se deben repartir los ingresos entre los socios comuneros, y en
concreto, su los comuneros deben hacer una factura a la comunidad de
bienes, con IVA y retención del IRPF, y si sería gasto para la comunidad
de bienes.
- Si la entidad consultante debe llevar contabilidad normalizada e
inscribir sus cuentas anuales en el Registro Mercantil.
El artículo 7.1.a) la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto
sobre Sociedades (LIS), establece que:
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su residencia en
territorio español:
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades civiles que no tengan
objeto mercantil.”.
De esta forma se incorporan unos nuevos contribuyentes al Impuesto
sobre Sociedades, las sociedades civiles con objeto mercantil, a
diferencia de lo que ocurría con anterioridad a 1 de enero de 2016, en
que todas las sociedades civiles tributaban bajo el régimen de atribución
de rentas.
Al margen de la discusión doctrinal que pueda plantear esta cuestión, lo
cierto es que en el tráfico jurídico existen sociedades civiles que actúan
como tales frente a terceros y también frente a la Hacienda Pública, no
siendo pocos los casos en que la jurisprudencia ha admitido esta
realidad en los distintos ámbitos jurídicos. El artículo 7.1.a) de la LIS al
configurar la figura del contribuyente del Impuesto sobre Sociedades
está aludiendo a esta realidad, haciendo abstracción de la dogmática
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
doctrinal suscitada en torno a la personalidad jurídica de este tipo de
entidades.
Cabe indicarse, por tanto, que, a los efectos del Impuesto sobre
Sociedades, se admite la existencia de sociedades civiles con objeto
mercantil y con personalidad jurídica, por cuanto, de otra manera, no
cabría hablar de “persona jurídica”. Por otra parte, la inclusión de las
sociedades civiles con personalidad jurídica y objeto mercantil como
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades trae causa en la
necesidad de homogeneizar la tributación de todas las figuras jurídicas,
cualquiera que sea la forma societaria elegida. Por ello resulta preciso
determinar, en primer lugar, en qué casos se considera que la sociedad
civil adquiere, desde el punto de vista del Impuesto sobre Sociedades,
personalidad jurídica y, en segundo lugar, establecer qué ha de
entenderse por objeto mercantil.
En relación con la primera cuestión, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 1669 del Código Civil, la sociedad civil tiene personalidad
jurídica siempre que los pactos entre sus socios no sean secretos. La
sociedad civil requiere, así, una voluntad de sus socios de actuar frente
a terceros como una entidad. Para su constitución no se requiere una
solemnidad determinada, pero resulta necesario que los pactos no sean
secretos. Trasladando lo anterior al ámbito tributario, cabe concluir que
para considerarse contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, es
necesario que la sociedad civil se haya manifestado como tal frente a la
Administración tributaria. Por tal motivo, a efectos de su consideración
como contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, las sociedades
civiles habrán de constituirse en escritura pública o bien en documento
privado, siempre que este último caso, dicho documento se haya
aportado ante la Administración tributaria a los efectos de la asignación
del número de identificación fiscal de las personas jurídicas y entidades
sin personalidad, de acuerdo con el artículo 24.2 del Reglamento
General de las actuaciones y los procedimientos de gestión e
inspección tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los
procedimientos de aplicación de los tributos, aprobado por el Real
Decreto 1065/2007, de 27 de julio. Sólo en tales casos se considerará
que la entidad tiene personalidad jurídica a efectos fiscales.
Adicionalmente la consideración de contribuyente del Impuesto sobre
Sociedades requiere que la sociedad civil tenga un objeto mercantil. A
estos efectos, se entenderá por objeto mercantil la realización de una
actividad económica de producción, intercambio o prestación de
servicios para el mercado en un sector no excluido del ámbito mercantil.
Quedarán, así, excluidas de ser contribuyentes del Impuesto sobre
Sociedades las entidades que se dediquen a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, mineras y de carácter profesional, por cuanto
dichas actividades son ajenas al ámbito mercantil.
Por otro lado, el artículo 8.3 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación
parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
de no Residentes y sobre el Patrimonio (LIRPF) indica, con efectos 1 de
enero de 2016, que “No tendrán la consideración de contribuyente las
sociedades civiles no sujetas al Impuesto sobre Sociedades, herencias
yacentes, comunidades de bienes y demás entidades a que se refiere el
artículo 35.4 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria.
Las rentas correspondientes a las mismas se atribuirán a los socios,
herederos, comuneros o partícipes, respectivamente, de acuerdo con lo
establecido en la Sección 2.ª del Título X de esta Ley”.
Por tanto, puesto que el único contribuyente que se incorpora al
Impuesto sobre Sociedades son las sociedades civiles con objeto
mercantil, la entidad consultante, comunidad de bienes, seguirá
tributando como entidad en atribución de rentas conforme al
régimen especial regulado en la Sección 2ª del Título X de la LIRPF.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto
en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre,
General Tributaria.
FECHA-SALIDA
NORMATIVA
28/07/2015
LIRPF Ley 35/2006 art. 8
LIS Ley 27/2014 art. 7
DESCRIPCIONHECHOS
La entidad consultante es una comunidad de bienes formada por dos
hermanos, que desarrolla la actividad de comercio al por mayor de
productos de perfumería y cosmética, epígrafe 652.3 del Impuesto sobre
Actividades Económicas.
Carece de personalidad jurídica y tributa por el régimen especial de
atribución de rentas del Impuesto sobre la Renta de las Personas
Físicas, determinando sus rendimientos en estimación directa
simplificada en sede de cada comunero.
Si la entidad consultante debe tributar por el Impuesto sobre
Sociedades.
CUESTIONPLANTEADA
CONTESTACION El artículo 7.1.a) la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto
sobre Sociedades (LIS), establece que:
-COMPLETA
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su residencia en
territorio español:
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades civiles que no tengan
objeto mercantil.”.
