NÓM. 48. Viernes 1^ de Diciembre. 377 ATALAYA DE LA MANCHA B^ MADRTÍX. Concluye el discursa del numera anterior. Bi¡en sabido e s , continuó diciendo, que la base principal consiste en la exacta averiguación de la riqueza territorial, y que esta averiguación no puede verificarse sin un censo exacto , y una estadística fiel y puntual; vea vd. descubierto el misterio del poco efecto, y aun de la confusión á la verdad mui transcendentales, cuando la necesidad no admite demora ni detención por pequeña que sea. Yo bien considero que en las provincias libres se habrán dado los pasos conducentes para hacer con la debida proligidad dichas operaciones, por eso no culpo ni culparé al Gobierno en esta p a r t e , porque aislado en un recinto tan estrecho, no le era posible cerciorarse de los datos necesarios que solo podía adquirir por medio de Jas autoridades subalternas de cada provincia, tomándolos éstas de los mismos pueblos. Dichas autoridades á vd. le consta que han dado algunos pasos sobre la estadística ; pero sea por el poco tesón con que autorizaban sus circulares y decretos, sea por la variedad de opiniones y modos de interpretar las órdenes superiores, sea en fin por las dificultades que haa e«contrado en los mismos pueblos para la egecucion debida y puntual, lo cierto es que hasta aljora no teQcmos noticia de que dichos preliminares para el plan de Hacienda hayan podido realizarse. Los pueblos, ea 48 378. ••' - honor de la verdad, tanto por„^l hábito 4 e tran&igir con los enemigos en el tiempo de opresión , como porque en la mayor parte de ellos no falta alguno ó algunos egoístas que tienen ínteres en quevivatnos sin orden, creo firmemente que en gran parte contribuyen al entorpecimiento', del aíreglo-.necesario ; porque aun se advierte en ellos, que cuando se hacen requisiciones de especies, ú otros, efectos para el mantenimiento de las tropas , ocultan cuanto les es posible la totalidad de dichos efectos, y aun rebajan los vecindarios ^ d á n á o lugar por este medio á perjuicios incalculables hechos á otros pueblos, que se producen con una fidelidad cual se debe á la seriedad del asunto de que se trata. Bien veo que vd. me dirá que los comisionados ó encargados de la recaudación de los respectivos ramos se hacen también sospechosos en semejantes ocultaciones, porque nunca debe faltar en un pueblo alguna ó algunas personas de provídad y carácter para poder informarse exactamente de cuanto pueda conducir á la> justificación de sus comisiones y encargos. Suspenda vd., le dije, la conversación , porque y a estol fatigado de oír hablar de unas materias tan espinosas y delicadas. Es verdad que si los pueblos quieren simultáneamente su felicidad, ellos mismos pueden labrársela, haciendo cada vao su deber , y escusando al Gobierno de tratar de muchos proyectos de reforma ; pero como esto no sea posible, porque la ge•eralidad de Ips españoles no está aun revestida de la virtud pecesaria , y del desprendimiento absolutamente-sprect«) para lograr la independencia y la perfecetoftideisistema de gobierno, se hace indispensable q#e el- mismo Gobierno por medio de unas autoridades subalternas de inteligencia, de providad, y sobre todo , de lín conocido desinterés , trate seriamente de remediar los desórdenes y la confusión, procurando intimar seriamente á estas mismas ia egecucion fiel y 3^$ puntual, y la recaudación exacta de todos los ranws de Hacienda, para cuyo efecto, aunque no soi devoto del provincialismo ,,creo que sería conveniente el qpe todos los empleados, ó los mas principales á; lo mér nos, fuesen naturales ó; residentes I en; las mismas provincias en igualdad de circunstancias4 pocque por este medio se descubrirían mas fácilmente los vicios que reinan en los respectivos