CORTES GENERALES Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 DIARIO DE SESIONES DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS PLENO Y DIPUTACIÓN PERMANENTE Año 2005 VIII Legislatura Núm. 107 PRESIDENCIA DEL EXCMO. SR. D. MANUEL MARÍN GONZÁLEZ Sesión de la Diputación Permanente núm. 8 celebrada el miércoles, 24 de agosto de 2005 Página ORDEN DEL DÍA: Petición, formulada por un número suficiente de Diputados miembros de la Diputación Permanente, pertenecientes al Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, de que se acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara (número de expediente 062/000020), con el siguiente orden del día: — Comparecencia del Presidente del Gobierno, para explicar las circunstancias en las que se ha producido el trágico suceso en el que fallecieron 17 militares españoles en Afganistán, relatar la misión que estaban realizando, y si la misión que realizaban estaba contemplada en el mandato que se solicitó al Parlamento para el despliegue de tal fuerza, y así mismo manifestar el apoyo a nuestras Fuerzas Armadas y a las misiones que ejemplarmente realizan en el exterior y a las familias de los fallecidos, y respaldar y consolidar los compromisos exteriores de España en materia de seguridad y en defensa de la democracia . . . . . . . . . . . . 5387 5388 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 SUMARIO suceso en el que fallecieron 17 militares españoles en Afganistán, y si la misión que realizaban estaba contemplada en el mandato que se solicitó al Parlamento para el despliegue de tal fuerza, es rechazada por 16 votos a favor, 23 en contra y una abstención. Se abre la sesión a las cuatro y treinta minutos de la tarde. Página Se levanta la sesión a las seis de la tarde. Petición, formulada por un número suficiente de diputados miembros de la Diputación Permanente, pertenecientes al Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, de que se acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara con el siguiente orden del día: Se abre la sesión a las cuatro y treinta minutos de la tarde. Comparecencia del presidente del Gobierno, para explicar las circunstancias en las que se ha producido el trágico suceso en el que fallecieron 17 militares españoles en Afganistán, relatar la misión que estaban realizando, y si la misión que realizaban estaba contemplada en el mandato que se solicitó al Parlamento para el despliegue de tal fuerza, y asimismo manifestar el apoyo a nuestras Fuerzas Armadas y a las misiones que ejemplarmente realizan en el exterior y a las familias de los fallecidos, y respaldar y consolidar los compromisos exteriores de España en materia de seguridad y en defensa de la democracia. . . . . . . . . . . . . 5388 PETICIÓN, FORMULADA POR UN NÚMERO SUFICIENTE DE DIPUTADOS MIEMBROS DE LA DIPUTACIÓN PERMANENTE, PERTENECIENTES AL GRUPO PARLAMENTARIO POPULAR EN EL CONGRESO, DE QUE SE ACUERDE LA CELEBRACIÓN DE UNA SESIÓN EXTRAORDINARIA DEL PLENO DE LA CÁMARA, CON EL SIGUIENTE ORDEN DEL DÍA: En defensa de la petición formulada interviene el señor Zaplana Hernández-Soro, en nombre del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso. En turno de fijación de posiciones intervienen los señores Rodríguez Sánchez, del Grupo Parlamentario Mixto; Mardones Sevilla, del Grupo Parlamentario de Coalición Canaria; Llamazares Trigo, del Grupo Parlamentario de Izquierda Verde-Izquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds; Erkoreka Gervasio, del Grupo Parlamentario Vasco (EAJPNV); Puig Cordón, del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana (ERC); Maldonado i Gili, del Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió), y Cuadrado Bausela, del Grupo Parlamentario Socialista del Congreso. En turno de réplica intervienen los señores Zaplana Hernández-Soro y Cuadrado Bausela. Sometida a votación la petición formulada por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, de que se acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara, con la comparecencia del presidente del Gobierno, para explicar las circunstancias en las que se ha producido el trágico — COMPARECENCIA DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, PARA EXPLICAR LAS CIRCUNSTANCIAS EN LAS QUE SE HA PRODUCIDO EL TRÁGICO SUCESO EN EL QUE FALLECIERON 17 MILITARES ESPAÑOLES EN AFGANISTÁN, RELATAR LA MISIÓN QUE ESTABAN REALIZANDO, Y SI LA MISIÓN QUE REALIZABAN ESTABA CONTEMPLADA EN EL MANDATO QUE SE SOLICITÓ AL PARLAMENTO PARA EL DESPLIEGUE DE TAL FUERZA, Y ASIMISMO MANIFESTAR EL APOYO A NUESTRAS FUERZAS ARMADAS Y A LAS MISIONES QUE EJEMPLARMENTE REALIZAN EN EL EXTERIOR Y A LAS FAMILIAS DE LOS FALLECIDOS, Y RESPALDAR Y CONSOLIDAR LOS COMPROMISOS EXTERIORES DE ESPAÑA EN MATERIA DE SEGURIDAD Y EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA. (Número de expediente 062/000020.) El señor PRESIDENTE: Buenas tardes, señorías. Comenzamos esta sesión de la Diputación Permanente, cuyo único punto del orden del día trata de la petición formulada por el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso para que se acuerde la celebración de una sesión extraordinaria del Pleno de la Cámara, con el siguiente orden del día: Comparecencia del presidente del Gobierno, para explicar las circunstancias en las que se ha producido el trágico suceso en el que fallecieron 17 militares españoles en Afganistán, relatar la misión que estaban realizando y si la misión que realizaban estaba contemplada en el mandato que se solicitó al Parlamento 5388 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 para el despliegue de tal fuerza, y asimismo manifestar el apoyo a nuestras Fuerzas Armadas y a las misiones que ejemplarmente realizan en el exterior y a las familias de los fallecidos, y respaldar y consolidar los compromisos exteriores de España en materia de seguridad y en defensa de la democracia. Este es pues el punto del orden del día. Si les parece bien, el procedimiento será similar al de la anterior Diputación Permanente, es decir, en primer lugar la presentación de la petición formulada por siete minutos, fijación de posiciones de los grupos parlamentarios por cinco minutos y, a continuación, turno de réplica por otros cinco minutos. El grupo proponente tiene la palabra si así lo desea. El señor ZAPLANA HERNÁNDEZ-SORO: Señor presidente, ¿he entendido bien cuando ha hecho referencia a siete minutos para la primera intervención? (Asentimiento.) Gracias, señor presidente. Deseo expresar al inicio de esta sesión una vez más mi más sentido homenaje a los 17 soldados españoles fallecidos hace nueve días en Afganistán, que murieron, como hemos dicho esta mañana en la Comisión de Defensa, en cumplimiento de los compromisos internacionales de España, y trasladar mi más sincera condolencia a sus familias. Acaba de concluir, como SS.SS. saben, la comparecencia del ministro de Defensa en Comisión para informar sobre las circunstancias de la tragedia, pero afirmar que esa comparencia no ha sido suficiente sería quedarnos cortos. No ha existido ninguna conclusión, todas las hipótesis sobre las causas de lo sucedido continúan abiertas en estos momentos, y en lo que afecta a esta reunión de la Diputación Permanente dos cosas tenemos claras o son ciertas: que tiene que comparecer el presidente del Gobierno, desde nuestro punto de vista —por eso lo hemos solicitado—, y que el presidente del Gobierno no quiere comparecer. Por tanto, quiero protestar, con todo respeto, señor presidente, lógicamente reconociendo que la decisión es de quien es y, por tanto, entiéndase mi formulación de crítica en estos momentos simplemente desde el punto de vista político, por que se haga coincidir el mismo día la presencia del ministro en Comisión con la celebración de la Diputación Permanente. Es sin duda una astucia parlamentaria en la organización para que pase desapercibida una cuestión de relieve político como es la solicitud de comparecencia del presidente, y a las pruebas me remito: hemos tenido que retrasar el inicio de esta Diputación Permanente, y el presidente de la Comisión de Defensa también lo ha puesto como excusa en varias ocasiones como argumento para no conceder réplica, que habitualmente se da en la Comisión de Defensa. Luego si teníamos la certeza, pues ahora ya es más evidente si cabe. La ventaja de estos trucos parlamentarios es que ponen más en evidencia a quienes los utilizan. En cualquier caso, intentaré argumentar de forma breve el motivo de la solicitud de esta Diputación Permanente y aprovecharé porque, como se ha impedido la réplica en la Comisión de Defensa, han quedado algunas cosas que tienen mucho que ver —si no, no las plantearía aquí, en esta sesión— con lo que aquí estamos tratando y que podrían confundir a quien esté siguiendo ambos debates. Yo he dicho hace un momento en la Comisión de Defensa que el presidente del Gobierno debía comparecer en Pleno y he hecho referencia a declaraciones suyas en las que acusaba al anterior presidente del Gobierno de tener miedo, de esconderse detrás de su ministro de Defensa. Quiero recordar ahora, porque no lo he dicho antes y no he tenido la ocasión ni la oportunidad de contestar a alguna de las afirmaciones de las que el señor Rubalcaba seguro que se acuerda perfectamente, que, fíjense, señorías, llegaron a recurrir al Tribunal Constitucional exigiendo la presencia del presidente del Gobierno. Ya sé que nosotros no tenemos nunca razón, que la razón la tiene siempre el Grupo Parlamentario Socialista, pero fíjense en lo que han cambiado ustedes: de acudir al Tribunal Constitucional a decir que no tiene ningún sentido. Luego la palabra del presidente del Gobierno —perdónenme, no es insultarle— no vale; es que son reiterados sus compromisos cuando estaba en la oposición que no va a cumplir nunca porque