De esta forma se incorporan unos nuevos contribuyentes al Impuesto
sobre Sociedades, las sociedades civiles con objeto mercantil, a
diferencia de lo que ocurría con anterioridad a 1 de enero de 2016, en
que todas las sociedades civiles tributaban bajo el régimen de atribución
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
de rentas.
Al margen de la discusión doctrinal que pueda plantear esta cuestión, lo
cierto es que en el tráfico jurídico existen sociedades civiles que actúan
como tales frente a terceros y también frente a la Hacienda Pública, no
siendo pocos los casos en que la jurisprudencia ha admitido esta
realidad en los distintos ámbitos jurídicos. El artículo 7.1.a) de la LIS al
configurar la figura del contribuyente del Impuesto sobre Sociedades
está aludiendo a esta realidad, haciendo abstracción de la dogmática
doctrinal suscitada en torno a la personalidad jurídica de este tipo de
entidades.
Cabe indicarse, por tanto, que, a los efectos del Impuesto sobre
Sociedades, se admite la existencia de sociedades civiles con objeto
mercantil y con personalidad jurídica, por cuanto, de otra manera, no
cabría hablar de “persona jurídica”. Por otra parte, la inclusión de las
sociedades civiles con personalidad jurídica y objeto mercantil como
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades trae causa en la
necesidad de homogeneizar la tributación de todas las figuras jurídicas,
cualquiera que sea la forma societaria elegida. Por ello resulta preciso
determinar, en primer lugar, en qué casos se considera que la sociedad
civil adquiere, desde el punto de vista del Impuesto sobre Sociedades,
personalidad jurídica y, en segundo lugar, establecer qué ha de
entenderse por objeto mercantil.
En relación con la primera cuestión, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 1669 del Código Civil, la sociedad civil tiene personalidad
jurídica siempre que los pactos entre sus socios no sean secretos. La
sociedad civil requiere, así, una voluntad de sus socios de actuar frente
a terceros como una entidad. Para su constitución no se requiere una
solemnidad determinada, pero resulta necesario que los pactos no sean
secretos. Trasladando lo anterior al ámbito tributario, cabe concluir que
para considerarse contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, es
necesario que la sociedad civil se haya manifestado como tal frente a la
Administración tributaria. Por tal motivo, a efectos de su consideración
como contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, las sociedades
civiles habrán de constituirse en escritura pública o bien en documento
privado, siempre que este último caso, dicho documento se haya
aportado ante la Administración tributaria a los efectos de la asignación
del número de identificación fiscal de las personas jurídicas y entidades
sin personalidad, de acuerdo con el artículo 24.2 del Reglamento
General de las actuaciones y los procedimientos de gestión e inspección
tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los procedimientos
de aplicación de los tributos, aprobado por el Real Decreto 1065/2007,
de 27 de julio. Sólo en tales casos se considerará que la entidad tiene
personalidad jurídica a efectos fiscales.
Adicionalmente la consideración de contribuyente del Impuesto sobre
Sociedades requiere que la sociedad civil tenga un objeto mercantil. A
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
estos efectos, se entenderá por objeto mercantil la realización de una
actividad económica de producción, intercambio o prestación de
servicios para el mercado en un sector no excluido del ámbito mercantil.
Quedarán, así, excluidas de ser contribuyentes del Impuesto sobre
Sociedades las entidades que se dediquen a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, mineras y de carácter profesional, por cuanto
dichas actividades son ajenas al ámbito mercantil.
Por otro lado, el artículo 8.3 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación
parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta
de no Residentes y sobre el Patrimonio (LIRPF) indica, con efectos 1 de
enero de 2016, que “No tendrán la consideración de contribuyente las
sociedades civiles no sujetas al Impuesto sobre Sociedades, herencias
yacentes, comunidades de bienes y demás entidades a que se refiere el
artículo 35.4 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria.
Las rentas correspondientes a las mismas se atribuirán a los socios,
herederos, comuneros o partícipes, respectivamente, de acuerdo con lo
establecido en la Sección 2.ª del Título X de esta Ley”.
Por tanto, puesto que el único contribuyente que se incorpora al
Impuesto sobre Sociedades son las sociedades civiles con objeto
mercantil, la entidad consultante, comunidad de bienes, seguirá
tributando como entidad en atribución de rentas conforme al
régimen especial regulado en la Sección 2ª del Título X de la LIRPF.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto
en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre,
General Tributaria.
NUM-CONSULTA
ORGANO
FECHA-SALIDA
NORMATIVA
V2391-15
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
28/07/2015
LIRPF Ley 35/2006 art. 8
LIS Ley 27/2014 art. 7
DESCRIPCIONHECHOS
La entidad consultante es una comunidad de bienes que desarrolla la
actividad de hostelería, encuadrada en el epígrafe 6732.1 del Impuesto
sobre Actividades Económicas.
CUESTIONPLANTEADA
Fue constituida por parte de sus dos socios, mediante una aportación
dineraria. Hasta la fecha, la comunidad de bienes no ha adquirido ningún
inmueble.
Si la entidad consultante debe tributar por el Impuesto sobre Sociedades,
por considerarse sociedad civil a efectos fiscales, aun cuando en su
creación se le diera forma de comunidad de bienes. En tal caso, si se
vería beneficiada de las exenciones de pagos de impuestos en caso de
optar por su disolución. Si las respuestas serían distintas si no hubiera
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
CONTESTACIONCOMPLETA
existido aportación en su constitución.
El artículo 7.1.a) la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre
Sociedades (LIS), establece que:
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su residencia en
territorio español:
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades civiles que no tengan
objeto mercantil.”.
De esta forma se incorporan unos nuevos contribuyentes al Impuesto
sobre Sociedades, las sociedades civiles con objeto mercantil, a
diferencia de lo que ocurría con anterioridad a 1 de enero de 2016, en
que todas las sociedades civiles tributaban bajo el régimen de atribución
de rentas.