pueblos, y por medio del conocimiento práctico de los sugetos de providad, de los mismos adquirirían también mas fácilmente las norticias mas puntuales, tanto de los vecindarios y de la riqueza territorial de toda la provincia , como del carácter, costumbres y modo de girar de sus habitantes, circunstanciaSi que deben entrar también en mi concepto en el arreglo absoluto del ramo de real Haciendia; Vd., señor oficial, disimule esta larga digresión, ocasionada por su venida; tal vez podrá ser útil ^i se da al público , como otras tantas conversaciones , sin duda nu&r infructuosas^, cbn que cada-día cansan las prensas de toda la península en asuntos- bien impertí-' nentes, y que no conducen á<otra cosa qUeá la divi-r sion de las respectivas clases del estado, que pido á Dios mül de.veras cese, y todos vds. deben pedirlo. Entretanto no puedo ménos/de sentir infinito no po-j de.í bace:f lo que tantas vece» he hceho^ acompaña a-» do' á oíw)s d(el abitó dé vd. eún-- él «jísíní» obyeiO, siento también además el que con motivó de hdberrrecieo* teniente librado, por vja de donativo, la:cantidad de cincuenta doblones en favor de un cueípo4e caballería del cuarto, egército,:no me. hallo eo, disposición d© socorrer jr favorecer ávd.,ccimo!me lo dicta mi.in-r cUliScton ¡natural y decidida hacia los militares jnoi obstante, me consuelo con la lisorjera esperanza de que>unque; yorno le acompañe, sacará partido de un pueblo que está acostumbrado á semejantes sacrifi^ cios voluntarios, y luego que vd» concluya, 00 dud<> volverá á verme, manifestándome su satisfacción de no haberle ehgafládo en esta parte, confiado en que por lo que á mí toca coronaré la lista con aquel donativo (^ue en el día me permitan las circunstancias en qué nie hallo. Vea vdu, señor Editor, si tiene por conveniente ei insertar esta conversación en su periódico, y mande á su apasionado = £ / Riojam impardal. ¿il serior M.Oi^aupor de la carta ingerta en el núm.* 4* 'de la Atalaya^ Xt LÁtRADOR DB J.AS ORILLAS DEL TAyO^ Si estuviéramos cerca, mi amado y respetable cura , le abrazaba á vd. tan fijó como soi labrador: labrador, ú señor, no supi^sto ni fingido, sino real y cfectivament*, aunque no de aquellos en verdad que conducep las'y«ntas por sí, y riegan con el sudor propio la piolvofosa hacienda; sino por el estilo del caballero <l«l' verde gabán ,já del buen Camacho, que por medio de sus criados manejaban las fincas heredadas ó adquiridas.— Le abrazaba á vd.» repito, porque su carta pie descubre á un honrada patriota, e-» nemigo del usurpador éstrangero ; y celoso por el hó^ Bor y la «eiefcrklad de la provincia en iqüe vive: esto es muí laudable, y quisiera: que el partido adop-' tado de oc«lt»r mi nombre, «o me. estorbar a poder dirigirme (íerechacnentie i vd. para que flieí reconotiese por sn !«m%o. Pero enmedio de esta ^ que ha visto, vd. en mí carta del n-Amero 34 que pueda hacer* Jeicteer mi desamor i los beneméritos gallegos? Lejos de mi labio cualquier espresion que' pueda ofenderles, como lo está semejante idea de mr corazón y de itú& pirincipios. Aunque no hubiese mas á su favor qi%e'los írjtfnfos que consiguieron en el Pirineo contra «»o;ide los raejores capitanes del grande imperio y y el 38i entusiasmo con que les alabó el inmortal Wellington, {^nomire á mi ^oca cual ¡a miel sabroso) era bastante, sin contar con eí; convencimiento propro> i>ara que les amara y respetase^ ; fuer ame dada la pitraia de Tu»lio para escribid dignamente su alabanza !''Mas no es posible que dejé de contat á vd. lo que vi en Toledo, adonde la casualidad, ó mis negocios, iné llevaron en el último setiembre» Llegó la noticia de los triunfos del egército gallego álasí ordene» del geilkeral Freiré: davdl por sup&estí> «1 alboroio' y