hacia la solvencia del sistema de pensiones tras

Anuncio
HACIA LA SOLVENCIA DEL SISTEMA DE
PENSIONES TRAS LOS NUEVOS RETOS:
ENVEJECIMIENTO Y DESEMPLEO. LÍNEAS DE
ACTUACIÓN Y CALENDARIO DE APLICACIÓN
RESUMEN EJECUTIVO
RESPONSABLE: Montserrat Guillen Estany
Investigación financiada mediante subvención recibida de acuerdo con lo previsto en
la Orden TIN/1902/2009, de 10 de julio (premios para el Fomento de la Investigación de
la Protección Social –FIPROS-)
La Seguridad Social no se identifica con el contenido y/o conclusiones de esta
investigación, cuya total responsabilidad corresponde a sus autores.
HACIA LA SOLVENCIA DEL SISTEMA DE
PENSIONES TRAS LOS NUEVOS RETOS:
ENVEJECIMIENTO Y DESEMPLEO. LÍNEAS DE
ACTUACIÓN Y CALENDARIO DE APLICACIÓN
PERSONAL INVESTIGADOR
Dra. Montserrat Guillén Estany. Departamento de Econometría. Facultad de
Económicas. Universidad de Barcelona. Diagonal 690, 08034 BARCELONA. Telf.: +34
93 4037039 Fax: +34 93 4021821 e-mail: mguillen@ub.edu
Dra. Inmaculada Domínguez Fabián. Departamento de Economía Financiera y
Contabilidad. Facultad de Estudios Empresariales y Turismo. Universidad de
Extremadura. Avda. de la Universidad s/n, 10071 Cáceres. Telf.: + 34 927 257480 e-mail:
idomingu@unex.es
D. Borja Encinas Goenechea. Departamento de Economía Financiera y Contabilidad.
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad de Extremadura. Avda.
de Elvas s/n 06006 Badajoz. Telf.: +34 924 289574 e-mail: bencinas@unex.es
COLABORADORAS
Dña. Amparo Nagore García. Departamento de Economía Aplicada. Facultad de
Economía. Universidad de Valencia. Avenida de los Naranjos, s/n. 46022 Valencia- Telf.:
+34 96 3828405. e-mail: amparo.nagore@uv.es
Dña. Beatriz Rosado Cebrián. Departamento de Economía Financiera y Contabilidad.
Facultad de Estudios Empresariales y Turismo. Universidad de Extremadura. Avda. de
la Universidad s/n, 10071 Cáceres. Telf.: + 34 927 257480 e-mail: brosadoc@unex.es
PERSONA DE CONTACTO
Dra. Inmaculada Domínguez Fabián. Departamento de Economía Financiera y
Contabilidad. Facultad de Estudios Empresariales. Universidad de Extremadura.
Avenida de la Universidad, s/n. 10071 Cáceres. Telf.: +34927257480. e-mail:
idomingu@unex.es
I.
RIESGOS DE LOS SISTEMAS DE PENSIONES
En los últimos años se ha producido una acelerada carrera para reformar los sistemas
de pensiones de un gran número de países, de tal manera, que los problemas con las reformas
de pensiones están empezando a dominar las políticas económicas, Valdés-Prieto (2002).
Estudios recientes de la Comisión Europea, la OCDE y el Banco Mundial destacan la
necesidad de emprender reformas en los sistemas de pensiones públicos, como consecuencia
de la existencia de serias dificultades en su viabilidad financiera. El impacto de la crisis
financiera y económica de los últimos años ha intensificado el debate, entre la opinión pública
e investigadores y expertos, sobre la viabilidad financiera de los sistemas de pensiones,
poniendo de manifiesto sus carencias, ya sean de reparto o de capitalización. Así, ante el
envejecimiento de la población, el aumento del desempleo, la reducción del crecimiento
económico, el incremento de los niveles de deuda nacionales y la volatilidad de los mercados,
se está dificultando el cumplimiento de las promesas de pensión de muchos países.