Al margen de la discusión doctrinal que pueda plantear esta cuestión, lo
cierto es que en el tráfico jurídico existen sociedades civiles que actúan
como tales frente a terceros y también frente a la Hacienda Pública, no
siendo pocos los casos en que la jurisprudencia ha admitido esta
realidad en los distintos ámbitos jurídicos. El artículo 7.1.a) de la LIS al
configurar la figura del contribuyente del Impuesto sobre Sociedades
está aludiendo a esta realidad, haciendo abstracción de la dogmática
doctrinal suscitada en torno a la personalidad jurídica de este tipo de
entidades.
Cabe indicarse, por tanto, que, a los efectos del Impuesto sobre
Sociedades, se admite la existencia de sociedades civiles con objeto
mercantil y con personalidad jurídica, por cuanto, de otra manera, no
cabría hablar de “persona jurídica”. Por otra parte, la inclusión de las
sociedades civiles con personalidad jurídica y objeto mercantil como
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades trae causa en la
necesidad de homogeneizar la tributación de todas las figuras jurídicas,
cualquiera que sea la forma societaria elegida. Por ello resulta preciso
determinar, en primer lugar, en qué casos se considera que la sociedad
civil adquiere, desde el punto de vista del Impuesto sobre Sociedades,
personalidad jurídica y, en segundo lugar, establecer qué ha de
entenderse por objeto mercantil.
En relación con la primera cuestión, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 1669 del Código Civil, la sociedad civil tiene personalidad
jurídica siempre que los pactos entre sus socios no sean secretos. La
sociedad civil requiere, así, una voluntad de sus socios de actuar frente a
terceros como una entidad. Para su constitución no se requiere una
solemnidad determinada, pero resulta necesario que los pactos no sean
secretos. Trasladando lo anterior al ámbito tributario, cabe concluir que
para considerarse contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, es
necesario que la sociedad civil se haya manifestado como tal frente a la
Administración tributaria. Por tal motivo, a efectos de su consideración
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
como contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, las sociedades
civiles habrán de constituirse en escritura pública o bien en documento
privado, siempre que este último caso, dicho documento se haya
aportado ante la Administración tributaria a los efectos de la asignación
del número de identificación fiscal de las personas jurídicas y entidades
sin personalidad, de acuerdo con el artículo 24.2 del Reglamento
General de las actuaciones y los procedimientos de gestión e inspección
tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los procedimientos
de aplicación de los tributos, aprobado por el Real Decreto 1065/2007,
de 27 de julio. Sólo en tales casos se considerará que la entidad tiene
personalidad jurídica a efectos fiscales.
Adicionalmente la consideración de contribuyente del Impuesto sobre
Sociedades requiere que la sociedad civil tenga un objeto mercantil. A
estos efectos, se entenderá por objeto mercantil la realización de una
actividad económica de producción, intercambio o prestación de
servicios para el mercado en un sector no excluido del ámbito mercantil.
Quedarán, así, excluidas de ser contribuyentes del Impuesto sobre
Sociedades las entidades que se dediquen a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, mineras y de carácter profesional, por cuanto
dichas actividades son ajenas al ámbito mercantil.
Por otro lado, el artículo 8.3 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del
Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación
parcial de las leyes de los Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta
de no Residentes y sobre el Patrimonio (LIRPF) indica, con efectos 1 de
enero de 2016, que “No tendrán la consideración de contribuyente las
sociedades civiles no sujetas al Impuesto sobre Sociedades, herencias
yacentes, comunidades de bienes y demás entidades a que se refiere el
artículo 35.4 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria.
Las rentas correspondientes a las mismas se atribuirán a los socios,
herederos, comuneros o partícipes, respectivamente, de acuerdo con lo
establecido en la Sección 2.ª del Título X de esta Ley”.
Por tanto, puesto que el único contribuyente que se incorpora al
Impuesto sobre Sociedades son las sociedades civiles con objeto
mercantil, la entidad consultante, comunidad de bienes, seguirá
tributando como entidad en atribución de rentas conforme al
régimen especial regulado en la Sección 2ª del Título X de la LIRPF.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto
en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre,
General Tributaria.
2º Exemple: societats civils que es dediquen a l’assessorament fiscal i
comptable o serveis inmobiliaris: Si la societat civil tributa pels epígrafs de l’IAE
842, 834 i 849.9 es considera que té activitat mercantil i per tant a 1/1/2016 tributa per
l’impost de societats. La mateixa resposta pel cas que la societat civil es dediqui a la
prestació de serveis immobiliaris.
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NUM-CONSULTA
ORGANO
FECHA-SALIDA
NORMATIVA
DESCRIPCIONHECHOS
V2412-15
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
30/07/2015
LIS Ley 27/2014 art. 7
La entidad consultante es una sociedad civil particular, cuya actividad
principal consiste en el asesoramiento fiscal y contable, prevista en el
epígrafe 842 de las tarifas del Impuesto sobre Actividades Económicas
(IAE). Con el paso de los años, la entidad consultante también ha
desarrollado otras actividades complementarias, tales como la
administración de fincas (epígrafe 834) y confección de nóminas y
seguros sociales de los clientes (epígrafe 849.9).
La entidad consultante se constituyó en documento privado y cuenta con
número de identificación fiscal.
Si la entidad consultante debe tributar por el Impuesto sobre
Sociedades.
CUESTIONPLANTEADA
CONTESTACION- El artículo 7.1.a) la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto
sobre Sociedades (LIS), establece que:
COMPLETA
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su residencia en
territorio español:
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades civiles que no tengan
objeto mercantil.”.
De esta forma se incorporan unos nuevos contribuyentes al Impuesto
sobre Sociedades, las sociedades civiles con objeto mercantil, a
diferencia de lo que ocurría con anterioridad a 1 de enero de 2016, en
que todas las sociedades civiles tributaban bajo el régimen de atribución
de rentas.