ya nos lo ha dejado bastante claro. Aquí todo se suscita en torno a si este Parlamento ha estado siempre presente en los debates y en la autorización de las misiones exteriores de nuestro país desde que el Partido Socialista asumió la responsabilidad de gobierno. Y no es verdad, al menos en los términos en los que el presidente del Gobierno se comprometió. Quien diga eso está faltando a la verdad. El presidente del Gobierno vino al Pleno de fecha 6 de julio de 2004 —aquí está el «Diario de Sesiones», mucho más completo de lo que había leído yo y de lo que había leído el señor Pérez Rubalcaba, lógicamente, porque el «Diario de Sesiones» no se puede citar íntegro. Sabe el señor Rubalcaba que ha faltado a la verdad al decir que nosotros habíamos intentado dar un sesgo a la lectura que no corresponde a la verdad. Léalo entero, yo lo tengo aquí delante. En cualquier caso, a lo que vamos, viene el presidente del Gobierno, pide autorización, y se le concede la autorización. Y dice: La autorización es para estas circunstancias y condiciones, y si esas circunstancias y condiciones cambian, yo mismo vendré para solicitar el cambio. Aquí tengo el «Diario de Sesiones». (El señor Pérez Rubalcaba hace gestos negativos con la cabeza.) Como el señor Rubalcaba hace gestos con la cabeza, voy a leerlo literalmente —ya que somos tan amigos de leer los «Diarios de Sesiones», ahora nos pasaremos un rato leyendo el «Diario de Sesiones»—: Seis de julio de 2004, contestando al señor Herrera, dice: «El tiempo ya le he dicho, señor Herrera, que es de tres meses. Desde luego es una circunstancia extraordinaria que a día de hoy el mandato es claro.» Así lo pone. «Por supuesto, lo traerían nuevamente al Parlamento como creo que es coherente con la decisión… Repito: «… lo traería nuevamente al Parlamento —él, el que está 5389 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 hablando— como creo que es coherente con la decisión, aunque mi voluntad es que, salvo una situación muy extraordinaria, tres meses es el compromiso.» Como no puede cumplir lo que dijo —aquí estaba mucho más reciente su llegada a la responsabilidad de gobierno—, les ha engañado a todos, sí, sí, a los grupos minoritarios especialmente. (Risas.) Ha mandado al señor Bono a la Comisión a decir justo lo contrario de lo que él había mantenido en el Pleno. Yo les hago una pregunta —fíjense qué sencillo y que fácil—: ¿Puede hoy el presidente del Gobierno venir a un Pleno de esta Cámara a mantener lo que dijo en aquella sesión plenaria? No. (Varios señores diputados: ¡Sí!) Pues que venga. Ustedes tienen la forma de dejarnos en evidencia. Fíjense qué fácil. Ahora el señor Rubalcaba dice: Acepto la solicitud del Grupo Parlamentario Popular, y el señor presidente de la Cámara fija la sesión plenaria. Eso es revitalizar el Parlamento, que era el compromiso que tenía el presidente del Gobierno. Quien cambia las reglas respecto a nuestras misiones en el exterior es el señor Rodríguez Zapatero. Ni don Felipe González ni don José María Aznar pensaron que esa tenía que ser la fórmula adecuada; pensaron que entre sus responsabilidades al frente del Gobierno se encontraba la de tomar ese tipo de decisiones y actuaron en consecuencia. Aun así venían al Parlamento y debatían en el Parlamento, pero esos gobiernos de los que usted formó parte, señor Pérez Rubalcaba, no establecían la obligación y el compromiso de la autorización del Parlamento. El que establece ese nuevo listón es el señor Rodríguez Zapatero y el que no quiere ahora cumplir con el listón que él mismo estableció es el señor Rodríguez Zapatero. Alguno dirá: Es que estos señores cuando dicen que ha faltado a la verdad o cuando le dicen que se esconde tras su ministro de Defensa son mucho más prudentes de lo que él era. Él insultaba al entonces presidente Aznar y acudió al Tribunal Constitucional incluso en defensa de su posición política. Yo ya sé que hablar al Grupo Parlamentario Socialista en esta cuestión es inútil, nunca reconocerán nada, ni el señor Pérez Rubalcaba ha sido hoy capaz en su intervención —y eso sí me ha producido una cierta desazón— de censurar y criticar lo que dijeron en otras épocas. Cuando yo he recordado lo que nos dijeron, la justificación del señor Pérez Rubalcaba ha sido: Pero es que eso era Irak. (El señor Pérez Rubalcaba: No he dicho eso.) Como era Irak, valía lo de asesinos y todo lo demás, porque una crítica sí que se podía haber formulado, o al menos un silencio, señor Pérez Rubalcaba, pero nunca una justificación. ¿Qué tiene que pasar en este país para que tengamos que seguir aguantando su sectarismo permanentemente? (Rumores.) ¿Qué tiene que pasar? ¿Cuál es la ley del embudo que ustedes quieren traer a la vida política y al debate político español? Se lo digo con toda sinceridad. ¿No se dan cuenta de que no puede ser? ¿No se dan cuenta de que las reglas tienen que ser para todos? ¿No se dan cuenta de que la incoherencia tiene que pasar factura necesaria- mente en política cuando es tan descarada como la que ustedes ejercen? Como no creo que sea capaz de convencerles, voy a hacer una apelación, sin mucho entusiasmo en función del resultado que espero recoger, al resto de formaciones políticas. Al señor Llamazares y al resto de formaciones políticas simplemente les voy a pedir que recuerden lo que decían. Simplemente les pido que sean mínimamente coherentes con su posición política de tantos años. Simplemente les pido que piensen si una misión en el exterior de esta naturaleza, con la polémica que genera, que ha sido discutida esta mañana en la Comisión de Defensa, no merece un debate del presidente del Gobierno, cuando además se ha producido una tragedia que ha costado la vida de 17 soldados españoles. Qué menos que decir: Venga usted. Ya veremos luego cuál es la posición de cada uno, pero venga y explique no ya lo que ha pasado sino en qué consiste la misión, el porqué de la misión, cuál es el papel de nuestra actividad en el exterior en su conjunto y de las misiones militares en particular. ¿O es que no quieren conocerlo SS.SS.? ¿O es que se conforman con una Comisión de Defensa sin réplica, en la que el ministro nos ha contado los informes que él dice que están a su disposición y que no nos ha facilitado? ¿No ven ustedes que la vida parlamentaria —lo digo a pesar de que sé que va a generar alguna sonrisa— se ha empobrecido especialmente en los últimos tiempos? Se ha empobrecido muchísimo, y ustedes lo saben. Ustedes en su fuero interno lo tienen que saber porque son personas inteligentes. Ya pueden tener la coartada de quien quieran. Estamos acabando con el debate parlamentario, con la vida parlamentaria. Esto sí que es un verdadero juego de ping-pong, como se decía esta mañana. Lo que pida el Grupo Parlamentario Popular, por razonable y por sensato que sea, no vale ni siquiera una meditación, ni siquiera una argumentación razonada. Algunas formaciones políticas dicen que tienen su compromiso y que ese es el compromiso que vale. Pero el compromiso político es algo más que apoyar a un Gobierno o a un grupo parlamentario. El compromiso político también es mantener un mínimo de coherencia y de sensatez, y estoy absolutamente convencido de que en esto representamos a la inmensa mayoría de la sociedad española. ¿Por qué se niega un debate de esta necesidad, de esta importancia y de esta trascendencia a la sociedad española? ¿Por qué el presidente del Gobierno sí que sabe leer comunicados, dar alguna rueda de prensa y tener gestos, pero no quiere venir a esta Cámara? Reiteradamente se lo estamos solicitando en temas de gran importancia y relieve. Señorías, ustedes tienen la mayoría entre todos, ustedes son también, lógicamente, los responsables. Ustedes, en estos momentos, les guste o no, son prisioneros de su actividad, de sus responsabilidades en la oposición y hoy en el Gobierno o en el apoyo al Gobierno. En la vida política en democracia, en una sociedad plural como la nuestra, afortunadamente —voy a decir una obviedad—, 5390 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 la verdad no es absoluta, no la tiene nadie, uno se equivoca y acierta, pero les voy a decir que yo me siento absolutamente responsable de todas las decisiones de los gobiernos del Partido Popular, las acertadas y las no acertadas, y de todas las declaraciones. Estoy seguro de que en el fondo de sus conciencias ustedes no pueden compartir las de su grupo político. Muchas gracias. (Aplausos.) El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Zaplana. A continuación, fijación de posiciones, de menor a mayor. Grupo Mixto, señor Rodríguez. El señor RODRÍGUEZ SÁNCHEZ: Gracias, señor presidente. Es cuestión de hablar con claridad en relación con la petición del Grupo Parlamentario Popular de comparecencia del presidente del Gobierno, y lo haremos desde un grupo político como el Bloque Nacionalista Galego, que no nos sentimos socios del Gobierno en absoluto y además pensamos que la vida parlamentaria debe tener una agilidad y una participación lo más plural posible y en tiempo real. Decimos esto porque venimos de una sesión en la que, a excepción del final, en que sin duda por un problema operativo, que puede ser más o menos un pretexto, no hubo tiempo para clarificar algunas cuestiones que por lo menos merecían una réplica, y no solamente por parte del Partido Popular sino también en concreto por quien está hablando en este momento, pensamos que el siniestro que se produjo en Afganistán con la muerte de 17 españoles y 7 heridos ha sido básicamente aclarado en lo que se puede aclarar hasta ahora. Por lo tanto, en relación con ese suceso, y tal y como discurrieron las cosas políticamente, nosotros podemos tener posiciones críticas sobre el comportamiento del Gobierno sobre todo en relación con actos de