En este contexto, la Comisión Europea a través del informe del Libro Verde de 2010:
“En pos de unos sistemas de pensiones europeos adecuados, sostenibles y seguros”, alerta
sobre la necesidad de llevar a cabo reformas que minoren los problemas financieros de los
sistemas de pensiones, afirmando que la adecuación y sostenibilidad deben ser los objetivos
globales que las reformas de los sistemas de pensiones deben perseguir -prolongando la vida
laboral y ampliando el acceso a planes de pensiones complementarios-, además de alcanzar un
equilibrio sostenible entre el tiempo de trabajo y el tiempo de jubilación. En este Libro Verde
se presentan las principales tendencias de reformas de algunos estados miembros, detalladas
en el Informe conjunto sobre las pensiones del Comité de Política Económica y el Comité de
Protección Social (2010), algunas de ellas son: recompensar a quien se jubile más tarde y
penalizar a quien lo haga antes; calcular prestaciones basadas en la media de las retribuciones
a lo largo de la carrera laboral; tomar medidas en el mercado de trabajo para animar a los
trabajadores de más edad a permanecer en él; conceder mayor importancia a los planes
privados complementarios.
Ante los reiterados llamamientos al Gobierno español por parte del FMI, de la OCDE
y de la Comisión Europea, el Consejo de Ministros del Gobierno de España aprobó, a
comienzos del año 2010, la propuesta de reforma de pensiones que presentaría ante la
Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo. Esta propuesta ha supuesto el principio de un
3
debate social y político, que lejos está del principio del Pacto de Toledo de no utilizar en el
debate político las pensiones, en el que está inmersa actualmente la sociedad española. Varias
son las reformas que se discuten y que periódicamente se debaten en los medios de
comunicación y políticos.
Para entender verdaderamente el problema de las pensiones, hay que conocer que el
sistema de pensiones de jubilación español se basa en el sistema de reparto. Como su propio
nombre indica, esto supone que los trabajadores de cada momento financian con sus
cotizaciones a la Seguridad Social las pensiones percibidas por los ya jubilados de ese mismo
momento. Por tanto, el tipo de cotización es la variable que teóricamente habría que modificar
anualmente para que el volumen total de cotizaciones se igualara con el de pensiones. En la
práctica, esto último no sucede nunca, sino que se permiten déficits o superávits. Los años de
bonanza económica y de crecimiento demográfico han permitido que los ingresos por
cotizaciones superen a los gastos por pensiones, destinándose la mayor parte de los superávits
de caja obtenidos, a constituir el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Una vez explicado
esto, es fácil entender que un riesgo al que se enfrenta este tipo de sistemas, es el riesgo
individuo. Esto supone que todo aquello que suponga que haya menos cotizantes o más
pensionistas, supondrá un riesgo cierto para el sistema de pensiones.
El envejecimiento de la población, motivado por el aumento de la esperanza de vida,
lo que implica directamente un incremento en la partida de gastos en pensiones; y la
reducción de la tasa de fertilidad, lo que supone una reducción en el número de cotizantes y,
por lo tanto, de ingresos, es lógicamente uno de los componentes del riesgo del colectivo.
Sin duda, otro componente de este riesgo del colectivo es el incremento del
desempleo, puesto que supone una reducción de los ingresos del sistema, ya sea porque
reduce el número de cotizantes, si estos pasan a la inactividad, o la cuantía de las cotizaciones,
si pasan a percibir prestación contributiva por desempleo 1.
Analizar posibles escenarios de comportamiento de estos elementos del riesgo del
colectivo no permitirá conocer con certeza cuál es la situación del sistema de pensiones, pero
sí valorar cuál es la influencia de estos factores en la solvencia del sistema de pensiones.
1
La prestación de desempleo contributiva se calcula en base a la base reguladora de los 180 últimos meses
cotizados y supone un 70% de la misma los 180 primeros días y un 60% el tiempo restante que se perciba la
prestación.