Al margen de la discusión doctrinal que pueda plantear esta cuestión, lo
cierto es que en el tráfico jurídico existen sociedades civiles que actúan
como tales frente a terceros y también frente a la Hacienda Pública, no
siendo pocos los casos en que la jurisprudencia ha admitido esta
realidad en los distintos ámbitos jurídicos. El artículo 7.1.a) de la LIS al
configurar la figura del contribuyente del Impuesto sobre Sociedades
está aludiendo a esta realidad, haciendo abstracción de la dogmática
doctrinal suscitada en torno a la personalidad jurídica de este tipo de
entidades.
Cabe indicarse, por tanto, que, a los efectos del Impuesto sobre
Sociedades, se admite la existencia de sociedades civiles con objeto
mercantil y con personalidad jurídica, por cuanto, de otra manera, no
cabría hablar de “persona jurídica”. Por otra parte, la inclusión de las
sociedades civiles con personalidad jurídica y objeto mercantil como
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades trae causa en la
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
necesidad de homogeneizar la tributación de todas las figuras jurídicas,
cualquiera que sea la forma societaria elegida. Por ello resulta preciso
determinar, en primer lugar, en qué casos se considera que la sociedad
civil adquiere, desde el punto de vista del Impuesto sobre Sociedades,
personalidad jurídica y, en segundo lugar, establecer qué ha de
entenderse por objeto mercantil.
En relación con la primera cuestión, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 1669 del Código Civil, la sociedad civil tiene personalidad
jurídica siempre que los pactos entre sus socios no sean secretos. La
sociedad civil requiere una voluntad de sus socios de actuar frente a
terceros como una entidad. Para su constitución no se requiere una
solemnidad determinada, pero resulta necesario que los pactos no sean
secretos. Trasladando lo anterior al ámbito tributario, cabe concluir que
para considerarse contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, es
necesario que la sociedad civil se haya manifestado como tal frente a la
Administración tributaria. Por tal motivo, a efectos de su consideración
como contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, las sociedades
civiles habrán de constituirse en escritura pública o bien en documento
privado, siempre que este último caso, dicho documento se haya
aportado ante la Administración tributaria a los efectos de la asignación
del número de identificación fiscal de las personas jurídicas y entidades
sin personalidad, de acuerdo con el artículo 24.2 del Reglamento
General de las actuaciones y los procedimientos de gestión e inspección
tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los procedimientos
de aplicación de los tributos, aprobado por el Real Decreto 1065/2007,
de 27 de julio. Sólo en tales casos se considerará que la entidad tiene
personalidad jurídica a efectos fiscales.
Adicionalmente la consideración de contribuyente del Impuesto sobre
Sociedades requiere que la sociedad civil tenga un objeto mercantil. A
estos efectos, se entenderá por objeto mercantil la realización de una
actividad económica de producción, intercambio o prestación de
servicios para el mercado en un sector no excluido del ámbito mercantil.
Quedarán, así, excluidas de ser contribuyentes del Impuesto sobre
Sociedades las entidades que se dediquen a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, mineras y de carácter profesional, por cuanto
dichas actividades son ajenas al ámbito mercantil.
En el presente caso, la entidad consultante es una sociedad civil que
goza de personalidad jurídica a efectos del Impuesto sobre Sociedades,
puesto que se constituyó mediante documento privado que debió
presentar ante la Administración tributaria para la obtención de número
de identificación fiscal. Adicionalmente, la entidad consultante
desarrolla una actividad principal de asesoramiento fiscal y
contable que tiene dada de alta en el epígrafe 842 de la sección
primera del Real Decreto Legislativo 1175/1990, de 28 de
septiembre, por el que se aprueban las tarifas y la instrucción del
Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE en adelante), así
como otras actividades complementarias de administración de
fincas y confección de nóminas y seguros sociales de los clientes,
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
encuadradas en los epígrafes 834 y 849.9, respectivamente, del IAE.
Puesto que las actividades desarrolladas por la entidad
consultante consisten en la prestación de servicios para el
mercado en un sector no excluido del ámbito mercantil, las mismas
son constitutivas de un objeto mercantil. Consecuentemente, la
entidad consultante, con efectos para los períodos impositivos
iniciados a partir de 1 de enero de 2016, tendrá la consideración de
contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, puesto que cumple
los requisitos establecidos en el artículo 7.1.a) de la LIS.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto
en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre,
General Tributaria.
NUM-CONSULTA
ORGANO
FECHA-SALIDA
NORMATIVA
DESCRIPCIONHECHOS
V2392-15
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
28/07/2015
LIS Ley 27/2014 art. 7
La entidad consultante es una sociedad civil que se dedica a prestar
servicios de propiedad inmobiliaria, obteniendo una comisión por la
intermediación, encuadrada en el epígrafe 834 de la sección primera del
Impuesto sobre Actividades Económicas.
Está participada por dos socios, personas físicas, ostentando cada uno
de ellos el 50% de su capital. Ambos socios trabajan captando clientes,
pero ninguno de los dos es un profesional con título académico ni está
colegiado.
La entidad consultante posee número de identificación fiscal.
Si la entidad consultante será sujeto pasivo del Impuesto sobre
Sociedades.
CUESTIONPLANTEADA
CONTESTACION- El artículo 7.1.a) la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto
sobre Sociedades (LIS), establece que:
COMPLETA
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su residencia en
territorio espanyol
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades civiles que no tengan
objeto mercantil.”.
De esta forma se incorporan unos nuevos contribuyentes al Impuesto
sobre Sociedades, las sociedades civiles con objeto mercantil, a
diferencia de lo que ocurría con anterioridad a 1 de enero de 2016, en
que todas las sociedades civiles tributaban bajo el régimen de atribución
de rentas.