carácter parafernálico o confesional que no consideramos que sean lógicos en un Estado que se dice aconfesional, pero no tenemos nada que decir en relación con el comportamiento del Gobierno respecto a las víctimas, los muertos, sus familias y respecto a la aplicación de la legalidad vigente. Eso lo dejamos muy claro esta mañana. Igual que dejamos muy clara la discrepancia de fondo sobre la política internacional del Gobierno. Aquí es donde nos gustaría aclararle alguna cuestión al Partido Popular. La petición que hace el Grupo Popular para que comparezca el presidente del Gobierno nos parece honestamente que está muy condicionada por querer aludir a la cúpula gubernativa en relación con dos temas que desde el punto del nacionalismo gallego son especialmente preocupantes. El primero es el intento de hacer una cierta vinculación de esta catástrofe al que sería máximo responsable del Gobierno, con una especie de vinculación muerte-víctimas y, por tanto, responsabilidad del Gobierno, y el segundo es algo que nos parece muchísimo más preocupante y que el Partido Popular no oculta, con lo cual nos obliga a nosotros a reaccionar de esta manera, y es una tendencia continua a colocar como pecado original del Gobierno unas alianzas parlamentarias que a nosotros no solamente nos parecen legítimas sino también normales en el contexto democrático español y conforme a la Constitución española, que es la legalidad vigente, que es el pluralismo político como máxima expresión de la sociedad española, tal y como lo llamarían ustedes, y que por lo tanto hay mayorías parlamentarias que se hacen conforme al criterio de alianzas parlamentarias también, incluida la elección del presidente del Gobierno. Hay una confusión en la sociedad al pensar que el presidente del Gobierno lo eligen directamente los ciudadanos. No, el presidente del Gobierno lo elegimos en el Congreso de los Diputados, por tanto, por mayorías parlamentarias. Y una de dos, o se descalifica al pluralismo político constitucional del Estado español o si se acepta, como es la legalidad, cualquier resultado, repito, es legítimo y no provoca ningún pecado original. Si esto además se vincula nada menos que a decir que el Partido Socialista retira las tropas de Irak para hacer concesiones a sus socios, creo que es mezclar la política internacional con la política del Estado hasta unos extremos que me parece que tienen como intencionalidad precisamente descalificar al resto de las fuerzas políticas, como si fuéramos casi sospechosas de incurrir en pecado original y no estar dentro de la órbita de lo que se considera la españolidad estricta. Esta mañana lo hemos escuchado 50.000 veces, por cierto, no solamente del Partido Popular de forma hegemónica sino también en algunas frases del ministro de Defensa. Se hace una identificación de España con el Ejército, una continua identificación de misión patriótica de luchar contra el terrorismo y a favor de la libertad, pero el problema es que se incluyen como terrorismo cantidad de cosas que no lo son. Tenemos una experiencia muy amarga de ocho años con el Partido Popular y en concreto de los cuatro últimos años con el señor Aznar, que fueron terribles en ese sentido. Por ejemplo, el BNG se vio implícitamente acusado de ser una fuerza terrorista, porque se decía que solamente se recibía a las fuerzas democráticas y no pro terroristas. Pues a mí nunca me recibieron ni en La Moncloa ni en ningún sitio, con lo cual se estaba diciendo que era una fuerza terrorista. Presenté mis quejas al señor Piqué cuando se inició el problema, y me dijo: No, ustedes son una fuerza democrática, pero el señor presidente del Gobierno no quiere reunirse con ustedes. Entonces están diciendo ustedes a la opinión pública que somos terroristas. Con estos antecedentes es normal que el Bloque Nacionalista Galego no avale la petición de comparecencia del presidente del Gobierno. Sin embargo, tenemos muy claro que al margen de esta actuación y de este suceso concreto, que, repito, hasta ahora está aclarado, si se produjesen nuevas informaciones por las que hiciera falta la comparecencia del presidente del Gobierno, sin duda estaríamos dispuestos a apoyarla. Sobre todo, en el periodo de sesiones ordinario pediremos una compare- 5391 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 cencia del presidente para que aclare mejor la evolución del Gobierno español en su política internacional, lo que en todo caso es interesante, pero al margen de este suceso, porque pensamos que merece la pena tener ese debate ya que desgraciadamente la evolución del mundo no va a ser para mejor a corto plazo, y pienso que hay conductas que sin duda pueden resultar contradictorias. Aunque hay algo que no es contradictorio, y es el atlantismo del Gobierno, en lo que coincide con el Partido Popular, ni tampoco es contradictoria la política de amistad con Estados Unidos, en lo que coincide con el Partido Popular, y nosotros celebramos que eso no nos lleve a que en la política doméstica haya que tener unas confesionalidades que serían contrarias a la Constitución española. Esto tengo que dejarlo hoy aquí muy claramente explicitado, porque la Constitución española no obliga a ninguna fuerza política del Estado español a ser atlantista, no obliga a ninguna fuerza política del Estado español a tener una concepción determinada de la lucha contra el terrorismo, ni obliga mucho menos a ninguna fuerza política del Estado español a ser confesionalmente pro americana, sino a tener buenas relaciones diplomáticas con Estados Unidos, que es un problema totalmente distinto y a lo que nadie en su sano juicio, en esta situación internacional, se negaría, más que nada por conveniencia propia y por muchos otros problemas que sabemos valorar. Acabo, señor presidente, diciendo que no vamos a avalar la petición de esta comparecencia, pero que en absoluto lo hacemos desde una posición, repito, de socios del Gobierno, que no lo somos, y mucho menos de apoyatura o muleta del mismo, sino desde una posición autónoma que tiene sobrados argumentos detrás por una experiencia de años. Nada más. Muchas gracias. El señor PRESIDENTE: Gracias a usted, señor Rodríguez. Señor Mardones. El señor MARDONES SEVILLA: Gracias, señor presidente. Voy a intervenir con brevedad. Desde mi grupo parlamentario hemos seguido a lo largo de los años en las reuniones de la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados en que se han pedido comparecencias de ministros o de presidentes del Gobierno un criterio de darle siempre tiempo al tiempo. No pedimos que estos debates no existan en la agenda del trabajo del Congreso de los Diputados. No lo eludimos y lo consideramos muy activador de la vida parlamentaria y significativo, pero dentro del reglamentario periodo ordinario de sesiones. Por lo tanto, vamos a darle tiempo al tiempo y procurar que las comparecencias, y más al máximo nivel del presidente del Gobierno, sean en periodo ordinario de sesiones. ¿Por qué decimos esto? Porque esta mañana hemos asistido a una amplia sesión de la Comisión de Defensa con carácter extraordinario en la que ha comparecido el ministro de Defensa, como saben SS.SS., para hablar del trágico suceso que ha costado la vida a 17 soldados españoles. Allí se ha dicho que el personal militar enterado en la cuestión está elaborando un informe técnico y que faltan todavía semanas para que se pueda disponer del mismo. Parece ser que también se ha inducido la actuación de un juzgado togado militar en los aspectos jurisdiccionales de la seguridad jurídica en la que tienen que intervenir los distintos órdenes jurisdiccionales, civiles o militares. Por lo tanto, desde el punto de vista de la prudencia y del sentido común, vamos a darle tiempo al tiempo, y esperamos que cuando este dictamen de la comisión técnica del accidente tenga terminadas sus conclusiones pueda ser presentado ante la Cámara. Porque incluso, más allá de la propia responsabilidad del accidente en sí mismo, se está cuestionando la política exterior española en cuanto al instrumento de las Fuerzas Armadas en misiones en el exterior bajo la legalidad internacional de Naciones Unidas, operando con estructuras OTAN o bien con fuerzas propias de la Unión Europea, por lo que hay que dar a esto el reposo, el sosiego y la información parlamentaria necesarios y evitar un debate en caliente que pocas oportunidades nos daría de encontrarle soluciones, si las tuviera, o de clarificar con los acontecimientos la posición del Gobierno y de cada uno de los grupos parlamentarios de la oposición o de apoyo con esta política exterior y el fundamento de la misma en el envío de expediciones militares en las que participan Fuerzas Armadas en el foro internacional. Nosotros creemos que el Parlamento merece este respeto y damos aquí también un margen de información para que el presidente del Gobierno —y no de hoy para mañana— viniera a decir las mismas cosas que todavía el soporte de información técnica que tienen las Fuerzas Armadas y los técnicos y especialistas que están actuando en esta materia le ofrezcan, y para clarificar el posicionamiento que tengamos en estos aspectos exteriores. Por lo tanto, en esta línea de razonabilidad, a nuestro juicio, y consecuente en todas las legislaturas, no podemos votar a favor de esta petición del Grupo Parlamentario Popular, que hemos escuchado con todos los respetos y que comprendemos dentro del juego parlamentario, del que mi experiencia tiene bastante casos similares y parecidos con diferentes gobiernos. Queremos dejar un tiempo de reflexión, de sentido común, de prudencia y de margen de confianza a quien tiene en este momento la responsabilidad de ser presidente del Gobierno español. Nosotros jamás negaremos a ningún presidente del Gobierno español el tiempo necesario para que disponga de los instrumentos de información para comparecer en la Cámara, y para que no tenga que comparecer por comparecer o por otras exigencias políticas. Nada más. Muchas gracias, señor presidente. 