4
Son muchos los estudios que analizan la sostenibilidad del sistema de pensiones: unos
desde una óptica contable, realizando proyecciones sobre las variables macroeconómicas;
otros trabajando con modelos de equilibrio general, analizando la influencia de las reformas
sobre las variables económicas, pero desde una óptica, quizás, demasiado general; y otros
desde la denominada contabilidad generacional. El trabajo que presentamos se encuadra en
esta última línea, persiguiendo un doble objetivo: medir la sostenibilidad del sistema de
Seguridad Social español, y estudiar medidas de reforma que la anulen o reduzcan.
Para la consecución de este objetivo, desde hace cinco años los investigadores
disponemos de una nueva fuente de información fundamental para el estudio del mercado de
trabajo y del sistema de pensiones español, como es la Muestra Continua de Vidas Laborales
(MCVL). Para los investigadores de los sistemas de pensiones, la MCVL supone un antes y
un después en sus trabajos. Los registros contenidos en esta Muestra permiten avalar teorías
que anteriormente eran defendidas con datos agregados, pero que hoy son contrastadas con
microdatos, ya que cuenta con información individualizada de más de un millón de individuos
y de todas las relaciones que estos han tenido con la Seguridad Social. En este trabajo se
utiliza la edición correspondiente al año 2008 (MCVL 2008) sin datos fiscales 2 y trabajamos
con la historia laboral de aquellos cotizantes incluidos en la muestra que tienen informado su
tipo de relación laboral o contrato a 31 de diciembre de 2008. La información obtenida de la
MCVL 2008 nos va a permitir analizar el mercado de trabajo e incluir comportamientos
detectados en el mismo para la construcción de las historias laborales futuras, hasta el
momento de la jubilación.
II.
SOLVENCIA DEL SISTEMA DE PENSIONES
En la mayoría de los países desarrollados existe una clara preocupación por los efectos
negativos que el envejecimiento de la población está teniendo y va a tener en el futuro sobre
la sostenibilidad de sus sistemas público de pensiones. España no ha quedado al margen de
este debate y buena prueba de ello es que durante los últimos años se han realizado numerosas
investigaciones encaminadas a cuantificar los problemas financieros futuros del sistema de
Seguridad Social español, donde incluso se plantean diversas posibilidades de reformas para
intentar evitar la insolvencia del sistema. Como se recoge en Devesa, Lejárraga y Vidal
2
Hasta el momento se han realizado seis ediciones de la MCVL con información referente a los años 2004,
2005, 2006, 2007, 2008 y 2009. Además, cada año se publican dos versiones de la muestra, en una de ellas se
incluyen datos fiscales procedentes de los ficheros de la Agencia Tributaria.
5
(2002), entre estos estudios se pueden citar, sin intención de hacer una enumeración
exhaustiva, el de Herce y Pérez (1995); Barea y González-Paramo (1996); Piñera y Weinstein
(1996); Herce (1997); Mateo (1997); Meneu (1998); Herce y Alonso (2000); Montero (2000).
Otros trabajos más recientes sobre este tema son los de Conde y Alonso (2004); UE (2005);
MTAS (2005); Alonso (2006); Patxot (2006); Díaz-Giménez, Díaz-Saavedra (2006);
Balmaseda, Melguizo y Taguas (2006); Ministerio de Trabajo e Inmigración (2008), Gil et al.
(2008); Fernández y Herce (2009) y Devesa y Devesa (2010).
Como señalan Alonso y Conde (2007), aunque existen algunas diferencias entre los
resultados obtenidos debido fundamentalmente a la metodología empleada (modelos
individuales de ciclo vital, modelos de equilibro general o modelos de Contabilidad
Generacional), y a las hipótesis contempladas en las proyecciones de población y de los
escenarios macroeconómicos, todos estos trabajos coinciden en señalar que en España existe
un problema grave de sostenibilidad de las pensiones, por el proceso de envejecimiento de la
población. No obstante, también hay investigadores que no están de acuerdo con esta
afirmación y defienden la viabilidad del sistema actual, como es el caso de Zubiri (2003); Del
Brio y Gonzalez (2004); Esteve y Muñoz de Bustillo (2004); García y Serrano (2004); y
Febrero y Cadarso (2006).