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
Al margen de la discusión doctrinal que pueda plantear esta cuestión, lo
cierto es que en el tráfico jurídico existen sociedades civiles que actúan
como tales frente a terceros y también frente a la Hacienda Pública, no
siendo pocos los casos en que la jurisprudencia ha admitido esta
realidad en los distintos ámbitos jurídicos. El artículo 7.1.a) de la LIS al
configurar la figura del contribuyente del Impuesto sobre Sociedades
está aludiendo a esta realidad, haciendo abstracción de la dogmática
doctrinal suscitada en torno a la personalidad jurídica de este tipo de
entidades.
Cabe indicarse, por tanto, que, a los efectos del Impuesto sobre
Sociedades, se admite la existencia de sociedades civiles con objeto
mercantil y con personalidad jurídica, por cuanto, de otra manera, no
cabría hablar de “persona jurídica”. Por otra parte, la inclusión de las
sociedades civiles con personalidad jurídica y objeto mercantil como
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades trae causa en la
necesidad de homogeneizar la tributación de todas las figuras jurídicas,
cualquiera que sea la forma societaria elegida. Por ello resulta preciso
determinar, en primer lugar, en qué casos se considera que la sociedad
civil adquiere, desde el punto de vista del Impuesto sobre Sociedades,
personalidad jurídica y, en segundo lugar, establecer qué ha de
entenderse por objeto mercantil.
En relación con la primera cuestión, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 1669 del Código Civil, la sociedad civil tiene personalidad
jurídica siempre que los pactos entre sus socios no sean secretos. La
sociedad civil requiere, por tanto, una voluntad de sus socios de actuar
frente a terceros como una entidad. Para su constitución no se requiere
una solemnidad determinada, pero resulta necesario que los pactos no
sean secretos. Trasladando lo anterior al ámbito tributario, cabe concluir
que para considerarse contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, es
necesario que la sociedad civil se haya manifestado como tal frente a la
Administración tributaria. Por tal motivo, a efectos de su consideración
como contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, las sociedades
civiles habrán de constituirse en escritura pública o bien en documento
privado, siempre que este último caso, dicho documento se haya
aportado ante la Administración tributaria a los efectos de la asignación
del número de identificación fiscal de las personas jurídicas y entidades
sin personalidad, de acuerdo con el artículo 24.2 del Reglamento
General de las actuaciones y los procedimientos de gestión e inspección
tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los procedimientos
de aplicación de los tributos, aprobado por el Real Decreto 1065/2007,
de 27 de julio. Sólo en tales casos se considerará que la entidad tiene
personalidad jurídica a efectos fiscales.
Adicionalmente la consideración de contribuyente del Impuesto sobre
Sociedades requiere que la sociedad civil tenga un objeto mercantil. A
estos efectos, se entenderá por objeto mercantil la realización de una
actividad económica de producción, intercambio o prestación de
servicios para el mercado en un sector no excluido del ámbito mercantil.
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
Quedarán, así, excluidas de ser contribuyentes del Impuesto sobre
Sociedades las entidades que se dediquen a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, mineras y de carácter profesional, por cuanto
dichas actividades son ajenas al ámbito mercantil.
En el presente caso, la entidad consultante es una sociedad civil
que goza de personalidad jurídica a efectos del Impuesto sobre
Sociedades, puesto que se constituyó mediante documento privado
que presentó ante la Administración tributaria para la obtención de
número de identificación fiscal. Adicionalmente, la entidad
consultante desarrolla una actividad de prestación de servicios de
propiedad inmobiliaria, actividad económica no excluida del ámbito
mercantil y por tanto constitutiva de un objeto mercantil.
Consecuentemente, la entidad consultante, con efectos para los
períodos impositivos iniciados a partir de 1 de enero de 2016,
tendrá la consideración de contribuyente del Impuesto sobre
Sociedades, puesto que cumple los requisitos establecidos en el
artículo 7.1.a) de la LIS.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto
en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre,
General Tributaria
3º Exemple: societats civils amb activitat professional: Aqui no hi ha cap dubte,
no están afectades per la nova normativa i no son subjectes de l’impost de
societats. Aqui fer un incis: si prospera la reforma del codi de comerç, totes les
societats civils seran subjectes de l’impost de societats.Ara per ara aquesta reforma
encara no està aprovada.
NUM-CONSULTA
ORGANO
FECHA-SALIDA
NORMATIVA
V2377-15
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
28/07/2015
LIRPF Ley 35/2006 art. 8
LIS Ley 27/2014 art. 7
DESCRIPCIONHECHOS
La entidad consultante es una sociedad civil particular profesional, que desarrolla la
actividad profesional prevista en el epígrafe 731 de la sección segunda de las
tarifas del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE).
CUESTIONPLANTEADA
La entidad consultante se constituyó en documento público y se inscribió en el
Registro Mercantil.
Si la entidad consultante debe tributar por el Impuesto sobre Sociedades. En caso
afirmativo, qué tratamiento fiscal corresponde a las cantidades que los socios de la
entidad consultante retiran mensualmente a cuenta de los beneficios de la entidad.
El artículo 7.1.a) la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del Impuesto sobre
Sociedades (LIS), establece que:
CONTESTACION
-COMPLETA
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su residencia en territorio
español:
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades civiles que no tengan objeto
mercantil.”.
De esta forma se incorporan unos nuevos contribuyentes al Impuesto sobre
Sociedades, las sociedades civiles con objeto mercantil, a diferencia de lo que
ocurría con anterioridad a 1 de enero de 2016, en que todas las sociedades civiles
tributaban bajo el régimen de atribución de rentas.
Al margen de la discusión doctrinal que pueda plantear esta cuestión, lo cierto es
que en el tráfico jurídico existen sociedades civiles que actúan como tales frente a
terceros y también frente a la Hacienda Pública, no siendo pocos los casos en que
la jurisprudencia ha admitido esta realidad en los distintos ámbitos jurídicos. El
artículo 7.1.a) de la LIS al configurar la figura del contribuyente del Impuesto sobre
Sociedades está aludiendo a esta realidad, haciendo abstracción de la dogmática
doctrinal suscitada en torno a la personalidad jurídica de este tipo de entidades.