5392 El señor PRESIDENTE: A usted, señor Mardones. Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 Por el Grupo Parlamentario de Izquierda VerdeIzquierda Unida-Iniciativa per Catalunya Verds, señor Llamazares. El señor LLAMAZARES TRIGO: Gracias, señor presidente. Con cierta incomodidad debido a la hora y probablemente a la hipoglucemia, pero también debido a que mi grupo parlamentario, que ha propuesto la comparecencia del presidente del Gobierno, a falta de otro grupo parlamentario que respaldase nuestra iniciativa, se ve hoy ante la disyuntiva de tener que votar en un sentido o en otro una iniciativa de comparecencia del presidente del Gobierno que nosotros consideramos que es oportuna, pero con una argumentación de la que nosotros estamos en las antípodas: la argumentación que ha utilizado el portavoz del Grupo Parlamentario Popular y, sobre todo, las conclusiones que ha sacado después del debate de la Comisión de Defensa. Señorías, he de decir que en absoluto comparto un comentario que tiene que ver con el funcionamiento y la vitalidad de este Parlamento. Cualquiera que haya vivido el periodo anterior —yo tengo experiencia limitada respecto a las legislaturas de este Parlamento, pero la tengo de legislaturas autonómicas— no admitirá comparación alguna entre la pobreza parlamentaria de la legislatura pasada en la que el grupo parlamentario mayoritario prácticamente anulaba a las fuerzas políticas de la oposición y, como se ha dicho aquí, las criminalizaba también en la medida en que no coincidían con él en determinadas materias importantes: política exterior, política interior, política de seguridad y un periodo parlamentario como el que estamos viviendo hoy que, al menos durante este verano, nos ha permitido abordar los principales problemas que tenían los ciudadanos en tres comisiones del Congreso de los Diputados. Si hay que decir la verdad, el Congreso de los Diputados ha estado abierto en el periodo veraniego, en agosto, cosa que no ocurría, porque se cerraba a cal y canto, en el periodo del que yo tengo conocimiento, que es la legislatura pasada. Por lo tanto, lecciones de parlamentarismo, ninguna, señor Zaplana, porque da la casualidad de que si hemos vivido un periodo de pobreza parlamentaria, al menos desde mi punto de vista, ha sido el que ustedes han protagonizado en la mayoría parlamentaria y en el Gobierno. En segundo lugar, y respecto a las relaciones entre las fuerzas políticas, malas tienen que ser sus experiencias, señor Zaplana, para que considere que esas relaciones son siempre de dominación y de sumisión. Da la impresión de que las fuerzas políticas parlamentarias solo pueden llegar a acuerdos, todos ellos, según usted, inconfesables en clave de que uno domina y otro se somete. Por suerte eso ya no ocurre en las relaciones de pareja de nuestro país, de carácter generalizado, y tampoco ocurre en las relaciones parlamentarias, al menos no sucede en las nuestras. Como S.S. dice, nuestra libertad para no estar encarcelados o prisioneros de nadie en nuestras decisiones parlamentarias y poder decidir en función de nuestros criterios, de nuestra propia cabeza. Decía que estaba incómodo porque este debate no solamente se da en un momento determinado, ya prácticamente en la tarde, sin haber comido, sino porque estamos asistiendo a una situación que no habíamos vivido en el pasado y es que un grupo parlamentario que está de acuerdo con el envío de tropas a Afganistán coge los argumentos de los grupos que no estamos de acuerdo no para ponerse del lado de los que no estamos de acuerdo y cambiar entonces de posición política, no; para contraponerse al Gobierno y decir que el Gobierno debe decidirse de la poesía al teatro, por la prosa. Ese es el planteamiento del Grupo Parlamentario Popular: tiene que decir que allí estamos en una acción de guerra, vinculados a los Estados Unidos, etcétera; es decir, que el Gobierno tiene que confesar. Es una especie de auto de fe ante lo que estamos. Señorías, a mí no me ilusiona nada formar parte de este auto de fe porque, al contrario que el Partido Popular, yo no creo que este sea un tema formal, de si alguien es poeta o teatrero, todos ellos aspectos muy encomiables, o si le gusta la prosa. La cuestión es la posición que se tiene respecto al envío de tropas a Afganistán. Y el Partido Popular pide cuentas sobre una materia con la que está de acuerdo, es una posición sui géneris; hace oposición en lo que está de acuerdo. Nuestro grupo parlamentario hace oposición en esta materia porque no está de acuerdo, pero no lo está con el Grupo Parlamentario Socialista y muchísimo menos con el Grupo Parlamentario Popular, que nos pide que no solamente estemos allí, sino que lo estemos con la bayoneta calada. Es lo que nos pide el Grupo Parlamentario Popular. Nosotros decimos que ni con la bayoneta calada ni allí; no hay que estar en Afganistán. Quiero utilizar un argumento que me parece sólido e interesante, que ha usado el ministro de Defensa Bono inteligentemente respondiendo al Grupo Parlamentario Popular. Ha hablado de la encuesta Elcano, que demuestra lo dividida que está la sociedad española sobre nuestra presencia en Afganistán. Dice que en la sociedad española las valoraciones negativas eran mayores en el caso de Afganistán: un 45 por ciento se mostró contrario a nuestra presencia en ese país y el 51 por ciento a favor. Como el señor Bono ha hablado de mi grupo político, citaré a algunos otros. Me extraña aún más la posición del Partido Popular. El 62 por ciento de los votantes del Partido Popular está a favor de la participación en Afganistán, lo cual quiere decir que el 38 por ciento, no; el 56 por ciento del Partido Socialista y en el caso nuestro, que le asombraba al señor Bono, el 42 por ciento está a favor y el resto en contra. Yo quiero sacar de aquí un argumento para esta comparecencia. Yo tendría dos argumentos para la comparecencia del presidente del Gobierno. Creo que es un error que el presidente del Gobierno no comparezca, no culmine la jugada. El presidente del Gobierno, el Gobierno y el ministro de Defensa, han gestionado bien la crisis, una 5393 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 crisis que se presentaba muy difícil, porque es una crisis gravísima, muy grave. Pero es que, además, conecta con el imaginario colectivo en relación con la política de seguridad y con la presencia de nuestras tropas en el extranjero. Creo que han gestionado bien la crisis liderando la investigación y el apoyo a las familias. Todo eso lo han hecho bien. ¿Por qué razón el presidente del Gobierno no quiere culminar el liderazgo de esta crisis y no quiere comparecer en el Parlamento? No lo entiendo. Lo ha hecho en otras ocasiones sorprendiéndonos a todos, por ejemplo en la presentación de la resolución sobre Afganistán, y no veo en esta ocasión por qué no quiere comparecer, sobre todo teniendo en cuenta los sesudos argumentos que ha utilizado el Partido Popular. Con esos argumentos del Partido Popular, el Grupo Parlamentario Socialista y el Gobierno no tendrían ningún problema en comparecer. Además de esa gestión de la crisis, el presidente del Gobierno debería comparecer, en opinión de mi grupo, porque se trata de una materia sobre la que todavía no hemos tenido un debate serio en esta Cámara: qué relación tiene con la nueva política exterior nuestra presencia internacional y si esa presencia internacional tiene que revisarse o no. Nosotros creemos que sí, que al menos en Afganistán hay contradicción entre la política exterior y esa presencia internacional. Por eso preferiríamos votar nuestra proposición. Esperamos que el Grupo Parlamentario Socialista dé alguna salida a esta situación, preferiríamos que la comparecencia del presidente fuera en periodo ordinario, que pudiésemos debatir sobre el conjunto de la presencia española en el exterior, pero si no nos queda más remedio votaremos a favor de la comparecencia del presidente habida cuenta de que respecto a la posición del Partido Popular, no tenemos nada que ver con las cuestiones que ha planteado hoy el Partido Popular en esta Cámara y que apuntan a que estemos en Afganistán con el bayoneta calada. El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Llamazares. Grupo Vasco, señor Erkoreka. El señor ERKOREKA GERVASIO: Gracias, señor presidente. Quisiera comenzar mi intervención sumándome a las expresiones de condolencia que ha formulado algún portavoz parlamentario para con los familiares y los allegados de los militares trágicamente fallecidos en Afganistán. Dicho esto, quisiera entrar directamente en el debate. Bajo la cuestión que hoy nos ha reunido la Diputación Permanente del Congreso subyacen, a mi juicio, dos cuestiones. Una tiene que ver con la clarificación de las circunstancias en las que se produjo la muerte de los 17 soldados y las actuaciones posteriores del Gobierno, circunstancias que aunque en sí mismas son más bien de naturaleza técnica, pues podrían ser, en algún caso quizás forzadamente, consideradas como tales, pueden tener, y de hecho tienen algunas de ellas, un trasfondo claramente político; tienen como trasfondo decisiones políticas que en la medida en que sean incorrectas, fallidas o inadecuadas pueden conllevar una exigencia de responsabilidad respecto a los miembros del Gobierno o su presidente. Se trata de puntos muy heterogéneos, muy diversos, que se han tratado ampliamente esta mañana en la comparecencia del ministro de Defensa en la Comisión correspondiente; puntos que van desde la concreta identificación de la causa que provocó el suceso, si fue