En la mayoría de los trabajos anteriores, el análisis sobre la viabilidad del sistema de
pensiones se basa, fundamentalmente, en realizar proyecciones sobre los ingresos y gastos del
mismo para determinar a partir de qué año se comenzarán a generar déficits de caja, pero sin
preocuparse de si el sistema está equilibrado actuarialmente. Por ello, en los últimos años han
aparecido algunas investigaciones que para contrastar la viabilidad financiera de nuestro
sistema de pensiones han optado por utilizar la metodología del tanto interno de rendimiento
(TIR), midiendo la relación que existe entre las cotizaciones aportadas y las prestaciones
recibidas para todo el ciclo de vida de un individuo o conjunto de individuos. Es decir, el
objetivo perseguido con este método es comprobar si en el sistema público de pensiones
español, tal y como está definido en la actualidad, existe equilibrio financiero-actuarial entre
las aportaciones que realiza cada individuo durante los años activos y las prestaciones que
posteriormente percibirá del sistema cuando se jubile.
La relación entre el TIR y la viabilidad financiera de un sistema de pensiones de
reparto, como es el español, tiene su origen en la proposición de Samuelson (1958) donde se
establece el límite de rentabilidad que puede ofrecer un sistema de reparto para garantizar su
6
sostenibilidad. Para Devesa, Lejárraga y Vidal (2002), la idea básica de Samuelson, todavía
plenamente en vigor y frecuentemente referenciada en la literatura, es que un sistema de
pensiones financiado a través del reparto o de transferencias intergeneracionales, será viable
en el largo plazo siempre y cuando el TIR del sistema no supere la tasa media de crecimiento
de los salarios reales más la tasa de crecimiento estable de la población cotizante o, lo que es
lo mismo, no supere el crecimiento de la base fiscal del sistema. Por tanto, según la
metodología del TIR la viabilidad financiera del sistema de reparto estará enlazada, Murphy y
Welch (1998), con el promedio de crecimiento económico sostenible a largo plazo y éste será
el referente para fijar la sostenibilidad del sistema. En la misma línea, Jimeno y Licandro
(1999) apuntan que en el largo plazo la tasa de crecimiento de los salarios reales viene dada
por la tasa de crecimiento de la productividad del trabajo, de tal forma que el sistema de
reparto será viable si la tasa de crecimiento del Producto Interior Bruto supera el TIR medio
del sistema.
A nuestro juicio, analizar adecuadamente la solvencia del sistema de pensiones de una
determinada población, supone obtener el TIR del sistema, considerando el riesgo individuo
al que está sometido esa población.
III.
RIESGO INDIVIDUO. RIESGO DEMOGRÁFICO
Aunque el progresivo envejecimiento de la población es uno de los cambios más
significativos que se ha dado en las sociedades desarrolladas en la segunda mitad del siglo
XX, los datos de Naciones Unidas ponen de manifiesto que las sociedades envejecen en todas
las partes del mundo como consecuencia de la transición demográfica desde un régimen
demográfico de alta mortalidad y alta natalidad a otro de baja mortalidad y baja natalidad.
En este contexto de envejecimiento generalizado de la población, España no sólo no
ha sido una excepción sino que, además, es uno de los países donde el proceso de
envejecimiento de su población se ha desarrollado a un ritmo más acelerado 3. Según el INE,
desde el año 1950 la población española de 65 y más años se ha triplicado y ello ha supuesto
que la tasa de envejecimiento (porcentaje que representa la población mayor de 64 años sobre
la población total) haya alcanzado el 17,2% en 2010.
3
La transición demográfica española se ha producido con retraso con respecto a los países de su entorno,
pero de forma más acelerada. En 1985, España era, detrás de Irlanda, el segundo país con menor tasa de
envejecimiento de los que integran la UE-15.