Cabe indicarse, por tanto, que, a los efectos del Impuesto sobre Sociedades, se
admite la existencia de sociedades civiles con objeto mercantil y con personalidad
jurídica, por cuanto, de otra manera, no cabría hablar de “persona jurídica”. Por otra
parte, la inclusión de las sociedades civiles con personalidad jurídica y objeto
mercantil como contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades trae causa en la
necesidad de homogeneizar la tributación de todas las figuras jurídicas, cualquiera
que sea la forma societaria elegida. Por ello resulta preciso determinar, en primer
lugar, en qué casos se considera que la sociedad civil adquiere, desde el punto de
vista del Impuesto sobre Sociedades, personalidad jurídica y, en segundo lugar,
establecer qué ha de entenderse por objeto mercantil.
En relación con la primera cuestión, de conformidad con lo dispuesto en el artículo
1669 del Código Civil, la sociedad civil tiene personalidad jurídica siempre que los
pactos entre sus socios no sean secretos. La sociedad civil requiere, por tanto, una
voluntad de sus socios de actuar frente a terceros como una entidad. Para su
constitución no se requiere una solemnidad determinada, pero resulta necesario
que los pactos no sean secretos. Trasladando lo anterior al ámbito tributario, cabe
concluir que para considerarse contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, es
necesario que la sociedad civil se haya manifestado como tal frente a la
Administración tributaria. Por tal motivo, a efectos de su consideración como
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, las sociedades civiles habrán de
constituirse en escritura pública o bien en documento privado, siempre que este
último caso, dicho documento se haya aportado ante la Administración tributaria a
los efectos de la asignación del número de identificación fiscal de las personas
jurídicas y entidades sin personalidad, de acuerdo con el artículo 24.2 del
Reglamento General de las actuaciones y los procedimientos de gestión e
inspección tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los procedimientos
de aplicación de los tributos, aprobado por el Real Decreto 1065/2007, de 27 de
julio. Sólo en tales casos se considerará que la entidad tiene personalidad jurídica a
efectos fiscales.
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
Adicionalmente la consideración de contribuyente del Impuesto sobre Sociedades
requiere que la sociedad civil tenga un objeto mercantil. A estos efectos, se
entenderá por objeto mercantil la realización de una actividad económica de
producción, intercambio o prestación de servicios para el mercado en un sector no
excluido del ámbito mercantil. Quedarán, así, excluidas de ser contribuyentes del
Impuesto sobre Sociedades las entidades que se dediquen a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, mineras y de carácter profesional, por cuanto dichas
actividades son ajenas al ámbito mercantil.
Por otro lado, el artículo 8.3 de la Ley 35/2006, de 28 de noviembre, del Impuesto
sobre la Renta de las Personas Físicas y de modificación parcial de las leyes de los
Impuestos sobre Sociedades, sobre la Renta de no Residentes y sobre el
Patrimonio (LIRPF) indica, con efectos 1 de enero de 2016, que “No tendrán la
consideración de contribuyente las sociedades civiles no sujetas al Impuesto sobre
Sociedades, herencias yacentes, comunidades de bienes y demás entidades a que
se refiere el artículo 35.4 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria.
Las rentas correspondientes a las mismas se atribuirán a los socios, herederos,
comuneros o partícipes, respectivamente, de acuerdo con lo establecido en la
Sección 2.ª del Título X de esta Ley”.
En el presente caso, la entidad consultante es una sociedad civil que desarrolla una
actividad de carácter profesional. Puesto que las actividades profesionales están
excluidas del ámbito mercantil, la entidad consultante no tendrá la consideración de
contribuyente del Impuesto sobre Sociedades por no cumplir los requisitos
establecidos en el artículo 7.1.a) de la LIS. Consecuentemente, seguirá tributando
como entidad en atribución de rentas conforme al régimen especial regulado en la
Sección 2ª del Título X de la LIRPF.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a lo dispuesto en el
apartado 1 del artículo 89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General
Tributaria.
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
4º Exemple: societats civils amb objecte mercantil: Sense cap dubte,
son subjectes pasius de l’impost de societats a 1-1-2016.
NUM-CONSULTA V2378-15
ORGANO
FECHA-SALIDA
NORMATIVA
DESCRIPCIONHECHOS
CUESTIONPLANTEADA
CONTESTACIONCOMPLETA
SG de Impuestos sobre las Personas Jurídicas
28/07/2015
LIS Ley 27/2014 art. 7 y 120
La entidad consultante es una sociedad civil que realiza la
actividad de venta menor de juguetes y artículos de
deporte, encuadrada en el epígrafe 659.6 del Impuesto
sobre Actividades Económicas. A efectos del Impuesto
sobre el Valor Añadido está en el régimen de recargo de
equivalencia.
La entidad consultante no ha hecho públicos sus pactos ni
está inscrita en el Registro Mercantil. No lleva su
contabilidad ajustada al Código de Comercio ni al Plan
General Contable porque su volumen de ingresos es
inferior a 600.000 €
.
Junto al escrito de consulta se aportan el contrato de
constitución de la sociedad civil y el contrato privado de
compraventa de las participaciones de la sociedad civil por
los actuales socios. Ha presentado el modelo 036 de
modificación de los datos relativos al Impuesto sobre la
Renta de las Personas Físicas, para la inclusión de la
entidad en el régimen de estimación directa simplificada.
La entidad consultante cuenta con número de identificación
fiscal expedido por la Administración tributaria.
Si la entidad consultante debe tributar por el Impuesto
sobre Sociedades. En caso afirmativo, si debe llevar su
contabilidad conforme al Plan General de Contabilidad y si
está obligada a presentar cuentas anuales ante el Registro
Mercantil.
El artículo 7.1.a) la Ley 27/2014, de 27 de noviembre, del
Impuesto sobre Sociedades (LIS), establece que:
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan su
residencia en territorio español:
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades civiles
que no tengan objeto mercantil.”.