un accidente fatal o si por el contrario fue consecuencia de un ataque premeditado, hostil, consciente y deliberado, hasta la determinación de si una vez ocurridos los hechos el Gobierno ha actuado con prudencia, con equilibrio, con sobriedad ante el grave suceso acaecido o si por el contrario, como alguien ha acusado, ha aprovechado la emotiva situación creada para sobreactuar, para poner en marcha un plan de propaganda orientado a ganar posiciones en el ámbito de la imagen y de las expectativas electorales. En todos estos puntos la comparecencia del ministro que acaba de concluir ha resultado razonablemente clarificadora y convincente y, hoy por hoy —insisto en el hoy por hoy—, puede excusar la comparecencia del presidente que se solicita, a no ser que se le quiera traer a la Cámara para exigirle responsabilidades in eligendo, acusándole de haber designado para dirigir el Ministerio de Defensa a alguien como el señor Bono, tan dado a la escenificación teatral. Hay una segunda cuestión de una dimensión más claramente política, que se ve directamente afectada por el punto que hoy analizamos en la Diputación Permanente y que tiene que ver con la pertinencia de la presencia de las tropas en Afganistán. También aquí se pueden distinguir varios puntos, fundamentalmente, dos. El primero es si la situación en Afganistán, tanto desde el punto de vista estrictamente militar como desde su adecuación a la legislación internacional o incluso desde el respaldo con el que cuenta por parte de esta Cámara, es una situación semejante o incluso idéntica a la de Irak. Hay algunos —parece que muchos, a tenor de la presencia que tienen en los medios de comunicación— interesados en establecer paralelismos evidentes entre ambos casos, entre Afganistán e Irak, pero, a juicio de mi grupo, las diferencias son tan obvias como evidentes. No voy a entrar a relacionarlas, porque sería imposible hacerlo en el marco de esta sesión, con la limitación temporal que nos hemos marcado para las intervenciones, pero basta repasar el repertorio de resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para comprobarlo. Me parece importante hacer notar, por lo que se refiere a esta Cámara, que hay una diferencia de trascendental importancia: la operación de Afganistán cuenta con el aval expreso del Parlamento; correcto o no, acertado o no, pero cuenta con ese aval, y la operación de Irak no lo hacía. La segunda cuestión, seguramente más grave a los efectos de esta sesión, es la de si se han respetado o no 5394 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 los términos fijados en su día por la autorización parlamentaria que se otorgó para el envío de las tropas a Afganistán. Hay grupos en esta Cámara que aseguran —hoy mismo lo han hecho con rotundidad— que no se produce este respeto, que las actuaciones de las fuerzas destacadas en Afganistán están incumpliendo claramente los límites fijados en esas resoluciones parlamentarias. Hay grupos que denuncian abiertamente que, bajo la falsa bandera de la misión humanitaria, lo que las tropas destacadas en Afganistán están desarrollando de hecho es una operación de guerra, operación que incumpliría radicalmente los acuerdos de las Cortes Generales. Es una acusación muy grave en términos democrático-parlamentarios, una acusación que preocupa especialmente a mi grupo, entre otras cosas, porque carece de medios suficientes para contrastar su veracidad y no quisiera que el apoyo que en su día prestó a esta misión se viera defraudado en la práctica por actuaciones de las fuerzas militares contrarias a lo realmente acordado en esta Cámara. Por sí mismo, el hecho de que se haya producido el accidente que ha justificado la convocatoria de esta Diputación Permanente no evidencia una alteración de esta misión. Algunos lo han pretendido, pero no es así. En Afganistán, hasta las misiones más inofensivas, hasta las misiones más rabiosamente pacíficas entrañan riesgos graves para la integridad física de quienes participan en ellas. En esta Cámara a nadie se le ocultaba este dato cuando se aprobó la actual misión humanitaria, y si se le ocultaba es que o no quería ver o sencillamente actuaba con una ingenuidad digna de mejor causa. A falta de otras evidencias, mi grupo no tiene por qué pensar que la información que nos suministra el Gobierno y la que ha puesto a disposición de los grupos parlamentarios esta mañana el ministro de Defensa sea falsa. Solo esperamos que el Gobierno sea leal y transparente en este punto, que no oculte a la Cámara datos relevantes ni defraude sus resoluciones poniendo en entredicho los acuerdos del Parlamento. Si lo hiciera, si existieran indicios racionales de que lo está haciendo o que nos permitieran sospechar que lo hace, seríamos los primeros en exigir, o en su caso apoyar, una comparecencia del máximo responsable del Ejecutivo, pero no creemos que hoy se den estas circunstancias, por lo que votaremos en contra de la solicitud de comparecencia del presidente. Un voto en contra que no significa una posición de principio contraria a la comparecencia. Insisto, pediremos la comparecencia o, en su caso, la apoyaremos si comprobamos objetivamente que la evolución de los acontecimientos durante las próximas semanas o meses la justifican. Creo que hoy por hoy no concurren estas circunstancias, y solo por esto votaremos en contra de la propuesta de comparecencia. Muchas gracias. El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Erkoreka. Por el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana tiene la palabra el señor Puig. El señor PUIG CORDÓN: Gracias, señor presidente. En primer lugar, quiero manifestar en nombre de mi grupo parlamentario el pésame y la condolencia a los familiares de los 17 militares fallecidos en el accidente del pasado 16 de agosto. Entrando en el tema que nos trae a esta Diputación Permanente, en su intervención el portavoz del Grupo Popular ha hecho una afirmación tajante: Nos han engañado a todos. Lo que no va a permitir nuestro grupo es que el señor Zaplana nos engañe a nosotros. Por tanto, señor Zaplana, no vamos a votar su solicitud de comparecencia, porque no vamos a permitir que usted nos intente engañar. Por las informaciones que nos ha facilitado en su comparecencia en la Comisión de Defensa el señor Bono, ministro de Defensa, creemos que no hay ningún motivo para que comparezca el presidente del Gobierno. Las explicaciones que se han dado esta mañana han dejado claro lo que ha sucedido y, por tanto, al día de hoy no hay motivo alguno para solicitar la comparecencia del presidente del Gobierno. Nuestro grupo apoyó en su día el envío de tropas a Afganistán. Aunque ya se ha dicho esta mañana, hay grandes diferencias entre Afganistán e Irak. El mandato de Naciones Unidas y el mandato mayoritario de este Parlamento avalan el envío de tropas y, por coherencia, seguimos afirmando —lo hemos manifestado en la Comisión de Defensa— el apoyo a la situación que se ha creado y al mantenimiento de las tropas en Afganistán. Si los acontecimientos, las informaciones que nos llegan y las investigaciones que se vayan desarrollando no introducen cambios sustanciales o importantes, no apoyaremos la comparecencia del presidente del Gobierno. Si en los próximos días el curso de la investigación variase porque cambiasen sustancialmente las circunstancias o las informaciones, Esquerra Republicana se replantearía la situación. La comparecencia del ministro ha sido suficiente y por ello vamos a mantener el voto negativo a la solicitud del Grupo Parlamentario Popular. Muchas gracias. El señor PRESIDENTE: Gracias, señor Puig. Por el Grupo Parlamentario Catalán (Convergència i Unió) tiene la palabra el señor Maldonado. El señor MALDONADO I GILI: Muchas gracias, señor presidente. Procuraré ser breve por una sencilla razón, porque podemos caer en el error de que esta Diputación Permanente se convierta en la segunda parte de la Comisión de Defensa que ha tenido lugar esta mañana. Hemos debatido el tema largo y tendido —cinco horas y media— y, al igual que han dicho otros portavoces, creo que se ha discutido en profundidad. El ministro de Defensa ha hecho una exposición detallada y ahora sería un error volver a incidir en él e iniciar un nuevo debate político. Esta es una Diputación Permanente que tiene un único 5395 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 punto del orden del día, que es aprobar o no la petición de comparecencia del presidente del Gobierno para que exponga los criterios del Gobierno respecto al accidente que tuvo lugar en Afganistán. Nuestro grupo considera que las comparecencias del Gobierno, de los ministros, del presidente o de quien haga falta son buenas, pero también cree que tienen que llevarse a cabo cuando correspondan. El debate del accidente de Afganistán debe celebrarse en un ámbito determinado, que es la Comisión de Defensa, y ya ha tenido lugar. ¿Por qué tiene que ser en la Comisión de Defensa? Por una sencilla razón, porque allí se aprobó, porque allí el ministro vino a exponer el desarrollo de la presencia de España en Afganistán, y ese es el foro político en el que tiene que tener lugar el debate del accidente que tuvo lugar en ese país. Se ha llevado a cabo y nuestro grupo esta mañana se ha dado por satisfecho, por lo que no estimamos necesaria la comparecencia del presidente del Gobierno. El señor Zaplana ha hecho dos afirmaciones que mi grupo ha escuchado atentamente: que la petición de un grupo como la del Partido Popular merece una meditación. Señor Zaplana, en política —y utilizo términos bélicos— se acostumbra a decir que al enemigo, ni agua. Esta es una praxis política que está demasiado en boga y que en esta casa se ve muy a menudo. Cuando ustedes gobernaban también lo aplicaban y de aquellos vientos estas