7
Para Celentani et al. (2007), en casi todos los países el envejecimiento de la población
se explica por dos causas principales: 1) el aumento de la esperanza de vida; y 2) el descenso
de la fecundidad.
Por lo que se refiere a la longevidad, en España el aumento de la esperanza de vida al
nacer ha sido una constante a lo largo del siglo XX. En las últimas décadas la esperanza de
vida ha crecido extraordinariamente pasando de los 62,1 años en 1951 hasta 81,3 años en
2010. Según el Informe de Desarrollo Humano del año 2010, elaborado por el Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), España ocupa, en 2010, el séptimo puesto en
el ranking de países con mayor esperanza de vida del mundo, solo por detrás de Japón (83,2),
Suiza (82,2), Islandia (82,1), Australia (81,9), Francia (81,6) e Italia (81,4).
En este trabajo, el análisis de la solvencia del sistema de pensiones español va a
llevarse a cabo con la metodología del tanto interno de rendimiento. Para este análisis, se ha
de incluir información sobre la supervivencia del colectivo para poder calcular la relación
entre las cotizaciones y las pensiones y buscar así el indicador que nos informe de si el
sistema de pensiones puede considerarse o no solvente financieramente. La información de la
supervivencia la incluiremos en el análisis a través del elemento biométrico de las tablas de
mortalidad. Mateo (2000) afirma que las tablas de mortalidad deberían recoger, por un lado, la
realidad actual y, por otro, lo que ocurrirá dentro de 10 o 20 años en cuanto a la esperanza de
vida de las personas. Estaríamos en ese caso ante las denominadas tablas dinámicas.
En este trabajo se va a calcular el TIR de la población analizada considerando, por un
lado, unas tablas estáticas y, por otro, unas tablas dinámicas. El efecto de incluir tanto la
probabilidad de supervivencia de aquellos que se jubilen en el momento de cálculo como la
de aquellos que lo hagan en el horizonte temporal analizado, frente a trabajar con valores
estáticos, supondrá incluir, en el análisis de la sostenibilidad del sistema, un aspecto del riesgo
individuo: el riesgo demográfico.
IV.
MERCADO DE
LABORALES
TRABAJO
Y
MUESTRA
CONTINUA
DE
VIDAS
Al evaluar el sistema de pensiones de reparto español se han de analizar, por un lado,
las cotizaciones que se realizan al mismo y, por otro, las pensiones que el sistema reporta a
sus pensionistas. La MCVL2008 nos informará de cuáles son las cotizaciones pasadas de los
individuos que en el año 2008 tienen relación con el sistema de Seguridad Social. Esta
8
relación puede ser como activo o como pasivo. No obstante, solo se analizará la información
de aquellos que, a 31 de diciembre de 2008, tienen un contrato en vigor.
Además, la MCVL informa de la relación laboral que tiene el cotizante, con lo cual
tendremos datos de cuál es su tipo de contrato en cada momento, así como información sobre
el empresario que lo contrata. Esta información nos ayudará a estimar las historias laborales
futuras de los activos analizados. Es decir, el objetivo que se persigue al analizar el mercado
de trabajo a través de la MCVL, es conocer cuál es el tipo de contrato que tiene cada cotizante
en el último momento conocido, así como el contrato inmediatamente anterior, para con ello
poder construir sus historias laborales futuras.
Para construir estas historias laborales se sigue el siguiente proceso.
1. Analizamos, individuo a individuo, el tipo de contrato o relación laboral 4 que tiene
cada cotizante informado por la MCVL2008 a 31 de diciembre. De cada relación
laboral se estudia tanto su tipología como la duración de los episodios tanto de
empleo como de percepción de prestación o subsidio de desempleo.
2. Para cada uno de los individuos se analiza el contrato o relación laboral
inmediatamente anterior a aquel que está en vigor a 31 de diciembre de 2008.