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
De esta forma se incorporan unos nuevos contribuyentes al
Impuesto sobre Sociedades, las sociedades civiles con
objeto mercantil, a diferencia de lo que ocurría con
anterioridad a 1 de enero de 2016, en que todas las
sociedades civiles tributaban bajo el régimen de atribución
de rentas.
Al margen de la discusión doctrinal que pueda plantear
esta cuestión, lo cierto es que en el tráfico jurídico existen
sociedades civiles que actúan como tales frente a terceros
y también frente a la Hacienda Pública, no siendo pocos
los casos en que la jurisprudencia ha admitido esta
realidad en los distintos ámbitos jurídicos. El artículo 7.1.a)
de la LIS al configurar la figura del contribuyente del
Impuesto sobre Sociedades está aludiendo a esta realidad,
haciendo abstracción de la dogmática doctrinal suscitada
en torno a la personalidad jurídica de este tipo de
entidades.
Cabe indicarse, por tanto, que, a los efectos del Impuesto
sobre Sociedades, se admite la existencia de sociedades
civiles con objeto mercantil y con personalidad jurídica, por
cuanto, de otra manera, no cabría hablar de “persona
jurídica”. Por otra parte, la inclusión de las sociedades
civiles con personalidad jurídica y objeto mercantil como
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades trae causa
en la necesidad de homogeneizar la tributación de todas
las figuras jurídicas, cualquiera que sea la forma societaria
elegida. Por ello resulta preciso determinar, en primer
lugar, en qué casos se considera que la sociedad civil
adquiere, desde el punto de vista del Impuesto sobre
Sociedades, personalidad jurídica y, en segundo lugar,
establecer qué ha de entenderse por objeto mercantil.
En relación con la primera cuestión, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 1669 del Código Civil, la sociedad
civil tiene personalidad jurídica siempre que los pactos
entre sus socios no sean secretos. La sociedad civil
requiere, por tanto, una voluntad de sus socios de actuar
frente a terceros como una entidad. Para su constitución no
se requiere una solemnidad determinada, pero resulta
necesario que los pactos no sean secretos. Trasladando lo
anterior al ámbito tributario, cabe concluir que para
considerarse
contribuyente
del
Impuesto
sobre
Sociedades, es necesario que la sociedad civil se haya
manifestado como tal frente a la Administración tributaria.
Por tal motivo, a efectos de su consideración como
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, las
sociedades civiles habrán de constituirse en escritura
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
pública o bien en documento privado, siempre que este
último caso, dicho documento se haya aportado ante la
Administración tributaria a los efectos de la asignación del
número de identificación fiscal de las personas jurídicas y
entidades sin personalidad, de acuerdo con el artículo 24.2
del Reglamento General de las actuaciones y los
procedimientos de gestión e inspección tributaria y de
desarrollo de las normas comunes de los procedimientos
de aplicación de los tributos, aprobado por el Real Decreto
1065/2007, de 27 de julio. Sólo en tales casos se
considerará que la entidad tiene personalidad jurídica a
efectos fiscales.
Adicionalmente la consideración de contribuyente del
Impuesto sobre Sociedades requiere que la sociedad civil
tenga un objeto mercantil. A estos efectos, se entenderá
por objeto mercantil la realización de una actividad
económica de producción, intercambio o prestación de
servicios para el mercado en un sector no excluido del
ámbito mercantil. Quedarán, así, excluidas de ser
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades las
entidades que se dediquen a actividades agrícolas,
ganaderas, forestales, mineras y de carácter profesional,
por cuanto dichas actividades son ajenas al ámbito
mercantil.
En el presente caso, la entidad consultante es una
sociedad civil que goza de personalidad jurídica a
efectos del Impuesto sobre Sociedades, puesto que se
constituyó mediante documento privado presentado
ante la Administración tributaria para la obtención de
número de identificación fiscal. Adicionalmente, la
entidad consultante desarrolla una actividad de venta
menor de juguetes y artículos de deporte, actividad
económica no excluida del ámbito mercantil y por tanto
constitutiva de un objeto mercantil.
Consecuentemente, la entidad consultante, con
efectos para los períodos impositivos iniciados a partir
de 1 de enero de 2016, tendrá la consideración de
contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, puesto
que cumple los requisitos establecidos en el artículo
7.1.a) de la LIS.
Como contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, la
entidad consultante deberá llevar su contabilidad en los
términos dispuestos en el artículo 120.1 de la LIS:
“1. Los contribuyentes de este Impuesto deberán llevar su
contabilidad de acuerdo con lo previsto en el Código de
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
Comercio o con lo establecido en las normas por las que
se rigen.
(…)”.
En último lugar, este Centro Directivo no es competente
para pronunciarse sobre la obligación de la entidad
consultante de presentar cuentas anuales ante el Registro
Mercantil, tal y como se desprende del artículo 88.1 de la
Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria:
“1. Los obligados podrán formular a la Administración
tributaria consultas respecto al régimen, la clasificación o la
calificación tributaria que en cada caso les corresponda.”
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes, conforme a
lo dispuesto en el apartado 1 del artículo 89 de la Ley
58/2003, de 17 de diciembre, General Tributaria.
5º exemple: societats civils de mera tinença
de bens, o agrícoles o ramaderes: no són
subjectes de l’impost de societats a 1/1/2016.
V2431-15
ORGANO
FECHA-SALIDA
NORMATIVA
DESCRIPCIONHECHOS
SG de Impuestos sobre las Personas
Jurídicas
30/07/2015
LIRPF Ley 35/2006 art. 8
LIS Ley 27/2014 art. 7
La entidad consultante es una sociedad civil de
carácter particular y externo, residente en territorio
español, con personalidad jurídica y plena capacidad
para adquirir para sí cualesquiera bienes y derechos
y asumir cualesquiera obligaciones. Se constituyó
mediante escritura pública y cuenta con número de
identificación fiscal.