tempestades. No lo compartimos ahora, tampoco nos gustaba en aquel momento, pero nuestro grupo cree que un grupo mayoritario como el suyo tiene derecho a pedir la comparecencia del presidente del Gobierno y a exigir un debate. La segunda afirmación era la de que se va a negar el debate. Mi grupo estima que no se tiene que producir la comparecencia del presidente del Gobierno. ¿Por qué? Porque la información del Gobierno ha sido correcta en tiempo y forma, porque la explicación del ministro ha sido exhaustiva y detallada en el foro y en el ámbito que corresponde. Pero a nuestro grupo, respetuoso democráticamente, le da la impresión de que el Partido Popular, partido mayoritario —no el más mayoritario, pero sí el segundo grupo y, por tanto, un grupo importante con representación en el Congreso—, tiene derecho a pedir esta comparecencia. No obstante, nuestro grupo estima que no ha lugar, por tanto, no la votaremos a favor. Si mi grupo estuviera en la tesitura de decir si o no, votaría que no. Es más, si del voto de Convergència i Unió dependiera la aprobación o no de esta comparecencia, votaríamos que no. Pero nuestro voto no decide la comparecencia. Dejando claro que el presidente del Gobierno no tiene que comparecer, nos abstendremos pues estimamos que son suficientes las explicaciones y que, como han dicho otros grupos, seguimos teniendo el instrumento de pedir la comparecencia posteriormente si lo que hasta hoy se ha dicho no es cierto o varía. Hasta ahora la actuación del ministro y del Gobierno ha sido correcta, por lo que no ha lugar a la comparecencia pero, repito que en aras a este debate que pide el Partido Popular, nos abstendremos. Muchas gracias. El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Maldonado. Grupo Socialista, señor Cuadrado. El señor CUADRADO BAUSELA: Conviene recordar a esta altura de la marcha de la Diputación Permanente que estamos aquí reunidos porque el día 16 de agosto 17 militares españoles murieron en Afganistán. Conviene recordarlo porque, si no, pudiera parecer que el debate tiene que ver con el pasado, con la etapa en la que gobernaba el Partido Popular en España, o con los debates que ya hemos tenido sobre la conveniencia o no de que nuestros soldados estén en Afganistán y estoy seguro de que en el futuro habrá más debates sobre esa cuestión. El señor Zaplana, portavoz del grupo que solicita la comparecencia del presidente del Gobierno, ha empezado su intervención diciendo que después de las horas en las que hemos estado en la otra Comisión con la información del ministro de Defensa no ha tenido suficiente, es decir, que necesita más información. Yo he estado atento al desarrollo de su intervención y no sé muy bien qué quiere exactamente el Grupo Popular. No sé si quiere más información sobre los detalles del accidente, sobre el helicóptero, sobre todas aquellas cuestiones sobre las que espero que a estas alturas el señor Zaplana ya tenga suficiente información, sobre cómo se gestionaron otras crisis en el pasado, o sobre las diferencias que pudiera haber entre nuestra presencia hoy en Afganistán y en el pasado en Irak. Me dice con la cabeza que sí, que esa es exactamente la herida, la última que acabo de señalar. No lo sé, puede que sí. Lo que ningún ciudadano que siga este debate puede entender a estas alturas es la relación que existe entre el accidente trágico, dramático, con 17 compatriotas muertos en Afganistán y los argumentos que se exponen para que no sea suficiente la comparecencia del ministro y comparezca el presidente del Gobierno. Yo he oído durante estos días —y hoy aquí es el único argumento que he vuelto a oír— que la cuestión tiene que ver con las palabras pronunciadas por el presidente del Gobierno el 6 de julio en las que explica cuáles son las razones para pedirle autorización al Parlamento para nuestra presencia en Afganistán y en Haití con un batallón electoral. Ese fue el debate, si SS.SS. lo recuerdan. Nos dice el señor Zaplana, en una confusión memorable —nos ha leído el «Diario de Sesiones»—, que en aquel momento el presidente del Gobierno dijo: Mi compromiso es que van por tres meses, era una de las condiciones más importantes de la misión. El límite temporal, tres meses, y volverán a casa. Si no cumplía este compromiso —nos lo ha leído él textualmente— comparecería otra vez. No ha entendido nada, señor Zaplana. 5396 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 Escuche un momento, si puede. No haga caso a sus asesores que le confunden mucho en esta materia. Aquel era un batallón electoral que estaba previsto para las elecciones presidenciales. Las citadas elecciones presidenciales ya se produjeron y han vuelto a casa, hace mucho tiempo que están aquí y no cumplieron el límite de los tres meses, estuvieron por debajo. Terminó aquel compromiso, aquella aprobación y aquella petición de acuerdo al Parlamento, por cierto, por primera vez en la historia de nuestra democracia. Usted confunde ese detalle concreto con otra historia que es diferente y que empieza el día 22 de junio de este año, no de 2004. Pues bien, el 22 de junio —le han debido de explicar muy mal las cosas— le pide el Gobierno, a través de su ministro de Defensa, autorización para ir a Afganistán con un batallón electoral para otras elecciones legislativas, las que están previstas para el 18 de septiembre. Usted confunde un batallón con otro batallón, una autorización con otra autorización y dice, como conclusión solemne, que el presidente del Gobierno de España no tiene palabra. (Rumores.) Me quedo ahí. Dejo esa cuestión exactamente en ese punto, señor Zaplana. La próxima vez lea el «Diario de Sesiones», elija mejor a los asesores, haga lo que tenga que hacer, pero entienda que con mala información se sacan malas conclusiones, y eso es lo que usted ha hecho aquí. Por cierto, la comparación que usted haga entre la Diputación Permanente y la sesión de hoy por la mañana, la hace usted y veo que es por donde duele. Hoy por la mañana ha habido una excelente, una extraordinaria atención a la información del señor ministro de Defensa, lo que afirma nuestra opinión, que hemos expresado y que reitero hoy aquí, de que quien tiene que comparecer es el ministro de Defensa como le han dicho todos los grupos, porque tiene que explicar lo que ha ocurrido el 16 de agosto y lo que ha gestionado el Gobierno a partir del 16 de agosto hasta hoy. Lo ha hecho bien, ha sido receptivo con las familias, ha dado bien los pasos, ha dado las suficientes explicaciones y ha habido transparencia. Y usted quiere que el presidente del Gobierno explique lo que usted quiere que se ponga encima de la mesa, la comparación con el 16 de agosto y lo que ocurrió —recuerde— con el Yakolev 42. Es lo que quiere usted, porque se ha referido al pasado constantemente; no ha dicho que quiere que el presidente del Gobierno explique que si el helicóptero…, que si los medios que tenemos…; lo que ha querido que explique el presidente del Gobierno sobre las misiones se basa en una enorme, descomunal confusión que usted ha cometido. Usted ha confundido dos batallones electorales, dos fechas distintas, dos autorizaciones distintas, y hoy estamos aquí para escucharle el resultado de esa enorme confusión que usted tiene. Primera cuestión, por tanto, no sé para qué quiere la comparecencia del presidente del Gobierno. Por lo que he oído hasta ahora sigo diciendo en nombre del Grupo Socialista que no sabemos para qué quiere usted la comparecencia del presidente del Gobierno, salvo que sea para explicar cómo ustedes hacían las cosas, a la vista de lo que dice cuando habla de gobernábamos nosotros, que es lo que le he oído hace un momento. (Rumores.) Segunda cuestión, señor Martínez-Pujalte (El señor Martínez-Pujalte López: Ha salido todo en la televisión, una película de ficción.), la televisión, los medios de comunicación, la prensa escrita, todos los medios han establecido con absoluta claridad cuáles eran las preguntas, todas las preguntas. ¿Cuáles cree usted que son las preguntas hoy después de la comparecencia del señor ministro? (El señor Martínez-Pujalte López pronuncia palabras que no se perciben.) ¿Si es mejor un helicóptero que otro? ¿Si las identificaciones son correctas o no? ¿Si la gestión que ha hecho el Gobierno es correcta o no? Parece que la conclusión es que a fecha de hoy existe una común y universal opinión sobre que el Gobierno lo ha hecho correctamente, ha hecho las cosas correctamente. Hubieran quedado ustedes muy bien si hubieran esperado a que hubiera algún error, pero se han precipitado y eso les ha perdido, no tengan ninguna duda. (El señor Martínez-Pujalte López: Que no se ha caído el helicóptero, lo que yo digo; no se ha caído.—Rumores y protestas.—La señora Cunillera i Mestres: Cállate, hombre. Un poco de respeto.—La señora Pozuelo Meño: No es cuestión de gracia.) Una cuestión que se ha planteado por más de un grupo y también por el Grupo Popular es, y sería importante si hubiera alguna duda sobre ella, tenía razón el portavoz del PNV: ¿Se están cumpliendo las misiones que fueron autorizadas en Afganistán para nuestros soldados? ¿Están haciendo lo que se aprobó en su momento? Aquí estamos algunos diputados que estuvimos allí a principios de agosto para comprobarlo. (El señor Atencia Robledo: A nosotros no nos invitaron.) Se les invitó, y no solo se les invitó —era el 1 de agosto, mala fecha—, sino que además el senador Molina del Grupo Popular asistió; otros no quisieron asistir. (El señor Atencia Robledo: No, no; no es verdad.) Otros no quisieron asistir, me parece correcto, pero no es cierto que no se les invitara. Ojalá hubieran ido, como estuvo el señor Maldonado, o don Luis Mardones, o don Joan Puig (El señor Martinez-Pujalte López: ¿Llevaban el carné en la boca?