3. Se contrasta si hay diferencias significativas en las duraciones de los episodios de
cotización en función del tipo de contrato en vigor y el anterior, así como si se
permanece o no en la misma empresa durante los dos tipos de contrato. Esta
información será fundamental para, posteriormente, poder construir las historias
laborales futuras de los individuos objeto de análisis.
En base a los datos obtenidos de la MCVL2008 se desagrega la Muestra en diversas
submuestras, organizadas en base a los criterios de análisis de diferencias significativas entre
sus duraciones de episodios, las cuales se recogen en el Cuadro 1.
4
A efecto de la MCVL cada relación es lo que transcurre entre un alta y una baja en la Seguridad Social
(MTAS, 2006). La mayoría de las relaciones que aparecen en la MCVL corresponden a episodios de trabajo por
cuenta ajena o propia, es decir, períodos en los que el individuo está efectivamente ocupado (cotizantes
ocupados). Sin embargo, en estos ficheros también se incluyen aquellas relaciones con la Seguridad Social que
hacen referencia a etapas en las que la persona no está ocupada, pero mantiene sus cotizaciones a la Seguridad
Social (cotizantes no ocupados) y, en consecuencia, están incluidos en la población de referencia. Este es el caso
de las personas que tienen suscrito un Convenio Especial con la Seguridad Social o el de los perceptores de una
prestación o subsidio de desempleo.
9
CUADRO 1
Submuestra
Tipo de contrato anterior
Tipo de contrato en vigor
1
Indefinido
Indefinido
Ambos en la
misma empresa
SI
2
Temporal
Indefinido
SI
3
Indefinido
Temporal
SI
4
Temporal
Temporal
SI
5
Indefinido
Temporal
SI
6
Temporal
Prestación contributiva de
desempleo
Temporal
SI
Indefinido
NO
7
8
Indefinido
Prestación contributiva de
desempleo
NO
9
Prestación contributiva de
desempleo
Temporal
NO
10
Temporal
12
Prestación contributiva de
desempleo
Indefinido
13
Temporal
14
Indefinido
11
Prestación contributiva de
desempleo
Prestación contributiva de
desempleo
Indefinido
Indefinido
Prestación contributiva de
desempleo
NO
NO
NO
NO
NO
Fuente: Elaboración propia
V.
RIESGO INDIVIDUO. RIESGO DE DESEMPLEO.
El análisis de la solvencia financiera del sistema de pensiones que llevamos a cabo en
este trabajo, se va a realizar calculando el tanto interno de rendimiento de las cotizaciones y
prestaciones de todos los individuos de los que tiene información la Muestra Continua de
Vidas Laborales que, tras los filtros aplicados, son un total de 322.593 individuos.
De cada uno de estos individuos y en base a la información que proporciona la MCVL
2008, se conoce sus historias laborales pasadas. Por tanto, solo será necesario estimar sus
historias laborales futuras hasta el momento de la jubilación, para posteriormente calcular,
con las reglas del sistema actual, la pensión inicial de jubilación que le corresponde a cada
uno y, en base a estas, calcular el flujo de pensiones futuras aplicando la probabilidad de
supervivencia del individuo.
Para realizar la proyección de la historia laboral futura de los 322.593 individuos, se
utilizará la información obtenida de los dos últimos episodios de cotización, el que esté en
10
vigor a 31 de diciembre de 2008 y el inmediatamente anterior. La primera cuestión a decidir
es cómo se proyectará el comportamiento futuro de estos individuos, en relación al
desempleo.
Supondremos, en primer lugar, que el individuo va a estar en todo momento
realizando cotizaciones, bien a través de un contrato laboral o bien porque está percibiendo la
prestación de desempleo contributiva. Se realizará un ejercicio de asignación de
probabilidades de perder el empleo y pasar a percibir la prestación de desempleo. Puesto que
no sabemos con certeza cuál será esa probabilidad, se va a aplicar la técnica de generación de
escenarios y se va a trabajar bajos tres:
• Un escenario optimista, que supone una incidencia baja del desempleo sobre la
población analizada.