jAbil» d e los habitantes , el repique ígenérai de campanas ^ ilumyna-j clon, &c— Decretó él señor Gefe político * con la Diputacion provincial y él Ayuntamiento, de acuerdo con el señor Gobernador y el Cabildo ^eclesiástico, la concurrencia á la sanca iglesiaj^rinnada ^ a r a cantar el Te Detím^ daflíló gradw'di itévind dispaisádffr de todos los dones;: escusado parece hablar de la solemnidad en el magestuoso templo; de la magnífica concurrencia, delarmonibsO' ooroi, y demás que es frecuente ea se.mejarítei»!caso9qea>;laitnfiieiial íO^^^dad ^ pe* ro vamos al punto;>^Unio (deiiüs í príncppales^fün'ciííH narios públicos que poir stksafn^ciables'.cualidades BS concillaba la estimación gcrtelrál, acababa de traskt* darse de Galicia, dqnde también habia sido empleado por el Gobierno. BJen-ftiesetporqae creyéndole na»* tsral '<de'aiqtierreino*\ifQÍs<e|aa maniü^ta^le .su. afqctd delmodoqite^dlrés^men»' qp^ (Moisasóirúnicsúcvénie é>Iogíai:_ ál egércilOi^iaégwyqueí con. tanta heroicidad habiafi^éorrespondídío í te éspbctaiCion pública ;ó' bien por la reunión de todas éstas olrcHSstgnciaftí ellees; que eti Ut< ild^ma^ íglesik primada vidies^ueip^de':lipsi« i vaa i la Na<tioii.ValiI^i« ai Gbb^«lo'v^8l I^gétcitOHjerat^ pe»ó.\ina>|rriteríaí('ttt)jtóréla« p»l»l«íi«iq«© oí'de loj muchadtioif ),-dicienda: ''í»vaif*'íps g^fegos^ de Galicia^ que se pTbjpagó por el inraetiso pu«>lo, y viva Galicia resonaba eu las casas y las- calles v'y por todas partes Galicia, Galicia los ecos repetían.— El clamoreo duró desde la santa iglesia hasta la salade juntas de la Di- 382 putacion provincial; de modo < ^u€ vi á los diputados sin orden ai concierto entre la turba de muchachos y laigente del jiueblo, que con sus aclamaciones y sus vivas les haieianiqwe Henos de gozo.lloraran sin po-> derse corftener. Táks son, mi venerado señor cura, los sentimientos de los/íoledanos con respecto á ese reino benemérito, y tales son los mios : me ofende vd. cuando siipooe en mí un deseo de chocar c«in Gali-r cia, rtiiráiidola tomo juguete, 6*camd'si fuera , segua su espresioh, úlpáisdítlast monas* Acaso tendré la desgracia de no saber esplicaí^claramente m» opinión poc mas que lo procurov ni que mis palabras desenvuelvan las. ideas que concibo-, dando margen á que vd» me iíixpugBte enceLhúitíero 4^ , comoinde impugnó, bajo d«^:otírcK<asptcto,^ desde? =¿ais ¿orillas .IdeJ Arlanzon, el señoír O. £. enjel n:° 3í? de este periódico. Varaos á ver si acierto á .mahifestar mij dictamen, y que se eviten equivocaciones. I,i . ; r : , , -Como la base ipara.laicontpibucion. directa del cenSQ; dé' 1799 no IrruenfeoiLpor equitativa y arreglada, mayormente. ]x>iir ofl^tiJaatenttoJque ha;^abldQ en'las provinciias; que sin; embapi/ip dotsef geoer-alV en Unas ha.sido mas considerable;qtje en: otras,conceptué que debía indicar esta desigualdad, porqi^e si siipúnia un niismtrdeteriorKx^epieqdaaa par.téíi, /á^iUnetite se-podía íespoiid)erme,'qÜB'Cn! lanpiietiMoo deisaca^.de'la na-? Qíon'átt&ttiiiíaÁa, SMm^'^.^ steddo i^4al el ^menoscabo en todo,/ál a-Bino,, nada:itepia;lfe adapción del censa quei fuer.a)í<e^ugnañtie á l á jusíítáa; porque ?i tfciWr nd existiere la riquezaijue -habia eo.fil ,añp.de¡jE7i99» COT CDOikopiérdida 4'^u^t}fantó.|iad}iaJ^id(0rii»j|Mi«i i»kisma pro^orcioib^ri tQdaoÍft'jpdo0isUií^¿j5áa!for5|fi.$Q>, 4e lot fohdós rqúeíuqued^bafofí «*<taÉr!lií^(tie^eSai35^i|)Qri.'aqu«li» base. Bn esto no con vengo-, ni cbíjvendtó, M bieio proi' testo la mayor sümistoniy obediencia Ál^s^mioñda-' des , y que satisfa;-é.ló.que. rpe repartan.