— Rumores.) no me van a dejar por mentiroso si digo que nuestros soldados en Afganistán cumplen excelentemente (Rumores.) los objetivos de la misión. Lo hemos comprobado en las calles de Qala-iNaw, lo hemos comprobado sobrevolando en los helicópteros que ahora se han estrellado entre Qala-i-Naw y Herat, lo hemos comprobado y además nos lo han agradecido, porque han podido decirles a los representantes del pueblo español qué necesitaban, cómo iba su misión, y eso es muy importante, señor Martínez-Pujalte, porque así uno cuando se pronuncia sobre esas cuestiones lo puede hacer con conocimiento de causa. Ustedes tienen una obsesión por justificar no sé qué cosas del pasado (Varios señores diputados: No, no, no.). En Irak, ya que han establecido una comparación, 5397 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 señor Llamazares, hay en este momento 120.000 soldados americanos. En este momento en Afganistán en la zona ISAF hay 10.000 soldados de 35 países (El señor Atencia Robledo: El 10 por ciento nuestro.), entre ellos, efectivamente con una presencia muy importante, muy útil y reconocida por Naciones Unidas, hay casi mil soldados españoles. ¿Qué están haciendo allí? Cumplen los fines de la misión, punto primero, de una manera literal; repito, señor Llamazares, lo hemos podido comprobar, como pudimos comprobarlo en su momento en Kabul en octubre; exactamente las misiones para las que han ido allí mandatados por el Parlamento. Usted recordará, y se ha dicho siempre por el Gobierno, que cuando se le hace una consulta al Parlamento sobre una misión concreta siempre se ha expresado el siguiente criterio del Gobierno: si no hay acuerdo mayoritario de los grupos no se realizará la misión; siempre, y usted lo sabe, señor Llamazares. Cada grupo se ha pronunciado, como lo ha hecho hoy; siempre se ha producido esa circunstancia. Además nosotros no estamos en ninguna operación Libertad Duradera, y conviene que ese matiz se diferencie bien. Los soldados que murieron el otro día y los que vimos nosotros en las calles de Qala-i-Naw o en el campamento de Herat llevan un escudo azul que pone ISAF y debajo el anagrama de la ONU, de Naciones Unidas. Eso es lo que hacen allí nuestros soldados, y conviene que la opinión pública española lo sepa, porque habrá más debates sobre esta cuestión. No me parece correcto que se relacione este debate con un accidente en el que mueren 17 militares españoles el 16 de agosto; no me parece correcto, pero en cualquier caso se puede hacer y se hará ese debate. De todas maneras nadie podrá negar, se cojan las encuestas que se cojan, se conozca de una manera o de otra la opinión pública, que el Gobierno Socialista está haciendo allí lo que quiere la opinión pública que se haga, exactamente eso. Cuando se compara la opinión pública sobre las misiones en el exterior, sobre las características que deben tener, hay una diferencia abismal, importantísima, entre la opinión pública española y otras opiniones públicas. Cuando se le pregunta a los ciudadanos españoles si creen que se debe emplear la fuerza para una misión de interposición de paz, por ejemplo en Ruanda, en Kosovo, no hay ninguna opinión pública en el mundo que tenga un porcentaje más alto que diga que sí que la opinión pública española. Por cierto, cuando en una encuesta, como la de febrero de Elcano, se dice que el 51 por ciento apoya tal o cual misión no quiere decir que el 49 por ciento esté en contra, como se puede ver en la propia encuesta, evidentemente. No hay forma de poder explicar hoy aquí cuál es la razón por la cual exactamente el 24 de agosto el Grupo Popular quiere que comparezca el presidente del Gobierno. Podría haber dado razones, pero no ha dado ni una, salvo la aportación, repito, de una monumental confusión de su portavoz. No hay forma, por mucho que se manipulen las palabras… Uno puede decir, por ejemplo: el presidente del Gobierno de España dijo el día 6 de julio que el único peligro que tenían las misiones españolas era que viajaran en aviones como el Yakolev. Si uno lee el «Diario de Sesiones» verá que el mayor peligro es ese, y señaló otros, pero un hábil portavoz como el señor Zaplana cambia, pone único, y ya ha arreglado la cuestión. Por ejemplo, con respecto a las declaraciones del señor Caldera, que eran sobre Irak, él anota, como si esas palabras fueran declaraciones sobre Afganistán, y ya tenemos preparada la explicación y la solemne conclusión. Se pueden decir muchas más. Señorías, hoy algo está claro (El señor MartínezPujalte López: Que se ha caído un helicóptero, clarísimo.): después de la comparecencia del señor ministro no tiene ningún sentido solicitar hoy, 24 de agosto, la comparecencia del presidente del Gobierno. El señor PRESIDENTE: Habiendo concluido el turno de fijación de posiciones, procede, si algún grupo parlamentario lo estimara necesario, un turno de réplica. (Pausa.) Adelante, señor Zaplana. El señor ZAPLANA HERNÁNDEZ-SORO: Señor presidente, señorías, sí ha servido esta sesión de la Diputación Permanente. No siempre sirve, pero esta vez sí hemos sacado alguna conclusión. Ha quedado claro para ello está el «Diario de Sesiones», para poder comprobarlo posteriormente— que el compromiso del presidente del Gobierno era por una sola vez, cosa que no sabíamos, pero que usted ha dejado claro. Vino una vez y ya no viene más, y todo lo demás son confusiones de este portavoz o de los demás. El compromiso del presidente del Gobierno, lo que justificó su estrategia política durante muchos años es venir un día. Vino, dijo que era para tres meses, no se llegó a tres meses, se retiraron esas tropas y de todo lo demás que se encargue el ministro de Defensa. Incluso le admito —y no me enfado, se lo prometo— que se meta conmigo, eso no me importa, pero creo que es exagerado que usted tome por tontos al conjunto de la Cámara y de la opinión pública española; se lo digo sinceramente. No se ha leído usted lo que dice el «Diario de Sesiones». Es que dijo que era solamente para tres meses. ¿El señor Rodríguez Zapatero no es el presidente del Gobierno? ¿No asumió el compromiso ante la Cámara de que las misiones exteriores tendrían el acuerdo parlamentario y que él defendería esa posición? ¿No dijo —y le acabo de leer un «Diario de Sesiones»— expresamente: si cambian las circunstancias vendré a pedir una nueva ratificación? ¿Por qué se empeñan en lo imposible y desde mi punto de vista, y con todos los respetos, hacen el ridículo. ¿Es que no sabía usted que era para tres meses? ¿O sea que ya no viene más? ¿Lo que usted quiere decir es que el presidente del Gobierno desarrolló esa estrategia durante tantos años para venir un día, liquidó y que no se le espere más por aquí? La opinión que me merece su 5398 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 intervención no es demasiado importante desde el punto de vista del contenido que ha expresado. El debate de esta tarde no tiene nada que ver con cuestiones técnicas que hemos podido abordar en la Comisión de Defensa. He hecho alguna referencia al principio de mi intervención, pero he hecho constar que las hacía porque no había tenido la ocasión de formularlas en la réplica. He hecho alguna referencia y he leído el «Diario de Sesiones», porque sin duda me parecía que tenía que ver con el tema que tratamos y era bastante ilustrativo. Aquí estamos solicitando —permítame que nosotros seamos capaces al menos de decidir lo que solicitamos; no lo interprete usted; está en el escrito que tiene a su disposición— un debate que nos parece tremendamente importante o trascendente, como he dicho esta mañana y reitero ahora. Se trata de un debate sobre nuestras misiones en el exterior, que ustedes quieren liquidar con una comparecencia del ministro de Defensa en la comisión correspondiente para que venga y diga: Cambiamos de lugar, cambiamos la misión, cambiamos el número de efectivos. Han cumplido con el trámite parlamentario, pero ese no es el compromiso del Gobierno ni de su presidente ni del Partido Socialista; ya me puede usted contar los «Diarios de Sesiones» que quiera. Nosotros solicitamos un debate sobre nuestras misiones en el exterior, sobre el papel de España en el mundo, sobre los compromisos que el Gobierno ha asumido y eso es lo que queríamos; esa era nuestra pretensión. Sin duda también, porque es nuestra obligación, pretendíamos pedir explicaciones sobre los cambios de posición del Gobierno porque tienen que responder de algo. ¿O es que S.S., a quien tanto le gusta hoy leer «Diarios de Sesiones», no recuerda que en su comparecencia el señor presidente del Gobierno dijo que él no quería dirigir y ponerse al frente de un PRT porque era muy peligroso y porque no estábamos en condiciones de hacerlo? Sin embargo —ese ya no era su compromiso—, al poco tiempo manda al ministro de Defensa y en estos momentos estamos al frente de un proceso de reconstrucción; justamente lo que había dicho que no iba a hacer porque era muy peligroso. ¿A quién le pedimos responsabilidades de eso? El presidente ya no las tiene; él ya había liquidado. Cómo nos atrevemos nosotros a decirle al presidente del Gobierno que venga aquí a dar alguna explicación, nada más y nada menos, sobre las misiones que España tiene en Afganistán. ¿Pero cómo se atreven? Él ya vino un día y lo demás se ha de liquidar con el Ministerio de Defensa. ¿Ve usted lo absurdo de su argumento? ¿Ve usted a dónde está llevando el debate político esta tarde? Yo comprendo que se quieran escapar, que tengan situaciones complicadas y que lógicamente en estos momentos desde la responsabilidad del Gobierno les sea muy difícil poder mantener un mínimo de coherencia con lo que dijeron e hicieron, pero no lleve usted todo al absurdo. No son ni dos, ni tres, ni cuatro historias diferentes; es la misma historia, señores del Grupo Parlamentario Socialista. Nuestras misiones en el exterior y nuestra misión en Afganistán es una misión para la que el presidente del Gobierno vino a pedir autorización a la Cámara, y ella ha cambiado radicalmente en cuanto a objetivo y número de efectivos, por eso ya no viene el presidente del Gobierno; no nos engañemos. ¿Por qué no viene el presidente del Gobierno? Porque tiene que desdecirse de todo lo que dijo, porque no puede mantener la literalidad del «Diario de Sesiones» de aquella tarde y lo que le dijo Mariano Rajoy, y mucho menos —lo comprendo— en estas trágicas y dramáticas circunstancias que nos acompañan ahora. Si fuera fácil estaría aquí todas las tardes. Por eso no hace como hacen todos los dirigentes europeos importantes, no lideran a sus países cuando hay una catástrofe, no se ponen al frente de esas situaciones desde el punto de vista del debate político. Les he dicho esta tarde y lo reitero una vez más que, como es lógico, se podrán tener todas las opiniones que se quieran sobre la actuación del Gobierno del Partido Popular. Murieron agentes del CNI y el presidente del Gobierno Aznar vino a los tres días a celebrar un debate. Sobre Irak, de lo que tanto se han quejado ustedes, existieron innumerables comparecencias del presidente del Gobierno, del ministro de Defensa, de la ministra de Asuntos Exteriores en las comisiones correspondientes; hubo preguntas orales y escritas. (Un señor diputado: Votaciones secretas.