• Un escenario medio, con una incidencia media del desempleo.
• Un escenario pesimista, con una incidencia alta de desempleo
Las probabilidades de perder el empleo y pasar a percibir la prestación de desempleo,
no solo serán diferentes en cada escenario sino también para cada una de las distintas
submuestras en las que se clasifican a los individuos analizados. Se establecen y justifican
adecuadamente diversas hipótesis de trabajo que son fundamentales para llevar a cabo el
análisis empírico de cálculo del TIR de los 322.593 individuos analizados, lo cual nos
permitirá valorar la solvencia o no del sistema de pensiones, incluyendo en el análisis el
riesgo individuo en sus dos versiones, demográfico y de desempleo.
VI.
RESULTADOS EMPÍRICOS
Se lleva a cabo un análisis empírico que muestra, para los escenarios de desempleo
considerados y trabajando con diferentes tablas de supervivencia, estática y dinámica, cuál es
la solvencia del sistema de pensiones español incluyendo el riesgo del colectivo.
Los resultados se ofrecen por submuestras y desagregados por edades y nivel salarial,
lo que enriquece las conclusiones y el instrumento de análisis.
La conclusión global que se desprende de la observación de estos resultados es que el
sistema público de pensiones español tiene un problema de insolvencia financiera, puesto que
proporciona a los individuos unas pensiones de jubilación con una rentabilidad sobre las
11
contribuciones realizadas que excede de lo que se considera, en términos de Samuelson,
viable o sostenible financieramente.
Esta insolvencia se ve incrementada si se analiza el riesgo de envejecimiento y se
trabaja con tablas de supervivencia que consideran tanto la realidad actual como lo que
ocurrirá dentro de 10 o 20 años en cuanto a la esperanza de vida de las personas. De la misma
forma, si se somete al colectivo al riesgo de desempleo, el aumento de la insolvencia es claro
cuando se utilizan escenarios más pesimistas, que suponen una mayor incidencia del
desempleo en el colectivo analizado.
El análisis se completa con el estudio del efecto que tiene sobre la solvencia la
introducción de una reforma: el incremento en la edad de jubilación. Esta ha sido la que más
repercusión mediática ha tenido en los últimos meses de 2010. El incremento en la edad de
jubilación se ha planteado para que se efectúe de forma progresiva, de tal manera que no
afectaría a los que en 2008 fueran mayores de 55 años; a los que en esa fecha tuvieran entre
45 y 55, se les aumentaría en dos años la edad de jubilación; se incrementaría en tres años a
los que estuvieran comprendidos entre 35 y 44; y, por último, a los más jóvenes se les
aplicaría un incremento de 4 años.
Los resultados comparativos del valor del TIR, antes y después de la reforma, para los
cuatro escenarios analizados, se pueden ver en el Cuadro 2.
Cuadro 2. TIR para toda la población, en base a las tablas dinámicas antes y después de aplicar
la reforma
BASE
OPTIMISTA
MEDIO
PESIMISTA
Tablas dinámicas. Sin Reforma
4,44%
4,44%
4,48%
4,51%
Tablas dinámicas. Con Reforma
3,89%
3,93%
3,97%
4,02%
Lo más significativo es que la reforma propuesta no es suficiente para acercarnos a la
sostenibilidad del sistema, ya que el TIR obtenido está aún muy alejado del 3%, cifra que se
utiliza como frontera de viabilidad de un sistema. Esto nos permite afirmar que si se pretende
conseguir, de una vez por todas, una reforma que dé tranquilidad, durante muchos años, a los
participantes en el sistema, deberían hacerse cambios más profundos, bien en los parámetros
del sistema o bien modificando la fórmula de cálculo de la pensión inicial, de tal manera que
en un futuro no muy lejano se consiguiera la anhelada sostenibilidad del sistema contributivo
de pensiones de jubilación de la Seguridad Social española.
12
Descargar