<;sin dejar mis clamoces respet-uosos* Conozco y aplaudo los es-* fuerzas geaeroaos de,Galicia Í iwero conviniendo en es- 3»3 t€';puntó digo y d i r é : que es físieairtente imposible que tinas provincias doiKle solo 'estuvieron seis meses los franceses , liqyan sufrido tanto , y disminuido tan considerablemente su riqueza, como las que les han mantenido, cinco*ú'seis aiÍ<>s,.La planta.del soldado'estearüiza siempre, la titóraque pisa : eLegércitpiespa-:^ ñol consume y gasta :.su forniacion , armarnento y vestuario cuesta grandes sumas, todos lo conocemos; pero un ejército de franceses, no es de soldados, no es de hombres,, son unas furias que el cielo,en su cólera envia á la deláncuesite.tierra, (CQPW-^in5t»!u<i?entos de su venganza; furias i que si tocan á una fk>r ,,al momento la marchitan; el que no confiese esta verdad» ó es un majadero, ó un bribori: si en seis meses ocasionaron en ese reino los imponderables daños que vd. reclama: con justicia ,)¿ cuaíiíoniayor habrá sido el quebranto en la provineia. de Tp^ledp? Eq un año solo fueron ías cuatro batallas;la de,lJcl¿seo enero; la de Talavera en julio; la de Almonacid por agosto; y la de Ocaña en 19 de noviembre de 1809. No dudará vd. que Talavera y Gcaña son dos cabezas de partido de la prdvincia de-ToledO;; que.Almonacid está junto á lai capitali; y que Uclés;, aunq,ue desde 1.° de enero de 1802 se agregó al partido de>Hílete, separándose del de Ocaña, y por consecuencia de la provincia de Toledo , pertenecía á ella en 1799, que es la época del censo, y de ..la base adoptada p;^a la contriibucion, Además que dista solo uoasdo,? l^gu^ ds. Tar^oqon, pueblo de nuestra ptoyiñoi^i y #,Q esfa de !role49 es-r tuvieron desde 7 de diciembre de 1^8 ^cantonadas las tropas francesas con incesantes movimientos, has^ ta bien,entrado enero que fué 1^ batalla ^ no cesando de saquear y dañar con el' desórdqn ynbiuítal desenfreno que sabemos bien los .qye l(),«ufcirao?. Tod^^^eí año de 1809 estuvo el pillage al orden del dia, permítase decirlo así. Vinieron los egércitos españoles y aliados;'hubo las funestas y desoladoras oscilaciones que son bien sabidas; y si bien en 1810 tuvimos algún 384 desahogo, cuando la gran fuerza enemiga pasó á An-» dalucía ; se organizaron luego las guerrillas españolas , y las columnas movibles francesas; y puede decirse que no se pasaba día ninguno sin que en algún pueblo de la provincia hubiese saqueos, contribuciones arbitrarias y esceslvass'asesinatos, incendios, paso dé tropas , subminlstros cuantiosos i ios respectivos cantones , y demás que es bien sabido. En los años de 18 it y 1812 , sobre todos los males anteriores, hubo las contribuciones que llamaron rurales, dé'las'que debía «scribipse el modo y orden de los repartimientos» el método de la recaudación, y todo lo demaá que pudiera servir para ilustrar este punto, y dar noticia de la ciencia económica de los celebérrimos ministros y consejeros de estado del rei filósofo; añadiéndose en <él de 1812 el paso de S. M. íilosófica para Valencia, con toda su corte y empleados , y su vuelta á Madrid , con las habilidades para la cuestuación de sus escelencias los señores mariscales y generales, los caballeros prefectos y demás fieles servidores de tan buen rei, cuyos nombres durarán eternamente en nuestra memoria ,31 par que su lionor, su aplauso y sus bondades , q-ue mediante Dios finali^ zaron €n mayo áe 1813. ' {Se continuará.) Subscripción para reimprimir el Sermón patriótico moral, predicado «n Cádiz por elSr. Dr. D. B. O., capellán y confesor del Sr. D. FERNANDO VH, nuestro Soberarto <i eh el ciial como testigo de vista describe el heroísmo con q«e se portó S. M. en la prisión de Valencey ^ y las demás virtudes que le distinguen, como tamWen fe fidelidad de su leal comitiva. La subscripción ife hará en la librería'de Matute, calle de las Carretas, f d producto ser4 para socorro de ios egércitos. MADRIO IMPRENTA DE D. FRANCISCO DE LA PARTE. ' 1813.