—Rumores.) Probablemente nunca un tema se haya debatido tanto. Es legítimo que ustedes no mantuvieran una posición como la que mantenía el Gobierno en ese momento. Lo que no puede ser es que en estos momentos se quieran seguir escondiendo intentando justificar una incoherencia que no tiene ni pies ni cabeza. ¿Es mucho pedir que el presidente del Gobierno diga en la Cámara cuál es el alcance de la misión? Esa no es una cuestión técnica, esa no es una cuestión que tenga que ver con que si la cola del helicóptero chocó o dejó de chocar. ¿No puede venir el presidente del Gobierno a esta Cámara a decir cuál es el alcance concreto de la misión? Es más, sabe que el Grupo Parlamentario Popular va a estar de acuerdo, como también se ha dicho; sabe que estaremos a favor. Qué mejor reconocimiento en estos momentos trágicos a las Fuerzas Armadas y a las familias —también lo decimos en nuestro escrito de solicitud— que una sesión plenaria solemne con el presidente a la cabeza y con la garantía de que la mayoría de la Cámara está a favor de que esas misiones se sigan realizando y de que va a tener nuestro apoyo. Si eso es así, señor Llamazares, ¿por qué no viene el presidente del Gobierno? Porque no puede, porque vive en una esquizofrenia permanente. (Risas.— Rumores.) Me refiero a esquizofrenia política y matizo y pido perdón porque les doy mi palabra de que en estos momentos no está en mi ánimo emitir ningún juicio insultante sobre el presidente del Gobierno. Él vive en una esquizofrenia política (El señor Llamazares Trigo: Clínica.): por una parte, tiene que cumplir con los com- 5399 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 promisos de España en el exterior, pero por otra tiene que mantener los equilibrios parlamentarios en esta casa, y le es muy difícil poder decir algunas cosas. ¿Cómo les va a decir a ustedes en una sesión plenaria lo que dice un decreto-ley de 5 de noviembre del Gobierno socialista, en el que cuando hace referencia a la operación Libertad Duradera en Irak estipula: La participación española amparada en las resoluciones 1441 de 2002, 1483 de 2003, 1511 de 2003 se concretó en el envío de diferentes tipos de unidades con la misión de ayuda humanitaria y restablecimiento de la seguridad? ¿Cómo les va a contar esto a ustedes? ¿Cómo les va a decir que ha puesto su firma en un documento del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en el que se pide a los países que acudan a Irak? Todo el mundo lo sabe y ustedes también, aunque miren hacia otra parte; es verdad, información no nos falta. Es delicado tener que venir y al mismo tiempo tener que estar asumiendo las dos posiciones. Dice: Yo he cumplido mi compromiso; vine una tarde, liquidé y ahora que vaya el ministro de Defensa y ya les va contando, aunque todo sea radicalmente contrario. Un parlamento como el nuestro se merece un debate de altura —se lo merece en este momento especialmente con 17 fallecidos—, sobre las misiones exteriores de nuestro país, sobre el porqué, sobre el para qué, sobre el contenido, sobre nuestros compromisos exteriores, sobre le papel que quieren que juegue España en el exterior. ¿Es mucho pedir eso? ¿Es mucho pedir que a quien ha hecho gala permanente de ese compromiso se le diga que venga? Pues esa es la realidad. (El señor Llamazares Trigo: Decid que sí, por favor.) Ya sabemos que no va a comparecer, ya sabemos que en este caso ni siquiera ha interrumpido sus vacaciones para estar hoy con todos nosotros. Podía haber celebrado un Pleno extraordinario perfectamente en esta Cámara. Por tanto, señores del Grupo Parlamentario Socialista, por mucho que les duela, no solamente no cumple su compromiso, que no era el compromiso de venir una tarde; no solamente no da la cara en un momento de debate político especialmente intenso en nuestro país, es que por mucho que se haya dicho esta mañana y que les hayan querido defender sus portavoces o el miembro del Gobierno ni siquiera la pérdida de 17 vidas humanas en la misión de Afganistán es suficiente para que comparezca en el Pleno del Congreso, que era lo único que nosotros pretendíamos en esta sesión de la Diputación Permanente. (Aplausos.) Muchas gracias. El señor PRESIDENTE: Gracias a usted, señor Zaplana. ¿Algún otro grupo parlamentario desea replicar? (Pausa.) Señor Cuadrado. El señor CUADRADO BAUSELA: Gracias, señor presidente. En un debate de altura, señor Zaplana, renuncio a poder explicar una vez más la diferencia entre el batallón que se aprueba en el mes de julio del año 2004 (El señor Ayala Sánchez: El pelotón de los torpes.), el PRT que se aprueba en febrero del 2005 en el Parlamento y el batallón electoral, que no tiene nada que ver con el primero desde el punto de vista de las misiones y del objeto de la misión, que se aprueba en el Parlamento el pasado 22 de junio del 2005. (El señor Atencia Robledo: No se aprueba. No se vota.—) A partir de ahí, señor Zaplana, solo puedo dar una interpretación: viene usted muy afectado de la comparecencia anterior, si no, no podría entender que haya reiterado errores tan contundentes como los que usted ha reiterado sobre esa cuestión. (Rumores.) En segundo lugar, ya no estamos aquí sentados —se expresa de una manera clara y nítida— porque el día 16 de agosto murieron 17 militares españoles en Afganistán, queremos que comparezca el presidente —lo ha dicho usted— para que haya un debate sobre el papel de España en el mundo, sobre el conjunto de las misiones de España en el mundo. ¿No estábamos aquí en relación con un accidente y con dudas? La mejor prueba de que no es necesaria la comparecencia del presidente del Gobierno es su intervención, señor Zaplana. (Rumores.—Un señor diputado: Sí señor.) No ha argumentado usted nada sobre la necesidad de que después de la comparecencia del ministro de Defensa deba comparecer el presidente del Gobierno. Se ha quedado usted sin nada en las manos para poder justificar la petición de comparecencia del presidente del Gobierno. Para terminar, señor Zaplana, debate de altura, de grandes mandatarios internacionales. Dice usted que cómo es posible que hoy mismo no está aquí el presidente del Gobierno para dar explicaciones a los españoles sobre el papel de España en el mundo (El señor Martínez Pujalte López: Está buceando.), y después hace una comparación con el señor Aznar, que compareció. Quiero decirle dos cosas sobre el señor Aznar y su comportamiento, sus explicaciones a la opinión pública española sobre las misiones, sobre los accidentes, etcétera. A fecha de hoy, el señor Aznar aún no ha estrechado la mano de un solo familiar de una víctima del Yak. (Varios señores diputados: ¡Pero qué dice!) Todavía no ha estrechado ninguna mano. No ha recibido a nadie. (El señor Trillo-Figueroa Martínez-Conde pronuncia palabras que no se perciben.) Sí, señor Trillo, y usted sigue ahí, efectivamente. No ha recibido a nadie, no ha dado explicaciones a nadie. Lo han dicho los grupos parlamentarios, pero sería bueno que abrieran bien los oídos a la calle. Ustedes están preguntando aquí de una manera absolutamente obsesiva por qué con Afganistán sí y con Irak no, por qué con este accidente sí y con el otro accidente no. ¿Todavía no lo han entendido? Pues reflexionen un poco. (Un señor diputado: Claro, porque tú manipulas.—Aplausos.—Varios 5400 Congreso 24 de agosto de 2005.—Núm. 107 señores diputados pronuncian palabras que no se perciben.) El señor PRESIDENTE: Silencio. Vamos a intentar terminar la Diputación Permanente de la mejor manera posible. Procedemos a la votación de la petición formulada por el Grupo Popular respecto a la conveniencia de la comparecencia del presidente del Gobierno, para explicar, en los términos que figuran en el punto del orden del día, el trágico suceso en el que fallecieron 17 militares españoles. Comienza la votación. (Pausa.) Efectuada la votación, dio el siguiente resultado: votos a favor, 16; en contra, 23; abstenciones, una. El señor PRESIDENTE: Queda rechazada la petición. Muchas gracias por su esfuerzo. Se levanta la sesión. 5401 Eran las seis de la tarde. Edita: Congreso de los Diputados Calle Floridablanca, s/n. 28071 Madrid Teléf.: 91 390 60 00. Fax: 91 429 87 07. http://www.congreso.es Imprime y distribuye: Imprenta Nacional BOE Avenida de Manoteras, 54. 28050 Madrid Teléf.: 91 384 15 00. Fax: 91 384 18 24 Depósito legal: M. 12.580 - 1961