Su objeto social constituye la inversión de productos
financieros, nacionales o extranjeros, y, en particular,
en instituciones de inversión colectiva. La única
actividad que desarrolla la entidad consultante
consiste en participar en una comunidad de bienes,
cuyo objeto coincide con el de la entidad consultante.
En concreto, la comunidad de bienes es titular de
inversiones en activos financieros depositados y
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
gestionados
financieras.
CUESTIONPLANTEADA
CONTESTACIONCOMPLETA
en
el
extranjero
en
entidades
Ni la consultante ni la comunidad de bienes cuentan
con medios materiales y/o humanos para la gestión
de las inversiones en instrumentos financieros, ni
tampoco para la realización de actividad alguna, al
margen de ser vehículos de inversión en productos
financieros en interés de sus socios y/o comuneros.
Si la entidad consultante será sujeto pasivo del
Impuesto sobre Sociedades, por considerar que la
mera titularidad de inversiones en instrumentos
financieros constituye un objeto mercantil.
El artículo 7.1.a) la Ley 27/2014, de 27 de noviembre,
del Impuesto sobre Sociedades (LIS), establece que:
“Serán contribuyentes del Impuesto, cuando tengan
su residencia en territorio español:
a) Las personas jurídicas, excepto las sociedades
civiles que no tengan objeto mercantil.”.
De esta forma se incorporan unos nuevos
contribuyentes al Impuesto sobre Sociedades, las
sociedades civiles con objeto mercantil, a diferencia
de lo que ocurría con anterioridad a 1 de enero de
2016, en que todas las sociedades civiles tributaban
bajo el régimen de atribución de rentas.
Al margen de la discusión doctrinal que pueda
plantear esta cuestión, lo cierto es que en el tráfico
jurídico existen sociedades civiles que actúan como
tales frente a terceros y también frente a la Hacienda
Pública, no siendo pocos los casos en que la
jurisprudencia ha admitido esta realidad en los
distintos ámbitos jurídicos. El artículo 7.1.a) de la LIS
al configurar la figura del contribuyente del Impuesto
sobre Sociedades está aludiendo a esta realidad,
haciendo abstracción de la dogmática doctrinal
suscitada en torno a la personalidad jurídica de este
tipo de entidades.
Cabe indicarse, por tanto, que, a los efectos del
Impuesto sobre Sociedades, se admite la existencia
de sociedades civiles con objeto mercantil y con
personalidad jurídica, por cuanto, de otra manera, no
cabría hablar de “persona jurídica”. Por otra parte, la
inclusión de las sociedades civiles con personalidad
jurídica y objeto mercantil como contribuyentes del
Impuesto sobre Sociedades trae causa en la
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
necesidad de homogeneizar la tributación de todas
las figuras jurídicas, cualquiera que sea la forma
societaria elegida. Por ello resulta preciso determinar,
en primer lugar, en qué casos se considera que la
sociedad civil adquiere, desde el punto de vista del
Impuesto sobre Sociedades, personalidad jurídica y,
en segundo lugar, establecer qué ha de entenderse
por objeto mercantil.
En relación con la primera cuestión, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 1669 del Código Civil,
la sociedad civil tiene personalidad jurídica siempre
que los pactos entre sus socios no sean secretos. La
sociedad civil requiere una voluntad de sus socios de
actuar frente a terceros como una entidad. Para su
constitución no se requiere una solemnidad
determinada, pero resulta necesario que los pactos
no sean secretos. Trasladando lo anterior al ámbito
tributario, cabe concluir que para considerarse
contribuyente del Impuesto sobre Sociedades, es
necesario que la sociedad civil se haya manifestado
como tal frente a la Administración tributaria. Por tal
motivo, a efectos de su consideración como
contribuyentes del Impuesto sobre Sociedades, las
sociedades civiles habrán de constituirse en escritura
pública o bien en documento privado, siempre que en
este último caso, dicho documento se haya aportado
ante la Administración tributaria a los efectos de la
asignación del número de identificación fiscal de las
personas jurídicas y entidades sin personalidad, de
acuerdo con el artículo 24.2 del Reglamento General
de las actuaciones y los procedimientos de gestión e
inspección tributaria y de desarrollo de las normas
comunes de los procedimientos de aplicación de los
tributos, aprobado por el Real Decreto 1065/2007, de
27 de julio. Sólo en tales casos se considerará que la
entidad tiene personalidad jurídica a efectos fiscales.
Adicionalmente la consideración de contribuyente del
Impuesto sobre Sociedades requiere que la sociedad
civil tenga un objeto mercantil. A estos efectos, se
entenderá por objeto mercantil la realización de una
actividad económica de producción, intercambio o
prestación de servicios para el mercado en un sector
no excluido del ámbito mercantil. Quedarán, así,
excluidas de ser contribuyentes del Impuesto sobre
Sociedades las entidades que se dediquen a
actividades agrícolas, ganaderas, forestales, mineras
y de carácter profesional, por cuanto dichas
actividades son ajenas al ámbito mercantil.
ACAT – Associació Catalana d’Assessors Fiscals, Comptables i Laborals
En el presente caso, la entidad consultante es
una sociedad civil que goza de personalidad
jurídica a efectos del Impuesto sobre Sociedades,
pero que desarrolla una actividad de mera
titularidad de inversiones en instrumentos
financieros, actividad no excluida de las
señaladas anteriormente.
Consecuentemente, la entidad consultante, con
efectos para los períodos impositivos iniciados a
partir de 1 de enero de 2016, no tendrá la
consideración de contribuyente del Impuesto
sobre Sociedades, puesto que no cumple los
requisitos establecidos en el artículo 7.1.a) de la
LIS.
Lo que comunico a Vd. con efectos vinculantes,
conforme a lo dispuesto en el apartado 1 del artículo
89 de la Ley 58/2003, de 17 de diciembre, General
Tributaria.
Per
qualsevol
acat@acatfcl.cat.
dubte
o
aclariment:
Josep M Paños Pascual
President ACAT
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